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Acto de homenaje al
escultor Eduardo Lapaitis
7 de octubre de 2015
Servicio de Actas y Taquigrafía
Departamento Legislativo
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7 de octubre de 2015
SEÑOR PRESIDENTE (Martín Nessi).- Buenas tardes a todos y todas. Damos inicio a
este acto homenaje en nuestra casa, la Junta Departamental de Montevideo.
(Es la hora 16:10)
Damos la bienvenida al señor Eduardo Lapaitis, homenajeado en el día de hoy, como
también a su señora esposa y a todas las personas presentes en la Barra.
Queremos manifestar que para nosotros es siempre un honor abrir la casa de todos los
montevideanos a este tipo de homenaje. En este caso, abrimos las puertas a una de las
vertientes artísticas, la escultura, en la persona del señor Eduardo Lapaitis.
Tiene la palabra la señora edila Gimena Urta.
SEÑORA URTA (Gimena).- Señor presidente: en primer lugar, veremos una
presentación en la que apreciaremos algunas de las obras de nuestro homenajeado.
(Se exhibe presentación multimedia)
(Aplausos)
Les damos la bienvenida a familiares y amigos de Eduardo Lapaitis. Hoy los recibimos en
la Junta Departamental de Montevideo para presenciar un acto de homenaje a esta
relevante personalidad de la cultura nacional.
Eduardo Lapaitis Vaitkunaite, hijo de lituanos, nace en Montevideo en 1931, y ya desde
1965 incursiona en escultura abstracta. Con esa inquietud viajó por varios países de
América del Sur en plan de investigación.
Fue profesor del Centro de Artes Integrales y Aplicadas de la UTU, jurado en salones de
artes plásticas y concursos artísticos en Uruguay e integrante del Consejo Asesor Premio
Morosoli.
De los varios premios que recibió quiero destacar el Gran Premio Escultura, del Salón
Nacional de Artes Plásticas y Visuales -en 1972-; el Trofeo Morosoli de Plata en
Escultura, de la Fundación Lolita Rubial -en 2003-, y la distinción que le otorgó la Cámara
de Representantes por su trayectoria artística en el año 2006.
Una de sus obras más afamadas es la Cruz de la Paz, de 2,50 metros de altura,
bendecida por el Papa Juan Pablo II e instalada en la Gruta de Lourdes. También
podemos ver sus obras en el Museo de Artes Plásticas y Visuales, en el Museo de Bellas
Artes Juan Manuel Blanes, en el Museo de Lugo -en España- y en varias instituciones
privadas en Chile, Perú, Venezuela, Lituania y Estados Unidos.
Eduardo Lapaitis, a través de una acción autodidacta de entrega, de estudio y de
especialización, se fue transformando de obrero metalúrgico a escultor de alcance
internacional, y en su extensa carrera obtuvo reconocimientos importantes por sus obras,
además de adquirir la especialidad de curador de arte por medio del estudio, la
dedicación y la superación.
Lapaitis es también un hombre con una intensa trayectoria social, que se identificó con la
lucha de los trabajadores, sobre todo con la de su sindicato, el metalúrgico, y además se
integró a la sociedad uruguaya, particularmente a la colectividad lituana, que lo tiene
como a un hijo debido a su origen. Siempre trató de hermanar al pueblo lituano con el
uruguayo -prédica constante de su colectividad-, así como también con los Gobiernos
uruguayos, excepto en la dictadura.
Quiero mencionar que este homenaje no es solo al escultor, sino que además quiere
reconocer su calidad de hombre dedicado a una labor social y solidaria. Durante años ha
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realizado tareas de curador en la Intendencia de Montevideo para la Secretaría del Adulto
Mayor de forma honoraria, por lo cual recibió una plaqueta de reconocimiento por parte
de la intendenta Ana Olivera. Sus méritos trascendieron, y el Parlamento nacional y el
Poder Ejecutivo le otorgaron una pensión vitalicia por ser un ciudadano ejemplar de la
República.
Por lo tanto, Eduardo, en este momento solo me cabe saludarte y darte un abrazo.
