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Valdivia, 01 de marzo de 2015
DECRETO Nº 5 /2015
VISTOS:
1.- La tradición pastoral de la Diócesis iniciada en el año 1995,
2.- La necesidad evangelizadora actual de nuestra iglesia
diocesana,
DECRETO
Promúlguese el texto “Una Iglesia que escucha, anuncia y
sirve”. Orientaciones Pastorales 2015-2020.
Pido a nuestra Secretaría General para la Pastoral acompañar
a cada una de las unidades pastorales presentes en la Diócesis
–parroquias, colegios, áreas y departamentos diocesanos de
pastoral– en la elaboración de un Plan Pastoral que
implemente operativamente las presentes Orientaciones
Pastorales en cada una de ellas. A su vez, le pido, a la misma
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Secretaría, velar por el cumplimiento de dichos Planes a lo
largo del período en que estas Orientaciones tendrán
vigencia.
Pido, al mismo tiempo, a todos los fieles de la Diócesis, acoger
y dar a conocer estas Orientaciones Pastorales con verdadero
espíritu eclesial.
Tómese razón, comuníquese y archívese.
Ignacio Ducasse Medina
Obispo de Valdivia
Mª Alejandra Oyarzún M.
Secretaria Canciller
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Indice
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TEXTO INSPIRADOR
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•
PRESENTACIÓN
9
•
INTRODUCCIÓN
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•
Capítulo I
UNA IGLESIA QUE ESCUCHA Y CONTEMPLA AL SEÑOR EN LA REALIDAD
13
Marco global y contextual
Dimensión geográfica y social
Hechos y signos de los tiempos que nos interpelan
Dimensión histórico-eclesial
Hechos y signos eclesiales que nos interpelan
Breve historia de las orientaciones pastorales diocesanas
•
Capítulo II
UNA IGLESIA QUE CREE, ANUNCIA, SIRVE Y CELEBRA
Criterios pastorales
Primer Criterio
Segundo criterio
Tercer criterio
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Capítulo III
UNA IGLESIA EN MISIÓN Y SERVICIO PERMANENTE
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Ejes fundamentales y sus líneas de acción
El laicado
Vocaciones y ministerios
Liderazgo
Evangelización de la cultura
•
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29
32
35
38
Capítulo IV
UNA IGLESIA MISIONERA, SERVIDORA Y CONTEMPLATIVA
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•
ORACIÓN A LA VIRGEN DEL ROSARIO
45
•
NOTAS
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“De inmediato, Jesús obligó a los discípulos a que
subieran a la barca y se adelantaran a la otra orilla,
mientras Él despedía a la gente. Una vez que la
despidió, subió al monte a orar a solas. Al atardecer
permanecía aún allí, Él solo. La barca estaba muy
distante de tierra, sacudida por las olas, pues el viento
era contrario. De madrugada Jesús fue hacia ellos
caminando sobre el mar. Los discípulos, al verlo
caminar sobre el mar se asustaron y, llenos de miedo,
gritaron: «¡Es un fantasma!». Enseguida Jesús les dijo:
«¡Ánimo, soy Yo, no tengan miedo!». Pedro le
respondió: «¡Señor, si eres Tú, mándame ir a Ti sobre
las aguas!». Jesús le ordenó: «¡Ven!». Pedro bajó de la
barca, caminó sobre las aguas y fue hacia Jesús, pero
al sentir el viento se llenó de temor, comenzó a
hundirse y gritó: «¡Señor, sálvame!». De inmediato
Jesús extendió la mano, lo tomó y le reprochó:
«Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?». En cuanto
subieron a la barca se postraron ante Él y le decían:
«En verdad Tú eres el Hijo de Dios» (Mt 14,22-33).
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Presentación
Queridos hermanos y hermanas:
En el 70° aniversario de la diócesis que celebramos el pasado 2014, estuvo
presente –sobre el marco de una realidad histórica concreta– la dimensión de
una Iglesia de comunión, participación y servicio.
Entre los muchos aportes recogidos en la historia de nuestra Iglesia en Valdivia
destacan: el sínodo diocesano del año 1969, cuyas conclusiones fueron
publicadas el 23 de junio de 1970; la serie de ya cinco textos de orientaciones
pastorales diocesanas, publicadas a partir del año 1995 hasta la fecha por los
diferentes pastores que han estado al frente de la diócesis.
Conservando el mismo espíritu de comunión y participación reflejado en el
trabajo de todos aquellos que nos precedieron en la misión evangelizadora,
les presento este nuevo texto orientador que espero nos re-encante a todos
para seguir escuchando a Dios especialmente en el clamor de tantos que están
a la orilla del camino, anunciando la esperanza que nos anima, Jesucristo el
Señor, y sirviéndole a Él con el gozo del Evangelio en los hombres y mujeres
de campos, costas y ciudades de nuestro tiempo.
Les bendice con afecto de pastor,
+ Ignacio Ducasse Medina
Obispo de Valdivia
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Introducción
1.
Las Orientaciones Pastorales Diocesanas tienen como telón de fondo y se
inspiran en el texto de Mateo 14, 22-33. Desde aquí el Señor viene a
iluminar y orientar toda nuestra acción evangelizadora durante los próximos
años, para que –dejándonos guiar por Él– lo proclamemos, escuchemos y
contemplemos, conscientes del don recibido y de nuestra fragilidad.
2.
La Iglesia que peregrina en la diócesis de Valdivia hunde sus raíces en la
primera eucaristía celebrada en estas tierras el día 6 de enero de 1552,
solemnidad de la Epifanía. Quizás esa primera eucaristía es el preludio
para experimentar cómo el Señor se ha manifestado de diversas maneras
desde la primera hora de la madrugada y lo seguirá haciendo hasta su
plenitud. Todos los discípulos misioneros experimentan esta realidad, por
eso queremos poner el acento en una Iglesia que escucha a su Señor y
se manifiesta en las diversas realidades, lugares y tiempos. Aun en los
momentos en que nuestra fragilidad es sacudida por las olas,
experimentamos este paso y cercanía del Señor que nos dice: “Ánimo,
soy Yo, no tengan miedo”.
3.
