Diario de Navarra PAMPLONA, DOMINGO, 25 DE ENERO DE 2004. AÑO C. N.º 32.765. PRECIO 1,50 EUROS. SAL Y PIMIENTA El complejo nacimiento de cuatro ideas empresariales LA SEMANA NAVARRA Las máquinas de Ekinsa limpian las barricas de vino del país INVERSIÓN Secretos de la criptozoología, una rama proscrita de la ciencia EL SEMANAL Con Yolanda Barcina ÚLTIMA PÁGINA La junta de Adona anuncia su dimisión, y los delegados no la aceptan % La mayoría de la asamblea creyó la versión del presidente, que dijo que el tesorero abusó de su confianza PÁGINA 16 Destituida la directora de la fundación UPNA-Sociedad PÁGINA 17 JOSÉ ANTONIO GOÑI El sacerdote Peio Etxabarri, párroco de Etxarri Aranatz, al iniciar el responso que se rezó en el camposanto. Junto a él, en primera fila, la cuñada y la viuda del policía Francisco Berlanga. Los cuatro niños del centro son Julia, Daniel, Jaime y Adriá, nietos A ambos lados del grupo están Salvador y Mari Nieves Ulayar, hijos del ex alcalde. Cierran la primera fila Pablo y Juan Ulayar Echarri, nietos del asesinado, y Jesús Ulayar Mundiñano, el mayor de sus cuatro hijos. Dos mil personas homenajean a Ulayar y recorren las calles de Etxarri exigiendo libertad %La familia del asesinado por ETA agradece el primer gran acto de apoyo en 25 años PÁGINAS 22 Y 23 Condenados a limpiar sus graffiti % Dos chicos de Pamplona de 14 años limpiaron la villavesa que habían pintado PÁGINA 18 NAVARRA INTERNACIONAL ELKARRI LAS ARMAS DE IRAK Entre 3.000 y 5.000 personas se manifiestan en Pamplona Powell admite que puede que Sadam no tuviera armas FUSILADOS ENERGÍA ATÓMICA Piden que la UPNA colabore para localizar e identificar restos El director de la OIEA advierte del riesgo de una guerra nuclear PÁGINA 30 PÁGINA 29 PÁGINA 7 DEPORTES PSN Lizarbe: «El 14-M hay que elegir sólo entre Zapatero y Rajoy» i Uno de los menores, ayer en plena faena./ BUXENS. i PÁGINA 6 PÁGINA 25 PELOTA Olaizola-Beloki ganan 22-4 a Unanue-Peña PÁGINA 64 El Parlamento foral sube las dietas y las subvenciones a los grupos PÁGINA 28 HOY, 104 PÁGINAS NACIONAL INTERNACIONAL ECONOMÍA/TRABAJO OPINIÓN NAVARRA PAMPLONA DEPORTES CLASIFICADOS ESQUELAS FARMACIAS LOTERÍA NACIONAL CARTELERA EL TIEMPO TELEVISIÓN 2 6 10 12 16 31 40 67 81 93 94 95 97 100 DIARIO DE NAVARRA DOMINGO 25 DE ENERO DE 2004 22 NAVARRA HOMENAJE A LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO JOSÉ ANTONIO GOÑI Después del responso que se rezó en el cementerio se improvisó una manifestación que recorrió a pie el trayecto hasta el casco urbano y varias calles de Etxarri Aranatz. Manos blancas en el lugar del crimen % 25 años después, una conmovida multitud honró la memoria de Jesús Ulayar y Francisco Robles dote, se encontraban los siete nietos que Jesús Ulayar no pudo conocer en vida: Jesús, Pablo, Juan, Daniel, Jaime, Adriá y Julia. Todos ellos siguieron con atención y seriedad el acto. Mari Nieves Ulayar, la madre de los dos últimos, depositó un centro de flores junto a la lápida. NATALIA AYARRA/JAVIER MARRODÁN. ETXARRI ARANATZ. Etxarri Aranatz vivió ayer una jornada histórica y emocionante.Veinticinco años después de que Jesús Ulayar cayese asesinado junto a la puerta de su casa, miles de personas se reunieron para recordarle, para arropar a su viuda y a sus cuatro hijos, y para sacudir de las calles del pueblo el miedo impuesto por el nacionalismo radical. La lápida de Jesús Ulayar en el cementerio de Etxarri Aranatz contiene un mensaje en primera persona. Está escrito en euskera, en el euskera de Etxarri que hablaba en casa con su mujer y sus cuatro hijos. Dice así: «Etxarriarra de nacimiento y habiendo vivido toda la vida en Etxarri y trabajando durante años con constancia