El alegato Material básico Ideas clave 5.1. ¿Cómo estudiar este tema? 5.2. El alegato y su verdadera importancia 5.3. Partes de un alegato 5.4. Factores que harán más eficaz el alegato T EMA 5 5.5. Memorizar el alegato Habilidades para Abogados: Oratoria, Negociación e Interrogatorio Material básico Ideas clave 5.1. ¿Cómo estudiar este tema? La preparación, partes y formulación del alegato será el objeto de esta unidad temática. Como en el resto de los temas, el alumno deberá estudiar las ideas clave completándolas con la lectura de alguna de las referencias que se darán en Internet y con las páginas señaladas de este manual: Las páginas 57-71 del libro: García Ramírez, J. (2009). Estrategia de oratoria práctica para abogados. Madrid: Editorial Colex. La importancia de este tema es evidente. Por ello habrá que elaborar un alegato y pronunciarlo (entregar la grabación) para superar la materia. Será una de las pruebas prácticas que servirán al profesor para valorar la asignatura. 5.2. El alegato y su verdadera importancia La definición del alegato que dan algunos juristas es la de un «razonamiento del letrado en el que defiende la postura mantenida en el proceso exponiendo los fundamentos en que se basa y las pruebas que la acreditan, impugnando a su vez los razonamientos de la parte contraria». Esa exposición razonada que se efectúa al finalizar el juicio, una vez escuchados los testigos de defensa y acusación y puestas sobre la mesa las pruebas, trata de convencer al juzgador a favor de las tesis sostenidas por quien pronuncia el alegato. Es la pieza retórica por antonomasia. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que si en cualquier mensaje verbal el receptor considera en un 80 % más importante el cómo se dice que el qué, este no es el caso de la vista oral de un juicio. Ante una buena prueba, ante una evidencia incuestionable, ni el mejor discurso podrá conseguir nada. Por ello, el porcentaje anterior se quedará, como mucho, en un empate al 50 % entre ambos elementos: el qué y el cómo. TEMA 5 – Material básico Habilidades para Abogados: Oratoria, Negociación e Interrogatorio De cara a nuestro cliente, sin embargo, y suceda lo que suceda en la sentencia, podemos obtener con el alegato un grado de satisfacción respecto a nuestra labor bastante notable. De forma que no pronunciaremos nuestro alegato únicamente de cara al tribunal, sino como una demostración de buen hacer y profesionalidad también ante nuestro defendido o ante el resto de quienes nos escuchan, que pueden ser futuros clientes o contribuir con sus comentarios a aumentar nuestro prestigio. El cliente desea ganar el pleito, pero también que el abogado sea una especie de prolongación de sí mismo que exprese, de la manera más efectiva posible, sus argumentos y sentimientos por el hecho de haber sido llevado a juicio. Como veremos a continuación, parte del éxito del alegato está en la concisión, que no en la brevedad. 5.3. Partes de un alegato Aunque ya vimos en el tema dedicado al discurso retórico que las partes del mismo son tres -inicio, cuerpo y conclusión-, autores como Julio García Ramírez consideran que en el caso del alegato son cinco las parte a tener en cuenta: la preparación de la exposición, el inicio, los argumentos, la prueba de cada uno de esos argumentos y la conclusión. Para que el alegato sea lo más perfecto posible desde el punto de vista técnico todos sus elementos deben encajar perfectamente. Si falta alguno de ellos, se perderá la mayor parte de su eficacia. La preparación Partes de un alegato La conclusión Probar los argumentos TEMA 5 – Material básico Exposición de los argumentos El inicio Habilidades para Abogados: Oratoria, Negociación e Interrogatorio Preparación Las ideas que tenemos respecto a un determinado asunto deben madurar en nuestro cerebro. Lo que hará mejor nuestro alegato no es solo dedicarle tiempo, sino preparar correctamente nuestras argumentaciones. Y esto lo lograremos evitando redundar en lo que ya ha sido puesto por escrito al juez o tribunal, y componiendo toda la exposición de la forma que sea más comprensible, evitando hilar ideas sin priorizar las importantes. Para ello