LA ORACION - El Renuevo

LA ORACION
“Clama a mí y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que aún no conoces”
Jer. 33:3
AUTOR
JOSE ANGEL LARA CASTILLO
1 QUE ES LA ORACION
Empezaremos este librito tratando de definir lo que es la Oración.
De una manera simple, la oración es hablar con Dios, comunicarnos con Dios, conversar con Dios. Pero
ya en la práctica la oración se convierte en más que eso.
La oración es parte de una gama de herramientas que Dios nos ha regalado para poder tener comunión
con Él, así como debemos Adorar y Alabar a Dios, debemos Congregarnos, debemos leer y estudiar la
Biblia, debemos Obedecer a Dios, Hacer oración es igual o mas importante que todas estas.
La Oración es la Base de tu relación personal con Dios, es una oportunidad de tener intimidad con
Dios. Así como en cualquier relación ya sea familiar, de pareja, de amistad, etc. la base de todo es
conversar, platicar, contarse todo, ya sea para empezar a conocerse, para ir tomando confianza, para
apoyarse, para aconsejarse, para amarse, en fin para todo; lo mismo sucede en tu relación con Dios,
aunque el sabe de antemano lo que sucede en tu vida, sabe lo que estas sintiendo y sabe lo que
necesitas, Dios desea escucharte, quiere que le platiques, que te acerques a El, que le pidas, que le
tengas confianza, Dios quiere tener una relación íntima contigo, quiere compartir tus alegrías y ayudarte
con tus cargas, sin importar tu pasado. Dios quiere compartir contigo lo bueno y también lo malo, Dios
quiere reír contigo y también llorar contigo, quiere ser parte de tu vida. Dios quiere tener una relación
contigo.
La Oración no es una fórmula mágica para obtener cosas, para obtener premios.
La Oración en sí misma es un premio, el premio mayor es el poder hablar con Dios
La Oración no es simplemente un medio para presentar los ruegos ante el Padre.
Es la forma en que se busca una relación con el Padre. Es el alma volviéndose a Dios.
Orar debe ser buscar a Dios, No debe ser un deber o una carga, Orar es Anhelar su presencia, desear la
relación personal con Dios, estar Sediento de las cosas de arriba
“Oraréis a mi y yo os oiré, y me buscaréis y me hallaréis porque lo harás de todo vuestro corazón” (Jer.
29:12-13) Cuando lo empiezas a buscar de todo corazón, Cuando empiezas a orar con esta intención,
con ésta hambre, Dios no se queda en el cielo escuchándote, Dios viene a tu lado, entonces no se
trata nada mas de hablar, sino de sentirlo, de sentir sus brazos cuando estás triste, o de sentir su alegría
cuando tu estás alegre, sentirlo, sentir la presencia de Dios, de pasar tiempo con tu amado, es inclusive
tocarlo y es llegar a conocerlo mejor cada vez. La oración adquiere sentido cuando entramos en
comunión con Dios, ese debe ser el propósito de toda oración. Encontrarse con Dios.
Busca a Dios con todo tu corazón, “Es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es
galardonador de los que le buscan” ( Hebreos 11:6)
La oración es como una probadita de Cielo, es un adelanto que nos da Dios de la comunión que
tendremos con El cuando estemos en el Cielo. Nos estamos preparando, de hecho Dios es el que nos
prepara. Hoy nos conectamos con El en oración, Espíritu con Espíritu, a eso se refiere “Orar en el
Espíritu” (Efe. 6:18) (Rom. 8:26) Porque mañana lo haremos frente a frente, cara a cara. ¿Te das
cuenta del privilegio? ¿Te da cuenta de cuánto Te Ama Dios?
2 ORAR SOLO A DIOS.
“Por medio de Él (de Jesús) tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre” (Efe. 2:18)
Uno de los objetivos de toda oración (No el único) debe ser que sea contestada. Por lo tanto más vale
que la hagamos a Dios, que es el único que puede escucharlas y es el único que puede contestarlas.
Aunque he visto y escuchado definiciones de oraciones con poder, u oraciones que dan victoria, u el
poder de los que oran, etc. En realidad la oración por si sola no tiene ningún poder, el poder está en a
quien nos dirigimos. (Haz la mejor oración a un pedazo de madera, a ver que consigues). El poder está
en Dios. “Para Dios todo es posible” (Luc. 18:27) Si no estamos conectados con El, Nada pasará,
nuestra oración sería como una tubería desconectada del tinaco, abre la llave y no saldrá agua,
necesitamos conectarnos con Dios.
En la práctica, en nuestras vidas diarias, hemos Estado menospreciando los regalos que nos trajo Jesús,
a veces no nos damos cuenta de todos los privilegios que nos regaló, uno de ellos es y de los mas
importantes “El Acceso Directo al Padre” (Efe 3:11). No sabemos lo privilegiados que somos, ya que
antes no era así, en el Antiguo Testamento solo unos cuantos como Abraham o Moisés, tuvieron acceso,
pero la mayoría de la gente No lo tenía. Hoy gracias al sacrificio de Jesús (Heb 10:19-20), gracias a
que Jesús dio su vida, nosotros podemos gozar de la Presencia de Dios, de su compañía, de su cercanía,
podemos tener una relación personal con El, tan cercana como la de un Padre con un Hijo, esa es la
relación que a El le gusta, que podamos llamarlo Abba, Padre, Papi, Papito (Gal 4:6). Debería de
impresionarnos el saber que el Creador, el Rey del Universo, desea tener una relación con nosotros,
debería ser un deleite, un placer, estar ante el Padre, ante Dios, ante el Creador, estar conversando
con El ¿que puede ser mejor que eso?
Tenemos Acceso Directo al Padre, por medio de Jesús, Jesús es el proveedor, Jesús es el camino, “Nadie
viene al Padre si no es por mí” dijo Jesús. El es nuestro único mediador (1Tim. 2:5) Pero ¿que
hacemos? Lo rechazamos, de distintas formas, pero lo rechazamos. Unos de plano lo ignoramos,
vivimos alejados de El, No lo conocemos, ni nos interesa conocerlo. Otros nos buscamos intermediarios.
¿Para que quieres intermediarios cuando puedes ir directo al Padre?, ¿Se necesitan? piensa un poco
¿Apoco tú necesitas o necesitabas intermediarios para hablar con tu papá? ¿Apoco cuando ocupas
algo le dices a alguien más que se lo pida a tu papi, a tu Padre? ¿No verdad? Así es con Dios, te puedes
acercar directamente, no necesitas intermediarios, el quiere ser tu Papá no se te olvide, así es que
olvídate de otros parientes cercanos, sean quien sean.
Imagina esto. Tu papá es dueño de una empresa, el toma las decisiones, y tu tienes un producto que
podrías vender a esa empresa, ¿Con quien vas a ir a hablar? ¿Con el de compras? ¿Con el gerente?
¿No verdad? ¿Irías directo con el dueño, verdad? Incluso talvez ni acudas a su empresa, talvez se lo
dirás en casa cenando. ¿No?
A menos que no sea tu papá, entonces sí, hay que empezar con el de compras, luego con la gerencia,
etc. Y quien sabe si accedas al de arriba.
A mi me pasa seguido. Mi hijo tiene muchos amiguitos que muy seguido vienen a casa a jugar con El,
algunas veces cuando yo estoy en la sala leyendo viene alguno de sus amiguitos, el más atrevido y me
dice “Señor, quiero tomar algo, refresco o jugo” y ¿Sabes que le respondo?, para empezar ni me inmuto
y solo le digo “Si al rato te doy ”, en cambio si mi Hijo viene y me lo pide, me levanto de un brinco, voy
al refrigerador y se lo doy. ¿Te das cuenta? Incluso a veces no tiene ni que pedirlo, si yo, su padre, lo
veo sediento, le doy su jugo antes que me lo pida. Esto lo han notado sus amiguitos entonces ya no me
piden directamente a mí, ahora cuando tienen sed, el amiguito le dice a mi Hijo “Dile a tu papá que
tienes sed y que nos de jugos” ¿Te das cuenta? Ellos se acercan a mi a través de intermediarios
porque no son Hijos míos, esa es la clave, Si tu te estás dirigiendo a intermediarios lo único que
demuestra es que No eres Hijo de Dios aún, pero no te quedes ahí, en vez de seguir dirigiéndote a ellos,
Conviértete en Hijo de Dios, Acéptalo en tu corazón.
“Estos confían en carros y caballos, pero nosotros confiamos en el nombre del Señor nuestro Dios”
(Salmo 20:7)
De por sí los intermediarios que usamos en nuestra vida diaria no tienen ningún poder, pero aún si lo
tuvieran, si tuvieras las 2 opciones de ir con el intermediario o ir directo a Dios ¿A quien irías? ¿Te
dirigirías al de compras o al Dueño de todo? “Acerquémonos pues confiadamente al trono de Gracia”
(Heb. 4.16)
En la Biblia hay registro de muchas oraciones, todas fueron dirigidas al único Dios, a Jehová. Todo lo
demás es invención del hombre. Ten cuidado.
¿Quieres mas razones para orar solo a Dios?
Porque solo El es Omnisciente, Omnipotente (Es el único que todo lo puede), Omnipresente (Es el
único que puede estar en todas partes), además, Porque El es digno, Porque El es Santo,
Porque el es el creador de todo, ¿Quién puede abrir el mar de par en par?, ¿Quién puede calmar la
tempestad?, ¿Quién colocó las estrellas con sus manos? ¿y el sol y la luna?
Solo Dios, Porque El
es Grande, tan grande que dice la Biblia que “El mide las aguas con el hueco de su mano y los cielos con
su palmo, dice que con tres dedos juntó el polvo de la tierra y peso los montes con balanza.” (Isaías
40:12)
“¿A quien iremos Señor?” (Juan 6:68) Solo a DIOS.
“Porque de Él, por Él y para Él son todas la cosas” (Rom. 11:36)
3 LA PRIMERA ORACION
“Arrepentíos, que el Reino de los Cielos se ha acercado” (Mat. 3:2)
En lo personal desde pequeño encontré gusto en la oración. Recuerdo que lo aprendí de mis padres.
Ellos nos llevaban a la iglesia solo a hacer oración, no íbamos a misa, ni celebraciones, ni nada, solo
llegábamos a hacer oración. Luego en mi adolescencia, la familia lo dejó de practicar, no sé porqué,
pero yo siempre que andaba en la calle, después del trabajo o de la escuela, me gustaba entrar a la
iglesia y hacía oración, le hablaba al Jesús de barro, al que colgaba de la cruz, aunque algo me decía que
no era correcto, eso era lo mas religioso que hacía, nunca leía la Biblia, nunca iba a misa, no hacía mas
nada, no conocía a Dios, nunca había sentido su presencia, ni sabía que se podía sentir. Tampoco sabía
si Dios me escuchaba, ni sabía si le gustaba mi forma de ser y de comportarme, pero pensaba que sí. Y
así era mi vida religiosa muy pobre y mi vida de oración igual, dejé de ir a la iglesia a orar, pero lo hacía
en casa, muuuy de vez en cuando y por lo regular solo cuando ocupaba algo, si no ocupas nada ¿Para
que orar? Pensaba, igual a tantos otros que hoy piensan así.
Hoy en día existe muchísima gente que no hacen oración alguna, existen muchas personas que no les
importa la relación con Dios, creen que todo lo pueden hacer por su propia cuenta, Y no oran porque no
tienen nada porque orar, incluso creen ser felices sin El, se conforman con tan poco y se sienten
satisfechos. Muchos se sienten satisfechos con el simple hecho de respirar, de “vivir” aunque anden a
la deriva.
Existen otros que le oran a intermediarios en vez de a Dios. Y otros mas, que aunque oran a Dios lo
hacen sin admiración, sin respeto, hacen oraciones huecas, vacías, superficiales, muy rápidas o bien la
convierten en rezos en vez de oración (No es lo mismo), y aunque algunos lo hagan a diario, lo hacen
por obligación, les parece aburrido, y lo hacen solo porque quieren conseguir algo. Cuando la oración
debería ser el mayor deseo de un cristiano.
Un ejemplo: de recién casado, le pedía mucho a Dios que me regalará un hijo y éste llegó, aunque se
tardó. De hecho su nacimiento fue lo que Dios usaría para cambiar todo. Te cuento.
Mi niño nació y nació muy enfermo, su vida corría peligro y estuvo internado en un hospital.
Desde ese momento no paré de orar, “Sánalo Dios, Cúralo Dios” “Pero porque a mí sino soy tan malo
Dios” “Haz un milagro” “Te prometo sacrificios, mandas, pero Sánalo Dios”
Era lo que yo entendía como oración Pedir y Pedir, y otras cosas que pensaba que eran oraciones eran,
leer oraciones sacadas de libritos, hacer vanas repeticiones, hacer novenas, etc. etc. Pero Nada, Nada
pasaba, al contrario mi hijo empeoraba tanto, ¿Por qué? ¿Acaso Dios no me escuchaba? ¿Qué no
nos enseñan que Dios escucha toda oración? Pero No. Eso no es lo que dice su palabra, dice la Biblia:
Isaías 59:2 “Vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír”
Prov. 28.9 “El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable”
Juan 9.31 “Dios no oye a los pecadores, sino a los que le temen”
¿Te das cuenta? Siempre hemos pensado que Dios escucha toda oración, y si, si las escucha, pero no
todas las contesta Hay muchos mas “Obstáculos para la Oración”, los cuales comentaremos más
adelante.
Parece mentira como creemos tantas cosas equivocadas, yo era igual o peor.
¿Cómo podemos estar una noche en una cantina emborrachándonos, o en un bar con mujeres, o
siendo infiel a nuestra esposa, o simplemente en una reunión de “amigos” y al siguiente día ir a la
Iglesia a hacer oración? O
¿Cómo podemos estar en nuestro trabajo, cobrar deshonestamente, quedarnos con algún cambio,
tratar mal al personal, etc. y por la noche buscar a Dios? O
¿Cómo podemos estar con nuestras vecinas o amigas o cualquier familiar, platicar mentiras de otra
persona no presente, inventarle cosas, sentir envidia, causar problemas y más tarde orar a Dios?
¿Cómo podemos pelear, insultar u ofender a alguien, incluso a veces a alguien de la familia y luego
querer encontrarse con Dios? ¿Cómo podemos estar tan alejados de El, cometer cualquier cantidad y
clase de pecado y querer que Dios nos escuche? Pero eso no es lo peor, lo peor es creer, estar
convencidos que Dios nos escucha y nos va a ayudar con nuestra petición. ¿Quién nos enseñó eso?
¿Dónde lo aprendimos? ¿Por qué no nos da vergüenza? ¿Por qué no nos sentimos mal? ¿Por qué
creemos que somos justos? ¿Porque todos lo hacen? ¿Porque la gente o tu familia te lo dice?
Eso no importa, la opinión que importa es la de Dios. Y la palabra de Dios dice “Aunque la conciencia
no me remuerde, no por eso soy absuelto” (1Cor. 4.4)
Dios te ama a ti, pero odia el pecado, no puede convivir con el pecado. Es un Dios Santo.
La convicción de pecado es uno de los mayores regalos que puedes tener, y es imposible lograrlo por
uno mismo, Por lo regular llega, cuando llega Jesús.
Es como andar todo el tiempo con tu ropa grisácea, pero según tu es blanca, tú crees que es blanca,
estas convencido que es blanca porque algún día lo fue, cuando en eso se pone a tu lado alguien con las
ropas realmente blancas, hasta brillantes de blancura, es así cuando te das cuenta que tu ropa se ve gris
y sucia.
Así es con Dios, puedes ir por la vida pensando que no eres pecador, que eres muy justo o muy santo,
que te vas a ir al cielo, que lo que haces no es malo, pero cuando llega Jesús, cuando está a tu lado,
resalta de inmediato tu “suciedad”. Cuando Dios llegó al lado de Job, después de que este se sentía tan
justo, dijo Job: “De oídas te había oído, mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco y me
arrepiento en polvo y ceniza” (Job. 42:5-6)
¿Entonces estamos perdidos? ¿Ya nunca nos va a escuchar?
¡Claro que nos va a escuchar y nos va a contestar! El nos Ama tanto, pero,
la primera oración que Dios quiere escuchar de un pecador es la de Arrepentimiento, la de Conversión,
en la que le abrimos nuestro corazón, en la que nos arrepentimos de haberlo ofendido, de haber pecado
tanto, de caminar lejos de El, de no haber leído su palabra, de no haberlo obedecido, etc. Es aquella
oración en la que lo hacemos nuestro Señor y Salvador. Y es en ese mismo momento donde pasamos a
ser Hijos de Dios.
Entonces es que comienza nuestra relación con Él, y solo entonces comienza a contestar todas nuestras
oraciones, TODAS. Dice en Santiago 4.8 “Acercaos a Dios y el se acercará a vosotros”. 4.10
“Humillaos ante el Señor y el os exaltará”.
Esto lo aprendí directo de Dios, ahí en el hospital donde estaba mi hijo.
