Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 L’OSSERVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum Año XLVII, número 41 (2.435) EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt Ciudad del Vaticano 9 de octubre de 2015 La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo No un museo, sino una fuente viva GIOVANNI MARIA VIAN Expresión de la Iglesia, que camina unida: esto es el Sínodo, recordó una vez más a todos el Papa al introducir los trabajos. Y añadió que también en este organismo la Iglesia se pregunta sobre la fidelidad al depósito de la fe, que no es un museo, sino una fuente viva. En la cual «nos saciamos para saciar», así como la tradición no es una realidad estática sino dinámica y creativa, de por sí abierta al futuro. Y en este espacio actúa el Espíritu, que requiere de los más de trescientos participantes en el Sínodo valentía, humildad y oración, a fin de que sea de verdad el Espíritu de Dios quien guíe la asamblea, y no puntos de vista o intereses personales. El Sínodo, por lo tanto, es una realidad particular, que no es precisamente un congreso, un locutorio, un parlamento, como enumeró de nuevo con paciencia Bergoglio. Si se quiere entender esta asamblea mundial se necesita atención, actitud que el Pontífice, no por casualidad, agradeció a los periodistas. Llamados a una tarea ardua, en un contexto mediático que, condicionado por previsibles automatismos, no favorece la comprensión de cuanto está sucediendo en la Iglesia y en el Sínodo. No faltan ejemplos, incluso muy recientes, pero será suficiente recordar la restrictiva lectura mediática de la etapa estadouniSIGUE EN LA PÁGINA 7 El Sínodo sigue su marcha Resumen y situación actual Entrevista al decano de la Rota D iario de la primera semana PÁGINAS 10 Y 11 Jornada del Domund 2015 Solidaridad con las misiones PÁGINA 5 Novelas religiosas Nueva narrativa contemporánea PÁGINA 6 Pastoral online Maestría en Puebla El Pontífice recordó que podrá ser un espacio de la acción del Espíritu Santo sólo si sus participantes «se revisten de coraje apostólico, de humildad evangélica y de oración confiada». PÁGINA 8 Esperanza sin miedos La reforma del proceso matrimonial operada con los Motu proprio del pasado 8 de septiembre, su relación con los dos sínodos sobre matrimonio y familia, la brevedad y simplificación de estos reclamada por los obispos de todo el mundo, la importancia central del obispo como juez, la revalorización del derecho de la sede metropolitana: son estos los temas afrontados por el decano de la Rota romana, Pio Vito Pinto, un mes después de la promulgación de los dos documentos que entrarán en vigor el 8 de diciembre, en una entrevista a L’Osservatore Romano. Y se trata de una profunda reforma, que ya en estos primeros días de los trabajos sinodales —destaca el prelado— ha sido acogida con entusiasmo como una ley clara, dispuesta a responder a las necesidades urgentes de los fieles y SIGUE EN LA PÁGINA 8 L’OSSERVATORE ROMANO página 2 viernes 9 de octubre de 2015, número 41 En la audiencia general el Pontífice habla del espíritu familiar Carta constitucional de la Iglesia El «espíritu familiar» es como «una carta constitucional para la Iglesia»: así, en efecto, «el cristianismo debe aparecer, y así debe ser». Lo afirmó el Papa en la catequesis del miércoles 7 de octubre, en la plaza de San Pedro. Queridos hermanos ¡buenos días! y hermanas, Hace pocos días comenzó el Sínodo de los obispos sobre el tema «La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo». La familia que camina por la vía del Señor es fundamental en el testimonio del amor de Dios y merece por ello toda la dedicación de la que la Iglesia es capaz. El Sínodo está llamado a interpretar, hoy, esta atención y este cuidado de la Iglesia. Acompañemos todo el itinerario sinodal sobre todo con nuestra oración y nuestra atención. Y en este período las catequesis serán reflexiones inspiradas por algunos aspectos de la relación —que bien podemos decir indisoluble— entre la Iglesia y la familia, con el horizonte abierto al bien de la entera comunidad humana. Una mirada atenta a la vida cotidiana de los hombres y mujeres de hoy muestra inmediatamente la ne- La familia libera de las malas del abandono y la indiferencia cesidad que hay por todos lados de una robusta inyección de espíritu familiar. De hecho, el estilo de las relaciones —civiles, económicas, jurídicas, profesionales, de ciudadanía— aparece muy racional, formal, organizado, pero también muy «deshidratado», árido, anónimo. A veces se vuelve insoportable. Aún queriendo ser inclusivo en sus formas, en la realidad abandona a la soledad y al descarte un número cada vez mayor de personas. Por esto, la familia abre para toda la sociedad una perspectiva mucho más humana: abre los ojos de los hijos sobre la vida —y no solo la mirada, sino también todos los demás sentidos— representando una visión de la relación humana edificada sobre la libre alianza de amor. La familia introduce a la necesidad de las uniones de fidelidad, sinceridad, confianza, cooperación, respeto; anima a pro- yectar un mundo habitable y a creer en las relaciones de confianza, también en condiciones difíciles; enseña a honrar la palabra dada, el respeto por las personas, el compartir los límites personales y de los demás. Y todos somos conscientes de lo insustiaguas tuible de la preocupación familiar por los miembros más pequeños, más vulnerables, más heridos, e incluso los más desastrosos en las conductas de su vida. En la sociedad, quien practica estas actitudes, las ha asimilado del espíritu familiar, no de la competición y el deseo de autorrealización. Ahora bien, aún sabiendo todo esto, no se da a la familia el peso debido —y reconocimiento, y apo- L’OSSERVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt GIOVANNI MARIA VIAN director TIPO GRAFIA VATICANA EDITRICE L’OSSERVATORE ROMANO don Sergio Pellini S.D.B. Giuseppe Fiorentino subdirector Ciudad del Vaticano [email protected] www.osservatoreromano.va yo— en la organización política y necesario un nuevo tipo de redes. económica de la sociedad contempo- Podríamos decir que hoy las familias ránea. Quisiera decir más: la familia son una de las redes más importanno solo no tiene el reconocimiento tes para la misión de Pedro y de la adecuado, ¡sino que no genera más Iglesia. ¡Esta no es una red que hace aprendizaje! A veces se podría decir prisioneros! Al contrario, libera de que, con toda su ciencia y su técni- las malas aguas del abandono y la ca, la sociedad moderna no es capaz indiferencia, que ahogan a muchos todavía de traducir estos conoci- seres humanos en el mar de la solemientos en formas mejores de convi- dad y de la indiferencia. Las familias vencia civil. No solo la organización saben bien qué es la dignidad de de la vida común se topa cada vez sentirse hijos y no esclavos, o extramás con una burocracia del todo ex- ños, o solo un número de documentraña a las uniones humanas funda- to de identidad. Desde aquí, desde mentales, sino, incluso, las costum- la familia, Jesús comienza de nuevo bres sociales y políticas muestran a su paso entre los seres humanos para menudo signos de degradación persuadirlos que Dios no les ha olvi—agresividad, vulgaridad, despre- dado. De aquí, Pedro toma fuerzas cio…—, que están por debajo del para su ministerio. De aquí la Igleumbral de una educación familiar sia, obedeciendo a la palabra del también mínima. En esta coyuntura, Maestro, sale a pescar al lago, segulos extremos opuestos de este afea- ra que, si esto sucede, la pesca será miento de las relaciones —la obtusa milagrosa. tecnocracia y el «familismo» amoral— se conjugan y se alimentan recíprocamente. Esto Las familias son una de las redes es una paradoja. La Iglesia individua hoy, en este punto más importantes para la misión exacto, el sentido histórico de de Pedro y de la Iglesia su misión sobre la familia y sobre el auténtico espíritu familiar: comenzando por una atenta revisión de vida, que se refiere Que el entusiasmo de los padres a sí misma. Se podría decir que el sinodales, animados por el Espíritu «espíritu familiar» es una carta cons- Santo, pueda fomentar el impulso titucional para la Iglesia: así el cris- de una Iglesia que abandona las vietianismo debe aparecer, y así debe jas redes y se pone a pescar confianser. Está escrito en letras claras: «Vo- do en la palabra de su Señor. ¡Recesotros que un tiempo estabais lejos mos intensamente por esto! Cristo, —dice san Pablo— […] ya no sois ex- por lo demás, prometió y nos trantranjeros ni forasteros, sino conciu- quiliza: si incluso los malos padres dadanos de los santos y miembros no niegan el pan a los hijos hamde la familia de Dios» (Ef 2, 19). brientos, ¡imaginémonos si Dios no La Iglesia es y debe ser la familia dará el Espíritu a quienes —aun imde Dios. Jesús, al llamar a Pedro pa- perfectos como son— lo piden con ra seguirlo, le dijo que le haría «pes- apasionada insistencia (cf. Lc 11, 9cador de hombres»; y por esto es 13)! director general Servicio fotográfico [email protected] Publicidad: Il Sole 24 Ore S.p.A. 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En Perú: Editorial salesiana, Avenida Brasil 220, Lima 5, Perú; teléfono + 51 42 357 82; fax + 51 431 67 82; e-mail: [email protected]. número 41, viernes 9 de octubre de 2015 L’OSSERVATORE ROMANO página 3 Durante la vigilia en la plaza de San Pedro el Papa llama a las familias a ser una luz en medio de la oscuridad del mundo Volvamos a Nazaret «Volvamos a Nazaret para que sea un Sínodo que, más que hablar sobre la familia, sepa aprender de ella, en la disponibilidad a reconocer siempre su dignidad, su consistencia y su valor, no obstante las muchas penalidades y contradicciones que la puedan caracterizar». Este fue el deseo que expresó el Papa durante la vigilia de oración organizada por la Conferencia episcopal italiana en preparación al Sínodo de los obispos, el 3 de octubre por la tarde, en la plaza de San Pedro. Queridas familias, buenas tardes. ¿Vale la pena encender una pequeña vela en la oscuridad que nos rodea? ¿No se necesitaría algo más para disipar la oscuridad? Pero, ¿se pueden vencer las tinieblas? En ciertas épocas de la vida —de esta vida llena de recursos estupendos—, preguntas como esta se imponen con apremio. Frente a las exigencias de la existencia, existe la tentación de echarse para atrás, de desertar y encerrarse, a lo mejor en nombre de la prudencia y del realismo, escapando así de la responsabilidad de cumplir a fondo el propio deber. ¿Recuerdan la experiencia de Elías? El cálculo humano le causa al profeta un miedo que lo empuja a buscar refugio. Miedo. «Entonces Elías tuvo miedo, se levantó y se fue para poner a salvo su vida […] Caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el Horeb, el monte de Dios. Allí se introdujo en la cueva y pasó la noche. Le llegó la palabra del Señor preguntando: “¿Qué haces aquí, Elías?”» (1 R 19, 3.8-9). Luego, en el Horeb, la respuesta no la encontrará en el viento impetuoso que sacude las rocas, ni en el terremoto, ni tampoco en el fuego. La gracia de Dios no levanta la voz, es un rumor que llega a cuantos están dispuestos a escuchar la suave brisa —Aquel tenue silencio sonoro— los exhorta a salir, a regresar al mundo, a ser testigos del amor de Dios por el hombre, para que el mundo crea… Con este espíritu, hace precisamente un año, en esta misma plaza, invocábamos al Espíritu Santo pidiéndole que los padres sinodales —al poner atención en el tema de la familia— supieran escuchar y confrontarse teniendo fija la mirada en Jesús, Palabra última del Padre y criterio de interpretación de todo. Esta noche, nuestra oración no puede ser diferente. Pues, como recordaba el metropolita Ignacio IV Hazim, sin el Espíritu Santo, Dios resulta lejano, Cristo permanece en el pasado, la Iglesia se convierte en una simple organización, la autoridad se transforma en dominio, la misión en propaganda, el culto en evocación y el actuar de los cristianos en una moral de esclavos (cf. Discurso en la Conferencia ecuménica de Uppsala, 1968). Oremos, pues, para que el Sínodo que se abre mañana sepa reorientar la experiencia conyugal y familiar hacia una imagen plena del hombre; que sepa reconocer, valorizar y proponer todo lo bello, bueno y santo que hay en ella; abrazar las situaciones de vulnerabilidad que la ponen a prueba: la pobreza, la guerra, la enfermedad, el luto, las relaciones laceradas y deshilachadas de las que brotan dificultades, resentimientos y rupturas; que recuerde a estas familias, y a todas las familias, que el Evangelio sigue siendo la «buena noticia» desde la que se puede siempre comenzar de nuevo. Que los padres sepan sacar del tesoro de la tradición viva palabras de consuelo y orientaciones esperanzadoras para las familias, que están llamadas en este tiempo a construir el futuro de la comunidad eclesial y de la ciudad del hombre. Cada familia es siempre una luz, por más débil que sea, en medio de la oscuridad del mundo. La andadura misma de Jesús entre los hombres toma forma en el seno de una familia, en la cual permaneció treinta años. Una familia como tantas otras, asentada en una aldea insignificante de la periferia del Imperio. Charles de Foucauld intuyó, quizás como pocos, el alcance de la espiritualidad que emana de Nazaret. Este gran explorador abandonó muy pronto la carrera militar fascinado por el misterio de la Sagrada Familia, por la relación cotidiana de Jesús con sus padres y sus vecinos, por el trabajo silencioso, por la oración humilde. Contemplando a la Familia de Nazaret, el hermano Charles se percató de la esterilidad del afán por las riquezas y el poder; con el apostolado de la bondad se hizo todo para todos; atraído por la vida eremítica, entendió que no se crece en el amor de Dios evitando la servidumbre de las relaciones humanas, porque amando a los otros es como se aprende a amar a Dios; inclinándose al prójimo es como nos elevamos hacia Dios. A través de la cercanía fraterna y solidaria a los más pobres y abandonados entendió que, a fin de cuentas, son precisamente ellos los que nos evangelizan, ayudándonos a crecer en humanidad. Para entender hoy a la familia, entremos también nosotros —como Charles de Foucauld— en el misterio de la Familia de Nazaret, en su vida escondida, cotidiana y ordinaria, como es la vida de la mayor parte de nuestras familias, con sus penas y sus sencillas alegrías; vida entretejida de paciencia serena en las contrariedades, de respeto por la situación de cada uno, de esa humildad que libera y florece en el servicio; vida de fraternidad que brota del sentirse parte de un único cuerpo. La familia es lugar de santidad evangélica, llevada a cabo en las condiciones más ordinarias. En ella se respira la memoria de las generaciones y se ahondan las raíces que permiten ir más lejos. Es el lugar de discernimiento, donde se nos educa para descubrir el plan de Dios para nuestra vida y saber acogerlo con confianza. La familia es lugar de gratuidad, de presencia discreta, fraterna, solidaria, que nos enseña a salir de nosotros mismos para acoger al otro, para perdonar y sentirse perdonados. Volvamos a Nazaret para que sea un Sínodo que, más que hablar sobre la familia, sepa aprender de ella, en la disponibilidad a reconocer siempre su dignidad, su consistencia y su valor, no obstante las muchas penalidades y contradicciones que la puedan caracterizar. En la «Galilea de los gentiles» de nuestro tiempo encontraremos de nuevo la consistencia de una Iglesia que es madre, capaz de engendrar la vida y atenta a comunicar continuamente la vida, a acompañar con dedicación, ternura y fuerza moral. Porque si no somos capaces de unir la compasión a la justicia, terminamos siendo seres inútilmente severos y profundamente injustos. Una Iglesia que es familia sabe presentarse con la proximidad y el amor de un padre, que vive la responsabilidad del custodio, que protege sin reemplazar, que corrige sin humillar, que educa con el ejemplo y la paciencia. A veces, con el simple silencio de una espera orante y abierta. Y una Iglesia sobre todo de hijos, que se reconocen hermanos, nunca llega a considerar al otro sólo como un peso, un problema, un coste, una preocupación o un riesgo: el otro es esencialmente un don, que sigue siéndolo aunque recorra caminos diferentes. La Iglesia es una casa abierta, lejos de grandezas exteriores, acogedora en el estilo sobrio de sus miembros y, precisamente por ello, accesible a la esperanza de paz que hay dentro de cada hombre, incluidos aquellos que —probados por la vida— tienen el corazón lacerado y dolorido. Esta Iglesia puede verdaderamente iluminar la noche del hombre, indicarle con credibilidad la meta y compartir su camino, sencillamente porque ella es la primera que vive la experiencia de ser incesantemente renovada en el corazón misericordioso del Padre. L’OSSERVATORE ROMANO página 4 Misa inaugural de la Redescubrir la belleza del amor fiel y duradero. Esto es lo que el Papa Francisco pidió en la misa de apertura del Sínodo sobre la familia celebrada el domingo 4 de octubre, por la mañana, en la basílica vaticana. «Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud» (1 Jn 4, 12). Las lecturas bíblicas de este domingo parecen elegidas a propósito para el acontecimiento de gracia que la Iglesia está viviendo, es decir, la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los obispos sobre el tema de la familia que se inaugura con esta celebración eucarística. Dichas lecturas se centran en tres aspectos: el drama de la soledad, el amor entre