segundo número de - Querido Mauricio y otros textos neopolíticos

Este es el segundo número de la publicación períodica irregular gratuita de mi autoría llamada "Querido Mauricio" con textos sobre política y afines. La política está llena de afines y los afines la mejoran y muestran su sentido. Gracias a Nawel Vercellino por su ayuda. Quien quiera escribirme puede hacerlo mandando un mail a [email protected] Querido Mauricio y otros textos neopolíticos – Segunda entrega -­‐ Julio 2015 1. Reivindicativos vs Aspiracionales Un ida y vuelta con Marcos Peña Estas dos palabras, reivindicativos y aspiracionales, las usa Marcos Peña para pensar y hacer muchas cosas. Me parece que plantean una diferencia emotiva y política muy útil, esclarecedora y aprovechable. Aquí sacudimos juntos esas ideas para que caigan otras… Todo empezó con estos puntos resumiendo sus ideas, que le mandé por mail: 1. Los reivindicativos quieren enmendar un mal que sucedió en el pasado. Corregir una injusticia histórica. Quieren venganza. 2 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos – Segunda entrega -­‐ Julio 2015 Los aspiracionales tienen otro escenario, quieren hacer lo que consideran bueno, y más que pensar lo bueno en relación con el pasado, lo piensan yendo hacia el futuro. Como un querer presente, libre, que avanza hacia un mundo por venir, a partir de una afirmación del presente. 2. Los reivindicativos tienen mucho pasado y están mezclados con sus ascendentes, padres, abuelos, antepasados. Es la vida vieja ocupando los espacios de la vida nueva. Los aspiracionales en cambio han legitimado completamente su propio rol protagónico y no se refieren a lo sucedido sino a lo que es su acción propia. El sentido surge como un impulso validado e inocente desde el hoy y no como algo que aporta una pieza faltante a un planteo hecho antes por otros. 3. El reivindicativo sobrevalora el contexto y el grupo, el aspiracional abre el espacio para la vida personal. El reivindicativo es impersonal, se disimula en una causa general. El aspiracional se la juega por algo, por lo suyo, quiere lo que quiere. A lo que Marcos respondió con este otro mail: 3 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos – Segunda entrega -­‐ Julio 2015 Es difícil pensar las ideas políticas como una abstracción, como un conjunto de conceptos fríos y abstractos que no tienen nada que ver con lo que nos pasa en la vida. En el siglo XX esto era muy común, sobre todo en los círculos políticos e intelectuales. Lo cómodo de las abstracciones es que nos liberan de las contradicciones y las consecuencias de las acciones políticas. La obediencia debida ideológica deshumaniza el proceso político. Nos vuelve engranajes de una religión laica a la que tenemos que obedecer porque sino seremos infieles y pecadores. Esta bueno pensar de nuevo algunas cosas. Replantearnos qué hay en el corazón de nuestro pensamiento, de nuestros valores y sobre todo de nuestra acción cotidiana. Pensar la política desde cómo somos como personas. Desde nuestro día a día. Ese es el mejor antidoto para romper con el cinismo y la hipocresía. Antes que gente de izquierda y de derecha, conservadores y progresistas, rebeldes o sistémicos, hay personas. Complejas, contradictorias, inspiradas y mezquinas al mismo tiempo. Es muy dificil armar categorías políticas sin caer en una lógica binaria, en los unos y los otros, en los buenos y malos. Sobre 4 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos – Segunda entrega -­‐ Julio 2015 todo porque casi siempre uno cae en pensar que los buenos son los unos y los malos son los otros. Durante mucho tiempo se pensó a partir de la lógica de suma cero, de esa confrontación entre dos bandos. Irreconciliables, esencialmente diferentes, en pugna permanente. En el otro extremo se cae en la lógica que todos son lo mismo, sea porque son todos malos o porque todos deben encontrar los consensos que los ponen de acuerdo en todo. Es bueno arrancar por animarse a entender que no es fácil encarar esta discusión. Que hay que sospechar de cualquiera un planteo simplista y reduccionista. A partir de ahí uno puede empezar a desconstruir el tema. Y así empieza a encontrar matices y una perspectiva posible. Arranquemos por aceptar y abrazar la idea que no todos piensan igual. La diversidad es lo que nos enriquece y nos hace desarrollarnos como seres humanos. Sospechemos de los que plantean un pensamiento que excluye esa posibilidad y que busca que los "infieles" acepten su credo iluminado. Vemos también que hay personas que arrancan su día convencidos de que la vida no es lo que ellos se esperaban, o 5 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos – Segunda entrega -­‐ Julio 2015 que el mundo no es como ellos creen que debería ser, y que creen que eso es responsabilidad de alguien. Es una visión reivindicativa, que cree