Ni a Palos

Domingo 7
Mayo 2015
BUENOS AIRES
AÑO 6 - N°321
SUPLEMENTO JOVEN DE
TIEMPO ARGENTINO
A PALOS
´
La construcción
Hernán López Echagüe y su biografía de Horacio Verbitsky:
kirchnerismo, dictadura y la celosa edificación de un mito
Además: El 17 de octubre de las minas | La cultura del barrio | Fútbol para extraterrestres |
Axel Krygier | Juguetes Perdidos | Ciclo Puente | Chaucoco! | Estereotipos
año 6 | nº 321 | 7 de junio de 2015
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FUTBOL PARA EXTRATERRESTRES
El momento exacto en el que cambia el viento
Por Zambayonny
Ilustración: Daniel Caporaletti
Nunca se sabe bien cuál es el instante fatídico en el que uno acaba de apoyar el primer
paso en el comienzo casi horizontal de la
barranca abajo.
Es difícil distinguir con certeza los acontecimientos con los cuales se origina una descontrolada racha negativa. Salvo los casos en
los que sucede algo claramente perjudicial,
en la mayoría de las historias nefastas simplemente el detonante pasa tan desapercibido que uno considera ingenuamente que
nada ha cambiado.
Cualquiera podrá hacer memoria y recordar
relatos con estas características en las que
alguna persona exitosa, alguna familia perfecta, alguna empresa líder, algún político
prometedor o algún país del Primer Mundo
comienza a sufrir golpes insospechados y letales que los lleva a besar la lona del fracaso,
del escarnio, de la soledad o de la muerte
como un castillo de naipes marcados que el
cambio de viento derrumba sin remedio.
Los intentos desesperados por frenar esta
sucesión de eventos negativos son inútiles,
la compuerta de alacranes ha sido abierta y
solo resta esperar que vayan llegando en la
oscuridad indefensa por más que uno mantenga los ojos bien abiertos.
En el fútbol pasa lo mismo.
A veces el inicio de un periplo de desgracias
arranca visiblemente con un pase atrás mal
dado, con un penal fallido, con la lesión del
capitán o con la votación de un presidente
inepto, pero en otras ocasiones es mucho
más sutil y la serie de contingencias negativas se inaugura inexplicablemente con un
cambio de diseño indumentario, con un casamiento dentro del terreno de juego, con
una arenga que se televisa, con un córner
que no fue o con un festejo de amarilla in-
falsa escuadra Por Romina Sánchez
Miles de mujeres, hombres y niños participaron el miércoles de la concentración en
el Congreso bajo la consigna Ni Una Menos.
Se trata de una causa que empezó a circular y a viralizarse por redes sociales ante la
conmoción que produjo la muerte de Chiara
Páez aunque su asesinato fue, en realidad,
la gota que rebalsó el vaso de casos como
los de Melina Romero o Daiana García: el
iceberg de una problemática que tiene mil
caras, desde el acoso callejero a la violencia
económica, de la manipulación psicológica al
delito de trata.
Pero también, esta movilización organizada
por un colectivo heterogéneo de comunicadores, llamó la atención sobre la necesidad de
desnaturalizar y visibilizar aquellos dramas.
Y, para eso, se enfatizó sobre la lucha que
debe darse ante el adormecimiento mediático: la repetición de este tipo de noticias termina por gastar el sentido y la radiografía del
modus operandi del femicida se vuelve casi
cluida.
Es entonces muy común encontrarse con
equipos poderosos y compactos llenos de
estrellas que ganan sus partidos con una
autoridad notable y que de un día para el
otro empiezan a desconcentrarse, a cometer
errores infantiles en el área, a despilfarrar
una tras otra las situaciones de gol, a revelar un egoísmo insolente y a mostrar fisuras
dentro de un plantel que durante las rachas
triunfadoras pasaban absolutamente desapercibidas.
Al mismo tiempo cuando un equipo tropieza sobre este plano inclinado la suerte indefectiblemente le da la espalda y entonces las
pelotas que estaban predestinadas a convertirse en gol pegan en el palo y salen o son
detenidas por un arquero ignoto que se convierte en figura o son sacadas sobre la línea
por heroicos defensores que juegan el mejor
encuentro de sus vidas o son pifiadas por los
delanteros más caros del club o simplemen-
te se van a la tribuna con el arco vacío ante
la mirada atónita del universo matemático.
Sus futbolistas arrastrados por la adversidad dentro del campo de juego extienden
sin querer estos infortunios a la vida real y
entonces son descubiertos por sus mujeres
en los engaños de siempre, declaran pésimamente ante los periodistas, pierden la gracia
y el estilo, cometen infracciones de tránsito,
se olvidan ir a buscar a sus hijos al colegio o
de pasarles la cuota alimentaria, se pelean
con hinchas que desean tomarse una foto
con ellos, aparecen en las tapas de revistas
que se leen en las peluquerías y se ventilan
las cifras que ganan por contrato desatando
una ola de indignación en la opinión pública
trabajadora.
También las lesiones se ponen a la orden del
día como si todo tuviera que ver con todo
y de pronto las contracturas, los desgarros
y los virus afectan a los profesionales de la
institución no solo durante los partidos ofi-
ciales sino también durante los anodinos
entrenamientos semanales, diezmando en
pocas semanas el poderío real de la plantilla.
El director técnico que hasta hace un par de
fechas era un tipo correcto y respetado por
todos que sabía de memoria sus once titulares ahora demostró ser un infame papanatas
para siempre que parece haberse olvidado
de los puestos en los cuales rendía mejor
cada uno de sus futbolistas y desesperadamente elige improvisarlos en otras funciones dejando de lado su esquema táctico predilecto y generando aún más desconcierto
entre sus dirigidos. Cada cambio que realiza
es tomado de la peor manera por los muchachos a los que les toca salir quienes generalmente acaban dejando la cancha sin saludar,
golpeando el banco de suplentes e insultando.
Los hinchas que hasta hace algunas semanas
soñaban confiados con ganar cómodamente
el clásico y tener un año récord de victorias
y de títulos de pronto sienten que el equipo
no puede vencer a ningún rival porque todos
aprendieron a jugarles, que les descubrieron
el punto débil y que cada centro en contra es
medio gol. También sospechan que las figuras
por las cuales los dirigentes pagaron tantos
miles de dólares no eran en realidad tan talentosas y que la camiseta les pesa demasiado.
Todo esto suele concluir en eliminaciones
vergonzosas, en descensos inesperados, en
oscuras recisiones de contratos, en denuncias
judiciales, en elecciones anticipadas y en desmanes de la tribuna.
Sin embargo, del mismo modo en que un inocente acontecimiento desata la tempestad,
otro inofensivo hecho cualquiera, supuestamente sin importancia, abre en medio del
desierto un camino maravilloso hacia la gloria
deportiva o la felicidad personal.
