FABULA SATIRA EPIGRAMA

FÁBULA, SÁTIRA Y EPIGRAMA: FEDRO, JUVENAL Y
MARCIAL
1. FÁBULA
1.1. ORIGEN Y DEFINICIÓN
1.2. LA FÁBULA EN ROMA: FEDRO
2. LA SÁTIRA
2.1. ORÍGENES DE LA SÁTIRA
2.2. SÁTIRA EN VERSO: AUTORES
Juvenal:
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3. EL EPIGRAMA: CATULO Y MARCIAL
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LECTURAS
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1. FÁBULA
1.1. ORIGEN Y DEFINICIÓN
Desde la antigüedad, con Aristóteles, hasta hoy, se ha definido la fábula como una
narración alegórica, breve y moralista, cuyos protagonistas son animales que simbolizan
actitudes o costumbres humanas de la vida corriente. Si la épica se vincula al mundo de la
aristocracia, la fábula es el medio de expresión de los estratos más humildes de la
sociedad; Esopo y Fedro, representantes del género en Grecia y Roma respectivamente,
eran esclavos. Como el propio Fedro afirma, la fábula surge de la necesidad de censurar a
las clases dominantes de forma alegórica, presentando esta crítica en boca de animales.
1.2. LA FÁBULA EN ROMA: FEDRO
La fábula
en Roma
Traída de Grecia, en Roma la fábula se vincula desde los orígenes a la sátira, entrando a
formar parte de ella (encontramos fábulas, por ejemplo, en las sátiras de Horacio) hasta
que Fedro (autor del siglo I d.C.) le dio el rango de género independiente.
Fedro:
influencia
de Esopo y
originalidad
Fedro, un esclavo macedonio llegado joven a Roma y manumitido por el emperador
Augusto, escribió cinco libros de fábulas que él llamó Fábulas Esópicas. En ellas sigue a
Esopo, pero no es un imitador servil, ya que en bastantes ocasiones añade material nuevo
tomado de la vida y del ambiente romanos contemporáneos. De toda su producción
fabulística (101 fábulas) tan sólo la tercera parte procede de Esopo.
Estructura
La mayor parte de sus fábulas se componen de dos elementos: un relato ejemplar
protagonizado generalmente por animales, y una moraleja. Ambos elementos responden
respectivamente al doble objetivo expresado por el autor en su prólogo: divertir (risum
movere) y moralizar (exemplo monere).
Contenido
En las fábulas de Fedro hay una obsesión por denunciar el abuso de poder y la opresión
del débil por el astuto opresor, con una evidente intención de crítica política y social. Los
poderosos aparecen simbolizados en animales como el león (fábula de la vaca, la oveja, la
cabra y el león), el lobo (fábula del lobo y el cordero), el águila (la zorra y el águila), el
oso y la serpiente; los humildes aparecen como corderos, ratones o ranas.
Pervivencia
El éxito de la obra de Fedro ha sido enorme en todas las épocas; influye decisivamente en
los grandes fabulistas europeos de los siglos XVII y XVIII: La Fontaine en Francia,
Iriarte y Samaniego en España. En nuestros días pueden advertirse ecos de Fedro en
Animal Farm (Rebelión en la granja), la novela fabulística de George Orwell (1945).
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2. LA SÁTIRA
2.1. CARACTERÍSTICAS DE LA SÁTIRA COMO GÉNERO LITERARIO
Quintiliano afirmaba que la sátira era una creación exclusiva del pueblo romano1: satura
quidem tota nostra est: “La sátira es completamente nuestra”. El término latino satura
significaba literalmente “mezcla” e implicaba, en general, una composición literaria
caracterizada por la combinación o mezcla de asuntos y versos diferentes.
La constitución de la sátira romana como género literario es la consecuencia de una
evolución histórica de contactos y asimilaciones con otros géneros. La teoría más
extendida es la que considera que se trata de la combinación de elementos de:
 formas dramáticas como la comedia, la atelana o el mimo: distintos
personajes ridículos procedentes de estos géneros, como el parásito, el
bufón o el tonto aparecen en la sátira; igualmente se emplean el diálogo, el
monólogo, etc.;
 la diatriba2 o diálogo filosófico empleado por los cínicos y los estoicos, que
favorecería su contenido moral y la censura de las costumbres.