que si se corrigen ciertas cosas, se volverá a un pasado o a una situación de equilibrio que no se debería haber perdido. Esa una forma de ver la vida. Algunas la llevan con alegría de saberse en una lucha épica, generalmente contra sectores poderosos que buscan oprimir al pueblo y bloquear su felicidad. Otros lo llevan con la amargura de pensar que la batalla está perdida de antemano, pero por los menos se pueden tener venganzas puntuales que nos den satisfacción. En nuestro país esa visión está muy extendida en nuestra historia y ha sido parte constitutiva de muchas fuerzas políticas. Varía el "malo" pero no la metodología. Tiene que ver suponemos con la sensación de un país que nunca lograr cubrir su potencial y su expectativa. Ahora hay mucha gente que no vive la vida así, cuya vitalidad pasa por otro lado. Le pasa por arrancar el día pensando cómo va a hacer para este mejor al día siguiente o al menos por vivir con alegría y positividad su vida. Lo curioso es que no ha habido una oferta política consistente y sostenida en el tiempo para 6 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos – Segunda entrega -­‐ Julio 2015 este público. Una oferta que no se basa en un culto a los muertos, sino en la energía de los vivos. Cuya fuente de inspiración no sea el pasado, sino el futuro. Que esté más concentrada en el hacer transformador y en el aprendizaje continuo, más que en la identidad construida a partir de lo que uno no es. Esa visión política por definición pone en primer lugar de su acción a la persona y la búsqueda de su felicidad. Deshumanizar la política es muy peligroso. Uno tiene que poder medirse en esa vara. Construir esa oferta política aspiracional, humanista, contemporánea, positiva, abierta y colaborativa es la aventura en las que nos embarcamos. Es una idea que está más allá de una elección y de un candidato, aunque sólo se puede construir a partir de un liderazgo sano y equilibrado. No pretende ser totalizadora, pero se reconoce diversa de otras ideas con las que siempre habrá acuerdos posibles. Tiene en su raíz el optimismo. La idea que las cosas siempre pueden estar mejor. Que la vida está llena de amor, de alegría, 7 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos – Segunda entrega -­‐ Julio 2015 de misterio y que el dolor y la injusticia no tienen porque amargarnos. Fin del intercambio. Sigue ahora el lector su propio camino, sumando su aporte. Saludos! _ 8 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos – Segunda entrega -­‐ Julio 2015 2. Lucha o desarrollo Este texto es la ampliación de un artículo del mismo nombre que publiqué en La Nación en el 2012. Son distintas visiones del mundo e implican también distintas posiciones existenciales, es decir, tienen que ver con actitudes psicológicas básicas, determinadas individualmente, que parecen expresarse como elecciones racionales pero son más bien el resultado de perspectivas inevitables. Si uno cree que la política es lucha centra su mirada en el enemigo. Necesita enemigos para alimentar su estructura de sentido, ordena el mundo estableciendo esos personajes básicos: los buenos (que padecemos), los malos (responsables de nuestro padecimiento). La tarea es enfrentar y vencer a aquellos de los que provienen nuestros problemas. El día se organiza a partir del odio o del resentimiento, las 9 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos – Segunda entrega -­‐ Julio 2015 horas pasan inventando trampas o trucos para debilitar a los detestados. Detestar es la emoción combustible, el motor, y la política la pantalla social en la que se logra proyectar esa emoción interna dándole un sentido valioso, que además permite actuar. Si uno cree en cambio que la política es una forma de implementar el desarrollo, trata de organizar situaciones para que los recursos puedan aprovecharse de la mejor manera posible. Busca gestionar para optimizar resultados. Quiere que la mayor parte de las personas disfruten de la mejor situación que el talento organizativo permita alcanzar. Quien busca desarrollo juega a algo completamente distinto de quien está básicamente parado en una actitud de lucha: se concibe como un ser más libre, dotado de posibilidades a las que sabe oportunidades propias. Cartas que tiene que jugar bien para que las cosas salgan de la mejor manera posible. Sus pasos son activos, no reactivos. 