La prevención de la violencia desde la educación Familiar y Escolar

La prevención de la violencia desde la educación Familiar y Escolar
Eje temático: Cultura de paz y promoción de valores en la sociedad contemporánea.
Palabras claves: Educación, Valores, Familia, Escuela, Convivencia.
RESUMEN
El propósito
de la
siguiente presentación
es conocer
la importancia que juega la
educación brindada en la familia, la relación que guarda la misma con la escuela y las
alternativas que pueden proporcionar estas dos instancias a los problemas de convivencia
en el hogar y en la escuela.
El argumento central se basa en la enorme responsabilidad que tienen la familia y la
escuela de formar seres humanos íntegros que participen en la mejora de su entorno social,
contribuyendo al fortalecimiento de conductas no violentas tales como la equidad, la
tolerancia, el respeto, la sana convivencia etc. manteniendo una adecuada comunicación
para trabajar conjuntamente en pro de la prevención de conductas violentas en el hogar y
en la escuela, generando recursos humanos para enfrentar positivamente los retos que la
sociedad actual demanda.
INTRODUCCIÓN
En la actualidad el tema de la violencia ha tomado gran relevancia, pues todos la vivimos
de manera directa o indirecta en diversas situaciones, tristemente escuchamos como los
jóvenes portan y usan armas para atacar a terceros, observamos cómo los niños se
expresan con sus compañeros y como estos mismos
participan
en actos violentos de
acoso o maltrato escolar, hacia aquellos que son aparentemente más “débiles” o
considerados “diferentes”, observamos como disfrutan sintiéndose admirados por quienes
celebran este tipo de actos, pero también nos damos cuenta de cómo los padres y
profesores reaccionan ante todo esto, algunos responden fortaleciendo la agresividad,
incitando a los hijos o a los alumnos a no dejarse, a decirles frases como “no te dejes”
otros se comportan de manera indiferente diciendo: “no exageres” “son cosas de niños”
“todos lo hacen” y otros más se cuestionaran
¿porque la gente actúa de tal manera?,
¿por qué algunos jóvenes son tan violentos o tan poco tolerantes?, y muy probablemente
estos querrán encontrar la respuesta en el exterior, fuera del hogar o la escuela cuando la
respuesta está en que los niños imitan, ¿a quién?
a quienes los “educan” a quienes los
“forman”, con quienes conviven, recordemos lo que Bandura y sus colaboradores
aseveran al mencionar que una parte importante del aprendizaje humano consiste en la
repetición de comportamientos, a lo que le denominaron aprendizaje por observación a
través de un modelo (Feldman 2012), por lo tanto si un niño observa que su papá se dirige
con malas palabras a su mamá, lo más seguro es que este niño repita el mismo acto con su
hermana o sus compañeras de escuela, de igual forma si un chico observa que su maestro
se dirige sin respeto a ellos, crecerá creyendo que las cosas se arreglan así. Pick y
Givaudan, (2006) nos dicen que podemos prevenir las conductas violentas desde edades
muy tempranas; si consideramos esto los padres y los docentes
son los principales
responsables del comportamiento y la educación de los niños y los jóvenes.
Sería grandioso que Familia y la Escuela colaboraran para que existiera el respeto y el
cuidado a sí mismos y a los demás, pues tendríamos niños y jóvenes felices, realizados,
íntegros, conviviendo en paz con su familia y con el resto de la gente, nadie batallaría con
los graves problemas y males que aquejan actualmente a nuestra sociedad, tales como la
violencia y
la falta de aplicación de los valores, sin embargo sabemos que muchos
padres diariamente se enfrentan a la nada fácil tarea de educar a aquellos niños que en los
primeros años son incapaces de valerse por sí mismos, requiriendo de los cuidados y
atenciones que le brindan sus padres para sobrevivir, los mismos realizan este trabajo
muchas veces guiados por su intuición, carentes de información y de herramientas que le
permitan crear seres humanos productivos que honren a su familia y al país en el que viven,
por lo tanto los padres deben estar conscientes de que el hogar es la primera escuela de los
hijos en la que aprenderán y adquirirán los valores necesarios tales como el respeto, la
tolerancia, la equidad, entre muchos otros más, que les permitirán relacionarse de una
manera sana con sus semejantes.
