ConVosotros @diocesiscr Semanario de la Iglesia en Ciudad Real Año XXXIV – n.º 1727 – D.L.: CR-91/1988 ARCÁNGEL MORENO CASTILLA Domingo, 13 de diciembre de 2015 Gaudete Alegraos siempre en el Señor. «Alegraos». La Iglesia siempre ha llamado a este tercer domingo de Adviento el domingo de la alegría o Gaudete. Y se debe a que toda la celebración nos anuncia a Jesucristo como la causa de nuestra alegría. Ya la misma antífona de entrada nos lo anuncia: «Estad alegres en el Señor; os lo repito estad alegres. El Señor está cerca». Isaías anuncia: «Se alegrará el páramo y la estepa». En todo caso nunca se tratará de la alegría del optimista que se regocija ante la llegada de unas fiestas. El fundamento de la alegría es teológico: el Señor está cerca. Dios va a cumplir su promesa, está cerca el Reino de Dios. Se trata de esperar con alegría porque ya Dios está dando señales a lo largo de la historia de que la llegada del Mesías es inminente. La esperanza adquiere contenido y supone experimentar a Dios como auténtica razón de nuestra alegría y nuestra esperanza. «Los ciegos ven, los cojos andan». El evangelio nos ofrece la buena noticia de la fuerza liberadora de la persona de Jesús; al encontrarse con Él la realidad humana tan doliente y atropellada es transformada y curiosamente la alegría nace de la conversión y la solidaridad. Pero atención al tiempo de Adviento. El domingo gaudete no supone un cambio en el tono del Adviento. Será del día 17 hasta el día de nacimiento cuando la liturgia de la Iglesia acentúe la espera de la venida del Señor en la carne. La causa de nuestra alegría es que al final no nos espera un puerto más, una promesa más, sino Dios mismo, el cumplimiento definitivo de la promesa: la encarnación del Verbo es el culmen de la revelación, el culmen de toda la historia de la salvación. La encarnación supondrá la alegría de encontrarnos a Dios mismo en nuestro espacio y en nuestro tiempo. Dios desvela el secreto de la alegría, secreto escondido en los tiempos y ahora manifestado en el rostro de la humanidad de Cristo. Por eso cuidamos este tiempo acercándonos más intensamente a la Palabra. La Palabra es ya causa de alegrías más profundas para el creyente. Representación del profeta Isaías en la plaza de España, en Roma. Camina MARÍA DEL CARMEN ESPADAS BURGOS Camina en el Adviento, peregrino, Dios va a nacer, te lleva de la mano. No estés en soledad, con el hermano, comparte la dureza del camino. La luz de un nuevo día es tu destino, horizonte de cada ser humano. Nada de lo que ocurra será en vano, todo cobra sentido, porque vino frágil y desvalido ese pequeño hecho de amor, caricia, luz, ternura, de miel y caramelo, en Navidad. No te pares, se fiel en el empeño de caminar. Si la senda es oscura, el mañana será de claridad. CV Domingo, 13 de diciembre de 2015 Por la gracia de Dios Festival de Navidad del Seminario 2015 Un momento del festival del pasado año El Seminario prepara ya el festival de Navidad, este año con el título «Por la gracia de Dios». Como saben los espectadores, que año tras año, abarrotan el salón de actos del Seminario para disfrutarlo, cada festival es una obra nueva, original, creada por los seminaristas mayores en toda su extensión. Ellos son quienes escriben su guión, interpretan la acción, dibujan el decorado y cantan los villancicos. Esto último acompañado de los semina- ristas menores. Por esta razón, el Festival es una obra coral de enorme esfuerzo comunitario que reclama toda la creatividad y pasión de los seminaristas. No es, con todo, la creación artística lo principal del festival. Lo primero es dedicar una felicitación navideña a tantos amigos del Seminario y, muy especialmente, a los sacerdotes de nuestra diócesis. Felicitación que siempre, en el caso del Seminario, quiere ser, al