RASGOS DE LA ENSEÑABILIDAD DE LA ESPIRITUALIDAD DESDE ANSELM GRÜN. FELIPE CAAL COY PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGÍA BOGOTÁ, D.C. 2011 RASGOS DE LA ENSEÑABILIDAD DE LA ESPIRITUALIDAD DESDE ANSELM GRÜN. FELIPE CAAL COY Trabajo de grado para optar al título de Licenciado en Teología Director Rosana Elena Navarro Sánchez Magister en Teología de la Universidad Javeriana, Colombia. PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGÍA BOGOTÁ, D.C. 2011 DEDICATORIA A mis padres, Emilio Caal Caal y Juana Coy Choc, que con sus ejemplos y testimonio de fe, han sido la luz en mi vida. A mis hermanos, que con sus ejemplos de vida me han motivado para seguir el camino que Dios me ofrece para servir a los demás en el amor de Jesucristo. A todas las personas que luchan y se esfuerzan por transformar desde sus experiencias de vida este mundo en la que todos buscan una espiritualidad que alcance a tocar, a entrar en la profundidad de la vida humana. Mostrando así una espiritualidad que nace desde una experiencia personal y comunitaria. AGRADECIMIENTOS Agradezco infinitamente al Dios de la vida, por concederme llegar a culminar otra etapa más en mi vida, por concederme la gracia del don de la existencia y a sí mismo la oportunidad de pertenecer a una gran familia en la sangre. A mis hermanos de la COMUNIDAD DE LOS MISIONEROS DE LA PRECIOSA SANGRE, por el apoyo moral y espiritual que me han ofrecido durante todo el proceso de formación. Agradezco grandemente a todas aquellas personas humildes y sencillas de Soacha y Ciudad Bolívar que me han brindado un espacio para realizar mi pastoral y así poder llevar a la práctica el mensaje de Jesucristo. En donde pude experimentar el rostro de un Dios que sufre y que clama amor y justicia. Y con un fraternal afecto, a la Profesora Rosana Elena Navarro Sánchez, mi tutora de tesis, que con su paciencia, sabiduría y entrega generosa, me ha ayudado a realizar este trabajo de forma seria y responsable. Y a todos mis compañeros de la FACULTAD DE TEOLOGÍA, que de alguna manera juntos hemos aprendido a crecer en el camino para seguir descubriendo la voluntad de Dios en nuestra vida. Como respuesta a éste mundo que tanto necesita de hombres y mujeres entregados para la construcción de un mundo más humano, lleno de paz y una espiritualidad humana. Agradezco a la PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA – FACULTAD DE TEOLOGÍA con aprecio a los ENCARGADOS Y DOCENTES, que con sus sabidurías nos han enseñado el camino del conocimiento. Para que los estudiantes logren así, culminar sus estudios, para luego salir disponibles para ayudar a otros. Y por último a todas aquellas personas colombianas que me dieron su amor y su amistad. CONTENIDO Págs. INTRODUCCIÓN…………………………...…………………………………………….09 Planteamiento del problema……………………………………..…...…………..………...11 Justificación………………………………………………………………………………...16 Objetivo general………………………………………...………………………………….18 Objetivos específicos……………………………………...……………………………….18 El Método………………………………………...……………………………..………….19 CAPITULO I Comprensión de la espiritualidad en perspectiva antropológica, cristiana y desde la propuesta de Aselm Grün. 1.1 Aproximación al concepto de espiritualidad en perspectiva antropológica…....…..21 1.2 Espiritualidad humana…………...………………………………………….……...21 1.3 Etimología de espiritualidad en perspectiva cristiana……………...………….…...25 1.4 Espiritualidad cristiana………………………...……………………………….…..27 1.5 Antropología teológica y espiritualidad…………………...…………….…………32 1.6 Experiencias de la trascendencia humana…………………...……………………..36 1.7 Iglesia, comunidad y espiritualidad…………………..…………………………….37 1.7.1 Iglesia, Misterio de Cristo………………...………………………………………..38 1.7.2 Iglesia-institución…………………………………………………………………..39 1.7.3 Iglesia-comunidad…………………………………….......………………………..40 1.8 Itinerario de la experiencia cristiana que llevó al surgimiento de la vida monástica…………………………………………………………………………...41 1.9 Nacimiento de la vida monástica………………………...………………………...43 1.10 Espiritualidad monástica………………………………………...…….…………...46 1.11 Sentido de la espiritualidad monástica en el desierto………………...….…………47 1.12 San Benito, monje y fundador (Años 480-547 d.C.)……………………………….49 1.12.1 Difusión de la Regla (Siglos VI-X)………………………………………………...50 1.12.2 Congregaciones y Ordenes (Siglos XI-XVII)……………………………………...51 1.12.3 Abadía benedictina de Münsterschwarzach, Alemania………….……...………….52 1.13 ¿Quién es Anselm Grün?..........................................................................................53 1.14 Modos de comprender la espiritualidad cristiana en Anselm Grün………………………………………………………………….……………..55 1.15 Categorías teológicas básicas para la comprensión de la espiritualidad en Anselm Grün……………………………………………………………………...…………58 1.15.1 Lectura de la Sagrada Escritura…………………………………………………….59 a) Lectio....................................................................................................................60 b) Meditatio…………………………………………..….…………………………60 c) Oratio…………………………………………………………………...……….60 d) Contemplatio…………………………………………………………………….61 1.15.2 Liturgia…………...…………………………………...……………………………61 1.15.3 Ascesis…………………………...…………………………………………………63 1. 16 CONCLUSIÓN…………………...…………….………………………………….65 CAPÍTULO II Acercamiento a las raíces de la enseñanza y establecer posibles conexiones con la espiritualidad desde Anselm Grün. 2. Enseñar, Enseñabilidad y Educabilidad……………………………….…………...67 2.1.1 Concepto de, enseñar…………………………...………………………………….67 2.1.2 Concepto de, enseñabilidad…………………...…………………………………....69 2.1.3 Concepto de, educabilidad…………………...………………………………….…71 2.2 Enseñar e instruir……………………………..…………………………………….73 2.2.1. Instrucción ocasional……………………………………………………………….75 2.2.2 Instrucción sistemática……………………………………………………………..75 2.2.3 Instrucción especial…………………………...…………………………………....75 2.3 Finalidad de la enseñanza……………………………………..……………………77 2.4 Modos de enseñar………………..…………………………………………………78 2.4.1 Introducción didáctica……………...………………………………………………80 2.4.2 El entrenamiento……………...…………………………………………………....81 2.4.3 Enseñanza socrática………………………...……………………………………...81 2.4.4 Buscar temas adecuados………………………...………………………………….81 2.4.5 Crear ambientes investigativos…………………………...………………………..82 2.5 Maestros de la enseñanza………………...……………..………………….………83 2.6 Rasgos del enseñante……………………..………………………………………...86 2.6.1 Apertura de sí mismo……………………...……………………………………….86 2.6.2 Vocación hacia la enseñanza………………...…………………………….……….87 2.6.3 Coherencia en la enseñanza…………………...………………………………...…87 2.6.4 Ser reflexivo………………………………………………………………………..87 2.6.5 Ser crítico y creativo……………………………………...………………………..88 2.6.6 Promotor de la autonomía y la iniciativa…………………………………………..88 2.6.7 Disciplina…………………...……………………………………………………...88 2.7 Fundamentación antropológica del aprendizaje…………………….…...…………90 2.8 Enseñabilidad y Espiritualidad……..……………………………………………....92 2.9 CONCLUSIÓN……………...………………..…………………………………....95 CAPITULO III Descripción de algunos de los rasgos de la enseñabilidad de la espiritualidad a partir de las obras de Anselm Grün. 3. Principios y sentido de la espiritualidad cristiana…………………...……………..98 3.1 ¿Realmente es pertinente hablar de una epistemología de la espiritualidad?...........................................................................................................98 3.1.1 Desde una comprensión histórica………...………….…………….…...…………..99 3.1.2 Comprensión de la espiritualidad desde Anselm Grün……...………...…….……101 3.1.3 Comprensión actual de la espiritualidad……………………….………...……….103 3.2 Conexión de la enseñabilidad con la espiritualidad………………..……………..106 3.3 La enseñabilidad es característica propia de la comunicabilidad de la espiritualidad...........................................................................................................107 3.4 Eficacia de la espiritualidad desde Anselm Grün………………...………..……..108 3.5 La espiritualidad, fuente para encontrar sentido a la existencia humana..….....….109 3.6 Rasgos de la enseñabilidad de la espiritualidad desde Anselm Grün………..…...111 3.7 Resignificación de la espiritualidad hacia una espiritualidad esperanzadora………………………………………….………………………….114 3.8 Una espiritualidad encarnada en la realidad……………….....….………………..115 3.9 Criterios básicos para asumir la espiritualidad desde Anselm Grün….…….…….117 3.10 CONCLUSIÓN…………..…………...…………………………………………..118 4. CONCLUSIÓN GENERAL……………………………....…….…………….….121 5. BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………….……125 INTRODUCCIÓN Este trabajo se ha realizado con la intención de descubrir los rasgos de la enseñabilidad de la espiritualidad, para lo cual se han tomado como textos de investigación, dos obras escritas por Anselm Grün. Esta idea nació de la inquietud de que al mirar hacia la sociedad de hoy día, pareciera que aun no existe una comprensión coherente de lo que es espiritualidad. En muchas situaciones, esta palabra se es entendida desde las devociones religiosas populares, y definitivamente se ignora que la espiritualidad, es la fuente de la existencia humana. De Grün, señalaremos así en general algo de él, ya que más adelante encontraremos más sobre él, en el desarrollo de éste trabajo. Grün, es un sacerdote benedictino, quien hoy día es uno de los autores más leídos en el tema de espiritualidad. Actualmente presta su servicio como Director en un centro de asistencia terapéutica y al mismo tiempo colabora como administrador general en el monasterio de Münsterschwach, Alemania. Lo primero que hace Anselm Grün al hablar de espiritualidad es acudir a la fuente que parte desde lo cristológico. Ya que las enseñanzas cristianas y monásticas hacen surgir en él una gran motivación para trabajar en la búsqueda de una comprensión sobre el significado de la espiritualidad. La presente investigación consta de tres capítulos y una conclusión general. En el primer capítulo se puede encontrar una aproximación al concepto de espiritualidad en perspectiva antropológica, y al mismo tiempo la explicación etimológica de la palabra espiritualidad desde la perspectiva cristiana; para esto, se ha acudido a algunos autores que son competentes en el tema. La espiritualidad cristiana es la puerta que abre el contenido del trabajo, ya que todo lo humano parte de la espiritualidad cristológica. Es así como se puede comprender que dentro de una comunidad cristiana, la espiritualidad poco a poco se va extendiendo y haciéndose vida, como lo han experimentado quienes se integran a la vida monástica, personajes que abrazan radicalmente la espiritualidad cristológica. Este será el mismo camino que llevará a Anselm Grün hacia la estructuración de su espiritualidad. 10 En el segundo capítulo se realiza una aproximación al concepto de los términos, enseñar, enseñabilidad, educabilidad y los modos de enseñar de quien lleva a la práctica esta acción, ya que estos términos ayudan a establecer una conexión entre la enseñabilidad y la espiritualidad desde Anselm Grün. Necesariamente hay que hacer éste recorrido puesto que son presupuestos básicos para hablar de los rasgos de la enseñabilidad de la espiritualidad, desde la óptica de Anselm Grün. En el tercer capítulo, se profundiza en una comprensión humana y situacional de la espiritualidad desde Anselm Grün, efectuando una interpretación de sus obras: “Las fuentes de la espiritualidad” y “Una espiritualidad desde abajo”. A través del análisis logrado, se responde mostrando la eficacia de esta espiritualidad estructurada por Grün, y es lo que prácticamente da paso a la exposición de algunos de los rasgos de la enseñabilidad de la espiritualidad desde este autor, los cuales ayudan a comprender hoy, el significado de una espiritualidad. En la conclusión general, más que volver a escribir lo que ya está dicho, se trata de motivar al lector a descubrir dentro de sí mismo, la propia espiritualidad. Aprender de los grandes maestros una nueva manera de comprender, de vivir y de hacer espiritualidad en los actuales contextos. Este trabajo no está dirigido exclusivamente hacia los creyentes cristianos católicos, por el contrario, lo que se pretende es dar una visión más amplia de espiritualidad, más humana e integral. Por medio de este trabajo se pretende hacer una invitación a dejarse llevar por el Espíritu que cada uno lleva dentro de su ser, a llenarse de una espiritualidad, pero que realmente tenga significado para la vida y la existencia humana. Descubrir en la profundidad de cada ser humano su propia espiritualidad y no pretender buscar la de los demás. Quizá la manera como ha sido transmitido el significado de la espiritualidad hasta hoy día, es en términos religiosos, lo cual no se ajusta a la realidad; la espiritualidad es experiencia de vida que se realiza al interior de un ser humano: hombre o mujer. 11 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Cuando alguien nos habla de espiritualidad, nos quedamos haciéndonos muchas preguntas y especulando acerca de su significado, surgiendo así varios interrogantes: ¿Para qué hablar de espiritualidad? ¿Qué es la espiritualidad? ¿Para qué le sirve a la sociedad de hoy día tomar conciencia de una espiritualidad? A pesar de que el tema sobre espiritualidad es importante y significativo para el mundo de hoy, aún no se ha logrado definir en forma clara y sistematizada cual es su función y su aporte al querer comprender la esencia de la vida. Hablar de espiritualidad, no es hablar de religión, es hablar sobre el valor fundamental de la vida. La afirmación clásica de que el ser humano es un ser espiritual significa que el hombre y la mujer son algo más que su vida biológica, que en ellos existe algo que les da una calidad de vida superior a la vida de un animal. Ese “plus” es algo que los distingue, que les hace ser lo que son, y es por medio del Espíritu que recibimos de forma gratuita, ese “algo adicional” y es también por medio del mismo Espíritu, que nos damos cuenta de ese “valor adicional” que co-existe en cada uno de nosotros.1 El cuestionarse acerca de la realidad actual, permite ver un mundo de fuertes contrastes debido a la pluralidad de pensamientos, vivencias, culturas, y por qué no decirlo, de diferentes espiritualidades que buscan descubrir el sentido de la vida. Para muchas personas la vida no tiene sentido sin bienes materiales, es decir, los bienes son factores necesarios para una vida digna; para otros, la vida solo vale en la medida que se disfruta de una profunda relación con Dios, reconociéndolo a Él como el único Ser que provee sabor a la existencia de toda persona. En medio de ésta diversidad de pensamientos, culturas y modos de concebir la vida, las personas se confunden, se desorientan, hasta tal punto que pierden el rumbo y ahora desconocen cuál es el verdadero horizonte de su vida. Por ejemplo: algunas acuden a quienes se han auto llamado espiritistas, con tal de buscar una orientación espiritual, tener una idea sobre la suerte o la prosperidad en su vida familiar. Para otras personas consultar 1 Casaldáliga, Espiritualidad de la liberación, 28. 12 el Tarot, trae buena suerte, como también ofrece ayuda para la toma de decisiones en la acción humana, y ayuda en la comprensión de los sucesos diarios y para tener éxito en la vida; pero vemos un común denominador aquí y es la falta de un compromiso serio con Dios. Hay otros, quienes buscando a Dios lo hacen a través de la devoción a los santos, pero también lo hacen bajo un criterio mágico, y “si el santo no me ayuda, no le vuelvo a rezar y cambio de santo”. Este es un rasgo muy fuerte que encontramos en las tantas espiritualidades que existen hoy día. Vemos el gran contraste de la vida actual con el pasado. En años anteriores podríamos decir que las personas entendían la espiritualidad como la manera más contemplativa de vivir, tener una devoción profunda con Dios y con la naturaleza, pero a causa de la diversidad de pensamientos filosóficos, los avances tecnológicos, las transformaciones sociales, etc., también, la forma de entender el sentido de la vida en sí misma, su origen y su destino final, ha ido cambiando. El sentir de la gente ya no es lo mismo que antes, ya no existe ese sentido de comunidad, del compartir, de la solidaridad, etc., ahora las personas quieren simplemente preocuparse por disfrutar el presente, darse el gusto de vivir cómodamente, de tener todo de acuerdo con lo que está a la moda, de comer a veces en exceso o dejando desperdicios, sin querer darse cuenta que existen quienes, tienen dificultades para suplir sus necesidades básicas. Es preciso reconocer también que el comportamiento materialista y de afán de poder, de muchos dentro de la Iglesia Católica, ha desilusionado los corazones de muchas personas y a otras les ha justificado su actitud también materialista y de indiferencia ante Dios y ante sus semejantes. A pesar de todo, la gente busca “algo” que le dé sentido a su vida, existe un gran interés por la espiritualidad, pero hoy día no existe el compromiso por mantenerse y actuar según el Espíritu. Si las personas se preocuparan por tener una vida profundamente espiritual, no estaríamos viviendo la violencia, el egoísmo, la discriminación, que existen en la sociedad actual; todo ello no es fruto de una verdadera espiritualidad, sino que es fruto de la falta de espiritualidad en la vida personal y en el mundo. Hoy el mundo vive un vacío existencial y espiritual. La sociedad actual necesita una luz, una espiritualidad que ilumine 13 su búsqueda de sentido, que re-descubra el valor de la vida, y poder así recuperar el concepto de integridad comunitaria, para vivirlo en plenitud. Al mismo tiempo se conocen a nivel mundial grandes hombres y mujeres, católicos y no católicos, empresarios, universitarios, que dedican tiempo para el estudio y posterior elaboración de escritos sobre la espiritualidad. Ésta es una gran riqueza con la que podemos contar hoy, algunos autores son más leídos que otros, pero aún con ésta variedad de escritos, no es suficiente, puesto que son frágiles en sus contenidos y todavía no se acaba de comprender el profundo significado de la espiritualidad. En un mundo cambiante como en el que vivimos, se da la necesidad de una visión mística y trascendente más allá de la realidad tangible. No vivir exclusivamente de las cosas inmanentes, de las cosas inmediatas y más cercanas, sino que, al trabajar en las cuestiones mundanas, lo hagamos basándonos en valores e intereses por algo que está más allá, en valores eternos y trascendentes que son valores universales. Por otra parte, la Iglesia Católica también ha mostrado gran interés en la producción escritural sobre el tema espiritualidad. Cuando decimos Iglesia nos referimos a sus miembros comprometidos por dar a conocer la presencia del Espíritu en la vida. Ellos se inspiran en la persona de Jesús, quien siendo Dios humanado, cumple la misión de anunciar y denunciar según le inspirara para cada ocasión, la presencia del Espíritu en su vida. Jesús lo hizo asumiendo siempre con mucho coraje las consecuencias que para Él podría traer ésta actitud y siempre se compadeció del dolor y el sufrimiento del pueblo; esto lo traemos a colación, para contextualizar y poder leer en la vida actual, como se da la espiritualidad. Y Jesús no actuó de esta manera para lucirse porque Él tuviese una espiritualidad, sino que lo hizo porque lo sintió en su corazón y sabía que debía reflejarlo en su buen actuar, para mostrarnos cuál debe ser nuestra espiritualidad. Esto es precisamente lo que hace falta en la sociedad actual, una espiritualidad en perspectiva con la persona de Jesús. En este punto podemos decir entonces que, dado que “El Espíritu es la dimensión de más profunda 14 calidad que el ser humano tiene, sin la cual no sería persona humana” 2, la conciencia que tiene la persona humana de esta presencia divina dentro de su ser, es lo que diferencia la espiritualidad cristiana de las otras espiritualidades, así como también lo son las enseñanzas de la fe cristiana en el orden a la Salvación para una vida eterna. Es decir que la espiritualidad cristiana es abrazar un estilo de vida, en el seguimiento a Cristo. Los autores contemporáneos dedicados al tema de la espiritualidad, intentan encaminar a la persona hacia una vida más en sintonía con Dios y con sus semejantes, ya que todo bautizado tiene un compromiso y una responsabilidad con la comunidad. Sin embargo, muchas personas no participan, ni asumen un compromiso cristiano en medio de su comunidad, es más no existe la conciencia de ser parte de una comunidad. En resumen, como aprendiz de investigador en torno al tema de la espiritualidad, puedo decir que me ha sido posible identificar muchos escritos sobre este tema. Entre ellos se destaca la prolífica obra de Anselm Grün, sacerdote benedictino contemporáneo, quien a través de sus pensamientos y meditaciones, ha logrado atraer y despertar en las personas una nueva manera de concebir y vivir la espiritualidad en un mundo lleno de contrastes. Después de la anterior contextualización, vemos que el tema de la espiritualidad es fascinante y al mismo tiempo, accesible a todas las personas, sin exclusivismo, porque en el fondo, propone una actitud de vida en todas las dimensiones de la persona, conduciéndola al reconocimiento de ser creatura de Dios, en su totalidad. Anselm Grün, define que “la espiritualidad no se limita nunca al área de lo racional y espiritual; su objetivo es siempre el ser humano en su totalidad”3, cosa que aún no se ha logrado comprender. Él propone una espiritualidad cimentada en la espiritualidad de Jesús. Un Jesús que no solamente enseña en los templos, en las sinagogas etc., sino que también cura, sana y hace que los demás sean libres y felices.4 2 Ibíd., 28. Grün y Dufner, La salud como tarea espiritual actitudes para encontrar un nuevo gusto por la vida, 58. 4 Ibíd., 104. 3 15 Por otra parte también Grün afirma, que la espiritualidad se ha convertido en una palabra de moda, porque hoy día muchas personas escogen caminos espirituales sin estar ligados a una religión.5 Es una de las realidades que atraviesan la vida de las personas. A modo de ir entrando a perfilar lo que realmente compete a la presente investigación, es muy importante hacer claridad sobre lo que verdaderamente se quiere decir cuando se habla sobre el término, espiritualidad; para no quedarse simplemente en una explicación provisional, tomaremos el concepto dado por Grün, quien propone una espiritualidad que parte del ser humano y de su existencia. De Anselm Grün, existen comentarios breves, opiniones sobre el quehacer teológico, pero no hay trabajos serios en los que se analice profundamente el tema de la espiritualidad que él mismo propone y es por esto precisamente, que nace el interés por profundizar sobre su propuesta de lo que debe ser una verdadera espiritualidad. Para acercarse a la espiritualidad que propone Grun, es necesario, preguntarse sobre la vigencia y actualidad de su propuesta y averiguar cuál es la razón que hace que sus obras sean acogidas por muchas personas cristianas. ¿Cuál es el contenido de la enseñanza que se descubre en algunos de sus textos? ¿Qué hace significativa sus obras? estos son los cuestionamientos que nos llevan a la pregunta que pretendemos responder en esta investigación: ¿Cuáles son los rasgos de la enseñabilidad de la espiritualidad desde Anselm Grün? Este interrogante encaminará el desarrollo de la presente investigación, para lo cual vamos a ir identificando en las obras, “Una espiritualidad desde abajo” y “Las fuentes de la espiritualidad” de Anselm Grün, los rasgos de la enseñabilidad de la espiritualidad, para que ésta sea verdadera, ya que ésta exige un compromiso con la realidad, con la vida cotidiana, sabemos que la espiritualidad atraviesa la existencia humana. La espiritualidad es una invitación a crear espacios de silencio tanto en nuestro interior como en nuestro alrededor, el silencio nos lleva a re-descubrir la vida. Una prueba de la autentica espiritualidad es el autoconocimiento, que nos capacita a aceptar al otro tal y como es, según expresa Anselm 5 Grün, Las Fuentes de la Espiritualidad, 09. 16 Pero ante todo haremos una pequeña explicación de cada obra a utilizar en este trabajo. En la obra “Las fuentes de la espiritualidad”, nos lleva a la comprensión de la espiritualidad desde la espiritualidad cristológica, ya que la fuente de la espiritualidad cristiana es Cristo mismo. La humanidad solamente lo podrá encontrar en la Sagrada Escritura donde se lee y se contempla la vida de Jesús. Un hombre que supo vivir y transmitir su espiritualidad para toda la humanidad. Luego será lo que alimentará la vida de fe de los creyentes cristianos seguir una vida al estilo de Jesús, un Jesús que su enseñanza es la vida misma. Y por último en la obra “Una espiritualidad desde abajo”, nos muestra como la espiritualidad debe de partir de las experiencias humanas. Es decir, todo lo que acontece en la vida de los seres humano es parte de una espiritualidad, ya que la vida está atravesada por sin fin de acontecimientos, que muchas veces no nos damos cuenta. Anselm Grün, en su obra quiere mostrarnos que la espiritualidad es la expresión insignificativa de la vida humana. Es lo poco que podemos decir de las dos obras que se utilizará para la interpretación de la espiritualidad según Anselm Grün. 17 JUSTIFICACIÓN La motivación primera de esta investigación surge a partir de la necesidad de ir mostrando, ampliando conocimientos, y al mismo tiempo integrar en la vida de la sociedad actual, una espiritualidad encarnada en la realidad de hoy día. Dado que la espiritualidad no se reduce a la religiosidad popular como se intenta pensar o simplemente para los religiosos, la espiritualidad atraviesa las fronteras de todas las religiones en el mundo. La espiritualidad, trata de la espiritualidad de la vida como su origen y finalidad. Motiva en el ser humano muchos pensamientos e ideas, ya que aún no se logra comprender lo valioso de poseer una espiritualidad. En medio de la diversidad de espiritualidades, muchas de las cuales no llenan las expectativas de creyente o no creyentes, es pertinente conocer propuestas como la de Anselm Grün, ya que con su aporte, la persona muy posiblemente podrá lograr descubrir en su propia vida, lo que debe significar la espiritualidad para ser vivida en la actualidad, podrá encontrar la integridad inmensa de su ser personal en un mundo lleno de contrariedades. En cuanto a la pregunta que hemos planteado para enfocar la presente investigación, la consideramos pertinente puesto que aún no se han realizado trabajos como éste, para identificar algunos rasgos necesarios de la enseñabilidad de la espiritualidad desde Anselm Grün. Siguiendo su pensamiento a través de la afirmación que hace, cuando dice que, “a veces se hace descansar la espiritualidad en consideraciones piadosas y cuando se la ve sin base humano-teológico pierde toda credibilidad,”6 este trabajo no solamente está pensado para las personas sencillas, sin estudios, jóvenes que buscan una espiritualidad, sino que también se dirige al teólogo o teóloga que hace teología, y que trabaja en el campo educativo pastoral. El teólogo no enseña teorías sobre Dios, ni enseña a entes abstractos, sino a personas, a cada uno de los individuos, el que aprende no es un sujeto universal, si tenemos en cuenta que el aprendizaje es concreto y subjetivo y se subordina a cada acción mental individual 6 Gamarra, Teología Espiritual, 39. 18 de la persona. Entonces queda claro que el investigador se dispone a planear la enseñanza real no para sujetos universales y abstractos, sino para individuos concretos y situados aquí y ahora. Desde su conocimiento teológico es sensible ante la realidad humana, manifestando una espiritualidad integral en la comunidad donde se mueve, experimentando la presencia del espíritu de autonomía y sensibilidad para consigo mismo y el mundo que lo rodea. Más que seguir proponiendo teorías acerca de la espiritualidad, se pretende hacer visible que lo más importante de la enseñabilidad de la espiritualidad es que sus rasgos de racionalidad, comunicabilidad y orden propios, permiten configurar una pauta orientadora y específica, teniendo en cuenta la realidad de las personas que viven una espiritualidad, y aquellas que la buscan. El ser humano en la actualidad necesita tener una espiritualidad abierta, autentica, expresiva, desde las complejidades de su propia existencia, desde las alegrías y las tragedias en la vida. Una espiritualidad abierta a un nuevo camino que permita integrar al individuo en su totalidad de creatura de Dios. Ser espiritual no significa encerrarse como un preso o dedicar horas a la meditación y a la contemplación. Exige implicación y compromiso emocional con los demás, en el esfuerzo común para dar sentido a la vida, incluyendo el entusiasmo apasionado por el mundo como la trasformación del yo, ya que estamos en un mundo en que el otro no es reconocido y no tiene dignidad, en este sentido, la espiritualidad cristiana busca construir comunidad para una expresión mejor de sí mismos ante la sociedad. Partiendo de todo lo anterior el trabajo se concentra en dos obras fundamentales de Anselm Grün: “Una espiritualidad desde abajo” y “Las fuentes de la espiritualidad” a través de las cuales, busca hacer una aproximación profunda de su visión sobre la espiritualidad para identificar los rasgos necesarios en su enseñabilidad y así dar unas pistas a la respuesta de la pregunta planteada. 