Año5 - Edicion 13 - Abril 2015 - Colegio de Generales de la Policia

Estrella Policial
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
Año 5
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edición 13
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ABRIL DE 2015
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bogotá d,c. - colombia
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“La credibilidad y confianza
en nuestras instituciones,
es un invaluable
patrimonio moral que ha
significado la sinergia y
la estabilidad de nuestro
Estado de Derecho.”
issn 1909-0269
Colegio de Generales: 20 años haciendo historia
S
esión especial: en forma solemne se cumplió un acto académico con el cual
se festejaron los 20 años de existencia del Colegio de Generales de la Policía
Nacional. En la mesa de honor aparecen, de izquierda a derecha: General
Pablo Alfonso Rosas Guarín, Mayor General Jorge Hernando Nieto Rojas,
General Rodolfo Palomino López, General Luis Humberto Valderrama Núñez
y Mayor General Héctor Darío Castro Cabrera. La ceremonia se desarrolló en
el auditorio General Saulo Gil Ramírez Sendoya de la Escuela de Postgrados de
Policía Miguel Antonio Lleras Pizarro, el 18 de marzo de 2015.
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
2
El post-conflicto
¿una oportunidad?
Estrella Policial
“Caballerosidad, gratitud y afecto”
publicación del colegio de generales
de la policía nacional de colombia
Edición Nº 13
ISSN 1909-0269
Av. Boyacá No.142A-55 Bogotá, D.C.
Web. www.colgenerales.com.co
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CONSEJO DE REDACCIÓN
General (RA) Víctor Alberto Delgado Mallarino
General (RA) Miguel Antonio Gómez Padilla
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BG. (RA) José Domingo Murcia Florián
BG. (RA) Pablo Elbert Rojas Flórez
EDITOR
BG. Guillermo León Diettes Pérez
FOTOGRAFÍA
Estrella Policial
Archivo Revista Policía Nacional
DISEÑO E IMPRESIÓN
Editorial La Unidad S. A. El Nuevo Siglo
4139200 - Ext. 124
NOTA: Los artículos no reflejan el pensamiento del
Colegio de Generales de la Policía Nacional, son
de exclusiva responsabilidad de sus autores, y por
razones de espacio podrán ser editados.
Foto portada: Celebración 20 años del
Colegio de Generales de la Policía Nacional.
E
Por: Mayor General (RA) HECTOR DARIO CASTRO CABRERA
Presidente del Colegio de Generales de la Policía Nacional
l proceso de paz que se adelanta entre el Gobierno Nacional y el
grupo insurgente de las Farc, sigue siendo el tema de actualidad
en nuestro país, por la connotación que sus resultados pueden
tener para el bien de nuestra nación. Todo lo que se diga sobre su
proyección, avances y orientaciones debe analizarse sin ninguna
prevención y con la mejor intención, en procura del éxito del
proceso y el Colegio de Generales no puede ser la excepción.
Nos sorprenden a veces con apreciaciones que quizás no se nos habían
ocurrido, como la novedosa y sorprendente teoría del “derecho a la rebelión”; para muchos de los colombianos, no solo para los más ortodoxos,
resultaba impensable esta concepción inédita de nuestro ordenamiento legal
pero hoy es un tema que está de moda por afirmaciones que han hecho los
negociadores de la guerrilla desde La Habana. Quizás lo que se esperaba era
una negociación orientada a facilitar un entendimiento entre quienes habían
elegido un camino equivocado para hacer valer sus convicciones políticas y
un Gobierno legítimo que en un intento de reconciliación, se compromete
a facilitarles su inclusión en la sociedad con las posibilidades que siempre
han estado disponibles para predicar sus doctrinas y ganar la aceptación popular dentro de un ambiente democrático y participativo pero desde luego
reconociendo la legitimidad del estamento que constituye nuestro Estado de
Derecho y con su promesa de no regresar a la ilegalidad que habían utilizado
para lograr sus propósitos políticos. Nos sorprende cuando nos enteramos
que colocarse al margen de la Ley para atacar la institucionalidad es un derecho y que no se acepta la legitimidad del Estado que les está brindando la
oportunidad de tomar el camino correcto en la actividad política y social.
Es cierto que se necesitan reformas para mejorar las condiciones de vida de
los colombianos pero no es menos cierto que estas propuestas deben ser expuestas y sometidas a consideración de la comunidad para su análisis y posterior aplicación, en el marco de la Constitución y de la Ley, dentro de un
ambiente civilizado de entendimiento y no impuestas como condición para
abandonar su comportamiento equivocado.
En este afán por conocer las diferentes tendencias en relación con lo
que se ha denominado el post conflicto, término que se refiere a la etapa
posterior a la firma de los acuerdos para terminar el conflicto, me encontré
un libro titulado “El postconflicto en Colombia. Reflexiones y propuestas
para recorrer la transición”, publicado por la Fundación Konrad AdenauerKAS- y el Instituto de ciencia política Hernán Echavarría Olózaga, el cual
quiero compartir con Ustedes en algunos de sus apartes. La doctora Marcela Prieto Botero nos dice: “…El punto de llegada de este proceso deberá ser
el fortalecimiento del Estado y la profundización de la democracia, dentro
del marco de la Constitución del 91 y no por fuera de ella. (Negrillas
fuera de texto) El propósito de alcanzar una paz duradera y verdadera pasa
inexorablemente por romper los lazos entre la política y la violencia, la
relación entre armas y urnas que ha resultado nefasta y explica en parte la
permanencia e institucionalización de la violencia como un método para
la resolución de los conflictos al interior de la sociedad. Es esta, entonces,
una oportunidad para fortalecer las instituciones del Estado colombiano
en todo el territorio y conseguir un mejoramiento de la calidad y el alcance
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de los bienes y servicios públicos en todo el territorio, pero especialmente
en aquellos lugares que se han caracterizado históricamente por la precariedad estatal,…” y que yo le agregaría que es allá donde la rebelión y la
violencia han encontrado un ambiente adecuado y las mejores condiciones
para su desarrollo por la ausencia del Estado. Debo manifestar que considero esta apreciación ajustada a la realidad. La debilidad del estado que no
ha ofrecido oportunidades de realización personal y social a la población,
que ha mantenido en situación de abandono a extensas regiones del país
dando lugar a múltiples frustraciones, ha hecho que muchos de nuestros
conciudadanos se aventuren a incurrir en conductas demenciales que han
afectado en materia grave las condiciones de vida de sus compatriotas que
quizás han logrado superar esas carencias y lograr un mejor modo de vida.
Espero no interpretar mal el párrafo del libro que he trascrito al afirmar
que necesitamos hacer del postconflicto la mejor ocasión para fortalecer
nuestro Estado de Derecho para hacerlo capaz de llegar con oportunidades
y comodidades a todos los colombianos para que se sientan orgullosos y
satisfechos de pertenecer a un Estado que hace presencia efectiva en todo el
territorio, para solucionar las necesidades básicas de sus asociados y propiciar un ambiente de paz y convivencia social ordenada y armónica. En esas
condiciones no debe asistirnos ningún temor de que en el futuro algunos
de nuestros conciudadanos invoquen el novedoso “derecho a la rebelión”
y nos condenen a repetir este capítulo de nuestra historia que queremos
cerrar y que ojalá, al pasar esta triste página, no se repita para las nuevas
generaciones, la pesadilla que nos tocó vivir a nosotros.
Debemos entender entonces el postconflicto como el reto que tienen
los gobiernos y la comunidad en general de construir la paz, que como se ha
dicho tantas veces no se consigue con la firma de los acuerdos de terminación
del conflicto, es ahí donde se comienza a construir con el fortalecimiento del
Estado. Qué bien suena esta forma de visualizar el postconflicto pero que
titánica labor la que nos espera, será una prueba de fuego en donde todos
debemos comprometernos para que al final podamos enarbolar la bandera
de la paz que tanto hemos buscado. Como decía Benjamín Franklin, “los mediocres no cultivan rosas porque le tienen temor a las espinas” y los colombianos
no comulgamos con la mediocridad, por eso todos debemos comprometernos a cultivar esa preciada rosa de la paz, para este proceso necesitamos un
grupo de líderes que busquen la unidad de esfuerzos que nos permita hacer
ese sueño realidad.
En cuanto al rompimiento del vínculo entre la política y la violencia y
entre las urnas y las armas, es absolutamente indispensable que el monopolio
en el porte de las armas de la república se consolide en cabeza del estado,
de su Fuerza pública. El cese al fuego debe ser definitivo y como lo decía
recientemente Antonio Navarro en un programa radial, el cese bilateral solo
se dará cuando la guerrilla cese toda acción, no solo contra la fuerza pública
sino también contra la población civil, pues ante cualquier amenaza contra la comunidad, la fuerza pública debe reaccionar en su defensa y esto no
se podría interpretar como un rompimiento del cese bilateral sino como el
cumplimiento de su deber constitucional, es decir, el cese bilateral es una
consecuencia del cese total de hostilidades por parte de los grupos armados
ilegales, pues sin sus actos delincuenciales, no se necesita respuesta de la fuerza legítima del Estado.
En este sentido quiero referirme a una apreciación del señor Brigadier
General (RA) Jairo Delgado, quien en la misma publicación que he citado,
expresa: “La estructura institucional de la seguridad en el postconflicto, será
determinante para garantizar la implementación de los acuerdos y la construcción y sostenibilidad de la paz.” Y después de juiciosos análisis sobre este
tema fundamental, concluye: “Es recomendable, en consecuencia, que en la
fase de transición del postconflicto (los primeros diez años luego de la suscripción del acuerdo), se mantenga el monopolio de la seguridad en el Ministerio de Defensa” lo cual compartimos en su integridad además coincide
con el pensamiento que nos manifestó el señor Presidente de República, en
el sentido de que las reformas en materia de seguridad se deben pensar pero
para aplicar solo cuando Colombia sea un país normal.
¡Dios nos siga guiando por el camino correcto hacia la justicia y la paz!
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3
Usted no sabe quién soy yo. La oportunidad pérdida
Por: el Brigadier General (RA) Guillermo Julio Cháves Ocaña.
N
o creo que haya un solo colombiano sin
percatarse de los bochornosos hechos
que protagonizó Nicolás Gaviria, en
un procedimiento de rutina en la que
intervinieron miembros de la Policía
Metropolitana de Bogotá, hechos que
llenaron páginas enteras de periódicos,
revistas y buenas horas de transmisión por radio y
televisión. Unos trataron el tema de manera juiciosa y responsable, otros de manera burlesca y,
por qué no decirlo, grotesca. La afanosa noticia no
permitía razonar si lo que estaba ocurriendo debía
producir vergüenza, rabia o risa.
Algún periodista señalaba que este sencillo
motivo de policía, -el de no pagar un servicio de
taxi- que ocurre con frecuencia, hubiera pasado
inadvertido (desapercibido) si no fuera porque el
protagonista tenía relación parental con un ex presidente de la República -lo que a la postre resultó
falso-. En otro medio de comunicación escrito se
planteaba que solo se trataba de un pobre muchacho que se pasó de tragos; otros más osados solicitaban que le cayera todo el peso de la ley y llevaran
al joven Nicolás a la cárcel, mientras que la administración distrital permanecía en un mutismo
absoluto y la Primera Magistratura del Estado, en
un acto público, modificaba el código de policía,
al ordenar a los policiales que a quien en un procedimiento dijera; “usted no sabe quién soy yo”, lo
condujeran a una unidad policial.
Es importante reflexionar sobre lo que pasó
ese fin de semana. Lamentablemente debemos reconocer que se trata de un hecho que se repite una
y otra vez en todos los rincones de la patria, donde
los policiales reciben toda clase de improperios, en
procedimientos que, en primera instancia, parecen inofensivos, por nuestra cultura de violencia
entronizada que desestructura los lazos sociales,
se vuelven complejos y terminan en la falta de
respeto hacia la autoridad y, en muchos casos, en
maltratos físicos y asonadas contra los miembros
de la institución.
El irrespeto a la autoridad, trasforma en caótico todos los espacios donde nos movemos como
sociedad, por ello es importante y urgente promover, desde el gobierno nacional, que se recuperen
esos espacios en los que se ha vuelto normal que el
alumno maltrate al docente, el asociado al policía,
el feligrés al sacerdote. Vivimos una hipertrofia de
derechos y atrofia de deberes que es necesario revaluar, pues no se trata de imponer mano dura; el
tema va mucho mas allá, queremos una sociedad
en que virtudes como el respeto, sea una forma de
vida, incorporado a nuestra cultura.
Por ello, considero que este tema merecía
un mayor despliegue y profundidad, pues no
solo inquieta a la autoridad policial, si no que se
evidencia en muchas instituciones, e inicia en la
institución familiar, en que el respeto de los hijos
hacia los padres ha entrado en crisis; el respeto de
los estudiantes hacia sus docentes cada vez es más
censurado, ni qué decir del encausado con el juez
y el, inspector de policía que en muchos casos no
cuentan con mas herramienta que una máquina
de escribir.
Los casos como el de Nicolás, Merlano, Moreno de Caro, Álvaro Caicedo, el de Luis Gabriel
Miranda, hijo de un ex presidente de la Corte Suprema de Justicia, y otros tantos personajes, quienes
sin ningún recato esgrimen sus credenciales para
burlar las leyes porque, y donde al final en muchas
ocasiones son los policiales los que intervienen en
el procedimiento, quienes resultan judicializados;
ellos merecen una reflexión mayor, pues se trata de
una sociedad que no reconoce la autoridad legítima; una sociedad enferma que requiere de un planteamiento sociológico fundamentado en procesos
educativos y pedagógicos, para que situaciones
como las que presenciamos no se repitan.
Al interior de la institución la reflexión podría
analizarse desde tres ópticas: Lo primero para plantear, es la necesidad de hacer una introspección del
por qué los policiales no proceden con decisión y
firmeza en casos como este. Podría esgrimirse que
existe un temor a las consecuencias de un procedimiento ajustado a la ley y no respaldado, lo que
genera esta situación. Si ello es así, la segunda reflexión se dirige al argumento de la falta de apoyo
de los superiores frente a los procedimientos que
realizan los ejecutores institucionales, lo que resquebrajaría los principios de la esencia policial que
alguna vez aprendimos en la cátedra de “mando y
dirección,” pues se advertiría una policía con un
complejo de inferioridad y en retirada, por temor
a represalias de todo orden.
Nicolás Gaviria ¿quién soy?.
Si bien lo dicho en el párrafo anterior es apenas
una lucubración ligera, la tercera reflexión tiene
que ver con el concepto de autoridad. En este sentido no hay que olvidar que la autoridad va ligada
a la legitimidad, la autoridad tiene que despertar
respeto. Es desde la definición del respeto que esta
debe redefinirse, pues va en doble vía, una quien
ejerce la autoridad y la otra quien la acepta como
tal. La autoridad, para ser respetada, debe ganarse
el respeto con sus actos los cuales den lugar a que
la sociedad se entusiasme por lo policial, porque
a las gentes les gusta la ley y no la arbitrariedad;
les gusta la honestidad y no la corruptela; le gusta contar con una verdadera función pública y no
incapacidad, e ignorancia demostrada en los actos.
