Índice 141 JUL /15 3 Cartón de Chava 4 Índice 5 Festejo Bronco Festejo Bronco en la Macroplaza 28 El Bronco y las broncas que vienen Ernesto Hernández Norzagaray 30 Saldos electorales Víctor Alejandro Espinoza en la Macroplaza Fotos de Saúl Escobedo 6 El dulce chingadazo de la democracia Joaquín Hurtado 7 La trampa de “los expertos” Ximena Peredo 8 Más bipartidismo o mayor autonomía Abraham Nuncio Director: Luis Lauro Garza Editora: Denise Márquez Asesor de la dirección: Gilberto Trejo Relaciones públicas: Yolanda Aguirre Asesor legal: Luis Frías Teneyuque Comunicación e imagen: Irgla Guzmán Arte y diseño: Martín Ábrego Parra Servicio de internet: Asael Sepúlveda Distribución: Luis Carlos Ramírez 32 “La Polvorita” estalla en la Huasteca Pablo Vargas González 34 10 Rodríguez Calderón lo logra Lilia Arellano 13 Gusto por la democracia Raúl Caballero García 15 Del reino del espanto a la soberanía popular Eloy Garza González Muerte sin sentido Luis Miguel Rionda 36 ¿Por qué se endeudan los gobiernos? Edilberto Cervantes Galván 38 Las patronas de La Patrona Francisco Gómez Maza 19 Sorprendente primavera regiomontana Luis Lauro Garza La Quincena / revista mensual / julio 2015 Editor responsable: Luis Lauro Garza Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derecho de Autor: 04-2003-0828156343200-102 Número de certificado de Licitud de Título: 12926 Número de Certificado de Licitud de contenido: 10499 Incorporada al Padrón Nacional de Medios Impresos de la Secretaría de Gobernación. La Quincena es una publicación editada por Editorial La Quincena S.A. de C.V., Serafín Peña 748 sur, Monterrey, Nuevo León, C.P. 64000, Tel. (81) 19352363. Correo electrónico: [email protected] Página web: www.laquincena.mx Impresión: Procesos Impresos, S.A. de C.V. Av. Alfonso Reyes 3013, Fracc. Bernardo Reyes, C.P. 64280. Monterrey, Nuevo León. Distribuidor: Editorial La Quincena, S.A. de C.V. 4 Q 22 El Otro Regio/a Jesús González 24 39 Décimas del Profeta Berna Guillermo Berrones Notas para hablar de una elección Horacio Flores Eligio Coronado 26 Una nueva forma 42 Dedocracia de hacer política Efrén Vázquez 40 Entrelibros Armando Hugo Ortiz Diseño de portada: Saúl Escobedo Fotos: Saúl Escobedo Q 5 El dulce chingadazo de la democracia Joaquín Hurtado M onterrey.- Mi mujer parece que no ve ni oye cuando está enfurruñada. Es muy muy bronca. Estamos en la fila desde las siete y media. Madrugamos para votar los primeros y dejar tiempo suficiente para nuestra rutina dominical. Nos encanta ver películas sentimentales. Nos relajan y enternecen las producciones gringas sobre personajes y casos de la vida real. El galán, la heroína, el niño, la viejecita: eternos perdedor/as que han nacido exclusivamente para la humillación y el fracaso, la enfermedad y la violencia. Siempre les falta un gen, una pierna, un ojo. De plano les urge algo de felicidad. Invariablemente esos personajes luchan con ahínco y contra todos los pronósticos triunfan al final. Y tan tan. Cine olvidable para verlo en cama, mientras comes golo-sinas y gaseosas. Delicioso entretenimiento de moco, pedo y lágrima; como lo califi-caba la querida Silvia Ruano, brillante periodista cultural de Monterrey. Mi cuerpo sufre los estragos del ayuno matinal. Suspiro por unos huevos rancheros con harto chile serrano. Hasta la sede de la votación llegan los olores de las cocinas de los hogares vecinos. Ya son las diez y la acción aún no comienza. Ni siquiera han armado las urnas. Algo extraño está pasando, debían iniciar a las ocho en punto. Me entero por reportajes que circulan en la red que el retraso en la apertura de casi-llas es generalizado, faltan funcionarios capacitados. Oigo un tímido aliento de pro-testa: “Esto es una desorganización perfectamente organizada”. Volteo para ubicar visualmente a la persona que emite tan inteligente opinión pero sólo encuentro rostros apacibles, resignados, eternos. Hay que ver la fila de gente, da vuelta a la cuadra. Y sigue llegando. No se mueve, no se harta, no hay intenciones de desertar. Sólo dos parejas de personas muy mayores se retiran, agotadas. Hay expectación, emoción apenas contenida. Yo no había visto tanta participación ciudadana desde hace muchos años. Escribo cositas a mi mujer. “Qué buena suerte, la primavera regia ha sido inusual-mente benigna, templada, tirándole a fresquita. Independencia se escribe con D de Democracia. Hoy es el día D para nuestro país”. Cur- silísimo. Creo que enrabiarse es contraproducente. Otras voces empiezan a repelar por la pesadez, la irresponsabili-dad, el burdo estratagema de retardar la instalación. Busco la mirada de mi mujer, le hago una señal: “¡Tú cálmate, ya tranquila!”. Ella lo interpreta como le da la gana, cree que yo la animo, la cocoreo, le echo porras. Ella sigue indignada en el reclamo. En eso sale la funcionaria de máxima autoridad en la casilla y arrogante increpa a mi consorte: “Señora, si no se calla ni quiere esperar mejor váyase, déjenos trabajar”. A pesar de que la máxima autoridad de la casilla regaña a mi mujer de manera tan inapropiada, yo estoy de acuerdo con la funcionaria. Calladitos nos vemos más boni-tos, sólo por hoy, sólo hasta el día de hoy. Y paso aceite. La actitud de la funcionaria enciende la mecha, desata rechiflas, aplausos, gritos de los votantes. Me hago chiquitito de pena. Pasan y pasan las camionetas de los gendarmes. Espero lo peor, así soy de optimista. La verdad es que por nada me quiero perder la histórica mancha de tinta indeleble en mi dedo pulgar. No hoy. Estoy tamañito, ahí viene el dulce chingadazo de la democracia. La trampa de “los expertos” Ximena Peredo C oímbra.- Uno de los primeros desafíos que ya enfrenta Rodríguez Calderón es que casi un millón de electores quieren mandar sobre su gobierno, y tienen razón. El problema que enfrentamos todos es que no todos tendrán las mismas oportunidades para señalarle lo que esperan de él, ni mucho menos para presionarlo a que lo cumpla. La Caintra por su parte ya dijo que ofrece a “sus expertos” para conformar el plan de gobierno; ¡en la torre! No es que los industriales no tengan derecho a ser escuchados, pero sus expertos lo son en rentabilidad y productividad, en comercio y en negocios, y esa lógica ha generado una deuda social y ambiental que no puede seguir creciendo. La idea de los expertos suena muy bien porque nos remite a una idea superior de conocedores, estudiados, científicos incluso, pero tenemos que ser críticos con la función que estos grupos han desempeñado a favor del capitalismo y de la política neoliberal, principalmente. Nuevo León es desde su fundación “moderna” un enclave industrial. A partir de este impulso creció, y creció desordenadamente, con una abismal brecha entre los muy ricos y los pobres, y también despreció las externalidades, o los costos al medio ambiente que un apoyo ciego a la política económica terminaría generando. Desde los años ochenta este impulso de “destrucción creativa” es decir, de promover la acumulación por la vía del despojo, ha sido aconsejado por ingenieros del MIT, del Tec de Monterrey, de Chicago. “Los expertos” deben ser escuchados, claro, pero su conocimiento no debe ser el único atendido. Detrás de los macro números que analizan está la experiencia de vida de millones de personas; ¿cómo enterarnos efectivamente de lo que opina la mayoría? Si el gobierno de Jaime Rodríguez sí quiere ser “independiente” tendrá que cuidarse de entregar su gobierno a grupos, ideologías, e incluso tendrá que ser crítico a las actividades industriales impunes, que ponen en riesgo los bienes comunes, como el agua, el aire y el suelo. Si realmente va por “la independencia” tendrá que aceptar que ciudadanos no son un grupo o varios, sino todos los habitantes del estado. ¿Qué mecanismos va a implementar para que su gobierno no sea cooptado por quienes pagaron o apoyaron fervorosamente su campaña? Esa es la pregunta clave para reconocer qué tan falsa o sincera fue su propuesta independiente. Por lo pronto, nos debe la lista con nombres y pesos sobre las donaciones que tuvo su campaña. No podemos empezar sin conocer cuáles son los posibles conflictos de interés con determinados empresarios o con grupos. Es indispensable que su gobierno comience con una auditoría a su propia campaña. Más bipartidismo o mayor autonomía Abraham Nuncio M onterrey.- “¿Lo dejarán los industriales?”. He escuchado la pregunta en varias voces, incluida la de la periodista Beatriz Pagés Llergo. El tema: el triunfo del candidato independiente Jaime El Bronco Rodríguez. Esa pregunta entraña la convicción de quién es el verdadero soberano en Nuevo León desde la mentalidad del vasallo. Se trata de los industriales de Monterrey que aparecen –antes no solían hacerlo–, con la candidata priista Ivonne Álvarez. Vaya, los dueños de Alfa, Vitro, Cemex y otros oligopolios del país. Los ultra ricos. Quienes de esa manera se preguntan no dejan de insinuar cierta microfísica del poder: tal como lo conocemos, es un continuum. Si los ultra ricos son los que han venido dominando a México con los rostros de sus gestores, así siempre deberá ser. Pronto podrá verse si quienes mandaron sin resquicios hasta su paulatino debilitamiento, absorción en no pocos casos por transnacionales más poderosas y al cabo una división que antes no mostraron, podrán seguirlo haciendo en el curso de la nueva crisis polifacética que vivimos. En el caso de que llegara a triunfar la alianza PRI-Verde Ecologista, se cumpliría la sentencia de la actriz y filósofa Isela Vega: “Nada hay más jodido en la vida que los pobres defiendan a los ricos.” Porque a eso equivale el voto duro del PRI (y del PAN en otras partes): al acto de sufragar por sí o por terceros a favor de los ultra ricos a través de estos partidos. Sus gobiernos les han comprado a los pobres su libertad de elegir no sólo durante la campaña, sino durante todo el año, mediante la dádiva sistemática a cargo de los contribuyentes. Primero los empobrecen y luego los convierten en su clientela cautiva. Algunos observadores y desde luego los priistas parten de lo que el voto duro significó en 2009. En la elección de gobernador, el PRI obtuvo 26.7 y el PAN 23.7 por ciento de una votación total de 54.6 del padrón total. Pero entonces no había una doble crisis política y económica a nivel nacional y del estado. Y estas crisis suelen resquebrajar el voto duro como lo pudimos ver en las elecciones presidenciales de 1988, 2000, 2006 y 2012. Si a pesar de la crisis, el dinero y el Estado se imponen sobre el castigo al partido su responsable, ese triunfo no significaría otra cosa que más de lo que hasta ahora hemos visto y padecido. ¿Qué supondría, por el contrario, el triunfo del candidato independiente aliado a un político experimentado y con vínculos con el sector empresarial? En primer lugar, una mayor autonomía del poder presidencial y de los grandes grupos de poder económico. No quiero decir de los empresarios en general, pues de muy diverso peso y giro han apostado a su candidatura. Aunque sin tener que pagar la carísima publicidad política en medios electrónicos, sobre todo las televisoras comerciales, el costo de su campaña no fue nada módico, pero sí muy menor al de las campañas