De aquí podemos definir la sátira de manera muy general como una composición
caracterizada por la crítica moralizadora de las costumbres a través del humor. Esta crítica
abarcará, dependiendo de los autores, desde consideraciones filosóficas hasta duros y
agresivos ataques personales; desde consejos morales hasta el humor y el ridículo
exagerados.
2.2. AUTORES
La sátira surge en Roma en el siglo II a.C. con Lucilio, poeta perteneciente al Círculo de
los Escipiones3; en sus sátiras emplea un solo tipo de verso, el hexámetro dactílico, que
quedará fijado como verso propio del género; sus composiciones, de las que nos quedan
muy pocos fragmentos, se caracterizan por la acidez de sus críticas políticas y la
agresividad. Un siglo más tarde (I a.C.), Horacio, el gran poeta lírico latino, compuso dos
1
Hay que recordar una vez más la inspiración griega de todos los géneros literarios latinos.
La diatriba era una composición en forma dialogada empleada por los filósofos cínicos y estoicos para dar
lecciones de carácter ético y moral. Ejemplo de diatriba pueden ser las epístolas de Séneca a Lucilio, en las que el
autor conversa de forma ficticia con su destinatario sobre temas filosóficos (Séneca va incluyendo las posibles
preguntas que Lucilio se hará al leer su carta como recurso para establecer una especie de diálogo entre ambos).
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Importante grupo intelectual romano del siglo II a.C., al que pertenecían los nobles Escipión Emiliano y Lelio, así
como los literatos Lucilio, Pacuvio, Polibio o Terencio, entre otros. Se destacaron por su intento de trasladar la
cultura griega a Roma, frente a la oposición del núcleo conservador romano encabezado por Catón.
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libros de Sátiras, a los que el propio autor llamaba Sermones (“conversaciones”); en ellos
la tendencia moralizadora suplanta a la mordacidad y virulencia luciliana; se trata de un
retrato irónico de los vicios y defectos de la raza humana, pero sin alusiones personales.
Finalmente, en el siglo I d.C. Persio escribirá sus seis sátiras bajo la influencia de la
filososfía estoica.
Juvenal:
Vida y obra
Ultimo representante importante de la sátira latina. Procedente de familia humilde,
vivió en Roma baja la tutela de distintos patronos, condición de la que suele lamentarse
en su obra. La juventud y parte de la madurez y de Juvenal transcurren durante el
funesto reinado de Domiciano, prototipo de tirano que estableció un auténtico régimen
de terror y que marcó definitivamente al poeta. En el año 96 muere Domiciano y se
inicia con Nerva y sus sucesores una época de restauración política, social y moral; es
éste el momento que Juvenal, ya de mediana edad, elige para comenzar a publicar sus
16 sátiras en cinco libros.
Objetivo
En la sátira inicial del libro I que, como ocurre en sus predecesores, tiene carácter
programático, expone su deseo de escribir sátiras a la manera de Lucilio, realizando
una agria crítica de la sociedad de su tiempo. La sátira IV es particularmente ilustrativa
de cuáles son los motivos y las intenciones del poeta: desahogarse del horror
experimentado en el inmediato pasado y resarcirse del obligado silencio.
Rasgos y
contenido
Ningún otro autor latino denunció de forma tan violenta la injusticia social y la
corrupción de la época en la que le tocó vivir. Es la indignación ante los vicios y los
delitos su fuente de inspiración: facit indignatio versum4, declara.
La agresividad de sus sátiras está más cerca de las de Lucilio que de las de Horacio.