No hay manera de saberlo antes.
El momento exacto en el que cambia el viento todo el mundo está distraído. x
Ni Una Menos: el día
un discurso celebratorio. Y el tratamiento de
los crímenes de género y padecimientos femeninos es, muchas veces, misógino. Bastó
hacer un breve zapping horas antes de la
convocatoria para ver al periodista insignia
de Canal 26 y Radio Latina, Eduardo Serenellini, pidiendo a viva voz que se trabaje
urgentemente sobre la violencia hacia los
varones. O escuchar a Flavio Azzaro, quien
en su programa de radio FM pidió que no se
desvirtúe el tema: que no todo es violencia
de género, que una discusión de pareja no
lo es ni ahí. Luego, el móvil con Ali Kemal,
con traductora in situ, dio muestras que la
labor sobre la banalización es -pese al costado oportunista que muchos vislumbran a la
hora de instalar el asunto mediante la figura de “Las mil y una noches”-, a todas luces,
urgente.
“Mis jefes se portaron. Nos dejaron salir más
temprano para llegar a la marcha”, decía Lucía, estudiante de Economía, acompañada de
su novio. “Yo sufrí la violencia en carne propia.
Y todavía puedo decir, porque sigo mucho el
tema, que en las comisarías, además de no
estar capacitados para manejar estos casos,
se te siguen riendo en la cara cuando vas a
hacer la denuncia”, relataba a su vez María,
40 años, dos hijos, un trabajo de empleada
de comercio y un futuro “lleno de esperanza”.
“Por suerte, se habla cada vez más”, resumió.
La actriz Erica Rivas, la dibujante Maitena y
el actor Juan Minujin fueron los oradores del
acto. En él se leyó un documento que exige la
implementación del Plan Nacional de Acción
para la Prevención, la Asistencia y la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, tal
como lo establece la ley 26.485; que se garantice que las víctimas puedan acceder a la
Justicia; que en cada fiscalía y cada comisaría haya personal capacitado para recibir las
denuncias; que las víctimas tengan acceso a
patrocinio jurídico gratuito durante todo el
proceso judicial, y que se elabore un Registro Oficial Único de Víctimas de la violencia
contra las mujeres, entre otras demandas.
La ley 26.485, de Protección Integral a las
Mujeres, se aprobó en 2009 pero aún algu-
nos de sus artículos aguardan reglamentación. Por caso, aquel que articula el Plan Nacional de Acción ya mencionado. Esto se traduce en falta de asignación presupuestaria;
en que las líneas telefónicas de denuncias
resulten insuficientes y deficientes como herramienta; en que no haya estadísticas y se
deba depender del relevamiento de los casos expuestos mediáticamente por La Casa
del Encuentro; y que se revictimice, mediante
la violencia institucional, a la mujer que padece maltrato, haciendo que el victimario se
regocije en su impunidad y se reproduzca, en
todas las esferas, el “Algo habrá hecho”.
“Los derechos de unas, son los derechos de
todos. La preservación de la vida y de las decisiones de las mujeres son la ampliación de
la libertad para todas y todos. No queremos
más lágrimas de duelo, queremos avances
para poder festejar. No queremos más mujeres muertas por femicidio. Las queremos
vivas a todas: ni una menos”, cerró el discurso Minujin, conmovido. En la plaza, en las
calles, en todos lados, pasaba lo mismo. ×
7 de junio de 2015 | año 6 | nº 321
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ESTEREOTIPOS
ruido de fondo |
Hommo Viator digital
HOY: El fanático de las series
»»No habla de otra cosa.
»»Fue a la marcha del
#NiUnaMenos con
una remera de Lena
Dunham.
»»Sigue traumado por
Lost.
»»Escucha podcasts.
»»Armó uno sobre
Breaking Bad.
»»Dejó de actualizarlo al
segundo capítulo.
»»Tiene de gurú a De
Caro.
»»La “Maratón Star
Wars” existe por gente
como él.
»»Se compró el disco de
Hugh Laurie.
»»De hecho lo fue a ver
cuando tocó acá con
una remera de “It's Not
Lupus” y se la pasó
gritando “Houuuuuse!”
durante todo el show.
»»Le impactó más la
muerte de James
Gandolfini que la de
Nisman.
»»Su militancia es la
sincronización de
subtítulos.
»»Participa a full del foro
de Subdivx.
»»Se bajó un manual
para aprender a
hablar en dothraki.
»»Dice que las series
“son las nuevas
novelas”.
»»Lo dice convencido.
»»Desde Mad Men que
a todo bar que va pide
Old Fashioned.
»»Frecuenta bares de
tuiteros.
»»Sueña con ser uno
de esos tuitstars que
hacen PNT's y reciben
regalos.
»»Es muy de subir fotos
de sus “recetas” y
“tragos” a Instagram.
»»Sigue sin ponerla.
»»Si es kirchnerista
es línea Daenerys
Targaryen.
»»En ese caso, su
historial dice que en
algún momento fue un
"militante creativo".
»»Tuvo un rato el meme
de “La Cámpora
Invernalia” de avatar.
»»Milita las series
argentinas de la TDA.
»»Banca a Szifrón.
»»Lee Inrockuptibles.
»»Compartió el Frank
Underwood con la cara
de Néstor Kirchner de
EAMEO.
»»Le encantó cuando
Varsky decía que era
una semanardiana".
»»Compara a Claire
Underwood con Karina
Rabolini, obvio.
»»De la última
temporada de Game
Of Thrones le gustan
los últimos tres
capítulos.
»»Colecciona muñecos.
»»Le molesta cuando
Manzotti critica algo.
»»Debutó a los 18.
»»Fue bullyeado en el
secundario por jugar
rol y leer revista Lazer.
»»Precursor del Duke
Nukem.
»»Pudo haberle dado
dos vueltas más a la
rosca y ahora bancar
no irónicamente a Cris
Morena.
»»Es de recomendar de
todo
»»Una vez por semana
te interna media hora
diciéndote que tenés
que ver The Wire.
»»Piensa que desde The
Wire no se hizo nada
que se le acerque.
»»Piensa lo mismo de
Six Feet Under.
»»Guarda una remera de
Prison Break que se
compró en 2006.
»»Ya no le entra.
Estereotipo que viene
«El fanático de los emoji»
Si se te ocurre cómo describirlo, mandá tus
ideas a [email protected] o vía Twitter
a @niapalos así lo publicamos.
web
www.niapalos.org
mail
[email protected]
twitter
facebook
@niapalos
niapalos
Hombre de piedra, de Axel Krygier
Por Facundo Arroyo
Axel Krygier arranca Hombre de piedra
adentro de una caverna. Describe sus
marcas con versos reflexivos como
“Es el zodíaco del hombre paleolítico
/ la tentación del pensamiento monolítico” y la musicaliza con su pulso
digital. Después de haberse inspirado con El pensamiento salvaje de Levi
Strauss y el documental El cielo de
los primeros hombres, el creador de El
Sexteto Irreal arma una síntesis de la
historia del humano en once canciones. Son menos de cuarenta minutos
para el material más digerible de su
carrera solista, el quinto de su cosecha. El primero que graba pensando,
también, en su banda de notables
(Ravioli/Cutaia/Schaller/Arcaute).
