47 CUADERNOS de pensamiento político CUADERNOS de pensamiento político EDITA FAES: FUNDACIÓN PARA EL ANÁLISIS Y LOS ESTUDIOS SOCIALES PATRONATO PRESIDENTE: JOSÉ MARÍA AZNAR VICEPRESIDENTA: MARÍA DOLORES DE COSPEDAL SECRETARIO GENERAL: JAVIER ZARZALEJOS VOCALES ÁNGEL ACEBES ESPERANZA AGUIRRE FRANCISCO ÁLVAREZ-CASCOS CARLOS ARAGONÉS JAVIER ARENAS RAFAEL ARIAS-SALGADO IGNACIO ASTARLOA HUARTE-MENDICOA JOSÉ MARÍA BENEYTO JAIME IGNACIO DEL BURGO PÍO CABANILLAS SUSANA CAMARERO BENÍTEZ ALBERTO CARNERO PILAR DEL CASTILLO MIGUEL ÁNGEL CORTÉS GABRIEL ELORRIAGA JAVIER FERNÁNDEZ-LASQUETTY GERARDO GALEOTE JOSÉ RAMÓN GARCÍA HERNANDEZ JAIME GARCÍA-LEGAZ LUIS DE GRANDES JUAN JOSÉ LUCAS JOSÉ MARÍA MARCO RODOLFO MARTÍN VILLA PEDRO ANTONIO MARTÍN ANA MATO ABEL MATUTES JAIME MAYOR OREJA ALEJANDRO MUÑOZ-ALONSO EUGENIO NASARRE MARCELINO OREJA AGUIRRE ANA PALACIO ANA PASTOR JOSÉ PEDRO PÉREZ-LLORCA MANUEL PIZARRO MARIANO RAJOY* CARLOS ROBLES PIQUER JOSÉ MANUEL ROMAY BECCARÍA LUISA FERNANDA RUDI JAVIER RUPÉREZ PEDRO SCHWARTZ DANIEL SIRERA ALFREDO TÍMERMANS ISABEL TOCINO MAURICIO TOLEDANO MARQUÉS BAUDILIO TOMÉ* JOAQUÍN TRIGO PORTELA FEDERICO TRILLO-FIGUEROA JUAN VELARDE ALEJO VIDAL-QUADRAS CELIA VILLALOBOS EDUARDO ZAPLANA * En suspensión temporal DIRECTOR: JAVIER ZARZALEJOS REDACCIÓN: MIGUEL ÁNGEL QUINTANILLA NAVARRO, JOSÉ MANUEL DE TORRES, JORGE DEL PALACIO, ROBERTO INCLÁN MAQUETACIÓN: PALOMA CUESTA PUBLICIDAD, ADMINISTRACIÓN Y SUSCRIPTORES C/ María de Molina 40, 6ª planta. 28006 Madrid Teléfono: 91 576 68 57 • Fax: 91 575 46 95 www.fundacionfaes.org • e-mail: [email protected] Distribución: SGEL. Avda. Valdelaparra, 29 (Pol. Ind.). 28108 Alcobendas (Madrid) Producción e impresión RARO S.L. ISSN: 1696-8441 Depósito Legal: M-45040-2003 CUADERNOS de pensamiento político no comparte necesariamente las opiniones expresadas por sus colaboradores «Esta revista ha recibido una ayuda a la edición del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte» «La Editorial a los efectos previstos en el artículo 32.1 párrafo segundo del vigente TRLPI, se opone expresamente a que cualquiera de las páginas de esta obra o partes de ella sean utilizadas para la realización de resúmenes de prensa. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)». CUADERNOS de pensamiento político Índice 7 11 Julio / Septiembre 2015 47 NOTA EDITORIAL ROGER SCRUTON El conservador convencido 21 GIANFRANCO PASQUINO Populismo, instituciones y Unión Europea 35 MARCO OLIVETTI La reforma electoral italiana de 2015 53 JAVIER REDONDO Orígenes y justificación del presidencialismo americano 69 JAVIER CORRALES 83 ANTONIS KLAPSIS El legalismo autocrático en Venezuela Syriza en el Gobierno: “Tomar el cielo por asalto” 97 ÁNGEL RIVERO “Asaltar el cielo” 113 LUIS ARRANZ NOTARIO El denostado siglo XIX 137 CARLOS ECHEVERRÍA JESÚS El desmoronamiento del Estado libio. Consecuencia de decisiones precipitadas en política exterior y de seguridad 149 ANA BELÉN PERIANES BERMÚDEZ La extensión del Estado Islámico por el norte de África y el África Subsahariana. Consecuencias para la seguridad europea 183 JUAN TOVAR RUIZ ¿Giro hacia el Pacífico? La política exterior de la Administración Obama hacia Asia Oriental RESEÑAS 199 204 IGNACIO MARTÍN BLANCO: El acuerdo del “seny”: Superar el nacionalismo desde la libertad (Juan Milián Querol) ROGELIO ALONSO: Agujeros del sistema. Más de 300 asesinatos de ETA sin resolver (Juanfer F. Calderín) 208 CARLOS DARDÉ: La razón conservadora. Gonzalo Fernández de la Mora, una biografía político-intelectual (Pedro Carlos González Cuevas) 211 213 216 GABRIEL CORTINA: ISIS, el retorno de la yihad (Patrick Cockburn) LEAH BONNÍN: Mi tierra prometida. El triunfo y la tragedia de Israel (Ari Shavit) GUILLERMO HIRSCHFELD: ¡Crear o morir! La esperanza de Latinoamérica y las cinco claves de la innovación (Andrés Oppenheimer) CUADERNOS de pensamiento político Presentación Cuadernos de Pensamiento Político es una revista trimestral editada por la Fundación FAES que pretende contribuir al fortalecimiento de los valores de la libertad, la democracia y el humanismo occidental y promover y difundir ideas basadas en la libertad política, intelectual y económica, así como divulgar los frutos de la política y de las políticas que se fundamentan en la tradición liberal-conservadora. Cuadernos de Pensamiento Político se dirige al público interesado en la política española e internacional. Instrucciones para los autores TEMAS: Cuadernos de Pensamiento Político publica artículos sobre Derecho Político, Ciencia Política, Economía, Sociología, Relaciones Internacionales, Cultura o cualquier otra área de conocimiento relevante para el estudio de la política española e internacional. 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DERECHOS DE EDICIÓN: Los autores de las obras seleccionadas para su publicación cederán a Cuadernos de Pensamiento Político todos sus derechos sobre la obra (excepto aquellos que la ley pueda establecer como intrasmisibles), incluyendo los relativos a su publicación en la web de la Fundación FAES. PROCESO DE SELECCIÓN: La Fundación FAES decidirá sobre la publicación de los originales recibidos según las instrucciones indicadas a la vista de dos informes de evaluación emitidos por especialistas ajenos a la organización editorial de la revista y manteniendo el anonimato de los autores. NOTA EDITORIAL l Partido Socialista ha decidido que los resultados electorales del pasado 24 de mayo provoquen el mayor impacto posible en los gobiernos municipales y autonómicos. Un cambio político muy por encima del cambio social y electoral realmente registrado que no solo se ha dejado notar ya en las tomas de posesión y en los primeros actos oficiales, sino que irradiará esa misma sustancia política alegremente contrainstitucional, fresca en su sectarismo, desenfadada en su inexperiencia, durante cuatro años completos. El estilo con regusto Braveheart de blandir el bastón de mando municipal que tanto ha abundado en las últimas semanas, suscita legítimas dudas sobre la idea que algunos tienen de las instituciones y de sus actos oficiales. E Pensar que la decisión de haber hecho posible este espectáculo político puede revertirse sin coste es tener una idea poco clara de lo que es y de lo que produce el ejercicio del poder en manos de quien sabe lo que quiere hacer con él. Puede que el PSOE haya pensado que “librar del PP a los españoles” constituye hoy un servicio que estos sabrán recompensarle, pero es posible que esté haciendo una lectura precipitada de la situación y que lo que reciba sea el señalamiento público de su responsabilidad por haber activado el mayor proceso de degradación institucional de los últimos cuarenta años. La necesidad de consolidar un liderazgo precario y la subordinación en la que vive el socialismo desde hace ya demasiados años en su relación con la extrema izquierda y con el secesionismo, lo ha mostrado como el JULIO / SEPTIEMBRE 2015 7 CUADERNOS de pensamiento político reverso de un partido nacional. Se ha convertido en un factor de desestabilización e incertidumbre, de centrifugación social y territorial, de polarización y fractura, un agente multiplicador de las tensiones de España. Inició la legislatura con un peligroso desmarque de los compromisos europeos que él mismo había solicitado al PP y desde entonces ha desarrollado numerosas variantes de esa misma puerilidad institucional, hasta desembocar en su actual extenuación como fuerza cohesiva. La intensidad que el PSOE tendría que poner en los próximos meses en el descrédito del PP y del sistema común para poder agrupar el voto radical en su actual desenfreno, causaría sobre su electorado tradicional una erosión muy superior a la que ya le produjo en 2008 y en 2011, probablemente definitiva. La ostentosa presencia de los símbolos nacionales en un acto de partido –ingrata para muchos asistentes– no debe pensarse como la expresión gráfica de una rectificación de fondo, sino como un vano intento de distraer la atención del único proceso real acreditado en el que trabaja el socialismo español desde hace años: la sumisión completa al marco conceptual, al lenguaje y a la agenda del radicalismo y, en su defecto, a la del nacionalismo. Esto deja en manos del Partido Popular la oportunidad y la responsabilidad de la centralidad política. No el espacio en sí, mecánicamente transferido, sino la oportunidad de ocuparlo y la responsabilidad de hacerlo. Quienes dudaran de que en España el verdadero poder está en las urnas y no en otro sitio, han podido despejar sus sospechas. Ni había candado ni hay garantía de que estemos a salvo de los peores escenarios. Democracia es esto, y en España la hay de verdad. El voto es demasiado importante como para experimentar con él sobre la idea del castigo, del miedo o de las operaciones políticas a tres o a cuatro bandas. Lo que se requiere es la revitalización del concepto político sobre el que debe sostenerse la con8 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 NOTA EDITORIAL fianza, que es el concepto de mandato democrático. No se trata de privar a los representantes de su indispensable y legítimo margen de interpretación, de selección y de mando, sino de fortalecer el vínculo entre esas funciones y las razones que justificaron el voto recibido. Ningún fetichismo “participativo”, habitualmente poco meditado, puede sustituir a esa actitud de respeto al votante y de rendición de cuentas permanente. Y, al contrario, si se genera y se protege ese vínculo, ningún error bastará para quebrar la confianza de base que sustenta la fortaleza del espacio electoral. Esta tarea, como siempre, requiere ideas y sentidos para la acción política. Y eso es lo que sigue proporcionando la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales en todos sus trabajos, también en este número de verano de Cuadernos de Pensamiento Político, que aborda las siguientes cuestiones: “El conservador convencido”, de Roger Scruton; “Populismo, instituciones y Unión Europea”, de Gianfranco Pasquino; “La reforma electoral italiana de 2015”, de Marco Olivetti; “Orígenes y justificación del presidencialismo americano”, de Javier Redondo; “El legalismo autocrático en Venezuela”, de Javier Corrales; “Syriza en el Gobierno: ‘Tomar el cielo por asalto’”, de Antonis Klapsis; “Asaltar el cielo”, de Ángel Rivero; “El denostado siglo XIX”, de Luis Arranz Notario; “El desmoronamiento del Estado libio. Consecuencia de decisiones precipitadas en política exterior y de seguridad”, de Carlos Echeverría Jesús; “La extensión del Estado Islámico por el norte de África y el África Subsahariana. Consecuencias para la seguridad europea”, de Ana Belén Perianes Bermúdez, y “¿Giro hacia el Pacífico? La política exterior de la Administración Obama hacia Asia Oriental”, de Juan Tovar Ruiz. Los libros reseñados en este número 47 son: El acuerdo del “seny”: Superar el nacionalismo desde la libertad (Juan Milián Querol), por Ignacio Martín Blanco; Agujeros del sistema. Más de 300 asesinatos de ETA sin resolver (Juanfer F. Calderín), por Rogelio Alonso; La razón conservadora. Gonzalo JULIO / SEPTIEMBRE 2015 9 CUADERNOS de pensamiento político Fernández de la Mora, una biografía político-intelectual (Pedro Carlos González Cuevas), por Carlos Dardé; ISIS, el retorno de la yihad (Patrick Cockburn), por Gabriel Cortina; Mi tierra prometida. El triunfo y la tragedia de Israel (Ari Shavit), por Leah Bonnín, y ¡Crear o morir! La esperanza de Latinoamérica y las cinco claves de la innovación (Andrés Oppenheimer), por Guillermo Hirschfeld. 10 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 ROGER SCRUTON EL CONSERVADOR CONVENCIDO n Gran Bretaña acabamos de vivir unas elecciones generales en las que, para sorpresa general, el Partido Conservador ha ganado con mayoría absoluta. La sorpresa se debe al hecho de que ahora las campañas electorales se dirigen casi exclusivamente a aquellos que no tienen las ideas claras, de forma que las cuestiones realmente importantes ya no se discuten por miedo a asustar a gente que se asusta fácilmente. Así, la forma más simple de ganar unas elecciones consiste en mantener a tu electorado fiel mientras tratas de lograr el “voto flotante”. Puesto que tus votantes fieles lo serán mientras las alternativas sean peores, la estrategia más recomendable será dirigir toda la propaganda a aquellos que están permanentemente cambiando de opinión. Esto implica que todo el debate político se concentre sobre una pequeña parte del electorado que no tiene creencias, ni ideales, ni preocupaciones fijas, sino tan solo una pregunta: “¿Qué hará el Gobierno por mí?” En estas circunstancias es poco probable que los políticos se vean animados a la reflexión filosófica; tampoco lo es que las políticas respondan a las necesidades e intereses reales de la gente. Y sin embargo, solo bajo la perspectiva filosófica pueden estas necesidades e intereses ser entendidos completamente. E Lo que hacía tan inciertos los resultados electorales no era el voto flotante. Tampoco el hecho de que durante el Gobierno de coalición (2010-2015) el Roger Scruton ha dado clases en las Universidades de Cambridge, Londres, Oxford, Princeton y Boston. Durante los últimos veinte años ha trabajado como escritor y comentarista. Traducción de José Ruiz Vicioso. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 11 CUADERNOS de pensamiento político Partido Conservador haya tratado a sus más leales seguidores –esos firmes conservadores convencidos– con indiferencia o incluso desprecio, lo que ha provocado que muchos de ellos se volvieran hacia UKIP –Partido de la Independencia del Reino Unido–, como el único partido que creía con claridad en el principal valor conservador, que es la nación, su identidad, su continuidad y su legado compartido de lealtad y ley. Este error se debe, en parte, a la voluntaria renuncia a asumir la cuestión de la propia filosofía que el Partido Conservador ha mantenido desde los últimos años de Thatcher. ¿Qué es exactamente lo que piensa un conservador y por qué? La pregunta es tan relevante en la Europa continental como en las Islas Británicas. De hecho, cuanto más al sur se mira, más evidente resulta la necesidad de una política conservadora que se ha ido alejando de sus fundamentos filosóficos. El conservadurismo parte de un sentimiento que toda persona adulta puede compartir sin reparo: el sentimiento de que las cosas buenas se destruyen fácilmente, pero no se crean fácilmente. Esto es especialmente cierto de las cosas buenas que recibimos como valores colectivos: paz, libertad, ley, civilidad, espíritu público, seguridad en la propiedad y en la vida familiar… bienes en los que dependemos de la cooperación ajena y que no podemos obtener sin el concurso de los demás. Respecto a todas esas cosas, el trabajo para destruirlas es fácil e inmediato, mientras que el crearlas supone una tarea lenta y laboriosa. Esa es una de las lecciones del siglo XX. También es una de las razones de la desventaja que afrontan los conservadores ante la opinión pública: su posición es verdadera pero aburrida, mientras que la de los oponentes es emocionante, aunque falsa. La verdad del conservadurismo parte de que la sociedad civil puede ser aniquilada desde arriba pero se forma desde abajo. Crece del impulso asociativo de los seres humanos, que crean asociaciones civiles que constituyen no empresas con un objetivo predeterminado, sino espacios de encuentro libremente organizados. Con frecuencia los políticos presionan para adaptar estas asociaciones a propósitos externos, muchas veces en conflicto con su verdadero carácter. Esto es lo que pasó con los colegios públicos cuando los socialistas les prescribieron como objetivo la igualdad 12 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL CONSERVADOR CONVENCIDO / ROGER SCRUTON social. Es lo que pasó con las universidades, cuando los gobiernos establecieron los indicadores de resultados como requisito para su financiación. Es lo que pasó con todos los little platoons1 de Hungría, Eslovaquia y Chequia cuando el Partido Comunista los convirtió en correas de transmisión de la agenda socialista. Es lo que está pasando con muchas de nuestras costumbres sociales bajo la jurisdicción de la maquinaria europea de “derechos humanos” cuando condena como “discriminación” nuestros intentos de mantener viejos hábitos sociales, maritales y sexuales. No sorprende, pues, que la posición conservadora, por más que recoja la fundamental experiencia de la pertenencia a la comunidad, no esté ya asegurada. Políticos que jamás se preguntan sobre las raíces del orden social, que no tienen una idea sobre la nación ni sobre su personalidad moral, que miran el legado de la civilización cristiana solo para ridiculizarlo o despreciarlo, que no son capaces de entender que el matrimonio y la familia son la condición sine qua non de la reproducción social… Esos políticos son los que han permitido a nuestro continente entrar en un periodo de profunda incerteza, al tiempo que han impedido un debate que todos necesitamos: el debate sobre la identidad. ¿Quiénes somos? ¿Qué nos hace una comunidad, cómo hacemos que los jóvenes se sientan parte de la misma, y qué hacemos con aquellos que la rechazan? El islam radical ha dado mayor trascendencia a esta pregunta, planteada ante el previsible silencio de la nueva clase política, que carece completamente de medios para responderla. Tradicionalmente, el conservadurismo ha sido hostil a los intelectuales –con buena razón si pensamos en el daño que los intelectuales han infligido a la causa conservadora–. Sin embargo, no ha sido hostil a las ideas. La idea de identidad es de hecho la base sobre la que reposa la filosofía conservadora. Las elaboraciones de Burke y Hume lo recogen muy claramente. Una comunidad política no es un mero contrato ni una compañía de negocios. Es una construcción histórica –unida por la costumbre, la le- 1 Los little platoons, famosa expresión de Edmund Burke, constituyen las asociaciones y organizaciones que forman la sociedad civil y por las que el individuo participa de la vida de la comunidad, desarrollando su sentimiento de pertenencia a la misma (Nota del traductor). JULIO / SEPTIEMBRE 2015 13 CUADERNOS de pensamiento político altad y el sentimiento de pertenencia– que encuentra su más alta expresión en una cultura nacional. Se asienta en el sentimiento de vecindad, en los little platoons y en ese amor intergeneracional que solo la familia puede despertar. La reflexión sobre el resto de cosas que la comunidad requiere –el qué, por ejemplo, en cuanto a la religión, a la educación, al orden legal o a la soberanía– ha sido asunto de la filosofía conservadora desde entonces. Consideraciones muy importantes sobre esta concepción de la comunidad política fueron elaboradas, además de por Burke y Hume, por autores de la tradición continental como Hegel y Maistre. Nadie que estudie con seriedad esos argumentos podrá concebir que las políticas seguidas por los sucesivos Gobiernos europeos respecto a la inmigración, el papel del Estado o la regulación de la sociedad civil puedan llevar a largo plazo a algo distinto a la pérdida de identidad. Algo que vemos en los jóvenes de hoy y que conduce a una creciente –y potencialmente peligrosa– alienación. Cuando Burke escribió sus Reflexiones sobre la Revolución en Francia sabía que pasaría a ser considerado un enemigo público. Pero también sabía que la clase política a la que pertenecía se vería influida por sus argumentos y que empezaría a entender que una sociedad construida desde abajo, fundada en la costumbre y la common law, es mucho más estable que una impuesta desde arriba, como estaba ocurriendo en la Francia revolucionaria. Esa idea ha inspirado a generaciones de políticos británicos y además impulsó la democratización gradual de nuestra vida política. Burke nos ofrece así una prueba clara de que el conservadurismo, cuando es guiado por la filosofía, puede alcanzar su objetivo, que es el que su propio nombre indica: la conservación del orden social existente. Este fin es concebido de forma diferente en los distintos países de Europa, pues no existe un único legado religioso, institucional o legal. Pero la base de la filosofía conservadora sí es algo compartido en todo el continente. ¿Qué debemos esperar de la filosofía conservadora? Primero, debe desarrollar una idea reforzada del Estado-nación, en la que la integración activa de las minorías en la cultura política compartida reemplace a la actual política de separación. Una concepción que reconozca la influencia que 14 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL CONSERVADOR CONVENCIDO / ROGER SCRUTON nuestro legado religioso ha tenido en la formación de nuestra soberanía y nuestro derecho; que sea adecuada para confrontar la teocracia islámica y las invasivas reivindicaciones de la shari’ah; que desarrolle un relato viable sobre la familia y el matrimonio, y sobre la amenaza que el socialismo supone para estas instituciones; y que incluya una concepción de la ciudadanía que preserve tanto la creencia ilustrada en la libertad como el respeto por las fronteras nacionales. En este sentido, un conservador no puede evitar sentirse escéptico respecto a la Unión Europea y al gran, aunque raras veces confesado, proyecto del que surgió: el proyecto de disolver las fronteras para imponer la economía social de mercado a lo largo y ancho del continente. Apoyada en este proyecto imperial, se levanta toda esa legislación social diseñada para desarraigar y marginalizar nuestra herencia cristiana, y para abolir los valores maritales y familiares surgidos de ella. Frente al gobierno que dirige a la sociedad desde arriba, Burke elaboró la teoría de la sociedad formada desde abajo por las tradiciones que surgen de nuestra necesidad natural de asociarnos. Las tradiciones sociales no son solo costumbres arbitrarias, que pueden o no haber sobrevivido hasta nuestros días. Son formas de conocimiento. Contienen la experiencia de muchas pruebas y errores, pues la gente trata de ajustar su conducta a la conducta de los demás. Son las soluciones que se han encontrado a problemas de coordinación que van surgiendo a lo largo del tiempo. Existen porque proporcionan información sin la que una sociedad no sería capaz de reproducirse a sí misma. Si se destruyen se elimina el caudal de conocimiento que cada generación ofrece a la siguiente. Al hablar de tradición no nos estamos refiriendo a reglas o convenciones arbitrarias. Hablamos de “respuestas” que se han encontrado a “preguntas” que se mantienen en el tiempo. Estas respuestas son tácitas, compartidas, contenidas en nuestras prácticas y expectativas sociales. Aquellos que las adoptan no necesariamente serán capaces de explicarlas, menos aún de justificarlas. Por eso Burke las calificó como “prejuicios” que defendió argumentando que si bien la razón humana es limitada, la sociedad nos proporciona esa sabiduría que solo en nuestro perjuicio rechazaJULIO / SEPTIEMBRE 2015 15 CUADERNOS de pensamiento político remos. La razón se muestra realmente en todo aquello que no podemos razonar –eso es lo que llamamos tradiciones–, especialmente en aquellas cosas que implican un sacrificio, como el honor militar, el vínculo familiar, las formas y los currículos educativos, las instituciones caritativas o las normas de urbanidad. La tradición no constituye un conocimiento teórico, relativo a hechos y verdades. Tampoco se refiere a un know-how para la vida ordinaria. Se refiere a otro tipo de conocimiento, que implica la resolución de situaciones, el saber qué hacer para completar una tarea de forma exitosa, cifrándose ese éxito no en la consecución de un objetivo predeterminado sino en la armonía entre el resultado y nuestros intereses. El saber qué hacer cuando estamos en compañía de los demás, el qué decir, el qué sentir, son cosas que aprendemos por inmersión en la sociedad. No se aprenden como aprendemos a deletrear, sino por ósmosis; y sin embargo, todo aquel que no haya adquirido esos conocimientos será descrito como ignorante. Las divisiones del día, el reparto de tareas familiares, los ritos de una escuela, de un equipo o de un tribunal, la liturgia de una iglesia, los pesos y medidas utilizados en los negocios del día a día, la ropa adecuada para esta o aquella situación social: todo ello contiene un conocimiento social tácito sin el cual nuestras sociedades se desmoronarían. También hay ejemplos referentes a la vida política: los procedimientos parlamentarios, con sus formalidades y prerrogativas; la ley y sus instituciones; el curriculum de la escuela y la universidad –hoy casi destruido tras medio siglo de activismo socialista–, etc. Los pensadores políticos de la Ilustración, de Hobbes y Locke a John Rawls y sus seguidores en nuestros días, han descrito los fundamentos del orden político y la justificación de la obligación política como un contrato social –un acuerdo, explícito o tácito– por el que todo ciudadano razonable presta su consentimiento a someterse a unos principios comunes. Aunque el contrato social ha recibido formulaciones diversas, su principio fundamental fue enunciado por Hobbes: “no puede haber obligación para ningún hombre que no surja de sus propios actos”2. Mis obligaciones son 2 Thomas Hobbes, Leviatán, parte 2, cap. 21. 16 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL CONSERVADOR CONVENCIDO / ROGER SCRUTON una creación mía, y me vinculan porque han sido elegidas libremente. Cuando establecemos un compromiso con alguien, el contrato resultante ha sido creado de forma libre, y su incumplimiento no solo perjudica al otro sino a nosotros mismos, puesto que constituye una repulsa a nuestra propia decisión razonada. Si pudiéramos construir nuestra obligación política con el Estado según el modelo del contrato, entonces quedaría justificada de forma que todos los seres racionales deberían aceptarla. Los contratos son el paradigma de las obligaciones establecidas voluntariamente. Obligaciones que no se imponen ni se ordenan coercitivamente, sino que se eligen con libertad. Cuando la ley se funda en un contrato social, la obediencia a la misma es simplemente el reverso de esa libre elección. Libertad y obediencia son las dos caras de la misma moneda. Tal contrato se refiere a un homo oeconomicus abstracto y universal, que viene al mundo sin ligaduras, o como afirma Rawls, sin “concepción del bien” ni nada más que su interés propio para que lo guíe. Las sociedades humanas, sin embargo, son por naturaleza exclusivas, y establecen privilegios y beneficios que se otorgan solo a sus miembros y que no pueden ser concedidos a todo el que llega sin sacrificar la confianza en la que reposa la armonía social. El contrato social surge de un experimento teórico en el que un grupo de personas se reúne para decidir su futuro en común. Pero en realidad, si se encuentran para decidir juntos ese futuro es porque ya tienen uno: porque reconocen su dependencia mutua deben establecer cómo van a gobernarse bajo la misma jurisdicción en un territorio determinado. Los teóricos del contrato social escriben como si este supusiera una elección libre y racional en primera persona del singular cuando realmente presupone la primera persona del plural, en la que las cargas de la pertenencia al grupo ya han sido asumidas. La contradicción, el desacuerdo, la libre expresión del disenso, la regla del compromiso, todas estas cosas presuponen una identidad compartida. Tiene que haber esa primera persona del plural, ese “nosotros”, si un grupo de individuos quiere permanecer unido, aceptando las opiniones y los deseos de los demás por encima de desacuerdos. La religión proporciona ese nosotros: definirnos como cristianos o musulmanes es suficiente para vincular a los que comparten esa misma fe, incluso cuando no JULIO / SEPTIEMBRE 2015 17 CUADERNOS de pensamiento político estemos de acuerdo sobre cuestiones del día a día del gobierno. Pero esa primera persona del plural no se acomoda fácilmente a la política democrática. En concreto, no acepta el desacuerdo fundamental que dentro de un Estado divide a los creyentes que aceptan la doctrina dominante de aquellos que no. Las democracias, por ello, necesitan un “nosotros” nacional más que uno religioso o étnico. El Estado-nación, tal y como lo concebimos, es el resultado del sentimiento de pertenencia a la comunidad, moldeado por una “mano invisible” de entre los incontables acuerdos que se forman por las personas que hablan la misma lengua y viven unos junto a otros. Resulta de los compromisos alcanzados tras muchos conflictos y expresa el acuerdo formado lentamente entre vecinos para garantizarse unos a otros un espacio y proteger juntos el territorio común. Ha integrado conscientemente a las minorías étnicas y religiosas, que a su vez se han ajustado al Estado-nación. Se asienta sobre determinadas costumbres y en unos mismos ritos de tolerancia. Su ley es territorial más que religiosa y no invoca más fuente de autoridad que los bienes intangibles que los ciudadanos comparten. El Estado-nación, así concebido, es lo que constituye el principal objetivo de la política conservadora en nuestro tiempo, y ese objetivo es tan importante para los españoles como lo es para los ingleses. Hoy el Estado-nación debe confrontar la cuestión del separatismo. La sorprendente consecuencia de la dictadura bruselense ha sido no la abolición de las naciones sino su multiplicación, pues la gente busca desesperadamente una fuente de lealtad real y duradera con la que resistir a la forma de gobierno puramente contractual que le ha sido impuesta desde arriba. En el Reino Unido estamos viviendo una creciente división entre Inglaterra y Escocia similar a lo que está sucediendo entre Cataluña y el resto de España. Un fenómeno que supone una llamada para que entendamos los principios filosóficos del gobierno secular y democrático, y para que encontremos una solución a las nuevas tensiones nacionales. 18 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL CONSERVADOR CONVENCIDO / ROGER SCRUTON PALABRAS CLAVE • •Europa•Valores occidentales•Principios Conservadurismo Reino Unido filosóficos Estado-nación • RESUMEN ABSTRACT Roger Scruton parte de una simple pregunta –¿qué es exactamente lo que piensa un conservador y por qué?– para recorrer los principales valores y fundamentos filosóficos –nación, identidad, continuidad histórica, paz, libertad ley, civilidad, seguridad, propiedad privada, familia, tradición y civilización cristiana– que hoy identifican a un conservador tanto en el Reino Unido como en todo el continente europeo. En este sentido, el autor no disimula cierto escepticismo hacia una Unión Europea que desarrolla una legislación social capaz de desarraigar muchos de estos valores (sobre todo en los más jóvenes) y disolver el espíritu integrador de la antigua naciónEstado. Roger Scruton starts from a simple question – what exactly does a conservative think and why? – in order to review the main values and philosophical foundations – nation, identity, historical continuity, peace, liberty, law, civility, security, private property, family, tradition and Christian civilization – which today identify a conservative both in the UK and in the whole European continent. In this sense, the author does not conceal some scepticism toward a European Union that is developing a social legislation capable of uprooting many of these values (especially among the young) and of dissolving the integrating spirit of the old nation-State. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 19 GIANFRANCO PASQUINO POPULISMO, INSTITUCIONES Y UNIÓN EUROPEA PREMISA frontar el tema del populismo, hoy más visible y seguramente más difuso que en el pasado, significa entrar en una dantesca selva oscura sin ninguna guía segura. De entrada señalo que en su eficaz análisis de los populismos en Italia, Marco Tarchi (2015) ha incluido una exacta, prácticamente exhaustiva y muy incisiva recensión crítica de los estudios hasta ahora publicados. Sería poco generoso criticar a todos (o casi) los autores que se han ocupado de este tema por no haber sabido ofrecer una definición convincente ni “operacionalizable” de este fenómeno. Pese a todo, junto a algunos textos banales y repetitivos, disponemos también de óptimos estudios –entre ellos el pionero libro de Canovan, 1981– y de tentativas de análisis comparado –entre ellos Giusto, Kitching y Rizzo, 2013– que son útiles y sugestivos. La dificultad de la definición no debe impedirnos dar cuenta de las manifestaciones más importantes del populismo, investigar las condiciones que permiten su aparición y favorecen su afirmación y, por último, evaluar su impacto y las consecuencias actuales y futuras sobre los sistemas políticos democráticos y sobre la Unión Europea. A Gianfranco Pasquino es Profesor emérito de Ciencia Política de la Università di Bologna. Sus libros más recientes son Partiti, isstituzioni, democrazie (Bologna, Il Mulino, 2014) y Cittadini senza scettro. Le riforme sbagliate (Milán, Egea, 2015). Es co-compilador del Oxford Handbook of Italian Politics (de próxima publicación en 2015). Traducción de José Ruiz Vicioso. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 21 CUADERNOS de pensamiento político No es este el lugar en el que escribir una imposible historia del populismo en el mundo. Dos observaciones preliminares son, en todo caso, absolutamente indispensables. La primera es que existe una conexión entre las sociedades en las que los ciudadanos se movilizan y la posibilidad del populismo. La segunda es que, si bien las primeras manifestaciones de populismo aparecieron en Rusia y en los Estados Unidos, el continente que ha estado y que continúa estando más expuesto al populismo en todas sus formas es América Latina (Zanatta, 2013). Por tanto, ninguna comprensión del fenómeno del populismo será adecuada si no ha tenido en cuenta los muchos países y casos de Latinoamérica, tratando de extraer las lecciones que estos ofrecen todavía hoy. Bajo una perspectiva histórico-comparada es justo sostener que los sistemas políticos europeos han sido, hasta tiempos recientes, relativamente inmunes a las llamadas, a los líderes y a los movimientos populistas. Y es demasiado fácil afirmar que el populismo recorre Europa como un espectro sin después tratar de identificar con precisión sus manifestaciones en los diversos países. Se vería entonces, pero no quiero agotar aquí el argumento, que en Europa los populismos no solo no han vencido, pese a su amplificada presencia mediática, sino que generalmente permanecen en condiciones de minoría y precariedad. Por otro lado, sería erróneo ignorar las múltiples posibilidades/probabilidades que tienen los regímenes democráticos –en los cuales (etimológicamente) el poder pertenece al pueblo–, lo que en la línea de Mény y Surel llamaré “filones” de populismo. Volviendo a la primera observación, mientras que las sociedades son estáticas, los cambios, tanto positivos como negativos, son limitados. La política es un quehacer de pocas personas y grupos; no es practicable ningún discurso populista. Cuando se inicia un proceso de cambio más intenso y se extiende la movilización, entonces aparece la oportunidad para que el líder populista entre en la escena política. En puridad, estas afirmaciones radiografían los populismos originarios, desde Rusia a los Estados Unidos y a los países de América Latina, con las diferencias consecuentes al nivel de desarrollo y de movilización de cada Estado. En el caso de Europa, los procesos históricos de cambio y la movilización gradual de los europeos han ocurrido dentro de aparatos estatales bastante bien consolidados, siendo controlados desde arriba por las monarquías. Tras las dos guerras mundiales se han producido fenómenos de populismo, pero 22 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 POPULISMO, INSTITUCIONES Y UNIÓN EUROPEA / GIANFRANCO PASQUINO sería un error grave confundir el fascismo y el nazismo con el populismo. Aunque Mussolini y Hitler explotaron, en parte, el discurso populista, tanto el autoritarismo del primero como el totalitarismo del segundo se basaron en la conquista y en la creación de estructuras como sus respectivos partidos. Il popolo/Das Volk era primero movilizado y después “enjaulado”, pero nunca quedaba fluctuante. En cualquier caso, también en el de Franco, el autoritarismo tuvo poco de populista. En cuanto a la gran expansión y larga vida del populismo latinoamericano, que no ha quedado ciertamente enterrado por la muerte de Chávez y que mantiene muchas de sus posibilidades, es en referencia a las condiciones sociopolíticas de cada país donde encontramos los elementos que ponen en evidencia la relación entre populismo, a menudo movimentismo, e instituciones. En este artículo me detendré en tres aspectos fundamentales. En primer lugar, trataré de explicar por qué el populismo goza regularmente de condiciones favorables a su aparición en casi todos los regímenes democráticos, con la única excepción de Gran Bretaña. Segundo, sostendré que, no obstante la notable variedad de sus expresiones, el populismo no debe confundirse con la antipolítica, con el liberismo, con movimientos o partidos de extrema derecha. Las raíces del populismo son otras. En particular, la ansiedad y el miedo colectivos ante la amenaza de una pérdida de la identidad y el deseo de confiar el futuro a un hombre que sabrá derrotar a los numerosos enemigos. En tercer lugar, trataré de identificar las relaciones entre la aparición de los fenómenos y de los movimientos populistas y el tipo de orden institucional de los sistemas políticos contemporáneos. Por último, reflexionaré sobre la construcción de la Unión Europea para tratar de entender y evaluar si, y en qué forma, la existencia de la Unión, sus mecanismos de funcionamiento y sus líneas de desarrollo futuro son en algún modo responsables de la aparición del populismo en los Estados miembros y de su eventual expansión en el futuro. DEMOCRACIA Y POPULISMO Por definición, la democracia es el régimen político en el que el pueblo (demos) tiene/ejercita el poder (kratós). Algunas, ya que no todas, de las Constituciones democráticas ponen de manifiesto de forma clara el poder del pueblo. Me JULIO / SEPTIEMBRE 2015 23 CUADERNOS de pensamiento político limitaré a citar el preámbulo de la Constitución de los Estados Unidos en el cual es el pueblo mismo el que da vida a la Constitución: “We the people of the United States… do ordain and establish the Constitution of the United States of America”. En 1861, en el famoso Discurso de Gettysburg, el presidente Abraham Lincoln, seguramente no un populista, dio la que a mí parecer es una de las más bellas definiciones de la democracia: “Government of the people, by the people, for the people”. Alrededor de un siglo después, en el apartado segundo del primer artículo de la Constitución italiana se establece que “la soberanía pertenece al pueblo, que la ejercita en las formas y en los límites de la Constitución”. En otros sitios, en cambio, como en Gran Bretaña y en Alemania (tomo en consideración dos situaciones muy distintas) el espacio constitucional que se ofrece al populismo resulta inexistente o mínimo. En Gran Bretaña nadie duda de que la soberanía resida en Westminster, en el Parlamento, ni de que el primer ministro derive su poder, no del