En ellas quedan reflejados, entre otros aspectos:
o la invectiva5 personal de, por ejemplo, figuras políticas del pasado, como los
emperadores Tiberio, Claudio y su esposa Mesalina, Nerón, Domiciano, etc.;
o la crítica de las prostitutas, los homosexuales y los extranjeros (actitud que raya
en racismo);
o la censura de las costumbres y vicios de las mujeres, como en su célebre sátira
VI, donde se muestra como un misógino: Juvenal considera a la mujer como
causa de todos los males del hombre; aconseja, por tanto, huir del matrimonio,
exhortación de la que será heredero Quevedo en la literatura española.
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5
“Es la indignación la que hace el verso” > “El verso surge de la indignación”.
Ataque, crítica.
4
o la queja ante el enriquecimiento rápido y sin esfuerzo de algunos ciudadanos
(como los gladiadores), gracias a los juegos públicos, respaldados por el propio
Estado, que utiliza estos espectáculos para contentar y silenciar al pueblo
(panem et circenses) ante la progresiva corrupción del gobierno y la sociedad6;
o los abusos de poder, etc.
Todo ello presentado con un realismo exagerado hasta la caricatura y bajo la
perspectiva del mos maiorum. En Juvenal la intención moralizante y la invectiva
alcanzan el punto culminante de la sátira romana.
La influencia de Juvenal ha sido enorme en escritores satíricos de todas las épocas.
Fue uno de los poetas predilectos de Quevedo, quien compuso algunas de sus poesías
satíricas a partir de versos del autor latino, a quien nuestro poeta llamaba “mi
Juvenal”. Gran paralelismo se encuentra en la obra del irlandés Jonathan Swift Los
viajes de Gulliver (s. XVIII), ácida sátira de la sociedad de su época. Destaquemos el
hecho de que numerosas frases de la obra de Juvenal han sido convertidas en
sentencias por la posteridad: Mens sana in corpore sano (mundo del deporte) / Rara
avis7 / Panem et circenses (“pan y circo”), Maxima debetur puero reverentia8 (en la
escuela y la pedagogía) /, etc.
Influencia
posterior
3. EL EPIGRAMA: CATULO Y MARCIAL
Definición
Catulo y los
poetae novi
En principio el epigrama9 griego no fue más que una composición breve, una inscripción
en verso de naturaleza funeraria que, grabada sobre la piedra del sepulcro, proclamaba las
hazañas o el recuerdo de un personaje fallecido. Posteriormente pasó a designar una
composición poética concisa e ingeniosa de temática variada, generalmente de tema
amoroso, satírico e incluso fúnebre
El epigrama helenístico de tipo erótico se implantó en Roma en el siglo I a.C., de la mano
de los poetae novi. Junto a estas composiciones de contenido amoroso comenzó a florecer
sobre todo el epigrama satírico de tipo político. Destacó en ambos géneros Catulo, que
escribió epigramas eróticos a su amada Lesbia y censuró agriamente a César y a sus
partidarios políticos.
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“Pan y circo”; es decir, comida y espectáculo son suficientes para contentar al pueblo. ¿Existe algún
paralelismo con la situación que se vive hoy en día?
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“Ave extraña”; es decir, caso excepcional.
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“Se debe el máximo respeto al niño”.
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El término griego epigrama significa “inscripción”.
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MARCIAL
Pero el más grande autor epigramático fue el hispano MARCIAL (siglo I d.C.):
Vida y obra
Nacido en Bílbilis (Calatayud, Zaragoza), se trasladó a Roma, donde vivió y escribió
bajo la protección de distintos mecenas (en un primer momento Séneca y su familia
y, más tarde, el emperador Tito), haciendo uso de la adulación sin pudor para poder
subsistir. Al final de su vida volvió a Hispania, donde murió en el 104 d. C. Escribió
15 libros de epigramas (incluyendo el Liber de spectaculis –Libro sobre los
espectáculos-, con motivo de la inauguración del Coliseo por parte del emperador
Tito en el 80 d.C.).
