12 [nº 48] Boletín del Secretariado Diocesano de Cursillos de Cristiandad de Madrid / Abril 2015 ENCUENTRO NACIONAL JOVENES CURSILLOS L DONATIVO 1 € María Villoria os días 13, 14 y 15 de marzo 80 jóvenes vivimos el gran regalo de poder participar en el Encuentro Nacional de jóvenes del MCC celebrado en los Ángeles de San Rafael (Segovia). Proveníamos de sitios muy distintos, en concreto de 15 diócesis españolas, pero desde el primer momento notamos lo que todos teníamos en común: nuestro amor a Cristo y nuestras ganas de servirle. Fue precioso ver la amistad que entablamos en pocos días, y es que esto es lo que tiene vivir como hermanos. Aprendimos mucho unos de otros; la gran importancia que se le da a las diferentes escuelas, la alegría con la que viven la fe los sevillanos, la disponibilidad de los cordobeses, la unión y sentido de comunidad de los asturianos… y así podría seguir y eternizarme con lo que me aportó cada lugar. A todos nos impresionó especialmente Pamplona, donde hay tan sólo un joven cursillista, pero que reúne más fuerza e ilusión que muchos de nosotros juntos. Y es que Cristo crece y se hace fuerte en las dificultades, y este caso fue un gran testimonio de ello. Es verdad que los de Madrid éramos el grupo más nu- «Fortaleced vuestros corazones para la llegada del Resucitado» . meroso, pero viendo el gran ejemplo de vida de este joven, y siguiendo las palabras del Papa Francisco, sólo puedo decir que… ¡Aun tenemos que hacer mucho más lío en Madrid! Podemos aprender de estos jóvenes en los que, aun siendo minoría en sus diócesis, su ilusión y ganas de llevar Cristo al mundo no disminuyen sino que arde aun con más fuerza. Fueron unos días realmente vividos en el Monte Tabor, en el que nos llenamos de Dios para bajar con fuerzas renovadas. Doy gracias por aquellos días, por la vida de cada uno de los que allí participamos y por el tesoro que nos llevamos con nosotros y ahora nos toca compartir. ¡DE COLORES! VIVIR CON CURSILLOS las Pascuas de familia, de jóvenes, misionera y de parroquia. CRÍTICA DE LIBRO recogidos por J. A. Cramer en la Catena in Acta SS. Apostolorum. Entre ellos podemos encontrar textos de Basilio el Grande, Gregorio Nacianceno, Gregorio de Nisa, Efrén de Nisibi, Dídimo el Ciego, Atanasio, Jerónimo, Juan Casiano, Agustín, Ambrosio, Justino Mártir, Ireneo, Teodoreto de Ciro, Orígenes, Cirilo de Jerusalén, Cirilo de Alejandría, Casiodoro e Hilario de Poitiers, algunos de los cuales se traducen por primera vez al castellano. Estos autores de los primeros siglos logran transmitirnos una vida impregnada de fe, por el contacto vital que tuvieron con las realidades de las que se habla en el Texto Sagrado. CELEBRAMOS el cursillo ¡ 1000! Café con... Cristina de la Serna Título Biblia comentada por los Padres de la Iglesia Hechos de los Apóstoles Autor Varios Nº páginas 448 Editorial Ciudad Nueva Uso privado L os Hechos de los Apóstoles son la segunda parte de la historia escrita por Lucas acerca de «todo lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar». En ellos el evangelista narra la expansión de la Iglesia según se va extendiendo el testimonio de los Apóstoles desde Jerusalén a Judea, Samaría y hasta los últimos confines de la tierra. A pesar de que unos 40 autores de la Iglesia de los primeros siglos comentaron los Hechos, sólo tres obras completas han llegado hasta nosotros: Las Homilías a los Hechos de los Apóstoles de Juan Crisóstomo, el Comentario sobre los Hechos de los Apóstoles de Beda el Venerable, y un extenso poema en latín –Historia apostólica– escrito por Arator. En este volumen hemos incluido un gran número de textos de las dos primeras obras, así como diversos comentarios de Arator. Asimismo hemos incorporado muchos otros fragmentos de los Padres que fueron 2 11 EDITORIAL CAFE CON... Cristina de la Serna L a vida comunitaria desde principio de curso ha sido muy intensa, el Movimiento proporciona muchas ocasiones o celebraciones, muchas “pascuas” del Señor que hacen mucho bien a nivel personal y comunitario para la conversión, la perseverancia, la comunión… Mi dolor hoy es haberme perdido algunas de esas oportunidades, o dudar de si le abrí mi puerta cada vez que quiso entrar en mi casa para compartir conmigo, o si siempre tuve tiempo libre para Él o estaba ocupado con mis importantes deberes que no me permitieron atenderlo. Quizá mi cansancio o tibieza me impidieron el acercarme para hacer posible su paso por mi lado, incluso en alguna ocasión tuve razones de peso para alejarme…, estaba tan dolido, enfadado, frio…, las cosas no estaban sucediendo en mi vida como yo le pedía… Con la Pascua de Su Resurrección todo eso queda atrás, sé que “la paciencia del Señor me salvará”, porque las oportunidades que me da para reiniciar cada día mi conversión son infinitas, cuenta conmigo para que yo sea “pascua” para los demás llevando a mis ambientes lo que gratuitamente he recibido, facilitándome así el ser fiel a mi vocación de apóstol… De esas muchas Pascuas una ha sido para mí muy especial, la Ultreya Diocesana, donde dimos gracias a Dios por la inmediata celebración del cursillo MIL en la diócesis de Madrid. Han sido mil oportunidades que el Señor nos ha regalado para que los de madrileños viviésemos Su “paso” por nuestra vida. Muchos hemos tenido ese privilegio y así tuvimos la oportunidad de manifestárselo con todo nuestro cariño y respeto, en la celebración de la Eucaristía, en el rollo de Eva, en las resonancias, a nuestro nuevo pastor, el Arzobispo D. Carlos Osoro, quien nos bendijo y manifestó su cariño y afecto por los cursillistas. Con la alegría y el gozo de la Resurrección le pido al Señor vivir este tiempo precioso de la Pascua en espera, junto a toda la Iglesia, de la venida del Santo Espíritu cogido de la mano de la Madre, para a través de Ella pedirle al Señor que nos haga “SANTOS Y APOSTOLES”. EDITORIAL Secretariado Diocesano de Cursillos de Cristiandad de Madrid REDACCION Macarena Montes MAQUETACION Mercedes Fernández ILUSTRACIONES Juan Pablo Arenas DISEÑO Beatriz Rodríguez de los Ríos FOTOGRAFÍA Nacho Pereira y Cindy González COLABORADORES ESPECIALES Manolo Romero, Gema Blanco, Rosa M. Sanz, Ubaldo Conejo, Iñaki S. Ureta, Jóse Antonio Méndez, Felipe Velayos, Francisco Jiménez Lombos, Elena Cuadrado, Alejandro Martín, Cristina de la Serna, Lucía Montoya, Lara de la Morena, Eduardo Fernández-Merino, María Villoria, Eduardo Palanca IMPRIME Reproconsulting, S.L. Este número se puede descargar en formato pdf en www.cursillosmadrid.org …DE COLORES… Lara de la Morena Esta tarde el Señor nos ha querido regalar a Edu, Lucía, Alex y a mí el placer de tomar un café con Cristina, una señora entrañable que lleva nada más y nada menos que 52 años en Cursillos. Lo que más me ha cautivado esta tarde ha sido la mirada y la sonrisa de Cristina. ¡Qué alegría transmite! Es impresionante su amor y respeto a la Iglesia; cómo fiándose, le ha dicho “Sí” al Señor en cada misión que le ofrecía. Cristina me ha vuelto a recordar una vez más la necesidad de “dar” lo que tanto recibimos, me ha