19 Se pretende que con este trabajo desde las dos obras de Anselm Grun, sea posible mostrar los rasgos de la espiritualidad y de la enseñabilidad de la misma, no solamente para las personas en general, sino también para el teólogo que hace teología, desde la espiritualidad encarnada en la misma realidad que se vive, tomando como soporte primordial al ser humano en su totalidad. Finalmente, la espiritualidad ha de generar esperanza, inducir a una nueva manera de concebir el mundo, a no quedarse en una comprensión sin esperanza. El mundo necesita de una espiritualidad que brote desde la realidad, desde los acontecimientos diarios de la vida de los hombres y mujeres, quienes aún sin proponérselo, hacen historia. Por eso cuando hablamos de la teología no es discurso sobre Dios, no es pensar sobre Dios, es encontrar el rostro viviente de Dios en la historia de su propia Creación, es ver cómo Dios actúa en la humanidad. OBJETIVO GENERAL: Identificar algunos rasgos de la enseñabilidad de la espiritualidad a partir de dos obras de Anselm Grün: “Una espiritualidad desde abajo” y “Las fuentes de la espiritualidad”. OBJETIVOS ESPECÍFICOS: A partir de las obras: “Una espiritualidad desde abajo” y “Las fuentes de la espiritualidad” de Anselm Grün, identificar los modos como él comprende y describe la espiritualidad. Realizar un acercamiento a las raíces de la enseñanza y establecer las posibles conexiones con la espiritualidad desde Anselm Grün. 20 Describir algunos rasgos de la enseñabilidad de la espiritualidad, a partir de las obras de Anselm Grün.: “Una espiritualidad desde abajo” y “Las fuentes de la espiritualidad” EL MÉTODO El itinerario investigativo se desarrolló desde la perspectiva descriptiva – documental. Mientras que el proceder teológico se llevó a cabo a partir del método hermenéutico. La fuente de información la constituyeron algunos textos sobre espiritualidad, que proporcionaron ciertos aportes para la definición y la conceptualización del mismo término de espiritualidad. Luego de haber definido la espiritualidad, se dio paso a la descripción de los rasgos de la espiritualidad de Anselm Grün, desde las dos obras seleccionas procurando responder al objetivo principal. Las obras de Anselm Grün: “Una espiritualidad desde abajo” y “Las fuentes de la espiritualidad” fueron los textos prioritarios para identificar los modos cómo él comprende y describe la espiritualidad y lo que debe significar para las personas en la actualidad. También se realizó una aproximación para la definición de algunos términos en relación de la enseñanza para poder hacer una posible conexión con la espiritualidad en Grün. El desarrollo sistemático de la investigación fue procesual, respondiendo a los presupuestos de la misma metodología. El primer movimiento del método, corresponde a la comprensión (comprender los textos escritos, lo que ellos nos comunican) asimilar el mensaje escrito para una mayor comprensión desde la realidad. Luego de haber dialogado con los textos se da el paso para analizar en las obras mencionadas, los rasgos de la enseñabilidad de la espiritualidad, ¿Qué le puede decir a la sociedad actual? Si Anselm Grün es reconocido como un autor contemporáneo, ¿Qué suele decir a la sociedad a través de sus obras? ciertamente muchas personas reconocen la validez 21 de sus escritos, posiblemente porque utiliza un lenguaje sencillo, adecuado para ser comprendido por todos sus lectores. En este sentido, esta forma de proceder quiso dar una respuesta significativa para la realidad actual, teniendo a la mano textos que buscaron ser interpretados desde la problemática actual y desde la experiencia de vida de las personas, para una mejor comprensión de los rasgos de la enseñabilidad de la espiritualidad desde Anselm Grün. Aquí se abre paso para el compromiso real con y en el mundo. No es simplemente hablar o escribir entorno a la espiritualidad, sino que se realiza con la intención de comprometerse en la construcción de una sociedad justa en donde todos puedan aspirar a vivir en paz, con sigo mismo y con los demás. Ya que la fuente de toda vida es el Espíritu, Espíritu que hace mover y actuar a las personas, La espiritualidad acontece siempre en la vida, forma parte de la vida. Con este trabajo se pretende mostrar la eficacia de la espiritualidad para los cristianos creyentes y para los no creyentes. Se pretende reflexionar, meditar acerca de que permite hoy día una espiritualidad contextualizada, develar una espiritualidad capaz de responder a los desafíos de la teología hoy. 22 CAPÍTULO I Comprensión de la espiritualidad en perspectiva antropológica, cristiana y desde la propuesta de Aselm Grün. 1.1 Aproximación al concepto de espiritualidad en perspectiva antropológica Hablar de espiritualidad es intentar dar una explicación sobre un término bastante ambiguo.7 Esto ocurre precisamente, por ser un término cuyo sentido es muy amplio, y al mismo tiempo su contenido es muy diverso. Al referirnos a ella, no necesariamente estamos enfocando nuestra concepción en el ámbito religioso, bien sea para el creyente católico o dirigida a cualquier otro tipo de manifestaciones o confesiones de fe. La espiritualidad no se reduce al lenguaje religioso, tal y como se ha entendido y practicado con frecuencia; “no es la separación entre el espíritu y la materia, entre lo divino y lo humano, entre lo religioso y lo profano, entre lo eterno y lo temporal”8; el término espiritualidad comprende un todo integral, pudiendo encontrar su fundamento desde la propia experiencia humana. 1.2 Espiritualidad humana Para hablar de espiritualidad humana es primordial rescatar el valor esencial de la persona; sin ella no podemos realizar un planteamiento de espiritualidad, puesto que estaríamos cayendo en un vacio sin fondo. El teólogo Gamarra, nos dice que “uno de los puntos más fundamentales para valorar hoy la espiritualidad es la relación que existe entre la espiritualidad y la antropología. Difícilmente se puede hacer hoy un planteamiento de espiritualidad, y mucho menos de mística, que no tenga conexión con la antropología. La antropología es uno de los condicionamientos más fuertes para el planteamiento de espiritualidad.”9 Quienes hacen que la espiritualidad sea una espiritualidad son las personas, sin ellas no existiría espiritualidad. 7 Estrada, La espiritualidad de los laicos, en una eclesiología de comunión, 13. Castillo, Espiritualidad para insatisfechos, 19. 9 Gamarra, Teología Espiritual, 39. 8 23 Una de las dificultades que nos lleva al error, como seres humanos que somos, es que pensamos que la espiritualidad es propiamente religiosa o piadosa; peor es cuando se la entiende sin una base humano-teológica, y entonces pierde credibilidad. La religión por sí misma, no es la que hace que exista una espiritualidad; son las personas que viven la experiencia de una religión determinada, quienes hacen que exista esa determinada espiritualidad. En sí, la espiritualidad es la vida misma de la humanidad. La espiritualidad humana es mucho más que una religión, es mucho más que una devoción, es el fluir de la existencia del hombre y de la mujer como criaturas de Dios, a su imagen y semejanza. No son las instituciones las que producen espiritualidad, son los miembros de una institución quienes transmiten su espiritualidad. Teófilo Cabestrero, en su texto, Espiritualidad y vida humana, afirma lo siguiente: El hecho de que la persona humana –varón o mujer- pueda vivir una “espiritualidad humana” al margen de las Iglesias y de cualquier Religión, no es solamente una posibilidad, sino que es una realidad. Más aún: es la realidad cotidiana básica, universal y masiva en la humanidad. Hoy la conciencia de este hecho crece en la humanidad, y se generaliza la convicción de que las personas pueden vivir sin fe cristiana y sin religión, pero no pueden vivir sin “espiritualidad humana”, porque sin “espiritualidad” se deshumanizan.10. Con base en el anterior razonamiento, Teófilo demuestra, que la humanidad no puede vivir sin espiritualidad, pues se estaría hablando de una sociedad sin conciencia, sin sueños, sin aspiraciones de una vida realizada, sería una humanidad deshumanizada y deshumanizadora. La espiritualidad humana es la vida misma, es la expresión más grande de la vivencia humana. Es lo que nutre y da fundamento a la existencia del hombre y de la mujer. Toda persona se realiza en un proceso de “experiencias humanas de trascendencia”, ya que la persona humana es un ser con espíritu, un ser espiritual. “La necesidad, la capacidad y la búsqueda de experiencias de trascendencia, las genera el espíritu humano, que es por esencia apertura ilimitada y por eso mismo nunca del todo satisfecha, siempre buscadora y soñadora: satisfecho un deseo, la persona con vitalidad espiritual se siente insatisfecha porque el espíritu suscita un nuevo deseo mayor. La vitalidad del espíritu se 10 Cabestrero, Espiritualidad y vida humana, 2. http: /www.claret.org/espiritualidad/documentos/Espiritualidad y vida humana. PDF. (Acceso 20 Agosto 2010) 24 manifiesta así como un manantial de apertura, deseos y aspiraciones a trascenderse y cambiar para desarrollarse y crecer.”11 El ser humano por naturaleza, experimenta en la vida la fuerza, la energía (espíritu) y el dinamismo que lo mueve a ver y a entender la misma vida y su realidad donde vive. Por consiguiente, la teología cristiana coloca su confianza en que el ser humano como criatura de Dios, debe buscar esa intimidad con su Creador, configurándose con la persona de Jesús, como su único modelo de vida, en lo que concierne a la comprensión de la espiritualidad, por más que la naturaleza humana esté severamente limitada en sus comprensiones temporales. Sin embargo, la espiritualidad no se origina en el estado natural y, por tanto, no puede ser comprendida o explicada tan sólo en esas bases. “La persona debe trascender el estado natural para que de este modo esté en capacidad de aproximarse a alguna verdad sobre la espiritualidad.”12 Significa entonces, que el individuo no puede quedarse o acomodarse en el nivel del entendimiento natural, en las necesidades diarias de la vida; al contrario, se debe trascender este tipo de entendimientos naturales y reconocer el hecho de que cualquier suceso, ya sea en general o en particular, tiene su verdadero origen primario, en el estado de los asuntos espirituales y no en los sucesos mismos. La espiritualidad humana se desarrolla en la historia de la humanidad manifestándose como el deseo de buscar la plenitud de la vida impulsada por medio del espíritu. Por eso, no está de más decir que “la espiritualidad abarca la totalidad de la persona; es decir, íntegramente. No se puede entender la misma como una desintegración del ser humano, en que se valora lo espiritual y se rechaza lo corporal. Más bien, la espiritualidad integra, o por lo menos, debe integrar a la persona en sus dimensiones de alma-mente-espíritu.”13 11 Ibíd., 3. http://bluestarprophecy.lacoctelera.net/post/2010/06/25/libro-fundamentos-la-espiritualidad-humanaparte-1 (Acceso 20 Agosto 2010) 13 http://frayish-comoopciondevida.blogspot.com/2007/06/el-tema-de-la-espiritualidad-en-general.html (Acceso 13 septiembre 2010) 12 25 El teólogo latinoamericano Leonardo Boff, escribe en su texto: Espiritualidad un camino de transformación, que “la espiritualidad es aquello que produce en el ser humano una transformación interior.”14 A él no le interesan los cambios externos, que son tan solo expresiones superficiales en la vida del hombre o de la mujer; lo que le importa son las transformaciones más profundas en el ser humano, ya que ese ser, “nunca está acabado, sino que está siempre haciéndose, física, psíquica, social y culturalmente.15 A él le interesan las “transformaciones interiores, que son verdaderas transformaciones capaces de dar sentido a la vida o de abrir nuevos campos de experiencia y de profundidad rumbo al propio corazón y al misterio de todas las cosas.”16 Puede que haya muchas personas que vivan adheridas a la religión o a las religiosidades populares, pero si éstas no producen un cambio interior, no hay espiritualidad. La espiritualidad humana hace de la persona un ser dinámico, despierto, abierto a las necesidades de los demás. Anthony De Mello, S.J. 1987, en su texto, Charla sobre la espiritualidad, hace mención al actuar común de las personas, exponiendo que en el común de las personas no existe ninguna preocupación o interés, por descubrir nuevas formas de experimentar la realidad o el contexto donde se vive. Las personas simplemente asumen las cosas tal como son, pero no existe un cuestionarse frente a lo que el mundo les muestra. Existe un acomodamiento total, “la mayoría de las personas están dormidas.”17 Lo peor, es que en la mayoría de los casos, las personas no se dan cuenta de su propia situación: “nacen durmiendo, viven dormidas, se casan dormidas, tienen hijos dormidas, mueren dormidas sin despertarse nunca. Nunca comprenden el encanto y la belleza de esto que llamamos la existencia humana.”18 La espiritualidad es la vivencia incondicional de la existencia humana, es la búsqueda de darle sentido pleno a la vida, por eso en su texto, él mismo decía: es necesario 14 Boff, Espiritualidad un camino de transformación, 19. Ibíd., 20. 16 Ibíd., 20. 17 De Mello, Charla sobre la espiritualidad. ¡Despierta!, 01. 18 Ibíd., 01. 15 26 el despertar. Para De Mello, la espiritualidad es una forma de despertarse del sueño, es todo el itinerario en la vida, en relación con la sociedad. Pero al mismo tiempo la espiritualidad tiene una dependencia esencial con el espíritu; espíritu que hace mover y actuar a cada ser humano. Siendo así, tanto las aspiraciones en la vida de cada individuo, como sus sueños, anhelos, luchas, emociones, etc., hacen parte de una espiritualidad; una espiritualidad que es única y que hace particular a cada persona que busca la transformación de su propio ser, para llegar a conformarse en una persona plena y realizada. 1.3 Etimología de la espiritualidad en perspectiva cristiana. Etimológicamente, “la raíz de la que procede espiritualidad es el sustantivo latino spiritus, que significa, como resulta evidente, espíritu.”19 La espiritualidad entonces significa, estar conectado con el espíritu; es la forma o manera de vivir en el mundo, en relación con Dios, con sigo mismo y con los otros. Tal como se ha dicho anteriormente, espiritualidad es un término global que se incorpora dentro de cualquier ámbito de la vida social o religioso. Por ejemplo, algunos han utilizado la terminología espiritualidad dependiendo de la circunstancia y desde el punto de vista de donde se desea abordar la temática. Algunos han trabajado la espiritualidad desde las comunicaciones electrónicas, otros lo han hecho sobre espiritualidad y sexualidad, sencillez y espiritualidad, espiritualidad maya, espiritualidad cristiana, etc. Vemos que la espiritualidad es una terminología globalizante, que nunca va a estar aislada de la vida del ser humano. Para ir entrando en el tema que corresponde responder en éste trabajo, es necesario hacer un acercamiento a los diferentes autores sobre la expresión o término de espiritualidad. Ellos, con sus aportes, irán poco a poco enriqueciendo y posibilitando una definición clara y concreta, de acuerdo a lo que se pretende alcanzar con ésta investigación, que es aspirar a una concepción teológica del término espiritualidad y de la posibilidad de su enseñabilidad. 19 Cunningham, Espiritualidad cristiana temas de la tradición, 14. 27 a) José M. Castillo, dice que el término “espiritualidad” no está en el Nuevo Testamento ni en la primitiva tradición cristiana. Esta palabra se empezó a utilizar en el siglo IV y su contenido se fue elaborando a lo largo de la Edad Media bajo la perspectiva cristiana, refiriéndose a la forma de vivir de acuerdo al Espíritu de Dios.20 Este autor hace referencia a que según los Evangelios, el Espíritu de Dios le fue comunicado a Jesús en el momento en el que Él fue bautizado por Juan, (Mc 1, 10; Mt 3, 16; Lc 3, 22; Jn 1, 32). Vemos en el relato de Lucas, cómo y de qué manera Jesús se dejó llevar por el Espíritu de Dios. Sin duda, Lucas nos quiere mostrar la espiritualidad de Jesús, pero en ese tiempo aun no se le concebía como espiritualidad. “El Espíritu del Señor está sobre mí. Él me ha ungido para llevar buenas nuevas a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos y a los ciegos que pronto van a ver, para despedir libres a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor.”(Lc 4, 18-19) En el fondo, Castillo sostiene que la espiritualidad “es la vida según el Espíritu”21, es decir, la forma de vida en la que el sujeto se deja guiar por el Espíritu de Cristo. b) Juan Antonio Estrada Díaz, define la espiritualidad de esta manera: “Espiritualidad equivale a “vivir en Espíritu” (con mayúscula). Con este concepto, se da el inicio de la diferenciación entre Espíritu con mayúscula y espíritu con minúscula. Se podría entender que el Espíritu y la Espiritualidad con mayúscula hacen referencia a la vivencia en el Espíritu de Dios, es el dejarse guiar por ese Espíritu que proviene de la sabiduría de Dios. Y espíritu con minúscula, hace relación al actuar propio del ser humano, el dejarse llevar por su caprichos, hacerle caso a las emociones y sentimientos humanos. Estrada sigue diciendo: “De Jesús pasamos a la afirmación del Cristo, el Hijo de Dios vivo, a partir de la experiencia Pascual; y desde allí, a la participación en la comunidad de los ungidos, en los que se hace presente Dios como Espíritu.”22 El acercamiento a estos dos autores, muestra que la espiritualidad se refiere al dejarse guiar por el espíritu y al mismo tiempo a vivir en el espíritu, lo que prácticamente se manifiesta en los actos que realiza cada ser humano. 20 Castillo, Espiritualidad para insatisfechos, 32. Ibíd., 19. 22 Estrada, La espiritualidad de los laicos en una eclesiología de comunión, 35. 21 28 c) Saturnino Gamarra hace referencia de ésta manera: “Espiritualidad como sinónimo de vivir bajo la acción del Espíritu. Vida espiritual y vida en el Espíritu se presentan como la misma realidad.”23 Todos los autores de teología espiritual comienzan hoy día sus tratados haciendo referencia al Espíritu. El presente texto afirma, que la presencia del Espíritu es lo más radical en la espiritualidad, y que esta presencia es lo que da plenitud a la existencia humana. Podríamos decir también que “se presenta la espiritualidad como la forma envolvente y unificadora de entender toda la vida: Dios, ser humano, la muerte, el universo, la historia, el amor.”24 Nada de lo que el ser humano hace queda por fuera de la espiritualidad. La espiritualidad es la que integra la totalidad del ser humano. Y esto ocurre, precisamente cuando se concibe y se asume una vivencia plena bajo el actuar y obrar del Espíritu. En las diferentes posturas consultadas, la mayoría de los autores definen que la espiritualidad es la vivencia “bajo la acción del Espíritu”, manera de vivir de acuerdo al Espíritu, integridad de la persona. Los autores antes mencionados insisten en la importancia del Espíritu en la vida de la persona, diferenciando Espíritu de Dios y espíritu humano. Consideran que el ser humano posee en su ser el espíritu que lo motiva a salir adelante y al mismo tiempo a realizarse como persona en relación consigo mismo y con los demás; la espiritualidad se da en todos los ámbitos de la vida, todas las personas poseen una espiritualidad. 1.4 Espiritualidad cristiana Hablar de espiritualidad cristiana es hablar de la vida cristiana, del seguimiento de Jesús. Según la historia de los primeros cristianos, con el testimonio de vida de los discípulos históricos de Jesús se da inicio a una vida espiritual cristiana, puesto que ellos vivieron de cerca las enseñanzas evangélicas y apostólicas. Los doce apóstoles, las mujeres santas y los 23 24 Gamarra, Teología Espiritual, 36. Ibíd., 37 29 primeros discípulos directos del Señor, fueron testigos vivos de la experiencia espiritual de Jesús con su Padre, Quien se manifestó visiblemente en el momento de su Bautismo colmándolo de su Espíritu, Quien permanecerá y será su guía durante su ministerio profético. La espiritualidad cristiana, es la opción fundamental de vida que se hace realidad únicamente cuando se asume vivir de acuerdo con el Evangelio de Jesucristo. El punto de referencia de la espiritualidad cristiana “se encuentra donde empieza el seguimiento de Jesús. Esto es lo primero que tuvieron que afrontar los discípulos, es decir, a partir de la opción clara y firme por el seguimiento, empezaron a vivir lo que podemos llamar la espiritualidad evangélica.”25 Por tanto la espiritualidad cristiana parte desde su inicio, de una experiencia de vida con Jesús. Como sabemos, dar una respuesta fiel a Jesús en esos momentos no fue tarea fácil, puesto que en ese tiempo la persecución al cristianismo era muy fuerte, por cuenta del paganismo. “La espiritualidad cristiana como espiritualidad, en principio, es un caso más entre las muchas espiritualidades que se dan en el mundo de los humanos: por ejemplo está la espiritualidad islámica, la maya, la hebraica, la budista, etc.”26 Significa entonces que la espiritualidad se convierte en cristiana si se percibe a la luz del seguimiento de Jesucristo, de su Evangelio, “su doctrina y las obras de salvación y liberación,”27 proporcionando un nuevo sentido a la existencia humana en perspectiva de la persona de Jesús. No puede ser espiritualidad cristiana si no asume el aspecto cristológico y teológico cristiano. El fundamento de la espiritualidad cristiana es la espiritualidad Cristológica. Casaldáliga y Vigil, proponen una concepción de espiritualidad cristiana con éstas palabras: “La espiritualidad cristiana no es un espiritualismo desencarnado. Es el seguimiento del Verbo encarnado en Jesús de Nazaret; la mas histórica y material de las espiritualidades, en 25 Catillo, Espiritualidad para insatisfechos, 25. Casaldáliga, Espiritualidad de la Liberación, 31. 27 Grün, Las fuentes de la espiritualidad, 10. 26 30 la línea bíblica de la Creación, el Éxodo, la Profecía, la Encarnación, la Crucifixión y la Resurrección de la carne.”28 El autor citado, hace una síntesis de la vida de Jesús, el Hombre que vivió una plena espiritualidad en su vida. La espiritualidad cristiana no es invención de un acto desencarnado de la historia humana, sino que es un hecho insertado en la misma realidad de la creación, en la historia misma de la humanidad. El encuentro que se da entre Jesús y la gente, y con sus discípulos, es básicamente para enseñar el camino de una vida de oración y contemplación espiritual. Jesús no se limitó a hacer los oficios en su casa con José y María, sino que les hizo saber a sus padres, que su trabajo era hacer la voluntad de su Padre y por eso se iba al templo y a las sinagogas para su encuentro con Dios. Por eso habla con la verdad diciéndole a sus padres: “¿No saben que debo estar en la casa de mi Padre?” Jesús siempre estaba haciendo lo que el Espíritu le decía, Él se dejo llevar por Éste, y por eso nunca estuvo tranquilo. Él dijo a sus discípulos: “porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del Padre, que me envió.” (Juan 5:30). “Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra.” (4:34). “He descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.” (6:38). Con éstas palabras empieza a despertar y a germinar en el corazón de los que lo escuchaban el interés por el seguimiento de la vida cristiana. El vivir la espiritualidad cristiana es aferrarse a la Revelación de Jesús en su Palabra, vivir de acuerdo al querer del Espíritu que se le ha dado. No cualquiera puede tener una espiritualidad cristiana sino que solo aquel hombre y mujer que ha conocido y acogido la Revelación. “En la aceptación de la Revelación de la Salvación, con sus misterios, y dones, la Palabra de Dios, la Encarnación de Dios en Cristo, la comunión con la Iglesia, los cristianos pueden vivir una espiritualidad cristiana viviendo a conciencia la Salvación de Dios que está en Cristo Jesús.29 28 29 Casaldáliga, Espiritualidad de la Liberación, 16. Ibíd., 39. 31 La vida apostólica era entendida según el Espíritu, y era vivida por personas dedicadas al servicio en el Espíritu, quienes en su interior sentían energía como de fuego, fuerza incomprensible que ellos mismos no podían comprender, y los fortalecía de tal manera que eran llamados para llevar y anunciar la Buena Noticia a los demás. De esta manera se empieza a comprender el sentido de la espiritualidad cristiana dentro de las primeras comunidades. Según recopilación del trabajo realizado por Rosana Navarro, en el texto “El lugar de la espiritualidad en la acción docente del teólogo”. Encontramos que la espiritualidad es entendida como el sustantivo “vida”, el segundo sustantivo más utilizado es “experiencia”. Pero sobre todo el mayor numero de frecuencia para expresar la espiritualidad “espíritu”, “Dios”, “Jesús”, “fe”, y “oración”.30 Este acercamiento nos ayuda también a comprender mejor lo que es la espiritualidad. Lawrence S. Cunningham dice que todo debe girar en torno al adjetivo cristiano-nuestra espiritualidad. Nuestra respuesta debe ocuparse de algún modo de la palabra espíritu. “La espiritualidad cristiana es el encuentro vivo con Jesucristo en el Espíritu. La espiritualidad cristiana no se ocupa tanto de las doctrinas del cristianismo como de los modos en que tales enseñanzas nos configuran como individuos que forman parte de una comunidad cristiana que vive en este mundo.”31 Al mismo tiempo sigue diciendo Lawrence: “La espiritualidad cristiana presupone una manera de vivir y no una filosofía abstracta o un código de creencias. Ser cristiano es vivir de una determinada manera. Un motivo fundamental del Nuevo Testamento es la idea de que los seguidores de Jesús son quienes siguen un camino.”32 Por lo tanto, la espiritualidad cristiana tiene unas exigencias concretas para llevar en la vida, vivir de acuerdo al estilo de Jesús. La autentica espiritualidad cristiana ha de tener un carácter eclesial y comunitario, en donde se pueda experimentar una vivencia en comunidad, autentica en el sentido que siempre 30 Navarro, El lugar de la espiritualidad en la acción docente del teólogo, 30. Cunningham, Espiritualidad cristiana temas de la tradición, 15. 32 Ibíd., 18. 31 32 debe estar a la expectativa del servicio a los demás, no importando la condición social o la religión de las personas. Estas son las exigencias propias de la espiritualidad cristiana, no es simplemente una vivencia de fe abstracta, sino que es una fe que se hace vida dentro de la comunidad y dentro de la sociedad.33 Jesús Espeja, define la espiritualidad cristiana diciendo que: “no es más que vivir según el Espíritu de Cristo, re-crear y concretar en la propia existencia y en una situación histórica las motivaciones, las actitudes fundamentales y la conducta de Jesús.”34 En éste sentido no cambia la expectativa de los autores, quienes al hablar de espiritualidad cristiana siempre enfocan sus estudios en una vivencia espiritual encarnada en la realidad, vivir bajo la acción del Espíritu de Jesús en toda su dimensión. El propósito de la práctica de la espiritualidad cristiana es asumir una vida al estilo, y cómo la de Jesús; es vivir de acuerdo al plan de Dios manifestado en Jesús. El ser cristiano, tiene como presupuesto incondicional, la conversión, aspirando a la santidad y en el ejercicio frecuente de la práctica de las virtudes. Esta práctica vivencial era lo que identificaba a los primeros cristianos: buscar la santidad, mediante el análisis sistemático de lo que implicaba para la vida práctica, en medio de la sociedad de esa época, la conversión al cristianismo. Esto significaba un cambio radical de vida: sobre todo en el interior del corazón, y la unidad dentro de la diversidad de la comunidad a la cual se pertenecía.35 En conclusión, podemos decir que la espiritualidad cristiana tiene su fundamento en el seguimiento radical de Jesucristo, es asumir una vida como la del maestro. Tener la experiencia con el Espíritu quien está presente en cada creyente. Él es quien da fortaleza para una vida más intensa, comprometedora y apostólica, incluso hasta el punto de sacrificar la vida en el seguimiento a Cristo. Es lo que han experimentado los primeros 33 . Ibíd., 23. Espeja, La espiritualidad cristiana, 45. 35 Sesé, Historia de la Espiritualidad, 22. 34 33 cristianos, fidelidad al seguimiento, conversión y transformación de vida. La espiritualidad cristiana tiene que ver con la Pasión por Jesucristo. Esto tuvo como resultado la expansión del cristianismo, los apóstoles entregados al Evangelio no tuvieron miedo de predicar y vivir como cristianos, se sentían motivados a ser testimonio predicando el Evangelio, hasta llegar al martirio. “Ser cristiano significaba, en la práctica, estar preparado y dispuesto para el martirio (testimonio)”.36 Es así como toma fuerza la espiritualidad cristiana no solamente por la pasión en el seguimiento a Cristo o vivir de acuerdo a su Evangelio, sino que esta pasión es traducida a la realidad de la vida diaria. Cómo dice José María Castillo, cuando expresa que el centro de la espiritualidad cristiana es la vida: “No solo la vida sobrenatural, divina o eterna, sino esta vida. Al decir esta vida, se refiere a la vida diaria, la vida de lo cotidiano, de lo vulgar y hasta de lo rutinario. La vida normal de una persona normal. Ahí, en el espesor de esa vida en lo que hacemos, gozamos y sufrimos cada día, está el centro de la espiritualidad de los cristianos.”37 En esto se concretiza la comprensión de la espiritualidad cristiana, ya que Jesús no solamente es un Maestro espiritual, sino que es un Maestro de vida y Maestro de la vida como lo vuelve a decir Castillo. Es allí donde debe radicar la espiritualidad cristiana y no en otra cosa. Claro está que para tener una experiencia de Dios es necesario la fe y la oración, pero todo debe pasar por la experiencia de vida. 1.5 Antropología teológica y espiritualidad Para hablar de antropología teológica y espiritualidad es inevitable dejar a un lado el significado del espíritu como una dimensión de la vida humana, ya que el Espíritu de Dios es la fuente donde se da comienzo a la existencia y a la vida. En el Génesis se dice que “En el principio cuando Dios creó los cielos y la tierra, todo era confusión y no había nada en la tierra. Las tinieblas cubrían los abismos mientras el Espíritu de Dios aleteaba sobre la 36 37 Ibíd., 25. Castillo, Espiritualidad para insatisfechos, 197 34 superficie de las aguas” (Gen 1, 1-2)38; es decir que el Espíritu que proviene de Dios es el motor, el impulso de todo, por eso dentro de la teología cristiana se comprende que la creación del mundo no arranca con el ser humano, sino que Dios dispone el espacio y el lugar donde éste pueda vivir y realizarse mejor. Llegado el tiempo del cumpliendo con el orden dispuesto por la voluntad de Dios llega el momento de la creación del ser humano, “Dios formó al hombre con polvo de la tierra; luego sopló en sus narices un aliento de vida y existió el hombre con aliento y vida.” (Gen 2, 7.) Acá donde se da el soplo de la vida, el hombre es creatura de Dios, por tanto, él debe conservar una relación cara a cara con su Creador. “Las palabras <Spirit> (Espíritu) y <Spiritual> (Espiritual) sólo se emplean para designar al Espíritu divino y sus efectos en el hombre…”39 La espiritualidad parte de la vivencia espiritual de la persona, de su relación con el Dios que da la vida por medio del Espíritu. Cuando se dice que “el espíritu de una persona es lo más hondo de su propio ser: sus motivaciones ultimas, su ideal, su utopía, su pasión, la mística por la que vive y lucha y con la cual contagia a los demás” 40, entonces se podrá decir también, que cuando una persona tiene un buen espíritu, es cuando tiene un buen corazón, buenas intenciones, cuando persigue objetivos nobles y se manifiesta como una persona veraz; así mismo, se puede decir que quien actúa con buen espíritu, poco a poco va formando su espiritualidad personal, que en la práctica son los valores fundamentales para su existencia; por ejemplo: su buen sentido, su conciencia, el tener una voluntad profunda para el dominio de sí misma, que no solamente se reduce a vivir para sí misma, sino que se convierte en una servidora y vive su interés por el beneficio de los otros. Se entiende por espiritualidad humana aquella que determina la realidad de la persona como de carácter o de forma de ser espiritual. 38 Biblia Latinoamericana. Tillich, Teología Sistemática III, La vida y el espíritu, la historia y el Reino de Dios, 33. 40 Casaldáliga, Espiritualidad de la liberación, 24. 39 35 La antropología teológica, plantea entonces la relación del ser humano con Dios. No se puede hablar de espiritualidad, si el discurso está desligado, alejado, desprendido del ser humano, del ser que es creado por Dios a su imagen y semejanza, del ser que busca tener una experiencia profunda con su Creador. Ciertamente para abordar el tema sobre el ser humano, también es necesario distinguir entre los campos de estudio desde donde se pretende abordar la temática. Ya que hoy se habla del ser humano en muchas perspectivas: por ejemplo: desde el punto de vista filosófico, psicológico, desde la medicina, de la sociología, y en especial en el campo teológico, Dios y persona. Este es el punto central para desarrollar una espiritualidad humana desde la experiencia del hombre-mujer en relación con el Creador. En el texto de Luis F. Ladaria, Introducción a la antropología teológica, él afirma que la palabra antropología se ha convertido en muchos casos en equívoca41, según las circunstancias que se viven. Claro está que éste término siempre nos remite a la persona como ser humano. “El adjetivo teológica nos señala cuál es este punto de vista: se trata de lo que el hombre es en su relación con el Dios uno y trino revelado en Cristo”42. El ser humano sólo se comprende a la luz de Jesucristo revelador de Dios. “Jesucristo es, en efecto, el revelador del Padre. Cuando en la teología cristiana se habla de Revelación, es Dios el que se da a conocer.”43 El ser humano desde su libertad acoge esa Revelación manifestada en Jesucristo el enviado de Dios, para hacer historia en la vida humana. La espiritualidad solo se puede comprender a partir de la antropología teológica, desde la experiencia profunda del ser humano, del salir de sí mismo, del darse a los demás, esto ya es una autentica espiritualidad que brota del interior de la persona misma, de todo aquel que se abandona por completo en la presencia de Dios, para sentir su amor y su misericordia. Ese abandono en la presencia de Dios ya es una manifestación de la espiritualidad personal, 41 Ladaria, Introducción a la antropología teológica, 09. Ibíd., 09. 