Para terminar, solicito que se haga llegar la versión taquigráfica de este homenaje al
Ministerio de Educación y Cultura, al Ateneo de Montevideo, al Museo de Artes Visuales,
al Primer Museo Viviente de la Radio y las Comunicaciones y a la Secretaría para el
Adulto Mayor de la Intendencia de Montevideo.
Gracias.
(Aplausos)
SEÑOR PRESIDENTE (Martín Nessi).- Gracias a usted, señora edila.
Han llegado varios saludos a este acto de homenaje. Por tal motivo, le damos la palabra
a nuestro maestro de ceremonias.
SEÑOR MAESTRO DE CEREMONIAS (Fernando Velázquez).- Buenas tardes.
Hemos recibido mensajes saludando por este acto de homenaje del señor senador
Rafael Michellini, de la señora María del Rosario Firpo, del Instituto Italiano de Cultura de
Montevideo, y de los señores Alfonso y Martín Sánchez, presidente y secretario
respectivamente del Club de Leones Montevideo Nuevo Buceo.
Recibimos un saludo muy especial del hijo del señor Lapaitis desde Alemania, de Francis
Lapaitis Vázquez, de Cristina Acero y Santiago Lapaitis Acero. Otro desde Estados
Unidos, de Andrea Yacobucci Lapaitis y familia. También del señor Wladimir Garagorry y
familia, de la señora Isabel y del señor Emilio Fontana Hernández, de la señora Susana
Dipetta -encargada de Relaciones Públicas del Casmu- y de la Gerencia de la
Inmobiliaria Lar’s.
Muchas gracias.
(Aplausos)
SEÑOR PRESIDENTE (Martín Nessi).- Gracias a usted.
Tiene la palabra el señor edil Mario Calandra.
SEÑOR CALANDRA (Mario).- Gracias, señor presidente.
La señora edila Urta, en forma escueta -ya que es muy amplia la obra-, hizo una
presentación de la obra de Lapaitis. En ella vi que no es la primera vez que la Junta
Departamental le rinde un reconocimiento. En la presidencia del exedil Dari Mendiondo
-promotor de este homenaje- también se le hizo uno. También lo homenajearon el señor
intendente Daniel Martínez, la exintendenta Ana Olivera, y el actual edil Mariano Arana,
que fue quien firmó el proyecto de decreto para que se autorice la implantación de una
escultura que el señor Eduardo Lapaitis hizo conjuntamente con el señor José Erman en
la plaza de Lituania, ubicada en la intersección de la avenida Agraciada, General
Rondeau y General Aguilar. La obra se denomina Hacia el tercer milenio, de 5,50 metros
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de altura, y fue donada a la Intendencia Municipal de Montevideo en el año 1980. En el
año 2002 se instaló en la plaza Lituania. Esto lo encontré en un documento y me pareció
oportuno compartirlo en Sala.
Hay mucho que decir porque hay decenas de exposiciones colectivas; por ejemplo, en el
anexo del Palacio Legislativo, en el año 2006, se hizo la Muestra colectiva de grabados.
No hace mucho tiempo tuve la suerte de conocerlo; me lo presentó el compañero Dari
Mendiondo. La verdad fue un placer conocerlo como persona, como ser humano.
Quiero decirle que en este momento, cuando lo homenajea la Junta Departamental, lo
están homenajeando 1:300.000 montevideanos; no es un homenaje en cualquier lugar.
Cada edil representa a treinta, cuarenta mil montevideanos, que son quienes nos
pusieron acá. Quiere decir, señor Eduardo Lapaitis, que usted está siendo homenajeado
en este momento por todos los montevideanos.
También quiero decir -como lo dijo la señora edila Urta- que las obras suyas están en el
Museo de Artes Plásticas y Visuales, en el Museo Juan Manuel Blanes, en el Rectorado
de la Universidad Católica y en el Museo de Lugo, en España.
Habría mucho más para decir de esta persona que ha dado muchísimo más en todos
estos años de lo que nosotros le podemos ofrecer en este reconocimiento.