El séptimo día de nacido, lo operaron por primera vez de su corazoncito. Ese día por la noche se puso
muy grave, tanto que la Doctora salió preguntando por mí y me dijo que no me retirara, que era muy
probable que mi hijo no pasará la noche, entonces fue que arreció mi oración, pero la misma “Sánalo,
cúralo, haz un milagro, ayúdame”, “Te prometo, mandas, sacrificios, etc.” y después “Ven Dios”, “Ven
Jesús, te necesito”, “Ya no puedo más” Empecé apenas a reconocer que nada podía hacer con mis
propias fuerzas, y entonces fue que algo pasó, algo maravilloso, Jesús vino, pude sentir su presencia,
lo pude sentir, pude sentir sus brazos y algo pasó, entendí todo, ¡me quería a mí!, por mí es que pasó
todo esto, entonces no pude orar ya igual, me sentí indigno, pero ahí estaba Él tocando mi suciedad, ví
mi vida hacia atrás como en una película, vi todas las veces que le había ofendido y le dije “Ya entendí
todo Señor, me querías a mí, por mí es que llegamos hasta aquí, bueno, pues, Perdóname Señor,
perdóname por todo y te prometo algo, sane o no sane mi hijo, yo te voy a seguir y te voy a servir” me
salió del fondo de mi corazón. Y clarito escuché su voz diciéndome “Tu hijo se va a quedar, yo conseguí
lo que quería, te quería a ti”
Esa fue mi primera oración, como creo que le gusta al Padre. Ese fue el inicio de mi relación con Dios,
ese día Él me hizo Hijo suyo. Parece mentira, pero ese fue el mejor día de mi vida, ¡Conocí a Dios!
Pero, ¿Apoco solo contesta oraciones de sus Hijos?
¡Claro! ¿Tu que harías? Imagina que un amiguito o amiguita de uno de tus hijos(as) viniera a ti y te
dijera: “Señor(a) , Gran profesionista o ama de casa, El mejor, Graduado con honores, todo lo hace
bien, es el mejor del barrio, es grande, además hermoso(a), fuerte, sabio, etc. hágame un favor,
cómpreme un juguete o cómpreme unos tenis” ¿Tu qué le responderías? ¿Qué harías? ¿Se los vas a
comprar? ¿No verdad?
De seguro le dirías, “Que te los compre tu papá”. En cambio un hijo a
veces no tiene ni que pedir, ya sabe uno cuando le hacen falta tenis o un juguete y se los compra. ¿No
es así?,
Así es Dios, dice su palabra en Luc. 12:31 “Vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas, por
tanto Busca primero el Reino de Dios y todas esas cosas os serán añadidas”
Tienes que buscar el Reino de Dios primero, tienes que convertirte en Hijo suyo.
Imagina que tú estás demasiado ocupado o que tienes una junta importantísima de negocios o en el
colegio de tus hijos y viene algún muchachito desconocido a platicarte algo, ¿Le pondrías atención?
¿No Verdad?, en cambio aunque estés en medio del negocio más importante de tu vida o de una junta o
de lo que sea, si viene tu Hijo y te dice “Papi, necesito hablarte” ¿Tu que haces? Dejarías todo
pendiente, suspendes la junta o lo que sea para Escuchar a tu Hijo, ¿No es así? Igual es con Dios.
Dice su palabra en Lucas 11:11-13 “¿Qué padre de vosotros si su hijo le pide pan le dará una piedra? O
¿si le pide pescado le dará una serpiente? , o ¿Si le pide un huevo le dará un escorpión? Pues si vosotros
siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿Cuánto mas vuestro Padre Celestial dará el
Espíritu Santo a los que se lo pidan?”
Pero, ¿Qué no todos somos hijos de Dios?
¡NO! Muchas veces eso creemos, muchas personas así lo creen, hay religiones que así lo enseñan, que
con el hecho de nacer ya somos hijos de Dios, pero eso no dice la Biblia, o sea, eso no dice Dios.
La Biblia dice que el Hijo Único, es decir el Unigénito de Dios es Jesús (1Jn. 4.9), pero, Dios por el Amor
que nos tiene, nos da la oportunidad de ser Adoptados como sus Hijos (Efe. 1.5). ¡ADOPTADOS!. Es por
Gracia de Dios.
Y ¿Qué hay que hacer para convertirnos en Hijos de Dios, para que nos adopte?
Nacer de Nuevo, eso dijo Jesús cuando se encontró con Nicodemo, el fariseo (Juan 3:3)
Y ¿Qué es Nacer de Nuevo?
Nacer de Nuevo es creer en Jesús, recibirlo y aceptarlo en tu corazón (1Juan 5:1) como tu Señor y
Salvador, dice su palabra: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en El, les dio potestad de
ser hechos Hijos de Dios” (Juan 1: 12). Nacer de Nuevo es eso, es recibirlo, es Invitarlo a entrar en tu
vida, que tome posesión de ella y dejar que la cambie, que la transforme a su imagen y semejanza, que
nos renueve. Es leer, estudiar, creer y obedecer su Palabra (Stgo. 1:18), y primordialmente, Nacer de
Nuevo es, Arrepentirte de tu vida pasada, no de haber hecho algo en particular, sino de TODO y
principalmente como ya lo dijimos anteriormente, Arrepentirnos de haber estado Alejado de Dios, de
haberlo ignorado tantas veces y de haberlo ofendido. Nacer de Nuevo es mucho mas que hacer una
simple oración, Nacer de Nuevo es mucho más que cambiar de Iglesia o cambiar de religión, Nacer de
nuevo es el espíritu Santo habitando en tu corazón, y convirtiéndote en una Nueva Criatura (2Cor. 5:17).
De hecho Nacer de Nuevo no es algo que nosotros podamos hacer por sí solos, es la obra maravillosa de
Dios en nuestros corazones. Sólo Dios puede hacerlo.
¿Entonces que debemos de hacer? Pedírselo, orar por su presencia, decirle que queremos conocerlo,
pedirle que nos adopte, decirle que queremos ser parte de su familia, decirle que lo deseamos,
deseamos ser Hijos de Dios, háblale, pídeselo y Espera, espera en Dios, No le digas que te arrepientes si
no lo sientes, mejor dile que quieres conocerlo, dile que quieres que te abrace, y Espera a que El venga
y te haga parte de su familia, que te haga hijo suyo, espera a que llegue y haga la obra en ti, Cuando El
llegue de verdad a tu lado, llegará el Arrepentimiento genuino, verdadero. Te lo aseguro, pero tienes
que pedir por su presencia, Solo El puede hacerlo, pero tienes que desearlo. No hay otra forma de
hacerlo. “Clama a mi y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tu no conoces” (Jer.
33:3). Solo después de haber nacido de Nuevo es que empezamos a orar de verdad.
Pero esta oración, la del nuevo nacimiento, es solo el principio, ¡Cuántos hay que se quedan con el
puro Sí! Tenemos que seguir aprendiendo, creciendo y madurando.
Con esta oración lo que hicimos es ponernos en las manos de Dios, en las manos del maestro, ahora es
cuando Él nos empieza a moldear, nos empieza a preparar, ¿Para qué? Para tu llegada al cielo, para tu
encuentro cara a cara con Dios. De hecho en nuestras oraciones es donde se refleja el grado de
avance que llevamos en nuestra relación con Dios.
4 COMO ORAR
Llegamos al capítulo más complicado, porque precisamente la única regla de la oración, es que no
existen reglas. No importa la posición del cuerpo, si estás hincado o de pie, tampoco la posición de las
manos, No importa el lugar, el tiempo, lo importante es el fervor, la sinceridad. No importa la
formalidad, las palabras, la elocuencia, la oración no es para impresionar a nadie, menos a Dios, al
contrario la meta debe ser Negarse a uno mismo.
Como toda conversación, tu conversación con Dios debe ser espontánea, debes hablarle con confianza,
como al mejor de tus amigos o como a tu Padre, pero no imprudente, ni irreverentemente. He
escuchado oraciones irreverentes “A chuyito, chuyito ayúdame, chuyito esto, etc” No hay que ser
irrespetuoso, estás hablando a Dios al creador, al Soberano, tenemos que hacerlo con Temor y
Reverencia (Hebreos 12:28)
El secreto para aprender a orar, es orar. Así como para aprender a nadar tienes que aventarte al agua o
para aprender a andar en bicicleta, tienes que subirte a una. Igual.
No importa cuantos libros de la oración leamos, cuantos consejos escuchemos, cuantos modelos de
oración aprendamos, para aprender a orar, tienes que a empezar a orar.
Nosotros te daremos algunos tips, algunos consejos, algunos modelos, pero no son rígidos, tienes que
buscar la mejor manera de comunicarte con El, y nadie mas te puede ayudar ni decir como, Solo
empieza a hablarle. Encuentra la forma que te funcione. No necesariamente lo que le funciona a uno le
funciona a otro. Debes tener hambre de conocerle.
Hay una reflexión muy bonita que ilustra lo anterior.
La hija de un hombre le pidió al sacerdote de su iglesia que fuera a su casa a hacer una
oración para su padre que estaba muy enfermo. Cuando el sacerdote llegó a la habitación del
enfermo, encontró a este hombre en su cama con la cabeza alzada por un par de almohadas.
Había una silla al lado de su cama, por lo que el sacerdote asumió que el hombre sabía que
vendría a verlo. "Supongo que me estaba esperando", le dijo. "No, ¿quién es usted?". "Soy el
sacerdote que su hija llamó para que orase por usted, cuando miré la silla vacía al lado de su
cama supuse que usted sabia que yo estaba viniendo a verlo"
"Oh sí, la silla", dijo el hombre enfermo, "¿Le importaría cerrar la puerta?" El sacerdote
sorprendido la cerró. "Nunca le he dicho esto a nadie, pero... toda mi vida la he pasado sin
saber como hacer oración. Cuando he estado en la iglesia he escuchado siempre al respecto
de la oración, que se debe orar y los beneficios que trae, etc, etc. pero nunca lo hice,
entonces hace mucho tiempo abandoné por completo la oración. Esto ha sido así en mi hasta
hace unos cuatro años, cuando conversando con mi mejor amigo me dijo: "José, esto de la
oración es simplemente tener una conversación con Jesús. Así es como te sugiero que lo
hagas... te sientas en una silla y colocas otra silla vacía en frente tuyo, luego con fe miras a
Jesús sentado delante de ti. No es algo alocado el hacerlo pues El nos dijo: "Yo estaré siempre
con ustedes. Por lo tanto, le hablas y lo escuchas, de la misma manera como lo estás haciendo
conmigo ahora mismo "Es así que lo hice una vez y me gustó tanto que lo he seguido haciendo
unas dos horas diarias desde entonces. Siempre tengo mucho cuidado que no me vaya a ver
mi hija pues me internaría de inmediato en la casa de los locos". El sacerdote sintió una gran
emoción al escuchar esto y le dijo a José que era muy bueno lo que había estado haciendo y
que no cesara de hacerlo. Luego hizo una oración con él, le extendió una bendición y se fue a
su iglesia. Dos días después, la hija de José llamó de nuevo al sacerdote, pero esta vez era
para decirle que su padre había fallecido. El sacerdote le pregunto: -¿Falleció en paz? -Sí,
cuando salí de la casa a eso de las dos de la tarde me llamó y fui a verlo a su cama, me dijo lo
mucho que me quería y me dio un beso. Cuando regresé de hacer compras una hora mas
tarde, ya lo encontré muerto. Pero hay algo extraño al respecto de su muerte, pues
aparentemente justo antes de morir se acercó a la silla que estaba al lado de su cama y
recostó su cabeza en ella, pues así lo encontré. ¿Qué cree usted que pueda significar esto?"
El sacerdote se secó las lágrimas de emoción y le respondió: "Ojalá que todos nos pudiésemos
ir de esa manera".
Nunca te sientas mal por no saber que decirle, pero ora, muchas veces preferimos no orar o bien lo
hacemos muy poco. En cuanto más ores, será más fácil. Mucho menos dejes de hacer oración porque
creas que no sabes orar, solo háblale, platica lo que salga de tu corazón, si no sabes que decirle dile
“Padre, no se que decirte, no se como empezar”, pero Háblale, búscalo, ven a su presencia. “Pueblo
mío, ábrele tu corazón cuando estés ante El” (Sal. 62:8) Si bien no existen reglas para orar, si hay
algunos puntos que debemos tomar en cuenta para que nuestra oración sea escuchada y no solo
escuchada, sino Contestada por Dios, que es uno de los objetivos de la oración.
ARREPENTIIENTO Y PEDIR PERDON
“Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonarlos” (1Juan 1:9)
La confesión y el arrepentimiento, deben ser continuos, deben estar en las oraciones que dirijas a Dios.
No creas que porque alguna vez te arrepentiste, o porque ya lo hiciste en tu “primera oración” Ya es
todo. Ese solo fue el inicio, ese fue el día en que te convertiste, el día en que Naciste de Nuevo, pero
precisamente la marca de los que son realmente Hijos de Dios, es que no solo se arrepienten una vez,
sino que siguen arrepintiéndose todos los días. Ya no podemos convivir con el pecado. “El que encubre
sus pecados no prosperará, pero el que los confiesa y los abandona alcanzará misericordia” (Prov. 28:13)
Todos somos pecadores, y seguimos pecando todos los días, sin importar quien eres, donde vives, de
que religión eres, etc. Eres pecador, “No hay justo ni aún uno” (Rom. 3:10) y por eso tenemos la
necesidad de su perdón. Ya que el pecado rompe nuestra comunión con Dios, necesitamos confesar
nuestros pecados Ante Dios, solamente ante Dios y debemos pedir perdón a Dios, solamente a Dios ya
que cuando pecas ofendes a Dios. Tenemos que humillarnos en su presencia. Para poder orar con
confianza, con plena confianza de que nos escuchará y nos contestará. Tenemos que humillarnos, ya
que “Un corazón contrito y humillado no lo desprecia” (Sal. 51:19), tenemos que reconocer nuestra
insignificancia, nuestra dependencia, tenemos que decirle “Te necesito, sin ti nada puedo, sin ti nada
soy, no puedo estar sin ti, Perdóname, voy a cambiar, Cámbiame”.
Pero a veces nos sentimos tan justos y esto nos hace tan orgullosos, y el orgullo es lo que Dios más
aborrece.
“Dos hombres subieron al templo a orar, uno era fariseo y el otro publicano. El fariseo puesto en pie
oraba consigo mismo: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos,
adúlteros, ni aún como este publicano. Ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho
diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste se fue a su casa Justificado antes que el otro;
porque cualquiera que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” (Lucas 18:10-14)
Quebrantados es como debemos acercarnos siempre al Señor.
Si no confesamos nuestros pecados, ponemos una muralla en medio de Nosotros y Dios.
En cambio, El cristiano arrepentido, siempre encuentra a Dios.
PETICIONES
“Si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad Él nos oye” (1 Juan 5:14)
Orar, no es solo hacer peticiones, pedir y pedir, aunque la petición si es parte de una oración, Y al pedir
mostramos dependencia. Eso no es todo, de hecho no es indispensable que una oración contenga
peticiones. No le estás hablando a Santa Claus o al genio de la lámpara, estás ante el Rey de Reyes y
Señor de Señores.
Es irrespetuoso el como algunas veces oramos a Dios, llegamos a su presencia con una lista de
peticiones, para después seguir con nuestra vida. Queremos la relación con Dios, pero sin invertir
tiempo. Queremos las bendiciones, pero sin sacrificios, sin mandamientos.
Habrá momentos en que no necesites nada, pero vayas a la presencia del Padre en oración para dar
gracias, para platicarle como te sientes, si estás triste, si estás contento, etc. , o bien, habrá
momentos que le busques solo para pasar tiempo con Él, para estar en silencio, sentir su presencia, en
fin. No siempre tiene que haber peticiones. Pero, hemos desviado el camino, hoy oramos por cosas
materiales, pero rara vez oramos por mas de su presencia, usamos la oración como una herramienta
para conseguir el Éxito.
Dios busca gente que lo ame por lo que es y no por lo que puede darles.
Dios busca gente que empiece a buscar su rostro y no solo sus manos.
Hoy nos hemos creado ideas erróneas, incluso existe gente, iglesias que te dicen que prácticamente “tu
puedes pedirle cualquier cosa a Dios, Dinero, Carros, Casas, Diamantes, cualquier cosa vana, pero incluso
salud”, sobretodo Salud. Hay quienes te invitan a acercarte a Dios, diciéndote que te va a hacer Rico, te
va a hacer millonario, te va a sanar, te va a resolver todos tus problemas y lógico, se basan en algunos
versículos sacados de contexto o interpretados a su manera, trataremos de analizar algunos de ellos.
Mateo 7:7 o Luc. 11:9 “Pedid y se os dará, buscad y hallaras”
Con éstos 2 versículos, lo que sucede, es que los leemos incompletos, si leemos mas adelante en Luc.
11:13 Nos dice a lo que se refiere que pidamos, dice: “¿Cuánto más vuestro Padre celestial dará el
Espíritu santo a los que se lo pidan?” ¿Te das cuenta? ¡Espíritu Santo, no cosas materiales, ni cosas
vanas! Tenemos que pedir su Espíritu Santo en nosotros y claro que te lo dará. Hay que leer todo.