por los etxarriarras, de noche y por sorpresa, enfrente de la puerta de casa, la que en Etxarri siempre hemos conocido como Casa Txartxenekoa, en el número 4 de la calle Maiza, una vergonzante bestia desalmada, con la colaboración necesaria de otros tres de igual índole, me robaron la vida de cinco tiros». La única frase de la tumba que figura en castellano es la cita evangélica que rubrica el epitafio, tomada de la Pasión de Jesucristo: «No lloréis por mí, llorad más bien por vosotros y por vuestros hijos». El conjunto del mensaje contiene de algún modo todos los elementos que configuran la historia de la familia Ulayar y el pasado reciente de Etxarri Aranatz, un pueblo que siempre ha estado gobernado por el nacionalismo, un pueblo que ha alimentado generosamente las filas de ETA, un pueblo donde los quince vecinos que en 1996 se atrevieron a manifestarse detrás de una pancarta de Gesto por la Paz sufrieron el acoso de las decenas de contra- % Maite Pagazaurtundua, Por las calles de Etxarri José María Calleja y Jesús Ulayar se dirigieron a los reunidos desde el quiosco de la plaza principal manifestantes que boicotearon todas sus apariciones, un pueblo donde hasta ayer no había sido fácil levantar la voz para hablar de libertad o de democracia. Lo sucedido ayer quizá constituya un punto de inflexión, del mismo modo que el asesinato de Jesús Ulayar hacer 25 años abrió un largo periodo de miedo y oprobio. Ése fue el mensaje que quisieron transmitir los hijos de la víctima al concluir una jornada que resultó tan emocionante como simbólica. José Ignacio Ulayar Mundiñano lo dejó muy claro en las palabras de agradecimiento que pronunció en la parroquia al concluir la misa: «Entre todos los que nos hemos reunido hoy aquí estamos decididos a comenzar una nueva época». Pero eso fue al final, cuando la multitud que secundó la convocatoria de Libertad Ya emprendió el viaje de regreso a sus casas, algunas en lugares tan distantes como Barcelona o Málaga. El programa había comenzado tres horas antes en el camposanto, al pie de la lápida transcrita. Una multitud había ido accediendo desde las 16.00 horas al JOSÉ ANTONIO GOÑI Muchos asistentes estamparon sus manos blancas en la casa de los Ulayar. JOSÉ ANTONIO GOÑI Mª Nieves y José Ignacio Ulayar se dirigen a los presente en el lugar del crimen. lugar, vigilado, como todo el pueblo, por agentes de la Guardia Civil. La Policía Foral habló de unas dos mil personas, una multitud, en cualquier caso, que desbordó el estrecho pasillo que dejaban entre sí dos bloques de nichos. En uno de ellos reposan los restos del que fue alcalde de Etxarri Aranatz entre 1969 y 1975. Peio Etxabarri, el párroco, de la localidad, dirigió el rezo de un responso, tratándose de hacer oír por encima de la extensión de paraguas. El silencio era absoluto. En primera fila, junto al sacer- A la salida del cementerio se improvisó una manifestación silenciosa que recorrió protegida por los paraguas el kilómetro escaso que separa el camposanto del casco urbano. La estampa que ofrecía la comitiva hacía inevitable el recuerdo del escaso grupo que en 1979 asistió al entierro de Jesús Ulayar. El mayor de sus hijos se encontraba entonces haciendo la mili en Ceuta y Salvador, el pequeño, tenía trece años. José Ignacio, que tenía 19 y trabajaba en una fábrica de cerámicas, dejó la empresa y aquel mismo día, con el cadáver aún caliente, se puso al volante del vehículo familiar para retomar las gestiones que su padre había dejado inacabadas. Ya en el pueblo, la marea humana se extendió por las calles oscuras y vacías. De algunas ventanas colgaban ikurriñas y muchas paredes lucían pintadas y carteles de apoyo a