hay que preparar el alegato con suficientes días de antelación para facilitar que surjan las mejores ideas y plasmar los mejores argumentos para ganar el juicio. Es necesario, además, dedicar un tiempo a preparar la refutación de los argumentos de la parte contraria. Solo es una verdad a medias que estos argumentos no se puedan prever. Muchos de ellos podemos anticiparlos y refutarlos con antelación, y estar así preparados para casi cualquier incidencia en la vista oral. Nuestra capacidad de reflejos en la sala de vistas será directamente proporcional a la preparación de nuestros argumentos y refutación de argumentos de la parte contraria. El inicio Si tenemos en cuenta que la primera impresión es importante, y que sin decir nada gran parte del auditorio nos habrá prejuzgado, las primeras palabras van a dar el remate definitivo a la percepción que se han hecho de nosotros, positiva o negativa. El inicio debe captar la atención del auditorio, despertarle y suscitar su interés. En el caso del inicio en la sala de vistas, hay que evitar la reiteración del contenido de los escritos con los que ya cuenta el tribunal, y de las alegaciones que figuran en los escritos de demanda o recursos. En un procedimiento de orden civil, por ejemplo, al inicio será suficiente con ratificarse en la demanda presentada, algo que bien puede decirse así, tal cual, con una sola frase, siempre que no haya que aclarar algún aspecto sustancial. En la fase de conclusiones, la mejor manera de empezar es decir que «ha quedado probado», pues esto es lo único que interesa al juez. Si nos andamos por las ramas, cuando lleguemos a lo nuclear, corremos el riesgo de que el juez esté ya ausente. Ante una comunidad de propietarios, sin embargo, el inicio suele hacerse en medio de un gallinero donde todos hablan y es difícil hacer callar. Es preciso hacerse con el TEMA 5 – Material básico Habilidades para Abogados: Oratoria, Negociación e Interrogatorio control. Al principio es cuando el abogado debe hacerse respetar. Y esto no se logra elevando la voz más que ellos, sino guardando silencio al principio hasta que no haya ningún vecino que hable. Solo cuando el grupo permanezca callado dos o tres segundos será el momento de comenzar, pues esa pausa generará la atención necesaria para que nuestros argumentos sean convincentes. Hay que tener en cuenta que por la hora y la naturaleza de estas reuniones los asistentes suelen estar cansados y es conveniente despertar su interés y captar su atención comenzando con una pregunta (¿Saben todos ustedes para qué estamos hoy aquí?), con un breve recordatorio de para qué están allí (les recordaré para qué nos hemos reunido), o con frases como «Tienen un gran problema», que logran definir la importancia del asunto a tratar y hacerse con la atención de los vecinos. La exposición de los argumentos Hay que tener en cuenta que la mente humana solo se queda con el 20 o el 30 % de la información que recibe durante una hora de escucha. Seleccionará lo más relevante y desechará el resto. Por ello debemos elegir los argumentos sobre los que pivotará el alegato, y el orden en que vamos a exponerlos. En el tema sobre el discurso y sus partes ya vimos cómo Cicerón, en su obra El orador, aconseja colocar los argumentos más sólidos al principio y al final, e ir intercalando otros más débiles. Así que una vez enumerados los argumentos a favor de nuestras tesis, hemos de discriminar cuáles son los mejores, y de entre estos últimos volver a seleccionar los más adecuados, para colocar los mejores al inicio y al final, y los menos importantes intercalados. Una buena estructura facilitará además la mejor comprensión de nuestras ideas por parte del juez. Así pues, debemos basarnos en un guión que siga un orden claro, con un hilo conductor que ayude a quienes escuchan a llegar a las conclusiones que deseamos. Probar los argumentos Para convencer a un juez no basta con expresar opiniones subjetivas de lo que creemos más importante para la defensa de nuestra posición. Es preciso probar cada uno de nuestros argumentos. Si a cada argumento le sigue una prueba, se evitarán las dudas del juez. Por eso es bueno ceñirse en el