Un modelo de cómo se procede en sociedades
con un alto concepto de lo que significa el respeto
a la autoridad, es la condena que recibió Andrew
Mitchell, ex ministro de Cooperación Internacional del Reino Unido, cuando en el 2012, este alto
funcionario acudió en bicicleta al domicilio del
Primer Ministro. Los policías le pidieron que se
bajara de la bicicleta y entrara por la puerta peatonal, pero el político los encaró y los llamó “jodidos
plebeyos”. La ofensa indignó a toda la sociedad
británica y no solo lo obligó a renunciar, sino que,
además, la justicia lo acaba de condenar a pagar
80.000 libras esterlinas (unos 311 millones de
pesos) a los uniformados ofendidos. En estas latitudes, la pérdida de investidura del ex senador
Merlano puede ser un claro ejemplo de cómo las
cosas pueden funcionar, cuando la justicia obra en
consecuencia. Es aquí donde el planteamiento de
Hannah Arendt cobra fuerza, cuando plantea que
si desaparece el respeto por la autoridad legítima,
desaparecen los cimientos de las democracias.
Lo que pasa en Colombia es que los pregoneros
por una democracia, no se han dado cuenta que
afrontan una crisis de autoridad.
El tema fue planteado en la Junta Directiva
del Colegio de Generales, porque a la mayoría de
sus miembros, por no decir a todos, nos resultaba
indignante y repugnante lo que estaba pasando,
y se planteó que era la oportunidad para que se
hiciera en todo el país “la gran cruzada por el respeto a la autoridad”, en que la iniciativa la llevara
la institución policial, acompañada por todas las
organizaciones del Estado y las fuerzas vivas de la
Nación, en la presencia de la academia y los gremios productivos y con el apoyo de los medios de
comunicación. Nada de eso pasó. Y lo que era una
gran oportunidad, solo fue una noticia de 5 días
que pronto se olvidará, con la certeza, eso si, que
llegarán nuevos Nicolaces, Merlanos, Morenos de
Caro, Caicedos y Mirandas que irrespetarán, no
solo a los miembros de la institución policial, sino
a la sociedad entera.
Casos como
el de Nicolás,
Merlano,
Moreno de Caro,
Álvaro Caicedo,
el de Luis
Gabriel Miranda,
hijo de un ex
presidente de la
Corte Suprema
de Justicia, y
otros tantos
personajes, sin
ningún recato
esgrimen sus
credenciales
para burlar las
leyes.
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Reseña histórica del Colegio de
Generales de la Policía Nacional
Por: General (RA) Miguel Antonio Gómez Padilla
“En el cielo de la patria una estrella brilla alerta,
Los caminos de mi vida se orientan siempre hacia ella,
Perpetuo guardián del orden en retiro o en acción,
El lema DIOS y PATRIA es mi orgullo y vocación.”
(Himno del Colegio de Generales de la Policía.
Autor MG Carlos Alberto Pulido Barrantes. 2009)
E
l historiador y profesor Manuel Benavides Lucas, en su tratado de Filosofía
de la Historia, expresa: “De la historia
se ha dicho que es la maestra de la vida,
el tribunal que absuelve o condena los
hechos de los hombres, una cadena de
ininterrumpidos eslabones. Ha recibido
el homenaje de prosaicas metáforas: es un tren al
que unos se suben y que otros pierden;… de ella
se ha dicho que es a veces lenta a veces rauda. Se
ha hablado de sociedades frías, sin historia, y de
sociedades calientes, hechas de sobresalto y novedad…y sin embargo se ha dicho también de ella
que no es maestra de nada, pues ningún acontecimiento es igual a otro, y la enseñanza extraída de
uno no sirve para los demás.” Me quedo en una
posición ecléctica: hagamos historia especulativa,
crítica y analítica, que el tema bien lo merece.
La historia del Colegio de Generales está íntima e inexorablemente ligada al acontecer histórico del Cuerpo Institución policial. ¡Qué perogrullada! ¿verdad?
Permítanme, una libertad especulativa, fruto
del sentir y pensar policial y de un sueño sin límites temporo-espaciales: nosotros como Colegio
nacimos el 5 de noviembre de 1891, cuando el
comisario Juan María Marcelino Gilibert, organizó el cuerpo- institución y este desfiló por primera
vez por las callejuelas de la Candelaria de la villa de
Santafe. Y en un inmenso e interminable diaporama se proyectaban en el firmamento bogotano las
figuras de todos los generales de hoy.
Y a saltos, y en eslabones a veces interrumpidos, se construye ese entramado, con episodios
que apuntalan aquel sueño, como el día en cual
Gabriel González López, creó la Escuela de Preparación y Selección de personal de la Policía Nacional (Decreto de la Dirección General de la Policía
No. 32 del 4 de marzo de 1912); autorícenme una
discreción, un cortísimo paréntesis, porque al ilustre exdirector le afligían las mismas preocupaciones que a nosotros ahora nos abaten: “no se tienen
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en cuenta absolutamente la calidad política de los
empleados. Por eso existen en el Cuerpo hombres
de todos los colores y matices políticos como es
público y notorio, tanto en los nuevos como en
los antiguos empleados. No se admiten ni se conservan empleados politiqueros, los que hacen propagandas, los que a todo le dan interpretaciones o
sentido político, porque éstos son incompatibles
con la alta misión social de la Policía” ¡Oh los nubarrones que se avizoran!
Y llega el glorioso día de un amanecer que se
anuncia en un arco iris de esperanza; la creación
de la Escuela de Cadetes de Policía General Francisco de Paula Santander. (Decreto 1277 del 7 de
julio de 1937).
En noviembre de 1940, la escuela gradúa los
primeros tenientes segundos, entre los cuales se
encontraban los señores: Bernardo Camacho Leyva y Juan Félix Mosquera Mosquera.
En 1944 egresa una nueva promoción y entre ellos, los tenientes segundos: Henry García
Bohórquez, Roberto Mejía Soto, Jacinto Nicolás
Ríos Mesa, Asdrúbal Romero Escobar, Luis Alfredo Rubio Parra y Luis Tejada Zapata
Para 1946 egresa el teniente segundo Manuel
José López Gómez, en1947 Luis Humberto Valderrama Núñez y en 1948 Carlos Julio Cortés
Gracia.
Los luctuosos y trágicos hechos del 9 de abril
de 1948, sumen a la policía en la más profunda de
sus crisis, pues el gobierno dispone su disolución.
Era evidente que el gobierno de turno no confiaba
en ella y fortaleció a las policías departamentales
y municipales altamente “politizadas” y sectarias.
Post nubila Phoebus, afirmaban los latinos.
Después de las tinieblas el sol, la luz. La Escuela de
cadetes abre nuevamente sus puertas y en 1950 se
gradúan los subcomisarios a prueba: Pablo Rosas
Guarín, Francisco Naranjo Franco, Fabio Londoño Cárdenas, Alfonso Barragán Salguero y César
Augusto Tello Ramírez.
En 1952, entre los graduandos, están los subcomisarios a prueba Víctor Alberto Delgado Mallarino, Luis Felipe Estupiñan Fuertes, Enrique
Gallego Hernández, José Guillermo Medina Sánchez y Manuel Tulio Salinas Cantín.
En 1953, el Presidente de la República Teniente General Gustavo Rojas Pinilla, decide la incorporación de la policía al Ministerio de Guerra
como la cuarta fuerza armada y al mando del Comandante General de las Fuerzas Armadas. Y posteriormente al Ministerio de Defensa y al mando
directo del Ministro de Defensa y sin desvirtuar
su naturaleza y esencia. “La Policía se incorpora
al Ministerio de Guerra con presupuesto y organización propios y prestará los servicios que por
ley le corresponden.”(Decreto1814 de 1953) “Y
con el objeto de unificar el mando y coordinar los
servicios de las Fuerzas Armadas para el completo
restablecimiento de la normalidad”, se afirma en
la exposición de motivos del referido decreto. Esta
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no es una decisión caprichosa sino el fruto de la
necesidad para lograr la paz política y social.
Se realiza luego el escalafonamiento de oficiales y suboficiales con los mismos grados y jerarquías del ejército. Los policiales de la época, lo
llaman coloquial y jocosamente el “escalafón de la
rebajona”.
El 2 de junio de 1957, la Escuela de Cadetes
entrega al país la promoción de oficiales Marco
Fidel Suárez. Entre sus integrantes se encuentran
los subtenientes: Jorge Enrique Bulla Quintana,
Luis Eduardo Castillo Amaya, Adolfo León Gómez Isaza, Jorge Arturo Pineda Osorio y Gilberto
Sanclemente Velásquez y así en una ininterrumpida sucesión llegamos al curso 104.
El 8 de mayo de 1958, la Junta Militar de
Gobierno, en una sabia decisión, nombró como
Comandante de las Fuerzas de Policía al teniente
coronel de Policía Saulo Gil Ramírez Sendoya, entregándole así a los policías la suerte y destino del
Cuerpo-institución. ¡Nunca hemos sido inferiores
a ese compromiso!
Los tenientes segundos, subcomisarios a prueba y subtenientes, llegaron a los más altos grados
y cargos. La dinámica natural de una organización tan activa, acelerada y fuerte, obliga constan-
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5
temente a dar paso a nuevas generaciones. Pero
“policía un día, policía toda la vida” reza uno de
nuestros refranes.
En el pasado, en la tribu, encargaban a los más
ancianos para que los dirigieran y guiaran, pues
sabían que sus decisiones eran sabias y acertadas.
Para que sus experiencias no fueran olvidadas
y mantener los calurosos lazos, de la amistad, la
caballerosidad, la gratitud y el afecto, se convocaron en el lugar preciso, el “Alma mater”; un 10 de
marzo de 1995, los generales de la reserva activa
policial los generales Bernardo Camacho Leyva y
José Domingo Murcia Florián, dan fe, de la creación de la Asociación Colombiana de Generales
en retiro de la Policía Nacional- ACOGER.
El 20 de febrero del 2002, en Asamblea General y por unanimidad, cambian la denominación anterior por la de Colegio de Generales de
la Policía Nacional de Colombia. Las profesiones
se colegian, los oficios se asocian. Se colegian las
personas de la misma dignidad y profesión. Los
generales dominamos un saber, una ciencia: la
de policía y somos doctos en la misma. Normalmente los colegios velan por la dignificación de la
profesión y autorizan el ejercicio de la misma. El
nuestro es muy particular pues debe velar por los
intereses de los colegiados y por la dignificación
de la profesión y por la institución en la cual están
obligados a ejercerla.
Con la aprobación de los estatutos, los registros en la Cámara de Comercio y la Alcaldía de
Bogotá, se logra la personería jurídica, que afianza
el Colegio en el tiempo y en el alma policial y aparecen, entonces: la bandera, el blasón, el himno, el
lema, las condecoraciones y las publicaciones: el
Boletín y más tarde el periódico “La Estrella”, en
los que se difunde el pensamiento de los colegiados y se analizan temas de interés institucional y
nacional.
Se asiste a conferencias y seminarios y se invita, para analizar con ellos la actualidad nacional,
a personalidades de la política, la economía y a
funcionarios públicos: ministros, de los órganos
de control, de la judicatura y del legislativo. La
presencia de diplomáticos en nuestras tertulias ha
enriquecido el debate.
No se han olvidado los eventos sociales y deportivos y como solidarios amigos hemos estado
presentes en las angustias y las alegrías.
Los generales, integrantes de la Reserva Activa
de la Policía, cada quien en el espacio institucional que les correspondiera y en entrega total a los
principios filosóficos, éticos, jurídicos y humanísticos de esta policía, bastión indispensable de la
convivencia y de la democracia, dieron a la patria
sueños, esperanzas y lo mejor de su existir. Y no
hubo pretensión de la barbarie y la anarquía que
doblegara su voluntad de servicio y de entrega.
Nunca han dejado de ser policías. Aún hay fortaleza en su espíritu y vigor en sus músculos.
Es importante que sea del pasado el interrogante que se hizo el coronel Ismael Trujillo Polanco, ante 30 generales el día de la formalización de
la asociación “¿Qué hacer para que esas marginales relaciones mantenidas a través de intermitentes
y lejanos encuentros, alimentados por insulares
vínculos individuales de amistad, o por razones de
identidad promocional, territorial o generacional
se truequen en una fuerza aglutinante que antes
de hacernos padecer la nostalgia de la ausencia nos
haga sentir y compartir la fruición gratificante de
la fraternidad?. Pensemos que hoy ante 86 colegiados estas inquietudes estén resueltas.
Han regido los destinos del Colegio los generales: Bernardo Camacho Leyva, Víctor Alberto Delgado Mallarino, Miguel Antonio Gómez
Padilla, Brigadieres Generales: Enrique Gallego
Hernández, Jairo Antonio Rodríguez Quiñones,
Pablo Elbert Rojas Flórez y Mayor General: Héctor Darío Castro Cabrera.
En fin, el Colegio es el refugio de nuestras
cuitas y congojas, pero también, el albergue para
expresar al amigo nuestros afectos. “No camines
delante de mí, que quizá no te siga; no camines
detrás de mí, que quizá no te guie; camina a mi
lado y se siempre mi amigo”. Debe ser el lema que
nos impulse, mis queridos colegas.
La historia
del Colegio
de Generales
está íntima e
inexorablemente
ligada al
acontecer
histórico
del Cuerpo
Institución
policial. ¡Qué
perogrullada!
¿verdad?
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
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Por: Brigadier General (RA)
Jairo Rolando Delgado Mora
Director Análisis del Observatorio de Política y
Estrategia en América Latina (OPEAL)
E
Resumen
l anuncio de la tregua unilateral
por parte de las Farc marcaría el
inicio del fin de la era militar de
esa guerrilla. En La Habana, la
subcomisión técnica militar fue
acordada por las partes para asistir
en la discusión del punto 3 de la
agenda: la desmovilización, la dejación de
las armas y el cese bilateral de hostilidades.
El eventual fin de la negociación concluirá
con la congregación de las Farc en Zonas
de Desmovilización. Frente a la concentración de fuerzas, hay elementos importantes
que cambiarían con respecto a la experiencia previa de la Zona de Distensión en el
Cagúan.
El sentir de la fuerza pública
La subcomisión técnica militar del
punto 3 (fin del conflicto) compuesta por
oficiales de las Fuerzas Militares y la Policía
Nacional en servicio activo y por civiles2, se
creó en el mes de agosto de 2014 tras acordar el Gobierno Nacional y las Farc, en la
mesa de diálogos, una instancia de asesoramiento para estudiar temas especializados,
como la desmovilización, la dejación de las
armas y el cese bilateral de hostilidades.
Las Farc por su parte crearon el denominado Comando Guerrillero de Normalización, buscando como objetivo central “el
regreso de la fuerza militar a su rol constitucional” (…)3. Se estaría demostrando
entonces que si bien estas comisiones no
tienen en teoría un propósito deliberante,
los “asuntos militares” que piensan tratar,
incorporarán inevitablemente aspectos estructurales de seguridad y defensa, lo cual
va a producir fuertes tensiones.
Retomando lo expresado por el Comandante General de las Fuerzas Militares,
el General Javier Flórez tendría que observar un principio en Cuba: la defensa de la
institucionalidad y del sentimiento militar
en relación con las negociaciones de paz.
Sin que necesariamente se deba interpretar como una orden del General Juan
Pablo Rodríguez al General Javier Flórez,
(de hecho ya quedó por fuera de la línea
de mando) lo expresado si se convierte en
una directriz tácita para trazar la línea roja
que prevendría introducir iniciativas reformistas a la Fuerza Pública y marginar las
presiones provenientes del negociador “militar” de la comisión de normalización de
las Farc alias Carlos Antonio Lozada (Julián
Gallo Cubillos).