ETA. Bastantes de ellos quedaron ocultos por las pegatinas que colocaron los manifestantes: dos manos blancas sobre un mapa de Navarra, un símbolo que hasta ayer nunca había formado parte del mobiliario urbano de la localidad. La marcha se detuvo finalmente frente a la casa familiar de los Ulayar, junto al lugar por tanto donde el ex alcalde cayó atravesado por cinco disparos el 27 DIARIO DE NAVARRA DOMINGO 25 DE ENERO DE 2004 23 NAVARRA HOMENAJE A LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO EN ETXARRI ARANATZ INTERVENCIÓN DE JESÚS ULAYAR MUNDIÑANO «Han sido muchos años de calumnias, de difamaciones, de odio y de soledad» Jesús Ulayar Mundiñano, el mayor de los cuatro hijos de Jesús Ulayar Liciaga, recordó que la familia ha padecido desde el crimen «muchos años de calumnias, de difamaciones, de odio y de soledad». En una breve intervención, se congratuló por la celebración del homenaje y agradeció a todos los asistentes su presencia. «No es fácil explicar qué supone para nosotros que hoy nos hayamos reunido aquí, en Etxarri Aranatz». «Nos gustaría que este acto», añadió en otro momento, «fuese un punto de inflexión en la historia de Etxarri y que la localidad pudiera alejarse de la órbita nacionalista, de ese grupo hermético que vive encerrado en su idea excluyente de Euskal Herria a costa de todo, incluso de la vida de algunos de sus semejantes». Jesús Ulayar recordó a su padre como un hombre «generoso y emprendedor», amante de las tradiciones de su pueblo, de la cultura, del folklore, del euskera, un hombre que vivió con «naturalidad y convicción» su triple identidad de vasco, navarro y español. «La perspectiva de la his- de enero de 1979, un día que también amaneció lluvioso y que también fue sábado. Allí se había colocado una sencilla tarima que Salvador y José Ignacio aprovecharon para explicar a las que estaban al fondo qué estaba ocurriendo en el lugar del crimen. Lo que ocurrió fue muy emocionante. «Vamos a proceder a retirar los contenedores de basura que los distintos ayuntamientos de Etxarri han mantenido en el lugar donde mataron a mi padre», explicó Salvador a través del micrófono. Varias personas se acercaron sin dejarle acabar la frase y movieron los contenedores, casi una metáfora del trato que las sucesivas corporaciones han dispensado a la familia. Hubo muchos que no pudieron ocultar su emoción. Ni siquiera el presidente Miguel Sanz fue capaz de ocultar las lágrimas. A su alrededor, repartidas entre la muchedumbre, se encontraban muchas personas que han sufrido en primera persona la barbarie terrorista, desde Matilde Sáez de Tejada, viuda de José Luis Prieto, asesinado el 21 de marzo de 1981, cuando salía de oír misa en la parroquia pamplonesa de Nuestra Señora del Huerto, hasta José Aguilar, que perdió una pierna el 26 de diciembre de 1988 al pisar una bomba trampa colocada junto a la casa cartel de Alsasua, o Ana Isabel Ortigosa, viuda de Julián Embid Luna, muerto en Sangüesa el último 30 de mayo. Estaban también la viuda —Pilar Martínez— y los hijos de Tomás Caballero y, por supuesto, la esposa de Francisco Berlanga Robles, el artificiero de la policía que encontró la muerte el 2 de enero de 1979 al tratar de desactivar una JOSÉ ANTONIO GOÑI Jesús Ulayar Mundiñano pronuncia unas palabras en presencia de su hermano Salvador y María Caballero en el kiosko de la plaza de Etxarri Aranatz. toria y nuestra propia madurez», añadió, «nos han demostrado que seguramente fue ése el motivo por el que le mataron: sus asesinos no soportaban que alguien reuniera con tanta espontaneidad esas tres condiciones que ellos consideraban incompatibles. Era un ejemplo que no po- día cundir, y por eso rompieron