43 Ibíd., 09. 42 36 ésta se hace posible si la persona se deja guiar por el Espíritu de Dios, actuando y obrando según lo revelado por ese mismo Espíritu. Ladaría44 se expresa en su texto, Introducción a la antropología, con éstas palabras: La propia revelación cristiana, que nos habla de Jesucristo como el Hijo de Dios encarnado y de nuestro encuentro con él en la fe, presupone un conocimiento y una experiencia de lo que es ser hombre como sujeto libre y responsable de sí. De lo contrario no podríamos tener ningún acceso a Jesús ni al misterio de su encarnación. Se comprende entonces que solo la Revelación cristiana abre el espacio para acceder a la Encarnación de Jesucristo: Dios que se da por medio de su Hijo Jesucristo haciéndose humano con la intención de ofrecernos un camino distinto, para nuestro encuentro con el Misterio, tomando parte de la espiritualidad de Jesús. Esta espiritualidad que es ofrecida por Jesús, manifiesta la verdadera integridad del ser humano, Él no ha venido a separar lo espiritual de lo material, sino a mostrar que todo debe verse en su conjunto, para que realmente se dé una buena experiencia de Dios. Por tanto, el ser humano, la persona, de hecho es un ser espiritual, en cuanto posee en su vida el Espíritu Divino. Teófilo hace mención en su texto, al gran filósofo y teólogo Paul Tillich (Alemania, 1886-1965) y a su obra, La dimensión perdida, en la que dice que, “Ser espiritual significa andar apasionadamente en busca del sentido de la vida y mantenerse abierto a las respuestas que pueden conmovernos profundamente”45 El ser espiritual es entonces no solamente para aquellas personas que practican una religión, sino para todas aquellas personas que buscan dar sentido a su existencia humana. Solamente el cristiano que acepta como su Creador a Dios, puede experimentar la espiritualidad trascendente, realizando una opción fundamental y teniendo un horizonte significativo de la existencia humana. No es cuestión de monopolizar la espiritualidad, sino que todo debe partir de la relación Dios-persona, donde la persona es un ser creado por el Espíritu de Dios, y por 44 Ibíd., 10 Cabestrero, Espiritualidad y vida humana, 6-11. 45 37 tanto ella tiene toda la capacidad para abrirse al Misterio, a la Trascendencia, desde sus dimensiones humanas. Más allá de su realidad misma, el ser humano logra ser espiritual, en la medida en que reconozca la Revelación de Dios como fundamento de su existencia. 1.6 Experiencias de la trascendencia humana Hoy día crece el reconocimiento práctico y teórico de la necesidad de tener en cuenta la espiritualidad humana, como resultado de una búsqueda de la trascendencia. Ese reconocimiento de la trascendencia se manifiesta en las actitudes del hombre y de la mujer en cuanto que son seres que están en constante dinamismo de ir más allá de sí mismos, de abandonarse de sí mismos en búsqueda de lo diferente, de lo no cotidiano, por ejemplo en la búsqueda de salir adelante, de conocer nuevas cosas y de experimentar una realidad diferente a lo habitual. Según Teófilo Cabestrero: Todas las personas humanas sentimos necesidad y tenemos capacidad innata para “trascendernos” o “superarnos”. Por tendencia natural, nuestro ser no quiere estancarse, cerrarse y paralizarse. Aspiramos a crecer, a ser más, saber más, tener más y mejor. Esto es “trascenderse.” Necesitamos vivir experiencias humanas de “trascendencia”, de crecimiento, de ir más allá. El ser humano es un ser de deseos, de aspiraciones, de sueños e ideales. Necesidad y capacidad innatas de “trascendencia”: no es algo añadido o exclusivo de las personas mayores, es algo “innato”, natural, está en nuestro ser humano, nacemos con esa necesidad y capacidad; entonces habrá que educarlas, estimularlas y orientarlas. Unos las tienen más despiertas, y otros más dormidas.46 De lo expresado en el párrafo anterior, podemos concluir que el ser humano nunca es estático, o que se quede detenido en una realidad destrozada, sino que existe dentro de él esa capacidad de trascender y de ir más allá de su entorno. A pesar de que su condición de creatura, es frágil, débil, etc., lo que hace que él tenga la capacidad de salirse de su condición humana e ir más allá, es la fuerza del Espíritu Divino que procede de Dios y lo hace transcender. 46 Ibíd., 2-11. 38 En realidad son pocas las personas que se preocupan por anhelar grandes ideales trascendentes en la vida, pareciera que existe más interés por las cosas que ofrece el mundo. Aun así, cuando las personas tienen ese deseo por las cosas materiales, hay algo profundo dentro de ellas, que las motiva para salir adelante: el Espíritu que proviene de Dios y que está en el interior de la persona hace diferente la experiencia humana en lo cotidiano. El actuar u obrar de cada día, solamente se hace posible con la ayuda del Espíritu, por eso se dice que la persona, como creatura de Dios, tiene esa posibilidad de entrar en contacto o poseer una experiencia de vida transcendente. “La espiritualidad supone relación con lo trascendente, con el Misterio.” 47 El Misterio solo es posible experimentarlo, si se es capaz de entrar en uno mismo, lo que es lo mismo que buscar la interiorización de la propia vida ante Dios. El Dios que es un ser superior a lo humano, pues es su Creador. “El cristiano es claro exponente de la relación de la espiritualidad con lo trascendente. Es esencial a la espiritualidad cristiana, sacar fuerza vital de la acción salvífica de Dios en Jesucristo, presente en la Iglesia y transmitida por su palabra y los sacramentos.”48 Solamente aquel cristiano que cree en la acción salvífica de Dios en su historia de vida, es capaz de tener contacto con el Misterio. Dios se revela solamente en el ser humano por medio de la fe, en la encarnación del Hijo de Dios. Si la experiencia de Dios puede darse en la vida del ser humano, con mayor razón debe darse dentro de la comunidad espiritual que se llama Iglesia, pueblo de Dios que camina para el encuentro con su Dios. 1.7 Iglesia, comunidad y espiritualidad La espiritualidad, es la raíz misma de la comunidad eclesial que se congrega para vivir el Evangelio, por tanto la espiritualidad no se comprende fuera de la Iglesia, sino que es ella misma la que hace que ésta, es decir la Iglesia, sea para el servicio de la comunidad reunida como Pueblo de Dios: una comunidad de creyentes, donde Cristo vive y se manifiesta para 47 48 Gamarra, Teología espiritual, 34. Ibíd., 35. 39 continuar a través de ella, su obra redentora en la historia humana y del cosmos. Jesús está presente en medio de hombres y mujeres que abrazan el cristianismo para vivir su experiencia de fe: ésta es la Iglesia de Cristo. Es muy importante tener claridad sobre algunos términos que se usan dentro de la Iglesia para describir los diferentes aspectos y significados de la comunidad eclesial de los cristianos. Esto con el fin de no dar lugar a posibles confusiones entre los términos, Iglesia, comunidad, y espiritualidad. Por lo tanto, haremos un acercamiento a lo que se entiende por, Iglesia Misterio de Cristo, Iglesia como institución y por último, Iglesia como comunidad donde se vive la espiritualidad cristiana. Para lograr estas definiciones, se tomará como base importante el aporte realizado por Alberto Parra, en su escrito, La Iglesia, publicada por la Facultad de Teología de la Universidad Javeriana, en Bogotá en el año 1996. En este escrito, él hace la diferenciación entre Iglesia Misterio, Iglesia institución e Iglesia comunidad. 1.7.1 Iglesia, Misterio de Cristo: Alberto Parra la define como el “Elemento del plan salvífico de Dios revelado en Jesucristo,”49 y a su vez la describe como “La revelación del mystérion u oikonomia de nuestra salvación, operada por Dios Padre en su Hijo Jesucristo (Rom 16, 15; Ef. 1, 9), asocia de modo intimo e indisoluble a la Iglesia (ek-klesia) con la persona y con la Obra salvífica de Jesucristo el Señor.”50 Las anteriores definiciones son una invitación a comprender la Iglesia como la presencia real de Dios en el mundo, por medio de su Hijo Jesucristo, quien se revela en la historia de la salvación, saliendo al encuentro con su pueblo. Al reconocer la Iglesia como Misterio divino, no se agota su significado, Dios sigue salvando y revelándose por medio de su Hijo en su Iglesia. Él es la “Cabeza” del “Cuerpo místico que es la Iglesia” (Ef. 1,22; 5, 23; Col 1, 18; 1 Cor 12, 12). También es el “esposo de la Iglesia” (Ef. 5, 25ss.) y el pastor de las “ovejas” (Jn 10, 11). Podríamos seguir mencionando muchas citas bíblicas en donde se 49 50 Parra, La Iglesia: contextos sociales, Textos fundacionales, Pretexto mundiales, 08. Ibíd., 16. 40 muestra a la Iglesia como Misterio del Señor. Es el mismo misterio entendido como “Plan”, “Proyecto”, “Propósito”, y que solo proviene de la voluntad de Dios Padre, presentado en el mysterium Christi. La razón de ser de la Iglesia es la espiritualidad misma, porque tiene como fundamento a Cristo. “La Iglesia es misterio, obra divina, fruto del Espíritu de Cristo, signo eficaz de la gracia, presencia de la Trinidad en la comunidad cristiana. La Iglesia no es una mera sociedad humana, sino un verdadero misterio: tiene una condición sacramental en Cristo (LG 1; 9; 48; SC 5), que la hace visible e invisible, institucional y carismática, cuerpo social y misterio divino.”51 1.7.2 Iglesia - institución: tiene relación directa con la vida y acción del Jesús histórico, con el Evangelio del Jesús que es el mismo Dios con aspecto humano, quien se insertó dentro de la historia de la humanidad. También se entiende Iglesia institución, en términos de potestad, de autoridad, de jurisdicción, de legalidad, de derecho sacramental y de pastoral clerical. Alberto Parra, cita el Concilio Vaticano II, diciendo que la Iglesia se asemeja al Misterio del Verbo Encarnado”52. Él expresa que parece un poco aventurado decir que Jesús funda su Iglesia, que más bien se puede decir que fue la experiencia de los apóstoles la que hace que la Iglesia empiece a organizarse como tal, como institución: “La Iglesia fue Iglesia desde siempre en el misterio mismo de Cristo. Y en el tiempo y en la concreción de la historia de Iglesia surge, se origina o proviene, no de un acto puntual fundacional del Jesús histórico, sino de todo el ser, el hacer y el decir de Jesús. Y esa es la conciencia que la Iglesia experimenta y transmite sobre sí misma en el testimonio evangélico.”53 La Iglesia después de la Pascua Cristiana, experimenta sus orígenes en la oferta de la salvación, dentro de las primeras comunidades que han sido constituidas por los apóstoles y por las personas más cercanas al Jesús histórico. Entonces no cabe la menor duda de que 51 Gamarra, Teología espiritual, 89. Vaticano II, Constitución Dogmática Lumen Gentium. 53 Ibíd., 20 52 41 Jesús se constituye en el origen, fuente, fundamento y cimiento de la Iglesia como institución histórica. Solo en Él se confía la Iglesia como tal, a la que acompañará en su peregrinar en el mundo. El compromiso de la Iglesia como institución, es seguir llevando a cabo el anuncio de la presencia del Reino de Dios en el mundo, es ser testimonio vivo del Evangelio de Jesucristo. Así es como Parra también expresa que la Iglesia no solamente vive “por Cristo”, en cuanto que Él la originó en el pasado, sino que vive “de Cristo” en cuanto que Él permanece vivo, presente, irreemplazable, insustituible en Ella, para que la humanidad pueda tener el acceso al Padre”. 54 1.7.3 Iglesia - comunidad: es comunión y congregación de personas, convocadas y reunidas a imagen de la comunidad del Padre, Hijo y Espíritu Santo. La Iglesia como comunidad es la reunión de personas reales, convocadas por la gracia divina, para el seguimiento histórico del Señor. “Además de misterio e institución, la Iglesia es la comunidad misma de las personas que siguen a Jesús”.55 De lo que acabamos de entender deducimos que la Iglesia es comunidad de los hermanos que se reúnen en nombre de Cristo el Maestro Divino. También comunidad es la expresión de los que permanecen fieles en el camino de Jesús, la Iglesia es la congregación de los fieles. La mayoría de las personas que profesan la fe en Jesús, saben que son y conforman la Iglesia y que Él es la Cabeza de la comunidad eclesial. La comunidad eclesial es el lugar para compartir ideales, proyectos religiosos, sueños, el lugar para ayudarse los unos a los otros. Porque vivir una espiritualidad cristiana significa poseer la capacidad de abrirse a los demás, de darse a los demás siguiendo el ejemplo de Jesús. La historia nos narra que los primeros seguidores de Jesús después de la Pascua, no se quedaron con los brazos cruzados, ellos salieron inmediatamente para anunciar el Evangelio, todos participaron de la fuerza del Espíritu Santo, y fueron creando 54 55 Ibíd., 21. Ibíd., 22. 42 comunidades con las personas que aceptaron el anuncio del Evangelio de Jesús y se sentían identificados en Cristo. Es la presencia del Espíritu en medio de la comunidad eclesial, la que motiva y da fortaleza para que se siga obrando de acuerdo con y en nombre de la espiritualidad cristiana; el Espíritu entonces es, el motor de la comunidad eclesial. No existe comunidad que no tenga una verdadera espiritualidad, porque es la que da consistencia a las relaciones interpersonales, es más, “el cristiano se define teológicamente por la correlación con Cristo y su Espíritu en el contexto de la eclesialidad”56. Hablar de la comunidad de los cristianos, es hablar de todos los que creen y ponen su fe en Cristo el Hijo de Dios que se encarnó en la historia de la humanidad. También la comunidad cristiana se entiende como el pueblo de Dios, que se reúne para celebrar la vida, disfrutar y compartir con los demás, pero al mismo tiempo para orar, meditar y contemplar las maravillas que Dios hace en la vida de los seres humanos. Paul Tillich, afirma que “la asamblea celestial de Dios es una réplica supranaturalista de la asamblea terrenal de Dios, la Iglesia, pero no es una cualidad en las iglesias la que las convierte en iglesias, es una espiritualidad invisible, esencial.”57 Por tanto la Iglesia terrena es la representación de la presencia misteriosa de Dios en el mundo. Los cristianos católicos forman una comunidad eclesial por el simple hecho de vivir bajo el carisma de la institución católica. La congregación de los fieles es la que da identidad a la Iglesia que es el pueblo, como seguidores del mismo Cristo, ya que la experiencia de fe es la que ayuda a cada uno de los creyentes para trascender de la misma realidad. El Espíritu de Jesús histórico da fortaleza a la comunidad de los cristianos. 56 57 Estrada, La espiritualidad de los laicos en una eclesiología de comunión, 41. Tillich, Teología Sistemática III, La vida y el espíritu, la historia y el Reino de Dios, 206. 43 1.8 Itinerario de la experiencia cristiana que llevó al surgimiento de la vida monástica Es imposible hacer una síntesis de todo lo que abarca la historia, la vida, y la espiritualidad monástica, ya que tan solo su inicio y su proceso de conformación tarda algo más de un siglo. Sin embargo se darán algunas pinceladas esenciales que marcan la vida de los monjes. Entre el sigo II y III, se vive un fuerte conflicto entre cristianos y paganos, ya que muchas personas deciden libremente asumir una vida al estilo de Jesús; dicho de otra manera muchos quieren formar parte de la comunidad cristiana naciente. Es así como la vida cristiana nace y se va desarrollando en un clima de persecución. Los mismos discípulos de Jesús eran perseguidos, y no podían expresarse libremente, por el simple hecho de que la política del imperio, no coincidía con lo que Jesús había proclamado. Pero los primeros cristianos no desistían de seguir las enseñanzas de Jesús, incluso estaban dispuestos a entregar la propia vida por la causa del Evangelio, puesto que en ese tiempo era muy fuerte el sentido del martirio “como testimonio de fe defendida con la entrega de la propia vida.”58 De esta manera se fue desarrollando y consolidando el cristianismo en muchas de las regiones cercanas a Jerusalén y más adelante en Antioquía gracias a la acción evangelizadora por parte de Pablo, quien fue, en un tiempo el perseguidor de la fe cristiana y quien luego se convirtió en uno de los que anuncia a Cristo con mayor entrega. Por más fuerte que fuera el rechazo y la persecución al cristianismo, los cristianos no se resistían a abandonar su fe en Jesús, porque Él predicaba y decía todo con la verdad, con la justicia y con su propia vida. Jesús predicaba sobre la hipocresía de las personas, principalmente a los jefes y a los sacerdotes de las sinagogas, eso mismo fue la causa de su condena. “El triunfo de los mártires sobre los emperadores romanos es el triunfo de Cristo, de su don-gracia, de su Espíritu.”59 Por eso después de la muerte de Jesús los discípulos (la comunidad apostólica) los que eran más cercanos a Él, no dejaron a un lado sus encuentros, 58 59 Pablo Moroto, Historia de la espiritualidad cristiana, 29. Ibíd., 30. 44 sus oraciones, sino que seguían congregándose en privado, incluso empezaron a salir a predicar que Jesús era el verdadero Hijo de Dios, pero muchos no creían en ellos. Con sus encuentros y sus testimonios de vida, los discípulos manifestaron que la fuerza del Espíritu de Jesús estaba con ellos. A Él lo mataron, murió y lo enterraron, pero ahora vive para siempre en medio de la comunidad que lo sigue. Incluso ellos predicaban el Evangelio de Jesucristo con más fuerza, sin miedo, sin temor, ya que la fuerza de ellos era el mismo Cristo que se manifiesta por medio del espíritu. Es así como se va desarrollando con mayor potencia la espiritualidad cristiana. 1.9 Nacimiento de la vida monástica Desde sus inicios, quienes se unieron a la vida monástica, tenían muy claro cuáles eran las intenciones y deseos de ésta espiritualidad, ellos sabían hasta dónde se pretendía llegar y cuáles serían las prácticas a las que deberían acogerse en sus testimonios de vida austera y de oración. No era simplemente asumir una vida sin sentido o huir al desierto sin tener claro el porqué y para qué hacerlo. Las motivaciones de la vida monástica tienen su fundamento en la vida de Jesús, es abrazar una vida radical de entrega amorosa al Evangelio de Cristo. Como afirma Pablo Moroto, “en la comunidad de creyentes, surge espontáneamente un grupo de fieles que quieren vivir con más intensidad la ideología, la religión.”60 Esta opción radical al seguimiento de Cristo, significa asumir unas prácticas específicas en la manifestación de la fe: la oración y la contemplación. Esto fue lo que llevó a dar comienzo a la experiencia monástica. Por eso se dice que “la teología mística tiene una gran deuda con los santos cenobitas y eremitas que se retiraron al desierto egipcio para orar, en 60 Ibíd., 72. 45 los siglos III y IV, puesto que dieron origen al movimiento monástico del que habría de alimentarse la oración mística durante casi dos milenios en todo el mundo cristiano.”61 Otra de las causas del nacimiento de la vida monástica, fue el deseo de protegerse de la persecución y del martirio que sufrían los cristianos, durante los siglos III-IV. Algunos se hicieron monjes para evitar una situación social y económica desfavorable. “La huida de las ciudades a los desiertos en tiempos de las persecuciones. Así interpreta Jerónimo la vocación eremítica de Pablo de Tebas, que se refugió en el desierto en tiempos de la persecución de Decio (hacia el 250).”62 El abandonar la ciudad para muchas personas era como una manera de escaparse de las persecuciones que se estaban viviendo en ese período. La vida era una lucha permanente entre confesar su fe como cristianos, o negar su creencia, era necesario tener la fortaleza que otorga el Espíritu a los creyentes, para conservar las enseñanzas de los apóstoles. Ellos fueron perseguidos por los paganos, quienes no aceptaron convertirse y asumir una doctrina diferente, como lo que había anunciado Jesucristo, y los consideraban un peligro político. Los apóstoles y muchos de los discípulos que estuvieron cerca de Jesús, fueron martirizados por causa del testimonio que daban de Él. Y sin embargo, la persecución no termina con la muerte de los apóstoles, sino que continuó durante muchos años en la historia del cristianismo en la que hombres y mujeres consagrados y dedicados a transmitir las enseñanzas de Jesús, dan su vida hasta las últimas consecuencias. El estudio del nacimiento de la vida monástica y su primer desarrollo, que va de Oriente a Occidente, del eremitismo al cenobitismo, y de la vida práctica a la reflexión teórica63, tiene lugar a partir del siglo IV. Los primeros monjes tenían, en general, gran confianza en el 61 Johnston, Teología Mística, la ciencia del amor, 35. Pablo Moroto, Historia de la espiritualidad cristiana. 73. 63 Johnston, Teología Mística, la ciencia del amor, 48. 62 46 esfuerzo humano como medio de santificación64. Ellos se apartaban del mundo con tal de tener una relación cercana con Dios, manteniéndose en una profunda oración y cultivando el silencio. Significado de la vida del eremitismo y el cenobitismo: Ermitaño65, significa persona que huye al desierto por la persecución que se vive en el siglo IV, con tal de no caer en las manos de los perseguidores. Mientras continúan en el desierto ellos vivían dispersos, los padres o familiares de cada uno son los que se encargan de asistirlos llevándoles comida para la supervivencia. Muchos de ellos llegaron a los desiertos como una alternativa obligada, para vivir en paz y proteger su vida, y luego poco a poco, se convierte en una vida silenciosa, excluyendo toda clase de actividades mundanas, para dedicarse solo a lo espiritual. En Occidente, alejarse de la multitud para vivir apartado de la sociedad, consiste en imitar una de las fases de la vida de Cristo. Cenobitismo, significa (vida común); “después de una experiencia personal de vida eremítica, se dio forma al cenobitismo, asentado en la convivencia, en la disposición a compartir los bienes, en la oración en común, en la observancia de la misma regla, en el trabajo manual y en la obediencia absoluta al abad.”66 Es así como se fue consolidando la vida monástica, “lo que justifica en el cristianismo es la persona de Jesús, su seguimiento, como camino para ser perfectos.”67 Los monjes optan por la vida monástica con la intención de mantener y desarrollar la herencia radical de la tradición cristiana, fiel al Evangelio. Se trata de vivir la vida cristiana como un combate, es la lucha por las virtudes y la resistencia a las tentaciones del mal espíritu.68 El retirarse del mundo, significa abandonar el mundo para poder conseguir la santidad, al igual que Jesús, 64 Ibíd., 54. http://www.terra.es/personal/javierou/con-eremitismo.htm (Acceso 12 Diciembre 2010) 66 http://www.mercaba.org/VocTEO/C/cenobitismo.htm (Acceso 12 Diciembre 2010) 67 Pablo Moroto, Historia de la espiritualidad cristiana, 73. 68 Estrada, La espiritualidad de los laicos en una eclesiología de comunión, 88. 65 47 asumir una vida de oración en el desierto, con la intención de imitar las enseñanzas de Cristo. El precursor de la vida monástica fue san Antonio Abad con otros compañeros, desarrollándose con mucha fuerza en Egipto.69 Lo fundamental para ellos era la renuncia a las cosas materiales, el despojo de lo terreno. La opción fundamental por la virginidad, renunciando a la vida matrimonial. Dominar las pasiones y controlar la concupiscencia. Una renuncia radical a lo que el mundo ofrece. “El monacato surge de los círculos ascéticos, y de las vírgenes, viudas y continentes, que durante los primeros siglos vivían en el mundo y testimoniaban su radicalismo evangélico.”70 El asumir una vida radical al evangelio de Jesucristo implica despojarse de todo. 1.10 Espiritualidad monástica “La espiritualidad monástica es eminentemente una experiencia religiosa que nace del encuentro con la Palabra de Dios.”71 El huir, abandonar la ciudad, era precisamente para mantenerse unido con Dios. Lo fundamental para ellos era la lectura, meditación y contemplación de la Palabra de Dios, como alimento diario para el espíritu. “El monje no es más que un cristiano y más exactamente un piadoso laico, que se limita a utilizar los medios más radicales para que su cristianismo sea integral.”72 Se apropia radicalmente de lo que significa ser un cristiano, realizarse según lo que significa y exige el haber sido bautizado en Cristo, no era simplemente pertenecer a la comunidad cristiana, sino vivir según lo que manda el Evangelio, ser hermanos, ser santos y perfectos. Algo que identificaba la vida de los monjes como comunidad, era el asumir con radicalidad el Evangelio y con todas las consecuencias. Los monjes buscaban “mantener y desarrollar 69 Ibíd., 47. Ibíd., 89. 71 Pablo Moroto, Historia de la espiritualidad cristiana, 80. 72 Ibíd., 74. 70 48 la herencia radical de la tradición cristiana”73, en el sentido más estricto de la palabra, tal como lo expresa Jesús en su Evangelio “El que quiera tomar su cruz que me siga” (Lc 9,23.) eso significa negarse por completo a sí mismo, para dar el paso en el seguimiento. Los monjes también estaban llamados a la vida en un estado de perfección, una vida pura y espiritual. No podían tener contacto con el mundo, porque del mundo proviene el pensamiento malo, que distorsiona el encuentro con Dios. “El monje se llama monje porque noche y día conversa con Dios, no ocupa la imaginación más que en las cosas de Dios y no posee mando sobre la tierra.”74 Los monjes no solamente optaron por seguir a Cristo radicalmente o afanándose por la parte espiritual, o por simplemente defender una tradición, sino que para ellos lo más importante era que en su experiencia de vida, debía existir un buen equilibro en todos los aspectos, especialmente en el cuerpo físico y en lo espiritual. Ellos no viven una espiritualidad fuera de la espiritualidad cristiana, sino que practican una espiritualidad enraizada en la experiencia cotidiana de la vida, lo que implica el adentrarse en sí mismo para poder experimentar la pobreza humana, y desde el reconocimiento de la pobreza personal, se logre dar una respuesta en profundidad de la búsqueda de Dios por medio de la espiritualidad. Los monjes, toman en serio el alejarse de la realidad mundana, porque allí es donde se experimenta el mal y el desorden, la tentación, por tanto ellos deciden ir al desierto donde puedan estar solos y tener una relación con Dios, Cara a cara. Esto era el sentido de la fuga mundi que practicaban los monjes en sus vidas. 73 Estrada, La espiritualidad de los laicos en una eclesiología de comunión, 88. Pablo Moroto, Historia de la espiritualidad cristiana, 76. 74 49 1.11 Sentido de la espiritualidad monástica en el desierto “La fuga mundi fue un rasgo esencial de la espiritualidad monástica primitiva. El sentido más profundo y decisivo era la actitud interior que esto supone: búsqueda de la perfección a través de un desprendimiento total del mundo en todos sus aspectos (trabajo, familia, sociedad, bienes materiales, etc.)”75 Sobre todo al principio, esto se manifestaba con la mayor radicalidad posible: los monjes se iban al desierto o a las montañas lo más alejado para encontrarse con ellos mismos y al mismo tiempo, experimentar el desprendimiento del que habla el Evangelio y cada uno vivía en solitario. Los monjes buscaban en el desierto, además de las motivaciones personales, el significado de la vida espiritual y de la vocación personal. En el desierto, es más fácil establecer esa apertura para el encuentro con Dios y evita los posibles obstáculos para la contemplación y la meditación, también se ayuda a fortalecer el espíritu para entablar una dura lucha contra los demonios; el huir al desierto se puede comprender como una imitación literal de algunos personajes o pasajes bíblicos como son, los 40 días de Jesús en el desierto, el éxodo de Moisés y del pueblo hebreo por 40 años en el desierto, la vida de Elías y de san Juan Bautista; es a su vez, como una especie de retorno al estado de inocencia de Adán y como una vigilante espera de la Parusía. “Los monjes primitivos destacaron también el papel preponderante del Espíritu Santo en todo el proceso espiritual; veían la santidad como un pacto con Él, en cuanto maestro, guía o conductor, para poder así el monje llegar a ser pneumatikós o pneumatophoros, verdadero “portador del Espíritu”.76 Para tener acceso a ese Espíritu es muy importante “el despojo de lo terreno: en primer lugar la renuncia a los bienes, la pobreza”77 Y no solamente los bienes sino también hacer la opción por la virginidad, la renuncia radical al matrimonio y al mismo tiempo el saber controlar las pasiones y vivir siempre en santidad, mantenerse en 75 Ibíd., 53. Ibíd., 57. 77 Ibíd., 88. 76 50 plena obediencia sometiéndose al superior, esa son las característica de la espiritualidad monástica. También a las comunidades monásticas se les reconoce como los continuadores de la tradición carismática profética, ya que los que dieron inicio a una experiencia de fe en el desierto fueron los profetas y no solo ellos, puesto que Jesús también quiso huir al desierto para encontrarse con su Padre. La espiritualidad de los monjes se da en tanto que ellos son fieles en el seguimiento de una vida de abstinencia, de vivir solamente bajo la acción del Espíritu de Dios, en la vida de cada uno de ellos. “El monachus, que se dedica sólo a Dios, se convierte en el símbolo del cristiano consagrado a la trascendencia”78, manteniéndose alejado totalmente del mundo. 1.12 San Benito, monje y fundador (Años 480 – 547 dC) San Benito nace en el año 480 en Nursia, cerca de Espoleto, bajo el alegre cielo de Umbría, Italia. Recibió su instrucción en Roma, conforme a la ilustre familia de los Anicios a la que pertenecía. Más el espectáculo inmoral de la Roma de los ostrogodos le produjo tal disgusto, que se retiró a la soledad de Subiaco, a cuarenta millas de Roma. Allí se oculto en una cueva, bajo la dirección de un anacoreta llamado Román, se entregó a la vida de penitencia y trató con Dios a la manera de los ermitaños. Sin embargo no tuvo la paz en su espíritu, pues las imágenes del mundo que había abandonado le seguían atormentando, y así para vencer la tentación del mal, llegó hasta revolcarse sobre espinos y zarzales, según atestigua San Gregorio Magno. “Después de tres años de retiro, de penitencia y de soledad, fue descubierto por unos pastores, así comenzó a extenderse la fama de su santidad, de modo que fueron juntándose algunos discípulos y los monjes del monasterio de Vicovaro situado entre Subiaco y Trívoli, que le suplicaron que tomara su dirección. Muy a disgusto asintió él a sus ruegos, y, desde luego, trató de introducir el rigor y la observancia regular en el monasterio. No 78 Estrada, La espiritualidad de los laicos en una eclesiología de comunión, 91. 