vuelto a recordar que yo, Lara, soy Iglesia, y que tengo que actuar en consecuencia. Hemos hablado también de la importancia y eficacia de la oración, de la relevancia de todas esas señoras que permanecen cada día en sus parroquias rezando el Rosario. Con esa sonrisa adorable que ella tiene, nos ha dicho que esas señoras, y los conventos, son lo que está manteniendo a la Iglesia hoy, que son el equilibrio que Dios nos manda para que yo, con mis debilidades, no me deje guiar por mi egoísmo, por mi hedonismo. Cristina dice que un cristiano puede tener tristezas, puede tener dudas y puede sufrir, pero que un cristiano no puede estar aburrido. Cuántas cosas me quedan por hacer, por experimentar. Por un momento esta tarde me he imaginado con 80 años tomándome un café con 4 jovencitos cursillistas. El camino con el Señor es una aventura apasionante, y yo, al igual que Cristina, ¡no me quiero perder ni un capítulo!. Sólo tengo que decir “Sí”. ¡De colores! Eduardo FernándezMerino Es una bendición p o d e r escuchar a quien lleva tantos años sirviendo y viviendo la realidad de la Iglesia en el Movimiento de Cursillos de Cristiandad de Madrid. Me gusta oír que, en esencia, pese a haber pasado tanto tiempo, lo fundamental del método de cursillos sigue siendo igual. Cristina es una enamorada de la palabra de Dios. Nos dice que siempre hemos de estar “rumiándola”, pues nunca sabemos cuándo nos va a hacer falta sacarla a relucir. Me encanta cuando nos asegura que “Un cristiano puede tener depresiones, estar triste... ¡pero nunca aburrido!”. Le hace mucha ilusión ver a jóvenes como nosotros que cogemos el testigo de Cursillos de Cristiandad en la Iglesia de Madrid, a pesar de vivir en una sociedad descristianizada, en un contexto universitario laicista… Pero nos invita a que demos testimonio desde lo más sencillo: “La gente necesita que se le sonría, que se la saque del anonimato...” ¡Gracias Señor, por poner a nuestro alcance testimonios vivos de perseverancia en tu Amor, confianza en que Tú guías nuestro camino, y fidelidad, cariño y responsabilidad de proclamar al mundo las verdades recibidas de Tu Iglesia por medio del Movimiento de Cursillos de Cristiandad! ¡Y por poder recibirlo además con una buena taza de chocolate, en compañía de otros jóvenes cursillistas!. ¡De Colores! Después de este precioso encuentro no podemos hacer más que dar gracias a Dios por la vida de Cristina, por toda la entrega generosa y sin condiciones que ha tenido con la Iglesia y con el Movimiento de Cursillos de Cristiandad de Madrid. ¡Gracias Cristina, que Dios te bendiga!. 3 10 TESTIMONIOS PASCUA 2015 CAFE CON... Cristina de la Serna C ristina de la Serna hizo su cursillo en 1963, hace 52 años. Pertenece a la Ultreya de La Paz. Cuando la llamé hace unos días para proponerle tomarse un café con nosotros dijo que si inmediatamente, sin dudar ni un instante, porque como ella dice, desde su cursillo, el compromiso con la Iglesia la impulsa a decir siempre “Sí”, tanto para ser rectora durante muchos años, como para dedicarse a cuidar a su familia, como para tomarse un café con nosotros. Lo que Dios quiera, cuando Dios quiera. Durante toda la visita se mostró sonriente, ilusionada, con ese brillo en los ojos propio de quien está enamorado. Ella desde luego está enamorada de Jesús y de la Iglesia y así nos lo ha contado y nos ha hecho estarlo nosotros también. Comentario a la visita de los jóvenes cursillistas, por Cristina de la Serna. Ayer tomé café con un cuarteto de jóvenes de cursillos: Edu, Lara, Alejandro y Lucía, hija de mis queridos Silvia y Juan Antonio, fue muy agradable y encima me invitaron a un café riquísimo. No era mi intención, pero hablé por los codos, porque... como a mí me tiren de la lengua..., aun así algo se me quedó en el tintero. Después fui a la Eucaristía y a una charla cuaresmal en mi parroquia, y descubrí dos cosas. Era 25 de marzo, celebrábamos nada menos que la Encarnación del Hijo de Dios. Allí empezó todo; allí se hizo realidad que “tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Único”, me preguntasteis cuáles eran mis oraciones preferidas: el Ángelus, el Ángelus no puede ser más precioso, más evangélico. Una oración que condensa el evangelio de San Lucas, 1, 26-38 Otro descubrimiento increíble de mi cursillo fue la Caridad, el amor con mayúsculas, que me hizo ver el mío egoísta y selectivo. La conclusión de la charla cuaresmal de ayer fue ésta: “ Sólo el amor dice bien de Dios”, o, como dice Manolo Ossorio: “No hables de Dios si no te preguntan, pero vive de forma que te pregunten”. En esas estamos con ayuda de la Gracia. De Colores. Comentario a la visita por los jóvenes cursillistas. Lucí a Montoya Siempre me he fijado mucho, dentro del movimiento de Cursillos, en los cursillistas que son más mayores que yo, porque cuando era pequeña quería ser como ellos, decía: “algún día seré cursillista”. Ahora puedo decir orgullosa que lo soy. Y soy cursillista por Cristo y para Cristo, que me persevera y hace que no me olvide de lo grande que es Él y lo grande que es la Iglesia. Tomarme un café con Cristina me anima y me llena de esperanza porque a veces me preocupa el desfallecer y la falta de constancia, pero la miro a ella, que lleva ¡52! años en cursillos y que dice con total confianza: “El Señor es quien nos lleva, casi no nos enteramos, pero es Él”. Seguro que Cristina ha fallado en estos 52 años alguna vez, y yo también fallaré, igual que lo hago ahora, pero basta un café para que me recuerden que es Cristo quien me lleva sirviéndose de su Iglesia, de la cual soy parte ¡Y es mi mayor Gloria!. ¡De colores! ¡ Cuánta ilusión acumulada y contenida durante los tres días del Triduo Pascual! ¡Cuánta esperanza! ¡Cuánto amor! Pero ha valido la pena: Cristo ha resucitado y la Luz del mundo se derrama sobre nosotros. Los cursillistas de Madrid hemos vivido con fervoroso ardor este sublime acontecimiento. He aquí algunos testimonios de cómo han vivido esta Vigilia Pascual nuestros hermanos: unos, en la Pascua de familias; otros, en la de jóvenes; algunos, en disposición misionera; y otros, en sus parroquias. PASCUA EN PARROQUIA 2015 Gema Blanco E ste ha sido mi quinto año viviendo la Semana Santa en la parroquia. El grupo de jóvenes de Cristo Sacerdote hemos “invadido” la casa de los curas para vivir con ellos y con la comunidad estos días tan importantes. De esta manera ha sido mucho más fácil adentrarnos en el Triduo Pascual, ayudar a los sacerdotes a preparar los oficios y animar en la liturgia. La noche del Jueves Santo fue un regalo poder tener la parroquia abierta y hacer turnos de vela para acompañar al Señor. También vimos la procesión del Cristo de los Gitanos, tuvimos un retiro con las Oblatas de Cristo Sacerdote y estuvimos en la pasión viviente de Daganzo. Para mí esta Pascua me ha ayudado a acercarme al misterio de la cruz y del dolor, acordándome de los que más sufren; pero también ha sido muy gratificante ver como muchos nos daban las gracias por haber participado tan activamente, y es que el Señor nos llama a fermentar nuestros ambientes. ¡Cristo está vivo! y esta alegría del Resucitado es lo que nos tiene que dar la vida y es lo que he vuelto a descubrir estos días. ¡Feliz Pascua! 