alegato a lo que puede demostrarse con las pruebas, y evitar las ponderaciones o elucubraciones no basadas en evidencias sólidas, que, lejos de ayudarnos, nos restan credibilidad. A veces no contaremos con pruebas directas para demostrar los razonamientos que queremos exponer, y habremos TEMA 5 – Material básico Habilidades para Abogados: Oratoria, Negociación e Interrogatorio de conformarnos con indicios o deducciones lógicas. Pero si tenemos una buena prueba, hemos de aprovecharla al máximo en el discurso, dándole un lugar privilegiado dentro de nuestro discurso, subrayándola, volviendo a ella. Es útil para el juzgador que el abogado hile su exposición agregando tras cada argumento dónde se encuentra este probado, en qué documentos, en qué testimonios, etcétera, para facilitarle el camino. La conclusión El cierre tiene la función de dejar buena impresión, buen sabor de boca, lograr que se recuerden nuestros argumentos, pero en el caso del letrado, sobre todo se dirige a remarcar las ideas clave de nuestro alegato. Debemos extraer, de los argumentos finales de nuestra exposición, el que engloba todo el sentido del alegato. Un detalle que debemos cuidar es no afirmar que vamos a concluir cuando no vamos a hacerlo, un error bastante común entre conferenciantes y oradores, pero que provoca que la atención de quienes escuchan —el juez entre ellos— se pierda. Esto provocará que los oyentes no lleguen a captar probablemente algunos de los puntos más relevantes que queremos transmitirles. Es bueno que al final el juez o en su caso el tribunal tenga claro cuáles son nuestros argumentos principales. Es además bastante eficaz recordarle la sentencia o sentencias más importantes que avalan nuestras tesis en forma de jurisprudencia. 5.4. Factores que harán más eficaz el alegato Nuestra argumentación se verá influida para bien o para mal por algunos factores que bien aprovechados nos dotarán de mayor credibilidad. Un juicio se gana con una buena prueba, pero hablar bien o mal nos ayudará o perjudicará en caso de duda. Por eso es bueno esmerarse en el cuidado del «cómo», y no solo del «qué». Estos factores son cuatro, y su utilización enriquecerá nuestro alegato: Los cuatro factores: La entonación TEMA 5 – Material básico El ritmo Las pausas La claridad Habilidades para Abogados: Oratoria, Negociación e Interrogatorio La entonación Es clave enfatizar aquello que consideramos más relevante, y que queremos transmitir así al juez, al tribunal del jurado o a la comunidad de propietarios. Pero no todo es igualmente relevante ni debe ser enfatizado. Volveríamos entonces a dotar del mismo registro a todo el discurso y a perder la atención del juez, y cuando vayamos a decir lo más importante no nos atenderán. Del mismo modo que escogemos unos argumentos por encima de otros, enfatizaremos solamente aquellos más importantes y en el resto subiremos o bajaremos la entonación, pero sin diferencias exageradas. Enfatizar no es solo elevar el tono, pues de igual modo puede subrayarse una parte del discurso hablando más despacio o en tono bajo. Podemos elaborar el alegato señalando previamente con marcas dónde debemos variar la entonación. El ritmo La velocidad a la que hablamos influye también en cómo llega nuestro mensaje. Puede suceder que los nervios del principiante nos hagan hablar a un ritmo demasiado rápido. El ritmo lento permite sin embargo pensar mejor qué vamos a decir con claridad y exactitud. El camino para lograr hablar más despacio es la correcta preparación del alegato memorizando el guión y las ideas principales. Esto nos dará la tranquilidad necesaria para hablar más despacio, porque estaremos más seguros, salvo que queramos conscientemente ir más deprisa. Variar el ritmo es una herramienta retórica: si deseamos captar la atención de forma especial, expresar sentimiento o suspense es útil el ritmo lento, pero si deseamos expresar disgusto o malestar, tensión o ligar de golpe varias ideas es bueno ir deprisa. Las pausas Son uno de los mejores recursos para captar la atención. Permiten al auditorio asimilar lo escuchado, se le da tiempo para entender, y se genera expectación sobre lo siguiente que vamos a