En consecuencia el General Flórez,
como responsable de la subcomisión técnica, tendrá que focalizar su tarea en cuatro
temas principales: (1) la desmovilización,
(2) de la dejación de armas, (3) las garantías de seguridad para los guerrilleros reinsertados y (4) aspectos del cese bilateral y
desescalamiento del conflicto.
Probablemente se abrirá un espacio
con el propósito de abordar el tema de justicia transicional para los integrantes de las
Fuerzas Militares y la Policía Nacional.
Esa aproximación entre militares e insurgentes sentados en la misma mesa de
La Habana, estaría encaminada además a
remover los obstáculos de desconfianza, temor, incertidumbre y síndrome de derrota
o debilitamiento político, que los integrantes de la Fuerza Pública habrían construido
en su imaginario por los recurrentes discursos y mensajes de reformas estructurales a
la institucionalidad armada del país, que
los negociadores de las farc en Cuba han
expresado durante el actual proceso con el
Gobierno Nacional.
No obstante si el principal sentir de
militares y policiales es no verse derrotados
política ni jurídicamente como resultado
de las negociaciones de paz, el General Flórez también habría asumido el costo político de comprometerse a representar y no
defraudar a los miembros de unas Fuerzas
Armadas de cerca de 470.000 hombres y
mujeres, reconocidas como garantes de la
sostenibilidad de la democracia en Colombia.
De la zona de distinción a las
zonas de desmovilización
Las Farc ya tuvieron una experiencia
importante desde la perspectiva de repliegue y concentración en un área geográfica,
determinada, en el marco de las negociaciones de paz 1998 – 2002. Ese territorio
de agrupación insurgente se conoció como
la Zona de Distención, un extenso lugar de
42.000 kilómetros que comprendía cinco
municipios de los departamentos de Caquetá y Meta.
Ahora con motivo de la eventual y definitiva desmovilización pos – acuerdos de La
Habana, será necesario volver a concentrar
a las Farc en diferentes sitios del territorio
nacional para formalizar su reintegración a
la vida civil.
En un comienzo el mapeo de concentración guerrillera tendrá que elaborarse a
partir de los tradicionales e históricos lugares de presencia territorial de las Farc. Serán
Aproximación al debate téc
“El General Flórez en Cuba deberá defender la ins
entonces algunos de los departamentos en
donde el grupo subversivo configuró áreas
campamentarias, de retaguardia, de movilidad, de abastecimiento, de reclutamiento y
de accionar delictivo.
El número de zonas de desmovilización será importante definirlo en un rango
no mayor de diez, para facilitar los niveles
de coordinación, garantizar la seguridad y
mantener un corredor de abastecimiento
principalmente para alimentos y medicamentos.
Departamentos como el Caquetá,
Meta, Putumayo, Antioquia, Chocó, Norte de Santander, Arauca, Cauca y Valle del
Cauca entre otros, podrían ser escenarios
para las Zonas de Desmovilización en donde todas las correspondientes estructuras de
las Farc se ubiquen para iniciar la fase de
reinserción.
Por ejemplo para el caso del denominado Comando Conjunto de Occidente de
las Farc, que tienen influencia sobre toda la
franja del Pacífico que incluye los departamentos de Chocó, Valle del Cauca, Cauca
y Nariño, las estructuras bajo su mando
como la columna móvil Manuel Cepeda
Vargas, la columna móvil Daniel Aldana y
frentes como el sexto, octavo, trece, veintinueve y treinta entre otros, se concentrarían en dos puntos equidistantes que se localicen en Valle del Cauca y Cauca.
Por otro lado tendrá que definirse si los
gobernadores de los departamentos seleccionados, asumirán alguna responsabilidad
o estarán excluidos de cualquier participa-
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
Estrella Policial
7
nico militar en La Habana
titucionalidad y el sentir de las Fuerzas Armadas”1
ción en este proceso de concentración guerrillera.
Hacia la elaboración de protocolos
Podemos destacar los siguientes aspectos
que sería necesario tener en cuenta en la conformación de las zonas de desmovilización:
l El desplazamiento de las unidades guerrilleras desde sus áreas de acción armada hasta el punto escogido como Zona
de Desmovilización, tendrá que observar todas las garantías de seguridad. Es
probable que en consecuencia las Farc
soliciten acuartelar y replegar parte de
los dispositivos militares y policiales y
suspender cualquier operativo que implique maniobras ofensivas contra los
grupos insurgentes.
l
No se puede descartar que el grupo
guerrillero pretenda organizar su propia
seguridad sin participación de los organismos de seguridad gubernamental.
l Los mecanismos de verificación que van
a requerirse, incluirán una misión de
observación integrada eventualmente
por el Comité Internacional de la Cruz
Roja, representantes de los países garantes (Cuba y Venezuela) y con la participación de una organización internacional (acaso la ONU, más probablemente
la OEA – aprovechando la experiencia
adquirida por el MAPP4). Así mismo
habría representantes de la Fuerza Pública y de los insurgentes. Las Farc van
a exigir la inclusión de UNASUR dentro de la misión de observación, por “la
confianza” que les genera como interlocutor regional.
l Las Farc preferirán concentrarse en zonas campamentarias propias, las cuales
sean ampliamente conocidas y de su
dominio pleno, protegidas de eventuales grupos que ellos identifiquen como
hostiles, ya sean bandas criminales o estructuras paramilitares.
l La fase de desplazamiento y concentración de la guerrilla en las zonas de
desmovilización, demandará un tiempo
prudencial. Ese lapso sin embargo no
puede significar la interinidad institucional de la seguridad, bajo un concepto errado de desmilitarización. Una vez
se establezcan las coordenadas, se tendrá
que determinar el plan de marcha para
las estructuras subversivas dentro de
unos períodos supervisados por la misión de observación.
l En relación con el armamento, las Farc
van a exigir conservarlo en su poder
como garantía de protección de sus
estructuras, frente al síndrome de inseguridad en que van a caer cuando
comiencen en firme a concentrarse en
las zonas de desmovilización. El grupo
insurgente argumentaría además que ya
replegados en estas áreas seguras, podrían iniciar la “dejación” de las armas
(hasta el momento las Farc no aceptan
entregarlas).
La subcomisión técnica militar – policial, tendrá que comprometerse con los
negociadores de las Farc, a garantizar la
seguridad de las zonas de desmovilización,
contrarrestando de esta manera el argumento de los guerrilleros para no ser desarmados durante su permanencia en estos
lugares.
Se considera que el “cara a cara” entre
el General Javier Flórez y alias Carlos Lozada, busca además cimentar la confianza
como principio facilitador dentro de las
“conversaciones técnicas – militares” entre
las partes.
El fin de la era militar de las Farc
El pasado 20 de diciembre tras el anuncio de las Farc de iniciar un cese unilateral
y definitivo de hostilidades, quedo también sellado el final de la oposición militar
como medio de toma del poder político en
Colombia. El grupo guerrillero tuvo que
renunciar a la vía armada, ante la contundencia de la realidad sobre su evidente debilitamiento estratégico militar.
Por lo tanto no es solo un gesto de
buena voluntad subversiva sino también es
consecuencia de la forzosa encrucijada a la
que llegaron las Farc en el ámbito militar,
para no provocar un desgaste más grave en
sus estructuras, que ya le estaba produciendo altos costos políticos a la élite fariana radicada en Cuba, con motivo de los diálogos
de paz.
Los actuales momentos de dificultad de
las Farc los describe muy bien alias Joaquín
Gómez (Milton de Jesús Toncel), quien
hace parte de los negociadores guerrilleros
en La Habana. Señala el subversivo, que la
región del Cagúan que para las Farc representaba una fuente inagotable de recursos,
se terminó5.
Del mismo modo, los cabecillas insurgentes en Cuba reconocen que varias
pérdidas de mandos medios les produjeron
vacíos en el mando, el control, la disciplina
y la operatividad, que no han podido llenar,
ocasionándoles graves deficiencias organizativas internas.
En consecuencia, el tema de desescalamiento de las hostilidades constituye una
prioridad para las Farc, que la subcomisión
técnica militar-policial abordará desde temas “menos inamovibles” como el desminado humanitario.
Uno de los problemas que tiene este
punto está relacionado con la ausencia de
control adecuado que hoy registran las Farc,
de su mapeo interno sobre la ubicación de
estos artefactos explosivos. La pérdida de
explosivistas por abatimiento o captura,
está dificultando “la reconstrucción” de los
corredores locales de minas antipersonas
sembradas por los guerrilleros.
Es probable que se requiera en ciertos
momentos “excarcelar” algunos explosivistas para que integren la eventual comisión
de desminado que surgirá de estas conversaciones.
Las Farc por su parte, van a seguir reclamando la finalización de las acciones
ofensivas de la Fuerza Pública, presionando
el cese bilateral de fuego definitivo. En este
punto las alternativas serán, la de comenzar
por suspender los bombardeos contar las
Farc y toda operación militar en los perímetros de las zonas de desmovilización donde
quedarán concentrados los subversivos.
1. Manifestación hecha por el General Juan Pablo Rodríguez Barragán, Comandante General de las Fuerzas Militares de Colombia, a
través de la cuenta de twitter, el 5 de febrero de 2015.
2. Inicialmente fueron asignados como integrantes, del Ejército
Nacional: el General Javier Flórez Aristizábal, Coronel Saúl Rojas
Huertas y Coronel Vicente Sarmiento Vargas, de la Armada Nacional: Capitán de Fragata Tomás Cortés Reyes, Teniente de navío Juanita Millán Hernández, de la Fuerza Aérea: Mayor Rodrigo Mezú
Mina, de la Policía Nacional: Coronel Edwin Chavarro Rojas. Los
civiles son los doctores César Restrepo Flórez del Ministerio de Defensa Nacional, Mónica Cifuentes Osorio y Alejandro Reyes Lozano
de la Oficina del Alto Comisionado de Paz.
3. Del comunicado de la subcomisión técnica de la delegación de
paz de las Farc, difundido el 24 de octubre de 2014
4. Misión de Apoyo al Proceso de Paz – Colombia.
5. Información conocida por OPEAL.
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
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¿Está subiendo el nivel del mar en Colombia?
Por: Capitán de Navío (RA) Carlos Alberto Andrade
L
a respuesta es Sí. Hay una fuerte
evidencia mundial respecto a que
el nivel del mar, aumentó gradualmente en el siglo XX y en la actualidad está creciendo a un ritmo
mayor a los presentados en algunos períodos de los siglos anteriores. Las predicciones recientes, indican que
en el presente siglo el nivel del mar se elevará con mayor significación. Las dos principales causas de la subida del nivel del mar
corresponden a la expansión térmica de los
océanos por causa del calentamiento global
(el agua se expande cuando se calienta) y
la pérdida de hielo que se encuentra sobre
tierra debido al aumento de la fusión. (El
deshielo por el calentamiento del entorno
debido al cambio climático).
En efecto, cuando la temperatura global crece, el mar capta, absorbe ese calor y
se amplía. A este fenómeno se le llama expansión térmica y una de sus consecuencias
es el aumento del nivel del mar.
Algunos datos. Durante los varios milenios que siguieron al final de la última
edad de hielo (hace unos 21.000 años), el
nivel del mar aumentó aproximadamente
en 120 metros y luego se mantuvo estable
entre 3.000 y 2.000 años. Desde entonces
y hasta el inicio del siglo XIX, de conformidad con los indicadores, el nivel del
mar no presentó cambios significativos.
Ya en el transcurso del siglo XIX, el registro instrumental del comportamiento del
nivel del mar mostró evidentemente un
incremento a tener en cuenta hacia el futuro. En efecto, las estimaciones sobre lo
que se esperó para el siglo XX, señalan que
el nivel del mar, en promedio mundial,
aumentó a una tasa de aproximadamente
0.017 centímetros por año.
Los satélites utilizados, desde principios de 1990, para observar y medir el nivel
del mar vienen proporcionando datos más
precisos con una cobertura casi global. Uno
de esos datos es la Altimetría registrada
en una década desde 1993, la cual muestra que, desde ese año, el nivel del mar ha
ido en aumento a un ritmo de alrededor
de 0.03 centímetros por año lo cual es significativamente superior al registro medio
durante la mitad del siglo anterior. Por otra
fuente, los Mareógrafos, equipos instalados
en sitios estratégicos de los litorales para
mediciones costeras, confirman esta observación, e indican que tasas similares han
ocurrido en algunas décadas anteriores.
Es importante anotar que de acuerdo
con los modelos climáticos, los datos de
satélite y las observaciones hidrográficas,
el nivel del mar no está aumentando de
manera uniforme en todo el mundo como
se puede suponer. En algunas regiones, las
tasas son bastante mayores que el aumento medio mundial, mientras que en otras
el nivel del mar disminuye. Esta variabilidad espacial de las tasas de aumento del
nivel del mar se debe principalmente a los
cambios no uniformes en la temperatura, la
salinidad, y a los cambios en la circulación
oceánica ocasionados por la interacción
de la fuerza de gravedad, la profundidad y
densidad de las masas de agua, efectos que
dependen del lugar geográfico. Por medio
de la circulación oceánica el calor tropical
llega a los polos y de allí trae el frio al trópico; paradójicamente se dice que “aportan
el calor y la vida y, en ocasiones, el frío y la
desolación”.
Se cree que, en promedio, en el período
1961-2003, la expansión térmica contribuyó aproximadamente en un 25% a la subida del nivel del mar observado, mientras
que el deshielo terrestre representó menos
de la mitad del fenómeno. Es decir, que
ante un hipotético incremento presentado
de 0.04 centímetros, la expansión térmica
contribuyó en 0.01 centímetro y el deshielo
algo menos de 0.02 centímetro.
Años más tarde (1993-2003), el sistema de observación y medición concluyó
que, el aporte de los fenómenos de expansión térmica y el derretimiento del hielo
terrestre, en la elevación del nivel del mar,
fue del 50% por cada uno de ellos. Sin embargo, pese a los avances en la captación de
datos y cálculos de mayor horizonte, aún
existe cierta incertidumbre en los pronósticos. Caprichos de la naturaleza.
La marcada correlación percibida en
los últimos años, entre la tasa observada
del incremento del nivel del mar, y la suma
de la expansión térmica más la pérdida de
hielo terrestre sugiere un límite superior
dentro del rango del cambio esperado. Por
otra parte, los resultados del modelo indican que no se presentan variaciones en el
inventario hídrico (relativamente poco conocido) localizado sobre las masas terrestres
del planeta por efecto de los cambios provocados en el clima pese a la ocurrencia
de grandes fluctuaciones interanuales y
decenales como por ejemplo, estaciones invernales prolongadas o veranos con intenso
calor. Sin embargo, para el período reciente
1993-2003, la pequeña discrepancia entre
el aumento del nivel del mar observado y la
suma de las contribuciones descritas puede
deberse a procesos sin cuantificar inducidos
por el hombre (por ejemplo, la extracción
de aguas subterráneas, retención de agua en
los embalses, el drenaje y la deforestación
de los humedales). Vale la pena iterar que la
descongelación de masas de hielo y de nieve
en la tierra por acción del cambio climático
aumenta la cantidad de agua en el mar, por
tanto, suman en el nivel del mar.