4 9 PASCUA DE FAMILIAS 2015 Rosa M. Sanz y Ubaldo Conejo D TESTIMONIO CURSILLOS PARÍS Elena Cuadrado espués de unos años de ausencia, dedicados a celebrar la Semana Santa con nuestra Parroquia, decidimos volver a compartir estos días con nuestros hermanos de la Comunidad de Cursillos en la Pascua de Familias de este año. Fueron días de Pasión, que celebramos después de haber aprendido o recordado el sentido litúrgico de cada uno de ellos. Días en que algunos de nuestros hermanos, en sus rollos, nos hicieron partícipes de sus combates y derrotas, en expresiones como: “leer la Pasión en clave de mi matrimonio”, “la Eucaristía es el AMOR de Dios para llevarlo a los otros”, “la conversión es dejar que el Señor me complique la vida para hacérmela más fácil”. Sin embargo, después del dolor, proclamamos de nuevo nuestra alegría con la Resurrección de Jesucristo. Misterio en el que apenas intuimos el amor de Dios por cada uno de nosotros y que nos hace comprender que, después del sufrimiento, de esas pequeñas derrotas, el Señor nos tiene siempre reservado algo mejor. Vivimos la Pascua en clave de “DEJARNOS AMAR” y de la necesidad de la fe del hermano, ya que somos “FEdependientes” Damos pues, gracias al Señor, por habernos concedido estar presentes en esta Pascua de Familias 2015 y por haber escogido un equipo de personas que le han sabido servir bien con su trabajo y entrega hacia sus hermanos que allí estábamos. ¡De colores! D el 19 al 22 de febrero de 2015, tuve la dicha de poder asistir a un Cursillo de Cristiandad en francés, en Paris. Una vez más ha sido para mí un auténtico regalo ser testigo de cómo cuando el Señor “toca” a las personas, da igual dónde, si en Paris, Madrid o Canberra, cuando el Señor pasa, transforma los corazones y los llena de su gran Amor. Y cómo la oración de la Comunidad, la intendencia es fundamental para ello. Y cuando estás lejos “de los tuyos”, esa necesidad de ella, así como el abandono en el Señor y la confianza en la oración se hace aún más latente… Ya estuve en Paris en el primer Cursillo que hubo en español hace 14 años y en el primero que hubo en francés en junio del 2003…y poder volver a participar en un Cursillo, en mi amada ciudad de Paris, después de tantos años, y el estar en contacto con la Comunidad de Paris, me ha hecho recordar como debieron ser en su momento las Comunidades de los primeros cristianos, en la época en que vivía Jesús. Porque en la Comunidad de Paris se vive la “esencia”. Y poco a poco esa comunidad incipiente que dejé hace años, ha ido creciendo y se ha convertido ya en una “gran familia”, que comparten juntos la fe y los bienes… También he tomado mayor consciencia de la suerte que tenemos en Madrid, y en España en general, de la cantidad de sacerdotes de Cursillos y de Ultreyas con las que podemos contar. A las que encima podemos acudir semanalmente. ¡Somos unos afortunados!. En Paris sólo cuentan con un sacerdote cursillista que cuando puede, celebra las Eucaristías y les acompaña en las Ultreyas quincenales o mensuales (según sean en español o en francés), pero que está lleno de ocupaciones y no siempre puede asistir. Os invito a seguir rezando para que podamos contar en Paris con sacerdotes cursillistas de habla francesa, o de preferencia franceses, que puedan apoyar a nuestra Comunidad hermana en Paris. Y el colofón del Cursillo, ya fue para mí volver a compartirlo casualmente con personas del equipo con las que ya estuve en los primeros Cursillos, como Jan Lütjens, Carmen Pérez del Viso o el mismísimo Padre José García, que para mí ha significado el testimonio vivo de que cuando el Señor llama, uno lo deja todo y le sigue. Es increíble además testimoniar cómo cuando el Señor manda su Espíritu se produce el Don de lenguas...y personas de distintos países y con distintos acentos, como ocurría en el Cursillo, nos entendíamos sin problemas. Y es que “lo esencial es invisible a los ojos, sólo se ve bien con los ojos del corazón”. Le doy muchas gracias a Dios por lo vivido en Paris en estos días, y le pido me conceda siempre un corazón “misericordioso”, que se deje impregnar por el Espíritu Santo y guiar por los caminos del Amor que nos lleva a los hermanos, y un corazón “fuerte” para no caer, como decía el Papa Francisco en su mensaje para la Cuaresma, en el “vértigo de la globalización de la indiferencia”. ¡DE COLORES! 5 8 ULTREYA DIOCESANA 2015 Francisco Jiménez Lombos M i esposa, Maripaz y yo, llegamos muy pronto al templo de Santa María Micaela y San Enrique y estábamos muy bien situados, iba a ser la presentación y el encuentro con nuestro Arzobispo D. Carlos, y además el aniversario del Cursillo n° 1000 de la Archidiócesis de Madrid, preveíamos una gran fiesta, y así sucedió. Mi asombro comenzó cuando en la procesión de entrada abierta por los seminaristas con la Cruz, le seguían 20 sacerdotes y la cerraban tres obispos. Desde el año 1987, en que me incorpore a cursillos de Madrid, he asistido a unas cuantas Ultreyas, a cual mejor, pero lo que veía prometía algo que no me había podido imaginar. Nuestro Arzobispo Don Carlos, arropado por los obispos Ángel, Consiliario nacional, y Jesús, Obispo emérito, y asistidos por el Vicario Javier, nuestro Consiliario Pedro y los demás sacerdotes, llenaron el presbiterio a rebosar. El templo lleno hasta la bandera y, para que no faltase nada, mi fe veía rodeando el Altar, a la Trinidad con María, los Ángeles y toda la corte celestial. En ese momento tan especial de la Eucaristía Cristo se hizo presente vivo, en su Cuerpo y Sangre para hacernos a todos uno con el Padre, tal como pidió al Padre en Jn. 17 (23) “Yo en ellos y tú en mí”. Realmente me sentía tocando el cielo en la tierra. Monseñor Osoro preside Ultreya Diocesana de Cursillos de Cristiandad. Luego Eva nos dio el rollo que hizo revivir en mí, mi personal encuentro con Cristo, lo que me llenó de emoción. Le siguieron las palabras de Don Ángel, de Álvaro presidente nacional, que nos invitó a la Ultreya europea de Roma que están preparando para reunirnos con el Papa Francisco y continuaron con las ardientes palabras de nuestro presidente Manolo Romero. Como broche de oro para cerrar tan transcendental acto, lo que nunca había visto, nuestro Arzobispo a los equipos de los cursillos 999 de mujeres y 1000 de varones, puestos de rodillas en el atrio del Altar los bendijo, y tras las manos de Don Carlos el Espíritu Santo fue recibido por los que iban anunciar y proclamar la buena noticia de que ¡Cristo VIVE!. Cuando en mi reunión de grupo me pregunten la clásica pregunta de ¿cuál fue el momento en que te sentiste más cerca de Cristo?, pues ya sabéis. ¡De colores! PASCUA DE JÓVENES 2015 Iñaki S.Ureta N o hay palabras para describir lo que ha significado esta Pascua para los 130 jóvenes que nos hemos reunido en El Colegio Seminario Menor de Rozas de Puerto Real. Como se comentó en alguna de las resonancias, ésta