Luc. 18 “La parábola de la mujer que importuna al juez malo y este le concede su petición”.
Esta parábola “casi” finaliza diciendo ¿Acaso Dios no te concederá si claman de día y noche? Por eso
creemos, decimos y lo hacemos “Pide, Pide y sigue pidiendo” Pero otra vez lo leemos incompleto en
Luc. 18:8, en realidad termina diciendo “Pronto le hará justicia, Pero cuando venga Jesús ¿hallará fe
sobre la tierra?” Es decir, si pides y pides igual y te lo concede, pero no necesariamente es lo que
quiere Dios. Dios quiere que tengamos Fe, que confiemos en El, que dependamos de El, que le
conozcamos, quiere tener una relación personal con cada uno de nosotros. Dale preferencia a tu relación
con Dios, antes que a tus deseos del mundo.
Mateo 21:22 y Marcos 11:23 “Todo lo que pidieres en oración creyendo, lo obtendrás”
Aquí otra vez los sacamos de contexto. Los versículos de la Biblia, se leen como parte de un todo. Aquí
Jesús después de haber secado la higuera que no dio fruto les está explicando que si tuvieres Fe, y no
dudareis, podrás hacer cualquier cosa, incluso decirle a un monte, échate al mar y será hecho. Pero lo
que nosotros conocemos como Fe no es la Fe que menciona Jesús, no solo en este versículo sino en toda
la Biblia. Mas adelante ahondaremos en la Fe.
Pero de ahí nos agarramos para pensar que podemos pedir cualquier cosa, incluso a veces pensamos
que Dios está obligado a contestar y a conceder toda petición. Al enfermo le decimos “Se sano, solo
créelo y serás sano” y bajo esta premisa creemos que si no se es sano o se es rico es por falta Fe.
¿Y sabes qué? Claro que es falta de fe, nos falta la fe que le gusta a Dios, la fe de la que habla Jesús,
pero ¿Entonces Si tenemos la fe que le gusta a Dios si nos van a dar lo que sea? ¡Claro! Dios no se
equivoca, El sabe, que si tú llegaras a tener ese tipo de Fe, la Fe de la que habla la Biblia, no pedirías
esas cosas tan vanas, tan egoístas, tan superficiales. Bueno ¿Y como saber si tengo esa clase de fe?
La clave, para que estés seguro que puedes tener lo que deseas solo porque tienes Fe, es poner a prueba
tu Fe. Dile a una montaña que se tire al mar, y cuando logres que se tire, entonces Dios te concederá
todos tus deseos.
Juan 16:24 y Juan 14:13 Dijo Jesús “Todo lo que pidieres al Padre en mi nombre, lo haré”
Dice “todo”, pensamos, entonces podemos tener TODO, y algunos nos dicen, “Ves, Dios no nos quiere
pobres, Dios quiere que tengamos todo, Dios quiere que seamos Ricos, Dios quiere que seamos Sanos,
Dios no quiere tu enfermedad, etc”. Entonces lo que hacemos es, orar por cualquier cosa y al final
agregar, “lo pido en el nombre de Jesús” y ya, es como una fórmula mágica. Pero No es así.
¿Entonces? ¿Por qué no todos somos ricos? ¿Por qué no todos somos sanos? “Pedís y no recibís,
porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites” (Stgo. 4:3) Creemos que podemos hacer oraciones
egoístas, vanas y sin sentido, y con solo agregar el nombre de Jesús nos será concedida. Pero No. Una
oración errónea no se endereza con hacerla en “El nombre de Jesús”. No es solo cuestión de palabras,
Dios pensaba en la relación.
Esta promesa es como un cheque en blanco que nos dejó Jesús, pero empezando por ahí
¿Tú a quien le darías un cheque en blanco? Solamente a alguien de confianza, o a un hijo tuyo ¿no? Así
es, este cheque en blanco, como todas las promesas de la Biblia, son solo para Hijos de Dios. ¿Tú lo eres
ya? Recuerda si tu eres en realidad Hijo de Dios, El está confiando en que tipo de peticiones harás, El
cree que pedirás solo lo que necesitas, ¿No es así?
Otra cosa, Jesús nos da un cheque en blanco de su cuenta, es decir, nosotros no tenemos nada, la
cuenta, o sea, el mérito, es de Jesús, y habremos de acudir ante el banco, o sea, ante Dios a cobrar este
cheque, solo falta el último requisito que checar, ¿Qué es lo que checa el banquero antes de pagar un
cheque? ¡Exacto! La firma del cuentahabiente, es decir, en este caso es la firma de Jesús, ¿Y cuál
será su firma en una oración? ¿Cuál será su sello o su distintivo? ¡Claro! La forma de pedir, y las
peticiones en sí. Creo que si llegas con Dios a pedir perdón, si pides ser usado, si pides mas de su
presencia, si pides unción, etc. Te será pagado.
Mas si pides Salud, carros, dinero, prosperidad, etc. El banquero te dirá “La firma es falsa o la firma no
se parece a la del titular, no se lo puedo pagar”
Me hizo acordarme también del chavo del ocho, je (creo que todos lo hemos visto, ¿No?) cuando Don
Ramón mandaba a la chilindrina a pedir fiado a la tienda, si pedía pan, huevos, comida en general. El
tendero sabía que si la había enviado su papá, en cambio, a veces la chilindrina, que era muy astuta,
(como algunos de nosotros nos creemos) iba por su cuenta y le decía al tendero que iba de parte de su
papá, y le pedía, dulces, paletas o globos, enseguida el tendero la descubría y no le daba nada. ¿Te das
cuenta?
Pedir en el nombre de Jesús es pedir cosas que El mismo pediría, o que a El le agradarían, Es pedir
“conforme a su voluntad”. No es pedir cosas que nosotros deseemos y hacerle creer al Padre que
vamos en nombre de Jesús.
No pongas en riesgo tu comunión por egoísmo.
Hoy existen “creyentes” que lo que quieren es arrancarle a Dios las respuestas, pero no les interesa
conocerlo y por lo tanto no lo conocen personalmente, muchos quisieran ir al cielo sin importarles si está
o no está ahí Dios, y se pierden la relación con el Señor, el conocerlo, el sentirlo, el platicar y escuchar su
voz. “Son amigos del mundo y por ende, enemigos de Dios” (Stgo. 4:4) Confunden las bendiciones a que
se refiere la Biblia con el éxito humano.
La oración no es para cambiar a Dios, es para cambiarnos a nosotros.
También hay gente que piensa y algunas veces te dirán que si ya eres hijo puedes pedir lo que quieras,
tu Padre te dará todo lo que quieras, es tu Padre, eres hijo y tienes derechos.
¡Mentira!
¿Qué clase de Padre sería Dios? ¿Apoco tu le das todo lo que te piden tus hijos?
¡Piénsalo! Yo les he negado infinidad de cosas a mis hijos y lo hago siempre por su bien, lo que pasa es
que ellos no saben todo lo que yo sé. Igual es con Dios.
A veces cuando estamos comiendo y me piden salsa o chile, No les doy, se que les va a picar.
Cuando están jugando entre ellos a hacer tarea o algo así y de repente me piden las tijeras para jugar,
Claro que no se las doy, aunque lloren, es peligroso. Cuando están jugando con la bicicleta y me dicen
¿Puedo ir a esa calle? Si es una donde pasan muchos coches, les digo que No.
Hace poco fuimos a una fiesta infantil en una quinta campestre, había una alberca, pero no tenía
chapoteadero, o sea, área para pequeños, estaba demasiado honda, se pasaron las casi 2 horas
pidiendo “¿Me puedo meter a la alberca? ¿Nos dejas meter a la alberca? Por favor Papá. Mi
respuesta fue siempre la misma, no me moví ni un ápice, ¡No! No se van a meter. ¿Por qué lo hice?
¿Acaso soy un mal padre? Al contrario, lo hice porque era muy peligroso para ellos y lo hice porque los
Amo. Aunque no lo entiendan ahora, pero los Amo.
¿Te das cuenta? Igual es con Dios.
“La clave” para que nuestras peticiones sean concedidas por Dios es:
-Que su palabra permanezca en mí
“Si permanecéis en mi y mi palabra en vosotros, pedid lo que
quieran y se les dará” (Juan 15:7)
-Guardar sus mandamientos
“Cualquier cosa que pidamos la recibiremos de Él, porque guardamos
sus mandamientos” (1Juan 3:22)
-Pedir conforme a su voluntad
“Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios, que si
pedimos alguna cosa conforme a su voluntad el nos oye” (1 Juan 5:14)
Las 3 están estrechamente ligadas, por eso dice “La clave” no “las claves”, es una misma y tiene mucho
que ver con el Nacer de Nuevo. Cuando conozco a Dios por primera vez, cuando “Nacemos de nuevo”,
nos entra un deseo por conocer mas de El, conocer al Dios de verdad, al Dios de la Biblia, y comenzamos
a leerla con Pasión, no una vez, sino varias veces, una vez tras otra, siempre con hambre de conocerle,
entonces cada vez conoces mejor su palabra y además empiezas a ponerla en practica en tu vida diaria,
esforzándote por vivir de acuerdo a lo que Dios le gusta, esforzándote por ser obediente, es decir,
tratas de “Permanecer en su palabra”, y también tratas de “Guardar sus mandamientos”, al pie de la
letra, como Dios ordena. Y después entre mas permanezco en su palabra, entre mas estudio La Biblia,
entre más lo conozco, entre mas paso tiempo con El, mas “pido conforme a su voluntad”, ya que estoy
conectado con El y mi mente empieza a parecerse a la de El. Sus deseos son mis deseos. Esto es lo que
Dios anhela.
Esto es lo que Dios dice cuando Naces de Nuevo, “Cuando eres hijo de Dios, eres
guiado por el Espíritu” (Rom. 8:14) “habrá en nosotros los mismos sentimientos de Jesús” (Filip. 2:5) Y
“tendremos la mente de Cristo. (1Cor. 2:16)
.
Algunos se preguntarán, Entonces, ¿Qué caso tiene pedir, si “Dios sabe lo que necesitas, antes de que
se lo pidas” (Mat. 6:8), además de que te dará solo lo que está en su voluntad?
Es que al pedir, estás reconociendo que lo necesitas, que quieres tener relación con El, que dependes
de El, y que sabemos que El todo lo puede y que de El son todas las cosas, además demuestras que
deseas con el alma tu petición, pero la pones en sus manos y acataras su voluntad sea cual sea.
Ya lo verás, solo pon todo en sus manos y analiza bien lo que estás pidiendo, analiza tus motivaciones
“Y El, hará las cosas mucho mas abundantemente de lo que pedimos” (Efe. 3:20) ¡Claro que podemos
pedir, yo tengo peticiones para Dios todos los días, claro que somos sus hijos y te concede hasta
caprichos, pero checa que tipo de caprichos”
En una ocasión en el colegio de mi hijo, iba a haber una competencia, unas carreras, mi hijo el que
menciono tanto, por su problema de corazón no corre igual que los demás, se cansa mas pronto y corre
mas lento, sin embargo el quería participar. Llegó el día los formaron por estatura y luego hicieron
grupitos de 4, irían compitiendo de 4 en 4, salieron los primeros 4 y los vi volar, seguía el grupito de mi
niño que competiría con puros delgaditos y ligeros, mientras que atrás en el grupito que seguía había 2
niños gorditos y por ende mas lentos. Yo solo le dije a mi Dios “Ay Papi lo hubieras puesto con los
gorditos”, pero ni modo, ya estaban todos formados y repartidos, en eso se empezaron a desintegrar
las filas, se revolvieron unos con otros y vino una maestra a poner orden “A ver, a ver, tu aquí, tu acá, tu
allá y ya no se muevan” ¿Y que crees? En la confusión lo pusieron con los gorditos, lógico que la
carrera fue mas pareja de hecho entró en segundo lugar. Ese es mi Dios.
“Yo amo al Señor porque El escucha mi voz suplicante. Por cuanto él inclina a mí su oído lo invocaré toda
mi vida” (Salmo 116:1-2)
Dios conoce tu corazón, eres importante para El, tus oraciones le
importan, aunque parezcan cosas sin importancia a Dios si le importan. Tú eres importante para Dios,
Dios se la toma en serio. El te Ama, el te manda flores cada primavera, son para ti, el te manda un sol
cada mañana. Está loco por ti.
“El suplirá todo lo que os falta, conforme a sus riquezas en Gloria en Cristo Jesús” (Filip. 4:19)
LA GRATITUD
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y
ruego, con acción de gracias". Filip. 4:6
Una cosa que si deberíamos incluir en toda oración, es el Agradecimiento. El dar Gracias.
Tenemos tantas cosas que agradecer a Dios, pero a veces, muchas veces, no lo hacemos o no lo
hacemos como deberíamos, o no lo hacemos como Dios se merece. Algunas veces en lugar de
agradecerle por lo que ya nos ha dado o por las oraciones que nos ha contestado, nos la pasamos
lloriqueando o reclamándole por lo que no tenemos o por lo que queremos y no nos ha dado.
“Dios ya no aguanto a estos niños” muchos quisieran tener hijos, “Señor, ya no aguanto este trabajo”
muchos quisieran trabajar en lo que sea, cuando eres mujer y trabajas y todavía tienes que atender a
tu familia, muchos quisieran tener una familia que los espere, a las abuelas que cuidan a sus nietos,
muchas quisieran tener nietos.
En una ocasión compramos un coche para la oficina, salió malísimo, lo tuvimos como 2 meses, 60 días,
de los cuales casi 40 se la pasó en el taller, y en una ocasión le dije a Dios erróneamente “Ayúdame con
este problema y Dios me contestó: Muchos quisieran tener ese dizque “problema”, hay muchísima
gente que no tiene ni la posibilidad de tener un auto y tu lloras solo porque se descompuso. Y sí, así
somos.
A veces platico con mi esposa y le digo, deberíamos de dejar de quejarnos de nuestros niños, no sea
que Dios un día nos lo tome en cuenta como una petición.
Somos de memoria muy corta, se nos olvidan todas las bendiciones que ya nos ha regalado. Y que nos
sigue regalando cada día, en cosas pequeñas y grandes. No sabemos apreciar lo que tenemos
Ni sabemos agradecer.
Un joven ejecutivo estaba llegando al edificio de oficinas donde trabajaba, tenía una junta muy
importante con sus superiores, ya se le había hecho tarde y por si fuera poco, sabía que en el
estacionamiento siempre se tardaba bastante tiempo en conseguir un lugar, así que empezó a pedirle a
Dios “Dios mío, dame un lugar pronto para estacionarme”, “Dios mío dame un lugar para estacionarme
pronto”, en eso estaba cuando justo delante de El se desocupó un cajón de estacionamiento, entonces
le dice a Dios “Ya no Dios, ya no te apures, ya conseguí uno” ¿Te identificas?
Así somos, nunca le agradecemos como es debido, creemos que somos capaces de hacer todo con
nuestras propias fuerzas, con nuestra inteligencia. Somos demasiado orgullosos. Pensamos ¿De que le
voy a dar gracias si todo me lo he ganado? Pensamos que todo nos lo merecemos, trabajamos tanto,
largas jornadas, además de que somos muy listos e inteligentes. Pensamos que no le debemos nada a
nadie, ni siquiera a Dios.
Y ¿Quién te dio la vida? ¿Quién ha hecho prosperar tus negocios? ¿Quién te ha conseguido trabajo?
¿Quién te ha dado salud? ¿Quién te cuidó cuando niño? ¿Quién conducía cuando tu estabas en estado
de ebriedad? ¿Quién te dio tu familia? ¿Quién te ha dado techo, comida, sustento?, ¿Quién te
acompaña a todos lados? ¿Quién te salvó la vida en aquel accidente? Haz memoria siempre ha estado
a tu lado solo que no lo hemos reconocido, nos regala tantas cosas que nos parecen tan normales, tan
comunes que no le reconocemos ahí, Nos ha dado padres cuando hay tantos que no los tuvieron, Nos ha
dado hijos cuando hay tantos que no pueden tenerlos, Nos da salud, mientras los hospitales están
llenos, Nos da trabajo y algo de dinero mucho o poco mientras hay muchos que no tienen para comer,
Nos da vestido y lujos, mientras hay tantos descalzos, etc. Etc. Siempre ha ido al lado nuestro. Nos ha
contestado nuestras oraciones, aun sin merecerlo.
Y no ha parado de regalarnos cosas, Dios nos dio a su Hijo para que tomara nuestro lugar en la Cruz,
tenemos que darle Gracias.
Jesús dio su sangre para pagar por nuestros pecados, debemos darle gracias.
Yo por mi parte siempre he pensado que Dios no ha sido Justo conmigo, no me ha dado lo que me
merezco, y por eso le doy Gracias todos los días.