Al multiinstrumentista Kryger se le
trabó la cabeza cuando vio en vivo
a Jaco Pastorius con una máquina
de eco, a Egberto Gismonti en plan
pianista y a Uña Ramos durante la
infancia. Luego, y con compañeros
de primaria como Diego Frenkel y
Alejandro Terán, forjó una carrera
de sesionista que lo llevó a tocar con
Soda Stereo, La Portuaria, Kevin Johansen y hasta en un íntimo como
saxofonista de Luca Prodan. Luego, y
como resultado de esa batahola rítmica, comenzó a grabar sus discos
solistas. El primer registro fue Échale semilla (1999) siempre respaldado
por el sello local Los años luz. Luego
siguieron Secreto y Malibú (2003), Zorzal (2005) y Pesebre (2009). La música
compuesta y tocada en estos trabajos
pueden ir tanto del funk y disco a la
chacarera, lo clásico o el free jazz.
Son canciones improvisadas hasta
en los estudios de grabación. Una
técnica digital en la cual Krygier trabaja desde las primeras intenciones.
Da la impresión que, aunque no sea
un músico de jazz, ha heredado de
esa tradición una de sus mejores
habilidades. Un espíritu libre para
borrar las fronteras de sus propias
creaciones. Y ahora se metió con la
evolución del hombre sin traicionar
su propia era.
Además de esa norma multigenérica,
Hombre de piedra está más cantado y
su banda propone límites palpables
en cada uno de sus tracks. En ese
contexto habrá disco y funk con un
tono de carrousel francés en “Lo tendré que adivinar”. En “Alcohol” retoma la mejor definición del bolero
(la nostalgia de la última gota en la
botella) y en “Mosquito” sacudirá la
pista en vivo con un western con perfume de cuarteto fernetero. Y como
si hubiera pensado un momento isleño, hay tres canciones que se cons-
truyen en base al ritmo africano.
Primero con “Esa paz”, donde participa María Ezquiaga (Rosal) e, inevitablemente, convierte a ese pulso en
un lugar pop. Segundo con “Tiempo
y tierra”, allí aparece por primera
vez el monstruo que genera Krygier
desde la voz con pedal y cuenta con
la participación de una onírica y
alejada Sofía Viola. Y tercero, con el
dub zombie de “Mi piel de animal”,
momento para Daniel Melingo que,
como guest chamán, recita a pura
voz de tosca húmeda.
Por último, el arte y la tapa también
quedaron a cargo de Axel Krygier.
Porque, como astutamente afirmó:
“eso del Photoshop y el Final Cut son
parte del asunto”… digital.×
¿Quién lleva la gorra?, de Colectivo Juguetes Perdidos (Tinta Limón)
Saliendo a ver
Por Damián Huergo
En las facultades de ciencias sociales
de la Argentina te inoculan la creencia de que no se puede hacer investigación social por afuera del circuito
de becas estatales o de la filantropía
onegeista. El Colectivo Juguetes Perdidos, formado hace poco más de diez
años por un grupo de estudiantes de
sociología de la UBA (ya graduados),
desde el vamos desoyó tales mandatos. Siguiendo una rica tradición intelectual, el Colectivo JP realizó una
especie de insumismo académico; es
decir, tomó al saber no como cosa
sacra acabada y le dio otras coordenadas de enunciación vinculándolo a
problemas que afectan. Saberes que
no concluyen ni se muerden la cola
a sí mismos, por el contrario fueron
atravesados por la memoria física y
verbal de sus integrantes; mezclados
con los agites barriales, ricoteros y
tribuneros que cargaban otros modos
de vida. Y, sobre todo, saberes que se
mostraron insuficientes tras el sacudón del “diciembre negro” que generó el acontecimiento Cromañón. Esa
“derrota brutal” de la generación nacida, criada y curtida en democracia,
que en su juventud se comió la resaca de la fiesta de la convertibilidad
sin haberla disfrutado, y que -como
un efecto colateral- promovió el primer ensayo del Colectivo JP desde la
escritura de un nosotros dispuesto a
la expansión.
A fines del año pasado, el Colectivo
Juguetes Perdidos publicó ¿Quién lleva la gorra?, que vino a consolidar el
trabajo hecho en Por atrevidos, su primer libro de intervenciones escritas.
¿Quién lleva la gorra? es un corpus textual, sensible y vital que viene construyendo el Colectivo JP en base a su
presencia e investigaciones en los
barrios que habitan como talleristas
y trabajadores. La pregunta del título conlleva otras que la anteceden:
¿Qué pasa en los nuevos barrios?
¿Qué sucede por afuera de los con-
sensos y de la retórica de la década
ganada? ¿Existen rajes posibles del
continuum trabajo-consumo-engorramiento? La vida anímica, material, vincular, precaria de los jóvenes,
¿puede mutar en una “adultez no
agilada”?
El método que desarrollan, mejor dicho el anti-método, alude a surfear el
desconcierto, la duda, la incertidumbre; a armar asociaciones y mantener
solidaridades con los pibes y pibas; a
activar la escucha, pensar con ellos y
no sobre ellos. En sus palabras “salir
y ver”, acercarse con espíritu spinozeano, sin identificar al otro como
“una amenaza o un damnificado”,
sino rastreando afinidades, puntos
de encuentro inéditos. Y lo que ven
en ese salto metodológico, es a vecinos que se cuidan el culito, a pibes
silvestres opuestos al pibe politizado
que auspicia el Estado, a cuerpos que
cargan muertes fáciles, calles desérticas, interiores sobrecargados, vidas
mulas, vidas locas, murmullos, estrategias, sensibilidades y capacidades
ocultas para subvertir lo establecido.
¿Quién lleva la gorra? es un libro incómodo, que enfoca la demanda hacia nuestras subjetividades, que nos
cuestiona y empuja a cuestionarnos,
que nos advierte que la gorra tiene
diferentes colores. Un libro que discute, que se puede discutir, que motoriza discusión. Un libro necesario.×
4
año 6 | nº 321 | 7 de junio de 2015
«Verbitsky odia mi libro.
Tiene esa cosa de los mitos que no quieren que
dejen la menor duda sobre su vida, esa cosa de
pureza total»
tigaciones ni su relación con Bergoglio, la Iglesia o los militares.