Muchas gracias.
(Aplausos)
SEÑOR PRESIDENTE (Marín Nessi).- Gracias a usted, señor edil.
Tiene la palabra la señora edila Cristina Ruffo.
SEÑORA RUFFO (Cristina).- Buenas tardes, señor presidente, señor Lapaitis y señora,
amigos y familiares del escultor, y a una querida amiga que se encuentra allí, Lida
Petrauskas.
Estamos delante de un hombre que de obrero metalúrgico, como decía la edila Gimena
Urta, pasó a ser escultor. Además, también viajó e investigó para poder afianzar sus
conocimientos.
Con el señor Lapaitis estuvimos en la Intendencia en el lanzamiento de la muestra del
adulto mayor, de la que él era curador una vez más.
Realmente es impactante el don que el escultor tiene en sus manos. Él puede ver algo
hermoso donde nadie lo percibe. Cuando ve el trozo de material que decide moldear y
esculpir, él ya tiene la visión de lo que va a hacer. Después, sí, una vez realizada la obra,
el grueso de la gente la puede admirar.
Yo lo felicito, señor Lapaitis, porque ha tenido y tiene la capacidad de crear, y quien tiene
esa capacidad también crea su manera de vivir de una forma más rica y más fructífera.
Esto implica plasmar sus sueños en la realidad.
Muchas gracias. Se lo quiero decir en lituano -no sé si está bien dicho, después Lida
Petrauskas me rezongará-: dėkoju. Nuevamente, muchas gracias, señor Lapaitis.
Gracias, señor presidente.
(Aplausos)
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SEÑOR PRESIDENTE (Martín Nessi).- Muchas gracias, señora edila.
Tiene la palabra la señora edila Fátima Barrutta.
SEÑORA BARRUTTA (Fátima).- Muchas gracias, señor presidente.
Buenas tardes a todos.
¿Quién es Eduardo, el escultor? Es un romántico y un enamorado de la vida. Todas sus
obras tienden al espacio, al infinito, al cosmos, y tienen un gran carácter figurativo,
abstracto. En cada escultura busca trascender, y trascender a través del arte es
trascender a través de la vida misma.
Su gusto por el arte empieza a temprana edad. Comienza sus estudios de manera
autodidacta. Estudiar las técnicas, considerar el espacio y el tiempo necesarios para
desarrollar la escultura, trabajar a pequeña y gran escala y emplear las herramientas
adecuadas, así como el material que dará forma y se convertirá en una escultura, es, en
su conjunto, forjar una verdadera identidad; identidad que se ve a través de sus obras y
sus acciones.
El “darse” es trasmitir conocimiento desde su taller a sus alumnos, y también es ayudar a
distintas instituciones y ONG que tratan de dar espacios para estimular y difundir la obra
de todo nuevo artista. Sin lugar a dudas, esta es otra forma de trascender.
Una de sus esculturas más premiadas ha sido Capullo interplanetario. Parafraseando al
autor, podemos decir que el capullo es el planeta Tierra que se eleva al espacio y así
promueve alguna otra manera de cooperación, tal vez con algún otro sistema nuevo por
descubrir. Su obra tiene un mensaje, aunque a veces alcanza con que nos guste.
Forjar el hierro para mí también es forjar la vida misma, porque es palpar, es tocar, es
ver, es sentir, es soñar, es crear reutilizando y reciclando materiales. Para Lapaitis cada
nueva soldadura es un nuevo sentido artístico, con una función comunicativa, que se ve
según el sistema cultural en el que se sitúa el sujeto receptor.
La verdadera entrega de Lapaitis para con su obra da testimonio de sus sentimientos, de
sus emociones y de su forma de vivir. Transitó su vida a lo largo de estos primeros 50
años de trayectoria de la mano de su señora, María Olga, quien ha sido el verdadero
sostén y alimento para el alma.
Como dijo Kandinsky: “El arte va más allá de su tiempo y lleva parte del futuro”.