del PRI y el PAN, lo cual no deja de ser meritorio en un país donde los puestos políticos de mayor responsabilidad suponen elevadas inversiones y una proporcional exclusión ciudadana. Un gobierno surgido de la alianza de Jaime Rodríguez y Fernando Elizondo, fincado esencialmente en un compromiso moral, tendría un mecanismo interno de control que no tiene el Ejecutivo en ninguno de los niveles de gobierno. En cierta medida supliría al control parlamentario que la ante-democracia mexicana no conoce. Le daría unas vacaciones, como dice el candidato independiente, al bipartidismo dominante. Introduciría, además, la revocación de mandato, una figura de la que huyen como Drácula de la luz los partidos que lo integran. Por último, de no cumplir con lo prometido, la alianza Rodríguez-Elizondo sería más susceptible a la presión ciudadana. En los casos del PRI y el PAN ya sabemos: ni la ven ni la escuchan. A mis críticos, que por primera vez los tuve numerosos en torno a lo que escribí en mi artículo anterior sobre el posible cogobierno en Nuevo León, y a quienes puedan leerme en general, les preciso: la Alianza por la Grandeza de Nuevo León (nombre decimonónico si los hay) no será la que ejerza un gobierno plenamente democrático. Sus signatarios fueron explícitos: no incluyeron la palabra democracia en su acuerdo. La trayectoria de ambos políticos no está exenta de tachas. Y nada garantiza que no inauguren un neobipartidismo subPRIAN, tanto por los intereses económicos a los que están ligados como por sus antecedentes políticos. ¿A qué expectativa me refería entonces? A la que ya apunté: la posibilidad de tener un gobierno con un mayor grado de autonomía, un control interno y la revocación de mandato a la que ya se comprometieron tan pronto como 2018. Gobierno tendremos tras la próxima elección. Tengamos al menos peor de todos. La contienda se decidirá entre la coalición del PRI y la que encabezan Rodríguez y Elizondo. Independientemente de su candidata, el voto por el PRI sería un voto desinformado o menesteroso, solapador (de la corrupción y la impunidad de aplastante magnitud) o bien un voto masoquista. Hay otra alternativa que traduce un principio de hartazgo respecto a la simulación democrática que nos azota: la que propone la corriente anulista. Con la coalición Rodríguez-Elizondo, en Nuevo León se verá disminuida. Pero no dejará de ser un testigo de hasta dónde ha llegado el descontento y también, hasta dónde puede llegar si no hay cambios sustanciales en la conducción del gobierno. Rodríguez Calderón lo logra Lilia Arellano C ancun.- Dentro del marco general nacional de este proceso electoral debe subrayarse que se vivió de manera muy clara la ausencia de un proyecto alternativo de Nación, que los partidos políticos no tienen más que ofrecer a través de sus abanderados que las mismas promesas de siempre, las emitidas jornada tras jornada y que ni siquiera se atreven a tocar lo que sus legisladores dispusieron y que ha tenido efectos negativos en la sociedad al tiempo de ser rechazados por todos los sectores. Las campañas políticas derivaron en una permanente guerra sucia y las actividades proselitistas entre las tres principales fuerzas políticas que compitieron se encaminaron a demostrar cuál de ellos es el más corrupto. Los temas tratados rondaron en la inseguridad en el país, mismo que dio cuenta de las estadísticas sobre homicidios, secuestros, agresiones o amenazas contra candidatos y sobre la paralización económica de la que se culpa ahora a las administraciones anteriores lo mismo del PRI como del PAN. El alejamiento de los ciudadanos de las urnas tuvo como elemento principal el estar ciertos de que se han hecho muchos movimientos para procurar que todo siga igual y, de entre ellos, quedó muy resaltada la protección hecha al Partido Verde Ecologista y la autorización para la creación de dos partidos de los cuales no se informó en su oportunidad a la opinión pública sobre los resultados de las asambleas nacionales que debieron haber realizado con un número determinado de militantes. A ello se añade la participación de partidos locales como el “Cruzada Ciudadana” en Nuevo León o el “De los Pobres” en Guerrero. Nada se declaró sobre Movimiento Ciudadano, organización que declinó su participación en Nuevo León o de Encuentro Social que hizo lo mismo en Sonora y en Guerrero o el Humanista en Michoacán. En las nueve gubernaturas se presentó la alianza PRI-Verde y en los casos de Colima y Querétaro se les unió, en el primero, el PANAL y en el segundo el Partido del Trabajo. Contrario a lo sucedido en otras jornadas electorales no hubo ninguna alianza entre el PRD y el PAN ya que, según lo declararon en su momento en las localidades, ni se obtuvieron resultados satisfactorios en el ejercicio de gobierno en las Entidades en donde triunfaron ni recibieron de nuevo el voto en favor por la interrogante permanente de la mezcla de dos corrientes totalmente opuestas. Sabido es que en este proceso electoral lo que se puso en juego fue la aprobación mayoritaria a las reformas impulsadas por el gobierno federal, por Enrique Peña Nieto y, a partir de ahí, lo realizado por los legisladores en su aprobación y para la todavía muy retrasada puesta en marcha. Ni que decir de que en este proceso los opositores al PRI jugaron un papel predominante al dividirse la responsabilidad del beneplácito recibido. Los blanquiazules dieron total respaldo a la energética y criticaron y rechazaron la fiscal. Los del Sol Azteca operaron en contrario, aceptaron la tributaria y se manejaron en contra de la energética. Ambos se quedaron con un argumento para poder competir Esto les permitió participar con un argumento en contra del gobierno federal para, por lo menos intentar, levantar el ánimo del electorado lo cual, se ha visto, fue un esfuerzo inútil. Sin duda que la composición del Congreso es determinante para que el último trienio de Peña Nieto pueda transcurrir en calma. El PRI ha requerido de una mayoría y de ahí que se buscara una alianza con el Verde Ecologista que ya estaba resultando suficientemente cara. De acuerdo con sus números, la organización que ni es verde y mucho menos ecologista, tendría que darles una cantidad determinada de escaños. Sin embargo el hecho de darles una y mil facilidades y respaldos los estaba llevando a un aumento que se determinó en su momento dentro de las preferencias y, sabedores del chantaje en marcha, el fuego amigo no se tardó en hacer su aparición y con suficientes desencantos de los ciudadanos. Esta misma necesidad llevó al gobierno federal de emprender acuerdos con unos y con otros, incluyendo a las organizaciones que como la CNTE o Antor- cha Campesina, la CETEG, entre otras, vieran por ahora complacidas sus peticiones. Los próximos días serán determinantes para que se compruebe que unos y otros pusieron la carne al asador en la jornada electoral y que, una vez pasada ésta la vuelta se le da a la hoja aún y cuando se presenten denuncias en Tribunales y se provoquen manifestaciones ya que, será entonces que resulte totalmente válida y legal la intervención policíaca y lo que esto incluye. Si el PRI, en el recuento oficial y final no logra, no conquista la mayoría de escaños con sus alianzas, se le dificultará enormemente continuar con el proceso reformador que inició en sectores clave como el energético y de telecomunicaciones y por ende será cuesta arriba el segundo periodo de administración sexenal. Antes y durante el proceso La confluencia de la crisis económica, de inseguridad, de ingobernabilidad, de ausencia de Estado de derecho, derivará contradictoriamente en el mantenimiento del status quo. No obstante, con un contexto social adverso, la administración de Enrique Peña Nieto enfrentará poco ánimo de colaboración por parte de la oposición en el Congreso a lo largo del segundo trienio en el caso en que los partidos adversos al tricolor obtengan la mayoría de curules. Los objetivos no alcanzados de crecimiento económico no se vislumbra que pueda lograrlos y la pacificación del país y la reducción de los niveles de seguridad tampoco se espera que los logre por el simple hecho de que aplicó los mismos métodos que su antecesor, Felipe Calderón, y está cosechando los mismos resultados. El que se ha llevado las palmas en cuanto a violaciones a la reglamentación electoral fue sin duda el Partido Verde Ecologista. No sólo las realizó durante las etapas de campaña y las hizo presentes en toda la República, sino que hasta el último minuto de la jornada de ayer se mantuvo en esta actitud retadora para cualquier autoridad que se digne de serlo. A partir del mediodía se dio la determinación del INE para que ese partido suspendiera el uso de twits a su favor realizado por los famosos a partir del enviado por Miguel “el piojo” Herrera. No menos de 24 artistas estuvieron enviando mensajes al igual que jugadores de fut bol aprovechando el color de la camiseta de la Selección Nacional de ese deporte. ¿Democracia real? Este periodo de campañas y hasta el día de la elección queda como toda una mancha para esta administración federal, dada la muerte de más de 20 personas relacionadas directamente con la jornada: Miguel Ángel Luna Munguía, candidato a diputado federal por el Distrito 32 del PRD en Valle de Chalco, Estado de México, fue asesinado el 2 de junio. Israel Hernández Fabela, coordinador de campaña de la candidata del PRI a diputada local por el Distrito 3 de Azcapotzalco, Aída Beltrán Sánchez, fue también asesinado el 27 de mayo en su casa, en la colonia Petrolera. José Salvador Méndez Morales, coordinador de campaña de Lorenzo Rivera Sosa, candidato del PRI a diputado federal, fue privado de la vida el 26 de mayo, afuera de sus oficinas en Puebla, Puebla. Jehová de la Cruz Gallegos, ex coordinador de la Unión Campesina Oaxaqueña (UCO) y afiliado al PT, fue ultimado el 20 de mayo en Juchitán de Zaragoza, Oaxaca. Enrique Hernández Salcedo, candidato del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) a la presidencia municipal de Yurécuaro, Michoacán, fue asesinado el 14 de mayo. Héctor López Cruz, candidato a regidor del PRI del municipio de Huimanguillo, Tabasco, murió ejecutado el mismo día que Hernández Salcedo: le privaron de la vida con 16 tiros de arma larga. Ulises Fabián Quiroz, candidato del PRI-PVEM a la presidencia municipal de Atzacoaloya, Guerrero, fue ultimado el 1 de mayo. Martín Alonso Colmenero Ledezma y Francisco Javier Aguilar Siller, integrantes de la Secretaría de Acción Juvenil del PAN, en Chihuahua, fueron asesinados el 21 de marzo. Aidé Nava González, precandidata del PRD a la alcaldía de Ahuacuotzingo, Guerrero, fue secuestrada el 7 de marzo, torturada y ejecutada. Su cuerpo se encontró cinco días después. Carlos Martínez Villavicencio, precandidato del PRD a la diputación federal por el distrito de Tlaxiaco, Oaxaca, y dos personas más fueron asesinadas el 17 de febrero en una emboscada. Roberto Flores Vizcaíno, empresario inmobiliario y ex dirigente del PAN en Morelia, Michoacán, fue asesinado el pasado 27 de enero en esa ciudad. Julián González Domínguez, dirigente local de Morena, fue ejecutado el 12 de enero en el municipio de Juxtlahuaca, Oaxaca. Y justo el domingo 7 por la tarde fue asesinado el ex alcalde de San Miguel Chimalapa, también en Oaxaca, José Alfredo Jiménez Cruz. Resguardaron de inmediato la escena del crimen según lo informó el subprocurador Luis Sánchez Castillejos. Se enmarca esta ejecución en la participación del fallecido en las asambleas comunales que trataban sobre el conflicto agrario que se vive en la zona. Alrededor de las 4 de la tarde y ante múltiples testigos fue asesinado el operador y activista priísta Pablo García Orozco; el diputado local del PRI Leobardo Soto Martínez consideró que el móvil del crimen es político electoral y corresponde a lo álgido de la contienda. Estos comicios son los más violentos y judicializados de los tres que se han realizado en el presente siglo. No sólo se han cometido más homicidios, secuestros, agresiones o amenazas contra candidatos, sino que también se ha iniciado dos veces más denuncias que en los procesos de 2003 y 2009, de acuerdo con las cifras de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) de la Procuraduría General de la República, publicadas en su página de Internet. Gusto por la democracia Raúl Caballero García D allas.