voto popular sino del apoyo de la mayoría parlamentaria, y que lo ejerce no con una llamada al pueblo, sino gracias a su capacidad de convertirse, como escribió Max Weber, en el “dictador del campo de batalla parlamentario”. Muy comprensiblemente la Ley Fundamental alemana ha evitado cuidadosamente establecer situaciones electorales e institucionales que ofrezcan oportunidades a un líder y a una dinámica populista. En el caso alemán, la trágica experiencia de la República de Weimar, con la elección popular directa del Presidente de la República, que abrió el camino del poder a Hitler, ha resultado una lección dolorosamente inolvidable. Volviendo a la visión de la democracia formulada por Lincoln, el pueblo resulta central sea en la versión electoral de formación de la democracia representativa (government of the people), sea en la versión de democracia directa (government by the people): iniciativa legislativa –en inglés proposition–, referéndum y revocación de los cargos electos –recall–; sea, en fin, como destinatario de las políticas elaboradas por los gobernantes (government for the people). La llamada al pueblo tampoco ha de llevarnos a calificar a Lincoln como un líder populista. Tampoco mi firme convicción, compartida por Mény y Surel, de que efectivamente existe una veta de populismo en la democracia estadounidense puede exagerarse hasta el extremo de calificar a los Estados Unidos como una democracia populista. Si bien no hay duda de que la elección popular directa del presidente y de los gobernadores de los estados alimenta discursos, modos y estilos populistas y consiente la aparición de aspirantes 24 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 POPULISMO, INSTITUCIONES Y UNIÓN EUROPEA / GIANFRANCO PASQUINO populistas, la situación contiene elementos de ambigüedad. Por un lado, el populismo no fue ciertamente un peligro previsto por los padres constituyentes, los cuales, si acaso, temían bien el faccionalismo, bien la dictadura de la mayoría. Por otro, el orden institucional de la república presidencial puede también consentir, en el momento de la competición electoral, la aparición e incluso la victoria de un líder populista. Sin embargo, en la práctica, ningún populista ha conquistado nunca la presidencia, y el principio constitucional “instituciones separadas que compartan el poder” ha funcionado como obstáculo insuperable a la concentración de poder, que es la ambición de los populistas. Completamente distinto es el caso de América Latina, que nos permite ilustrar mejor el contexto europeo. Los populismos latinoamericanos son el producto conjunto de la elección popular directa de los presidentes de las diferentes repúblicas del continente y de la debilidad, más que de los aparatos institucionales en cuanto tales, de los partidos políticos. El principal alimento que nutre los populismos latinoamericanos es el movimentismo. De una parte, hace difícil la vida y a menudo la misma existencia de los partidos, que en ningún país son organizaciones sólidas, radicadas y duraderas, excepto en Chile. De otra, impide cualquier forma de institucionalización. La letal combinación entre la necesidad de hacer una llamada al pueblo para lograr el cargo presidencial y la debilidad de los partidos, que pueden ser controlados por los candidatos y que no constituirán, después, ningún obstáculo a la modalidad de gobierno de los presidentes, conscientes de que ni su recandidatura ni su reelección dependen de los partidos, tiene como consecuencia que el populismo se mueva en espacios amplios, sin constricciones ni limitaciones institucionales –técnicamente podríamos decir sin checks and balances–. Aquí se sitúa la preocupación institucional y política de Linz (1994). El presidente populista victorioso que desperdicia los recursos y manipula las políticas públicas en perjuicio de su propio país no puede ser removido, obligando a sus competidores a imitar su lenguaje y a hacer promesas que no podrán cumplir. En el pasado, la consecuencia más probable era el derrocamiento militar de los presidentes incapaces y perjudiciales. Hoy, el riesgo es que los presidentes populistas dejen, precisamente como Hugo Chávez, sus países sumidos en serias crisis económicas y políticas. La lección institucional a aprender del caso latinoamericano es que la elección popular directa del presidente permite a los populistas, también JULIO / SEPTIEMBRE 2015 25 CUADERNOS de pensamiento político cuando no vencen, obtener gran visibilidad e influir de un modo o de otro, bien en las políticas públicas bien en la gestión del gobierno. En las democracias de Europa occidental, solo la V República francesa y, con anterioridad Austria y Finlandia, recogen la elección popular directa del presidente. En Francia es además el jefe del poder ejecutivo, mientras en Austria y en Finlandia es una figura esencialmente ceremonial. Ni los presidentes franceses ni los austriacos han mostrado características populistas, si bien Sarkozy (2007-2012) recurrió en alguna ocasión a elementos del discurso populista. En la Europa centro-oriental hay países en los cuales el presidente combina su tradición comunista con discursos y comportamientos populistas, pero se trata seguramente de situaciones no definibles como democráticas, sino autoritarias. Sin entrar en un imposible estudio de todas las expresiones populistas transmutadas en partidos que han logrado votos y escaños en elecciones democráticas, es posible formular dos hipótesis explicativas que me parecen suficientemente confirmadas por los hechos. La primera es que las democracias parlamentarias no son fácilmente escalables por los movimientos o partidos populistas. Ciertamente, los sistemas electorales proporcionales, de Alemania a Suecia, de Holanda a Bélgica –e Italia– ofrecen a los populistas grandes oportunidades de presentar listas de candidatos y de obtener cierto éxito de representación, aunque este raramente les ha llevado a tener responsabilidades de gobierno, como brevemente ocurrió en Austria y Suiza; en Dinamarca, Países Bajos y Noruega, alguna vez han dado apoyo externo al gobierno. Italia merece –y no por la nacionalidad del autor– una reflexión más profunda. POPULISMO ITALIAN-STYLE Evitando recurrir a explicaciones de naturaleza histórica y, sobre todo, como ya he dicho, apoyado por una amplia literatura en la materia, no considero a Mussolini un líder populista, si bien alguna vez recurrió a comportamientos y discursos de corte populista. Por mantenernos en la actualidad, me parece oportuno restringir el análisis de Italia a los últimos treinta años más o menos, centrándome en tres actores populistas (el mejor estudio sobre populismo en 26 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 POPULISMO, INSTITUCIONES Y UNIÓN EUROPEA / GIANFRANCO PASQUINO Italia, el citado de Tarchi, también analiza otros menores): Bossi y la Lega Nord; Berlusconi y el movimiento político Forza Italia, que es la definición inicial; Grillo y el Movimento 5 Stelle (Pasquino, 2014). Por más que sean muy distintos entre ellos, estos tres movimientos tienen diversos elementos que los acercan. Aquí se ubica mi segunda hipótesis: en el contexto de Europa sobre todo occidental, la aparición y el ascenso de movimientos populistas están fuertemente determinados por las condiciones de los partidos existentes y del sistema político en su conjunto. Donde los partidos son sólidos, como en Gran Bretaña y en Alemania y, hasta hace poco, en España, y donde el sistema de partidos es competitivo y permite la alternancia –acogiendo los desafíos y las tensiones–, allí la insatisfacción del electorado es canalizada por los partidos existentes, que se han demostrado capaces de integrarla y, por así decir, de transmitirla al gobierno. Si los partidos son relativamente débiles o están en vías de desestructuración y la competición entre ellos produce meros ajustes de políticas y cambios limitados del personal político, allí la insatisfacción ciudadana desemboca en otro lugar. Si existe lo que llamaré una “oferta de populismo”, muchos ciudadanos-electores se dispondrán a tomarla en consideración. En efecto, en el contexto italiano se han presentado tres ofertas de populismo sucesivas. La primera, al inicio de los ochenta, fue la de Umberto Bossi y su Lega Nord. La segunda, a partir de 1994, fue la de Silvio Berlusconi con Forza Italia. La tercera oferta, a partir de 2008, fue la de Beppe Grillo y el Movimento 5 Stelle. Todas fueron ofertas ganadoras. Las de Bossi y Berlusconi se basaban también en el componente identitario. Bossi apelaba a la identidad regional de los padanos; además de resaltar la “italianidad” (contra una izquierda acusada de ser poco patriótica) tanto en el discurso de lanzamiento de su movimiento como en el propio nombre Forza Italia, Berlusconi hacía y ha seguido haciendo una llamada a los “moderados” contra los comunistas, los excomunistas y los postcomunistas. Lo que hace a Berlusconi especialmente populista es su convicción, frecuentemente repetida, de que el voto de millones de italianos vale más que cualquier división de poderes. Quien ha obtenido la mayoría de los votos –en el caso de Berlusconi nunca fue una mayoría absoluta– no puede ser frenado por el Parlamento, no puede ser obstaculizado por el Presidente de la República, no debe ser encausado por los tribunales. La única relación que cuenta es la del líder con el pueblo (de los moderados). Menos visible, pero no menos explícita es la identidad reclamada por Grillo: los ciudadanos –que es JULIO / SEPTIEMBRE 2015 27 CUADERNOS de pensamiento político también el título con el que desean ser llamados los parlamentarios del Movimento 5 Stelle– contra los políticos de profesión; la sociedad honesta, limpia, laboriosa contra la política corrupta, que se mueve solo en interés propio. Esta es una clásica contraposición populista. De hecho, aquí aparece un segundo elemento especialmente, aunque no únicamente, italiano: la antipolítica. Cierto, la crítica de los políticos y de la política también existe en España, antes con los indignados, después con Podemos y recientemente con el movimiento Ciudadanos. Tsipras también ha recogido en Grecia los votos de aquellos que quieren acabar con la vieja política, monopolizada por un reducido grupo de familias históricas. Seguramente los Piratas en Suecia y en Alemania han fundado parte de su (muy limitado) éxito en la antipolítica, pero el sustrato antipolítico italiano es, con gran diferencia, más fuerte y extenso. Continuamente alimentado también por algunos intelectuales, está destinado a durar. El tercer factor que facilita la aparición de movimientos y partidos populistas lo constituye el tipo de partidos y de sistemas de partidos existentes en cada país. En toda Europa, los partidos no pasan su mejor momento. Tienen dificultades para reclutar nuevos miembros. Pierden capacidad de representación política. Son considerados responsables de la mala situación económica e incapaces de resolverla. Aunque existen diferencias de un sistema político a otro, allí donde los partidos son más sólidos han sabido neutralizar el desafío de los populismos y adaptarse sin abrir muchos espacios. Es el caso de Alemania, de Gran Bretaña, de Suecia y, visto desde fuera, en parte también de España. En Italia, en cambio, Bossi aprovechó el declive de los partidos de gobierno en los años ochenta y la caída del Muro de Berlín, que se desplomó sobre el Partito Comunista italiano e hizo innecesario el voto a la Democrazia Cristiana, “liberando” a millones de electores que no podían ser comunistas de la necesidad de votar “DC” y suscitando una identidad territorial, la del norte. En 1994, Berlusconi se infiltró en un sistema de partidos totalmente disgregado por la desaparición de todos los partidos que habían formado parte del gobierno desde 1947 a 1992. Desde el 2008, Grillo ha sacado ventaja no solo del descrédito de todos los partidos, sino sobre todo de la erosión del partido de Berlusconi, de la insatisfacción con un Partito Democratico serpenteante entre muchos electores potencialmente de izquierdas y, en fin, del hecho de que los jóvenes que votan por primera vez se encuentran totalmente desvinculados de cualquier pertenencia político-partidista. 28 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 POPULISMO, INSTITUCIONES Y UNIÓN EUROPEA / GIANFRANCO PASQUINO POPULISMO, ANTIPOLÍTICA Y EXTREMA DERECHA Creo que es posible y justificado sacar una doble conclusión de carácter comparado. Por un lado, cualquier experimento populista encuentra grandes obstáculos en un contexto institucional en el que el Parlamento funciona y en el que los liderazgos derivan su legitimidad del apoyo parlamentario de partidos sólidos. Por otro, partidos que se debilitan y sistemas de partidos que se disgregan abren enormes espacios a los sentimientos y movimientos populistas. Cualquier éxito es todavía más fácil cuando los populistas son capaces de aprovecharse de una (in)cultura política modelada por la propaganda antipolítica, y también de experiencias históricas precedentes en las cuales la antipolítica ha jugado un papel desacreditando la política y a los políticos (algo en lo que estos, a menudo, tienen mucha responsabilidad). Me limito a citar un ejemplo lejano en el espacio y en el tiempo. En los años setenta, la afirmación del candidato republicano Ronald Reagan “el gobierno no es la solución, es el problema” reveló que el populismo estaba vivo. No puede sorprender que, con poquísimas excepciones, los candidatos a la Casa Blanca hayan hecho su campaña electoral contra Washington D. C., la capital, y contra la política que allí se hace, prometiendo no hacerse prisioneros de los rituales, de los lobbies, del big government. Más recientemente la Lega Nord juró que no se dejaría domesticar por el Parlamento ni por Roma ladrona, mientras los dirigentes y parlamentarios de 5 Stelle, bajo explícita orden de Grillo, mantuvieron su rechazo a participar en debates televisivos. Casi nada de esto aparece en los partidos de extrema derecha que no deben, por tanto, ser automáticamente clasificados como populistas. Es verdad que los partidos de extrema derecha tienen una carga antisistema, en el sentido de que si pudieran cambiarían el sistema político aboliendo la democracia y dando el poder a un solo gobernante. Pero seguramente no desean debilitar el Estado, sino reforzarlo. Es verdad que apelan a la identidad nacional, histórica, tradicional, pero esto no significa que sean siempre xenófobos y enemigos de los inmigrantes, como los populistas. Al contrario, con frecuencia los partidos de extrema derecha buscan asimilar e integrar a todos los inmigrantes de forma que se reconozcan en los principios fundamentales de la identidad nacional existente. Por último, los partidos de extrema derecha nunca son liberistas, sino que defienden la intervención del Estado en la JULIO / SEPTIEMBRE 2015 29 CUADERNOS de pensamiento político economía. El mejor ejemplo de partido de extrema derecha y de más éxito dentro del contexto europeo es indudablemente el Front National en Francia, ciertamente no un movimiento populista. No muy distante a este es posible colocar al United Kingdom Independence Party (UKIP), Aurora Dorada en Grecia y al PVV holandés. Partidos seguramente de derecha que tienen todas las características a las que me he referido son también los Democráticos suecos y los Griegos Independientes. Elemento unificador de todos estos partidos, además de la exasperación del sentimiento de identidad nacional, es una profunda hostilidad hacia la Unión Europea. Esta hostilidad deriva de hecho del temor a que la Unión termine por anular las identidades nacionales y, en segundo lugar, y quizá un poco artificialmente, de la convicción de que los tecnócratas, los banqueros, los capitalistas, son los que han prevalecido en las instituciones europeas, en particular en la Comisión, y en la formulación de políticas europeas que son impuestas a los Estados miembros. Algunos partidos de la extrema derecha y los movimientos populistas coinciden sobre el terreno antieuropeo. La prueba más convincente la proporcionan, por un lado el Front National y la Lega Nord (de hecho, el nuevo secretario de la Lega, Matteo Salvini, trata de construir una alianza sobre temas comunes con Marine Le Pen, la líder del Front National), y por otro, el Movimento 5 Stelle y UKIP. Ambas parejas de partidos, por necesidad numérica pero también por voluntad política, han decidido dar vida a dos grupos en el Parlamento Europeo. Son grupos algo distintos, compuestos de pocos parlamentarios que, seguramente, no son los únicos que expresan críticas y reservas hacia las instituciones europeas y su funcionamiento. Algunas de esas críticas no son además tan distintas de las posiciones de los conservadores ingleses y de los europarlamentarios de Forza Italia. El resultado global de los partidos euroescépticos, eurocríticos, eurohostiles, en particular del conjunto de partidos populistas y de extrema derecha en las elecciones europeas de 2014, permaneció más bien por debajo de las expectativas y de los temores. Menos del 25% de los europarlamentarios electos pueden ser considerados contrarios a la Unión Europea, a sus instituciones y a su funcionamiento. Sin embargo, el dato que no debemos olvidar nunca ni minusvalorar es que en torno a la mitad de los ciudadanos de la Unión Europea no acude a las urnas, manifestando de esta forma una mezcla de desinterés y 30 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 POPULISMO, INSTITUCIONES Y UNIÓN EUROPEA / GIANFRANCO PASQUINO de desacuerdo con la idea de Europa encarnada en las instituciones europeas. Bajo el punto de vista de estas instituciones es posible sostener que el sistema electoral utilizado en todos los Estados miembros, la representación proporcional, permite a críticos, populistas y extrema derecha de la Unión obtener un número de representantes que refleja su apoyo electoral. Los populistas y los dirigentes de extrema derecha aprovechan de hecho las campañas electorales para adquirir visibilidad política. Por lo demás, resulta irónico que sean precisamente los que se oponen a la Unión Europea los que hacen propaganda de los temas más específicamente europeos, mientras los dirigentes de los partidos europeístas las más de las veces no saben ofrecer un juicio, que en conjunto es muy positivo, de cuanto la UE ha hecho por los ciudadanos europeos. DÉFICIT DE LA UNIÓN EUROPEA Y ESPACIOS POPULISTAS La crítica más frecuente e incisiva a la Unión Europea se refiere al déficit democrático que padecen sus instituciones. Este asunto es analizado por Norris, que sostiene que la idea original de déficit contrapone “la legitimidad de los procedimientos de decisión en la Unión Europea” a los “estándares democráticos de las naciones-Estado europeas” (Norris, 2011: 5). Mi perspectiva es distinta y, espero, más centrada y correcta. La tecnocracia de la Comisión, la burocracia de la Unión y la proliferación de los comités han convertido a la Unión en un organismo mucho menos democrático que cualquier Estado miembro. Que esta crítica tiene arraigo entre mayorías de ciudadanos europeos que valoran mejor el funcionamiento de sus respectivas democracias lo ponen de manifiesto los sondeos periódicos del Eurobarómetro. Sin embargo, la crítica del déficit democrático de la Unión Europea no es correcta. El Parlamento europeo es elegido por los ciudadanos de los Estados miembros, por lo que tiene legitimidad democrática. El Consejo está compuesto por los jefes de Gobierno a los que apoyan las mayorías parlamentarias de sus respectivos países, de forma que también gozan de una específica legitimación democrática. Aunque el presidente de la Comisión no es elegido directamente, sino por el Consejo de los jefes de Gobierno, ya desde 2014 esta nominación debe ser la del candidato del grupo parlamentario que ha obtenido más escaños. Tras algún titubeo, así ha resultado con la elección de Jean-Claude Juncker, que después recibió lo que podríamos llamar el voto de confianza del Parlamento. Estamos, por tanto, ante una situación asimilable a la de las democracias parlamentarias JULIO / SEPTIEMBRE 2015 31 CUADERNOS de pensamiento político clásicas. Es verdad que la legitimidad de los comisarios, que son nombrados por los Estados miembros (con el visto bueno del presidente de la Comisión), es indirecta, pero también lo es que solo asumen el cargo con el voto favorable del Parlamento. En sustancia, pues, también la Comisión puede preciarse de contar con una legitimidad democrática, no popular sino indirecta. Quienes mantienen la existencia de un déficit democrático a menudo proponen la elección popular directa del Presidente de la Unión. Sin entrar en detalles, esta solución parece caminar en la dirección de los Estados Unidos de Europa como una república presidencial. Casi con toda seguridad, los candidatos serían expresión de las principales familias europeas de partidos y el peso de las campañas electorales sería asumido por los partidos de cada “familia” en cada uno de los países. Naturalmente, un eventual presidencialismo europeo podría también encuadrarse en las críticas de Juan Linz, sea cuanto a la oportunidad ofrecida a los populismos, sea en cuanto fórmula demasiado rígida en el caso de que el vencedor se revelase inadecuado. Una segunda crítica resulta insuperable: el riesgo de una situación de bloqueo político y decisional. Un presidente elegido por el pueblo no puede ser removido de su cargo durante su mandato, pero sabemos que el Parlamento podría hacerle muy difícil la vida política, neutralizando cualquier iniciativa o actividad. Bajo la óptica del peligro populista la primera crítica se vería muy atenuada, ya que el candidato respondería a una coalición de partidos afines, no a la iniciativa de un “tsunami” personal impulsado por propuestas populistas. Mucho dependería todo del sistema de elección, que presumiblemente sería una doble vuelta que enfrentaría en segunda votación a los dos candidatos más votados en la primera. Parece improbable que un candidato común de los distintos movimientos y partidos populistas pudiera desbancar a populares y socialistas y pasar a la segunda vuelta. Sin embargo, la elección popular directa del presidente de la Unión Europea constituiría el mejor de los mundos posible para dar espacio e impulso al populismo a nivel europeo, aunque también para provocar una dinámica potencialmente bipolar entre las dos principales posiciones que sostuvieran a los candidatos a la presidencia. CONCLUSIÓN El populismo está destinado a permanecer como desafío en todas las democracias, nacionales y supranacionales. Es una historia paralela a la historia y la 32 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 POPULISMO, INSTITUCIONES Y UNIÓN EUROPEA / GIANFRANCO PASQUINO evolución de la democracia que continúa hoy. Donde las instituciones son sólidas y gozan de legitimidad, donde los partidos son organizaciones representativas y el sistema de partidos es competitivo, el desafío de los populismos podrá incidir en el funcionamiento del sistema político, pero no tendrá éxito. En otros lugares podrá vencer, pero hasta ahora solo ha dado malas pruebas de sí mismo, mostrándose siempre incapaz de institucionalizarse. PALABRAS CLAVE • • • • Instituciones Democracia Populismo Partidos políticos Unión Europea RESUMEN ABSTRACT Es inherente a todos los sistemas políticos democráticos que estos contengan una “veta” o más de populismo. Que el populismo aumente su presencia e impacto dependerá de los acuerdos institucionales y de los partidos y sus sistemas de partido. Este artículo explora las diferentes posibilidades de que se abra espacio político al populismo en las repúblicas presidenciales, especialmente aquellas de América Latina y en las democracias parlamentarias europeas. También analiza las relaciones entre sistemas de partido y populismo, centrándose en un caso italiano, que exhibe tres ejemplos de movimientos populistas de éxito. El trasfondo cultural del populismo está representado por sentimientos antipolíticos. A pesar de compartir algunos componentes, en concreto la xenofobia y el énfasis en la identidad, los movimientos populistas no deben confundirse con los partidos de extrema derecha que exaltan el rol y el poder del Estado. Las instituciones de la Unión Europea, aunque a menudo se critican por un supuesto déficit democrático, son bastante legítimas y hasta ahora sus normativas no han demostrado ser especialmente hospitalarias a los desafíos populistas. Inherently, in all democratic political systems there is a “streak” or more of populism. Whether populism will expand its presence and increase its impact depends on the institutional arrangements and on the parties and their party systems. This article explores the differences in the likelihood of opening political space to populism between presidential republics, especially those in Latin America, and European parliamentary democracies. It also analyzes the relationships between party systems and populism, focusing on the Italian case that exhibits three successful examples of populist movements. The cultural background of populism is represented by anti-political feelings. In spite of some similar components, namely, xenofobia and the stress on identity, populist movements are not to be confused with extreme right-wing parties which exalt the role of the State and its strength. Though often criticized because of an alleged democratic deficit, the institutions of the European Union are quite legitimate and so far their arrangements have not proved to be particularly hospitable to populist challenges. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 33 CUADERNOS de pensamiento político BIBLIOGRAFÍA Canovan, M. (1981): Populism, New York, Harcourt, Brace, Jovanovich. Mény, Y.; Surel, Y. (2000): Par le peuple, pour le peuple. Le populisme et les démocraties, Paris, Fayard. Giusto, H.; Kitching, D.; Rizzo, S. (Eds.) 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MARCO OLIVETTI LA REFORMA ELECTORAL ITALIANA DE 2015 La aprobación de la ley del 6 de mayo de 2015, nº 52, que contiene Disposiciones en materia de elección de la Cámara de Diputados constituye un importante giro en la “historia infinita” del debate sobre la reforma constitucional y electoral1 que viene produciéndose en Italia desde hace casi tres décadas. Se trata, sin embargo, solo de una etapa intermedia dentro de la agenda de reformas del sistema político que el Gobierno de Matteo Renzi y su mayoría parlamentaria pretende sacar adelante en el curso de la actual legislatura –la XVII–, iniciada con las legislativas de 2013. Sucesivas etapas deberán ser superadas en los próximos meses, y la aprobación exitosa del conjunto de reformas no aparece de momento del todo asegurada. 1. La necesidad de aprobar una nueva ley electoral obedecía a razones tanto del plano de la política constitucional como del plano del derecho constitucional. Marco Olivetti es profesor ordinario de Derecho constitucional de la Universidad LUMSA de Roma. Ha sido miembro de la comisión de expertos para las reformas constitucionales nombrada por el Gobierno de Enrico Letta en 2013. Traducción del italiano de José Ruiz Vicioso. 1 Para una síntesis de tal historia reenvío a Il referendum costituzionale del 2006 e la storia infinita (e incompiuta) delle riforme costituzionali in Italia, en Cuestiones Constitucionales, EneroJunio 2008, n. 18, p. 107-167. En particular, sobre el origen del debate en materia electoral, ver M. Luciani, Il voto e la democrazia. La questione delle riforme elettorali in Italia, Editori Riuniti, Roma, 1991. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 35 CUADERNOS de pensamiento político Por un lado, la ley electoral precedente –ley 270/2005–2 había sido aprobada por la mayoría parlamentaria de centro-derecha de la XIV legislatura con la oposición del centro-izquierda, y en seguida se convirtió en objeto de extendidas críticas provenientes de diversas fuerzas políticas (incluidas aquellas que originalmente habían concurrido a su aprobación) y de amplios sectores de la opinión pública3. Los principales motivos de crítica fueron el establecimiento de un premio de la mayoría en beneficio de la lista (o coalición de listas) que hubiese obtenido el mayor número de votos en las elecciones a la Cámara de Diputados; en las elecciones al Senado se preveía un premio análogo destinado a favorecer la lista o coalición de listas que hubiera obtenido el mayor número de votos en cada una de las regiones4; de otra parte, la crítica se dirigió a la elección de los diputados y senadores en circunscripciones plurinominales de grandes dimensiones5 sin voto de preferencia. A consecuencia de las mismas, durante las dos legislaturas siguientes –XV (2006-2008) y XVI (2008-2013)– se sucedieron las 2 3 4 5 Véase M. Carrer, La riforma della legge elettorale: un proporzionale “maggioritario”, en B. Pezzini, S. Troilo (a cargo de), La Costituzione riscritta. Ombre e luci nella revisione del 2005, Giuffré, Milano, 2006, p. 177-196; A. Pertici, Il sistema elettorale del Senato e della Camera dopo la legge n. 270 del 2005, en S. Panizza, R. Romboli (a cura di), L’attuazione della Costituzione. Recenti riforme e ipotesi di revisione, III ed., Plus-Pisa University Press, Pisa, 2006, p. 263-274; G. Vegas, Il nuovo sistema elettorale. Un proporzionale a maggioranza garantita, Mondadori, Milano, 2006; C. Fusaro, La legge elettorale del 2005. Profili ordina mentali e costituzionali, in R. D’Alimonte, A. Chiaramonte (a cargo de), Proporzionale ma non solo. Le elezioni politiche del 2006, Il Mulino, Bologna, 2007, p. 89-120; C. De Fiores (a cargo de), Rappresentanza politica e legge elettorale, Giappichelli, Torino, 2007; en R. D’Alimonte, C. Fusaro (a cargo de), La legislazione elettorale italiana, Il Mulino, Bologna, 2008. Véase, por ejemplo, AA.VV. (Astrid), La riforma elettorale, Passigli Editori, Firenze, 2007; Presidenza del Consiglio dei Ministri – Ministro per i rapporti con il Parlamento e le riforme istituzionali – Dipartimento per le riforme istituzionali, Legge elettorale e forma di governo: ipotesi per una riforma condivisa, Atti del Seminario di Studi, Firenze – Fondazione Spadolini – Nuova Antologia, 3 febrero de 2007; F. Bassanini, R. Gualtieri (a cargo de), Per una moderna democrazia europea. L’Italia e la sfida delle riforme istituzionali, Passigli Editori, Firenze, 2009 y AA.VV., Forma di governo, legge elettorale, riforma del bicameralismo paritario. Seminario promovido por el Forum Riforma dello Stato, Cámara de Diputados, sala de la Reina, 14 junio de 2010, Partito Democratico, Roma, 2010. En consecuencia, mientras en la Cámara de Diputados la coalición de listas que hubiese obtenido la mayoría relativa aunque con pocos votos de diferencia respecto a la segunda habría conseguido 340 diputados sobre 630, en el Senado esa misma coalición no tenía la seguridad de obtener la mayoría de escaños, puesto que el premio operaba región por región, de forma que el premio obtenido en una región por una lista o coalición se podía ver compensado por el obtenido por otra lista o coalición en otra región. Así ocurrió en 2006 y de forma aún más evidente en 2013. Por ejemplo, en la circunscripción de Puglia se elegía a 44 diputados, y en la de Emilia-Romagna 43. 36 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 LA REFORMA ELECTORAL ITALIANA DE 2015 / MARCO OLIVETTI propuestas de reforma del sistema de elección de las cámaras legislativas, si bien ninguna fue coronada con éxito. La ley 270/2005 fue además objeto de dos peticiones de referéndum derogatorio presentadas por grupos de 500.000 electores, según lo previsto en el artículo 75 de la Constitución italiana. La primera, que fue admitida por la Corte constitucional, proponía la derogación de algunos aspectos de la ley. Aunque la petición obtuvo la mayoría de los votos válidos emitidos en la consulta de los días 21 y 22 de junio de 2009, no alcanzó el mínimo del 50% de participación exigido por el art. 75 de la Constitución para que el referéndum sea válido. La segunda, que planteaba la derogación total de la ley con el objetivo de volver a poner en vigor la anterior legislación electoral (leyes 276 y 277/1993), no fue en cambio admitida por la Corte constitucional (sentencia 13/2002). Al inicio de la actual legislatura, la reforma electoral fue una de las propuestas planteadas por los dos grupos de “sabios” designados primero por el presidente de la República (marzo de 2013) y después por el Gobierno de Letta (junio de 2013)6. 2. En diciembre de 2013, a la razón política para la reforma electoral se añadió una de carácter constitucional. La sentencia 1/2014 de la Corte Constitucional7 declaró inconstitucionales algunos aspectos de la ley 270/2005. En particular, el premio de la mayoría previsto para la elección de la Cámara y, de otra forma, para el Senado, fue considerado contrario al principio de igualdad del voto: este último entendido como principio de igualdad de voto “en salida” (es decir, como obligación de reconocer a todos los votos individuales la misma eficacia) ante el cual podrían ser ad6 7 Véase el informe de esta última Comisión: AA.VV. (Commissione per le Riforme istituzionali presieduta da G. Quagliariello), Per una democrazia migliore. Relazione finale e documentazione, Dipartimento per l’Informazione e l’editoria – Presidenza del Consiglio dei Ministri (Gangemi editore), Roma, 2013. El contenido de la sentencia fue hecho público por la oficina de prensa de la Corte constitucional el 4 de diciembre de 2014. La sentencia fue, sin embargo, publicada un mes después (siguiendo una mala costumbre que la Corte desafortunatamene utiliza con frecuencia) por lo que la fecha de la misma es el 13 de enero de 2014. Sobre tal sentencia véase A. Rauti, I sistemi elettorali dopo la sentenza n. 1 del 2014. Problemi e prospettive, Edizioni Scientifiche Italiane, Napoli, 2014. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 37 CUADERNOS de pensamiento político misibles excepciones justificadas por la consecución de una finalidad constitucionalmente apreciable, como es sin duda la gobernabilidad. Sin embargo, la Corte consideró excesivo el premio de la mayoría dada la ausencia de un umbral mínimo de votos para que la lista –o coalición de listas– más votada obtuviera el premio. También respecto al Senado, donde se atribuía el premio en función de la mayoría en cada región— la Corte opinó que el premio era ilegítimo, tanto por la falta de un porcentaje mínimo para poder atribuirlo como por la distribución del mismo según una base regional, algo contradictorio con la finalidad de favorecer la formación de una mayoría, que justifica en abstracto la previsión del premio. Por último, la Corte declaró también que la falta del voto de preferencia violaba el principio de libertad del voto, pues impedía a los electores elegir a sus representantes, reservando esa elección en exclusiva a los partidos políticos. Pese a que la sentencia de la Corte constitucional se planteaba como una sentencia “aditiva”, —pues además de anular parte de la ley 270/2005 recogía el sistema electoral aplicable en caso de nuevas elecciones (el resultante del sistema previsto por la ley una vez eliminados los mecanismos declarados inconstitucionales)–8 este quedaba como sistema proporcional casi puro, rechazado por aquellos que consideraban necesario un modelo que incorporase los correctivos tales de permitir al electorado elegir una mayoría de gobierno en las elecciones generales. Entre los que apoyaban un sistema de este tipo se contaban los líderes de los principales partidos italianos. 3. El 2 de enero de 2014 el secretario general del Partito Democratico (PD) Matteo Renzi, que había sido elegido en las primarias de su partido en los mismos días en que se daba a conocer la sentencia de la Corte constitucional, anunció la disponibilidad del PD de abordar tres hipótesis de reforma electoral con los otros partidos: un sistema de tipo español –proporcional con circunscripciones de pequeñas dimensiones–, la vuelta (con correcciones) a la ley Mattarella con la que se celebraron las elecciones de 1994, 1996 y 2001, o un sistema a dos vueltas similar al utilizado en las elecciones municipales pero sin la elección directa de la jefatura del poder ejecutivo. El 18 de 8 Se trataría de un sistema proporcional corregido con una barrera legal de entrada y voto de preferencia en los mismos colegios previstos por la ley 270/2005. 38 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 LA REFORMA ELECTORAL ITALIANA DE 2015 / MARCO OLIVETTI enero el secretario del PD alcanzó un acuerdo con el líder de Forza Italia Silvio Berlusconi (el llamado Pacto del Nazareno, tomado del nombre de la sede nacional del PD, donde los líderes se reunieron para formalizar el acuerdo) sobre un sistema proporcional corregido con una barrera legal elevada (8%) y con premio de la mayoría para la lista o coalición de listas más votada. Si ninguna lista o coalición de listas hubiera obtenido al menos el 37% de los votos, se celebraría una segunda vuelta entre las dos listas o coaliciones de listas más votadas, otorgándose el premio entonces a la más votada. Este primer borrador de reforma electoral, definida como Italicum para señalar su continuidad con otros sistemas que han estado en vigor en Italia en los últimos veinte años –en los niveles municipal9, provincial10 y regional11, sin considerar la misma ley 270/2005– fue presentada a la Cámara de Diputados, que la aprobó en primera lectura el 12 de marzo de 201412, pocas semanas después de que el líder del PD asumiera la presidencia del Consejo de Ministros. En el curso de 2014, los firmantes del Pacto del Nazareno acordaron una serie de modificaciones al proyecto de ley que fueron aprobadas por el Senado el 27 de enero de 201513. El texto resultante de la tramitación en el Senado fue posteriormente aprobado sin modificaciones por la Cámara el 4 de mayo de 2015, con 334 votos a favor, 61 votos en contra y 4 abstenciones, en medio de graves tensiones políticas entre la mayoría y la oposición14 pero también dentro del Partito Democratico15 que domina la mayoría de la Cámara. 