Las Orientaciones Pastorales constituyen un instrumento concreto de
participación, comunión y animación, para todos los fieles, comunidades,
colegios de Iglesia, movimientos apostólicos y unidades pastorales que
juntos profesan su fe trinitaria y, reconocen la presencia del Señor que
sale a su encuentro para luego proclamar con gozo “En verdad, Tú eres el
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Hijo de Dios”, anunciando y llevando a todos los ambientes existenciales
la alegría del Evangelio.
4.
A la luz de nuestra realidad histórica, geográfica, eclesial y desde el texto
bíblico que nos ilumina, queremos tener presente algunos criterios que
orienten toda nuestra planificación y quehacer pastoral, en clave del Dios
que se revela en la Sagrada Escritura, en la Tradición y las grandes
orientaciones del Magisterio, redescubriendo el aporte del Concilio
Vaticano II, las orientaciones del episcopado latinoamericano, el
magisterio del papa Francisco, como también la reflexión de la Iglesia en
Chile y el valioso trabajo realizado en nuestra diócesis desde sus inicios.
Así, junto con escuchar, esta Iglesia diocesana hace memoria agradecida
celebrando el paso de Dios y la presencia de innumerables testigos que
han sembrado la semilla de la fe a lo largo de nuestra historia.
5.
En estas Orientaciones Pastorales, junto a los criterios que se señalan,
resaltan cuatro ejes transversales que conducen nuestro caminar para los
próximos años y así llegar a ser una Iglesia en salida que escucha, anuncia,
sirve y contempla. Esto supone para todos una renovación profunda en
el encuentro con el Dios vivo, que nos lleve a la conversión, misión,
servicio y adoración.
6.
La totalidad del proceso de discernimiento y reflexión que han dado a
luz estas Orientaciones Pastorales, ha sido expresión de comunión,
participación y experiencia espiritual donde esta iglesia diocesana ha
vuelto su mirada al Señor, lo ha escuchado y adorado para lanzarse con
Él en un nuevo impulso misionero.
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Capítulo I
UNA IGLESIA QUE ESCUCHA Y CONTEMPLA
AL SEÑOR EN LA REALIDAD
Marco global y contextual
7.
Al proponer las Orientaciones Pastorales Diocesanas, hemos de considerar
el marco global y contextual donde se entronca nuestra vivencia eclesial
diocesana, que no está ajena a los gozos y esperanzas de los hombres y
mujeres de nuestro tiempo1. En este sentido, como no es posible abarcar
todos los ámbitos, nos hemos propuesto en este marco global considerar
algunas dimensiones que se extraen de los trabajos realizados, tanto en
la preparación de las orientaciones pastorales nacionales, como también
de la Asamblea Diocesana realizada en marzo del año 2014 en Paillaco
y los ampliados diocesanos con previa consulta a las distintas unidades
pastorales.
Dimensión geográfica y social
8.
En este apartado consideremos el aporte realizado por las anteriores
Orientaciones Pastorales Diocesanas, especialmente las de los años 1999-
1
Cf. Concilio Vaticano II, Constitución pastoral sobre la Iglesia Gaudium et spes, n. 1.
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2001; 2002-2006; 2009-2013, ya que no hemos sufrido grandes cambios
y el censo de 2012 no nos proporciona datos exactos. Desde el 5 de abril
de 2007, nos constituimos en una nueva región con las posibilidades y
desafíos propios que ello demanda y que han de consolidarse en el
tiempo abriendo caminos nuevos, canalizando recursos y apostando por
un desarrollo integral, mayor conectividad y justicia social.
9.
En este sentido, hemos de considerar que “El territorio de nuestra diócesis
de Valdivia coincide casi plenamente con el de la región, por lo que sirven
para nuestro análisis social muchos de los datos que se refieren a ella: la
totalidad de la provincia de Ranco con las comunas de La Unión, Río Bueno,
Lago Ranco y Futrono; parte de la provincia de Valdivia, con las comunas de
Los Lagos, Paillaco, Corral y Valdivia2. Vivimos en la diócesis un total de
282.580 personas3, de las cuales casi la mitad vive en la comuna de Valdivia
con 140.559 habitantes (49,7%). Las otras dos comunas grandes en cuanto
a población son La Unión con 39.447 (14%) y Río Bueno con 32.627 (11,5%).
El territorio total abarca una superficie de 13.679 Km2”.
10. En las últimas Orientaciones Pastorales la identificación religiosa
presentada por la propia población en el censo, indica que el 63 % de los
mayores de 15 años se declara católico, lo cual contrasta con el nivel de
participación en nuestras comunidades y movimientos. Es evidente que esta
2
3
14
OO.PP. diocesanas 2009-2013, Hemos encontrado al Mesías. Discípulos misioneros para una
evangelización permanente, nn. 12-13.
Estas cifras y las siguientes corresponden al Instituto Nacional de Estadísticas (INE), Censo
2002.
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identificación está caracterizada por una percepción más subjetiva que
objetiva. Respecto a otras adscripciones, el 25% se declara evangélico, el 5%
de otras religiones y es significativo el 8% que se declara ateo4.
11. Sin embargo, teniendo presente la encuesta Casen 2011, datos
preliminares del Censo 2012 y los entregados por el Departamento Social
de nuestro Obispado, estas estadísticas han variado. Por ello presentamos
un cuadro ilustrativo que muestra una decadencia en la población de
mayores de 15 años, respecto a quienes manifiestan ser católicos,
siguiendo la tendencia nacional donde hay un aumento de la población
evangélica y de quienes señalan no profesar ninguna religión.
RELIGIÓN
OO.PP. 2009-20013
OO.PP. 2015-2020
REGIÓN
DIÓCESIS
Católica
63%
58,18%
56,98%
Evangélica / Protestante
25%
27,10%
27,53%
Ateo o Ninguna
8%
10,90%
11,61%
12. En el aspecto sociocultural, tal como lo han hecho todas las anteriores
Orientaciones Pastorales Diocesanas, valoramos la existencia multicultural
donde es significativa la presencia de hermanos del pueblo mapuchehuilliche en sus diversas comunidades rurales y urbanas. También tenemos
4
Cf. OO.PP. diocesanas 2009-2013, n. 17.