mis- Representaciones Viernes 18 y sábado 19 de diciembre, a las 18,30 h., en el Seminario. El martes 22 de diciembre será la convivencia sacerdotal. mo tiempo, un canto de alabanza y agradecimiento al Dios que se hace hombre. El arte que invita a ponerse de rodillas. Adiós de la parroquia de San José Obrero a las religiosas teatinas El pasado mes de octubre la comunidad de Religiosas Teatinas de la Inmaculada Concepción, Hijas de la Providencia, finalizó su permanencia en la parroquia de San José Obrero de Ciudad Real, tras diecinueve años de servicio. Por este motivo, y para agradecer su presencia activa en la vida y actividades de la parroquia, el pasado 8 de noviembre se preparó de modo especial la celebración de la eucaristía dominical a la que asistió un gran número de fieles que quisieron compartir con ellas esta acción de gracias.Estuvieron presentes sor Reyes y sor Leticia, de las últimas hermanas en la comunidad; y también sor Luisa, que estuvo hace años, acompañadas por sor Celina y sor Teresa en nombre de la congregación. La celebración fue presidida por el párroco actual de San José Obrero, Lorenzo Navarro, a quien acompañaron el anterior párroco, Secundino Martínez y el sacerdote Eustaquio Camacho. En la homilía, el párroco expresó lo agraciada que ha sido la comunidad contando con la presencia de la vida consagrada en la persona de las hermanas durante estos años, no sólo en la guardería sino en las actividades de la parroquia. Todos los presentes, al final de la eucaristía, dirigieron conjuntamente a Dios una emotiva acción de gracias en nombre de las hermanas que han pasado por allí. Además, les dedicaron un salón de la parroquia para que quede constancia de su paso por ella. CV Domingo, 13 de diciembre de 2015 Carta de nuestro Obispo «Con él se alegra nuestro corazón, en su santo nombre confiamos» P ues ¡claro que sí!, la Palabra de Dios nos dice: «Estad siempre alegres en el Señor os lo repito, estad alegres, nada os preocupe» y acompañamos esta especie de mandato con que, en este tercer domingo de Adviento, ya encendemos tres velas de la Corona de Adviento, está claro que no es un brindis al sol diciendo: «estáis fatal pero poneos las pilas y, en un alarde de resorte sicológico, disimulad lo mal que están las cosas». El motivo de la alegría cristiana es que Él, Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre viene a estar con nosotros ¿Sabemos de verdad lo que es esto? Nos han emocionado las escenas de solidaridad y de entrega socorriendo a los heridos y cubriendo con respeto a los muertos. Acababan de pasar terroristas matando y sin pensar que podría haber más, arriesgaron por cuidar a otros desconocidos... Con estas tres velas encendidas, nos vamos llenando de la Luz que es la cercanía de la aurora que precede «al Sol que nace de lo alto». Ciertamente: ¡alegres en el Señor! que viene arriesgando su vida, dando su existencia... otra parte, el papa Francisco nos invitó a rezar todos los días por ellos. Así lo hemos hecho en el Seminario todos los días, repito. Me emociona pensar que este puñado de jóvenes, que mañana nos servirán ya sacerdotes en las parroquias, y ahora mismo como seminaristas con su oración constante, han ido dejándose llenar de «la Paz de Dios que sobrepasa todo juicio» y con toda la comunidad eclesial que experimenta como «custodia Cada Navidad es momento de redimir los males de este mundo nuestros corazones y nuestros pensamientos en Cristo Jesús» seguiremos viviendo la alegría del Evangelio. A esto mismo se refiere el Papa cuando nos lo recuerda constantemente. Cada Navidad es momento de redimir los males de este mundo. Hemos de llegar a la Navidad de este año especialmente tocados de responsabilidad sobre los hermanos que son los varones y mujeres de toda El motivo de la