10 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos – Segunda entrega -­‐ Julio 2015 Tal vez la más clara caracterización de esta diferencia es la que hace Nietzsche en un capítulo de su Zaratustra, cuando establece la diferencia entre ser libre de algo o ser libre para algo. La instancia en donde se acentua la libertad como la posibilidad de salir del dominio de otro es evolutivamente previa a aquella en donde uno es ya dueño de su libertad y quiere aplicarla a jugar su juego o vivir su vida. En la política de lucha pareciera acentuarse siempre el punto en el que hay sumisión, al punto en el que si esta falta se la recompone, porque se la siente necesaria para poder ordenar la siempre compleja existencia. “A mi no me van a joder” es la expresión constante de quien se siente amenazado por todo y por todos. De quien ve en cada hecho un intento de someterlo a una voluntad que no es la propia. El problema de cual sería su voluntad, o su deseo, su querer, no llega a plantearse nunca. Es intencionalmente escamoteado por el replanteo constante de esta escena sonsa y maniquea: me quieren joder. Vos a mi no me vas a joder. El desarrollo es el arte de la realización: en él no se trata de utopias y de sueños sino de planes y proyectos. De deseos y objetivos trabajados hasta alcanzar realidad. De transformaciones que abran 11 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos – Segunda entrega -­‐ Julio 2015 nuevas posibilidades de vida. El simbolismo que la lucha mantiene en sus banderas deja paso aquí a las complejas realidades que es necesario administrar. En la política de desarrollo hay más trabajo que batalla, más creatividad que aguante. La utopía, el sueño, el ideal, al plantearse como instancias inaccesibles, condenan a quien se vuelca a ellas a una existencia a la que sentirá siempre como miserable, por no encarnar la perfección anhelada. El ideal, siguiendo nuevamente a Nietzsche, “ensucia” al mundo, lo “afea”, por compararlo constantemente con un imposible de dudoso valor. Pareciendo una posición positiva, el idealismo avanza despreciando lo real, en donde habría que intervenir dando forma y generando lo que se desea dentro de lo posible. El ideal alimenta la política de la lucha, porque le permite realimentar constantemente la indignación al comparar el “cómo deberían ser las cosas” con el “cómo lamentablemente son”. Las cosas no deberían ser de ninguna manera, en todo caso podemos, es legítimo y útil, desear algunas transformaciones, en cuyo caso la actitud correspondiente es la activa responsabilidad de intentar lograrlas. Esta última es la posición de la política de desarrollo. 12 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos – Segunda entrega -­‐ Julio 2015 En la política de la lucha los recursos se ponen a disposición de la batalla. El uso y abuso de los mismos está justificado en función de la lucha contra el mal personificado en otros. No es considerada corrupción el uso abusivo de los recursos públicos en la lucha, ese aprovechamiento de lo público es considerado un acto de justicia. O un merecido resarcimiento. Se cree que la lucha contra el mal justifica esos apartamientos de la ley, a la que se describe como defensora de viejos privilegios (privilegios que los políticos de lucha no dudan en hacer suyos, ya que ellos son la buena causa). La política de la lucha avala la moral del delincuente, al que se siente cercano y con cuya victimización se identifica, despreciando a los que han sido atacados por estos como si fueran mezquinos protectores de algo que en el fondo no debieran poseer. En la lucha la delincuencia es transformada en legítima insurrección en contra de la injusticia del sistema. La política de lucha siempre establece alianzas con la delincuencia, al punto en que podríamos reconocerla como una de sus formas. Camuflada forma, perfecto truco para hacer el mal escondiendose tras la máscara de un falso bien. 13 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos – Segunda entrega -­‐ Julio 2015 En la política de desarrollo el talento está puesto al servicio de la creación de realidades disfrutables, es un recurso del amor por el mundo, de la capacidad de querer y plasmar. Puede sonar ingenuo hablar de amor en un contexto político, pero no lo es, al menos no para quien considera que el sentido de la acción política tiene que ver con la generación de vida nueva, con la producción, con la invención de trabajo y de valor, con dar impulso a los proyectos personales que deben ser ayudados en su despliegue. En esta visión no se concibe al ciudadano como parte de una amorfa masa manipulable, la que vemos aparecer en la despersonalizada idea de pueblo: se ven personas de verdad, de carne y hueso, con deseos, necesidades y potenciales diversos, legítimos y valiosos. En la política de la lucha el poder es el verbo central, un poder cuyo sentido está en sí mismo y en su eterna conservación, sin más sentido que ser poder puro. La política de lucha está viciada con el poder. No habla ni piensa en otra cosa, es una especie de misticismo del poder sin sensualidad ni disfrute de la vida real. El poder como preocupación constante expresa una rigidez de la sensibilidad, una falta 14 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos – Segunda entrega -­‐ Julio 2015 de color, la tendencia al blanco y negro