9 10 11 12 13 14 15 Véase la ley 81/1993 sobre la elección de ayuntamientos y alcaldes. Véase la ley 81/1993 sobre la elección de consejos provinciales y de presidentes de las juntas provinciales. Esta parte de la ley fue derogada por la ley 56/2014. Véase la ley 43/1995, la ley constitucional 1/1999 y las leyes electorales aprobadas en las diversas regiones italianas. Acto de la Cámara nº 3 y otros de la XVII legislatura. Acto del Senado nº 1385 de la XVII legislatura. En el momento de la votación final los diputados de la oposición decidieron no participar en la misma. El conflicto interno causó las dimisiones del presidente del grupo parlamentario del Partito Democratico; además, el grupo PD sustituyó a los diputados del partido que eran miembros de la Comisión de asuntos constitucionales. El gobierno planteó un voto de confianza sobre la aprobación de tres artículos de la ley electoral, pese a lo cual los miembros de la minoría del PD votaron en contra. (Sobre este último asunto ver S. Curreri, Questione di fiducia e legge elettorale, in Quad. Cost., 2015, anticipado en www.forumcostituzionale.it, 11.5.2015). JULIO / SEPTIEMBRE 2015 39 CUADERNOS de pensamiento político 4. Antes de examinar brevemente el contenido de la ley electoral 52/2015 y de avanzar algunas valoraciones sumarias sobre la misma conviene precisar su alcance y su eficacia. En primer lugar, la ley ha entrado en vigor el 23 de mayo de 2015, al término de los 15 días regulares de vacatio legis, pero ella misma contiene una provisión que difiere su eficacia –en lo que se refiere al sistema electoral de la Cámara– al 1 de julio de 2016 (la llamada cláusula de salvaguardia) de forma que, si se produjera una disolución anticipada de las cámaras legislativas con anterioridad a esa fecha, las elecciones se verían reguladas por el sistema resultante de la ley 270/2005 según la modificación consiguiente a la declaración de inconstitucionalidad de la sentencia 1/201416. En segundo lugar, la ley 52/2015 –al contrario que las leyes 276/1993 y 270/2005 y análogamente a la ley 148/1953 conocida como “ley Scelba”17– regula únicamente el régimen electoral de la Cámara de Diputados, a pesar de que en el sistema constitucional italiano, también el Senado deba ser elegido por sufragio universal y se equipare a la Cámara en cuanto a funciones legislativas18 y de dirección política (especialmente en cuanto a la votación de confianza al inicio de la actividad del gobierno y a la moción de censura)19. La reforma electoral, de hecho, se plantea de forma coordinada a la reforma constitucional, ya aprobada en primera lectura por ambas cámaras20 y que sustituiría la elección por sufragio universal del Senado por una elección indirecta de los consejos regionales. Reforma que también excluiría a la Cámara Alta de las votaciones sobre confianza al gobierno y redimensionaría su participación en el procedimiento legislativo. 16 17 18 19 20 Además, la ley electoral será completa solo una vez que el gobierno, mediante decreto legislativo delegado, haya individuado los cien colegios electorales previstos por la ley 52/2015, cuyo artículo 4.1 ha previsto una delegación legislativa a ejercitarse en el plazo de 90 días desde la entrada en vigor de la ley. Sobre tal ley véase Quagliariello G., La riforma elettorale del 1953, en U. De Siervo, S. Guerrieri, A. Varsori (a cargo de), La prima legislatura repubblicana. Continuità e discontinuità nell’azione delle istituzioni, vol. I, Carocci, Roma, 2004, p. 277-304. Art. 70 Constitución italiana. Art. 94 Constitución italiana. Véanse Acto del Senado nº 1429 y Acto de la Cámara nº 2613 de la XVII legislatura. 40 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 LA REFORMA ELECTORAL ITALIANA DE 2015 / MARCO OLIVETTI La reforma electoral presupone por tanto la reforma constitucional21: de hecho, si esta no se realizara, la modificación electoral valdría solo para la Cámara, con la consecuencia de que su ratio de fondo, (permitir la formación de una mayoría la noche misma de las elecciones en base a los resultados de las elecciones a la Cámara), se desvanecería. En ausencia de una reforma constitucional el gobierno podría formarse solo si contara con la confianza de la Cámara y del Senado (según lo previsto actualmente en el artículo 94 de la Constitución). Pero el Senado se elegiría según el sistema proporcional resultante de la sentencia de la Corte constitucional, con la consecuencia que la mayoría de la Cámara “construida” por el premio de la mayoría previsto por el Italicum podría no reproducirse en el Senado, quedando sin efecto la misma ratio justificativa del premio de la mayoría introducido en la ley de 2015. Así, podría producirse una situación similar a la ocurrida tras las elecciones de febrero de 2013. Obviamente, la ley de reforma constitucional dirigida a introducir la elección indirecta del Senado y a excluir esta asamblea de la votación de confianza no solo deberá ser aprobada por las dos asambleas parlamentarias (aprobación, por cierto, por mayoría absoluta en la segunda deliberación de la misma) sino que deberá obtener también la aprobación del electorado en el referéndum que puede ser solicitado para todas aquellas leyes constitucionales aprobadas sin una mayoría de dos tercios de ambas cámaras22. No solo no parece probable que los votos favorables a la reforma alcancen el mínimo de dos tercios de los componentes de cada una de las dos cámaras, sino que el presidente del Consejo Renzi ya ha anunciado que considera necesaria la celebración de un referéndum para confirmar la aprobación de la misma por los electores. Por tanto, aunque este referéndum no fuese exigido por otras fuerzas políticas, será solicitado por los miembros de los grupos parlamentarios del PD23. En todo caso, el con21 22 23 F. Clementi, Intorno all’Italicum: prime considerazioni, en http://questionegiustizia.it/articolo/intorno-all-italicum_prime-considerazioni_28-05-2015.php, habla al respecto de un “vínculo estrechísimo”. Véase el procedimiento de revisión constitucional previsto por el artículo 138 de la Constitución italiana. Según el artículo 138 el referéndum constitucional no es obligatorio, pero puede ser solicitado por un quinto de los miembros de una de las dos cámaras, por 500.000 electores o por cinco consejos regionales. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 41 CUADERNOS de pensamiento político senso del electorado –como demuestra el precedente de junio de 2006– no puede darse por descontado, aunque tampoco parezca improbable. 5. El nuevo sistema electoral para la Cámara de Diputados puede sintetizarse según cuatro características estructurales con las que podremos valorar su alcance de conjunto: la base proporcional (nº 6), el premio de la mayoría (nº 7 y nº 8), el voto de preferencia limitado (nº 9) y la barrera legal de entrada (nº 10). 6. La primera característica del nuevo sistema electoral es la “naturaleza proporcional” de la fórmula utilizada para el reparto de escaños. La competición electoral se desarrolla en 20 circunscripciones regionales o pluriprovinciales24, subdivididas en un total de 100 colegios plurinominales, cada uno de los cuales elige un mínimo de 3 y un máximo de 9 diputados. En cada colegio compiten las listas de candidatos –cada una presumiblemente corresponderá a un partido político– que pueden ser presentadas por los electores. Bajo este punto de vista, la nueva ley 52/2015 mantiene la continuidad con la ley de 2005, descartando la fórmula alternativa de los distritos uninominales mayoritarios que en Italia, con base en la llamada ley Mattarella de 1993, reguló las elecciones de 1994, 1996 y 2001. El reparto de escaños entre las listas se produce a escala nacional25, si bien el voto de los electores se reparte en 100 colegios que eligen entre 3 y 9 diputados, como acabamos de mencionar. En este sentido se pro24 25 A las 20 circunscripciones ahora citadas se añaden las de las regiones del Valle de Aosta y Trentino-Alto Adige, reguladas de manera diferenciada para favorecer la representación de las minorías lingüísticas. Al Valle de Aosta le corresponde un diputado elegido en distrito uninominal en una vuelta. Al Trentino-Alto Adige le corresponden 10 diputados, 8 de los cuales elegidos en otros tantos colegios uninominales mayoritarios a una vuelta y dos elegidos de forma proporcional (art. 1-bis y título VI del t. u. de las leyes electorales 361/1957, según la modificación de la ley 52/2015). Para algunas observaciones críticas sobre este perfil de la ley 52/2015, véase L. Spadacini, L’Italicum e alcune sue ulteriori criticità: la disciplina per Valle d’Aosta e Trentino Alto Adige, la distribuzione dei seggi tra i collegi e il differimento dell’applicazione della riforma, Audizione alla Commissione affari costituzionali della Camera, en www.forumcostituzionale.it. Los escaños a repartir son 618, es decir, aquellos distribuidos sobre el territorio nacional. A ellos se añaden 12 diputados de la circunscripción exterior. 42 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 LA REFORMA ELECTORAL ITALIANA DE 2015 / MARCO OLIVETTI duce una ruptura clara con el modelo de las circunscripciones regionales o (en las regiones más grandes) pluriprovinciales que caracterizaba la ley de 2005. Esta opción por los colegios de pequeñas dimensiones busca superar una de las objeciones de la sentencia de la Corte constitucional que consideraba que los colegios de grandes dimensiones, en los que se elegía a decenas de diputados, junto a la imposibilidad de expresar un voto de preferencia y a la posibilidad de las candidaturas múltiples26, impedían al elector la emisión de un voto consciente sobre los candidatos, y que por tanto violaba la libertad de elector. A estos, de hecho, no les estaba permitido ni expresar su voto de preferencia por determinados candidatos ni expresar un voto de partido que fuese consciente de los destinatarios individuales de tal voto. La reducción de las dimensiones de los colegios no se ha llevado sin embargo tan lejos como para adoptar el sistema español, según el cual la provincia es la circunscripción electoral y es únicamente a este nivel como se calcula, con método proporcional, el reparto de escaños, que experimenta un evidente efecto mayoritario dado el reducido número de diputados elegidos en cada cirscunscripción. La nueva ley italiana se basa en cambio en el cálculo proporcional a escala nacional, efectuado según el método de los cocientes enteros y los restos más altos27: la primera operación que deberá realizarse para repartir los escaños en juego será calcular los escaños correspondientes a cada lista a escala nacional. El hecho de que el reparto proporcional se corrija con un premio de la mayoría produce que solo en parte se respete la distribución del voto original de cada colegio. El voto en cada colegio tendrá por tanto influencia, pero el reparto final de los escaños de aquel distrito estará en buena medida determinado por la corrección que la atribución del premio tendrá en el reparto proporcional. El partido que obtenga el premio a nivel nacional podría así atribuirse el mayor número de diputados también en los colegios en los que haya obtenido menos votos que otras fuerzas políticas. 26 27 Por “candidaturas múltiples” se entiende la posibilidad de presentar la propia candidatura a diputado en diversas circunscripciones electorales, aunque sea en listas del mismo partido. Art, 1.d) ley 52/2015. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 43 CUADERNOS de pensamiento político 7. La segunda característica viene constituida por por el “premio de la mayoría”28, es decir, por una cuota de escaños que se atribuye al partido que obtiene el mayor número de votos a escala nacional, de forma que consiga así la mayoría de los escaños de la Cámara de Diputados (más precisamente 340 sobre 630) y pueda formar un gobierno que obtenga la confianza de la cámara29. Se trata de un mecanismo que tiene raíces profundas en la historia italiana: estaba ya previsto en la ley Acerbo de 1923 y en la ley Scelba de 1953 (en ambos casos solo para la elección de la Cámara de Diputados); fue retomado en la ley 81/1993 para la elección de los ayuntamientos y las provincias de régimen ordinario (combinándolo con la elección directa de alcaldes y presidentes de provincia); la ley 43/1995 la extendió a la elección de los consejos regionales, y la ley constitucional 1/1999 la constitucionalizó en parte, al menos como régimen transitorio, hasta que los estatutos y leyes regionales hayan elegido su respectiva forma de gobierno (y todas lo han confirmado, aunque con diversas modalidades); en fin, la ley 270/2005 había reintroducido el premio a la mayoría a nivel nacional, y lo preveía por primera vez también para el Senado, aunque en este caso aplicado a escala regional. La declaración de inconstitucionalidad de la sentencia de 2014 golpeó al premio de la mayoría con el argumento de que violaba el principio de proporcionalidad (entendido como técnica de limitación de los derechos fundamentales): el mecanismo del “premio” puede ser justificable, en cuanto persiga la finalidad de favorecer la formación de una mayoría de gobierno, que la Corte consideró idóneo para limitar el principio de representación proporcional, reflejo del principio de igualdad del voto; será excesivo, sin embargo, en cuanto –especialmente en caso de resultados electorales caracterizados por la fragmentación del voto entre muchos partidos y coaliciones (como ha pasado en las elecciones legislativas de febrero de 2013)– sacrificara de manera no proporcionada la exigencia de representatividad, premiando de manera no razonable a la lista o coalición de listas más votada, como ocurrió en 2013 cuando la coalición de centro izquierda que obtuvo el 29,6% de los votos se hizo con el 54% de los escaños de la Cámara. 28 29 Sobre este mecanismo, ver A. Chiaramonte, G. Tarli Barbieri (a cargo de), Il premio di maggioranza. Origini, applicazioni e implicazioni di una peculiarità italiana, Carocci, Roma, 2011. Como se ha mencionado, en este punto se percibe cómo la reforma electoral presupone la reforma constitucional. 44 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 LA REFORMA ELECTORAL ITALIANA DE 2015 / MARCO OLIVETTI La ley de 2015 ha tenido en cuenta solo en parte esta indicación. La ley n° 52 ha aceptado la idea de que la atribución del premio a la lista más votada esté subordinada a la obtención de un porcentaje mínimo de votos que ha sido fijado en el 40% del voto válido. El premio a la mayoría, por tanto, se atribuye solo si se alcanza dicho nivel de consenso que nos parece razonable, tal y como sucede en otros sistemas electorales en los que se concede un suplemento de escaños al partido que alcance más o menos un porcentaje similar. Ante la ausencia de tal nivel de consenso, la nueva ley electoral no ha previsto la aplicación integral del sistema proporcional, ni se ha limitado a reconocer para la lista más votada un premio fijo de escaños (como establece la ley electoral griega). El objetivo, tantas veces afirmado por el presidente del Consejo Matteo Renzi, es el de lograr la individuación del vencedor (partido o coalición, programa, líder) “la noche misma de las elecciones”. Excluido el mecanismo de la ley 270/2005 (atribución en todo caso del premio de la mayoría al más votado) no quedaba otra alternativa que el recurso a la segunda vuelta, (el llamado balotaje que debe celebrarse el segundo domingo siguiente al día de las elecciones)30. Por tanto, siempre que ninguna lista obtenga un 40% de votos en primera vuelta, se celebrará un segundo turno en el que participarán solo las dos listas que hayan obtenido el mayor número de votos. La que consiga el mayor número de votos válidos obtendrá la mayoría de escaños de la Cámara de Diputados. 8. El impacto del premio de la mayoría ha sido reforzado aún más por una innovación introducida en la ley durante su trámite en el Senado: el premio electoral se atribuirá a “la lista” que obtenga más votos en el primer turno (superando el umbral del 40%) o en el segundo. No se admite por tanto el recurso a las coaliciones de listas distintas para tratar de obtener el 40% en la primera vuelta, ni tampoco en la alianza (“apparentamento”) en la segunda vuelta entre una lista admitida y otra excluida en la segunda, como ocurre en el único caso de doble vuelta ya previsto en el ordenamiento italiano que toca a las elecciones de los ayuntamientos con más de 15.000 habitantes, ley 81/1993. Esto no debería excluir que varios partidos 30 Art. 11.5 del texto único 361/1957, según modificación por la ley 52/2015. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 45 CUADERNOS de pensamiento político puedan formar una lista única con la que presentarse. No podrán hacerlo con listas distintas, aunque estén coaligadas (ley 270/2005), ni con alianzas concluidas entre el primer y el segundo turno que incorporen a listas excluidas del segundo turno (ley 81/1993). Eliminándose estas dos posibilidades, ha desaparecido del ordenamiento italiano –al menos para la elección de la Cámara– el fenómeno de la coalición electoral jurídicamente relevante que ha caracterizado las leyes electorales sucesivas a 1993. Si las coaliciones han sido una constante en la política italiana desde la posguerra hasta nuestros días, desde 1994 en adelante la coalición había asumido la naturaleza no solo de un pacto postelectoral (el llamado “acuerdo de coalición”) para sostener a un gobierno, sino la de un verdadero “sujeto” –coalición de partidos– que se formaba antes de las elecciones y se presentaba al electorado para obtener su respaldo31. El impacto de esta innovación, ciertamente justificada por el mal rendimiento de las coaliciones electorales en Italia, que se han revelado heterogéneas e “insinceras” y no han resistido la prueba del gobierno y tampoco la de la oposición (los ejemplos en todas las legislaturas sucesivas a 1994 son superfluos por exceso de material al que referirse), podrá valorarse solo ante la evidencia de la aplicación concreta, aunque por el momento pueda parecer un elemento de mayor cohesión de la representación a través de la disciplina de partido. La combinación entre el premio a la lista y no a la coalición y la falta de un porcentaje mínimo exigible en el primer turno para poder recibir el premio de la mayoría en el segundo, plantea algunas dudas acerca del respeto de la ley 52/2015 a los criterios elaborados por la Corte constitucional en la sentencia 1/2014. De todos modos, hay que subrayar que la segunda vuelta constituye un nuevo voto que corresponde a todos los ciudadanos. El problema es, sin embargo, si se trata de un mecanismo sufi31 Bajo la ley de 1993 las coaliciones se formaban por la exigencia de competir en colegios uninominales. La ley electoral de 2005 reconocía en cambio expresamente la agrupación en coaliciones de las listas electorales que lo desearan y les relacionaba tanto la atribución del premio de la mayoría como la operatividad de la barrera legal de entrada. 46 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 LA REFORMA ELECTORAL ITALIANA DE 2015 / MARCO OLIVETTI ciente para introducir ese suplemento de legitimidad democrática para una lista que, por ejemplo, al haber obtenido un 20% de votos en el primer turno y el 50% más uno de los votos en la segunda, obtendría la mayoría de los escaños. 9. La cuarta característica de fondo se refiere a las facultades reconocidas al votante en la elección de los candidatos incluidos en la lista del partido al que decida votar. Como hemos visto, la sentencia 1/2014 había censurado la imposibilidad de expresar al menos un voto de preferencia. Esta crítica a la ley de 2005, que la opinión pública llegó a tildar de “Parlamento de designados” (y no de diputados elegidos por los electores), ha sido repetida constantemente desde diversas partes. Por esta razón, la ley 52/2015 ha reintroducido el “voto de preferencia”, es decir, la posibilidad de que el elector exprese un voto no solo por la lista, sino también por uno de los candidatos que la compongan. Se trata de un mecanismo ya previsto en la ley electoral de 1948 para la Cámara de Diputados, que se mantuvo en la reforma de 195332 pero que se eliminó en la ley semimayoritaria de 199333 y en la de 2005, aunque se mantuvo para la elección de los ayuntamientos y de los consejos regionales. Aunque la ley de 2015 reintroduce el voto de preferencia, queda circunscrito de una forma rigurosa. El elector puede expresar un máximo de dos preferencias entre los candidatos de la lista elegida, pero con un doble límite. Por un lado, las preferencias podrán referirse solo a candidatos distintos del cabeza de lista, que está “blindado”, en el sentido de que el primer escaño que corresponda a dicha lista en esa circunscripción, siempre le será atribuido a ese primer candidato. Los electores pueden, por tanto, expresar sus preferencias solo por el resto de candidatos, e influir solo en la elección del segundo elegido de cada lista. 32 33 En 1991 un referéndum derogatorio redujo a una las preferencias que el elector podía expresar. La ley Mattarella preveía la elección del 75% de los diputados en colegios uninominales mayoritarios a una vuelta y la elección del 25% restante mediante listas regionales bloqueadas. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 47 CUADERNOS de pensamiento político Por otro, las dos preferencias a disposición del elector están vinculadas a la llamada “preferencia de género”, introducida por primera vez en el ordenamiento italiano por la ley electoral de Campania, que la Corte constitucional en la discutible sentencia 4/2010 declaró compatible con la Constitución. El elector podrá atribuir un voto de preferencia a cualquier candidato incluido en la lista por él elegida, independientemente de su sexo, pero solo podrá emitir una segunda preferencia a favor de un candidato de sexo distinto al de la primera preferencia34. Cuando la segunda preferencia sea para un candidato del mismo sexo que el de la primera, será nula mientras que la primera se mantendrá como válida. A pesar de que la preferencia de género parezca criticable a la luz de los principios de igualdad y de libertad del voto, si se consideran conjuntamente35, es al “bloqueo” de los cabezas de lista a lo que se han dirigido las más encendidas críticas, que por otra parte recuerdan a aquellas que se hicieron anteriormente a las listas completamente bloqueadas de la ley 270/2005 y que fueron confirmadas en el proyecto de ley electoral del Pacto del Nazareno entre los líderes del Partito Democratico y Forza Italia, que está en el origen de la ley 52/2015. El bloqueo de los cabezas de lista, efectivamente, reduce de manera sensible la incidencia del voto de preferencia: dada la existencia simultánea del premio de la mayoría, que sobrerrepresentará al primer partido, es verosímil que solo en el partido más votado se elijan a diputados mediante el voto de preferencia, mientras que para los partidos menores serán elegidos probablemente solo los cabezas de lista, que serán miembros de la Cámara con independencia de las preferencias del elector. Si este mecanismo –unido a los colegios de dimensiones relativamente reducidas combinado con la posibilidad de recurrir a las candidaturas múltiples– será capaz de superar la censura de inconstitucionalidad de la sentencia 1/2014 34 35 Art. 4.2 de la ley 52/2015. La ley prevé además la obligación de la alternancia entre candidatos de sexo masculino y femenino en las listas. Se establece también un máximo del 60% de cabezas de lista del mismo sexo para cada una de las 20 circunscripciones (art. 18-bis 3 del t. u. 361/1957 según modificación por la ley 52/2015). Véase al respecto M. Olivetti, La c.d. «preferenza di genere» al vaglio del sindacato di costituzionalità. Alcuni rilievi critici, in Giurisprudenza costituzionale, 2010, n. 1, pp. 84-92. 48 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 LA REFORMA ELECTORAL ITALIANA DE 2015 / MARCO OLIVETTI es difícil de decir, al menos en abstracto. Que la ley logre reconstruir la relación entre el elector y el elegido es algo que solo podrá verificarse en la aplicación concreta, teniendo en cuenta la pluralidad de factores en juego. 10. La ley 52/2015 ha previsto además una “barrera de entrada” para el reparto de escaños, fijándola en el 3% a escala nacional. Se trata de una exigencia más bien baja si se compara con otras, como son el caso alemán (5%), el sueco (4%), e incluso es más baja que la prevista por la ley de 2005 para las listas no coaligadas, fijada en el 4%36. En realidad, la barrera se ha visto muy rebajada respecto al 8% previsto para listas no coaligadas en la versión original del Pacto del Nazareno, del cual (como se ha visto en el nº 2) deriva la ley 52/201537. Esto puede producir un exceso de fragmentación de la representación, al tiempo que el número de escaños del primer partido se vería artificialmente inflado. Obviamente, puesto que se ha eliminado la posibilidad de coaligar listas tanto en la primera como en la segunda vuelta, ha desaparecido la distinción entre listas coaligadas y listas no coaligadas que en la ley 270/2005 tenía mucha relevancia, al establecerse distintas barreras según los partidos se presentasen en coalición (2% a la Cámara y 3% al Senado) y para los partidos que presentasen listas autónomas (4% a la Cámara y 8% al Senado). 11. La valoración del sistema creado por la ley 52/2015 ha sido expresada hasta ahora en las encendidas controversias que han marcado su aprobación, y aunque no han escatimado argumentos de notable espesor constitucional, han estado condicionadas por exigencias de táctica política. Lo relevante ahora es que valoremos las objeciones de legitimidad constitucional que eventualmente puedan plantearse y que evidentemente encuentran en la sentencia de 2014 un punto de referencia esencial, como hemos visto. Habrá pues que comprobar si la estrategia argumentativa de 36 37 También la ley 276/1993 preveía una barrera del 4% a escala nacional para el acceso al reparto de escaños para la cuota proporcional (un cuarto) de la Cámara. El Pacto del Nazareno preveía las coaliciones de listas, después suprimidas del texto legal aprobado en enero por el Senado y en mayo por la Cámara. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 49 CUADERNOS de pensamiento político la Corte se mantiene en el tiempo o si, como parece probable e incluso oportuno, es redimensionada en nombre de un prudente self-restraint de dicho tribunal ante una materia tan política como es la electoral, en la cual –sobre todo en ausencia de reglas constitucionales expresas sobre las características del sistema electoral38– debe quedar un espacio relevante de autonomía para la política. En todo caso, los dos argumentos de fondo sobre los que pivota la sentencia constituyen un parámetro de valoración de la ley 52/2015. Así, las dudas sobre la constitucionalidad de la nueva ley electoral no pueden disiparse del todo ex ante. En particular, nos podemos preguntar si la previsión de una segunda vuelta es suficiente para justificar el premio de la mayoría, al menos en la hipótesis de un porcentaje de voto muy bajo obtenido en el primer turno por la lista que resulte vencedora. En base a la nueva ley, un partido que reciba el 18% o el 20% de los votos y sea admitido en el segundo turno, podrá obtener en este la mayoría de los escaños de la Cámara si obtiene el mayor número de votos en el balotaje. Es verdad que eso solo ocurrirá con un segundo voto de los electores, pero queda la duda de si el criterio proporcional en el que la ley se inspira no es de este modo alterado excesivamente, deformando la configuración política del Parlamento respecto a las preferencias expresadas por los electores en el primer turno. Y nos podemos preguntar si un premio de la mayoría configurado de esta forma no altera la lógica del sistema parlamentario con el fin de elegir un candidato a la presidencia del Consejo de Ministros y de asegurar a este último una mayoría. La doble vuelta a escala nacional hace que a los electores no se les haga elegir un partido y, a través de este, el candidato a primer ministro (como ocurre en el sistema británico), sino elegir el candidato a primer ministro, determinando mediante esta elección la composición de la Cámara. El riesgo es, por tanto, que la elección de la Cámara de Diputados se transforme en un plebiscito a dos vueltas sobre el nombre del candidato a dirigir el gobierno, en vez de configurarse como una competición entre diversos partidos, con candidatos a diputados, líder nacional y programa para la conquista de la mayoría. 38 Esta, como es sabido, es una importante diferencia entre la Constitución italiana y la española. 50 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 LA REFORMA ELECTORAL ITALIANA DE 2015 / MARCO OLIVETTI También la cuestión sobre la relación entre los electores y sus representantes plantea una serie de dudas: la ley 52/2015 ha evitado los tres mecanismos (ninguno de los cuales exento de inconvenientes) que hubiesen tenido más probabilidad de reconstruir ese vínculo: colegios uninominales (a una o dos vueltas), voto de referencia para todos los candidatos de la lista o colegios de pequeñas dimensiones “a la española”, es decir, sin cálculo nacional. La fórmula elegida (colegios pequeños pero con cálculo nacional y voto de preferencia limitado) es una solución de compromiso cuyos efectos serán verificados con la experiencia, y que si no parece ictu oculi inconstitucional a la luz de la sentencia 1/2014, no parece tampoco destinada a desarrollar completamente sus argumentos (que corresponden a demandas presentes en sectores no marginales del electorado). 12. Más allá de las razones técnicas indicadas al comienzo, relativas al proceso de reformas iniciado y a la eficacia (por ahora diferida) de la ley 52/2015, el debate sobre la reforma electoral parece destinado a permanecer abierto aun después de la aprobación del Italicum. Un debate (en curso al menos desde fines de los años setenta) que no parece destinado a una rápida conclusión, por lo que las reglas del juego, en particular esa que ha sido definida como “la más importante ley política”, no parecen haber conseguido el nivel de estabilización que caracteriza a muchas de las principales democracias liberales contemporáneas. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 51 CUADERNOS de pensamiento político PALABRAS CLAVE Italia •Sistema electoral•Reforma constitucional•Matteo Renzi RESUMEN ABSTRACT El presente artículo estudia los aspectos fundamentales de la reforma de la ley electoral italiana emprendida por el Gobierno de Matteo Renzi. Tanto el proceso seguido en la tramitación jurídica de la nueva ley como las principales características de su contenido son analizadas bajo una doble perspectiva, política y constitucional, ambas esenciales para comprender adecuadamente la nueva configuración del sistema electoral italiano. This article explores the main aspects of the reform in the Italian electoral system undertaken by the government of Matteo Renzi. Both the legal procedures followed and the features of the new law’s content are analysed under a double perspective, political and constitutional, which are essential to understand properly the reconfiguration of the Italian electoral system. 52 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 JAVIER REDONDO ORÍGENES Y JUSTIFICACIÓN DEL PRESIDENCIALISMO AMERICANO ESTADOS UNIDOS: REPÚBLICA, PRESIDENCIAL, ANTIPÁTICA Y PERFECTA a cuestión inicial es por qué Estados Unidos es una República. La cuestión actual y que nos ocupa es explicar por qué decimos que es presidencialista y, derivada de ella, identificar el rol del poder Ejecutivo. La cuestión irresuelta y colateral es averiguar por qué se critica y desprestigia a la democracia moderna –en sentido genérico– más antigua y “perfecta”1 del mundo. Respecto de lo de “antigua” no cabe discusión. Afortunadamente, en los últimos años se ha desarrollado una suerte de positivismo histórico que pone las cosas en su sitio y el mundo contemporáneo a rodar a partir de 1776, año de la independencia de las colonias del Norte de América. Cierto que los efectos de la posterior Revolución francesa son de mucho más largo alcance –sobre todo desde una perspectiva “europeocentrista”–. Sin embargo, la Revolución Norteamericana inaugura un tiempo nuevo y nutre de ideas y experiencias a los revolucionarios franceses. Fueron los miembros de L Javier Redondo es profesor de Ciencia Política, Universidad Carlos III de Madrid. Director de la revista La Aventura de la Historia. 1 Utilizamos el provocador adjetivo para llamar la atención sobre las virtudes del modelo constitucional. Constituye un tipo ideal de democracia formulado ex novo. Obviamente, no pretendemos obviar algunos de los estigmas que han lastrado el devenir histórico de la nación –esclavitud, segregación o sometimiento de las tribus indias durante el proceso de expansión territorial– ni pasar por alto sus imperfecciones. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 53 CUADERNOS de pensamiento político los Congresos Continentales americanos (celebrados entre 1774 y 1781) los auténticos innovadores, con permiso de los revolucionarios y reformistas británicos del XVII. En cuanto a la más controvertida noción de “perfecta”, la calificamos así en función de los mecanismos que la Constitución de 1787 establece para evitar los abusos de poder. La manera, las razones y el sentido que adquiere el proceso de inserción del poder Ejecutivo en este dispositivo constitucional constituyen el núcleo de esta exposición. Cuando nos referimos a James Madison (1809-1817)2, el cuarto presidente de la Unión, como el “mecánico de la libertad”, buscamos el juego de palabras: pudimos llamarle arquitecto o ingeniero, ya que edificó el sistema, diseñó la estructura, puso los cimientos y levantó el edificio constitucional. Sin embargo nos nutrimos del apunte de uno de sus principales biógrafos, Jack Rakove, quien define a América como “el taller de la libertad” en el mundo. La Convención de Filadelfia –y previamente los Congresos Continentales, donde se estableció por vez primera la figura del comandante en jefe– creó una máquina de gobierno única (una república y una federación de estados); los padres de la nación tuvieron que determinar la utilidad de las piezas, dotar de engranaje al mecanismo y ponerlo en funcionamiento. Era una democracia “fabricada” para funcionar en un tiempo en el que no había espejo en el que mirarse, excepto la que por aquel entonces consideraban “decadente” monarquía constitucional y parlamentaria británica. En suma, en 1787 ya se había teorizado suficientemente sobre el poder y los resortes necesarios para limitarlo; faltaba articular el prodigio que los hiciera compatibles y estableciera un sistema funcional. Asimismo, los padres fundadores idearon un artefacto democrático radicalmente nuevo: la presidencia. 2 Citamos entre paréntesis los años de comienzo y final de cada presidencia, y lo hacemos únicamente la primera vez que mencionamos a un presidente. Los presidentes ganan la elección en noviembre del año anterior a la primera fecha indicada y toman posesión en marzo o enero del año señalado como primero de su mandato. Hasta 1937, los presidentes tomaban posesión en marzo, desde esa fecha, año de inicio de la segunda Administración de Franklin Delano Roosevelt (1933-1945), lo hacen en enero (Vigésima Enmienda de la Constitución, ratificada en 1933). 54 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 ORÍGENES Y JUSTIFICACIÓN DEL PRESIDENCIALISMO AMERICANO / JAVIER REDONDO He aquí también una de las muchas diferencias entre la Convención de Filadelfia y la Convención francesa de 1792, que ni instauró una democracia ni era funcional: desastrosamente montada, la tiránica máquina jacobina devoró los principios de la revolución original y finalmente se colapsó3. En resumidas cuentas: la americana es una democracia “perfecta” porque el poder está repartido, sin solapamientos, entre varios centros y esferas, cada una de las cuales se controla mutuamente. Todo ello con el complemento indispensable de que todos los poderes emanan del pueblo, su depositario originario. Es una democracia diseñada por quienes fueron colonos británicos que aceptaban como buenos los principios del constitucionalismo británico pero se consideraron víctimas de los vicios adquiridos por sus instituciones. Finalmente concluyeron que no debían importar de la “madre patria” ni tanto Parlamento ni tanto rey (poder Ejecutivo). En definitiva, establecieron más espacio entre cada poder, una clara delimitación de sus competencias, pero más control sobre sus funciones. Además trataron de resguardar el modelo de las divisiones partidistas y no depositaron una confianza ciega en el pueblo4. Esta última reserva nos da pie a detenernos en una idea sobre la que no se insiste lo suficiente, quizás porque a medida que el poder presidencial creció paralelamente al desarrollo de la democracia de masas, el objetivo inicial de los constituyentes se diluyó, pero es clave para entender la diferencia entre el proceso revolucionario americano y la segunda fase del francés: para que el pueblo participara del poder, las instituciones debían también corregir y limitar los posibles excesos de su pueblo. De tal modo que, por un lado, la relación y concesión de legitimidad entre el pueblo y las instituciones es bidireccional y, por otro, la “república de la virtud” –cuyo sentido falseó Robespierre– necesita del 3 4 Como señala el revolucionario y panfletista Thomas Paine en Derechos del hombre, publicada en 1792: “Una Constitución es algo que antecede a un gobierno, y un gobierno no es más que la criatura de una Constitución. La Constitución de un país no es el acto de su gobierno, sino del pueblo que constituye su gobierno” (de la edición de Alianza, 2008: 66-69). Esto es lo que no entendieron los sectores radicales de la Convención francesa. Las corrientes historiográficas progresistas consideran que los Congresos Continentales de Filadelfia frenaron la verdadera revolución social y constituyeron el instrumento de lo que fue simplemente un proceso de independencia guiado por una aristocracia colonial. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 55 CUADERNOS de pensamiento político pueblo, pero ante todo, de lo que Jefferson (1801-1809) denominó una “aristocracia natural”, integrada por aquellas almas escogidas de entre el pueblo en razón de sus cualidades excepcionales. Cuando el pueblo se dota de leyes, estas se convierten en las protectoras de una parte del pueblo contra las hipotéticas imposiciones y derivas tiránicas de la otra parte. Esta reflexión nos será útil al final de la argumentación. Dicho lo cual, todavía no hemos respondido a ninguna de las tres preguntas planteadas al inicio, aunque hayamos esbozado algunas de las ideas que permitirán hacerlo inmediatamente y de manera resumida. Todavía hoy, la monumental La democracia en América (publicada entre 1835 y 1840) constituye el retrato más actual y certero del modelo americano y su cultura política. Para el diplomático francés, que viajó por América en los años en los que Andrew Jackson (1829-1837) accedió a la Presidencia de Estados Unidos5, el “instinto secreto” de las “clases inferiores” por apartar a las “superiores” del poder no es exclusivo de Francia ni de Europa. Ocurre igual en Estados Unidos, con la única diferencia de que allí el pueblo no siente “odio por las clases elevadas”, que se alejan de la política aunque no de la dirección de la sociedad. En definitiva, para los americanos, como señala el intuitivo y fino observador francés, “el sufragio universal tiene otras ventajas”6, pero no necesariamente una de ellas es “hacer buena” la elección. Lo que nos quiere transmitir Tocqueville a lo largo de toda la obra, ya lo hemos sugerido con otras palabras, es que hay algo más importante que la elección popular, o mejor dicho, que hemos de considerar dos elementos que dotan de sentido a la participación del pueblo en el proceso de toma de decisiones: la división de poderes y el imperio de la ley. Tocqueville pretende prevenirnos –previamente lo habían hecho los padres fundadores– de la tiranía de la mayoría: “La Justicia forma, por tanto, el límite del derecho [a mandar] de 5 6 Lo cual no es un hecho irrelevante en el análisis de su obra: el séptimo presidente fue el primer populista de la Historia norteamericana; el primer adalid de la emergente democracia de masas; el primero que acertó a identificarse con el pueblo, a considerar los beneficios que eso le podría deparar e ignorar el perjuicio que podía causar a su nación. Jackson fue “el rey de la multitud”. Alexis de Tocqueville, de la edición de Trotta, 2010, p. 378. 