el hombre y la mujer, y la familia. La soledad Adán, como leemos en la primera lectura, vivía en el Paraíso, ponía los nombres a las demás creaturas, ejerciendo un dominio que demuestra su indiscutible e incomparable superioridad, pero aun así se sentía solo, porque «no encontraba ninguno como él que lo ayudase» (Gn 2, 20) y experimentaba la soledad. La soledad, el drama que aún aflige a muchos hombres y mujeres. Pienso en los ancianos abandonados incluso por sus seres queridos y sus propios hijos; en los viudos y viudas; en tantos hombres y mujeres dejados por su propia esposa y por su propio marido; en tantas personas que de hecho se sienten solas, no comprendidas y no escuchadas; en los emigrantes y los refugiados que huyen de la guerra y la persecución; y en tantos jóvenes víctimas de la cultura del consumo, del usar y tirar, y de la cultura del descarte. Hoy se vive la paradoja de un mundo globalizado en el que vemos tantas casas de lujo y edificios de gran altura, pero cada vez menos calor de hogar y de familia; muchos proyectos ambiciosos, pero poco tiempo para vivir lo que se ha logrado; tantos medios sofisticados de diversión, pero cada vez más un profundo vacío en el corazón; muchos placeres, pero poco amor; tanta libertad, pero poca autonomía… Son cada vez más las personas que se sienten solas, y las que se encierran en el egoísmo, en la melancolía, en la violencia destructiva y en la esclavitud del placer y del dios dinero. Hoy vivimos en cierto sentido la misma experiencia de Adán: tanto poder acompañado de tanta soledad y vulnerabilidad; y la familia es su imagen. Cada vez menos seriedad en llevar adelante una relación sólida y fecunda de amor: en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, en la buena y en la mala suerte. El amor duradero, fiel, recto, estable, fértil es cada vez más objeto de burla y considerado como algo anticuado. Parecería que las socieda- XIV Asamblea de los obispos Jesús restituye todo al origen des más avanzadas son precisamente las que tienen el porcentaje más bajo de tasa de natalidad y el mayor promedio de abortos, de divorcios, de suicidios y de contaminación ambiental y social. conyugal no es sólo vivir juntos, sino también amarse para siempre. Jesús restablece así el orden original y originante. La familia Leemos en la primera lectura que el corazón de Dios se entristeció al ver la soledad de Adán y dijo: «No está bien que el hombre esté solo; voy a hacerle alguien como él que le ayude» (Gn 2, 18). Estas palabras muestran que nada hace más feliz al hombre que un corazón que se asemeje a él, que le corresponda, que lo ame y que acabe con la soledad y el sentirse solo. Muestran también que Dios no ha creado el ser humano para vivir en la tristeza o para estar solo, sino para la felicidad, para compartir su camino con otra persona que es su complemento; para vivir la extraordinaria experiencia del amor: es decir de amar y ser amado; y para ver su amor fecundo en los hijos, co- «Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre» (Mc 10, 9). Es una exhortación a los creyentes a superar toda forma de individualismo y de legalismo, que esconde un mezquino egoísmo y el miedo de aceptar el significado auténtico de la pareja y de la sexualidad humana en el plan de Dios. De hecho, sólo a la luz de la locura de la gratuidad del amor pascual de Jesús será comprensible la locura de la gratuidad de un amor conyugal único y usque ad mortem. Para Dios, el matrimonio no es una utopía de adolescente, sino un sueño sin el cual su creatura estará destinada a la soledad. En efecto el miedo de unirse a este proyecto paraliza el corazón humano. Paradójicamente también el hombre de hoy —que con frecuencia ridi- mo dice el salmo que se ha proclamado hoy (cf. Sal 128). Este es el sueño de Dios para su criatura predilecta: verla realizada en la unión de amor entre hombre y mujer; feliz en el camino común, fecunda en la donación recíproca. Es el mismo designio que Jesús resume en el Evangelio de hoy con estas palabras: «Al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne» (Mc 10, 6-8; cf. Gn 1, 27; 2, 24). Jesús, ante la pregunta retórica que le habían dirigido —probablemente como una trampa, para hacerlo quedar mal ante la multitud que lo seguía y que practicaba el divorcio, como realidad consolidada e intangible—, responde de forma sencilla e inesperada: restituye todo al origen, al origen de la creación, para enseñarnos que Dios bendice el amor humano, es él el que une los corazones de un hombre y una mujer que se aman y los une en la unidad y en la indisolubilidad. Esto significa que el objetivo de la vida culiza este plan— permanece atraído y fascinado por todo amor auténtico, por todo amor sólido, por todo amor fecundo, por todo amor fiel y perpetuo. Lo vemos ir tras los amores temporales, pero sueña el amor auténtico; corre tras los placeres de la carne, pero desea la entrega total. En efecto «ahora que hemos probado plenamente las promesas de la libertad ilimitada, empezamos a entender de nuevo la expresión “la tristeza de este mundo”. Los placeres prohibidos perdieron su atractivo cuando han dejado de ser prohibidos. Aunque tiendan a lo extremo y se renueven al infinito, resultan insípidos porque son cosas finitas, y nosotros, en cambio, tenemos sed de infinito» (Joseph Ratzinger, Auf Christus schauen. Einübung in Glaube, Hoffnung, Liebe, Freiburg 1989, p. 73). En este contexto social y matrimonial bastante difícil, la Iglesia está llamada a vivir su misión en la fidelidad, en la verdad y en la caridad. Vivir su misión en la fidelidad a su Maestro como voz que grita en el desierto, para defender el amor fiel y animar a las numerosas fami- El amor entre el hombre y la mujer viernes 9 de octubre de 2015, número 41 lias que viven su matrimonio como un espacio en el cual se manifiestan el amor divino; para defender la sacralidad de la vida, de toda vida; para defender la unidad y la indisolubilidad del vínculo conyugal como signo de la gracia de Dios y de la capacidad del hombre de amar en serio. La Iglesia está llamada a vivir su misión en la verdad que no cambia según las modas pasajeras o las opiniones dominantes. La verdad que protege al hombre y a la humanidad de las tentaciones de autoreferrencialidad y de transformar el amor fecundo en egoísmo estéril, la unión fiel en vínculo temporal. «Sin verdad, la caridad cae en mero sentimentalismo. El amor se convierte en un envoltorio vacío que se rellena arbitrariamente. Éste es el riesgo fatal del amor en una cultura sin verdad» (Benedicto XVI, enc. Caritas in veritate, 3). Y la Iglesia es llamada a vivir su misión en la caridad que no señala con el dedo para juzgar a los demás, sino que —fiel a su naturaleza como madre— se siente en el deber de buscar y curar a las parejas heridas con el aceite de la acogida y de la misericordia; de ser «hospital de campo», con las puertas abiertas para acoge a quien llama pidiendo ayuda y apoyo; aun más, de salir del propio recinto hacia los demás con amor verdadero, para caminar con la humanidad herida, para incluirla y conducirla a la fuente de salvación. Una Iglesia que enseña y defiende los valores fundamentales, sin olvidar que «el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado» (Mc 2, 27); y que Jesús también dijo: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar justos, sino pecadores» (Mc 2, 17). Una Iglesia que educa al amor auténtico, capaz de alejar de la soledad, sin olvidar su misión de buen samaritano de la humanidad herida. Recuerdo a san Juan Pablo II cuando decía: «El error y el mal deben ser condenados y combatidos constantemente; pero el hombre que cae o se equivoca debe ser comprendido y amado […] Nosotros debemos amar nuestro tiempo y ayudar al hombre de nuestro tiempo.» (Discurso a la Acción católica italiana, 30 de diciembre de 1978, 2 c: L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española, 21 enero 1979, p. 9). Y la Iglesia debe buscarlo, acogerlo y acompañarlo, porque una Iglesia con las puertas cerradas se traiciona a sí misma y a su misión, y en vez de ser puente se convierte en barrera: «El santificador y los santificados proceden todos del mismo. Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos» (Hb 2, 11). Con este espíritu, le pedimos al Señor que nos acompañe en el Sínodo y que guíe a su Iglesia a través de la intercesión de la Santísima Virgen María y de San José, su castísimo esposo. número 41, viernes 9 de octubre de 2015 L’OSSERVATORE ROMANO página 5 El Papa Francisco a los padres sinodales en la apertura de los trabajos Coraje apostólico, humildad y oración «Coraje apostólico, humildad evangélica y oración confiada»: es lo que pidió el Papa Francisco a los obispos reunidos en el Aula nueva del Sínodo el 5 de octubre por la mañana. Queridas beatitudes, eminencias, excelencias, hermanos y hermanas: La Iglesia retoma hoy el diálogo iniciado con la convocación del Sínodo extraordinario sobre la familia, —y ciertamente mucho antes— para evaluar y reflexionar juntos el texto del Instrumentum Laboris, elaborado a partir de la Relatio Synodi y de las respuestas de las Conferencias episcopales y de los organismos con derecho. El Sínodo, como sabemos, es un caminar juntos con espíritu de colegialidad y de sinodalidad, adoptando valientemente la parresia, el celo pastoral y doctrinal, la sabiduría, la franqueza, y poniendo siempre delante de nuestros ojos el bien de la Iglesia, de las familias y la suprema lex: la salus animarum (cf. can. 1752). Quisiera recordar que el Sínodo no es un congreso o un «locutorio», no es un parlamento o un senado, donde nos ponemos de acuerdo. El Sínodo, en cambio, es una expresión eclesial, es decir, es la Iglesia que camina unida para leer la realidad con los ojos de la fe y con el corazón de Dios; es la Iglesia que se interroga sobre la fidelidad al depósito de la fe, que para ella no representa un museo al que mirar ni tampoco sólo que salvaguardar, sino que es una fuente viva de la cual la Iglesia se sacia, para saciar e iluminar el depósito de la vida. El Sínodo se mueve necesariamente en el seno de la Iglesia y dentro del santo pueblo de Dios, del cual nosotros formamos parte en calidad de pastores, es decir, servidores. El Sínodo, además, es un espacio protegido donde la Iglesia experimenta la acción del Espíritu Santo. En el Sínodo el Espíritu habla a través de la lengua de todas las perso- nas que se dejan conducir por el Dios que sorprende siempre, por el Dios que revela a los pequeños lo que esconde a los sabios y a los inteligentes, por el Dios que ha creado la ley y el sábado para el hombre y no viceversa, por el Dios que deja las noventa y nueve ovejas para buscar a la única oveja perdida, por el Dios que es siempre más grande que nuestras lógicas y nuestros cálculos. Recordamos que el Sínodo podrá ser un espacio de la acción del Espíritu Santo sólo si nosotros, los participantes, nos revestimos de coraje apostólico, humildad evangélica y oración confiada. El coraje apostólico que no se deja asustar de frente a las seducciones del mundo, que tienden a apagar en el corazón de los hombres la luz de la verdad, sustituyéndola con pequeñas y pasajeras luces, y ni siquiera de frente al endurecimiento de algunos corazones que —a pesar de las buenas intenciones— alejan a las personas de Dios. «El coraje apostólico de llevar vida y no hacer de nuestra vida cristiana un museo de recuerdos» (Homilía en Santa Marta, 28 de abril de 2015). La humildad evangélica que sabe vaciarse de las propias convenciones y prejuicios para escuchar a los hermanos obispos y llenarse de Dios. Humildad que lleva a no apuntar el dedo en contra de los demás, para juzgarlos, sino a tenderles la mano, para levantarlos sin sentirse nunca superiores a ellos. La oración confiada es la acción del corazón cuando se abre a Dios, cuando se hacen callar todos nuestros humores para escuchar la suave voz de Dios que habla en el silencio. Sin escuchar a Dios, todas nuestras palabras serán solamente «palabras» que no sacian y no sirven. Sin dejarse guiar por el Espíritu, todas nuestras decisiones serán solamente «decoraciones» que en lugar de exaltar el Evangelio lo recubren y lo esconden. Queridos hermanos: Como he dicho, el Sínodo no es un parlamento, donde para alcanzar un consenso o un acuerdo común se recurre a la negociación, al acuerdo o a las componendas, sino que el único método del Sínodo es abrirse al Espíritu Santo con coraje apostólico, con humildad evangélica y con oración confiada, de modo que sea él quien nos guíe, nos ilumine y nos haga poner delante de los ojos no nuestras opiniones personales, sino la fe en Dios, la fidelidad al magisterio, el bien de la Iglesia y la salus animarum. Por último, quisiera agradecer de corazón al cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo; a monseñor Fabio Fabene, subsecretario; al relator, cardenal Péter Erdő; y al secretario especial, monseñor Bruno Forte; a los presidentes delegados, los escritores, los consultores, los traductores y todos aquellos que han trabajado con verdadera fidelidad y total entrega a la Iglesia. ¡Gracias de corazón! Agradezco igualmente a todos ustedes, queridos padres sinodales, delegados fraternos, auditores, auditoras y asesores, por su participación activa y fructuosa. Un especial agradecimiento quiero dirigir a los periodistas presentes en este momento y aquellos que nos siguen de lejos. Gracias por su apasionada participación y por su admirable atención. Iniciamos nuestro camino invocando la ayuda del Espíritu Santo y la intercesión de la Sagrada Familia: Jesús, María y san José. ¡Gracias! Jornada del Domund 2015 Solidaridad con las misiones El próximo 18 de octubre se celebra la Jornada mundial de las misiones, conocida como Domund. Con las ayudas recaudadas ese día se llevan a cabo miles de proyectos sociales, educativos y sanitarios en los 1.109 territorios de misión de todo el mundo. España cuenta con más de 13.000 misioneros nacionales repartidos en 140 países. Son todos «misioneros de la misericordia», como reza el tema de la campaña de este año tomado de la bula Misericordiae Vultus, porque la misericordia es la identidad de Dios y por tanto es la identidad del mismo. Desde 1926 se celebra el Domingo mundial de las misiones. La recaudación de las ayudas económicas la lleva a cabo las Obras misionales pontificias (OMP) que se asegura que cada euro llegue a estos territorios y es que todos los donativos pasan a formar parte de una hucha a disposición del Papa que luego los distribuye equitativamente. En el 2014 las aportaciones provenientes de España aumentaron un 10, 13%. La solidaridad de este día significa llevar «vida» a muchas personas. Además es una forma de reconocer y estimular la labor de estos sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos que van a ayudar con su trabajo y anunciar el evangelio en los lugares más desfavorecidos de la tierra. página 6 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 9 de octubre de 2015, número 41 La vuelta del cristianismo a la narrativa contemporánea Nuevas novelas religiosas Publicamos un artículo aparecido en el quinto número de la «Rivista del clero italiano», el órgano mensual de actualización pastoral y cultura religiosa de la Universidad católica del Sagrado Corazón fundado en 1920 y editado por «Vita e Pensiero». En el ensayo, Lucetta Scaraffia reflexiona sobre la vuelta del cristianismo a la narrativa contemporánea. LUCETTA SCARAFFIA En los años cincuenta del siglo pasado, cuando era niña, con ocasión de la primera comunión recibíamos como regalo novelas de carácter religioso. Las tapas de cartón, ilustradas con colores vivaces, nos introducían en una versión en general reducida —los originales eran ladrillos larguísimos— de novelas como Fabiola, Quo vadis, Ben Hur. Estas lecturas se consideraban un buen complemento de nuestra educación religiosa, hasta ese momento basada sobre todo en el Catecismo de Pío X, que se aprendía de memoria, y en una edición de los Evangelios o, más raramente, del Nuevo Testamento, adaptada a los niños. Se trataba de novelas escritas en la segunda mitad del siglo XIX —Fabiola (1854), del cardenal inglés Nicholas Wiseman; Ben Hur (1880), del general y político estadounidense Lew Wallace; Quo vadis (1894), del polaco Henryk Sienkiewicz— que habían tenido un extraordinario éxito y traducciones a muchas lenguas, así como adaptaciones teatrales y cinematográficas, que se multiplicaron sobre todo en la primera mitad del siglo XX, pero también más allá. Con la novela de Wiseman se habían puesto de moda nombres de bautismo como Fabiola y Tarsicio, joven mártir cristiano, mientras que el escritor polaco Sienkiewicz había sido galardonado con el premio Nobel de literatura en 1905, precisamente por Quo vadis, que aún hoy sigue siendo la marca de una célebre agenda. También a Ben Hur la palma de un duradero éxito cinematográfico en diversas versiones, gracias a la épica carrera de cuadrigas, que volverá a verse en su nueva versión anunciada para comienzos de 2016. Las tres tenían como objeto los años heroicos, y por eso emocionantes, del primer cristianismo, en medio de persecuciones y grandes conversiones. En Ben Hur. A Tale of the Christ, el protagonista encuentra incluso a Jesús, que está en el trasfondo de toda la historia, como indica el subtítulo. Pero los personajes principales siguen siendo siempre figuras marginales de la gran tradición religiosa —también sucede con Pedro, quien incluso sugiere el título de la novela del nobel polaco, tomado de una antigua tradición