CONTENIDO
La escuela y la familia son dos instituciones que no deben actuar separadas, ambas se
complementan y pueden mejorar la calidad de la educación, no solo en contenidos teóricos
o científicos, sino también en lo relacionado a los valores y la trasmisión de la cultura de
paz.
En lo que se refiere a la familia De White (2007) afirma que la educación que se imparte
en el hogar no debe considerarse un asunto de importancia secundaria, ocupa el primer
lugar en toda verdadera educación. Los padres y madres han recibido la responsabilidad de
moldear las mentes de sus hijos. La familia es una institución educadora y un sistema
socializante en que la persona se enfrenta a un moldeamiento de conductas disciplinarias y
afectivas; este grupo a su vez, se halla relacionado con la sociedad, la que le suministra
cultura e ideología particulares.
La familia como un grupo social desempeña varia funciones, entre las más importantes
según Feldman y Oxford (1990) están las siguientes:
1.- Retroalimentación y guía respecto del comportamiento de los miembros.
2.- Suministro de un sistema de creencias, valores y códigos de conducta.
3.- Mediación en la solución de problemas, prestación de servicios prácticos y ayudas
concretas.
4.- Ofrecimiento de un puerto de descanso y recuperación.
5.- Validación de la identidad de los miembros de la familia.
6.- Resistencia en el campo emocional.
Sin embargo , la familia no puede reducirse simplemente a las funciones que realiza, es
necesario que brinde además un espacio en el que los hijos se puedan desenvolver de modo
natural, se realicen, crezcan y sean felices, esto lo brindará el clima familiar, entendido
como la atmósfera psicológica que prevalece en un hogar y en el que sin duda alguna tiene
mucho que ver el estilo de crianza, que se refiere aquel conjunto de saberes y supuestos
ideológicos que modelan la acción de los sujetos a nivel de “socialización primaria”, cuya
realización queda normalmente a cargo de las familias. Son las distintas maneras en que los
padres orientan la conducta de sus hijos incluyendo las reacciones que presentan cuando
éstos últimos transgreden las normas familiares y sociales. González (2002).
Por ello es necesario que los padres conozcan el estilo de crianza que están utilizando con
sus hijos, pues este generan conductas que favorecen la sana convivencia o inducirá a la
agresión y a la violencia.
ESTILOS DE CRIANZA
Descripción
Estilos de
crianza
Autoritario o Padres que imponen sus normas, sin explicaciones.
dictatorial
Ven
el castigo como algo suficiente para evitar conductas no
apropiadas.
Consideran que el diálogo es innecesario, lo que importa es la
obediencia.
No tiene en cuenta los intereses y necesidades de los hijos.
Permisivo o
Los padres muestran altos grados de afecto y comunicación pero unidos
Relativo
a una ausencia de control y exigencia en el cumplimiento de normas.
Los intereses y deseos de los hijos son los que dirigen la interacción
entre los padres y ellos
Paternalista o
Los padres paternalistas basan toda la educación de su hijo en el
sobreprotector concepto de protección.
Consideran que su hijo
está desvalido y que ellos son quienes deben
velar por su seguridad y resolverle los problemas.
Los padres se responsabilizan de todo lo que les sucede a los hijos.
Están al pendiente de que nada les falte, ni algo les provoque dolor o
sufrimiento.
Padres muy cálidos
pero al mismo tiempo exigentes y firmes,
Autoridad
estimulan la madurez de sus hijos.
como servicio
Les ponen límites y hacen respetar las normas
o de amor
Padres Comprensivos, afectuosos y que fomentan la comunicación.
Sensibles a las necesidades de sus hijos, estimulan la expresión.
Es cierto que en algunos momentos los padres pueden establecer combinaciones de los
diferentes estilos de crianza, sin embargo hay uno que prevalece la mayor parte del tiempo
y es necesario identificar que el estilo de crianza más conveniente es el de autoridad como
servicio de amor ya que este proporciona las herramientas necesarias a los hijos para
desenvolverse de una manera adecuada en su contexto.
