Aportes C e le l eb r ac i ó n p ar a l a Homilía y guión para la Santa Misa 3º domingo de Cuaresma Ciclo B. Color: Morado 8 de marzo de 2015 Año XIX - Nº 1068 Aportes para la homilía ¡Destruyan este templo y lo reconstruiré en tres días! Éx 20, 1-17; Sal 18, 8-11; 1Cor 1, 22-25; Jn 2,13-25 La Pascua judía recordaba cuando Dios escuchó el clamor de su pueblo esclavizado en Egipto y envió a Moisés para liberarlo y conducirlo a la tierra que prometió al patriarca Abraham y su descendencia. Cada año se conmemoraba aquello repitiendo los antiguos ritos, al mismo tiempo que la fiesta servía para el reencuentro de los descendientes de las doce tribus de Israel, mientras los jefes judíos aprovechaban para hacer negocio a costa de los peregrinos que llegaban a Jerusalén. Cuando Jesús entró al templo y lo vio convertido en vulgar mercado, no pudo con su genio: ¡Han convertido la casa de mi Padre, casa de oración, en cueva de ladrones!, dijo y los echó a latigazos. Este mundo, creado como ámbito de encuentro de los hombres con nuestro Creador y Padre, se ha convertido en valle de lágrimas desde que abandonamos los planes de Dios, y nos dejamos arrastrar por criterios y objetivos egoístas. Se trata de volver a las fuentes, recuperar el sentido del compartir y conllevar en comunión nuestra vida. Esta Cuaresma es tiempo de sinceramiento: ¿hasta dónde llega nuestra vida cristiana? Nuestras oraciones y devocio- nes, nuestras misas y comuniones, ¿influyen en nuestra mentalidad, nuestros sentimientos, nuestros proyectos y decisiones, nuestros quehaceres, en la relación con los demás, empezando por el propio hogar y familia? ¿Qué podríamos reprochar a los paisanos de Jesús que no debamos cuestionarnos a nosotros mismos? Necesitamos analizar todo esto con humilde sinceridad, sin ponernos a la defensiva… y no es fácil… Ciertamente que muchas veces la palabra de Dios nos pone entre la espada y la pared pero, ¿eso no es saludable? Esquivar el bulto, ¿no es acaso tan insensato como resistirse a ir al médico porque me va a prohibir lo que me gusta? ¡Necesitamos abrirnos al panorama de lo que es Dios y cuánto hace por salvarnos! Necesitamos meditar cuanto vamos aprendiendo, abiertos a su Espíritu que quiere llenarnos con sus dones, que nos quiere cristianos por conocimiento y convicción más que por simple tradición. Los jefes judíos sabían mucho, pero nosotros, pudiendo aprender más, nos contentamos con lo poco y mal aprendido de nuestro catecismo de primeras nociones. ¿Queremos en verdad dar pasos adelante, o es mucho trabajo? Para otras cosas tenemos tiempo y ganas pero para esto que es vital… Que nuestra misión evangelizadora no se reduzca al tiempo que dedicamos (Continúa en la p. 4). Aportes - 1 Guión para la Santa Misa 1) Introducción Hermanos: el Padre de toda la familia humana vuelve a reunirnos en torno a la mesa de su Palabra y del Sacramento del Cuerpo y Sangre de su Hijo Jesús: su Palabra congrega, y Jesús Sacramentado nos fortalece en la comunión. Comencemos cantando… 2) Saludo de bienvenida Hermanos: La mesa del altar hoy nos congrega y el Padre de familia, a través de su Verbo, ilumina nuestra inteligencia y entrena el corazón para que, felices de ser cristianos, y vivificados con la Eucaristía, llevemos adelante su anhelo de convertirnos en templos vivos de su Espíritu. Que el Señor de la paz nos conceda su paz siempre y en toda forma, y que la gracia de nuestro Señor Jesucristo permanezca con cada uno de ustedes. 3) Acto penitencial Porque, enfriada nuestra relación con el Señor, también nos soltamos de su mano y caemos fuera del camino. Señor, ten piedad. Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos dé la vida eterna. Amén. 4) Liturgia de la palabra Primera lectura (Éx 20, 1-17): En medio del desierto, junto al Sinaí, Dios se declara Dios y Señor del pueblo que rescató de la esclavitud, para hacerlo su pueblo elegido. Salmo responsorial (Sal 18, 8-11): El salmo destaca la sabiduría y el amor de Dios que guía con su ley el camino de su pueblo elegido. R. Señor, tú tienes palabras de vida eterna. Segunda lectura (1Cor 1, 22-25): En la Carta a los cristianos de Corinto Pablo glorifica la locura del amor de Dios por nosotros sus hijos. Lectura del Evangelio (Jn 2,13-25): Jesús echa del templo a los mercaderes y los discípulos recuerdan al profeta Zacarías: mi casa es casa de oración, y el salmo 69: el celo de tu casa me devora. En el desierto, los israelitas escucharon al Señor. Jesús el Hijo amado, con su cruz y su resurrección, nos hace su rebaño a quién él guía. Reconozcamos que, como aquellos, a 5) Oraciones de los fieles veces somos ingratos a la gracia divina. Antes que se lo pidamos Dios bien sabe qué necesitamos, pero Porque no siempre tomamos con espera que se lo pidamos. seriedad y madurez el amor, la misericordia y la paciencia de A cada intención respondamos: Quien nos llamó a la vida. Señor, ¡Cuidanos, Señor, somos tu pueten piedad. blo elegido! Porque por nuestro mal ejemplo y falta de compromiso inducimos a quienes 4 Desde siempre tú nos llamaste a ser nos observan al menosprecio de la como tu amado Hijo Jesús. Que nuesvocación cristiana. Cristo, ten piedad. tra respuesta agradecida se concrete Aportes - 2 en obediencia filial, perseverante y 8) Despedida y bendición final alegre. Oremos. En Pascua, el templo judío se llenaba de mercaderes. Jesús quiso 4 Somos tu vidriera ante el mundo, ayúacabar con esta profanación. Hoy, danos a no defraudar a tantos hombres nuestro mundo, creado como gran temde buena voluntad, hambrientos de plo para el encuentro de todos con Dios, verdad y santidad. Oremos. 4 A veces, como aquellos israelitas, está profanado de ateísmo y deshumacansados, hambrientos y sedientos nización. Él cuenta con nosotros para en medio del desierto, sentimos la restaurar todo en Cristo. Vayamos con tentación de gritar ¡basta ya! Oremos. su bendición. 4 Entre nosotros hay muchos que, acosados por la pobreza y las injusticias, ya pierden las esperanzas, ayúdanos a ayudarlos con amor y caridad sincera. Oremos. 4 Da a nuestros difuntos la felicidad eterna y a nosotros la esperanza activa de compartir con ellos un día la luz y la paz en tu eterno templo del cielo. Oremos. Señor Jesús, en quien habita la plenitud de la divinidad, haz de nosotros templos vivos de tu espíritu, para que al ver nuestras obras de caridad y justicia, muchos se entusiasmen por construir un mundo nuevo, a la luz de tu evangelio. Amén. 6) Presentación de las ofrendas La ley del Señor es perfecta, es descanso del alma, es la ofrenda del Señor a todo el que anhela vivir rectamente. Junto al pan y el vino ofrezcámosle nuestra obediente y decidida voluntad. Cantamos… 7) Comunión Al presentar nuestras ofrendas pusimos también, en manos del Señor nuestra obediente y decidida voluntad. Ahora, él viene a reforzar nuestras inconstancias y debilidades con el Sacramento de su Cuerpo y Sangre, como prometió: Quien me come, vivirá por mí. Cantemos… Que el Señor nos bendiga y proteja tenga piedad y nos muestre su rostro, nos mire con amor y nos conceda su paz. Que la bendición de Dios Padre, Hijo X y Espíritu Santo permanezca siempre con todos ustedes. Amén. Lo esencial de la vida Carmen D´Angelo - Javier Espósito En nuestras manos está la posibilidad de evolucionar, dejando que el amor inunde nuestra vida hasta llegar a sentir que nuestra existencia no es en vano, al contrario, estamos colmados de un potencial y de una riqueza infinita para entregar a los demás. Ver la vida... con la mirada del Evangelio Marcelo Murúa Este libro, destinado a catequistas, agentes de pastoral, jóvenes y adultos reúne una selección de oraciones para reencontrarse con Jesús para hablar de las pequeñas y grandes realidades de