el molde». El hijo del ex alcalde asesinado recordó los desvelos que le produjo su trabajo en el ayuntamiento y cómo viajaba a Pamplona en cuanto intuía la posibilidad de conseguir una ayuda o una subvención para el pueblo. «Era una deuda con los Ulayar desde hace 25 años» «Es una deuda que todos los ciudadanos de bien teníamos con la familia Ulayar desde hace 25 años». Protegido bajo un generoso paraguas del insistente xirimiri que no dejó ayer de caer en toda la tarde sobre Etxarri Aranatz, el presidente del Parlamento, Rafael Gurrea, esperaba junto a cientos de ciudadanos a que se abriesen las puertas del camposanto. Hubo comentarios acerca de los bares del pueblo cerrados: «Allá ellos, no hemos venido aquí a tomar café, sino a acompañar a una familia y a restablecer la dignidad de la memoria de un difunto». Las palabras y los sentimientos de Rafael Gurrea eran representativos, a buen seguro, de la inmensa mayoría de los ciudadanos que ayer se dieron cita en Etxarri Aranatz: «Han tenido que pasar 25 años para que tener en la familia un muerto por ETA ya no sea algo vergonzante. Porque, antes, cuando ETA mataba a alguien, los demás decían: ‘Algo habrá hecho’». Rafael Gurrea era alcalde de Burlada cuando ETA asesinó a Jesús Ulayar. «Yo le JOSÉ ANTONIO GOÑI conocía. Era un hombre básicamen- Una mano blanca sobre una pintada. te bueno y sencillo. Recuerdo que a su funeral vinimos muchísimas personas. Pero, sobre todo, recuerdo la cantidad de insultos terribles que aquel día tuvo que escuchar su familia. Por eso, ver hoy aquí, en Etxarri, a tantísimas personas, nos hace pensar que algo está cambiando». El cambio, el punto de inflexión que ha supuesto lo ocurrido ayer en Etxarri Aranatz, estaba en boca de todos. «Lo que siento ahora mismo es contradictorio. Por una parte, me emociona que tanta gente haya venido a respaldar a la familia. Para ellos este apoyo es fundamental. Pero, por otra, me resulta muy triste que el pueblo les siga dando la espalda. Esto me trae recuerdos muy familiares». Así resumió lo vivido ayer el hijo mayor de otra víctima de ETA, José Javier Múgica, concejal de Leitza. «Lo de hoy es un paso, pero queda mucho camino por recorrer». «Era además cercano y dialogante, dicharachero, alegre. Como se suele decir por aquí, un auténtico jatorra». Relató como algunos vecinos del pueblo crearon el caldo de cultivo del odio y de la división, un sustrato en el que primero crecieron las acusaciones y después las pistolas: «De ensuciar las calles con insultos y con basura literaria a mancharla con la sangre de Jesús Ulayar sólo había un paso. Y lo dieron». Lamentó que el ayuntamiento nombrara hijos predilectos a los asesinos y que las corporaciones sucesivas mantuviesen el acuerdo: «¿Dónde hay que buscar las palabras», se preguntó, «para calificar a unos concejales que elevaron a la categoría de héroes a individuos de la más repelente catadura moral, a sujetos capaces de asesinar a un hombre indefenso a la puerta de su casa, delante de su hijo de 13 años?». Agradeció en cambio el apoyo y el cariño de algunos echarriarras, y denunció a la vez la «brutal imposición del nacionalismo obligatorio» que padece desde hace años la localidad. bomba que los terroristas habían colocado en una inmobiliaria de la Plaza del Castillo. Lo que no sabía Catalina Navarro Florida es que detrás de ella se encontraba Fernando Jiménez Fuentes, el dueño de la inmobiliaria donde ETA había colocado la bomba que mató a su marido. Unos y otros fueron colocando sobre una mesa 25 velas encendidas, tantas como años han transcurrido desde el crimen. Una de las primeras la puso Rosa Mundiñano Ezcutari, la viuda de Jesús Ulayar. Casi a la