La lengua de los secretos

La lengua de los secretos, Martin
ABRISKETA
Martín Abrisketa
Bilbao, 1967.
Bilbao, 1967.
Martín Abrisketa nace en Bilbao en 1967.
Cursa estudios de Periodismo y Realización
Audiovisual y comienza su carrera
profesional como redactor de prensa.
Posteriormente da el salto a la televisión,
primero como guionista y luego como
reportero gráfico. Cree entonces que con
una cámara al hombro es feliz. Sin
embargo, en enero de 2011 una necesidad
interior le empuja a escribir de nuevo, esta
vez una novela. Tiene algo importante que
contar.
Reseña en Youtube :
https://www.youtube.com/watch?v=GvWA1V81k9c
El País, 23/3/2015
Martín y sus hermanos, refugiados en Francia y protagonistas de 'La lengua de los secretos, de Martín Abrisketa.
Sabía contar historias a través de las imágenes. Se escondía detrás de la cámara
para ocultar su timidez y evitar expresar sus sentimientos. Ese carácter retraído
llevó a Martín Abrisketa (Bilbao, 1967) a salir de una profunda depresión, un lugar
donde no es fácil encontrar un punto de luz. Él dio los primeros pasos hacia la
salida cuando decidió narrar la historia de su familia, la infancia de cuatro niños
vascos (su padre y sus tres tíos) que huyeron con sus progenitores de la Guerra
Civil y se refugiaron en Santander. Luego viajaron en barco hasta Francia, pero ya
solos, porque en la confusión del momento se perdieron sus padres. Durante año
y medio, los pequeños vivieron al amparo de los vecinos de Tenay, un pequeño
pueblo de los Alpes franceses. En La lengua de los secretos (Roca editorial), Martín
Abrisketa recrea ese episodio en su debut como novelista.
El autor descubre una historia a través de los ojos de un niño que contempla la
guerra como una aventura y que ahora, con 90 años, sigue recordando solo lo
bueno de esa época: la bondad de la gente que le permitió seguir siendo pequeño
pese al dramatismo de lo que les rodeaba. Su padre, Martintxo, se hizo cargo con
10 años de sus tres hermanos pequeños. “En sus ochenta años posteriores, de sus
labios jamás han salido palabras de odio o rabia. Él relata lo sucedido como un
cuento. Se ha escudado en la imaginación para recrear una vida muy distinta de
la que le tocó sortear. Cada uno de los niños lo vivió de una manera diferente. Lo
mágico de esta historia es que él crease un mundo pararelo para no sufrir, para
que todo fuese una aventura que contar”, indica Abrisketa.
La escritura sacó de la tristeza al autor, sumido en el pozo de la angustia
Entre 1936 y 1939, miles de españoles huyeron por barco a Francia de los
desastres de la guerra, entre ellos, Martintxo, Paulina, Matilde y Lucas, que se
separaron de sus padres. “Todavía hoy, mi padre, cuando ve las imágenes en
televisión de refugiados que huyen de un país en guerra suele decir: ‘Hasta las
ropas que llevan son iguales que las nuestras. La desesperación y angustia en sus
rostros es la misma. Las mismas caras de tristeza”, señala.
Para tejer la historia, Abrisketa se puso en contacto con el Ayuntamiento de Tenay,
que designó a la historiadora local, Jacqueline di Carlo, quien descubrió entre la
documentación que figura sobre los 237 refugiados españoles que recalaron en esa
zona una información del periódico Le Courrier de l’Ain: el 18 de agosto de 1937,
un centenar de vascos llegaba a ese municipio, uniéndose a los 137 españoles que
ya vivían en esas tierras. En el texto de Abrisketa, el protagonista de la historia se
ve en ocasiones como Peter Pan, el jefe del País de Nunca Jamás con los niños
perdidos, y otras como el soldado Messerschmitt, un miliciano que toma el nombre
de la empresa fabricante de varios modelos de avión usados por Alemania en la II
Guerra Mundial. El autor cuenta lo ocurrido como si fuese un cuento lleno de
magia en que el juego y la diversión de los niños envuelve la tragedia.
Los juegos en medio de la batalla le ayudaron a seguir siendo inocente
En un pasaje del libro, el robo de una bicleta se transforma en el elemento que une
a los pequeños con los habitantes de Tenay. Martintxo Abrisketa es quien se había
apropiado del vehículo. El propietario denuncia la sustracción al alcalde y el
pequeño es convocado a la plaza del pueblo.
Cuando llega, ve a todos los vecinos haciéndole un pasillo. El regidor, Jean Pélaz,
está dispuesto a abroncarle cuando se da cuenta de que él y sus hermanos están
abandonados y que no hay nadie que se ocupe de ellos. Todos los concentrados
terminan llorando al enterarse de las trágicas circunstancias de los pequeños.