alegría cristiana es que Él, Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, viene a estar con nosotros La experiencia que se renueva en la Iglesia es esta: «Nada os preocupe; sino que en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús». Desde que empezó a producirse la huida de los ciudadanos de Siria buscando seguridad en can en este mundo. No se c u á n t o tiempo tardarán en llegar los refugiados. A la Iglesia ya nos cogen entrenados por la experiencia en la acogida que les hemos dado a los emigrantes de todo tipo. No vamos ahora a poner pegas porque sean refugiados de guerra, pues es la misma experiencia la que nos produce raza, civilización y religión. Esto no se logra con propósitos nacidos de la arrogancia y la soberbia de quien se siente superior, sino de quien tiene experiencia de su limitación y pequeñez. Es ahí donde el poder de la oración por los otros nos va identificando en Cristo Jesús y nos transforma la paz de Dios que sobrepasa todo juicio. Misericordiosos: nuestro corazón en las miserias que se provo- «la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio» y que seguirá custodiando «vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús». Hasta el 25 de diciembre, hasta la venida de Jesucristo como niño indefenso, revestido de ese misterioso poder de Dios que confunde a los poderosos hombres de la violencia, de la guerra y del terror, vamos a rezar, a dejarnos revestir de esa misma paz. Tenemos por delante la tarea de dar la vuelta a las mentalidades de crispación y hasta legítimo miedo y enfado trayendo a nuestra sociedad al Niño Dios que viene en la Navidad. Cantamos con toda confianza y esperanza: «Él transformará todas las penas, como a hijos os acogerá. Abrid vuestros corazones a la libertad». Seamos, pues, constantes en la oración durante los días que faltan hasta la Navidad. Vuestro obispo, CV Domingo, 13 de diciembre de 2015 La alegría nace del corazón del cristiano JESÚS SÁNCHEZ-VIZCAÍNO E INMACULADA FERNÁNDEZ-BRAVO Nos piden que al hilo de las lecturas de hoy, hagamos pequeña una reflexión sobre la alegría, pero no de la alegría vacía, vacua y momentánea basada en la obtención de caprichos y cosas pasajeras y efímeras. Hablaremos de la alegría con mayúscula, de la verdadera, la que nace en el corazón del cristiano por haber sido creado por Dios a imagen, por sentirse hijo Suyo y heredero del cielo, por sentirnos hermanos de toda la Humanidad, por hacer lo que Dios quiere y querer lo que Dios hace con verdadero amor filial. El profeta Sofonías, en la primera lectura, nos transmite esa alegría Grandiosa «alégrate hija de Sión. El Señor está en medio de ti, goza contigo, te renueva con su amor y se alegra contigo» (So 3,14-18). Nos muestra la alegría por un pacto, proclamado en la Antigua Alianza entre Dios y su pueblo y que luego se ve sustituido en la Nueva Alianza entre Cristo y su Iglesia. En breve celebraremos la renovación de esta Alianza con todos los efectos de gracia previsto por el profeta: liberación de los males que nos esclavizan, liberación de todos nuestros temores y angustias. La Navidad es el momento de dar rienda suelta a la alegre esperanza, cuando nazca ese Niño Jesús, la alegría, esté entre nosotros. El culmen de la alegría humana proviene de la entrega a Dios, del sí definitivo, de poner nuestra esperanza y confianza en Él. Es la que nos transmite María en el Magníficat: «se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador». Es tiempo de Adviento. Preparemos la llegada de nuestro Dios con gozosa esperanza y alegría para que podamos recibirlo dignamente en nuestros corazones, vidas y hogares. Transmitamos esa alegría a nuestros hermanos. Tengamos siempre presente que un cristiano triste es un triste cristiano. ¿Qué es la alegría? La palabra alegría