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la riqueza de diversas culturas presentes en nuestro territorio, donde
podemos mencionar a chilenos identificados con su región e Iglesia
diocesana, los descendientes de antiguos colonos alemanes, holandeses,
franceses, españoles, y el aumento significativo de integrantes de diversos
países que han llegado a la región en búsqueda de nuevas oportunidades
y a prestar sus servicios profesionales. Importante es también el aporte
educativo en sus diversos niveles, como así mismo la riqueza del aspecto
geográfico, ecológico, cultural, urbano, comercial, agrícola, pesquero, y
diversas organizaciones sociales presentes en la región5.
Hechos y signos de los tiempos que nos interpelan
13. En los últimos años ha habido una serie de acontecimientos que nos
interpelan como discípulos del Señor, entre ellos:
5
16
a)
El terremoto del año 2010 en gran parte de nuestro país, el terremoto
del norte grande del año 2014 y el incendio en Valparaíso del mismo
año, donde la región e Iglesia diocesana hicieron un aporte especial
a través de Caritas Chile, al igual que diversas instancias solidarias
surgidas en nuestras comunidades cristianas, colegios, ONGs,
municipios y entidades regionales.
b)
Las variadas movilizaciones sociales del país han tenido eco en
nuestra región y nos indican que es urgente avanzar en mayor
Cf. OO.PP. diocesanas 2009-2013, especialmente los nn. 11-36.
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equidad y justicia social. De modo especial en los ámbitos de la
educación, salud, pueblos originarios (mapuche-huilliche),
pescadores, microempresarios, transporte y medio ambiente.
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c)
Los episodios de discriminación y violencia hacia diversos grupos y
personas han puesto de manifiesto la necesidad de fortalecer una
cultura de diálogo y respeto mutuo a nivel nacional.
d)
El cambio cultural transversal produce grandes oportunidades con
el desarrollo tecnológico, pero también trastoca lo ético moral y el
valor de la familia, produciendo crisis de fe y de sentido a nivel
intraeclesial, extraeclesial y de las instituciones en general.
e)
Se incrementan la falta de trabajo, el alcoholismo, la desigualdad
económico-social, que trae como consecuencia diversas
manifestaciones sociales que generan violencia aun cuando buscan
valores nobles como la justicia, mayor oportunidad e igualdad.
f)
La emigración de los jóvenes y adultos del sector rural al urbano
y hacia las ciudades más grandes (Valdivia y Osorno
preferentemente), aumenta la presencia de adultos mayores
viviendo solos y una baja presencia juvenil en las pequeñas
ciudades y comunidades rurales.
g)
La presencia de las redes sociales y diversidad de fuentes
comunicacionales, nos desafían a encontrar nuevos caminos para dar
a conocer las buenas noticias existentes en la zona, y por supuesto
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la Buena Noticia del Reino de Dios que crece día a día como la
semilla de mostaza en todas nuestras realidades.
14. El entorno geográfico, sociocultural e histórico en que vivimos debe
llevarnos a una permanente actitud de búsqueda, admiración,
agradecimiento y co-responsabilidad, para seguir haciendo presente en
la región los signos del Reino de Dios que transforman y llevan a plenitud
todo lo creado.
Dimensión histórico-eclesial
15. La diócesis de Valdivia fue erigida el 8 de julio de 1944 por decreto de la
Santa Sede, y el entonces papa Pío XII designó como su primer obispo a
Mons. Arturo Mery. En este sentido, no hemos de olvidar que el año 2014
hemos celebrado con gozo y gratitud los 70 años de nuestra diócesis. Sin
embargo, la presencia de la Iglesia en este territorio data de mucho antes:
la historia nos señala que el 6 de enero de 1552, solemnidad de la Epifanía,
se celebró la primera eucaristía en estas tierras australes. Hagamos una
memoria agradecida de todas las personas -obispos, sacerdotes, religiosas,
diáconos, grupos y movimientos- que han sembrado la semilla de la Buena
Noticia a nivel diocesano, parroquial y de nuestras pequeñas comunidades
y barrios. Todos ellos unidos en comunión de fe y pertenencia eclesial, son
discípulos misioneros que han dejado su huella en esta diócesis, ahora
somos nosotros los que seguimos cuidando, propagando y dejando en esta
zona la semilla del Reino y la presencia de la Iglesia para que otros,
aportando lo propio la lleven a su plenitud.
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16. La orgánica de la diócesis está de acuerdo a la estructura pastoral de la
Conferencia Episcopal de Chile, es decir organizada en cinco áreas
pastorales: Eclesial, Agentes Evangelizadores, Educación, Social-Caritas y
Comunicaciones. Sin embargo, aún tenemos el desafío de implementarlas
y potenciarlas de acuerdo a nuestra realidad diocesana.
17. La organización territorial está definida por la existencia de dos decanatos:
el decanato “San Antonio”, que incluye la jurisdicción de Valdivia y Corral,
con 12 parroquias, un centro comunitario, una rectoría, diversas
comunidades cristianas y de base, colegios y movimientos. El decanato
“San José” con seis parroquias, dos vicarías, varias comunidades cristianas
y de base (urbanas y rurales), colegios y movimientos en las comunas de
Los Lagos, Paillaco, La Unión, Río Bueno, Futrono y Lago Ranco.
18. La atención pastoral la realizan en conjunto sacerdotes diocesanos,
sacerdotes religiosos, diáconos permanentes, religiosas, y numerosos
laicos. Nuestra diócesis se caracteriza por una fuerte presencia laical y ser
escasa en vocaciones sacerdotales.
Hechos y signos eclesiales que nos interpelan
19. También en el campo de la Iglesia hay signos que nos interpelan y nos
hacen volver la mirada hacia el Señor para preguntarle qué es lo que nos
pide en esta hora de la historia.
a)
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Falta de vocaciones sacerdotales, religiosas y laicos comprometidos,
sumado a una notoria falta de sacerdotes en la diócesis.
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b)
Renuncia del papa Benedicto XVI y elección del papa Francisco. Se
destaca la humildad y grandeza del papa Benedicto XVI y la
renovación que ha traído el papa Francisco en sus diversas
intervenciones.
c)
Celebración de los 70 años de la diócesis como una gran
oportunidad para ver el paso de Dios en nuestra Iglesia diocesana
y para valorar nuestra pertenencia a esta porción de la Iglesia.
d)
Cuestionamiento a la Iglesia por diferentes razones en el último
período.
e)
Debilitamiento de la pastoral juvenil diocesana y pastoral vocacional.