convivencia ha estado llena de gracias y a cada uno nos ha tocado de una forma diferente pero así como en los grandes rollos que escuchamos desde el Jueves Santo hasta el Domingo de Resurrección, me toca ahora a mí abrir mi corazón. Llegó el momento de identificar mis cruces y saqué del armario al hombre viejo para darme cuenta de que muchas cruces del pasado las había sanado ya el Señor y otras aún necesitaban del cariño que quiso el poner al darme una decuria verdaderamente especial. Ayudados por la Gracia de Dios tras el rollo del viernes santo, compartimos nuestras cruces para hacernos cargo de las de nuestros hermanos y clavándolas en la cruz desnuda durante la vigilia Pascual, nos inundó la alegría de la Resurrección de Cristo, que sólo es tal cuando se comparte con la Comunidad de la forma en que se hizo esta Semana Santa. No puedo creer que tantos jóvenes abandonen sus planes de diversión desmarcándose del mundo egoísta en que vivimos, no puedo creer el tremendo sacrificio del equipo en la preparación de la convivencia, no puedo creer que tanta gente y tan lejos entre en una sola oración, no puedo creer que alguien dé su vida por mí, que yo valga el precio de su sangre, y no puedo creer que vuelva para darme una esperanza redentora que no se apaga ni en el peor de mis días. Y sin embargo creo, creo, creo y por supuesto creo. Pero es que además, veo. 7 6 MIL CURSILLOS NO SON UN ÉXITO José Antonio Méndez A ntes de que pueda colgármelo alguien, ya me pongo yo el cartel de aguafiestas al empezar este artículo. ¿Por qué? Pues porque haber celebrado mil Cursillos de Cristiandad en Madrid no me parece ningún logro extraordinario. Me explico. Mil es un número redondo y grande que, ciertamente, no muchas diócesis en el mundo pueden pronunciar aplicándoselo a Cursillos. Pero creo que en Madrid no tenemos motivo alguno para vanagloriarnos, porque esta cifra la hemos alcanzado no gracias a nosotros, sino a pesar de nosotros. Ha sido la misericordia de Dios la que ha tocado el corazón de los dirigentes de tal modo que sólo quedaba una respuesta posible: responder al Amor con amor y devolver gratis lo que gratis se ha recibido. La iniciativa ha partido de Dios. De nosotros sólo quedaba pendiente una respuesta libre, generosa pero imperfecta, que Él ha sabido aprovechar. La gloria es suya, pues ha sido el Espíritu quien ha sido capaz de salvar nuestro pecado y nuestras limitaciones para, a pesar de nuestras ineficacias y regateos, ir haciendo su obra. Además, hay un hecho que no debemos olvidar: nosotros los cristianos no somos políticos, ni agencias de comunicación, ni un puesto en un mercado. Los católicos no tenemos que movernos por los números, ni por las estadísticas, ni por las grandes cifras. Me parece un error titánico aplicar a la fe categorías que le son ajenas, como por ejemplo la sociología, porque entonces querremos regirnos por los criterios del mundo y no por la escandalosa lógica de la Cruz: nuestro éxito no es conseguir grandes cifras en las listas de nuevos cursillistas cada año, sino ser fieles al Señor crucificado y resucitado. No podemos caer en el mismo error en que a veces caen personas bienintencionadas y gentes de Iglesia, cuando organizan actos multitudinarios (incluso misas, Jornadas de la Juventud o marchas provida) y parece que, o alcanzan una cifra enorme, o es un fracaso. No, no y mil veces no. Los cristianos no fracasamos por no ser mayoría social. Fracasamos cuando le damos la espalda al Evangelio. Los cursillistas no estamos llamados a llenar Madrid de personas que hayan hecho cursillos: estamos llamados a llenar nuestro corazón de Cristo, a tratar diaria y cercanamente con Él, a dejar que su amor nos desborde, a darlo a conocer a los demás, y a acompañarlos en el postcursillo como ellos se merecen en virtud de su dignidad de hijos de Dios. Mil Cursillos es algo como para dar gracias a Dios por su misericordia generosa pero, ¿podemos sacar pecho si pensamos en los mil postcursillos? ¿Estamos cuidando bien el tesoro de las almas que Dios por su bondad nos confía? Insisto: no tenemos éxito por hacer muchos cursillos cada año, ni tenemos un fracaso si logramos números bajos; fracasamos cuando somos infieles al Señor y a su mandato misionero, y nuestro único éxito es que Él nos corone con su amistad –que nunca está exenta de intimidad con la cruz–. Por eso, sería un fallo grave que alguien pensase que, como nunca le han llamado para ir en un equipo, o como nunca ha llevado a nadie a un Cursillo, está fracasando en el movimiento. No. Nuestro éxito (¿lo he dicho ya?) no es como el del mundo. Cada uno está llamado a servir a Dios en la Iglesia (y eventualmente en Cursillos, para quien así sea) poniendo en ejercicio los talentos que Dios le ha dado. Conozco a personas que nunca han ido a un equipo, pero rezan cada día el Rosario por los cursillistas; a personas que no van a clausuras, pero no faltan a una ultreya y acogen al nuevo con una sonrisa; a personas a las que les costaría dar un rollo, pero podrían visitar cada semana a los enfermos y a los mayores de nuestra comunidad. La pregunta oportuna, por tanto, no sería ¿qué he hecho yo para que se logren estos mil cursillos? sino más bien ¿cómo puedo dejar que el Señor se sirva de mí en Cursillos de ahora en adelante? La consecuencia frecuente de darle la prioridad al Señor es que luego las iniciativas apostólicas que se emprendan, den fruto. Pero, en ocasiones, el mismo Jesús permite que no sea así y Él tiene sus motivos. No hay más que ver cómo fue su vida, cuántos fueron sus seguidores, cuántos quedaron al pie de la cruz, y qué hizo Él con sólo doce tuercebotas… Mil Cursillos es, si se me permite, algo anecdótico. Un Dios que ama incondicionalmente a cada cursillista es lo extraordinario. TESTIMONIO CURSILLO 1000 Felipe Velayos E l pasado 19 de febrero se celebraba en casa de espiritualidad de Las Rosas (Villalba) el cursillo de cristiandad número 1000 de la Diócesis de Madrid. 28 hombres estaban a tres días de Dios sin apenas saberlo. Un encuentro con Cristo Resucitado que cambiaría sus vidas. Y así fue como cambió la de Felipe Velayos… El pasado jueves 19 de febrero, estaba trabajando en las Tablas (por el norte de Madrid) y con mi bici plegable me recorrí 7 kilómetros hasta el Bernabeu (de donde salía el autobús hacia la casa de las Rosas). ¿Quiénes serán todos estos?, me preguntaba yo, ¿Dónde te vas a meter?, me decía mi mujer. Fueron tres días maravillosos, pude desconectar el móvil (con lo dependiente que soy de las tecnologías) y Cristo entró en mi corazón. Los rollos, las visitas al Sagrario, los nuevos amigos… ahora tengo una cosechadora nueva y la uso a diario a máxima potencia. Noto que soy el mismo, con mis defectos y miserias, pero con los ojos más abiertos, con el corazón reblandecido... el Señor en el cursillo me ha dado PAZ Y ALEGRÍA. Ahora sé que Cristo me acompaña en todo momento. ¿Pero qué digo?, si yo ya no soy el mismo. Soy yo, ¡pero vitaminado! Mi bici plegable es cursillista y mi casco ¡De colores!. ANIVERSARIOS ULTREYAS 7 6 MIL