Otra de sus obras emblemáticas ha sido la escultura que homenajea al filósofo Carlos
Vaz Ferreira. Al enfrentarnos a la obra del escultor, una sensación cósmica nos embarga.
Lapaitis supo expresar orden y equilibrio a través de las formas que trascienden el
espacio lineal. Nuestro agradecimiento al escultor Lapaitis por la belleza de su obra y por
la magnífica representación escultórica que logró del pensamiento del gran filósofo Carlos
Vaz Ferreira.
¡A su salud, Lapaitis! Y por “sin cuenta” años más.
Muchas gracias.
(Aplausos)
SEÑOR PRESIDENTE (Martín Nessi).- Gracias a usted, señora edila.
Antes de darle la palabra al siguiente orador, queremos mencionar también, según datos
que hemos recabado, que el señor escultor ha sido profesor en la Universidad del
Trabajo del Uruguay, cosa que a nosotros nos parece totalmente destacable.
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Yo fui alumno del curso de joyería de la anterior Escuela de Artes y Artesanías Dr. Pedro
Figari -terminé los estudios, pero nunca ejercí-, que estaba ubicada en el Barrio Sur. Hoy
la Escuela Figari tiene otro espacio en esa misma manzana, con otras infraestructuras,
con otras capacidades de trabajo, cosa que nos congratula a todos. Recuerdo aquella
vieja Escuela, a la que tanto queríamos, a la que tanto aportamos como alumnos en
cuestiones concretas como la elaboración de mesas. Los alumnos trabajamos mucho, en
conjunto con la Dirección, en la infraestructura de la vieja Escuela Figari. Pero recuerdo
que utilizar en ciertos horarios del día algunas de las herramientas de joyería -que son de
mucha precisión- para realizar trabajos en el metal era una tarea dificultosa. El señor
Lapaitis sabe claramente de lo que estamos hablando.
Hace poco tuvimos la posibilidad de visitar la nueva Escuela Figari. Más allá del cariño
que uno le tenía al anterior edificio -porque dejamos tres años de nuestra vida en esa
Escuela, estudiando casi seis horas diarias-, vale la pena destacar toda la obra que se ha
hecho, no solo en la Escuela Figari, sino también en la de artes gráficas.
Quería destacar esto, porque muchas veces se olvida la importancia que la UTU tuvo
para algunos ciudadanos que en ese momento, por diferentes razones, no habíamos
terminado la Secundaria, o no teníamos el dinero para acceder a un curso de ese tipo en
una institución privada. La Universidad del Trabajo del Uruguay -en este caso, la Escuela
Figari- fue la que nos dio -y les sigue dando a muchos jóvenes- la oportunidad de acceder
a ese tipo de profesiones.
Continuando con el homenaje, tiene la palabra el señor edil Pablo Aldaya.
SEÑOR ALDAYA (Pablo).- Muchas gracias, señor presidente.
En primer lugar, quiero saludar a Eduardo Lapaitis, a su señora y a los vecinos que han
venido a este homenaje en la Junta Departamental.
Como hijo del barrio Lavalleja -donde sigo viviendo-, es un honor y un orgullo que este
Cuerpo esté hoy homenajeando al señor Eduardo Lapaitis.
Desde chico tuvimos la suerte de ver sus obras en el Centro Cultural del barrio: ese sol
que nos daba la bienvenida a todos los vecinos cuando íbamos a la biblioteca y a todas
las actividades. También tuve la suerte de haber compartido toda la escuela con su
sobrino, con Patrick, y de haber ido varias veces a jugar al fútbol a la calle Covadonga
-con Patrick y con tantos amigos- y ver en la puerta de su casa todas esas obras de
hierro que tanto nos iluminaron -y que nos siguen iluminando hoy en día-, que tan
presentes tenemos y de las que tan orgullosos nos sentimos los vecinos del barrio.
Es así que simplemente queremos saludarlo, felicitarlo y decirle que es realmente un
placer para mí, como vecino del barrio Lavalleja, homenajear a otro vecino del que tan
orgullosos nos sentimos.
Muchas gracias.
(Aplausos)
SEÑOR PRESIDENTE (Martín Nessi).- Gracias, señor edil.