51 agradó a los monjes esta conducta, por lo que trataron de deshacerse de él, dándole, un vaso de veneno, que milagrosamente se rompió.”79 Y desde ese entonces aparecieron otros monjes que querían llevar una vida organizada, san Benito los acoge y empieza a organizarlos por grupos. “San Benito los congregó en grupos o colonias de doce monjes, a la manera de las Lauras de Palestina o de los cenobitas de san Pacomio. San Benito, era el germen de donde debía desarrollarse la gran familia benedictina.”80 Alrededor del año 529 se traslada a Montecasino, donde funda un nuevo monasterio. San Benito escribe allí, la Regla de la vida monástica que será lo que dará el orden a la vida de los monjes. Luego de haber culminado la redacción de su magnífica Regula monachorum 81, Escolástica su hermana asume la abadía, y después de pocos meses, san Benito muere el 21 de marzo en el año 547. El compendio de la Regla, data de la fundación de Montecasino, esta Regla que escribe para los monjes, y que más adelante será llamada la Santa Regla, y será la gran maestra del monacato occidental. 1.12.1 Difusión de la Regla (Siglos VI-X) Después de la muerte de san Benito, a mediados del siglo VI, miles de monasterios poblaron Europa y fueron regidos, por la Regla benedictina. De los monasterios benedictinos saldrían los misioneros que evangelizaron Europa, y que al mismo tiempo aun sin preverlo su fundador, fueron a su vez los trasmisores de la cultura, las artes, la educación y las ciencias.82 Debido a que no es fácil hacer una síntesis de todo el caminar de la vida de los monjes, nos referiremos de manera muy general, mencionando apenas algunos de los sucesos ocurridos después de la muerte de san Benito, el gran fundador de los Benedictinos y quien fuera por muchos años abad del monasterio de Montecassino. 79 Royo Marín, Los grandes maestros de la vida espiritual, 91. Ibíd., 91. 81 Ibíd., 92. 82 Pablo Moroto, Historia de la espiritualidad cristiana, 108. 80 52 En el año 597, siendo Papa Gregorio Magno, monje de San André en Roma, él “Encomienda a un grupo de monjes de la región vecina a Roma la evangelización de los anglosajones en la provincia romana de Inglaterra. Allí el líder de este grupo, San Agustín de Canterbury, difundió la espiritualidad de la vida benedictina fundando varios monasterios. En el S. VIII, desde Inglaterra, parte la misión de otro monje-obispo: San Bonifacio, quien predica el Evangelio especialmente en la provincia de Germania, funda monasterios, y corona su vida con el martirio, acaecido en la Galia en 754.”83 De esa manera se fue difundiendo el estilo de vida de los monjes, abriendo nuevos monasterios en otros países circunvecinos, donde era necesario predicar el Evangelio. Así, poco a poco van surgiendo otros monjes líderes, quienes asumen con mucha dedicación la espiritualidad de su fundador San Benito. Más tarde, aparece un monje quien lleva también el nombre Benito, y que después será conocido como san Benito de Aniano (750-821), prácticamente será “el primer gran reformador monástico. Estudia y recopila las diversas Reglas monásticas existentes, y promueve la implantación de la Regla de San Benito en los monasterios del imperio carolingio. En el año 910 surge en la Galia el monasterio de Cluny, cuyos primeros santos abades buscaron manifestar por medio de la liturgia, el trabajo manual y la caridad, su búsqueda de la Belleza de Dios.”84 Esta nueva Regla, prácticamente responde a las exigencias de la vida espiritual de un monje, según las Reglas de San Benito el fundador. 1.12.2 Congregaciones y Ordenes (Siglos XI-XVII) Indudablemente la mayoría de las personas saben que al inicio de una comunidad religiosa se empieza con pocos miembros y con una sola casa, pero conforme el tiempo va pasando, crece el número de miembros, y esto hace que se abran nuevas casas, y también que se expanda la comunidad hacia nuevos países, con la intensión de ir cubriendo las necesidades de evangelización en nombre de la comunidad y para la Gloria del Señor. Es por eso que, 83 84 http://www.sbenito.org/osb/osb.htm (Acceso 22 Diciembre 2010) Ibíd., 00. 53 “en toda Europa continuaron surgiendo monasterios, y nacieron nuevas familias monásticas inspiradas en la Regla de San Benito: Camaldoli, Valleumbrosa, los Silvestrinos, Monte Oliveto, el Cister. Esta última tuvo un papel preponderante. Fundado por San Roberto en 1098, se afianza y expande con San Bernardo de Claraval (1090-1153), quien le da su contenido doctrinal y su cohesión como Orden monástica, extendiéndose rápidamente por toda Europa.”85 Luego, en el papado de Benedicto XII en el año 1215, se reagruparon los monasterios en provincias. De esa manera surgen las primeras Congregaciones Benedictinas: Melk (Australia), Santa Justina de Padua (Italia), Bersfeld (Alemania), Valladolid (España) y otros. No solamente van surgiendo o extendiéndose los monjes en toda Europa sino también en los años 1563 llegan a las tierras americanas y más adelante se dispersan en toda América. De acuerdo con lo dicho al inicio de este aparte, que para hablar de la historia de los Benedictinos es necesario contar con un buen tiempo, aquí hemos hablado limitándonos a dar tan solo algunas pinceladas, pues el recorrido histórico es demasiado amplio. Sin embargo, antes de cerrar este acercamiento general a la historia de los monjes, por último nos vamos a referir un poco a la llegada de los Benedictinos en Alemania puesto que éste será más adelante, el lugar donde se forma y es educado Anselm Grün. La llegada de los monjes a Alemania ocurre en el 1895 y se establecen en Beuron (Alemania). En 1884 surge en éste país, la Congregación de Santa Otilia, que más tarde se expande por Estados Unidos de Norteamérica. 85 Ibíd., 00. 54 1.12.3 Abadía benedictina de Münsterschwarzach, Alemania86 Para ubicar un poco el espacio donde Grün realiza sus actividades cotidianas de la vida, especialmente sus actividades pastorales, hemos querido introducirnos un poco en el ambiente del monasterio donde actualmente vive. Según esta información encontrada en la pagina del internet de los monjes donde vive Grün, nos expresa que en mitad de los viñedos del obispado de Würzburgo se encuentra el monasterio más antiguo de la región de Franconia, la abadía de Münsterschwarzbach que, junto con el de santa Otilia, es el segundo mayor monasterio benedictino de Europa. Según esta información, en el monasterio residen 172 monjes -entre ellos el monje Anselm Grün, que irradia un aura de serenidad y es autor, de fama mundial, de libros espirituales además de destacarse como gran conferencista sobre estos temas. El monasterio está ubicado en un buen sitio lejos del ruido, existe un camino que parte de Kitzingen en dirección Volkach hasta Münsterschwarzbach. Hace más de un milenio que viven los benedictinos en ese lugar. Para muchos, los monjes de la orden son hombres ajenos al mundo que oran y están en silencio todo el día. Pero en realidad no es así como se suponen que viven los monjes, ellos llevan una vida con muchas actividades, no solamente se dedican a la oración sino que también realizan actividades manuales. No obstante, si se echa un vistazo detrás de los muros del monasterio, la imagen mejora: allí se esconde todo un microcosmos lleno de creatividad y actividad. Silencio, contemplación y reflexión, «quien busca, encuentra», es lo que puede encontrarse en la oferta de estancias temporales (Kloster auf Zeit) de la abadía de Münsterschwarzbach. Momentos de conversación, silencio, oración y trabajo en equipo, son los contenidos de esta estancia para hombres jóvenes. Además, la abadía ofrece un marco manifiestamente no dogmático para este bien escogido y motivador programa. El contenido del programa anual 86 Lo que se explica en esta sección está basado en una síntesis encontrada en la página web: http://www.alemania-turismo.com/ESN/cultura_eventos/abbey_muensterschwarzach.htm (Acceso 22 Diciembre 2010) 55 abarca desde ejercicios espirituales individuales o en pequeños grupos, conferencias y ejercicios meditativos, hasta la práctica del modo de vivir benedictino en combinación con la talla de piedra o ikebana. 1.13 ¿Quién es Anselm Grün? Es un sacerdote Benedictino, alemán, quien hoy día es uno de los autores más leídos y escuchado, en el tema de la espiritualidad. Alsem Grün “nació el 14 de enero de 1945.”87 Actualmente presta su servicio como Director de un centro de asistencia terapéutica y al mismo tiempo colabora como Administrador General en el monasterio de Münsterschwarzach, Alemania. “En los años 1965-1971: estudia filosofía y teología en St. Ottilien y en Roma. En el año 1971 es ordenado sacerdote por el obispo de Würzburg y el abad Bnofaz.”88 Más tarde en el año 1974, obtiene el título de doctor en teología con una tesis sobre Karl Rahner.”89 El tema de su tesis fue sobre “la Salvación desde la perspectiva de la teología.”90 Más adelante se da cuenta, que un trabajo de esa índole no lo lee mucha gente. Entonces empieza a cuestionarse y a reflexionar sobre lo que realmente necesitan las personas, él quiere escribir un texto que responda a las necesidades e inquietudes de ellas. Decía que a veces hay publicaciones que no comunican nada a las personas, que no despiertan el interés para leerlas, entonces llega a la conclusión que es mejor escribir textos que broten desde la experiencia de vida, para que así, se dé una respuesta verdadera a las necesidades de los demás; es posible responder por medio de los textos al vacío existencial que sienten muchas personas; de esa forma empieza su camino como escritor sobre espiritualidad. Anselm Grün desde el año 1991, viene trabajando en una casa de acogida para sacerdotes, monjes, religiosas y religiosos, laicos y laicas, que se sienten sumidos en una crisis y 87 Grün, Un largo y gozoso camino: las claves de mi vida. Conversaciones con Jan Paulas y Jaroslav Sebek, 12. Ibíd., 195. 89 Ibíd., 189. 90 Ibíd., 67. 88 56 desean hacer algo para sí mismos. Esta casa, tiene como finalidad ofrecer ayuda a toda clase de personas cuyos problemas personales las han desestabilizado emocional o psicológicamente, o para aquellas que sienten la necesidad de encontrarse con sí mismas, o también en casos de una nueva búsqueda de sentido del rumbo cambiante de la vida. Grün, ofrece a las personas, un acompañamiento personal en el plano terapéutico y en el plano espiritual. Esto ayuda a las personas a liberarse de falsos modelos de vida que también inciden en la vida espiritual. “La espiritualidad contribuye a ver las heridas como oportunidades de encontrar a Dios y abrirse a las personas de una manera nueva y diferente. El resultado es que todos vuelven fortalecidos y con nuevos ánimos a sus actividades como sacerdotes y monjes.”91 Grün desarrolla diversas actividades de orientación psicoterapéutico-espiritual. Imparte cursos de meditación, interpretación psicológica profunda de los sueños, ayuno y técnicas contemplativas. Su trabajo se nutre de las influencias de los místicos, de los antiguos monjes del desierto, de Karlfried Dürckheim, de la psicología profunda de Carl Gustav Jung y, sobre todo, de la doctrina de Benito de Nursia. A lo largo de los años, Grün se ha convertido en consejero y compañero espiritual de muchas personas. 1.14 Modos de comprender la espiritualidad cristiana en Anselm Grün Lo primero que hace Anselm Grün al hablar de la espiritualidad cristiana, es acudir al origen de la palabra, precisando en primer lugar lo que para él significa el término espiritualidad: “vivir desde el espíritu, vivir de la fuente del Espíritu Santo”92 Significa que la persona debe asumir en toda su dimensión humana ese carácter espiritual. Para Grün, “la espiritualidad cristiana busca inspirarse en el Espíritu de Jesucristo. Para el desarrollo de la vida espiritual, se van tomando en consideración las palabras y hechos de Jesús, su doctrina, sus obras de salvación y de liberación. Éste es el camino: dejarse inspirar y 91 92 Ibíd., 60. Grün, Las fuentes de la espiritualidad, 09. 57 transformar cada vez más por el Espíritu de Jesús y cambiar este mundo desde la filiación a Jesús.”93 También la espiritualidad cristiana se comprende desde “la Sagrada Escritura en su conjunto e intenta dejarse impregnar y transformar por sus palabras santas.” 94. Esto coincide con lo que más adelante es reconocido en la vida del monacato, como la lectio divina, o, la lectura divina. La lectura divina tiene como finalidad el ir creciendo en el Espíritu de Jesús. Al mismo tiempo ésta práctica, supone un cambio y una transformación en la vida. No se puede comprender la espiritualidad cristiana sin su fundamento que es Jesucristo, todo debe partir desde una experiencia realmente conectada con la vida de Jesús. Como dice Anselm Grün la espiritualidad cristiana “se expresa en un comportamiento acorde con el Espíritu de Jesús.”95 Jesús no solamente llevó a las personas a tener una experiencia religiosa, sino también los llevó a interiorizar y a experimentar en sus vidas ese mensaje de salvación y de liberación humana, cumpliendo así con la voluntad de Dios que él mismo anunció. El modo de comprender la espiritualidad de Grün, es vivir de nuevo la experiencia del Jesús histórico, quien supo pertenecer a una comunidad religiosa, y al mismo tiempo dio ejemplo con el compromiso que Él mismo asumió ante la sociedad. Él invitaba a vivir según la justicia divina, que se concretiza en el amor a los demás. El Reino que él anunciaba no es un reino de poder, sino de servicio, de compasión, de amor, y al mismo tiempo de fidelidad. Toda la historia de Jesús debe pasar por la experiencia de vida de quienes se reconocen a sí mismos, como cristianos. Un cristiano, se reconoce con el comportamiento de vida que lleva según lo anunciado por Jesús. 93 Ibíd., 10. Ibíd., 16. 95 Ibíd., 67. 94 58 Otro punto importante que tiene que ver con la comprensión de la espiritualidad cristiana, es comprendiéndola desde el Evangelio, como la síntesis de la vida de Jesús. En el Evangelio de Mateo a través del Sermón del monte, Jesús invita ante todo a un comportamiento reconciliador. Reconciliarse significa ponerse en buenos términos con el adversario, mientras se va en el camino con él (Mt 5, 25ss)96. Con estas cualidades el cristiano da a conocer que su actuar es coherente con el Espíritu que proviene de Dios, y por lo tanto maneja en su vida una espiritualidad cristiana. El Evangelio de Marcos muestra a Jesús como un terapeuta, lo muestra realizando una acción curativa. Lo que él quiere dar a conocer es que todo hombre y mujer está expuesto a tener en su cuerpo cualquier clase de enfermedades, y no solamente enfermedades, sino también el desanimo que pone en peligro la felicidad de la persona. La comprensión de la espiritualidad cristiana que tiene Grün desde el Evangelio de Marcos, muestra que Jesús no solamente enseña o anuncia la Buena Nueva del Reino de Dios, sino que también cura las enfermedades y dolencias de las personas, expulsa los malos espíritus que no dejan realizarse a las personas pues les impiden ser ellas mismas: Jesús libera de toda clase de malos espíritus. La espiritualidad cristiana compromete a la persona, a hacer de este mundo algo diferente al egoísmo que lo aqueja, a no dejarse vencer por enfermedades y discordias. “Hay que experimentar el mundo de las tinieblas, para desde allí poder transformarlas.”97 Es lo que el Evangelio de Marcos quiere mostrar: en la medida que seamos capaces de reconocer nuestras heridas o nuestros sufrimientos, y estemos dispuestos a presentarlos ante Él, entonces Jesús nos sanará con su Espíritu. La espiritualidad cristiana desde el Evangelio de Lucas, “es el arte de vivir sanamente. Jesús es el archegos tes zoes, el líder para la vida, el guía hacia una vida lograda.” 98 Todo cristiano que pone su confianza en Jesús, encuentra su sanación y el sentido de su 96 Ibíd., 67. Ibíd., 71. 98 Ibíd., 73. 97 59 existencia. No solamente para vivir sanamente, sino que hace también la invitación a compartir los bienes materiales, y no aferrarse a ellos, ya que eso nos podría apartar de una vivencia plena de la espiritualidad cristiana, ya que la libertad interior frente a la abundancia, es el camino correcto para conseguir el verdadero seguimiento de Jesús en la caridad, en la justicia y en la verdad. Por último, en el Evangelio de Juan, “resalta el amor como rasgo del comportamiento cristiano.” Todo cristiano debe tener como fundamento de su vida el mandato sobre el amor. Amarse los unos a los otros es el mandamiento de Jesucristo. Con éste comportamiento se puede reconocer en el cristiano su espiritualidad: seguir a un Jesús que enseña como amar a los enemigos. “Por su amor las personas tienen que reconocer que viven desde otra fuente, desde la fuente del Espíritu Santo.”99 Decía Grün, que cuando nuestro amor brota de la fuente del Espíritu Santo, ya no cuesta. Es mucho más fácil amar cuando realmente se sabe caminar bajo la obra del Espíritu Santo. El cristiano que no ama, no tiene fundamento para su vida y tampoco ha reconocido lo que implica la espiritualidad cristiana. El verdadero rasgo del cristiano es el amor. Grün, explica en su texto que él no inventa otras fuentes, sino que se vale de lo que ha aprendido como monje sobre la espiritualidad cristiana, la cual se fundamenta en Jesucristo. Lo único que hace Grün, es hacer que esa espiritualidad sea significativa, para darle el sentido transformador de la vida a cada persona. Él decía que no se trata de copiar o de repetir lo que ya se había dicho sobre el camino espiritual de los monjes, o de la Iglesia antigua. Y es por eso, que al ocuparnos de su recorrido, nos animamos a buscar sus propias fuentes. En conclusión, la espiritualidad cristiana se comprende de diferentes formas, pero siempre en el comportamiento del cristiano acorde con la persona de Jesús. 99 Ibíd., 74. 60 1.15 Categorías teológicas básicas para la comprensión de la espiritualidad en Anselm Grün Para los monjes, era fundamental tener una perspectiva clara, que los llevara por el camino espiritual cristiano, el cual ellos mismos habían escogido como opción de vida. Para lograrlo, ellos buscaron un tema apropiado para realizar su meditación espiritual, y eligieron la Sagrada Escritura, ya que en Ella está presente el testimonio de Jesucristo, que es Palabra y Hechos del cual se alimenta, el estilo de vida de los monjes. Anselm Grün explica en su texto, Las fuentes de la espiritualidad, éstas categorías teológicas, puesto que ellas son claves para la comprensión de la espiritualidad cristiana. 1.15.1 Lectura de la Sagrada Escritura En su texto, Las fuentes de la espiritualidad, Anselm Grün, toma como clave principal para la vida espiritual, la Sagrada Escritura, expresando de ésta manera que “la espiritualidad cristiana se refiere a la Sagrada Escritura en su conjunto e intenta dejarse impregnar y transformar por sus palabras santas.”100 Ya que en la Biblia, se muestra el mensaje de la Salvación, no es cualquier palabra sino que es Dios mismo Quien nos habla. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento se experimenta el mensaje de Jesús el Salvador, revelándose y comunicándose con la humanidad entera. Con el transcurrir del tiempo y el ejercicio de la reflexión meditada de las Sagradas Escrituras, los monjes llamarán “la lectio divina”, o sea la lectura divina, a la acción de la lectura orante de las Sagradas Escrituras. La lectio divina es un camino de oración que conduce a un verdadero encuentro con el Espíritu de Jesús, puesto que como ya se ha dicho, la Sagrada Escritura muestra de manera clara a la persona de Jesús. Ningún cristiano puede experimentar la espiritualidad cristiana, sin conocer, o sin haber tenido algún acercamiento a la Sagrada Escritura, puesto que es a través de Ella, que se llega al encuentro del camino espiritual cristiano, es a través de ella que se tiene la oportunidad de lograr un crecimiento espiritual en Jesús, experimentando en la vida personal, la verdadera transformación hacia 100 Ibíd., 16. 61 el camino místico, que es verdadera unión con Dios. Para los monjes: “la Palabra de la Escritura era la llave que abría las puertas al misterio silencioso de Dios.”101 Por tanto para Anselm Grün es importante rescatar éstas categorías teológicas que conducen a la persona a través de una experiencia espiritual con Dios. Por eso la lectura divina de la Palabra, no se reduce a la lectura como tal, sino que hay otros elementos que ayudan a la comprensión, especialmente a la meditación de la Palabra que se lee. La lectio divina según la tradición monástica tiene cuatro pasos: a) Lectio: en la lectura de la Sagrada Escritura dice Anselm Grün, que “no se trata de aumentar el conocimiento propio sobre la Biblia, sino de descubrir en la Palabra de la Escritura el corazón de Dios”102. En la Palabra puedo encontrarme con Dios mismo. Los monjes en la antigüedad, repetían todas las palabras de Jesucristo. En la Sagrada Escritura se encuentra al mismo Jesús, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. La palabra lectio, significa repetir, volver a leer, para que la palabra leída, sea interiorizada, e incluso, se pueda memorizar. La lectura divina de la Palabra es significativa para la vida del cristiano, porque es el alimento de la vida espiritual de todo creyente. b) Meditatio: significa para los monjes, “detenerse en algo de forma reflexiva” “dejar caer las palabras desde la cabeza al corazón, “probar las palabras con todos los sentidos.” La lectura adquiere mucha importancia cuando, en medio de ella, se deja un momento para la reflexión, meditando sobre ella y sobre el significado para la vida cotidiana. Saboreando lo que se está leyendo, no simplemente leer por leer, sino que las palabras deben llegar a lo más profundo del corazón. “La meditación significa repetir las palabras con el corazón, para que penetren cada vez más en él y lo siembren del sabor dulce de Dios.”103 Meditar, no significa tan solo reflexionar sobre las palabras, sino dejarse impregnar por las palabras. La Palabra debe de ser aplicada a la vida. No es solamente 101 Ibíd., 17. Ibíd., 18. 103 Ibíd., 19. 102 62 conocer la Palabra como lo que está escrito, sino meditar sobre el mensaje de la Palabra de Dios vivo y presente, insertado en la realidad actual. Comprender la Palabra es experimentar a Cristo en la actualidad, Él no es un Dios que está lejos de su pueblo, sino un Dios que camina y hace historia con sus hijos. c) Oratio: para los monjes, durante la oración “se expresaba la petición de que Dios calmara el deseo despertado por la meditatio” “El objetivo de la lectura de la Biblia era despertar el deseo de Dios y el ser con Jesucristo”104 No se trata solamente de realizar la lectura para aumentar el conocimiento, sino que se despertara el deseo de Dios, Quien se encuentra siempre presente en la Sagrada Escritura, y se manifiesta vivo e insertado en la realidad actual. El deseo más grande de Dios que podemos encontrar en la lectura de su Palabra es el deseo de amar. Para los monjes la lectura orante, significa hacerse personas dinámicas, y los frutos serán la consecución de la paz que solo se puede encontrar en Dios. El autentico cristiano solo podrá encontrar su alegría en el Dios Señor Glorificado, puesto que en el cristianismo no se sigue a un Dios muerto, sino al Dios humanizado, que ha sido resucitado y vive para siempre. d) Contemplatio: éste último paso “implica una oración sin palabras, un disfrute de Dios sin pensamientos, sentimientos o ideas.”105 La contemplación significa silencio, es un don de la Gracia divina como lo expresa Anselm Grün. Si se hacen los tres pasos anteriores con mucha dedicación, entonces el último paso tiene que donar a Dios. Es dejarse llevar hacia la profundidad del encuentro con Dios. Ya no es con la Palabra misma, sino que esa Palabra leída, lleva a un encuentro cara a cara con Dios. “Es un existir puramente, ser uno con Dios. No veo nada en especial si no miro al suelo. Soy uno con Dios, conmigo mismo, me encuentro conforme con mi vida.”106 “La contemplación disfruta del gozo que Dios hace brotar con sus palabras en el corazón del 104 Ibíd., 20. Ibíd., 21. 106 Ibíd., 22. 105 63 ser humano.”107 La lectio divina es un ejercicio para encontrarse con el Dios que se entrega por medio de su Palabra. 1.15.2 Liturgia Anselm Grün dice que “una fuente importante de la espiritualidad cristiana es la liturgia, los distintos oficios, los sacramentos, y el primero de todos la Eucaristía.” 108 La celebración litúrgica es un elemento fundamental en la vida de un creyente, ya que es lo que da fortaleza y es testimonio, de su vida espiritual en el mundo. En realidad la liturgia dentro de la comunidad cristiana es como el agua que moja y que empapa la tierra, la tierra donde se siembra y va germinando la Palabra de Dios en la vida de las personas que ponen su confianza en los acontecimientos de la salvación. En la actualidad existen muchas personas que participan de la liturgia: ya sea de la celebración de la Palabra o de las celebraciones Eucarísticas, pero en realidad son pocos los que realmente viven una experiencia autentica de Jesús a través del Misterio presente en los sacramentos. No todos los fieles cristianos saben entrar en la dinámica de cara a la liturgia, ya que para tener una experiencia profundad de la liturgia, es necesario dejarse llevar por la realidad misteriosa de los acontecimientos. La liturgia es un elemento primordial en la vida de un cristiano para que se dé el encuentro con el misterio de la redención. La liturgia tiene sus exigencias en la vida cristiana, no basta únicamente con hacerse presente en ella, sino que hay que participar activamente en la celebración litúrgica, y aspirar al cambio y la transformación de vida, en relación con Dios, consigo mismo y con las otras personas. Ciertamente es lo que Grün quiere mostrar en su texto, la liturgia y los sacramentos son los que constituyen la experiencia de fe de cada creyente. Por ejemplo, el cantar los salmos, como lo han hecho los monjes a través de su historia de siglos y lo 107 108 Ibíd., 23. Ibíd., 37. 64 siguen haciendo, porque así se alaba de una manera más perfecta el Nombre de Dios, pero luego, al salir al mundo, el testimonio de vida debe ser acorde con lo cantado en los salmos. Los monjes están entregados a la vivencia profunda de la presencia del misterio real de Jesucristo, en cada momento de oración, en cada celebración de la liturgia y de los sacramentos. Ellos tienen largos momentos de meditación y de contemplación, de tal manera que ellos buscan ser portadores del mensaje de Salvación. Grün afirma que la “liturgia siempre supone participar en la liturgia celestial, un anticipo de lo que nos espera en la muerte.”109 Por tanto cada vez que se celebra un acontecimiento litúrgico, hay que vivirlo con el corazón, y ponerle los cinco sentidos, para que realmente se pueda entrar en profunda contemplación desde la realidad que se está viviendo. Ya que la liturgia no supone un recordar o una memoria del pasado, sino que es un acontecimiento que se hace presente y real en la vida de cada Cristiano, es importante hacerlo parte de la experiencia de vida diaria. Los acontecimientos litúrgicos deben ser contextualizados, deben pasar por la experiencia actual y encarnarse en la realidad del momento y del lugar. Una meditación abstracta no tiene sentido, la liturgia solo tiene sentido si se ve con ojos de Dios puestos sobre éste mundo, ya que en “la Eucaristía es donde nos encontramos con Jesús de la forma más palpable.”110 El participar de Ella, significa llenarse de Ella, unirse a Ella, al mismo tiempo que Ella nos muestra su amor, para que cuantos la recibamos nos llenemos del Amor divino y así podamos trasmitirlo a los demás, pues todos necesitamos del amor de Dios, y por eso Él nos lo entrega, para que nos lo comuniquemos los unos a los otros. Grün decía que debemos tener olfato para lo esencial y lo esencial está en el Amor de Dios. 1.15.3 Ascesis 109 110 Ibíd. 38. Ibíd., 39. 65 Anselm Grün, define que “la ascesis es un elemento esencial de la espiritualidad cristiana,”111 en el sentido que ayuda a la persona a entrar en una perfecta relación con Dios. Es entrar en uno mismo, para obtener la libertad interior. La etimología de la palabra ascesis, procede del ámbito deportivo y militar, en cuanto que los deportistas y los militares se entrenan para poder alcanzar cada vez, un mayor rendimiento. Es muy similar a lo que aspira la comunidad cristiana, cuando busca unas maneras de realizar las prácticas de vida espiritual en los creyentes con el fin de acercarse cada vez más a su Dios. Esto quiere decir que no es simplemente asumir un estilo de vida cristiana, sino que se requiere vivir un proceso de entrenamiento, de recogimiento de vida interior, de aprendizaje, para poder asumir con libertad la espiritualidad cristiana. San Benito hablaba de militia Christi, expresando que los monjes deben realizar el servicio militar para Cristo,112 entendido éste, como el modo de ir asumiendo un estilo de vida a la manera del Maestro, para que la espiritualidad asumida, verdaderamente de fruto y trascienda sobre toda práctica que se desarrolle en la sociedad. Jesús tuvo que aprender muchas cosas de lo que el Padre hacia y lo va conservando en su corazón, por eso en una de sus enseñanzas, le decía a la gente: “tengo que hacer la voluntad de mi Padre porque para eso he venido.” El nacimiento de Jesús en el mundo no solamente sucede porque así tenía que ser, sino que Él vino a aprender y a enseñarle a la humanidad el modo de comportarse y la manera como hay que escuchar la vos de Dios. Dios ha sido encarnado en la historia por medio de Cristo. Y la humanidad bebe de la fuente que es Cristo, por eso San Benito dice que los monjes deben realizar el servicio militar para Cristo. La ascesis es asumida de nuevo por Anselm Grün, porque asumir la espiritualidad requiere de un entrenamiento espiritual, de una apertura profunda, para experimentar a Dios no solamente por medio de la oración meditada, sino en la misma historia de vida. No se puede hablar de una espiritualidad sin antes haber integrado en la propia existencia, la presencia de Dios, el reconocerse ante Dios como su criatura. 111 112 Ibíd., 45. Ibíd., 46. 66 Vale la pena citar el texto bíblico cuando Jesús se dirige a sus discípulos con estas palabras: “El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo” (Mt 16, 24-28) No se puede hablar de un seguimiento si no hay una preparación y un convencimiento propio para integrar cada experiencia de vida, con lo que realmente significa, el seguir a Cristo. El seguimiento de Jesús implica una serie de renuncias, de despojamientos, incluso de sí mismo; para lograr experimentar esa presencia real de Dios en la vida, hay que sentir en el interior, la donación de una espiritualidad que parte de Jesús. La espiritualidad en la persona, exige respirar fuerza y libertad, que es lo que caracteriza a quien vive una profunda espiritualidad cristiana. Para los monjes, la espiritualidad cristiana es una entrega total a Dios, a realizar en sus vidas la presencia de Cristo, cumplimiento con rectitud ciertas normas de vida que permiten alcanzar las virtudes de santidad. 1.16 CONCLUSIÓN Algunas conclusiones a las que se han llegado con ésta primera parte del trabajo sobre el acercamiento a la espiritualidad cristiana, son: La espiritualidad es un término que abarca la totalidad de la persona, es decir, todas sus motivaciones, sueños, anhelos, fracasos, etc.; en sí la espiritualidad es la vida misma, es más que una simple devoción, es el fluir de la existencia de ser humano, todo ser humano posee en su interior la espiritualidad porque es un ser espiritual. De los autores consultados, la mayoría han expresado que la palabra espiritualidad significa “vivir bajo la acción del espíritu”, “vivir de acuerdo al Espíritu de Dios” y al mismo tiempo “vivir en Espíritu”. En éste caso la presencia del espíritu es lo más radical en la espiritualidad, prácticamente es lo que da plenitud a la existencia humana. 