58 San Lorenzo Diario del AltoAragón - Lunes, 10 de agosto de 2015 Patrimonio Santa Catalina, santa Bárbara y Anacoreta. eugenio monesma. Retablo de San Martín de Tours de la parroquia de Nueno. eugenio monesma. Retablo de San Martín de Tours de Nueno Agustín PUEYO ASCASO Escritor N EL año 1869 Paulino Savirón Esteban, funcionario del cuerpo de Bibliotecarios, Archiveros y Anticuarios, fue comisionado por el Ministro de Fomento para remitir al Museo Arqueológico Nacional aquellos objetos de Aragón que a su juicio fueran dignos de figurar en tal útil establecimiento. Con este nombramiento se trasladó a Zaragoza el 10 de septiembre de ese año y acabada su misión en esta ciudad se desplazó a Huesca. De la memoria que redactó de su estanLlegó bastante cia en nuestra ciudad entredeteriorado, especialmente sacamos alla predela, pero fue gunas de sus impresiones: restaurado en 1996 “Sorprende agradablemente al deseoso de contemplar antigüedades, recorrer los grandes restos de las épocas romanas y de la Edad Media que circundan esta antigua ciudad…” Más adelante denuncia: “El inmoderado afán de destruir restos memorandos ha hecho desaparecer preciosas joyas del arte que embellecen la ciudad Sertoriana”. Después de pormenorizar un detallado informe de los edificios nobles de la ciudad y de variados objetos artísticos decidió “hacer una visita a diferentes pueblos de la provincia”. Escribe en su informe al Ministro de Fomento “que en estos pueblos del Alto Aragón vio muchos templos románicos, ermitas con curiosos detalles de estilo bizantino y retablos en estado inmejorable, si bien relegados a Capillas inferiores o hacinados en subalternas dependencias, o sustituidos por dorados retablos del peor gusto barroco con detestables estatuas de violentas actitudes”. “Ejemplo es la Iglesia de Nueno, cuyo antiguo altar mayor se ve dividido en dos Capillas secundarias, escondiendo en la oscuridad sus galas del más primoroso estilo ojival florido, sus preciosas pinturas, sus delicadas estofas y su interesante indumentaria, lanzada de su verdadero sitio tan rica joya para ceder la primacía a un retablo de malísimo gusto”. “En el pueblo de Arguis sucede lo mismo con otro altar de igual época… y de tanta riqueza nos ofrece muchos ejemplos la mayoría de los pueblos de las montañas aragonesas”. Acaba su visita por Aragón recorriendo las provincias de Zaragoza y de Teruel y redacta la memoria sobre la adquisición de objetos de arte y antigüedades en las provincias de Aragón con destino al Museo Arqueológico Nacional el 19 de marzo de 1870. La parte final de su informememoria es una relación de los objetos adquiridos, de las donaciones de personas particulares y de las incautaciones decretadas por los gobernadores civiles provinciales; también menciona los bienes artísticos que han regalado al Museo Arqueológico Nacional las Instituciones de Zaragoza, Huesca y Teruel. Aun cuando en esta visita no se llegó a un acuerdo sobre el traslado de los dos retablos a Madrid, en 1871 ya formaban parte del Museo Arqueológico Nacional. El retablo de San Martín de Tours de la parroquia de Nueno llegó bastante deteriorado, especialmente la predela, pero fue restaurado en 1996 para que formara parte de la exposición permanente de Arte y Arqueología Medieval en la sala XXXIII del museo. Es una obra de finales del gótico internacional, siglo XV, de dos excelentes pintores oscenses cuatrocentistas: Pedro Zuera y Juan de la Abadía el Joven. La composición está presidida por el obispo San Martín de Tours y sobre él la Crucifixión; las dos son obras de Pedro Zuera Santa Lucía, Santa Úrsula y Anacoreta realizadas entre 1430 y 1468. En las calles laterales se representan escenas de la vida de Jesús: Nacimiento, Epifanía, Huida a Egipto y Transfiguración y a San Andrés, vida y martirio. Las calles laterales y la predela son pinturas de Juan de la Abadía el Joven. Es una pintura al temple sobre tabla de pino con rica mazonería dorada; en aquel momento en la pintura al temple se usaba como aglutinante el huevo o la cola obtenida de los huesos de los animales. La tabla del retablo adopta la forma de arco apuntado. En el retablo de San Martín se aprecian las características de la pintura gótica internacional de Aragón influenciada por el naturalismo flamenco: Rico colorido con abundancia de colores vivos (rojos, azules, verdes, naranjas) y sobre todo el uso del dorado. Las figuras de los personajes se estilizan y visten ricos trajes con pliegues angulosos y quebrados. Avance de la perspectiva dibujando en los edificios ventanas con paisajes al fondo que dan profundidad. Se atiende mucho al detalle naturalista como animales y plantas. Los objetos de la vida cotidiana son cuidadosa y fielmente reflejados. Se valora lo anecdótico y lo expresivo. Este cambio en la forma de pintar aporta unas pinturas frescas, luminosas y coloristas y los santos, los ángeles, la Virgen y Jesucristo son representados demostrando emociones (placer, dolor, ternura, enojo…) La predela la componen dos tablas rectangulares doradas y policromadas, divididas cada una en tres paneles con figuras de santos. Todos ellos realzados con un bonito marco de madera tallada y dorada con pan de oro. En la parte que da pie a las escenas de la vida de Cristo aparecen: Santa Catalina que va tocada con corona de princesa, signo de realeza. Sus atributos principales son la palma y una rueda arpada con púas aceradas, su instrumento de martirio. Suele acompañarle, aunque no en este panel, un libro, símbolo de la sabiduría. Santa Bárbara que viste como las demás vírgenes la túnica de las doncellas romanas y va envuelta en un manto. Sus atributos personales son una torre con tres ventanas, lugar donde fue encerrada por su padre para que
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