El pronóstico para el siglo XXI, ya en
curso, entrevé que el nivel del mar se va a
elevar a un ritmo mayor que el registrado
entre los años 1961 a 2003. En el Informe
especial del Panel Internacional del Cambio Climático (IPCC en inglés), sobre escenarios de emisiones de gases de invernadero, en uno de esos escenarios, el A1B*
a mediados de la década de 2090, el nivel
global del mar alcanzaría una altura entre
22 cm y 44 cm por encima de los niveles
de 1990, y creciendo alrededor de 0.04
cm por año. Como ha ocurrido en el pasado, en el futuro los cambios del nivel del
mar no serán uniformes geográficamente;
en algunas regiones el nivel del mar variaría, aproximadamente, ± 15 cm alrededor
de la media que proyecta la simulación
del escenario A1B. La expansión térmica continuaría aportando más de la mitad
del aumento del promedio, lo que significaría que el hielo terrestre perdería masa
cada vez más rápido a medida que avanza
el siglo. Por el momento se mantiene la incertidumbre, importante por demás, de si
la descarga de agua por descongelamiento
de las capas de hielo seguirá aumentando,
tal como se viene observando en los últimos años, ello aportaría al incremento
del nivel del mar. La Figura 1, muestra la
evolución de las series de tiempo, del nivel medio del mar global, en el pasado y
cómo se ha proyectado para el siglo XXI,
en el escenario A1B.
l (Nota de pie de página) El Escenario
Climático A1B describe un mundo
futuro con un rápido crecimiento económico, una población que alcanza su
valor máximo hacia mediados de siglo y
disminuye posteriormente, y una rápida
introducción a nuevas y más eficientes
tecnologías. Sus características distintivas más importantes son la convergencia entre regiones, la creación de la
capacidad y el aumento de interacciones culturales y sociales, acompañadas
de una notable reducción de las diferencias regionales en cuanto a ingresos
por habitante. Utilización equilibrada
de todo tipo de fuentes entendiéndose
por equilibrada la situación en que no
dependerá excesivamente de un tipo de
fuente de energía, en el supuesto de que
todas las fuentes de suministro de energía y todas las tecnologías de uso final
experimenten mejoras similares (IPCC,
2014).
Fig. 1. Series de tiempo de nivel medio
del mar global: Para el período anterior a
1870, no hay registros de mediciones globales de nivel del mar, el segmento sombreado gris muestra la incertidumbre en la tasa
estimada a largo plazo de cambio del nivel
del mar. En el segmento rojo la línea sólida
roja representa una reconstrucción del nivel
medio del mar mundial medido por mareógrafos, y la parte sombreado en rojo muestra el rango de incertidumbre. El tramo en
color verde, que corresponde a la desviación
de la media de 1980 a 1999 muestra el nivel
medio global del mar medido por la altimetría satelital. El segmento azul muestra la
proyección del cambio del nivel del mar para
el futuro, representa el rango de proyecciones del modelo para el escenario A1B para el
siglo XXI, con relación al trazo del período
1980-1999. Más allá de 2100, las proyecciones dependen cada vez más de los escenarios
de emisiones de gases de invernadero. En resumen, se predice que durante varios siglos,
el nivel del mar podría subir varios metros
(IPCC, 2007).
Sobre variaciones del nivel del
mar en la zona costera Caribe
suroccidental y Pacífico
El análisis de registros de nivel del mar
Estrella Policial
de largo tiempo en el Caribe suroccidental
y Pacífico colombiano permitieron la estimación de distintos aspectos de la variación relativa del nivel del mar (NRM). En
el mar Caribe, el nivel del mar está subiendo en Cartagena a razón de 0.45cm por
año y en Cristóbal, (Panamá), 0.16cm/
año. En el Pacífico, en Balboa (Panamá)
está subiendo a razón de 0.12cm/año, en
Buenaventura (Colombia) 0.2cm/año,
más resulta interesante registrar que en
Tumaco (Colombia) el nivel del mar disminuye a razón de –0.08cm/año, aparentemente debido al rápido levantamiento
tectónico en el área, de acuerdo con Andrade, (2008). Las estimaciones significan
una alta vulnerabilidad de las áreas deltaicas de los ríos Magdalena, Sinú y Atrato
especialmente, y medianamente sobre
los estuarios, manglares, lagunas y llanuras costeras. No admite duda que en las
condiciones actuales, un incremento progresivo del nivel del mar causaría efectos
muy negativos; erosión de los litorales,
continentales e insulares con pérdida de
superficies de playas, inundaciones de las
sabanas costeras, exceso de salinidad en las
fuentes de agua dulce, pérdida de vidas
humanas, destrucción y desolación.
El ascenso del nivel del mar en
Colombia
El nivel del mar en las costas colombianas es principalmente modulado por la
oscilación de la marea diurna con alguna
tendencia semidiurna (dos pleamares y dos
bajamares en un día). Su amplitud es del
orden de centímetros en el Caribe y de metros en el Pacífico por ser más pronunciada. Sumada a esta oscilación, hay ‘pulsos’
de ondas de distintos períodos que afectan
la zona costera. Las de corto período son
aquellas como las producidas por el oleaje
que la fuerza del viento genera cuando se
forma una tormenta, o las ondas que se forman al dislocarse el fondo marino durante
un movimiento sísmico, un tsunami; son
ondas que afectan severamente las zonas
costeras durante unas horas o unos días,
suficientes para impactar todos los sistemas
de manera drástica. Las ondas de largo período, son aquellas que viajan por los océanos en un intento por equilibrar las fuerzas
producidas por la rotación terrestre, la gravedad y los enormes gradientes de presión
(como ondas de Rossby u ondas de Kelvin
por ejemplo), oscilaciones que pueden tener períodos de orden semanal y mensual y
son importantes porque, el efecto acumulado de las mareas de sicigia pueden ocasionar desastres sobre el litoral. Las mareas
de sicigia ocurren porque cuando la luna, el
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
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sol y la tierra se encuentran alineados, sus
fuerzas gravitacionales se suman y en consecuencia las mareas resultan significativamente más altas.
Nivel del mar en Cartagena
En Cartagena la oscilación del nivel del
mar diurna es marcadamente mixta semidiurna, con sicigias de alrededor de 40cm
de amplitud teniendo dos mareas de sicigia
y una de cuadratura al mes o dos mareas
muertas y una sicigia al mes, dependiendo
de la lunación que corresponda. Con base
en cincuenta años de registro (1951-2000),
la tendencia lineal del nivel del mar en la
serie de Cartagena da como resultado un
aumento de más de 22cm en cincuenta
años. (Fig. 2).
Figura 2. Media mensual multianual
(1951-2000) en Cartagena la tendencia lineal muestra un constante ascenso del nivel
medio del mar de 22cm en 50 años.
Así mismo, con base en cincuenta años
de registro (1951-2000), la tendencia lineal
del nivel del mar en la serie medida en el
puerto de Buenaventura da como resultado
un aumento de un poco más de 10cm en
cincuenta años.
Consideraciones sobre el impacto del
aumento del nivel relativo del mar en el
litoral.
Deltas: en el Caribe colombiano hay
cuatro Deltas importantes, el del Magdalena, el del Canal del Dique, el del río Sinú y
el del río Atrato en el golfo de Urabá. En el
Pacífico colombiano es importante el Delta
del río San Juan pero también, los innumerables deltas de los brazos en el rio Sanquianga, del río Mira y del río Mataje. Los deltas
son particularmente vulnerables a la erosión
incrementada por el aumento del nivel del
mar porque los sedimentos no consolidados
son sujetos a subsidencia y compactación. Se
puede esperar que la línea de costa se retire
a razón de metros medidos horizontalmente
por cada centímetro de aumento en el nivel
relativo del mar. Esto da como resultado la
pérdida de miles de hectáreas.
Estuarios: Las características estuarinas
del complejo de la Bahía de Cartagena, el
Canal del Dique, y la Ciénaga de Tesca, interconectadas por canales deben ser vistas
individualmente para obtener resultados
significativos en esta región. Sin embargo,
la inundación esperada para el año 2100, se
ilustra en la figura 3. Los efectos esperados
por inundación en el litoral pacífico para el
año 2100, se muestran en la fig. 4.
Figura 3. En sombra azul, area inundable con un aumento de 25 cm en el nivel
medio del mar en el sector de Cartagena.
Referencia “Definición de la vulnerabilidad de los sistemas bio-geo-físicos y socioeconómicos debido al cambio del nivel del
mar en la zona costera colombiana (Caribe
y Pacífico) y medidas de adaptación”. Programa holandés de asistencia para estudios
de cambio climático-Colombia Invemar
(2003).
en la zona costera colombiana (Caribe y
Pacífico) y medidas de adaptación. -Programa holandés de asistencia para estudios
de cambio climático-Colombia, Invemar
(2003).
El calentamiento global y el incremento del nivel del mar es real y va en
aumento. La humanidad debe tomar
conciencia de ello porque, como se ha
advertido, los efectos ya producidos y
sufridos en el planeta son irreversibles.
Colombia tiene amenazada regiones que,
con algunas diferencias, están sufriendo
desequilibrios naturales hasta el punto
que importantes lugares de nuestra geografía acusan peligro de desaparecer física
o productivamente. Asentamientos en riberas fluviales altamente erosionadas, comunidades biológicas costeras en los dos
litorales donde el mar acecha y en formaciones marítimos insulares de baja altura
como cayos, bancos de arena y arrecifes,
son espacios amenazados. Hay soluciones, se requiere atención prioritaria en su
aplicación para que se vayan implementando antes que la puesta en ejecución
sea demasiado tarde.
Una reflexión final en las palabras
de David Pugh y George Maul
(1999):
“En el contexto de la incertidumbre que
genera particularmente el cambio climático, mantener un factor de seguridad amplio
siempre es una buena práctica. Pero las decisiones no deben tomarse en el contexto del
temor o la desilusión. Los humanos siempre
disfrutaremos el vivir cerca del mar y somos
característicamente una especie inventiva.
Con un planeamiento cuidadoso y detallado,
reconociendo que el cambio es la norma a esperar, debemos disfrutar del reto de prepararnos para el futuro, que es diferente. Mientras
tanto, hay trabajo por hacer.”
Referencias bibliográficas
Andrade, C.A., Cambios recientes del nivel del mar en Colombia,
en: Deltas de Colombia: morfodinámica y vulnerabilidad ante el
Cambio Global, J.D. Restrepo (editor), ISBN 978-958-720-020-1,
Fondo Editorial Universidad EAFIT, COLCIENCIAS, pp. 101121, 2008.
Climate Change in the Intra-Americas Sea, editor G.A. Maul for
UNEP and IOC, 389pp., 1993.
Panel International sobre el Cambio Climático - IPCC, Preguntas
frecuentes. Cuarto Reporte de Resultados, 2007.
Figura 4. Áreas de inundación (en
azul) y riesgo (en morado y verde) año
2100 – Costa del Pacífico Colombiano
en: Definición de la vulnerabilidad de los
sistemas bio-geo-físicos y socio-económicos debido al cambio del nivel del mar
INVEMAR, Definición de la vulnerabilidad de los sistemas biogeo-físicos y socio-económicos debido al cambio del nivel del mar
en la zona costera colombiana (Caribe y Pacífico) y medidas de
adaptación. Programa holandés de asistencia para estudios de cambio climático-Colombia, 2003.
Colaboración del Capitán de Navío
(RA) Carlos Alberto Andrade Amaya
Oceanógrafo, Ph.D, Miembro
Correspondiente de la Academia de
Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
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Estrella Policial
Carabineros de Colombia orgullo nacional
Por: Brigadier General (RA) Pablo Elbert Rojas Flórez
R
evisar la historia de la Policía Nacional, es realizar un reencuentro con múltiples situaciones
y desafíos que nuestros policías han enfrentado
durante el ejercicio de su deber en un actuar
caracterizado siempre por el respeto de los derechos humanos y teniendo como finalidad esencial, mantener las condiciones necesarias para el
disfrute de los derechos y libertades de los ciudadanos, en
un marco de convivencia pacífica para los colombianos, en
acatamiento del mandato constitucional que nos rige.
Desde el momento en que el presidente Carlos Holguín Mallarino da vida jurídica a la Policía Nacional, se
inicia al compromiso de la institución con el respeto de los
derechos humanos, a su clara misión de contribuir y aportar soluciones efectivas ante las necesidades de seguridad y
a su responsabilidad de mantener la tranquilidad pública
mediante un práctico y eficiente servicio.
Durante su devenir histórico la institución policial
como toda organización que crece y se fortalece y con el
ánimo de responder a las necesidades que le exigen la época y contexto social de cada momento, se ha visto sometida a varias reformas o reorganizaciones administrativas,
introducidas con la intención, alguna de ellas, de proveer
servicios innovadores dentro de la organización. De este
modo vemos nacer las distintas especialidades dentro de la
función policial.
Como producto de alguna de estas reestructuraciones, se crea una de las unidades más emblemáticas
y antiguas de la Policía Nacional: los “Carabineros de
Colombia”, galardón de prestigio para la institución a
nivel nacional e internacional; como portadora de un
lema inspirador “compañerismo, integridad, bravura”,
nuestros carabineros desempeñan una función preventiva frente a todas las expresiones de violencia, constantes
en su compromiso en la lucha contra la delincuencia y
con la preservación del patrimonio de la biodiversidad
de Colombia.
Los Carabineros al igual que la institución policial
no han permanecido estáticos; han evolucionado, perfeccionado y especializado su función en respuesta a las
demandas de la comunidad. Es así como esta unidad se
desempeña hoy, como policía rural con el fin de ofrecer
seguridad a la población campesina, en ejercicio de la
presencia y soberanía del estado en corregimientos, como
salvaguarda de los parques naturales, de los resguardos
campesinos, de las zonas fronterizas, en el cumplimiento
de la tarea de asegurar las vías secundarias y terciarias del
país y de confrontar a las bandas criminales que operan
en estas zonas.
De esta manera se crea en el año 2006 la Dirección de
Carabineros y seguridad Rural.
Con el propósito de ser precisos y fieles con la historia
de una de las especialidades más antiguas de la institución
policial es imprescindible hacer un trazado, una línea del
tiempo que nos permita comprender con orden y exactitud
cronológica los hechos y acontecimientos más relevantes del
acaecer de carabineros de la policia nacional de colombia.
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
Estrella Policial
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Línea del tiempo
1949 - 20 de abril.
Se crea, por Decreto Departamental No. 421, la Escuela de Carabineros Alejandro
Gutiérrez, en una zona llamada “La Toscana”, en la ciudad de Manizales.
1951. Luego de la extinción de la Policía Nacional, por
motivo de los acontecimientos del 9 de abril de 1948,
se reorganiza el Escuadrón de Carabineros General Alberto Gómez Arenas, con sede en la Escuela General
Santander.
1952 - 24 diciembre. Creación de un Escuadrón de
Carabineros, que fue alojado en un principio en la carrera 24 con calle 76 de la ciudad de Bogotá, en un local
perteneciente a la Escuela de Radio del Departamento de Policía Cundinamarca, y se denominaba Escuela
“General Próspero Pinzón”.
1952. Aparecen los Carabineros en el Valle del Cauca,
reorganizados por el Comisario Roberto Pinzón Meléndez y por el Teniente Segundo Víctor Rodríguez Romero.
1953. La Caja de Protección Social de la Policía Nacional adquiere unos terrenos en cercanías de la población
de Suba, pertenecientes a la hacienda “La Pequeña Victoria”, los cuales son cedidos a la nación el 8 de mayo
de 1956. Estos terrenos fueron puestos bajo custodia del
Comando de Policía de Cundinamarca, a fin de evitar
invasiones, para lo cual se destinó el Escuadrón Próspero Pinzón, al mando del Capitán Francisco Rodríguez
Delgado.