56 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 ORÍGENES Y JUSTIFICACIÓN DEL PRESIDENCIALISMO AMERICANO / JAVIER REDONDO cada pueblo” (2010: 453). He aquí la razón última de la perfección democrática que atribuimos al modelo estadounidense: la voluntad popular tiene diques de contención que operan como garantes de la libertad individual. Moderar y limitar la tiranía de la mayoría fue la obsesión de los padres fundadores, igual que para los parlamentarios ingleses de 1628 lo era reducir a la mínima expresión la prerrogativa regia. Por eso los americanos no estaban dispuestos a depositar todo el poder en manos del Congreso ni a disponer de un poder Ejecutivo que no rindiera cuentas por una doble vía: la legislativa y la popular. Entonces, y después de todo lo expuesto, por qué se desprestigia a la democracia americana. De manera muy simplificada y reduccionista: en términos generales porque desde Europa no entendemos que la libertad tiene un profundo arraigo cultural que trasciende lo político y entronca con el derecho de propiedad; y, en términos específicos, porque desconocemos su Historia y sus instituciones. En primer lugar, identificamos equivocadamente presidencialismo con autocracia y poliarquía con plutocracia. Después, sospechamos del modelo por defecto porque no enraizó el socialismo, sin tener en cuenta su excepcionalidad7: el asalariado era propietario y la cultura del individualismo debilitó la conciencia obrera. El “sueño americano” se impuso sobre la lucha de clases. En este sentido, Theodore Roosevelt (1901-1909) combatió por un lado a los trust –para evitar la corrupción y los abusos derivados de los monopolios– y por otro a los alborotadores, huelguistas, anarquistas, socialistas y populistas. Aseguró que la mejor manera de erradicarlos y anular parte de su razón de ser era emprender una cruzada antitrust y satisfacer demandas sociales y laborales. En Estados Unidos, el movimiento obrero no se articuló sobre la dialéctica de la lucha de clases, lo cual no quiere decir que no existiera8. Más tarde, Roose7 8 Seymour Martin Lipset define el Credo Americano en función de cinco términos que explican su “excepcionalismo”: libertad, igualitarismo –de oportunidades, no de resultados–, individualismo, populismo y laissez-faire. En 1892 concurrió a las elecciones presidenciales el candidato populista James B. Weaver, que cosechó poco más del 9% de los sufragios. En 1896, los populistas se presentaron junto con la candidatura demócrata de William Jennings Bryan (47%). Posteriormente, el candidato socialista Eugene V. Debs obtuvo el 3% en 1904, 1908 y 1920 y el 6% en 1912 (no se presentó en 1916). JULIO / SEPTIEMBRE 2015 57 CUADERNOS de pensamiento político velt se presentaría a las elecciones presidenciales al frente de una candidatura progresista. Por último, reprochamos a la gran potencia americana su imperialismo. Sin embargo, en puridad, de las 44 presidencias y 43 presidentes –Grover Cleveland (1885-1889 y 1893-1897) es el único presidente cuyos dos mandatos se produjeron en presidencias alternas: presidencias 22 y 24– únicamente podemos advertir cierta vocación imperialista –con todos los matices con los que hay que considerar la noción, de los que nos advierte Stefan Rinke– en William McKinley (18971901), que se vio envuelto en una guerra contra España, de la que no era partidario, por presiones comerciales, y en Theodore Roosevelt, que se erigió en “gendarme internacional”. Ni James Monroe (1817-1825), que proclamó aquello de “América para los americanos”, ni James Polk (1845-1849) son, stricto sensu, imperialistas. El uno quería mantener a las potencias europeas fuera del continente; el otro, bien es cierto, emprendió una guerra contra México para extender los límites de la nación, cosa que nos permitiría abrir un debate sobre el asunto. Posteriormente, Estados Unidos fue reacio a entrar en cada una de las dos guerras mundiales. No obstante, la propaganda procomunista latinoamericana acuñó a partir de la década de los 50 la expresión “imperialismo americano”, asumida por parte de la historiografía –ya en desuso en círculos académicos independientes–, que prescindió de tener en cuenta el tradicional aislacionismo que caracterizó hasta el comienzo de la Guerra Fría la política exterior estadounidense. Como expresó con tino el citado Thomas Paine, en 1776 el “plan” de América era y solo podía ser “el comercio”. Si Estados Unidos quería ser una potencia hegemónica debía imponerse por la vía de las relaciones económicas amistosas. De los ocho inquilinos del Despacho Oval entre Truman (19451953) y Reagan (1981-1989), solo este último manifestó sin ambages que su propósito no era contener al comunismo sino derrotarlo y hacerle desaparecer de la faz de la tierra. Únicamente si consentimos separar las intervenciones americanas en América Latina y Asia del contexto de la Guerra Fría podríamos aplicar el atributo “imperialista” 58 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 ORÍGENES Y JUSTIFICACIÓN DEL PRESIDENCIALISMO AMERICANO / JAVIER REDONDO a la segunda mitad del siglo XX estadounidense. Por último, Bush Sr. (1989-1993), Clinton (1993-2001) y Obama (2009-[…]) buscaron en todo momento los consensos internacionales en sus intervenciones en el exterior. Bush Jr. (2001-2009) no siguió esta senda (integró una coalición, pero no un consenso amplio), lo cual no es razón para considerar imperialistas sus intervenciones en Irak y Afganistán. Hacerlo así supone asumir que ambas guerras obedecieron a criterios estrictamente económicos y soslayar que el 11-S fue su detonante. LA FÓRMULA QUE TRANSFORMÓ LAS IDEAS EN GOBIERNO Ahora volvamos sobre nuestros pasos: por qué Estados Unidos es una República. La respuesta está en dos de los grandes autores que han interpretado la Revolución Norteamericana en términos ideológicos, Bernard Bailyn y John Pocock. Completa el análisis el historiador americano Gordon S. Wood, ganador del Premio Pulitzer con su obra sobre el radicalismo en la Revolución americana. Bailyn analiza más de 10.000 documentos publicados en los años previos y durante la Revolución para concluir que los colonos americanos no se rebelaron espontáneamente contra la opresión británica, sino que existía un caldo de cultivo, unas ideas que dotaron de armazón intelectual y constructivo a sus propósitos. De este modo, hubo Revolución porque circulaban ideas ilustradas, de tal suerte que, una vez consumada, los objetivos eran perfectamente identificables. Es decir, los congresistas sabían lo que querían y lo que no querían. Este aspecto incluye la regulación del poder Ejecutivo. Por su parte, John Pocock recorre el trayecto de la “virtud republicana” desde el siglo XV hasta la contemporaneidad. Explica la Revolución en términos de lucha contra la corrupción. El modelo que toman los rebeldes americanos son las ciudades-estado italianas, pequeñas repúblicas con un elevado grado de libertad individual y participación política. Pocock nos permite entender varias cosas: i) que el presidente sea identificado como Primer Magistrado –propone a los miembros del Tribunal Supremo–, institución propia de las ciudades-estado; ii) que JULIO / SEPTIEMBRE 2015 59 CUADERNOS de pensamiento político la libertad y la igualdad eran principios asociados exclusivamente a la forma republicana de gobierno; iii) que la obsesión última de los fundadores era parcelar el poder para reducir el riesgo de que la República se desintegrase víctima de los abusos y la corrupción y, por último, y en este punto entronca con Wood: iv) que el fortalecimiento de la Unión y, por extensión, de la presidencia, en cierto modo subvierte el significado original de la Revolución, pues, por un lado, la presidencia no fue concebida para predominar sobre el Congreso –tampoco a la inversa– y, por otro, la “virtud republicana” se fundamenta sobre una estrecha relación de proximidad entre representantes y representados que se diluye en el proceso federativo. No se trata, por tanto, de que el radicalismo y el antifederalismo defendieran la fragmentación territorial en aras exclusivamente de la autonomía de los estados, sino que entendían que una república de enormes dimensiones desvirtuaba sus principios. No obstante, fue precisamente James Madison quien, primero como congresista y redactor de El Federalista y más tarde como presidente, defendió la fortaleza del poder Ejecutivo. Para Madison –federalista de Virginia– la Unión y un poder Ejecutivo recio garantizaban la independencia de la nueva nación, la fortalecían y, en consecuencia, aseguraban su supervivencia. En seguida insistiremos en esta tesis. Precisamente, durante la presidencia de Madison, por una serie de malos entendidos, avatares y engaños, Estados Unidos entró en Guerra con Inglaterra. La contienda concluyó en empate. Por última vez los americanos vieron tropas extranjeras en su territorio. Por último, para Wood, el establecimiento del poder Ejecutivo es producto de un proceso de “republicanización de la monarquía”. En cierto modo, esta idea nos puso sobre la pista para titular la introducción de la obra Presidentes de Estados Unidos “El trono de los hombres comunes”. Tanto Alexander Hamilton (otra figura –y muy controvertida, por cierto– de la Revolución que no alcanzó la presidencia, junto con John Dickinson y Benjamin Franklin), como John Adams (17971801) dudaban del significado de un término que únicamente existía como referencia teórica y de otro tiempo: “republicanismo puede sig60 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 ORÍGENES Y JUSTIFICACIÓN DEL PRESIDENCIALISMO AMERICANO / JAVIER REDONDO nificar algo, todo o nada”, escribió Adams, puede ser un modelo esencialmente distinto del monárquico o no distinguirse de él; puede ser solo un ideal o representar la propia naturaleza de un sistema constitucional, esto es, una forma de gobierno. “En esencia –sostiene Wood– el republicanismo fue la ideología de la Ilustración” (1993: 95-109). Requería un notable arrojo político e intelectual convertir un principio cuasi filosófico o normativo en una fórmula de gobierno. Las discusiones sobre monarquía o república no se demoraron en exceso. Estados Unidos se constituiría como república no solo porque nació de la separación de una monarquía, sino por las cualidades inherentes al republicanismo. Por otra parte, cuando aseguramos que el sistema americano es presidencialista solemos hacerlo en función de las elevadas atribuciones del poder Ejecutivo. Sin embargo, esta percepción nos desvía de la verdadera raíz del presidencialismo americano. En cierto modo, las atribuciones ganadas por el Ejecutivo son consecuencia del presidencialismo más que su causa. El sistema político americano no se diseñó deliberadamente presidencialista, se pensó como “gobierno mixto”. El presidencialismo es resultado de la evolución de la posición en la que se sitúa el Ejecutivo respecto del Legislativo. El centro neurálgico de la vida política habría de ser el Congreso, pero el mandato del presidente no estaba sometido a la voluntad del Congreso. Se produjo una acalorada discusión entre federalistas y antifederalistas en la Convención constitucional: para los primeros, la figura y autonomía del Ejecutivo era esencial en la Constitución por razones expresadas en los párrafos anteriores; los antifederalistas, en cambio, veían en el cargo de presidente una deriva monárquica y autocrática de la nueva República. Hamilton declaró en el Artículo LXVII de El Federalista, escrito el 11 de marzo de 1788, que los que decían oponerse al Ejecutivo realmente manifestaban su rechazo a la Constitución (2012: 285-288). Tres días más tarde, el 14 de marzo de 1788, en el Artículo LXIX, Hamilton desmontó los argumentos antifederalistas: el principio electivo; el procedimiento de censura, revocación o impeachment y el derecho limitado de veto sobre las leyes aprobadas por el Congreso JULIO / SEPTIEMBRE 2015 61 CUADERNOS de pensamiento político diferenciaban y reducían las atribuciones del presidente respecto de las del rey de Inglaterra. En cuanto a su designación como comandante en jefe también era ponderada: “Su autoridad sería nominalmente la misma que la del rey de la Gran Bretaña, pero de hecho resultará bastante inferior a aquella”. En resumidas cuentas, necesita de la aprobación del Congreso para emprender una guerra, reclutar ejércitos y aprobar reglas para gobernarlos (2012: 291-297). Por último, su condición de comandante en jefe no le habilita para aprobar indultos sobre casos relacionados con delitos oficiales. Por tales motivos, concluye en el Artículo LXX, carecen de razón quienes creen “que un Ejecutivo vigoroso resulta incompatible con el espíritu de gobierno republicano”; al contrario, es esencial “para proteger a la comunidad contra los ataques del exterior; es no menos esencial para la firme administración de las leyes; para la protección de la propiedad contra esas combinaciones irregulares y arbitrarias que a veces interrumpen el curso normal de la justicia; para la seguridad de la libertad en contra de las empresas y los ataques de la ambición, del espíritu faccioso y de la anarquía” (2012: 297). No cabe duda, para los federalistas, la República es viable bajo una Unión pujante y una presidencia robusta. De ahí que constitucionalistas, historiadores y politólogos hayamos elaborado un análisis concomitante entre fortalecimiento de la Unión y presidencialismo. Ciertamente, existen vasos comunicantes, pero la base del presidencialismo se halla en el origen de su poder, no en las competencias que progresivamente asume el presidente. Dicho de otra manera, la presidencia era para los federalistas la mejor garantía de que la Unión no perecería víctima de las divisiones partidistas o territoriales. Los años previos a la Guerra Civil les dieron la razón. El país se encontraba paralizado y dividido en la Cámara de Representantes y el Senado entre facciones y territorios irreconciliables. Ninguno de los “presidentes pigmeos” (Zachary Taylor, Millard Fillmore, Franklin Pierce y James Buchanan, que ocuparon el despacho Oval entre 1849 y 1861) enderezó la situación. El país sobrevivió a la secesión y a la guerra por el empeño y los poderes excepcionales que se atribuyó Abraham Lincoln (1861-1865) dentro de los márgenes concedidos por la Constitución al comandante en jefe en tiempos de guerra. 62 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 ORÍGENES Y JUSTIFICACIÓN DEL PRESIDENCIALISMO AMERICANO / JAVIER REDONDO Decíamos que el sistema es presidencialista porque el poder del presidente –que es a la vez jefe de Estado y de gobierno– emana del pueblo, su ritmo de elección no está condicionado por el de la elección de los congresistas ni su designación sujeta a la mayoría en las cámaras. He aquí la diferencia sustancial respecto de otras repúblicas constituidas con posterioridad, la mayoría en el siglo XX. El presidencialismo radica en el principio de independencia del Ejecutivo. La Convención de Filadelfia discutió también si entregar el poder Ejecutivo a un Primer Magistrado o a una magistratura colegiada. Se decantaron por lo primero. En todo caso, huyendo de las divisiones partidistas, el cargo de vicepresidente recayó en el segundo de los preferidos por el Colegio Electoral. Esta decisión duró poco, el tiempo que tardaron Thomas Jefferson y el marrullero Aaron Burr en disputarse la presidencia9. Para moderar la participación del pueblo en la elección presidencial, los padres fundadores crearon el Colegio Electoral, una institución que no se reúne como cuerpo, integrada por un número de compromisarios equivalente a la suma de representantes de la Cámara y senadores (hoy son 538: 435 representantes, 100 senadores y tres delegados del Distrito de Columbia). La elección de compromisarios se realiza de acuerdo a las normas de cada estado. En principio, correspondía a las asambleas de los estados designar a los electores. Progresivamente, desde comienzos del siglo XIX, se introdujo el voto popular. A cada estado le corresponde un número de compromisarios coincidente con el de representantes que tiene en el Capitolio. Hoy, el Colegio Electoral es una mera reminiscencia que muestra el respeto de los 9 A priori, estaba claro que Burr acompañaría a Jefferson como candidato a vicepresidente de su formación “republicana” frente a la “federal”, liderada por John Adams. Sin embargo, el Colegio Electoral concedió el mismo número de votos a uno y a otro y Burr reclamó su derecho a la presidencia. El Congreso se decidió por Jefferson, la relación con Burr, tiempo después acusado de traición, se deterioró y la relación se tornó insostenible. La Décimosegunda Enmienda separó en el Colegio las papeletas de presidente y vicepresidente. Debía por tanto quedar taxativamente definida la composición de la candidatura, de tal modo que el vicepresidente no concurriría a la elección presidencial. Así nació el ticket. Igualmente, los partidos iban tomando forma y constituían una realidad inevitable, de manera que en la práctica resultaba imposible la cohabitación en la presidencia entre los líderes de partidos distintos. En este punto, los constituyentes también fracasaron: no pudieron aislar la presidencia de las disputas partidistas. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 63 CUADERNOS de pensamiento político americanos por las tradiciones y rituales, nada más. La última elección donde el Colegio asumió un papel destacado fue en 1876. Entre acusaciones de fraude, Rutherfod Hayes (1877-1881) fue finalmente proclamado presidente por una Comisión del Congreso10. Desde entonces, el Colegio Electoral es apenas la fórmula de recuento, un protocolo de carácter puramente formal y nominal. Nos queda por resolver una última cuestión asociada todavía a la configuración presidencial del sistema, la que nos permitirá llegar sin muchos rodeos a las dos conclusiones con las que pretendo cerrar esta síntesis sobre el origen de la presidencia americana. De uno u otro modo, las ideas han sido apuntadas, ahora simplemente las sistematizamos. Los delegados de la Convención de Filadelfia rechazaron tres fórmulas: i) La elección del presidente en el Congreso (eran partidarios de que el Primer Magistrado rindiera cuentas al Congreso, no de que la administración de los asuntos de su gobierno dependiera de las cámaras, lo cual era fundamental para apuntalar la división de poderes y el sistema de checks and balances). ii) La propuesta para su designación por parte de las asambleas estatales, pues hubiera puesto en riesgo el delicado equilibro entre los poderes de los estados y de la Unión: los estados hubieran cobrado un protagonismo desproporcionado y hubieran surgido rencillas e incluso enjuagues entre ellos. iii) También se desestimó la elección directa, tanto por razones expuestas –voluntad de filtrar las pulsiones populares– como por otras relacionadas con el punto anterior: evitar que los ciudadanos se decantaran por candidatos de sus estados y convertir la elección presidencial en una disputa entre estados. Finalmente, el 8 de septiembre de 1787 se aprobó la fórmula del Colegio Electoral. El sistema mayoritario según el cual el candidato que se impone en un estado obtiene todos los votos de los compromisarios de ese estado se introdujo progresivamente por puro pragmatismo: sim- 10 El complejo affaire lo explicamos en el libro Presidentes de Estados Unidos (2015: 279-288). Solo tres presidentes han sido elegidos en el Congreso: Jefferson, John Quincy Adams (18251829) y Hayes. 64 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 ORÍGENES Y JUSTIFICACIÓN DEL PRESIDENCIALISMO AMERICANO / JAVIER REDONDO plificar el proceso y evitar que el mismo estado presentase varios candidatos. En el Artículo LXVIII de El Federalista, Hamilton admitió que “si el método no era perfecto, es al menos excelente. Reúne en alto grado todas las ventajas a las que se podía aspirar” y gozó del beneplácito de hasta los detractores de la institución presidencial (2012: 288291). Para los delegados de la Convención, el Colegio sabría escoger a los hombres adecuados en virtud de sus excepcionales cualidades. El presidente sería pues un hombre común y a la vez honorable. A MODO DE CONCLUSIÓN: LA PROPENSIÓN AL POPULISMO Y LA PRESIDENCIA FRENTE AL CONGRESO Decíamos en un apartado anterior que el populismo es un rasgo del “excepcionalismo” americano. Hay al menos cuatro razones que explican la propensión populista de la presidencia: la elección popular; la condición personalista de la elección; la consideración del presidente como “hombre común” y la atribución conferida por la Constitución como comandante en jefe. Ya hemos señalado que el primer presidente populista de la Historia fue Andrew Jackson, un militar11. Los presidentes con rasgos populistas hacían valer su autoridad como los auténticos representantes de la gente frente a los intereses creados –e irreconciliables– en el Capitolio u otros de carácter espurio. Por otra parte, hay al menos tres razones por las cuales la presidencia ha arañado protagonismo al Congreso a lo largo de estos dos siglos y medio: el liderazgo ejercido por el presidente, la configuración de las mayorías en las cámaras y el contexto internacional. Los “hiperlíderes” han fortalecido el poder de la Unión en virtud de su habilidad y personalidad. El primer presidente que prescindió del Congreso y buscó a posteriori una ratificación de una decisión previamente tomada fue Tho- 11 Otros presidentes militares que le sucedieron fueron: William H. Harrison (1841-1841), Zachary Taylor, Ulysses Grant (1869-1877) y Dwight Eisenhower (1953-1961). Por su parte, algunos otros que no lo fueron no dudaron en dotarse de una narrativa como héroes de guerra: el propio John F. Kennedy (1961-1963), Theodore Roosevelt o George Bush Sr. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 65 CUADERNOS de pensamiento político mas Jefferson tras la compra de Luisiana. La determinación de Jackson, Lincoln o los dos Roosevelt fortalecieron progresivamente la presidencia. En primer lugar, no se vieron en la tesitura de obstruir y vetar las leyes emanadas del Congreso; y, lo que era mucho más importante, podían sacar adelante sus propias propuestas y solicitar del Congreso poderes extraordinarios. Obviamente, la decisión del Congreso de delegar funciones en el presidente depende a su vez de dos factores: i) La composición de las cámaras. De los cuatro presidentes que acabamos de citar, Jackson siempre dispuso de mayoría demócrata en la Cámara de Representantes; la de Lincoln fue aplastante tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado; así como la de los dos Roosevelt. ii) El contexto político. En situaciones críticas o de emergencia, normalmente relacionadas con la política exterior, el presidente asume poderes excepcionales conferidos por las cámaras: fue el caso de Lincoln, pero también el de George Bush Jr.12 (2001-2009). En este sentido, en virtud de su facultad constitucional para celebrar tratados internacionales con el consentimiento último del Senado, los presidentes que han volcado parte de su actividad en las relaciones exteriores han contribuido a consolidar el poder presidencial, hacia fuera y hacia dentro. En la medida en que Estados Unidos se abría paulatinamente al mundo, el presidente adquiría un rol distinguido. Por último, pretendo llamar la atención sobre una última cuestión, íntimamente relacionada con el primero de los epígrafes. El sistema institucional americano, tal y como lo concibieron sus fundadores, ha sobrevivido a tres episodios o momentos críticos en orden de trascendencia descendente: la Guerra Civil (1861-1865); la corrupción (último tercio del siglo XIX) y la “crisis del 29”. Por eso podemos hablar de linealidad 12 En el siglo XX, Richard Nixon (1969-1974), Gerald Ford (1974-1977), Ronald Reagan y George Bush Sr. siempre tuvieron a la Cámara en contra. Mientras que, además, Theodore Roosevelt y Franklin Delano Roosevelt, William McKinley, Warren G. Harding (1921-1923), Calvin Coolidge (1923-1929), J.F. Kennedy, Lyndon B. Johnson (1963-1969), Jimmy Carter (1977-1981) y George Bush Jr. tuvieron la Cámara de Representantes a favor: en total, nueve de diecinueve presidentes del siglo XX han podido ejercer su autoridad sin la oposición de la Cámara de Representantes. Si computamos por legislaturas, el saldo a favor de la autonomía del presidente se eleva considerablemente. 66 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 ORÍGENES Y JUSTIFICACIÓN DEL PRESIDENCIALISMO AMERICANO / JAVIER REDONDO y continuidad en la Historia de Estados Unidos. Asimismo, el modelo constitucional, basado en la división y equilibrio de poderes, protege a la nación de los malos gobernantes. Así pues, independientemente de la categoría de los presidentes, de su gestión y de su honorabilidad, la institución de la presidencia goza del mismo prestigio del que la dotó su primer depositario, George Washington (1789-1797). Esta reflexión nos devuelve al comienzo: las instituciones protegen la libertad de los individuos. PALABRAS CLAVE • •Presidencialismo •Padres fundadores•Constitución EE.UU. República Populismo • RESUMEN ABSTRACT Estados Unidos es una república presidencialista. Sin embargo, el presidencialismo no se define en razón de la acumulación de competencias del poder Ejecutivo, ni tampoco por el hecho de que coincidan en la misma persona las figuras de jefe del Gobierno y del Estado. El presidencialismo es fundamentalmente resultado, por un lado, de la posición del Ejecutivo respecto del resto de poderes y, por otro, del origen de su poder. Los constituyentes americanos tuvieron muy claro cuál era el papel que debía desempeñar el Primer Magistrado de la República como garante de la Unión y primer representante del pueblo. Este artículo analiza la visión de los padres fundadores, la evolución de la Presidencia y los factores que propician su creciente protagonismo. The United States is a presidential republic. However, presidentialism is not defined by adding capacities to the executive power, or by the fact that the Head of Government and the Head of State are represented by the same person. Presidentialism is basically the result, on the one hand, of the position of the Executive power with respect to the other powers and, on the other, of the origin of its power. The American founding fathers had a very clear notion of the role that the Republic’s Head of State had to play as the guarantor of the Union and first representative of the people. This article analyses the vision of the founding fathers, the evolution of the presidency and the features that propitiate its growing prominence. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 67 CUADERNOS de pensamiento político BIBLIOGRAFÍA Bailyn B. (2012): Los orígenes ideológicos de la Revolución norteamericana. Tecnos, Madrid. Green, J.P. (2010): The Constitutional Origins of the American Revolution. Cambridge University Press, Cambridge. Hamilton, A., Madison, J. y Jay, J. (2012): El Federalista. Fondo de Cultura Económica, México D. F. Lipset, S.M. (2000): El excepcionalismo americano. Una espada de dos filos. Fondo de Cultura Económica, México D. F. Lipset, S.M. y Marks G. (2000): It Didn’t Happen Here. Why Socialism Failed in the United States. W. W. Norton & Company, Nueva York. Paine, T. (2008): Derechos del hombre. Alianza, Madrid. Pocock, J. (2008): El momento maquiavélico. El pensamiento político florentino y la tradición republicana atlántica. Tecnos, Madrid. Rakove, J. (1997): Original Meanings. Political and Ideas in the Making of the Constitution. Alfred A. Knopf, Nueva York. 68 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 Rakove, J. (2006): James Madison and the Creation of the American Republic. Pearson-Longman, Nueva York. Rakove, J. (2011): Revolutionaires. New History of the Invention of America. Mariner Books, Nueva York. Redondo Rodelas, J. (2015): Presidentes de Estados Unidos. De Washington a Obama, la Historia norteamericana a través de los 43 inquilinos de la Casa Blanca. La Esfera de los Libros, Madrid. Rinke, S. (2015): América Latina y Estados Unidos. Una historia entre espacios desde la época colonial hasta hoy. Marcial Pons, Madrid. Tocqueville, A. (2010): La democracia en América. Edición crítica y traducción de Eduardo Nolla. Trotta, Madrid. Wood, G.S. (1993): The Radicalism of the American Revolution. Vintage Books (Random House), Nueva York. JAVIER CORRALES EL LEGALISMO AUTOCRÁTICO EN VENEZUELA l concepto de los regímenes híbridos, también conocidos como “autoritario-competitivos” –aquellos que manifiestan simultáneamente prácticas democráticas y autoritarias– ya está bien establecido y entendido en la literatura de Ciencias Políticas. En los regímenes híbridos el partido de gobierno compite en elecciones (ejemplo de práctica democrática), pero el presidente gobierna con un sistema de frenos y contrapesos socavados (ejemplo de práctica autoritaria). Hoy en día, estos regímenes son tan o más comunes a través de todo el mundo que los regímenes netamente autoritarios, si lo medimos utilizando la clasificación de Freedom House de regímenes “parcialmente libres”. Venezuela se convirtió durante el mandato de Hugo Chávez (1999-2013) y su Partido Socialista Unido (PSUV) en el mejor ejemplo de este tipo de régimen híbrido en América Latina. E Lo que no es bien entendido sobre estos regímenes es la dinámica de los mismos, es decir, por qué algunos se mantienen estables mientras que Javier Corrales es profesor Dwight W. Morrow 1895 de Ciencia Política en Amherst College, Massachusetts. Ha publicado varios libros sobre la política de Cuba, Argentina y Venezuela. Coautor de Dragon in the Tropics: Hugo Chávez and the Political Economy of Revolution in Venezuela (con Michael Penfold, 2011). Una segunda edición actualizada, The Legacy of Hugo Chávez (Brookings Institution Press, 2015). * Este texto es una adaptación del artículo “The Authoritarian Resurgence: Autocratic Legalism in Venezuela”, publicado en el número de abril 2015 de Journal of Democracy. Traducción y adaptación a cargo de Juan Gabriel Delgado. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 69 CUADERNOS de pensamiento político otros se democratizan y otros se vuelven más autocráticos en el tiempo. Venezuela bajo Hugo Chávez (1999-2013) también es un caso de un régimen híbrido que rápidamente se convirtió en más autocrático. Este giro hacia la autocracia se ha venido acelerando sobre todo al final del mandato de Chávez y en especial durante el de su sucesor, Nicolás Maduro (2013-presente). Hoy en día, Venezuela aparece clasificado como el país “menos libre” de todos los regímenes “parcialmente libres” de América Latina. Esta tendencia introduce dos interrogantes. Primero, ¿cuáles son los “mecanismos” a través de los cuales un régimen autoritario competitivo se convierte en más autocrático? Este ensayo examina la trayectoria de Venezuela desde 1999 para demostrar cómo se lleva a cabo dicha transformación. Mi argumento se enfoca en el uso, abuso y desuso de la ley, lo que se pudiera denominar como legalismo autoritario. Segundo, ¿cuáles fueron las “causas” del movimiento acelerado de Venezuela hacia el autoritarismo, en particular los últimos cinco años del “chavismo”? Utilizando mis trabajos anteriores (frecuentemente en colaboración con otros autores), presento un argumento sencillo: el declive de la competitividad electoral del régimen, en combinación con la trayectoria institucional del país (path dependence), explica el giro hacia un mayor autoritarismo. TRES ELEMENTOS CLAVES El mecanismo principal que facilita el creciente autoritarismo en Venezuela se puede describir como “legalismo autocrático”. El legalismo autocrático tiene tres elementos clave: el “uso”, “abuso”, y “desuso” de la ley al servicio del poder Ejecutivo. Empecemos con el “uso”. Desde que el PSUV llegó al poder, el partido de gobierno se ha aprovechado de su dominancia sobre los cuerpos legislativos (la Constitución de 1999, el “Congresillo” de 1999-2000 y la Asamblea Nacional desde el 2000 al presente), junto con su control absoluto de la Corte Suprema desde el 2005, para promulgar leyes que dan mayor 70 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL LEGALISMO AUTOCRÁTICO EN VENEZUELA / JAVIER CORRALES poder al Ejecutivo a costa de otras ramas del Estado. Estos son algunos ejemplos notables: 1) La Constitución de 1999 que, a pesar de poseer varias innovaciones democráticas, incrementó el poder del presidente: eliminó el Senado (un actor con veto importante); prohibió el destino de fondos públicos para organizaciones políticas (partidos políticos); y le dio el poder al presidente para llamar referendos, destituir legisladores, disolver el Congreso y proponer cambios constitucionales. 2) Las “leyes habilitantes” le dan al presidente el poder de gobernar mediante decretos. La legislatura chavista aprobó cuatro leyes habilitantes durante el mandato Chávez –en 1999, 2000, 2007 y 2010– y una vez (hasta ahora) durante el Gobierno de Maduro, en el 2013. 3) La Ley Orgánica de Telecomunicaciones (2000), que permite que el gobierno suspenda o revoque las licencias de transmisión de los medios privados “cuando lo juzgue conveniente a los intereses de la Nación, o cuando así lo exigiere el orden público o la seguridad” (Art. 209). Esta ley fue modificada el 2011 para incorporar cable y televisión y redujo la licencia de canales de radio de 25 a 15 años. 4) La Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión (2004) prohíbe la transmisión de material que pueda promover odio o violencia. Fue extendida en el 2010 para aplicarse a internet. Como consecuencia, los medios electrónicos no pueden transmitir mensajes que “fomenten zozobra en la ciudadanía o alteren el orden público”, “inciten o promuevan el incumplimiento del ordenamiento jurídico vigente”, “desconozcan las autoridades legítimamente constituidas”, o “inciten o promuevan el odio y la intolerancia” (Art. 27). 5) La Ley de Reforma Parcial del Código Penal (2005) expandió la ley de desacato, de tal manera que es ilegal que uno “irrespetase a un funcionario público”, extendiendo aún más el número de funcionarios a los cuales se aplica esta ley. Además, restringió de manera significante el uso de espacios públicos para manifestaciones. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 71 CUADERNOS de pensamiento político 6) Las “leyes que regulan los consejos comunales” –Ley Orgánica de Poder Popular (2010), Ley Orgánica de Planificación Pública y Popular (2010), Ley Orgánica de Contraloría (2010), y la Ley Orgánica de las Comunas (2010)– proporcionan fondos públicos y prerrogativas legales a estos cuerpos poco definidos, los cuales deben trabajar con el Estado para llevar a cabo obras públicas y participar en el desarrollo de la comunidad. Mediante estas leyes, los consejos comunales suplantan a los alcaldes y consejos municipales. Ninguna de estas leyes requiere que los consejos comunales lleven a cabo elecciones competitivas para sus representantes. 7) La Ley de la Defensa de la Soberanía Política y Autodeterminación Nacional (2010) impide que los grupos defensores de los derechos humanos reciban ayuda internacional. Las organizaciones no gubernamentales (ONG) que “defiendan derechos políticos” tienen prohibido recibir fondos del extranjero. Los extranjeros invitados a Venezuela por estos grupos que “emitan opiniones que ofendan las instituciones del Estado” también están sujetos a ser expulsados. Además, las ONG pueden enfrentar grandes multas y sus directores pueden perder el derecho a postularse para funciones públicas. 8) La Ley de Ilícitos Cambiarios (2010) le da al Gobierno un monopolio en todos los cambios de divisas, incluyendo el de los bonos. Toda divisa proveniente de exportación se debe vender al Banco Central de Venezuela (BCV) a la tasa oficial. La ley también prohíbe “ofertas” en divisas hechas entre entidades venezolanas o individuos por la venta de bienes o servicios. 9) La Ley de Partidos Políticos, Reuniones Públicas y Manifestaciones (2011) prohíbe que los diputados se aparten de “las orientaciones y posiciones políticas” adoptadas por su partido durante elecciones (Art. 28). Esta ley tiene el propósito de impedir que los legisladores voten en contra del partido. 10) La Ley Orgánica de Precios Justos (2014) actualiza la Ley de Costos y Precios Justos del 2011, la cual legaliza el amplísimo sistema de 72 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL LEGALISMO AUTOCRÁTICO EN VENEZUELA / JAVIER CORRALES control de precios del régimen. La versión de 2014 expandió el número de infracciones al incluir la reventa de bienes “esenciales” tanto como los actos que “perjudiquen la estabilidad económica”. Además, la inclusión imprecisa del concepto de “estabilidad económica” en la ley incrementa las justificaciones subjetivas que el Estado puede invocar para sancionar actores privados. Desde el 2011, esta ley también es una de las mayores causas de la escasez y el desarrollo de mercados informales. Este arsenal de leyes autocráticas en Venezuela exhibe dos rasgos. Primero, los aspectos autocráticos en sí de estas leyes no siempre son evidentes, no se ven a simple vista. Por contra, están frecuentemente enterrados entre cláusulas y artículos que en su mayoría otorgan poder a ciudadanos u otros grupos políticos, y que por lo tanto incentivan los grupos apoderados a apoyar dichas leyes. Sin embargo, todas estas leyes contienen al menos una cláusula que apodera al poder Ejecutivo más que a los otros actores. Segundo, estas leyes son promulgadas constitucionalmente en cuanto a que son aprobadas mediante un proceso delineado por la Constitución. Esta paradoja presenta un doble problema a la oposición: 1) Dichas leyes incrementan la capacidad del Estado para controlar actores que no son parte del Estado; y 2) ellas no pueden ser fácilmente impugnadas ya que son promulgadas mediante procesos constitucionales. EL “ABUSO” DE LA LEY: “HEGEMONÍA COMUNICACIONAL” El segundo elemento del legalismo autocrático es el “abuso” de la ley, lo que significa la interpretación parcial e inconsistente de leyes y regulaciones. En Venezuela esto es especialmente notorio en el ámbito mediático. El abuso de la ley ha permitido que el sistema de medios de Venezuela haya perdido su pluralismo. Pero antes de explicar esto, repasemos la pérdida del pluralismo de los medios en Venezuela. Un modo de ver la evolución del pluralismo de los medios es ver que la relación entre medios privados e independientes y los medios controlaJULIO / SEPTIEMBRE 2015 73 CUADERNOS de pensamiento político dos por el Gobierno favoreció a estos últimos. Hoy en día, es mucho más probable que un venezolano común se vea expuesto a medios públicos o pro-PSUV, los cuales son más abundantes y asequibles que los medios privados independientes. La consecuencia es un declive pronunciado en el pluralismo de medios. Esta falta de pluralismo lleva un nombre en Venezuela: la “hegemonía comunicacional”. Fue una estrategia premeditada del chavismo y privilegiada por Maduro1. TABLA 1 Medios impresos y televisados independientes (porcentaje) Impresos Todos los periódicos de los cuales, periódicos locales y regionales Televisión Todos los canales de televisión de los cuales, canales locales y regionales 1998 2014 100% 100% 56% 49% 88% 50% 46% 39% Nota: Independiente significa 1) privado; 2) cubre política; 3) no comunitario; y 4) no censura sistemáticamente información favorable a la oposición Medios venezolanos impresos y televisados (% que son independientes) 100 Todo periódicos 80 de los cuales, regionales Todo televisión 60 de los cuales, locales y regionales 40 1998 1 2014 Véase “Grandes Objetivos Históricos y Objetivos Nacionales”, Programa de la Patria 20132019, http://blog.chavez.org.ve/programa-patria-venezuela-2013-2019/idependencia-nacional/#.VPmcVuGLiJ8. 