deriva del latín alicer o alecris que significa «vivo, animado». ¿Qué es la alegría? La alegría es un sentimiento grato y vivo que expresa júbilo y que suele manifestarse con signos que pueden ser voluntarios, que controlamos, como la risa, o involuntarios. Cuando nos nace de lo escondido de la persona, no la podemos reprimir, y, como vulgarmente se dice, nos nace del corazón. La alegría denota un estado de bienestar interior, un sentimiento que quien lo experimenta, lo transmite irremediablemente, para compartirlo con las personas de su entorno, para expresarles su situación a través de cualquiera de sus manifestaciones. En el fondo, la persona pone de manifiesto su intimidad a través de la misma. ¿Qué es la alegría para un cristiano? Según el papa Francisco, la nuestra es la alegría que trasmite el evangelio, que llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús en cuanto a que, su seguimiento nos hacer sentir vivos. La alegría del encuentro personal, la alegría del perdón, de la reconciliación, de la esperanza. El mensaje de Jesús está claro «os he dicho estas cosas para que mi alegría este en vosotros, y vuestra alegría sea plena» (Jn 15, 11). CV Domingo, 13 de diciembre de 2015 Cantar en Adviento Celebrando la fe PILAR NOTARIO La liturgia cristiana, desde sus orígenes, es alabanza. El canto, su expresión. Expresión de la Buena Noticia de la salvación y de la alabanza de los salvados. La música prolonga sin fin el sentido de cada palabra. Ahora estamos en Adviento. Es el tiempo de la esperanza y de la alegría, esperando a Jesús que nace y que viene al final de la historia. Su ritmo se lo dan cuatro domingos : expectativa confiada, conversión, alegría y María. Los cantos se hacen eco. ¿Qué cantos? Desde mi experiencia, conviene mantener los que ya sabemos, e introducir sólo alguno nuevo cada año, pero no cambiarlos todos. Porque el grupo de cantos de años anteriores, con el paso del tiempo, se convierten en tradicionales, es decir, en indicadores de este tiempo. Y eso ayuda a centrarse, aporta seguridad sobre el sentido y la dinámica de lo que estamos celebrando estos domingos. Siempre me llevo la misma agradable sorpresa, cuando se ensaya unos momentos antes de la Misa los cantos que han estado guardados desde el año anterior. En cuanto el monitor entona la primera frase del estribillo, todas las personas comienzan a cantarlo. Se han interiorizado porque representan algo, nos conducen a algo, nos disponen para celebrar. Algunos de estos cantos : A ti, Señor, levanto mi alma (propuesto por la Comisión Episcopal Española como canto de entrada para los cuatro domingos), Ven, Salvador (Popular), Ven, ven, Señor (Gabaráin), Palabra que fue luz (Taulé), La Virgen sueña caminos (Erdozáin), Santa María de la esperanza (Es- En la mano o en la boca II pinosa), Vamos a preparar el camino (Erdozáin), Abre tu tienda al Señor (Erdozáin) ¿Cuál es la postura de los responsables del canto y la música? Más que una postura, un compromiso: Mantenernos fieles a la misión del canto litúrgico como instrumento de expresión de nuestra fe. No se puede cantar por cantar, porque cantar la fe es confesarla. Con el segundo milenio se pasa a recibir el Cuerpo del Señor en la boca. Era la reacción justa ante supersticiones o miedo a profanaciones. Se acentúa, por tanto, el respeto y la veneración respecto al Cuerpo del Señor. Y también la distancia. Al final solo manos consagradas accedían al cuerpo del Señor. «El sacerdote, teniendo la Hostia un poco elevada, la muestra a cada uno, diciendo: El Cuerpo de Cristo. El que comulga responde: Amén; y recibe el Sacramento, en la boca, o en la mano, según su deseo» (OGMR, 161). Y el fiel responde: «Amén». El fiel hace así profesión de fe: recibo a Cristo, el Señor. También dice la Ordenación General