CURSILLOS NO SON UN ÉXITO José Antonio Méndez A ntes de que pueda colgármelo alguien, ya me pongo yo el cartel de aguafiestas al empezar este artículo. ¿Por qué? Pues porque haber celebrado mil Cursillos de Cristiandad en Madrid no me parece ningún logro extraordinario. Me explico. Mil es un número redondo y grande que, ciertamente, no muchas diócesis en el mundo pueden pronunciar aplicándoselo a Cursillos. Pero creo que en Madrid no tenemos motivo alguno para vanagloriarnos, porque esta cifra la hemos alcanzado no gracias a nosotros, sino a pesar de nosotros. Ha sido la misericordia de Dios la que ha tocado el corazón de los dirigentes de tal modo que sólo quedaba una respuesta posible: responder al Amor con amor y devolver gratis lo que gratis se ha recibido. La iniciativa ha partido de Dios. De nosotros sólo quedaba pendiente una respuesta libre, generosa pero imperfecta, que Él ha sabido aprovechar. La gloria es suya, pues ha sido el Espíritu quien ha sido capaz de salvar nuestro pecado y nuestras limitaciones para, a pesar de nuestras ineficacias y regateos, ir haciendo su obra. Además, hay un hecho que no debemos olvidar: nosotros los cristianos no somos políticos, ni agencias de comunicación, ni un puesto en un mercado. Los católicos no tenemos que movernos por los números, ni por las estadísticas, ni por las grandes cifras. Me parece un error titánico aplicar a la fe categorías que le son ajenas, como por ejemplo la sociología, porque entonces querremos regirnos por los criterios del mundo y no por la escandalosa lógica de la Cruz: nuestro éxito no es conseguir grandes cifras en las listas de nuevos cursillistas cada año, sino ser fieles al Señor crucificado y resucitado. No podemos caer en el mismo error en que a veces caen personas bienintencionadas y gentes de Iglesia, cuando organizan actos multitudinarios (incluso misas, Jornadas de la Juventud o marchas provida) y parece que, o alcanzan una cifra enorme, o es un fracaso. No, no y mil veces no. Los cristianos no fracasamos por no ser mayoría social. Fracasamos cuando le damos la espalda al Evangelio. Los cursillistas no estamos llamados a llenar Madrid de personas que hayan hecho cursillos: estamos llamados a llenar nuestro corazón de Cristo, a tratar diaria y cercanamente con Él, a dejar que su amor nos desborde, a darlo a conocer a los demás, y a acompañarlos en el postcursillo como ellos se merecen en virtud de su dignidad de hijos de Dios. Mil Cursillos es algo como para dar gracias a Dios por su misericordia generosa pero, ¿podemos sacar pecho si pensamos en los mil postcursillos? ¿Estamos cuidando bien el tesoro de las almas que Dios por su bondad nos confía? Insisto: no tenemos éxito por hacer muchos cursillos cada año, ni tenemos un fracaso si logramos números bajos; fracasamos cuando somos infieles al Señor y a su mandato misionero, y nuestro único éxito es que Él nos corone con su amistad –que nunca está exenta de intimidad con la cruz–. Por eso, sería un fallo grave que alguien pensase que, como nunca le han llamado para ir en un equipo, o como nunca ha llevado a nadie a un Cursillo, está fracasando en el movimiento. No. Nuestro éxito (¿lo he dicho ya?) no es como el del mundo. Cada uno está llamado a servir a Dios en la Iglesia (y eventualmente en Cursillos, para quien así sea) poniendo en ejercicio los talentos que Dios le ha dado. Conozco a personas que nunca han ido a un equipo, pero rezan cada día el Rosario por los cursillistas; a personas que no van a clausuras, pero no faltan a una ultreya y acogen al nuevo con una sonrisa; a personas a las que les costaría dar un rollo, pero podrían visitar cada semana a los enfermos y a los mayores de nuestra comunidad. La pregunta oportuna, por tanto, no sería ¿qué he hecho yo para que se logren estos mil cursillos? sino más bien ¿cómo puedo dejar que el Señor se sirva de mí en Cursillos de ahora en adelante? La consecuencia frecuente de darle la prioridad al Señor es que luego las iniciativas apostólicas que se emprendan, den fruto. Pero, en ocasiones, el mismo Jesús permite que no sea así y Él tiene sus motivos. No hay más que ver cómo fue su vida, cuántos fueron sus seguidores, cuántos quedaron al pie de la cruz, y qué hizo Él con sólo doce tuercebotas… Mil Cursillos es, si se me permite, algo anecdótico. Un Dios que ama incondicionalmente a cada cursillista es lo extraordinario. TESTIMONIO CURSILLO 1000 Felipe Velayos E l pasado 19 de febrero se celebraba en casa de espiritualidad de Las Rosas (Villalba) el cursillo de cristiandad número 1000 de la Diócesis de Madrid. 28 hombres estaban a tres días de Dios sin apenas saberlo. Un encuentro con Cristo Resucitado que cambiaría sus vidas. Y así fue como cambió la de Felipe Velayos… El pasado jueves 19 de febrero, estaba trabajando en las Tablas (por el norte de Madrid) y con mi bici plegable me recorrí 7 kilómetros hasta el Bernabeu (de donde salía el autobús hacia la casa de las Rosas). ¿Quiénes serán todos estos?, me preguntaba yo, ¿Dónde te vas a meter?, me decía mi mujer. Fueron tres días maravillosos, pude desconectar el móvil (con lo dependiente que soy de las tecnologías) y Cristo entró en mi corazón. Los rollos, las visitas al Sagrario, los nuevos amigos… ahora tengo una cosechadora nueva y la uso a diario a máxima potencia. Noto que soy el mismo, con mis defectos y miserias, pero con los ojos más abiertos, con el corazón reblandecido... el Señor en el cursillo me ha dado PAZ Y ALEGRÍA. Ahora sé que Cristo me acompaña en todo momento. ¿Pero qué digo?, si yo ya no soy el mismo. Soy yo, ¡pero vitaminado! Mi bici plegable es cursillista y mi casco ¡De colores!. ANIVERSARIOS ULTREYAS 5 8 ULTREYA DIOCESANA 2015 Francisco Jiménez Lombos M i esposa, Maripaz y yo, llegamos muy pronto al templo de Santa María Micaela y San Enrique y estábamos muy bien situados, iba a ser la presentación y el encuentro con nuestro Arzobispo D. Carlos, y además el aniversario del Cursillo n° 1000 de la Archidiócesis de Madrid, preveíamos una gran fiesta, y así sucedió. Mi asombro comenzó cuando en la procesión de entrada abierta por los seminaristas con la Cruz, le seguían 20 sacerdotes y la cerraban tres obispos. Desde el año 1987, en que me incorpore a cursillos de Madrid, he asistido a unas cuantas Ultreyas, a cual mejor, pero lo que veía prometía algo que no me había podido imaginar. Nuestro Arzobispo Don Carlos, arropado por los obispos Ángel, Consiliario nacional, y Jesús, Obispo emérito, y asistidos por el Vicario Javier, nuestro Consiliario Pedro y los demás sacerdotes, llenaron el presbiterio a rebosar. El templo lleno hasta la bandera y, para que no faltase nada, mi fe veía rodeando el Altar, a la Trinidad con María, los Ángeles y toda la corte celestial. En ese momento tan especial de la Eucaristía Cristo se hizo presente vivo, en su Cuerpo y Sangre para hacernos a todos uno con el Padre, tal como pidió al Padre en Jn. 17 (23) “Yo en ellos y tú en mí”. Realmente me sentía tocando el cielo en la tierra. Monseñor Osoro preside Ultreya Diocesana de Cursillos de