- Todavía hoy deben estar disfrutando en sus hogares. Los neoleoneses marcaron la pauta para el país: las candidaturas independientes son avaladas por los ciudadanos. Y al hacerlo demostraron que es el factor que hacía falta para salir a votar, pues fue un proceso electoral copioso, notable y copioso. Vimos muy largas filas de pacientes y gustosos votantes: se recobró el gusto por la democracia. Uno de los primeros signos de lo anterior lo constaté en la foto que un sobrino-nieto (la juventud dijo “presente”) subió a Facebook: es la fotografía de su pulgar entintado, con el comentario: “ya vamos ganando 1+”. Un voto más que ignoro para quién haya sido pero contó y lo dijo, lo mostró con orgullo... más tarde su hermana y su madre y alguien más mostraban un trío de pulgares manchados de tinta: “¡3 votos más!”, apuntaron. Fue una fiesta. El electorado dejó claro al resto del país que las candidaturas independientes son lo que hacía falta para echar a un lado el bipartidismo, ese que en Nuevo León ha dejado una estela de impunidad (para sólo mencionar la tenebrosa punta del iceberg de la corrupción); en general los electores del día 7 en Nuevo León han repudiado al sistema de partidos, cuyos liderazgos tradicionalmente se vienen pasando la batuta entre pares para mantener ese status quo de la ver- güenza, el de la podredumbre de la política y el oprobio del servicio público... y al hacerlo han demostrado que se puede recuperar al estado (y al país). Con su voto comenzaron a recuperar Nuevo León, “la Grandeza de Nuevo León”, han dicho los representantes de la Alianza ganadora. Los nuevoleoneses han repudiado de forma apabullante al duopolio PRI-PAN: con el 99.59 de casillas computadas, Jaime Rodríguez contaba con el 48.86 por ciento en tanto que sus rivales (que en las horas siguientes hicieron mutis) tenían 23.57 por ciento la priista Ivonne Álvarez y 22.52 por ciento el panista Felipe Cantú, o sea: ni los dos juntos le pudieron ganar al independiente. Un triunfo aplastante el de El Bronco, tanto que derrumba el sistema de partidos –aunque parezca exageración–, tanto, que deja exhibido el estruendoso fracaso del PRI: léase de Enrique Peña Nieto, primer priista del país: léase de Rodrigo Medina, a quien ostensiblemente le confiaron la elección: léase de Ivonne Álvarez, quien representa el error de tino del actual gobernador: léase a todo el aparato de ese partido que vistosamente le echó toda la carne al asador y ni así; asimismo, léanse las similitudes de fracaso en esa mala réplica priista en que se ha convertido el PAN. Nuevo León, sus ciudadanos, al sostener con su voluntad el triunfo del Bronco –flamante gobernador electo, el primer independiente electo– deja mal parados a los partidos mexicanos y sus operadores, y sus dirigentes: pese a ellos, pese a sus maquinarias el voto nuevoleonés los vapuleó y al hacerlo los dejó exhibidos, los dejó en el rincón de los indeseables: el coraje y la indignación de los votantes contra sus tropelías –ex- puestas una y otra vez, a todas luces, en la prensa digna– los rechazó, les dio un humillante palmo de narices. Y si las elecciones intermedias suelen ser un pasillo para la próxima presidencial, Nuevo León deja claro que la voluntad de la ciudadanía puede seguir cambiando las cosas, pues es un hecho demostrable que el aforismo de El Bronco es regla y doctrina: el que paga manda: “la raza paga, la raza manda”. A ver. Todo apenas comienza. Escritor y periodista regiomontano, es director editorial de La Estrella en Casa y La Estrella Digital en Dallas/Fort Worth Texas. Del reino del espanto a la soberanía popular Eloy Garza González Sorprendente primavera regiomontana Luis Lauro Garza M onterrey.- El triunfo de Jaime Rodríguez Calderón (El Bronco) es producto de una conjunción armoniosa a lo largo de su breve campaña como candidato “independiente” entre las redes sociales y una coalición opositora tejiéndose y reinventándose a toda velocidad. Como ya nos va quedando claro, los héroes opositores al sistema político (nacional o estatal) no son los más capaces ni los que mejores causas han defendido (rememoremos el caso Vicente Fox). Con su pasado de más de treinta años como priista, Rodríguez Calderón no era en la víspera la opción más legítima para la marginal y atomizada oposición ubicada afuera (o en los linderos) de los partidos políticos. Sin embargo, en cosa de medio año fue capaz de edificar las condiciones posibles para representar a una ciudadanía harta de abusos, impunidad, tráfico de influencias y sospechas tangibles de corrupción al nivel de la familia del gobernador. Fue en ese contexto que empuñó como nadie el estandarte de la oposición electoral, atendiendo, negociando y cautivando (al vuelo) a los tradicionales intereses del sector “decente” (opositor al gobierno de Rodrigo Medina) de los “poderes fácticos”, al mismo tiempo que proyectaba, ajustaba y relanzaba consignas identitarias –vía redes sociales– de una causa común en construcción. Es bien sabido que en una entidad que funciona bajo el esquema bipartidista (PRI-PAN) desde hace tres décadas, con altos niveles de competividad y probada alternancia en todos los niveles de gobierno, exista un sector activo del poder empresarial encargado de influir, promover y deslizar recursos en beneficio de candidatos pertenencientes a ambos partidos. Aportan dinero al abanderado oficial, al competitivo y, en algunos casos, hasta a quien demuestra un mínimo de visibilidad. En estas condiciones, resulta más que “natural” que El Bronco haya recibido la inyección de recursos sustanciosos y crecientes de este segmento, en la medida en que su candidatura se convertía en fuerza competitiva. A pesar de los esfuerzos realizados por algunas organizaciones civiles de construir su propia candidatura alterna a los partidos, ésta no fue posible –en especial por los amplios requisitos exigidos para su registro por parte de los organismos electorales, amén de los raquíticos recursos disponibles– por lo que un sector optó por “el menos peor” de los partidos, o el más ciudadano de los mismos: Movimiento Ciudadano, quien procuró como ninguno registrar a candidatos con el perfil y la proyeccción requerida, sin pedirles como requisito obligatorio la afiliación a la organización. Por esta vía surgió la figura de Fernando Elizondo, ex gobernador (sustituto) panista, quien se convirtió en el candidato a gobernador de este instituto, y por ende en el máximo animador del resto de las candidaturas postulados por éste. Elizondo era en principio el candidato favorito de los sectores empresariales y del influyente periódico El Norte. Tras varios meses de mantenerse alejado de las preferencias electorales, decidió sumar fuerzas con Rodríguez Calderón, el otro candidato opositor que sí había “prendido” entre la población. Esta sumatoria convirtió de inmediato a la campaña de El Bronco en una coalición, en una fortaleza gananciosa que iba mucho más allá de lo aritmético, que significó un salto cualitativo, pues Elizondo aportaba “legitimidad” al ex priista, racionalidad y mesura al “Bronco”, imagen de equipo –con evidente aval de las élites– a Rodríguez Calderón. La coalición centró sus baterías, entonces, en contra del gobernador Rodrigo Medina y de su familia (en especial de su padre) y, por supuesto, contra Ivonne Álvarez, la abanderada tricolor. El Bronco encabezó a la coalición opositora, como nunca antes se había visto en la entidad. Acaso el referente más cercano sea el protagonizado por Fernando Canales y Javier Livas en el ya lejano año de 1985. Coyunturas, sociedades y protagonistas distintos de por medio, la gran diferencia es que en esta ocasión es una coalición no partidaria [aunque en aquel año lo destacable –aparte de la votación reñida– fue precisamente la coalición multipartidista y ciudadana que logró conformarse en la etapa poselectoral ante las sospechas de fraude] la que se alza con el triunfo. Y eso es precisamente lo que debería ser el motivo principal de festejo en este año de gracia laica de 2015: el ciudadano agraviado, ofendido, impotente se entusiasma con participar –de diversas formas y a diferentes niveles–, de tal forma que mantiene su convicción hasta la hora del voto, que en un principio se vislumbraba apretado, pero que a la postre resultó bastante holgado. El dato destacable es que la sociedad se movilizó mayoritariamente para participar de “la cosa pública”. Y eso, en una cultura de tradición apática es la sorpresa mayor, la mejor esperanza de que por ahí se revitalice, se sostenga una nueva relación de diálogo entre gobernantes y gobernados, se inaugure una política horizontal que trascienda al acostumbrado votas y te vas... y nos vemos en tres (o seis) años. Porque tampoco habría que estar centrando sólo la atención en torno a quién conforma el gabinete, quiénes son los “ganones” directos (aparte de los contratistas, proveedores y similares), sino en dónde están (y quiénes son) los nuevos ciudadanos que han surgido (o se han fortalecido) de esta experiencia. Hombres y mujeres que vieron lo que es posible con este ejercicio democrático y que con ello podrán replicar en distintos terrenos su aprendizaje. También podemos imaginarnos la amplia legitimidad que adquiriría el gobierno de Rodríguez Calderón si impulsa una investigación justa, amplia y expedita a los bienes adquiridos en los últimos años por la familia de Rodrigo Medina. [“Cárcel sí” o “cárcel no”, derivaría de tal encomienda.] Y si además cumple las promesas de campaña, entre las que se cuenta la cancelación del proyecto acuífero Monterrey VI, y la interrupción de pagos a los medios electrónicos que tradicional, descarada e impunemente, se han encargado de promover la imagen (a precios superlativos) de los gobernantes en turno. El Otro Regio/a Jesús González M onterrey.