1953. Inicia funciones como centro de formación de
agentes carabineros la Escuela de Policía Alejandro Gutiérrez.
1955 - 14 de diciembre. La Policía Nacional adquiere la finca denominada “Potrero de las Mesas”, ubicada
en la ciudad de Villavicencio, con el fin de construir
un centro para la formación de aspirantes a agentes. El
1 de diciembre de 1959 inicia actividades el Instituto
Eduardo Cuevas, en honor a quien fuera fundador de
los Carabineros.
1956 - 24 de marzo. Se institucionaliza el uso de sombrero verde de fieltro y el distintivo de la especialidad de
Carabineros, “las carabinas”, en su diseño participaron
el Capitán Francisco Rodríguez Delgado, Teniente Carlos Guerrero Rodríguez y Teniente Francisco de Paula
Guerrero y Subteniente Bernardo Pantoja Muñoz, de la
sección Remonta y Veterinaria.
1956 - 16 mayo. Se compra la hacienda Mancilla,
en Facatativá, Cundinamarca, con una extensión de
280 hectáreas, en donde se estableció un “puesto de
monta” dependiente de la sección Remonta y Veterinaria.
1957. Se crea la comisión de los Carabineros del Carare, con el fin de tomar medidas sobre el orden público
en la zona del Magdalena Medio, siendo muy efectivos
en la persecución de cuadrillas de bandoleros.
1957. Al Escuadrón del Valle se aumentan dos escuadrones: uno con la misionalidad de vigilancia rural en la
población de El Cerrito, y el Escuadrón Móvil de Orden
Público, con sede en la población de Tuluá, donde en la
actualidad funciona la Escuela Simón Bolívar, al mando
de los Tenientes Víctor Rodríguez Romero y Luis Humberto Jerez Ramírez.
1957 - 25 de noviembre. Inicia labores la Escuela
Gabriel González, con un escuadrón de 200 hombres,
enviados del Departamento de Policía de Cundinamarca, que iban a especializarse como Carabineros.
1958 - 10 de julio. Segunda misión chilena. El Capitán Braulio Saavedra Morales, maestro de equitación,
fue asignado a la Escuela de Cadetes General Santander
para que adelantara cursos de maestros e instructores de
equitación con un grupo de Oficiales. El Capitán Eduardo Gordon Cañas fue destinado al entonces Centro de
Instrucción N°3, hoy Escuela Nacional de Carabineros,
con el objeto de que dirigiera cursos de equitación con
personal de Suboficiales y Agentes.
1958. Se unifican los dos escuadrones del Valle, al mando del Teniente Jorge Enrique Bulla Quintana.
1959 - 16 de febrero. Por Resolución 2698, emanada del comando de las Fuerzas de Policía, se instituye el
Centro de Instrucción N°3 y se destina para la preparación de alumnos aspirantes a Agentes de Policía; posteriormente se denominó Escuela Regional del Oriente,
en los predios de “La Pequeña Victoria”, al mando del
Capitán Antonio Arciniegas Castilla.
1960 - 16 de abril. Con ocasión de la llegada a Colombia de 1.148 caballos y dos asnos garañones, procedentes de los Estados Unidos de Norteamérica, se
destina como Jefe del Criadero de Mancilla (Facatativá)
al Capitán José Rafael Sañudo Trejos junto con los Subtenientes Manuel Vallejo Vela, Yesid Aquite Coronado
y Quintiliano Arellano Rivas, el Sargento Mayor Luis
Eduardo Jiménez M., y 30 Agentes Carabineros.
1961 - 16 de febrero. El Centro de Instrucción N°3
fue abolido por Resolución 0699, para dar lugar a la
fundación de la Escuela Regional de Oriente, que se denominó Escuela Nacional de Carabineros, dedicada a la
formación y capacitación de agentes en esta especialidad
en el servicio de policía.
1961. El Comandante Víctor Alberto Delgado Mallarino viaja a Europa, y en sus ratos libres se capacita en procedimientos de instrucción canina, y en 1962 funda el
Club de Adiestramiento de Perros Pastores de Utilidad.
1962 - 23 de enero. Por Resolución 0117 se establece el Centro de Adiestramiento de Perros Auxiliares de
Policía, en los predios de la Escuela Nacional de Carabineros.
1962. Se importan al país siete caballos y una yegua,
procedentes de Argentina.
1962. Primer curso de Guías Caninos, compuestos por
un Oficial, 4 Suboficiales y 17 Agentes. El Subteniente
Hernando Grisales Ramírez realiza la primera importación de 80 perros pastores, directamente traídos de Alemania, donde adelantó el curso con la Policía de Wiesbaden.
1962. Se crean los escuadrones de Carabinero de Antioquia; uno en Puerto Berrío, al mando del mayor Víctor
¡Cuánta paz le aportan los
Carabineros de Colombia
a nuestros campos!
N
Por: Juan Manuel Santos Calderón
Presidente de la República de Colombia.
uestros policías cabalgan desde la Alta Guajira
hasta el sur del país cumpliendo una misión
integral: velan por la armonía y la convivencia de las poblaciones rurales, vigilan nuestras
fronteras, parques naturales y zonas de reservas, y persiguen las actividades de los grupos
armados ilegales.
Los Carabineros significan la presencia efectiva del Estado en todo territorio nacional, por lo que son una garantía del orden constitucional en los lugares más recónditos
del país. Ellos representan el puño de la autoridad para
golpear a los lugares violentos y, al mismo tiempo, la mano
amiga que los colombianos le extendemos al campesino
honrado y trabajador.
Recuerdo con especial afecto y orgullo que, siendo
Ministro de Defensa, junto al General Oscar Naranjo lanzamos un programa para conformar un grupo de carabineros que además fueran técnicos agropecuarios. Hoy, ese
grupo está integrado por más de 2.400 uniformados de la
patria, que no solo salvaguardan la seguridad del campo,
sino que también asisten el trabajo agrícola de miles de
campesinos.
Es por eso que –cuando observo a los carabineros
patrullar en sus majestuosos caballos y acompañados de
sus fieles perros- veo a jinetes cargando la bandera de la
Prosperidad Democrática, la Prosperidad para Todos que
nos hemos propuesto como nación. Ellos representan una
de las fuerzas que nos permitirán culminar el proceso de
rescatar al campo colombiano, para que sea labrado -como
debe ser- por sus propietarios naturales.
Los Carabineros son fundamentales en nuestro propósito colectivo de consolidar la paz de nuestros cultivos
y, en consecuencia, son imprescindibles para restituirles la
tierra a tantos colombianos desarraigados. Los necesitamos
para acompañar el retorno en paz de cientos de miles de
compatriotas que añoran volver a sembrar en sus parcelas.
En buena hora ha sido editada la obra Carabineros
de Colombia -Libro de Oro. Es apenas un justo reconocimiento para esos guardianes silenciosos de los lugares más
lejanos.
En estas páginas está retratada la historia de la institución, pero lo más importante es su valor documental,
el testimonio impreso de unos carabineros que han demostrado su liderazgo y heroísmo, su vocación de servicio
público, su espíritu de servicio por los colombianos de todas las regiones y razas. Este libro es evidencia histórica de
cómo cabalga en Colombia la Prosperidad Democrática.
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
12
Rodríguez Romero, y el otro, en el suroeste antioqueño, al
mando del Mayor Efraín Rodríguez Romero.
1963. Nace la Escuadra Canina de Relaciones Públicas,
con la misión de trabajar con la comunidad. Ese mismo
año se inicia la crianza canina policial.
1963. Se unifican los escuadrones de Antioquia, al mando
del Coronel Jorge Enrique Bulla Quintana, teniendo como
base del Comando en Medellín.
1964 - 15 de septiembre. Fueron aprobados el escudo
y el estandarte que representan al Cuerpo de Carabineros
de Colombia, por medio de la Resolución 3898, siendo
Director General de la Policía Nacional el Mayor General
Saulo Gil Ramírez Sendoya.
1966 - 28 de octubre. Se reorganiza la sección Remonta
y Veterinaria, la cual quedó dependiendo del Departamento de Servicios Administrativos de la Dirección General.
1967 - 1 de octubre. La Escuela Eduardo Cuevas se traslada al municipio de Orocué, y funciona en instalaciones
cedidas por la Armada Nacional, situadas en la margen izquierda del río Meta.
1967. Se gradúa el primer curso Internacional de Guías
Caninos, dictado a la Policía de Caracas (Venezuela) por
oficiales colombianos.
1968. Se establece el Escuadrón de Carabineros en la
región de Tierradentro, en los departamentos de Huila y
Cauca, al mando del Mayor Bernardo Pantoja Muñoz. En
agosto de 1969 asume el mando de este escuadrón el Mayor Luis Augusto Tello Sánchez, con la misión específica de
construir el poblado de Río Negro.
1971. Se crea mediante Resolución 3422, el Himno de
los Carabineros de Colombia, cuyo autor es César Pantoja
Guerra, en honor a su hijo, el Coronel Bernardo Pantoja Muñoz. El maestro Jesús Maya Santacruz le dio vida al
himno con sus notas musicales.
Esta misma resolución determina el 16 de febrero como la
fecha de celebración del Día Nacional del Carabinero.
1972 - julio. La Dirección General ordena nuevamente
trasladar la Escuela Eduardo Cuevas, de Orocué (Casanare)
a Villavicencio (Meta).
1973. Aparecen los perros detectores de marihuana en la
época marimbera.
1974 - 19 de julio. Por Resolución 02328 se crea el distintivo de la Escuela Nacional de Carabineros, para enaltecer, como estímulo, a quienes aportan con generosidad en
beneficio de la especialidad de Carabineros.
1975 - octubre. Mediante Decreto 2254 se creó la Escuela de Carabineros Rafael Núñez en Corozal (Sucre). A
partir del 5 de febrero de 1976 se desarrollan obras para su
funcionamiento.
1980. -Se capacitan, en Estados Unidos e Inglaterra, perros de la raza Labrador, para detección de narcóticos.
-se importan al país 21 caballos procedentes de Argentina.
1980 - 30 de mayo. Se vende la hacienda Mancilla a
la Empresa Nacional de Petróleos, permitiendo esta que el
criadero continuara ocupando las instalaciones.
1984 - 30 de marzo. Se firma un contrato de comodato
entre Ecopetrol y la Policía Nacional por un área de terreno
de 33 hectáreas por un término de 30 años.
1982/1987. Se importan de Estados Unidos perros pas-
tores Belga Mallinois donde recibió el entrenamiento para
detección de narcóticos y de explosivos.
1987. Se importan de Inglaterra los primeros perros de la
raza labrador, con entrenamiento en la detección de narcóticos por parte de la Policía del Lancashire.
1991 - 22 de abril. Se inician negociaciones para adquirir la hacienda “Las Margaritas”, a fin de trasladar la
Escuela Nacional de Carabineros Alfonso López Pumarejo,
de CESPO (Suba) a Facatativá.
1993 - 31 de marzo. Mediante Directiva Transitoria N°
018 se organizó el Centro de Instrucción de Carabineros
N° 1 (CICAR) en Facatativá, que dependería de la Escuela
Nacional de Carabineros.
1993 - 23 de junio. Ecopetrol dona a la Policía Nacional
24 hectáreas de terreno, con la condición de que la Policía
las utilizara única y exclusivamente como criadero de ganado caballar para el servicio de la institución.
1993. Mediante la Ley 62 “Por la cual se expiden normas
sobre la Policía Nacional”, se define la subdirección de Carabineros o Policía Rural.
1994 - 11 de febrero. Mediante Resolución 01122, se
determina que la antigua sede de la Escuela Nacional de
Carabineros se destinara al Centro de Estudios Superiores de la Policía, (CESPO) y la nueva sede se fijaría en la
Hacienda “Las Margaritas”, en Facatativá. Como gerente
del proyecto fue nombrado el Carabinero más antiguo de
la especialidad en servicio activo, el Coronel Teodoro Ricaurte Campo Gómez, y los estudios estuvieron a cargo del
Mayores Edilberto Mejía Báez y Francisco José Aristizábal
Tamayo.
1994 - 11 de febrero. Mediante Resolución 01727, se
determina la organización y función de la Subdirección de
Carabineros y Seguridad Rural, que inició sus actividades
el 3 de septiembre de 1993, siendo su primer subdirector el
Brigadier General Luis Humberto Pineda Pérez.
1995 - 13 de enero. Mediante la Ley 80 se elevó a Dirección la Subdirección de Policía de Carabineros o Rural.
Estrella Policial
1996 - 30 de julio. El Decreto 1667 introduce reformas
a la organización policial; se establecieron los servicios especializados, entre ellos la Policía de Vigilancia Urbana y
Rural.
1996 - 29 de noviembre. Se funda la Seccional de Carabineros Provincia de Vélez, mediante Resolución 05890; su
primer Director fue el Mayor Julio César Santoyo Velasco.
1996. Se importan al país 800 caballos, procedentes de
Argentina.
1997 – 1998. Se realiza la importación de un total de 240
caninos, provenientes de Holanda.
1999 - 13 de julio. Se traslada el total del personal perteneciente a la Escuela de Formación de Guías y Adiestramiento de Perros, ubicado en CESPO, a la Seccional
de Carabineros, antiguamente hacienda Las Margaritas, en
Facatativá (Cundinamarca), y pasa a llamarse Centro de
Adiestramiento Canino. Posteriormente se llamaría Programa de Adiestramiento Canino, dependiendo directamente de la Seccional de Carabineros.
2001 - 7 de octubre. Mediante Resolución 03582, se
crea la Medalla Carabineros de Colombia, la cual se impone a quienes con sus acrisoladas virtudes velan por el
servicio de policía rural.
2002 - 22 de enero. Mediante la Resolución 00096,
se crea el distintivo “Grupo Remonta y Veterinaria”, como
símbolo máximo de reconocimiento y gratitud al personal
de la Institución, funcionarios del Estado, personalidades
del sector privado e instituciones que han cumplido una
labor edificante en los procesos de reproducción, mansedumbre, adiestramiento y mantenimiento de los equinos
de la Institución, contribuyendo al engrandecimiento y
fortalecimiento del Grupo Remonta y Veterinaria.
2002 - 6 de junio. Mediante la Resolución 01410, se
crea el programa de los Escuadrones Móviles de Carabineros, bajo el precepto de apoyar el servicio de vigilancia
rural a nivel departamental, cumpliendo misiones como la
recuperación sistemática de la presencia policial en el campo colombiano, con énfasis en los centros poblados, zonas
productivas, carreteras y, en general, en puntos estratégicos
de la geografía nacional.
2002 - 12 de junio. Se reunió un grupo de oficiales de la
Policía Nacional, todos con domicilio en Bogotá y en uso
de buen retiro en la especialidad de Carabineros, con el fin
de organizarse en una entidad que denominaron Grupo de
Oficiales Carabineros (GOCAR).
2003 - 27 de agosto. Mediante Resolución 02, se crea el
distintivo del Grupo de Oficiales Carabineros (GOCAR),
el cual se impone por el invaluable servicio que prestan sus
afiliados a la agrupación.
2003 - 19 de septiembre. Mediante Resolución 02030,
se crea el distintivo “Escuela de Guías y Adiestramiento
Canino”.
2004 - 24 de febrero. Mediante Resolución 00348,
se activa nuevamente la Escuela de Formación de Guías y
Adiestramiento Canino.