Cristiandad. Luego Eva nos dio el rollo que hizo revivir en mí, mi personal encuentro con Cristo, lo que me llenó de emoción. Le siguieron las palabras de Don Ángel, de Álvaro presidente nacional, que nos invitó a la Ultreya europea de Roma que están preparando para reunirnos con el Papa Francisco y continuaron con las ardientes palabras de nuestro presidente Manolo Romero. Como broche de oro para cerrar tan transcendental acto, lo que nunca había visto, nuestro Arzobispo a los equipos de los cursillos 999 de mujeres y 1000 de varones, puestos de rodillas en el atrio del Altar los bendijo, y tras las manos de Don Carlos el Espíritu Santo fue recibido por los que iban anunciar y proclamar la buena noticia de que ¡Cristo VIVE!. Cuando en mi reunión de grupo me pregunten la clásica pregunta de ¿cuál fue el momento en que te sentiste más cerca de Cristo?, pues ya sabéis. ¡De colores! PASCUA DE JÓVENES 2015 Iñaki S.Ureta N o hay palabras para describir lo que ha significado esta Pascua para los 130 jóvenes que nos hemos reunido en El Colegio Seminario Menor de Rozas de Puerto Real. Como se comentó en alguna de las resonancias, ésta convivencia ha estado llena de gracias y a cada uno nos ha tocado de una forma diferente pero así como en los grandes rollos que escuchamos desde el Jueves Santo hasta el Domingo de Resurrección, me toca ahora a mí abrir mi corazón. Llegó el momento de identificar mis cruces y saqué del armario al hombre viejo para darme cuenta de que muchas cruces del pasado las había sanado ya el Señor y otras aún necesitaban del cariño que quiso el poner al darme una decuria verdaderamente especial. Ayudados por la Gracia de Dios tras el rollo del viernes santo, compartimos nuestras cruces para hacernos cargo de las de nuestros hermanos y clavándolas en la cruz desnuda durante la vigilia Pascual, nos inundó la alegría de la Resurrección de Cristo, que sólo es tal cuando se comparte con la Comunidad de la forma en que se hizo esta Semana Santa. No puedo creer que tantos jóvenes abandonen sus planes de diversión desmarcándose del mundo egoísta en que vivimos, no puedo creer el tremendo sacrificio del equipo en la preparación de la convivencia, no puedo creer que tanta gente y tan lejos entre en una sola oración, no puedo creer que alguien dé su vida por mí, que yo valga el precio de su sangre, y no puedo creer que vuelva para darme una esperanza redentora que no se apaga ni en el peor de mis días. Y sin embargo creo, creo, creo y por supuesto creo. Pero es que además, veo. 4 9 PASCUA DE FAMILIAS 2015 Rosa M. Sanz y Ubaldo Conejo D TESTIMONIO CURSILLOS PARÍS Elena Cuadrado espués de unos años de ausencia, dedicados a celebrar la Semana Santa con nuestra Parroquia, decidimos volver a compartir estos días con nuestros hermanos de la Comunidad de Cursillos en la Pascua de Familias de este año. Fueron días de Pasión, que celebramos después de haber aprendido o recordado el sentido litúrgico de cada uno de ellos. Días en que algunos de nuestros hermanos, en sus rollos, nos hicieron partícipes de sus combates y derrotas, en expresiones como: “leer la Pasión en clave de mi matrimonio”, “la Eucaristía es el AMOR de Dios para llevarlo a los otros”, “la conversión es dejar que el Señor me complique la vida para hacérmela más fácil”. Sin embargo, después del dolor, proclamamos de nuevo nuestra alegría con la Resurrección de Jesucristo. Misterio en el que apenas intuimos el amor de Dios por cada uno de nosotros y que nos hace comprender que, después del sufrimiento, de esas pequeñas derrotas, el Señor nos tiene siempre reservado algo mejor. Vivimos la Pascua en clave de “DEJARNOS AMAR” y de la necesidad de la fe del hermano, ya que somos “FEdependientes” Damos pues, gracias al Señor, por habernos concedido estar presentes en esta Pascua de Familias 2015 y por haber escogido un equipo de personas que le han sabido servir bien con su trabajo y entrega hacia sus hermanos que allí estábamos. ¡De colores! D el 19 al 22 de febrero de 2015, tuve la dicha de poder asistir a un Cursillo de Cristiandad en francés, en Paris. Una vez más ha sido para mí un auténtico regalo ser testigo de cómo cuando el Señor “toca” a las personas, da igual dónde, si en Paris, Madrid o Canberra, cuando el Señor pasa, transforma los corazones y los llena de su gran Amor. Y cómo la oración de la Comunidad, la intendencia es fundamental para ello. Y cuando estás lejos “de los tuyos”, esa necesidad de ella, así como el abandono en el Señor y la confianza en la oración se hace aún más latente… Ya estuve en Paris en el primer Cursillo que hubo en español hace 14 años y en el primero que hubo en francés en junio del 2003…y poder volver a participar en un Cursillo, en mi amada ciudad de Paris, después de tantos años, y el estar en contacto con la Comunidad de Paris, me ha hecho recordar como debieron ser en su momento las Comunidades de los primeros cristianos, en la época en que vivía Jesús. Porque en la Comunidad de Paris se vive la “esencia”. Y poco a poco esa comunidad incipiente que dejé hace años, ha ido creciendo y se ha convertido ya en una “gran familia”, que comparten juntos la fe y los bienes… También he tomado mayor consciencia de la suerte que tenemos en Madrid, y en España en general, de la cantidad de sacerdotes de Cursillos y de Ultreyas con las que podemos contar. A las que encima podemos acudir semanalmente. ¡Somos unos afortunados!. En Paris sólo cuentan con un sacerdote cursillista que cuando puede, celebra las Eucaristías y les acompaña en las Ultreyas quincenales o mensuales (según sean en español o en francés), pero que está lleno de ocupaciones y no siempre puede asistir. Os invito a seguir rezando para que podamos contar en Paris con sacerdotes cursillistas de habla francesa, o de preferencia franceses, que puedan apoyar a nuestra Comunidad hermana en Paris. Y el colofón del Cursillo, ya fue para mí volver a compartirlo casualmente con personas del equipo con las que ya estuve en los primeros Cursillos, como Jan Lütjens, Carmen Pérez del Viso o el mismísimo Padre José García, que para mí ha significado el testimonio vivo de que cuando el Señor llama, uno lo deja todo y le sigue. Es increíble además testimoniar cómo cuando el Señor manda su Espíritu se produce el Don de lenguas...y personas de distintos países y con distintos acentos, como ocurría en el Cursillo, nos entendíamos sin problemas. Y es que “lo esencial es invisible a los ojos, sólo se ve bien con los ojos del corazón”. Le doy muchas gracias a Dios por lo vivido en Paris en estos días, y le pido me conceda siempre un corazón “misericordioso”, que se deje impregnar por el Espíritu Santo y guiar por los caminos del Amor que nos lleva a los hermanos, y un corazón “fuerte” para no caer, como decía el Papa Francisco en su mensaje para la Cuaresma, en el “vértigo de la globalización de la indiferencia”. ¡DE COLORES! 