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Oficio Nro. SENESCYT-DE-2015-0012-CO
Quito, D.M., 08 de diciembre de 2015
Señora
Patricia Estupiñán
Editora General
EDITORIAL VISTAZO
En su Despacho
De mi consideración:
Noticias tituladas y construidas con parcialidad y sin contrastar versión de todas las fuentes implicadas, no
contribuyen al diálogo social ni a la cultura democrática. Consecuentemente, procedo a dirigirme a ustedes, en
virtud del cargo que ostentan como director y editora general de Revista Vistazo, para solicitarle el derecho a la
rectificación y réplica que la ley me asiste, sobre el reportaje publicado el 06 de noviembre de 2015, bajo el
titular “Como almas en pena por un cupo universitario”, publicado en la edición de la revista del mes de
noviembre. En referido reportaje claramente se ha detectado varias imprecisiones, que no generan y tampoco
aseguran una información clara, oportuna y transparente.
En este sentido, en función del respeto a los derechos de las y los ciudadanos de recibir, por mandato
constitucional, información veraz, verificada, debidamente contextualizada y amparado en el artículo 23 de la
Ley Orgánica de Comunicación, solicito la correspondiente publicación íntegra del texto adjunto, dentro del
plazo establecido en la Ley, de forma gratuita, con las mismas características, dimensiones y en el mismo
espacio.
Seguros de contar con su atención y oportuna gestión, anticipamos nuestro agradecimiento.
Atentamente,
Srta. Ana Frontela Dieguez
ASESORA DE COMUNICACIÓN
Anexos:
- Rectificación.
- Foto 1.
- Foto 2.
- Genesis Risco (2).jpg
- IMG_7223.jpg
- Reportaje Ennes.pdf
- Lorena Araujo.jpg
Copia:
Señora Licenciada
María Belén Arroyo
Editora Política
EDITORIAL VISTAZO
Periodista
Cecilio Alfonso Moreno Mendoza
EDITORIAL VISTAZO
jv
* Documento generado por Quipux
1/1
“OY LA PRIMERA DE MI FAMILIA EN IR A LA UNIVER“IDAD
Ser el primero de la familia en ir a la universidad es un sentimiento de orgullo para muchos
jóvenes ecuatorianos que, por primera vez, están accediendo al sistema educativo superior.
Pedro Risco y Elsa Mendoza son los padres de un hogar de cuatro hijos. Él trabaja como
albañil de la construcción y ella es cocinera desde hace varios años. Pese al paso del tiempo,
todavía no tienen una vivienda propia y habitan en una casa arrendada en el barrio popular de
El Carmen, en Manabí, pero han conseguido que su primera hija, Genesis, llegue a la
universidad. Ella, al igual que 5 de cada 10 de los postulantes que obtienen cupo, pertenece a
una familia en la que ninguno de sus miembros ha tenido la oportunidad de acceder a la
educación superior: ni abuelos ni abuelas, i tíos i tías… ta po o su padre
adre. A drea
lo di e o orgullo: so la pri era de i fa ilia e ir a la u iversidad .
La gratuidad de la enseñanza universitaria ha logrado que el porcentaje de personas, de entre
18 y 24 años, que no podían estudiar por razones económicas se reduzca. En el 2007, casi la
mitad (45 de cada 100 aspirantes) tuvo estos problemas. Sin embargo, en el 2014, esa
situación sólo afectó a 25 de cada 100.
También la concesión de becas como la de Eloy Alfaro y de Desarrollo Humano ha cambiado la
vida de muchos jóvenes ecuatorianos. Este es el caso de Paulina Cachimuel Lema, una joven
de 18 años que vive en la comunidad de Quinchuquí, provincia de Imbabura, a quien el
Gobierno, a través de una de estas becas, le cubre gastos de manutención.
Otros jóvenes, en cambio, han optado por becas para estudiar en el exterior, ya que la
Secretaría ha implementado un sistema de ingreso denominado ENES que permite, en función
del puntaje, optar por alguna de las mejores universidades del mundo. Los mejores puntuados
forman parte del Grupo de Alto Rendimiento.
Con este tipo de políticas se ha conseguido romper con uno de los principales ciclos de
reproducción de la pobreza. Ahora los hijos e hijas de hogares pobres, con el acceso a la
educación superior tienen la llave para abrir puertas de nuevas oportunidades laborales y así
mejorar su situación socioeconómica.
Pero la falta de recursos no era el único factor que impedía el acceso a las universidades. Al
poco tiempo muchos estudiantes debieron abandonar las aulas, ya que la desigualdad en la
calidad de la educación limitó su desempeño académico. En el 2012, 5 de cada 10 lograban
concluir el primer año de carrera; en tanto que, en el 2014, este dato estadístico mejoró
significativamente a 8 de cada 10 alumnos. Este importante logro se debe, por una parte, a la
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concesión de becas y, por otra, al proceso de nivelación de conocimientos que realiza la
Senescyt.
Una vez que el estudiante supera la prueba del ENES y conoce su puntaje (sobre 1.000) puede
elegir libremente entre sus preferencias académicas. Según datos del Sistema Nacional de
Nivelación y Admisión, 7 de cada 10 estudiantes que postulan obtienen cupo en su primera o
segunda opción carrera.