- La mayoría de los analistas políticos han analizado de manera muy superficial las condiciones del triunfo electoral de Jaime Rodríguez Calderón en Nuevo León; se limitan a hacer un análisis de coyuntura sin perspectiva histórica; algunos se aventuran un poco. Del lado de activistas de derecha y de izquierda pasa algo similar: no se analiza a fondo, se descalifica a la población por el paso que dio o se automarginan del devenir histórico. Al final todos vivimos en un estado con unas ciertas condiciones objetivas y subjetivas desde las cuales se debe partir para generar una mejora de la calidad de vida de todas y todos. La realidad en el país es que México está en rebeldía y que donde esas condiciones lo permiten, por tener una mayor politización ideológica o sentido de comunidad, las protestas son con el uso de violencia o con boicots electorales e incluso económicos, pero en el Nuevo León de 2015 el Otro Regio/a encontró en la vía electoral la manera de rebelarse. Y es precisamente ese Otro Regio/a al que no se ha analizado con perspectiva histórica; se analiza al candidato ganador, pero no a quienes votaron por él. ¿Cómo llegaron hasta ahí? Durante el sexenio de Salinas de Gortari fuimos engañados con el cuento de que éramos de primer mundo: ahí comenzó la programación mental del “chip regio”, que delegaba los derechos humanos en los políticos y empresarios. Luego el engaño se profundizó con Fox: aparte de que ya éramos de primer mundo ahora también ya éramos una gran democracia. La descomposición brutal de nuestras relaciones como sociedad se aceleró durante el gobierno de Natividad González Parás, e hizo crisis con Rodrigo Medina. Cierto, de 1994 a 2009 hubo valientes activistas que resistían pero la población estaba en otro lado; esas y esos activistas gritaban para llamar su atención pero no eran escuchados; les gritaban: “¡pónganse a jalar!”. Fue hasta que la bestializada violencia destruyó la realidad de fantasía que nos habíamos creído, que poco a poco la población fue tomando conciencia y así, también poco a poco, comenzó a cuestionarse y protestar. Las movilizaciones por distintas causas entre 2010 y 2014, son los detonadores que, ahora sí, eran escuchados por una población que tímidamente se iba uniendo. La crisis total del sistema durante el gobierno de Rodrigo Medina fue el catalizador que hizo que creciera de manera irracional la opción contra los partidos políticos. La baja politización de la población y el temor a ejercer acciones de fuerza contra el sistema hicieron que todo se volcará en la opción electoral. Esto lo leyeron muy bien quienes apoyaron al Bronco desde el ámbito político y empresarial. La victoria electoral es sólo una fase más de ese devenir histórico que todo parece indicar, ha comenzado a transformar por completo el estereotipo del regio. Nuevo León no volverá a ser el mismo después de la crisis de corrupción y violencia, pero tampoco se ajustará a manuales de derecha o de izquierda: estamos en una fase donde nace algo nuevo pero hay que quitarse los ojos para poder verlo con otros muy diferentes. ¿Qué sigue en este proceso? Profundizar. Reconstruir las relaciones entre todas y todos desterrando la violencia estructural, organizar juntas vecinales autónomas e independientes donde sean las y los vecinos los que planten cara a los problemas cotidianos y, ya con fuerza comunitaria, exigir a los gobernantes que manden obedeciendo. Aceptar que no estamos preparados ideológicamente y fomentar la formación con técnicas educativas que hagan sencillo comprender temas complejos. Sería ideal que en la siguiente elección, esas juntas vecinales autónomas impusieran a los candidatos que en verdad les representen y terminaran de destruir a la clase política neoleonesa. Hoy la población ha recuperado la autoestima, haiga sido como haiga sido, hoy la población se siente con poder, pero la realidad es que no tiene cómo ejercerlo, por eso el siguiente paso lógico es la organización comunitaria en todos los barrios y colonias. Porque El Bronco no resolverá los problemas, es más, será muy difícil que pueda ir contra los poderes económicos locales, contra el gobierno federal y contra las políticas que se imponen desde Estados Unidos. Resolver los problemas significaría pasar por todo ello y Jaime Rodríguez no lo va a hacer. Quienes debemos hacerlo somos todas y todos organizados, con Jaime o sin Jaime, con Elizondo o sin Elizondo. Lo que pasó el domingo 7 de junio tiene raíces históricas que no debemos perder de vista, para que no retrocedamos ni un milímetro en los pocos avances logrados hasta hoy. Desde esas autonomías urbanas debemos ir definiendo qué es el Otro Regio/a y defenderlo de todos los políticos a la mexicana. PD. Somos parte de una rebelión generalizada en todo el país y por tanto también debemos ser empáticos y solidarios con quienes luchan en ella. No somos una isla. Notas para hablar de una elección Es falso que el resultado de las elecciones en Nuevo León sea derivado de la influencia de las redes sociales, no es cierto que sea producto de la propuesta iluminada de un candidato independiente, no es verdad que sea producto de la traición, no es cierto que sea la voz viva de la conciencia ciudadana hoy libre. Aunque nadie puede negar que tiene un poco de estos componentes, lejos estamos de poder afirmar que la democracia ha triunfado en Nuevo León. Horacio Flores onterrey.- El 7 de junio de 2015 se escribió en Nuevo León una página importante en la historia política del país. Un candidato independiente obtuvo un arrollador e incuestionable triunfo sobre los partidos políticos hegemónicos. Por primera vez se abría la posi-bilidad de que ciudadanos en condiciones de inequidad evidente pudieran participar en los comicios. Muchas sospechas levantó el origen priista de Jaime Rodríguez Calderón. Los temores por supuesto no eran infundados. Pero las más importantes insurgencias que se han protagonizado en la vida electoral de México de 1988 para acá, las encabezaron todas, expriistas, así que al final de cuentas, no era un fenómeno tan raro. Lo verdaderamente novedoso estaba en el “debut” de las candidaturas independientes, una figura que se había construido con tantos topes y reservas que no se veía cómo podía alguien atreverse a participar con una camisa de fuerza tan apretada. Precedía esta presentación, el duelo de pre-candidatas que protagonizaron el PRI y el PAN: Ivonne Álvarez y Margarita Arellanes respectivamente. Aunque en el caso del PAN, la balanza se inclinó finalmente por Felipe de Jesús, se destaca porque las motivaciones en el PRI para enderezar una candidatura encabezada por una mujer, partían precisamente de la virtual postulación panista. En dichos institutos políticos, se daba una falsa postura de fortalecimiento (solamente discursivo por cierto) de género. No se trataba más que de un manejo de mercadotecnia política que daba un giro a la contienda electoral, transformándola en una pasarela de imagen. Eran ambas, candidatas de los grandes electores hacia adentro de sus partidos (Madero en el PAN, Medina en el PRI), lejos estaban de ser abanderadas aceptadas en sus bases partidarias. Pero a quién importaba, Nuevo León y los procesos en general eran parte de un botín político que se venía administrando a la luz de las preferencias de las televisoras y las agencias publicitarias y por supuesto, las empresas dispuestas a realizar negocios a la sombra de los favores gubernamentales. Este desprecio de las élites políticas tuvo al final un costo muy alto para los partidos. El PAN no alcanzó a levantarse y el PRI, no pudo ni entrar a la contienda: para cuando las campañas iniciaron, ya estaban muy deteriorados en gran medida por las descomposiciones en sus correlaciones internas. Un ingrediente funda- mental en el proceso fue sin duda, la corrupción galopante que tenía al Estado convertido en el rehén de los intereses de los Medina: la grave y evidente incapacidad gubernamental para combatir la delincuencia organizada, los malos manejos en los recursos para reparar daños ocasionados por la naturaleza; el desastre de la multimentada Ecovía que fue retrasada más de una año, para hacerla más cara y disfuncional, súmele el de última hora creado Monterrey VI, chistecito que costaría 57 mil millones. Ya con finanzas atascadas, se proponía un proyecto que de inmediato fue atajado por especialistas y evidenciado como un intento más de negocios dirigidos desde la Presidencia, y la cereza del pastel fue el gasto hecho en imagen por la administración de Medina. En ese contexto aparece la candidatura de “El Bronco” un personaje que parecía inventado para la ocasión. Sin ataduras aparentes, sin más proyecto que ir contra los partidos, sin otra promesa que hacer lo que la raza mandara. No había en su campaña ninguna propuesta. Estaba la novedad solamente de no usar los medios que habían hecho presidentes y gobernadores. Renunció a la mercadotecnia del maquillaje. En mezclilla y con botas revivió la imagen del vaquero solitario capaz de salvar a todo el pueblo. Inspirado en el Libro Vaquero, se pronunció en con- tra de los Golden boys y las reinas de la belleza televisiva. Usó el lenguaje de la calle y con un novedoso modelo de comunicación se aferró a las redes sociales como la vía para hacer llegar su campaña a la mayoría de los electores. Y por si las novedades no fueran pocas, a mitad de la carrera Fernando Elizondo decidió cambiar de caballo y produjo con ello un viraje de votantes que ya nadie podría detener. Esta inédita figura en la que participan dos candidatos pero el registro y el copyright es nada más de uno, es un ingrediente en el que deberemos estar atentos porque si acaso se mantiene, estaremos hablando de un modelo digno de estudio. Así sin que hubiera una razón legal o acuerdos excesivamente elaborados, a partir de 8 de junio, de facto, en el Estado tenemos dos gobernadores. Aunque ambos lo nieguen, por sus venas corre el ADN de los partidos políticos conocidos y de las expresiones más autoritarias de la política del Estado. Con Alfonso Martínez Domínguez uno y obviamente con Eduardo Elizondo, el otro. Por las condiciones en las que llegan a la gubernatura, su compromiso de transparencia, honestidad y espíritu democrático es mayor. Obligados están ambos a no faltar a estos principios de gobierno. Es falso que el resultado de las elecciones en Nuevo León sea derivado de la influencia de las redes sociales, no es cierto que sea producto de la propuesta iluminada de un candidato independiente, no es verdad que sea producto de la traición, no es cierto que sea la voz viva de la conciencia ciudadana hoy libre. Aunque nadie puede negar que tiene un poco de estos componentes, lejos estamos de poder afirmar que la democracia ha triunfado en Nuevo León. Ha sido el hartazgo ciudadano por un lado, es cierto, pero también y de manera muy subrayada, la inconformidad hacía adentro de los partidos políticos lo que una vez que hizo crisis, propició que las estructuras electorales otrora manejadas por las cúpulas de los partidos, cobraran vida propia y pasaran la factura a quienes de ellas se olvidaron. Quedan muchas historias por escribir, todavía no llegamos siquiera al día de la toma de posesión. Con todas las reservas que pudieran tenerse es claro que la gran enseñanza de estas elecciones es que si existen modelos posibles. Ni los conocemos todos ni los hemos probado aún. En la lectura de todos nosotros debe quedar claro que es posible cambiar si así lo decide la voluntad popular. Mantener la vigilancia sobre el gobierno, el reto es desencadenar una activa y protagónica participación ciudadana. Una nueva forma de hacer política Efrén Vázquez M onterrey.