Que en nuestras oraciones abunden las acciones de gracias (Col. 2:7), (Col. 4:2)
Si en nuestras oraciones no incluímos el Agradecimiento, pasa a ser simple palabrería y no es del agrado
de Dios. “No le glorificaron ni le dieron gracias” (Rom. 1:21) No olvide agradecer a Dios por las
oraciones contestadas y aunque parezca ilógico, dele gracias también por las no contestadas, o por las
que contestó de manera distinta a como usted pensaba. Tenemos que dar gracias en las buenas y dar
gracias en las malas, tenemos que aprender a ser agradecidos. Ser agradecidos no quiere decir tan solo
decir un “Gracias Dios”, ser agradecidos es dar al que te ha dado todo, lo que El quiere de ti, y Dios te
está buscando completo, entrégale tu vida.
Seamos como aquel leproso al que sanó Jesús junto con otros nueve, pero que regresó postrándose a
los pies de Jesús dándole gracias. (Luc. 17:12-16)
NO HACER VANAS REPETICIONES
“Al orar no uséis vanas repeticiones como hacen los paganos” (Mt. 6:7)
Otra cosa muy importante al orar, es hacerlo con tus propias palabras, nada de “Repite después de mí”,
“Repite ésta oración conmigo” o “Sacar oraciones de libritos y solo repetirlas, Novenas, etc.” Nada de
eso, Dios no quiere que solo lo leas, quiere saber que sientes realmente, quiere saber si eres sincero y lo
que estás sintiendo, el quiere escuchar tus propias palabras, no quiere rezos, rosarios, letanías.
Tampoco lo impresionas con tu elocuencia o tus palabras domingueras. El lo que espera es que le
muestres tu corazón.
¿Cómo hablas o hablabas con tu papá? ¿A poco lees lo que le dices? O ¿le dices textos de alguien más?
¿No verdad? Así es con Dios, sólo acércate, háblale, platica con El, con confianza, pasa tiempo con El,
deja a un lado todas esas costumbres que hemos aprendido y practicado durante tanto tiempo y acércate
cual eres, ábrele tu corazón, platica con él como con tu mejor Amigo (de hecho lo es o quiere serlo), con
toda la confianza, pídele lo que necesites, pídele que te abrace, lloren juntos, rían juntos y déjalo entrar
en tu Vida.
Hoy así son las oraciones de muchas personas, rezos, lecturas de oraciones de otros, etc. Así eran los
fariseos de antes, y así son los de ahora.
EL PADRE NUESTRO
Lo que hace la diferencia entre la facilidad para orar o la complejidad para orar es nuestra Relación con
Dios, es decir, si tu ya tienes una relación con Dios, tu oración fluye normalmente como una
conversación con una persona, si tu no tienes relación con Dios, es ahí donde no sabes como orar, no
sabes como empezar a hablar, no sabes como dirigirte a El, etc. Te parecerá difícil, pero no lo es.
Aunque fácil tampoco es….
Tan no es fácil que cuando Jesús vino a la tierra y tenía ya a sus discípulos hubo un momento en que
éstos le solicitaron “Señor enséñanos a orar” (Luc. 11:1)
¿Enséñanos? Si estos hombres habían nacido en hogares religiosos, iban a la iglesia y seguramente
hacían oración con regularidad, seguramente se sabían la Biblia ¿Entonces? ¿Qué pasó?
Lo que pasó fue que cuando vieron como hacía oración Jesús, se dieron cuenta que nada tenía que ver
con los ritos que ellos llevaban a cabo y que llamaban oración, muy probablemente tampoco tenga nada
que ver con lo que hoy hacemos nosotros y llamamos “oración”. Pídele a Dios “Papi enséñame a orar,
no sé como hacerlo”
¿Qué es lo que vieron en Jesús?
Pasión, mucha pasión, El se apartaba para orar, buscaba lugares desiertos (Marcos 1:35) (Luc. 5:16)
pasó gran parte de su tiempo en oración. A veces pasaba toda la noche orando, platicando con Dios, en
comunión con el Padre (Luc. 6:12) Ese era su ejemplo, se apartaba, no oraba para ser visto sino porque
quería pasar tiempo con su Padre. Por eso el ruego “Enséñanos a orar” y Jesús en respuesta a su
petición les enseña, o mas bien, nos enseña a todos, lo que conocemos como la oración del Padre
Nuestro.
Pero ojo, No nos la enseñó para que la repitiéramos tal cual, recuerda que a Jesús no le gustaban las
vanas repeticiones y El Padre Nuestro no es la excepción, de hecho el Padre nuestro empieza en Mateo
6:9 y su advertencia de “no uséis vanas repeticiones” esta en Mateo 6:7, hay que leer completo, Jesús
nos dice así
“Ustedes no uséis vanas repeticiones, vosotros pues oraréis así, Padre Nuestro, etc….”
Están juntos y están ligados.
Más bien con el Padre Nuestro, lo que Jesús nos regala es un modelo de Oración.
Así que la oración según Jesús, debe contener los siguientes elementos. (Mat. 6:9-13)
Padre Nuestro
Debemos empezar siempre dirigiéndonos, a nuestro Padre, Papi hermoso, Papito Dios, etc. Como ya
vimos en el Capítulo “Orar solo a Dios”, A nadie más se le dirige oración y tenemos que hacerlo con
confianza, recordando que es nuestro Padre y llamarle como lo que es, Nuestro Padre, nuestro Papi.
No importa cuantos años tengas, puedes ser su hijo. ¿Aún no lo eres? Hazlo hoy.
Que estás en el cielo
Recordar que nuestro Padre tiene su trono en el cielo, es el todopoderoso, es el creador. No lo
minimices. Es el único Dios y por tanto es el único que podría contestar nuestra oración.
Santificado sea tu nombre
Recordar como es nuestro Padre, Dios Santo, Es Digno, de honra, respeto, adoración, etc. y por eso
debemos Alabarlo, Adorarlo, Reverenciarlo, Honrarlo, Centrarnos en El, solo en El, declarar su Gloria y
hablarle con respeto.
Venga a nosotros tu reino
Debemos decirle, Ven, Ven aquí, Baja a mi lado, Venga tu Reino, Como vimos anteriormente, Orar
por su presencia, Quiero conocerte, quiero sentirte, quiero que bajes, quiero que me acompañes, deseo
platicar contigo y Recibirte Dios, ya que lo que deseamos es comunión con El, no solo hablar por
hablar.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo
Esta petición la analizaremos más adelante, en el capítulo “Hágase tu voluntad”, pero es como pedirle
“Haz tus planes en mí, hazme un hombre conforme a tu corazón, Haz lo que quieras con mi vida, soy
tuyo, me entrego, me suelto en tus brazos, es el mayor paso de Fe, prefiero tu voluntad por encima de
la mía o la de cualquier otro”.
Danos hoy nuestro pan de cada día
Aquí es donde colocamos nuestras peticiones, “Quiero pedirte bendición, o Sabiduría, mas de tu
presencia, Espíritu Santo, etc.” Por lo regular una persona Cristiana pide ese tipo de cosas, no se la
pasa pidiendo “Prosperidad, Dinero, Autos, Casas, etc.”, aunque si tenemos alguna necesidad es valido
pedírsela, aunque El ya la conozca de antemano, recuerda es tu Padre.
Perdona nuestras ofensas
Aquí es donde pedimos Perdón a Dios, y nos arrepentimos, nos quebrantamos, perdóname, no tengo
cara ni para hablarte, no soy digno, soy pecador, soy sucio, Perdóname. ¿De que? Tú sabes de que
tienes que pedirle perdón, hazlo, no creas que lo engañas.
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden
Aquí es donde hacemos un compromiso, tu me escuchas, tu me perdonas y “Yo por mi parte perdonaré
a los que me han ofendido, regalare gracia, como tu me has cubierto con tu gracia, cambiaré de vida,
me alejaré del pecado, etc”.
No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal
Aquí pedimos su ayuda, es decir, ya nos comprometimos a perdonar, a no pecar, a cambiar, etc, pero
sabemos que es muy difícil, entonces pedimos su ayuda, “No nos dejes caer en la tentación” y
“Líbranos del maligno, guárdanos, protégenos, no te apartes de nosotros nunca, nunca nos dejes por
favor. También le hacemos saber, que dependemos de El, que lo necesitamos”
Porque tuyo es el Reino, el Poder y la Gloria
Así como empezamos la oración Alabándolo y Adorándolo, la concluimos igual, Adorándolo y
Alabándolo, no te olvides a quien le estás hablando, al Rey del Universo, al Creador, a Dios, toda
Alabanza es poca e insuficiente.
Amen
No hay mejor modelo de oración, ni hay mejor consejo para orar que el que nos dió el mismo Jesús, aún
así el modelo no es rígido, más bien es lo mínimo que debe contener la oración, pero no lo único que
debe contener la oración, lo demás depende de ti y de Dios, cada relación es personal, cada relación es
única y diferente, es decir lo que te funciona a ti, no necesariamente me funcione a mí y viceversa.
Ora, háblale, no le dejes de hablar, de platicar, quita todo lo que te estorbe.
5 OBSTACULOS PARA LA ORACION
Ya habíamos visto que Dios No contesta toda oración, y habíamos mencionado algunos obstáculos como
por ejemplo:
ESTAR EN PECADO
“Dios no oye a los pecadores, sino a los que le temen” (Juan 9:31)
Cuantas personas, cuantos de nosotros pensamos que podemos vivir como queramos, podemos estar
tan lejos de Dios, nunca interesarnos en El ni en sus cosas, nunca hacer nada por agradarle, a veces ni
siquiera ir a la iglesia, no leer la Biblia, pero en cuanto tenemos un problema, Oramos, Le pedimos a
Dios, y pensamos que nos va a escuchar. ¿No es así? No se donde lo aprendimos, pero así somos.
Bueno la Palabra de Dios dice, que no “Dios no oye a los pecadores” (Juan 9:31), dice también que
“vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír” (Isaías 59:2)
No importa cual sea o de que tamaño sea el pecado, puede ser un asesinato o un robo, o pueden ser
envidias u orgullo. De hecho el orgullo es de los que más odia Dios, (Luc. 18:11-14)
NO ESTUDIAR LA BIBLIA
Prov. 28.9 “El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable”
Para hacer oración al Dios verdadero, primero tenemos que conocerlo, y para conocerlo tenemos que
leer la Biblia, ahí nos daremos cuenta como es Dios en verdad, lo que le gusta, lo que no le gusta, lo que
exige, lo que manda, su carácter, etc. “Dios es Amor, pero también es fuego consumidor” Si no sabes
como es Dios y haces oración le estarás habando a cualquier cosa, menos a Dios, y si no oras al Dios de
verdad ¿Cómo quieres que te escuche? Otra cosa que conseguirás al leer la Biblia, es ir conociendo cual
es la voluntad de Dios, y así cada vez que ores lo irás haciendo mas de acuerdo a su voluntad, también
conocerás sus mandamientos, sus leyes, etc. Hay muchos motivos para leer la Biblia. Pero si tú no la
lees, o si la lees pero no la practicas o no la obedeces, Dios dice que tu oración es Abominable.
LA IDOLATRIA
Eze. 14:3 “Estos hombres han puesto ídolos en su corazón, ¿He de ser consultado por ellos?”
Otro obstáculo para que Dios conteste nuestras oraciones, es cuando hemos estado practicando la
idolatría. Cuando oramos a otros que no son Dios, a santos, vírgenes, imágenes, etc. En todo el
Antiguo Testamento el pecado con el que más batalló el Señor es con la idolatría, y hoy sigue siendo
igual. Dios es un Dios celoso (Exo. 20:5) Si te has dirigido a ídolos o a intermediarios, corres el riesgo,
de cuando vengas a Dios por alguna necesidad, El te conteste, “¿Y donde están los dioses que hiciste
para ti? Levántense ellos, a ver si te pueden librar” (Jer. 2:28) ¿Sería horrible no?
Pero Ojo, no solo a esa clase de ídolos se refiere Dios, un ídolo es todo aquello que pones en primer
lugar, en lugar de Dios, puede ser tu trabajo, los negocios, el dinero, un coche, una casa, una persona,
un pastor, un sacerdote, tu hijo, un ministerio, la iglesia, etc. ¿Cuál es tu ídolo?
Ahora bien, después de estudiar el Padre Nuestro se nos agrega un obstáculo más
LA FALTA DE PERDON
En nuestra oración del Padre Nuestro, ya vimos que es necesario pedirle perdón a Dios, pero Jesús nos
pone una condición para ser perdonados, esa condición es PERDONAR nosotros a los que nos ofenden,
Dios nos dice que el perdón que el nos va a otorgar, será equivalente al que nosotros otorgamos en
nuestra vida a los demás, (Así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden), así que si en realidad
batallamos para perdonar a los demás, si tenemos algunos pleitos con familiares o amigos que no
hemos resuelto, tampoco Dios nos va a perdonar. Así de simple. Y por si no estuviera demasiado claro,
al concluir el Padre Nuestro, Jesús agrega “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas os perdonará
también a vosotros vuestro Padre Celestial, mas si no perdonáis, tampoco vuestro Padre os perdonará”.
(Mat. 6:14-15) ¿Mas claro?
A veces nos confundimos con estos versículos y creemos que tenemos que ir a pedir perdón, pero no, o
por lo menos no solamente, también es lo contrario, lo que pasa que la mayoría de las veces es más
fácil pedir perdón que perdonar a alguien, y aquí Jesús se está refiriendo a eso, Tienes que perdonar. El
perdón es la marca de un corazón realmente redimido.
Aunque para no perdonar a alguien, siempre tenemos miles de razones (o pretextos)
“De mi nadie se burla, es que me abandonó, me hizo mucho dañó, me exhibió, me humilla, no me
quiere, no puedo perdonarlo(a), me lastimó demasiado, me destruyó la vida, se robó mi inocencia,
abusó de mí, nunca me puso atención, nunca le importe, así soy y no puedo cambiar, etc, etc,”
Para perdonar a alguien solo debe existir una razón, si no le perdonas, El Padre tampoco te perdonará.
Dios te dice: Claro que tienes razón en sentir todo eso, No es que no tuvo la culpa, No estoy diciendo
que no te ofendieron o no te lastimaron, No estoy diciendo que no me importa, tampoco estoy
diciendo que tu tuviste la culpa, Lo que necesito es que le perdones. Y no te confundas, perdonar no
quiere decir que tu fuiste el responsable, perdonar no significa no denunciar si es necesario, perdonar al
que te engañó no significa volver con El, perdonar a quien te golpeó no significa seguir conviviendo,
Perdonar a quién te ha hecho algún daño, no es olvidar, es por tu bien, Perdonar está dentro de ti, es
un regalo para ti, es sanar tu alma, es quitarte ese peso que llevas cargando, ese coraje, es no guardarle
más rencor y pedir a Dios que le bendiga.
Recuerda a Jesús en la cruz cuando oró a su Padre diciéndole “Perdónalos porque no saben lo que
hacen” Ni siquiera le estaban pidiendo perdón, pero El los perdonó. Jesús es nuestro modelo. ¿Te
parece difícil? Pídele ayuda a El, ya sabes que para Dios nada es difícil ni imposible. Ora por esa
persona, siempre, hasta que le perdones y hasta que limpies tu alma.
“El reino de los cielos es semejante a un hombre rey, que quiso hacer cuentas con sus siervos. Y cuando
él comenzó a hacer cuentas, le fue traído uno que le debía diez mil talentos. Puesto que él no podía
pagar, su señor mandó venderlo a él, junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, y que se le
pagara. Entonces el siervo cayó y se postró delante de él diciendo: “Ten paciencia conmigo, y yo te lo
pagaré todo.”
El señor de aquel siervo, movido a compasión, le soltó y le perdonó la deuda. Pero al
salir, aquel siervo halló a uno de sus consiervos que le debía cien denarios, y asiéndose de él, le ahogaba
diciendo: “Paga lo que debes.”
Entonces su consiervo, cayendo, le rogaba diciendo: “¡Ten paciencia
conmigo, y yo te pagaré!” Pero él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que le pagara lo
que le debía. Así que, cuando sus consiervos vieron lo que había sucedido, se entristecieron mucho; y
fueron y declararon a su señor todo lo que había sucedido. Entonces su señor le llamó y le dijo:
“¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías tú también tener
misericordia de tu consiervo, así como también yo tuve misericordia de ti?” Y su señor, enojado, le
entregó a los verdugos hasta que le pagara todo lo que le debía. Así también hará con vosotros mi
Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno a su hermano” (Mateo 18:23-35)
Tenemos que perdonar, para que Dios nos perdone, o mejor dicho, Tenemos que pedir perdón y
perdonar, así como Dios nos perdonó y porque Dios nos perdonó.
Dice Dios que si “Traes tu ofrenda altar y te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu
ofrenda y anda reconcíliate primero con tu hermano y luego ven” (Mat. 5:23-24)
No perdonar te separa de Dios
Cuando hicimos aquella “Primera Oración”, cuando Nacimos de Nuevo, nos llegó una sensación a
nuestra alma de tranquilidad, las culpas se habían ido, Dios nos había perdonado, eso fue lo que pasó.
Bueno si tú ya has sido perdonado, todo será mas fácil, porque podemos ver lo que Dios hizo con
nosotros, nos llenamos de su Gracia y podemos dar Gracia. Se nos olvida o a veces no creemos, que
Dios también ama al que te ofendió, Dios ama a asesinos, ladrones, prostitutas, etc.