2006 - agosto. Consagración de “Nuestra Señora Virgen
del Rocío” como patrona de los Carabineros de Colombia,
acto religioso celebrado por Monseñor Héctor Gutiérrez
Pabón, Obispo de la Diócesis de Engativá.
Estrella Policial
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
13
PUNTOS DE VISTA:
¿Es radicalmente
benéfica la innovación?
Por: Brigadier General (RA) Fabio Arturo Londoño Cárdenas
G
eneralmente hemos venido entendiendo
que la INNOVACIÓN es siempre una
consecuencia del desarrollo humano
contemporáneo que trae grandes beneficios y que es causa eficiente de los
grandes adelantos científicos - técnicos y
culturales lo cual vamos a ver muy sintéticamente. No es cierto el concepto en la forma
“absoluta” en que lo estamos viviendo, pues es dinámica social también ella puede traer consecuencias
nocivas e incluso destructoras de la tradición y de
la cultura como lo veremos en estos comentarios.
La historia de la humanidad, con sus grandes
pensadores e ideólogos, siempre ha respetado las
virtudes de los hombres, sus religiones, la belleza de
su literatura, y de sus artes, la grandeza de sus adelantos científicos y los enormes beneficios que para
el universo han significado todos los cambios, adelantos e invenciones, hoy desconocidos en buena
parte por la llamada “Innovación Creadora”, con
cuya expresión muchos esnobistas llenan su boca
sin entender, con la profundidad necesaria, la realidad de lo que está resultando de esas actividades.
Al efecto hemos encontrado, con singular
atención, en las “LECTURAS” del Tiempo artículo en el cual Asbel López, desde París nos informa acerca de algunos aspectos exactos del autor de
la obra denominada “La Innovación Destructora”
(L´INNOVATION DESTRUCTRICE) con las
noticias tan importantes como las siguientes, que
dejamos a la consideración y reflexión de los lectores de este articulo:
“La innovación es lo que empuja a cambiar de
celular, de computador, de auto, etc. Es la que nos
impulsa al consumo y destruye al mismo tiempo
todo lo antiguo tornándolo pasado de moda. Es
la forma de funcionamiento del capitalismo. Esta
lógica dirige y controla el crecimiento y los progresos en materia de salud, bienestar y longevidad.
De ahí la necesidad de suprimir todo lo que pueda frenar la innovación”.
“Para muchos otros, en cambio, esa aspiración representa un retroceso. ¿Estamos entonces
ante una innovación “creadora”, como sostienen
los primeros, o ante una “destructora”, como preconizan los segundos?. El debate está abierto. En
Francia se han registrado masivas manifestaciones
de protesta contra la ley que autorizó el matrimonio gay. El país se dividió en dos”.
Con respecto a las decisiones políticas en
tan vitales fenómenos, se nos dice:
“Hay que tomar la medida no solo de las
ventajas sino también de los perjuicios de la innovación. En el Siglo XX vivimos innovaciones
magníficas en el plano técnico, científico y médico. Nuestra longevidad se ha triplicado desde el
Siglo XVIII. Pero el reverso de la moneda es la
deconstrucción radical de los valores en el plano
moral, espiritual y artístico. En la sociedad de la
innovación permanente, nos emocionamos cuando logramos aferrarnos a un rincón de tradición,
cualquiera que sea, desde un paisaje de la infancia
hasta valores religiosos”.
Ahora, con referencia a lo que hoy
denominan los medios de comunicación
como “rating”:
“… un progresivo deslizamiento de la prensa
hacia las pasiones democráticas”. Estas son principalmente la indignación, el miedo, la envidia y
la cólera. Azuzar esos sentimientos garantiza un
número creciente de clics y los medios no se privan de hacerlo. En Francia, una de las noticias que
tuvo más eco en 2014 la publicó Closer, la revista
que destapó el romance del presidente Hollande
y la actriz Julie Gayet. Los medios tradicionales se
vieron obligados a mencionar las fotos del mandatario dirigiéndose en moto mal camuflado con
un casco, al apartamento de su amante. Una historia que jamás hubiera saltado a la esfera pública
durante la era Mitterrand, el presidente que logró
ocultar la presencia de su hija natural gracias al
pacto táctico con los periodistas.
Y, continúa así el filósofo citado:
“Usted dice que está muy bien y que Closer
es mejor que el Diario Oficial, más democrático,
etc. Pero todo eso tiene un efecto perverso: en esta
lógica de la innovación destructora, a lo novedoso
se torna más importante que lo importante, más
esencial que lo esencial. Closer divierte al público
en general, pero me pregunto: ¿la primera tarea
del periodista es divertir o más bien difundir el
espíritu de la Ilustración, es decir, dar luces sobre
un acontecimiento y ayudarlo a comprenderlo en
profundidad?. Usted juzgará qué es mejor…”
Asbel López agrega en su actualizante escrito:”
La expresión más acabada de la lógica de la innovación destructora para Ferry está presente en el
arte. Numerosos artistas la han explotado como
una veta para dar el salto a la fama y hacer fortuna.
Jeff Koons, quien expone sus obras actualmente en
el museo Beaubourg de París, es un representante
de esa tendencia, quizá el más hábil. Sus obras figuran entre las más costosas del mundo. A pesar
de ello, muchos se preguntan si Koons tiene algún
tipo de talento artístico o es un fenómeno principalmente de comunicación y mercadeo. “Sobre
todo de mercado financiero!”, subraya Ferry. los
artistas son de la izquierda pero los compradores de
la derecha los que compran las obras de Koons y de
Damien Hirts son los grades bancos y los grandes
industriales. El arte contemporáneo es un arte de
la innovación destructora al estado químicamente
puro: aquí se ilustra sin cesar la lógica capitalista de
la novedad radical y de la ruptura con la tradición.
Hay muy poca belleza, pero en cambio numerosas
novedades. Esto les encanta a los banqueros y los
grandes empresarios, el burgués y el bohemio por
fin se han reconciliado gracias a la figura tutelar de
la innovación destructora”.
Terminamos de considerar estos tan francos
e “innovadores” comentarios, con los que el autor
del artículo periodístico así:
Este llamado de atención que hace Ferry sobre
los riesgos que corren nuestras sociedades al entregarse sin reservas a la dinámica de la innovación
destructora lo aleja de los defensores a ultranza
de la novedad. El filósofo recuerda que la innovación también puede causar estragos. Por ejemplo,
numerosos jóvenes delante de las pantallas se han
transformado en “consumidores zapeadores fanatizados”.
Que conste que también en policía se puede
caer en el mismo error, ¡Dios nos ampare!
Muchos se preguntan si Koons
tiene algún tipo de talento
artístico o es un fenómeno
principalmente de comunicación
y mercadeo.
El arte
contemporáneo
es un arte de
la innovación
destructora
al estado
químicamente
puro.
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
14
Estrella Policial
Fortalecimiento de la dirección de vigilancia rural
de la Policía Nacional: sí. Gendarmería: no
Por: Mayor General (RA) Alberto Ruiz García
P
Reunión y Carta Presidencial
or considerar de suma importancia
el tema de la posible creación de una
Gendarmería en Colombia para atender los sectores rurales del país, según
lo expresó el señor presidente de la República en su reciente visita a Francia,
resulta conveniente participar de la
polémica que se ha suscitado, por parte de connotados periodistas, políticos, analistas y del Señor Procurador General de la Nación, entre otras
personalidades.
A finales del año pasado quedó muy claro,
para los representantes del Colegio de Generales
que asistimos a la reunión del mes de octubre en
la Presidencia de la República con el primer mandatario de la Nación, que la institución no se vería
afectada, ni debilitada con ocasión del proceso de
paz y la muy posible reforma de la Policía Nacio-
nal, una vez firmados los acuerdos y dar inicio al
denominado post-conflicto. Inclusive agregó que
la reforma se haría cuando el país estuviera en normalidad, acotando jocosamente que esa condición
de normalidad, según los pesimistas demoraría un
tiempo considerable. Además, que al momento de
emprenderse efectivamente el proceso de reforma
institucional, llamaría a la reserva activa de la policía, para realizarla con su aporte y de esa manera
aprovechar su vasta experiencia en el tema.
Como era de esperarse esas expresiones del
primer Mandatario de la Nación, calmaron la
ansiedad e incertidumbre que nos cobijaba en el
momento.
De otra parte, la carta del 29 de enero de
2015 enviada por el señor Director General de
Institución a cada uno de los integrantes de nuestro Colegio en respuesta del señor Presidente de la
República al señor Procurador General de la Nación, es categórica en reiterar “que en la mesa de
negociaciones de La Habana, ni se ha negociado,
ni se va a negociar la estructura ni la conducción
de las Fuerzas Armadas como posición invariable
del gobierno” (SIC).
De nuevo esta reiteración, tranquilizó nuestros espíritus y renovó el optimismo. Inclusive
agregó que es “natural que el GOBIERNO considere fortalecer la capacidad de la Policía en las
zonas rurales, en particular de los carabineros”, y
que la posibilidad de incorporar integrantes de las
FARC, o más concretamente desmovilizados a la
fuerza pública, será motivo de discusión y evaluación por parte de expertos, sectores interesados y
sociedad en general.
Incorporación de desmovilizados
Esta posible incorporación de desmovilizados
a la policía rural, no debe tomarse a la ligera para
evitar sorpresas en un futuro mediato y, por lo tanto, se deberá disponer oportunamente de un plan
o una muy consistente propuesta, en caso de que
se le imponga a la Institución Policial esta variable
del proceso, que “no se ha pensado, pero no se descarta” según lo manifestó el señor Presidente en la
rueda de prensa realizada en territorio Francés.
La inconveniencia de adscribir
desmovilizados a la Policía Nacional
En primer lugar, debe quedar muy claro, que
ser policía no corresponde a una persona que solo
sabe portar y maniobrar un arma, pues debe contar con unas condiciones humanas, una solvencia
moral, y una preparación doctrinal y policial exclusiva, para obtener una fundamentación profesional que no debe ser inferior a un año, para
delegarle la gran responsabilidad de impartir autoridad, y ser el aliado prioritario de la comunidad y
las autoridades legalmente constituidas.
Estos requisitos ineludibles son precisamente
de los que carecen los integrantes de grupos armados al margen de la ley, que obligatoriamente
deberán enfrentar un proceso de rehabilitación,
selección y capacitación riguroso y continuo, para
pertenecer a una institución de acendrados valores
y principios, como la Policía Nacional.
Como es de suponer los mandos deberán ser
seleccionados de la oficialidad y del nivel ejecutivo; por ninguna circunstancia de cabecillas desmovilizados.
El empleo de estas personas, por razones obvias, deberá ser limitado y bajo la estricta supervisión de la Fuerza Pública, si se les encomendara
la tarea de contribuir con el desminado, la erra-
Estrella Policial
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
15
dicación de laboratorios y cultivos, el desmonte
y erradicación de la minería ilegal y el control de
las infraestructuras energéticas, para justificar en
parte esta gran concesión del Gobierno Nacional.
Lo ideal sería que no fueran destinados a las
fuerzas policiales, por cuanto algunos lo consideramos un imposible moral, pero si así se dispone,
estas consideraciones deberán ser muy tenidas en
cuenta. La discusión que se planteará enriquecerá,
a no dudarlo, estos planteamientos.
Las inconveniencias de una Gendarmería
De otra parte, resulta inconveniente crear una
gendarmería por varias razones:
En primer lugar la gendarmería pretendida,
al tomar como referente la organización francesa,
tendría connotación militar, como de igual manera ocurre con la guardia Civil española, o los
Carabinieres Italianos, lo que atentaría contra la
naturaleza civil de la institución, y seguiría generando serias confusiones en el cumplimiento del
rol de las instituciones que integran la fuerza pública, como sucede actualmente. A lo anterior se
agregaría que su dependencia sería del Ministerio
del Interior, lo que contribuiría, además, a debilitar la unidad y consistencia de ellas, uno de los
propósitos soterrados de las FARC.
En segundo término, crear una gendarmería
en estas condiciones, podría dar pie a pensar en la
creación de una Guardia Nacional, viejo e inveterado anhelo de algunos sectores que desconocen la
doctrina y filosofía policiacas.
A lo anterior cabe agregar que en reciente foro
realizado en la sede de ACORE, que contó con
la participación de la reserva activa de las instituciones con la fuerza pública, el señor Procurador General de la Nación, y los representantes de
los partidos políticos de todas las vertientes, una
exministra de defensa manifestó que venía trabajando con ilustres generales retirados del Ejército,
la presentación al gobierno nacional de una propuesta para constituir una gendarmería con policía militar a la cual se le asignarían funciones de
policía judicial. Ello en mi concepto, merece una
profunda y seria discusión, por razones obvias.
No hay que olvidar la no muy grata experiencia de los procesos de paz en Guatemala y el
Salvador, en donde se crearon “guardias nacionales” con integrantes de la Policía, el Ejercito y desmovilizados. En la actualidad son países con altos
índices de criminalidad a nivel mundial, solo por
mencionar uno de sus fracasos.
En tercer lugar, debe considerarse que la idiosincrasia y la cultura del acatamiento a la ley del
pueblo francés, difieren enormemente de las nuestra y, por lo tanto, la labor de control de la convivencia en las zonas rurales, se haría muy difícil, en
especial si consideramos las enormes dificultades
de acceso a poblaciones alejadas, que carecen de
infraestructura vial y solo han servido de refugio
de maleantes, prófugos de la justicia y asentamien-
to del narcotráfico, la minería ilegal, el contrabando y el proselitismo armado de los ilegales.
Propuesta de fortalecimiento de la
vigilancia rural de la Policía Nacional
Insisto en que a los desmovilizados, antes que
incluirlos equívocamente en la Policía, es un contrasentido, por cuanto quienes toda una vida solo
se han dedicado a delinquir, muy difícilmente podrían ser erigidos como representantes de la ley;
no sería una decisión de buen recibo de una gran
parte de los colombianos, ni de quienes hemos sacrificado nuestra vida al servicio exclusivo de las
causas nacionales e institucionales.
Podría pensarse, más bien, en dar a los desmovilizados de las FARC y ELN espacios políticos,
sociales y empresariales, pero no entregarles las
armas del estado, para que en un futuro realicen
propósitos ocultos y protervos, como es su característica.
Pensando y actuando con sentido práctico,
más que emocional y sentimental, una posible alternativa sería la de escoger la opción que menos
daño cause a los intereses, la tradición y la historia
de la Policía Nacional de Colombia. Consiste esta
oportunidad, entonces, en partir de la estructura
actual de la institución para armonizarla y adaptarla a los intereses del gobierno nacional con ocasión de un acuerdo de paz, que por lo que se oye y
observa, no está muy lejano.
La solución es pues sumamente práctica. Tomando como referente la actual Dirección de Policía de vigilancia rural a cargo desde el año 2007 de
un brigadier general de la institución, encaminar el
proyecto gubernamental de generar nuevos mecanismos de control de las áreas rurales del país, que
según una de las tantas estadísticas que se manejan
en el país, abarca 125 municipios y 17 departamentos, e incluye una población de aproximadamente 9
millones de habitantes, es decir un tercio del territorio nacional y una quinta parte de su población,
para realizar un fortalecimiento de esta dirección
que se integraría estrictamente con personal de la
especialidad de carabineros, con dedicación exclusiva y en la cual sus miembros permanecerían hasta
lograr su asignación de retiro, por el arraigo que adquirirían con los campesinos por cuanto entrarían
a ser parte de estas comunidades.