Además, de la ausencia de otras como pastoral familiar, indígena,
inmigrantes, etc.
f)
Aumento de nuevas poblaciones en torno a las parroquias y lugares
de culto.
g)
Disminución del entusiasmo y participación del cristiano católico en
las diversas instancias eclesiales.
h)
Es notorio el envejecimiento de la población. En nuestras
comunidades faltan jóvenes, adolescentes y niños que participen
activamente en las parroquias y movimientos. Se percibe una baja
notable en la preparación a los distintos sacramentos.
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Creación del Consejo Diocesano de Pastoral como signo positivo para
el discernimiento, acompañamiento y animación pastoral.
20. Lo anterior nos desafía a buscar caminos nuevos, reencantarnos en el
seguimiento de Cristo y en la pertenencia eclesial, para dar a conocer a
otros (y a la vez reencantando a quienes se han alejado) lo maravilloso
que es seguir a Cristo y pertenecer a la comunidad de fe con sus luces y
sombras, teniendo una conversión personal y pastoral para que la barca
de nuestra diócesis siga navegando en estas aguas con la confianza que
el Señor está, estuvo y estará con nosotros.
Breve historia de las orientaciones pastorales diocesanas
21. Las actuales Orientaciones Pastorales Diocesanas tienen su génesis en
continuidad con todas las anteriores y, a su vez, tienen un proceso
dinámico y prolongado, con el aporte y reflexión de las distintas unidades
y agentes pastorales, cuyo itinerario ha sido:
D
a.
La reflexión diocesana y aporte para la II Asamblea Eclesial Nacional.
De dicha asamblea surgieron los insumos para las actuales
Orientaciones Pastorales Nacionales.
b.
La Asamblea Pastoral Diocesana en Paillaco, realizada el 1 de marzo
del año 2014, donde se presentaron las Orientaciones Pastorales
Nacionales y se trabajaron los primeros elementos concretos a
considerar para estas nuevas Orientaciones Pastorales Diocesanas.
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Ampliados Pastorales Diocesanos, donde se trabajaron los aportes
recogidos en la asamblea diocesana y los cuatro ejes transversales
propuestos en las Orientaciones Pastorales Nacionales: laicado,
vocación y ministerio, liderazgo y evangelización de la cultura.
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Capítulo II
UN IGLESIA QUE CREE, ANUNCIA, SIRVE Y CELEBRA
Criterios pastorales
Primer Criterio
22. Promover el encuentro con el Dios vivo: Padre, Hijo y Espíritu Santo,
que reavive nuestra fe, anime nuestra esperanza y fortalezca nuestro
amor. Recordar que creemos en el misterio trinitario y que hemos tenido
la oportunidad de renovar y profundizar los contenidos de la fe, en “el
año de la fe”, convocado por el papa Benedicto XVI y vivido en su gran
parte en el pontificado del papa Francisco. En efecto, junto a la
celebración del año de la fe que se enmarca dentro de los cincuenta años
de la apertura del Concilio Vaticano II convocado por el papa Juan XXIII
y los veinte años desde la promulgación del Catecismo de la Iglesia
Católica por el papa Juan Pablo II, se nos invitaba a redescubrir la alegría
de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe”6. En estas
Orientaciones Pastorales Diocesanas les invitamos a pensar, mirar,
contemplar y renovar la fe teniendo presente el testimonio de una
caravana de testigos que han profesado y profesan esta fe. Solo
6
Benedicto XVI, Carta apostólica Porta fidei, n. 7.
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pensemos en los papas post Concilio Vaticano II: Juan XXIII, Pablo VI, Juan
Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI, Francisco. Además, hay misioneros,
mártires, laicos, consagrados, múltiples comunidades, familias y fieles en
general que durante este tiempo han abrazado y otros que abrazarán la
fe. A nivel diocesano nos marcan también los grandes acontecimientos
de fe vividos en este tiempo, desde el encuentro personal hasta las
grandes manifestaciones diocesanas, hemos celebrado también en el
período 2012-2013 el Año de la Fe, hemos sido testigos de la elección del
primer papa latinoamericano, de la canonización de los papas Juan XXIII
y Juan Pablo II y como Iglesia que peregrina en el sur de Chile hemos
celebrado en el año 2014 los 70 años de nuestra diócesis.
23. En este ámbito se sitúa también cada uno de nosotros y nuestras
comunidades, familias, amigos y compañeros en el discipulado,
convencidos desde el Bautismo de que “Profesar la fe en la Trinidad –Padre,
Hijo y Espíritu Santo– equivale a creer en un solo Dios que es Amor (cf. 1 Jn
4,8). El Padre, que en la plenitud de los tiempos envió a su Hijo para nuestra
salvación; Jesucristo, que en el misterio de su muerte y resurrección redimió
al mundo; el Espíritu Santo, que guía a la Iglesia a través de los siglos en la
espera del retorno glorioso del Señor”7.
24. El encuentro con el Dios vivo nos reaviva la fe, nos lleva a la conversión,
comunión, participación, misión y servicio, elementos propios de la
eclesiología del Concilio Vaticano II, magisterio latinoamericano y
7
24
Ibid.
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magisterio del papa Francisco, y que como Iglesia diocesana también lo
hemos hecho nuestro en las Orientaciones Pastorales 2002-2006; 20092013. Por lo tanto, cada vez que hagamos oración, nos persignemos, nos
reunamos en comunidad y celebremos los sacramentos, hemos de tener
presente este criterio pastoral donde de palabra, gesto y obra podamos
decir que creemos y promovemos el encuentro con este Dios vivo que
es Padre, Hijo y Espíritu Santo, ya que la alegría del Evangelio llena el
corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús8.