67 Hablar de espiritualidad cristiana es hablar de la vida cristiana, del seguimiento de Jesús. Los cristianos solamente se identifican con el Evangelio, por eso cuando se habla de espiritualidad cristiana, se habla de asumir el mismo proyecto de Jesús encarnado en la realidad histórica donde se vive. Vivir la espiritualidad es aferrarse a la Revelación del Hijo de Dios manifestada en su Palabra y en sus Hechos, es “vivir según el Espíritu de Cristo.” La espiritualidad solo se puede comprender a partir de la antropología teológica, en cuando que el ser humano es capaz de encontrarse con Dios cara a cara, mediante una experiencia profunda de sí mismo. La autentica espiritualidad brota en el interior de la persona, en cuanto que es capaz de abandonarse por completo en la presencia de Dios, para sentir su amor y misericordia. Ese abandono ya es una manifestación de la espiritualidad personal, ésta se hace posible si la persona se deja guiar por el Espíritu de Dios, actuando y obrando según lo revelado por ese mismo Espíritu. Cuando hablamos de la espiritualidad cristiana nos referimos a la comunidad de los que creen y siguen el Evangelio de Jesucristo, viviendo sanamente dentro de una comunidad, Iglesia, donde se hace presente la presencia del Espíritu de Cristo. La Iglesia que es el Cuerpo Místico de Cristo. En el proceso del desarrollo del trabajo también se ha visto que los monjes, son cristianos que optan por seguir a Jesucristo radicalmente, para mantener una relación más profunda con el Señor. La huida al desierto de los precursores de los monjes, tiene el mismo significado que, cuando Jesús se retiró al desierto para encontrarse con su Padre, ellos están siguiendo el ejemplo de Jesucristo, es el querer imitar al Maestro. Por último, se ha podido establecer que Anselm Grün, no inventa otra espiritualidad fuera de la espiritualidad cristiana, él mismo dice que toda espiritualidad busca 68 inspirarse en el Espíritu de Jesucristo, tomando en consideración las Palabras y Hechos de Jesús, su doctrina, sus obras de Salvación y de liberación. Lo primordial en la vida de un cristiano es dejarse inspirar y transformar cada vez más por el Espíritu de Jesús y transformar este mundo, desde la filiación a Jesús. 69 CAPÍTULO II Acercamiento a las raíces de la enseñanza y establecer posibles conexiones con la espiritualidad desde Anselm Grün. 2 Enseñar, Enseñabilidad y Educabilidad En esta segunda parte del trabajo, y con la finalidad de sentar las bases para establecer conexiones con el concepto ya trabajado en el capítulo anterior, sobre el término espiritualidad, se propone realizar una aproximación a las raíces de la siguiente terminología: enseñar, enseñabilidad, educabilidad, e instruir; así mismo, se propone hacer un acercamiento a los modos o maneras de enseñar de quienes practican esta acción (de enseñar), con el propósito de establecer una conexión entre los términos enunciados y los rasgos de la enseñabilidad de la espiritualidad de Anselm Grün; a estos rasgos se hará mención más adelante, dentro del desarrollo de la presente investigación. 2.1.1 Concepto de, enseñar Según el diccionario, enseñar significa: “Instruir, adoctrinar, amaestrar. Dar advertencia, indicar, dar señas de una cosa. Mostrar, exponer una cosa para que sea apreciada. Dejar ver una cosa involuntariamente.”113 Con estas múltiples definiciones que el diccionario nos proporciona, podemos entender que enseñar se refiere a un acto de orientación, que tiene como fin mostrar o alcanzar una comprensión de algo. Hugo Mondragón nos dice que tradicionalmente, “el término enseñanza ha estado referido al trabajo que realizan los profesores y profesoras cuando llevan a cabo acciones educativas intencionales”.114 En ésta actividad, se tiene como propósito lograr el aprendizaje en los estudiantes. 113 Diccionario Enciclopédico. Consultado el 16 febrero 2011 de: http: //portales.puj.edu.co/didactica/Archivos/Glosario/GLOSARIO.pdf, Glosario, Ochoa, Hugo Mondragón, 08. 114 70 Así mismo hacemos mención del aporte del profesor Gilbert Highet en uno de sus textos, el cual se titula, El Arte de Enseñar, expresa que “enseñar no es como provocar una reacción química: se asemeja más al acto de pintar un cuadro o componer música; o en un nivel inferior, plantar un jardín o escribir una carta amistosa. Es necesario poner el corazón en la enseñanza; darse cuenta de que no todo puede hacerse por recetas, so pena (de otra manera) de estropear la obra, anulando a los alumnos y a uno mismo.”115 En otras palabras lo que el profesor nos está diciendo, es que, quien tiene el cargo de enseñar, en este caso el maestro, debe saber hacia dónde va a conducir a sus estudiantes. Debe tener una visión amplia de lo que va enseñar, y debe constatar que la enseñanza sea aprendida por los alumnos. El acto de enseñar no se trata simplemente de transmitir o vaciar conocimientos dentro de los alumnos; al contrario, es compartir con otros los conocimientos adquiridos desde la experiencia de la vida, para producir una transformación dentro de cada uno de ellos. Por último, traemos el aporte del psicólogo norteamericano Skinner, Burrhus Frederc, quien expresa que: “enseñar es nutrir o cultivar al niño que está creciendo (como se hace en un jardín de infancia), o ejercitarle intelectualmente, o sostenerle y enderezarle (como endereza el hortelano un arbolito), o sea, dirigir o guiar su crecimiento.”116 No está de más decir que el que tiene la facultad o el compromiso de enseñar, debe conducir y guiar, el crecimiento humano e intelectual de la persona. Recogiendo las ideas de los autores antes mencionados podemos decir con certeza que enseñar, es dar las bases donde se van a ir construyendo los distintos saberes, es decir, que la enseñanza brinda a la persona la posibilidad de ampliar sus conocimientos hacia otros saberes y al mismo tiempo, le facilita obtener una visión más amplia de su propia realidad. Por tanto, los maestros y maestras que realizan la acción de enseñar en los distintos centros educativos formales, comparten con los aprendices ciertos conocimientos adquiridos, y al mismo tiempo los acompañan, los guían y los orientan conduciéndolos hacia las puertas de nuevos conocimientos. Ellos se manifiestan como guías y orientadores que moldean a los 115 116 Highet, El arte de enseñar, 14. Skinner, Tecnología de la enseñanza, 17. 71 estudiantes y transforman el proceso de enseñanza-aprendizaje. “Enseñar no es aplicar un saber para el aprendizaje, es poner en marcha un procedimiento que una vez cumplido, se iguala al maestro con los niños.”117 2.1.2 Concepto de, enseñabilidad No es de extrañar que la enseñanza se desarrolle en diversos ámbitos de la vida: por ejemplo, en el ámbito escolar, familiar, religioso, social, etc., pero cada área de saber tiene su proceso de desenvolvimiento dentro de un sitio específico. Por eso cada ciencia posee en sí misma ciertas metodologías para el desarrollo de la enseñanza. La enseñabilidad no es algo que esté por fuera del asunto de la enseñanza, sino que es la razón misma del porqué y el para qué, es necesario comunicar ciertos conocimientos. La enseñabilidad es un término muy amplio, en el cual, el componente principal es el profesor o profesora que está al frente de un trabajo, haciendo parte de un proyecto epistemológico, pedagógico, y didáctico, de carácter investigativo, teóricamente fundamentado. Es decir que la realización del proceso de enseñanza debe definirse por los objetivos diseñados, en relación con la educación de los niños o jóvenes que están dentro del proceso de formación. La enseñabilidad, es la que gestiona y pone en tela de juicio los actos que implica la enseñanza, teniendo en cuenta como se decía anteriormente, que enseñar, no es simplemente distribuir conocimientos o vaciarse de ideas; sino tener claro lo que implica poner en marcha el proceso de enseñanza. La enseñabilidad es el conjunto pedagógico que maneja el enseñante, para hacer más accesible a los estudiantes el conocimiento a transmitir intencionalmente, teniendo en cuenta que la finalidad primordial de la enseñanza es la construcción integral de la persona, para hacer de ella un individuo capaz de desenvolverse dentro de la sociedad, con su cultura, religión, etc.; la formación integral le abre a cada persona, la opción para adquirir 117 Zuluaga de Echeverry, El maestro y el saber pedagógico, 86. 72 nuevas relaciones interpersonales. Por tanto, la formación humana e integral es una necesidad de toda sociedad o comunidad. Textualmente hemos encontrado que la enseñabilidad, Es una de las características distintivas de las ciencias, ya que lo que es lógico-racional es de suyo argumentable y en consecuencia, es enseñable. La enseñabilidad hace parte del estatuto epistemológico de una ciencia en la medida en que su formulación es comunicable y traducible con rigor, no sólo a los demás miembros de la comunidad científica, sino también a los neófitos y aprendices. La definición de estas condiciones de enseñabilidad para cada ciencia y en cada época histórica concreta, se denomina contexto de enseñanza.118 Por tanto, la enseñabilidad es un aspecto esencial que abarca toda la dimensión del proceso de la enseñanza. Es mucho más profunda que el simple hacer, o cumplir una obligación para enseñar. La enseñabilidad también puede ser planteada desde múltiples interrogantes: ¿Es un saber científico en sí enseñable? ¿En qué medida es enseñable? ¿Qué condiciones previas se requieren para pensar esas posibilidades de enseñabilidad? ¿A quién es enseñable? ¿Para qué y por qué ha de enseñarse? ¿Desde dónde se exige la enseñanza de un saber científico? ¿Qué se requiere para hacer factible su enseñanza? ¿Es el sujeto a quien se le enseña un ente pasivo y meramente receptor de esa enseñanza? Estos interrogantes que acabamos de mencionar hacen de la enseñabilidad una buena razón de ser del proceso de enseñanza, ya que aquella, abarca no solamente las metodologías o la parte epistemológica del contenido de la enseñanza, sino que también toma en cuenta la parte humana, es decir que el proceso de la enseñanza no solamente depende del maestro que enseña, sino que también dependerá de la disponibilidad y de la apertura del estudiante en relación con su propia formación integral. Por más que el maestro tenga una buena metodología para la enseñanza, si el estudiante no tiene esa intención de aprender, no se podrá lograr los objetivos trazados. Por tanto, entre maestro y estudiante debe haber una buena disponibilidad y entendimiento, para que la enseñanza se realice a cabalidad. 118 http://portales.puj.edu.co/didactica/Archivos/Glosario/GLOSARIO.pdf) (acceso 16 febrero 2011). 73 La enseñabilidad es fundamental en el proceso de enseñanza, el maestro que enseña debe tener claridad hasta dónde es comunicable y es aceptable, lo que tiene planteado para ser transmitido a los estudiantes. Su enseñanza debe partir de los estatutos epistemológicos de los saberes, de manera que los contenidos de la enseñanza sean consecuentes con la realidad y que al mismo tiempo sea enseñable y comunicable, en un contexto real, social, cultural, político, religioso, etc., para que contribuya en el proceso de crecimiento y transformación de los estudiantes. La enseñabilidad es la posibilidad que tiene cada ciencia o cada área del saber, de ser enseñada de acuerdo con los métodos y técnicas de su construcción original. Es la posibilidad, para la comprensión del conocimiento específico de un área del saber así como de sus métodos, técnicas y procedimientos que le son inherentes. Es la lógica de la comprensión y explicitación de la estructura profunda de un área del saber. No existe enseñanza-aprendizaje sin la enseñabilidad, ambas poseen una relación intrínseca. Hablar de la enseñanza es hablar al mismo tiempo de enseñabilidad, es la naturaleza misma de la enseñanza, es la base de la labor educativa. 2.1.3 Concepto de, educabilidad Después de haber realizado un acercamiento a los términos de enseñar y de enseñabilidad, también es fundamental saber el significado y el sentido que tiene la palabra educabilidad dentro del proceso de la enseñanza-aprendizaje, precisamente porque enseñar y enseñabilidad son dos acciones donde descansa la finalidad del proceso de formación de los aprendices. La educabilidad es el elemento principal que parte del educando, es una propiedad de las actividades educativas que desarrollan los sujetos, sin ella no se puede realizar el proceso de enseñanza. Es casi lo mismo que sucede en la construcción de una casa, sin materiales no se puede empezar a construir, primero hay que reunir los materiales necesarios para empezar una obra de manera que pueda tener unas bases sólidas para levantar algo sobre 74 ellas. Al igual, para iniciar una formación sistematizada en los centros educativos, hay que tener un maestro que esté adecuadamente formado, instruido, capacitado en lo que va enseñar y al mismo tiempo tener un grupo de estudiantes que estén dispuestos a ser receptores de la enseñanza. Sin la activa participación de los estudiantes no hay formación educativa. Según Paciano, “educabilidad es una posibilidad y una categoría humana” 119, es decir, que es propia del sujeto que está en formación o que está aprendiendo. “Una posibilidad porque significa la viabilidad del proceso educativo y la afirmación de que la educación es factible; una categoría humana, por cuanto se predica del hombre esta cualidad.” Puesto que el mismo ser humano se reconoce a sí mismo como un ser sociable, histórico, perfectible y educable, él mismo reconoce dentro de sí, las categorías humanas que hacen posible el proceso de la formación educativa. Paciano120, dice también que, existencialmente la educabilidad es un grito interior, una llamada a la responsabilidad personal ante el proyecto de vida propio; si las circunstancias no lo obstaculizan, el ser humano puede colmar sus aspiraciones, haciendo realidad lo que era una simple posibilidad, a su antojo y talante. Toda persona, no sólo tiene derecho a realizarse, sino que debe realizarse como ser humano integral que es. La educabilidad es un poder ser, una esperanza de acercarse al “deber ser”, una auto-exigencia de perfección, una insaciable búsqueda de un sí mismo mejor. El no estancarse dentro de una realidad que no lo deja ser. La educabilidad es una cualidad específicamente humana, es un conjunto de disposiciones y capacidades del educando, que le dan la potencialidad y que al mismo tiempo le permite y lo llama a salir de sí mismo, en busca de una realización plena. En otras palabras es dejarse moldear por los saberes recibidos y al mismo tiempo hacer de esa información recibida, un 119 120 Fermoso Estébanez, Teoría de la educación, 235. Ibíd., 236. 75 nuevo significado para la propia existencia. El ser humano es un ser en trasformación permanente, siempre busca lo nuevo y lo trascendente, como decíamos en el capitulo primero en relación a la espiritualidad humana. Existe dentro de cada persona, una energía que la mueve y la hace diferente al buscar su propia satisfacción y su realización en el mundo. La función del maestro no es únicamente transmitir ideas, conocimientos, etc., sino que él debe despertar en los estudiantes, esa cualidad que los lleva a trascender en su misma realidad, ellos no son receptores mecánicos de informaciones, son personas que están en proceso de crecimiento tanto físico, intelectual como espiritualmente. La educabilidad es una cualidad propia y diferente en cada sujeto que aprende, ella comprende las aspiraciones, sueños y disposiciones en la vida de cada persona, para poder acoger los nuevos conocimientos. El proceso de la enseñanza-aprendizaje debe tener claro su enseñabilidad en los sujetos a quien se dirige, de modo que los conocimientos que se emiten sean competentes y coherentes con las necesidades contextuales de los estudiantes. Teniendo claro que la enseñanza no se trata de reducirse a la transmisión de teorías tradicionales, o de temas que están fuera de la realidad de los aprendices, la enseñanza requiere cada vez, de un nuevo emprendimiento, un camino de innovación, en donde se logre alcanzar una transformación integral de la persona. La enseñanza, la enseñabilidad y la educabilidad, son términos que no pueden estar aislados el uno del otro, puesto que los tres en equipo, son el motor que mueve el desarrollo del proceso enseñanza-aprendizaje, para que se llegue a realizar la formación integral del educando. 2.2 Enseñar e instruir Retomando lo que decíamos al inicio de éste trabajo, enseñar significa: “Instruir, adoctrinar, amaestrar. Dar advertencia, indicar, dar señas de una cosa. Mostrar, exponer una 76 cosa para que sea apreciada. Dejar ver una cosa involuntariamente”121; en definitiva, enseñar es una palabra cuyo sentido es muy amplio y abierto, y más todavía si se tiene en cuenta la definición que proporciona el diccionario la cual hace referencia a otras acciones que se deben realizar para llevar a cabo el acto de enseñar. Por ejemplo, muchos enseñan dando instrucciones sobre algo, otros enseñan adoctrinando, y otros enseñan dando algunas señas o indicaciones. Estas múltiples comprensiones hacen referencia a diferentes áreas que cubre la palabra enseñar; sin embargo, para la investigación que nos ocupa en este caso, la palabra enseñar se tomará en su enfoque específico de lo educativo, lugar donde se desarrolla sistemáticamente ésta acción de enseñar. Según Paciano,122 la enseñanza es la acción de señalar contenidos para que el aprendiz se fije en ellos y pueda activamente asimilarlos, al poner su interés en lo que se le ha señalado como objeto de su atención. Enseñar es “señalar en”. En la enseñanza, el objetivo final de la acción del docente es el estudiante, es decir es aquel quien está aprendiendo. El docente a su vez, tiene dos maneras de señalar los contenidos, una es mostrando empírica e intuitiva las cosas, y la otra es destacando con un signo o señal, las cosas que desea sean grabadas en la mente del que aprende. Quien enseña, además de señalar y llamar la atención sobre las cosas y los conceptos, en cierta medida se está mostrando a sí mismo, es decir que está enseñando cómo es él mismo, convirtiéndose en modelo o patrón a seguir. Es una manera de instruir y enseñar. Enseñando se instruye; se entiende así porque en la medida que el docente hace énfasis en un determinado contenido para que el estudiante conozca bien lo que se le enseña, entonces allí se da el acto de instruir, porque se está llamando la atención sobre algo específico. El término instrucción proviene de un “vocablo latino (in, struere) etimológicamente, significa “construir en” y se usa en un sentido material de construcción y destrucción o en un sentido psicológico de “información” “transmisión de conocimientos””123 La instrucción es 121 Diccionario Enciclopédico Vol. 1. 2009 Larousse Editorial, S.L. Fermoso Estébanez, Teoría de la educación, 158. 123 Ibíd., 153. 122 77 más que enseñar, el maestro ayuda a la construcción de conocimientos para que el estudiante tenga un futuro seguro y digno. La instrucción tiene una finalidad específica y concreta en la construcción de saberes, puesto que significa, “dar a conocer” a otro, de modo sistemático, algo que éste no conoce. Enseñar, adoctrinar, mostrar lo que se debe conocer”124 Para ampliar un poco más el concepto sobre la palabra instrucción, se puede buscar en el texto, Manual de Pedagogía de LAY, W. A.,125 (1862-1926), quien es un destacado cultivador de la pedagogía experimental y de la pedagogía activa, en la que muestran tres maneras diferentes de comprender el término instrucción: 2.2.1 Instrucción ocasional: entendiendo así la formación que se recibe en el hogar. Desde hace muchos siglos, el padre instruía a sus hijos en la caza, la pesca, la cría de ganados, el cultivo del campo y la explotación de los montes, y la madre a sus hijas en el hilado, tejido, tinte, etc. Esta instrucción es una instrucción ocasional que sirve más a las necesidades exteriores de la cotidianidad, y que no tiene a la vista la dirección del desarrollo anímico total, ni de la personalidad en forma integral. 2.2.2 Instrucción sistemática: cuando el aprendiz empieza a trabajar, o cuando él aprende a leer, escribir y a hacer cuentas, la materia de enseñanza es más extensa y difícil, y la instrucción ocasional se convierte con frecuencia, en instrucción sistemática, que el maestro proporciona al aprendiz. 2.2.3 Instrucción especial: aquella instrucción que no tiene a la vista la totalidad de la vida, sino que únicamente cubre algunas necesidades aisladas, determinadas destrezas, un tema concreto o la futura profesión, se denomina instrucción especial y quienes proporcionan este tipo de instrucción, son determinadas instituciones especializadas en proporcionar instrucción especial o especializada a los estudiantes. 124 125 Caturelli, Reflexiones para una filosofía cristiana de la educación, 43. Lay, Manual de Pedagogía, 72. 78 Con el aporte del autor que acabamos de mencionar se expresa que en la vida acontecen distintos niveles de experiencias humanas, en donde somos educados e instruidos de acuerdo a la realidad que nos corresponda vivir. En el ambiente familiar se reciben instrucciones que normalmente son necesarias para manejar la vida ordinaria, así como también se reciben instrucciones sobre los valores éticos y morales para la expresión de una sana convivencia con los demás. Cuando se instruye sobre la cultura, sobre el respeto a los otros, a estas enseñanzas, el autor las llama instrucciones ocasionales. Pero esa instrucción ocasional no es suficiente, porque cuando se aspira algo más en la vida, se necesita tener unas instrucciones especializas y sistematizadas, para lograrlo. Por tanto, la instrucción sistematizada es necesaria porque abre nuevos horizontes y nuevas oportunidades para desenvolverse mejor en la sociedad. La instrucción sistematizada está a cargo de los maestros que han sido preparados para enseñar y ser instructores de otros. “La instrucción ocasional, no puede resolver los problemas de la instrucción educativa, porque tiene otro nivel de conocimiento.”126 Se podría decir que, enseñar e instruir es fundamentalmente necesario para vivir dentro de la sociedad civilizada. Enseñar para aprender, instruir para lograr algo más de lo que hace el común de las personas. No está de más decir que el acto de enseñar e instruir es compromiso de todos los seres humanos. Cuando se dice que es compromiso de todos, se refiere que tanto en la casa, en el colegio, en la iglesia, en la calle, etc., el ser humano está enseñando y aprendiendo de lo que ve, observa y escucha. Pero hay que saber distinguir entre lo que es productivo y lo que no lo es, porque no todo lo que se enseña o lo que se instruye es necesariamente bueno, el estudiante debe tener criterios para asimilar adecuadamente lo que ve, observa y escucha. En definitiva se podría decir que entre enseñar e instruir existe una correlación porque ambas persiguen un objetivo de aprendizaje, de señalamiento, de construcción de conocimiento, para una formación sistemática y pedagógica de los aprendices. El maestro 126 Ibíd., 74. 79 que enseña también instruye. Highet Gilbert afirma: que “enseñar es un arte, no una ciencia:”127 La ciencia se puede transmitir de generación en generación, pero el arte de enseñar es mucho más que una ciencia, en cuanto que es constante y nunca es estática y nunca pasa de moda. El arte de enseñar conlleva una modificación desde las realidades concretas de los educandos. “La verdadera enseñanza no es una mera entrega de información, sino un proceso de ascensión espiritual del nuevo ser; culmina en una conversión, en una transformación, de la mente del alumno.”128 “Instructor es la persona de quien parten los conocimientos impartidos; instruida es la persona que los recibe y asimila. La instrucción hace referencia directa a las potencialidades cognoscitivas del hombre.”129 El acto de instruir tiene un impacto un poco más profundo en la persona, que el de la enseñanza, puesto que conlleva el proceso de comprender, acoger los conocimientos y luego podrá llevarlos a la práctica. “El aprendizaje es la razón de la enseñanza.”130 2.3 Finalidad de la enseñanza La enseñanza tiene como finalidad el aprendizaje. El que enseña debe descubrir en el educando cómo facilitar su proceso para alcanzar el aprendizaje. No es por nada que se dice que, “la enseñanza como un proceso intencional, implica productos de aprendizaje proyectados: objetivos del aprendizaje. La enseñanza por excelencia influye en la vida de los estudiantes, de tal manera se puede ver el resultado de una mayor cantidad de aprendizajes apropiados y el menor número de aprendizajes inadecuados.”131 La enseñanza debe estimular al estudiante para ser educado, y debe hacerlo a partir de sus necesidades contextuales, para poder adquirir nuevos conocimientos para su propia 127 Highet, El arte de enseñar, 13. Ibíd., 11. 129 Paciano, Teoría de la Educación, 153. 130 Hammonds, La enseñanza su orientación, sus funciones, sus motivaciones, 09. 131 Ibíd. 10. 128 80 supervivencia, y al mismo tiempo para tener un buen discernimiento en el desenvolvimiento dentro de la sociedad. La enseñanza no solamente prepara a los estudiantes para aprender a leer o a escribir, sino para ser críticos y capaces de tomar decisiones en la vida. El enseñar o instruir son acciones necesarias en la vida humana y ambas persiguen una finalidad concreta. Todo ser humano debe tener la oportunidad de recibir una educación sistemática, formal, en la que se prepara para tener unos medios de relacionarse con la sociedad, y así mismo para poder convivir con los demás. La enseñanza regula los actos y la manera de comportarse dentro de la sociedad civilizada. Enseñar es la habilidad básica del maestro. “El maestro incapaz de enseñar bien, echa a perder su trabajo como educador.” 132 El maestro es el que enseña dando instrucciones a sus alumnos para lograr metas en la vida. También la enseñanza es una forma de servir a la comunidad que está en proceso de crecimiento. “Enseñar es la forma más elevada de servir a la comunidad.”133 El maestro debe dar lo mejor de sí mismo para la construcción de la nueva humanidad. El interés por la enseñanza debe partir de ambas partes, del que enseña y del que aprende, “el estudiante debe tener hambre de alcanzar el ideal, y debe tomar una firme decisión de hacerlo. Buscar los ideales sobre todo como resultado de la instrucción.”134 Toda enseñanza persigue la transformación en la vida de la persona, que se traduce en aprendizaje. 2.4 Modos de enseñar En éste aparte, ya corresponde hablar de algunas características importantes en el proceder del maestro, de cara a la acción de enseñar. No es suficiente tener en cuenta los contenidos, objetivos, metodologías, materiales didácticos o la finalidad de la enseñanza, sino que también es muy importante tener claridad sobre la manera correcta de proceder de quien 132 Ibid. 12. Ibid. 12. 134 Hammonds, La enseñanza su orientación, sus funciones, sus motivaciones, 88. 133 81 practica la acción de enseñar. Puede que se conozcan muy bien lo objetivos, que se tengan muchos temas para aplicar, pero si no se sabe cómo proceder, como llevar a cabo lo que se ha preparado, el maestro estaría desubicado, puesto que no sabe cómo aplicar a la realidad concreta, lo que se tiene en mente. Por esto, antes de mencionar algunos elementos fundamentales en la aplicación de la enseñanza, se presenta a continuación un acercamiento al término, modos. Según el diccionario, “modos” significa: forma variable de ser o hacerse una cosa.135 Rosana Navarro136 también expresa en su texto, que el vocablo “modos” proviene del latín modus, y significa “manera de proceder o de acontecer”, medida. Ante estas aclaraciones nos surge la pregunta ¿Hasta dónde los maestros son consientes de la manera de proceder frente a la acción de enseñar? O simplemente hacen lo que normalmente se dice, lo importante es salir del compromiso. Dentro del proceso de la enseñanza es necesario definir los pasos específicos que ayudan para que el desarrollo de la labor que realiza el maestro sea eficiente y coherente, que responda a las necesidades de los estudiantes. Por más que el maestro tenga muchas especialidades en distintas aéreas del saber, si no sabe cómo proceder en su clase, no es un buen maestro. El maestro que sabe por dónde empezar, cual es el camino a seguir, y hacia dónde quiere llegar, él sí sabe cómo se debe ejecutar su labor. En la actualidad existen muchas formas de enseñar, pero no todas son adecuadas para el ejercicio de la labor educativa. Por ejemplo, en el modo de enseñar de un papá, él no necesita una metodología para enseñar, ni planificar para transmitir su enseñanza, simplemente se da en forma ocasional. En cambio ser maestro dentro de una institución educativa, implica muchas exigencias, requiere de un plan, de una metodología bien sistematizada, y determinar los pasos para llevar a cabo la enseñanza, etc.; en especial, el modo de ser y de proceder del maestro, debe ser con una actitud motivadora y emprendedora, para así tener la posibilidad de lograr buenos resultados en los estudiantes. 135 136 Diccionario práctico de la lengua española. Navarro, El lugar de la espiritualidad en la acción docente del teólogo, 18. 82 Volvemos a lo dicho anteriormente, enseñar no es cuestión de distribuir información; no es repartir ideas sin sentido. La enseñanza necesita unos lineamientos que le permitan alcanzar los objetivos establecidos, por parte del enseñante. El enseñante como encargado de la formación, debe poseer un espíritu de entrega en relación a la labor que realiza, su mensaje debe penetrar en el corazón de cada estudiante. Sólo de esa manera el maestro abre camino para la buena enseñanza. Para indicar cuáles son estos lineamientos principales, se tomará en cuenta el aporte de Fernando Hernández137 en su texto, Para enseñar no basta saber la asignatura, en donde indicaremos algunos de los “modos de enseñar” que ayudan en el proceso de enseñanzaaprendizaje. 2.4.1 Un punto elemental que expresa el autor que se debe tener en cuenta en el modo de enseñar es la introducción didáctica. Esto significa que el maestro debe identificar cuáles son los objetivos específicos para los alumnos. Debe ir revisando los avances que se obtienen en el proceso de la enseñanza-aprendizaje, y así mismo que se vayan cumpliendo los objetivos establecidos. El maestro, debe mostrar ejemplos adecuados sobre los conceptos que están siendo analizados, y tener claro que no puede quedarse simplemente en dar la información, sino que debe darse cuenta de, hasta donde ha sido captada la información que se ha estado trabajando. Debe organizar clases prácticas en las que se incluyan exposiciones complementarias y se aclaren cuando se dan las condiciones de aplicabilidad y de no aplicabilidad de la información suministrada a los estudiantes. Debe vincular los nuevos conceptos con nociones ya conocidas señalando los elementos familiares, que están siendo ampliados y los nuevos que se van identificando; esto es, legitimar un nuevo concepto o procedimiento mediante principios ya conocidos, mediante la comparación y la lógica. 137 Hernández y Sancho, Para enseñar no basta saber la asignatura, 147. 83 2.4.2 También es importante tomar en cuenta dentro del modo de enseñar, la aplicación del entrenamiento; se entiende de esta manera, la preparación, los ensayos y ejercicios prácticos que se puedan realizar dentro del proceso de la enseñanza-aprendizaje. La aplicación práctica facilita la buena trasmisión de la enseñanza, no reducir ésta exclusivamente al plano teórico, sino organizar actividades prácticas que estén al alcance de los estudiantes, para motivar la oportunidad de reflexionar sobre lo que se está haciendo y si algo no funciona de la forma deseada, entonces el maestro ofrecerá retroalimentación sobre el tema trabajado. 