ALERTA IMPORTANTE – EBOLA Enfermedad Por Virus Del Ébola Informarse, comprender, prevenir. Ante la declaración del Alerta Epidemiológica por el Ebola del día viernes 10/10/2014, el Ministerio de Salud ha difundido distintos mecanismos para la detección de casos. Este alerta funciona sobre todo para el ingreso de personas por vía aérea, aunque Argentina no tiene vuelos directos con países afectados ni tampoco cercanos a ellos. Argentina sigue las directivas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el país cuenta con un sistema de alerta que incluye recursos humanos, tecnología y centros sanitarios de referencia para la rápida detección y evaluación de posibles casos. Los centros de referencia son el Hospital El Cruce Dr. Néstor Kirchner, en Florencio Varela, el Hospital de Pediatría Garrahan y el Hospital Muñiz, en la ciudad de Buenos Aires. Argentina cuenta con un método propio de detección del virus en 24hs, que se realiza en el Instituto Malbrán, lo que es importante para evitar la expansión de una epidemia de estas características. Enfermedad por virus del Ébola: informarse, comprender, prevenir. ¿Por qué es tan grave la enfermedad por virus del Ébola? Principalmente por tres razones: no existe ningún tratamiento específico ni vacuna disponible; puede afectar a cualquier persona y tiene una alta tasa de letalidad (entre 50 y 90%). ¿Qué significa que haya una "emergencia internacional"? La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la propagación del Ébola en África Occidental una emergencia de salud internacional. El brote del virus es el mayor de la historia y afecta a países sin los recursos sanitarios suficientes, por lo que es posible que se genere una propagación internacional. ¿Cuáles son los síntomas? • aparición repentina de fiebre • dolor muscular • dolor de cabeza y garganta • debilidad intensa ¿Cómo evoluciona la enfermedad? Con vómitos, diarrea, erupción cutánea, fallo renal y hepático y hemorragia masiva interna y externa. En el estadio final, hay fallo multiorgánico. ¿Cómo se transmite? El principal modo de transmisión es de persona a persona, mediante el contacto directo con fluidos y/o secreciones corporales de las personas infectadas. Por eso, es importante que en caso de sospecha o confirmación de la enfermedad, las mujeres suspendan el amamantamiento de sus hijos, y que los hombres se abstengan de mantener relaciones sexuales o utilicen preservativos (ya que el virus puede transmitirse por vía del semen hasta 7 semanas después de haberse recuperado). Otras vías de transmisión son el contacto indirecto con el medio ambiente y con materiales que hayan sido contaminados con fluidos corporales (por ejemplo, agujas). No está demostrada la transmisión aérea. El período de incubación varía de 2 a 21 días (con un promedio de 8 a 10 días). No hay evidencia de que el paciente contagie durante este período. Información para viajeros Para todos los países, la OMS determinó que no debería existir una prohibición general para los viajes y el comercio internacional salvo de que se trate de casos con Ébola o personas que estuvieron en contacto con algún infectado. Quienes tengan que viajar a las zonas afectadas deberán valorar la oportunidad de hacer el viaje y contar con información sobre riesgos, medidas de prevención y de manejo ante una posible exposición al virus. Si bien el movimiento de personas entre Argentina y África (donde se ha documentado la transmisión de la enfermedad) no es frecuente, la potencial vía de introducción del virus del Ébola en nuestro país es el ingreso de viajeros afectados desde zonas con transmisión activa. ¿Cuándo sospechar y consultar al médico? -Si ha tenido fiebre (mayor a 38°). -Si ha estado en contacto (*) con algún caso confirmado de Ébola en los 21 días anteriores a la aparición de síntomas. (*) Se define como “contacto” al haber dormido en la misma casa; haber tenido contacto físico directo con el paciente (vivo o muerto) durante la enfermedad o con un paciente fallecido durante el funeral; haber tenido contacto con sangre o fluidos corporales durante la enfermedad; haber tocado la vestimenta o ropa de cama; haber sido amamantado por el paciente (bebés).
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