hiper moral para interpretar toscamente todos los hechos de la existencia. En la política de lucha hay que tener el poder para tener el poder, para que no lo tenga el otro, no para usarlo en ningun logro sino para intentar conjurar la presencia de un miedo íntimo que ninguna realización será capaz de conjurar. El fantasma que recorre al poseído por la lucha es interno, por más que busque encarnarse en agentes externos. Y como buen fantasma, inasible, eterno, fantasía deformante y no realidad tratable. Para usarlo en fuegos simbólicos artificiales. Los que se dedican a esta persecución enviciada del poder suelen ser personas siempre más dispuestas a perderse en la observación de las vidas ajenas que a encontrar el sentido de la propia. La exaltación esconde el vacío. La generalización de los temas está puesta al servicio de ocultar las dificultades personales. Mucho perturbado por cuestiones emocionales de orden privado se transforma en el marco de la política de la lucha en un militante apasionado: su fuerza parte del desplazamiento de lo íntimo hacia el 15 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos – Segunda entrega -­‐ Julio 2015 terreno de lo público, donde, deformado, permite expresar intentos desaforados de exterminación. En la política de lucha hay un desamor camuflado de justicia, un desaforado afán de supremacía sin que sea demasiado importante trabajar para hacerle bien a los habitantes del país. El poder se vive asi como derecho a maltratar a propios y ajenos, a someterlos. La sumisión es el modo afectivo, emocional, el tono muscular propio de los adictos a la lucha. En la política de desarrollo se trata en cambio de intentar ocupar el lugar del poder porque es desde allí que se organiza el mundo, en donde la posibilidad se vuelve el centro de la escena. Si hay lucha, es secundaria, el fin es la producción de realidades. Es evidente que en términos de competencia política la lucha no puede no aparecer en el horizonte. Se trata de ganar, de derrotar al otro, de poder lograr el desarrollo venciendo a los que sólo pueden basar su visión en la lucha permanente. Pero no se busca la lucha por la lucha misma, el objetivo no es medirse con el otro, ser superior, 16 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos – Segunda entrega -­‐ Julio 2015 humillar a nadie; el fin es generar oportunidades para todos, mejorar la vida concreta, plasmar el amor en logros observables, mejorar la propia capacidad de hacer abordando proyectos cada vez más valiosos. En la política de la lucha el ciudadano debe ser controlado de cerca, seguido minuciosamente en sus movimientos para corregir sus desvíos. Se siente a la libertad como un lujo excesivo, se cree que a la gente hay que tenerla cortita. Se habla de la libertad, se la menciona en consignas, pero en lo concreto no se la tolera. En la política de desarrollo, en cambio, al ciudadano hay que cuidarlo y estimularlo, potenciarlo, abrirle espacio, darle mundo, ofrecerle opciones para que su propia iniciativa genere la riqueza que beneficiará al sistema entero. Es necesario un estado presente, sí, organizador, para corregir abusos e irregularidades, no para meterse en toda intimidad, sino para resguardar a las personas de aprovechamientos indebidos, provengan estos de las corporaciones, de los sindicatos o de la política. Paradógicamente, los que militan en la política de la lucha cometen esos aprovechamientos sin cesar, sin que 17 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos – Segunda entrega -­‐ Julio 2015 nunca quede claro por qué en su caso estos excesos serían meritorios o estarían justificados. En la política de lucha se sueña con el enemigo. Se adora al enemigo, es el tema principal. En la política de desarrollo se piensa en las cosas que es necesario hacer para que todos puedan desplegar sus alas, hacer los proyectos que su deseo le dicte, y concretar su mundo propio. En la política de lucha hay armas, violencia, humillación, soberbia, paranoia, rencor, negación de realidades, mucha historia puesta en el centro de la escena como si el tiempo no pasara nunca, revancha, resentimiento, odio, muerte. En la política de desarrollo hay ideas, proyectos, trabajo, creatividad, ganas de vivir, alianzas, entendimientos, trabajo para enfrentar problemas que deben ser resueltos sensatamente. Hay ley, instituciones, colaboración, suma, aceptación de la diferencia, comprensión de que cada uno tiene un fragmento que aportar al gran rompecabezas social. Hay libertad, confianza, responsabilidad, presente 18 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos – Segunda entrega -­‐ Julio 2015 querido que lleva aun futuro deseado y generado con inteligencia y detalle._ 19 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos – Segunda entrega -­‐ Julio 2015 http://queridomauricio.com [email protected] 20