ENLACE (2000)
Afirma que la autoridad-servicio está relacionada también con la
responsabilidad de los padres como primeros educadores, los cuales necesitan aplicar las
fases de la autoridad: pensar, informarse, decidir, comunicar y hacer cumplir, prescindir de
algunas de ellas puede llevar a la improvisación, por consiguiente, al autoritarismo o al
abandonismo.
Por otro lado también es necesario que los padres conozcan que entre el nacimiento y el
logro de la madurez física y emocional de un ser humano tiene que transcurrir un largo
periodo de crecimiento y aprendizaje, en el que sin duda alguna, se tendrá que establecer
relaciones con otras personas, tanto en el ámbito familiar como en la escuela o en la
comunidad y para que estas relaciones sean sanas se necesitan cualidades como la
empatía, la tolerancia el respeto y la asertividad que permitan ceder en algunas ocasiones
y ganar en otras, esto se aprende sin duda alguna primeramente en el hogar pues es el lugar
donde se cimentan las bases para una sana convivencia desde la infancia hasta la madurez,
recordemos que el niño de hoy será el adulto que necesitará insertarse mañana en una
sociedad, y sin límites ni reglas sufrirá muchos fracasos,
Por otra parte Cálcena (2010) afirma que el aprendizaje sobre la paz o sobre la violencia,
no es un proceso teórico, sino vivencial. Los significados sobre amor, solidaridad, empatía,
respeto, se aprenden en los vínculos más próximos, es decir en la
familia. Los niños y
niñas aprenden principalmente del ejemplo y si se les enseña que los conflictos pueden
resolverse a golpes e insultos, probablemente reproduzcan estos patrones violentos de
conducta en el futuro.
Tenemos que hacer de la familia la democracia más pequeña en el centro mismo de la
sociedad, para que la democracia que todos queremos sea el espejo fiel de nuestro grupo
familiar. Un grupo donde no tenga cabida la violencia, los malos tratos, la incomprensión o
el egoísmo.
Un grupo armonioso dispuesto a trabajar por México con lo mejor de sus capacidades y
talentos, participando activamente en el fortalecimiento de las instituciones, con entrega y
decisión y viviendo creativamente el cambio de la sociedad. Enlace (1988)
Ahora bien, después de la familia, la escuela es la más importante agencia de socialización
del niño, continúa, integra y amplía la educación de los padres, trasmite valores, cultura y
tradiciones sociales Georgi (1985).
En lo que respecta a su participación en la formación de los niños y adolescentes, para
evitar actos violentos, esta primeramente el crear un ambiente seguro, en el que se
involucren, las autoridades y todo el personal de la escuela, pero principalmente los
docentes, quienes comparten de cerca lo que ocurre dentro del salón de clase.
Si se considera que la escuela es un microsistema en donde los estudiantes están insertos
en una estructura social y política, el funcionamiento del salón de clases, su sistema de
justicia, sus convenciones sociales y los patrones de funcionamiento son experiencias que
favorecen o inhiben el desarrollo de la responsabilidad social en los estudiantes. Lo que
se aprende en este contexto con relación a como se resuelven los conflictos, el
establecimiento de relaciones de respeto entre pares, estilos de relaciones con personas de
diferentes niveles jerárquicos etc.…es lo que los futuros ciudadanos repetirán desde las
posiciones que ocupen en la comunidad cuando sean adultos. Milicic (2013).
Por lo tanto la función que desempeñen los docentes en la escuela al igual que la de los
padres tendrá un impacto en la formación integral de los niños y adolescentes, el trabajo
que los educadores realicen deberá tener su base en el liderazgo, pues como lo mencionan
Molinar y Velázquez, (2007) Los profesores motivan e inspiran en el proceso de enseñanza
y aprendizaje; hacen que las cosas sucedan; son líderes proactivos, son un ejemplo y
modelo en la vida de los estudiantes.
Sin embargo al igual que los padres los docentes manifiestan diferentes estilos de liderazgo
como lo explica Levicki 2000 citado y adaptado por Molinar y Velázquez (2007)
Estilos de
liderazgo
Autocrático
Descripción
Centrado en sí mismo, dominante, dirige el imperio desde el centro.