Cuento su vida profesional y algunos puntos tal vez oscuros que…
no sé si oscuros pero que tal vez se
habían tejido un montón de habladurías y me parecían contradictorios por parte de él y otros sectores que hablaban de él. Pero no
hubo una autorización. Si sé que
pidió ver antes el libro, le dije que
ni loco porque no tenía sentido
y en ese caso sí hubiera sido una
biografía autorizada. Le mandé
mail diciéndole que el pedido me
parecía obsceno.
Hernán López Echagüe
«Es fácil advertir que
a Verbitsky le gusta la
figura de mito»
Hernán López Echagüe es autor de El Perro, la primera de las dos biografías de Horacio Verbitsky
publicadas este año. Son más de treinta testimonios y una entrevista con el biografiado en donde, entre
otras cosas, se discute su paso por Montoneros, la herencia de Rodolfo Walsh, el exilio en Perú, sus
trabajos en la década del 90, su relación con los servicios, su papel en el kirchnerismo y la formación
de su propio mito. Tras el rally mediático Gabriel Levinas/Pedro Güiraldes (autor y colaborador de la
segunda biografía a publicarse en los próximos meses) en el que se renovaron viejas acusaciones
sobre la colaboración de Verbitsky con la Fuerza Aérea entre 1978 y 1982 y su trabajo como ghostwriter
de discursos de los brigadieres Ramón Agosti y Omar Graffigna, Echagüe explica por qué observa
vaguedad en la investigación y dice no encontrar relación alguna entre El poder aéreo de los argentinos
(libro publicado en 1979 por el Comodoro Juan José Güiraldes –retirado en 1951-, y con el que Verbitsky
aseguró haber ayudado en el ordenamiento de notas previas) y la Mansión Seré.
Por Mariano Zamorano
Fotos: Charo Larisgoitia
En la introducción mencionás que
la biografía nació de un pedido de
Rogelio García Lupo. ¿Cambió algo
tu concepto de Verbitsky durante la
investigación para el libro?
No cambió mucho. Había cosas que
quería resaltar: haber conocido su
oficina sin ventanas en Tribunales,
una casa antigua, un edificio que en
algún momento pudo haber sido
un conventillo, con puertas una al
lado del otro en las que que podés
imaginarte una costurera, alguien
que alquila una oficina por día y al
lado Verbitsky con un secretario o
secretaria y una habitación chiquita. Desde ese lugar se convirtió en
uno de los mejores periodistas de
investigación de las últimas décadas de la Argentina, con un poder
inefable, con gente que piensa
que prácticamente es el autor de
los discursos de Cristina o Néstor
en su momento, o que influía en
la política de Defensa. Me pareció
interesante eso. Era como revisitarlo, cuando trabajábamos en Página/12 no había una cuestión de
contacto porque él enviaba las notas. El concepto que tenía de él no
cambió: un tipo impenetrable que
hace un trabajo muy oficinesco en
algún aspecto, muy poca intemperie, moviéndose con fuentes
de toda naturaleza –algunos testimonios del libro aseguran que era
igual en la década del 70-. Un tipo
muy sagaz, que pregunta y cuestiona todo el tiempo al entrevistador.
Aclaro por las dudas que no es una
biografía autorizada como se dijo.
¿Y cómo la definís?
Creo que es más una mirada mía
personal, queda claro que dejo de
lado reseñar sus principales libros,
no entro en sus principales inves-
Está la figura del mito en la que
Verbitsky se reconoce cómodo. El
libro cierra con un diálogo en el
que te dice “si querés entender
los orígenes del mito yo soy judío
y soy montonero y estoy en Human
Rights y viajo a Estados Unidos”.
Es fácil advertir que al tipo le gusta
esa imagen, que comentemos su
función de ministro a la sombra,
de confabulador, de un tipo que
si lo tocan no saben con quién se
meten. Le gusta toda esa especie
de parafernalia que existe de duda,
de dónde vengo, hacia dónde voy,
quién está atrás de mí. Pienso que
hay una especie de exacerbación
por parte de él de esa figura. No
habla con tristeza de la construcción de su mito. Lo deja correr. Ser
un mito en vida no debe ser agradable para llevar una vida normal, al
menos que te guste y yo creo que a
él le gusta.
En el libro hay más de treinta testimonios con distintas opiniones
sobre su figura. ¿Destacás alguno?
Tuve una entrevista de tres horas
en su oficina en la que explica en
un momento toda esa cosa absurda
que salió ahora. Y te digo absurda
porque si no me sentiría un mal investigador. De hecho yo le muestro
el acta de la supuesta colaboración
con la Fuerza Aérea que tiene Levinas. Le pregunto qué es. Él lo mira,
pone cara, dice que no tiene nada
que ver con El poder aéreo de los argentinos, y que podría ser un contrato para una biografía de Jorge
Newbery que después no se hizo.
Me explica una cosa que tiene su
lógica, yo no me pongo a juzgar
porque para hacerlo hay que tener
condiciones y sostén moral y ético,
él dice que no tenía un mango
y estaba en la lona, tenía un hijo
recién nacido, Juan José Güiraldes
era un amigo de su padre con el
que se tenía mucho respeto y consiguió ese trabajo para editar un
libro, como también trabajó en
un libro de cocina judía y otro de
7 de junio de 2015 | año 6 | nº 321
5
yoga. Recurrí al Instituto Nacional
Newberiano, hablé con Salvador
Martínez, el presidente, y le hice
llegar el que pensé podía ser el
resumen de sesiones. Este hombre me llamó, y en términos muy
sanmartinianos me dijo que hace
unos años había habido una inundación por lo que no podía corroborar que ese escrito era verdadero
o no porque no tenían los originales. Es obvio que de haber corroborado la información, hubiese
publicado y se lo hubiera mostrado
a Horacio. Eso es lo que me parece
totalmente patético de Levinas y
Pedro Güiraldes -a quien también
entrevisté-. No veo por qué el presidente del Instituto Newberiano me
va a decir que no a mí y que sí a
Levinas. Después hablé mucho con
Juan Güiraldes y está totalmente
en desacuerdo con la versión de su
hermano Pedro, aunque dice que
no soporta a Verbitsky porque le
parece absolutamente soberbio,
pero de ahí a afirmar que hacía los
discursos de Graffigna no. Es obvio
que mi libro no tiene nada que ver
con el de Levinas porque él ve el
periodismo de una manera y yo la
veo de otra. Jamás le robaría plata
a León Ferrari como hizo él que
tuvo un juicio por vender obras
que la familia del autor le dio para
que llevara afuera y en el juicio declaró que se había gastado la plata
porque se enfermó.
«Hay ciertas cosas en
las que últimamente lo
noto más suelto, como
un retorno al Verbitsky
más crítico, el buen periodismo que hacía él,
un poco irrespetuoso,
incierto. Uno no puede
pensar que el poder político de turno tiene la
voz del amo.»
alidad?