Objetivo
Mostró Marcial preferencia por el epigrama jocoso, satírico y caricaturesco, con el
objetivo de divertir al lector. Su obra es realista, sarcástica, escoge los aspectos más
curiosos, grotescos u obscenos de la sociedad. Pero en su presentación de los vicios
humanos no pretende, como los poetas satíricos, moralizar, sino provocar la risa de
sus lectores.
Contenido
La obra de Marcial es de las más mordaces y escabrosas de la literatura latina.
Cazadores de fortuna, médicos que no curan, mujeres presumidas, personajes
tacaños, defectos físicos de toda clase, personajes malolientes, desdentados,
perversiones sexuales, aparecen sin cesar en su obra. En ella desfila el abanico entero
de las clases sociales de finales del siglo I d.C. y sus modos de vida. Sin embargo no
pretende herir nominalmente a nadie, ya que los nombres de sus personajes son
ficticios; como él mismo afirma, “parcere personis, dicere de vitiis” (“respetar a las
personas, censurar los vicios10”).
No obstante no todos los epigramas de Marcial son caricaturescos u obscenos; en
ellos se encuentran también composiciones que invitan a la apacible vida en el
campo o delicados y emotivos epitafios a personajes fallecidos (como el dedicado a
la pequeña Eroción).
Estructura
e ingenio
conceptista
Lo peculiar de Marcial es su agudeza y su ingenio; destacan en sus epigramas el
fulmen o puntilla (el aguijonazo), comentario final punzante e ingenioso
(generalmente el último verso) sobre el hecho presentado en los versos anteriores.
Pervivencia
Su obra gozó de un éxito inmediato, que se verá ensombrecido durante la Edad
Media (censurado por la moral cristiana), aunque brotará nuevamente con fuerza
durante el Renacimiento. En nuestra literatura del Siglo de Oro es destacable la
influencia de Marcial sobre las composiciones satíricas de Quevedo y Góngora;
igualmente, otro conceptista de nuestro siglo XVII, Baltasar Gracián, lo consideró
“un maestro de la agudeza conceptista”.
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Es decir, satirizar los pecados, no al pecador.
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LECTURAS
JUVENAL: Fragmento de la sátira VI: Crítica de las mujeres. Casos de Epia, esposa de un
senador (que abandona a su marido e hijos para irse con un gladiador), y Mesalina, esposa del
emperador Claudio. Traducción en prosa.
Mujer de un senador, Epia siguió a una escuela de gladiadores hasta Faros, junto al Nilo.
[....] No recordó su casa, ni a su marido ni a su hermana, no pensó en su patria; desvergonzada,
abandonó a sus hijos, que lloraban. Y aunque de niña había dormido entre grandes riquezas, en
las plumas de una cuna con engastes de oro, despreció el mar; antes había despreciado su
propia fama, pues entre los blandos sillones quebrarla importa ya muy poco. De modo que con
corazón constante soportó las olas del mar Tirreno y el mar Jonio, cuyo bramido retumba a lo
lejos, y cuantos mares debiera navegar. Si la razón de afrontar un peligro es justa y es honesta,
se asustan, en el miedoso pecho se les hiela el corazón, y no logran ni sostenerse encima de las
trémulas piernas; si se arriesgan a empresas escandalosas, entonces aportan un coraje firme. Si
lo manda el marido es duro embarcarse. La que sigue al adúltero tiene un estómago fuerte.
Aquélla vomita encima del marido; ésta come con los marineros, se pasea por la popa y se
divierte tocando las duras jarcias. ¿Qué belleza enardeció a Epia, qué juventud la cautivó?
¿Qué fue lo que vio que hizo que consintiera en llamarse gladiadora? Pues su pequeño Sergio
ya había empezado a raerse la papada, y esperaba la jubilación con un brazo lleno de
cicatrices. Además, (su amado) tenía muchas deformidades en el rostro, como, por ejemplo, una
joroba enorme en medio de la nariz, hecha por el roce del yelmo. Encima, su único ojo destilaba
continuamente un humor agrio. Pero era gladiador: esta profesión les convierte en Jacintos11.
Ella la prefirió a sus hijos y a su patria, a su hermana y a su esposo. Lo que aman las mujeres es
el hierro.