vez, se ofreció a los congregados la posibilidad de estampas sus manos blancas —enfundadas en guantes de látex, para no mancharse— sobre el fondo azul que se había pintado en la fachada. Los actos se trasladaron a continuación a la plaza principal del pueblo, escenario de innumerables concentraciones de apoyo a los presos, y ayer tomada por una multitud conmovida y pacífica. La concejala de Urnieta Maite Pagazaurtundua y el periodista José María Calleja se sucedieron en el micrófono antes de que lo hiciera, en nombre de la familia Jesús Ulayar. Desde la plaza, los reunidos se dirigieron hasta la cercana iglesia parroquial. Allí se celebró una misa en memoria de los asesinados. La presidió Javier Azpíroz, vicario de Mendialdea, acompañado en al altar por una veintena de sacerdotes. Varias decenas de personas tuvieron que seguir la ceremonia a través de una pantalla instalada en el exterior, pero tanto ellas como las que se apretaron en el interior del templo regresaron a casa convencidos de haber participado en una jornada para la historia. Familiares de otras víctimas Familiares de otras víctimas de ETA en Navarra se sumaron ayer a los actos celebrados en Etxarri Aranatz. Ocupó un lugar destacado Catalina Navarro Florida, viuda de Francisco Berlanga Robles, que murió en Pamplona el 2 de enero de 1979 al estallar la bomba que trataba de desactivar. Catalina Navarro vivía entonces en Málaga y su primer viaje a la Comunidad foral fue para recoger el cadáver de su marido. Veinte sacerdotes concelebraron la misa Javier Azpíroz, vicario de la zona de Mendialdea, fue el celebrante principal en la misa que celebró a las 19.00 horas en la parroquia. Una veintena de sacerdotes le acompañó en el altar. En la homilía, Javier Azpíroz transmitió a las familias y a todos los asistentes el saludo y el cariño del arzobispo Fernando Sebastián. Representación política Además de los ciudadanos anónimos que se trasladaron hasta Etxarri Aranatz para acompañar a los Ulayar, se sumó al homenaje una nutrida representación política. El Gobierno que preside Miguel Sanz estuvo casi en pleno, acudieron también numerosos representantes parlamentarios, diputados, senadores, concejales y alcaldes de toda Navarra. En los diferentes actos que se celebraron, no obstante, no hubo distingos. Las autoridades participaron como el resto de los ciudadanos anónimos aplaudiendo, en algunos casos, desde las últimas filas. La despedida de los nietos Al final de la ceremonia religiosa, tres de los siete nietos de Jesús Ulayar se acercaron al presbiterio para despedir a su abuelo. Fue uno de los momentos más emocionantes de la jornada. Juan Ulayar Etxarri, de once años, lo hizo en euskera. La traducción de sus palabras es la siguiente: «Aittuna, ¿te das cuenta de cuánta gente ha venido? Me ha parecido que durante la ceremonia algunos han empezado a llorar. Pero no te preocupes por eso, seguro que es porque te quieren. Un beso muy fuerte». Su primo Daniel Ulayar Arroyo, de ocho años, pronunció un mensaje similar en castellano, y Adriá Roig Ulayar, de la misma edad, que nació y que vive en Barcelona, lo hizo en catalán. Agradecimiento de la familia Antes de que las personas que se habían desplazado a Etxarri Aranatz para homenajear a Jesús Ulayar emprendiesen el regreso a sus lugares de origen, José Ignacio Ulayar Mundiñano agradeció a todos su presencia en nombre de la familia. «Ha sido reconfortante e inolvidable esta misa», dijo. Y añadió: «Junto a todos los que estáis hoy aquí, tanto los fieles de esta parroquia como los que habéis venidos de distintos lugares, estamos decididos a comenzar una nueva época».
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