apócrifa—, a los que no se les aplica la inventiva del escritor. En efecto, ninguno de ellos tiene la valentía de confrontarse directamente con los grandes protagonistas (Jesús y los Apóstoles, María), para los cuales deben bastar las palabras, controladas por la Iglesia y seguramente ortodoxas, de los textos canónicos. En sustancia, también los escritores más populares del siglo XIX, e in- cluso un cristiano no vinculado con ninguna denominación como Wallace, se detenían con respeto ante las situaciones humanas de figuras convertidas en modelos fundamentales de la fe, y solo las describían con breves rasgos, en medallones que confirmaban la imagen hierática tradicional. Son novelas de contraste seco y previsible: los cristianos, o quienes se convertirán, buenos; los otros, malvados. Textos considerados los regalos más adecuados para los jóvenes, incluso en los decenios sucesivos a la primera mitad del siglo XX, durante los cuales —al menos por lo que respecta a la narrativa de temática religiosa— no cambia nada. Estos son los modelos más importantes en los que se inspirarán muchas novelas del ámbito católico, distribuidas por editores católicos y, en general, de modesto —o, incluso, modestísimo— valor histórico y literario. Fuera de este grupo de libros, que poco a poco pasa de moda, nada: la religión parece desaparecer como argumento literario, sustituida por la política, el sexo, la ambición y la degradación. Las primeras co- muniones han disminuido drásticamente, incluso porque han disminuido los niños, y a los pocos comulgantes en lugar de Quo vadis se les regala libros como Sidharta, de Hermann Hesse, o el Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, que garantizan una educación moral laica e intercultural, políticamente correcta. Esta situación, que se podría definir secularización consolidada, si no triunfante, se interrumpe bruscamente durante estos últimos, más aún, ultimísimos años, cuando la religión vuelve prepotentemente al centro de las narraciones de algunos de los más célebres escritores de hoy, estableciendo incluso grandes éxitos literarios. Todo esto en medio del asombro general, del desconcierto de una crítica que parece haber perdido la capacidad de juzgar una obra literaria, y tiene dificultad para explicar el inesperado y clamoroso éxito de libros como El Reino, de Emmanuel Carrère; Sumisión, de Michel Houellebecq; Judas, de Amos Oz; y La balada de Adam Henry, de MacEwan. Mientras tanto, hay que decir que ninguno de estos libros fue escrito por un creyente devoto con la intención de hacer propaganda de su fe, sino todo lo contrario: a los temas religiosos se acercan escritores que nunca antes los habían tratado, que quizá ni siquiera jamás habían reflexionando sobre ellos. Sin embargo, no por eso escriben animados por un espíritu antirreligioso y, más específicamente, anticristiano, sino más bien impulsados por un interés genuino y por una pasión auténtica. De ahí las características que los unen, es decir, la lozanía de lenguaje y el punto de vista nuevo, a veces incluso desenvuelto, con el que tratan temas que siempre han sido considerados impregnados de cuestiones teológicas y susceptibles de acarrear al autor los anatemas de la Iglesia. Es evidente que para estos libros el imprimatur de las jerarquías eclesiásticas no se considera ni necesario ni deseable, y tal vez por ello los autores se sienten libres de mezclar los temas religiosos con episodios eróticos, fenómeno nunca antes verificado de este modo. Por tanto, se ha generado una especie de nuevo filón narrativo que incluso se podría definir erótico/religioso y en el cual, sin embargo, la novedad y el escándalo son la elección del tema religioso, y no por cierto el de las descripciones eróticas, del que ya se ha abusado demasiado. Sólo en una de las novelas citadas, La balada de Adam Henry, de Ian MacEwan, el tema erótico se esboza con ligereza, pero, al mismo tiempo, se niega desde el comienzo. En efecto, para la madura jueza inglesa que besa al joven protagonista de una importante sentencia suya se trata más de una cuestión de maternidad removida que de eros. Y la novela de MacEwan también es diversa porque no aparecen personajes de la Biblia, sino el dilema religioso típico de nuestros días, el de la elección entre ciencia y fe. En busca de la fe, con la esperanza de que dé no solo una verdadera razón de vida, sino también una identidad fuerte para afrontar la crisis y la destrucción cultural de la sociedad, también está el protagonista y alter ego de la novela Sumisión, de Houellebecq. Intenta convertirse dos veces, primero ante la Virgen de Rocamadour, y después yéndose a vivir por un período al monasterio de Ligugé, donde Huysmans, su autor de referencia, había reencontrado la fe y se había retirado para vivir sus últimos años. Aunque ante la Virgen se había sentido «abandonado por el espíritu, reducido a su propio cuerpo dolorido, perecedero», su huida precipitosa al cabo de dos días vividos en el antiguo monasterio nace de un sentido indefinido de irritación. Por la imposibilidad de fumar en su cuarto, por el lenguaje meloso, que suena irremediablemente falso, con el que se expresan los monjes en el folleto que ilustra al visitante la vida del monasterio y del que cita algún ejemplo, como «la vida debería ser un constante intercambio amoroso, tanto en las pruebas como en las alegrías». La participación en todas las funciones litúrgicas previstas para la jornada, que tanto habían exaltado el alma de Huysmans, le parece carente de encanto, en un edificio que, aunque esté bien conservado, está bordeado por la línea del tren de alta velocidad y por edificios industriales. Además, a esta desilusión se suma la de ver con qué facilidad la Iglesia en Francia acepta el gobierno inspirado en principios islámicos que, sin embargo, le permite sobrevivir en enclaves protegidos y financiados. Su conversión al islam, motivada por ventajas innegables —reconocimientos profesionales y sueldo más alto, a los que se añade la poligamia—, parece ser la consecuencia lógica de este fracaso. Una conversión fallida también marca el comienzo de la novela de Carrère, desarrollada con sabia ironía. También aquí, las motivaciones del acercamiento a la fe nacen de un malestar personal: el escritor había caído en una profunda depresión, y su matrimonio, del que habían nacido dos hijos, atravesaba una fuerte crisis: «Hubo un momento de mi vida en que he creído». Creer, para él, como cuenta ahora, es creer en una serie de absurdidades —in primis, la resuSIGUE EN LA PÁGINA 7 L’OSSERVATORE ROMANO número 41, viernes 9 de octubre de 2015 página 7 Regreso a la narrativa contemporánea VIENE DE LA PÁGINA 6 rrección—. Explica la adhesión al catolicismo por parte de un intelectual moderno con estas palabras esclarecedoras: «Estamos orgullosos de esta locura, porque no se nos parece, porque haciéndola nuestra nos sorprendemos y renunciamos a nosotros mismos, porque alrededor nuestro nadie la comparte». La fe es considerada como un punto extremo del anticonformismo, que garantiza un momento elevado de autocomplacencia. El escritor lee todos los libros de exégesis, así como los libros de historia, pero sin la reverencia que por lo general muestra el estudioso. Y Carrère no es un estudioso, es un escritor que solo lee para encontrar otro material con el que puede alimentar su inspiración. «He tratado de hacer zum, como se hace con los mapas de Google, en el punto preciso del espacio y del tiempo en el que aparece el personaje que en los Hechos dice “nosotros”». Y propone una hipótesis sugestiva: que Lucas realizó una encuesta sobre Jesús en Judea, cuando fue allí en compañía de Pablo, sin decirle nada a este último; y que de las informaciones recogidas no había hablado con nadie antes de escribirlas, al final de su vida: «En el evangelio de la infancia que escribirá luego, Lucas dice dos veces que “María guardaba todas estas cosas en su corazón”. Es lo que debía haber hecho también él. De “todas estas cosas” que se referían a Jesús, Lucas no sabía qué pensar con precisión, y tal vez no pensaba a menudo en ellas, tal vez no ocupaban mucho espacio en su mente. Pero las guardaba en su corazón». Y supone que las escribió luego, cuando volvió a Roma, años después de la muerte de Pablo, para hacer comprender qué era el cristianismo a su protector Teófilo, a quien están dedicados sus libros. Leyendo a Carrère, en el fondo no nos importa saber cuántas probabilidades tienen de ser fundadas sus suposiciones históricas, porque nos encanta la fuerza real de sus personajes: es difícil que un lector de El Reino no piense en Lucas o en Pablo del modo como sugiere el escritor, incluso mucho tiempo después del final de la lectura. Muy convincentes sus palabras, muy vivos y humanos sus personajes para tener dudas: uno siente las olas, la arena, la sed en los viajes y el alivio de la acogida cariñosa de los discípulos durante las estancias. Aunque siga preguntándose cómo hacen las personas modernas y razonables para creer en la resurrección, el escritor no hace una crítica fácil de la Iglesia, sino que la defiende: «No faltan motivos para reprocharle haber traicionado el mensaje del rabino Jesús de Nazaret, el mensaje más revolucionario de todos los tiempos. Pero reprochárselo, ¿no significa reprocharle haber vivido?». Y recuerda que la Iglesia misma piensa, como sus críticos más violentos, «que los dos o tres años durante los cuales Jesús predicó en Galilea, y después murió en Jerusalén, representan el momento de su verdad absoluta, después de la cual las cosas solo podían empeorar, y por su mis- ma admisión la Iglesia está viva solamente cuando se acerca a ese momento». Al final de libro, el autor se pregunta —pero nosotros, lectores, ya nos habíamos dado cuenta— si es verdaderamente agnóstico, o si más bien esta obra no ha sido un modo de reafirmar su fidelidad al joven hombre creyente que fue en el pasado. Me permito pensar que es así, y que Carrère encontró a Jesús ejercitando su oficio, el de narrar, confrontándose con otro escritor, Lucas, uno de la «banda de los cuatro», como dice con su alegre desenvoltura. Leyendo estas últimas palabras, me viene a la memoria ese artesano de cerámica que una tarde, volviendo a casa con el corazón apesadumbrado por la enfermedad de su esposa, encuentra en su camino —estamos cerca de Deruta, aún hoy conocida por su producción de cerámicas—, una loza en la que está pintada la Virgen con el Niño: la esposa se cura y en ese lugar se erigirá un santuario a la Virgen de los Baños. Cada uno tiene su ocasión de encontrar a Jesús, que sabe entrar en su mundo para darse a conocer. Completamente diverso es el punto de vista de Amos Oz en la novela Judas. Aquí estamos fuera de la cultura de matriz cristiana, totalmente sumergidos en el mundo de un judío contemporáneo, un joven, Shemuel, algo extravagante, que vive en Jerusalén, todavía en parte perteneciente a Jordania a fines de los años cincuenta. Judas es el primero en haber creído en la divinidad de Jesús, y precisamente por eso induce al maestro a ir a Jerusalén, para tener el gran reconocimiento: será condenado a muerte y —él está seguro de ello— resucitará ante los ojos de todos. Así, será reconocido por todos como verdadero Dios. Después de algunas dudas, Jesús lo sigue a Jerusalén, donde morirá como un hombre común. «Y Judas, cuyo objetivo y sentido de la vida se derrumbaron ante sus ojos acongojados, Judas comprendió que había causado con sus propias manos la muerte del hombre al que más amaba y admiraba, y fue a ahorcarse. Así murió el primer cristiano. El último cristiano. El único cristiano». Naturalmente, se trata de una interpretación imaginaria, fuertemente heterodoxa, pero fascinante, sobre todo si se la lee a contraluz, juntamente con la historia de otro traidor, Abravanel. Como si la traición también pudiera nacer de mucha fe, de mucha pasión, de un exceso de bien, por tanto, no solo del mal. Carrère y Oz tienen en común la capacidad de hacer revivir personajes de los evangelios y del Nuevo Testamento de modo nuevo e imprevisto, muy lejanos de la imagen ampulosa y rígida transmitida por la historia sagrada, pero sin que los motive por eso una voluntad de desacralizarlos. Al contrario, esta escritura se presenta sobre todo como acto de amor, como si trataran de ver al mundo con sus propios ojos, de vivirlo a través de sus pasiones. Por eso los personajes resultan vivos y fascinantes, pero también personas con sus límites, precisamente como nosotros, y por eso los sentimos más cercanos. Y ambos escritores captan el corazón de la fe precisamente en la Resurrección. No un museo, sino una fuente viva VIENE DE LA PÁGINA 1 dense del viaje americano que tuvo lugar después de su conclusión. Y precisamente los discursos papales de Filadelfia —en especial el discurso a los obispos participantes en el Encuentro mundial de las familias— son una clave de lectura muy útil para la reflexión que desde hace tiempo la Iglesia católica reserva a la realidad familiar, tan fundamental y tan descuidada hoy. Con estos textos es perfectamente coherente la homilía durante la concelebración inaugural del Sínodo, cuyas lecturas litúrgicas parecían elegidas para la ocasión, destacó Francisco. Y de ello, según la más antigua tradición cristiana, hizo una interpretación según la realidad de hoy, hablando de la actual soledad, del amor entre mujer y hombre, de la familia. Como en el discurso a los obispos de todo el mundo invitados en Filadelfia, las palabras del Papa supieron describir con eficacia la situación que los padres sinodales tienen ante ellos. Así Bergoglio habló de la soledad, que hoy tiene mil rostros, y de la esquizofrénica mentalidad, entre modas pasajeras y opiniones dominantes, de quien ridiculiza el proyecto de Dios —su «sueño» sobre el amor entre hombre y mujer, que no es «cuestión de la antigüedad»—, pero que en lo profundo tiene nostalgia de este «orden original y originante». Orden al que se remite Jesús frente a la trampa tendida por los interlocutores, «para hacerlo quedar mal ante la multitud» que lo seguía. En continuidad indiscutible con sus predecesores —elocuentes son las citaciones en la homilía inaugural del Sínodo— el Pontífice pide a la Iglesia, «fiel a su naturaleza como madre», que abra sus puertas a las mujeres y a los hombres de nuestro tiempo, allí donde viven y en las condiciones en las que viven. Para curar «a las parejas heridas con el aceite de la acogida y de la misericordia» descrito en la parábola del samaritano, sin levantar barreras sino tratando de construir puentes. Y no traicionarse a sí misma y la misión que le encomendó Cristo. L’OSSERVATORE ROMANO página 8 viernes 9 de octubre de 2015, número 41 Maestría en innovación pastoral online Puebla a la vanguardia en materia de educación En un tiempo en el que la tecnología se ha convertido en algo más que un medio y ha pasado a ser terminal de muchas experiencias humanas como por ejemplo la relación y el conocimiento; se hace necesario cuestionarse si este tipo de comunicación sea capaz de ayudar a los hombres para encontrar a Cristo en la fe. Un proyecto moderno, inédito es el de la maestría en innovación pastoral online de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla en México. El posgrado es único en el país. El programa pretende que, en seis años, cada una de las 300 parroquias de la Arquidiócesis tenga un formador de formadores graduado para impulsar una Iglesia en salida hacia la evangelización, el bien común, la educación de las nuevas generaciones, el combate a la pobreza y la equidad social. «Según los criterios evangélicos, nuestro propósito es que se vuelva más profesional el servicio que los agentes de pas- toral y los voluntarios ya están prestando para la construcción de la Iglesia y de una sociedad más equitativa. Así, los estudiantes una vez graduados como maestros en Innovación pastoral, serán capaces de encauzar procesos de desarrollo humano integral, con una sólida visión humana y espiritual» precisó p. Javier Prado, coordinador de la maestría. En efecto, la maestría cuenta con el reconocimiento de validez oficial de los estudios, a norma de la ley mexicana, y llena un vacío de la ciencia actual en el país donde solo existe un programa semejante, la maestría no escolarizada en catequesis y pastoral escolar. La ceremonia de inauguración tuvo lugar el 25 de septiembre de 2015 y fue transmitida online, la lectio brevis estuvo a cargo del arzobispo de Puebla, don Víctor Sánchez Espinosa. Esperanza sin miedos VIENE DE LA PÁGINA 1 de la cual el Papa espera que surja esperanza, no miedos. ¿Se puede establecer una relación entre los dos documentos papales y el Sínodo? Los dos Motu proprio son fruto del camino sinodal y expresión auténtica de la colegialidad episcopal. dos a todas las Conferencias episcopales. Y en ellos se ha constatado una convergencia muy amplia sobre la necesidad de abreviar y simplificar los procesos matrimoniales, como lo pone de relieve el número 115 del Instrumentum laboris y han señalado los cardenales Baldisseri y Erdő en las respectivas relaciones de apertura del Sínodo. Este procedimiento ha sido confiado por el sucesor de Pedro personalmente al obispo para evitar abusos que perjudiquen a la verdad sobre el vínculo matrimonial Como es sabido, en efecto, antes de las dos asambleas sinodales tuvo lugar una consulta muy amplia. Los documentos nacen, por lo tanto, de una gran experiencia colegial, que se manifiesta en los cuestionarios envia- Abreviar y simplificar los procesos: ¿qué