¿Te preocupas por lo que hizo Epia, una simple ciudadana? Mira, pues, a las rivales de los
dioses, escucha lo que soportó el emperador Claudio. Cuando su esposa12 lo notaba dormido, se
atrevía a preferir la estera a su lecho del Palatino; augusta meretriz13, cogía de noche la
capucha y salía seguida de una sola esclava. Una peluca rubia le tapaba la negra cabellera, y
ella se metía en un prostíbulo bochornoso por sus raídas cortinas, instalándose en un cuarto
vacío que tenía reservado. Allí, desnuda y con los pezones adornados de oro, bajo el nombre
ficticio de Licisca, exhibió, ¡oh noble Británico14!, el vientre del que nacieras. Acogió mimosa
los que entraron y reclamó su paga; tendida boca arriba, absorbió los orgasmos de muchos.
Luego, cuando el rufián ya despedía a las mozas, ella se fue muy triste, y, en cuanto pudo, cerró
la última su puesto. Se marchó ardiente aún por el prurito de su vagina rígida, cansada por los
hombres, pero no satisfecha. Infame por sus mejillas sucias y fea por el humo del candil, llevó
hasta la almohada imperial el hedor del prostíbulo.
CATULO: Epigramas. Los epigramas de Catulo son de contenido y versos variados: amorosos
(o eróticos, dirigidos a Lesbia), satírico-burlescos, políticos, afectivos, etc. Para los eróticos, cf.
tema de poesía lírica. Hay que recordar que también compuso largos poemas eruditos de
contenido mitológico (epilios), de corte alejandrino o helenístico.
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Joven de gran belleza amado por Apolo, a quien el propio dios mató accidentalmente.
Mesalina, primera esposa de Claudio y madre de Británico y Octavia. Claudio se casó en segundas
nupcias con Agripina, madre del futuro emperador Nerón.
13
Prostituta.
14
Miembro de la casa imperial; hijo de Claudio y Mesalina, célebre por su nobleza y probidad, fue
desplazado del trono imperial por Nerón, hijo de Agripina, segunda mujer de Claudio, a quien el
emperador había adoptado como sucesor por influencia de su madre.
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7
33. Invectiva contra dos personajes desconocidos
Oh, tú, el mejor de los ladrones de baños públicos, Vibenio, el padre, y el puto de su hijo (pues si el
padre tiene la derecha más sucia, el hijo tiene el culo más hambriento) ¿por qué no os vais al
destierro, a unas malditas tierras? Pues los robos del padre son conocidos de todo el mundo, y tú,
hijo, no puedes andar vendiendo tus velludas nalgas por una sucia moneda.
49. Epigrama laudatorio dirigido a Cicerón. ¿Velada crítica de la arrogancia de Cicerón?
Tú, el más elocuente de los nietos de Rómulo, de cuantos son y de cuantos han sido, Marco Tulio, y
de cuantos serán después en años sucesivos, te da muchísimas gracias Catulo, el peor poeta de
todos, el peor poeta de todos en la misma medida en que tú eres el mejor abogado de todos.
57: Invectiva contra César y su amigo Mamurra
Qué bien se llevan esos desvergonzados maricas, el puto Mamurra y César. No es extraño.
Manchas15 iguales tienen ambos, uno en Roma y el otro en Formias; las llevan grabadas y no se las
borrarán. Igualmente enfermos, gemelos los dos, en la misma camita instruidos ambos. No está éste
más hambriento de adulterios que aquél, socios rivales de las jovencitas. Qué bien se llevan esos
desvergonzados maricas.
74: Invectiva contra Gelio; éste hace callar al moralista de su tío.
Gelio había oído decir que su tío solía pelearse con quien hablaba de goces amorosos o con quien
los disfrutaba. Para que esto no le ocurriera, sedujo a la propia mujer de su tío. Y convirtió a su tío
en un Harpócrates16. Consiguió su objetivo. Pues, aunque ahora joda a su propio tío, su tío no dirá
palabra.