Recuerda que Dios quiere moldearnos, Dios sigue trabajando con nosotros ¿Tú crees que entrarás al
Cielo con tus rencores o con ese carácter impulsivo o rebelde? Necesitas sacarlos de tu alma, necesitas
cambiar. Te has preguntado
¿Por qué me siguen lastimando? ¿Por qué me siguen ofendiendo?
¿Porque me siguen haciendo daño? Porque Dios necesita que pases al siguiente nivel, Dios quiere que
dejes tus rencores atrás, Dios quiere moldear tu carácter rebelde, Dios quiere que cambies esa actitud
de “Yo no me dejo de nadie” o “Yo no puedo perdonar” Cuando dices cosas como esas, se lo estás
diciendo a Dios, haz de cuenta que le dices “No me importa la relación contigo, yo no voy a perdonar”
o “No me importa si voy o no voy al cielo, pero ese no se va a salir con la suya” ¿Te das cuenta? ¿En
realidad es lo que quieres decir?
Dios te Ama y Dios no va a parar hasta moldearte, pero déjate moldear. Dios quiere llevarnos a que
perdonemos como lo hizo José con sus hermanos cuando les dijo “Acaso estoy yo en lugar de Dios”
(Gen. 50:19 ) o como lo hizo Esteban mientras lo apedreaban “No les tomes en cuenta este pecado”
(Hech. 7:60) o como lo hizo Jesús. El estar siempre dispuestos a perdonar, es lo que mas nos asemeja a
Dios. “Los ojos de Dios están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones”
(1Pe 3:12 y Sal.
34:15)
PERDONAR INCLUYE A DIOS
Si estás enojado con El, por aquel accidente, aquella enfermedad, aquel ser querido que se llevó antes
de tiempo según tu, por el desempleo, por tu tragedia, el hambre, lo difícil que ha sido la vida, o por
aquella oración que no contestó, por aquel día que se tardó en contestar o en ayudarte, etc. Perdona a
Dios. No es que el necesite ser perdonado, no es que se haya equivocado, no, pero necesitas sanar tu
Alma y venir a El, cuéntaselo a El, platícalo con El, ponlo en sus manos en oración, dile lo que sientes, el
te va a comprender y verás que te va a ayudar.
El te Ama, no lo olvides.
“Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes, someteos pues a Dios” (Stgo. 4:6)
No permitas que nada estorbe tu relación con Dios. No digas, “Si como No, a mi Dios me escucha
aunque no corrija todo eso” “A mí siempre me ha escuchado” o “Estos creen que solo a ellos los
escuchan”. En vez de esa actitud da gracias y arrepiéntete, “Dios siempre me ha escuchado y yo no le
he obedecido” Empieza a agradecer y a cambiar de vida. En realidad el premio es muy grande, La
Comunión con Dios. Su compañía, Su presencia, es tan grande que nuestra actitud debería de ser:
¿Si perdono al que me lastimó, Dios va a estar conmigo? No solo lo perdono sino que oraré por El,
¿Si no contesto las agresiones físicas o verbales, Dios se quedará a mi lado? No solo no las contestaré,
sino que pondré la otra mejilla,
¿Si me aparto del pecado, si rompo mis ídolos, voy a ser Hijo de Dios? No solo me apartaré un poco,
me alejaré lo más que pueda,
¿Si vivo en Santidad, Dios vivirá en mí?
Entonces lo intentaré con todas mis fuerzas.
Lo que más debemos anhelar es su compañía, y debemos dejar de hacer todo lo que pueda apartarnos.
¿Te resulta muy difícil? Para nosotros es imposible, mas para Dios todo es posible, pide su ayuda,
Clama a El, dile que lo quieres seguir, que te vas a esforzar, pero que necesitas su ayuda, necesitas que
te sostenga, que te guíe, y El lo hará. El sólo está esperando que te decidas.
“Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen, de modo que seáis Hijos de vuestro Padre
que está en los cielos” (Mat. 5:43-45)
6 CUANDO ORAR.
“Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu” (Efe. 6:18)
Dios quiere que oremos (hablemos con El) , todo el día, todo el tiempo, “Orad sin cesar” (1Tes. 5:7) y
“que seamos constantes” (Rom. 12:12) Algunos te aconsejaran hacerlo por el día, otros que no, que es
mejor por la noche, Dios dice: “Orad sin cesar”. ¿Por qué no en el día y en la noche? “Orar siempre y
no desmayar” (Luc. 18.1) Dios No quiere que vengamos a El, solo cuando hay enfermedad, hambre,
dificultades, etc. No solo cuando tus retos sean más grandes que tus fuerzas. Orar no es lo último que
puedes hacer, es lo primero que debes de hacer.
Los grandes personajes de la Biblia, eran grandes hombres de Oración, por ejemplo:
Pablo Oraba Día y Noche, Daniel lo hacía 3 veces al día, David se la pasaba haciendo Salmos.
¿Y porque todo el día?
Porque cuando tienes relación con Dios, Dios te acompaña a todas partes, es decir, no es un Dios al que
le ores en tu cuarto y luego salgas de ahí y El ahí se quede, No. El te ha de acompañar todo el día, a toda
hora y en todo lugar, por lo tanto si estás desayunando El está ahí, si vas manejando tu auto o vas en el
camión, El va ahí contigo, a tu lado, por lo tanto puedes ir platicando con Él, no necesariamente
pidiendo algo, sino solo platicando.
Cuando estés en tu oficina o en tu lugar de trabajo o en tu escuela, puedes platicar ahí constantemente
con El, de cualquier cosa, de tus alegrías o de tus tristezas, o de algo que viste o algo que te dijeron, etc.
lo que sea, El está a tu lado, ¡Háblale! Si no le hablas, que caso tiene que te acompañe ¿No crees? Orar
en todo tiempo es vivir en un estado consciente de la presencia de Dios.
Cuando estés en alguna fiesta, haciendo deporte, comiendo, cocinando, lavando, planchando,
remendando ropa, con tus hijos, de viaje, de visita, en alguna casa o algún hospital, en tu trabajo, en la
escuela, etc. etc. En todo lugar y en todo tiempo, ahí estará Él contigo, por eso debes “Orar sin cesar”.
Si El está contigo todo el tiempo, si practicas su presencia todo el tiempo, a la hora en que necesites
algo, será más fácil pedirle y ahí mismo te contestará o te ayudará.
Una comparación muy trivial sería, Si caminaras con un policía todo el tiempo, los ladrones ni se te
acercarían, pero si aún así alguien llegara hasta ti para hacerte daño, el policía lo detendría de inmediato
¿No?, En cambio si el no camina a tu lado, y el mismo ladrón llega, tienes que Sacar tu teléfono para
hablarle a la policía, vaciar tu bolso buscando el papelito donde habías anotado el teléfono, y luego
esperar a que llegue la policía. ¿Tendrás tanto tiempo? Es mejor que camine a tu lado ¿No crees?
Cuando tienes una relación con una persona, un amigo, novia o esposa, tienes que estar comunicándote
constantemente, cuando no lo hacemos así, cuando empezamos a distanciar nuestra comunicación,
primero cada semana, luego cada mes, luego cada año, las relaciones se deterioran o de plano se
pierden. ¿No te ha pasado?
Con Dios es igual, Tienes que cuidar y alimentar tu relación con Dios, y esto se hace mediante la
oración. Mientras más tiempo converses, más disponible lo encuentras. No lo dejes que se vaya.
Imagina esto.
Por la mañana te despiertas y buscas a Dios, haces oración poniendo todo tu día en sus manos, Dios
viene a tu lado escucha tu oración, de hecho le gusta, y ya, trata de regresar a su trono, cuando en eso
tu vas conduciendo tu auto y te das cuenta que tiene poca gasolina, y le pides a Dios “Ayúdame a llegar
a la gasolinera Papi”, el apenas iba en camino a su trono, pero regresa a tu lado, te ayuda a llegar a la
gasolinera, y ya, dice “Listo, ahora si regreso a mi trono”, pero apenas sales de la gasolinera y vuelves a
hablarle “Papi gracias por tu ayuda, ahora vamos a la junta de negocios Papi, ayúdame, acompáñame
por favor” Entonces Dios toma su lugar en el coche y te acompaña a la junta, así se lo pediste ¿No?,
todo te sale de maravilla y dice “OK Listo, voy a mi trono”, pero apenas es mediodía y le pides
“Bendice estos alimentos”, etc. etc. llega un momento en que el ha de decir, ¿ya para que me voy?
Mejor me quedo a su lado, este es de los que me gustan es de los que “Oran sin cesar”.
Hay que hablarle todo el día. Cuando tu incluyes a Dios en tu vida el viene contigo y no se va. Y
“Dios guarda en completa paz a aquel cuyo pensamiento en El persevera” (Isa. 26:3)
¿Y no es la paz nuestra mayor posesión, nuestro mejor bien? ¿No es la paz lo que todos desearíamos
tener en nuestra alma? ¿No quisieras dejar de sentir ese temor? Pues, eso es lo que ofrece a los que
“Oran sin cesar”, Pase lo que Pase, tu tendrás paz. “La paz que sobrepasa todo entendimiento” (Filip.
4:7)
Desde que abrimos nuestra segunda librería por obediencia y en Fe, hemos tenido que estar
sosteniéndola, lo cual ha hecho que mis gastos fijos aumentaran sobremanera, imagina un par de rentas
de locales en plaza comerciales. Sin embargo mi Dios nunca se equivoca, el monto de los gastos son casi
justo lo de mis ingresos. Sin embargo algún mes en que se cobre menos o se tenga un gasto imprevisto,
se desbalancea todo. Bueno, este último mes pasó, y hubo una semana en la que desde el principio
sabía que llegaría el fin de semana y no se completaría la nómina, pero confiaba en Dios, lo puse en sus
manos en oración y aunque no tenía nada pendiente por cobrar, ni nada, tenía esa paz, cuando lo tienes
a tu lado sabes que algo va a suceder. Sin embargo, se acabó al jueves y nada pasó. El viernes, el día de
pagar, me preguntó mi esposa ¿Ya sabes que vas a hacer? No, pero algo va a pasar, pero si no pasara,
Dios sigue siendo mi Rey. Ese día tenía una cita con un cliente de esos un poco desordenados, por lo
regular vivía atrasado en mis honorarios, pero ni era el caso, tenía poco que se había puesto al corriente,
pues bien solo me debía un mes de honorarios y no era suficiente. Pero en la cita sucedió lo inesperado,
me dijo: “Hoy que traemos mucho trabajo, y cobros ¿Sabes que voy a hacer? Te voy a adelantar pagos,
ya vez que luego me atraso” Y me pagó lo suficiente para librar la nomina de esa semana. Lógico salí
de ahí llorando, preguntándole ¿Porqué? ¿Por qué tanta bendición? ¿Por qué nunca me dejas?
Pero eso es lo que promete Dios al que se decide a ser su Hijo “Si pasas por las aguas no te ahogarás y
cuando pases por el fuego, no te quemarás, Porque Yo Soy tu Dios” (Isaías 43:2)
7 DONDE ORAR
“Tú cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta ora a tu Padre que está en secreto y tu Padre
que ve en lo secreto te recompensará en público” (Mat. 6:6)
Ya vimos que debemos orar sin cesar, eso significa en todo tiempo y por lógica en todo lugar,
En la iglesia (Hech. 4:23-31), en nuestra casa (Mat. 6:6), en nuestro trabajo o escuela, en el coche, en el
camión, etc. A Dios le gusta eso, estar en contacto todo el día, pero aunque así lo hicieras, si solo eso
hicieras, a tu relación con Dios le faltaría algo.
Yo estoy casado, gracias a Dios, todo el día hablo con mi esposa, por la mañana almorzamos juntos,
cuando voy al trabajo nos comunicamos por teléfono, cuando llego a casa seguimos conversando, de lo
que hicimos en el día, de los niños, de cosas importantes y otras sin importancia, pero si eso fuera
todo, también faltaría algo.
¿Sabes que nos faltaría? El momento de Intimidad.
Ese momento es el que más espera Dios, es el momento que mas anhela. Aunque estemos en contacto
y en comunicación con Él todo el día, es indispensable el momento de Intimidad, el momento en que se
encuentren a solas Tú y El, en secreto, nadie más. Es por eso que Dios nos dice en su palabra, “Entra en
tu cuarto, ora a Dios en lo secreto” (Mateo 6:6) Debes hacerlo en tu Aposento, o sea, debes tener tu
Lugar Secreto.
Tu Lugar secreto o Aposento, no es necesariamente un cuarto, recuerda a Jesús, se apartaba a lugares
secretos, montes, valles, para pasar tiempo con su Padre. Lo que tienes que buscar es la intimidad, la
tranquilidad, estar lejos de distracciones, buscar la calma y principalmente buscar su Presencia. Por
ejemplo, parecerá ridículo, pero a mí me funciona la regadera, es el mejor lugar que he encontrado,
después de haberlo intentado en varios lugares, por ejemplo en la cama, me quedaba dormido, por mas
que lo intentaba, no podía orar. Luego lo intente en un cuarto, pero siempre había distracciones o
interrupciones. Hasta que lo intenté en la regadera, y ¡ah como gasto agua!, me paso largos ratos con
Dios. Tengo amigos y hermanos que lo que les funciona es salir a trotar, a hacer ejercicio, ese es su
“Lugar Secreto”, a otros les funcionará su cama al amanecer o al anochecer, a otros su auto, para otros
será la bañera, la caminadora, y claro que sí, para otros su lugar secreto con Dios será una habitación,
una recámara, un cuarto, la iglesia, etc.
Tú busca tu Aposento, busca tu Lugar secreto, lo que lo hace ser el mejor lugar no es la comodidad, el
silencio, las luces, la música, etc. Lo que lo convierte en el mejor lugar es Que El llegue, si no llega su
Presencia, cambia tu Lugar Secreto. Además no tiene que ser el mismo siempre o para toda la vida,
puedes irlo cambiando según las circunstancias de la vida, por ejemplo, tal vez si no tienes hijos, te
funcione la sala o tu comedor, pero cuando lleguen los hijos, tengas que esconderte en algún cuarto,
aunque no está de más que Los Hijos se acostumbren a que cuando Papi o Mami esté de rodillas o
postrado ante Dios, ¡Ni te le acerques!
“Es mejor estar un día en su presencia, que mil fuera de ella” (Salmo 84:10)
Durante los 2 meses que estuvo internado mi hijo por primera ocasión, mi lugar secreto fue en ese
hospital, la sala de espera de cuidados intensivos, de hecho ahí fue donde conocí a Dios por primera vez,
en esa sala de espera. Que grandes encuentros tuve con mi Padre ahí. En otras ocasiones que hemos
estado en algún hospital, mi lugar secreto ha sido ahí mismo, al lado de una cama de hospital, por las
noches, muy de noche o por la madrugada, cuando solo hay silencio. En el aposento es donde suceden
los mejores encuentros, es donde se siente más claro el abrazo del Padre, es donde se escucha con más
claridad su voz, su susurro, es donde sucede lo mejor, Ni siquiera se compara al culto o a la Iglesia
¿Crees que el diablo se asusta porque vienes el domingo a la Iglesia?
¿Crees que el diablo se asusta porque le cantas a Dios el domingo y levantas tus manos?
El diablo es el que te hace creer que todo está bien, que lo que haces es suficiente, que no hace falta
hacer mas nada, que tienes el cielo ganado, el diablo es el que te dice y te hace creer que tu no
necesitas a Dios.
¿Sabes cuando el diablo tiembla?
Cuando ve a una persona que se decide, “A partir de hoy voy a empezar a leer mi Biblia por mi cuenta,
Tengo hambre de conocer a Dios”, cuando ve a alguien que dice “A partir de hoy voy a apagar mi
Televisión y ese tiempo lo dedico a leer la Biblia y a hacer oración en el lugar secreto” Entonces el
Diablo tiembla. Sabe que te ha perdido y Dios es cuando hace Fiesta. El diablo tiembla cuando alguien
se decide y dice “A partir de hoy tengo una cita con Dios todas las mañanas antes de ir a trabajar o antes
de salir de la cama incluso, pase lo que pase, estaré en su presencia, 5 minutos, 10 o una hora, lo que
sea” Eso es lo que al diablo hace temblar.
“Velad porque vuestro adversario el diablo anda
como león rugiente, buscando a quien devorar” (1Pe. 5:8)
Al diablo tampoco le asusta lo contrario, alguien que está súper ocupado, aunque sea en las cosas de
Dios, al diablo no le asusta que te la pases en la iglesia o que te la pases ayudando en la iglesia y en los
hospitales, ni que tengas un ministerio que te absorbe todo el día, ni que te la pases escribiendo
sermones, o que te la pases escribiendo libros cristianos, que dirijas una célula, o seas pastor de una
Iglesia, Nada, al contrario al diablo le gusta, y te dice “Haz esto, haz lo otro, no te detengas, es para Dios,
No pares, sigue así, recuerda es para tu Dios, te acelera más”, pero eso no le asusta, y por ende, a Dios
no es lo que le gusta. Cuando vienes a Dios y le preguntas ¿Lo estoy haciendo bien? El te ha de
contestar, no lo sé, solo sé que te extraño.