significa en concreto? Como ya lo había dispuesto Pío X a inicios del siglo XX, el Pontífice quiso restituir plenamente el ejercicio de la potestad judicial al obispo diocesano y al arzobispo metropolitano, es decir al arzobispo de una provincia eclesiástica. De este modo el Papa Francisco quiere alcanzar una mayor cercanía de las estructuras de la Iglesia a los fieles. ¿Cuáles son las piedras angulares de estas nuevas leyes? Como es público, el nuevo régimen jurídico entrará en vigor desde el 8 de diciembre próximo y no tendrá efectos retroactivos. Sin embargo, en el caso de un proceso ya en curso cuya sentencia de nulidad se falle y notifique después del 8 de di- La reforma del Papa Francisco confía a cada obispo diocesano dos tipos de proceso: el más breve y el ordinario. En el primer caso es el obispo quien juzga personalmente, si de las pruebas se deduce La gratuidad de estos procesos mostrará la evidencia plena de la nulidad; en este casu espíritu pastoral, su orientación so, después de un breúnicamente al bien de los fieles ve proceso, llega a la certeza moral y dicta la sentencia. No es el obispo, sin embargo, ciembre, se aplicarán los efectos de quien instruye las causas, sino sus la reforma y esa sentencia afirmativa colaboradores: el vicario judicial y será ya definitiva. otro juez instructor. Si, por el contrario, no surge de las pruebas una ¿Qué sucederá con los tribunales regioinmediata evidencia de la nulidad, el nales? caso se envía al proceso ordinario. Esta ley reforma y reordena totalPor esto cada obispo debe consti- mente, ex integro, el proceso matrituir un tribunal diocesano para las monial, dando al obispo el derecho causas de nulidad matrimonial: cole- de constituir su tribunal diocesano. gial, aunque en caso de imposibili- Cesa, por lo tanto, la ley que prevé dad, de juez único. En concreto, ca- los tribunales regionales, existentes, da petición de nulidad va dirigida al por lo demás, en algunos países. En vicario judicial diocesano, que deci- el seno de las provincias eclesiástica, de cuál de los dos tipos de proceso en cambio, los obispos tendrán fase debe seguirse en el caso. cultad de instituir, si lo considerarán El proceso breve prescribe la posi- útil, un tribunal interdiocesano con bilidad de la presencia de las partes, posibilidad de apelar al tribunal mea diferencia del proceso ordinario, y tropolitano, sin perjuicio de la posidebe resolverse en un período de bilidad de crear, según el derecho, tiempo que puede oscilar de dos se- tribunales interdiocesanos de más manas a un mes. Son estos, aspectos provincias. que muestran la gran novedad de este tipo de procedimiento, que no ¿Cómo expresar el significado de esta por casualidad ha sido confiado por centralidad del obispo juez? el sucesor de Pedro personalmente al Respondo con un ejemplo. En alobispo, para evitar abusos que per- gunas circunstancias particulares el judiquen a la verdad sobre el víncu- obispo, como pastor y juez de su relo matrimonial: abusando, en efecto, baño, podría entregar personalmente el obispo traicionaría no al Papa, si- la sentencia de nulidad a las partes no a Cristo mismo. Y para ambos interesadas. Sería un signo de cercaprocesos, fuertemente deseada por nía evangélica a los fieles, en mulos Motu proprio, está la gratuidad chos casos heridos por años de sufride estos que mostrará con toda evi- mientos. dencia su espíritu pastoral, su orienLa Iglesia, en efecto, es misterio y tación únicamente al bien de los fie- el obispo es quien acompaña, casi les. Y ellos comprenden inmediata- llevando de la mano a los fieles: en mente el espíritu de pobreza que de- este sentido es mistagogo, como lo fueron Basilio y Juan Crisóstomo en be inspirar a la Iglesia. Oriente, Ambrosio y Agustín en Oc¿Las leyes son retroactivas? cidente. (g.m.v.) número 41, viernes 9 de octubre de 2015 L’OSSERVATORE ROMANO página 9 La historia de María Montserrat Rosell y Eugeni Gay Montalvo Matrimonios en el Sínodo de la familia J. LORENZO Se conocieron hace 46 años, en Barcelona, el día de su patrona, Nuestra Señora de la Merced, y ya no se separaron. Juntos van también al Sínodo, en donde participan invitados por Francisco como auditores. Eugeni Gay Montalvo, exmagistrado del Tribunal Constitucional, y su mujer, María Montserrat Rosell, miembro del grupo de matrimonios de la parroquia de San Francisco de Sales, afrontan esta experiencia «muy emocionados» y con esperanza de que esta asamblea alumbre «una verdadera actitud evangélica» ante los problemas de las familias. ¿Cómo viven su designación para participar como auditores? El nombramiento nos ha sorprendido enormemente y lo aceptamos muy emocionados, y aunque nos llena de una inmerecida responsabilidad, le pedimos a Dios que nos ilumine en el trabajo que se nos encomiende por el bien de la Iglesia. Se supone que, cuando han sido designados, deben ser un matrimonio ejemplar… ¿Cómo se consigue eso en una convivencia de 44 años? ¿No ha habido nubarrones? Somos un matrimonio normal que siempre ha intentado seguir las enseñanzas del Evangelio. Hemos tenido, sin duda, nubarrones, pero hemos luchado por no perder el norte hacia el que apuntamos desde un principio. Desde esa perspectiva de tantos años, ¿cuáles son los principales retos para un matrimonio cristiano? La aceptación mutua y el esfuerzo constante por comprenderse, lo que significa no solo la aceptación, sino también la renuncia, que son las bases de la convivencia humana. Nadie está en la posesión absoluta de la razón cuando las posturas son honestas y bien intencionadas. ¿Ha perdido sentido la familia en una sociedad como la nuestra? Hay menos bodas, los matrimonios duran menos, hay nuevas formas de familia, que –dicen– erosionan las llamadas familias tradicionales… De ninguna manera… La familia, desde siempre, ha sido el núcleo de la convivencia humana y el lugar donde los hijos aprenden a relacionarse en sociedad. Ciertamente, existe una crisis de la ahora llamada familia tradicional, y es por eso que debemos interrogarnos honestamente por sus causas e, incluso, preguntarnos si, de verdad, resulta algo ma- lo como con tanta ligereza algunos argumentan. la esencia de lo que es fundamental en la doctrina de la Iglesia. ¿Saldrán concreciones pastorales de este Sínodo para ayudar a las familias en sus dificultades? ¿A qué creen que se debe la tensión presinodal que estamos viviendo, con documentos en contra de esos motus proprios, con libros escritos por cardenales que oponen doctrina a soluciones pastorales, como pide Francisco? Sin duda saldrán, como ya han salido los dos Motus proprios sobre la reforma de los procesos judiciales. Creemos que, entre los aspectos más necesitados, está la ayuda a las familias desestructuradas y necesitadas, cuando estas quieren seguir en el camino que en su día se trazaron. La principal directriz debiera ser, pues, el acogimiento de todas ellas y una verdadera actitud evangélica ante sus problemas, angustias y necesidades. La Iglesia, que es una, no puede dejar de tener tensiones, como cualquier sociedad humana. Pero no olvidemos que es el Espíritu Santo quien vela por ella, y es el Papa, mediante la colegialidad, quien solicita de sus obispos que deliberen manifestando sus opiniones, no siempre coincidentes, y quien tiene la responsabilidad derivada del ministerio petrino recibido directamente de Jesucristo. Estamos muy emocionados y con esperanza de que esta asamblea alumbre una verdadera actitud evangélica ¿Qué opinan de esos dos motus proprios? Nos parecen muy acertados, pues los procedimientos canónicos no responden ya ni a las necesidades ni a los signos de los tiempos. Fueron primero las Decretales de 1234, el gran texto jurídico de la Iglesia que influyó en las legislaciones de toda Europa; fue después el Código Canónico de 1917 y, más tarde, el de 1983, incluyendo un importante motu proprio de Pablo VI; y ahora, naturalmente, a partir de estos, volverá a ser revisado. Los cambios jurídicos, sin embargo, no han afectado a Uno de los temas más controvertidos es el de la comunión a los divorciados vueltos a casar. ¿Qué se puede hacer ante esa situación? El perdón y la misericordia son atributos de la madre, y la Iglesia, que es Madre y Maestra, debe ser solícita con los fieles creyentes que se hallan en esa situación, y a ella le corresponderá decir a sus hijos si pueden o no participar del gran sacramento de la Comunión. Creemos que este Sínodo tendrá en cuenta, entre otros muchos, este aspecto sobre el que nos pregunta. Artículo aparecido en el número 2.958 de la revista española Vida Nueva. L’OSSERVATORE ROMANO número 41, viernes 9 de octubre de 2015 páginas 10/11 Durante la primera congregación general un matrimonio tuvo la palabra Segunda y tercera congregación en el Sínodo de los obispos Bajo la acción del Espíritu Santo Itinerarios de integración y de reconciliación Comenzaron inmediatamente con toda su dinamicidad los trabajos sinodales. En la primera sesión de la Asamblea, abierta por el Papa Francisco el domingo 4 con la misa y el lunes 5 con un discurso sobre el sentido y el método de confrontación, tomaron la palabra Gertrudiz Clara Rubio de Galindo y Andrés Salvador Galindo López, un matrimonio mexicano, presente como auditores, que tiene dos hijos y cuatro nietos. Contaron su testimonio personal entre serios problemas económicos, como la pérdida del puesto de trabajo, y compromiso en la pastoral familiar, que surgió de una peregrinación al santuario mariano de Guadalupe. Los esposos son hoy secretarios ejecutivos de la Comisión para la familia de la Conferencia episcopal mexicana y también secretarios del CELAM para la zona de México-América Central. Intervino luego también uno de los 258 padres sinodales presentes el lunes 5 de octubre en el aula nueva del Sínodo. En esta fase inicial las intervenciones, que continuaron el lunes por la tarde y el martes por la mañana, se centraron en el tema de la «escucha de los desafíos de la familia», es decir la primera de las tres «unidades de trabajo» en las rio general presentó novedades y confirmación de la metodología sinodal, que se articula la Asamblea. Quien dio la palabra a las primeras relanzando la importancia de los trece intervenciones fue el cardenal presiden- círculos menores, cuya primera reunión te delegado de turno André Vingt-Trois se tuvo el martes por la tarde. El comque, al dirigir el saludo al Papa recordó también que el objetiNo corresponde ciertamente con la verdad la vo del Sínodo es buscar con convicción y idea que venimos aquí como dos bandos humildad hacer crecer opuestos a defender cada uno sus posiciones la comunión, viviendo esta importante experiencia de Iglesia copromiso, explicó, es hacer «más ágil, mo un tiempo de conversión. Intervinieron luego para las relacio- dinámico y eficaz el desarrollo de los nes de introducción los cardenales Lo- trabajos» precisamente a través de los renzo Baldisseri, secretario general del círculos: en efecto, «el limitado número Sínodo de los obispos, y Péter Erdő, de participantes y la homogeneidad linrelator general. En especial, el secreta- güística permiten el diálogo franco, Elaboración gráfica de www.iglesiaendirecto.com compartir las ideas y la maduración del consentimiento». En su relación el secretario general recordó también que compone la asamblea «un pintura de la catolicidad en la que se reflejan las sensibilidades y resuenan las voces de todos los continentes». Tomó luego la palabra el relator general, centrándose en las tres amplias líneas guías que marcan las etapas de los trabajos: la escucha de los desafíos de la familia, el discernimiento de la vocación familiar y la misión de la familia hoy. La relación general se presentó más tarde, al final de la mañana, en la Oficina de prensa de la Santa Sede, durante el primer briefing con los periodistas, en el cual, junto con el director padre Federico Lombardi intervi- nieron los cardenales Vingt-Trois y Erdő y el arzobispo Bruno Forte, secretario especial de este Sínodo. Los trabajos en el aula sinodal comenzaron y terminaron con la oración presidida por el Pontífice: a las 9 la hora Tercia y a las 12.30 el Ángelus. Durante la oración de la mañana, acompañada por el canto del coro de la Capilla Sixtina, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, tuvo la homilía, invitando a seguir la exhortación de san Pablo en la segunda carta a los Corintios (13, 11): «Alegraos, trabajad por vuestra perfección, animaos; tened un mismo sentir y vivid en paz. Y el Dios del amor y de la paz estará con vosotros». Es precisamente este espíritu cristiano de alegría y de paz que debe caracterizar los trabajos de la Asamblea, destacó el purpurado, porque no corresponde ciertamente con la verdad la idea que venimos aquí como dos bandos opuestos a defender cada uno sus posiciones. El cardenal Rodríguez Maradiaga invitó luego a no ceder al desánimo ante los ataques y los problemas de la Iglesia, que no está en vía de extinción, y de la familia. La actitud correcta es mirar hacia adelante con valentía. Y en esta perspecti- va se encamina también la experiencia del Sínodo que se dirige a todas las familias del mundo, creyentes y no creyentes, al asecho de diversas ideologías, contradicciones culturales y sociales, y fragilidad. Se concluyó el martes 6 de octubre, por la mañana, con la tercera congregación general, el debate de la Asamblea sinodal sobre la primera parte del Instrumentum laboris, dedicado al tema «La escucha de los desafíos que afronta la familia». En presencia del Papa Francisco —que en la apertura de los trabajos pronunció algunas palabras de las que publicamos una síntesis en esta página— intervinieron treinta padres sinodales. El debate en el aula estuvo precedido por la oración de la hora Tercia, durante la cual el cardenal de la India George Alencherry tuvo la homilía: entre los temas tratados, la misión de la Iglesia, que no debe tener miedo de salir a la calle, y la cuestión del celibato sacerdotal. 267 los padres sinodales presentes, con la presidencia del arzobispo de Manila, cardenal Luis Antonio G. Tagle. Durante los trabajos —tomaron la palabra, entre otros, los cardenales Erdő, Scola, Versaldi, Souraphiel, el obispo Van Looy, el jesuita Spadaro, el abad benedictino Schröder y el padre Aldegani, superior general de los josefinos de Murialdo— se puso de relieve, entre otras cosas, la importancia de los ancianos como recurso para la Iglesia y para la sociedad. En particular, se destacó que los ancianos son la mayor parte de los voluntarios en las parroquias y en las asociaciones caritativas y asistenciales. Sin embargo, emerge una realidad, es decir la devaluación de los conocimientos de las generaciones anteriores. Por ello, los ancianos, cada vez más a menudo, experimentan un complejo de inferioridad y se sienten superados. En el rápido cambio de los conocimientos tecnológicos e informáticos, se ven disminuir los valores que en las anteriores generaciones eran más fuertes. Una de las tareas más urgentes para la familia es, por lo tanto, la formación de un espacio de contacto entre las generaciones. Se destacó luego la necesidad de la Iglesia de acoger a las personas en su existencia concreta, y conducir así hacia la reflexión sobre la necesidad que tienen los pastores de encontrar los medios para ayudar a quien ha experimentado el fracaso. De este modo se tendrá la posibilidad de reformular de forma realista el propio camino hacia la plena comunión con la Iglesia. En efecto, la tarea del pastor no es excluir a las ovejas, sino integrarlas. Por lo tanto, es necesario imaginar itinerarios de integración y de reconciliación para quienes viven en situaciones familiares heridas o irregulares. Estos itinerarios requieren un discernimiento espiritual bajo la guía del obispo. Una reflexión sobre la preparación al sacramento del matrimonio fue la petición de un padre sinodal. Y esto para no caer en contradicción, porque por una parte la Iglesia constata que muchos matrimonios son nulos por las cambiantes condiciones culturales que influyen en las intenciones de los esposos, mientras que sigue admitiendo al sacramento a las mismas personas que luego declararán no querer lo que la Iglesia pide. De aquí, la necesidad de un camino personalizado bajo la guía del sacerdote que conoce a los esposos con el fin de ayudar a los jóvenes a crecer en su fe y verificar su intención sin sumarles pesos que no lograrán cargar. Se trata, en la práctica, de prevenir las heridas más bien que curarlas. Otro padre sinodal destacó luego la necesidad de una pronunciación sintética del magisterio sobre la naturaleza sacramental del matrimonio como fundamento de la familia cristiana, de modo que se supere la visión del matrimonio como «elevación a sacramen- to» de una realidad natural en sí ya realizada. Otro padre sinodal destacó también que, ante la diversidad de situaciones familiares, el Sínodo, en lugar de buscar soluciones universales, debería abrir un espacio que permita soluciones regionales, nacionales o continentales para desafíos tan diferentes. Tres caminos para ayudar a la familia en su misión estuvieron, por último, en el centro de una de las interSIGUE EN LA PÁGINA 12 Relatores y moderadores de los círculos menores El martes 6 de octubre, por la tarde, en la primera sesión de los círculos menores fueron elegidos los siguientes moderadores y relatores: Francés A: moderador, cardenal Lacroix; relator, arzobispo Ulrich. Francés B: moderador, cardenal Sarah; relator, padre Dumortier. Francés C: moderador, obispo Piat; relator, arzobispo Durocher. Inglés