Más jovial. Primero hablando en
primera persona, recordando situaciones, que le quita un poco esa
cosa estructurada de abrir guiones
y escribir veinte líneas que te dejan
con la lengua afuera. Tuve un intercambio a raíz de lo que escribió
por Leandro Santoro. Me parece
que está tomando un camino importante en general, creo que en
todo movimiento -basándome un
poco en nuestra experiencia en
los años setenta- la crítica es posible. Más allá de que en el libro me
hable maravillas de Mariano Recalde esa posibilidad de criticar me
parece buena. Hay ciertas cosas en
las que lo noto más suelto, como
un retorno al Verbitsky más crítico, el buen periodismo que hacía
él, un poco irrespetuoso, incierto.
Uno no puede pensar que el poder
político de turno tiene la voz del
amo.
¿Cuál fue tu postura con respecto al
acta de colaboración?
No voy a ser tan sucio como Levinas de no preguntarle algo así. Admito que me costó. En la entrevista
le pregunté si no le daba remordimiento pensar que mientras se
escribió el libro para el Círculo de
Fuerza Aérea –por más que fuera
un Círculo de ancianos- había tipos, como en mi caso, que estábamos haciendo cualquier tipo de
laburo en el exilio sin documentación y estaban pasando cosas muy
feas. Me respondió que no tenía
que tener remordimiento, que estaba en la lona sin un mango, y lo
ayudó su relación con el amigo del
padre. Otra cosa era que me dijera
que sabía que escribía el discurso
de Graffigna. Levinas lo da a entender. ¿Qué tiene que ver la Mansión Seré con El poder aéreo de los argentinos? Me parece muy maniqueo,
muy tirado de los pelos.
¿Cómo describís la figura de Pedro
Güiraldes, que en definitiva es el
principal acusador?
Es un tipo que tiene un problema
prácticamente personal con Verbitsky. Hacía todo un despliegue, con
cosas que yo ya conocía pero quería
corroborarlas por ser el hijo de Güiraldes. Tuvimos una discusión por
el tema de los derechos humanos
y me dijo que a su viejo le parecía
mal todo lo que estaba haciendo la
dictadura. Por otro lado, Pedro Güiraldes piensa que todo el mundo
es montonero y que acá hay montoneros que le van a preguntar cosas. Lo noté como una persona que
con información precaria quiere
desmontar la vida de Verbitsky. Es
¿En algún momento se llegó a confundir?
«Cuento su vida profesional y algunos puntos tal vez oscuros que… no sé si oscuros pero que tal vez se habían tejido un montón de habladurías y me parecían
contradictorios por parte de él y otros sectores que hablaban de él»
más: era tal el énfasis que ponía
que llegué a preguntarle si tenía
celos por cosas que habían pasado
hacía treinta años entre su viejo
y Horacio. Decía que no podía ser
presidente del CELS porque había
escrito discursos de Graffigna. Fui
a ver a Pedro Güiraldes como fui
a ver a Verbitsky, a Nadra o Bayer
que lo odian, o a Mattarolo que lo
ama. Son treinta entrevistas, todos
lo aman o lo odian, no hay una cosa
pulcra o una especie de análisis
como periodista o militante. O era
un buchón o una gran persona, no
había punto intermedio.
Verbitsky contestó que este argu-
mento se reflota cuando se mete
con ciertos poderes. ¿Coincidís?
No me atrevo a decir que es por
eso. Ya me habían contado que
Levinas había ofrecido el libro en
la editorial y lo habían rechazado
solamente por ser Levinas. Se quedaron con la idea y me llamaron
a mí. Tal vez por haber conocido
a Horacio en su momento, haber
compartido espacio de militancia,
Rogelio (García Lupo) pensó que
yo era el indicado. Creo que lo
peor de las denuncias de Levinas
es la vaguedad. Yo si fuera jefe de
redacción y me traen una información que más o menos veo que
no es verosímil le digo que se tome
una semana más para investigar y
después vemos. Lo más triste que
le puede pasar a un periodista es
ver que su investigación se cae y
por una cuestión de orgullo o intereses la quiera publicar. Después
hay una cuestión básica que Levinas empieza a montarse sobre
mi libro y decir que Verbitsky me
pagó 250 mil pesos para que yo escribiese la biografía Heidi. Por otro
lado, tengo que decir que Verbitsky odia mi libro. Tiene esa cosa de
los mitos que no quieren que dejen
la menor duda sobre su vida, esa
cosa de pureza total.
¿Cómo lees a Verbitsky en la actu-
Creo que con lo de Milani. Me dice
“vos sabés que a veces las cosas a
Capital llegan tarde”. No podés
decirme que llegan tarde cuando
sos el presidente del CELS y no
podés decir eso cuando estás muy
metido con los derechos humanos.
Publico un correo que le manda a
Nilda Garré en donde casi pide disculpas, como diciendo que no se lo
puede defender más en base a testimonios. Me causaba impresión
verlo dar explicaciones. Vos escribí, investigá y publicalo. Lo he
visto como más cómodo, arrellanado. Ahora debe haber mucha gente
del kirchnerismo que lo putee. La
nota de Santoro fue re dura si la
balanceás con el pensamiento algo
estructurado que tienen algunos
chicos de La Cámpora en el sentido
de no criticar nada. Me parece muy
bueno que en el periodismo o la
militancia las cosas no caigan bien
y se creen ámbitos de discusión.
¿A qué le decís Ni a Palos?
Ni a palos a Stamateas, a Paulo
Coelho, a Lilita Carrió y a Palito
Ortega en todo aspecto. Como una
vez dijo Verbitsky en unas elecciones en Tucumán en donde los
candidatos eran Antonio Bussi y
Palito Ortega: “qué dilema el de los
tucumanos, tienen que elegir entre el torturador de la picana y el
torturador de la guitarra”.X
año 6 | nº 321 | 7 de junio de 2015
6
Espíritu callejero
Más allá de la superficie de las “tribus urbanas” y todas las tipologías habituales de noticiero, existen capas y capas de subculturas,
de espacios de pertenencia, con sus diferencias sutiles o, en muchos casos, abismales. El movimiento skinhead antifascista es uno de
esos espacios que transitan la Ciudad de Buenos Aires, con sus encuentros, bandas y demás actividades sociales y culturales propias.
Conscientes de la falta de un lugar de encuentro. un grupo de jóvenes decidió en 2011 abrir el primer lugar hecho por y para los skins
antifascistas de Buenos Aires. Así nació, La Cultura del Barrio, un club social y deportivo ubicado en el corazón de Villa Crespo, que de lunes
a viernes funciona como escuela de box y los fines de semana se hacen recitales, y se sostiene con el apoyo comunitario. ¿Cómo funciona
este lugar sostenido a base de fuerza y compañerismo?