- La mayoritaria de los nuevoleoneses optamos, el pasado 7 de junio, por una nueva forma de hacer política, basada en la transparencia y la participación ciudadana. Lo que esencialmente significa: 1) que el gobierno va a servir a todos, no a robar; y 2) que la gobernabilidad democrática no precisa, como se suele creer, de que la mayoría de los integrantes del Congreso sean del partido del gobernador, para que éste pueda controlar a la mayoría de los diputados. “Si gana El Bronco —sostuvieron los enemigos políticos de Jaime Rodríguez y Fernando Elizondo durante la campaña—, no habrá gobernabilidad en el Estado”. Y ninguno de los formadores de la opinión pública, la mayoría más comprometidos con el sistema político corrupto que con la verdad, pudo advertir que dicha aseveración alude a una gobernabilidad autoritaria, que es la que hemos vivido, no a una gobernabilidad democrática. La democracia es, en esencia: 1) una renuncia al poder para distribuirlo racionalmente, en busca de equilibrios; 2) diálogo racional para el logro de acuerdos, sin lo cual no es posible la gobernabilidad democrática, y para que las minorías, a través de dicho diálogo, tengan la posibilidad de convertirse en mayorías; y 3) el sometimiento, con base a estas reglas, de las minorías a lo acordado por el voto mayoritario. Pero no es esto lo que en la clase política entiende por democracia. Por eso los dinosaurios del PRIAN y los aprendices de brujos de los partidos pequeños, de las izquierdas y las derechas, dicen que con el arribo de El Bronco a la gubernatura la gobernabilidad está en peligro. Ni en el Congreso, ni mucho menos en los partidos, se sabe lo que es un «diálogo racional», en el cual se parte de dos supuestos: a) que la única verdad es la que surge de dicho diálogo; y b) que es posible que la verdad, o parte de ésta, no esté en mí sino en el o los otros, razón por lo cual, para encontrar la respuesta correcta de algo, o para encontrar la verdad de algo, yo necesito al otro o a los otros. Lo triste de la situación es que en el Congreso, órgano deliberativo por antonomasia, no se sabe lo que es diálogo racional. Lo que en estos lugares se produce es un diálogo de sordos; un monólogo, de cada partido ahí representado, asfixiante y adormecedor que estimula la decadencia y obstaculiza el crecimiento humano. En el Congreso, la verdad que surge del diálogo racional es sustituida por la “verdad” del partido que tiene la mayoría; o por la “verdad” perversa de las mafias partidistas que adquiere sentido de legalidad, por medio de conciliábulos. Lo que impera en el Congreso es los chantajes y las componendas entre las fracciones que integran la asamblea legislativa; el juego de Toma y Daca, y si se puede, Toma todo, es algo que en el Congreso todos saben jugar muy bien. Los partidos representados en el Congreso, sobre todos el de mayoría y el que tiene la primera minoría, por medio de chantajes y componendas intercambian posiciones en el Poder Judicial, en las áreas de justicia administrativa, laboral, electoral, etcétera, sin importar que los agraciados tengan el perfil adecuado para los cargos, lo que hace mucho daño a la administración pública y a los gobernados. Es hora ya, de que las bases sociales que apoyaron a Jaime H. Rodríguez a la gubernatura, exijan que se desaprenda todo este tipo de prácticas corruptas, y que a la vez se aprenda una nueva forma de hacer política. A partir del supuesto de que la política es, en esencia, conflicto y negociación no chantaje, no Toma y daca, lo primero que hay que aprender es que, si se tra- ta de una gobernabilidad democrática la que queremos para Nuevo León, el titular del Poder Ejecutivo no tiene por qué tener bajo su control a la mayoría del Congreso. Lo que se necesita es saber dialogar de manera racional, para lograr acuerdos de interés general. Se tiene que aprender que «negociación», en política, no es maquinación ni chantaje, sino la busca de acuerdos, a través de un diálogo racional en el que el eje central sea el bien común. Se tiene que aprender, entre muchas otras cosas relacionadas al quehacer político, que las bases sociales no sirven sólo para hacer que personas destacadas lleguen a los cargos públicos, sino que los ciudadanos constantemente deben estar al pendiente de las acciones del gobierno para aprobar o desaprobar su actuar. En empoderamiento ciudadano no debe quedar sólo en una propuesta de campaña de El Bronco y Fernando Elizondo, debe hacerse realidad. Por eso, la primera demanda que los ciudadanos tenemos que hacer a la nueva legislatura, es que apruebe, antes de cualquier otra cosa, la Ley de Participación Ciudadana. El Bronco y las broncas que vienen Ernesto Hernández Norzagaray M azatlán.- El triunfo contundente de El Bronco en las elecciones de gobernador del estado de Nuevo León fue histórico y ejemplar. Histórico porque es un outsider capaz de derrotar a un sistema de partidos que contaba el día de los comicios con una estructura, dinero, gobierno o gobiernos con los que puede operar y una amplia capacidad de retorcer la ley e influir en las principales decisiones de los órganos electorales. Y ejemplar, porque los resultados ahora son un incentivo poderoso para que otros ciudadanos con mayor o igual arraigo hagan lo propio en sus estados y municipios. Sin embargo, las candidaturas independientes tienen una serie de problemas político institucionales sobre los que es importante reflexionar desde ahora y es por ello que Nuevo León además de ser ya la cuna del primer gober- nador independiente será un laboratorio de lo que se puede y no se puede hacer desde el Ejecutivo. Pues, sin duda, los partidos seguirán siendo actores principalísimos a los que tendrá que tomársele en cuenta para garantizar la gobernabilidad y la estabilidad regia. Y es ahí donde empiezan los problemas en el ejercicio de los gobiernos independientes. El Bronco tendrá en sus manos un Poder Ejecutivo pero no tendrá un partido, ni una fracción legislativa o grandes organizaciones ciudadanas que movilicen para brindar apoyo a sus iniciativas incluso aun cuando contara con el apoyo de los poderosos poderes fácticos regiomontanos. Entonces, su gobierno estará sujeto a los contrapesos naturales del sistema de partidos. Así, el gobernador propondrá y los partidos dispondrán en el Poder legislativo sobre temas fundamentales. No se olvide que son ellos los que aprueban la política de ingresos como el presupuesto de egresos o revisan las cuentas públicas cada año. Y eso habrá de significar, negociación y acuerdo al menos con las fracciones parlamentarias más influyentes. Algunas querrán estar en sintonía con el Ejecutivo, para no ser castigados en la siguiente elección pero otros podrían estar en las antípodas torpedeando para debilitar al gobierno de manera que los ciudadanos terminen por caer en el desencanto ante esta nueva figura constitucional. No olvidemos que las elecciones del 2018 están a la vuelta de la esquina y cada uno de los partidos estará haciendo sus cálculos, como también lo harán algunos independientes, entre ellos posiblemente El Bronco, para tener candidato a la Presidencia de la República y eso podría significar alianzas po- líticas y sociales. El Bronco gobernador tiene un desafío mayor con su agenda de purificación de la vida pública de Nuevo León. Los ciudadanos regiomontanos estarán expectantes de las decisiones que tomará desde antes de asumir el cargo. Les interesa saber seguramente quiénes integraran su gabinete y cuáles son sus antecedentes en la vida pública. Estarán atentos a su discurso de toma de posesión donde El Bronco deberá delinear las grandes coordenadas de su gobierno y los primeros 100 días de gobierno. Donde estarán sus énfasis y los claroscuros por no señalar las áreas no prioritarias. Cómo visualiza su relación con el Poder legislativo o la ciudadanía, que lo llevó a donde estará los siguientes seis años. Esta dimensión es estratégica para esto y lo que viene, porque si de entrada toma decisiones impopulares o contrarias al discurso de renovación podría ser principio de su final. No es nada fácil la conversión de candidato independiente en gobernante independiente. A diferencia de los independientes Clouthier y Kumamoto que asumirán un escaño de los 500 de la Cámara de Diputados para desde ahí tratar de influir, considero qué poco, en el proceso legislativo, El Bronco tendrá que tomar las riendas de un gobierno en un contexto con alta demanda social y recursos escasos. Un lugar común en los procesos de alternancia política es que los ciudadanos tienden a elevar mucho las expectativas en el gobierno entrante y este tiene poco margen de maniobra. Hoy, por ejemplo, la bandera de lucha contra la corrupción que pasa por el escrutinio de quienes saldrán de la administración del priista Rodrigo Medina o el establecimiento de la Fiscalía contra la co- rrupción son inevitables para empezar bien este gobierno esperanzador. Esa bandera más que otras es la que ganó simpatías y votos en unos ciudadanos cansados de verla por todos lados. Sin embargo, su implementación tiene costos muy altos por el grado de confrontación que provocara con el PRI local, aun cuando el Presidente Peña Nieto haya impulsado la llamada ley anticorrupción. ¿Quién quiere ir a la cárcel? ¿Quién desea ser el chivo expiatorio en esta nueva cruzada de renovación moral? Nadie levantará la mano. Entonces, esto obliga a pactos entre El Bronco y los líderes partidarios o parlamentarios, de manera que siempre se tratará de blindar el pasado para caminar sin muchos tropiezos hacia el futuro. Y eso es un arma de doble filo, porque si bien por un lado podría favorecer al gobernante hacer sus polí- ticas, por el otro lado podría significar el torpedeo de los medios de comunicación buscando influir en el ánimo de unos gobernados que están pidiendo que caigan cabezas para refrendar políticamente lo dicho mil veces en campaña. Es decir, ponerla difícil para que El Bronco logré hacer un gobierno de nuevo tipo y si lo alcanza sería con un alto costo político, salvo que sea un acuerdo pactado con el centro y los poderes facticos donde se establezcan sus límites. Peña Nieto está urgido de mandar un buen mensaje anticorrupción para que su iniciativa de reforma no fracase y qué mejor a través de El Bronco, con la legitimidad que le dieron sus votos. Nuevo León está lejos de la Casa Blanca y el Presidente busca que vaya quedando en un segundo plano aun cuando el caso Aristegui se lo recuerde a cada momento. Quizá, entonces, es la tabla de flotación que tanto necesitaba el Presidente de la República y es de esperar que en los próximos días, anuncie que brinda todo su apoyo a El Bronco en su lucha contra la corrupción y los corruptos pero con absoluto apego al Estado de Derecho. Y, eso en un sistema judicial profundamente politizado, como lo hemos visto en la actitud del TRIFE frente al partido Verde, podría indicar el verdadero alcance de las banderas anticorrupción. Esperemos que El Bronco sea capaz de integrar un equipo experimentado, prestigiado y honesto porque si no, la victoria se le escurriría rápidamente entre los dedos y con ellos la ilusión renovadora de sus paisanos. Que sí sea. Para muchos ciudadanos voltear los ojos hacia una opción como Morena se vincula con la idea de que representa una opción de oposición que propone combatir la corrupción que caracteriza a la clase política. Por cierto, es un fenómeno que se repite en otras entidades. Saldos electorales Víctor Alejandro Espinoza T ijuana.