A continuación, haremos entrega al señor Eduardo Lapaitis y a su señora esposa de un
presente de esta Junta Departamental de Montevideo; lo hacemos con total cariño y
agradeciéndole no solo la deferencia de estar aquí con nosotros, sino también la tarea
permanente, la apuesta al arte -a la escultura, en concreto-, en un Uruguay donde a
veces nos falta conocer un poco más a nuestros artistas: escultores, ceramistas,
fotógrafos -siempre me tira la cuestión de la fotografía-, artistas plásticos, etcétera.
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Invitamos, entonces, al señor Lapaitis a acercarse para recibir este modesto obsequio.
(Se hace entrega de obsequio)
(Aplausos)
A continuación hará uso de la palabra nuestro homenajeado, el señor Eduardo Lapaitis.
SEÑOR LAPAITIS (Eduardo).- Buenas tardes a todos y a todas.
Autoridades presentes; presidente de la Junta Departamental de Montevideo, señor
Martín Nessi; señora cónsul honoraria de Lituania, Cecilia Hernández Sbovas, y ediles
que acompañaron la idea del exedil Dari Mendiondo de honrarme con este homenaje por
mis 50 años de actividad ininterrumpida apoyando el arte y la cultura en el Uruguay,
homenaje que me hace sentir orgulloso y feliz.
Agradezco a todos los presentes por acompañarme en un día tan importante para mí.
Por supuesto que todo tiene un porqué. Dado que trabajaba en la empresa metalúrgica
Omar Fontana S.A., donde se fabricaban cajas fuertes, puertas de tesoro y muebles
metálicos, al ver tantos desechos como chatarra, y de distintas formas, un día le pedí al
dueño, el señor Fontana, si me podía dar ese tipo de material. Él me preguntó en qué lo
usaría. Contesté que era para hacer obras de arte, y entonces él me dijo que podía
llevarme todo lo que quisiera. La verdad es que en aquellos tiempos había mucha
colaboración por muchos lados. El señor Fontana me dejó llevar todo el material que
quería, y así fue como empecé a crear algunas obras.
Mis dos primeras obras fueron La madre y El matorral. Me presenté a la muestra que
organizaba el Museo Nacional de Artes Visuales en el año 1965 y fui aceptado. También
lo hice en el Subte Municipal, donde las obras que resultan premiadas luego pertenecen
al Museo Blanes.
Año a año fui exponiendo en salones oficiales y muestras colectivas, obteniendo el Gran
Premio Nacional de Escultura en 1972, convocado por el Museo de Artes Visuales, y
premios adquisición en los Museos Blanes y de Artes Visuales. También fui jurado,
votado por los artistas de ambos salones.
Quiero destacar el gran apoyo que desde el comienzo de este camino tuve del señor
Omar Fontana, como también de los compañeros que trabajaron conmigo: Emilio
Fontana, Julián Alcalde, Pedro Behetti, Benito Eguez, Berrondo, Luis Diana y Wladimir
Garagorry. También destaco el invalorable apoyo de la excónsul de Lituania, Berute
Zukas, quien colaboró mucho en la instalación del Monumento a la Educación, en la
Plaza Lituania, junto al Comunal Nº 16, como asimismo el del entonces intendente de
Montevideo, arquitecto Mariano Arana, quien cooperó muchísimo para que esa obra se
instalara en esa plaza; gracias a él.
Agradezco además al coronel Leonardo García, presidente del Ateneo de Montevideo,
quien propuso la realización de la escultura en homenaje al filósofo Carlos Vaz Ferreira
para el Día del Patrimonio del año 2008; al incansable doctor Gustavo Guadalupe,
presidente de la Fundación Lolita Rubial, que anualmente entrega los premios Morosoli y
los premios literarios en la ciudad de Minas; a los integrantes del CX de las
Comunicaciones: Antonio Tormo, Horacio Nigro, Selva Lena y Teresa Barbot; a Ignacio
Márquez, director de la Casa de la Cultura de La Unión y del taller El Farol; al señor
Gustavo Martínez, del Club Lituano, y a las radios que apoyan los comunicados radiales
que difunde el profesor Carlos Brunetto; a Lida Petrauskas por su apoyo a las
comunicaciones; a Julio Frade, Lilián Galup, Jorge Castro, Héctor Patiño, Silvia
Velázquez -quien compuso todo este video que ustedes vieron; la felicito de verdad- y a
un sinfín de conocidos.