2.4.3 Enseñanza socrática. La enseñanza socrática es la estrategia educativa más antigua, y aún hoy considerada como la más poderosa, para promover el pensamiento crítico. Esta forma de enseñanza se enfoca en la formulación de preguntas a los estudiantes en lugar de darles las respuestas. La finalidad de este modo de enseñanza es promover en cada estudiante una mente inquieta, cuestionante y exploradora, a través del sondeo continuo, mediante la elaboración de preguntas que él debe resolver, sobre un tema determinado. “Como consecuencia del enfoque que se da en la enseñanza socrática, tanto a los elementos de razonamiento de una disciplina, como a la auto-evaluación, se logra el desarrollo de habilidades necesarias, para adquirir un pensamiento crítico y disciplinado.”138 La labor del maestro en este modo de enseñar, es actuando como promotor y moderador en la conversación con los estudiantes y de ellos entre sí. Él es quien proporciona las ayudas cuando los estudiantes así lo requieran, y lo propio de los estudiantes es empezar a usar la mente para la reflexión y cuestionamiento. 2.4.4 El maestro debe buscar temas adecuados y que sean de interés, para que los estudiantes estén suficientemente motivados en su aprendizaje. Al seleccionar, tanto, ejemplos positivos como negativos en la ilustración de lo que se pretende enseñar, se está ayudando a centrar la atención de los alumnos en datos específicos, evitando así llegar a confundirlos o distraerlos, con información que no está dentro de los objetivos deseados. 138 http://www.eduteka.org/pdfdir/PreguntasSocraticas.pdf (Acceso 23 febrero 2011) Documento consultado en la que explica lo que significa la enseñanza socrática. 84 Con esto se consigue el no reducir la enseñanza exclusivamente a la formación escolar, sino que se amplían los horizontes de los estudiantes, haciéndoles notar lo que sucede en el entorno, especialmente en la gran comunidad que es la sociedad mundial en todos sus niveles, ir formando en ellos una conciencia crítica ante todas las propuestas u ofertas que presenta la sociedad, con el fin de promover el pensamiento independiente. 2.4.5 Crear ambientes investigativos: Fernando Hernández termina diciendo que el maestro como investigador debe hacerse una pregunta constantemente: ¿Aprende el alumnado aquello que pretendemos enseñarle? ¿Realmente los temas responden a los criterios de los alumnos? El maestro debe preguntarse si realmente vale la pena lo que se enseña y si corresponde con los intereses actuales. Lo que acabamos de mencionar son algunos modos que ayudan a desarrollar mejor la enseñanza, por supuesto que habrá otros que posiblemente funcionen, pero se considera que estos son los que el autor nos proporciona para un mejor proceder en la enseñanza. El modo más correcto y autentico de enseñar es asumiendo con el corazón el compromiso de educar. No hacer las cosas por salir del paso o por cumplir una obligación. La labor de enseñar debe ser fervorosa; que el resultado del proceso de la enseñanza-aprendizaje, sea reconocido por los mismos alumnos quienes están en formación; que ellos sean capaces de responder por sí mismos y que sepan valorar y reconocer lo que se les ha enseñado. Que no suceda como normalmente dicen los alumnos cuando se les pregunta, ¿Qué aprendió hoy?, y ellos responden: “No he aprendido nada, el profesor no me enseña bien.” Aquí es donde empiezan los conflictos entre maestro y estudiante. Esto se da por qué no se tiene en cuenta al alumnado, en el modo de proceder o ejecutar el proceso de suministrar a ellos, la información deseada. 85 2.5 Maestros de la enseñanza Los maestros de la enseñanza son aquellas personas que se comprometen a ayudar a los demás a desarrollarse no solamente en el aprendizaje de la lectura y la escritura, sino también en desarrollarse intelectualmente mediante otros saberes. Existen diferentes tipos de maestros que enseñan; ya sea desde la experiencia (enseñanza empírica) o desde el ambiente escolar sistemático. Los que enseñan desde la experiencia, sin ellos haber recibido una formación sistematizada, enseñan desde los valores éticos y morales, a ellos se les llama, maestros de la vida. Los maestros o maestras que laboran específicamente dentro de una institución educativa, son aquellos que se dedican a la elaboración de conocimientos sistemáticos en los estudiantes. Que se comprometen no solamente a enseñarles a leer o a escribir, sino para formarlos y enseñarlos a ser críticos y así poder llegar a formar conciencia de responsabilidad y pertenencia, dentro de la sociedad. Si se hace un repaso en la historia, se podría descubrir que han existido personas que han luchado y han entregado su vida por el bien de la humanidad. Son grandes hombres y mujeres, muchos de ellos desconocidos y anónimos, quienes son merecedores de ser exaltados, por su entrega y servicio a la humanidad, ellos y ellas han luchado por la construcción de una sociedad justa. “Algunos de los hombres más importantes de la historia fueron maestros; muchos de los adelantos más significativos de la civilización fueron tarea principal, no de políticos o inventores, ni de artistas, sino de maestros.”139 Otros de ellos, quienes dedicaron su vida al servicio de la enseñanza, no lo hicieron solamente como una labor que debía ser cumplida, sino porque existía dentro de ellos un fuerte deseo y compromiso de servir a la comunidad. Como sigue diciendo el autor arriba enunciado, en la civilización occidental hay dos corrientes de maestros de quienes nace toda la enseñanza moderna: los filósofos griegos y los profetas hebreos. Fuera de la comunidad judía, la influencia de los griegos es más amplia, más vigorosa y más variada, con la sola excepción de la enseñanza de Jesús de 139 Highet, El arte de enseñar, 191. 86 Nazareth. Lo que los hace diferentes, no es el tema de la enseñanza, sino por la forma cómo se efectúa ésta enseñanza. Los maestros griegos pretendían seguir el movimiento de la razón; los profetas hebreos sabían que pronunciaban Palabra de Dios, ellos tenían plena conciencia de ser la Voz de Dios.140 Indudablemente dentro de estas dos corrientes surgieron varias clases de maestros que han tenido gran significado para la historia de la humanidad. Pero no vamos a mencionarlos porque eso pertenecería a otro tipo de trabajo. Simplemente queremos rescatar al gran maestro a quien todos le conocemos, un hombre que ha dejado profundas e imborrables huellas en la vida de muchas personas, siendo reconocido por la fe cristiana, como Dios humanizado: “Él es Jesús de Nazareth el Maestro, siendo el más famoso maestro del mundo occidental, pero que enseñó y lo sigue haciendo, según la tradición de los profetas hebreos.”141 Su enseñanza estaba íntimamente unida con la experiencia de la vida de las personas, Él no se dedicó a enseñar simplemente a rezar el Padre Nuestro o a cumplir las leyes o doctrinas de la fe; al contrario, sus enseñanzas tenían un sentido muy profundo que pasa primero por la vida de cada persona y que trasciende sobre cualquier otra enseñanza. Él mismo eligió a sus discípulos de entre los más sencillos y humildes, que salieron del común de las personas del pueblo judío. También enseñaba al público en general, como por ejemplo en las sinagogas, de la misma forma que lo hacían los escribas (académicos tradicionales de la época) Él leía en voz alta un fragmento de las Escrituras y luego lo explicaba a la comunidad reunida para escuchar la voz de Dios. Multitudes de personas lo seguían porque sus enseñanzas eran atrayentes y conmovedoras, pues al mismo tiempo daba testimonio con su vida. Es lo que explican los Evangelios, que Jesús hablaba como “un pensador original y no como los académicos 140 141 Ibíd., 191. Ibíd., 207. 87 profesionales. Esto significa que no desarrollaba interminables interpretaciones de complejos textos, ni resolvía preguntas artificiales complicadas de casuísticas, (como aquella que los saduceos le sometieron respecto de la mujer que había tenido siete maridos sucesivos, y se había encontrado con todos ellos en el cielo) sino que les daba consejos positivos para rehacer la vida.”142 Jesús también tenía su forma muy propia de enseñar, y llegaba a los corazones de todos los fieles. El maestro, es aquel personaje que ha dejado o deja huellas en la vida de los demás y que ha sido significativo para la sociedad y para cada uno individualmente; que siembra en el corazón de cada persona aquello que los ayudará a ser dignos y felices en la vida. El gran maestro, es aquel que aprende haciendo y construyendo desde su propia experiencia de vida todo lo necesario para vivir bien y al mismo tiempo para tener una relación digna con el otro, haciendo uso de sus virtudes y actuando de una manera que es permitida pues hace siempre lo que es aceptado como buena costumbre dentro de la sociedad donde se encuentra. El maestro de la enseñanza es aquel que hace suya las necesidades de los demás. En el texto, Antología pedagógica, de Lorenzo Luzuriaga el autor señala que “deben los maestros no sólo saber mucho para enseñar bien, sino tener la aptitud y habilidad necesarias; ser de costumbres puras, y su principal cuidado el de no decir ni hacer cosas que traigan mal ejemplo a los oyentes o los induzca a imitar lo que carezca de justificación.” 143 El autor señala que los maestros deben conservar una imagen pura ante la sociedad, dado que ellos son los que deben demostrar con actos, hechos y ejemplos, aquello que pretenden enseñar. El maestro de la enseñanza debe tener disciplina y demostrarlo con ejemplos de vida, en todo el caminar donde quiera que esté. Así como los maestros en el hogar (papá y mamá) son los primeros en llevar una vida ordenada y formal con las personas con quienes se 142 143 Ibíd., 209. Luzuriaga, Antología Pedagógica, 42. 88 relacionan, los maestros académicos tienen la tarea de educar a los niños y jóvenes con una formación trascendente y con altruistas valores humanos. 2.6 Rasgos del enseñante Cuando se habla de, rasgos del maestro o del enseñante, ésta definición recae en la persona de quien educa, de quien cumple la función de formar o de instruir a las personas. Así mismo, cuando se habla de rasgos, se refiere a la identidad o la personalidad de la persona. En el texto, Pasión por enseñar, de Day Christopher, se hace alusión a Palmer citándolo de ésta manera: “si no me conozco a mí mismo, no puedo saber quiénes son mis alumnos, los veo a través de un cristal oscuro, en la sombra de mi vida no revisada; y, cuando no puedo verlos con claridad, no puedo enseñarles bien. Cuando no me conozco a mí mismo, no puedo conocer a mi materia; no en los niveles más profundo del significado asumido y personal.”144 Con esto el autor nos quiere decir que para poder enseñar, primero hay que conocerse a sí mismo, para poder conocer, apreciar y saber, cuáles son las necesidades más fuertes de los niños o jóvenes que están en proceso de formación. El verdadero enseñante debe poseer unos rasgos esenciales que le caracterizan y lo identifican con su labor de enseñante. Tener una disponibilidad humana integral, para que los aprendices se sientan acogidos y por esto, son motivados a comprometerse con el desarrollo de su proceso personal de enseñanza-aprendizaje. De esta manera, se mencionan a continuación algunos de los rasgos del enseñante según la comprensión de Carsie Hammonds / Carl F, Lamar, en el texto, La enseñanza del año 1972. 2.6.1 Apertura de sí mismo: una persona que enseña debe tener la cualidad especial para que la enseñanza sea fructífera. Tanto el maestro como el alumno deben estar en una constante interacción, en un trabajo mutuo, entender la enseñanza como vocacional y no como profesión. Cuando alguna de éstas exigencias no se da, el maestro pierde el sentido 144 Day, Pasión por enseñar la identidad personal y profesional del docente y sus valores, 68. 89 de su vocación. “La vida del maestro es casi una vida de apostolado. Servir a los demás y sentirse feliz en ese apostolado son factores inseparables del éxito en la enseñanza.”145 2.6.2 Vocación hacia la enseñanza: quien enseña debe tener una vocación profunda en relación a su labor de enseñanza,146 sin confundir profesión con el adjetivo profesional. Profesional significa simplemente que la persona no es un aficionado como, por ejemplo, los futbolistas profesionales. Quien entra en una profesión debe pensar en prepararse para ser eficiente y eficaz Planear su crecimiento profesional. Concebir que la formación académica no es solamente porque el maestro va a recibir un sueldo, sino que va mas allá, es la responsabilidad de formar personas que tendrán que actuar en la sociedad. Debe tener una entrega incondicional, sin reservas, hacia su profesión. 2.6.3 Coherencia en la enseñanza: según el aporte del doctor A. M. Getman, de Nueva York, en su artículo, El arte de vivir, él expresa lo siguiente: “Mi punto de vista es que los principales medios del maestro para guiar e instruir a la juventud en el arte de vivir son la profundidad y calidad de su propio ejemplo… El que no ha dominado los elementos fundamentales en el arte de vivir no puede inspirar a otros para que lo hagan.”147 Lo que el maestro es, no puede separarse de su vida. La labor de la enseñanza es prácticamente una permanente experiencia de vida de quien enseña, de lo contrario no puede ser significativa para los otros. Las mismas palabras y las enseñanzas del maestro deben implicar su propia vida. 2.6.4 Ser reflexivo: el maestro debe tener el hábito de la reflexión para que amerite su labor como docente. De lo contrario no puede ser aprobado como tal, no solamente dentro de la institución educativa, sino en la sociedad. Debe poseer un conocimiento equilibrado 145 Hammonds, La enseñanza su orientación, sus funciones, sus motivaciones. 17. Ibíd., 17. 147 Ibíd., 19. 146 90 en relación con su labor educativa para poder contribuir en la construcción de conocimiento. 2.6.5 Ser crítico y creativo: La persona que enseña debe tener un sentido crítico, en buen sentido de la palabra, no criticón; crítico es aquel que cuestiona lo que los otros dicen. No es una persona conformista, sino que pone en duda los conocimientos, con tal de buscar un razonamiento justo y coherente. El maestro es capaz de crear nuevas cosas. Ya que “enseñar es la habilidad básica del maestro, el maestro incapaz de enseñar bien, echa a perder su trabajo. La cualidad de aprender depende mucho, ciertamente, de la habilidad para enseñar.”148 2.6.6 Promotor de la autonomía y la iniciativa: el buen maestro no hace dependiente a sus estudiantes, él solamente presta un servicio para guiarlos, motivándolos para que ellos mismos sean autónomos en su proceso de formación y de enseñanza-aprendizaje. Como se decía anteriormente la educabilidad es parte del mismo estudiante, en donde entran en juego todas las posibilidades de disponibilidad hacia su aprendizaje. El estudiante debe ser capaz de tomar sus propias iniciativas con el apoyo de su educador. 2.6.7 Disciplina: no solamente debe exigir la disciplina dentro del aula, sino que debe mostrar como enseñante su propia disciplina. Esto favorece la buena enseñanza y aprendizaje. “El maestro de la enseñanza debe enseñar a sus estudiantes la responsabilidad como miembros del grupo. Pero no mandar uno sobre los otros, sino mantener un buen clima de respeto y de honestidad entre los compañeros. En un ambiente educacional debe fomentarse las buenas costumbres y los objetivos elevados. El maestro como miembro del grupo, debe ser consciente de su propia conducta en la clase y de su influencia sobre los estudiantes.”149 148 149 Ibíd., 12. Ibíd., 114. 91 Se podría continuar mencionado los rasgos más destacados del enseñante y que son importantes en el proceso de la enseñanza, pero con estos se considera que son suficientes para la comprensión sobre los rasgos del enseñante. Lo más importante es el ser autentico, tener total seguridad en lo que se va enseñar. Puede que ésta sea una labor muy sacrificante pero al mismo tiempo es indescriptiblemente gratificante. No solamente para el que enseña, sino para quien aprende. A modo de ir recogiendo el aporte del autor sobre los rasgos del enseñante, puede decirse que éste cumple al mismo tiempo, la función de instruir a las personas, construye conocimiento, abre un camino para el futuro, realiza actividades con personas concretas, con rostros concretos, con nombres y con una historia personal propia. Por eso, él debe tener conciencia y vocación en su labor. Según Hernández:150 Para que un espejo refleje con fidelidad los objetos es necesario, en primer lugar, la realidad y evidencia de los mismos y después, su adecuada presentación a los sentidos. Lo nebuloso y de escasa consistencia apenas irradia y muy débilmente se reproduce en el espejo; lo ausente en manera alguna puede reflejarse. Así, pues, todo cuanto haya de ofrecer al conocimiento de la juventud serán cosas reales, no sombras de las cosas; cosas repito, sólidas verdaderas, útiles y que impresionen enérgicamente los sentidos y la imaginación. Con esto, se significa que el educador es como el reflejo de un espejo, lo que enseña debe mostrarse en su totalidad, no ensombrecido. El ideal es que el enseñante se muestre con mucha claridad para los aprendices. Usar los medios necesarios para facilitar la enseñanza, por ejemplo: para conseguir los propósitos, emplear formas, métodos o procedimientos. “Método significa la manera de obrar con cierto orden según ciertos principios, para llegar a cierto término. La palabra procedimiento significa en el fondo lo mismo, pero en pedagogía se refiere a la palabra método....”151 En la vida ordinaria siempre se necesita de algunos medios para alcanzar las metas. 150 151 Hernández y Sancho, Para enseñar no basta saber la asignatura, 58. Zuluaga de Echeverry, El maestro y el saber pedagógico en Colombia, 117. 92 2.7 Fundamentación antropológica del aprendizaje. Después de haber realizado el acercamiento a los conceptos de los términos que se refieren a la enseñanza, es necesario en la presente investigación, mencionar el sujeto del aprendizaje, es decir, aquel en quien recae la acción de aprender. Porque así como el proceso de enseñanza, requiere de la persona quien enseña o maestro, según se estableció en los apartes anteriores, también se hace necesaria la presencia de quien aprende, es decir de aquel a quién se dirige la enseñanza, el alumno, estudiante discípulo o aprendiz. Cuando hablamos del proceso de enseñanza, también nos referimos a la persona, quien es el centro principal de la enseñanza-aprendizaje. Tal como se decía en el capítulo primero, el ser humano es un ser abierto a la trascendencia, y posee esa capacidad de ir más allá, de salirse de sí mismo, para poder realizarse plenamente. Paciano lo entiende de ésta manera: “el carácter abierto del ser humano quiere decir, en términos de aprendizaje, que el individuo no está pre-determinado hacia una solución única ante las dificultades estimulantes, sino que es capaz de ver un espectro bastante amplio de soluciones, además de poder elegir entre ellas la que satisfaga más sus exigencias personales, antes de reposar sosegadamente en su interior”152 Por eso, la enseñanza-aprendizaje tiene en sí misma un carácter antropológico según el cual, cada persona como ser en transformación, va asimilando su aprendizaje, asume lo que le es útil y desecha lo que no utiliza. Cada individuo tiene la capacidad de elegir libremente. El autor Paciano, en este caso hace una distinción entre el aprendizaje animal y el aprendizaje humano. La base del aprendizaje animal es determinista; la base del aprendizaje humano es abierta y libre. Esa posibilidad de libertad facilita al hombre y a la mujer una autorrealización responsable. Así como se decía que el enseñante únicamente acompaña procesos de desarrollo del estudiante, el que aprende, en este caso el mismo estudiante, va asimilando y haciendo suyo, el proceso de crecimiento intelectual y espiritual que debe darse en su propia persona. 152 Fermoso Estébanez, Teoría de la educación, 400. 93 La parte antropológica de la enseñanza-aprendizaje se hace visible en la educabilidad, ya que el mismo ser que está en proceso de desarrollo (estudiante, persona) hace suya la disponibilidad y el deseo de aprender. “El aprendizaje humano es la forma fundamental de autorrealizarse, porque él supera los determinantes genéticos, siempre tiene esa capacidad de ir más allá de su propio entendimiento. El carácter abierto del ser humano lo distingue sustancialmente del aprendizaje animal.”153 Un animal no es capaz de buscar nuevas alternativas para vivir, no tiene capacidad para ver con nuevos ojos la realidad, en cambio el ser humano, posee en sí mismo el espíritu que se adquiere con la experiencia, y va descubriendo nuevas oportunidades en la vida. Paciano154 termina diciendo: a) El ser humano es, por naturaleza, curioso y contemplativo, ansioso siempre de nuevos conocimientos, nuevas experiencias y nuevas formas de conducta. Su curiosidad lo lleva a adquirir nuevas informaciones y nuevos contenidos de conciencia y al mismo tiempo a experimentar nuevas realidades. b) El ser humano es un ser plástico, con capacidad receptiva insospechada para asimilar y acomodarse, apropiándose del medio y haciéndolo parte de la vida propia. c) El ser humano es un ser dialógico, comunicado con el mundo y con los otros, en conversación continua con la realidad circundante, a la que puede contestar afirmativa o negativamente; éstos atributos, hacen que el ser humano esté en continua interrelación con su mundo. De acuerdo con lo que se ha dicho anteriormente, la “educabilidad es una posibilidad y una categoría humana. Una posibilidad porque significa la viabilidad del proceso educativo, categoría humana porque se predica del hombre esta cualidad.”155 Al hablar de enseñanzaaprendizaje también nos referimos a la educabilidad de quien recibe la información. Por eso 153 Ibíd., 401. Ibíd., 401. 155 Ibíd., 235. 154 94 el sujeto de la educabilidad es el ser espiritual del hombre y de la mujer, su capacidad de habituación, su capacidad de ir más allá de sí mismos. Sin la fundamentación antropológica de la enseñanza, no existe educabilidad, porque lo que hace posible todo aprendizaje es la experiencia y las aspiraciones del ser humano. Gracias a la presencia del espíritu que habita en cada ser humano, es lo que hace que toda persona tenga la posibilidad de realizar sus sueños. “El espíritu es la explicación suprema de la educabilidad, porque para poder ser educado, es condición primordial el no estar listo de antemano, ni estar determinado o fijado. Sólo el hombre es educable, porque sólo el hombre es portador del espíritu y las características a él asignadas.”156 No sucede lo mismo con el animal, porque este no tiene conciencia, ni tiene aspiraciones para el futuro. “La primera condición de la educabilidad es la espiritualidad.”157 Solo de ésta manera se puede comprender cómo el ser humano es capaz de trascender, un ser abierto y un ser libre, para experimentar diferentes realidades en la vida. 2.8 Enseñabilidad y espiritualidad Después de haber realizado el acercamiento a las raíces de la enseñanza y de lo que implica cumplir una función como enseñante, se puede llegar a comprender que el buen desarrollo del proceso enseñanza – aprendizaje, no es responsabilidad exclusiva de la persona quien cumple la función de enseñar, sino que también entran en juego las potencialidades humanas de aquel que desempeña la función de aprehender. El término aprehender, en esta experiencia de investigación, no es entendido en el mismo sentido que aprender. Aprender es el proceso de adquirir habilidades, conocimientos, valores, a través del estudio, la experiencia o la enseñanza. Se aprende a nadar, se aprende un nuevo idioma, se aprende una poesía de memoria, pero aprehender, es llegar a entender, asimilar inmediatamente. Por ejemplo, se aprehenden o no las lecciones de un profesor, se 156 157 Ibíd., 243. Ibíd., 244. 95 cogen o no, a la primera explicación. El aprehender no es simplemente responder a una pregunta de memoria, como quien se lanza al vacío sin saber a dónde va a caer, sino que aprehender consiste en comprender, asimilar un concepto para poder justificar si se está de acuerdo con una realidad, o con unos hechos que parten de un contexto. No se puede hablar de un aprehender, cuando no existe una asimilación, una comprensión correcta de lo que se ha enseñando. Por eso, para llegar a éste punto de la enseñabilidad y la espiritualidad, era necesario el proceso de acercamiento a los términos de enseñar, instruir, enseñabilidad, educabilidad y a los modos como el maestro enseña, para ser ya capaces de buscar las posibles conexiones de la enseñabilidad, con la espiritualidad de Anselm Grün. Ya se ha dicho que la enseñabilidad se entiende como una de las características distintivas de las ciencias, en las cuales debe estar presente también lo lógico-racional, lo argumentable y en consecuencia, son enseñables y comunicables, en cuanto que responden a un hecho, a un contexto real de vida humana. La enseñabilidad es la razón de ser del proceso de la enseñanza, es la base de la labor educativa, ya que responde a un conjunto de situaciones y necesidades de los estudiantes. Ya no es el enseñar por enseñar o porque toca, porque es un compromiso laboral, porque se va a recibir un salario, etc., sino, que la enseñabilidad crea unos cuestionamientos que motivan al maestro para estudiar con rigor los procedimientos pedagógicos, didácticos y metodológicos de la enseñanza, con la intención de comprobar si lo que se planifica es enseñable y comunicable ante la comunidad que aprende. Dicho de otra manera, la enseñabilidad es un aspecto esencial que abarca toda la dimensión del proceso de la enseñanza-aprendizaje. Es la que interroga las múltiples actividades que realiza la persona que enseña, respondiendo así a una época concreta, a un contexto significativo para el aprendiz y al mismo tiempo para que pueda dar razón del para qué y porqué es necesario transmitir ese tipo de conocimiento; por último, es comprender hasta donde es comunicable y enseñable un concepto, valor, criterio, etc. 96 Pareciera que es algo forzado el hablar de enseñabilidad y espiritualidad dentro de un contexto pedagógico de la enseñanza, pero en realidad, la espiritualidad no se reduce a un determinado contexto de conocimiento, como suele entenderse refiriéndose al ámbito religioso; la espiritualidad debe entenderse desde diferentes perspectivas, porque es algo natural e inherente del ser humano. La espiritualidad no es algo añadido en la persona como el que enseña o aprende, es la manifestación de su propio ser, en cuanto que es un ser de espíritu. El ser humano siempre es movido por el espíritu que habita en él, para actuar y comunicar conocimientos aprendidos para que los demás también entren en relación y convivencia mutua. El deseo de comunicar es suscitado por el impulso, por el dinamismo espiritual que está en el interior del ser humano, es una manifestación de la espiritualidad personal. Siendo el ser humano un ser espiritual, actúa según su esencia. El hombre y la mujer sin el espíritu no son nada, ellos son la morada del Espíritu. La espiritualidad no está fuera de lo humano sino que es su esencia, que permite su realización, integración y búsqueda de trascendencia. La capacidad que tiene el ser humano de salirse de sí mismo, es manifestación del espíritu. Ya que espiritualidad viene de “spiritus” que significa, espíritu. Es vivir y estar conectado con el Espíritu, manera de vivir en el mundo en relación con Dios, con sigo mismo y con los otros. El ser humano por naturaleza, posee en sí mismo la fuente de su espiritualidad, que le hace diferente de todo lo demás, desde la realidad de ser la única creatura capaz de tener una experiencia personal con Dios, encontrándose a si mismo desde su condición humana, pero con la posibilidad de trascender. La espiritualidad comprende la integridad del ser humano, desde sus alegrías y tristezas, hasta sus triunfos y derrotas. Pero de todo lo que acabamos de decir, sobre enseñabilidad y lo que significa tener una espiritualidad surge la pregunta: ¿Qué tiene que ver la espiritualidad con la enseñabilidad? o dicho de otra forma ¿qué tiene que ver la enseñabilidad con la espiritualidad? Por lo que hemos llegado a comprender, a través de la presente investigación, la espiritualidad tiene 97 bastante relación con la enseñabilidad. Cuando hablamos de una enseñanza de espiritualidad lo primero que hay que hacer es hacerse las preguntas, ¿esto es espiritualidad?, ¿dónde tiene sus fundamentos? ¿Hasta dónde es comunicable? Ambos términos, espiritualidad y enseñabilidad, están conectados, porque para hablar de espiritualidad tenemos que hablar de su enseñabilidad. Así como el ser humano no puede ser él, sin la espiritualidad, necesariamente la comprensión de ésta, debe partir desde su enseñabilidad, desde lo que se pretende comunicar bajo el término espiritualidad. La espiritualidad tiene que ver con todas las experiencias de la vida, desde las más negativas, como son los fracasos, miedos, enfermedades etc., hasta las más positivas, como son, los triunfos, alegrías, etc., para que la persona pueda alcanzar una espiritualidad plena. La enseñabilidad a su vez, es propia de un proceso, de la adquisición de un conocimiento mediante el cual, la persona se hace capaz de velar porque dicho conocimiento sea efectivo en su propia vida. La enseñabilidad de la espiritualidad, abre la conciencia para comunicar un saber sistemático y teológico. Así como en Anselm Grün, sus textos son medios de ayuda para muchas personas para encontrar un nuevo rumbo a la vida. Estas personas no solamente reconocen el trabajo que hace él como teólogo o como religioso, sino que reconocen en sus textos la originalidad de su experiencia espiritual y el corazón que le pone, para que cuando otros lean, encuentren una respuesta a sus necesidades personales y comunitarias. 