del Misal: «No está permitido a los fieles tomar por sí mismos el pan consagrado ni el cáliz sagrado, ni mucho menos pasarlo de mano en mano entre ello». No es un detalle ingenuo, en los detalles se expresa también la teología de la Eucaristía. La Eucaristía no es un autoservicio. Porque el Señor se entrega y se da como don. Por tanto, debemos evitar servirnos de la Eucaristía toda vez que es Cristo el que nos sirve y nos incorpora a su cuerpo, a su historia con nosotros. Si es así, “recibo” el Cuerpo del Señor, un pan que no merezco. CV Domingo, 13 de diciembre de 2015 ¿Qué es un profeta? GRACIA MAYORALAS PALOMO La palabra profeta, viene del latín prophēta, y ésta a su vez del griego προφήτης, y significa «hombre que habla en nombre y por inspiración de Dios» y «poseedor del don de profecía». Los profetas, en la Biblia, son los hombres elegidos por Dios para, llenos de su Espíritu, hablar en su nombre. Son los mensajeros y los intérpretes de su Palabra. Anuncian su acción salvadora, denuncian el pecado del hombre e invitan a la esperanza y a la conversión. La misión profética nace de la experiencia de Dios y de una comunión especial con Él. Los profetas son personas que se han encontrado con Dios y han escuchado su voz; lo han reconocido en su vida, han experimentado su fuerza y no han podido callarlo; se han visto empujados a anunciarlo. Saben leer e interpretar los acontecimientos de la historia y descubrir en ellos la presencia de Dios. Sienten que están llamados a cambiar el mundo, a realizar una misión que compromete totalmente su vida (Dios exige una entrega total a aquel a quien llama). Cumplir su tarea supone exponerse a la burla, a la persecución y a las amenazas de los que lo escuchan. Su palabra incomoda porque cuestiona el estilo de vida de los hombres y denuncia las injusticias. Profetas Mayores Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel Profetas Menores Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías En la historia de Israel, los profetas desempeñaron un papel fundamental, fueron los portavoces de Yahveh en medio de su pueblo. Tenían conciencia de que no hablaban por iniciativa propia sino de Dios: «Si Dios ha hablado, ¿quién no profetizará» (Am 3,8). Dios irrumpe en sus vidas («Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir», Jer 20, 7), a pesar de sus limitaciones y objeciones («¡Ay, Dios mío! Mira que no sé hablar», Jer 1,6), para que anuncien al pueblo de Israel el cumplimiento de su promesa: la venida del Mesías, el nacimiento del Salvador. Así, Miqueas profetiza que Jesús nacerá en Belén e Isaías que la virgen concebirá y dará a luz un hijo. Profecías que se cumplieron con el nacimiento de Jesús, el profeta esperado. Todos los cristianos podemos y debemos ser profetas, estamos llamados a ser la voz de Dios en el mundo, a mantener la esperanza en un mundo más justo y fraterno, a ser testigos de su Amor. Los profetas de la historia de Israel, cuyo mensaje está recogido en el Antiguo Testamento en libros que llevan su nombre, se agrupan en Profetas mayores y Profetas menores, y esta división obedece a la extensión de sus escritos. CV Domingo, 13 de diciembre de 2015 Obras de misericordia corporales Dar de comer al hambriento CONCHI ARANGUREN VILA Según el Programa Mundial de Alimentos, 870 millones de personas sufren hambre en todo el mundo. Esta información nos llega al cerebro pero, ¿y al corazón? Desgraciadamente nos hemos hecho inmunes a estas macrocifras. Una de las soluciones que se proponen es reducir la cantidad de alimentos que se desperdician anualmente, ¿somos conscientes de ello? Propongámonos un pequeño gesto: ¿una hucha en la cocina? En el Evangelio Jesús dice: «siento compasión de la gente porque llevan tres días conmigo y no tienen qué comer» y realizó el