A disposición de los estudiantes hay un amplio número de alternativas profesionales aunque
la información sobre ellas está dispersa y es poco conocida. Eso hace que la demanda se
concentre en unas pocas, quedando vacantes titulaciones que tienen grandes salidas
laborales. El hecho de contar con esta información sistematizada ha dado la oportunidad para
que 14.000 alumnos por año puedan optar por una carrera con cupos vacantes.
Es por esto que Pedro Risco y Elsia Mendoza se sienten más orgullosos que nunca. Están
conmovidos y esperanzados porque Génesis será la primera de la familia en cursar la
universidad, algo que hasta ahora era lejano para ellos. Sienten la seguridad de que su hija
podrá culminar sus estudios sin sobresaltos económicos. Están emocionados porque tendrá la
oportunidad que ellos nunca la tuvieron.
Recuadro 1
Mayor libertad para la selección de la carrera y el lugar de estudios
Cuando el estudiante aplica para rendir las pruebas del ENES tiene el derecho de seleccionar
cinco opciones de carrera. Estas opciones sirven luego para que el sistema adjudique la
universidad de acuerdo con el puntaje obtenido en el examen y la disponibilidad de plazas.
Desde la aplicación del ENES se ha escuchado pronunciamientos e incluso han existido
reclamos sobre la elección del estudiante, la carrera asignada y el lugar de estudios. Pero la
realidad es que cuando existen discrepancias entre padres/madres e hijos(as) sobre la carrera
y el lugar elegidos, es porque los estudiantes ejercieron su libertad de escoger.
Es importante resaltar que el sistema de admisión ha permitido que los jóvenes tengan mayor
libertad para elegir lo que desean estudiar, incluso contraviniendo los linajes profesionales
que existen en muchas familias o las preferencias que puedan tener padres y madres al
conferir un status determinado a ciertas carreras.
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La oferta de las carreras la fijan las universidades
El ingreso a la primera opción de estudios escogida por el estudiante depende no solo del
puntaje que obtuvo en el ENES, sino también de la oferta de cupos en cada carrera, la que es
fijada por las instituciones de educación superior (IES).
En este asunto hay varios temas que es necesario conocer para formarse un criterio. El
primero de ellos es que la oferta de carreras depende de las decisiones de las IES en el marco
de la autonomía universitaria, por lo que el gobierno no puede obligarlas a fortalecer
determinadas áreas de estudio, a pesar de que haya falta de oferta. Esto es algo que deja muy
laro Lore a Araujo, “u se retaria de Edu a ió “uperior: e iste u irrestri to respecto a la
auto o ía u iversitaria .
La funcionaria añade que además de esa condición, cada año quedan cupos sin llenar en las
IES públicas, que van desde el 9% al 19% de la oferta total, lo que está asociado con el
desajuste entre las demandas estudiantiles y la oferta de las IES. Esta situación también tiene
que ver con el retiro de estudiantes que aceptaron un cupo y finalmente no asisten a
matricularse, causando un perjuicio a otros estudiantes. En estos casos, los postulantes
también pudieron elegir una universidad particular.
Pese a todo, la oferta en los últimos 8 años creció en 140 mil cupos o plazas, lo que equivale a
una variación anual de 3,4%. Este aumento se logró pese al cierre de las universidades
calificadas como inviables y gracias al incremento en el presupuesto destinado a las IES
públicas. Este porcentaje es el doble de la tasa de crecimiento anual poblacional.
De lo anterior se desprenden dos temas sustanciales. El primero es el aumento del
presupuesto a las IES. En el período comprendido entre 2006 y 2015 los recursos entregados
por el Gobierno a las universidades y escuelas politécnicas pasaron de 335 millones de dólares
a 2.160 millones anuales. El esfuerzo de Ecuador es enorme según datos de UNESCO, mientras
en los países de la OECD (más ricos del mundo) el incremento fue del 1,2% al 1,4% del PIB, en
Ecuador pasó de 0,7% al 2,0% en el 2015. Estos recursos han servido para renovar la
infraestructura y construir nueva, pero principalmente para mejorar la planta docente. El
número de profesores con título de PhD o doctorado se multiplicó por 5 veces; actualmente 6
de cada 10 profesores tienen títulos de cuarto nivel (maestrías y doctorados), en contraste
con los 3 de cada 10 de 2008.
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Por otra parte, el cierre de las universidades significó que sólo ofrezcan sus servicios aquellas
que tenían los mejores estándares de calidad o que reunían condiciones para elevar su bajo
nivel. El principal propósito de esa medida fue procurar que la instrucción que se imparte en
las IES mejore para que estudiar en ellas sea provechoso individual y socialmente.
Esta es la nueva realidad que tienen al frente cientos de estudiantes universitarios que han
visto ahora la oportunidad para labrarse un futuro profesional. Hoy podemos decir que, más
que nunca, Ecuador cuenta con una universidad pública, inclusiva, equitativa, y de mejor
calidad. El sistema universitario camina a paso firme hacia la búsqueda de la calidad
democratizada y democratizadora.
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