- Por desgracia se va haciendo costumbre que la expectativa sobre los resultados electorales en Baja California sea conocer el porcentaje de participación ciudadana; o si se quiere, el comportamiento del abstencionismo. Desde 1992, año de la elección local intermedia después de la alternancia en el gobierno estatal, la asistencia a las urnas se ha ve- nido reduciendo de manera consistente. Y esto es válido para comicios locales y federales. Los bajacalifornianos han decidido darle la espalda a los procesos electorales. Este 7 de junio, fecha de los comicios federales intermedios, solamente el 29.54 por ciento de los inscritos en el listado nominal, acudieron a votar. Es el record para cualquier elección en la entidad. Ese bajísimo nivel de participación sitúa a Baja California como el último lugar a nivel nacional o si se quiere, primer lugar en abstencionismo. Desde luego que un porcentaje de dicho ausentismo en las urnas se explica por el fenómeno migratorio (posiblemente un 15 por ciento), pero existen otros factores. El descrédito y la baja valoración que les merecen a los ciudadanos las élites políticas, así como los partidos políticos, lleva a la conclusión de que no tiene sentido votar. La generalización “todos son lo mismo”, ha llevado a la postura de que el sufragio sólo sirve para preservar los privilegios y la corrupción. Lo cierto es que tenemos a los representantes que nos merecemos; no surgen por generación espontánea, son producto de una ciudadanía de muy baja intensidad que no vota, no participa, ni se organiza y menos exige rendición de cuen- tas y transparencia. Para que cambie la clase política tiene que transformarse la llamada sociedad civil. Debemos crear ciudadanía para aspirar a una democracia de calidad. Históricamente la cultura política en la entidad ha sido bipartidista. PRI y PAN se han repartido las preferencias electorales. En una coyuntura como la actual, las críticas del partido que gobierna en la entidad, el PAN, se centraron en la decisión del Congreso federal de aumentar el IVA en la frontera del 11 al 16 por ciento y fue acompañada por la mayoría de las cámaras empresariales, acusando directamente a los diputados federales priistas de traicionar a la ciudadanía votando a favor del incremento al impuesto; el costo para el PRI ha sido enorme. Dos parecen las consecuencias de dicha campaña monotemática: el PAN se lleva “carro completo”; es decir, si en los cómputos distritales se refrenda el triunfo, los 8 candidatos(as) de Acción Nacional habrán obtenido una diputación de mayoría relativa. Se trata de un registro que no se tenía desde los años ochenta cuando vivíamos en un sistema electoral de partido hegemónico. La otra consecuencia parece ser el voto de castigo con una doble vertiente: por un lado, un alto porcentaje de voto nulo y por el otro, el crecimiento de una tercera fuerza: Morena. Efectivamente, si el promedio del voto nulo a nivel nacional fue de 4.88 por ciento, en Baja California alcanzó un 7.51 por ciento, superior al porcentaje obtenido por 7 partidos: PRD, PVEM, PT, MC, NA, Humanista y PES. En este rubro también la entidad obtuvo el registro más alto a nivel nacional. En una sociedad bipartidista, la aparición de Morena como la tercera fuerza política resulta un dato relevante. Morena que participaba por primera ocasión desplazó al PRD en la entidad, obteniendo el 12.86 por ciento; el más alto registro histórico para un partido que no sea PAN o PRI. Para muchos ciudadanos voltear los ojos hacia una opción como Morena se vincula con la idea de que representa una opción de oposición que propone combatir la corrupción que caracteriza a la clase política. Por cierto, es un fenómeno que se repite en otras entidades. Seguiremos analizando los saldos del proceso electoral que deja varias enseñanzas para el futuro inmediato y, sobre todo, para el 2018. Investigador de El Colegio de la Frontera Norte. “La Polvorita” estalla en la Huasteca Pablo Vargas González achuca.- En el distrito uno ubicado en Huejutla de Reyes, Hidalgo, la campaña alcanzó una efervescencia que se dio desde la selección de candidatos y el realineamiento de grupos políticos. Sin embargo, la ganadora Carolina Viggiano Austria dejó un resquicio al increpar, aun antes de que se celebrara la jornada del domingo pasado, al periodista Anselmo Estrada Alburquerque por información de su columna la “Inocente polvorita”. Dentro de los estertores postelectorales del 7 de junio, permanecen resabios de una contienda con resultados de tendencias que dan continuidad a patrones de participación y variantes inesperadas. Las campañas entre contendientes fueron feroces y mucho más en el distrito de la huasteca hidalguense. Ahí se jugaba mucho más que un cargo a la diputación federal, se jugó una fuerte apuesta para posicionar fuerzas hacia el 2016: la lucha por la gubernatura. No es de extrañar el desconocimiento de políticos(as) y funcionarios(a) a personajes reconocidos de la sociedad. Tal vez Carolina Viggiano no estaba informada que Anselmo Estrada es ampliamente reconocido como “el decano de los periodistas” en Hidalgo, no dicho por mí, sino que han sido los trabajadores del mismo gremio que le han dado esta distinción. Apenas el 28 de abril pasado varias organizaciones civiles de Hidalgo dieron el reconocimiento “Al mérito ciudadano” a Anselmo Estrada por sus 55 años de labor periodística y en él se reconoció la reivindicación de la libertad de expresión y el derecho a la información, sobre todo por momentos coyunturales en que el gremio periodístico se sintió agredido por los poderes fácticos en el caso de Carmen Aristegui. Y ese reconocimiento a Anselmo Estrada fue por su celebrada columna “La inocente polvorita”, título que dibuja completamente no solo la personalidad de Estrada sino que ahí podemos encontrar al periodista nato, el de la labor de memoria, el que no solo sigue la información de la realidad sino que la interpreta y opina sobre ella. En su columna podemos encontrar trazos de la vida política de Hidalgo, de las políticas de los gobernantes en diferentes niveles. En momentos se ha convertido en el interlocutor de varios funcionarios a los que señala las verdades, que resultan incómodas, a personajes poco o nada acostumbrados a la crítica. Todo sucedió porque Anselmo hizo eco de las declaraciones de los partidos políticos en la Huasteca durante la campaña, en el sentido de que había recursos y dinero provenientes del gobernador de Coahuila a favor de la candidata Viggiano Austria. Lo cual dichas noticias no fueron procesadas ante autoridades correspondientes pero que varios medios de comunicación publicaron como ciertas. En su columna (11 de junio), que por cierto llevó como tema principal “Urgen más broncos”, en una apostilla “Coahuila en la Huasteca”, se refiere simplemente a que Carolina ganó a pesar de que hubo diversos operativos de voto en esa región, haciendo suyas la información publicada previamente. Lo que hubiera quedado como parte de una crítica periodística se agrandó cuando Viggiano llamó directamente al teléfono celular del periodista Estrada para demandar “pruebas” de injerencia del gobernador de Coahuila en la campaña electoral. Además de señalar que lo escrito era falso, el asunto más grave no fue la llamada en sí, sino que la ahora candidata ganadora le exigió presentar pruebas o le demandaría penalmente. Se trata de un exceso y extralimitación de la aun diputada electa Viggiano Austria, no solo porque Anselmo Estrada no fue un contendiente en la campaña electoral; sería importante demandar o requerir a quienes hicieron tales declaraciones en la lucha por los votos. Por otra parte, se trata de una afrenta al ejercicio periodístico y a la libertad de expresión, que debería canalizarse a las nuevas instancias de protección de periodistas en Hidalgo. No cabe duda que las campañas y luchas por los espacios de poder son intensos, más aún como se procesaron en la huasteca hidalguense; sin embargo, el proceso electoral ya terminó en esta etapa y comienza otra; desafortunadamente se quedan dudas –o más bien certezas– del proceder de quienes están enfilados a otra contienda política. Muerte sin sentido Luis Miguel Rionda G uanajuato.- Dieciséis días después de las elecciones el crimen organizado cobró una víctima mortal en Guanajuato, en la persona del alcalde electo del municipio de Jerécuaro, Rogelio Sánchez Galán, del partido verde. Dice la prensa que fue ejecutado junto con dos ayudantes, cuando se trasladaba a su negocio de transportes, y que los perpetradores fueron varios individuos que se transportaban en dos camionetas portando armas automáticas AR-15 y AK-47, las propias de los sicarios de los cárteles de la violencia desquiciada que nos atormenta a los mexicanos. Al momento no hay mayor información sobre las motivaciones del crimen, pero el hecho nos mueve a temer que en el sur de la entidad se estén desarrollando situaciones similares al del vecino Michoacán, donde los ediles en funciones o electos son frecuentemente amenazados, chantajeados o cohe- chados por las mafias de malosos que buscan controlar a las autoridades locales, para garantizar su complacencia o complicidad. Esto genera temor entre los políticos honestos que se resisten a alinearse con el crimen, y con frecuencia los resultados son desastrosos para sus personas o familias. Rogelio Sánchez ya había sido presidente municipal de Jerécuaro entre 2009 y 2012 por el Partido Acción Nacional. Dueño de una empresa transportista que trajinaba migrantes hacia los Estados Unidos, es claro que se trataba de una persona con fuerte presencia local. Tuvo conflictos con los panistas locales y en 2012 emigró al PRD con todo y la estructura política que supo construir, y se convirtió en su candidato a diputado federal por el 14 distrito, con cabecera en Acámbaro, pero quedó en un tercer lugar. En la elección municipal reciente ganó con 37.3% de los votos válidos, contra 29.8% del candidato del PAN y 28.3% del PRI. Una elección cerrada y tripartidista, lo que puede plantear una posible línea de investigación pues su triunfo pudo no resultar del agrado de algún factor real de poder en el municipio, que a lo mejor apostaba a otra opción. Una especulación, claro, pero no creo en las coincidencias cuando se trata del control de un gobierno que puede tener un valor específico para los criminales. Es lamentable que la seguridad en vidas y bienes siga siendo un pasivo dentro de nuestro esquema político de convivencia. No es aceptable que un funcionario electo, un líder comunitario que supo ganarse el favor de una mayoría simple de sus conciudadanos, pueda ser victimado por rufianes que responden a intereses infames, que son capaces de matar para proteger algún negocio sombrío. Toda la clase política del estado de Guanajuato se ha unido para lamentar y rechazar el delito. La privación de la vida siempre será deleznable, pero más cuando se perpetra contra una persona que se ajustó a las normas de civilidad política para conquistar una posición de servicio público. La cobardía alevosa del que ejecuta desde la potencia de un arma de asalto contra víctimas desarmadas es exe- crable y vomitiva. El presidente electo había ofrecido donar su sueldo a becas. Su situación económica personal lo permitía, por supuesto, pero llamó la atención tal desapego al ingreso salarial por una responsabilidad absorbente. Otros candidatos de su partido, como el también ganador en Acámbaro, ofrecieron recortar su salario a la mitad. Distintos candidatos perredistas, como el de Guanajuato capital, sólo prometieron ajustarse a los montos recomendados por el congreso local. Con esto no editorializo o pontifico: sólo destaco un detalle que habla de una inusual probidad. Lamento este infortunado y reprobable acontecimiento. Manifiesto mi solidaridad con su familia y sus cercanos, así como con su partido actual. La descomposición social que padece nuestro país debe hacernos conscientes de la urgencia de ejercer una ciudadanía activa y demandante, que se auto proteja de las embestidas de los perversos. Los que nos decimos justos nos debemos este respeto. ¿Por qué se endeudan los gobiernos? Edilberto Cervantes Galván M onterrey.