milagro de la multiplicación de los panes y los peces y los repartió. Dios ve las necesidades de sus hijos y no le pasan desapercibidas. Sentirse amado en gratitud y aceptar la misericordia que viene de Dios es la posibilidad de poder ser, a su imagen, misericordioso. Recordar que cuanto hacemos a uno de nuestros hermanos, se lo hacemos a Él «porque tuve hambre y me disteis de comer» (Mt 25, 35-40). Dicen que «el estómago es el segundo cerebro» y también «panza llena, corazón contento». Así, al realizar esta obra de misericordia, nuestros hermanos también alegran su corazón mediante el alimento que le proveemos. Si con nuestros recursos no socorremos a los más necesitados, entonces estamos haciendo mal uso de lo que Dios nos concede tener. Para realizar esta obra, no siempre tendremos que dar de comer a otros, sino que hay una forma más alta que también conviene practicar, y es el ayuno, porque cuando ayunamos, sabemos por la fe que alguien, en otro lugar, estará recibiendo otro alimento. Y en lo práctico podemos comprar alimentos o, aún mejor, dar ese ahorro a una organización encargada de ello, recordemos que gracias a la acción de aquellos que garantizan el resultado final tenemos muy fácil la ayuda (Cáritas, Manos Unidas, Banco de Alimentos…). Como virtud corporal me he referido al hambre fisiológico pero, por supuesto, y no menos importantes, hay otros tipos de hambre. ¿Tenemos hambre de Dios?, ¿hambre en el corazón, hambre de amor?, ¿hambre de paz?, … Eso es harina de otro costal. Casas religiosas de la Diócesis en el Año de la Vida Consagrada Hoy... Madres Mercedarias de Miguelturra INMACULADA SERRANO ALHAMBRA El monasterio de las MM. Mercedarias de Miguelturra se fundó en el año 1681. Un año antes, la marquesa María Velarde y Treviño dejó sus bienes para una fundación de este tipo. Y sus albaceas, conocedores de que en Miguelturra existía una Iglesia de mucha devoción y que sus vecinos deseaban una fundación, pidieron licencia al Cardenal Portocarrero, Arzobispo de Toledo, y con ella otorgaron las escrituras. El convento era de Descalzas pero en 1961 se unieron a las Calzadas y a su Federación. Y, como la mayoría de los conventos habían optado por la enseñanza, también lo hizo el de Miguelturra. Así, en 1966, en un terreno colindante al monasterio, levantaron un edificio escolar, el cual fue bendecido en abril de 1967. Actualmente la obra educativa del colegio «Ntra. Sra. de la Mer- ced» sigue activa a través de una educación integral en las etapas de Educación Infantil, Primaria y Secundaria. La dirección y gestión es llevada a cabo por la superiora de la orden. La comunidad de Madres Mercedarias la forman siete monjas, de ellas dos españolas y cinco de Guatemala. Centran su vida en la contemplación y el oficio divino, así como en el cuidado del monasterio. CV Domingo, 13 de diciembre de 2015 Comentario dominical Por Carlos Lamamié de Clairac y María García Cinco actitudes C elebrada ya la apertura de la puerta del perdón de la Catedral por el inicio del año de la Misericordia, las lecturas del III Domingo de Adviento inundan nuestro ser de vida y de paz. En el Evangelio, san Juan Bautista, hombre decidido pero humilde, como buen Santo, nos muestra el camino de la justicia como parte del camino para la salvación. Ese hombre justo debe caracterizarse, entre otras, por cinco cualidades que las lecturas nos ponen de manifiesto y que os invitamos a poner en práctica desde este mismo momento. Alegría: estemos alegres, pero no solo en y con el Señor, sino con el prójimo (cónyuge, hijos, familia, vecinos, amigos e incluso desconocidos). Los cristianos debemos caracterizarnos por nuestra alegría porque «el Señor está con nosotros». Para la celebración Misericordia: seamos misericordiosos como el Señor lo es con nosotros, pues «ha cancelado nuestra condena» ya que «el Señor está con nosotros». Cercanía: seamos cercanos con los demás, como «el Señor lo es con nosotros». Igual que un día vino el Señor y ya nunca más nos ha dejado, así de fieles debemos ser a nuestras promesas y así de cercanos con quienes nos necesitan. Confianza: confiemos en Dios. Él no defrauda. No perdamos la esperanza, abandonémonos al Señor, nuestro Padre, «que sobrepasa todo juicio y custodia nuestros corazones». Humildad: humildes como San Juan Bautista, rodeado y aclamado por la multitud por su sabiduría y consejos y que, lejos de darse un baño de gloria, deja muy claro cuál es su sitio y a quién se debe. Con estas cinco actitudes estaremos anunciando la Buena Noticia y es posible, como dice el Evangelio de hoy, que algún día seamos «trigo en su granero». Por Mª Pilar Macaya Eslava Domingo III de Adviento (ciclo C) • ENTRADA. La liturgia de este tercer domingo de Adviento, llamado gaudete, nos invita a la alegría porque “el Señor está cerca”. Que esta Eucaristía nos disponga a prepararnos con gozo para recibirlo a su venida. • 1.ª LECTURA (Sof 3, 14 – 18a). El profeta Sofonías, que esperaba la llegada del día del Señor, exulta de gozo. A nosotros, que sabemos con certeza que el Señor está para llegar, nos invita a alegrarnos y gozarnos porque nos trae la salvación. • 2.ª LECTURA (Flp 4, 4 – 7). San Pablo, tras invitarnos a la alegría, nos dice: «Nada os preocupe». Eso que os inquieta presentádselo a Dios en vuestra oración y que vuestras peticiones vayan siempre acompañadas por las acción de gracias. • EVANGELIO (Lc 3, 10 – 18). Hoy Juan Bautista sigue ocupando el centro de la escena. Los que han escuchado la llamada a convertirse preguntan ¿qué tengo que hacer para cambiar de vida? Juan responde: Sé solidario, practica la justicia, no defraudes. • DESPEDIDA. No basta alegrarse con la venida del Señor; hay que prepararle el camino. Por eso la pregunta que debemos plantearnos, también nosotros, es así de sencilla: ¿Qué tenemos que hacer? Oración de los fieles S. Escucha Padre la oración de tu Iglesia aquí reunida: —Por todos los que formamos la Iglesia: para que nos sintamos llamados a conocer y dar a conocer el mensaje de Jesús. Roguemos al Señor. —Por los gobernantes de las naciones: para que trabajen por la paz, la justicia y cuiden del bienestar de los pueblos. Roguemos al Señor. —Por los refugiados que se ven obligados a abandonar sus países y llaman a las puertas de Europa: para que se sientan acogidos por nosotros. Roguemos al Señor. —Para que en la Iglesia no falten vocaciones a la vida sacerdotal, consagrada y laicos comprometidos en el seguimiento de Jesús. Roguemos al Señor. —Por las familias: para que estén fundamentadas en el amor, y en consecuencia, en ellas reine la paz, la ayuda mutua y la comprensión. Roguemos al Señor. S. Te lo pedimos, Padre, por Jesucristo, nuestro Señor. Cantos Entrada: Vamos a preparar (CLN/17) Salmo R.: Gritad jubilosos: “qué grande es en medio de ti el Santo de Israel” (LS) Ofrendas: Te ofrecemos Señor (CLN/H8) Comunión: Palabra que fue luz (CLN/18) Despedida: Tiempo de esperanza (CLN/13) Salterio y Lecturas bíblicas para la semana III Semana del Salterio. Lunes Núm 24, 2 – 7.15 – 17a • Mt 21, 23 – 27 Martes Sof 3, 1 – 2.9 – 13 • Mt 21, 28 – 32 Miércoles Is 45, 6b – 8.18.21b – 25 • Lc 7, 19 – 23 Jueves Gén 49, 1 – 2.8 – 10 • Mt 1, 1 – 17 Viernes Jer 23, 5 – 8 • Mt 1, 18 – 24 Sábado Jue 13, 2 – 7.24 – 25a • Lc 1, 5 – 25 Director: Miguel Á. Jiménez Salinas • Edita: Delegación MCS c/ Caballeros, 5 13001 Ciudad Real. Tel.: 926 250 250 • E-Mail: [email protected] Imprime: Gráficas Garrido • c/ La Solana, 42. Pol. Ind. Larache • 13005 Ciudad Real • www.graficasgarrido.com Moniciones
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