DON JOSE ANGEL RAMIREZ VALLEJO

DON JOSE ANGEL RAMIREZ VALLEJO
Bibliografía y anécdotas
“Como una madre ama a sus hijos
aun antes de conocerlos…
así amé yo al ajedrez”
JOSÉ ÁNGEL RAMÍREZ VALLEJO
Sabio Pergamino
Procura desde la niñez aprender a jugar al ajedrez.
él te librará de muchos nubarrones que azoten tu frente;
en la juventud te evitará vicios y malas compañías,
y en la vejez te seguirá siendo fiel y prolongará tu vida.
Anónimo
Nació el 01 de agosto de 1919 en Zacatecas, Zacs. Hijo de Rosendo Ramírez y
Ana Vallejo. Fue el segundo de cinco hermanos con quienes sufrió la tragedia de
quedar huérfano de padre a los 10 años, lo que cambió drásticamente su vida y fue
motivo de su llegada a la ciudad de Torreón en 1930.
Ante este suceso se vio en la necesidad de dejar la escuela por un tiempo y
comenzar a trabajar para ayudar a su madre y hermanos. A su corta edad, fue
cuidador de gallos de pelea, vendedor de periódicos y de boletos de la lotería.
En la adolescencia trabajó como sastre, y en boxeo fue Campeón de la Costa
del Pacífico. Durante la Segunda Guerra Mundial se enroló en la Marina,
desempeñándose como enfermero en el buque “Cañonero Guanajuato”. Al darse por
terminada la guerra empezó a trabajar en los Servicios Médicos Rurales y
posteriormente en la Secretaria de Salubridad y Asistencia.
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Como Presidente de la Asociación de Alumnos de la Preparatoria Federal
Nocturna, tiene el orgullo de haber sido impulsor de las primeras escuelas superiores
en La Laguna y, junto con el doctor Garibay Fernández, fue promotor del teatro en
nuestra región.
En 1950 contrae matrimonio con Gloria Murillo Coronado, con quien procrea
ocho hijos, a los que va enseñando a jugar ajedrez desde que tienen entendimiento
para ello. Gracias a estos conocimientos algunos de sus hijos han destacado en este
juego: José Ángel (Pepín), Ricardo, Roberto, Elsa y Diana X.
Hace 60 años se dedica a la instrucción de este deporte-ciencia; en él ha sido
entrenador, maestro, y árbitro. Cuenta con diversos reconocimientos como diplomas,
medallas y más de 50 trofeos. Fue campeón de La Laguna en tres ocasiones, y
también obtuvo el segundo lugar en el Campeonato Nacional de Trabajadores al
Servicio del Estado. A nivel nacional participó en innumerables torneos, destacándose
por su alto rating ajedrecístico. Fue Presidente de la Asociación de Ajedrez de La
Laguna, y tuvo importantes participaciones en la Asociación Nacional de Ajedrez.
A lo largo de su trayectoria ha formado parte de instituciones importantes que,
como él, buscan el fomento de la cultura ajedrecística, entre las que destacan: El
Colegio Inglés, La Casa de la Cultura, La Pereyra, Ho Math and Chess, El Colegio
América, Academia Cultural Trilingüe, ICOCULT, Universidad Iberoamericana, etc.
siendo su más reciente participación en el Colegio Montessori.
Profesor, padre, amigo, inspiración, gran amante de la Oratoria, la Poesía y el
Teatro, formador de campeones y ejemplo para La Laguna, pero sobre todo gran
apasionado del deporte ajedrecístico; así es, orgullosamente, Don José Ángel Ramírez
Vallejo, quien aún a sus 92 años continúa instruyendo a jóvenes ajedrecistas.
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ANECDOTAS
Cuenta mi padre que desde los cinco años sintió una fuerte atracción por el
juego de ajedrez, pues en la sastrería de su padre se jugaba todo el tiempo; pero
cuando le dijo a su papá que lo enseñara, éste le dio unas monedas para que se fuera a
comprar canicas y soldaditos indicándole que se ocupara de cosas de niños. Así que mi
padre optó por observar los juegos desde una ventana, aprendiendo de esta forma el
movimiento de las piezas y la jerga ajedrecística.
Con gran orgullo cuenta que el primer ajedrez que tuvo, lo hizo con sus propias
manos cuando tenía ocho años; para ello fue guardando los carretes de hilo que se
iban desocupando en la sastrería de su padre, y con ayuda de una navaja fue dando
forma cada pieza: “Era una cosa maravillosa”, dice. Desafortunadamente su mamá
tenía catalogado el juego de ajedrez como no apropiado para niños, y al morir el
abuelo, se lo hizo perdedizo.
Tenía 12 años cuando andando por las calles del centro de Torreón, vendiendo
sus billetes de lotería, vio a unas personas jugando ajedrez, se acercó y preguntó a
aquel señor si podía jugar. Luego de observar éste su humilde presencia, le dijo:
– ¡Tú que vas a saber jugar ajedrez! ¿Lo has jugado alguna vez?
- No señor, pero sí sé.
Huelga decir que su habilidad realmente lo impresionó.
Su segundo ajedrez lo tuvo en 1932 y costó $9.00, mucho dinero dadas las
circunstancias de su economía; así que lo compró junto con un amigo, por partes
iguales, cada uno lo tendría determinados días de la semana. Al poco tiempo de
adquirido, el amigo se vio en la necesidad de cambiar de domicilio y ante la disyuntiva
de quién se quedaba con el ajedrez, mi padre le propuso jugarlo en una partida; pero
el otro joven no aceptó, sugiriendo a su vez que se decidiera mediante un “volado”
pues sabía que de este modo, tenía más posibilidades….y así fue.
En una ocasión, siendo ya un joven, jugando ajedrez en una de las calles del
centro de la ciudad, se acercó un señor muy bien vestido, a decir de mi padre, y al ver
su habilidad en el juego, lo invitó a que conociera a unos amigos. Cuando mi padre
llegó a aquel lugar fue presentado como “una gran promesa ajedrecística” por aquel
respetable personaje, tomándolo bajo su tutela.
Recuerdo que cuando éramos niños, mi papá nos enseñó, a todos sus hijos, a
jugar al ajedrez y además nos pagaba $1.00 por cada niño al que se lo enseñáramos.
Los domingos organizaba torneos en los que participábamos todos los hermanos, los
primos y los niños del vecindario; para ello colocaba mesas y sillas afuera de nuestra
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casa, ofrecía premios para estimularnos y a veces los tomaba de los mismos trofeos
que él había recibido.
En 1962 mi padre hacía sus prácticas en la escuela primaria Coahuila de esta
ciudad, para titularse como maestro normalista. El aprovechaba los recreos de los
alumnos para enseñarles a jugar ajedrez, lamentablemente la directora, igual que
muchas personas de aquellos tiempos, tenían catalogado al ajedrez como juego de
mesa, y le prohibió que siguiera haciéndolo.
Dedicarse al ajedrez de tiempo completo, fue siempre su más preciado sueño,
y lo hace realidad cuando se jubila de la SSA.
EL AJEDREZ
(Fragmento)
Y al fin no somos sino una interminable fila
de fantásticas formas que vienen y que van
alrededor de esa linterna, el sol, que alumbra, oscila
y el Maestro abre y cierra cual mágica pupila.
Nosotros piezas mudas que El despliega
sobre el Tablero de noches y de días,
aquí y allá nos mueve, nos une, nos eleva;
y al final uno a uno, en la caja nos relega.
OMAR KHAYYAM
Poeta persa
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