Entrevista al autor :
http://www.todoliteratura.es/noticia/8242/ENTREVISTAS/Entrevista-a-Martin-Abrisketaautor-de-La-lengua-de-los-secretos.html
Criticas :
«Una hermosa mezcla de dos mundos (…) Una novela fuera de serie.» Bernardo Atxaga
Martintxo nació en un queso: su Arrigorriaga natal estaba perforada por las minas que
llevaron a tanta gente a trabajar a una tierra donde sus habitantes aún cuidaban vacas y
hablaban «la lengua de los secretos». Siendo aún niño, ve también cómo la guerra perfora
su pueblo con las bombas de los pilotos alemanes. Tras separarse de sus padres, debe
ponerse al frente de sus tres hermanos y huir de la devastación; primero a Santander y
más adelante a un pueblecito de los Alpes franceses, ya como «niños de guerra».
La lengua de los secretos es una novela conmovedora y a la vez mágica, capaz de
envolvernos en la sensibilidad de un niño travieso y muy valiente, que se ve obligado a
proteger a sus hermanos y a luchar contra la barbarie de la guerra con la imaginación y
los sueños como única arma.
En El placer de la lectura :
La lengua de los secretos es la obra llamada a ser la triunfadora en esta primavera literaria. Hoy
sale a la venta esta novela mágica y tierna por partes iguales que combina la forma de ver la
Guerra Civil desde los ojos de un niño, como si fuera una aventura, con el poder salvador de la
literatura para su propio autor.
Martín Abrisketa cuenta en el libro de Roca Editorial la increíble aventura de su padre y sus
hermanos antes, durante y después de la contienda española. Martintxo nació en un queso: su
Arrigorriaga natal estaba perforada por las minas que llevaron a tanta gente a trabajar a una tierra
donde sus habitantes aún cuidaban vacas y hablaban «la lengua de los secretos». Siendo aún niño,
ve también cómo la guerra perfora su pueblo con las bombas de los pilotos alemanes. Tras
separarse de sus padres, debe ponerse al frente de sus tres hermanos y huir de la devastación;
primero a Santander y más adelante a un pueblecito de los Alpes franceses, ya como «niños de la
guerra».
Nos hemos entrevistado con su autor Martín Abrisketa, quien es el hijo de Martinxo. Desde niño
oyó a su padre las historias que ahora narra. Esas historias oídas por un niño y contadas por el
niño que era su padre se fueron engarzando en su mente como una novela de aventuras. Recuerda
con cariño Zalacaín el aventurero, una de sus lecturas de la niñez, la cual le ha servido de
inspiración para contarnos la vida de su padre. Así, encontramos a Martinxo jugando en los
huertos en vez de acudir a los refugios durante los bombardeos alemanes a su barrio, saludando
al abanderado de las escuadrillas teutonas, jugando con una bomba perdida, y viviendo una
guerra dividida en “malos” y “buenos”.
No obstante la obra incluye una bis personal importante del autor, quien vivió durante mucho
tiempo enfrentado con su padre, sin ninguna causa especial “Somos dos cabezotas y los dos
sabíamos que nos queríamos pero no nos lo decíamos. Era un silencio agobiante y el proceso de
escritura de la novela ha sido un canal para reencontrarnos”, apunta con seguridad y añade que
“escribir ha sido un desahogo y una necesidad”, hasta tal punto que todo lo que le ha ocurrido
desde que comenzó a escribir el libro ha sido bueno.
La novela incluye unos capítulos bises. Preguntado por ellos Abrisketa afirma que originalmente
sintió la necesidad de ir escribiendo cartas a su padre alternándolas con la novela. Pero que en
un punto dado, esas cartas se mezclaron con el argumento de la obra sin poder separarlas. Por
eso las ha incluido como capítulos bises.
El autor con su padre, Martinxo en la novela
“La escritura de este libro me ha salvado” afirma con convicción. Cuando una gran crisis personal
le afectó, vio que ese era el momento para comenzar a escribir esta historia, conocida desde hacía
décadas, pero que no había podido iniciar antes “porque no había vivido bastante”. Comenzó la
escritura un 1 de Enero dedicando dos años de escritura y año y medio de correcciones. En el
desarrollo han participado tanto su padre como algunos de sus tíos, leyendo lo que escribía Martín.
“Gracias a esas lecturas han aflorado recuerdos dormidos en la mente de los protagonistas”,
apunta. “A mi padre se le disparaban los recuerdos y la historia estalló en colores”. Gracias a ese
proceso se fueron acercando cada vez más. “Mi padre vivió el proceso como un actor entregado y
¡nos hemos acercado tanto! Que hizo que el proceso fuese muy rápido”, explica el autor.
El autor vasco admira profundamente a Pío Baroja y Bernardo Atxaga. Quería hacer una obra
accesible a todo el mundo, con el lenguaje de una novela juvenil, pero con la profundidad que una
tragedia familiar encierra. Por eso espera que desde los adolescentes, hasta sus padres que han
tenido contacto con quienes han vivido el conflicto civil, pasando por esos ancianos que recuerdan
lo vivido disfruten de esta obra tan tierna como un queso (donde nació Martinxo) y tan aventurera
como podamos imaginar.
Seguro que en las próximas citas literarias es una de las obras más elegida por los amantes de la
literatura, quienes se quedarán con una sonrisa de satisfacción al terminarla.
http://www.elplacerdelalectura.com/2015/03/la-lengua-de-los-secretos-de-martinabrisketa.html