Recuerdas cuando Jesús es recibido por Marta en su casa, y María, hermana de Marta, se sentó a los
pies de Jesús y oía su palabra, mientras que Marta se preocupaba con los quehaceres y le dijo “Señor
¿No te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile que me ayude. Y Jesús le respondió “Marta,
Marta, afanada y turbada estás con tantas cosas. Pero solo una cosa es necesaria y María ha escogido
la buena parte, la cual no le será quitada”. (Lucas 10:38-42) ¿Te das cuenta? No es que tu ministerio
o el trabajar o hacer cosas para Dios tenga algo de malo, al contrario, pero si lo es, si lo cambias por tu
tiempo con Dios, por tu cita con Dios, por la entrada a tu Lugar Secreto, esto es lo primero, es lo
primordial, es lo que Dios está esperando.
En un pequeño libro que escribí el Año pasado (Abba, Padre). Platiqué una ocasión en mi vida que me
alejé de Dios a causa del trabajo, sin sentir, En mi profesión (Contador) tenemos un período crítico de
exceso de trabajo, es entre febrero y mayo de cada año, con jornadas largas de trabajo y en ocasiones
hasta los domingos. Así que dejé de leer la Biblia y de Orar como lo hacía, lo hacía solo de pasadita y
cuando intentaba por las noches me quedaba dormido, así que dejé de sentirlo, ya para cuando me di
cuenta, oraba y no lo escuchaba, le hablaba y no le sentía, entonces mi oración era “Papi ¿Por qué no
vienes? Papi, te necesito, Perdóname, Tú serás por encima del trabajo, Papi te extraño, te extraño”. Y
un día volvió y escuché su voz de nuevo diciéndome “Yo también te extrañé”, Es maravilloso. Después
de eso, prometí que no me volvería a pasar, que Dios estaría aún por encima del trabajo.
Bueno pues este año se llegó la misma temporada, entre Febrero y Mayo, pero le dí su lugar, no
abandoné la oración ni la Biblia, pero hay un día en especial que es el de más compromiso, es el día de
vencimiento de las declaraciones, el 31 de Marzo. Y llegué a ese día con un dilema, cada semana escribo
un Boletín para las librerías cristianas que tenemos, lógico que el plan era para ese día tenerlo
terminado, pero no fue así, y las declaraciones tampoco, así que tuve que elegir ese día, cuando llegué a
la oficina en la mañana, que hacer primero. En realidad fue fácil la decisión, “Yo tengo un compromiso
con Dios y Dios es lo primero, Y lo voy a hacer (El Boletín) igual que todos los demás boletines, con
tiempo suficiente y concentrándome”, De seguro cualquier otro me diría ¿Estás loco? ¿Y el trabajo?, El
trabajo no es lo primero para mí, ¿Pero de ahí comes tú y tu familia? Tengo que responder ¿Tú crees?,
Yo solo dependo de Dios. Así que eso es lo que decidí hacer.
Pero ahí no termina la historia, el Boletín lo terminé después de las 2 de la tarde, lo entregué a tiempo y
dije “Bueno, ahora sí, a hacer el trabajo” tengo 15 años dedicado a esta profesión, y no te miento al
decirte que todos los 31 de Marzo he trabajado hasta altas horas de la noche, casi siempre hasta las 12 y
dejando algunos pendientes todavía, pues bien, este 31 de Marzo a las 8 de la noche estaba yo en mi
casa y sin ningún pendiente para el día siguiente, ¿Cómo pasó? No lo sé, ¿Cómo le hice? No lo sé, no
hice nada diferente a los años anteriores, solo sé que cuando tu le das a Dios el primer lugar, el pelea
todas tus batallas.
El busca personas dispuestas a darle el primer lugar, por encima de todo, y yo lo puse por encima de mi
trabajo. ¿Te das cuenta?
Sin embargo lo que te decía sobre que el Ministerio tampoco debe estar por encima de Dios, es porque
lo viví en carne propia. A partir de que empecé a escribir libritos, empecé a descubrir que era como
predicarle a la gente y me gustó y sé que a Dios le gustó también, entonces no he parado de escribir, a la
par de este libro, estoy escribiendo otro, además del boletín de cada semana y Estudio la Biblia, casi a
diario y además visitamos los hospitales llevando alimento y llevando su palabra, y atendemos a veces la
librería etc. Hasta que me dí cuenta, que me estaba alejando de Dios otra vez, si oraba todo el día, si le
hablaba todo el día y el me seguía contestando, pero dejé de entrar en nuestro “Lugar Secreto”, y
cuando lo hacía lo hacía tan de prisa, en forma tan irrespetuosa y por tan poco tiempo, pero ahora
pensaba, “Ahora no es por el trabajo, Ahora estoy sirviendo a Dios”, pero de todos modos no le gustó.
El se dio cuenta primero, y me llevó al “Lugar Secreto” a la fuerza. ¿Cómo?
Enfermé, no de gravedad ni nada, tampoco por mucho tiempo, solo el suficiente para entender. Era
una infección que no me hallaban que era, pero me provocaba debilidad y dolor de huesos de tal
manera que no pude ir a trabajar esos días y tampoco pude escribir nada, solo me la pasaba tirado. Esa
infección también me provocaba muy altas temperaturas, por lo que casi me pasaba la mayoría del
tiempo en la regadera, ¿Recuerdas? Mi “Lugar Secreto”.
El primer día lo noté algo serio y me preguntó “¿Vienes a llorar por tu enfermedad? ¿Vienes a pedir que
te sane?
Y le contesté “No papi, solo vengo a pedirte perdón” y a partir de ahí pasamos horas y
horas, platicando, orando, alabando, abrazándonos, riendo y llorando, todos los días, me hacía tanta
falta. Y ya no lo he dejado de hacer más.
Nunca dejes de entrar a tu “lugar Secreto”, es tan maravilloso. Nunca dejes de darle el primer lugar a
Dios en todo. Nunca te apartes de El, nunca permitas que El se aparte de ti. Y verás que nunca dejarás
de escuchar su voz, ni de sentir su presencia.
Recuerda otra vez, lo que hace tan especial El Lugar Secreto, es que ahí está El, es donde tienes tu cita
con Dios, donde te encuentras cara a cara con El, Su presencia lo hace especial. Cuando El no esté ahí,
cámbialo, Haz lo necesario, Encuentra tú Lugar Secreto, busca ese momento de Intimidad con Dios.
8 LA VOZ DE DIOS
“Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27)
Ya vimos que es la oración, como debemos orar, a quien debemos orar, cuando orar y hasta donde
orar. Pero lo más hermoso de la oración, la meta de la oración es que sea, primero escuchada y
luego contestada por Dios.
Dios siempre contesta la oración correcta. Un hijo de Dios siempre debe esperar su respuesta, Dios te va
a responder, tal vez no en el tiempo que tu quieres, pero si en el tiempo perfecto, El no se equivoca. Tal
vez tampoco te responda como tú quieres, pero, al hacer esto, al esperar, le estarás diciendo y
demostrando que te importa su respuesta, que quieres estar bajo su voluntad, que no harás nada que
vaya en su contra.
Una relación Real tiene que tener las 2 caras de la moneda, Tú le hablas, haces oración y Dios te
responde, debemos escuchar la voz de Dios. ¿Sabías que puedes escuchar su voz?
Dios habla aún hoy con nosotros, sus Hijos porque nos ama y porque sabe que necesitamos escuchar su
voz para no andar a la deriva. Y lo hace de diferentes maneras
-La principal forma que usa para hablarnos hoy, es LA BIBLIA, tenemos que leerla si queremos tener
una relación con El, y si queremos conocer el verdadero carácter de Dios.
¿Quieres escuchar su voz?, hay que leer la palabra de Dios, la lectura y el estudio de la palabra de Dios
es la base de la vida cristiana, ¿Cómo podemos obedecer a alguien si no sabemos lo que nos está
pidiendo? ¿Cómo podemos agradar a alguien si no sabemos lo que le gusta? Tenemos que escuchar a
Dios mediante La Biblia y después de eso la pregunta será ¿vas a obedecer?
Mientras más medites
en las Escrituras, más clara será la voz de Dios. Tienes que empezar a leerla por tu cuenta, deja ya las
excusas, “Que es aburrida” no tienes idea, es la historia de la relación del hombre con Dios, es el
camino al Padre, es su Palabra, lo que te falta es Pasión. Deseo por conocerlo.
“Que no le entiendes” habrá partes tan claras que si entiendas, con eso es suficiente. No tienes que
entenderla toda, imagina si fuera posible. Si fue escrita por Dios, y su inteligencia es infinitamente
superior a la nuestra. De todos modos cada que abras la Biblia, ora a Dios pidiéndole entendimiento,
pidiéndole que sea su voz la que tu escuches.
”Que no tienes tiempo”, ¿No lees el periódico o alguna revista? Cámbiala por la Biblia, ¿No miras
televisión? Apágala y Lee la Biblia.
Leer la Biblia no debe ser un sacrificio, o una disciplina, tiene que ser un Placer, es la Palabra de Dios,
¿No te das cuenta?
NO dejes que nadie, que otra persona te diga lo que dice la Biblia y que te la
explique, aunque sean muy buenos, y bien intencionados, Hazlo tu mismo, es tu relación con Dios. Si
nunca lo has hecho, no sabes de lo que te estás perdiendo.
-Otra forma en que Dios habla a sus Hijos es precisamente cuando estás concentrado en oración,
cuando estás platicando y pasando tiempo a su lado, te acaricia y te susurra en el oído ¿Lo has
escuchado?, es el mismo ESPIRITU SANTO hablando a tu corazón.
-Otras veces utiliza a terceras personas para hablarte, un amigo, un familiar, un pastor, en la iglesia con
una prédica, con un consejo o con las circunstancias de la vida, las pruebas, etc.
-Pero a medida que va creciendo tu relación con Dios, El se inventa maneras de hablarte, tan
personales, tan palpables, El quiere que sepas que es El quien te habla, que te está escuchando, que
está al pendiente de ti y que te está cuidando y entre tu le des más de ti, el te dará más de El, así
funciona.
COMO RECONOCER SU VOZ
La mejor manera de reconocer la Voz de Dios es, cualquier respuesta que te dé, ya sea por medio de un
susurro en oración, con su voz clara, con un sueño, una visión, por medio de un tercero, un amigo o un
predicador, una prueba o alguna circunstancia de la vida, etc. etc. Cualquier respuesta. Fíltrala a
través de su palabra, Mírala a través de la Biblia, Su respuesta No puede ir en contra de su palabra
Nunca, por eso es tan básico leer la Biblia, sino lo hacemos podemos ser engañados o nos pueden
desviar de rumbo. Si tú recibes alguna respuesta a tu oración en cualquier forma, pero que contradice
la Palabra de Dios, No es Dios quien te habla. Ten cuidado. Puede ser el diablo. Hace tanta falta
estudiar la Biblia por nuestra cuenta. No se puede ser Cristiano sin leer la Biblia, así de simple. Hay
tantas personas que se creen ser Cristianos porque acuden a una Iglesia, y muchos de ellos no leen la
Biblia, se conforman con lo que les dan el domingo en el sermón. ¡Imagina cuanto tiempo te llevará en
conocer la Biblia completa, escuchando solo un versículo por domingo! Eso es falta de Pasión y de
Deseo por conocerlo.
OBEDECER
Lo que sigue después de escuchar la voz de Dios es Obedecer. Uno de los pasos más grandes en tu vida
cristiana, es Obedecer a Dios. Hacer todo lo que Dios quiere, “El que pierde su vida la hallará” (Mat.
10:39)
Lo más importante de la lectura de la Biblia, no es sólo leerla, estudiarla o memorizarla, lo más
importante es ¿Vas a obedecer lo que descubriste o no? Si, ya sé que te enseñaron otras cosas, que
tu pensabas diferente, bueno, cuando la lees y descubres la voluntad de Dios ¿Vas a obedecer o no?
Tienes que obedecer, ponerla en práctica en tu vida, sino no tiene ningún caso leerla.
Lo mismo cuando escuchas la voz de Dios de cualquier otra manera, la pregunta es ¿Vas a obedecer o
no? El está buscando personas dispuestas a darle el total control de su vida, personas que lo dejen
entrar a lo más recóndito de su ser. Personas que tengan el deseo de entregar todo, absolutamente
todo al Señor, y tratar de no desviarse ni un milímetro de su voluntad, en cada situación que
enfrentamos o en cada decisión que tenemos que tomar. No decidir por nuestra cuenta, sino incluso
dejarlo que decida por nosotros.
Personas que no se detengan en dejar de hacer solo lo que es pecado, sino que vayan más allá, que
hagan solo lo que le agrada a Dios. Cuánto hemos escuchado “¿Donde dice que ver la tele es pecado?,
¿Dónde dice que tomar es pecado?, ¿Dónde dice que No hacer oración es pecado? ¿Dónde dice que
vestir así o escuchar esta música es pecado?, etc. Etc. La lista sigue y sigue. Dios busca personas que
pregunten ¿Esto le agradará a Dios o no? ¿Esto estará en la voluntad de Dios o no? Es decir que no
solo obedezcan sus mandamientos, sino que también hagan solo lo que a El le agrada, eso dice en
1Juan 3:22 “Recibimos todo lo que le pedimos, porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que
le agrada”
La mayoría de los personajes de la Biblia, tienen algo en común, fueron Obedientes a Dios.
Moisés fue obediente, cuando le dijo “Dile al pueblo que marche, marcharon” cuando le dijo “Ve
donde el Faraón y dile esto” Moisés fue. Dios le dijo a Abraham “Vete de tu tierra a otra tierra” y
Abraham lo hizo (Gen. 12:1-4). Cuando Jesús se encontró con Saulo y éste cayó del caballo le dijo
“Señor, ¿que quieres que yo haga?” (Hechos 9:6) María siendo aún virgen, cuando el Angel le anunció
que llevaría en su vientre al Hijo de Dios, aún con todo lo que acarrearía dijo “he aquí la sierva del Señor,
hágase en mí según tu palabra” (Luc. 1:38)
¿Y cómo saber además de los mandamientos que es lo que le agrada?
La mayoría de las respuestas están en la Biblia, pero cuando no encuentres una respuesta, hay otra
fórmula, cuando no lo encuentres en la Biblia, y tengas el deseo de ser agradable a El y de ser
obediente, ¡Pregúntale a Dios! Seguro si has llegado ya a sentir este deseo de poner todo en sus
manos, es que eres su Hijo, y seguro que si eres su Hijo, El te va a responder.
Muy seguido me encuentro ante alguien que me pide un consejo, “¿Debo hacer esto o no?, ¿Debo hacer
ese negocio o no?, ¿Debo reclamar esto o no?, ¿Debo salir de esa casa o de esa relación o no? ¿Debo
irme de mi casa? o ¿debo dejar a mi pareja? Y siempre les aconsejo lo mismo, “mira, yo creo que esto
es lo correcto, pero, tengo la mejor fórmula para que no te equivoques, ¡Pregúntale a Dios! Y verás que
te va a contestar”
Todo lo puedes poner en sus manos, de hecho El quiere que así sea. En mi caso yo no puedo hacer un
negocio, si antes no le pregunto a Dios su dirección, le pregunto si quiere que compre casa nueva (por
cierto me ha dicho que No), le pregunto qué coche he de comprar y me lo ha elegido, todo lo que he de
hacer, cualquier paso que he de dar, primero lo pongo en sus manos y espero su respuesta. Puedes
preguntarle todo. ¿Este noviazgo te gusta? ¿Estas amistades te gustan? ¿Qué quieres que estudie
Señor? ¿Adonde quieres que vaya? etc.
Por ejemplo.
Todos los años pasados, he tomado vacaciones con mi familia, Gracias a Dios, y aunque son unas
vacaciones tranquilas, de hecho me sirven para escribir o leer algún libro, yo creo que a Dios no le
disgustan, pero llegué a un punto en que quería estar seguro, quería seguir avanzando en mi relación
con Dios y Pues le pregunté.
Este año al acercarse las fechas en que vacacionamos por lo regular,
puse en las manos de Dios mi oración, “Papi, necesito saber si te gustan nuestras vacaciones, si no me
estoy engañando, y si no te gustan no lo hacemos, necesito saber si quieres que este año vayamos de
vacaciones” Y me respondió de la siguiente manera:
Al día siguiente me llamó uno de mis mejores amigos, si, al día siguiente, para invitarnos a su boda, solo
había un pequeño detalle, que se iba a casar en Playa del Carmen, un poco lejos. Ese día supe que tenía
el permiso de Dios para vacacionar y hasta me dijo a donde ir. ¿Te das cuenta?