74 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL LEGALISMO AUTOCRÁTICO EN VENEZUELA / JAVIER CORRALES Para fines del 2014, mediante el uso y abuso de la ley, la hegemonía comunicacional ya estaba bien establecida tanto en los medios impresos como en la televisión. Por ejemplo, en 1998 había 89 periódicos en Venezuela2. Todos eran privados e independientes. En el 2014, Venezuela contaba con 102 periódicos, pero solo el 56% eran privados e independientes; el 8% eran públicos; un 15% eran privados pero “no independientes”, lo que significa que sistemáticamente se inclinaban a favor del PSUV; y un 22% eran “indeterminados”, lo cual significa que o eran demasiado pequeños o no había información para clasificarlos3. Los periódicos en manos del Estado son poco comunes en democracias, pero en Venezuela son abundantes y, encima, excesivamente parciales. Mientras que la prensa privada es criticada por ser demasiado propensa a denuncias, los periódicos del Estado merecen la crítica de suprimir sistemáticamente la información positiva sobre los actores no-estatales y la información adversa a los actores estatales, todo ello pagado con fondos públicos. La Administración de Maduro está comprometida a continuar la política de expandir la prensa pública, ya que ha establecido periódicos públicos en Valencia, Maracay, Cojedes, Guárico y Petare. La contracción de los medios independientes es aun más pronunciada en el ámbito televisivo. En 1998 había veinticuatro canales de televisión nacional, de los cuales solo tres eran públicos (y no eran parciales). En cambio, en el 2014 había 105 canales de televisión, pero solo el 46% eran privados. Los canales de Estado son el 17% de todos los canales de televisión. Además, bajo el chavismo emergió una nueva categoría de canales comunitarios, radicados en ciudades pequeñas y que en el 2014 significaban el 37% de todos los canales de televisión. Se supone que los canales co2 3 Esta cifra se basa en el directorio de medios anual de Juvenal Mavares, Directorio de relaciones públicas y medios de comunicación social (Caracas: J&M Asociados, 1998); véase también la lista de prensa escrita de periódicos venezolanos en http://www.prensaescrita. com/america/venezuela.php. Le agradezco a Franz von Bergen y a Juan Gabriel Delgado por su ayuda en esta investigación. Para determinar si un periódico es independiente, verificamos si había reporteros formales de ese medio o si otros medios reportaron casos de censura de información en la cobertura de noticias de manera que era favorable a la oposición. Sin duda, se usó un poco de juicio cualitativo. Sin embargo, excluyendo mi cuenta de medios no independientes, las pruebas son las mismas: el tamaño de los medios impresos independientes se ha contraído considerablemente bajo el chavismo. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 75 CUADERNOS de pensamiento político munitarios son independientes, sin embargo muchos encuentran difícil establecerse con cierto grado de autonomía respecto del Estado4, ya que solo los canales pro Gobierno reciben fondos y apoyos estatales. Dado que hay muy pocas fuentes de financiamiento alternativas, los canales comunitarios resultan inevitablemente complacientes al Estado. Esta hegemonía comunicacional en Venezuela ha sido lograda a través del “uso” y el “abuso” sistemático de la ley5. El Gobierno ha utilizado regulaciones existentes para establecer nuevos periódicos públicos. Varios de estos periódicos circulan gratuitamente, ganando de este modo ventaja a la competencia privada, una práctica legal que tiene como propósito desplazar a los medios independientes. Pero el Estado también abusa de la ley al hostigar a varios periódicos independientes, dictando multas, acusando de violación de la ley de medios o negándoles estratégicamente el acceso a las divisas necesarias para comprar papel de periódico. Según Reporteros Sin Fronteras, al menos treinta y siete periódicos han sido forzados a reducir su circulación por falta de papel6. Otras tácticas incluyen que las agencias estatales rehúsen a comprar espacio publicitario en ciertos periódicos privados, para presionar a los editores a publicar los artículos “correctos”. La meta del régimen es forzar a los medios privados hacia problemas financieros mediante el abuso de la ley, y por lo tanto presionarlos a reducir su circulación (como es el caso del diario Tal Cual, que tuvo que reducir su circulación y pasar a publicarse semanalmente en el 2015) o vender el periódico a nuevos dueños (como El Universal). Si la línea editorial de un periódico cambia, el Gobierno perdona las multas y le provee de divisas. Este mismo uso y abuso de la ley se aplica a la televisión. La contracción del pluralismo de medios comenzó en el 2003, cuando Diosdado Ca4 5 6 Véase Sujatha Fernandes, Who Can Stop The Drums? [¿Quién puede detener los tambores?] Urban Social Movements in Chávez’s Venezuela (Duke University Press, 2010). Philip Bennet y Moisés Naim. “21st-Century Censorship”, [Censura en el Siglo 21] Columbia Journalism Review, 5 de enero de 2015, http://moisesnaim.com/columns/21st-century-censorship/. “Unos cuarenta periódicos, afectados por la escasez de papel en Venezuela”, Reporteros Sin Fronteras, 12 de septiembre de 2014, http://es.rsf.org/venezuela-unos-cuarenta-periodicosafectados-12-09-2014,46951.html. 76 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL LEGALISMO AUTOCRÁTICO EN VENEZUELA / JAVIER CORRALES bello encabezaba la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel). Bajo Cabello, esta agencia encargada de regular la televisión y la radio rediseñó las relaciones con los medios. Ahora Conatel determina si es que las estaciones de radio cualifican como canal comunitario (y por lo tanto si son elegibles de recibir fondos estatales). Conatel también se ha dirigido hacia los canales de televisión privados al revocar arbitrariamente sus licencias (tal como RCTV en el 2007) o imponer multas excesivas por supuestas violaciones de la ley de medios (tal como le ocurrió a Globovisión hasta el 2013). En Venezuela, la única manera para que un canal de televisión pueda asegurar su supervivencia financiera es mediante la autocensura política (tal como Globovisión viene haciendo desde 2013) o abstenerse totalmente de la cobertura de eventos políticos (tal como hacen rutinariamente Venevisión y Televén). Este crecimiento de los medios estatales y no independientes tiene un impacto significativo en la accesibilidad a la información. EL “DESUSO” DE LA LEY: IRREGULARIDADES ELECTORALES El tercer elemento del legalismo autocrático es, paradójicamente, su dependencia en la ilegalidad. Este ha sido especialmente importante en la política electoral. Uno de los legados más importantes de Chávez es un ambiente electoral plagado de irregularidades y gobernado por un ente regulatorio parcializado, el Consejo Nacional Electoral (CNE). En efecto, en las dieciséis elecciones llevadas a cabo durante la era chavista, a mi cuenta hay más de cuarenta y cinco tipos o incidencias de irregularidades, por lo general involucrando la aplicación parcial de leyes electorales y hasta violaciones crasas. Por ejemplo, el Gobierno permite al PSUV exceder límites de gasto público y acceso a publicidad; le niega fondos estatales a la oposición pero no le pone ningún límite al financiamiento público del PSUV; prohíbe arbitrariamente la postulación de ciertos candidatos u observadores; manipula las leyes de votación a favor del partido de gobierno; hostiga a los votantes en centros de votación; amenaza con privar de fondos a distritos que elijen candidatos de la oposición; coacciona a los empleados del Estado y participantes de misiones sociales a votar por el PSUV; realiza auditorías superficiales de sus JULIO / SEPTIEMBRE 2015 77 CUADERNOS de pensamiento político resultados7. A través de los años, ciertas irregularidades se corrigen permanentemente –gracias a demandas de la oposición–, pero otras persisten junto con otras irregularidades que emergen con cada nueva elección8. Este ámbito de irregularidades frecuentes se ha deteriorado desde la muerte de Chávez en marzo del 2013, comenzando con la elección de su sucesor el mes siguiente. En esa elección, Maduro le ganó a su contrincante, Henrique Capriles Radonski, por tan solo 235.000 votos (un margen del 1,5%). La oposición rechazó, por primer vez desde el 2005, el resultado oficial. Reclamó que había habido numerosas irregularidades repetidas y nuevas (por ejemplo, simpatizantes del PSUV fueron vistos llevando votantes a centros de votación bajo el falso pretexto de ser escoltas para asistir al votante; pagando a ciudadanos para que trajeran consigo más ciudadanos a votar; y posiblemente fraude en ciertos centros de votación), las cuales le brindaron a Maduro una victoria. La oposición exigió una auditoría completa de los resultados, la cual fue rechazada (aunque el CNE sí auditó los votos electrónicos, pero no los votos en el balotaje). La oposición terminó reclamando la anulación de los resultados o su repetición en casi 5.700 mesas electorales. Todos estos pedidos fueron rechazados, lo cual llevó a la oposición a elevar sus quejas al Tribunal Supremo de Justicia. Pero las Cortes de Venezuela son otro elemento más del “desuso” de la ley por parte del régimen. Un sinfín de altos funcionarios y jueces se han vuelto conspicuamente parciales desde que el Gobierno copara las Cortes de Justicia en el 2004 con simpatizantes, y varios jueces de menor cargo fueran penalizados por fallar de manera “incorrecta”. Además, según un estudio reciente, ni una de las 45.474 decisiones del Tribunal Supremo desde el 2005 ha fallado en contra del Gobierno9. Por lo tanto, no fue ninguna sorpresa que el Tribunal también rechazase el reclamo de la oposición. 7 8 9 Javier Corrales, “Electoral Irregularities Under Chavismo: A Tally”, [Irregularidades electorales bajo Chávez: un cuento] Americas Quarterly, 11 de abril de 2013. Miriam Kornblith, “Latin America’s Authoritarian Drift: Chavismo After Chávez?” [El creciente autoritarismo en América Latina: ¿Chavismo después de Chávez?] Journal of Democracy 24, 3 (julio de 2013): 47-61. Edgar López, “En nueve años el TSJ no ha dictado ni una sentencia contra el Gobierno”, El Nacional, 1 de diciembre de 2014, www.el-nacional.com/politica/anos-TSJ-dictado-sentencia-gobierno_0_529147208.html. 78 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL LEGALISMO AUTOCRÁTICO EN VENEZUELA / JAVIER CORRALES Aunque las elecciones municipales del siguiente diciembre mostraron menos irregularidades que las presidenciales de abril, también se vio en ellas el uso del poder de Estado para favorecer a los candidatos del PSUV. Esto incluyó gastos más allá de lo reglamentado, el uso ilegal de fondos públicos y de los medios del Estado. Asimismo, al momento de la elección, los mandatos de tres de los cinco miembros del CNE –un cuerpo con solo un representante no gubernamental– habían caducado, y el Gobierno poco hizo para resolver este problema legal. Con las elecciones del 2013, la Administración de Maduro demostró que no solo había heredado el legado semiautoritario de Chávez, sino que más bien estaba construyendo sobre él. El creciente legalismo autoritario bajo Maduro ha resultado ser desestabilizador10. Originalmente, a comienzos del 2013 la oposición estaba dividida sobre cómo responder a las fallas del proceso electoral. Una facción clamaba por manifestaciones populares, las cuales eventualmente se desataron entre febrero y abril de 2014, bajo la consigna #lasalida. Figuras prominentes de la oposición, incluyendo Leopoldo López (exalcalde de la municipalidad de Chacao de Caracas), Maria Corina Machado (una diputada en la Asamblea Nacional) y Antonio Ledezma (alcalde de Caracas) se incorporaron a las manifestaciones. En su conjunto, se estima que 800.000 personas en casi dieciséis estados y hasta treinta y ocho ciudades participaron en las manifestaciones por un mínimo de tres meses. Los manifestantes establecieron barricadas en vecindarios de clase media, y algunos lanzaron botellas, piedras y cocteles incendiarios. Estas manifestaciones, las mayores en la historia del chavismo, fueron recibidas por la peor represión bajo el chavismo, y tal vez bajo cualquier gobierno electo en la historia del país. Hubo arrestos domiciliarios, lo que significa que no solo se reprimió para estabilizar el orden público, sino también para castigar y amedrentar a los ciudadanos. El Gobierno desplegó la Guardia Nacional y la Policía Nacional Bolivariana para reprimir las manifestaciones, y además pudieron haber incitado a los “colectivos” (grupos 10 Esta sección se basa en Javier Corrales y Michael Penfold, Dragon in the Tropics, 2a edición (próximamente en Brookings Institution Press). JULIO / SEPTIEMBRE 2015 79 CUADERNOS de pensamiento político de ciudadanos pro Gobierno armados) a intimidar a los manifestantes11. Según los reportes de las organizaciones de derechos humanos, el Gobierno subyugó el 34% de las manifestaciones y detuvo 3.100 personas, un porcentaje mucho mayor aun que la represión más intensa bajo Chávez, de solo el 7% en el 200912. Más sorprendente aun es el hecho de que el Gobierno persiguió a los líderes de la oposición y no solo a los manifestantes comunes. López fue arrestado por “incitar a la violencia”, aun sin ninguna prueba más que su escrito apoyando un cambio de gobierno, lo cual supuestamente habría incitado de forma “subliminal” a los manifestantes. Machado fue acusada de traición por hablar sobre los abusos de derechos humanos en Venezuela y expulsada de la Asamblea Nacional. Ella y otros líderes de la oposición han sido acusados por intento de asesinar al presidente, y en diciembre del 2014 Machado fue formalmente acusada por traición y por conspirar. Finalmente, Ledezma fue arrestado a fines de febrero del 2015 bajo el cargo de intentar derrocar al Gobierno. PERDIENDO COMPETITIVIDAD Si el uso, abuso y desuso de la ley son los mecanismos mediantes los cuales Venezuela explica la dinámica del régimen (su avance hacia un mayor autoritarismo), ¿cuáles son las causas? En la última versión de nuestro libro, Dragón en el Trópico, Michael Penfold y yo mismo planteamos que la causa más importante es una combinación de la “dependencia de trayectoria” junto con el declive de la competitividad electoral del régimen. Dependencia de trayectoria se refiere al hecho que cuando suficientes instituciones son establecidas para permitir al Estado gobernar de manera autoritaria, entonces estas instituciones se convierten en los métodos pre11 12 International Crisis Group, “Venezuela: Dangerous Inertia”, [Venezuela: inercia peligrosa] Latin America Policy Briefing, 31 de septiembre de 2014. Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (PROVEA), “Venezuela 2014: Protestas y derechos humanos”, Informe, febrero-marzo 2014, www.derechos.org.ve/pw/wpcontent/uploads/Informe-final-protestas2.pdf; “Maduro supera a Chávez en represión”, Hoy (Quito), 8 de julio de 2014, www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/maduro-supera-a-chavez-en-represion-609719.html. 80 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL LEGALISMO AUTOCRÁTICO EN VENEZUELA / JAVIER CORRALES feridos de gobernar. Dado que Chávez ya había erigido la estructura para facilitar la represión, la Administración de Maduro, teniendo estos instrumentos e ideología justificante, se valió de los mismos a la hora de tener que enfrentar una sociedad menos obsecuente. La segunda razón del creciente autoritarismo es más sistemático: la pérdida de competitividad del partido de gobierno. Durante el régimen chavista, la característica fundamental del partido de gobierno era su competitividad suprema: le era fácil ganar en elecciones, y a veces hasta por amplios márgenes. En las elecciones presidenciales del 2006, Chávez ganó fácilmente con el 63% de los votos. Sin embargo, desde el 2006, la oposición ha estado ganando votos en términos absolutos y relativos. En las elecciones presidenciales de abril 2013, Maduro ganó con tan solo el 51% del voto. En las elecciones municipales del 2013, el PSUV ganó por un margen del 2,7%, si se suman todos los votos de los partidos opositores, lejos de sus márgenes anteriores. Al ir perdiendo su competitividad electoral, cualquier régimen autoritario competitivo empieza a percibir crecientes incentivos de mostrar su lado autoritario. Si no puede competir, tiene que reprimir. Por lo tanto, no debería ser una sorpresa que un régimen híbrido como el venezolano decida ser más autoritario cuando sus instrumentos para competir por los votos –ideología, recursos económicos, innovación de política y buena gestión gubernamental– se encuentran ya agotados, por no decir, en crisis. Es por eso que con el transcurso del tiempo, el chavismo ha venido usando prácticas autoritarias con mayor frecuencia. CONCLUSIÓN El creciente autoritarismo de un régimen híbrido no es inevitable. Pero los regímenes híbridos van creando con el tiempo –a través del uso, abuso, y desuso de leyes– un mayor número de instrumentos que sirven para conducir a sus países hacia más autoritarismo. Mientras tengan competitividad electoral se pueden dar el lujo de permitir mayores libertades políticas. Pero con la pérdida de competitividad, como pasó en Venezuela, el régiJULIO / SEPTIEMBRE 2015 81 CUADERNOS de pensamiento político men está sujeto a mayor presión. En el caso de Venezuela, tanto la economía como el panorama electoral han puesto a Maduro en una situación política mucho menos favorable a cualquiera de las que enfrentó Chávez desde el 2003. ¿Será que Maduro accederá a estas presiones o que las contratacará? Visto su mandato, Maduro parece estar suficientemente confiado en tener el control institucional necesario para seguir el curso de mayores restricciones para con sus enemigos dentro y fuera de su partido. Su discurso de enfrentar una guerra económica le da la justificación para llevar a cabo un contrataque. Por lo tanto, es muy posible que uno de los regímenes más restrictivos de América Latina termine respondiendo a su crisis volviéndose más restrictivo. PALABRAS CLAVE •Autocracia•Hugo Chávez•Nicolás Maduro•América Latina Venezuela RESUMEN ABSTRACT El presente artículo parte de la concepción del sistema político venezolano como régimen híbrido: a saber, régimen que combina simultáneamente prácticas democráticas y autoritarias. A continuación el texto señala que la pérdida de competitividad electoral del chavismo explica la progresiva recurrencia del régimen venezolano a prácticas autoritarias que se sustancian, entre otras, en un sistema de frenos y contrapesos al poder socavados. This article elaborates on a consideration of Venezuela’s political system as a hybrid regime: that is, a regime that combines simultaneously democratic and authoritarian practices. Furthermore, the text indicates that the loss of electoral competitiveness of Chavism explains why the Venezuelan regime is increasingly resorting to authoritarian practices which ground themselves, among others, in a system of undermined checks and balances to power. 82 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 ANTONIS KLAPSIS SYRIZA EN EL GOBIERNO: “TOMAR EL CIELO POR ASALTO” INTRODUCCIÓN n los últimos meses, los acontecimientos políticos en Grecia han atraído la atención internacional. La victoria de la Coalición de la Izquierda Radical (más conocida por su acrónimo SYRIZA) en las elecciones del 25 de enero de 2015 ha conducido a la formación de un Gobierno de coalición con su líder, Alexis Tsipras, como primer ministro. Este artículo describe en pocas palabras cómo Syriza ha conseguido llegar al poder así como los desafíos a los que se ha enfrentado en los meses siguientes a la formación del Gabinete de Tsipras, sobre todo en lo referente a los grandes problemas económicos y financieros que asolan al país. E LOS ORÍGENES Syriza fue fundada originalmente en 2004. Al principio no era un único partido sino más bien una alianza de diversos partidos y grupos de izquierda y ultraizquierda, entre ellos había socialdemócratas, neocomunistas, marxistas-leninistas, trotskistas, maoístas, ecologistas, etc. Como es lógico, no Dr. Antonis Klapsis es profesor adjunto, Hellenic Open University & Open University of Cyprus. Traducción de Estefanía Pipino. Este artículo se concluyó el 4 de junio de 2015, pero el autor ha tomado en consideración acontecimientos previstos para después de esta fecha. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 83 CUADERNOS de pensamiento político todos los miembros de esta complicada alianza compartían las mismas opiniones. La divergencia de ideas era evidente en muchas cuestiones, desde la economía y la política social hasta la política exterior y de defensa. Durante casi una década, esta colorida constelación continuó siendo pequeña y recibía el voto de una pequeña parte del electorado griego, que variaba aproximadamente entre el 3 y el 5%. Al no tener ninguna expectativa realista de llegar al poder, Syriza era el típico partido pequeño de izquierdas de la oposición. Su retórica incluía elementos anticapitalistas y antiliberales. Apoyaba sin reservas la protección de los derechos humanos, especialmente los derechos de las minorías étnicas, religiosas, lingüísticas y sociales, así como los de los inmigrantes. También era muy activo en el apoyo de las exigencias de los sindicatos y otros grupos no políticos. Se oponía firmemente a que Grecia participase en la OTAN y mantenía una posición ambigua sobre la integración europea (la respuesta a esta última cuestión variaba según el miembro de Syriza al que se le preguntase). Muchos de sus miembros se mostraban bastante comprensivos con diversas formas de extremismo político, en algunos casos incluso con terroristas. En general, Syriza se creó un perfil de partido de izquierdas más o menos antisistema que combinaba estrategias políticas tradicionales con el activismo político. CRISIS ECONÓMICA E IMPULSO ELECTORAL La posición de Syriza en el escenario político griego probablemente habría permanecido inalterada si no fuera por la gravedad de la crisis económica que golpeó al país heleno. En las elecciones parlamentarias griegas de octubre de 2009, Syriza (que concurría a las elecciones por primera vez bajo el liderazgo de Alexis Tsipras) consiguió solo el 4,60% de los votos, un 0,44% menos que lo conseguido en las elecciones parlamentarias convocadas dos años antes. En cambio, el Partido Socialista Panhelénico (PASOK) consiguió una aplastante victoria, con un 43,92% de los votos y por tanto con una mayoría absoluta de 160 de los 300 escaños disponibles en el Parlamento. Nadie en ese momento podría haber predicho el maremoto que estaba por llegar. En abril de 2010, ante la 84 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 SYRIZA EN EL GOBIERNO: “TOMAR EL CIELO POR ASALTO” / ANTONIS KLAPSIS perspectiva de entrar en default, el primer ministro socialista Yorgos Papandréu aceptaba un paquete de medidas de rescate, conocido popularmente como “memorándum”. Este sería el punto de inflexión para el Pasok y para Syriza. Las medidas de austeridad incluidas en este paquete y la recesión económica que provocaron condujeron a una rápida caída de la popularidad del Pasok. Syriza se apresuró a llenar el vacío rechazando el memorándum y culpándolo de todas las penurias sufridas por los griegos. Muchos miembros importantes del Pasok (entre ellos, diputados, exdiputados y exministros) comenzaron a abandonar el partido socialista para pasar a formar parte de Syriza. Muchas figuras destacadas de diversos sindicatos (algunas de estas personas eran bastante conocidas entre el público general), que hasta entonces habían pertenecido a Pasok, siguieron el mismo camino: esto fue muy importante porque estas personas tradicionalmente habían sido capaces de afectar la decisión de voto de un número significativo de sus afiliados. Era evidente que, poco a poco, Syriza comenzaba a reemplazar al Pasok y se estaba convirtiendo en el principal partido de la izquierda del espectro político griego. PRINCIPAL PARTIDO DE LA OPOSICIÓN El éxito de la estrategia de Syriza se demostró más allá de toda duda en las siguientes elecciones parlamentarias de mayo de 2012. El Pasok literalmente se hundió, el partido de centro-derecha Nueva Democracia alcanzó un mínimo histórico (18,85%), mientras que, por primera vez en su historia, Syriza obtuvo el segundo lugar con el 16,78% de los votos. En las nuevas elecciones que se celebraron al mes siguiente, los porcentajes de Syriza alcanzaron nuevas cifras récord con el 26,89%, más del doble que Pasok. Para entonces, Syriza era, de lejos, el segundo mayor partido político de Grecia. La formación del Gobierno de coalición entre Nueva Democracia, Pasok y la moderada Izquierda Democrática supuso el nombramiento de Antonis Samaras, el líder de Nueva Democracia, como primer ministro y que Syriza se convirtiera en el principal partido de la oposición. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 85 CUADERNOS de pensamiento político Joven y ambicioso, Tsipras comprendió que esta era su gran oportunidad. Bajo su liderazgo, la retórica de Syriza se basó en una oposición férrea hacia las políticas de austeridad asociadas con la aplicación del memorándum. Syriza no solo hablaba en contra del memorándum sino que iba un paso más allá: el Gobierno de coalición a favor del memorándum se describía como una mera marioneta de los acreedores de Grecia. Según este mismo análisis, el memorándum había impuesto una especie de junta militar, un término con un gran significado histórico en Grecia, ya que se asocia con la dictadura militar de 1967-1974. Si el memorándum era un instrumento en manos de Gobiernos extranjeros y de la Troika (la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) para imponer su voluntad sobre el pueblo heleno, a nadie puede sorprender, entonces, que aquellos que estaban aplicando el memorándum fueran descritos como colaboracionistas y colaboradores de los alemanes: nuevamente se generaba un profundo simbolismo dado el sufrimiento del pueblo heleno durante la ocupación nazi de Grecia (1941-1944) y el hecho de que, en la mente de la gente, Alemania se consideraba como el principal impulsor de las políticas de austeridad. Los miembros de Syriza a menudo describían a Grecia como una colonia de la deuda, y la deuda pública griega como insostenible: esta última solo sería sostenible tras una quita profunda. Algunos incluso hablaban abiertamente sobre la posibilidad de que Grecia no pagase sus deudas, incluso si eso significase dejar la eurozona. En la misma línea, el propio Tsipras declaró en repetidas ocasiones que las decisiones tomadas por el Gobierno de Samaras (por ejemplo, las privatizaciones de las propiedades del Estado) no eran vinculantes para Grecia y cualquier gobierno nuevo (es decir, un Gobierno de Syriza) no se sentiría obligado a cumplir ningún acuerdo asociado con las políticas de sus predecesores. ELECCIONES DE ENERO DE 2015 Solo unos meses después de las elecciones de junio de 2012, Syriza exigió que se convocaran unas nuevas elecciones diciendo que el Gobierno de Samaras ya no tenía el apoyo de la mayoría del pueblo griego. Durante un tiempo, las estrategias de Syriza no parecían dar resultado. Cuando en marzo de 2013 la crisis golpeó a Chipre, un país muy relacionado con Gre86 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 SYRIZA EN EL GOBIERNO: “TOMAR EL CIELO POR ASALTO” / ANTONIS KLAPSIS cia, la popularidad de Syriza recibió un duro golpe. Sin embargo, no solo consiguió reponerse rápidamente sino que, para finales de 2013, ya había conseguido posicionarse en primer lugar por delante de Nueva Democracia1. Los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo de mayo de 2014 confirmaron las predicciones. Por primera vez en su historia, Syriza salió primera en unas grandes elecciones, con una ventaja aproximada del 3,8% con respecto a Nueva Democracia. No era un triunfo, pero sí una victoria clara. Nuevamente volvieron a exigir que se convocaran unas elecciones nacionales, ahora incluso con más vehemencia. Tsipras tenía una as en la manga: la elección del nuevo Presidente de la República helena. Al no dar su consentimiento al Gobierno, era casi imposible que el Parlamento lo pudiera elegir. Y como consecuencia de que el Parlamento no pudiera elegir un nuevo Presidente de la República, se convocaron elecciones generales para el 25 de enero de 2015. A pesar de que todas las encuestas vaticinaban que Syriza ganaría fácilmente las elecciones, Tsipras y otros miembros destacados del partido no se abstuvieron de hacer grandes promesas al electorado griego que se incluyeron en el llamado “Programa Thessaloniki”: fin del memorándum y de las políticas de austeridad relacionadas con él, aumento inmediato de las inversiones públicas, aumento de los salarios y de las pensiones, reducción de los impuestos para la gran mayoría de la población griega, medidas inmediatas de alivio para la población necesitada2. Los votantes griegos estaban deseosos de aceptar las propuestas de Syriza: en las elecciones, consiguió el 36,34% de los votos que le garantizaban el primer puesto, 7,5 puntos por delante de Nueva Democracia, que quedó segunda. EN EL GOBIERNO A pesar de su gran victoria, Syriza no pudo conseguir la mayoría parlamentaria: necesitaba al menos 151 escaños y solo tenía 149. La solución se dio de forma aparentemente sorprendente y paradójica: un 1 2 http://www.mavris.gr/3843/syriza-vote-share-2012-14/ (consultado el 31 de mayo de 2015). http://www.syriza.gr/article/Syriza—-THE-THESSALONIKI-PROGRAMME.html#.VW7Sbs_tmko (consultado el 29 de mayo de 2015). JULIO / SEPTIEMBRE 2015 87 CUADERNOS de pensamiento político Gobierno de coalición entre Syriza y el partido populista de ultraderecha Griegos Independientes. El nuevo Gobierno, con Tsipras como primer ministro, se describió a sí mismo como un “gobierno de salvación social”. Desde los primeros días de su formación, el nuevo Gobierno anunció un programa antiausteridad que incluía la congelación de los recortes a las pensiones, una revisión del impuesto sobre bienes inmuebles, electricidad gratis para aquellas personas a las que les había sido cortada, reinserción laboral y el aumento del salario mínimo. En su primer discurso ante el Parlamento, Tsipras dijo que su Gobierno no tenía derecho a prolongar el acuerdo de rescate a cinco años, ya que este era el culpable de haber impuesto la austeridad en Grecia, y que tenía el deber de “no decepcionar” a aquellos que le habían votado. El nuevo primer ministro fijó como primera prioridad del Gobierno de coalición entre Syriza y los Griegos Independientes sanar las “grandes lesiones” que el rescate había provocado en la economía y la sociedad griegas. También reafirmó las promesas que había realizado antes de las elecciones sobre la “crisis humanitaria”. “Vemos que la esperanza, la dignidad y el orgullo regresan a los ciudadanos griegos. Nuestra obligación y deber es no defraudarlos”, dijo en su discurso de investidura ante el Parlamento. “Somos conscientes de que las negociaciones [con los acreedores extranjeros] no serán fáciles... Pero tenemos fe en nuestra lucha, porque la justicia está de nuestro lado”. En esta situación, el nuevo Gobierno rechazó aceptar la posibilidad de una ampliación del acuerdo de rescate y estableció como meta llegar a un acuerdo sobre algún tipo de préstamo puente con los acreedores de Grecia que ayudase al país a subsistir3. UN HÍBRIDO POPULISTA La formación de un Gobierno entre Syriza y los Griegos Independientes parecía algo extraño. La coalición entre una izquierda radical y un partido 3 http://www.theguardian.com/world/2015/feb/08/greece-prime-minister-alexis-tsipras-unveilanti-austerity-plan-parliament (consultado el 30 de mayo de 2015). 88 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 SYRIZA EN EL GOBIERNO: “TOMAR EL CIELO POR ASALTO” / ANTONIS KLAPSIS nacionalista de derechas era algo incongruente. Sin embargo, en realidad no eran unos compañeros de cama tan extraños, ambos contaban con unas características que los unía: una feroz retórica antimemorándum y, lo más importante, su trasfondo populista. Ambos culpaban a los acuerdos de rescate de todos los males que afectaban a Grecia desde 2010, olvidando que el rescate no era la causa sino más bien el síntoma de la crisis económica. Para aquellos que entienden el poder del populismo en la política griega, este emparejamiento entre Syriza y los Griegos Independientes no resultaba sorprendente4. Después de todo, la cooperación entre ellos se había discutido ya numerosas veces mucho antes de las elecciones de enero de 2015. Este híbrido populista también se veía alimentado por el poder del voluntarismo. Los socios estaban absolutamente convencidos de que podrían revertir casi inmediatamente los efectos negativos de la crisis, al mismo tiempo que podrían conseguir un mejor acuerdo con los acreedores de Grecia, incluida una quita de la deuda pública griega. Su razonamiento era increíblemente simple: el pueblo griego lo había decidido así con su voto, y como el pueblo griego lo había decidido, entonces esto milagrosamente se daría sin importar lo que los demás (incluidos los propios acreedores) pensasen. El establecimiento de una Comisión de Auditoría de la Deuda Pública por la mayoría Syriza-Griegos Independientes en el Parlamento griego constituye un ejemplo típico, pues su misión era examinar qué proporción de la deuda pública griega puede considerarse unilateralmente “odiosa” y, por tanto, ilegítima. NEGOCIACIONES CON LOS ACREEDORES DE GRECIA Fue en este escenario cuando el Gobierno de Tsipras comenzó las negociaciones con los acreedores de Grecia. Lo que el nuevo Gobierno quería era un “programa puente” que les diera el suficiente “espacio fis4 Véase, por ejemplo, Takis S. Pappas, Populism and crisis politics in Greece (Houndmills: Palgrave Macmillan, 2014). JULIO / SEPTIEMBRE 2015 89 CUADERNOS de pensamiento político cal” requerido por una “negociación sincera”5. El nuevo y llamativo ministro de economía, Yanis Varoufakis, fue un paso más allá: “Todo lo que pedimos –anunció– es una oportunidad para diseñar una propuesta que minimice el coste del préstamo griego y que nos dé la oportunidad de respirar nuevamente tras una políticas que han instigado una depravación social masiva en el país”6. La Grecia de Tsipras no pedía dinero sino tiempo. Sin embargo, pronto se hizo evidente que al Gobierno griego le faltaba la preparación necesaria para presentar propuestas coherentes durante la negociación con los acreedores. Además, el Ejecutivo de Syriza mostraba una ignorancia y falta de respeto total hacia los procedimientos seguidos en la Unión Europea. Al contrario, permanecían atrapados en el catastrófico error de pensar que la discusión de los asuntos técnicos apenas revestía importancia, y que se encontraría una solución a máximo nivel político que fuera suficiente para eclipsar el resto de detalles técnicos. Esta fue una de las razones por la que Tsipras y sus ministros malinterpretaron repetidamente las intenciones de los acreedores de Grecia y, una y otra vez, profetizaron erróneamente el cierre de un acuerdo definitivo con la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. De hecho, lo único que el Gobierno de Tsipras consiguió fue renombrar la Troika como las “instituciones” –no se puede decir que fuese un gran éxito–. El único otro acuerdo que Tsipras consiguió se concluyó en el Eurogrupo del 20 de febrero de 2015: sin embargo, de hecho, este acuerdo únicamente preveía una prórroga de cuatro meses del –odiado– memorándum (que ahora se llamaba oficialmente Programa Máster de Asistencia Financiera)7. Las estrategias de negociación del nuevo Gobierno griego no solo eran ine5 6 7 http://www.theguardian.com/world/2015/feb/08/greece-prime-minister-alexis-tsipras-unveilanti-austerity-plan-parliament (consultado el 30 de mayo de 2015). http://www.nytimes.com/2015/01/30/business/international/greeces-feisty-finance-minister-tries-a-more-moderate-message.html?_r=0&module=ArrowsNav&contentCollection=International%20Business&action=keypress®ion=FixedLeft&pgtype=article (consultado el 25 de mayo de 2015). http://www.consilium.europa.eu/el/press/press-releases/2015/02/150220-eurogroup-statement-greece/ (consultado el 28 de mayo de 2015). 