Segundo criterio
25. Fomentar en todos los fieles, comunidades y movimientos una
espiritualidad de comunión y misión. Lo propio de la fe en el Dios vivo
que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, se expresa en la comunidad creyente
unida por el Bautismo y los demás sacramentos y también en la orgánica
y estructura pastoral que nos lleva a ser una Iglesia en permanente
comunión, salida y misión. Las Orientaciones Pastorales Diocesanas 20022006, nos hacían un fuerte llamado a la comunión que brota del
encuentro con Cristo y hacer de la Iglesia signo e instrumento de comunión
con Dios y con los hermanos. En este sentido, los últimos pontífices y el
episcopado latinoamericano nos están llamando permanentemente a ser
una Iglesia “escuela de comunión”9 que se convoca con una riqueza de
9
Cf. Francisco, Exhortación apostólica Evangelii gaudium, n. 2.
Cf. Juan Pablo II, Carta apostólica Novo millennio ineunte; Documento de Aparecida nn.156ss.
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dones y carismas, pero que debe estar en permanente “salida, éxodo,
misión”, ya que en todos los bautizados nace la fuerza de la comunión
e impulso misionero porque “En el pueblo de Dios, la comunión y la misión
están profundamente unidas entre sí… la comunión es misionera y la misión
es para la comunión” 10.
26. En este sentido, todos estamos llamados a fomentar una espiritualidad
y actitud de permanente comunión y misión, redescubrir el sentido de
ser Pueblo de Dios y Cuerpo de Cristo que siente el gozo de anunciar el
Evangelio. Será un desafío permanente tener en el horizonte personal y
comunitario, la comunión y misión como criterios pastorales, desafío para
todos los pastores, fieles y unidades pastorales. “El obispo siempre debe
fomentar la comunión misionera en su Iglesia diocesana siguiendo el ideal
de las primeras comunidades cristianas, donde los creyentes tenían un solo
corazón y una sola alma (cf. Hch 4,32)”11. En este sentido, todas las
personas y unidades pastorales están llamadas a fomentar la comunión,
así por ejemplo, la parroquia es la Iglesia que vive entre las casas de sus
hijos e hijas, presencia eclesial en el territorio, ámbito de la escucha de
la Palabra, del crecimiento de la vida cristiana, del diálogo, del anuncio,
de la caridad generosa, de la adoración y la celebración… a través de sus
actividades alienta y forma a sus miembros porque es comunidad de
comunidades, y debe fomentar la espiritualidad de comunión y misión
entre todos sus miembros…12. También todas las unidades pastorales:
10
11
12
26
Documento de Aparecida, n. 163.
Francisco, Exhortación apostólica Evangelii gaudium, n. 31.
Cf. ibid., n. 28.
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presbiterio, decanatos, congregaciones religiosas, colegios, movimientos
apostólicos, asociaciones, comunidades cristianas y de base, tanto urbanas
como rurales existentes en nuestra diócesis, son expresión de la
comunión y misión eclesial. Acerca de los movimientos apostólicos el
papa Francisco señala que “son una riqueza de la Iglesia que el Espíritu
suscita para evangelizar todos los ambientes y sectores. Muchas veces
aportan un nuevo fervor evangelizador y una capacidad de diálogo con el
mundo que renuevan la Iglesia. Pero es muy sano que no pierdan el contacto
con esa realidad tan rica de la parroquia del lugar, y que se integren
gustosamente en la pastoral orgánica de la Iglesia particular13, esto es
aplicable a toda persona y toda unidad pastoral.
Tercer criterio
27. Promover una comunidad creyente que escucha, acoge, sirve y
anima la promoción humana y el servicio desde la presencia del
Reino. Queremos promover una Iglesia Cuerpo de Cristo y Pueblo de
Dios14, que acoge, reconoce y hace presente el Reino de Dios, porque
todo lo que le ocurre a la persona humana y a la creación encuentra
también eco en el corazón de la Iglesia que no puede ser indiferente ante
ninguna realidad humana15, y por eso tiene como desafío permanente
15
Ibid. n. 29
Aspectos propios de la eclesiología desarrollada desde el Concilio Vaticano II.
Cf. Concilio Vaticano II, Constitución pastoral sobre la Iglesia Gaudium et spes, n. 1.
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la promoción humana y el servicio, a ejemplo de la Virgen María. Por eso,
hemos de promover entre todos una Iglesia que escucha, acoge,
acompaña, sirve y anima. Una Iglesia que a partir del encuentro con el
Dios vivo sale al encuentro de toda persona humana de manera
misericordiosa, una Iglesia de puertas abiertas donde el servicio y
promoción humana es algo constitutivo de la presencia del Reino de Dios,
una Iglesia de esperanza y testigo del Resucitado que, desde la
madrugada hasta el anochecer, experimenta cómo su Señor la anima en
medio de la tempestad. Una Iglesia discípula misionera que, luego de
estar en medio de las realidades temporales, se da el espacio para estar
juntos en la oración, la lectura de la Palabra, la celebración de la Eucaristía,
en los demás sacramentos, en la reflexión, en el estudio, en el ejercicio
de la caridad, en la vivencia de solidaridad y que desea darse el espacio
interior-exterior, personal- comunitario para celebrar, agradecer y
postrarse adorando a su Señor.
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Capítulo III
UNA IGLESIA EN MISIÓN Y SERVICIO PERMANENTE
Ejes fundamentales y sus líneas de acción
28. Siguiendo el esquema de las Orientaciones Pastorales Nacionales, y lo
trabajado a nivel diocesano consideramos los cuatro ejes temáticos
transversales, ordenados de la siguiente manera: Laicado, Vocación y
Ministerios, Liderazgo, Evangelización de la cultura. Para nuestra praxis
pastoral, hemos de tener presente estos ejes en toda la acción
evangelizadora, donde acentuaremos uno de ellos cada año sin perder de
vista los demás y su armonía entre ellos, sino más bien complementándolos,
y siempre abiertos también a las iniciativas que impulse la Iglesia universal,
la Iglesia en Chile y la propia comunidad durante estos años en que tengan
vigencia nuestras Orientaciones Pastorales Diocesanas.
29. Para cada uno de estos ejes transversales y, desde los aportes recibidos,
sintetizamos los desafíos pastorales y, en el recuadro, las líneas de acción
y actividades sugeridas.