A: moderador, cardenal Pell; relator, arzobispo Kurtz. Inglés B: moderador, cardenal Nichols; relator, arzobispo Diarmuid Martin. Inglés C: moderador, arzobispo Eamon Martin; relator, arzobispo Coleridge. Inglés D: moderador, cardenal Collins; relator, arzobispo Chaput. Italiano A: moderador, cardenal Montenegro; relator, padre Arroba Conde. Italiano B: moderador, cardenal Menichelli; relator, cardenal Piacenza. Italiano C: moderador, cardenal Bagnasco; relator, obispo Brambilla. Español A: moderador, cardenal Rodríguez Maradiaga; relator, cardenal Lacunza Maestrojuán. Español B: moderador, cardenal Robles Ortega; relator, arzobispo Porras Cardozo. Alemán: moderador, cardenal Schönborn; relator, arzobispo Heiner Koch. L’OSSERVATORE ROMANO página 12 viernes 9 de octubre de 2015, número 41 Bajo la acción del Espíritu Santo VIENE DE LA PÁGINA 10 venciones en el aula. El primero, se dijo, requiere una relación más equilibrada y más rica entre el hombre y la mujer. El segundo se refiere a las relaciones entre las generaciones, de modo que se acompañe a la familia para estar de verdad a la altura de su misión generativa. El tercer camino se refiere a la relación entre la familia nueva y el contexto que la rodea, de modo que se evite el hecho de replegarse en sí misma y en la autosuficiencia. Al término de la tercera congregación general se escuchó el testimonio de los auditores Meshack Jabulani Nkosi y Buysile Patronella Nkosi, miembros del «Advisory Committee for the National Family Desk» de la Conferencia episcopal de Sudáfrica. ¿Cómo responder a los desafíos y a las dificultades que en la sociedad contemporánea afectan a las familias, desde la pérdida de la fe a los dramas vinculados a las violencias, a las persecuciones y a las migraciones? Los sufrimientos del mundo interpelan a la Iglesia y, en la segunda congregación, que tuvo lugar el lunes 5 por la tarde, los padres sinodales trataron de confrontarse con algunas de estas preguntas y proponer respuestas pastorales adecuadas. Después de la oración del Adsumus guiada por el Papa, 25 de los 259 presentes en el aula —presidente era el cardenal Vingt-Trois— procedieron a las intervenciones programadas de tres minutos cada uno. Entre ellos, tomaron la palabra los cardenales Dolan, Sgreccia, Ezzati Andrello y Bertello, los arzobispos Fernández, Kurtz, Koch, Valles, Babjak y Thazhath, y los obispos Djomo Lola, Bonny y Drennan. El debate sobre la línea de la pastoral a seguir fue uno de los elementos que caracterizó la tarde: una pastoral familiar que se pide que se extienda y continúe durante toda la vida. Es necesario acompañar a las personas, sostenerlas ante los desafíos de la sociedad, pero también ayudarles a crecer en lo que garantiza la estabilidad de la pareja, es decir un amor firme. Uno de los pa- Este es Davide, el bebé de tres meses, hijo de auditores que acapara la atención en el Sínodo dres sinodales puso de relieve que cualquier respuesta pastoral siempre debe partir de la Palabra de Dios y de cuanto Dios reveló sobre familia y matrimonio. Del mismo modo no faltó quien destaque la importancia de la defensa del matrimonio sacramental. Repetidas las invitaciones al uso de la misericordia en relación a las familias heridas. El acompañamiento de las familias, se dijo en algunas intervenciones, debe tener una actitud maternal, que no se ocupe sólo de la afirmación de una ley: la Iglesia debe ser amiga, tener ternura de madre y claridad de maestra. De este modo, surgió que las familias pueden y deben redescubrirse como sujeto esencial del trabajo de evangelización. Hay que formar familias misioneras, confiar en ellas y —más allá de las problemáticas y las situaciones difíciles que atraen en mayor medida la atención de los medios de comunicación— reafirmar la belleza de la familia que vive plenamente el mensaje cristiano. Respecto a la confrontación con la sociedad contemporánea, en más de una ocasión se dirigió la invitación a percibir las semina Verbi en las diversas situaciones, a no excluir, y se destacó la importancia de encontrar lenguajes nuevos, adecuados a una realidad que ha cambiado. Algunas problemáticas específicas surgieron más que otras: la necesidad de una mayor solidaridad hacia las familias que viven en la pobreza y en la precariedad; una ayuda para quienes son víctimas de violencias, especialmente niños y adolescente y un apoyo para los inmigrantes que corren el riesgo de perder su identidad eclesial. Se trató también el problema de los matrimonios mixtos e interreligiosos, deseando un diálogo más profundo entre las religiones. También en las sucesivas intervenciones libres —17, entre las cuales recordamos la de los patriarcas Twal, Younan, Laham y Sa- ko, de los cardenales Ryłko, Marx (que al término de la congregación se detuvo a hablar con algunos periodistas) y Filoni, y del arzobispo Kondrusiewicz— se profundizaron algunos de los temas presentados anteriormente. Las tragedias de las migraciones, por ejemplo, volvieron a estar presentes en relación al drama de los cristianos perseguidos: se hizo también la propuesta de crear exarcados que reagrupen a las familias dispersas. Mirando de nuevo los dramas contemporáneos, un padre sinodal hizo un llamamiento a fin de que no se marginen a las jóvenes violadas, secuestradas y obligadas a cambiar de religión. Desde el punto de vista del desarrollo del Sínodo, no faltó quien hablara de perplejidad acerca del método de trabajo y también quien solicitara a los padres que no se desperdicie lo realizado hasta ahora —o sea, también en el precedente Sínodo extraordinario— y seguir adelante con coraje en el debate. En una de las intervenciones se pidió, sin discriminaciones o excomuniones, que se limite el debate a lo que es verdaderamente familia y a no separar la pastoral de la doctrina. Por otro lado, y fue la aportación de muchos, se hizo la invitación a tener una mirada realista hacia el mundo en el que vivimos, con la consciencia de no tener varitas mágicas que aporten soluciones para todo y comprender que la gente no necesita leyes sino aliento. Una vez más: atención y misericordia, para poder dar con el Evangelio de la familia una auténtica road map al mundo. En el aula del Sínodo el viernes por la mañana Concluyen los círculos menores En el Sínodo de los obispos concluyen el jueves 8 de octubre por la tarde los trabajos de los círculos menores que el viernes por la mañana presentan las relaciones referentes a la primera parte del Instrumentum laboris dedicada a la escucha de los desafíos de la familia. En la rueda de prensa diaria en la Oficina de Prensa de la Santa, el director Federico Lombardi precisó que el Papa en su intervención del martes 6 había invitado a que confiasen los unos en los otros ya que el proceso sinodal tiene lugar en plena lealtad. «No debemos pensar que existen conspiraciones o personas que tratan de manipular», dijo. Sobre el clima que se respira habló el cardenal Edoardo Menichelli, moderador de uno de los dos círculos del grupo de lengua italiana: «Esto es un sínodo del pueblo, que recoge el trabajo de dos años. Sobre todo este material existe una confrontación abierta y fraterna». Durante la conferencia se anunció la composición de la Comisión para la información de la Asamblea sinodal que, presidida por monseñor Celli, está integrada por los arzobispos Palma y González Nieves, y el obispo Bessi Dogbo; el secretario es el padre Lombardi. También se hicieron públicos los testimonios de dos parejas de esposos auditores, los Galindo de México y los Nkosi de Sudáfrica. Estos últimos, en la tercera Congregación general del martes, habían hablado sobre su experiencia de treinta y cinco años de casados, «bendecidos» con el nacimiento de cinco hijos y ocho nietos. Su intervención abrió la segunda fase de los trabajos, dedicada al discernimiento de la vocación familiar. número 41, viernes 9 de octubre de 2015 L’OSSERVATORE ROMANO página 13 Mensaje del Papa para la Jornada mundial de la juventud en Cracovia Siete obras concretas E invita a realizar gestos de misericordia corporal y espiritual en preparación al encuentro «La misericordia no es “buenismo”, ni un mero sentimentalismo. Aquí se demuestra la autenticidad de nuestro ser discípulos de Jesús, de nuestra credibilidad como cristianos en el mundo de hoy». Esto es lo que el Papa Francisco escribe en el mensaje para la XXXI Jornada mundial de la juventud que se celebrará en Cracovia. Es el último de los tres mensajes papales dedicados a las bienaventuranzas evangélicas que caracterizan el itinerario de preparación para el encuentro internacional de la juventud del 2016. Jornada mundial de la juventud. Como sucedió en estos dos casos precedentes, estoy seguro de que el Hemos llegado ya a la última eta- Jubileo de los jóvenes en Cracovia pa de nuestra peregrinación a Craco- será uno de los momentos fuertes de via, donde el próximo año, en el este Año santo. mes de julio, celebraremos juntos la Quizás alguno de ustedes se preXXXI Jornada mundial de la juventud. En nuestro largo y arduo cami- guntará: ¿Qué es este Año jubilar que se celebra en la Iglesia? El texto no nos guían las palabras de Jesús recogidas en el «sermón de la mon- bíblico del Levítico 25 nos ayuda a taña». Hemos iniciado este recorrido comprender lo que significa un “juen 2014, meditando juntos sobre la bileo” para el pueblo de Israel: Cada primera de las Bienaventuranzas: cincuenta años los hebreos oían el «Bienaventurados los pobres de es- son de la trompeta (jobel) que les píritu, porque de ellos es el reino de convocaba (jobil) para celebrar un los cielos» (Mt 5, 3). Para el año año santo, como tiempo de reconci2015 el tema fue «Bienaventurados liación (jobal) para todos. En este los limpios de corazón, porque ellos tiempo se debía recuperar una bueverán a Dios» (Mt 5, 8). En el año na relación con Dios, con el prójimo que tenemos por delante nos quere- y con lo creado, basada en la gratuimos dejar inspirar por las palabras: dad. Por ello se promovía, entre «Bienaventurados los misericordio- otras cosas, la condonación de las deudas, una ayuda particular para quien se empobreció, la meLa misericordia de nuestro Señor jora de las relaciones entre las personas y la se manifiesta sobre todo cuando liberación de los esclaÉl se inclina sobre la miseria humana vos. y demuestra su compasión hacia quien Jesucristo vino para anunciar y llevar a canecesita comprensión, curación y perdón bo el tiempo perenne de la gracia del Señor, llevando a los pobres sos, porque ellos alcanzarán miseri- la buena noticia, la liberación a los cautivos, la vista a los ciegos y la licordia» (Mt 5, 7). bertad a los oprimidos (cf. Lc 4, 181. El Jubileo de la Misericordia 19). En Él, especialmente en su MisCon este tema la JMJ de Cracovia terio Pascual, se cumple plenamente 2016 se inserta en el Año santo de la el sentido más profundo del jubileo. misericordia, convirtiéndose en un Cuando la Iglesia convoca un jubiverdadero Jubileo de los jóvenes a leo en el nombre de Cristo, estamos nivel mundial. No es la primera vez todos invitados a vivir un extraordique un encuentro internacional de nario tiempo de gracia. La Iglesia los jóvenes coincide con un Año ju- misma está llamada a ofrecer abunbilar. De hecho, fue durante el Año dantemente signos de la presencia y santo de la Redención (1983/1984) cercanía de Dios, a despertar en los que san Juan Pablo II convocó por corazones la capacidad de fijarse en primera vez a los jóvenes de todo el lo esencial. En particular, este Año mundo para el Domingo de Ramos. santo de la misericordia «es el tiemDespués fue durante el Gran Jubileo po para que la Iglesia redescubra el del Año 2000 en que más de dos sentido de la misión que el Señor le millones de jóvenes de unos 165 paí- ha confiado el día de Pascua: ser ses se reunieron en Roma para la XV signo e instrumento de la misericorQueridos jóvenes: tra sus mejillas, me inclinaba hacia él y le daba de comer» (Os 11, 1-4). A pesar de la actitud errada del hijo, que bien merecería un castigo, el amor del padre es fiel y perdona siempre a un hijo arrepentido. Como vemos, en la misericordia siempre está incluido el perdón; ella «no es una idea abstracta, sino una realidad concreta con la cual Él revela su amor, que es como el de un padre o una madre que se conmueven en lo más profundo de sus entrañas por el propio hijo. […] Proviene desde lo más íntimo como un sentimiento profundo, natural, hecho de ternura y compasión, de indulgencia y de perdón» (Misericordiae vultus, 6). El Nuevo Testamento nos habla de la divina misericordia (eleos) como síntesis de la obra que Jesús vino a cumplir en el mundo en el nombre del Padre (cf. Mt 9, 13). La misericordia de nuestro Señor se manifiesta sobre todo cuando Él se inclina sobre la miseria humana y demuestra su compasión hacia quien necesita comprensión, curación y perdón. Todo en Jesús habla de misericordia, es más, Él mismo es la misericordia. En el capítulo 15 del Evangelio de Lucas podemos encontrar las tres parábolas de la misericordia: la de la oveja perdida, de la moneda perdida y aquélla que conocemos como la del «hijo pródigo». En estas tres parábolas nos impresiona la alegría de Dios, la alegría que Él siente cuando dia del Padre» (Homilía en las Primeras Vísperas del Domingo de la Divina Misericordia, 11 de abril de 2015). 2. Misericordiosos como el Padre El lema de este Jubileo extraordinario es: «Misericordiosos como el Padre» (cfr. Misericordiae Vultus, 13), y con ello se entona el tema de la próxima JMJ. Intentemos por ello comprender mejor lo que sigLa alegría de Dios es perdonar. Él tiene nifica la misericordia divina. esta alegría, cuando uno de nosotros El Antiguo Testapecadores va a Él y pide su perdón mento, para hablar de la misericordia, usa varios términos; los más significativos son los de hesed y encuentra de nuevo al pecador y le rahamim. El primero, aplicado a perdona. ¡Sí, la alegría de Dios es Dios, expresa su incansable fidelidad perdonar! Aquí tenemos la síntesis a la Alianza con su pueblo, que Él de todo el Evangelio. «Cada uno de ama y perdona eternamente. El se- nosotros es esa oveja perdida, esa gundo, rahamim, se puede traducir moneda perdida; cada uno de nosocomo «entrañas», que nos recuerda tros es ese hijo que ha derrochado la en modo particular el seno materno propia libertad siguiendo ídolos faly nos hace comprender el amor de sos, espejismos de felicidad, y ha Dios por su pueblo, como es el de perdido todo. Pero Dios no nos oluna madre por su hijo. Así nos lo vida, el Padre no nos abandona nunpresenta el profeta Isaías: «¿Se olvi- ca. Es un padre paciente, nos espera da una madre de su criatura, no se siempre. Respeta nuestra libertad, compadece del hijo de sus entrañas? pero permanece siempre fiel. Y ¡Pero aunque ella se olvide, yo no te cuando volvemos a Él, nos acoge coolvidaré!» (Is 49, 15). Un amor de mo a hijos, en su casa, porque jamás este tipo implica hacer espacio al deja, ni siquiera por un momento, otro dentro de uno, sentir, sufrir y de esperarnos, con amor. Y su coraalegrarse con el prójimo. zón está en fiesta por cada hijo que En el concepto bíblico de miseri- regresa. Está en fiesta porque es alecordia está incluido lo concreto de gría. Dios tiene esta alegría, cuando un amor que es fiel, gratuito y sabe uno de nosotros pecadores va a Él y perdonar. En Oseas tenemos un her- pide su perdón» (Ángelus, 15 de sepmoso ejemplo del amor de Dios, tiembre de 2013). comparado con el de un padre hacia La misericordia de Dios es muy su hijo: «Cuando Israel era niño, yo concreta y todos estamos llamados a lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo. experimentarla en primera persona. Pero cuanto más los llamaba, más se A la edad de diecisiete años, un día alejaban de mí; […] ¡Y yo había en- en que tenía que salir con mis amiseñado a caminar a Efraím, lo toma- gos, decidí pasar primero por una ba por los brazos! Pero ellos no re- iglesia. Allí me encontré con un saconocieron que yo los cuidaba. Yo cerdote que me inspiró una confianlos atraía con lazos humanos, con za especial, de modo que sentí el deataduras de amor; era para ellos coSIGUE EN LA PÁGINA 14 mo los que alzan a una criatura con- L’OSSERVATORE ROMANO página 14 viernes 9 de octubre de 2015, número 41 Siete obras concretas VIENE DE LA PÁGINA 13 seo de abrir mi corazón en la Confesión. ¡Aquel encuentro me cambió la vida! Descubrí que cuando abrimos el corazón con humildad y transparencia, podemos contemplar de modo muy concreto la misericordia de Dios. Tuve la certeza que en la persona de aquel sacerdote Dios me estaba esperando, antes de que yo diera el primer paso para ir a la iglesia. Nosotros le buscamos, pero es Él quien siempre se nos adelanta, desde siempre nos busca y es el primero que nos encuentra. Quizás alguno de ustedes tiene un peso en el corazón y piensa: He hecho esto, he hecho aquello… ¡No teman! ¡Él les espera! Él es padre: ¡siempre nos espera! ¡Qué hermoso es encontrar en el sacramento de la Reconciliación el abrazo misericordioso del Padre, descubrir el confesionario como lugar de la Misericordia, dejarse tocar dad es amar sin medida! En la cruz podemos tocar la misericordia de Dios y dejarnos tocar por su misericordia. Aquí quisiera recordar el episodio de los dos malhechores crucificados junto a Jesús. Uno de ellos es engreído, no se reconoce pecador, se ríe del Señor; el otro, en cambio, reconoce que ha fallado, se dirige al Señor y le dice: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu Reino». Jesús le mira con misericordia infinita y le responde: «Hoy estarás conmigo en el Paraíso» (cf. Lc 23, 32.39-43). ¿Con cuál de los dos nos identificamos? ¿Con el que es engreído y no reconoce sus errores? ¿O quizás con el otro que reconoce que necesita la misericordia divina y la implora de todo corazón? En el Señor, que ha dado su vida por nosotros en la cruz, encontraremos siempre el amor incondicional que reconoce nuestra vida como un bien Durante la Jornada mundial de la juventud de Río 2013 por este amor misericordioso del Señor que siempre nos perdona! Y tú, querido joven, querida joven, ¿has sentido alguna vez en ti esta mirada de amor infinito que, más allá de todos tus pecados, limitaciones y fracasos, continúa fiándose de ti y mirando tu existencia con esperanza? ¿Eres consciente del valor que tienes ante Dios que por amor te ha dado todo? Como nos enseña san Pablo, «la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores» (Rom 5, 8). ¿Pero entendemos de verdad la fuerza de estas palabras? Sé lo mucho que ustedes aprecian la Cruz de las JMJ —regalo de san Juan Pablo II— que desde el año 1984 acompaña todos los Encuentros mundiales de ustedes. ¡Cuántos cambios, cuántas verdaderas y auténticas conversiones surgieron en la vida de tantos jóvenes al encontrarse con esta cruz desnuda! Quizás se hicieron la pregunta: ¿De dónde viene esta fuerza extraordinaria de la cruz? He aquí la respuesta: ¡La cruz es el signo más elocuente de la misericordia de Dios! Ésta nos da testimonio de que la medida del amor de Dios para con la humani- y nos da siempre la posibilidad de volver a comenzar. 