Por Valeria Lugosi
La diferencia entre hacer y no hacer es justamente esa. Un grupo de
jóvenes decidió dejar de quejarse
por no encontrar un espacio para
ellos y optó por destinar su tiempo a crear un ambiente propio, en
donde harían las cosas a su manera. Así fue como en 2011 nació el
primer lugar hecho por y para los
skinhead antifascistas en Argentina, llamado La Cultura del Barrio,
un club social y deportivo de Villa
Crespo. Es una especie de chalet antiguo con patio, ladrillos a la vista,
techos de chapa con gatos caminando sobre él, con una sala para
recitales que, entre shows, ferias y
clases de boxeo, escribe su historia.
“Nosotros venimos de un ambiente
que no tenía un espacio, siempre teníamos que ir a lugares que no nos
gustaban, con precios muy caros, y
la verdad es que no nos representaban en lo más mínimo”, explica
Luis Tabera (36), socio fundador de
La Cultura. El sitio, ubicado a unas
cuadras de Avenida Corrientes y
Juan B. Justo, era una maderera
abandonada. “No sabemos por qué
pero entre los escombros le vimos
potencial”, dice. Impulsados por las
ganas de hacer, este grupo de amigos construyó desde el escenario
hasta el baño con sus propias manos. Según cuenta Luis, los pibes
salían del trabajo y se iban directo
ahí, a colaborar con lo que fuera
necesario. Y remarca: “en principio
nosotros nos pusimos una bandera
que vamos a llevar siempre, que es
la cultura skin. Creo que eso es lo
que más nos representa como lugar, es lo que nos hace únicos. No
somos ni mejores ni peores, hacemos las cosas a nuestra manera,
que es la que creemos correcta”.
Luis arrancó con la actividad social
luego de la crisis de 2001, ayudando a los desocupados en un centro
de Avellaneda. Ahí hubo problemas: como si fuera una pelea de
pandillas, le tiraron bombas molotov en donde se desarrollaban las
actividades. Mientras tanto, en La
Cultura del Barrio se celebra que
jamás hubo una pelea en los cuatro años que lleva abierto. “Este
lugar no podría haber surgido de
esta manera en aquel momento
histórico”, asegura. El crecimiento
de Internet y el alcance que tuvo
en los últimos años ayudó mucho a
que se conocieran nuevas maneras
de pensar: “en los noventa o eras
punk, o eras skin o eras rollinga,
no podías hacer otra cosa. Habla
de otra generación”. Nicolás Bondarenko (25), socio fundador nacido
en Río Gallegos, agrega que ahora
la gente tiene mucho más acceso a
la información, ya que antes “había
que leer un fanzine o charlar con
ciertas personas para saber de qué
iba la movida. Ahora hay más acceso, lo cual amplia más mentes”.
-¿Por qué eligieron ser un club
social y deportivo?
Luis: Porque tenemos el pensamiento romántico del club social
y deportivo de antes, el que funcionaba como lugar de encuentro,
algo que hoy en día con internet
de por medio se pierde. Nos gusta
saber que cualquier día tocás el
timbre y entrás, porque algo va a
haber. El día de mañana soñamos
con tener un escudo, un equipo de
futbol, y que sea nuestro. Los que
somos amigos de muchos años
siempre tuvimos el mismo sueño
de tener un club, todavía lo tenemos y por eso lo estamos llevando
a cabo, pero pensarlo ya de por sí
era algo muy groso. Ser un club social y deportivo no es lo mismo que
un centro cultural o un boliche, es
marcar una diferencia. Tratamos
de ser parte del barrio siempre, no
cerrarnos, no ser una especie de
ghetto, abrirnos y también que la
gente se interese.
Dentro y fuera de la red
Durante la semana en La Cultura
del Barrio se dan clases de boxeo,
que se cobran a colaboración. Son
de lunes a jueves y no tiene grupos
fijos: podés ir a la que te quede más
cómoda. Hace poco, de manera
simbólica y para que los alumnos
se sientan parte, se incorporó la
opción de ser socios, por la módica
suma de $50 por mes. El rango de
edad va desde los 17 hasta los casi
40 años. Nicolás y Luis dicen que se
armó un buen grupo porque, más
"Ser un club social y deportivo no es lo mismo que un centro
cultural o un boliche, es marcar una diferencia. Tratamos de ser
parte del barrio siempre, no cerrarnos, no ser una especie de
ghetto, abrirnos y también que la gente se interese"
allá de practicar un deporte, hacen
comidas o transmiten alguna pelea
importante en pantalla gigante con
el fin de juntar plata, ya que todo lo
que hacen es en beneficio de ellos
mismos. “Nosotros, al venir de una
movida que tiene que ver con el
punk, tenemos otra clase de conciencia, al menos en la práctica”,
cuentan.
De jueves a domingo, en un estricto
horario que finaliza a las 22 hs para
mantener la paz con los vecinos, se
hacen los recitales. Una vez que los
interesados reservan la fecha, cada
uno puede hacer lo que quiera con
el espacio. Se suelen organizar actividades durante la tarde, con el fin
de aprovechar el lugar.
Las bandas, además de fijar el precio de su entrada, se quedan con
la ganancia de lo que se facture en
puerta. Lo que queda para La Cultura del Barrio es lo que se gane en
el buffet. “Otra de las cosas en las
que estamos en contra y una de las
razones por la que hicimos este espacio es cuando se les cobra a las
bandas para tocar o a las ferias para
tener su puesto. Nos parece justo
que se queden con las ganancias de
las entradas. Ellos son los que traen
la gente, nosotros somos nada más
que un espacio, ellos le dan vida.
7 de junio de 2015 | año 6 | nº 321
La verdad es que nosotros estamos
muy agradecidos a las bandas y a la
gente que siguen haciendo fechas
acá, que se preocupan por respetar
el lugar y a los vecinos. Nos parece
lo mejor que puede pasar”, asegura
Luis.
En una escena cada vez más cerrada para las bandas under, algunas
aprovechan la oportunidad y recaudan para irse de gira o para financiar su disco. Nicolás, agrega:
“La Cultura del Barrio fue armada entre amigos, entonces ya de
por sí tiene esa impronta de querer que todo sea fraterno”. Hace
poco, se realizó un show que se
llamó “Bancate el estilo Fest” y
tocaron: Reskatate (reggae), Ardetruya (punk), Soul Junkies (soul) y
Justify (straight edge). “Es muy estúpido separarse por ropa, música,
7
"Luis arrancó con la actividad social luego de la crisis de 2001, ayudando a los desocupados en
un centro de Avellaneda. Ahí hubo problemas: como si fuera una pelea de pandillas, le tiraron
bombas molotov en donde se desarrollaban las actividades. Mientras tanto, en La Cultura del
Barrio se celebra que jamás hubo una pelea en los cuatro años que lleva abierto"
más si se tiene el mismo objetivo”,
concluye Luis. Por otro lado, Juan
Lijtmaer, bajista de Staya Staya,
Reskatate y guitarrista de Desagüe
(tres bandas que forman parte del
núcleo central de La Cultura), cuenta que hubo un gran cambio desde
que se empezó con el lugar. Antes
no había escenario, ni equipos, ni
batería, además la sala no estaba
acustizada y no había iluminación.