El laicado
30. Nuestra diócesis ha tenido desde sus inicios un importante potencial laical,
que son fundamentalmente “la inmensa mayoría del Pueblo de Dios. A su
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servicio está la minoría de los ministros ordenados. Ha crecido la conciencia
de la identidad y la misión del laico en la Iglesia” 16. Esto es claro en los
principios, pero necesitamos concretizarlo mucho más en la vida cotidiana.
a)
Conciencia de la identidad y misión del laico en la Iglesia y en el mundo.
b)
Formación integral de los laicos.
c)
Pertenencia y protagonismo laical.
LINEAS DE ACCIÓN
v Fortalecimiento de la vivencia
de la fe en la familia, que
suscite entusiasmo por
celebrar en comunidad y se
transmita de modo natural a
los hijos.
v Adecuación de la vida
comunitaria pastoral a los
nuevos estilos de vida (trabajo,
estudio, autocuidado… etc.),
para facilitar la participación.
16
30
ACTIVIDADES SUGERIDAS
–
Revitalizar la Pastoral Familiar diocesana y
parroquial con subsidios para celebraciones
sencillas en los hogares.
–
Seguimiento del Sínodo de la Familia con
jornadas de reflexión y oración.
–
Flexibilizar los itinerarios sacramentales
para acoger a las familias que piden los
sacramentos.
–
Descentralizar la catequesis, saliendo a
diversos espacios como las CEBs, en las
casas, etc.
–
Visitar a las familias. Salir a misionar.
OO.PP. Nacionales n. 27 letra c, citando al papa Francisco, Exhortación apostólica”Evangelii
gaudium, n. 102.
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LINEAS DE ACCIÓN
v Promover la comunión en la
Iglesia, favoreciendo la
conciencia y protagonismo del
laicado, valorando su aporte al
interior de la comunidad y su
presencia en el mundo.
v Profundizar en la vida espiritual
para impulsar la maduración
de la fe, promoviendo un
mayor amor a Cristo y a la
Iglesia, cultivando la
dimensión contemplativa.
v Formación más integral del
laicado, fomentando el sentido
de pertenencia y comunión
pastoral.
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ACTIVIDADES SUGERIDAS
–
Cuidar la profundidad y contenido de las
catequesis, para favorecer la conciencia del
protagonismo del laico.
–
Misionar e involucrarse en diversas
organizaciones sociales presentes en el
lugar, por ejemplo: juntas de vecinos,
clubes deportivos y otras.
–
Privilegiar los retiros espirituales para la
comunidad, las instancias litúrgicas y la
adoración al Santísimo.
–
Profundizar en el encuentro con la Palabra
por medio de la Lectio Divina.
–
Preparación a los diversos servicios:
ministros, catequistas, liturgia de la Palabra,
acción social y otros.
–
Ofrecer formación sobre diversas temáticas,
especialmente en los campos de la defensa
de la vida, la dignidad de la persona y
justicia social.
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Vocaciones y ministerios
31. “Toda vida cristiana es un llamado gratuito de Dios para conocerlo, amarlo
y servirlo. Por lo mismo, toda vida cristiana es una «vocación» a formar parte
de la comunidad eclesial. Posteriormente esta llamada genérica se va
especificando para cada uno en vocaciones más concretas. Hemos recibido
una vocación a un determinado estado de vida, por ejemplo el matrimonio
y la vida consagrada. Luego hay vocaciones específicas a prestar diversos
servicios en la Iglesia: el ministerio ordenado (obispos, presbíteros y diáconos)
o diversos otros servicios, sea en la comunidad cristiana o fuera de ella”17.
32. En nuestra realidad diocesana experimentamos históricamente una falta
de vocaciones sacerdotales; por lo mismo, se han ido tomando distintas
iniciativas, entre las cuales resalta la oración especial por las vocaciones
sacerdotales y religiosas. Pero también destacamos la fuerte presencia
laical y el servicio que ellos prestan en distintas unidades pastorales,
instancias formativas dispuestas para ellos en las escuelas de verano, en
los cursos que ofrece la Casa de Formación San Lorenzo, las parroquias,
movimientos apostólicos, etc. Para profundizar mucho más este eje
transversal nacen como desafíos que luego desembocan en las líneas de
acciones pastorales:
a)
17
32
Acompañar los procesos con itinerarios formativos claros de acuerdo
a los interlocutores: niños, adolescentes, jóvenes, ministros laicos,
diaconado permanente, vocaciones, etc.
OO.PP. nacionales, n. 27 letra b.
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Promover la Pastoral Juvenil y Vocacional, acercándose a los jóvenes.
LINEAS DE ACCIÓN
v Promover en la diócesis una
“cultura vocacional”.
ACTIVIDADES SUGERIDAS
–
Insertar de modo transversal la temática
vocacional en las diferentes áreas de acción
pastoral (catequesis, parroquias, colegios,
asociaciones, familias, apostolados, etc.)
–
Instaurar de modo permanente la oración
por las vocaciones.
–
Promover, acompañar y reforzar la
formación de los diáconos permanentes.
–
Conformación del Equipo de Pastoral
Vocacional Diocesano.
–
Dar mayor realce a la Jornada Mundial de
oración por las vocaciones (IV Domingo de
Pascua)
v Promoción y fortalecimiento de
diversos ministerios y servicios
laicales, educando a la
comunidad para valorar el aporte
y carisma que cada uno hace.
–
Reforzar, promover y acompañar la
formación de los diáconos permanentes,
ministros laicos y agentes pastorales en sus
servicios.
v Fortalecer en todas las
parroquias, la pastoral infantil y
juvenil, conocer sus intereses y
necesidades. Propiciando un
–
Organizar encuentros y convivencias de la
comunidad con los jóvenes, involucrando
a las familias, para compartir y suscitar en
ellos una búsqueda vocacional.
v Ofrecer espacios de
discernimiento vocacional.
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LINEAS DE ACCIÓN
seguimiento e integrarlos a las
actividades eclesiales de
acuerdo a sus edades.
v Promover una Pastoral Juvenil
a nivel diocesano que integre
a los jóvenes de diversos
sectores, que responda –desde
el Evangelio– a lo particular de
su cultura.
v Insistir en itinerarios formativos
sólidos, constantes,
permanentes y renovados.