Claro que Obedecí, quién no lo haría ¿Verdad?, pero no siempre será fácil obedecer, en un libro
pasado, conté en una ocasión en que 2 Proveedores de servicios de la nueva librería, nos quedaron mal
con el trabajo, tuvimos que sustituirlos, pero ya les habíamos dado un Anticipo, entonces a la hora de
querer recuperarlo y estar buscando abogado, en una de nuestras pláticas con Dios, El me dijo
“Perdónales la deuda”, ¿Qué? y yo peleé y peleé, porque no estaba bien en lo económico, había
empeñado hasta la camisa, de tal forma que recuperar esos anticipos me hubieran dado un respiro, sin
embargo mi Dios no quiso y tuvimos que obedecer, y el respiro nos lo ha dado mi Dios. “Reconócelo en
todos tus caminos y el enderezará tus veredas” (Prov. 3:6)
Pero ¿Qué hacemos cuando se necesita una respuesta rápida, cuando no podemos esperar?
Lo podemos poner a prueba, podemos pedir una señal rápida. Tu dirás eso no es correcto, a Dios no se
le pueden pedir pruebas. ¡Claro que puedes, y sabes el te las dará ya que tomará en cuenta que lo que
quieres es hacer su voluntad y no equivocarte. En una ocasión, nos ofrecían mercancía para la librería
pero en gran volumen, pero nos daban fecha para decidir, lógico que lo puse en las manos de Dios, y
espere su respuesta, pero no llegó, llegó el día y llegó la hora y yo tenía que tomar una decisión, así que
le pedí una señal. El negocio estaba ubicado en una plaza comercial donde por lo regular todos los
cajones de estacionamiento estaban ocupados, así que le dije, si está en tu voluntad que haga ese trato,
haz que cuando llegue esté desocupado “X” cajón, y llegamos y estaba desocupado, ¿Puede haber sido
casualidad? Dios es soberano, Dios tiene el control hasta de los cajones de estacionamiento, ¿Y si te
equivocaste? Mi Dios bendecirá esa decisión, el conoce mi corazón y sabe que lo hice porque no
quiero dar ni un solo paso sin su aprobación. Recuerdas a Gedeón, le pidió pruebas a Dios por medio
del vellón (Jueces 6:36-40) o el mismo Pedro cuando le dijo al Señor “Señor si eres tu, manda que yo
vaya a ti sobre las aguas” (Mat. 14:28). Pero recuerda, Dios conoce tu corazón, es decir no lo hagas
buscando aprobación para algo que ya has decidido, hazlo porque quieres obedecer, a Dios no lo puedes
engañar.
Cuando Amas a Dios, deseas hacer siempre su voluntad, pase lo que pase. Renunciamos a nuestra
voluntad por la de Dios, porque sabemos que siempre su voluntad es el mejor camino, aunque no
sepamos a ciencia cierta a donde nos llevará. Dios quiere que dejemos nuestro sueño y tomemos el de
El.
Antes mi sueño era llegar a ser el mejor contador, seguir preparándome, tener grandes ingresos, buena
casa, y poder darles un buen futuro a mis hijos. Hoy estoy en las manos de Dios y quiero ser lo que El
tenía soñado para mí, quiero ser lo que El quiere que sea. Si he de seguir en mi profesión, o si he de
seguir escribiendo, si he de predicar, si he de compartir, si me ha de mandar a algún lado, o si no he de
hacer nada, lo que El quiera de mi vida, yo estoy dispuesto. Pase lo que pase, quiero que sepa que
puede contar conmigo.
Pero ojo, ésta oración es peligrosa, no es para cualquiera, sin embargo es el nivel al que Dios quiere
llevarnos.
Se oye bonito “Quiero hacer su voluntad” pero, recuerda Tan pronto Jesús dijo “No se haga mi
voluntad sino la tuya” Dios le tomó la palabra y lo aprendieron, lo maltrataron y terminó en la cruz.
En mi caso que me he decidido a poner todo en las manos de Dios, hubo un par de ocasiones que me
sentí confundido. En una ocasión que iba a contratar personal, estaba por decidir entre dos buenos
candidatos, los mejorcitos según yo, solo tenía un puesto disponible, pero para no dejar ir al otro
candidato, me propuse ofrecerle a uno el turno completo y al otro medio día, pero ellos no lo sabían. Lo
puse en sus manos y le dije que lo escogiera El a quien le daríamos el medio día, y lo escogió, Ese día por
la noche uno de los 2 candidatos me envió un correo diciéndome: “Si acaso no se decidiera usted por
mí, ojala y me diera la oportunidad aunque sea de trabajar medio día” ¿Cómo ves? Pero ahí no
termina la historia, el amigo este resultó ser el peor trabajador que he tenido en toda mi carrera, hacía
mal el trabajo, perdía cosas, nada le salía, le faltaba capacidad, parecía que no sabía nada, etc. etc. Y no
lo corrí porque Dios lo había escogido, hasta que el solo renunció. Y me confundí, ¿era o no era la voz
de Dios? ¿Por qué salió tan mal?
La respuesta llegó luego.
Cuando nos ofrecían poner nuestra segunda librería, a muy altos precios, lo pusimos en las manos de
Dios y el nos dijo que sí la quería. El día que teníamos que decidir, ese día llegué a la oficina y me llamó
un Arquitecto que me había trabajado una ocasión anterior y me dijo “Estamos listos para trabajar”
¿Listos? Entendí. Ok, Señor. Lo haremos. Hicimos grandes sacrificios, nos endeudamos hasta el límite
pero por fin terminamos, Dios nos había dicho que sí la quería. Pues bien abrimos y las ventas
empezaron muy bajas, era normal, pero pasaron meses y no mejoraba nada, entonces nos volvimos a
preguntar, esta vez le preguntamos a El ¿Era o no era tu voluntad Dios? ¿Por qué no mejora la librería?
Y Dios nos respondió diciendo:
“Yo te dije que la quería, no te dije que ibas a tener utilidades” Tenía razón.
Le di gracias por la respuesta, le pedí perdón por dudar y me puse a su servicio, “Aquí estaremos hasta
que tu digas Dios” ¿te das cuenta? El busca personas que dejen de pensar solo en ellos, en su
beneficio, busca personas que quieran obedecer a ciegas. Que quieran participar en extender su reino.
Tal vez por medio de la librería ya se habían convertido algunos, u otros habían conocido a Dios, u otros
que necesitaban consuelo lo encontraron en algún libro o no lo sé, pero Dios si lo sabe, y yo confío en El,
El dijo que la quería, yo tengo que obedecer con gusto. Con esa respuesta me contestó también la del
trabajador, “Yo lo escogí, pero no dije que iba a ser el mejor contador” Tal vez el muchacho
necesitaba un trabajo en ese tiempo, tal vez lo ocupaba en lo económico, No lo sé, solo sé que lo que
Dios hizo fue lo mejor, y El sabe que puede contar conmigo en todo, pase lo que pase. Todo es de El, a El
le pertenezco.
Jesús mismo se sometió, “He descendido del cielo no para haced mi voluntad sino la voluntad del que
me envió” (Juan 6:38) “Mi comida es que haga la voluntad del que me envió” (Juan 4:34)
“Y todo
aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano” (Mat. 12:50)
El quiere ser Señor de toda tu vida, quiere que todo lo pongas en sus manos, desde lo más simple y
trivial (Aun vuestros cabellos están contados Mat. 10:30), hasta lo que parece más difícil o casi
imposible (¿Habrá algo difícil para Dios? Jer. 32:27 o Gen 18:14).
Es cierto que cocinas muy bien, pero cuando lo pones en las manos de Dios, harás la mejor comida de tu
vida.
Es cierto que eres un gran estudiante, pero cuando pongas en las manos de Dios un examen, verás como
Dios obrará en El, tú verás su mano respondiendo.
Es cierto que eres un gran profesor, pero cuando lo pongas en las manos de Dios, darás las mejores
clases de tu vida.
Es cierto que eres un gran contador, licenciado, doctor, etc. Un gran profesionista, y haces tu trabajo
muy bien, para eso estudiaste, pues bien, cuando lo pongas en las manos de Dios, verás que Nadie
puede hacerlo mejor.
Es cierto que puedes tomar cualquier decisión Dios te da esa libertad, pero El tiene algo mejor para tí
Pero está esperando que te decidas a entregarle tu vida.
Dale el acceso Total, muchas veces lo invitamos a entrar en nuestra vida, pero le encargamos solo
ciertas cosas, ciertos aspectos, es decir, Yo voy a hacer esto, y tu Dios ayúdame con esto.
No debe ser así, El quiere todo el control. El quiere toda tu vida. Unos le dejan entrar de un jalón, otros
de plano nunca lo dejan entrar, pero algunos otros lo dejan entrar lentamente, tal vez no es lo mejor,
pero a veces es así.
Reconócelo como Señor en todas tus áreas. No hagas las cosas con tu propio esfuerzo, no tienes
necesidad. Dios está en control. Dios está a cargo de todo. Entrega todos tus problemas y tus No
problemas a Jesús. “Hecha toda tu ansiedad en El, porque El tiene cuidado de vosotros” (1Pe. 5:7)
“Venid a mí todos los que están trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mat. 11:28)
Hazlo y verás que tu fe irá creciendo y tu relación con Dios también, y cada vez te acercarás más a lo que
Dios quiere de ti, y ya sabes que de eso se trata todo.
9 HAGASE TU VOLUNTAD
Si te has dado cuenta, todo lo referente a la oración, tiene que ver con nuestra relación con Dios. De
hecho, Tu oración refleja cómo está tu relación, como ha ido cambiando y como ha ido creciendo. No
puede ser igual a cuando empezamos. Se puede orar sin tener relación, pero, no se puede tener
relación sin orar.
Recuerda a tu mejor amigo y recuerda como empezó la relación, recuerda el día en que lo conociste,
quizá en la escuela, quizá en el trabajo o tal vez en el barrio donde vivían, pero el primer día que se
conocieron tal vez ni se hablaron, a los días tendrían su primera plática, pero sería de cosas sin
importancia por lo regular, tal ves de futbol, de música, del trabajo o de la escuela, luego con el tiempo y
al ir conviviendo más, al sentirse afines, a gusto uno con el otro y tener cosas en común, se empezaron
a platicar cosas mas importantes, después hasta mas íntimas, se abrieron el corazón uno a otro, de
manera tal que hay amigos que te conocen y a los que tú conoces totalmente, pero haz memoria, todo
fue paulatino.
Si eres casado(a) fue igual con tu pareja, los primeros días de novio, seguro ni hallaban de que platicar,
habría muchos momentos de silencio, sin embargo hoy en día se conocen totalmente, y cada vez tienen
mas cosas en común, administran la casa juntos, educan a sus hijos, etc. ¿No es así?
Igual es tu relación con Dios, a veces le damos el Sí, lo invitamos a entrar en nuestro corazón, hacemos
nuestra “Primera Oración”, lo aceptamos como nuestro Señor y Salvador y Ya, creemos que es todo,
pero claro que No. Como toda relación tiene que ir creciendo, mejorando, madurando. Hasta llegar a
tener una comunión inquebrantable, como la quiere Dios.
Yo recuerdo los primeros días de Cristiano, podía pedir lo que quisiera, y a veces no tenía ni que
pedírselo el me concedía todo lo que necesitaba. Estaba trabajando con mi Fe, la estaba aumentando, la
estaba haciendo crecer. Recuerdo uno de tantos ejemplos que tengo.
Una ocasión, casi de recién convertido, andábamos de paseo por el rumbo de Montemorelos, mi esposa
y yo con nuestro bebé de apenas meses de nacido. Estuvimos toda la tarde por allá y de regreso ya
oscureciendo, se nos ponchó una llanta de la camioneta en que viajábamos, y no se veía nada a la
redonda, ni siquiera un pueblo próximo, ni una lucecita. Me bajé muy contrariado, pero no me alteré,
ni me enojé, ni me asusté, mi Dios me estaba moldeando. Volteamos para todos lados, y digo
volteamos porque lo hicimos los 2, mi esposa y yo, no había ni señales de vida, Voy por la puerta de mi
esposa y me pregunta ¿Qué vamos a hacer? Le digo “No sé, Dios nos va a ayudar, ahorita busco el
pueblo mas próximo, pero tu, que será lo mejor ¿Vamos juntos o me esperas? De seguro voy a tardar,
aquí está muy oscuro, etc. En eso estábamos cuando casi enfrente de donde estábamos tirados, vimos
una luz, no la habíamos visto momentos antes, podemos asegurar que no estaba ahí, Solo nos
quedamos viendo, le digo a mi esposa “Deja me acerco a ver que es” y Sí efectivamente era una
Vulcanizadora. ¿Te das cuenta? Pero eso no era todo cuando se ponchó la llanta, yo avancé un tramo
ya con la llanta ponchada, esperando ver algo, pero al hacer esto, dejé la llanta inservible, y la llanta de
refacción tampoco servía, ¿Entonces? El amigo de la Vulcanizadora revisa entre sus llantas y
“casualmente” tenía una del mismo tamaño, rodada, todo. Así era el Dios que estaba empezando a
conocer.
Cuando tenía algún problema en el trabajo, solo lo ponía en sus manos y me lo arreglaba el Señor.
Una vez que teníamos la fiesta por el primer año de mi hijo mayor, ya teníamos todo listo, comida,
bebida, show, todo. La fiesta sería en una quinta, pero ya en la semana de la fecha se pronosticó mal
tiempo, lluvia y frío, de hecho toda la semana prevaleció el clima así, Entonces le pedí a mi Dios,
“Ayúdanos con buen tiempo Señor” y ese domingo, amaneció el Sol a todo lo que da, sin lluvia, ni frío.
Ese es mi Dios.
Sin embargo, dice la Biblia “No te puedes quedar siempre con la leche espiritual decía Pablo, tienes que
ir madurando” (Hebreos 5:13-14) Avanzando.
Y así fue y ha sido en mi vida, entre mas conozco a Dios, mas confío en El, y más ganas me dan de
depender de Él y solo orar “Hágase tu voluntad Señor”. Pero no con tristeza, sino con gozo, ¡Haz tu
voluntad en mi vida, que seguro estoy que es lo mejor que puedo pedir!
El mismo es el que te enseña y te prepara para ir avanzando, ir cambiando, ir confiando. El aumenta tu
Fe. “Yo Soy Jehová tu Dios que te encamina por el camino que debes seguir” (Isaías 48:17)
Nos está preparando para la comunión que tendremos con El allá en el cielo, como ya lo habíamos
comentado, Cuando nacimos de Nuevo, cuando pasamos a ser Hijos de Dios, eres Salvo. Eres Salvo de la
condenación eterna, sabes que irás con Dios, que irás al cielo ¿No es así?, bueno pues de ahí en
adelante empieza tu preparación para cuando estés ahí. Dios te da la oportunidad de hablarle en
oración hoy, porque mañana lo harás frente a frente con El, cara a cara. ¿Te das cuenta? Necesita
irnos quitando nuestro orgullo, nuestra rebeldía, nuestro carácter, nuestra vanidad, nuestras envidias,
nuestra dependencia al dinero o a cualquier otra cosa con la que no podamos entrar al Cielo.
Esto ya lo he platicado antes, después de que conocí a Dios en el hospital donde estuvo mi hijo al nacer,
salí convertido en “cristiano” según yo, sin embargo a los 2 años de edad lo operarían por segunda
ocasión y en esta sufrimos mas que en la primera, aunque todo salió muy bien volví a la misma oración
de antes “¿Porqué Padre? ¿Por qué si ya soy cristiano? ¿Por qué si ya me decidí a seguirte? No
entiendo Padre, No entiendo”.
Pero mi Dios lo que quería era que siguiera madurando, que siguiera avanzando, son como materias
que ir aprobando y esa vez la reprobé. Y tarde que temprano tendría que aprobarla.
Salimos del hospital y mi Dios siguió con nosotros, lo seguíamos viendo, sintiendo, nos seguía haciendo
milagros, una vez estuve en una inundación con el agua hasta el cuello, pero no tuve temor, lo sabía a
mi lado, en otra ocasión nos hizo avanzar en carretera mas de 50km prácticamente sin gasolina, hasta
llegar a una gasolinera. Pero todo esto ya lo sabía, ya lo daba por sentado, que El no me dejaría en estos
casos, sin embargo, teníamos por ahí un pendiente, una materia que aprobar.
Y nació mi segunda hija, todo bien, pero al poco tiempo le dio meningitis y enseguida una bacteremia,
ambos eventos muy peligrosos, estuvo 2 semanas en el hospital, de hecho primero ni le encontraban lo
que tenían, y yo le pedía a mi Dios “Que le encuentren que tiene mi Dios” Y le encontraron pero no
podían hacer nada por ella, Y yo volví a orar “Sánala, Padre, está tan chiquita, ¿Se va a sanar?” Pero
ella empeoraba y empeoraba, venían doctores y más doctores y no mejoraba, hasta que pasó una cosa,
de nuevo, vino mi Dios y me dijo ¿Cuándo te he dejado? Y entendí que tenía razón, solo bastaba
ponerla en sus manos y decirle “Haz tu voluntad” y así lo hice
Ese día me volvió la calma, solo esperaba en Dios, sabía que El estaba en control. Recordaba que Dios
dice: “Quédense quietos y conoced que yo soy Dios” (Salmo 46:10) (2Cro. 20:17)
Cuando nos quedamos quietos es cuando Dios trabaja.