3. La extraordinaria alegría de ser instrumentos de la misericordia de D ios La Palabra de Dios nos enseña que «la felicidad está más en dar que en recibir» (Hch 20, 35). Precisamente por este motivo la quinta Bienaventuranza declara felices a los misericordiosos. Sabemos que es el Señor quien nos ha amado primero. Pero sólo seremos de verdad bienaventurados, felices, cuando entremos en la lógica divina del don, del amor gratuito, si descubrimos que Dios nos ha amado infinitamente para hacernos capaces de amar como Él, sin medida. Como dice san Juan: «Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. […] Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero, y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados. Queridos míos, si Dios nos amó tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros» (1 Jn 4, 7-11). Después de haberles explicado a mis prójimos sino que tenga una palaustedes en modo muy resumido có- bra de consuelo y perdón para todos mo ejerce el Señor su misericordia […] con nosotros, quisiera sugerirles cóa que mis manos sean misericordiomo podemos ser concretamente ins- sas y llenas de buenas obras […] trumentos de esta misma misericora que mis pies sean misericordiosos dia hacia nuestro prójimo. para que siempre me apresure a socoMe viene a la mente el ejemplo rrer a mi prójimo, dominando mi prodel beato Pier Giorgio Frassati. Él pia fatiga y mi cansancio […] decía: «Jesús me visita cada mañana a que mi corazón sea misericordioso en la Comunión, y yo la restituyo para que yo sienta todos los sufrimiendel mísero modo que puedo, visitantos de mi prójimo» (Diario 163). do a los pobres». Pier Giorgio era El mensaje de la Divina Miseriun joven que había entendido lo que quiere decir tener un corazón miseri- cordia constituye un programa de vicordioso, sensible a los más necesita- da muy concreto y exigente, pues dos. A ellos les daba mucho más implica las obras. Una de las obras que cosas materiales; se daba a sí de misericordia más evidente, pero mismo, empleaba tiempo, palabras, quizás más difícil de poner en práccapacidad de escucha. Servía siem- tica, es la de perdonar a quien te ha pre a los pobres con gran discreción, ofendido, quien te ha hecho daño, sin ostentación. Vivía realmente el quien consideramos un enemigo. Evangelio que dice: «Cuando tú des «¡Cómo es difícil muchas veces perlimosna, que tu mano izquierda ig- donar! Y, sin embargo, el perdón es nore lo que hace la derecha, para el instrumento puesto en nuestras que tu limosna quede en secreto» frágiles manos para alcanzar la sere(Mt 6, 3-4). Piensen que un día an- nidad del corazón. Dejar caer el rentes de su muerte, estando gravemen- cor, la rabia, la violencia y la vente enfermo, daba disposiciones de ganza son condiciones necesarias pacómo ayudar a sus amigos necesita- ra vivir felices» (Misericordiae vultus, dos. En su funeral, los familiares y 9). Me encuentro con tantos jóvenes amigos se quedaron atónitos por la presencia de tantos pobres, para que dicen estar cansados de este ellos desconocidos, que habían sido mundo tan dividido, en el que se visitados y ayudados por el joven enfrentan seguidores de facciones Pier Giorgio. tan diferentes, hay tantas guerras y A mí siempre me gusta asociar las Bienaventuranzas con el Nosotros le buscamos, pero es Él quien capítulo 25 de Mateo, cuando Jesús nos presiempre se nos adelanta senta las obras de miy es el primero que nos encuentra sericordia y dice que en base a ellas seremos juzgados. Les invito por ello a descubrir de nuevo hay incluso quien usa la propia relilas obras de misericordia corporales: gión como justificación para la viodar de comer a los hambrientos, dar lencia. Tenemos que suplicar al Sede beber a los sedientos, vestir a los ñor que nos dé la gracia de ser misedesnudos, acoger al extranjero, asis- ricordiosos con quienes nos hacen tir a los enfermos, visitar a los pre- daño. Como Jesús que en la cruz resos, enterrar a los muertos. Y no ol- zaba por aquellos que le habían cruvidemos las obras de misericordia es- cificado: «Padre, perdónalos, porque pirituales: aconsejar a los que du- no saben lo que hacen» (Lc 23 ,34). dan, enseñar a los ignorantes, adver- El único camino para vencer el mal tir a los pecadores, consolar a los es la misericordia. La justicia es neafligidos, perdonar las ofensas, so- cesaria, cómo no, pero ella sola no portar pacientemente a las personas basta. Justicia y misericordia tienen molestas, rezar a Dios por los vivos que caminar juntas. ¡Cómo quisiera y los difuntos. Como ven, la miseri- que todos nos uniéramos en oración cordia no es «buenismo», ni un me- unánime, implorando desde lo más ro sentimentalismo. Aquí se demues- profundo de nuestros corazones, que tra la autenticidad de nuestro ser el Señor tenga misericordia de nosodiscípulos de Jesús, de nuestra credi- tros y del mundo entero! bilidad como cristianos en el mundo 4. ¡Cracovia nos espera! de hoy. Faltan pocos meses para nuestro A ustedes, jóvenes, que son muy encuentro en Polonia. Cracovia, la concretos, quisiera proponer que pa- ciudad de san Juan Pablo II y de ra los primeros siete meses del año santa Faustina Kowalska, nos espera 2016 elijan una obra de misericordia con los brazos y el corazón abiertos. corporal y una espiritual para poner- Creo que la Divina Providencia nos la en práctica cada mes. Déjense ins- ha guiado para celebrar el Jubileo pirar por la oración de santa Fausti- de los jóvenes precisamente ahí, na, humilde apóstol de la Divina donde han vivido estos dos grandes apóstoles de la misericordia de nuesMisericordia de nuestro tiempo: «Ayúdame, oh Señor, a que mis ojos tro tiempo. Juan Pablo II había insean misericordiosos, para que yo jamás tuido que este era el tiempo de la recele o juzgue según las apariencias, misericordia. Al inicio de su pontifisino que busque lo bello en el alma de cado escribió la encíclica Dives in misericordia. En el Año santo 2000 mi prójimo y acuda a ayudarla […] canonizó a sor Faustina instituyendo a que mis oídos sean misericordiosos también la Fiesta de la Divina Misepara que tome en cuenta las necesida- ricordia en el segundo domingo de des de mi prójimo y no sea indiferente Pascua. En el año 2002 consagró a sus penas y gemidos […] personalmente en Cracovia el Sana que mi lengua sea misericordiosa SIGUE EN LA PÁGINA 15 para que jamás hable negativamente de L’OSSERVATORE ROMANO número 41, viernes 9 de octubre de 2015 página 15 El testimonio de un arzobispo de Tánger Un hombre bueno llamado Antonio ZOUHIR LOUASSINI Era como si el destino quisiese cumplir su deseo. «El bien se hace y se olvida» decía. La enfermedad, en sus últimos años de vida, le hizo olvidar todo. Las personas que, como yo, lo conocieron y a quienes cambió por completo su vida, sin embargo, lo recuerdan; para siempre. Yo tenía que enseñarle el idioma del país donde fue arzobispo; él me enseñó a amar a los demás sin esperar nada a cambio. «Vuestra religión es muy difícil para mí», le dije en tono de broma. «Si alguien me da una bofetada, no puedo ofrecerle la otra mejilla. ¡Por lo menos, le doy dos bofetadas!» respondía. Él sonreía, consciente de que el camino de Cristo es difícil. Pocos pueden entender el significado de una fe que pone al ser humano en el centro del universo. Pocos, incluyendo a los cristianos, especialmente los cristianos, se dan cuenta de lo difícil y agotador que es seguir el camino de Jesús, por mucho que puede parecer muy claro y sencillo. Mi amigo franciscano lo intentaba y lo hacía, con gestos no con palabras. Un día me pidió que lo acompañase en el coche, un viejo Simca, si no recuerdo mal. Estaba lleno de cosas, ropa, comida, cereales para bebés. Sentado en el asiento de al lado, noté que iba vestido «de civil»: ninguna cruz ni anillo. Nada de al- Rumbo a la VIENE DE LA PÁGINA 14 tuario de Jesús Misericordioso, encomendando el mundo a la Divina Misericordia y esperando que este mensaje llegase a todos los habitantes de la tierra, llenando los corazones de esperanza: «Es preciso encender esta chispa de la gracia de Dios. Es preciso transmitir al mundo este fuego de la misericordia. En la misericordia de Dios el mundo encontrará la paz, y el hombre, la felicidad» (Homilía para la consagración del santuario de la Divina Misericordia en Cracovia, 17 de agosto de 2002). Queridos jóvenes, Jesús misericordioso, retratado en la imagen venerada por el pueblo de Dios en el santuario de Cracovia a Él dedicado, les espera. ¡Él se fía de ustedes y cuenta con ustedes! Tiene tantas JMJ zacuello blanco. Nada que pudiese revelar quién fuese. Condujo por las calles de Tánger y me di cuenta de inmediato que se dirigía hacia Dchar Bendhibane, un suburbio de mala reputación, donde yo nunca antes había estado. La pobreza por todas partes, senderos fangosos y caminos difíciles de cruzar. El padre Antonio —así lo llamaba— continuó con dificultad su camino hasta llegar a una callejuela «olvidada de la mano de Dios», uno de los peores barrios pobres. Era evidente: no era la primera vez que él venía aquí. Una señora de ochenta años salió de la casa, seguida por toda la familia. Poco después, una sucesión de puertas que se abrían y mucha gente comenzó a acercarse a él. Lo abrazaron, lo saludaron. Yo me separé mirando la escena, estupefacto. Me pregunté cómo se las había arreglado para crear amistades en una área tan peligrosa que ni la policía se atrevía a frecuentar. Él estaba muy tranquilo, yo mucho menos. 2016 en Cracovia cosas importantes que decirle a cada uno y cada una de ustedes… No tengan miedo de contemplar sus ojos llenos de amor infinito hacia ustedes y déjense tocar por su mirada misericordiosa, dispuesta a perdonar cada uno de sus pecados, una mirada que es capaz de cambiar la vida de ustedes y de sanar sus almas, una mirada que sacia la profunda sed que demora en sus corazones jóvenes: sed de amor, de paz, de alegría y de auténtica felicidad. ¡Vayan a Él y no tengan miedo! Vengan para decirle desde lo más profundo de sus corazones: «¡Jesús, confío en Ti!». Déjense tocar por su misericordia sin límites, para que ustedes a su vez se conviertan en apóstoles de la misericordia mediante las obras, las palabras y la oración, en nuestro mundo he- rido por el egoísmo, el odio y tanta desesperación. Lleven la llama del amor misericordioso de Cristo —del que habló san Juan Pablo II— a los ambientes de su vida cotidiana y hasta los confines de la tierra. En esta misión, yo les acompaño con mis mejores deseos y mi oración, les encomiendo todos a la Virgen María, Madre de la Misericordia, en este último tramo del camino de preparación espiritual hacia la próxima JMJ de Cracovia, y les bendigo de todo corazón. Vaticano, 15 de agosto de 2015 Solemnidad de la Asunción de la Virgen María La anciana me abordó sonriendo y me preguntó si yo era su traductor. Comprendí por qué me había llevado. Necesitaba a alguien para explicarle todo lo que decían. El padre Antonio se defendía con el árabe hablado en Marruecos, pero no podía mantener una larga conversación. Con una diligencia casi surrealista, para ese lugar, la gente comenzó a distribuir todo lo que había llevado Antonio, como todos lo llamaban. Había mucha pobreza pero también mucha dignidad. Estaba claro que no sabían quién era. La señora nos invitó a su «casa». Té verde y rghayef, una especie de crêpe de Marruecos, pesado y lleno de aceite, que le gustaba al arzobispo. Se hablaba de esto y lo otro y yo traducía cuando era necesario. En ningún momento se habló de religión. Éramos en ese momento sólo mujeres, hombres y niños. Seres humanos, sin otros adjetivos. Era bonito. Espero que el padre Antonio me perdone, desde el más allá, por haber contado este episodio de su vida. No quería que nadie lo supiera. Que los acontecimientos de los últimos tiempos —los inmigrantes, los refugiados, lo muros, el racismo, el fanatismo— sirvan como atenuantes para justificar mi testimonio, «no autorizado» por una persona que ya no está entre nosotros. Hombres como el antiguo arzobispo de Tánger nos dan una lección de vida y nos enseñan cómo interpretar las palabras de Jesús. Yo, que soy de cultura musulmana, aprendí del padre Antonio Peteiro que las religiones, si no sirven para acercarse a los seres humanos, son inútiles. Es gracias a él y a la gente como él, que aprendí a no confundir religiosidad con espiritualidad. Aprendí sobre todo, que la fe nunca puede convertirse en una ideología, si no se quiere que desaparezca su sentido más humano y más profundo. L’OSSERVATORE ROMANO página 16 viernes 9 de octubre de 2015, número 41 COMUNICACIONES Colegio episcopal Audiencias pontificias Mons. Luis. G. Cabrera Herrera, arzobispo de Guayaquil (Ecuador) Mons. Adolfo Ramón Canecín, obispo de Goya (Argentina) Mons. Robert Francis Prevost, obispo de Chiclayo (Perú) Mons. Hugo A. Torres Marín, obispo de Apartadó (Colombia) RENUNCIAS: El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la arquidiócesis de Guayaquil (Ecuador) que monseñor ANTONIO ARREGUI YARZA le había presentado en conformidad con el canon 401 § 1 del Código de derecho canónico. Antonio Arregui Yarza, del clero de la Prelatura personal del Opus Dei, nació en Oñate, diócesis de San Sebastián (España), el 3 de junio de 1939. Recibió la ordenación sacerdotal el 13 de marzo de 1964. Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Auzegera y auxiliar de Santa Sede El cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, ha nombrado director de los programas de Radio Vaticano al padre ANDRZEJ MAJEWSKI, S.J. El presbítero JÁN DUBINA ha sido nombrado ceremoniero pontificio. Lutos —Monseñor FRANCISCO CAPIRAL SAN DIEGO, obispo emérito de Pasig (Filipinas), falleció el 26 de agosto. Había nacido en Obando, diócesis de Malolos, el 10 de octubre de 1935. Era sacerdote desde el 21 de diciembre de 1963. Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Zica y coadjutor del vicariato apostólico de Palawan el 6 de junio de 1983; recibió la ordenación episcopal el 10 de agosto sucesivo. El 18 de diciembre pasó a ser vicario apostólico de Palawan. El mismo Papa lo nombró obispo de San Pablo el 12 de julio de 1995 y primer obispo de Pasig el 28 de junio de 2003. Benedicto XVI aceptó su renuncia al gobierno pastoral de la diócesis el 21 de diciembre de 2010. —Monseñor MAROUN KHOURY SADER, arzobispo emérito de Tiro, Tito, Sur de los maronitas (Líbano), falleció el 26 de agosto. Había nacido en Ain-Bel, archieparquía de Tiro de los maronitas, el 25 de diciembre de 1926. Era sacerdote desde el 11 de maSIGUE EN LA PÁGINA 18 Quito el 4 de enero de 1990; recibió la ordenación episcopal el 22 de febrero del mismo año. El Santo Padre lo nombró obispo de la diócesis de Ibarra el 25 de julio de 1995 y lo promovió a arzobispo de Guayaquil el 7 de mayo de 2003. El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Goya (Argentina) que monseñor RICARD O OSCAR FAIFER le había presentado en conformidad con el canon 401 § 1 del Código de derecho canónico. Le sucede en el gobierno pastoral de la diócesis el coadjutor, monseñor AD OLFO RAMÓN CANECÍN. Ricardo Oscar Faifer nació en Urdinarrain, diócesis de Gualeguaychú, el 4 de septiembre de 1940. Recibió la ordenación sacerdotal el 15 de agosto de 1964. Juan Pablo II lo nombró obispo de Goya el 10 de octubre de 2002; recibió la ordenación episcopal el 12 de diciembre del mismo año. Adolfo Ramón Canecín nació en Formosa el 25 de marzo de 1958. Recibió la ordenación sacerdotal el 25 de marzo de 1988. El Papa Francisco lo nombró obispo coadjutor de Goya el 9 de diciembre de 2014; recibió la ordenación episcopal el 25 de marzo de 2015. El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Reykjavik (Islandia) que monseñor PETER BÜRCHER le había presentado en conformidad con el canon SIGUE EN LA PÁGINA 18 Representaciones pontificias El Pontífice ha nombrado nuncio apostólico en Seychelles a monseñor PAOLO RO CCO GUALTIERI, arzobispo titular de Sagona, nuncio apostólico en Madagascar. Paolo Rocco Gualtieri nació en Supersano (Lecce, Italia) el 1 de febrero de 1961. Recibió la ordenación sacerdotal el 24 de septiembre de 1988. Se doctoró en derecho canónico y en teología dogmática. Entró en el servicio diplomático de la Santa Sede el 1 de julio de 1996. El Papa Francisco lo nombró arzobispo titular de Sagona y nuncio apostólico en Madagascar el 13 de abril de 2015; recibió la ordenación episcopal el 30 de mayo sucesivo. EL SANTO PADRE HA RECIBID O EN AUDIENCIA: Viernes 11 de septiembre —Al presidente de la República de Serbia, Tomislav Nikolic, con el séquito. —Al cardenal Marc Ouellet, P.S.S., prefecto de la Congregación para los obispos. Sábado, día 12 —Al cardenal Giuseppe Versaldi, prefecto de la Congregación para la educación católica, con el secretario del dicasterio, monseñor Angelo Vincenzo Zani, arzobispo titular de Volturno. —A monseñor Guido Pozzo, arzobispo titular de Bagnoregio, secretario de la Comisión pontificia «Ecclesia Dei». —Al cardenal Angelo Bagnasco, arzobispo de Génova (Italia), presidente de la Conferencia episcopal italiana. —Al reverendo Troncoso. Raúl Reinaldo Martes, día 15 —A monseñor Martin Krebs, arzobispo titular de Taborenta, nun- Enviados especiales El Papa ha nombrado enviado especial suyo para la celebración conclusiva del V centenario de la creación de la diócesis de Lanciano (actualmente archidiócesis de Lanciano-Ortona), que tendrá lugar el 22 de noviembre, al cardenal SALVATORE DE GIORGI, arzobispo emérito de Palermo. El Santo Padre ha nombrado enviado especial suyo para el Congreso eucarístico nacional de la India, que se celebrará en Mumbai del 12 al 15 de noviembre de 2015, al cardenal ALBERT MALCOLM RANJIT PATABENDIJE D ON, arzobispo de Colombo (Sri Lanka). Estado de la Ciudad del Vaticano cio apostólico en Nueva Zelanda, Fiji, Islas Cook, Islas Marshall, Kiribati, Nauru, Palau, Samoa, Estados federados de Micronesia, Vanuatu y Tonga; y delegado apostólico en el Océano Pacífico. Jueves, día 17 —Al primer ministro del Gran ducado de Luxemburgo, Xavier Bettel, con el séquito. Viernes, día 18 —A la presidenta de la Asamblea parlamentaria del Consejo de Europa, Anne Brasseur. Miércoles, día 30 —Al cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las causas de los santos. S.D.B., Jueves 1 de octubre —Al nuevo embajador de Uruguay ante la Santa Sede, Francisco José Ottonelli, con ocasión de la presentación de las cartas credenciales. —Al cardenal Jorge Liberato Urosa Savino, arzobispo de Caracas (Venezuela), presidente honorario de la Conferencia episcopal venezolana; con monseñor Diego Rafael Padrón Sánchez, arzobispo de Cumaná, presidente de la Conferencia episcopal; monseñor José Luis Azuaje Ayala, obispo de Barinas, primer vicepresidente; monseñor Mario del Valle Moronta Rodríguez, obispo de San Cristóbal de Venezuela, segundo vicepresidente; y el presbítero Víctor Hugo Basabe, secretario general. —Al embajador de Croacia ante la Santa Sede, Filip Vučak, en visita de despedida. Viernes, día 2 —Al nuevo embajador de Grecia ante la Santa Sede, Alexandros Couyou, con ocasión de la presentación de las cartas credenciales. —Al cardenal Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe. —Al cardenal Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la evangelización de los pueblos. —A monseñor Thomas E. Gullickson, arzobispo titular de Bomarzo, nuncio apostólico en Suiza. Sábado, día 3 El Papa ha nombrado director de la Specola vaticana a fray GUY JOSEPH CONSOLMAGNO, S.J., miembro de dicha institución científica y presidente de la «Vatican Observatory Foundation». —Al cardenal Marc Ouellet, P.S.S., prefecto de la Congregación para los obispos. —A monseñor Claudio Gugerotti, arzobispo titular de Ravello, nuncio apostólico en Bielorusia. número 41, viernes 9 de octubre de 2015 L’OSSERVATORE ROMANO página 17 Misa del Pontífice en Santa Marta Nostalgia de casa Es «la nostalgia de Dios» la que nos conduce a encontrar en Él nuestra verdadera «identidad». Consciente de esa realidad, madurada también a través de la historia del pueblo de Israel, el Papa invitó a mirar en el interior de sí mismo para nunca dejar apagar en el corazón esa «nostalgia». En la misa celebrada el jueves 1 de octubre, memoria de santa Teresa del Niño Jesús, en la capilla de la Casa Santa Marta, el Papa se refirió a la primera lectura, tomada del libro de Nehemías (8,1-4.5-6.7-12), para recordar que el texto constituye «el final de una larga historia, de décadas, de años de historia: el pueblo de Israel había sido deportado a Babilonia, estaba lejos de Jerusalén, y desde hacía años, decenas de años, vivía allí». Y «muchos, muchos de ellos se acostumbraron a esa vida y casi llegaron a olvidar su patria». Pero «había algo dentro que siempre les hacía recordar, y cuando llegaba el momento del recuerdo, rezaban con las palabras del salmo: “Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti”». Sin embargo, prosiguió Francisco, «era un recuerdo imposible, lejano, un pasado que no volvería nunca más». Hasta que «Nehemías, un israelita muy cercano al rey, logró obtener el permiso para regresar a Jerusalén y reconstruirla, porque estaba en ruinas, totalmente en ruinas». Así «comenzó la historia de los años del regreso a Jerusalén». «Es una historia difícil —afirmó el Pontífice— porque tenían que llevar la madera, luego encontrar las pie- Un corazón que no sabe lo que nostalgia no puede hacer fiesta dras para hacer los muros, y, también allí, había algunos que no querían y destruían los muros nuevos». Así, los «que querían reconstruir la ciudad velaban durante la noche para custodiar los muros: y así fue». Luego, continuó el Papa recorriendo la página bíblica, «destruyeron los altares de los ídolos e hicieron el altar de Dios, el templo, lentamente». En efecto, «no se trató de una cuestión de un día, sino una cuestión de años». Y «al final llegó el día del que hemos escuchado hablar hoy: ellos encontraron la Ley, el libro de la Ley». Precisamente «Nehemías pide al escriba Esdras que la lea ante el pueblo, ante todo el pueblo, ante ellos en la plaza». Y, así, «el escriba Esdras, ayudado por otros escribas, leía la Ley y el pueblo comenzó a percibir que ese recuerdo que tenía era verdadero, el recuerdo que les impedía cantar los cantos de Jerusalén cuando estaban deportados: “¡Cómo cantar un cántico del Señor en tierra extranjera!”». Ese pueblo, explicó el Papa Francisco, «escuchaba lo que tan elegantemente dice el El ángel y el niño salmo: “Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión... la boca se nos llenaba de risas”». Era de verdad «un pueblo feliz». El Papa indicó un hecho «curioso»: el pueblo de Israel «estaba alegre pero lloraba, y escuchaba la Palabra de Dios; reía, pero también lloraba, todo junto». ¿Cómo se explica esto? «Sencillamente —dijo—, este pueblo no había sólo encontrado su ciudad, la ciudad donde había nacido, la ciudad de Dios: este pueblo, al escuchar la Ley, encontró su identidad, y por ello estaba alegre y lloraba». Tanto que Nehemías y los levitas, juntos, exhortaban a la gente con estas palabras: «Este es la día está consagrado al Señor, vuestro Dios. No estéis tristes ni lloréis». En efecto, recordó el Papa, de verdad «todo el pueblo lloraba mientras escuchaba las palabras de la Ley: pero lloraba de alegría, lloraba porque había encontrado su identidad, había reencontrado esa identidad que con los años de deportación en cierto sentido se había perdido». Para el pueblo de Israel se trató de «un largo camino». Así recomendaba Nehemías: «¡No os pongáis tristes; el gozo del Señor es vuestra fuerza!». Es «la alegría que da el Señor cuando encontramos nuestra identidad». Pero «nuestra identidad se pierde en el camino, se pierde en muchas deportaciones o auto-deportaciones nuestras, cuando hacemos un nido aquí, un nido allá, un nido... y no en la casa del Señor». He aquí, entonces, la importancia de «encontrar la propia identidad». La cuestión planteada por el Papa Francisco, por lo tanto, es cómo proceder para encontrar la propia identidad. «Hay un hilo que conduce hasta allí: es la nostalgia, la nostalgia de tu casa». Tanto que «cuando pierdes lo que era tuyo, tu casa, lo que era precisamente tuyo, surge en ti esa nostalgia, y esa nostalgia te Para no dejarnos solos Dios puso al lado de cada uno de nosotros un ángel custodio que nos sostiene, nos defiende y nos acompaña en la vida. Nos corresponde a nosotros saber percibir su presencia escuchando sus consejos, con la docilidad de un niño, para mantenernos en el camino justo hacia el paraíso, conscientes de la sabiduría popular que nos recuerda cómo el diablo “hace las ollas pero no las tapas”. Precisamente a la misión de «embajadores de Dios» de los santos ángeles custodios, el día de su memoria litúrgica, el Papa Francisco dedicó la homilía de la misa que celebró el viernes 2 de octubre, en la capilla de la Casa Santa Marta. Para su reflexión el Pontífice partió de la plegaria eucarística IV, porque «hay una frase que nos hace reflexionar». En efecto, «decimos al Señor: “Cuando, por su desobediencia, el hombre perdió tu amistad, tú no lo has abandonado”». Y, también, «pensemos —sugirió el Papa Francisco— cuando Adán fue expulsado del paraíso: el Señor no dijo “¡arréglate como puedas!”, no lo dejó solo». lleva de nuevo a tu casa». Así sucedió también al pueblo de Israel, que «con esta nostalgia percibió que era feliz y lloraba de felicidad por eso, porque la nostalgia de la propia identidad lo había conducido a encontrarla: una gracia de El ángel de la guarda es como D ios». Sugiriendo un exaun embajador de Dios con nosotros men de conciencia, el Papa Francisco propuso esta reflexión: «Si nosotros, por ejemplo, estamos saPor lo demás, dijo refiriéndose a ciados de alimento, no tenemos la primera lectura, tomada del libro hambre; si estamos cómodos, tran- del Éxodo (23, 20-23), Dios «siemquilos donde estamos, no necesita- pre envió ayudas: en este caso se hamos ir a otro sitio. Y yo me pregun- bla de la ayuda de los ángeles». Se to, y sería bueno que todos nosotros lee, en efecto, en el pasaje bíblico: nos preguntásemos hoy: ¿estoy tran- «Voy a enviarte un ángel por delanquilo, contento, no necesito nada te, para que te cuide en el camino y —espiritualmente, hablo— en mi co- te lleve al lugar que he preparado». razón? ¿Está apagada mi nostal- El Señor, por lo tanto, «no abondonó» sino que «caminó con su puegia?». El Pontífice invitó nuevamente a blo, caminó con ese hombre que hamirar al pueblo «feliz que lloraba y bía perdido la amistad con Él: el coestaba alegre: un corazón que no tie- razón de Dios es un corazón de pane nostalgia, no conoce la alegría». dre y nunca abandona a sus hijos». El Pontífice puso de relieve que Y «la alegría, precisamente, es nuestra fuerza: la alegría de Dios». Por- «hoy la liturgia nos hace reflexionar que «un corazón que no sabe lo que sobre esto, y también sobre un moes la nostalgia no puede hacer fiesta, do especial de compañía, de ayuda y todo este camino comenzado hace que el Señor nos ha dado a todos: los ángeles custodios». Cada uno de años acaba con una fiesta». nosotros, explicó, «tiene un ángel; El pasaje del libro de Nehemías tiene un ángel que lo acompaña». Y, concluye con la imagen de todo el añadió, precisamente «en la oración, pueblo que «marcha a comer, a beal inicio de la misa, hemos pedido la ber, a invitar a los demás y exultar gracia de que en el camino de la vicon gran alegría, porque había com- da seamos sostenidos por su ayuda prendido las palabras que se le ha- para luego gozar, con ellos, en el bía proclamado». En definitiva, ha- cielo». bía encontrado «lo que la nostalgia Nos «sostiene precisamente su les hacía percibir» para «seguir ade- ayuda: el ángel que camina con nolante». Como conclusión, el Papa sotros», recordó el Papa, haciendo insistió para que todos nos pregun- referencia a la expresión del Éxodo: temos «cómo es nuestra nostalgia de «Voy a enviarte un ángel por delanDios: ¿estamos contentos, somos fe- te, para que te cuide en el camino y lices así o todos los días tenemos ese te lleve al lugar que he preparado». deseo de seguir adelante?». Y en la El ángel custodio «está siempre oración pidió «que el Señor nos dé con nosotros y esto es una realidad: esta gracia: que jamás, jamás, jamás es como un embajador de Dios con se apague en nuestro corazón la nosSIGUE EN LA PÁGINA 19 talgia de Dios». L’OSSERVATORE ROMANO página 18 Colegio episcopal VIENE DE LA PÁGINA 16 401 § 2 del Código de derecho canónico. Peter Bürcher nació en Fiesch, diócesis de Sión (Suiza), el 20 de diciembre de 1945. Recibió la ordenación sacerdotal el 27 de marzo de 1971. Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Massimiana de Bizacena y auxiliar de Lausana, Ginebra y Friburgo el 3 de febrero de 1994; recibió la ordenación episcopal el 12 de marzo del mismo año. Benedicto XVI lo nombró obispo de Reykjavik el 30 de octubre de 2007. El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Cajazeiras (Brasil) que monseñor JOSÉ GONZÁLEZ ALONSO le había presentado en conformidad con el canon 401 § 1 del Código de derecho canónico. José González Alonso nació en Sobradillo, diócesis de Ciudad Rodrigo (España), el 12 de julio de 1940. Recibió la ordenación sacerdotal el 29 de junio de 1964. Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Baliana y auxiliar de Teresina el 7 de diciembre de 1997; recibió la ordenación episcopal el 18 de marzo de 1998. El Santo Padre lo nombró obispo de Cajazeiras el 20 de junio de 2001. —El Papa ha aceptado la renuncia a la función de auxiliar de la diócesis de Koszalin-Kołobrzeg (Polonia) que monseñor PAWEŁ CIEŚLIK, obispo titular de Britonia, le había presentado en conformidad con los cánones 411 y 401 § 1 del Código de derecho canónico. Paweł Cieślik nació en Czernice, diócesis de Koszalin-Kołobrzeg, el 15 de julio de 1940. Recibió la ordenación sacerdotal el 25 de junio de 1964. Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Britonia y auxiliar de Koszalin-Kołobrzeg el 3 de diciembre de 1994; recibió la ordenación episcopal el 6 de enero de 1995. EL PAPA HA NOMBRAD O: —Arzobispo de Guayaquil (Ecuador) a monseñor LUIS GERARD O CABRERA HERRERA, O.F.M., hasta ahora arzobispo de Cuenca Luis Gerardo Cabrera Herrera, nació en Azogues el 11 de octubre de 1955. Recibió la ordenación sacerdotal el 8 de septiembre de 1983. Juan Pablo II lo nombró arzobispo de Cuenca el 20 de abril de 2009; recibió la ordenación episcopal el 4 de julio sucesivo. —Obispo de Chiclayo (Perú) a monseñor ROBERT FRANCIS PREVOST, O.S.A., hasta ahora obispo titular de Sufar y administrador apostólico de dicha diócesis. Robert Francis Prevost, O.S.A., nació en Chicago (Estados Unidos) el 14 de septiembre de 1955. Recibió la ordenación sacerdotal el 19 de junio de 1982. El Papa Francisco lo nombró obispo titular de Sufar y administrador apostólico de Chiclayo el 3 de noviembre de 2014; recibió la ordenación episcopal el 12 de diciembre sucesivo. —Obispo de Apartadó (Colombia) a monseñor HUGO ALBERTO TORRES MARÍN, hasta ahora obispo titular de Bossa y auxiliar de Medellín. Hugo Alberto Torres Marín nació en Briceño, diócesis de Santa Rosa de Osos, el 9 de agosto de 1960. Recibió la ordenación sacerdotal el 24 de noviembre de 1987. Benedicto XVI lo nombró obispo titular de Bossa y auxiliar de Medellín el 4 de mayo de 2011; recibió la ordenación episcopal el 4 de junio sucesivo. —Obispo de Kansas City-Saint Joseph (Estados Unidos) a monseñor JAMES VANN JOHNSTON, hasta ahora obispo de Springfield-Cape Girardeau. James Vann Johnston nació en Knoxville el 16 de octubre de 1959. Recibió la ordenación sacerdotal el 9 de junio de 1990. Benedicto XVI lo nombró obispo de SpringfieldCape Girardeau el 24 de enero de 2008; recibió la ordenación episcopal el 31 de marzo sucesivo. viernes 9 de octubre de 2015, número 41 Congregación para las causas de los santos Promulgación de decretos El 30 de septiembre de 2015, el Papa Francisco recibió en audiencia privada al cardenal Angelo Amato, S.D.B., prefecto de la Congregación para las causas de los santos. Durante la audiencia, el Papa autorizó a la Congregación promulgar los siguientes decretos: —el martirio de los siervos de Dios VALENTINO PALENCIA MARQUINA, sacerdote diocesano, y 4 compañeros, asesinados por odio a la fe el 15 de enero de 1937 en las cercanías de Suances (España); —las virtudes heroicas del siervo de Dios GIOVANNI FOLCI, sacerdote diocesano y fundador de la Obra del Divino prisionero; nació el 24 de febrero de 1890 en Cagno (Italia) y murió en Valle Colorina (Italia) el 31 de marzo de 1963; —las virtudes heroicas del siervo de Dios FRANCISCO BLACHNICKI, sacerdote diocesano; nació en Rybnik (Polonia) el 24 de marzo de 1921 y murió en Carlsberg (Alemania) el 27 de febrero de 1987; —las virtudes heroicas del siervo de Dios JOSÉ RIVERA RAMÍREZ, sacerdote diocesano; nació en Toledo (España) el 17 de diciembre de 1925 y murió allí el 25 de marzo de 1991; —las virtudes heroicas del siervo de Dios JUAN MANUEL MARTÍN DEL CAMPO, sacerdote diocesano; nació en Lagos de Moreno (México) el 14 de diciembre de 1917 y murió en Jalapa (México) el 13 de agosto de 1996; —las virtudes heroicas del siervo de Dios ANTONIO FILOMENO MARIA LOSITO, sacerdote profeso de la Congregación del Santísimo Redentor; nació en Canosa di Puglia (Italia) el 16 de diciembre de 1838 y murió en Pagani (Italia) el 18 de julio de 1917; —las virtudes heroicas de la sierva de Dios MARÍA BENEDICTA JOSEFA FREY (en el siglo: Ersilia Penelope), monja profesa de la Orden cisterciense; nació en Roma el 6 de marzo de 1836 y murió en Viterbo (Italia) el 10 de mayo de 1913; —las virtudes heroicas de la sierva de Dios ANA CHRZANOWSKA, laica, oblata de las Ursulinas de San Benito; nació en Varsovia (Polonia) el 7 de octubre de 1902 y murió en Cracovia el 29 de abril de 1973. Presentación de las cartas credenciales del embajador de Uruguay —Obispo titular de Mottola y auxiliar de la diócesis de Roma a monseñor ANGELO DE D ONATIS. Angelo De Donatis nació en Casarano, diócesis de Nardò-Gallípoli, el 4 de enero de 1954. Recibió la ordenación sacerdotal el 12 de abril de 1980, y en 1983 se incardinó en la diócesis de Roma. Inició su ministerio como colaborador parroquial, luego, en la diócesis de Roma, ha sido vicario parroquial, archivero de la Secretaría del Colegio cardenalicio, director de la Oficina del clero del vicariato de Roma, director espiritual del Pontificio Seminario romano mayor y párroco. El jueves 1 de octubre, por la mañana, el Santo Padre recibió en audiencia al nuevo embajador de Uruguay ante la Santa Sede, Francisco José Ottonelli, con ocasión de la presentación de las cartas credenciales. O.F.M., —Obispo de Reykjavik (Islandia) al padre DAVID TENCER, O.F.M.CAP. David Tencer, O.F.M.CAP., nació en Nová Baňa (Eslovaquia) el 18 de mayo de 1963. Recibió la ordenación sacerdotal el 15 de junio de 1986, incardinado en el clero de Banská Bistrica; y en 1990 ingresó en la Orden de Frailes Menores Capuchinos. Se licenció en teología en Roma. Inició su ministerio en su diócesis de origen como vicario parroquial; luego, como franciscano capuchino, ha sido párroco, formador y superior; desde el año 2004 está en Islandia, donde comenzó la misión capuchina en el país. Lutos en el episcopado VIENE DE LA PÁGINA 16 yo de 1952. Juan Pablo II lo nombró arzobispo de Tiro de los maronitas el 1 de junio de 1992; recibió la ordenación episcopal el 18 de julio del mismo año. El Santo Padre aceptó su renuncia al gobierno pastoral de dicha sede el 14 de junio de 2003. —Monseñor CARLOS MARÍA ARIZ BOLEA, C.M.F., obispo emérito de Colón-Kuna Yala (Panamá), falleció el 29 de agosto. Había nacido en Marcilla, archidiócesis de Pamplona (España), el 6 de diciembre de 1928. Era sacerdote desde el 28 de junio de 1953. Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Nigre maggiore y vicario apostólico de Darién el 22 de julio de 1981; recibió la orde- nación episcopal el 21 de noviembre sucesivo. El mismo Papa lo nombró obispo de Colón-Kuna Yala el 15 de diciembre de 1988 y aceptó su renuncia al gobierno pastoral de la diócesis el 13 de junio de 1997. —Monseñor PIERFRANCO PASTORE, obispo titular de Forontoniana y ex secretario del Consejo pontificio para las comunicaciones sociales, falleció el 30 de agosto. Había nacido en Varallo Sesis, diócesis de Novara (Italia), el 21 de abril de 1927. Era sacerdote desde el 25 de junio de 1950. Fue asistente del director de la Oficina de prensa de la Santa Sede y trabajó en Radio Vaticano. Juan Pablo II lo nombró secretario del Consejo pontificio para las comuni- caciones sociales el 4 de diciembre de 1984 y lo elevó a dignidad episcopal, como obispo titular de Forontoniana, el 3 de diciembre de 1994; recibió la ordenación episcopal el 6 de enero de 1995. Renunció al cargo el 29 de noviembre de 2003. —Józef Wesołowski, ex nuncio apostólico, ha sido encontrado muerto en su residencia en el Vaticano en las primeras horas del 28 agosto. Inmediatamente —según informó entonces un comunicado de la Oficina de prensa de la Santa Sede— «intervino la autoridad vaticana para las primeras verificaciones, las que indicaron que la muerte fue por causa natural». número 41, viernes 9 de octubre de 2015 L’OSSERVATORE ROMANO página 19 Las misas del Pontífice VIENE DE LA PÁGINA 17 nosotros». Y, también en el pasaje del libro del Éxodo, precisamente «el Señor nos aconseja: “Hazle caso y obedécele”». Así, «cuando nosotros, por ejemplo, hacemos algo malo y pensamos» que estamos solos, tenemos que recordar que no es así, porque «está Él». He aquí, entonces, la importancia de «hacerle caso» y «escuchar su voz, porque Él nos aconseja». Por ello, «cuando percibimos esta inspiración: “Haz esto... esto es mejor... esto no se debe hacer...”», el consejo justo es escuchar esa voz y no reberlarnos ante el ángel de la guarda. «Mi nombre está en él», afirmó el Papa Francisco. Y «él nos aconseja, nos acompaña, camina con nosotros en el nombre de Dios». Y el libro del Éxodo nos indica también la mejor actitud: «Si le obedeces fielmente y haces lo que yo digo, tus enemigos serán mis enemigos y tus adversarios serán mis adversarios». Pero, «¿qué quiere decir?», se preguntó el Papa. La respuesta de Dios es clara: «”Yo seré tu defensor, estaré siempre para defenderte, para protegerte”, dice el Señor, pero porque tú has escuchado los consejos, la inspiración del ángel». Tal vez, continuó el Pontífice, en algunas ocasiones pensamos que podemos «ocultar muchas cosas»: es verdad, «podemos esconderlas». Sin embargo, «el Señor nos dice que podemos ocultar muchas cosas malas, pero al final todo se sabrá». Y «la sabiduría del pueblo dice que el dia- este compañero de camino nos hace como niños: no soberbios, nos hace humildes; nos hace pequeños; no suficientes como el orgulloso y soberbio. No, ¡como un niño!». Precisamente «esta es la docilidad que nos hace grandes y nos lleva al cielo». Concluyendo su meditación, el Papa Francisco pidió al Señor «la gracia de esta docilidad, de esLa docilidad al Espíritu Santo comienza cuchar la voz de este compañero, de este con la docilidad a los consejos de este embajador de Dios ángel compañero de camino que está a nuestro lado en su nombre», para que podamos ser blo hace las ollas, pero no las ta- «sostenidos con su ayuda, siempre pas». Por ello, al final «se sabe to- en camino». Y «también en esta misa, con la do»; y «este ángel, que todos nosotros tenemos, está para aconsejarnos, que alabamos al Señor —concluyó—, para ir por el camino». Por lo tanto recordamos cuán bueno es el Señor: «es un amigo, un amigo que no ve- después de haber perdido la amistad mos, pero que sentimos; es un ami- no nos ha dejado solos, no nos ha go que estará con nosotros en el cie- abandonado», sino que «ha caminado con nosotros, con su pueblo, y lo, en el gozo eterno». «Dios nos manda el ángel —dijo también hoy nos da este compañero el Papa Francisco— para liberarnos, de camino». Por lo tanto, «damos para alejar el temor, para alejarnos gracias y alabamos al Señor por esta de la desventura». Nos «pide sólo gracia y estamos atentos a este amique lo escuchemos, lo respetemos». go que el Señor nos ha dado». Así, pues, «sólo esto: respeto y escucha». Y «este respeto y escucha a este compañero de camino se llama docilidad: el cristiano debe ser dócil Ante todo al Espíritu Santo», pero «la docilila misericordia dad al Espíritu Santo comienza con la docilidad a los consejos de este No comprender y no aceptar la micompañero de camino». sericordia de Dios es el riesgo acerca Es «el icono del niño» que Jesús elige «cuando quiere decir cómo de- del cual nos puso en guardia el Papa be ser un cristiano». Nos lo recuerda Francisco, invitando a no tener la el pasaje litúrgico de Mateo (18, 1- terquedad y la rigidez de considerar 5.10): «El que se haga pequeño co- más importante la propia predicamo este niño» será el más grande en ción, los propios pensamientos y los cielos; y «cuidado con despreciar «toda esa lista de mandamientos que a uno de estos pequeños, porque os debo hacer cumplir». Una invitación digo que sus ángeles están viendo a obedecer la voluntad de Dios, desiempre en los cielos el rostro de mi jando actuar su misericordia y no desafiarla, dirigió precisamente el Padre celestial». Estas palabras de Jesús significan, Papa en la misa que celebró el marexplicó el Papa, «que la docilidad a tes 6 de octubre, por la mañana, en nás, este hombre no dócil al Espíritu de Dios, se enfada». La Escritura dice precisamente que «Jonás se disgustó y se indignó profundamente», llegando incluso a decir al Señor: «¿No lo decía yo, Señor, cuando estaba en mi tierra? Por eso intenté escapar a Tarsis, pues bien sé que eres un Dios bondadoso, compasivo, paciente y misericordioso, que te arrepientes del mal». Así, pues, resumió el Papa Francisco, «el primer capítulo es la resistencia a la misión que el Señor le confía: “Ponte en marcha y predica, para que se conviertan”. Y él se resiste». Luego, «el segundo capítulo es la obediencia, y cuando se obedece se hacen milagros». He aquí, entonces, la obediencia de Jonás a la voluntad de Dios y la conversión de Nínive. Por último «el tercer capítulo: está la resistencia a la misericordia de Dios». Jonás se dirige al Señor, como si dijese: «Hice todo el trabajo de predicar, hice bien mi trabajo, ¿y tú les perdonas?». Su corazón, destacó el Papa Francisco, tiene «esa dureza que no deja entrar la misericordia de Dios: es más importante mi predicación, son más importantes mis pensamientos, es más importante toda esa lista de mandamientos que tengo que cumplir —todo, todo, todo— que la misericordia de Dios». Y «este drama —afirmó el Pontífice— lo vivió también Jesús con los doctores de la Ley que no comprendían porqué Él no permitió que lapidasen a la mujer adúltera» y porqué «iba a cenar con los publicanos y los pecadores». El punto es que «no comprendían la misericordia». Y, así, Jonás dice: «tú eres misericordioso y compasivo», pero «no acepta». El salmo 129 «que hoy hemos rezado —dijo también el Papa Francisco— nos sugiere esperar en el Señor “porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa”». Así, la capilla de la Casa Santa Marta. «Hace algunos días, el día de la fiesta de los Ángeles custodios, hemos reflexionado sobre la docilidad a Dios, la docilidad al Espíritu Santo, como camino de santidad y de vida cristiana», recordó el Papa Francisco al inicio de la homilía. Luego, continuó, «en estos tres días —ayer, hoy y mañana— la liturgia nos hace reflexionar sobre la realidad contraria, es decir la resistencia a la voluntad de Dios: no hacer lo que Dios quiere, no ser dóciles». Y «el personaje que se resiste es el profeta Jonás», dijo el Pontífice, poniendo de relieve que él «era terco de verdad». Las lecturas bíblicas se tomaron precisamente del libro que lleva su nombre. Jonás, explicó el Papa, «tenía sus ideas, las Donde está el Señor, está la propias ideas, y no había nadie —¡ni siquiera misericordia. Y donde hay rigidez están D ios!— que se las hisus ministros ciera cambiar». En la «liturgia de ayer nos contaba cuando el Señor lo mandó a Nínive a predicar pues, volvió a decir el Papa, «donde para que Nínive se convirtiese, y él está el Señor, está la misericordia». se marchó hacia la parte opuesta, Y «san Ambrosio añadía: “Y donde hacia España». Luego «el naufragio hay rigidez están sus ministros”», rey toda esa historia que conocemos» firiéndose a la «terquedad que desa(1, 1-2,1.11). fía la misión, que desafía la miseri«Después de esa experiencia», cordia». afirmó el Pontífice releyendo el texto «Cercanos al inicio del Año de la litúrgico (3. 1-10), Jonás «aprende misericordia —exhortó el Pontífice que debe obedecer al Señor: “Ponte antes de retomar la celebración— pien marcha y ve a la gran ciudad”». damos al Señor que nos haga comJonás «obedece, va y predica, prediprender cómo es su corazón, qué ca muy bien: la gracia de Dios está significa “misericordia”, qué quiere muy presente en él y la ciudad se convierte, hace penitencia, cambia decir cuando Él dice: “Misericordia de vida». Verdaderamente «hace el quiero y no sacrificio”». Y «por esto milagro, porque en este caso él dejó —concluyó— en la oración colecta de a un lado su terquedad y obedeció a la misa hemos rezado con esa frase la voluntad de Dios, e hizo lo que el tan bonita: “Derrama sobre nosotros tu misericordia”, porque sólo se Señor le había mandado». «En el tercer capítulo, el que la li- comprende la misericordia de Dios turgia nos propondrá mañana» (4, 1- cuando es derramada sobre nosotros, 11), continuó el Papa, «Nínive se sobre nuestros pecados, sobre nuesconvierte y ante esa conversión Jo- tras miserias». página 20 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 9 de octubre de 2015, número 41 En la oración del Ángelus Capaces de acoger «Que el Señor nos ayude a no ser una sociedad-fortaleza, sino una sociedadfamilia, capaces de acoger con reglas adecuadas, pero acoger, acoger siempre, con amor». Con esta invocación el Pontífice introdujo la oración del Ángelus con los fieles presentes en la plaza de San Pedro, el domingo 4 de octubre por la mañana, fiesta del patrono de Italia, san Francisco de Asís. ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado (cf. Rm 5, 5). Y este es también el amor donado a los esposos en el sacramento del matrimonio. Es el amor que alimenta su relación a través de alegrías y dolores, momentos serenos y difíciles. Es el amor que suscita el deseo de generar hijos, de esperarlos, acogerlos, criarlos, educarlos. Es el mismo amor que, en el Evangelio de hoy, Jesús manifiesta a los niños: «Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios» (Mc 10, 14). Pidamos hoy al Señor que todos los padres y los educadores Dios es amor y se participa de su obra del mundo, como cuando se ama con Él y como Él también la sociedad entera, sean instrumentos de la acogida cordia, los caminos más oportunos y el amor con el cual Jesús abraza a para un compromiso adecuado de la los más pequeños. Iglesia con las familias y para las faÉl mira sus corazones con la termilias de manera que el plan origi- nura y la diligencia de un padre y al nal del Creador para el hombre y la mismo tiempo de una madre. mujer pueda realizarse y obrar en toPienso en tantos niños hambrienda su belleza y fuerza en el mundo tos, abandonados, explotados, oblide hoy. gados a la guerra, rechazados. Es La liturgia de este domingo pro- doloroso ver las imágenes de niños pone justamente el texto fundamen- infelices, con la mirada perdida, que tal del Libro del Génesis, sobre la huyen de la pobreza y los conflictos, complementariedad y reciprocidad que llaman a nuestras puertas y a entre el hombre y la mujer (cf. Gn 2, nuestros corazones implorando ayu18-24). Por eso —dice la Biblia— da. abandonará el varón a su padre y a Que el Señor nos ayude a no ser su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne, es decir, una sociedad-fortaleza, sino una sociedad-familia, capaces de acoger una sola vida, una sola existencia (cf. v. 24). En tal unidad los cónyu- con reglas adecuadas, pero acoger, ges transmiten la vida a los nuevos acoger siempre, con amor. Os invito a sostener con la oraseres humanos: se convierten en padres. Participan de la potencia crea- ción los trabajos del Sínodo, para que el Espíritu Santo vuelva a los dora de Dios mismo. Pero, ¡atención! Dios es amor y se padres sinodales plenamente dóciles participa de su obra cuando se ama a sus inspiraciones. Invocamos la materna intercesión con Él y como Él. Con tal finalidad —dice san Pablo— el amor de Dios de la Virgen María, uniéndonos esQueridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! Ha concluido hace poco en la basílica de San Pedro la celebración eucarística con la cual hemos dado inicio a la Asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos. Los padres sinodales provenientes de todas las partes del mundo y reunidos entorno al sucesor de Pedro, reflexionarán durante tres semanas sobre la vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en la sociedad, para lograr un atento discernimiento espiritual y pastoral. Tendremos la mirada fija en Jesús para individuar, basándonos en sus enseñanzas de verdad y de miseri- piritualmente a quienes en este momento, en el Santuario de Pompeya, recitan la «Súplica a la Virgen del Rosario». Al término de la oración mariana, el Papa recordó la beatificación de un grupo de mártires cistercienses de la Guerra civil española y a las víctimas de los desastres en Guatemala y Francia. Queridos hermanos y hermanas: Deseo dirigir al Señor una oración por las víctimas del corrimiento de tierras que ha arrasado una aldea entera en Guatemala, así como a las del aluvión en Francia, en la Costa Azul. Estemos cerca de las poblaciones duramente golpeadas, también con la solidaridad concreta. Os doy las gracias a todos vosotros que habéis venido numerosos de No seamos una sociedad-fortaleza, sino Ayer en Santander, en España, fueron prouna sociedad-familia, capaces de acoger clamados beatos Pío con reglas adecuadas, siempre con amor Heredia y 17 compañeros y compañeras de la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia y de San Roma, de Italia y de tantas partes Bernardo, asesinados por su fe du- del mundo. Saludo a los fieles de la rante la Guerra civil española y la archidiócesis de Paderborn (Alemapersecución religiosa de los años nia), a los de Oporto (Portugal), y treinta del siglo pasado. Alabemos al al grupo del colegio Mekhitarista de Señor por estos valientes testimo- Buenos Aires. nios, y por su intercesión supliquéEn el día de san Francisco de mosle que libre al mundo del flagelo Asís, patrono de Italia, saludo con de la guerra. particular cariño a los peregrinos italianos. A todos os deseo un feliz domingo. Y, por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto! Los tuits del Papa en @Pontifex_es 3 O CT [10.30 AM] La fe no es un don privado. La fe es para compartirla con alegría 8 O CT [12.00 PM] Queridos jóvenes, pidan al Señor un corazón libre para no ser esclavos de las trampas del mundo
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