La asignación de partidas presupuestales específicas para suministrar la logística, la tecnología y
el talento humano pertinente, así como de beneficios y estímulos en materia de primas, bonificaciones y salarios, que para esta exclusiva y difícil tarea
disponga el Gobierno Nacional, respondería a ese
viejo anhelo de la institución de consolidar la vigilancia rural con los carabineros de Colombia, que
ha surtido varios intentos sin resultados positivos.
La familia policial de activos y retirados, verían con buenos ojos la materialización de esta
recomendación, que hoy pongo a disposición de
todos sus integrantes, para iniciar públicamente
un debate sobre el tema y despertar ese espíritu
conciliador y reflexivo que siempre hemos demostrado a lo largo de nuestra vida institucional, bajo
la égida del respeto a nuestro honor, dignidad,
tradición valores y principios, en otras palabras a
nuestra cultura organizacional.
Un foro o seminario sobre la propuesta en
mención para realizarse en el menor tiempo posible con participación de los sectores interesados,
sería de gran utilidad para coadyuvar en la empresa de la paz de Colombia.
Ser policía no
corresponde
a una persona
que solo
sabe portar y
maniobrar un
arma, pues debe
contar con unas
condiciones
humanas,
una solvencia
moral, y una
preparación
doctrinal
y policial
exclusiva.
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
16
Estrella Policial
Brigadier General Edgard Peña Velásquez
Por: el Mayor General (RA) Carlos Alberto Pulido Barrantes
C
on estas líneas impregnadas del mayor
sentimiento institucional y de amistad,
deseo hacer un reconocimiento a un señor general de la Policía Nacional a un
ser excepcional que en su paso por la benemérita Institución dejó una invaluable huella de servicio, amén de su cálida
amistad y compañerismo que siempre adornó su
carismática personalidad: se trata del Brigadier
General Edgard Peña Velásquez.
Por circunstancias de orden institucional tuve
la grata oportunidad de coincidir de las mismas
inquietudes jurídicas, académicas, intelectuales
y de servicio que nos animaban alrededor de la
Institución. Por estas razones, puedo dar fe de su
sentido de pertenencia, entrega y eficiente servicio
policial.
Como abogado al servicio de la Institución
y de los policías, siempre demostró su devoción,
buen criterio y excelente desempeño profesional.
Se especializó en penal y por supuesto, en Justicia
Penal Militar campo que dominó con gran solvencia jurídica.
De su enjundia, trabajo y estudio pude advertirlo cuando hacíamos parte en los procesos que,
curiosamente, casi siempre éramos contraparte,
el cómo defensor o fiscal y yo como auditor, juez
o fiscal. Era un gran expositor, sus ponencias y
escritos siempre los fundamentaba en la Ley, la
jurisprudencia y la doctrina.
De su dedicación y talento dan fe los libros
que escribió fruto de su estudio, investigación y
experiencia, libros que se convirtieron en textos
de consulta permanente de policías, funcionarios,
abogados y estudiantes. Es de anotar que su producción intelectual tuvo como fuente de inspiración la Policía.
Los editoriales y columnas que escribía para
los diferentes periódicos y revistas se convirtieron
en una constante, se distinguían por su profundidad y diversidad en los temas de actualidad.
(ACORPOL, Estrella Policial, ACORE y algunos
diarios del país).
El Derecho de Policía fue otra de sus fortalezas, desde los primeros congresos nacionales que
organizó la Institución, siempre participó no solo
como expositor sino como organizador entusiasta. Con un grupo de docentes y especialistas, debatíamos y estudiábamos las nuevas y novedosas
doctrinas y teorías para fundamentar los escritos
y ponencias. También siguiendo las enseñanzas y
directrices de nuestros sabios maestros el Doctor
Roberto Pineda Castillo y el Señor Brigadier General Fabio Arturo Londoño Cárdenas, participamos en la redacción de los diferentes proyectos
de reforma del Código de Policía. Con un grupo
de eminentes juristas y funcionarios especializados
creamos el Colegio de Abogados Policivistas; hicimos parte del Colegio de Abogados Penalistas
de Bogotá y Cundinamarca, en el que partipamos
activamente.
Como un cultor del intelecto y un excelente
investigador hizo parte de la Academia Colombiana de Historia Policial como miembro de número
y como integrante de la Junta Directiva. Sus numerosos escritos fueron publicados en los cuadernos históricos que edita la Academia.
Por sus conocimientos jurídicos y ejemplar
dinamismo fue elegido como Presidente del Colegio de Abogados de la Fuerza Pública cargo que
desempeñó con eficiencia y alta calidad, haciendo
énfasis en la capacitación de sus integrantes. Era
un docente con reconocimiento académico institucional y universitario.
Participó en el hecho histórico más importante y trascendental para la Policía Nacional desde
su creación el 5 de noviembre de 1891, cuando la
Dirección General de la Policía Nacional a cargo
del Señor General Miguel Antonio Gómez Padilla
dispuso que los señores coroneles abogados Edgard Peña Velásquez y Carlos Alberto Pulido Barrantes fueran destinados en comisión de servicio
a la Asamblea Nacional Constituyente de 1991
para promover y defender el proyecto constitucional propuesto por la Institución; tarea de enorme
responsabilidad que asumimos con entrega, mística y dinamismo.
En la Constitución Política de Colombia
quedó plasmado el concepto de Fuerza Pública,
la definición constitucional de la Policía Nacional, su régimen de carrera prestacional, salarial y
disciplinario, las funciones de Policía Judicial y
el Fuero Penal Militar. Igualmente, participamos
en la Comisión Legislativa transitoria denominada “El Congresito” que se creó inmediatamente
después de la Constituyente para la redacción
del Código de Procedimiento Penal, donde logramos se dieran funciones de Policía Judicial a
la Policía Nacional en los lugares del territorio
nacional donde no hubiere miembros de la Policía Judicial.
La Dirección General de la Policía una vez
más, delegó a los Generales Peña Velásquez y Pulido Barrantes como representantes de la Policía
Nacional ante la Junta directiva de ASOCACI
que reúne a los ex alumnos de los cursos de Altos
Estudios Militares CAEM e Integral de Defensa
Nacional CIDENAL, cargo que desempeñó con
responsabilidad y sentido de pertenencia hasta su
inesperado y temprano fallecimiento.
Durante su periplo policial y en su extensa y
meritoria labor jurídica en defensa de la Institución y de los Policías, ocupó cargos de relevancia
como defensor asesor, asesor procurador, decano
de estudio de la Escuela General Santander, jefe
de licitaciones y contratos de la Policía Nacional,
subsecretario del Ministerio de Defensa Nacional
ante la Policía Nacional, Director de Sanidad y
Secretario General de la Dirección General de la
Policía Nacional.
Con esta breve reseña, el Colegio desea rendir
un homenaje de gratitud y reconocimiento al señor Brigadier General Edgard Peña Velásquez, y
con él, manifestar el afecto y la solidaridad para su
queridísima esposa María Luisa y sus hijos Néstor
Camilo, Darío Fernando, Leonardo y Alexander
que fueron el eje fundamental de su vida.
Estrella Policial
Por: el Brigadier General GUILLERMO LEÓN DIETTES PÉREZ
Presidente de la Academia Colombiana de Historia Policial
F
Antecedentes
inalizado el mandato del señor General José Guillermo Medina Sánchez, el gobierno nacional
dispone que el nuevo Director General de la Policía Nacional será el Brigadier General Miguel
Antonio Gómez Padilla, quien ocupaba el cargo
de Inspector General. Esta decisión se toma mediante Decreto número 0135 del 17 de enero de
1989, que lleva las firmas del Presidente Virgilio Barco Vargas y del General (Ejército) Jaime Guerrero Paz, a la sazón
Ministro de Defensa Nacional.
Biografía breve.
Costeño, muy orgulloso de sus orígenes y su terruño,
nació el 16 de junio de 1937 en Lorica (Córdoba). Está
casado con doña Rosario Maritza Tinoco Ibarra. Son sus
hijos Miguel Fernando, Juan Carlos, Luis Alfonso, Maritza
del Rosario y Martha Claudia.
Sus estudios secundarios los adelantó en el Seminario
Menor de Yarumal (Antioquia) y en el Liceo Bolívar de
Cartagena. Prestó servicio militar en el Batallón Miguel
Antonio Caro (MAC) en la Escuela de Infantería de Bogotá, lo cual le da la oportunidad de recibirse como Subteniente de la reserva del Ejército y luego, el 3 de septiembre
de 1956, ingresó a la Policía recibiendo su grado de subteniente el 1 de mayo de 1958 como integrante del Curso 17
Promoción “José Antonio Galán Zorro” de la Escuela de
Cadetes de Policía “General Francisco de Paula Santander”.
Fue oficial de vigilancia y como tal laboró en varias unidades policiales, pero se destacó de manera especial por su
amor a la docencia. Adelantó todos los cursos reglamentarios
de la carrera policial en la Escuela de Cadetes General Santander y la Academia Superior de Policía, en la Escuela Superior de Administración Pública, Escuela Superior de Guerra
y en la Academia de Policía de Washington (USA).
Obtuvo la licenciatura en Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad Libre en Bogotá, Administrador
Policial en la Escuela General Santander, Honoris Causa
en Sociología en la Universidad Cooperativa de Colombia,
posgrado en Administración Educativa en la Universidad
Federal de Brasilia (Brasil); Magister “Honoris Causa” en
Seguridad Pública de la Escuela de Posgrados de Policía
(ESPOL) y otra serie de títulos y grados sobre investigación
educativa, lavado de activos, antinarcóticos e interdicción
marítima, anticorrupción, derechos humanos y derecho internacional humanitario, entre otros.
Profesor policial de primera categoría ha ejercido en
escuelas de Policía General Santander, (donde fue decano, Subdirector y Director), Gonzalo Jiménez de Quesada,
Academia Superior y de Postgrados Miguel Antonio Lleras
Pizarro (donde sigue dictando clase a los coroneles que aspiran a ser generales de la república).
Cargos.
Entre otros, fue decano de estudios de la Escuela de
Cadetes de Policía General Francisco de Paula Santander,
Director de las Escuelas General Santander y Jiménez de
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
17
Semblanza
General
Miguel Antonio
Gómez Padilla
General Gómez Padilla y su esposa doña Rosario Tinoco.
Quesada, ayudante de la Dirección General, Jefe de la División Docente, Director de Planeación, Director de Antinarcóticos, Agregado de Policía en Panamá, Inspector
General y Director General de la Policía Nacional, Interlocutor Permanente de la Fiscalía General ante las Agencias del Departamento de Justicia (USA) OPDAT-ICITAP.
Después de su retiro del servicio policial, fue destinado
como Embajador de Colombia ante el gobierno de Paraguay. Miembro del Consejo Superior Académico de la
Universidad Los Libertadores, Consultor del INPAHU,
Presidente del Colegio de Generales de la Policía Nacional
y, actualmente, Presidente del Colegio Profesional de Administradores Policiales.
Su obra de gobierno.
Muchos son los actos y acciones que encontramos en
los registros históricos durante el período en que el general
Gómez Padilla ocupó la Dirección General. Recordemos
que cuando recibió el mando era Brigadier General; ascendió luego a Mayor General y finalmente, el Senado de la
República aprobó su ascenso a general de tres estrellas, que
fue conferido por el Gobierno Nacional según decreto 944
del 21 de mayo de 1993.
Lideró una lucha por todos los medios y recursos, contra uno de los flagelos más grandes que ha causado enorme daño a Colombia: el narcotráfico; también asumió una
extraordinaria responsabilidad al enfrentar delicadas situaciones de corrupción por parte de algunos miembros de la
Policía, que lo llevó a disponer el retiro inmediato de varios
uniformados; dispuso crear un grupo de policías que denominó “Cuerpo Especial Armado” (CEA) con el cual logró
positivos resultados que incluyó la captura y baja de grandes delincuentes, especialmente narcotraficantes gracias a
la experiencia y conocimiento que habrá alcanzado como
Director de Antinarcóticos de la Institución.
No puede olvidarse tampoco su interés por el bienestar
del personal; por la consolidación del núcleo familiar como
base fundamental de la “familia policial”; las directrices
impartidas para reestructurar los planes de estudio de las
distintas categorías de los uniformados.
Al señor General Gómez Padilla le correspondió liderar una serie de programas especiales que sirvieron de marco para celebrar los primeros cien años (1891-1991) y que
originaron que 1991 fuera declarado “Año del Centenario
de la Policía Nacional “mediante Decreto número 2087 del
7 de septiembre de 1990 que lleva la firma del Presidente
de la República doctor César Gaviria Trujillo y del Ministro de Defensa Nacional General Oscar Botero Restrepo.
Este decreto, dio margen a que durante todo el año
1991, se ejecutaron “cien eventos” de orden cultural, académico, deportivo, congresos nacionales e internacionales,
concursos y encuentros de distinta clase. Para ello, designó al Brigadier General ( r) José Domingo Murcia Florián
como gerente del programa y constituyó un comité de honor encabezado por el señor Presidente de la República, sus
Ministros y altas personalidades de la vida nacional.
El primer Congreso Mundial de Policía, congregó en
Bogotá delegados de instituciones policiales de Bolivia, Canadá, Chile Ecuador, España, Estados Unidos de Norteamérica, Francia, Guatemala, Honduras, Inglaterra, Italia,
China, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal y Venezuela, desde el 9 al 13 de septiembre.
Otro hecho que merece destacarse, es que durante su
Dirección, por primera vez en la historia, miembros de
nuestra Policía Nacional integraron comisiones en Haití,
Yugoeslavia, Angola, Camboya y Centroamérica como
“Agentes de Paz” con las Fuerzas de las Naciones Unidas.
Otro acontecimiento, sin duda, de enorme repercusión institucional es la tarea cumplida junto con el subdirector general del Cuerpo, Mayor General Rafael Guillermo Muñoz Sanabria, al lograr que la Asamblea Nacional
Constituyente incluyera la definición de la Policía Nacio/Pasa a la página 20
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
18
Estrella Policial
Acerca de nuestra seguridad social integral
Por: Brigadier General (RA) Jorge Alirio Barón Leguizamón
Director General CASUR
“Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos
que no sepan leer y escribir,
sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y reaprender”
Alvin Toffler
U
no de los aspectos más relevantes en
la actividad gerencial, lo constituye
la atención permanente de la voz del
cliente, lo que en nuestra entidad se
obtiene a través del cúmulo de experiencias acopiadas durante la interacción que se realiza con los afiliados
en las permanentes visitas a las regiones y a los
grupos, cuyas intervenciones, unas de aceptación,
otras de inconformidad y otras tantas de abierta
contraposición, deben entenderse como otro punto de partida para reflexionar sobre la Entidad, su
realidad y su entorno.
En dichos encuentros se interpreta que, aparte
del reconocimiento de prestaciones económicas, a
nuestra gente, la alienta además otro tipo de cosas y
que sus pedimentos trascienden a veces y por mucho, la mera exposición de asuntos en metálico para
reclamar la atención en aspectos que tienen que ver
con su cotidianidad y de los cuales, o se ha carecido,
o simplemente se han dejado en el olvido.