decir. Debemos intercalarlas en el alegato para producir esos efectos. Resulta práctico señalar con signos o marcas en qué lugar haremos esas pausas. La claridad Debemos traducir y hacer comprensibles al juez los aspectos técnicos de los que hablamos, usando un lenguaje sencillo o comparaciones e incluso ejemplos gráficos, TEMA 5 – Material básico Habilidades para Abogados: Oratoria, Negociación e Interrogatorio pues muchas veces el juez no capta todo lo que se está diciendo, y aunque son los peritos quienes deben asesorarle en este aspecto, a la hora de hacer convincente nuestro alegato hemos de exponerle todas las circunstancias con suma claridad. 5.5. Memorizar el alegato El alegato está hecho para ser interpretado y no leído, y para ello nos ayudará memorizar las ideas básicas en las que se basa. Esto nos dará la seguridad necesaria en sala, y una mejor imagen ante nuestros clientes. Para facilitar la memorización debemos hacerla de más a menos, leyendo previamente el alegato una o dos veces antes de proceder a su memorización. Debemos leerlo en alto, para comprobar las frases o palabras que queremos enfatizar, y para practicar cómo queremos que las manos y el resto de nuestro cuerpo nos ayuden a potenciar nuestro mensaje. Subrayaremos además lo más importante de cada argumento. Puede ayudarnos poner en el margen derecho del papel una frase o palabra que resuma la idea básica de cada argumentación. Esto nos permitirá recordar la idea rápidamente en caso de perder el hilo por unos segundos. Una vez leído varias veces, podemos dar la vuelta al papel y sin ver nada recitar en alto el alegato para comprobar qué ideas hemos registrado y cuáles no. Siempre habrá algunos argumentos que se nos olvidarán, aún habiéndolos repetido decenas de veces, y quizás nos ayude a evitarlo poner al margen del papel algún símbolo que tenga que ver con la idea. Apoyando la lógica con una imagen, la idea se consolidará mucho mejor en nuestro cerebro, y eso nos ayudará a recordarla más tarde, durante la sesión del juicio, sin demasiado esfuerzo. La memorización es imprescindible si deseamos transmitir TEMA 5 – Material básico Habilidades para Abogados: Oratoria, Negociación e Interrogatorio serenidad y conservarla, aunque sobre lo memorizado seamos después capaces de agregar elementos nuevos o recortar algunos, adaptándonos al transcurso de la vista oral. Es decir, hemos de ser flexibles teniendo en cuenta el criterio de oportunidad, en función del estado de los que nos oyen, lo acaecido hasta ese momento, etcétera. TEMA 5 – Material básico Habilidades para Abogados: Oratoria, Negociación e Interrogatorio Material complementario Lecturas Consejos para la práctica y la exposición Martínez Selva, J.M. (2008). Consejos para la práctica y la exposición. Manual de comunicación persuasiva para juristas (pp.392-395). Madrid: Editorial La Ley. Estas páginas aportan algunos consejos útiles sobre cómo practicar el alegato de forma eficaz para que sea una intervención convincente y persuasiva. Accede a las páginas a través del aula virtual o en la siguiente dirección web: http://books.google.es/books?id=GSjj-FibUd0C&printsec=frontcover&dq= Técnicas. La mejor manera de memorizar las ideas básicas del alegato En el siguiente artículo encontrarás ideas para ayudarte a memorizar el alegato de forma eficaz. Accede al artículo a través del aula virtual o en la siguiente dirección web: http://www.juliogarciaramirez.com/archivos/habilidades.pdf TEMA 5 – Material complementario Habilidades para Abogados: Oratoria, Negociación e Interrogatorio Vídeos Alegato de clausura El profesor argentino Guillermo Nicora resume en unas gráficas los elementos básicos que hemos de tener en cuenta al elaborar el alegato. Accede al vídeo a través del aula virtual o en la siguiente dirección web: http://www.youtube.com/watch?v=V3sLX4-MUK8 Bibliografía Fonseca-Herrero Raimundo, J.I. (2002). Diccionario Jurídico Básico. Madrid: Editorial Colex. TEMA 5 – Material complementario Habilidades para Abogados: Oratoria, Negociación e Interrogatorio Casos prácticos Casos prácticos resueltos El alegato I Esta clase práctica recoge la explicación de los elementos