93. Indiferencia de Catulo hacia César. Uno de los más famosos en la Antigüedad. Citado por
Quintiliano y adaptado por Marcial.
No me esfuerzo demasiado, César, por querer agradarte, ni en saber si eres blanco o negro.
101. Epitafio a su hermano fallecido y enterrado en Troya.
Después de viajar por muchos pueblos y muchos mares, llego, hermano mío, para estas modestas
exequias a obsequiarte con la última ofrenda a los muertos y a hablarle en vano a tus cenizas
mudas, puesto que el destino te arrebató a ti precipitadamente de mi lado, ay, pobre hermano
pronto arrancado a mi cariño; pero ahora, mientras tanto, esto que por la antigua tradición de los
antepasados se nos confió como triste ofrenda a los muertos, recíbelo empapado del llanto de tu
hermano y por siempre te saludo, hermano mío, adiós.
111. Invectiva contra Aufilena, prostituta incestuosa.
Aufilena, pasar la vida contenta con un solo hombre es, para una mujer casada, un honor entre
todos los honores; pero es preferible acostarse con cualquiera antes que, preñada de tu tío, tengas
primos hermanos.
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16
Deudas.
Dios símbolo de la discreción.
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MARCIAL: Epigramas de contenidos y tonos diversos
I
Tenías, Elías, creo recordar,
cuatro dientes.
Un acceso de tos
y escupes dos; otro, y otros dos.
Tose ahora cuanto quieras.
II
Te lame tu perrito
rostro y boca, Manneia.
Es lo que te toca:
a un perro le gusta comer caca.
III
Entre todos los jóvenes esclavos
uno destacaba por su rostro
y sus cabellos.
Cinna lo hace cocinero. ¡Qué glotón!.
IV
No te extrañe, Néstor,
que la oreja
de Mario huela mal:
tú le hablas en ella.
V
¿Por qué la piscina
me ensucias, Zoilo,
con ese culo sucio?
Peor aún si metes la cabeza en ella.
VI
Se mató para huir de un enemigo.
¿No es locura morir por no morir?.
Emotivo epitafio a la niña Eroción,
fallecida antes de cumplir los seis años
Frontón, padre, Flacilla, madre,
os encomiendo esta niña,
mis besos y mis delicias,
para que la pequeña Eroción no tenga miedo
de las sombras negras y de las bocas
monstruosas del perro del Tártaro17.
Iba a cumplir pronto
los fríos de su sexto invierno,
si no hubiese vivido otros tantos días menos.
Que juegue retozona en medio
de tan viejos patronos y que susurre
mi nombre con boca balbuciente.
Que no cubra sus huesos tiernos un césped duro
Y no seas, tierra, pesada para ella:
ella no lo fue para ti.
Filosofía de la vida
Las cosas que hacen más feliz la vida,
gratísimo Marcial, son éstas:
una hacienda no conseguida con esfuerzo,
sino heredada;
un campo no desagradecido,
un fuego permanentemente encendido;
un pleito nunca, la toga en pocas ocasiones,
el espíritu tranquilo;
unas fuerzas de hombre libre, un cuerpo sano;
una sencillez prudente,
amigos de igual condición;
convites fáciles, una mesa sin aparato;
una noche no ebria, sino libre de cuidados;
un lecho no triste y sin embargo casto;
un sueño que haga breves las tinieblas;
querer ser lo que eres y no preferir otra cosa;
no temer el último día, ni desearlo.
17
Cancerbero, perro guardián del infierno
(Tártaro).
9
Epigrama de Marcial imitado por Quevedo
Marcial
Siempre prometes y nunca das, Gala, cuando te ruego.
Si siempre mientes, ya te ruego, Gala, di que no.
Quevedo
Beatriz, cuando ruego más
que mi voluntad aceptes,
mil favores me prometes,
pero nunca me los das.
Si siempre engañando estás,
haciendo donaire y juego
de mis ruegos, ya te ruego,
que me quieras, niégalo,
porque diciéndome no
harás lo contrario luego.
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