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Quiero también agradecer al exedil Dari Mendiondo, por su dedicación permanente a
varios temas y por su apoyo ante inquietudes culturales; a mi familia, especialmente a mi
esposa, hijos y nietos, que siempre estuvieron a mi lado respaldando mi interés por el
arte; al Club de Leones Montevideo-Buceo, en el que trabajé muchos años como león,
jurado y director de Cultura con gente que me apoyó muchísimo y siempre, como es el
caso de Gloria Crizul, José Herman, Carlos Alcoba, Prunel y Mario Gleger. Quiero
reconocer a los que trabajan con adultos mayores; a la anterior secretaria, doctora
Susana Rodríguez, y al actual secretario, Lionel Molinelli, así como a los colaboradores
del Comité de Apoyo: Alicia Oregón, Zunila Borzale, Gómez Carrasco, Iderlmat
Glimavicius, Rosario Pigaro, Roberto Esquerre y Vicente Lapaitis. A todos ellos les
agradezco por su trabajo.
Me falta decir que hoy, por ejemplo, el presidente me hizo recordar mis años jóvenes en
UTU, que a veces quedan en el olvido. Les puedo decir que en aquellos tiempos -y creo
que ahora, con un poquito de esfuerzo, también se puede hacer- nos hacían realizar
piezas que realmente eran fantásticas. Les comento que empezábamos con un cubo que
debía tener determinadas medidas y su escuadra perfecta. Les puedo contar -algún día
voy a escribir sobre eso- que realicé una máquina de estirar alambre, para lo cual utilicé
la fragua, el torno, el cepillo, la fresa, además de la mano de obra. Cuando compré el
terreno para construir mi casa alambré con esa máquina que construí en la escuela
industrial. La verdad es que valoro muchísimo aquellos tiempos. Creo que poniendo un
poquito de empeño, colaborando y escuchando podemos volver a tiempos pasados para
reconstruirlos en parte, porque siempre tuvimos el orgullo a nivel internacional de que
Uruguay…
(Aplausos)
…de que Uruguay se destacara en el mundo entero por su gente y por su mano de obra.
Muchas gracias.
(Se aplaude de pie)
SEÑOR PRESIDENTE (Martín Nessi).- Agradecemos nuevamente al señor Eduardo
Lapaitis. Ha sido un honor recibirlo en esta Casa, un honor escucharlo, y han sido un
honor las menciones que realizó.
Antes de culminar con esta sesión de homenaje, queremos aprovechar este marco de
público para realizar una invitación a todos los presentes. Como sabemos, este sábado y
domingo se festeja el Día del Patrimonio. Esta Junta Departamental es parte de ese
patrimonio. Contamos con un edificio histórico de grandes características desde el punto
de vista arquitectónico y este año, además, desde la Mesa de la Junta Departamental
hacemos una apuesta, que es la de sumar, a las visitas guiadas que se hacen siempre el
Día del Patrimonio en esta Casa, cuatro instancias de debate en las que van a participar
el señor edil Mariano Arana, la señora edila Cristina Ruffo y la señora edila Cristina Fynn.
La propuesta es debatir en torno a las temáticas que propone el Día del Patrimonio.
Desde la Mesa nos parecía que debíamos aprovechar esa instancia y ese día tan
particular para todos los uruguayos a efectos de darle otro elemento y abrir un poco más
esta Junta Departamental. Hacemos extensiva la invitación a todos los presentes para
que nos visiten este fin de semana en nuestra Casa, que es la casa de todos los
Montevideanos. Quedamos con las puertas abiertas.
(Aplausos)
(Es la hora 16:47)
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