- ¿Por qué se endeudan los gobiernos? El caso de la “Tragedia Griega” es un brillante ejemplo de cómo los agentes financieros y el gobierno actúan de consuno para “colocar” deuda ampliando los límites más allá de lo razonable y sustentable. En 2010 la Comisión Europea acusó al gobierno griego de estar falseando las cifras sobre el déficit público. El Primer Ministro se vio en la necesidad de reconocer que el gobierno había falseado las cifras; señaló, sin embargo, que esa falsificación se había hecho con la ayuda del banco Goldman Sachs. Gracias a esa falsificación el gobierno griego estuvo recibiendo préstamos de bancos privados y de entidades internacionales como el FMI. Conviene recordar que en la crisis del 2008 en los Estados Unidos el banco Goldman Sachs estuvo a punto de ir a la quiebra y que entre En el corto plazo, en materia de política económica, el aspecto más relevante en el caso de México es la reducción del gasto público en el 2015 y el pronóstico de un recorte similar para el 2016. sus directivos han figurado varios secretarios del tesoro de los Estados Unidos, un primer ministro de Italia y Presidente de la Unión Europea y el actual presidente del Banco Central Europeo. ¿Quién le mintió a quién? El papel del gobierno en la economía ha sido materia de debate desde hace décadas. En los últimos cuarenta años ha ganado terreno la doctrina que postula que el gobierno debe limitarse a dar los servicios básicos de seguridad y orden y dejar que los mercados actúen libremente. El enfoque neoliberal no descarta sin embargo que el gobierno pueda actuar como cualquier otra entidad a la que se le pueda “prestar ayuda financiera”. El gobierno se convierte en un usuario, un cliente más de los servicios financieros. Esa es la doctrina, pero en la práctica cuando los mercados o las empresas entran en problema es el gobierno el que tiene que salvar la situación. Así acaba de pasar en los Estados Unidos. En México la función del gobierno en la economía se debate entre la intervención y la no intervención. En el discurso político se habla de los mercados y de que las reformas lo que buscan es mejorar la competitividad y la competencia, pero en la práctica se utiliza el gasto público como una variable significativa y al gobierno como un cliente de los servicios financieros. Se han creado órganos autónomos del gobierno para regular la economía. No es el gobierno el que regula de manera directa pero tampoco es libre el juego de los mercados. Un mercado administrado. En el corto plazo, en materia de política económica, el aspecto más relevante en el caso de México es la reducción del gasto público en el 2015 y el pronóstico de un recorte similar para el 2016. Hasta ahora el impacto de estas decisiones no se ha sentido en todo su rigor, parte por inercia en otros gastos como el consumo y la inversión privados. Para el 2016, sin embargo, la contracción del presupuesto tendrá severas repercusiones. En el caso de la inversión pública federal será el tercer año consecutivo en que se reduzca. Pero el impacto más fuerte será para los gobiernos estatales, por la reducción en el renglón de las participaciones que les otorga el gobierno federal como porcentaje de sus ingresos. La baja en los precios del petróleo a lo largo de 2015 se traducirá en una reducción en los ingresos repartibles y por lo tanto en las participaciones en el 2016. Ya en el presente año ha habido repercusiones. Esta baja en las participaciones afectará de manera desigual a los estados. La proporción que representan las participaciones en el pre- supuesto estatal varía de entidad a entidad. No obstante, el impacto será de importancia en todos los estados. Sobre todo porque la gran mayoría ha estirado su capacidad de endeudamiento más allá de los límites razonables. Como en el caso de Grecia, no se conoce con certeza el tamaño de las deudas de los gobiernos locales. Los gobiernos locales se han convertido en clientes de los servicios financieros; contratan y emiten deuda y aparecen como clientes de las calificadoras de deuda, del tipo Goldman Sachs. En los últimos lustros los gobiernos estatales y hasta los municipales le entraron al juego de las finanzas. Por mucho tiempo la SHCP mantuvo a raya a los gobiernos estatales y vigilaba sus necesidades de endeudamiento; la SHCP estableció y mantuvo la regla de que los gobiernos estatales no podían comprometer las participaciones, utilizándolas como apalancamiento para contratar créditos. Incluso la SHCP llevaba un registro de los créditos contratados. Pero esta prudente prohibición se eliminó desde hace años. Hasta entonces el financiamiento de la obra pública y gasto público tenía por límite el presupuesto regular, excepto por los préstamos blandos que se obtenían de la llamada banca de desarrollo. Pero la SHCP fue elimi- nando esas restricciones. Entre otras “facilidades” admitió comprometer los ingresos de las participaciones. Se estimuló a los gobiernos locales a “bursatilizar” sus ingresos. Esto no fue otra cosa que comprometer los ingresos futuros como respaldo o apalancamiento de nuevos créditos: ahora con la banca privada. La banca de desarrollo prácticamente desapareció y fue entonces que se promovieron los proyectos de inversión público-privados. Bajo este esquema la obra pública ya no puede contabilizarse como obra de gobierno sino como una inversión conjunta cuya rentabilidad ya no es definida con los criterios de rentabilidad social sino con los de rentabilidad privada, que obviamente son más altos. Buena parte de las obras así financiadas se encuentran sin uso ya que los gobiernos locales no tienen recursos para equipar los inmuebles y menos para crear plazas para el personal: hospitales, escuelas, penitenciarías, por ejemplo. Durante los gobiernos de Fox y Calderón, con los altos ingresos generados por las exportaciones de petróleo, se canalizaron elevados recursos a los gobiernos estatales vía las participaciones. Con esos mayores ingresos por participaciones los gobiernos estatales ampliaron su capacidad de endeudamiento hasta límites que ahora será muy difícil sostener. Con esta combinación de mecanismos de financiamiento, el techo de endeudamiento de los gobiernos estatales dejó de tener los límites impuestos por los ingresos anu- ales y los créditos blandos. El escenario actual en la mayor parte de los estados es que la deuda pública se ha elevado de manera significativa. El compromiso de pago de las deudas así contraídas es una carga pesada, sobre todo si la economía no crece. Y la economía mexicana está prácticamente estancada desde hace veinte años. El juego de las finanzas para los gobiernos estatales tendrá consecuencias funestas para buen número de generaciones por venir. Así que el 2016 la situación para las finanzas nacionales y para las finanzas de los gobiernos estatales será de severa restricción. Una oportunidad para probar si la doctrina económica en boga tiene o no sentido. Las patronas de La Patrona G. Berrones Francisco Gómez Maza Cierres de campaña L a Firma, Luis y Julián y Los Tigres del Norte armaron tremendo trote en los cierres de campaña y en sus canciones entrañan el alma del candidato: Ivonne corridos de narcos; Felipe tristes baladas y en misóginas cantadas, el Bronco monta su cuaco. Deformando la Reforma “ C iudad de México.- El fenómeno de las migraciones, que llamaría migraciones forzadas porque los migrantes se ven obligados a irse de su país, empujados por la pobreza y el hambre, cosa que nunca han entendido ni entenderán las llamadas autoridades gubernamentales, ha creado un fuerte movimiento de solidaridad que en México se ha personalizado en la acción solidaria de Las Patronas. Las Patronas le llaman a un pequeño grupo de mujeres que, con Norma Romero y mujeres de su familia a la cabeza, cocinan arroz y frijoles en enormes cacerolas y, con pan y agua, entregan en bolsas de plástico a migrantes centroamericanos que viajan en el lomo del tren llamado La Bestia, rumbo a Estados Unidos, cuando cruzan La Patrona, barrio de la población de Amatlán de los Reyes, estado de Veracruz. Con los años, el trabajo de Las Patronas ha evolucionado y actualmente, gracias a donativos que reciben, ofrecen más alimentos, atención en materia de salud e, incluso, asesoría legal. Todo gratuitamente. En 2013 Norma Romero, la funda- dora del grupo de mujeres, recibió el Premio de Derechos Humanos de la oficialista Comisión Nacional de Derechos Humanos de México. Los funcionarios públicos encargados de la defensoría de oficio de los derechos humanos en México reconocieron así la trayectoria de Las Patronas en la promoción efectiva y la defensa de los derechos humanos de las personas migrantes. Por todo ello y más, porque la labor de Las Patronas ha trascendido fronteras, Laura Castán, presidenta de CODESPA, organización no gubernamental española de Cooperación para el desarrollo, con 30 años de experiencia, constituida por un grupo de profesionales y expertos de diferentes disciplinas comprometidos con el desarrollo integral (económico, social y humano) de los más pobres, ha propuesto a Las Patronas de México para ser homenajeadas con el premio ahora denominado Princesa de Asturias 2015. Para que esto ocurra, los y las personas interesadas deben demostrar que los ciudadanos de a pie reconocen, admiran y aplauden la labor de Las Patronas y, con ese apoyo, un ente diplomático po- drá presentar la candidatura de Las Patronas ante el patronato de la Fundación Princesa de Asturias. Es por ello, que Laura Castán, con el apoyo de organizaciones como el SJM México, el SJM España, la Universidad de Sevilla, el Instituto de Migraciones de la UGR, la