De hecho el día que empezó a mejorar, fue un día que estaba en el estacionamiento del hospital, mi
niña aún seguía igual, pero yo estaba tranquilo, confiando en Dios y me dieron ganas de Cantarle con
todo mi corazón, de Alabarle, de Adorarlo, y lo pude sentir a mi lado, sonriente y me decía “No te doy
garantías de que todo vaya a salir bien, no se si tu niña vaya a mejorar” pero yo le contesté “No
importa, yo te amo, nunca me dejes”.
A Dios le encanta cuando adoras sin motivo aparente, no solo cuando te ha hecho el milagro.
¿Lo adorarás cuando tienes llanto en tus ojos?, ¿Cuándo hay tristeza?, ¿Cuándo hay enfermedad?
¿Cuándo no hay trabajo? ¿Cuándo se fue tu hijo o te abandonó tu marido?
Recuerda a Pablo y a Silas cuando los encarcelaron en Filipos, “Pero orando a medianoche, cantaban
himnos a Dios, entonces sobrevino un terremoto y al instante se abrieron todas las puertas” (Hech.
16:25-26)
Mi niña salió del hospital y gracias a Dios sin secuela alguna, todo salió de maravilla y más porque había
avanzado en mi dependencia de El, había aprendido a alabarlo en la prueba, creo que por fin había
superado esa materia. Pero aún hay más. De hecho nunca paramos de aprender, de avanzar, Dios
quiere moldearnos a su imagen y semejanza, quiere que seamos como Jesús, esa es la meta.
Imagina que llegues al cielo, abras los ojos por tan bella ciudad, con sus calles de oro, etc. Y le digas a
quien te reciba, ¿Y en que se mueve uno aquí? ¿Donde venden los coches? O imagina que te llevan a
tu casa, a tu morada, la que Jesús mismo te preparo, y que le digas “Ok, está bonita, pero ahorita
que veníamos en camino, vi una que me gusta más ¿No me la cambiaran? ¿O si declaro en Fe que esa
casa será mía?
Dios necesita seguir puliéndonos y preparándonos para cuando estemos ante El.
Que cuando llegues al cielo solo preguntes, ¿Dónde está mi Padre? Quiero Adorarlo, besarlo, tirarme a
sus pies aunque me derrita.
Hoy en día no sé orar de otra forma que decirle “Hágase tu voluntad Señor” y aunque he escuchado
muchos ataques a esta forma de orar, de algunos que dicen que esta forma de orar es cobarde, falta de
fe y que es errónea. A mi no me importa, Orar “Hágase tu voluntad” no puede ser cobarde ni falto de
Fe, al contrario, se llega a este tipo de oración cuando tu Fe ha crecido, confías tanto en Dios que le
dices, “Sé que tu sabes mejor que Yo lo que necesito, lo que me hace falta, por eso te pido haz tu
voluntad” No puede ser errónea la forma en que oró Jesús, ¿Recuerdas? En el Getsemaní antes de ser
apresado, cuando le dijo a Dios: “Padre, aparta de mí esta copa, pero que no se haga mi voluntad sino la
tuya” (Luc. 22:42) y cuando nos enseñó el Padre Nuestro “Hágase tu voluntad en la tierra como en el
cielo”
Así dile tu a Dios ¡Haz tu voluntad conmigo Papi!
Esa debería ser nuestra oración siempre, Hágase tu voluntad mi Dios, pase lo que pase, cueste lo que
cueste, su voluntad nunca será hacernos mal o hacernos daño, tenemos que confiar, tenemos que
tener Fe, tenemos que soltarnos en sus brazos, Tenemos que dejar de orar contra Dios, de orar
queriendo cambiar sus decisiones. “¡Ay del que pleitea con su hacedor!” ((Isaías 45:9)
A veces cuando estoy en una iglesia u escuchando un pastor orar sobre el tema, diciendo que podemos
pedir lo que sea, me veo tentado a pedirle, a veces incluso le pido cosas, pero luego me parece ver sus
ojos y su mirada sobre mí, y digo, “No así no es nuestra relación Papi” y termino mi oración “Pero no se
haga mi voluntad nunca, sino la tuya Papi” Orar por la voluntad de Dios para tu vida, es someterse al
Soberano Dios.
Cuando oro de ésta forma, yo me ajusto a su voluntad y no trato de chantajearlo para que El se ajuste a
la mía. Y lo hago confiando en su palabra, El dice: “A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan
para bien” (Rom. 8.28)
Hoy ya no oro pidiendo buen tiempo para una fiesta, al contrario, cuando tenemos una fiesta o un
evento lo que le pido es que este con nosotros, “No importa el tiempo, el clima, ni siquiera si hay gente o
no, Si tu nos acompañas es suficiente mi Rey, tu eres nuestro invitado de honor”.
LA PRUEBA
“¿Por qué te abates alma mía y porque te turbas? Espera en Dios, porque aún he de alabarle”
(Salmo 42:11)
Cuando estamos en prueba, en sufrimiento, cuando enfermamos, o enferma un ser querido, rápido
oramos “Señor, sánalo, sáname, protégenos” ¿Porqué mejor no oramos por su voluntad? “Papi que se
cumpla el plan que tienes para mi con esta enfermedad, ojala y lo pueda entender, ojala y pueda ver
cuál es tu propósito, pero aún si no lo entiendo, Confío en ti mi Rey, me suelto en tus manos”
Otras veces ante la prueba, lo que oramos es esto “Diablo inmundo te reprendo, reprendo a la
enfermedad, reprendo a la prueba, etc.” Porque no te preguntas ¿Y si es Dios?
No faltará quien diga “Mi Dios no manda males” Yo te pregunto ¿Quién es tu Dios? ¿De que tamaño
es tu Dios? El Dios verdadero, El Dios de la Biblia, Mi Dios, es Grande, es Soberano y tiene control
sobre todo, bueno y malo, de tal forma que cuando no es El quien envía los males, (¿Quién puso a
Jonás dentro de la ballena?) El es quien los permite, pero siempre con alguna razón. El diablo tiene que
pedirle permiso, ¿Recuerdas a Job? (Job Capítulo 1 y 2) Recuerda siempre, Dios sigue
moldeándonos, Dios sigue trabajando con nuestra Fe.
Dios quiere llevarnos a la Fe de Job cuando dijo “Aunque El me matare en El esperaré” (Job. 13:15) o
a la Fe de Pablo cuando Dios le dijo “Bástate mi Gracia” y Pablo respondió “Me gloriaré en mis
debilidades, para que repose en mí el poder de Cristo” (2Cor. 12:9) “Sin fe es imposible agradar a Dios”
(Hebreos 11:6)
A la dependencia, a la confianza, a la Fe, Dios quiere llevarnos a la Fe que Salva.
A la Fe de Habacuc cuando declaró “Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque
falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la
majada, Y no haya vacas en los corrales, Con todo yo me alegraré en Jehová y me alegraré en el Dios de
mi salvación” (Habacuc 3:17-18)
Pero, de que tamaño es nuestra Fe, si apenas nos llama un abogado para un pago pendiente y ya
pensamos que nos van a quitar la casa. Apenas se nos pierde la cartera con el sueldo de la quincena y
nos preocupamos “¿Qué vamos a hacer?”, o apenas se nos enferma uno de nuestros hijos y nos
asustamos, sentimos miedo, Dios nos dice: “Mirad las aves del cielo, que no siembran ni siegan, ni
recogen en graneros y vuestro Padre Celestial las alimenta ¿No valéis vosotros mucho mas que ellas?”
(Mateo6:26)
Los amigos de Daniel, (Sadrac, Mesac y Abed), cuando los amenazaron con echarlos al horno de fuego
si no adoraban a una estatua, ellos respondieron “He aquí, nuestro Dios a quien servimos puede
librarnos del horno de fuego, y de tu mano nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus
dioses, ni adoraremos tus estatuas” (Daniel 3:17-18), es decir, Nuestro Dios puede librarnos de todo,
pero si no lo hace, lo adoraremos de todos modos. ¿Sabes que pasó? Los echaron al horno de fuego,
pero no les pasó nada, ni a sus cuerpos, ni sus cabellos, ni sus ropas siquiera. Los sacaron porque cuando
Nabucodonosor se asomó al horno de fuego dijo “Veo cuatro varones en lugar de tres, y el cuarto es
semejante a hijo de dioses” (Daniel 3:25) ¿Te das cuenta? El mismo Jesús estuvo con ellos ahí, ese
debe ser nuestro anhelo, conocerlo cara a cara, cueste lo que cueste, pase lo que pase. Pero no, no
queremos conocerle si nos va a costar sufrimiento, queremos evitar el dolor a toda costa.
En la prueba nuestra oración debe ser de arrepentimiento, y preguntar a Dios, “Perdón Señor, que
quieres de mí Padre, que quieres que cambie, que quieres que te entregue o bien, que quieres
enseñarme”, si no sacamos provecho de la prueba, nuestro sufrimiento habrá sido en vano, y tarde que
temprano lo tendrás que pasar de nuevo. Dejemos de fijarnos en lo terrenal, en lo pasajero, en lo del
mundo, como creyentes, como Hijos de Dios “Ya no somos de este mundo” (Juan 17:16) “Nuestra
ciudadanía está en los cielos” (Filip. 3:20) ¿Lo crees así? ¿Vives así?
10 LA FE
“Sin fe es imposible agradar a Dios” (Hebreos 11:6)
Aquí llegamos a un punto clave, un tema que hemos venido tocando necesariamente y que debemos
ahondar un poco, ya que la oración depende tanto de La Fe.
En el tema de las peticiones, ahí nos detuvimos un poco y dijimos. Lo que nosotros le estamos
llamando fe no es la Fe de la que Dios habla, No es la Fe de la que Jesús habló. No es ni siquiera la Fe
que Salva. Entonces. ¿Qué es La Fe? La Biblia la define como “La certeza de lo que se espera, la
convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1)
Certeza de lo que se espera. ¿Qué esperamos los cristianos? Esperamos la vida eterna, esperamos el
Cielo, esperamos ver a Dios cara a cara.
Convicción de lo que no se ve. Es decir, no hemos visto como es la vida en el Cielo, pero estamos
convencidos que existe y que es cierto lo que Dios nos promete. No lo vemos, pero lo creemos,
entonces así tenemos que vivir, “Ya no somos de este mundo, somos del cielo, ¿Por qué te
preocupas?”. Sin embargo también aplica para lo contrario, es decir, no hemos visto el infierno, pero
creemos que el que no se convierte, el que no se arrepiente, arderá ahí. Entonces la fe es creerlo
firmemente y vivir como si fuera un hecho. ¿Así es en tu vida?
Hoy decimos “Fe es creer en Dios, creer en Jesús” y con esa nos quedamos, aunque la misma Biblia nos
dice “Los demonios también creen y tiemblan” (Stgo. 2:19) Esa no es la Fe que salva.
¿Cómo sé si tengo fe? Dice Dios: “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la Fe”. (2Cor. 13:5)
Ponla a prueba. Así como el ejemplo que mencionamos atrás, de decirle a la montaña, “échate al
mar”, así. Por ejemplo.
Hoy que está de moda la delincuencia organizada, si te asaltaran con una pistola, y te dijeran “Tírate al
piso o te doy un balazo”, ¿Qué harías? ¿Te tiras verdad? Le crees lo del balazo.
Pues bien, Dios te dice, “Si no te arrepientes, cambias de vida y te alejas del pecado, te vas a ir al
infierno” Y ¿Qué hacemos? ¿Cambiamos o no? ¿Le creemos o no? Entonces, ¿Tenemos Fe?
A los varones, si nos asaltan pistola en mano y nos dicen, “voltea para la pared y no voltees hasta que
me vaya”, te aseguro que nos quedamos ahí todo el día, ¿Verdad? Le creemos al ladrón y le tenemos
miedo. En cambio Jesús te dice “Cualquiera que mira a una mujer para codiciarla” (Mat. 5:28) se va a ir
al infierno, Y ¿Qué hacemos? Todos los días volteamos a ver a las mujeres en la calle. ¿No es cierto?
Entonces ¿Creemos o No? ¿Tenemos Fe o no?
El último ejemplo. Si un ser querido o alguien de tu familia o incluso algún desconocido, caminara por
unas vías del tren con unos audífonos escuchando música y tú ves que viene el tren directo a él pero no
lo escucha ¿Qué harías? Correrías hacia él, le gritarías y si fuera preciso lo estirarías ¿No? Pues bien,
de acuerdo con la Biblia, todos los días personas de nuestra familia, tíos, primos, cuñados, hermanos,
etc. Se están muriendo y se están yendo al infierno, todos los días, compañeros de escuela, de trabajo,
vecinos, conocidos y desconocidos, se están muriendo y ¿Qué haces al respecto? ¿Les estás gritando?
¿Les estás compartiendo? ¿Les estás jaloneando? Entonces ¿Tienes fe o no tienes fe?
¿Crees en
lo que Dios dice o no? ¡Esa es la Fe verdadera!
No se parece nada a lo que hoy llamamos Fe, incluso en Hebreos 11:36 Nos dice algunas de las marcas
de los hombres de Fe. “Experimentaron vituperios y azotes, prisiones y cárceles, fueron apedreados,
puestos a prueba, muertos a filo de espada, pobres, maltratados” No nos parecemos nada ¿Verdad?
Debemos de llegar a ese tipo de Fe, Cuando algo pase en esta vida, saber que todo es pasajero, la vida
real, es la que nos espera después, lo mejor está por venir, y no afanarnos por nada.
ORACION DE INTERCESION
Del mismo modo debemos de orar, cuando oramos por alguien más, “Exhorto ante todo que se hagan
súplicas, oraciones, intercesiones, y acciones de gracias por todos los hombres” (1Tim. 2:1)
Cuando estaba recién convertido, me encontraba con gente en situaciones difíciles que me pedían “Ore
por mí”, y a veces oraba por amigos o familiares cuando estaban en prueba para que Dios los sanara o
los ayudara o consiguieran empleo, etc. , hasta que un día Dios me contestó: “Hijo a ti ya te conozco,
tengo relación contigo, bueno, pues quiero tener la misma relación con El, lo sigo esperando, lo estoy
llamando” Y entonces cambió mi oración, y hoy hago la misma oración por todos, no tengo otra
oración a la hora de interceder, no importa cuál sea su “problema”, no importa cuál es su “necesidad”,
se de que se trata esto, se que su necesidad mayor es Dios, se que el mayor milagro que Dios Puede
hacer por alguien no es su sanidad o proveer alguna petición, sino su Salvación, y por eso le digo:
“Padre cumple tu propósito en su vida, pase lo que pase, que te conozca Padre y que se haga tu
voluntad en esta persona siempre, Sálvalo,”
Esa es la forma en que oro por mis padres, mis hermanas, mi esposa, mis hijos, mis cuñados, mis
suegros, mis amigos, mis hermanos, mis sobrinos, o cuando visito los hospitales, etc. Eso si, lo hago de
todo corazón
“Padre, haz tu voluntad en sus vidas, moldéalos Señor, que te conozcan como es tu deseo mi Rey”
Y es la misma oración que hago hoy por ti que estás leyendo este librito.
El deseo de Dios es que nos soltemos en sus tiernos brazos y que le permitamos que siga haciendo su
obra en nosotros, que nos siga moldeando, “cuando El me haya probado, saldré como oro” (Job 23:10)
de tal manera, que cuando llegue la hora de partir, si Dios quiere que estemos enfermos, en algún
hospital o en otro lugar, podamos compartir con los demás, ahí desde el lecho. Sin temer, porque Jesús
dijo: “No se turbe vuestro corazón, creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre, muchas
moradas hay, voy pues a preparar lugar para vosotros, para que donde Yo esté, vosotros también
estéis”. (Juan 14:1-3)
Y cuando vengan hermanos, amigos, seres queridos y nos digan “Vamos a orar por ti, para que sanes”
Contestarles, ¡Para, para, para! “No quiero que oren por mí, yo anhelo ver a mi Padre, Yo sé a dónde
voy y quiero estar ahí” déjenlo que haga su voluntad.
Esa es mi fe hoy y sé que aún falta mucho, entrar al cielo no es cualquier cosa, debe ser nuestro mayor
anhelo, dejémonos moldear, y confiemos en que “El que comenzó en vosotros la buena obra, la
perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús” (Filip. 1:6)
Ojalá te des cuenta del tamaño de invitación que Dios nos dejó al regalarnos la oración. Es una invitación
a conocerlo, a hablarle, a sentirlo, a escuchar los latidos de su corazón. No la rechaces.
Ojalá que la próxima vez que te decidas a hacer oración, recuerdes que vas ante El Creador, y que el va
a venir a tu lado y ojalá te decidas a entregarte a El , a olvidar tus deseos y a orar como Dios espera
“Padre vengo a ponerme en tus manos, con el único deseo y la única petición de que hagas tu voluntad
en mi vida, mi mayor anhelo es conocerte y que hagas de mí la persona que soñaste cuando me tejías
en el vientre de mi madre” Amén.
Si tu aún no te decides o crees que ésta invitación no es para ti, no importa, Dios te ama tanto que te
deja elegir. Solo recuerda, El te seguirá esperando……