nuestra vida cotidiana. Aportes - 3 (Viene de la p. 1). a la catequesis o la liturgia, las visitas a enfermos o el ropero de Cáritas, algo así como un quehacer, que está muy bien, pero que una vez cumplido el horario, ¡punto final! No, así como soy papá o mamá de pies a cabeza, por dentro y por fuera, en todo lugar y momento, con hijos o nietos, y jamás nos bajamos las mangas o colgamos el delantal, del mismo modo: ser cristiano-cristianizador es nuestra más íntima identidad, siempre y en toda circunstancia, con viento a favor o en contra, y que todos lo noten, como que somos testigos y agentes del Señor, en todo lugar y momento, para su gloria y por el bien de nuestros hermanos. Con cristianos así, que por donde se los mire, reflejan a Jesús y proclaman con su vida el evangelio, el mundo irá paulatinamente cambiando de color, lucirá los colores de la gracia y esparcirá el fragante perfume de Cristo, haciendo de este valle de lágrimas la antesala feliz del cielo. ¿Es mucha ilusión? De nosotros depende que el Reino de Dios sea una pronta realidad, y que, con la fuerza de su gracia, este mundo sea renovado y recreado. Los Jefes judíos reclamaban:¿Quién eres tú para hacer esto? Jesús les habló de destruir el templo, pero ellos no entendieron, como tampoco quisieron creer en su resurrección. Con nuestra vida cristiana demostremos hoy que Jesús está vivo y que quiere construir con todos nosotros un mundo nuevo, el nuevo templo de Dios, de un Dios que espera nuestra respuesta. Señor Jesús, templo y sagrario del Dios viviente: Tú viniste a mostrarnos la verdad del amor del Padre que quiere unir en ti la se- paración causada por nuestros pecados, y para eso nos llama a participar de su empresa con nuestro esfuerzo y nos promete sus denarios al final de la jornada. ¡Felices de nosotros si, creyendo con toda fe y trabajando con amor y esperanza, concretamos nuestro compromiso bautismal en obras de caridad y justicia, de fraternidad y paz, gozosos de gastarnos y desgastarnos por ti y por nuestros hermanos! Felices también si con nuestro empeño y entusiasmo animamos a tantos que necesitan ver y convencerse de que no creemos en habladurías o ilusiones románticas, sino en ti que vives palpitante en nosotros y en tus palabras que son espíritu y vida que nos motivan para perseverar hasta el fin. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Cristo viene a definir y nosotros tenemos que ¡seguirlo! Y entender que él es quien hace “nuevas todas las cosas”, que crea una nueva realidad, un nuevo hombre, una nueva familia, una nueva sociedad, una nueva nación. En esta Cuaresma tenemos que tomar y aceptar la invitación que Cristo nos hace y saber que él es capaz de crear en nosotros un corazón nuevo. A veces tan marchito por el pecado, tan envejecido por el fracaso, tan endurecido por los golpes. Cristo es capaz de crear un corazón nuevo. Cristo es capaz de entusiasmarte. Cristo es capaz de darte fuerzas. Cristo es capaz de darte apostolicidad. Vamos a pedirle al Señor que derrumbe los falsos ídolos, que también están en nuestra vida, y que él se constituya como único Señor y que lo podamos seguir: “Y en tres días construiré este Templo”. Mons. Rubén Oscar Frassia (19/3/2006) Aportes para la Celebración es un subsidio litúrgico preparado por el equipo de redacción de El Domingo, periódico religioso de la editorial San Pablo, propiedad de sociedad de san Pablo (Paulinos). Riobamba 230, C1025abf buenos aires,Argentina.Teléfono: (011) 5555-2416/17/21/24. Fax: (011) 5555-2439. E-mail: [email protected] - www.sanpablo.com.ar - Impreso por G. S. Gráfica s.r.l., Cnel. Charlone 958, B1868dzf Piñeyro, avellaneda (Bs. As.), Argentina. En el Uruguay: San Pablo: Colonia 1591 (11200) montevideo, tel.: 24018332, cels.: 094943071/095728681, Mail: [email protected] Aportes - 4
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