En CASUR ello pudo certificarse de manera
muchísimo más técnica, cuando nos asistimos de
una prestigiosa firma encuestadora nacional -IPSOS Napoleón Franco- que visibilizó en forma
cualitativa y cuantitativa el sentimiento de quienes a través del tiempo entregamos lo mejor de
nuestras vidas para hacer de nuestra patria algo
mejor y reafirmando de paso el sentido de pertenencia hacia lo nuestro y que, si bien tuvimos que
desprendernos del uniforme, jamás nos hemos
sentido alejados de la Institución y de su suerte.
Aún nos preocupan sus angustias y vicisitudes y
esperamos su protección y apoyo más allá del retiro y sus consecuencias.
Dicho estudio, en uno de sus apartes, concluye que: “(…) sin embargo se percibe una ruptura
entre el ser activo y estar retirado, en todo sentido,
desde la Institución que los acoge, pasando por una
afectación emocional propia de la situación, hasta
el trato que sienten que reciben en su nueva condición. Por eso, CASUR tiene un amplio espectro de
acción en pro del retiro adecuado y bienestar de esta
población, que implica no sentir este cambio como
ruptura, sino como un proceso natural”.
Pero es bueno también decirlo: en algún momento sentimos la desprotección y el olvido en
la atención de muchas de las más sentidas necesidades y nos entristece el hecho de no encontrar
una respuesta oportuna y efectiva a nuestros pedimentos.
Simultáneamente, y en procura de lograr altos
niveles de efectividad, hemos reflexionado acerca
de la preocupación que le genera al gerente público la sostenibilidad de la empresa era el futuro, que, analizada desde la perspectiva financiera,
ocasiona profundos cuestionamientos y no pocas
ansiedades, porque el modelo aplicable no es ajeno a la difícil situación del esquema pensional del
país y sobre lo cual los estudiosos en la materia
han expuesto con suficiencia y rigor un panorama
ensombrecido y complejo.
Cierto y justo es reconocer que el Estado co-
lombiano ha sido responsable con sus obligaciones
en materia prestacional, no exento de críticas e insatisfacciones por decisiones que con el correr de
los días han tenido que enmendarse, dando lugar
a una exacerbada litigiosidad que desgasta y afecta
sensiblemente la imagen y la gestión de la Entidad
como respondiente primario ante los afiliados.
Pero, simultáneamente, afloran otro tipo de
peticiones que hacen referencia a lo social y de lo
cual hemos carecido, o por lo menos se ha soslayado para dar curso a otras prioridades.
Si a ello le agregamos experiencias propias o
ajenas de otros modelos exitosos en materia de
seguridad social, entendemos que un cambio importante en la manera de abordar el asunto, derivará ciertamente en beneficios que nuestra población reclama y espera de sus autoridades.
En anteriores ocasiones abordé la necesidad de
repensar el rumbo de CASUR, su misión, su naturaleza jurídica, determinar su viabilidad futura y
contribuir en proyectar la sostenibilidad del sistema
pensional que garantice a los policías en servicio activo y retirados el respaldo suficiente para el pago
de sus asignaciones con fundamento en indicadores
actuariales, financieros y sociales, y en la construcción de un modelo orientado al bienestar, la calidad
de vida y tranquilidad de una población que arriesgó todo en la protección de la vida, bienes, creencias y demás libertades de los colombianos.
Sembrar la reflexión y el aporte en la solución
se impone, en una sinergia de voluntades que redunden en beneficio de los retirados de la Policía
Nacional, dado que es urgente hacer de nuestra
empresa algo mucho más efectivo en cumplimiento de su quehacer institucional. Pero los cambios
que son cíclicos, ahora mismo nos ofrecen la
oportunidad de recobrar el rumbo inicial.
Estrella Policial
La historia de la Entidad muestra cómo en
sus inicios la concepción que la inspiró siempre
estuvo ligada al desarrollo de actividades de bienestar, su propio nombre así lo indicaba: “Caja de
gratificaciones” y su evolución posterior (Caja de
Recompensas, Caja de Auxilios, y Caja de Protección Social), siempre estuvo orientada al cumplimiento de uno de los fines del estado, que al
acercarlo a nuestra realidad se identifica como el
mejoramiento de las condiciones en la calidad de
vida de los integrantes de la Policía Nacional. Con
el tiempo esa visión se fue desdibujando y el propio crecimiento de las obligaciones económicas
por cuenta del Estado dieron paso a lo que hoy
es una caja pagadora, con funciones del reconocimiento y pago de prestaciones, proceso que realiza
con suficiencia, presteza y exactitud, pero poco
comprometida con las condiciones de vida de los
miembros de la Institución, labor que si bien ha
sido identificada y ponderada por quienes han tenido a cargo la orientación de los destinos de la
Entidad, con notables esfuerzos y no pocas realizaciones, jamás ha tenido una respuesta radical del
estado en materia de asignación de recursos para
cumplir con esta obligación.
Estas reflexiones nos sirvieron de base, entonces, para proponer un norte diferente. Aplicando con racionalidad los recursos disponibles,
nos dimos a la tarea de definir lo que ha de ser la
estrategia de CASUR para los tiempos por venir.
Alianzas con expertos de reconocida prestancia en
el país, como la Corporación Calidad, nos han
permitido reorientar nuestra actividad y como
producto de un trabajo mancomunado, colectivo
y concienzudo que aborda el inmediato futuro,
formulamos las proyecciones frente a la evolución
para convertirnos en una empresa referente y moderna, de “Clase Mundial”.
Expusimos la necesidad de incorporar en
nuestro ideario elementos como la innovación, la
diferenciación y la capacidad de aprendizaje, entendidas como el desarrollo y ejecución de cosas diferentes, a partir de estructuras mentales diferentes y
el desarrollo y transferencia de una oferta de valor
diferenciada, así como permitirle a la organización
y a las personas aprender cosas nuevas y desaprender otras que ya no necesita. Construímos el pensamiento organizacional como base primordial de la
ideología que nos ha de guiar en el logro de la estrategia; reformulamos nuestra visión para significar
que el futuro es ya y ahora; recompusimos la misión
al ponderar con relevancia el concepto de “Mejoramiento de la calidad de vida” no solo del personal
en retiro, sino también del personal en actividad y
sus familias, en el sentido que éstos últimos también hacen parte de la entidad, como quiera que sus
aportes constituyen otra fuente de financiamiento
de las asignaciones de retiro.
Emprendimos un reto trascendente al incorporar en nuestro ideario todas las definiciones de
rumbo, al combinar en forma inteligente, “pasión
y método”, con el fin de lograr mejores resultados.
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
19
Con ello concentramos nuestros esfuerzos, pues
tenemos definido el foco, actuamos de manera divergente al idear cosas diferentes y enviamos un
mensaje central rotundo al cual se orienta con la
realidad y la verdad.
Desde luego, redefinimos las virtudes de la
Entidad como referentes para la gestión de la cultura, que estimamos básicos para su interiorización y transformación en la organización; identificamos los sectores sociales o grupos de clientes
hacia los que CASUR focaliza sus esfuerzos y pretende atender de forma destacada, o sea nuestros
“grupos sociales, objetivo”, y lo que ofrecemos de
manera claramente diferenciada y difícilmente
imitable (oferta de valor).
Una vez definida la estrategia la confrontamos
con la realidad organizacional, para descubrir las
brechas que nos alejan de ese deber ser y formulamos los propósitos superiores de logro con los
cuales alcanzaremos lo que nos hemos propuesto
y que hoy constituyen el inicio de una verdadera
“revolución institucional”.
Las anteriores consideraciones que muestran
perfecta alineación con los fines que pretende el
Plan Nacional de Desarrollo, corresponden a un
plan estratégico y retador, innovador al extremo,
construido desde el QUERER y no desde el PODER, con un propósito diferenciador, es decir que
no se trata de hacer lo mismo, ni más de lo mismo, ni siquiera de hacer mejor lo mismo, sino
se trata de hacer cosas diferentes y constructivas.
Como podrá advertirse, queremos retomar
la orientación primigenia que alentó los orígenes
de CASUR y que por un tiempo importante se
llevó a cabo, hasta cuando las permanente circunstancias de variado orden la despojaron de su
elemento más valioso: el bienestar del afiliado, al
orientar la actividad únicamente hacia el recono-
cimiento y pago de prestaciones económicas, sin
ponderar que esto constituye tan solo un aspecto
más de aquello que los iniciados en el tema definen como Seguridad Social Integral que también
contempla aspectos como la salud, la educación,
la vivienda, la recreación, el reconocimiento, los
servicios sociales complementarios (encaminados
a la población vulnerable), el apoyo económico y
si se quiere, los riesgos laborales.
Así las cosas, el empeño el organismo está
direccionado hacia la construcción de su propio
modelo de seguridad social, acorde con las necesidades y expectativas de sus afiliados, siempre cambiantes, que impactan en la gestión de la Entidad
y su dinámica de ajuste y cambio permanentes,
teniendo como foco la excelencia organizacional.
En este sentido, será necesario acudir a nuestros “Grupos Sociales, objetivo para que participen en el desarrollo de la estrategia a través de la
estructuración consensuada de los planes anuales
de bienestar al afiliado y que, como referimos anteriormente, son reclamados en forma vehemente;
de igual forma, se requiere de la retroalimentación
permanente, respetuosa, realista y propositiva que
permita acomodarla a su perenne existencia y a los
servicios de seguridad social integral, como una
manera de contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de los afiliados.
Ello no será factible si no se cuenta con la
motivación de funcionarios y contratistas de la
Entidad para que formulen ideas creativas e innovadoras que permitan fortalecer la gestión y
la prestación de los servicios de seguridad social
integral y el mejoramiento de la calidad de vida
laboral, y, sobre todo, que apropien como suya la
estrategia de la entidad a través de la interiorización de los principios institucionales reflejada en
su actitud, compromiso y entusiasmo.
60 adultos mayores pensionados
de la Policía adscritos a la Caja de
Sueldos de Retiro CASUR se formaron
en informática básica.
En algún
momento
sentimos la
desprotección
y el olvido en
la atención de
muchas de las
más sentidas
necesidades y
nos entristece
el hecho de
no encontrar
una respuesta
oportuna y
efectiva.
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
Estrella Policial
20
General Miguel Antonio
Gómez Padilla
/Viene de la página 17
nal como parte integrante de la Fuerza Pública en
el Capítulo 7 de la Carta Magna; para consolidar
esa propuesta, dispuso la comisión de los entonces
coroneles Carlos Alberto Pulido Barrantes y Edgar
Peña Velásquez, quienes cumplieron a cabalidad
sus instrucciones.
Durante su mandato, fueron dados de baja los
narcotraficantes Pablo Escobar Gaviria, Gonzalo
Rodríguez Gacha (alias el Mexicano) y otros de
renombre en el mundo del hampa.
Se crearon los Departamentos de Policía San
Andrés y Providencia, Vichada, Guainía, Guaviare y Vaupés. Impulsó, creó y puso en funcionamiento la Escuela de Carabineros Rafael Núñez
en Corozal (Sucre).
Condecoraciones.
Muchas condecoraciones, reconocimientos y
galardones recibió como premio a su labor policial.
Fue seleccionado como “Personaje del año
1989” en Colombia. Le fue entregado el Premio
al Honor por “International Narcotic Enforcement Officers Association”; también el “Premio
a la Excelencia Policial” por la Asociación Internacional de Jefes de Policía”; Honor al Mérito de Carabineros de Chile; Cruz de las Fuerzas
Armadas de Cooperación de Venezuela; Servicios
Distinguidos del Ministerio de Gobierno y Justicia de Panamá; Medalla de oro del Centro de
Instrucción de la Guardia Republicana del Perú;
Medalla de Honor con título Excepcional de la
Policía Francesa; Escudo de la Policía Nacional de
Ecuador; Insignia “Octava Estrella” de la Guardia
Nacional de Venezuela; Orden “Don Rómulo
Gallegos” del Ejército de Venezuela; Cruz de las
Fuerzas Armadas de Honduras; Orden al Mérito
de la República de Paraguay, entre otras de terceros países.
Como es natural, las condecoraciones colombianas Orden de Boyacá (gran oficial y Gran
Cruz); orden del Congreso Nacional, orden de la
Democracia, Medalla al Mérito de la Cruz Roja
Colombiana, del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), de la Defensa Civil y
de FEDEGAN; Orden al Mérito Penitenciario
otorgada por el Ministro de Justicia; condecoraciones de varias universidades y todas las medallas
y distintivos que contemplan los reglamentos de la
Policía Nacional de Colombia. También las condecoraciones del Ejército, Armada y Fuerza Aérea;
además múltiples condecoraciones departamentales y ciudades capitales en el país.
Ha sido permanente colaborador de las publicaciones institucionales, el periódico “Estrella
Policial” del Colegio de Generales; ha escrito dos
versiones de su libro “Oraciones Policiales”, “La
Historia no oficial”, “Reflexiones Policiales”, “Me
llamo Policía Nacional” y manuales varios de Policía.
Epílogo
Luego de su retiro del servicio activo (con fecha 17 de diciembre de 1993), se ha dedicado a
escribir, ejercer la docencia en la Escuela de Posgrados de Policía (ESPOL), dictar conferencias y
asesorar diferentes agencias colombianas y de gobiernos extranjeros en aspectos de seguridad, docencia y control de lavado de activos.
Brigadier General Mario
Fernando Ramírez Sánchez
A
Por: el Brigadier General (RA) Mauricio Gómez Guzmán.
ún está vivo
el pesar y el
sentimiento
de dolor que
nos produjo
la partida del
esposo, padre,
hijo, hermano, suegro,
abuelo, General, abogado, académico, amigo y
compañero
Recordamos a Mario Fernando Ramírez
Sánchez como vigoroso
oficial de nuestra querida Policía Nacional;
en su vida alcanzó la dimensión humana de los
grandes y de los íntegros
caballeros; se entregó con amor y sacrificio a su familia, a su Policía y
a su Patria; así lo llevamos en mente y por tanto es como si nunca se
hubiera ido.
Su destacada hoja de vida la escribió desde el mismo momento en
quien siendo apenas un joven Cadete de quinto de bachillerato , se impuso por su categoría de hombre recio, inteligente y virtuoso. Pocas veces
llegan a los grupos personas tan destacadas y de enormes valores como él.
Tuve el privilegio de conocerlo desde el inicio de nuestra vida
policial, porque fue mi compañero de pupitre y formación, amigo y
hermano; por esta razón doy fe que siempre luchó entre sus semejantes
en franca lid y percibí en el él todos sus retos divinos y humanos.
Cuando me refiero a lo divino, es porque detrás de ese éxito que
alcanzó había una suma de apoyo espiritual que consiguió por convicción y por su cercanía al Dios padre de bondad y también por sus
familiares: su esposa Nubia, sus hijos Kathy con su esposo e hijo, Juan,
Mario y su señora, don Gabriel su padre, y sus hermanos. Y con la
majestuosidad del servicio.
De gran carácter, perseverante e indoblegable como el acero, por
eso en los diferentes escenarios donde se desempeñó cumplió siempre,
sobresalió y logró alcanzar el más grande honor en la Policía: llegar a
ser “General de la República”.
Una forma de aceptar la partida de un buen policía es recordándolo y diciendo a los demás, lo bueno que fue y la falta que nos hará,
pues en Fernando encontramos un extraordinario amigo y un modelo
digno de imitar.
Aún en su condición de retiro del servicio activo, siguió demostrando su compromiso con la institución y por ello compartimos su
presencia y sus brillantes intervenciones en la Academia Colombiana
de Historia Policial. Por ello, nuestro reconocimiento y solidaridad con
toda su querida familia.