“Todo esto fue mejorando gracias
a la dedicación que le ponemos al
espacio”, asegura.
Borde recto
Actualmente, La Cultura del Barrio
tiene personalidad jurídica y es
una asociación civil. En diciembre
planean mudarse a un espacio más
grande, de dos pisos, también en
Villa Crespo. El próximo escalón es
establecerse en ese nuevo lugar y
llenarlo -¡más aún!- de actividades.
También tienen la idea de poner
un ring para que las clases de boxeo sean más profesionales. Luis
comenta que uno de los objetivos
es ser cooperativa de trabajo y que,
para llegar a eso, sí o sí necesitan
un nuevo espacio. “La idea es quedarnos en el barrio porque muchos
de los pibes que vienen o dan actividades o tienen su banda o participan de alguna manera son de acá,
que se fueron integrando a lo largo
de estos años”, dice Nicolás. “Tratamos de mantener la identidad del
barrio. La Cultura del Barrio nació
en Villa Crespo, y seguirá acá”, detalla Luis.
Hay un sentido de pertenencia muy
grande por parte de los habitués
del lugar. Si tenes una banda hardcore, OI! o straight edge, pasar por
el escenario de La Cultura es sentirse como en casa. Luis explica que se
dieron cuenta de que forman parte
de la vida de la gente, que van todos los fines de semana y que esperan que llegue el día para ir. “Para
mi seguimos siendo los cinco que
empezamos todo, pero después te
das cuenta que no, que quizá en un
fin de semana llegaron a pasar 500
personas, y que somos parte de una
nueva forma de hacer las cosas.
Más allá del esfuerzo que pusimos
para lograr esto, nosotros estamos
a la par de todos”, dice Luis.
La Cultura del Barrio tuvo el apoyo de la gente más importante de
la movida: Nekro, cantante y com-
positor de Fun People y actualmente en Boom Boom Kid, les mostró
su apoyo en reiteradas notas a la
prensa; Martín Sorrondeguy de Los
Crudos fue a participar de algunas
actividades; y Fermín Muguruza,
cantante de la banda referente en
el género, Kortatu, comió un asado
con ellos. Lo que tienen en común
estas bandas es que sus palabras
son consecuentes con sus acciones.
Tal como se hacen las cosas acá.
-¿Sienten que hay algún límite a
la hora de crecer?
Luis: Todo lo hacemos según nuestros valores, que son los que aprendimos desde siempre. Creo que
mientras seamos fieles a lo que
pensamos, no tenemos por qué tener miedo. Existe esa idea de que si
crecés está mal, como una especie
de culpa. La posta es que cuando
hacés las cosas bien, te va bien,
siempre y cuando no se explote a
nadie y mientas nuestra cultura
siga intacta. Este es nuestro lugar
en el mundo, nosotros lo hacemos
como queremos y eso se construye
teniendo como base la amistad y el
respeto, que para nosotros son cosas clave. Hay gente que es de otra
movida, pero que sin embargo lo
entiende y lo comparte. La Cultura del Barrio está libre de todos los
vicios de afuera, como el egoísmo
y ese tipo de cosas. No creemos en
eso y no nos manejamos así.
Nicolás: Trabajamos por lo que
nos gusta hacer. Está muy presente esa idea de que si creciste
es porque a alguien le pisaste la
cabeza, y justamente nosotros vamos por el otro camino de crecer,
el alternativo, donde eso no es necesario.
Entre tantas actividades sociales,
también hay un lugar para los
eventos a beneficio. Empezaron
haciendo recitales en la calle con
el “Festival Antifascista”, que
unía diferentes géneros de música
pero con el mismo ideal. Juntaban
ropa y comida que iba al Penal de
Olmos y también a un centro cultural en Avellaneda donde había
clases de apoyo escolar. Más allá
de esto, los muchachos detectan
una tendencia: muchos de los que
organizan recitales los hacen a
beneficio de los animales. También otro grupo se organizó para
hacer recorridas en Caballito y le
llevan comida y abrigo a la gente
en situación de calle. Además hay
otros chicos que colaboran con
los internos del Borda, y organizan fechas todos los meses.
Luis y Nicolás remarcan que las
puertas están abiertas para todos.
Hay actividad de lunes a lunes,
tienen la agenda ocupada hasta
fin de año y eso no les alcanza:
el techo no existe. Y dicen que el
orgullo que les genera haber creado el primer espacio de la cultura
skinhead antifascista en Argentina no se los quita nadie.X
"El crecimiento de Internet y el alcance que tuvo en los últimos
años ayudó mucho a que se conocieran nuevas maneras de
pensar: 'en los noventa o eras punk, o eras skin o eras rollinga,
no podías hacer otra cosa. Habla de otra generación'"
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año 6 | nº 321 | 7 de junio de 2015
El 17 de octubre
de las minas
La salidera
Eventos, lanzamientos, recomendaciones
Ciclo puente
Por Lautaro Batista Rodríguez
No se me ocurre qué les pasa en el balero a los flacos que lastiman mujeres,
esposas, hermanas, hijas, desconocidas,
si es producto de años de un sistema de
patriarcado afín al capitalismo salvaje,
si es un daño estructural en las personalidades de algunos varones producto
de traumas o problemas no resueltos,
una posición androcultural de control
y hostigamiento sobre el cuerpo de la
mujer o lo que sea, la cuestión es que
cada semana nos enteramos de una
nueva chica asesinada o de un marido
celoso que agrede física y verbalmente
a su esposa, que la policía no escucha,
que los jueces bajan las penas o se lavan las manos y en el medio te habrá
pasado seguramente de escuchar o
participar de charlas en el laburo o en
el barrio donde minas y tipos justifican
o ningunean esta cuestión tan violenta
en relación a las mujeres. La semana
que pasó las fotos del “Ni Una Menos”
en manos de famosos, políticos y deportistas saturando redes y medios marcaron un pulso del amplio consenso que
iba a tener la marcha del 3/06.