2.9 CONCLUSIÓN Se ha llegado a comprender, que para hablar de enseñabilidad y espiritualidad, es necesario tener claro lo que se entiende por los términos, enseñar e instruir, enseñabilidad y educabilidad y así mismo conocer los diversos modos de enseñar de aquel que lleva a la práctica la acción de la enseñanza. Ésta, no solamente es un proceso que tiene como fin el aprendizaje sistemático, sino que ella es la integración 98 de saberes en la vida del que aprende. El ser humano es capaz de recibir conocimientos porque posee en su ser el deseo de aprender y el de transformación. Al mismo tiempo, se ha realizado un acercamiento a lo que significa enseñabilidad dentro del proceso de enseñanza. La enseñabilidad es una característica de las ciencias, que tiene como finalidad velar por la buena práctica de la enseñanza, creando cuestionamientos en asuntos epistemológicos, metodológicos, didácticos, para que la enseñanza sea enseñable y comunicable. El ideal fundamental de la enseñanza, es que ésta tenga un sentido no solamente para quien enseña, sino para el aprendiz. Hacer de su enseñanza una actividad accesible y comunicable. En el desarrollo de este trabajo, también se ha hablado sobre lo fundamental que es, el recibir una instrucción sistemática para un mejor desenvolvimiento humano dentro de la sociedad. La instrucción llamada, ocasional, y que recibimos dentro del hogar no es suficiente, porque cuando se le ha probado con la instrucción sistemática educacional, no ha logrado resolver los asuntos a este nivel. Por tanto, instruir es más que enseñar, porque la concepción de enseñar debe ser mucho más amplia; cualquiera puede realizar la acción de enseñar, pero no necesariamente se sabe si el que oye está aprendiendo, en cambio la instrucción sistemática educacional, es mucho más profunda y su fundamento esta en las capacidades cognitivas de la persona, para ser construido en algo específico. Uno de los puntos esenciales de la enseñanza son los modos como se debe llevar a cabo esa acción de enseñar. Es cuestión de planificar, y de saber ¿para quienes se enseña? ¿Por dónde hay que empezar a enseñar? ¿Qué es lo que hay que enseñar? ¿los temas son adecuados? ¿los alumnos entienden los conceptos que se les enseñan? Todos estos interrogantes deben haber sido respondidos de forma clara por quien cumple la función de enseñar. Él debe ser consciente de su responsabilidad de enseñar adecuadamente para que el tema desarrollado, llegue al corazón de los aprendices. Es lo que se espera con los rasgos de la enseñabilidad de 99 la espiritualidad desde Anselm Grün. Precisamente cuando se habla de espiritualidad, hay que hablar de la experiencia de vida de quien hace espiritualidad, algo así como entiende Grün en sus obras de espiritualidad, una espiritualidad que atraviese todo la experiencia humana. Ser enseñante no es cuestión de tener un título para enseñar; si se trata de enseñar en una institución educativa el maestro debe estar suficientemente preparado para que pueda enseñar a otros los conocimientos adquiridos, con la intención de formarlo, de educarlo para una sana convivencia dentro de su entorno social, y al mismo tiempo para que aprendan a ser críticos y consientes ante la realidad donde viven. Esto significa que el maestro debe tener unos rasgos específicos como son, la vocación de enseñar, apertura de sí mismo, coherencia en la enseñanza, ser flexible, crítico y fomentador de la autonomía. Porque si no se cuenta con estos rasgos dentro del perfil del maestro, difícilmente la enseñanza pueda dar los resultados esperados en los aprendices. La enseñanza siempre recae en una persona, por eso cuando hablamos de enseñanza también enfocamos nuestra mirada, en la parte antropológica de los procesos enseñanza - aprendizaje. No puede haber enseñanza o aprendizaje, sin la existencia del hombre o la mujer a quien está dirigida la enseñanza. El ser humano de hecho es un ser abierto a las necesidades de aprender y de superación personal. Finalmente, la enseñanza parte de su propia enseñabilidad, de lo contrario no podría darse alguna enseñanza. Todo aquel que recibe o, aquel que da algo a otro, tiene una espiritualidad por la que es movido, siempre con deseos y anhelos de vivir la vida en plenitud. 100 CAPITULO III Descripción de algunos de los rasgos de la enseñabilidad de la espiritualidad a partir de las obras de Anselm Grün. 3. Principios y sentido de la espiritualidad cristiana Una vez realizado el proceso de investigación, conceptualización, aproximación, y comprensión de los términos que han sido considerados como presupuestos necesarios para determinar algunos de los rasgos de la enseñabilidad de la espiritualidad desde la óptica de Anselm Grün, puede decirse que este mismo proceso, no solamente ayuda a adquirir una comprensión clara sobre lo que es una espiritualidad y lo que significa la enseñabilidad, sino que también lleva a descubrir la originalidad y el sentido de la espiritualidad y lo que implica tener una espiritualidad en la vida del ser humano. La comprensión general que hemos encontrado sobre la espiritualidad, es que sin la presencia del ser humano no es posible que exista manifestación alguna de espiritualidad, ya que ésta existe únicamente en el interior cada ser humano, quien experimenta en su vida el encanto del vivir. Es decir la comprensión misma de su ser de hombre o mujer en cuando que posee una espiritualidad, esto se comprende a la luz de la fe cristiana. Ahora bien, para poder responder a la pregunta sobre los rasgos de la enseñabilidad de la espiritualidad desde Anselm Grün, mencionaremos algunos de los elementos encontrados que toma en cuenta este autor, para hablar sobre la comprensión de lo que es, espiritualidad. Pero antes vale la pena hacernos ésta interrogante. 3.1 ¿Realmente es pertinente hablar de una epistemología de la espiritualidad? No solamente es pertinente sino que es una necesidad que brota a partir de los presupuestos que fundamenta la comprensión de la espiritualidad. Por eso para hablar de lo que significa el término espiritualidad, nos hemos apoyado en el aporte realizado por autores cristianos, quienes están de acuerdo en que éste término proviene de la palabra spíritu, que significa “espíritu”, entendiendo así por espiritualidad, como la forma de vivir de acuerdo con el 101 Espíritu. La espiritualidad, como se ha dicho en el capítulo primero, es un término que abarca la totalidad del ser humano en su dimensión antropológica, cristológica y teológica. Sin embargo Grün retoma el concepto de espíritu para estructurar su propia comprensión de espiritualidad, diciendo que, sin la existencia del ser humano no existe espiritualidad. Así, que Anselm Grün define que la espiritualidad debe partir de una experiencia desde abajo (dentro), es decir, desde los sueños, aspiraciones, alegrías, incluso desde los fracasos y enfermedades, desde “el encuentro con la propia realidad”158; en la medida en que el ser humano sea capaz de reconocerse como un ser limitado, es allí donde empieza a tener una experiencia con lo trascendente, es decir con Dios. Pero para tener una experiencia con Dios, primero hay que conocerse y asumirse desde una realidad concreta, solo así la persona podrá acceder a Dios. Por medio de una experiencia con el Espíritu, entendido éste como la energía, como el dinamismo que hace salir a la persona, de sí mismo. La espiritualidad significa: “vivir desde el Espíritu”, vivir bebiendo de la fuente del Espíritu Santo; la espiritualidad cristiana, busca inspirarse en el Espíritu de Jesús.”159 El fundamento de la espiritualidad cristiana es el encuentro con Jesucristo. Por eso para hablar de espiritualidad es importante tener no solamente un conocimiento, sino una experiencia de lo que la espiritualidad. 3.1.1 Desde una comprensión histórica Se entiende que la espiritualidad proviene de la palabra espíritu, pero no es simplemente un espíritu que aparece sin saber de dónde. Los cristianos creemos en el Espíritu que proviene de Dios, haciéndonos hijos suyos, adoptivos por la Gracia divina. Ese Espíritu es capaz de transformar la vida del ser humano. El Espíritu hace que la persona pueda moverse, actuando por voluntad propia, con libertad y apropiarse de sus acciones, porque el Espíritu se lo permite, de Él proviene fuerza para la acción; no hay nada que suceda bajo el cielo, si no es por la voluntad del Espíritu de Dios. Por eso los cristianos tenemos como fundamento la espiritualidad cristológica en donde encontramos el sentido de nuestra vida. La razón de 158 159 Navarro, El lugar de la espiritualidad en la acción docente del teólogo, 70. Grün, Las fuentes de la espiritualidad, 09. 102 ser de la espiritualidad cristiana es Jesús, todo aquel que pone su confianza en Él será renovado en su Espíritu. Al igual que Jesús ha sido impulsado y movido por la fuerza del Espíritu divino para realizar las obras encomendadas por su Padre Dios, así mismo los cristianos podemos ser impulsados por el Espíritu de Dios para realizar nuestras obras. Grün no hace a un lado el recorrido histórico que ha sido significativo en la vida de la comunidad cristiana, en especial el contacto vital con la Sagrada Escritura. Todos los que abrazaron la vida y la fe cristiana, tienen como fundamento el mensaje de Jesús descrito en las Escrituras; allí mismo es posible encontrar “la llave que abre las puertas al misterio silencioso de Dios.”160 Esto significa que solo aquel que es capaz de entender y el seguir radicalmente a Jesús encontrará el camino. Porque en Jesús encontramos no solamente a un hombre que predicó, que enseñó sobre su doctrina, sino que también sanó a muchas personas quienes padecían cualquier clase de enfermedad o demonios; Él rescata la dignidad de la vida humana. Tal como hemos encontrado en la historia de la espiritualidad cristiana que el Espíritu se manifestaba de diferentes formas en la vida de los seguidores de Jesús, la espiritualidad cristiana se entiende a partir del encuentro que se da entre Jesús y la gente, a la luz de la fe. Muchos entienden que el seguimiento de Cristo, implica abandonar las cosas materiales, incluso renunciar a la propia familia, a la propiedad y la labor de las tierras, para dedicarse definitivamente a Dios. Seguir a Jesucristo es abrazar la fe cristiana y ser fiel al Evangelio dentro de la comunidad cristiana. No solamente es ostentar el nombre de cristianos, sino que es dar testimonios de lo que se cree, incluso estar dispuestos a entregar la propia vida. Esta no es una utopía, es una realidad donde está basada nuestra experiencia de espiritualidad cristiana del “encuentro con Jesús”, un Jesús que se encarna en la historia de la humanidad para llevar a cabo la liberación del pecado. Es así como surge la comunidad de los monjes, laicos que deciden seguir a Jesús más radicalmente, alejándose del mundo porque en el desierto es donde se hace más fácil el encuentro con Dios para llevar una vida 160 Ibíd., 17. 103 unidad a la vida de Jesús. Por eso para comprender la espiritualidad de Anselm Grün, es necesario comprender la historia de la espiritualidad cristiana. Grün, no inventa una espiritualidad por fuera de la espiritualidad cristiana, o que se inspire en cualquier otra corriente. Al contrario, cuando se refiere a la espiritualidad, necesariamente parte de su fundamento cristológico, el cual está enraizado en la espiritualidad desde la persona de Jesús, que brota a partir del seguimiento de Cristo. Por eso, los monjes deciden llevar una vida al estilo de Jesús, incluso retirarse al desierto para tener un mejor encuentro con Dios. La espiritualidad monástica es eminentemente una experiencia religiosa que nace del encuentro con la Palabra de Dios. Grün también habla de la lectura orante de la Palabra de Dios en el encuentro con la Sagrada Escritura, tomándola como la fuente de la espiritualidad cristiana, ya que en la Palabra encontramos a Dios mismo, y su Palabra, alimenta y nutre el encuentro espiritual con Dios. Según Anselm Grün el contenido de la Sagrada Escritura es Dios mismo, cada vez que los cristianos se acercan a Ella, deben salir transformados, porque esa es la finalidad de la Palabra de Dios, es necesario dejarse “impregnar, transformar e ir creciendo en el espíritu de Jesús.”161 La gracia de la espiritualidad cristiana es la transformación, conversión, para ser hombres y mujeres “acordes del espíritu de Jesús”162, un Jesús que invita a la realización de la vida en el mundo donde reine el amor, la paz y la justicia, siendo proclamadores de la Palabra. Grün, bebe de lo fundamental, sin olvidar la parte humana, ya que toda espiritualidad debe iniciarse en el reconocimiento de sí mismo, en relación con el otro y con Dios. 3.1.2 Comprensión de la espiritualidad desde Anselm Grün Hemos llegado a comprender que la espiritualidad que trata de mostrar Anselm Grün, es una espiritualidad humana, a él no le interesa mucho hablar sobre lo divino, o lo que está 161 162 Ibíd., 16. Ibíd., 67. 104 por encima de las nubes, sino que él empieza a hablar de lo que acontece en la vida de la persona. En los dos textos leídos, él siempre hace alusión a que la espiritualidad benedictina es una espiritualidad terrenal, en otras palabras significa una espiritualidad que se origina descubriéndose a sí mismo como ser integral. La espiritualidad de Grün les abre a las personas una nueva manera de ver la realidad, empezando por sí mismas. Al contemplar el recorrido que él hace en sus textos, es muy similar a cuando se hace un retiro espiritual, todo tiene una secuencia en la cual el individuo va descubriéndose como humano, frágil; pero con una particularidad, y es que lo encamina hacia Dios. Grün es un teólogo, con los pies bien puestos en la tierra, él está muy bien contextualizado cuando habla de espiritualidad, puesto que lo hace desde su experiencia como sacerdote; lo que a él le interesa es llenar los vacios que sienten muchas personas en sus vidas, para que así puedan descubrir la presencia de Dios en sus vidas. Para él, es muy importante el acompañamiento espiritual en donde se establece el dialogo para la transformación humana. No es quedarse en actos que no motivan para buscar una salida apropiada a las situaciones peligrosas en la vida. No se obtiene nada con rezarle a la Virgen María, si la situación personal está en el piso, para poder levantarse, hay que trabajar desde la realidad donde la persona está. La Palabra de Dios ayuda a iluminar el camino, pero esto se da cuando ya se tengan algunas respuestas objetivas acerca de la vida personal. La solución a los problemas muchas veces se busca por fuera de la realidad personal, sin tomar en cuenta que todo depende del interior de cada ser, de hombres y mujeres, al descubrirse como personas y tomar conciencia de cómo Dios actúa en la vida personal y comunitaria. También muestra en su texto, que las personas deben ser libres de todas las ataduras, porque cuando se vive atado a los traumas, fracasos, enfermedades, etc., no se es feliz, por tanto “la espiritualidad desde abajo enseña a dialogar con sus heridas y traumas, a descubrir 105 en la profundidad de las heridas el tesoro escondido, mediante la reconciliación con uno mismo”163 Podemos comprender que Anselm Grün no presenta una espiritualidad por fuera de lo que muchos han dicho, más sin embargo su fundamento está en la espiritualidad cristológica, según la cual, todo el obrar de Jesucristo se inicia con la experiencia humana de la trascendencia del ser, de ir a las fuentes de la misma existencia. Los razonamientos teóricos no ayudan a las personas a encontrarse con su yo personal, es más, lo apartan de sí mismo. Por tanto, todo debe pasar por la experiencia de vida, para poder hablar de espiritualidad. Cuando no se es capaz de reconocerse a sí mismo, no es posible reconocer la presencia de Dios en la vida, o sea, no es posible reconocer la presencia del Espíritu quien actúa desde el interior de las personas. El ser humano, cuando es capaz de relacionarse con otros, de comprenderse a sí mismo, de abrirse a los demás, empieza su camino de transformación y de acceder a Dios. Quien se comprende a sí mismo, puede llegar a comprender a los demás y a Dios. 3.1.3 Comprensión actual de la espiritualidad No es fácil expresar con exactitud lo que se comprende, o acercarse a una definición de espiritualidad en nuestro contexto, puesto que hoy día el mundo presenta diversidad de comprensiones sobre lo que es la espiritualidad; lo que sí se alcanza a comprender, son las confusiones que existen en relación con este tema. Lo que sí se puede decir, es que aún no existe una comprensión clara y significativa para la vida del ser humano. Hoy día, la gente busca una espiritualidad de acuerdo a la situación donde se encuentra; algunos buscan cómo salir de los conflictos que experimentan en la vida, que muchas veces ponen en peligro la vida humana y también su creer en Dios. La gente busca un espacio para encontrar paz, pero lamentablemente no es fácil por los conflictos que la sociedad misma presenta. No existe un momento en que se pueda vivir con tranquilidad, por eso la 163 Grün, Espiritualidad desde abajo, 100. 106 mayoría de las personas se quejan porque no saben cómo enfrentar sus realidades y llevar adelante sus vidas. Esta clase de problemas no solamente se viven en el ámbito social, sino también en lo religioso, familiar, incluso hasta con sigo mismo. No existe claridad en la búsqueda de un rumbo seguro, las personas buscan donde refugiarse solamente para pasar un momento de tranquilidad y de paz; la vida a veces se ha vuelto como el dolor de cabeza, es más fácil tomarse una droga para calmar el dolor, pero cuando pasa el efecto de la droga, la vida sigue en su estado de crisis existencial. Es lo que le sucede a muchas personas en la actualidad, ellas dicen que viven una determinada espiritualidad, pero sus vidas están muy separadas de la misma realidad donde les corresponde vivir, incluso no saben cómo expresarse humanamente. Como el caso al cual se refiere Grün al contarnos que, en cierta ocasión en que el Abad Pimen fue visitado por un ermitaño muy reconocido en la sociedad de aquel entonces, y quien tenía un gran deseo de dialogar con el Abad. El ermitaño empieza la conversación “hablando de la Sagrada Escritura y sobre temas espirituales y celestiales. El Abad volvió bruscamente a otra parte la cabeza sin responder palabra. Cuando el anacoreta se percató de que el anciano no le hacía caso se levantó y se fue decepcionado y triste.”164 No obtuvo ninguna respuesta de la conversación, ya que éste, decía que el ermitaño estaba muy en las nubes y habla de las nubes. Esto deja claro, que no se obtiene nada positivo y concreto cuando se habla con expresiones y terminologías de un nivel muy elevado, dejando a un lado la realidad y la experiencia humana. Para establecer una conversación primero se debe hablar de la vida, del acontecer de Dios en nuestra vida y no lo que nosotros tratamos de imaginar. Grün no habla de una espiritualidad desde arriba, él insiste en que hay que partir de lo que se vive en la tierra, en que los pies deben estar puestos firmemente sobre la tierra. La búsqueda de Dios debe tener sus raíces en la vida personal de cada individuo, ya que la manifestación más perfecta de Dios es la persona misma y no lo que cada uno individualmente se imagine que es Dios; Dios es la imagen del ser humano perfecto. 164 Ibíd., 32. 107 Hoy, muchas veces, el refugio de los creyentes está en las devociones populares como son, el rezo del santo rosario, las novenas, o cumplir penitencias que son establecidas por la Iglesia. Estos actos de devoción ayudan a establecer una relación con Dios, pero aunque son parte importante, no es la definición de una espiritualidad, para lo cual es necesario mirar al interior de la forma de vida, darse cuenta de lo que se es, para poder ascender hasta Dios. Las crisis que conlleva la vida cotidiana, es de donde surge, o desde donde se manifiesta la búsqueda de ese encuentro con la espiritualidad, que lleva al individuo a bajarse hasta lo más hondo de su ser, para luego poder elevarse hacia Dios. La solución de la crisis humana está en el interior de cada persona, simplemente hay que entrar en sí mismo para encontrar la propia verdad. En la medida que la persona sea capaz de encontrar sus faltas, pues allí mismo encontrará la respuesta a sus dificultades. No podemos seguir entendiendo espiritualidad como sinónimo de devoción, sino que la espiritualidad es mucho más que una devoción, es la manifestación profunda del ser humano, su experiencia ante todo el acontecer en su vida. La espiritualidad no se puede concebir fuera del ser humano, es el expresarse del interior de la persona, es manifestación de la existencia humana. Si todas las personas fuesen consientes que la espiritualidad la posee todo ser humano, el mundo sería diferente, no habría odio, violencia, secuestros, asesinatos, porque estos actos de violencia no son características de una espiritualidad, por el contrario, estos actos significan la no presencia de una espiritualidad. La espiritualidad tiene sus raíces en el amor, en la comprensión, en la humildad, en la sinceridad, etc.; todo lo que construye una vivencia feliz y agradable, son manifestaciones de una espiritualidad inspirada en el amor de Jesucristo. Con lo dicho hasta ahora, se pretende profundizar en el proceso que hace Grün para estructurar su espiritualidad. También se ha sido bastante claro en que él no inventa otra espiritualidad fuera de la espiritualidad cristiana, sino que todo parte desde la espiritualidad cristológica y desde allí quiere enseñar que la espiritualidad debe pasar por la realidad humana. Pero para poder hablar de los rasgos de la enseñablidad de la espiritualidad desde 108 Anselm Grün, es necesario antes hacer una conexión entre la enseñabilidad y la espiritualidad, para así mostrar los presupuestos que encaminarán los siguientes pasos de esta investigación, para responder a la pregunta inicialmente planteada. 3.2 Conexión de la enseñabilidad con la espiritualidad Establecer el vínculo que pueda existir entre la enseñabilidad y la espiritualidad, es fundamental en el proceso del presente trabajo de investigación. Anteriormente, en el capitulo segundo de nuestro trabajo, se ha realizado una aproximación sobre la definición o el significado de los conceptos: enseñar, enseñabilidad, educabilidad, y los modos de enseñar de quien lleva a la práctica la acción enseñar. Ahora, lo que interesa en este capítulo, es descubrir por medio de esos conceptos ya establecidos, lo propio de la enseñabilidad de la espiritualidad desde la óptica de Anselm Grün. Quizá algo importante que se ha encontrado cuando hablábamos acerca de la finalidad de la enseñanza, es que toda enseñanza percibe un fin intencionado y proyectado hacia el futuro. La buena enseñanza influye en la vida de quien aprende, y si esto no sucede, entonces no puede haber aprendizaje. Por tanto, la tarea fundamental de quien tiene la función de enseñar o de formar, o de formar, no importando de que tipo, debe tener una visión clara hacia dónde se encamina, y qué es lo que quiere alcanzar por medio de dicha acción. Esto significa para aquel que enseña, el contar con unos elementos didácticos, y pedagógicos, para hacer más eficiente la acción de la enseñanza-aprendizaje. Tanto el que enseña, como el que aprende deben ser beneficiados. La enseñanza es siempre relacional, uno aprende en la media que el otro tiene habilidad de enseñar. La habilidad entendida como la manera de hacer más accesible la enseñanza hacia el que recibe la información. El proceso y la técnica de la enseñanza deben contener en sí misma la cualidad o característica de enseñabilidad para que realmente ese conocimiento que se pretende transmitir sea recibido y asimilado por el educando. Así mismo al organizar o estructurar un plan de 109 trabajo educativo, hay que pensar, para quienes va dirigida la información y cuáles son las condiciones de posibilidad para que ciertos conocimientos sean enseñables o comunicables. La enseñabilidad responde a unos presupuestos necesarios para realizar una acción formativa e instructiva, cumpliendo también con la finalidad de que todo sea secuencial, lógico e instructivo. Así mismo, la espiritualidad también tiene unos presupuestos que hacen que ésta sea enseñable y comunicable para las demás personas, comprendiéndolos desde la fuente del Espíritu. La enseñabilidad es lo que constituye el desenvolvimiento del proceso de enseñanza-aprendizaje, en cuanto que siempre estará en constante cuestionamiento. ¿Es justificable lo que se está transmitiendo? ¿Para quienes se pretenden transmitir? ¿Cuáles son las condiciones que posibilitan la mejor comprensión del contenido? ¿Qué se pretende con la transmisión de éste conocimiento? Estos interrogantes que son formulados en éste proceso de investigación para comprender hasta donde la espiritualidad tiene un significado actual en la vida de las personas, son los mismos que se utilizan en todas las disciplinas científicas y conllevan un proceso de estructuración, para que la enseñanza de su contenido tenga un propósito claro y eficaz. Por tanto, la espiritualidad es mucho más que un simple transmitir contenidos, o negociar algo por salir del paso. La espiritualidad es mucho más profunda, es mucho más concreta y solamente es real si tomamos en cuenta a las personas quienes viven y experimentan una espiritualidad concreta en sus vidas. Solo así podemos presentar una espiritualidad significativa, de lo contrario no se estaría llegando a la práctica y todo se reduciría a contenidos teóricos. En este caso la enseñabilidad ayuda a descubrir y replantear, si realmente vale la pena seguir comunicando ciertos conocimientos. 3.3 La enseñabilidad es característica propia de la comunicabilidad de la espiritualidad Se ha dicho ya que toda enseñanza tiene un punto de partida y un punto de llegada, y de ella se espera que lo que se haya enseñado tenga un beneficio para quien recibe la información. 110 Todo aquel que desea comunicar ciertos conocimientos debe estar suficientemente preparado para que esto se lleve a cabo, de lo contrario no puede haber aprendizaje. Enseñar es mucho más que el simple comunicar un saber. Cuando decimos que la enseñabilidad es característica propia de la comunicabilidad de la espiritualidad, es precisamente porque ésta, es la manifestación integral del ser humano y es allí donde entra en juego el papel de la enseñabilidad haciéndose una introspección para que todo lo que se comunique sea lógica y racional. No es por casualidad que se eligió a Grün para estudiar algunas de sus obras, sino es porque hemos querido ahondar sobre su espiritualidad, sobre la manera como él plantea este tema y despierta el interés en sus lectores. La enseñabilidad por naturaleza debe estar implícita en el desarrollo de todo conocimiento, con la intención de realizar un trabajo con buenos propósitos. Actualmente Anselm Grün es reconocido como el gran maestro espiritual, quien a través de sus textos, ha logrado sembrar en el corazón de muchas personas un buen discernimiento espiritual. Él ha enseñado a sus lectores a descubrirse como humanos, la sensibilidad de entrar en sí mismo, de mirar en la profundidad del interior de cada persona. Los textos que ha publicado hasta hoy tienen una profunda eficacia porque muestra a través de ellos un camino posible para encontrarse con Dios. Grün tiene una buena metodología para presentar su espiritualidad, todo empieza por la persona misma para luego ascender a la espiritualidad desde arriba, como él mismo la llama. El camino para descubrir a Dios necesariamente pasa por la miseria humana, por el hecho de experimentar que no podemos hacer nada sin la ayuda de Dios, todo depende de la fe del creyente, para mantenerse en relación con su Creador. 3.4 Eficacia de la espiritualidad desde Anselm Grün Anselm Grün es un autor entre los tantos que existen en la actualidad sobre este tema, pero el contenido de su espiritualidad es lo que le hace diferente a los demás autores. Su planteamiento inicia abordando lo más sencillo que podemos encontrar desde la experiencia 111 de vida personal. Él da seguimiento a la espiritualidad cristiana de donde rescata su sentido de los actos, los hechos y los modos de ser, de un cristiano. Por eso en su texto, nos recuerda que la espiritualidad desde abajo, “no se trata sólo del prestar atención a la voz de Dios que me habla por mis pensamientos, sentimientos, inclinaciones y enfermedades para poder llegar a descubrir la imagen de Dios.”165 Se trata más bien, de abrirse a las relaciones personales con Dios por medio de la oración, oración que nace en la profundidad de las miserias humanas. Lo que hace eficaz su forma de presentar la espiritualidad, es que lo hace desde la óptica cristiana la cual implica asumir una forma de vida al estilo de Jesús, llevando una vida de oración, meditación y contemplación para poder estar en plena sintonía con el Dios de la vida. El propósito de la espiritualidad cristiana según entiende Aselm Grün, es llevar una vida en la práctica de la humildad. Como decía san Benito, “la humildad es el camino espiritual del monje”166, pero esto no quiere decir que hay que dejarse manipular por los otros para ser humillados, sino que la humildad es entendida como “el camino de descenso a la tierra, humus, a nuestra terrenalidad”167 y así mismo para tampoco caer en la instrumentalización de Dios. Por último podemos decir, que la eficacia de su espiritualidad se encuentra en su fuente de la cual bebe para saciarse, la Sagrada Escritura; en Ella se hace visible la liberación y la salvación de los hombres y mujeres. 3.5 La espiritualidad, fuente para encontrar sentido a la existencia humana Como se ha dicho anteriormente, hoy muchas personas están en la búsqueda de una espiritualidad, pero en realidad no es fácil encontrarla, porque en la sociedad actual no existe una tranquilidad interior, se vive en un ambiente de apuro, de miedo, de frustraciones, decepciones, etc., incluso de una falta de valoración humana. Muchas veces las personas valen por lo que tienen y no por lo que son. Ya no existe esa comprensión del 165 Ibíd., 09. Ibíd., 10. 167 Ibíd., 121. 166 112 uno con el otro, de respetar al otro tal como es. Por eso es tan difícil encontrar la espiritualidad que debe transformar nuestras vivencias y nuestras relaciones con los demás. Cuando decimos que la espiritualidad es la fuente para encontrar sentido de la existencia es porque ella tiene posibilidad de ser, únicamente con la presencia de la vida del ser humano. Cuando se entra a contemplar la espiritualidad que presenta Anselm Grün en sus textos, es posible encontrarse con que lo importante para él, es que cada persona logre descubrir su propia fuente de donde emana la vida y su espiritualidad. Anselm Grün, en su texto la Espiritualidad desde abajo, muestra la espiritualidad entendida como la fuente para encontrar el sentido de la existencia humana, mencionaremos algunas de sus propuestas básicas: La espiritualidad desde abajo describe los procedimientos terapéuticos que debe seguir el ser humano hasta llegar al encuentro con la esencia de sí mismo. (pág. 12) Desde el Evangelio en las parábolas de Jesús: “Un tesoro escondido en el campo, ese tesoro es nuestro propio yo” (Mt 13.44) (pág. 24) Encontrar a Dios suponía haberse encontrado previamente a sí mismos. Tiene que bajar primero a su propia realidad para subir después hasta Dios. (pág. 31) Este tesoro puede ser un nuevo impulso de vida, un nuevo estilo de autenticidad personal, la nueva manera de ser yo mismo hasta completar la imagen que Dios se ha formado de mí. (pág. 63) Hay que descender siempre al fondo para descubrir allí una nueva fuente de energía, para renovar la vida desgastada y refrescar la vida seca. Sólo el que escucha la llamada de la vida y la obedece puede encontrar la fuente de la vida en lo profundo. (pág. 67) 113 La soledad se tornaría entonces fecunda, sería fuente de espiritualidad. (pág. 82) Disposición de reconciliarse con su pasado…recupera el gusto de vivir… considerarla como fuente de espiritualidad y aprendizaje del amor. (pág. 102) La espiritualidad desde abajo me invita a intentar descubrir en el pecado la oportunidad ofrecida de abrirme totalmente a Dios… luchar sin descanso para ser transformado por Dios… (pág. 110) Estas palabras de Anselm Grün que acabamos de mencionar deben significar algo para nuestra vida, porque solamente descubriéndonos tal como somos seremos capaces de gritar y clamar por nuestra libertad interior. Solo así encontraremos nuestra propia fuente de espiritualidad, una espiritualidad netamente humana con miras a la espiritualidad desde arriba. 