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ACTIVIDADES SUGERIDAS
–
Presencia de los jóvenes en reuniones de
consejos y decanatos.
–
Revitalizar las celebraciones eucarísticas,
integrando a niños y jóvenes en ella.
–
Que los jóvenes sean protagonistas de la
realidad social visitando a los necesitados,
recolectando alimentos y sirviendo a ellos
(aprovechar instancias como el mes de la
solidaridad).
–
Realizar actividades recreativas y/o
deportivas, encuentros inter-parroquiales,
con invitaciones abiertas a los jóvenes de
las poblaciones.
–
Realizar misiones entre parroquias, ser
solidarios, alegres. Jóvenes de una
parroquia que apadrinen a jóvenes de otras
parroquias.
–
Reforzar los procesos formativos en la fe,
como preparación a una futura vocación
cristiana específica.
–
Realizar encuentros decanales con jóvenes
de confirmación, cuya temática sea la
experiencia de vida de otros hermanos en
sus diversos ámbitos vitales.
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v Que los consagrados den a
conocer sus carismas.
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ACTIVIDADES SUGERIDAS
–
Ofrecer módulos formativos itinerantes
para fortalecer el trabajo pastoral y
misionero de los agentes pastorales.
–
Realizar paneles testimoniales o ferias
vocacionales, jornadas de retiro vocacional
y charlas motivacionales.
–
Acompañar y orientar a los jóvenes que
presenten inquietudes vocacionales.
Liderazgo
33. “Los apóstoles anunciaron a Jesús como «el Jefe que lleva a la Vida», como
nuestro «Jefe y Salvador» (Hechos 3,15; 5,31). Jesús puede ser llamado jefe
porque se hizo cargo de las necesidades de los suyos; porque cargó sobre sus
hombros las necesidades de todos, los sufrimientos y debilidades de todos
(ver Mateo 8,17); porque tuvo compasión por los que andaban desorientados
y dispersos (ver Mateo 9,36). Cada creyente y cada comunidad cristiana están
llamados a ejercer un cierto liderazgo en este sentido. Es decir, están invitados
a animarse a caminar con otros para alcanzar las metas propuestas.
Desafiados a saber hacer propias las necesidades de los demás y a
comprometerse con los sufrientes y desorientados para acompañarlos en la
superación de sus problemas. Un buen líder no es el que manda, sino el que
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comprende desde dentro y se hace cargo de las necesidades de los
demás…”18.
34. En este sentido brotan como desafíos:
a)
La promoción del liderazgo cristiano a la luz de Jesucristo, que nos
lleven al servicio y la caridad.
b)
Potenciar el liderazgo personal y comunitario, enfatizando la
comunión, fraternidad y trabajo en equipo.
LINEAS DE ACCIÓN
ACTIVIDADES SUGERIDAS
v Mejorar la comunicación y la
comunión a nivel de diócesis
y al interior de cada una de
las comunidades.
–
Promover los encuentros comunitarios
que nos ayuden y fortalezcan en la vida
fraterna.
v Impulsar y fortalecer el
llamado misionero de ser una
‘Iglesia que sale al encuentro
de los hermanos’.
–
Implementar un plan de formación de
líderes cristianos, a nivel diocesano, para
formar y capacitar a jóvenes y adultos, que
puedan expresar una nueva forma de vida
cristiana sencilla, audaz y creativa.
v Participación de la
comunidad cristiana en los
diversos ámbitos
–
Coordinar las acciones pastorales en
relación a otras instituciones comunitarias
del sector.
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OO.PP. nacionales, n. 27 letra d.
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ACTIVIDADES SUGERIDAS
comunitarios, entablando una
permanente relación con las
instituciones vecinales y
educacionales de nuestro
territorio pastoral.
v Profundizar en la formación
de la conciencia laical y su rol
en el mundo, detectando
nuevos líderes.
v Fomentar en todos los
agentes pastorales un
liderazgo más testimonial y
participativo.
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Acercamiento y acompañamiento de los
líderes sociales católicos de nuestra diócesis.
–
Realizar talleres y diversas instancias
formativas.
–
Generar espacios para el acompañamiento
en la formación de nuevos líderes.
–
Ampliados en las parroquias sobre tema de
liderazgo.
–
Realizar escuelas y talleres de líderes para
agentes pastorales.
–
Acompañamiento espiritual a los agentes
pastorales o personas que prestan servicios
en la comunidad.
–
Retiros espirituales que fomenten la vida
de oración.
–
Promover jornadas de crecimiento personal.
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Evangelización de la cultura
35. “La realidad social en plena transformación que actualmente vivimos es un
espacio privilegiado para hacer presente la novedad del Evangelio. De modo
especial en las ciudades y sus periferias: «Una cultura inédita late y se elabora
en la ciudad. … las transformaciones de esas grandes áreas y la cultura que
expresan son un lugar privilegiado de la nueva evangelización»19. Evangelizar
es «llegar allí donde se gestan los nuevos relatos y paradigmas, alcanzar con
la Palabra de Jesús los núcleos más profundos del alma de las ciudades»20.
Lo que realmente interesa es evangelizar no de un modo decorativo, sino de
manera vital, en profundidad, llegando hasta las mismas raíces de la
experiencia cultural de cada persona y de cada pueblo21.
36. Como Iglesia diocesana asumimos nuevamente, pero ahora como eje
transversal, la evangelización de la cultura. En este sentido emergen como
desafíos:
a)
19
20
21
38
La importancia de reflexionar desde la fe los acontecimientos
sociales, iluminándolos y orientándolos desde el Evangelio con
claridad y testimonio coherente.
OO.PP. nacionales citando al papa Francisco, Exhortación apostólica Evangelii gaudium, n.
73.
OO.PP. nacionales citando al papa Francisco, Exhortación apostólica Evangelii gaudium, n.
74. Ver: Pablo VI, Exhortación apostólica Evangelii nuntiandi, n. 20.
OO.PP. nacionales, n. 27 letra a.
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b)
Utilizar los medios masivos de comunicación para evangelizar,
poniendo en la discusión pública los temas contingentes con una
visión cristiana.
c)
Salir de nuestros templos e involucrarnos con las distintas realidades
sociales, para evangelizar desde los acontecimientos particulares que
se viven en las comunidades.