90 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 SYRIZA EN EL GOBIERNO: “TOMAR EL CIELO POR ASALTO” / ANTONIS KLAPSIS ficientes, sino que también le restaban credibilidad: la conducta inapropiada y provocadora de Varoufakis demostró ser una pesada carga adicional para la posición de Grecia. ¿SOLUCIONES ALTERNATIVAS? La estrategia de Tsipras se basaba en la creencia de que la victoria de Syriza en las elecciones griegas no sería un incidente aislado en la política europea, sino que más bien sería el primer paso hacia un cambio radical en el escenario político a nivel paneuropeo. Los dirigentes de Syriza estaban convencidos de que su éxito crearía una avalancha política de la izquierda que expulsaría a muchos de los Gobiernos en países de Europa que se habían mostrado a favor de los planes de austeridad. De acuerdo con el mismo análisis, incluso si este giro político hacia la izquierda no tenía lugar inmediatamente en Europa, Grecia aún podría contar con la creación de una “alianza” con los países del sur de Europa, como Italia, España, Portugal y Chipre, países que debían hacer frente a dificultades económicas similares y que, por tanto, tenían todos los motivos para crear un frente común contra los alemanes y el resto de miembros “inflexibles” del bloque nórdico de la Unión Europea. E incluso si esto no llegase a suceder, entonces Atenas disponía de otras soluciones alternativas para garantizarse un respaldo diplomático y financiero: Rusia era su primera opción y China la segunda. En realidad, todo esto no era más que una mera formulación de deseos. A pesar de la victoria de Syriza, el panorama político en el resto de Europa permanecía bastante estable y si se produjeron cambios fueron en la dirección opuesta a lo que Syriza esperaba (véase, por ejemplo, los resultados de las últimas elecciones parlamentarias en el Reino Unido y las recientes elecciones presidenciales en Polonia). Del mismo modo, la “alianza del sur” nunca llegó a producirse: al contrario, en repetidas ocasiones Grecia se vio totalmente aislada a nivel europeo, ya que ningún país del sur de Europa apoyó nunca ninguna de sus posiciones. Igualmente ilusorio resultó ser el concepto de la alternativa rusa o china. A pesar de los esfuerzos de Atenas, ni Moscú ni Pekín parecían JULIO / SEPTIEMBRE 2015 91 CUADERNOS de pensamiento político dispuestos a prestar ninguna ayuda real. Una vez más, la estrategia de Tsipras se reveló como totalmente infructuosa evidenciando que la única alternativa real de Grecia era llegar a un acuerdo con los “malos”: la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario internacional –la vieja Troika o las tres “instituciones”, según su nuevo nombre–. El problema era que se había perdido mucho tiempo y con cada día que pasaba el acuerdo sería aún más doloroso para Grecia. Para empeorar las cosas, incluso dentro de Syriza no había consenso absoluto sobre si la permanencia de Grecia en la eurozona era deseable o no: muchos miembros destacados del partido (incluidos parlamentarios o incluso ministros en funciones) parecían preferir un “Grexit” y un retorno a una divisa nacional. ENEMIGOS EXTERNOS E INTERNOS El hecho de que Syriza no pudiese cumplir su promesa de llegar a un compromiso favorable a los intereses griegos con los acreedores sumió al país heleno en una fuerte recesión. En todo el país existía un sentimiento generalizado de incertidumbre. Como consecuencia, la economía griega se enfrentó a una tremenda falta de liquidez a medida que se retiraban millones de euros de los bancos y se reducía drásticamente el número de depósitos. Después de mucho tiempo, el debate sobre la posibilidad de que Grecia saliese de la eurozona y regresase al dracma preocupaba internacionalmente. Para los miembros de Syriza, la explicación de esta dramática situación era totalmente simplista y estaba basada en una conspiración: se trataba de un plan urdido por los acreedores de Grecia para derrocar al nuevo Gobierno griego. Esta forma de pensar encajaba con la ingenuidad populista de una gran parte de los dirigentes de Syriza. Como los europeos y el Fondo Monetario Internacional querían continuar aplicando el viejo memorándum e imponer nuevas y duras medidas de austeridad al pueblo griego, era lógico que se quisieran deshacerse de Tsipras y su Gobierno. Para empeorar aún más las cosas, Tsipras declaró públicamente que los acreedores habían engañado deliberadamente a su Gobierno en lo referente al significado real del acuerdo del 20 de febrero de 2015. 92 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 SYRIZA EN EL GOBIERNO: “TOMAR EL CIELO POR ASALTO” / ANTONIS KLAPSIS La narrativa de Syriza se basaba en la existencia de un enemigo externo. Se trataba de una solución cómoda para que el Gobierno griego no aceptase ninguna responsabilidad por su incapacidad para garantizar un gobierno viable. Sin embargo, el enemigo externo no era suficiente. Debía añadirse uno interno y, convenientemente para el Gobierno de Tsipras, este se encontró en cualquier persona que criticase su estrategia: aquellos que no apoyasen al Gobierno “evidentemente” no se estaban comportando de forma patriótica, al contrario, perjudicaban el “esfuerzo nacional”. La “Troika externa” tenía como equivalente la “Troika interna”, que estaba compuesta por los tres partidos proeuropeos del Parlamento griego, es decir, Nueva Democracia, Pasok y el partido de centro-izquierda moderada To Potami (El Río). La teoría colaboracionista, que había gozado de gran popularidad entre los miembros de Syriza en el pasado, volvía a usarse abiertamente. PROMESAS Y REALIDAD Independientemente de las explicaciones de Syriza, lo cierto es que no podían cumplir las promesas poco realistas que habían hecho todos los años anteriores y, sobre todo, antes de las elecciones del 25 de enero de 2015. Cuatro meses después de su formación, el nuevo Gobierno no ha podido aumentar el salario mínimo ni bajar los impuestos. Los miembros de Syriza han tenido que aprender de la forma más dura que el dinero no crece en los árboles. Para poder asegurarse una mayor cantidad de ingresos públicos que pueda cubrir parte del déficit creado por la incertidumbre económica derivada de las prolongadas negociaciones, el Gobierno de Tsipras se ha visto forzado a acordar con los acreedores de Grecia, por un lado, no eliminar el impuesto de propiedades ya existente (que solo unos meses antes ellos mismos habían descrito como socialmente injusto) y, por otro, aumentar el IVA (una medida que hasta ese momento habían rechazado calificándola de recesiva). El Gobierno griego estaba acorralado. La teoría de juegos de Varoufakis no era suficiente para traer dinero a las arcas públicas. La economía real iba de mal en peor y era cada vez más difícil para el Gobierno JULIO / SEPTIEMBRE 2015 93 CUADERNOS de pensamiento político pagar los salarios y las pensiones. Existían serias dudas acerca de si Grecia, en los meses o incluso semanas siguientes, estaría en posición de cumplir sus obligaciones para con sus acreedores, como el Fondo Monetario Internacional. Sin perspectivas reales de obtener algún tipo de financiación sin firmar un acuerdo con los acreedores de Grecia, poco a poco el Gobierno de Tsipras había llegado a un punto de inflexión donde debía decidir qué rumbo seguir. ¿PLAN A O PLAN B? A finales de mayo de 2015 se hizo evidente que Tsipras en realidad tenía dos opciones. La primera era llegar a un acuerdo con los acreedores de Grecia, que en la práctica significaría un nuevo acuerdo de rescate independientemente de cómo lo llame Syriza para que resultase menos impopular entre la opinión publica griega: evidentemente esta solución conllevaría la adopción de nuevas medidas de austeridad y la realización de una serie de reformas profundas en la economía griega. La segunda opción era la quiebra, lo que probablemente significaría que, antes o después (o incluso inmediatamente), Grecia debería salir de la eurozona: en este caso nadie podría predecir realmente las consecuencias que esto tendría para la economía helena, aparte del hecho de que durante mucho tiempo significaría un golpe irreversible para una gran parte de la población. Antes de las elecciones de 2015, una de las preguntas más frecuentes que les hacían a los miembros de Syriza era si tenían un plan B en caso de que algo fallase con su plan inicial. “¿Qué pasará si los acreedores no aceptan sus posturas?”, les preguntaban en repetidas ocasiones. “Continuaremos negociando”, era la respuesta típica. En este escenario, las negociaciones no parecían el medio para alcanzar una meta concreta sino que, más bien, se habían transformado en la meta en sí misma. Lo que los primeros cuatro meses de Syriza en el Gobierno ponían de manifiesto es que la razón por la que no tenían un plan B era simplemente porque ni siquiera tenían un plan A. Incluso después de llegar al poder, en lo más profundo, Syriza seguía siendo lo que siempre había sido: un partido minoritario de la oposición cuyos miembros no tenían expe94 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 SYRIZA EN EL GOBIERNO: “TOMAR EL CIELO POR ASALTO” / ANTONIS KLAPSIS riencia de gobierno y abrazaban ideas marginales sin ninguna conexión con el mundo real. En muchos casos, lograr que miembros de Syriza llegasen a un acuerdo entre ellos mismos demostró ser un desafío mayor que llegar a un acuerdo con personas de fuera del partido. CONCLUSIONES Más de cuatro meses después de las elecciones griegas y de la formación del Gobierno de Tsipras no se había alcanzado ningún acuerdo entre estos y los acreedores. Tsipras se había visto obligado a olvidar muchas de sus promesas y cruzar bastantes de sus “líneas rojas de negociación”. Sin embargo, la distancia entre Atenas y Bruselas no se había acortado. Para empeorar las cosas, incluso si se lograse llegar a un acuerdo, es muy dudoso que Syriza pudiera o quisiera implantarlo. Está en juego el futuro de Grecia en la eurozona y no es fácil predecir qué pasará a continuación. Lo que es totalmente seguro es que el Gobierno de Tsipras ha perdido un tiempo muy valioso. En palabras de Karl Marx, al ganar las elecciones y convertirse en el socio principal del Gobierno, Tsipras “tomó el cielo por asalto”: el único problema es que después de conquistar el cielo Syriza no sabía qué hacer. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 95 CUADERNOS de pensamiento político PALABRAS CLAVE • •Economía•Política monetaria•Banco Central Europeo Grecia Unión Europea Euro • RESUMEN ABSTRACT El autor describe las circunstancias y promesas populistas que facilitaron la llegada de SYRIZA al Gobierno de Grecia, así como las realidades a las que el primer ministro Tsipras ha debido enfrentarse, de modo especial los graves problemas económicos y financieros, que no han permitido estos últimos meses alcanzar un acuerdo de renegociación de la deuda con sus acreedores y que amenaza con la quiebra y la salida de Grecia del euro. The author describes the circumstances and populist promises that encouraged SYRIZA’s arrival to the Government in Greece, as well as the realities that the Prime Minister Tsipras has had to face, particularly the serious economic and financial problems, which in recent months have not enabled Greece and its creditors to reach an agreement over a restructuring of its debt and which threaten to make the country default and exit the euro. 96 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 ÁNGEL RIVERO “ASALTAR EL CIELO” a expresión “asaltar el cielo” ha recibido una renovada atención en el discurso público español. La razón determinante de esta nueva circulación de lo que fue un antiguo lugar común se debe a su utilización por Pablo Iglesias, el líder carismático de Podemos, en el cónclave organizado en Vistalegre el 18 de octubre de 2014. Su discurso se cerraba con la afirmación de que una “lección fundamental de la historia” es que “el cielo no se toma por consenso, el cielo se toma por asalto”. L El discurso allí pronunciado debe enmarcarse en el contexto de la presentación pública de su partido tras las elecciones europeas del 25 de mayo de 2014, donde obtuvieron cinco diputados, alcanzando por primera vez la representación política. Transcurridos unos meses de organización interna, Vistalegre era la puesta de largo de la nueva formación política. El mismo día que Iglesias pronunció las palabras citadas, el diario El País publicaba una nota en su edición electrónica sobre la autoría de la expresión. En ella se apuntaba a que su origen estaba en la carta que Karl Marx dirigió a Ludwig Kugelmann el 12 de abril de 1871, donde este habría utilizado la expresión “asaltar los cielos” en referencia al episodio revolucionario de la Comuna de París. En realidad, Marx utiliza en singular la expresión, habla de “asaltar el cielo”, y la utiliza para calificar el heroísmo suicida del proletariado francés, que se embarca en una revolución, sin posibilidad de victoria, en el contexto de una Francia humillada y derrotada por Prusia, que proclamará en Versalles el Segundo Reich germano. Para Marx, asaltar Ángel Rivero es profesor de Teoría Política, Universidad Autónoma de Madrid. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 97 CUADERNOS de pensamiento político el cielo refiere al intento de antemano fallido por alcanzar un poder que se ambiciona. Como veremos, Marx nos remite al locus clásico, pero Iglesias, que hace otra lectura del mito, parece dar a entender que la historia nos ha enseñado que el cielo, el poder político, solo se puede tomar al asalto. En suma, en Marx, asaltar el cielo es sinónimo de fracaso anunciado en el intento de ocupar el poder político, pero para Iglesias, como veremos, el cielo se puede conquistar, eso sí, no por consenso sino al asalto. La nota de El País recordaba además otros asaltos a los cielos, en plural, que forman parte de la cultura comunista hispana: las memorias de Irene Falcón, la secretaria de Dolores Ibarruri, Asalto a los cielos (1996) y el documental sobre el asesinato de León Trotsky realizado por José Luis López Linares y Javier Rioyo, titulado Asaltar los cielos. Rioyo, se informa en la nota del diario, apunta a que la expresión la tomaron los comunistas del romanticismo alemán, en particular de la poesía de Hölderlin, que a su vez se habría inspirado en la mitología griega. Al día siguiente de la reunión de Vistalegre, el diario El País publicaba un severo editorial donde de nuevo se hacía eco de la expresión: “Frases como el cielo no se toma por consenso, sino por asalto pueden interpretarse de muchas maneras, desde una simple ocurrencia del repertorio marxista hasta la insinuación de estar dispuesto a operaciones que no tienen que ver con el respeto a los principios democráticos y al juego limpio en las urnas”. El editorial señalaba algo importante: el asalto al cielo se opone, en Iglesias, al consenso, algo sobre lo que volveré más adelante y que ha sido pasado por alto por los comentaristas. Evidentemente, ni Marx ni los románticos se ocuparon de la cuestión del consenso en el asalto al cielo. Además, el politólogo y periodista José Ignacio Torreblanca ha publicado un libro que llama nuevamente la atención sobre la expresión: Asaltar los cielos. Podemos o la política después de la crisis (2015). Como explica en el prólogo, ha titulado así su obra en referencia a la frase final del discurso de Vistalegre, porque transmite la audacia, la impaciencia y el liderazgo de Iglesias. Además dedica unas líneas a la genealogía de la expresión, repitiendo en lo sustantivo la nota de El País, aunque ampliada y adornada con referencias textuales. Evidentemente, como nos muestran las referen98 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 “ASALTAR EL CIELO” / ÁNGEL RIVERO cias de Hölderlin que se aportan, el poeta sabía de qué hablaba cuando citaba el asalto al cielo. Pero esto no está tan claro con Torreblanca, a quien le choca el uso de la frase por el padre del marxismo: “que Marx, el artífice del materialismo histórico hablara del cielo no deja de resultar irónico” (Torreblanca, p. 14). La ironía está, como veremos, en que el cielo del que aquí hablamos es muy material y no un arrebato romántico. No obstante, en su ampliación de lo apuntado por El País, se pasa por algo importante sobre lo que luego trataré. La carta a Kugelmann fue publicada por Lenin, y es en la presentación que este hace de la correspondencia de Marx a Kugelmann, donde la expresión inicia una circulación nueva en el mundo del comunismo. Porque lo que en Marx no es más que una línea que muestra su cultura clásica, en el prólogo de Lenin a dicha correspondencia se convierte en un latiguillo, reiterado una y otra vez, que acaba por conformar una teoría muy particular de la revolución. Por último, el también periodista Jacobo Rivero saca de nuevo a colación la expresión en su libro apologético Podemos. Objetivo: asaltar los cielos (2015), donde la parte final rescata el título de la obra, reiterando lo dicho en la nota de El País, y vinculando la expresión al poder de destrucción creadora de la iconoclastia. Resulta curioso que en un libro cuyo principal interés es la información interna que se proporciona sobre Podemos, no se nos facilite la opinión de Pablo Iglesias sobre el particular: ¿qué quería decir al utilizar una frase con tantas resonancias?; ¿de dónde tomó él en particular la expresión?; ¿fue idea suya o es obra del equipo de asesores y publicistas que supervisan al detalle todo lo que hace Podemos? No tenemos esa respuesta, pero espero proporcionar alguna hipótesis que arroje luz sobre estos interrogantes en las líneas que siguen. Pues bien, cierto es que el asalto al cielo tiene relación con Marx, con Hölderlin, con la mitología griega, pero también con los poetas romanos Horacio y Virgilio y con el gran Cicerón. Este último, hablando por boca de Catón en Sobre la vejez, al señalar que la muerte es el fin natural del hombre y que por tanto debe aceptarse resignadamente, subraya que oponerse a las leyes de la naturaleza es un esfuerzo tan vano como la lucha de los gigantes contra los dioses (Cicerón, p. 57). Es decir, luchar contra los dioses, asaltar el cielo es, como veremos, embarcarse en una batalla perdida JULIO / SEPTIEMBRE 2015 99 CUADERNOS de pensamiento político de antemano. El asalto al cielo, el hogar de los dioses, es protagonizado en el mito clásico por los gigantes, y el verdadero divulgador en sentido político de la poderosa imagen de la batalla celestial es Publio Ovidio Nasón (43 a.C.-17 d.C.) en su obra Metamorfosis. Allí, en las primeras páginas del primer libro, se describen las edades del hombre, un proceso de decadencia que concluye en la edad de hierro, caracterizada por la guerra, y en la que se vive del botín y nadie vive seguro: ni el suegro con el yerno, ni hay avenencia entre hermanos y donde el hombre trama la muerte de la esposa y viceversa. Pues bien, es aquí, en esta tierra insegura y ensangrentada desde la que se organiza el asalto al cielo: “y para que el elevado cielo no estuviera más seguro que la tierra, los gigantes [nacidos de la tierra] aspiraron (…) al reino celestial, y levantaron montañas apiladas hasta las altas estrellas. Entonces el padre omnipotente lanzó su rayo, hizo añicos el Olimpo y derribó al Pelión del Osa que lo sostenía. Mientras aquellos fieros cuerpos yacían aplastados por su propia mole, la tierra (…) regada, se empapó de la abundante sangre de sus hijos, dio vida a aquella sangre caliente (…) y la convirtió en figuras humanas” (Ovidio, pp. 71-72). El episodio del intento de asalto al cielo se conoce como la batalla de los gigantes o Gigantomaquia. Como ha señalado con erudito detalle A.G. Lee en su edición del libro primero de las Metamorfosis de Ovidio, la batalla de los gigantes no es mencionada ni en Homero ni en Hesíodo. Este último, en la Teogonía se limita a decir que los gigantes fueron fruto de la tierra y de la sangre de Urano. Homero, por su parte, señala cómo Oto y Efialtes, hermanos gemelos y gigantes, se afanaron por apilar el monte Osa sobre los montes Olimpo y Pelión para así escalar hasta el cielo. Sobre estos mimbres, la tradición acabó por mezclar la lucha de los titanes con la narración de Oto y Efialtes, preparando así el relato magistral de Ovidio. La tradición señala que la batalla de los gigantes tuvo lugar en la llanura de Flegra, identificada con varios lugares en la antigüedad: Palene, Tesalia y Campania. Todas ellas zonas volcánicas, lo que hace pensar a Lee que el origen de la historia fue una erupción o un terremoto. Virgilio escribió “no canta mi obra la funesta guerra de Júpiter, ni tiene en consideración los estrépitos con que un día, ay, ardió Flegra, cuya tierra fue rociada con la sangre de los Gigantes” (Virgilio, Culex, 25-29). 100 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 “ASALTAR EL CIELO” / ÁNGEL RIVERO Philip R. Hardie enmarca la gigantomaquia en el contexto más amplio de la mitología griega para acercarlo después a la utilidad política del mito en el mundo romano. En sus palabras: “el tema de la lucha de los dioses por la supremacía frente a los monstruos divinos o frente a los oponentes demoníacos, tal como se manifiesta en las guerras de los Titanes, los Gigantes y Tifón, es uno de los más populares de la mitología griega y un tema recurrente en escritores y artistas en busca de un motivo grandioso o sublime” (Hardie, p. 85). Las luchas de los Titanes y de Tifón remiten al ordenamiento original de universo olímpico, la salida del caos y la instauración del orden. Sin embargo, la oposición entre fuerzas del orden y del desorden hacía que el mito, en particular tal como es presentado en la Gigantomaquia, fácilmente rebasara su significado original para alcanzar otros usos, en concreto los propios de la ideología política y del panegírico. En el mundo latino esta opción es desarrollada al máximo particularmente en el tiempo de Augusto: el uso alegórico de la Gigantomaquia para referirse a la supremacía de Augusto se puede ver de la manera más clara y directa en la cuarta de las Odas Romanas de Horacio en la que se refiere con detalle el asalto al cielo. La narración comienza con la afirmación de la “superioridad del imperio cósmico de Júpiter sobre las fuerzas del caos” (Ibíd., pp. 87-88) y la dimensión política del mismo radica en la descripción del combate como un ataque al gobernante del mundo. Buchheit, citado por Hardie, señala que Ovidio esconde, tras la narración mítica de la creación del mundo y las victorias del Olimpo, la intención de establecer un paralelismo entre la creación del orden y la victoria sobre el mal de Augusto (Ibíd., p.88). Hardie presume que el uso de la Gigantomaquia como instrumento político debió de ser masivo, aunque las evidencias exactas se han perdido, hasta el punto de que se volvió un cliché para reiterar “la impiedad de los enemigos de Roma y la dimensión enorme de la lucha contra los mismos” (Ibíd., p. 89). Así pues, podemos presuponer que la historia de los gigantes intentando asaltar el cielo y siendo derrotados, fue desde su origen un mito político y como tal ha sido utilizado ampliamente. Como ilustración, y sin ánimo alguno de exhaustividad, podemos ver un ejemplo de su utilización en el sentido original que le era propio: un ejemplo de cómo el intento ilegítimo por usurpar el poder político es derrotado y castigado. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 101 CUADERNOS de pensamiento político Alonso de Castrillo, en 1521, utiliza este mito para explicar los motivos y el previsible resultado del levantamiento comunero de las ciudades de Castilla contra el joven Carlos I, que poco después se hará emperador: “Ciertamente, por la parte del celo y amor del bien común que a mí me cabe, no querría yo (…) que a los comunes les acaeciese aquello que (…) Ovidio (…) cuenta por una fábula que les hubiese acaecido a los gigantes con el dios Júpiter, diciendo que los gigantes, engendrados sin padre y nacidos de la tierra se juntaron y se concertaron entre sí, afirmando que no era razón que el cielo estuviese más seguro que la tierra, y de esta manera juntos los gigantes tomaron a Osa, Pelión y Olimpo, los tres más altos montes del mundo, y sobrepusieron monte sobre monte, haciendo (…) camino o escalas con los montes para poder llegar y combatir el cielo, y derribar a Júpiter, dios de los dioses, de su poderosa silla, y echar de sus casas a los otros dioses menores. Y entonces el dios Júpiter con sus armas, que son sus rayos, rompió y partió en pedazos los montes. Y cayendo los gigantes debajo de los montes, allí pereció su fortaleza juntamente con su soberbia” (Castrillo, prólogo). Una vez presentado el relato en la versión de Ovidio, Castrillo lo utiliza para crear un marco conceptual en el que encuadrar la convulsa realidad política de su tiempo: “En verdad a mí me pesa porque en esta fábula tan al natural son pintados los hechos de los comunes. Porque por los gigantes, nacidos de la tierra y engendrados sin padres, entendemos la gente común de varios estados, de cuya generación ni parece fama, ni título, ni memoria; y por la conspiración y congregación de estos gigantes contra el cielo y contra Júpiter, entendemos el concierto y la junta de las comunidades, hecha contra la voluntad de su rey, a lo que parece; y por los montes que juntaron para combatir el cielo y derribar de su silla al dios Júpiter y echar de sus casas a los otros dioses menores, entendemos que juntando los pueblos, sobrepusieron ciudad sobre ciudad y añadieron soberbia sobre soberbia, para ofender la voluntad de su rey, según que se nos figura, y para echar de sus casas a los otros dioses menores que son los caballeros; y por los rayos que Júpiter echó del cielo y por los montes que derribó sobre los gigantes 102 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 “ASALTAR EL CIELO” / ÁNGEL RIVERO entendemos que Júpiter es el rey, y el cielo su alto imperio, y los rayos son su fuerza y su gran poder con que podrá derribar y destruir los montes, que son los pueblos y oprimir los gigantes que son las gentes comunes soberbias. Porque este nombre gigante así significa soberbio como grande” (Castrillo, prólogo). En suma, para Castrillo, la guerra de las comunidades es vista como un intento de asalto al cielo, el lugar donde reside el poder, el trono de Carlos I, por parte de unos usurpadores sin títulos legítimos, los comunes, que animados por la soberbia han amontonado una ciudad sobre otra para alcanzar aquello que estaba por encima de ellos. El tono de Castrillo es admonitorio porque en el momento de publicación de su Tratado de República aún no se ha producido el desenlace final de la guerra de las comunidades. Es por ello que Castrillo empieza por decir que no querría que a los comunes les ocurriera lo mismo que a los gigantes, esto es, que intentando usurpar el poder político acabaran por ser derrotados y aplastados hasta desaparecer. Más adelante volveré sobre los gigantes, ahora basta añadir que el capítulo XVII de su libro está dedicado monográficamente al tema y que se cierra con estas palabras: “Y ciertamente esta fábula de los gigantes con esclarecido ingenio la compusieron los poetas, porque la moralidad de esta fábula maravillosamente amonesta la soberbia de las gentes” (Castrillo, cap. XVII). El libro de Castrillo tenía en su última página un colofón en el que se nos informaba de que la obra terminó de imprimirse el veintiuno de abril de 1521. Pues bien, dos días después de publicado el libro, el martes veintitrés de abril de 1521, día lluvioso, el ejército comunero comandado por Juan de Padilla se dirigía a Toro “resuelto a fortalecerse” cuando se vio atacado con gran daño por los imperiales. “Y viéndose furiosamente acometidos de los contrarios, y estorbados del lodo hasta las rodillas, y de un gran aguacero que sobrevino cuando batallaban y les daba en la cara, se quitaban algunos las cruces coloradas, insignia de los comuneros, y se las ponían blancas que era de los imperiales, batallando desdichadamente cruces contra cruces y hermanos contra hermanos”. Sobre el campo de Villalar quedaron más de cien muertos y fueron presos mil y doscientos comuneros, “siendo muchos los heridos que en aquellos campos pedían a voces confesión sin haber quien les oyese, habiendo muchos que les desnudasen JULIO / SEPTIEMBRE 2015 103 CUADERNOS de pensamiento político en carnes; que nunca la guerra conoció más Dios que la venganza y el interés” (Colmenares, II, pp. 200-201). Al día siguiente de la batalla los capitanes comuneros Padilla y Bravo fueron degollados y la guerra, que continuó, no hizo sino aplazar una derrota ya inevitable. Como señala Malcolm Bull, en la iconografía del Renacimiento, de manera general, se hizo caso omiso de los rasgos diferenciadores de los gigantes, tal como eran descritos en la mitología clásica (con pies de serpientes), para centrarse en una única característica: los gigantes eran hombres muy grandes. Puesto que había evidencia de que han existido y existen personas de gran tamaño, el mito adquirió en el Renacimiento verosimilitud y se fusionó con un mito judeo-cristiano de parecida moraleja: la torre de Babel, donde los hombres, nuevamente por soberbia, buscan ocupar el lugar de Dios ascendiendo al cielo. Erasmo, siguiendo a Horacio, interpretó el mito de la rebelión de los gigantes como ejemplo del uso de la fuerza sin inteligencia, pero para la mayoría de los autores lo que caracterizaba a los gigantes era la soberbia. Si en la Edad Media el mito identificaba a los gigantes con príncipes codiciosos y tiranos, el Renacimiento, como hemos visto en Castrillo, identificó a los gigantes con el “vulgo tumultuoso, que se rebela contra los príncipes que son dioses”. Bull señala algo importante en esta interpretación: “este cambio interpretativo es en gran medida responsabilidad de la apropiación del mito por Carlos V” (Bull, p. 151). Así, nos señala que cuando este visitó Génova en 1533 y en 1536 permaneció en el Palazzo del Príncipe donde despachó los asuntos de gobierno en la Sala di Giove (Júpiter), cuyo techo estaba decorado con el fresco de Piero Buonaccorsi, alias Perino del Vaga, de la derrota de los Gigantes. La decoración del palacio había sido encargada a Perino por Andrea Doria en 1527. El centro de la pintura está ocupado por un banco de nubes en el cual se sitúa Júpiter lanzando sus rayos sobre los gigantes, algunos de los cuales, en el fondo de la composición, aún continúan la lucha, pero los que aparecen en primer plano se muestran derrotados, contorsionados, y en algunos casos llevan turbante. Carlos, como Júpiter, derrota a todos aquellos soberbios humanos que amenazan su trono, frente a él, esta es la moraleja que busca alojar en la mente de súbditos y enemigos, no hay esperanza para los humanos rebeldes (Ibíd.). 104 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 “ASALTAR EL CIELO” / ÁNGEL RIVERO Resulta interesante constatar cómo, casi desde su llegada al trono de España y con anterioridad a su coronación como Rey de Romanos y después Emperador, Carlos instrumentaliza el mito. Este uso se inicia, de manera probablemente pionera, en el relato de Castrillo e, inmediatamente después, en el despliegue de un programa iconográfico en el que de manera sistemática sus enemigos desfilan sucesivamente caracterizados como derrotados gigantes. Así, tal como hemos visto, en Castrillo, los comunes son vistos como gigantes y en una carta de Pietro Aretino remitida a Carlos V el 20 de mayo de 1536 se identifica posteriormente a turcos, franceses, suizos e italianos con estos humanoides. Tras la batalla de Mühlberg, en la que Carlos V derrotó al protestante elector de Sajonia, en 1547, Leone Leoni creó una medalla del emperador, en la que este aparecía en el anverso coronado de laureles como César; y que mostraba la derrota de los gigantes en su reverso, acompañada de la elocuente inscripción DISCITE IUSTITIAM MONITI (Del verso de Virgilio en la Eneida: Discite Iustitiam Moniti, et non Temnere Divos: Aprended a conocer la justicia y no despreciéis a los dioses). Como ha señalado Falomir, la Gigantomaquia como alegoría del triunfo del Emperador sobre quienes desafiaban su poder fue objeto recurrente de representación hasta el punto de formar un lugar común en la propaganda imperial (Falomir, 2728). Cuando se produjo la abdicación de Carlos V, Felipe II heredó de su padre el papel de Júpiter. A través de esta pequeña muestra he querido denotar que el asalto al cielo no es una novedad introducida por los románticos ni por sus herederos revolucionarios, sino un lugar común en la mitología política de occidente desde la antigüedad hasta nuestros días. Así, el gran músico Sebastián Durón dedicó la primera ópera española, en 1702, a La guerra de los gigantes. En esta, la narración mítica, dramatizada y musicalizada maravillosamente no puede interpretarse como un mero divertimento en honor al Conde de Salvatierra sino como una loa a Felipe V, enfrentado a la Gran Alianza de gigantes: el Sacro Imperio, Inglaterra, las Provincias Unidas de los Países Bajos, Prusia y la mayoría de los estados alemanes. Como proclama el caudillo gigante en el libreto: “Extender nuestro imperio quiero al Olimpo (…) para que al Cielo llegue nuestra asechanza, un monte sobre otro podrán tejer una arenosa escala” (Durón, pp. 29-30). Los ejemplos del JULIO / SEPTIEMBRE 2015 105 CUADERNOS de pensamiento político uso político del mito podrían ser infinitos y el hecho de que todavía nos acompañe, señala su extraordinaria vitalidad. Por apuntar una última referencia, durante el trienio liberal (1820-1822), Gregorio González Azaloa, diputado a cortes por Sevilla, tradujo en prosa el poema de Alexander Pope Ensayo sobre el hombre, donde el mito, en un sentido moral, juega un papel importante: “La gran ley del cielo es el orden; y sentado ya este principio, es claro que debe haber hombres más ricos, poderosos y hábiles que otros; pero sería querer chocar con todo sentido común el inferir por eso de aquí que también han de ser más felices” (…) “¡Hijos de la tierra! ¿Queréis otra vez subir hasta el cielo amontonando montañas unas sobre otras? El cielo se burlará de vuestro vano empeño sepultándoos bajo las masas enormes que levantó vuestra locura” (Pope, pp. 56-57). La reflexión de Pope aparece en la epístola cuarta de su poema, dedicada a “la naturaleza y estado del hombre con respecto a la felicidad”, donde se nos explica que las riquezas del mundo están desigualmente repartidas pero que en cambio la felicidad es tan patrimonio del pobre como del rico. La persecución de la igualdad es vana soberbia y conduce a la pérdida de la felicidad. Está misma moraleja moral aparece en Castrillo, donde el combustible que alimenta la soberbia es la búsqueda de igualdad que los menores, los comunes, ambicionan frente a sus mayores, el rey y la nobleza. La soberbia es el exceso de consideración que se tienen los inferiores respecto a sí mismos y este exceso de humanidad, de imperfección, es lo que les califica de gigantes: seres de una humanidad excesiva, esto es, de una deformidad humana ampliada, que les hace acreedores de un “exceso de grandeza”, de un exceso de imperfección humana: quieren ocupar el lugar de los dioses, del rey, el centro del imperio, por ser, precisamente, exageradamente humanos. Como ha señalado Heather Rae, en la antigüedad la deformidad era percibida como expresión de moralidad, de modo que un humanoide de gran tamaño, un gigante, mostraba un exceso de naturaleza humana, esto es, un exceso de violencia y de pasión, de ahí que los gigantes fueran únicamente varones (Rae, pp. 2-3). Ciertamente, habría que explicar por qué esta visión negativa del gigante, que se asociaba inmediatamente a la imperfección y limitación 106 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 “ASALTAR EL CIELO” / ÁNGEL RIVERO del hombre, ha sido sustituida en el presente por una visión positiva del gigante y de la grandeza humana, pero esto nos alejaría de nuestro tema. El último lugar en que he encontrado un eco de esta antigua imagen de la imperfección humana y de su soberbia en la forma del gigante es en Gershom Scholem, quien en una carta de 20 de enero de 1915 decía: “Resulta obvio que no creo en un Dios personal, ¡y mucho menos en un ser que encarne la idea de moralidad! Mi Dios no es otra cosa que un ideal producido por los sueños de una vida humana plena (…) Durante el siglo pasado [el s. XIX], el viejo cielo ha sido despedazado de tal manera que ha desaparecido para siempre”. Entre los destructores de ese viejo cielo cita Scholem como atacante más poderoso e importante a Marx, porque lo habría destruido para las masas, obligándolas a aceptar su nueva religión. Marx es un gigante, el profeta de la revolución contra el cielo que, armado de la razón ha apartado a las masas de la posibilidad de su disfrute (Scholem, p. 47). Así pues, si hay un significado unívoco que pueda atribuirse al mito del asalto al cielo en su versión clásica, es que se trata del intento de alcanzar por la fuerza el poder político, condenado al fracaso y realizado por seres inferiores que por ignorancia o por soberbia se consideran iguales ante quien es superior. Evidentemente, este es el significado que late en la frase de la carta de Marx a Kugelman, aunque se diga esta vez en un tono irónico o más bien sarcástico: “la insurrección de París, incluso en el caso de ser aplastada por los lobos, los cerdos y los viles perros de la vieja sociedad, constituye la proeza más heroica de nuestro partido desde la época de la insurrección de junio. ¡Que se compare a estos parisienses, prestos a asaltar el cielo, con los siervos del cielo del Sacro Imperio Romano GermánicoPrusiano, con sus mascaradas antediluvianas, que huelen a cuartel, a iglesia, a Junkers [nobleza terrateniente] y, sobre todo, a filisteismo!” (Marx, 12 abril de 1871). Los rebeldes franceses estaban dispuestos a asaltar el poder político pese a lo comprometido de la empresa, mientras los súbitos del imperio germánico recién constituido, siervos de otro cielo, parecen mostrar una figura francamente lamentable. Filisteismo refiere a la cerrazón frente a la novedad, y filisteo denota en español a la persona de poco conocimiento JULIO / SEPTIEMBRE 2015 107 CUADERNOS de pensamiento político y de intereses mezquinos y también, paradójicamente, a la persona de mucha estatura y corpulencia. Lenin, en su prólogo a la correspondencia Marx-Kugelmann, instrumentaliza las palabras del fundador del marxismo y le convierte en un apóstol de la revolución a cualquier hora, frente a los revolucionarios de salón rusos que, en el contexto del intento revolucionario de 1905, aspiraban a una reforma constitucional y buscaban enterrar la revolución cuanto antes. Como señala de manera elocuente Lenin, “Marx sabía apreciar también el hecho de que hay momentos en la historia en que la lucha desesperada de las masas, incluso por una causa sin perspectiva, es indispensable para los fines de la educación ulterior de estas masas y de su preparación para la lucha siguiente” (Lenin, prólogo). Como vemos, Lenin otorga un nuevo sentido al mito: en primer lugar, asaltar el cielo no es tomar el camino del fracaso en la lucha política; asaltar el cielo es siempre valioso porque constituye permanentemente un paso adelante; puede otorgar el triunfo o, en el peor de los casos, el aprendizaje para el siguiente asalto. En segundo lugar, este nuevo significado del mito subraya el valor superior y único de la vía revolucionaria frente a la reforma constitucional. La transacción con el cielo, en su opinión, es el mecanismo que agosta su conquista. ¿Estaba pensando en todo esto Iglesias al concluir su discurso de Vistalegre? ¿Estaba de verdad hablando en cripto-leninismo para una audiencia más predispuesta al storytelling populista que a la épica de la lucha de clases? Como recoge Christian Salmon, “sin una buena historia, no hay ni poder ni gloria” (Salmon, p. 9), una opinión sin duda compartida por Carlos I de España, después Emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico, que utilizó masivamente la historia del intento de asalto al cielo para proyectar sobre sus súbditos rebeldes y sobre sus enemigos la creencia de su invencibilidad. El marxismo también creó su historia, su mito, basado en la creencia de la invencibilidad de la clase obrera y en el ineluctable triunfo de la revolución. Pero este mito se ha debilitado de manera irreversible en Occidente porque su realización no ha conducido al cielo sino al infierno. La fe en la revolución anda huérfana de nuevas historias. Cuando Iglesias habla de sus referentes intelectuales suele citar al Nicolás Maquiavelo consejero de dictadores y a sus técnicas sobre cómo conseguir y conservar el poder; a Carl Schmitt, el jurista del nacionalsocialismo 108 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 “ASALTAR EL CIELO” / ÁNGEL RIVERO que colocaba el núcleo de lo político en el enfrentamiento antagónico amigo-enemigo y que demandaba un poder absolutamente soberano en su decisionismo; a Ernesto Laclau, el filósofo del posmarxismo que encontró en el populismo, arraigado tan fuertemente un su Argentina natal, el instrumento que la secular lucha contra el capitalismo necesitaba, tras la disolución del sujeto revolucionario clásico, la clase obrera, para la