Universidad Pontificia de Comillas, el Instituto Arrupe, el COLEF, la Universidad Iberoamericana, Entreculturas, Migrante Mesoamericano, Albergue la 72, Albergue Hermanos en el Camino, Estancia Gonzaéz y Martínez, Albergue Frontera con Justicia y un gran número de voluntarios y activistas que dedican su vida a transformar este mundo de injusticias, está promoviendo la candidatura de Las Patronas al premio Princesa de Asturias 2015 en la categoría Concordia. La señora Castán quiere que esta candidatura represente también un reconocimiento a todas aquellas personas que se han quedado en el camino; que lucharon por tener un futuro mejor y que sirvieron de ejemplo de superación y compromiso contra la injusticia que padecen en sus países de origen. Se acabó el sindicalismo, se acabó el escalafón” Chuayffet en Educación lo dijo con tal cinismo; fiel a su autoritarismo, lo presume y se solaza; los profes de buena raza son pretexto a una reforma; la educación se deforma y el asunto no es de plazas. Elección en Guadalupe A usente de prosa y verso no andaba de vacaciones estaba en las elecciones soportando veleidades unas cuantas necedades peleándose la alcaldía contamos de noche y día los votos del ciudadano; ya la constancia está en manos de uno de la cofradía. Tacos con impuestos O ra sí que la chiflamos, hay que amarrarnos la panza; con los impuestos no alcanza para mitigar el hambre; ni para un lonche de fiambre, menos taquitos sudados o las tortas de guisados; Hacienda impone esta dieta, adelgazar es la meta mientras engorda el Estado. Tiempos violentos D e la ciudad no se fueron los narcos ni la violencia ya mostraron su presencia en menos de un día murieron, en la prensa ya lo vieron, la muerte campea fecunda váyanse cavando tumbas, los Medina ya se van, de seguro dejarán cientos de basura inmunda. Evaluación en suspenso E n esta bella nación casi todo es vacilada; la verdad se vuelve nada como hace Gobernación: suspendió la evaluación a los profes de la CNTE y de paso los del SNTE también son beneficiados; calculen los reprobados que se quedaron pendientes. ¿Soldados en la elección? S ería una mala señal la presencia de Sedena la elección se iría a condena y a repudio nacional. Imposible sufragar en presencia de las armas; se amedrenta cuerpo y alma manchando la democracia; el país caería en desgracia y perderíamos la calma. La risa de Medina PAN con lo mismo De qué se reía Medina en su encuentro con el Bronco? de deudas está hasta el tronco; robó tarde, noche y día, cínico en sus tropelías los días los tiene contados; que se pongan aguzados, los asesores de Jaime, y no permitan que amaine el escarmiento esperado. o no sé qué pensarán los políticos soberbios bien dicen que si crias cuervos los ojos te sacarán; pues resulta que en el PAN la mujer de Calderón cree ganará la elección allá en el dos mil dieciocho Margarita, ese bizcocho, no acepta repetición. ¿ Y E N TRELIBROS El teatro de López Tarso Ignacio López Tarso. Hablemos de teatro* es un homenaje a la trayectoria de este célebre actor mexicano, realizado por su hija Susana López Aranda (Ciudad de México, 1955) en dieciséis sesiones de grabación de dos horas cada una (febrero 2011-febrero 2013). La estructura es cronológica (siguiendo el orden de las obras escenificadas), aderezada con el invaluable contexto biográfico en torno a la selección, preparación y montaje de cada obra. Se han omitido las preguntas para agilizar el texto. Alrededor de 100 obras en casi siete décadas (1948-2013) integran el currículum lopeztarsiano, sin contar sus 50 películas, más de mil programas televisivos (unitarios, series y telenovelas) y 8 discos de corridos y relatos de la Revolución. Desde Sueño de una noche de verano (Shakespeare, 1948) hasta El cartero (Antonio Skármeta, 2013), López Tarso ha recibido más de 200 premios nacionales y extranjeros. Por cierto, Ignacio López López (Ciudad de México, 1955) tomó el “Tarso” de Saulo (o Pablo) de Tarso que llegó a ser el apóstol Pablo. Sus opiniones son imprescindi- bles para la historia del teatro mexicano y la formación actoral, pues además de comentar las circunstancias y anécdotas en torno a la política cultural, la burocracia, los presupuestos, el estado de los teatros donde ha actuado y los directores y actores con los que ha trabajado, también habla de los métodos de actuación, la construcción de los personajes, la memorización, el hecho teatral, la aridez intelectual, los personajes más agotadores, los accidentes teatrales, los triunfos, los fracasos y el respeto al texto, a la profesión y al público. Sobre la elección de personajes señala: “Hay personajes que no te simpatizan, pero que son excelentes. En Tirano Banderas, por ejemplo, yo en lo personal puedo detestar lo que hace (…), pero (…) es el gran personaje. Entonces te tragas las teorías o las posturas políticas para tratar de entenderlo como un ser humano” (p. 114). Sobre la comprensión de las obras: “Cuando empezamos con el montaje de Prueba de fuego, con Seki Sano, por ejemplo, la preparación exploró la obra a profundidad en dos niveles: el de la época en que sucede la trama, los juicios por brujería del siglo XVII en Salem (Massachussets), y cómo esa historia es el pretexto para hablar de hechos contemporáneos, es decir, de “la cacería de brujas”, la persecución desatada por (el senador Joseph) McCarthy contra muchos intelectuales (19501956), el propio Arthur Miller (autor de la obra citada), por acusaciones y sospechas de ser comunistas” (p. 164-165). ¿Y qué decir de los imponderables?: “En una gira con El Avaro (de Molière), en San Salvador, no llegó el vestuario (…). Irene, la hermana de Miguel Sabido, se fue corriendo y llegó al rato con un rollo enorme de manta y a cortar pedazos. Te medían y tan largo como eras; pues el doble: “Este mide uno ochenta”, decía Irene, “pues córtenle tres sesenta y a la mitad, un agujero a tijera y ya”. Todo esto ya en el teatro, con el público en la sala, ¡imagínate nomás! Bueno, pues el discurso que se echó Miguel Sabido para explicar fue tan inspirado, que en cuanto se abrió el telón y aparecieron los primeros personajes con sus vestidos de manta blanca ¡la gente aplaudió! Una ovación y todo salió formidable” (p. 338-339). * Susana López Aranda. Ignacio López Tarso. Hablemos de teatro. México, D.F.: Trilce Ediciones / CNCA / UANL, 2104. 509 pp., Fot. (Pasta dura.) Un caso de extrema simbiosis personal Hay múltiples formas de contar una historia. Una de las más comunes es apoyarse en un testimonio supuestamente escrito por alguien más: cartas reveladoras, manuscritos antiguos, mapas de tesoros, diarios personales, documentos, libros mágicos, etcétera. Eso han hecho muchos escritores: Borges (“Tlön, Uqbar, Orbis Ter- tius”), Cortázar (“Manuscrito hallado en un bolsillo”), Fuentes (“Chac Mool”), Poe (“Manuscrito hallado en una botella”), Swift (Los viajes de Gulliver), entre otros. Por este recurso ha optado Sergio Eduardo Cruz Flores (Ciudad Satélite, Edomex, 1994) en su cuento “Willclid Pennbone”, incluido en la antología Se oyen voces en el pasillo*. El falso libro, en este caso, es Tragedias del drama, del también apócrifo investigador de teatro Rómulo Fernández, publicado en Buenos Aires por la inexistente (allá) Editorial Cencerro. Refiérese en este texto la curiosa historia de una simbiosis personal y profesional entre dos actores shakesperianos: William Rathbone y Euclid Pennworthy, que un día de 1878 deciden cambiar los personajes que hacían en la obra de El cisne de Avon, Otelo (en la que William era Otelo y Euclid, Yago), para ver si alguien lo notaba. Su actuación es tan perfecta que ni la actriz que hacía el papel de Desdémona (esposa de Otelo) se da cuenta. Ni siquiera “El director y los demás actores (…) hubieran podido dar cuenta del hecho, lo que dejó atónitos a nuestros personajes” (p. 45). Ese éxito o comprobación de su talento mimetizador los incita a emprender una misión más exigente: representar al otro en su vida privada, sin ser descubiertos. Con el tiempo van adquiriendo detalles físicos del otro: “a Pennworthy empezó a crecerle un blanco bigote que era sello del carácter de Rathbone y la quijada del segundo (o sea, el mismo Rathbone) se extendió en semejanza de la de su compañero (Pennworthy)” (p. 46). Ya para entonces se les conocía como “Rathworthy y Pennbone” (p. 45) y luego serían “Worthybone y Pennrath” y “Rathywor o Peyworth” (p. 46) e incluso “Ypenthorth” y “Worthyrath” (p. 47). ¿Reconocimiento, confusión o burla? Todo acabó diez años después, en 1888, cuando al representar de nuevo la obra donde todo empezó (Otelo), uno de ellos, aquejado por “un enorme sentido de terror existencial” (p. 46), estranguló al otro. El final de esta historia es borgeano: “Toda la compañía (teatral) (…) se acercó al simbionte asesino que sostenía el cadáver de su complemento y por primera vez en años se dieron cuenta de que William Rathbone y Euclid Pennworthy alguna vez existieron como individuos” (p. 47). Tal era el parecido que “Nunca se supo quién fue el asesino o la víctima” (ídem.). * Sergio Eduardo Cruz Flores. “Willclid Pennbone” en Se oyen voces en el pasillo. Antología Resortera 2014. Monterrey, N.L.: Edit. UANL / Colectivo Resortera, 2015. 110 pp. Eligio Coronado D I SPAR ATES Dedocracia Armando Hugo Ortiz M onterrey.Con tanto alboroto de aspirantes a la Silla Mayor, es bueno repasar la saga del dinosaurio priísta, cuando el Presidente, Dedo Mayor, elegía como su heredero a un miembro del gabinete presidencial. Se cumplió hasta finales del siglo XX. Ernesto Zedillo ungió en 2000, como candidato a su secretario de gobernación, Francisco Labastida; lo llevó al cadalso. Vicente Fox fracasó también en 2006, su secretario de Gobernación, Santiago Creel, fue eliminado en la primera ronda por un tipo levantisco, Felipe Calderón, quien buscó a su vez imponer a su secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, en 2012. Gracias por participar, dijo Josefina Vázquez Mota. Peña Nieto fue sólo gobernador, su ascenso resultó de una alianza de Televisa con los grupos Sonora: Manlio Fabio y Emilio Gamboa, e Hidalgo: Osorio Chong y Murillo Karam Se dice que al final de este sexenio, revivirá el rito de que el Dedo Mayor designe sucesor, entre tres allegados del gabinete, siempre y cuando se cumpla para 2018, el sueño guajiro de cada uno. Luis Videgaray será el bueno si para entonces fluyen hacia México millonadas de dólares en inversiones extranjeras, gracias a las reformas estructurales. Con crecimiento económico superior al 10%, podrá afirmar como López Portillo que, ahora sí, administraremos la abundancia. Miguel Osorio Chong puede ser el mesías si domestica a los Zetas, Nueva Generación, del Golfo, Sinaloa, Jalisco, Templarios, Rojos, etcétera, y los convierte en grupos de auto defensa, gracias a Alfredo Castillo. Emilio Chuayfett, marcará un hito histórico, si los profesores de la Coordinadora le agradecen las bondades de la reforma educativa y lo llevan en hombros a la sede nacional del PRI, entre porras y matracas. ¿Y si no se cumple ningún escenario optimista para el 2018? No importa, todo lo podrá solucionar el Dedo Mayor: Televisa.
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