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ACTIVIDADES SUGERIDAS
v Reflexionar y discernir con fe los
diversos acontecimientos
sociales.
–
Informarnos de las diversas actividades
culturales y hechos sociales que impactan,
fomentando espacios de discernimiento
y diálogo.
v Utilizar los medios masivos de
comunicación para evangelizar.
–
Usar las plataformas de las redes sociales
como apoyo a la evangelización.
–
Socializar las grandes celebraciones
litúrgicas y fiestas devocionales para el
conocimiento de la comunidad civil.
v Salir de nuestros templos e
involucrarnos con las distintas
realidades sociales.
–
Participar, como comunidad cristiana, en
los eventos sociales de la comunidad
vecinal y las distintas manifestaciones
culturales del ámbito civil.
v Promover una mayor formación
de nuestros agentes pastorales
en el ámbito de la cultura.
–
Ofrecer formación específica acerca de
cómo evangelizar la cultura y hacia dónde
debemos apuntar como Iglesia.
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Capítulo IV
UNA IGLESIA MISIONERA, SERVIDORA Y CONTEMPLATIVA
37. Nos proponemos como un desafío permanente ser una Iglesia y
comunidad creyente inserta en las realidades temporales con gran sentido
de acogida, alegría, vivencia de la caridad, misión y servicio22. Pero
también, una Iglesia que se cuida y fortalece con conciencia de ser pueblo
de comunión, fraternidad y adoración, testigo de la esperanza y
vencedora de las tentaciones contemporáneas23.
38. Esto nos lleva necesariamente a la conversión personal y pastoral a todo
nivel, y, a la vez, a ser una Iglesia en misión permanente24.
39. Por eso, hemos de motivarnos para un nuevo impulso misionero,
fortaleciendo el encuentro personal con el amor de Jesús que nos salva,
recuperando el sentido espiritual de ser pueblo, siendo testigos de la
presencia del Resucitado y de su Espíritu que es capaz de interceder por
sus hermanos y el mundo, agradeciendo y adorando al Señor para
anunciarlo en todos los rincones, siendo así una Iglesia mística, espiritual,
real y mariana25.
25
Cf. Francisco, Exhortación apostólica Evangelii gaudium, nn. 176-216.
Cf. Ib., nn. 76-109.
Cf. OO.PP. nacionales, nn. 28-29.
Cf. Francisco, Exhortación apostólica Evangelii gaudium, nn. 262-288.
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40. En este sentido, los cristianos que peregrinan y representan a la Iglesia
de la diócesis de Valdivia, han de ser evangelizadores con espíritu y
evangelizadores de verdad. Al respecto el papa Francisco señala:
“Evangelizadores con Espíritu quiere decir evangelizadores que oran y
trabajan. Desde el punto de vista de la evangelización, no sirven ni las
propuestas místicas sin un fuerte compromiso social y misionero, ni los
discursos y praxis sociales o pastorales sin una espiritualidad que transforme
el corazón. Esas propuestas parciales y desintegradoras sólo llegan a grupos
reducidos y no tienen fuerza de amplia penetración, porque mutilan el
Evangelio. Siempre hace falta cultivar un espacio interior que otorgue sentido
cristiano al compromiso y a la actividad. Sin momentos detenidos de
adoración, de encuentro orante con la Palabra, de diálogo sincero con el
Señor, las tareas fácilmente se vacían de sentido, nos debilitamos por el
cansancio y las dificultades, y el fervor se apaga. La Iglesia necesita
imperiosamente el pulmón de la oración, y me alegra enormemente que se
multipliquen en todas las instituciones eclesiales los grupos de oración, de
intercesión, de lectura orante de la Palabra, las adoraciones perpetuas de la
Eucaristía. Al mismo tiempo, «se debe rechazar la tentación de una
espiritualidad oculta e individualista, que poco tiene que ver con las
exigencias de la caridad y con la lógica de la Encarnación». Existe el riesgo
de que algunos momentos de oración se conviertan en excusa para no
entregar la vida en la misión, porque la privatización del estilo de vida puede
llevar a los cristianos a refugiarse en alguna falsa espiritualidad”26.
26
42
Francisco, Exhortación apostólica Evangelii gaudium, n. 262.
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41. De esta manera, vemos como una vez más el mismo Señor sale a nuestro
encuentro, se sube a nuestra barca, extiende su mano, anima nuestra fe
y nos dice “¡Ánimo, soy Yo, no tengan miedo!”. A su vez, nosotros, como
los primeros discípulos nos postramos ante Él para adorarlo y darlo a
conocer, navegando con Él hacia los nuevos horizontes culturales y las
nuevas periferias existenciales con la certeza de que el Señor está, ha
estado y estará en todo momento como lo ha hecho a lo largo de nuestra
historia diocesana.
42. Por eso, con un renovado impulso de discípulos misioneros, nos
proponemos ahora llevar adelante nuestras nuevas Orientaciones
Pastorales Diocesanas, haciendo un proceso de comunión y participación
que nos lleve a: conocerlas, divulgarlas, dejarnos interpelar, discernirlas
y desde ellas planificar los planes pastorales en nuestras distintas
unidades.
43. A María, madre de la Iglesia, bajo la advocación de Nuestra Señora del
Rosario, le pedimos interceda por nosotros para llevar a cabo estas nuevas
Orientaciones Pastorales Diocesanas 2015-2020.
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ORACIÓN A LA VIRGEN DEL ROSARIO
(Patrona de nuestra diócesis)
Virgen del Rosario,
Madre de los pobres,
que supiste escuchar la Palabra,
contemplar la historia
y seguir a Jesús:
te agradecemos hoy por nuestro pueblo,
nuestra historia y nuestra Iglesia.
Un pueblo paciente que está aprendiendo
la canción de la dignidad.
Una historia sufrida que vamos haciendo
entre cruces y esperanzas.
Una Iglesia que en su fragilidad y pobreza
se sabe amada por Jesús y vivificada por su Espíritu.
Santa María de la Esperanza,
Señora del amor limpio:
somos el Pueblo de Dios en Valdivia,
somos la Iglesia que va hacia la Pascua.
¡Óyenos y acompáñanos!,
Amén.
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