3 10 TESTIMONIOS PASCUA 2015 CAFE CON... Cristina de la Serna C ristina de la Serna hizo su cursillo en 1963, hace 52 años. Pertenece a la Ultreya de La Paz. Cuando la llamé hace unos días para proponerle tomarse un café con nosotros dijo que si inmediatamente, sin dudar ni un instante, porque como ella dice, desde su cursillo, el compromiso con la Iglesia la impulsa a decir siempre “Sí”, tanto para ser rectora durante muchos años, como para dedicarse a cuidar a su familia, como para tomarse un café con nosotros. Lo que Dios quiera, cuando Dios quiera. Durante toda la visita se mostró sonriente, ilusionada, con ese brillo en los ojos propio de quien está enamorado. Ella desde luego está enamorada de Jesús y de la Iglesia y así nos lo ha contado y nos ha hecho estarlo nosotros también. Comentario a la visita de los jóvenes cursillistas, por Cristina de la Serna. Ayer tomé café con un cuarteto de jóvenes de cursillos: Edu, Lara, Alejandro y Lucía, hija de mis queridos Silvia y Juan Antonio, fue muy agradable y encima me invitaron a un café riquísimo. No era mi intención, pero hablé por los codos, porque... como a mí me tiren de la lengua..., aun así algo se me quedó en el tintero. Después fui a la Eucaristía y a una charla cuaresmal en mi parroquia, y descubrí dos cosas. Era 25 de marzo, celebrábamos nada menos que la Encarnación del Hijo de Dios. Allí empezó todo; allí se hizo realidad que “tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Único”, me preguntasteis cuáles eran mis oraciones preferidas: el Ángelus, el Ángelus no puede ser más precioso, más evangélico. Una oración que condensa el evangelio de San Lucas, 1, 26-38 Otro descubrimiento increíble de mi cursillo fue la Caridad, el amor con mayúsculas, que me hizo ver el mío egoísta y selectivo. La conclusión de la charla cuaresmal de ayer fue ésta: “ Sólo el amor dice bien de Dios”, o, como dice Manolo Ossorio: “No hables de Dios si no te preguntan, pero vive de forma que te pregunten”. En esas estamos con ayuda de la Gracia. De Colores. Comentario a la visita por los jóvenes cursillistas. Lucí a Montoya Siempre me he fijado mucho, dentro del movimiento de Cursillos, en los cursillistas que son más mayores que yo, porque cuando era pequeña quería ser como ellos, decía: “algún día seré cursillista”. Ahora puedo decir orgullosa que lo soy. Y soy cursillista por Cristo y para Cristo, que me persevera y hace que no me olvide de lo grande que es Él y lo grande que es la Iglesia. Tomarme un café con Cristina me anima y me llena de esperanza porque a veces me preocupa el desfallecer y la falta de constancia, pero la miro a ella, que lleva ¡52! años en cursillos y que dice con total confianza: “El Señor es quien nos lleva, casi no nos enteramos, pero es Él”. Seguro que Cristina ha fallado en estos 52 años alguna vez, y yo también fallaré, igual que lo hago ahora, pero basta un café para que me recuerden que es Cristo quien me lleva sirviéndose de su Iglesia, de la cual soy parte ¡Y es mi mayor Gloria!. ¡De colores! ¡ Cuánta ilusión acumulada y contenida durante los tres días del Triduo Pascual! ¡Cuánta esperanza! ¡Cuánto amor! Pero ha valido la pena: Cristo ha resucitado y la Luz del mundo se derrama sobre nosotros. Los cursillistas de Madrid hemos vivido con fervoroso ardor este sublime acontecimiento. He aquí algunos testimonios de cómo han vivido esta Vigilia Pascual nuestros hermanos: unos, en la Pascua de familias; otros, en la de jóvenes; algunos, en disposición misionera; y otros, en sus parroquias. PASCUA EN PARROQUIA 2015 Gema Blanco E ste ha sido mi quinto año viviendo la Semana Santa en la parroquia. El grupo de jóvenes de Cristo Sacerdote hemos “invadido” la casa de los curas para vivir con ellos y con la comunidad estos días tan importantes. De esta manera ha sido mucho más fácil adentrarnos en el Triduo Pascual, ayudar a los sacerdotes a preparar los oficios y animar en la liturgia. La noche del Jueves Santo fue un regalo poder tener la parroquia abierta y hacer turnos de vela para acompañar al Señor. También vimos la procesión del Cristo de los Gitanos, tuvimos un retiro con las Oblatas de Cristo Sacerdote y estuvimos en la pasión viviente de Daganzo. Para mí esta Pascua me ha ayudado a acercarme al misterio de la cruz y del dolor, acordándome de los que más sufren; pero también ha sido muy gratificante ver como muchos nos daban las gracias por haber participado tan activamente, y es que el Señor nos llama a fermentar nuestros ambientes. ¡Cristo está vivo! y esta alegría del Resucitado es lo que nos tiene que dar la vida y es lo que he vuelto a descubrir estos días. ¡Feliz Pascua! 2 11 EDITORIAL CAFE CON... Cristina de la Serna L a vida comunitaria desde principio de curso ha sido muy intensa, el Movimiento proporciona muchas ocasiones o celebraciones, muchas “pascuas” del Señor que hacen mucho bien a nivel personal y comunitario para la conversión, la perseverancia, la comunión… Mi dolor hoy es haberme perdido algunas de esas oportunidades, o dudar de si le abrí mi puerta cada vez que quiso entrar en mi casa para compartir conmigo, o si siempre tuve tiempo libre para Él o estaba ocupado con mis importantes deberes que no me permitieron atenderlo. Quizá mi cansancio o tibieza me impidieron el acercarme para hacer posible su paso por mi lado, incluso en alguna ocasión tuve razones de peso para alejarme…, estaba tan dolido, enfadado, frio…, las cosas no estaban sucediendo en mi vida como yo le pedía… Con la Pascua de Su Resurrección todo eso queda atrás, sé que “la paciencia del Señor me salvará”, porque las oportunidades que me da para reiniciar cada día mi conversión son infinitas, cuenta conmigo para que yo sea “pascua” para los demás llevando a mis ambientes lo que gratuitamente he recibido, facilitándome así el ser fiel a mi vocación de apóstol… De esas muchas Pascuas una ha sido para mí muy especial, la Ultreya Diocesana, donde dimos gracias a Dios por la inmediata celebración del cursillo MIL en la diócesis de Madrid. Han sido mil oportunidades que el Señor nos ha regalado para que los de madrileños viviésemos Su “paso” por nuestra vida. Muchos hemos tenido ese privilegio y así tuvimos la oportunidad de manifestárselo con todo nuestro cariño y respeto, en la celebración de la Eucaristía, en el rollo de Eva, en las resonancias, a nuestro nuevo pastor, el Arzobispo D. Carlos Osoro, quien nos bendijo y manifestó su cariño y afecto por los cursillistas. Con la alegría y el gozo de la Resurrección le pido al Señor vivir este tiempo precioso de la Pascua en espera, junto a toda la Iglesia, de la venida del Santo Espíritu cogido de la mano de la Madre, para a través de Ella pedirle al Señor que nos haga “SANTOS Y APOSTOLES”. EDITORIAL Secretariado Diocesano de Cursillos de Cristiandad de Madrid REDACCION Macarena Montes MAQUETACION Mercedes Fernández ILUSTRACIONES Juan Pablo Arenas DISEÑO Beatriz Rodríguez de los Ríos FOTOGRAFÍA Nacho Pereira y Cindy González COLABORADORES ESPECIALES Manolo Romero, Gema Blanco, Rosa M. Sanz, Ubaldo Conejo, Iñaki S. Ureta, Jóse Antonio Méndez, Felipe Velayos, Francisco Jiménez Lombos, Elena Cuadrado, Alejandro Martín, Cristina de la Serna, Lucía Montoya, Lara de la Morena, Eduardo Fernández-Merino, María