Envía las respuestas desde la cima, no consulta.
El líder define los roles y les dice a las personas que hacer, cómo y
cuándo.
Tolerante
Deja que las personas resuelvan los conflictos. Rara vez se involucra.
Participa poco. La función principal del líder es facilitar y comunicar.
Democrático
Participativo, conoce la respuesta, hace que las personas se sientan
confiadas en su tarea y dignas de confianza. Sí consultan a los demás.
El líder tiene un comportamiento directivo y de apoyo a la vez.
Paternalista
Resuelve los problemas de los demás. Casi no permite la consulta.
El líder brinda poca dirección y apoyo.
Cada docente tiene su propio estilo de liderazgo, sin embargo la democracia es la mejor
práctica que los profesores pueden utilizar si quieren influir de manera cordial y positiva
en sus alumnos.
El docente no solo debe preocuparse por las cuestiones académicas sino también por las
personales, es necesario atender aquellos asuntos que no son académicos, y que ocurren
dentro del aula cuando el docente está presente, y que influyen en el ambiente escolar. Lira
y Vela (2013) señalan que los docentes pocas veces perciben al otro, al copartícipe del
proceso de educar, en su aspecto de persona y no de discípulo, pero el docente que está
alerta a lo que ocurre en su clase con sus alumnos podrá crear un ambiente escolar sano en
el que se manifieste el respeto, la tolerancia la empatía y se considera al otro como un ser
humano sensible.
En el salón de clases, el maestro es el elemento decisivo para crear un ambiente que
favorezca una buena relación entre todos los integrantes del grupo. El maestro es quien
crea el clima, pues con su manera de ser trasmite su entusiasmo o desgano y puede hacer
de la vida en el aula algo gozoso o algo miserable. Varela y Sánchez (2010).
Por otro lado, la formación del profesorado y el propio papel del mismo en la mejora de las
condiciones sociales en las cuales tienen lugar los procesos de aprendizaje y desarrollo
tienen un papel muy relevante Furlan (2012), pues si bien la exclusión, el acoso, el
desprecio, la intimidación entre compañeros ha existido siempre, es verdad que hoy ésta
situación ha sido percibido con mayor atención por los adultos, y no es válido ignorarla y
mucho menos creer que es algo normal, que siempre ocurrirá en los estudiantes y en los
salones de clase, o pensar que es algo que al docente no le compete.
Furlan (2012) Señala que los cambios que exige una escuela que forme para la paz son;
por una parte los llamados cambios estructurales, es decir, un sistema educativo que forme
bien a sus docentes, una escuela con un sistema de convivencia, que estando basada en
valores democráticos y de respeto mutuo sea una organización eficiente y eficaz para
lograr una sana convivencia.
Por lo tanto, es necesario que la escuela deje de ser un factor de riesgo para la violencia y
que se convierta en un factor de protección, donde las conductas violentas no sean vistas
como normales, que los alumnos adquieran no solo conocimientos o habilidades sino
también actitudes de simpatía, condolencia, cooperación y generosidad con los otros, sin
olvidar que el docente es el principal ejemplo para los alumnos, como lo indican Lira y
Álvarez (2013) al afirmar que los maestros siempre serán modelos para sus alumnos,
(igual que los padres para sus hijos) y que la mayoría de las veces los profesores son
“faros” que guían con su luz a la sociedad, testimoniando su solvencia moral.
CONCLUSIONES
La escuela y la familia no deben actuar como dos instituciones separadas, deben estar en
comunicación constante, necesitan unas normas básicas que guíen y marquen límites a los
comportamientos de los hijos y los estudiantes, esto les dará seguridad a los niños y
jóvenes. Porque sabrán qué ocurrirá ante determinadas conductas y, de esta manera se
evitarán muchos conflictos en la mayor parte del tiempo entre estas dos instituciones
educadoras.
Finalmente si cada familia, con el apoyo de la escuela, logra cumplir su misión educativa
formando personas sanas, honradas, y capaces de ayudar a los demás, entonces no debe
preocuparnos el futuro (ENLACE I998). Estaremos creando seres íntegros, capaces de
valorarse y valorar a los demás.
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