3.6 Rasgos de la enseñabilidad de la espiritualidad desde Anselm Grün Algo muy concreto que podemos encontrar en las publicaciones de Anselm Grün como uno de los rasgos más sobresalientes de la enseñabilidad de su espiritualidad, es la búsqueda de la integridad humana en todas las dimensiones de la vida de las personas, con el fin de hacerla más atractiva al común de los lectores. Ésta manera de concebir la espiritualidad de alguna manera, florece después de haber “obtenido el título de doctor en teología con una tesis sobre Karl Rahner” 168 perspectiva de la teología” , siendo el tema de su tesis sobre “la salvación desde la 169 Con el pasar del tiempo después de haber obtenido su doctorado con este tema teológico, él mismo se da cuenta y empieza a cuestionarse haciéndose la pregunta de, ¿A quién le va a interesar el tema de la salvación desde la perspectiva de la teología?, un trabajo de esa índole no lo lee mucha gente. Su misma experiencia lo introdujo, o dicho de otra manera lo llevó a bajarse a lo sencillo de la vida cotidiana y a contextualizarse más. Por tanto, empieza a escribir y a producir desde su 168 169 Grün, Un largo y gozoso camino, las claves de mi vida, 189. Ibíd., 67. 114 experiencia con las personas, desde lo que ellos viven, piensan, de las pasiones, emociones, etc. Busca pensar en algo que tenga significado real para las personas y que les hable de sus vidas. Así es como empieza su camino como escritor sobre espiritualidad. Esto le hizo acercarse más a las personas para hablarles de sus vidas y de sus sufrimientos, y del sentido de todos los eventos de la vida cotidiana. También se puede encontrar en sus textos como rasgo importante de la enseñabilidad de su espiritualidad, el contextualizarse, que parte desde el esclarecimiento de la fuente y origen de la palabra espiritualidad. Esto significa un buen inicio para hablar sobre este tema, tal como se puede encontrar en la definición de enseñabilidad, la cual debe responder al porqué y para qué, hay que enseñar sobre la espiritualidad. La fundamentación de su espiritualidad está en el encuentro con la espiritualidad que fluye del Jesús histórico. Personaje reconocido no solamente por Grün sino por toda la comunidad cristiana que pone su confianza en él, acogiendo por sus hechos y obras, para la construcción de los mismos cristianos. Por tanto, este testimonio de vida de Jesús, ayuda a que el mensaje llegue a los corazones de las personas, proclamando las mismas palabras que Él proclamó y que se encuentran en la Sagrada Escritura, de donde fluye la fuente de la vida humana. La finalidad de las publicaciones de Anselm Grün, son claras y evidentes. Él motiva a la persona a descubrirse a sí misma, a que conozca su realidad y contemple su verdad para conseguir la madurez personal, logrando despertar y tomar consciencia de su finitud, y así pueda alcanzar los favores de Dios. Este es el camino que ofrece Grün a través de los rasgos de la enseñabilidad de su espiritualidad, él sabe y conoce las necesidades de ir sanando poco a poco lo que hay de dolor dentro de las personas, para que ellas puedan alcanzar la espiritualidad desde arriba como él mismo lo llama, y todo depende de un proceso de transformación interior. También está latente en los textos analizados, las fuentes de la espiritualidad y la espiritualidad desde abajo, la presencia de temas pedagógicos los cuales han sido 115 desarrollados dentro del proceso para la presentación de la espiritualidad, en forma secuencial, lo que a su vez permite obtener una visión desde el ámbito personal y vivencial, de la intuición y del reflexionar sobre sí mismo, en donde se aprecia la verdadera fuente de la espiritualidad. Otro punto importante sobre el cual Grün recalca con insistencia en el proceso de adquirir una espiritualidad es, sobre lo fundamental que es para todo cristiano la lectura orante y frecuente de la Sagrada Escritura, al igual que la oración sin descanso, la contemplación y meditación acerca de la presencia de Dios en la vida de cada persona. “La oración no solamente supone encontrarse con Dios, sino también con la propia verdad.”170 Podemos decir que Anselm Grün, no solamente posee una inmensa claridad sobre la espiritualidad que presenta, sino que hace una buena contextualización, interiorización y meditación, así mismo hace una buena recolección de las experiencias de las personas con quien dialoga; también da respuestas sólidas a las inquietudes de las personas que viven en situaciones de conflictos, y de la pérdida de sentido. Anselm Grün muestra un camino de esperanza de transformación interior, para vivir según el Espíritu. Grün es un gran maestro espiritual, no solamente enseña, sino, que con sus palabras escritas transforma vidas, transforma seres humanos, que realmente tiene sed y hambre de ser distintos en la vida. La unión que existe entre el saber y comunicar la espiritualidad de Grün, es desde lo humano. Nada puede darse sin la presencia de lo humano, es como el eje transversal de la enseñanza de su espiritualidad. Lo más importante es alcanzar la liberación interior, mediante el encuentro con Jesús. Decía Grün, que a cada acto por insignificante que parezca en la vida, se le debe prestar atención, porque es allí donde se aprende a ser uno mismo, a valorarse, a enfrentar la propia realidad. Este es un paso que enseña Grün por medio de sus textos para alcanzar una auténtica espiritualidad. Al leer a Grün, se puede encontrar a través de sus enseñanzas, la vida y la fuente de la espiritualidad personal. 170 Grün, Las fuentes de la espiritualidad, 33. 116 3.7 Resignificación de la espiritualidad hacia una espiritualidad esperanzadora Cuando se habla de una resignificación de la espiritualidad, se está haciendo referencia al encuentro con un nuevo sentido, que marque un nuevo rumbo para la existencia humana. Esto implica el no quedarse paralizado con los problemas y dificultades de la vida, sino que es necesario actuar buscando nuevas alternativas para obtener, y llevar una vida digna, tal y como es la voluntad del Espíritu. La espiritualidad, abre a las personas hacia nuevos horizontes, hacia una vida plena con un espíritu de esperanza, es así como lo expresa Grün cuando dice que la espiritualidad desde abajo “intenta responder a la pregunta cuando todo sale torcido y cómo se deben colocar los fragmentos de nuestra vida rota para formar con ellos una figura nueva”171 Muchas veces las personas ya no encuentran salida a los problemas que surgen dentro de las relaciones familiares, sociales o religiosas, porque muchas veces no se entra en sí mismo, no se hace una reflexión interior, para contemplar y meditar que, si Dios está allí, por más que estemos en desgracia, Él siempre quiere lo mejor para sus hijos, y por eso mismo es que el ser humano siempre está llamado a realizar esfuerzos constantes para lograr su propia superación, y Dios siempre lo va a estar fortaleciendo. Por eso, “la herida, límite de nuestras posibilidades y momento final en que ya no queda más remedio que rendirse, es el punto y momento en que puede nacer una nueva relación con Cristo y sentir nuestra total dependencia con él.”172 “Nadie puede subir si no ha bajo antes”173, todo depende de una experiencia terrenal. Para empezar una buena relación con Dios, primero hay que sanar nuestras heridas, dolores, fracasos y tormentas. Este es el primer paso para la espiritualidad desde arriba. “La caída, la falta, el pecado, puede convertirse en pedagogo que enseña el camino hacia Dios.”174 171 Grün, Espiritualidad desde abajo, 10. Ibíd., 25. 173 Ibíd., 52. 174 Ibíd., 37. 172 117 Anselm Grün no solamente nos presenta una teoría sobre la espiritualidad, sino que nos muestra que todo ser humano posee en su ser, una espiritualidad que permite su realización como creatura de Dios, no como seres divinos, sino como seres humanos con fragilidades pero al mismo tiempo con potencialidades para dialogar con la divinidad. La espiritualidad desde abajo ayuda a realizar “un tratamiento para los impulsos instintivos. No pretende reprimirlos sino transformarlos.”175 Hoy es necesario hablar de espiritualidad esperanzadora, para ser transformados en nuevas personas. Hace falta trabajar en forma positiva lo que es la parte humana física de las personas, poco se ha enseñado a valorarse como seres integrales, o a entrar en sí mismas, a tocar, a sentir el cuerpo que cada uno posee. En la mayoría de las veces se les ha dicho a las personas que hay que luchar para conseguir la salvación, pero muchas veces no se les enseña cómo conseguir el camino para alcanzarla. Por eso Grün insiste que en la medida que seamos capaces de enfrentarnos con nuestra propia verdad, superarla y pasar por muchas pruebas, sufrimientos, fracasos, etc. en la vida, podremos alcanzar nuestra propia salvación. Grün nos muestra un itinerario para alcanzar la espiritualidad desde arriba, luego de haber tenido la experiencia de nuestra miseria, Grün dice: “la espiritualidad desde abajo se incluye la aspiración o deseo de transformarme, de ser capaz de encontrar mi camino hacia Dios.”176 3.8 Una espiritualidad encarnada en la realidad Este tema, viene a concretar lo que se expresó anteriormente al referirnos a la búsqueda de una espiritualidad esperanzadora a partir de la realidad concreta. La espiritualidad encarnada significa, estar atento a las necesidades más urgentes de las personas. La espiritualidad no es una teoría, es experiencia del diario vivir, por eso la actitud de quien vive una espiritualidad, es “bajarse del burro”, como sucede en la parábola del buen samaritano, (Lc 10. 25-37); es pisar terreno firme para poder ayudar a levantarse al que está 175 176 Ibíd., 83. Ibíd., 91. 118 caído, palpar el sufrimiento del otro, incluso el sufrimiento de sí mismo. La espiritualidad debe regirse por la espiritualidad de Jesús, leyendo con esta óptica los acontecimientos de la vida, no es tan solo hablar de Dios, o hablar de utopías que nunca tocan los sentimientos y pasiones del creyente. La mayoría de las personas saben que existen numerosas publicaciones sobre el tema de la espiritualidad, pero unos son más leídos que otros, dependiendo desde cual perspectiva está enfocada. Algunas de dichas publicaciones se reducen a expresar teorías, y por eso no tienen mucha acogida entre las personas, ya que ellas no necesitan de tanta teoría, a la gente le gusta que se hable de las experiencias personales de Dios. Mostrar cómo es que Dios actúa en la historia personal, para que cada ser humano, también sienta el deseo de experimentar lo mismo, despertar en ellos la capacidad de descubrir la presencia de Dios en sus vidas. Una espiritualidad encarnada en la realidad hace referencia a que la espiritualidad debe tocar la vida, entrar en el corazón de las personas, hacer que las palabras y los hechos encuentren lugar en la vida. Las personas buscan textos que les ayuden a descubrir un nuevo rumbo de la existencia. Jesús en su Evangelio se manifiesta como la verdadera espiritualidad encarnada. Él no solamente se queda enseñando con grandes sermones o mensajes de la Sagrada Escritura. “En Jesús descubrimos siempre una espiritualidad desde abajo. Jesús siempre predicó a los pecadores y publicanos, porque los encuentra abiertos al amor de Dios.”177 No es así con los fariseos, que reduciéndose al conocimiento y cumplimiento de la ley se hacen los que saben y se apartan de la voluntad de Dios (Lc 11, 42-46). Una verdadera espiritualidad no solamente se queda contemplando cosas que están en lo alto o lo que está escondido a los ojos de las personas. La espiritualidad encarnada, es la que parte de la propia vida de la persona hacia sí misma y hacia Dios. 177 Ibíd., 23. 119 Por eso la espiritualidad que nos ofrece Anselm Grün, parte de una vida que se hace historia, él no habla de grandes conocimientos de Dios, sino desde lo que cada quien es, y es allí donde se descubre al Dios que camina con cada uno de sus hijos. Él siempre está presente, no solamente cuando se siente la necesidad de comunicación con Él, sino que acompaña el diario vivir de las personas, cuando se sufre por enfermedad, en las miserias, lo mismo que en los triunfos y alegrías; Dios acompaña y ayuda a levantarse al afligido, y así mismo también comparte las alegrías y fortalece en los triunfos a las personas, sus hijos e hijas, amados. 3.9 Criterios básicos para asumir la espiritualidad desde Anselm Grün Para asumir la espiritualidad que propone Anselm Grün no se requiere de grandes esfuerzos, él habla en un lenguaje muy natural para que quienes acogen los textos que ha publicado, logren comprender lo que quiere expresar en su comprensión de espiritualidad. Uno de los criterios básicos para asumir la espiritualidad que nos presenta este autor, es tener espíritu abierto, tener plena disponibilidad para entrar en una profunda relación con sigo mismo, descubrirse como humanos llenos de impotencias, de fracasos, miedos, etc., para con esta consciencia, tener la capacidad para poder ascender, como lo entiende Grün, y alcanzar la espiritualidad desde arriba. Otro criterio importantísimo en el que insiste Anselm Grün, es el tener olfato para reconocer las fuentes que propone la espiritualidad cristiana: la Sagrada Escritura, los oficios litúrgicos, los sacramentos, especialmente la Sagrada Eucaristía en la que a través de los signos visibles, se hace presente Jesucristo para la liberación interior de los creyentes. También hay que estar abierto a la Revelación de Jesucristo, reconocer su presencia en los acontecimientos más significativos de la vida, incluso en las enfermedades pues es Dios mismo Quien habla a las personas a través del cuerpo; escuchar la voz interior, es escuchar a Dios. 120 Otro aspecto importante para poder asumir la espiritualidad desde Anselm Grün, es tener en cuenta que “Sólo se puede recibir el don de la gracia cuando se es consciente de la realidad de ser humanos.”178 El único camino para llegar a tener una espiritualidad autentica, es pasando por la propia vida. 3.10 CONCLUSIÓN Durante el desarrollo de la presente investigación en la que se buscó aproximarse al significado del término espiritualidad desde Anselm Grün, fue posible establecer cuan valioso es el saber comprender y saborear los gustos que se pueden lograr gracias a una vida con espiritualidad. Este trabajo realizado, no solamente ha servido para ampliar los conocimientos sobre el tema, sino que al mismo tiempo nos ha ayuda a descubrir en nuestro propio pozo, la fuente de nuestra la espiritualidad. El acercamiento procesual que se ha realizado en torno al surgimiento, y la adaptación de la espiritualidad en la vida monástica, nos abre paso a una espiritualidad más vivencial, más de experiencia de vida, comprendida más con el sentir que con el pensar; cada monje daba razón de su convivencia con el Dios que hace historia en la vida, especialmente con el Espíritu. Es así como toma fuerza la comprensión de la espiritualidad como presencia o vivencia bajo la acción del Espíritu, asumiendo una vida al estilo de Jesús. La espiritualidad como ya lo hemos entendido no se concibe sin la presencia de lo humano, ya que es dentro de la categoría de humanidad, que se puede tener la experiencia de vivir una espiritualidad; ésta no es un objeto que está presente en el aire o en el espacio. Grün ha logrado exponer muy bien el sentido y el significado de la espiritualidad, él no solamente expone una teoría más, sino que presenta desde su ser de teólogo, y contempla la realidad que lo rodea, desde la presencia del Espíritu en su vida, él es un ser lleno de don, de sabiduría y vive una profunda espiritualidad. 178 Ibíd., 126. 121 Como se ha dicho ya, Grün no es el único que habla de espiritualidad, sin embargo este autor pone los cimientos más sólidos para una comprensión más accesible de la espiritualidad. Puede haber muchas reflexiones teóricas acerca de este mismo tema, pero Grün coloca en primer lugar para que esta experiencia sea posible, al ser humano que experimenta en su ser la fuerza renovadora del Espíritu Divino. La síntesis de la espiritualidad, es el ser hombre y el ser mujer, porque son ellos los únicos dotados por la gracia divina para vivir una espiritualidad. En la parte pedagógica de este trabajo, se ha hablado sobre los modos de llevar a la práctica la acción de enseñar o de instruir dentro del proceso de la enseñanza. Esto nos ha ayudado a descubrir los rasgos de la enseñabilidad de la espiritualidad desde Anselm Grün, donde todo conocimiento requiere de un proceso sistemático para poder ser transmitido a los demás. No es cuestión de saber o no saber sobre un determinado tema, sino es saber hacia dónde hay que encaminar los procesos de enseñanza y aprendizaje. El contenido de la enseñanza de Grün, no es teórico, es más práctico, contextual y situacional, porque la espiritualidad surge en la vida de cada persona. Así mismo, se ha encontrado que la espiritualidad que presenta Grün, tiene unos fundamentos sólidos, sobre los que construye su comprensión. Estos fundamentos tienen su origen en la espiritualidad cristológica, en el seguir el modelo de Jesús con todas sus consecuencias. Y para terminar, podemos decir que la experiencia de la espiritualidad está abierta para todos los seres humanos; no es solamente para los creyentes católicos, sino para todas las personas que experimentan en sus vidas la fuerza del Espíritu, Quien se manifiesta en todos los actos que tienen que ver con el bien moral, esto mismo ya es una manifestación de la existencia de una espiritualidad en la vida de la persona que actúa con base en el bien. Ahora bien, si bien es cierto que éste trabajo está basado en la espiritualidad cristiana, esto no implica que se estén excluyendo a personas de bien de cualquier otra creencia o fe religiosa, aquí lo que se pretende, es mostrar el actuar y el obrar humano guiados por el Espíritu Divino, por un Jesús que hizo lo que debía hacer gracias a la fuerza que recibió de 122 ese mismo Espíritu. Todo ser humano está llamado a aprender de Él, a saber oír y escuchar la voz del Espíritu, a saber contemplar las maravillas que Dios hace en las vidas de las personas, solamente basta reconocer su presencia dentro del propio ser, para mostrarlo a los demás y que así ellos también puedan tomar consciencia de que todas las personas, como seres humanos que son, están llamadas a vivir una espiritualidad en su vida; a dejarse tocar y transformar por el Espíritu Divino. 123 4. CONCLUSIÓN GENERAL Más que hacer una presentación de las diversas teorías que existen sobre el significado de la espiritualidad, y sobre los razonamientos de algunos de los muchos autores que han reflexionado acerca del significado de éste término, y que indudablemente han ofrecido aportes valiosos para su comprensión, lo que se ha querido hacer con éste trabajo, además de ampliar las propias comprensiones sobre el tema de la espiritualidad, es lo que se ha definido como el objetivo principal del presente estudio, que es, el de identificar en las obras escritas por Anselm Grün, la posibilidad real de una enseñabilidad de la espiritualidad que cause impacto en las personas para dar a conocer una nueva visión práctica de esta espiritualidad. Esto no quiere decir que se hayan dejado a un lado los aportes teológicos y sistemáticos, que han realizado muchos autores sobre esta temática, sino que es preciso saber descubrir en los escritos de éstos ilustres hombres la originalidad y la fuente de la espiritualidad. En el proceso del desarrollo de este trabajo investigativo, hemos comprendido que la espiritualidad se origina y se alimenta necesariamente de lo que es el Espíritu y se hace presente en Él. Espíritu que tiene lugar en la experiencia de vida del ser humano, entendiendo así hombres y mujeres. Puede decirse entonces, que más que haber realizado una simple aproximación a las distintas comprensiones de espiritualidad, esta investigación ha significado una meditación y reflexión en torno a lo que muchos han entendido por espiritualidad: especialmente en aquello que han expresado en su mayoría los autores consultados, y es que la espiritualidad es la vivencia “bajo la acción del Espíritu”, o sea que es la manera de vivir de acuerdo al Espíritu, es decir de acuerdo a Aquel quien aporta integridad a la persona. La espiritualidad entonces surge de la profundidad de la experiencia humana con lo trascendente, es el obrar según la manifestación del Espíritu en la vida de cada persona. 124 Así como lo han venido experimentando los monjes benedictinos, y como lo dejan entrever las enseñanzas de las primeras comunidades cristianas, el dejarse guiar por el Espíritu, por Aquel que es capaz de trasformar la vida y hacer de las personas, nuevas criaturas mediante la fe. Una de las categorías teológicas para comprender la espiritualidad es desde la Sagrada Escritura, es allí donde se encuentra la fuente de la espiritualidad cristiana. Una espiritualidad que se hace carne, que se hace ser humano, para librar a la misma humanidad de sus angustias, desde su propia condición humana, para vivir su propia plenitud. Se ha dicho también, que la espiritualidad cristiana tiene su fundamento en la espiritualidad cristológica, es decir desde el obrar de Jesús. Un Jesús a quien no le interesan las normas, las leyes establecidas por el ser humano, sino que viene a darle sentido a la vida, a restablecer lo que estaba perdido. El centro de la espiritualidad cristiana, entonces es la vida. Cuando se dice la vida, se está haciendo referencia a la experiencia cotidiana de la persona, desde sus alegrías, enfermedades y todo lo que abarca su ser que está en constante relación con el otro y con Dios, ya que la espiritualidad no se da fuera de lo humano, sino que es la expresión más profunda del ser. Más que repetir lo que está escrito en los textos de espiritualidad o lo que han vivido o experimentado los monjes en siglos atrás, es aprender de sus enseñanzas para que hoy día, cada persona descubra en su vida, su propia espiritualidad. Así lo expresa Anselm Grün en su texto espiritualidad desde abajo, primero hay que descubrirse a sí mismo, entrar en el propio pozo, para descubrir allí, la presencia reveladora de Dios en la historia personal. Los rasgos principales de la enseñabilidad de la espiritualidad están dados ante toda en la vida misma de Grün. Contar con el testimonio de su diario vivir, permite ver la unidad de la vida, (del ser, del pensamiento, de la acción), cuando el sentido de la misma es buscado, conocido y libremente aceptado. En sus obras se descubre no solamente una comprensión humana de la espiritualidad, sino una imagen viva de un maestro espiritual a través de sus enseñanzas, sobre el cual se medita, se llega a la contemplación de lo sagrado que existe dentro del hombre y de la mujer, porque en cada ser personal, se vive la propia espiritualidad. 125 Otro elemento fundamental en la vida de quien vive una espiritualidad es la convivencia comunitaria, donde se hace evidente y se pone en práctica cada espiritualidad personal. Cuando se dice convivencia comunitaria significa la transformación social, es compromiso de aquel que vive en su vida la espiritualidad manifestar para que los otros, el modo de vivir bajo la acción del Espíritu. Porque esta vida comunitaria tiene unas exigencias las cuales, muchas veces ponen en confrontación la experiencia de vida de las personas, la relación de los unos con los otros, y al mismo tiempo la relación con Dios. Si una espiritualidad está fundamentada realmente en la espiritualidad cristológica, esto significa que el actuar y el obrar deben ser consecuentes con el fundamento cristiano. La mayor preocupación del ser humano, debe estar en relación con la vida: así como Jesús rescata la dignidad del enfermo, del endemoniado, etc., el cristiano debe manifestar su espiritualidad, actuando conforme al Evangelio de la vida. Pero el Evangelio entendiendo así como el que abarca todo el obrar humano, especialmente el cuidado de naturaleza, donde también emerge la vida, cuando hablamos de espiritualidad también nos incumbe hablar de lo que Dios mismo ha creado, el compromiso ecológico es parte de la espiritualidad humana. En la parte pedagógica de esta investigación, se ha establecido que quien enseña o quien quiera transmitir ciertos conocimientos, debe estar lo suficientemente capacitado y hábilmente preparado para que el conocimiento sea enseñable y comunicable hacia quienes están en función de aprender. Así mismo hay que saber hacia dónde hay que conducir a los estudiantes, para que en un futuro ellos sean capaces de discernir por sí mismos en sus propias vidas. No se trata de enseñar solamente para cumplir con un requisito o por cumplir una obligación, sino que hay que enseñar para la vida, instruir para la vida. Se sabe que esto no es fácil, pero hay que hacer el intento para que poco a poco con los compromisos de cada persona, pueda ir transformando este mundo, en un mundo donde todos los seres humanos puedan vivir y respirar paz y tranquilidad. Lo que se ha hecho en el segundo capítulo, es una aproximación a los términos que sirven de presupuestos para una comprensión de la enseñabilidad de la espiritualidad desde Anselm Grün; sin la comprensión de esos términos no es posible hablar de enseñabilidad de la espiritualidad, ya que todo conocimiento científico tiene unos cimientos consistentes para concebir la 126 realidad. Es por ello que para identificar los rasgos de la enseñabilidad de la espiritualidad desde Anselm Grün, hay que entender los términos que son presupuestos para encaminarnos a comprender mejor el trabajo. Por eso en el segundo capítulo es lo que da fundamento para interpretar lo que Grün quiere mostrar en sus obras seleccionadas. En Grün precisamente es su propia vida y la Vida de Dios con él, lo que fundamentalmente ocupa su pensamiento al hablar de espiritualidad. Grün ya vive una espiritualidad antes de transmitirla. Lo que no ha experimentado en su propia vida no podrá transmitirlo. Por tanto la lectura de los textos que han sido analizados en la realización de éste trabajo, desde el punto de vista de la enseñabilidad, han aportado el mejor elenco de rasgos identificadores de una espiritualidad hecha vida y acción. Aparecen claramente en él los objetivos, el fin, las actitudes necesarias, el método indispensable, la motivación verdadera e incluso la función misma de la espiritualidad, para todo aquel que, en la sinceridad y verdad quiere llevar a cabo una experiencia en su propia acción, de una espiritualidad. Esto ha llevado a que sus obras estén siendo leídas en muchos países, en donde realmente personas que han tenido una mala experiencia en la vida, han recibido un aliento y un medio para descubrir el nuevo rumbo y sentido de la propia existencia. A Anselm Grün, muchos lo reconocen como el gran maestro espiritual, porque precisamente cuando él habla de espiritualidad, no habla de grandes teorías, básicamente empieza analizando los acontecimientos que ocurren en la vida, hasta lo que les importa poco a las personas. El valorar el pensamiento de Grün es un buen paso para valorarse a sí mismo como persona, saber que cada persona posee una espiritualidad propia. Cada espiritualidad nace de una experiencia de fe y de oración, pero sobre todo desde la propia experiencia de vida que sitúa a cada ser personal, en el camino para acceder a Dios. Según Grün solamente aquel que es capaz de encontrarse así mismo, encontrará su verdad y encontrará a Dios. Esto no es tarea de un día, sino que es un proceso de reconocimiento, por eso la espiritualidad está abierta para todos. Grün enseña una espiritualidad humana y encarnada en la vida. 127 Algo muy importante que hay que tener en cuenta cuando se habla de espiritualidad, es sobre la espiritualidad de los Misioneros de la Preciosa Sangre, es precisamente la espiritualidad de la Sangre, no solamente quedarse en la contemplación de la sangre, sino la sangre de da vida, la sangre que clama vida, la sangre que clama justicia en los más pobres. Los Misioneros de la Preciosa Sangre tienen como fundamento la espiritualidad Cristológica, ya que en ella se contempla la sangre de Cristo que ha sido derramada para dar la vida a la humanidad. Es por ello, que los que abrazan la espiritualidad de los Misioneros de la Preciosa Sangre, estamos llamados a escuchar la voz de la sangre, la voz de los que no tienen voz, nosotros nos comprometemos a dar nuestra propia sangre. Dar respuesta a los clamores de nuestra realidad. Esto lo podemos percibir en los contextos actuales de nuestro tiempo, donde muchas personas derraman su sangre sin motivos, por causa de la violencia, incluso porque no existe una espiritualidad humana. Quizá existen diversidad de espiritualidades pero en realidad todas las espiritualidad hay algo que tienen en común que es la vivencia bajo la acción del espíritu. Así, se concibe en la espiritualidad maya en Guatemala, los ancianos aun conservan sus costumbres, sus tradiciones, donde ellos son los encargados de transmitir los valores éticos y morales en la cual se van construyendo la espiritualidad. Espiritualidad entendida como el respeto a la vida, a la naturaleza, (al cosmos) a todo aquello es que creado por el Ser Supremo. Por eso cuando se habla de espiritualidad es hablar de la vida, así también se entiende en la cultura de los mayas en Guatemala. Las personas crecen y se forman dentro de una espiritualidad dependiendo en que cultura pertenecen, el investigador de este trabajo pertenece a la cultura maya Q’eqchi’, en donde aun la espiritualidad Q’eqchi’ es fuerte en el sentido que para hacer cualquier cosa con la naturaleza hay que pedir permiso porque hay alguien que vigila la Madre Tierra. Por último quisiéramos dejar abierto este trabajo sobre los rasgos de la enseñabilidad de la espiritualidad desde Anselm Grün. Precisamente porque el tema de la espiritualidad es bastante extenso, profundo y se requiere de ir contextualizando de acuerdo a las realidades de las personas que buscan tener o vivir una espiritualidad. Por más que quisiéramos dejar a 128 un lado el tema de la espiritualidad, no podemos, porque estaríamos dejando a un lado la existencia de vida humana. Cómo decíamos en el desarrollo de éste trabajo sin religión las personas pueden vivir, pero sin espiritualidad se deshumanizan. Solamente la espiritualidad posibilita el sentido a la existencia humana. Siguiendo la línea de éste trabajo quisiera dejar a disponibilidad de quien desee continuar ésta investigación lo puede hacer. Quizá haciéndose otra pregunta, si la espiritualidad es la expresión de la vida humana, ¿Por qué la humanidad no quiere buscar su propia esencia? ¿Cómo poder concientizar a la humanidad para que esto se vuelva a retomar? Este trabajo no termina con este proceso que se ha hecho simplemente nos hemos dedicado a identificar los rasgos de la enseñabilidad de la espiritualidad desde Anselm Grün, que felizmente aporta para la vida y el servicio que brinda el investigador como religioso dentro de la comunidad de los Misioneros de la Preciosa Sangre. Confiamos que este trabajo le brinde para el lector y para el investigador como aprendiz, la comprensión de una espiritualidad que pasa por la experiencia de vida personal. Así mismo para las personas que están ansiosos de la búsqueda de una espiritualidad, encuentren en ella, medios para encontrar en su vida su propia espiritualidad. 129 5. BIBLIOGRAFÍA Boff, Leonardo. Espiritualidad un camino de transformación. Santander, España: Editorial Sal Terrae, 2002. Cabestrero, Teófilo cmf. Espiritualidad y vida humana. http: /www.claret.org/espiritualidad/documentos/Espiritualidad y vida humana. (Acceso 20 Agosto 2010) Casaldáliga, Pedro. Espiritualidad de la Liberación. Santander, España: Sal Terrae, 1992. Castillo, José María 1929, Espiritualidad para insatisfechos, Madrid, España: Editorial Trotta, 2007 Caturelli, Alberto. Reflexiones para una filosofía cristiana de la educación. Cordoba: Universidad Nacional de Cordoba, 1982. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución Dogmática Lumen Gentium, 8, BAC. Minor, Madrid 1965. Cunningham, Lawrence S., Espiritualidad cristiana temas de la tradición. Santander, España: SAL TERRAE. 2004. Day, Christopher. 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