Villoria, Eduardo Palanca IMPRIME Reproconsulting, S.L. Este número se puede descargar en formato pdf en www.cursillosmadrid.org …DE COLORES… Lara de la Morena Esta tarde el Señor nos ha querido regalar a Edu, Lucía, Alex y a mí el placer de tomar un café con Cristina, una señora entrañable que lleva nada más y nada menos que 52 años en Cursillos. Lo que más me ha cautivado esta tarde ha sido la mirada y la sonrisa de Cristina. ¡Qué alegría transmite! Es impresionante su amor y respeto a la Iglesia; cómo fiándose, le ha dicho “Sí” al Señor en cada misión que le ofrecía. Cristina me ha vuelto a recordar una vez más la necesidad de “dar” lo que tanto recibimos, me ha vuelto a recordar que yo, Lara, soy Iglesia, y que tengo que actuar en consecuencia. Hemos hablado también de la importancia y eficacia de la oración, de la relevancia de todas esas señoras que permanecen cada día en sus parroquias rezando el Rosario. Con esa sonrisa adorable que ella tiene, nos ha dicho que esas señoras, y los conventos, son lo que está manteniendo a la Iglesia hoy, que son el equilibrio que Dios nos manda para que yo, con mis debilidades, no me deje guiar por mi egoísmo, por mi hedonismo. Cristina dice que un cristiano puede tener tristezas, puede tener dudas y puede sufrir, pero que un cristiano no puede estar aburrido. Cuántas cosas me quedan por hacer, por experimentar. Por un momento esta tarde me he imaginado con 80 años tomándome un café con 4 jovencitos cursillistas. El camino con el Señor es una aventura apasionante, y yo, al igual que Cristina, ¡no me quiero perder ni un capítulo!. Sólo tengo que decir “Sí”. ¡De colores! Eduardo FernándezMerino Es una bendición p o d e r escuchar a quien lleva tantos años sirviendo y viviendo la realidad de la Iglesia en el Movimiento de Cursillos de Cristiandad de Madrid. Me gusta oír que, en esencia, pese a haber pasado tanto tiempo, lo fundamental del método de cursillos sigue siendo igual. Cristina es una enamorada de la palabra de Dios. Nos dice que siempre hemos de estar “rumiándola”, pues nunca sabemos cuándo nos va a hacer falta sacarla a relucir. Me encanta cuando nos asegura que “Un cristiano puede tener depresiones, estar triste... ¡pero nunca aburrido!”. Le hace mucha ilusión ver a jóvenes como nosotros que cogemos el testigo de Cursillos de Cristiandad en la Iglesia de Madrid, a pesar de vivir en una sociedad descristianizada, en un contexto universitario laicista… Pero nos invita a que demos testimonio desde lo más sencillo: “La gente necesita que se le sonría, que se la saque del anonimato...” ¡Gracias Señor, por poner a nuestro alcance testimonios vivos de perseverancia en tu Amor, confianza en que Tú guías nuestro camino, y fidelidad, cariño y responsabilidad de proclamar al mundo las verdades recibidas de Tu Iglesia por medio del Movimiento de Cursillos de Cristiandad! ¡Y por poder recibirlo además con una buena taza de chocolate, en compañía de otros jóvenes cursillistas!. ¡De Colores! Después de este precioso encuentro no podemos hacer más que dar gracias a Dios por la vida de Cristina, por toda la entrega generosa y sin condiciones que ha tenido con la Iglesia y con el Movimiento de Cursillos de Cristiandad de Madrid. ¡Gracias Cristina, que Dios te bendiga!. 12 [nº 48] Boletín del Secretariado Diocesano de Cursillos de Cristiandad de Madrid / Abril 2015 ENCUENTRO NACIONAL JOVENES CURSILLOS L DONATIVO 1 € María Villoria os días 13, 14 y 15 de marzo 80 jóvenes vivimos el gran regalo de poder participar en el Encuentro Nacional de jóvenes del MCC celebrado en los Ángeles de San Rafael (Segovia). Proveníamos de sitios muy distintos, en concreto de 15 diócesis españolas, pero desde el primer momento notamos lo que todos teníamos en común: nuestro amor a Cristo y nuestras ganas de servirle. Fue precioso ver la amistad que entablamos en pocos días, y es que esto es lo que tiene vivir como hermanos. Aprendimos mucho unos de otros; la gran importancia que se le da a las diferentes escuelas, la alegría con la que viven la fe los sevillanos, la disponibilidad de los cordobeses, la unión y sentido de comunidad de los asturianos… y así podría seguir y eternizarme con lo que me aportó cada lugar. A todos nos impresionó especialmente Pamplona, donde hay tan sólo un joven cursillista, pero que reúne más fuerza e ilusión que muchos de nosotros juntos. Y es que Cristo crece y se hace fuerte en las dificultades, y este caso fue un gran testimonio de ello. Es verdad que los de Madrid éramos el grupo más nu- «Fortaleced vuestros corazones para la llegada del Resucitado» . meroso, pero viendo el gran ejemplo de vida de este joven, y siguiendo las palabras del Papa Francisco, sólo puedo decir que… ¡Aun tenemos que hacer mucho más lío en Madrid! Podemos aprender de estos jóvenes en los que, aun siendo minoría en sus diócesis, su ilusión y ganas de llevar Cristo al mundo no disminuyen sino que arde aun con más fuerza. Fueron unos días realmente vividos en el Monte Tabor, en el que nos llenamos de Dios para bajar con fuerzas renovadas. Doy gracias por aquellos días, por la vida de cada uno de los que allí participamos y por el tesoro que nos llevamos con nosotros y ahora nos toca compartir. ¡DE COLORES! VIVIR CON CURSILLOS las Pascuas de familia, de jóvenes, misionera y de parroquia. CRÍTICA DE LIBRO recogidos por J. A. Cramer en la Catena in Acta SS. Apostolorum. Entre ellos podemos encontrar textos de Basilio el Grande, Gregorio Nacianceno, Gregorio de Nisa, Efrén de Nisibi, Dídimo el Ciego, Atanasio, Jerónimo, Juan Casiano, Agustín, Ambrosio, Justino Mártir, Ireneo, Teodoreto de Ciro, Orígenes, Cirilo de Jerusalén, Cirilo de Alejandría, Casiodoro e Hilario de Poitiers, algunos de los cuales se traducen por primera vez al castellano. Estos autores de los primeros siglos logran transmitirnos una vida impregnada de fe, por el contacto vital que tuvieron con las realidades de las que se habla en el Texto Sagrado. CELEBRAMOS el cursillo ¡ 1000! Café con... Cristina de la Serna Título Biblia comentada por los Padres de la Iglesia Hechos de los Apóstoles Autor Varios Nº páginas 448 Editorial Ciudad Nueva Uso privado L os Hechos de los Apóstoles son la segunda parte de la historia escrita por Lucas acerca de «todo lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar». En ellos el evangelista narra la expansión de la Iglesia según se va extendiendo el testimonio de los Apóstoles desde Jerusalén a Judea, Samaría y hasta los últimos confines de la tierra. A pesar de que unos 40 autores de la Iglesia de los primeros siglos comentaron los Hechos, sólo tres obras completas han llegado hasta nosotros: Las Homilías a los Hechos de los Apóstoles de Juan Crisóstomo, el Comentario sobre los Hechos de los Apóstoles de Beda el Venerable, y un extenso poema en latín –Historia apostólica– escrito por Arator. En este volumen hemos incluido un gran número de textos de las dos primeras obras, así como diversos comentarios de Arator. Asimismo hemos incorporado muchos otros fragmentos de los Padres que fueron
© Copyright 2024