Salgo del laburo a las 16.30 y ya
en Avenida de Mayo y Perú empezaba la gente a caminar por el
medio de la avenida con dirección
al Congreso. La verdad: no tenía
muy en claro qué tipo de marcha
podía surgir con tantos sectores
distintos y a veces contradictorios
en la convocatoria. Cuando llego a
9 de Julio las cientos de personas
raleadas que venían del bajo ya
se habían convertido en algunos
miles pujando entre isla e isla de
cemento del Metrobus. De a poco
la fisonomía de una movilización
distinta en una tarde pegajosa de
otoño nos va metiendo en un clima emocional particular que se
vivía en el lento caminar hacia el
Congreso. No sé tanto de números
y proporciones más dignas de Olé
o de la policía, pero aseguro que
moverse de un metro a otro se
había convertido en un problema
estilo campo-de-recital-del-Indio.
En ese contexto mirar gestos y
caras chocando a centímetros de
nuestras narices era poco menos
que un deporte. El semblante más
visto en las caras de las mujeres,
las militantes y las civiles, era de
concentración lacónica y seriedad; el de los flacos, que eran bastante menos, combinaba preocupación y enojo como diciendo “no
soy culpable de los energúmenos
de mi género”. Así entre el sopor
y las muchedumbres avanzamos
en un mundo que ¡por suerte!
mezclaba las pibas del frente de
mujeres del Movimiento Evita
(con sus banderas violeta identificando pertenencias territoriales
como 3 de febrero o Ingeniero
El recién inaugurado Centro Cultural Kirchner lanzó la
programación para su inaugural mes de junio y entre
lo mucho que ofrece no podemos dejar de destacar
el Ciclo Puente, una propuesta que busca rastrear
los nuevos sonidos transgenéricos que inundan
Latinoamérica. Cumbia digital, hip hop, folclore
electrónico, todas las nuevas formas que asume la
música continental bajo el cruce entre lo digital y lo
acústico. La propuesta, por lo demás, se apoya en el
imponente marco del CCK: en La Cúpula, y utilizando
la caída del sol y el cambio de luz como escenografía,
el ciclo ofrece dos bandas o solistas intercalados por
Budge), con un grupo de treinta
señoras sub 60 y 50 recién salidas
del Colegio de Abogados con sus
cartelitos Ni Una Menos. Orgas
nacionales y populares, partidos
de izquierda, gremios, frentes
barriales, grupos de género y muchísima pero muchísima gente no
organizada en ámbitos militantes
reventaron el perímetro de calles
del Congreso como pocas veces
en los últimos años. Y dato obvio
que ya era obvio: la preeminencia
de las mujeres, la gran mayoría de
los asistentes a la marcha.
De veinte años, quince, sesenta o
cuarenta, del palo artístico, de la
facultad de sociales y de la UFLO,
hippie, murguero, del conurbano
profundo, de Palermo Queens, de
los centros de estudiantes combativos de la CABA o de las oficinas
bancarias y administrativas del
centro porteño, de las madres del
Lengüitas o las que llevaban cartelito de sus nenas desaparecidas
en algún barrio donde a nadie le
importa, de quienes llevaron paraguas en alguna marcha a los
que estuvieron bancando en los
festejos del último 25 de mayo
fue esta jornada tan interesante y
multitudinaria.
Atrapado entre un puesto de patychori, una señora con un carrito
de bebé y una columna numerosa
de mujeres con gorritas y banderas verdes de la Unión Ferroviaria puedo ver que se les cruza
otro grupo de mujeres, algunas
de ellas en tetas, la mayoría encapuchadas tipo ISIS, cargadas con
palos de tacuara “para defensa
personal”, gritos de “aborto ya!”
y empujones. Al parecer este grupo anarco-desnudista quería pasar hacia otro lugar. Después de
un par de “compañeras, no nos
empujemos” o algo así, las dejé
de ver y la columna ferroviaria
siguió su camino.
Yo me fui como pude, con la sensación de que de este cruce de
mundos (y en los que están por
venir, si seguimos a este nivel
de marchas) depende más el futuro, que de las cien mil fotos y
sus cartelitos en las redes y los
medios. X
un DJ invitado. Hoy domingo 7 estarán, por un lado,
el combinado argentino-uruguayo WESTE con su
folk electrónico salpicado de pop y, por el otro, los
MC's de FAAUNA, ofreciendo sus beats de metafísica
chamánica. DJ Lauphan, con su “cachengue cósmico”
será el encargado de tejer el puente. El ciclo sigue con
Benito Malacalza + Dom La Nena (Brasil) + DJ Ritmo
Madre el próximo domingo 14; King Coya + Santiago
Vázquez + NDE Ramírez + DJ Leo Martinelli el domingo
21; y Dat García + Morbo y Mambo + DJ Campeón el
domingo 28. Siempre a las 20 hs. El CCK queda en
Sarmiento 151.
Chaucoco!
Rodrigo Ruiz Díaz y Manuel Eguia (actual “Ciruelo”)
comenzaron a darle forma a Chaucoco! en 2006. Al frente
de un quinteto de músicos, el cúmulo de canciones
compuestas por el dúo derivó, dos años después, en
un primer disco homónimo, que precedió a Dispersión,
el álbum que, ya con nueva formación y otra impronta,
editaron en 2012. De aquellas sonoridades que lanzaron
a los “cocos!” al mundo de la canción acústica, el jazz o
inclusive la música de cámara, queda un rastro lejano en
el más reciente trabajo del ahora cuarteto. Las Reglas,
Staff
Director
Federico Scigliano
Editor
Diego Sanchez
Redactores
Pablo Móbili
Martín Rodríguez
Emiliano Flores
Franco Dorio
Julián Eyzaguirre
Romina Sánchez
Diseño original
Nizo Mauas
Arte
Diego Paladino
Fotografía
Patrick Haar
recién lanzado, retoma el viaje exploratorio al mundo de
la canción pero lo hace apoyándose en nuevos sonidos y
a fuerza de guitarras eléctricas y sintetizadores. Dirigido
por Marín Rur, en clarinete y teclados, Juan Pedro Huici,
en bajo y coros, Tomás Finkelsztein, en batería, y el ya
mencionado Ruiz Díaz, en voz, guitarra y teclados, Las
Reglas cuenta también con la participación de Eguía en
voces y los arreglos de Juan “Pollo” Raffo, entre otras
colaboraciones. Los diez tracks del disco se pueden
escuchar en chaucoco.bandcamp.com
Redacción:
Amenabar 23 (C1426AYB)
Ciudad Autónoma de
Buenos Aires
Contacto:
[email protected]
Departamento
comercial:
Tel.: 4776-1779
Internos: 156 y 159
Venta de ejemplares
atrasados:
Azopardo 455.
Tel.: 4342-8476
Impresión: Editorial
AMFIN S.A. Paseo Colón
1196. Ciudad Autónoma
de Buenos Aires
Distribución en Capital
Federal y Gran Buenos
Aires:New Site. Baigorri
103, CABA
Distribución en el
interior: Inter Rev S.R.L.
Av. San Martín 3442.
Caseros Pcia. de
Buenos Aires