del alegato, la pieza retórica por antonomasia. Para ello, el vídeo nos muestra un fragmento de la intervención del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, en el juicio por el atentado del 11-M. El caso está disponible en el aula virtual El alegato II Marta Sánchez analiza las partes del alegato. El discurso sigue varias de las reglas que para confeccionar un buen alegato hemos visto en las ideas clave. Está dividido en varias partes. Estudiaremos al menos dos de ellas. El caso está disponible en el aula virtual TEMA 5 – Casos prácticos Habilidades para Abogados: Oratoria, Negociación e Interrogatorio El alegato III En el alegato del fiscal se siguen muchas de las pautas vistas en este tema. Se basa en las investigaciones policiales, por ello, su versión es la más creíble y recuerda las ideas clave. El caso está disponible en el aula virtual Actividades Caso práctico: Elabora tu propio alegato Deberás elaborar para superar esta asignatura un alegato de entre tres y cinco minutos empleando las técnicas aprendidas en los cinco primeros temas. Se podrá escoger un procedimiento real o ficticio que se planteará brevemente antes del alegato. En este último caso deberán exponerse con claridad los antecedentes y los hechos presentados en la sala de vistas. El alegato será enviado por escrito y también grabado por el alumno, que lo remitirá al profesor para su evaluación. Más adelante se concretará la vía para su envío. TEMA 5 – Casos prácticos Habilidades para Abogados: Oratoria, Negociación e Interrogatorio Test 1. ¿Qué es lo más importante en la preparación del alegato? A. Pensar en el juez y personas que nos escucharán. B. Hacerlo con tiempo suficiente para que surjan nuevas ideas. C. El guión. D. A y B son correctas. 2. ¿Se pueden preparar respuestas para los argumentos de la parte contraria? A. Sí. Se pueden prever y preparar una refutación. B. Es imposible, no sabemos qué argumentos usará el contrario. C. Solo puede elaborarse un guión de nuestros puntos débiles. D. B y C son ciertas. 3. ¿Cuál es la ventaja de memorizar el alegato? A. Nos dará seguridad durante la exposición. B. Es mejor no memorizar porque nos quita naturalidad después. C. Es más conveniente llevarlo escrito y leerlo. D. A y B son correctas. 4. ¿Cuál es la entonación más conveniente en el alegato? A. El énfasis durante toda la exposición para no perder la atención e interés. B. Enfatizar solo las partes que creemos más relevantes. C. El tono se modulará según el aburrimiento de los oyentes. D. A y B son correctas. 5. ¿Es mejor hablar despacio o deprisa? A. Hablar despacio nos ayuda a pensar y mantener el control. B. Son dos modos que deben alternarse constantemente. C. Si hablamos más despacio, despertamos interés o sentimiento. D. A y C son ciertas. 6. ¿Cuál es la finalidad del cierre? A. La apelación al juez. B. Dejar buena impresión, recordar ideas clave y apoyar con jurisprudencia. C. Provocar determinadas emociones en el juez o el tribunal que le muevan a darnos la razón. TEMA 5 – Test Habilidades para Abogados: Oratoria, Negociación e Interrogatorio D. A y B son correctas. 7. ¿Es importante el orden al exponer los argumentos? A. Es imprescindible y un recurso retórico. B. Nos libra de la dispersión al exponer el alegato. C. Evita que nos alarguemos excesivamente. D. A y B son correctas. 8. ¿Qué hay que evitar al inicio del alegato? A. Reiterar lo que ya está en los escritos con los que cuenta el juez. B. La agresividad al exponer nuestros argumentos. C. Anunciar que seremos breves. D. A y C son correctas. 9. ¿De qué modo deben usarse las pausas? A. Para hacer una síntesis de lo expuesto. B. Para facilitar la comprensión, suscitar interés y retomar ideas. C. Es bueno mirar a la sala. D. No son buenas, conviene no hacerlas. 10. ¿Cómo debemos probar nuestros argumentos? A. Reiterando lo expuesto por peritos y testigos. B. Apoyando cada argumento con la pertinente prueba o documental. C. Basta enumerarlos. D. Debemos hacer ver que nuestra causa es justa. Pregunta 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Respuesta B A A B D B A D B B TEMA 5 – Test
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