toma del poder; y a Antonio Gramsci, el sardo fundador del Partido Comunista italiano que añadió la teoría de la hegemonía, el poder supremo y dominante, a la ortodoxia del leninismo. Sin embargo, hay otros autores que nos pueden hablar más elocuentemente del asalto al cielo en una lengua muy próxima a la de Pablo Iglesias. Por ejemplo, los que se mencionan como bibliografía en los cursos de activismo político que se imparten en la madrileña librería Traficantes de Sueños, en concreto, los que desde 2013 se han dedicado al tema “Asaltar los cielos” o, más recientemente y acomodándose a los acontecimientos, al “Poder constituyente”. En la presentación de los mismos, que está accesible a cualquiera en internet, uno encontrará la misma storytelling sobre la democracia española que puede verse en el discurso de Podemos, y también el uso reiterado y constante del mismo vocabulario con el que intentan reconceptualizar la vida política española y formar a futuros activistas. Entre los autores citados, el lugar sobresaliente lo ocupa Antonio Negri, el plúmbeo apóstol de la violencia proletaria. Si echamos la vista atrás, antes de la constitución del régimen de 1978, por utilizar los ideologemas de Podemos, encontraremos un librito de Negri publicado en España en 1977 que lleva por título Dominio y sabotaje. En el prólogo, a cargo del traductor, Santiago López Petit, catedrático de filosofía de la Universidad de Barcelona, militante de la autonomía obrera y también invitado especial al curso “Asaltar los cielos”, encontraremos unas palabras que, a pesar del tiempo transcurrido desde su escritura, nos sonarán a ecos de voces de nuestro presente más inmediato: “el libro de A. Negri no cae realmente del cielo, sino que conecta muy bien con la realidad que nos ha tocado vivir. La situación italiana y la española no son tan distintas, aunque a primera vista pudiera parecerlo. En ambos países, existe una determinada forma de consenso que se traduce en una alianza estrucJULIO / SEPTIEMBRE 2015 109 CUADERNOS de pensamiento político tural entre el reformismo del capital y el reformismo obrero, encaminada a utilizar la crisis contra la clase trabajadora. Lama en Italia o CamachoRedondo en España, se han convertido en los curas predicadores de la austeridad” (López Petit, en Negri, p. 8). Que se nos diga que el libro “no caía del cielo” debe entenderse como un guiño al tema de este artículo, puesto que la obra de Negri termina justamente con el capítulo X, titulado “…y los proletarios asaltan el cielo”. En su lenguaje verboso, críptico y agitado por una pasión violenta, Negri nos cuenta que ante la “presencia de la crisis, el capital responde acentuando la rigidez de sus propios mecanismos, la pura indiferencia del mando se transforma en brutalidad (…). He ahí, pues, que ha llegado el final del asalto al cielo (…). Ya basta, es hora de empezar (…). Ya no es posible (…) olvidar esta paradoja producida por las luchas: cuanto más se perfecciona la forma del dominio, más vacía es, cuanto más crece el rechazo obrero, más pleno está de racionalidad y de valor. La fuerza, la violencia, el poder, solo pueden medirse desde esta ley (…). Nuestro sabotaje organiza el asalto al cielo. ¡Y al final habrá desaparecido este maldito cielo!” (Negri, pp. 116-123). Puesto que Iglesias no nos ha proporcionado la hermenéutica de sus palabras, mi interpretación se sitúa en el terreno de la conjetura. Sin embargo, creo queda meridianamente probado que Iglesias es un seguidor de la versión leninista del mito, la que predica la oportunidad permanente de la toma revolucionaria del poder político, pues solo así se entiende que haya antepuesto al locus clásico la apelación a una historia, que no especifica, y el rechazo, en abstracto, al consenso. Para los seguidores de la versión leninista del mito, llevar la violencia al conflicto social y político está siempre justificado, pues permitirá destruir el cielo ahora, mañana o en un futuro indeterminado. Esta apología de la violencia y su fuerza sanadora es la que llevó en su día al cisma de los partidos obreros de Occidente: los comunistas sostuvieron el mito durante décadas, hasta su conversión a la democracia en la forma del eurocomunismo (uno de los demonios de Negri); los socialistas, mucho antes, abandonaron la violencia en favor de la democracia, y se convirtieron en 110 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 “ASALTAR EL CIELO” / ÁNGEL RIVERO socialdemócratas. Al hacerlo pasaron a formar parte del consenso de posguerra, esto es de la defensa pluralista de la democracia representativa y del Estado del bienestar, junto a liberales y conservadores. La historia nos enseña, en contra de lo que dice Iglesias, que el asalto al cielo ha sido siempre un fracaso: o acabó en dolorosa derrota o conquistado el cielo vino el infierno. La versión leninista del mito se convirtió en un credo para alimentar la fe de los seducidos por la magia de la revolución, pero la historia como experiencia nos señala una lección muy distinta respecto a la inherente bondad del asalto al cielo. Si atendemos al significado original del mito, en su versión clásica, Iglesias no tendría reservado el grandioso papel de gigante revolucionario, sino que sería meramente un hombre deformado por la soberbia y que, por tanto, acabará aplastado por el peso de su ambición. En último término, la historia de verdad, no la teleología a la que apela Iglesias, es la única que podrá decirnos qué versión del mito ha resultado a la postre más acertada. PALABRAS CLAVE • •Populismo•Partidos Políticos•Podemos Socialismo Marxismo Pablo Iglesias • RESUMEN ABSTRACT La expresión “asaltar el cielo” ha alcanzado cierta circulación reciente en España debido a su utilización por el líder populista Pablo Iglesias. En este artículo se detalla el origen de dichas palabras y cómo están vinculadas a un mito político occidental que puede interpretarse de maneras diversas. Una, la clásica, hace referencia a la soberbia de los que ambicionan el poder. Otra, la leninista, remite al valor de la violencia de la revolución en toda ocasión. Pablo Iglesias es heredero de esta última tradición pero bien pudiera aplicarle el sentido clásico del mito. The words “assault on heaven” are now fashionable in Spain due to their use by Pablo Iglesias, the charismatic leader of the populist party Podemos. This article seeks to deliver an account of the history of these words and their connection with an ancient western political myth. As every myth, it is open to interpretation. There is a classical reading of the myth that illustrates the fate of those who have lust for power. And there is another, coined by Lenin, that highlights the value of revolutionary violence. Pablo Iglesias belongs to this last tradition, however, the classical meaning of the myth can illustrate his political aims. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 111 CUADERNOS de pensamiento político BIBLIOGRAFÍA Bull, Malcolm (2005): The Mirror of the Gods. Classical Mythology in Renaissance Art, Londres, Penguin. de Castrillo, Alonso (1521): Tratado de República, Burgos, Alonso de Melgar. Cicerón, Marco Tulio (2013): Sobre la vejez; Sobre la amistad, Madrid, Alianza Editorial. Edición de Mª Esperanza Torrego Salcedo [44 a.C.]. de Colmenares, Diego (1984): Historia de la Insigne Ciudad de Segovia y compendio de las historias de Castilla, vol. 2, Segovia, Academia de Historia y Arte de San Quirce [1636]. 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Virgilio Marón, Publio (2010): Obras Completas, Madrid, Cátedra [70 a.C.-19 a. C.]. LUIS ARRANZ NOTARIO EL DENOSTADO SIGLO XIX “ÉPOCA SORDA SIN OJOS NI NERVIOS” a ideología del siglo XIX (…), parece una pobre cosa, tosca, maniática, imprecisa, inelegante y sin remedio periclitada”. Así se manifestaba Ortega y Gasset acerca del siglo liberal por excelencia. Al mismo tiempo, entendía que el liberalismo constituía “la idea más alta que hasta ahora [noviembre de 1919] ha inventado la humanidad”1. Eso sí, “la idea europea por excelencia” se adornaba con una “nativa elegancia”: no sabía luchar “si no es regalando antes la propia arma al enemigo”. Lo cual podría interpretarse como cierta proclividad liberal al suicidio. La descalificación primera la dirigía Ortega a los intelectuales y al público culto en general, la segunda, a los entusiastas del bolchevismo y a los sindicalistas. El veterano político liberal conde de Romanones, hablaba por su parte, en esas mismas fechas, “del gran siglo XIX”, pero de forma melancólica y con aires de derrota respecto a los valores que entrañaba: “Los grandes principios de la Revolución francesa [y aquí resonaba aún el eco de los exaltados y progresistas en la génesis del liberalismo español] polarizaron en los pueblos el nunca extinto amor a la libertad. (….), hoy los nietos de aquellos que murieron o estuvieron dispuestos a morir por la libertad niegan esa libertad. (…) La tiranía se acepta, se disculpa y hasta se razona; (…)2”. “L Luis Arranz Notario es profesor titular (acreditado de catedrático) de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales y Políticos, Universidad Complutense de Madrid. 1 “Prólogo a la biblioteca de ideas del siglo XX”, O.C., T. III, p. 411. Id. “Ante el movimiento social”, O.C. T III, Madrid, Fund. Ortega y Gasset y Edit. Taurus, p. 278. 2 Romanones, “Las responsabilidades del Antiguo Régimen” (1924), O.C., T. II, pp. 683-684. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 113 CUADERNOS de pensamiento político Así estaban las cosas en el campo liberal sobre la estimación del siglo XIX a comienzos del siglo siguiente. Campo que adolecía de una división profunda pues, no en vano, Ortega se había referido a Romanones como “ese conde exclaustrado de todo idealismo”, diatriba y menosprecio que extendía a toda la Restauración y a cada uno de sus políticos. “Época sorda sin ojos ni nervios, sin curiosidades científicas ni humanas, sin respeto hacia lo egregio ni asco hacia lo abyecto”3. Por tanto, no es extraño que ni para la derecha integrista y contrarreformista ni para la izquierda marxista, el siglo XIX figure como favorito. Al contrario, aunque por razones opuestas, todos los males de la modernidad derivan de él. No se trata solo del menosprecio de Ortega que sintetiza el despectivo mote de “decimonónico”, sino de una auténtica aversión. Este rechazo no es específico de España. Puede constatarse que, cuanto más profundamente ha calado en un país la economía de mercado y el gobierno representativo, más feliz y en mayor estima se tiene al siglo de la industria y de las constituciones. Es el caso del Reino Unido y los grandes dominios de la Corona británica, de los Estados Unidos y de los integrantes del pequeño Benelux. Por el contrario, en los países europeos continentales, con muy distintos matices, el XIX es un siglo polémico y controvertido por distintos factores. El historiador inglés Hugh Trevor-Roper, en su penetrante análisis de la crisis europea del siglo XVII y las raíces de la Ilustración, propone que pensemos en la España borbónica del reformismo ilustrado para hacernos una idea de lo que hubiera podido ser la continuación inmediata del legado de los Reyes Católicos, si su herencia no se hubiera visto distorsionada totalmente por la elección imperial de Carlos I. Esto es, si no hubiéramos pasado de incipiente nación unida por la Monarquía a la condición arcaizante de Imperio universal al servicio del catolicismo. Trevor-Roper subraya la fuerte continuidad, al igual que en los principales países europeos, entre el humanismo erasmista de nuestro Renacimiento y los caminos posteriores de la Ilustración en España. Pero esta verosímil equiparación no ha impedido que, hasta la segunda mitad del siglo pasado, el siglo XVIII fuera ignorado o menospreciado en las referencias históricas del primer tercio del siglo XX4. 3 4 José Ortega y Gasset, “Los señoritos de la Regencia”, El Sol, nov. 1918. O.C. T. III, cit. p. 148. Hugh Trevor-Roper, La crisis del siglo XVII, Uruguay, Katz, 2005. 114 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL DENOSTADO SIGLO XIX / LUIS ARRANZ NOTARIO Con el XIX se pasó directamente a la denigración. Para el integrismo, ya escamado y hostil con la Ilustración y horrorizado con la Revolución francesa, toda sociedad que se alejase de una base agraria y rechazara una autoridad política legitimada por la religión y tutelada por la iglesia, estaba irremisiblemente condenada a la anarquía. Era la consecuencia inevitable de lo que Donoso Cortés diagnosticó agudamente como el destino de la “sociedad discutidora”, la sociedad liberal, individualista, competitiva, abierta al cambio y con instituciones “artificiales” como el Parlamento y los partidos, en lugar de “orgánicas”, es decir, corporativas y jerárquicamente ordenadas. En el campo de la izquierda el siglo XIX había decepcionado, en primer lugar, a los que movidos por un espíritu roussoniano habían abrazado la política como instrumento revolucionario al servicio de una democracia basada en la virtud pública de una ciudadanía entregada al bien de la nación por encima de los intereses materiales. Para los marxistas, cuyo peso en la historiografía llegó a ser considerable durante las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado, se trataba de un siglo puramente instrumental. De un lado, la explotación capitalista servía para crear la “base material” del socialismo, gracias a una industrialización que convertía al “proletariado” en una mayoría social. El Estado constitucional, en su fase democrática, servía para “contar” la creciente envergadura de esa mayoría por el socialismo que, junto con las clases, terminaría por abolir también el Estado y la política, incluida la democracia. Las cosas se complicaron para ellos cuando, primero, los trabajadores de la industria no se convirtieron en mayoría social frente a un puñado de explotadores; segundo, cuando a más industrialización y urbanización de un país, menos proclividad revolucionaria mostraban esos trabajadores (ninguna en los Estados Unidos). Tercero, cuando la implantación de los totalitarismos dejó claro lo que significaba en los hechos la abolición de la política constitucional y democrática. EN ESPAÑA SÍ HUBO “REVOLUCIÓN BURGUESA” Hubo, no obstante, un fenómeno colateral en la ortodoxia marxista que llegó a revestir máxima importancia con la escisión comunista de los parJULIO / SEPTIEMBRE 2015 115 CUADERNOS de pensamiento político tidos socialistas y socialdemócratas. Al principio, los nuevos partidos revolucionarios le declararon la guerra más implacable a los socialistas en nombre de la abolición de la “democracia burguesa” y su gestión reformista a cargo de los socialdemócratas. Su objetivo inmediato era imponer por la fuerza la dictadura del proletariado en forma de sóviets (léase del partido único y la policía política). Pero ante el rápido fracaso de esta estrategia, agravado por los sucesivos triunfos del fascismo en Italia y del nacionalsocialismo en Alemania, los comunistas trataron de justificar su retroceso político a la alianza con los odiados socialistas y los partidos burgueses de izquierda de los Frentes Populares con un argumento de historia “científica”. Además de la tarea política inmediata de frenar al fascismo, existían países, como España, en donde “NO” había tenido lugar la “revolución burguesa”, o bien, esta había degenerado rápidamente en un cambio mínimo en beneficio de una escueta “oligarquía” sustitutoria del Antiguo Régimen. Correspondía pues a la clase obrera, dirigida por el partido comunista correspondiente, encabezar en los países atrasados una amplia alianza de “fuerzas progresistas” que, aboliendo las “supervivencias feudales”, diera en tierra más tarde con los “terratenientes”, los bancos y los “monopolios”. Su arcaísmo no impedía a la susodicha oligarquía refugiarse tras un genérico fascismo, mientras la coalición de izquierdas era como tal la “democracia”. Se formulaba así un proceso de transición histórica más elaborado que el brutal asalto al poder de Lenin en 1919-20. El caso es que el triunfo de los bolcheviques en Rusia determinó una progresiva “asiatización” del marxismo. Este pasó de partero de las Democracias Populares a gran comadrona de los nuevos Estados emancipados del imperialismo, que ansiaban quemar etapas en su marcha hacia el poder industrial y militar, como lo había conseguido la URSS. La subversión del marxismo, a título de “desarrollo creativo” por el leninismo y posteriores revoluciones tercermundistas, llegó a ser total. Los factores determinantes del socialismo original, la industrialización, la abundancia de trabajadores industriales educados en la democracia “de masas” de los países avanzados de Occidente, pasaron a ser irrelevantes. El motor del socialismo no era ya el progreso al máximo nivel de las “fuerzas productivas”, sino el atraso puro y duro en todos los órdenes. 116 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL DENOSTADO SIGLO XIX / LUIS ARRANZ NOTARIO De este modo, la impotencia del comunismo para llevar a cabo su revolución en Occidente se convirtió en países relativamente atrasados en lo social y lo económico como España en un argumento mayor de la política comunista y, en general, progresista. Su destino no consistió en ser puesto a prueba por la investigación histórica, sino verse corroborado por la “historiografía progresista”, que revestía la forma dominante de historia económica y social. Todavía en el debate entre Santiago Carrillo y Fernando Claudín en el castillo de Praga, allá por 1965, la cuestión de si el desarrollo económico habido bajo el franquismo había liquidado o no “las supervivencias feudales” y con ellas la necesidad de la “revolución burguesa” revistió un carácter políticamente crucial. La historia económica de inspiración nacionalista encontró en todo este argumentario un apoyo muy conveniente para sus propósitos apologéticos. El denominado “bloque de poder” en su vertiente económica, esto es, la alianza de los terratenientes castellanos y andaluces y los banqueros y siderúrgicos vascos (“españolistas” a ultranza estos últimos, por cierto) cargaban con la culpa de un desarrollo capitalista insuficiente que no había proporcionado a la burguesía catalana, pionera y motor de la industrialización en España, un mercado lo bastante diversificado y rentable. De ahí las debilidades del capitalismo español y, sobre todo, el sentimiento de frustración ante “el fracaso de la industrialización” en nuestro suelo. Una de las versiones que se sucederían sobre “el fracaso de España”. Este planteamiento fue desmontado en los años ochenta del pasado siglo por los historiadores de la denominada “Nueva historia económica”5. Pertrechados de un exhaustivo análisis cuantitativo de las series de la economía española, que reconstruyeron en muchos casos, así como de un completo dominio de la teoría económica, este grupo de historiadores demostró no solo que, efectivamente y como, por otra parte, ponía de manifiesto la historia política, sí había habido en España una “revolución burguesa”, sino que, además, las pautas del desarrollo económico en el siglo XIX distaban de representar un fracaso. Los liberales españoles de distinto signo, en el 5 Entre otros títulos fundamentales, Gabriel Tortella, El desarrollo de la España contemporánea, Madrid, Alianza, Madrid, 1994. Leandro Prados de la Escosura, De Imperio a Nación, Madrid, Alianza, 1988. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 117 CUADERNOS de pensamiento político largo periodo comprendido entre 1808 y 1874, con antecedentes en el Gobierno de Godoy durante el reinado de Carlos IV, articularon un mercado nacional que palió y compensó la pérdida de los reinos americanos, y fue y sigue siendo hoy la base esencial de nuestro crecimiento. Desmontaron la propiedad institucional y corporativa en beneficio de la propiedad privada individual, hicieron de la inversión y de la producción económicas un asunto de primera importancia para la prosperidad de la nación. Gracias a unos intercambios favorables de nuestras exportaciones de materias primas, agricultura y productos semielaborados, junto con la inversión extranjera, se pudo financiar el tendido del ferrocarril o los comienzos de la banca de crédito. Cambiaron las leyes y elaboraron los códigos legales buscando la seguridad jurídica. Los moderados, en particular, reformaron la Hacienda y trataron de estabilizar y mejorar el crédito público. Una empresa esta última, como la del control del déficit, amenazada constantemente por la inestabilidad política interna y la sangría de las guerras coloniales. Aun así, la España liberal no hizo ninguna bancarrota como la contrarreformista de Felipe II, que sí llevó a cabo unas cuantas. Aunque hubo momentos muy negros en las tres primeras décadas del siglo, España no perdió nunca el crédito internacional ni vio amenazada su independencia tras el fracaso de la invasión napoleónica. Todavía en el Sexenio de 1868 a 1874 se llevó a cabo la desamortización del subsuelo y se abordó una política exterior librecambista. Si hubo un giro negativo en toda esa política económica, este lo representó el giro proteccionista de los años noventa, cuando España se sumó a esa corriente nefasta en auge en la Europa continental y, aunque siempre derrotada, también en Gran Bretaña. De ahí el mérito especial que tuvo la demostración, por los miembros del grupo de historiadores citado, de haber sido la renuncia a la exportación en beneficio de los cómodos aranceles impuestos a una España despreciada, la verdadera razón del desarrollo limitado del textil catalán y de la siderurgia vasca, supuestas víctimas del fracaso de la industrialización española6. Cierto que no fuimos los primeros de la clase ni tampoco estuvimos entre los más brillantes. Hubo crecimientos demográficos más nutridos y 6 Pedro Fraile, Industrialización y grupos de presión, Madrid, Alianza, 1991. 118 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL DENOSTADO SIGLO XIX / LUIS ARRANZ NOTARIO procesos de industrialización (el inglés, el belga, la cuenca del Ruhr alemana fundamentalmente) más intensos y fulgurantes. España estaba además en una posición demasiado excéntrica respecto a los grandes focos de la industrialización europea como los tres citados. Pero el país que empezó el siglo XIX con algo más de diez millones de habitantes, lo terminó con dieciséis. Comparativamente, nunca había habido hasta entonces una España más poblada y más rica. El problema no consistía en que no avanzáramos o que fracasáramos. La cuestión consistía en que algunos lo hacían más deprisa. REVOLUCIÓN LIBERAL, REVOLUCIÓN ESPAÑOLA Si hubo entre nosotros desarrollo de la economía de mercado y de sus presupuestos legales e institucionales, hubo necesariamente revolución política liberal. La hubo incluso demasiado. El ciclo de la revolución liberal lo desencadenó, del modo más traumático imaginable, la guerra contra las Monarquías europeas en que se había transformado la Revolución francesa ya desde 1792, cuando Luis XVI declaró en la Asamblea Legislativa la guerra al “Rey de Bohemia y Hungría”, Francisco II, sobrino de la reina María Antonieta. España, vecina de Francia y enfrentada al Reino Unido por nuestra presencia en América, se vio confrontada a una pavorosa presión en tenaza tanto en su metrópoli, por la Francia revolucionaria, como en América por los ingleses. Cada vez con mayor pesadumbre y peor fama, Carlos IV y Godoy consiguieron escabullirse de la nefasta situación hasta 1808. Seguramente quedamos sentenciados por nuestro nulo deseo de someter Portugal. Tampoco podía España aceptar por mucho tiempo el Bloqueo comercial contra Inglaterra, impuesto a toda la Europa continental en 1807 por un Napoleón Bonaparte triunfador de Austria en Austerlitz (1805) y de Prusia en Jena (1806). Todo lo precipitó el enfrentamiento suicida del Príncipe de Asturias con su padre Carlos IV y Godoy, quien, por su parte, había perdido la confianza de Napoleón. Una vez invadido taimadamente el país por los franceses, la Monarquía fue descabezada con las abdicaciones de Bayona a los pocos días del Dos de Mayo madrileño. La rebelión popular ejemJULIO / SEPTIEMBRE 2015 119 CUADERNOS de pensamiento político plificada en esa histórica jornada desencadenó una crisis que supuso la práctica disolución del Estado del Antiguo Régimen. Un factor de especial gravedad fue la división de la élite ilustrada de manera irreversible y radical en relación a todos esos acontecimientos. Una parte considerable y muy valiosa optó por obedecer a Fernando VII y colaborar con el Rey impuesto por Napoleón, José I Bonaparte. El Estatuto de Bayona dibujó una Monarquía limitada que hubiera podido llegar a ser constitucional. Pero la estrategia colaboracionista y del mal menor de los josefinos quedó gravemente comprometida cuando pudo comprobarse que, al igual que en Italia o Portugal, Bélgica y los Países Bajos, Bonaparte aplicaba una política de ocupación militar, de represión y saqueo. Pronto quedó claro que ni su hermano ni sus partidarios pintarían nada frente a los generales del Emperador. Esta pérdida de autoridad desde el minuto uno de la crisis del Antiguo Régimen pasaría una importante y amarga factura al cambio político en España. Sin embargo, este desgarrón distó de ser el único. Los patriotas refugiados en Cádiz al amparo de la flota inglesa poco tardaron en dividirse a su vez. Tras formarse la Junta Central por cesión relativa de las juntas provinciales, surgidas del levantamiento antifrancés, que troceó la soberanía, y poner aquella en marcha la Consulta al país y la convocatoria de Cortes, una Regencia inane presenció cómo los elementos más radicales de la Comisión encargada de la convocatoria de Cortes conseguían marginar a los elementos moderados de la talla de Jovellanos. La posibilidad de abrir camino al liberalismo al modo inglés, esto es, negociando los cambios con la representación del Antiguo Régimen, quedó eliminada. Ante la ausencia del Rey se reivindicó la soberanía nacional, pero al precio de forzar en exceso la realidad. El colaboracionismo de los afrancesados se explica en gran medida por su rechazo al carácter ultra de la movilización popular, ajena por completo no ya al liberalismo sino también a todo reformismo ilustrado. Los frailes y el clero secular, sus principales enemigos, eran el alma de la sublevación. Se clamaba por el Rey legítimo (legitimidad fruto, sin embargo, del motín de Aranjuez) y la religión católica. Si esta situación espeluznaba a los afrancesados, llevó a los radicales de Cádiz (entre los que figuraba una abundante representación del clero catedralicio en general 120 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL DENOSTADO SIGLO XIX / LUIS ARRANZ NOTARIO defensor de un catolicismo alternativo) a un sistemático esfuerzo, no ya político sino también educativo y cultural, para conseguir que el pueblo en armas se identificara con la causa liberal y volviera la espalda a la reaccionaria, lo que estuvo muy lejos de ser cierto entonces y más tarde con la rebelión carlista. Sin duda, el mayor mérito de la Constitución de Cádiz consiste en haber proclamado el principio de la soberanía nacional. Pero también mantuvo la unidad católica, sin mención alguna no ya de la libertad de conciencia, sino ni siquiera de la tolerancia de otras confesiones cristianas. Los constituyentes gaditanos alentaban la esperanza de convertir a la iglesia en un aparato educativo que coadyuvase con el Estado a fundir en la conciencia popular los principios religiosos católicos y los liberales. Con todo, el modelo gaditano resultó un modelo fracasado en el plano político porque resultó incapaz de aunar los principios de libertad y estabilidad. Su inspiración vino de la efímera Constitución francesa de 1791, que rigió apenas un año y terminó trágicamente con el derrocamiento de la Monarquía constitucional y la ejecución posterior de Luis XVI. Pese a las constantes proclamaciones de lealtad al cautivo Fernando VII, el texto doceañista enfilaba también un conflicto permanente entre el poder ejecutivo del Rey y el poder legislativo de las Cortes. No pocos advirtieron que, en el fondo, era una Constitución más adecuada a una República que a una Monarquía. Tal como se puso de manifiesto plenamente en el Trienio de 1820 a 1823, las Cortes podían censurar la acción del Rey y sus ministros, pero de ninguna manera asumir responsabilidades ejecutivas. La tendencia apuntaba a resolver esta crisis constante mediante la absorción final de todos los poderes en las Cortes, convertidas de este modo en una Convención7. Así ocurrió durante la invasión francesa de los Cien mil hijos de San Luis, a lo largo de la huida del Poder Legislativo con el Rey, prisionero de Madrid a Sevilla, donde fue declarado incapaz y depuesto de sus funciones, y llevado de la capital andaluza a Cádiz ya como oficialmente “loco”. El fracaso de la Constitución de 1812 se manifestó plenamente en el hecho de que, mientras en 1808 hubo un levanta7 Joaquín Varela Suanzes-Carpegna, La Monarquía doceañista, Madrid, Marcial Pons, 2013. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 121 CUADERNOS de pensamiento político miento nacional en toda regla contra la presencia de los franceses, en 1823 el duque de Angulema, sobrino de Luis XVIII de Francia, pudo recorrer la península de punta a cabo al frente de los “Cien mil” sin encontrar prácticamente resistencia. Sin perjuicio de esta cruda experiencia, los defensores a ultranza de la Constitución del Doce convirtieron el desastre del Trienio en una tradición insurreccional y revolucionaria que sus defensores a ultranza siguieron identificando con la auténtica concepción y práctica de la libertad. El fracaso lo cargaron los exaltados por completo en el debe de la maligna astucia y felonía de Fernando VII. No se podía ser auténticamente liberal y no abrazar aquel “Código sagrado”. Cierto que catorce años después, las Constituyentes de 1837, con mayoría del recién pergeñado progresismo, revisaron a fondo el consagrado texto. El vergonzoso motín de los sargentos de la guardia real en el palacio de La Granja se lo había impuesto a la regente de la Reina niña Isabel II, María Cristina de Borbón, durante el verano del año anterior. Pero a la vista de lo ocurrido a lo largo de este reinado con los progresistas, así como de la experiencia política del Sexenio revolucionario de 1868 a 1874, puede afirmarse que la izquierda liberal, aunque monárquica, no se liberó totalmente del mito gaditano y de sus prácticas revolucionarias hasta su integración en la Monarquía de la Restauración. La Constitución del Doce ostentó aún otra dimensión de incoherencia e irrealidad que cabe solo mencionar de pasada: su pretensión de que aquel texto rigiera igualmente en la metrópoli y en los reinos americanos. El principio de la soberanía nacional entraba en este punto en un terreno insostenible y plagado de contradicciones. Durante el proceso constituyente gaditano era evidente que el vínculo entre España y los reinos americanos no podía basarse en el reformismo centralizador que había alentado también en América las reformas de Carlos III, centralismo que trataría de restaurar de malas maneras, pero en vano, Fernando VII. Aun así tampoco podía servir una Constitución que pretendiese regir en “ambos hemisferios” sobre la suposición de una soberanía española única. Conviene recordar que las colonias norteamericanas se sublevaron contra el Gobierno del Parlamento de Westminster, no contra la Corona inglesa. Por eso exis122 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL DENOSTADO SIGLO XIX / LUIS ARRANZ NOTARIO ten hoy países totalmente soberanos como Canadá, Australia o Nueva Zelanda que la comparten. Con el planteamiento de Cádiz eso era imposible de imaginar para los virreinatos americanos. Lógicamente no todos los liberales españoles perseguidos y desterrados por Fernando VII en dos ocasiones, 1814 y 1823, permanecieron aferrados al texto gaditano y sus concepciones. El exilio en Inglaterra y Francia tras esas dos fechas resultó fundamental para que una gran parte de ellos entendiera cómo funcionaba la libertad en la Monarquía británica, caso de José María Blanco White y de Antonio Alcalá Galiano, o en la Francia de la Carta Otorgada por el restaurado Luis XVIII, los de Martínez de la Rosa y Toreno, entre otros. En una y otra circunstancia resultó fundamental la revisión llevada a cabo de la experiencia revolucionaria francesa. La del Trienio decantó también las cosas. Lentamente confluyeron en un planteamiento liberal que se denominaría inicialmente “jovellanista” o “anillero” (por la sociedad secreta que en esos años agrupó a los elementos liberales más templados), y así también llamados los doceañistas críticos del modelo constitucional que entendían fracasado y los afrancesados vueltos a la patria al comienzo del Trienio. Ya en la regencia de María Cristina de Borbón estos liberales serían conocidos como “moderados”. Oficialmente, fue el partido monárquico constitucional, en un proceso paralelo de agregación y definición al de los progresistas. Los antiguos josefinos vueltos a España en 1820 fueron críticos acervos del liberalismo exaltado, conspirador y amigo del motín y del pronunciamiento. De la mano de Alberto Lista, hicieron algo más. Integrar y alentar el partido del reformismo administrativo cerca de Fernando VII, el cual con personajes como Cea Bermúdez y Javier de Burgos orientarían al Rey hacia posiciones cada vez más alejadas de los “apostólicos” y futuros carlistas que daban por segura la sucesión de su hermano Carlos María Isidro. Tras el cuarto matrimonio de Fernando con María Cristina de Borbón (cuarenta y seis años él, veintiséis ella) y el nacimiento de la princesa Isabel en 1830, los antiguos afrancesados contribuyeron en gran medida a una transición pacífica hacia el liberalismo que cristalizó en la proclamación del Estatuto Real de 1834, pero frustró la insurrección carlista. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 123 CUADERNOS de pensamiento político Tanto en las concepciones como, sobre todo, en las estrategias políticas, la división de los liberales, pese a que ante la rebelión carlista se hablara una y otra vez de “unión liberal”, se hizo evidente y profunda. Frente al modelo gaditano que seguía inspirando a una buena parte de los que empezaban a llamarse “progresistas”, los “moderados” huían del motín y de la violencia popular. La política liberal debía ser un asunto de las élites funcionariales, militares y sociales, que habían cambiado mucho de actitud hacia el régimen constitucional entre 1814 y 1834, siempre que no se tratara de la vuelta al texto de 1812. El principio de la soberanía nacional lo concretaron y ciñeron a la soberanía de “las Cortes con el Rey”, de manera que todo proceso constituyente fuera imposible sin el acuerdo con la Corona. Como elemento de continuidad histórica y factor de legitimidad, el liberalismo moderado se afirmaba rotundamente monárquico y borbónico. Fusionó la legitimidad de la sucesión de Isabel II con la del régimen constitucional. En el terreno económico, moderados y progresistas pensaban esencialmente lo mismo respecto a la transformación de la propiedad y de las instituciones económicas. Además los moderados entendían que esa transformación implicaba la funcionarización de la Iglesia católica con la abolición del diezmo y la desamortización de la propiedad eclesiástica, también de la municipal (los ayuntamientos eran los mayores terratenientes de España por delante de la nobleza y la iglesia). El moderantismo huía, no obstante, de cualquier instrumentalización de la iglesia y lo reducía todo al concordato con la Santa Sede. Tampoco ellos plantearon siquiera la tolerancia religiosa y el final de la unidad católica. Por otro lado, los moderados rechazaron en el plano electoral el voto indirecto del sistema gaditano, en parte porque lo consideraban un sufragio universal encubierto, pero antes que nada porque en dicho modelo, al final, no llegaban a quinientos los compromisarios de segundo grado que elegían efectivamente a los diputados. Pese al censo electoral elevado que planteaban, el cuerpo de electores sobrepasó con ellos los noventa mil electores. Hubo un punto, sin embargo, que hundió el compromiso constitucional de 1837 y puso en evidencia la mayor debilidad del régimen liberal que se venía construyendo en España desde la muerte de Fernando VII. Fue la Ley de Ayuntamientos. La Constitución de Cádiz había multiplicado el 124 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL DENOSTADO SIGLO XIX / LUIS ARRANZ NOTARIO número de aquellos a título de principal instrumento para materializar la ciudadanía y los derechos civiles y políticos de la gente. Los ayuntamientos eran los principales colectores de impuestos del Estado, los que sorteaban a los quintos y los enrolaban, los depositarios de los bienes del común y de propio. Además, con el régimen constitucional, eran parte ineludible del aparato electoral. Ante ellos, los moderados sostenían una posición centralista. Para la vigencia efectiva de una Administración legal y eficaz, los ayuntamientos debían ser la representación del Estado en cada pueblo, y no a la inversa. De ahí que correspondiera al Gobierno o a los nuevos gobernadores civiles la selección de entre una terna del alcalde correspondiente. La guerra carlista llevó a la ilegalidad a muchos de los ayuntamientos del País Vasco y Navarra, que se negaron a aplicar las leyes del Gobierno y asumir sus funciones constitucionales. Nada debía impedir que el Poder ejecutivo tuviera entonces medios eficaces para reducir a la obediencia a los ayuntamientos rebeldes, en concreto, a través de resoluciones del Consejo de Estado. Por el contrario, los progresistas entendían el régimen municipal como la institucionalización de aquellas juntas revolucionarias locales que en 1808 se habían sublevado contra el francés. Conforme a su doctrina de la “insurrección legal”, esto es, del derecho exclusivo de los progresistas a llamar al levantamiento si entendían que peligraban las libertades, los ayuntamientos debían ser autónomos, disolverse solo por mandato de las Cortes y elegir a sus alcaldes. Los veían como la representación “del pueblo” ante el Estado; portadores, en definitiva, de la soberanía nacional. Quedaba en evidencia de esta forma que los progresistas, antes que un modelo de Monarquía constitucional, poseían en realidad uno de agitación y movilización revolucionaria basado en el pronunciamiento militar y la creación de juntas revolucionarias con los ayuntamientos afines. Un modelo eficaz para asustar a la Corona y a los moderados, pero con el inconveniente de que a renglón seguido devoraba, por un proceso imparable de radicalización, el poder revolucionario así erigido. De ahí lo efímero de las situaciones de poder progresista, aunque lo acapararan por completo. Se registró además otra experiencia durante ese periodo decisivo de la regencia de María Cristina de Borbón. Las Cortes elegidas tras la constiJULIO / SEPTIEMBRE 2015 125 CUADERNOS de pensamiento político tuyente del 37 tuvieron una mayoría de perfiles imprecisos, pero de orientación moderada. Sería una de las veces en todo el siglo que la oposición ganara unas elecciones. Y la mejor oportunidad, probablemente, de que en los usos constitucionales de España se hubiera instalado la competencia electoral para decidir la formación de los Gobiernos. Fue en todo caso esa mayoría moderada la que aprobó y trató de aplicar la Ley de Ayuntamientos. La respuesta de los progresistas fue una nueva revolución juntista. Consiguieron también el respaldo de Espartero, cuyo apoyo había tratado en vano de ganarse la Regente. El vencedor del carlismo y coprotagonista del Acuerdo de Vergara inclinó la balanza del lado progresista. Planteó un ultimátum a María Cristina que esta rechazó prefiriendo el exilio, y de esta forma los moderados quedaron borrados del mapa político. Dos años después, sin embargo, los progresistas se habían escindido, el denominado progresismo civil se alió con el moderantismo marginado y exiliado y con el apoyo de otro general, ahora Narváez, echaron del poder a Espartero, a cuya cabeza se llegó a poner precio, y que acabó buscando refugio en Inglaterra. Ahora los moderados aprovecharían la ocasión para consolidar la transformación liberal de acuerdo con su propia óptica, de lo que fueron muestra la Constitución rectificada de 1845, la conflictiva Ley de Ayuntamientos y una Ley electoral (1846) que introdujo los distritos uninominales (en principio no más manejables para el Gobierno, pero sí debilitadoras de los partidos) en lugar de las circunscripciones. Una ley en la que el tiempo tendería a convertir las elecciones en una función más ministerial que de efectiva competencia política. El caso es que en el modelo de Monarquía constitucional, en el que los partidos en gestación habían acabado por coincidir, imperaba el principio de la “doble confianza”. Estamos en las antípodas del modelo de Cádiz. La Corona podía nombrar y destituir libremente a sus ministros, pero el Gobierno necesitaba asimismo de la confianza de la mayoría de las Cortes. Para obtenerla, la Corona podía disolverlas si su Gobierno no la encontraba, o podía cambiar el Gobierno para acordarlo con la mayoría de las Cortes. En todo caso, disueltas estas, debían convocarse elecciones en un plazo máximo de tres meses. Este era el funcionamiento efectivo del principio constitucional de “las Cortes con el Rey” y no contra el Rey como en Cádiz. Sentada esta base, se inició en algunos países un largo, pero efectivo, 126 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL DENOSTADO SIGLO XIX / LUIS ARRANZ NOTARIO camino político en el que confluyeron los efectos de los cambios económicos y sociales consiguientes a los procesos de urbanización e industrialización, la ampliación y diversificación de las clases medias, el desarrollo de nuevas pautas de información, educación y cultura. De modo que, a medida que el número de electores fue aumentando y el nivel de la “capacidad” requerida para figurar en el censo electoral fue disminuyendo, los partidos se dotaron de instrumentos más complejos de movilización y encuadramiento porque las elecciones se hicieron más y más masivas y políticas. Si en este modelo constitucional de la doble confianza, la política empezó reservada a la élite parlamentaria y la Corona representaba el eje de rotación, la tendencia apuntaba, sin embargo, a multiplicar el poder del voto ciudadano como fuente esencial de la legitimidad. Del fondo del escenario, las elecciones fueron pasando al proscenio. En España, este proceso se vio entorpecido, de un lado, por la querencia revolucionaria del progresismo y, de otro, por la tendencia de la mayoría (no de todo el moderantismo) al centralismo, la burocratización y la gestión administrativa como instrumentos fundamentales del progreso, el orden y la estabilidad políticos. Otro problema se añadió todavía. El pueblo y el ejército eran ya los héroes de la independencia nacional en la mitología progresista, frente a una Corona y unas élites rendidas al extranjero cuando la invasión francesa. Vino después el peor efecto de la guerra carlista, que fue la creciente intervención en política de militares ambiciosos. No tanto del ejército, sino de generales con apoyos y autoridad en el mismo. Este protagonismo se destacó con la guerra civil, y los políticos de levita no tuvieron más opción que tratar de ganárselos como elementos de prestigio y dueños de unos recursos decisivos para el acceso al poder. Todos los partidos tuvieron así su protector o “espadón”. Los primeros, los progresistas con el limitado Espartero, uno de los personajes más populares en la España de la primera mitad del XIX. Los moderados contaron con Narváez, cuyos servicios políticos resultaron bastante más destacados, y lo mismo ocurriría con el general O’Donnell y el nuevo partido de la Unión Liberal. La aparición de esta última fuerza política en 1858, fruto de la confluencia del sector llamado “puritano” del partido moderado –que creía que el sistema constitucional requería del JULIO / SEPTIEMBRE 2015 127 CUADERNOS de pensamiento político compromiso de gobierno de, al menos, dos partidos– y del ala civil de los progresistas –hartos de la tradición revolucionaria de su partido– supuso una gran oportunidad de estabilización del régimen constitucional. Por primera vez, en la última década del reinado de Isabel II, hubo un relevo pacífico en el poder entre los moderados y los unionistas. Ambas fuerzas y sus líderes se esforzaron por convencer a los progresistas de optar definitivamente por las vías políticas de la legalidad y olvidarse de juntas revolucionarias y pronunciamientos militares. No fue posible. El progresismo rechazó la integración, y la represión de sus tentativas insurreccionales, en las que destacaría el general Prim, llevó a la ruptura de la estabilidad constitucional. O’Donnell rompió con Isabel II por el grado de represión a utilizar con el progresismo rebelde y murió a finales de 1867 retirado en Francia. Narváez desapareció, a su vez, en el verano del 68, y esa situación, que despejaba el camino del poder a los dos nuevos “espadones”, Serrano, a la cabeza del unionismo, y Prim, del progresismo, exacerbó al máximo la ambición de ambos. Los dos procedieron, frente a una Reina aislada y sin recursos políticos, a la última gran ruptura política del XIX: la del Sexenio revolucionario de 1868 a 1874. Pero la ambición del ahora regente Serrano y de Prim, jefe del Gobierno, resultaron estériles. La dinámica de la radicalización se impuso lo mismo que en las etapas revolucionarias anteriores. Empezó por hacer estallar la coalición revolucionaria que había ocupado el poder: la formada por los progresistas, los unionistas y los demócratas, que eran accidentalistas en materia de formas de gobierno. Federales y carlistas se erigieron en potentes polos antisistema a uno y otro extremo de la coalición. La implantación del sufragio universal no cambió las costumbres políticas. La insurrección siguió vigente para carlistas y federales; no hubo Gobierno que no ganara las elecciones que convocaba (cinco consultas generales en los seis años); el parlamento acentuó su carácter de órgano de la confrontación y de las maniobras políticas, antes que de la estabilidad de los Gobiernos y de su eficacia legislativa. España perdió su crédito internacional, primero, con la patética búsqueda de un rey extranjero por parte de una de las monarquías más veteranas del continente. Búsqueda que posibilitó a Bismarck provocar al Gobierno de Napoleón III y encender la guerra franco-prusiana, y a los 128 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL DENOSTADO SIGLO XIX / LUIS ARRANZ NOTARIO españoles les proporcionó, ya asesinado Prim, su mentor, un Amadeo de Saboya bienintencionado y honesto, pero irrelevante. Tras su venida, se rompió la coalición que solo en parte había votado por él. Los dos partidos resultantes se mostraron incapaces de turnarse en el poder con un mínimo de tolerancia, lo que obligó al saboyano a marcharse sin llevar a cabo el trámite de la abdicación. Vino así la Primera República violando la Constitución vigente de 1869. Rápidamente los federales se hicieron con ella, expulsando del poder a los radicales exmonárquicos que habían hecho posible con la ilegalidad el cambio de régimen. Nuevas Constituyentes en medio de una insurrección cantonal que tradujo en la práctica lo que el quimérico Pi y Margall, padre espiritual y jefe político del federalismo, denominaba “pactos federales sinalagmáticos y conmutativos”. Se trataba de un intento de demoler el Estado de origen ilustrado y realización liberal, pues se le suponía el mayor obstáculo para el ejercicio efectivo de la libertad individual y colectiva. Pero la anarquía resultante empujó a Estanislao Figueras, el primero de los “Presidentes del Poder ejecutivo”, que huyó sigilosamente a Francia ante el panorama que presentaba la Federal. Pi y Margall se mostró impotente ante el cantonalismo y Salmerón rechazó restablecer la pena de muerte por rebelión militar. Únicamente Castelar, el último de ellos, encaró el pavoroso problema cantonal con poderes excepcionales y las Cortes cerradas. La insurrección cantonal se añadió al levantamiento carlista iniciado el año anterior, todavía con Amadeo de Saboya en el trono, y a la Guerra grande en Cuba, cuyo inicio se remontaba al comienzo del Sexenio. La República se suicidó la madrugada del 3 de enero de 1874. Las Cortes de exclusiva composición federal, cerradas durante el mandato restaurador de Castelar, estaban bajo la doble presión de los voluntarios republicanos y de las tropas del capitán general de Castilla y Madrid, el general asimismo republicano Pavía. Pi y Margall y Salmerón vilipendiaron a su sucesor por “desnaturalizar” la República y la mayoría federal optó por elegir a un candidato procantonal, Palanca, en lugar de renovarle los poderes de excepción al ilustre orador. Pavía cumplió entonces su palabra de disolver las Cortes si algo así sucedía, y los grupos armados de voluntarios no se presentaron a salvar la República. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 129 CUADERNOS de pensamiento político LA RESTAURACIÓN ESTABILIZADORA Y SUS LÍMITES No cabe duda de que la amarga experiencia del Sexenio, al igual que ocurriera con la del Trienio, determinó una rectificación política que está en la base de la Restauración. De nuevo la Monarquía y la dinastía, ahora en la persona de un joven Rey de diecisiete años, Alfonso XII, sirvieron de fulcro para restablecer un orden constitucional. Cierto que el pronunciamiento del general Martínez Campos en Sagunto impidió que la Restauración hubiese venido por una proclamación en Cortes, tras unas elecciones que Cánovas estaba seguro de ganar. En todo caso, dejó claro que se evitaría el exclusivismo moderado. Provenía Cánovas al fin y al cabo del ala puritana de aquel partido y había pertenecido a la Unión Liberal, de modo que tenía claro que la estabilización del régimen constitucional tendría que venir de la normalización de las relaciones entre los partidos que aceptaran la Monarquía restaurada. Para facilitar la integración, no restableció la Constitución de 1845 y prescindió también de la elaborada por la revolución de septiembre de 1869, incluido el sufragio universal, que empleó, no obstante, en las Constituyentes que elaboraron la nueva Constitución de 1876. Con frecuencia se emplea el término Monarquía de Sagunto para minusvalorar la envergadura constitucional de la Restauración y recordar su origen militar. Por no hablar de la pesada lápida con el epitafio “caciquismo” con el cual Costa y otros autores regeneracionistas trataron de sepultar al régimen en un escarnio perpetuo. El “lado bueno” consistió, efectivamente, en dicha estabilización, la cual más que con un texto constitucional determinado, se consiguió gracias a la adopción de unas costumbres y usos políticos congruentes con el sistema constitucional. Lo que durante el reinado de Isabel II no fue posible para que los Moderados y la Unión Liberal se alternaran pacíficamente en el poder, se logró en el de Alfonso XII para una renacida Unión Liberal en forma de Partido Liberal Conservador y un “fusionismo” que acabó recogiendo a toda la vieja y revolucionaria Coalición de Septiembre bajo la jefatura de Sagasta. Por tanto, punto final a la injerencia política de militares ambiciosos con sendos políticos civiles al frente de los partidos constitucionales. Este logro fundamental requirió, sin embargo, pagar un precio que a la larga anquilosaría y llevaría a la inoperancia al sistema de partidos 130 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL DENOSTADO SIGLO XIX / LUIS ARRANZ NOTARIO de la Restauración. El precio en cuestión se lo puso Sagasta al Rey y a Cánovas. El jefe liberal, junto a Alonso Martínez, redactor destacado de la nueva Constitución, formularon su exigencia ante el Congreso de los Diputados allá por 1880. Puesto que los Gobiernos solían ganar las elecciones que convocaban, la Corona debía responsabilizarse de permitir a cada partido “la realización” de “sus” elecciones a fin de que hubiera una alternancia efectiva en el poder. Esto es, las elecciones generales, a iniciativa de los que habían expulsado a Isabel II en nombre de la soberanía nacional y del sufragio universal (que volvieron a restablecer en 1890), pasaban a un segundo plano en cuanto a las decisiones políticas fundamentales del acceso y la salida del poder. Venía primero la formación del Gobierno y luego la celebración de las elecciones, y no a la inversa. Cierto es que durante toda la primera etapa de los regímenes constitucionales euro-occidentales, la política empezaba después de que se cerraran las urnas. Las ideas, los programas, eran fundamentalmente parlamentarios y los criterios del Poder moderador tenían una influencia a menudo determinante. Sin embargo, la demanda de los liberales en el caso español exigía el poder a plazo fijo, sin tener que someterse a la incertidumbre electoral. Solo así terminaría definitivamente la era de las revueltas populares y los pronunciamientos militares. Cánovas subrayó entonces hasta qué punto se desnaturalizaba el significado más profundo del régimen constitucional. Pero fue en vano. El precio de volver a la inestabilidad pasada era demasiado alto como para que, salvo los republicanos y los carlistas, estuvieran dispuestos a pagarlo e, incluso, entre ellos, no todos. Se creó así una situación casi “consociacional”, como se ha dicho, entre los dos partidos. Lo esencial de las elecciones no eran la corrupción, el “caciquismo” o los distritos sin oposición, fenómenos característicos de la política de notables en toda Europa. Lo específico de la Restauración fue el sistema del “encasillado”, por el cual desde el Ministerio de la Gobernación se elaboraba un gran cuadro del reparto de los escaños en toda España pensando no solo en el tamaño de la victoria del partido que llevaba a cabo las elecciones, sino los escaños a conseguir por la oposición constitucional y el resto de las opciones políticas antisistema. No era algo automático ni fácil y había no pocas luchas de distinto signo en unos y JULIO / SEPTIEMBRE 2015 131 CUADERNOS de pensamiento político otros distritos y, sobre todo, en las circunscripciones urbanas. Pero la clave de la situación la proporcionaba el esfuerzo de conservadores y liberales para que el desgaste de un partido por la dificultad de la labor de gobierno, de una crisis de liderazgo o de alguna catástrofe imprevista, no diera al traste con “ese” partido. El turno evitaba que esa posibilidad obedeciera a que unas elecciones competitivas forzaran a uno de los dos partidos a permanecer dos o más legislaturas en la oposición. Nadie parecía creer que, sobre todo, el partido liberal fuera capaz de arrostrar situación semejante sin desintegrarse o echarse al monte. De este modo, si alguna crisis total de gobierno daba lugar a la dimisión de este con el líder de la mayoría a la cabeza, el de la oposición formaba el gabinete de recambio, que entraba a gobernar y se podía mantener meses en el poder sin temor a ser derribado por la mayoría saliente. Luego, si la Corona estimaba consolidada la confianza depositada en el nuevo Gobierno, entregaba a este el decreto de disolución de Cortes para obtener así su propia mayoría. En estas condiciones, el partido saliente no se planteaba ganar las elecciones, sino obtener la representación más nutrida posible. Esta conducta del bipartidismo español, que se deterioró gravemente durante el primer tercio del siglo XX, no podía producir los resultados del inglés. En el Reino Unido, los tories y los whigs habían permanecido alternativamente décadas en la oposición sin descomponerse ni rebelarse. Fueron los conservadores de Disraeli quienes, tras la reforma electoral de 1867 que impulsaron, comenzaron a colocar la rivalidad entre los dos partidos en un terreno electoral cada vez más competitivo. Uno y otro partido desarrollaron “máquinas electorales” permanentes de carácter nacional, sin perjuicio de estar subordinadas a los respectivos grupos parlamentarios. Una situación como la descrita para España, entre el partido saliente y entrante del poder, se hizo imposible en Gran Bretaña, también a iniciativa de Disraeli, durante los años setenta del XIX. Si un Gobierno tenía problemas en los Comunes, debía disolver y someterse a las urnas. Algo que la Corona sancionaba de forma automática. En España, el aparato electoral de conservadores y liberales siguió siendo la Administración del Estado en sus distintos niveles, y también la judicatura si era menester, sin perjui132 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL DENOSTADO SIGLO XIX / LUIS ARRANZ NOTARIO cio de que existieran pequeñas máquinas electorales de partido locales o provinciales. La Corona, por tanto, estaba sometida a un peligroso desgaste, al tener que mediar entre liderazgos rivales de los dos partidos, pero que también eran a menudo intrapartidistas. Cuando un líder conservador o liberal ambicionaba el poder o consideraba llegada su hora, dirigía su mensaje a la Corona antes que a los electores. Los Presidentes de Gobierno siguieron careciendo pues de un aparato de partido, profesional y permanente, que disciplinara los grupos parlamentarios, asegurara la estabilidad de los Gobiernos y permitiera a estos satisfacer las demandas de un intervencionismo social y económico creciente que contentara la opinión y relegitimase el régimen de la Monarquía parlamentaria. EPÍLOGO Si nos fijamos en estas últimas consideraciones, vemos que se refieren al primer cuarto del siglo XX, y es que lo que suele achacarse al fracaso del XIX proviene exactamente de esas dos décadas, que se iniciaron con el desastre del 98 que marcó el comienzo del nuevo siglo. Hubo entonces un cambio en el clima intelectual que, si por un lado, dio paso a las realizaciones literarias que bautizaron de “Edad de Plata” la cultura española del periodo, por otro, en el terreno del pensamiento político y social8, se adentró en una confusión cada vez más alejada de los valores liberales. A esa confusión contribuyó el alejamiento y la subestimación de la política, de la historia política, así como la ignorancia de la economía. La proliferación de Constituciones en el siglo XIX dio paso al menosprecio y la burla de la ingeniería constitucional, puro formalismo que no tocaba la auténtica hondura de los problemas históricos que, en lo esencial, no eran políticos. Por la misma razón la “intrahistoria” unamuniana o, con anterioridad, el tratamiento literario de nuestra historia contemporánea en los Episodios Nacionales de Pérez Galdós, dio de lado la rica experiencia de toda esa trayectoria política, que se consideraba un conjunto 8 Un excelente y contenido análisis de ese clima intelectual y sus limitaciones, en Julián Marías, España ante la historia y ante sí misma (1898-1936), Madrid, Espasa-Calpe, 1996. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 133 CUADERNOS de pensamiento político de luchas inextricables y a menudo estériles. Limitémonos a mencionar que, pese a tanta execración del caciquismo, no se desarrollaron los estudios electorales. Ni pese a los intensos debates sobre la Ley de 1907, de Maura, puede decirse que se tuviera conciencia de la importancia de los sistemas electorales para despejar el camino a la democracia representativa moderna, cuya gestación en distintos países europeos no era objeto de análisis comparativo alguno. En realidad, porque la democracia en las sociedades urbanas e industrializadas distaba de ser un ideal, ni siquiera un horizonte deseado con claridad. El debate sobre los nuevos partidos “máquina” y sus efectos sobre el régimen parlamentario, así como su papel en la movilización y organización de una democracia, tampoco tuvo eco en el nuevo clima intelectual. De esta desorientación da idea que el debate suscitado por el libro de Moisei Ostrogorski (1912) sobre los nuevos partidos surgidos en el mundo anglosajón y sus efectos sobre el régimen liberal parlamentario no tuviera repercusión en España. Tampoco las matizaciones del inglés Lowell al hipercrítico autor ruso. El estudio coetáneo de Robert Michels sobre las paradojas de la democracia en la socialdemocracia alemana, que producía una élite prácticamente inamovible, o las lúcidas consideraciones de Max Weber en su conferencia El Político, de 1920, con su distinción entre la ética de la responsabilidad y de la convicción, y su concepción de la democracia como la competencia de líderes políticos con o sin “carisma”, apoyados en “máquinas” electorales profesionalizadas, tampoco encontraron resonancia. Por el contrario, a lo largo de estos años es posible encontrar una creciente deriva corporativista y autoritaria frente al parlamentarismo inoperante, al tiempo que políticos e intelectuales de primera fila, como Maura y Romanones u Ortega y Gasset, consideraban periclitados los que denominaban los “grandes partidos”, que identificaban sin embargo con las agrupaciones parlamentarias tradicionales de los conservadores y los liberales, ignorando las realidades organizativas de la democracia de masas. Nada estremecedor, sin embargo, si comparamos este desconcierto y batiburrillo reinantes en el territorio del regeneracionismo español con las corrientes en auge para el periodo en otros países europeos, que describe y analiza sin 134 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL DENOSTADO SIGLO XIX / LUIS ARRANZ NOTARIO la menor concesión Hannah Arendt en el primer y segundo de los tomos de su trilogía sobre el totalitarismo, titulados elocuentemente Antisemitismo e Imperialismo (y Racismo), respectivamente. Para terminar, una muestra de la dificultad de enfocar la preservación y el desarrollo de la herencia liberal del XIX en todos los planos, pero sobre todo en el político. Al comienzo de este artículo comentaba algunos de los juicios, con y sin firma, pero inconfundibles, que Ortega y Gasset expuso con gran asiduidad en el recién fundado periódico El Sol. Desde sus columnas siguió las vicisitudes de los últimos años de la Restauración exhibiendo un enfoque severo y despectivo que le llevó, entre otras cosas, a lamentar que las Juntas de Defensa no hubieran liquidado la herencia de Cánovas en junio de 1917. Por el contrario, en sus Ideas políticas (julio de 1922) distingue entre los problemas políticos de España que, no sin flagrantes contradicciones, diagnostica causados por la ausencia de un Parlamento sin partidos, pero dotado de difusas “articulaciones parlamentarias” en el lugar de los nefastos partidos “históricos”. Sin embargo, cuando en España invertebrada (octubre de 1922) pasa a examinar el “mal histórico” que genera la decadencia de España, algo por tanto mucho más profundo que el problema del tipo de parlamentarismo, nos quedamos atónitos ante el juicio siguiente: “Va de Francia a España lo que va del franco al visigodo”. Habían tenido los hispano-romanos la mala suerte, según Ortega, de ser conquistados por una tribu germánica demasiado romanizada, en lugar de otra más poseída por el espíritu de conquista y el elitismo guerrero que, al parecer, era lo que le había venido faltando a los españoles durante siglos: élites. De ahí que “La historia de España entera, y salvas fugaces jornadas, ha sido la de una decadencia”9. Habíamos dejado atrás el siglo de la libertad política y del progreso económico para entrar en la centuria de las enormidades. 9 Ortega y Gasset, O.C. cit. pp. 497 y 502. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 135 CUADERNOS de pensamiento político PALABRAS CLAVE • • •Progresismo•Moderantismo España Siglo XIX Liberalismo Monarquía constitucional • RESUMEN ABSTRACT El siglo XIX fue decisivo en la Historia de España por tres motivos fundamentales. Durante sus años se aclimató entre nosotros el régimen monárquico constitucional, se consolidó y racionalizó la unidad del Estado y se organizó la economía de mercado, que lentamente fue pasando del predominio rural y agrario al urbano e industrial. Asimismo, prosiguió la emancipación de la cultura laica en todos los órdenes de la tutela eclesiástica que se había iniciado en la Ilustración. The 19th century was essential in the History of Spain for three main reasons. In those years our regime as a constitutional monarchy settled amongst us, the unity of the State became consolidated and rationalised, and a market based economy was organised, slowly shifting from a rural and agrarian predominance to a urban and industrial one. Furthermore, the emancipation of secular culture continued throughout all orders of the church tutelage that had stared with the Enlightenment. 136 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 CARLOS ECHEVERRÍA JESÚS EL DESMORONAMIENTO DEL ESTADO LIBIO Consecuencia de decisiones precipitadas en política exterior y de seguridad INTRODUCCIÓN as revueltas en Libia comenzaron el 15 de febrero de 2011 y, como las que estallaron en Siria el 25 de marzo del mismo año, han desembocado desde entonces y hasta la actualidad en sendos procesos de deterioro de la seguridad con agudas consecuencias dentro y fuera de las fronteras de ambos Estados árabes. Concentrándonos en el caso de Libia veremos cómo en algo más de cuatro años desde su inicio, las revueltas degeneraron rápidamente en una guerra civil en la que intervinieron directamente diversos actores foráneos, y aunque algunos pusieron fin formal a la misma con el linchamiento del coronel Muammar El Gadaffi, el 20 de octubre de 2011 en Sirte, la realidad es que el país sigue siendo hoy, en la primavera de 2015, escenario de caos y conflictos sin visos de una pronta solución1. L Carlos Echeverría Jesús es profesor de Relaciones Internacionales de la UNED y analista del GEES. 1 Para ilustrar las revueltas y la guerra civil en Libia, tema en el que no entramos en detalle en el presente artículo, véase Carlos Echeverría Jesús, “Revueltas, guerra civil tribal e intervención militar extranjera en Libia”, Anuario Español de Derecho Internacional, nº 27, Editorial de la Universidad de Navarra, 2011, pp. 185-201. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 137 CUADERNOS de pensamiento político FICCIÓN DEMOCRÁTICA EN UNA SOCIEDAD TRIBAL Y DESESTRUCTURADA SOMETIDA A UN PROCESO TRAUMÁTICO DE CAMBIO Las revueltas en Libia generaron, como en el resto de Estados árabes afectados por dicho proceso, que muchos voluntaristas rápidamente bautizaron como “Revoluciones Árabes” o incluso “Primaveras Árabes”, caos y violencia con intensidades diversas. En Libia, Siria o Yemen agudizaron tensiones y degeneraron en situaciones de guerras abiertas en los tres casos que llegan hasta la actualidad; en Túnez y Egipto al caos inicial le siguieron procesos de reconducción política que, en cualquier caso, han alterado la seguridad de ambos Estados; en Bahrein las revueltas fueron abortadas violentamente con una intervención militar foránea liderada por Arabia Saudí; y, finalmente, los esbozos de revueltas en Argelia (en enero de 2011) y en Marruecos (en febrero del mismo año) pudieron ser reconducidos pero también llevaron a algunos cambios políticos. En Libia, Gadaffi había subido al poder como resultado del golpe de Estado que el 1 de septiembre de 1969 derrocó la monarquía de Idriss I, aprovechando la ausencia del monarca del país. Los cuarenta y dos años de régimen gadaffista fueron complejos, sobre todo por el perfil de un Jefe de Estado pintoresco, que no solo inició arriesgadas aventuras exteriores –propiciando procesos de unidad árabes y/o africanos, apoyando a movimientos revolucionarios y terroristas por doquier y provocando y enfrentándose a importantes actores como los EE.UU.–, sino que de puertas adentro diseñó desde mediados de los setenta un surrealista modelo de Estado. La Jamahiriya o “Estado de las Masas” en la que no había Jefe de Estado sino “Líder”, en la que “cada libio era presidente” en aplicación del Libro Verde y sus excéntricos contenidos, y en la que una red de Comités y Consejos Populares constituían formalmente la superestructura del Estado, mantuvo al país y a su población ajenos a las corrientes de la historia. Por ende, Libia era y es un país con muy poca población, con una compleja estructura tribal que Gadaffi controlaba bien en su dimensión 138 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL DESMORONAMIENTO DEL ESTADO LIBIO / CARLOS ECHEVERRÍA JESÚS de líder de la tribu de los Gadarfa, y enormemente rico gracias a los abundantes hidrocarburos que se extraen de su subsuelo desde la década de los setenta2. Libia había sido creado como Estado por la ONU en 1951, agrupando territorios que en parte habían sido colonia italiana desde la invasión iniciada tardíamente, en 1911, y que fueron también campo de batalla durante la Segunda Guerra Mundial. Un conglomerado de tribus controladas por Gadaffi con una mezcla de coacción y generosas dádivas, escasa población, endebles estructuras estatales y abundante población extranjera atraída por la enorme riqueza del país, fue el escenario en el que estallaron las revueltas en febrero de 2011. A ello hemos de añadir, además, el hecho de que la oposición al régimen gadaffista había sufrido importantes reveses en las décadas que duró su régimen y, aunque en tan largo tiempo reunió a actores muy variados, los que despuntaron siempre fueron los islamistas más o menos radicalizados. También es importante señalar que dichos islamistas opositores se concentraban tradicionalmente en la región oriental del país, en la Cirenaica. Por todo lo dicho, a nadie sorprendió que las revueltas estallaran también en Libia, que tuvieran su implantación más visible en dicha región de la Cirenaica –con su epicentro en la capital de la misma, Bengasi–, que los islamistas tuvieran un protagonismo evidente en las mismas, que provocaran rápidamente fracturas en el seno de un “Estado” endeble y, finalmente, que cosecharan no pocos apoyos fuera de Libia dada la escasez de aliados y de amigos que mostró tener Gadaffi en tales momentos de dificultad3. La desaparición física del líder libio y la ruptura con un statu quo que cuando menos había dado estabilidad a una sociedad compleja por tribal, el estancamiento del Estado en términos económicos –combinándose la paralización de la extracción y exportación de hidrocarburos y la huida de muchos inmigrantes que mantenían operativos los diversos 2 3 Guy Georgy, Khadafi: Le berger des Syrtes, París, Flammarion, 1996, pp. 71-177. Roula Khalaf, “Misplaced nostalgia for Libya’s Colonel Gaddafi”, Financial Times, 5 de mayo de 2015. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 139 CUADERNOS de pensamiento político sectores económicos– y la multiplicación de actores armados, caracterizaron a la Libia resultante de la guerra civil y del derrocamiento del régimen. Tal situación ha perdurado hasta hoy, independientemente de que se hayan celebrado ya dos elecciones generales –en los veranos de 2012 y de 2014– y de que diversos primeros ministros junto con sus respectivos gabinetes, puedan inventariarse hasta la fecha. Como veremos en los siguientes epígrafes, el activismo armado de diversos grupos y milicias, más el protagonizado por actores islamistas varios, alimenta el caos en el país y lo acerca a su transformación en un verdadero Estado fallido4. Los campos de batalla son múltiples en Libia hoy, con epicentros en términos de actualidad en tres barrios de la ciudad de Bengasi, con combates en Sirte, en las inmediaciones de Trípoli, en regiones meridionales del Fezzan –estos, entre elementos tribales Tubu y Tuareg– y en la frontera con Túnez, pero hemos de advertir de que este esbozo de inventario de escenarios bélicos en clave de actualidad no es exhaustivo dada la fluidez de la situación5. El caos actual lo ilustra en buena medida la realidad que vamos a analizar en el siguiente epígrafe, caracterizada por la existencia simultánea de dos Gobiernos y de dos Parlamentos desde que hace casi un año se celebraran las segundas elecciones legislativas. DOS GOBIERNOS Y DOS PARLAMENTOS, PERO NI SIQUIERA DOS BANDOS Referirse a dos Ejecutivos y a dos Legislativos –unos en Trípoli, formados por quienes no aceptando los resultados de las elecciones de junio de 2014 se consideran herederos en términos de legitimidad de los órganos preexistentes a dichos comicios, y los otros huidos a la Cirenaica y que surgieron de los resultados de las elecciones que los anteriores cuestionaban y siguen cuestionando– es hoy la primera aproximación al caos libio. En rea4 5 “Militia: Libya tackles Islamist militant groups”, Jane’s Islamic Affairs Analyst (Section: Africa. Country: Libya), 28 de mayo de 2014. “En Bref. Libye”, El Watan (Argelia), 27 mayo de 2015. 140 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL DESMORONAMIENTO DEL ESTADO LIBIO / CARLOS ECHEVERRÍA JESÚS lidad, Libia en términos políticos y de seguridad es aún más contradictoria y compleja de lo que dicha realidad refleja. Ello es así porque ambos bandos están trufados cada uno de ellos de múltiples contradicciones, haciendo del presente y del futuro de Libia un gran interrogante y haciendo aún más difícil el trabajo de quienes desde fuera, con la Organización de Naciones Unidas (ONU) a la cabeza, pretenden encontrar fórmulas de entendimiento entre el máximo número posible de actores para que se pueda desembocar en un proceso de normalización y estabilización pacíficas del país. Tal es el esfuerzo canalizado a través de la Misión de Naciones Unidas de Apoyo a Libia (UNSMIL, en sus siglas en inglés) liderada por el diplomático español Bernardino León. Este ha agotado hasta la actualidad (mayo de 2015) un total de tres planes sometidos a los actores políticos libios reunidos en diversos escenarios (Lausana, Argel o la marroquí Sjirat), y los tres han sido rechazados por los participantes e ignorados por los ausentes. A los esfuerzos protagonizados por Bernardino León se unen los que tratan, con su epicentro en Egipto, de atraer al máximo de líderes tribales libios, recuperando con ello –y aunque no se diga– la estrategia aplicada con éxito por Gadaffi durante décadas: el problema es que tal iniciativa, ahora mismo en curso en una nueva fase, no logra atraer a un número suficiente de representantes tribales, quedando además fuera por ahora de las reuniones, y por decisión propia, algunas de las tribus más importantes del país6. De las 140 tribus diferentes censadas por la ONU, Gadaffi tenía bajo control, al menos, a los quince grandes jefes tribales que agrupaban a las principales –y entre ellas a federaciones de varias–, pero ahora el caos imperante en el país se ha extendido a la dinámica de las tribus y sus representantes: el presidente del Comité de Notables Libios para la Reconciliación, Mohamed El Mobachir, expresaba su rechazo a la reu- 6 En octubre de 2014, Egipto ya intentó reunir a los principales líderes tribales de la Cirenaica, para tratar precisamente de acabar con el creciente número de secuestros de súbditos egipcios en dicha región. Con respecto a la reunión de ahora en El Cairo, el rechazo de los líderes Tuareg y de la tribu de Zintán deslucen sin duda la celebración. Véase Eva Dadrian, “Long-delayed tribes conference under way in Cairo”, Libya Herald, 26 de mayo de 2015. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 141 CUADERNOS de pensamiento político nión de mayo en El Cairo al considerar, como han hecho también los representantes de Zintán y de los Tuareg libios, que tal reunión no debe celebrarse en el extranjero, sino en Libia7. Aunque es una obviedad y también lo trataremos más adelante, debemos recordar aquí la eficaz labor de acoso y derribo que contra los esfuerzos negociadores llevan adelante los diversos grupos terroristas yihadistas actuando en Libia, desde las diversas antenas de Ansar Al Sharía hasta el Estado Islámico (EI)8. La actitud refractaria de los distintos actores libios ante cualquier atisbo de injerencia directa en los asuntos propios hace y hará difícil lograr avances en este tipo de negociaciones. Es ilustrativa la expresión de rechazo a la reunión de líderes tribales de El Cairo por considerarla, por algunos actores libios, como un intento de encontrar un “Hamid Karzai” para Libia. Se evoca con ello la Loya Jirga, forzada por Occidente y por la ONU en Afganistán en 2002, que hizo emerger la figura de quien sería durante años presidente del país e interlocutor con el mundo. Por otro lado, la dinámica de enfrentamientos entre tribus sigue además adelante en plena celebración de la reunión cairota, destacándose un escenario no tratado hasta ahora y que es el meridional del Fezzan, donde se enfrentan los Tubu y los Tuareg sin que el intento de mediación del primer ministro Abullah Al Thinni haya dado resultado alguno9. EL GOBIERNO DE TRÍPOLI Y LOS HEREDEROS DEL CONSEJO NACIONAL GENERAL (CNG): LA COALICIÓN AMANECER LIBIO El Gobierno de Trípoli, dominado en buena medida por los grupos y actores islamistas arropados militarmente por poderosas milicias como la de Misrata, no es el internacionalmente reconocido, aunque en términos de desarrollo político y judicial interno sí fue reconocido como el único Gobierno de Libia por el Tribunal Supremo del país el pasado otoño. Si los jueces decidieron en libertad o no es otra cuestión, pero 7 8 9 “En bref: Libye”, El Watan, 26 de mayo de 2015. “IS terror attacks aim to wreck the Dialogue: UNSMIL”, Libya Herald, 23 de mayo de 2015. Mustapha Khalifa, “Tebu-Tuareg clashes continue in Obari despite mediation attempts”, Libya Herald, 24 de mayo de 2015. 142 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL DESMORONAMIENTO DEL ESTADO LIBIO / CARLOS ECHEVERRÍA JESÚS que dicha sentencia está ahí y que algunos la invocan es una evidencia. Dicho Gobierno está arropado por una coalición de milicias, la mayoría de ellas dominadas por islamistas y siendo la más poderosa de entre ellas la de la ciudad de Misrata, que se conoce como Fajr Libia (Amanecer Libio)10. Como quiera que los Hermanos Musulmanes tienen una presencia dominante en este “bloque”, ello le ha venido permitiendo al mismo contar con importantes apoyos exteriores, particularmente de Qatar y de Turquía. La labor de los Hermanos Musulmanes dominando el Consejo Nacional General durante prácticamente dos años permitió consolidar un bloque islamista potente, algo que se agilizó además usando la legislación producida en beneficio propio. Una de las herramientas más visibles y eficaces fue la adopción por el CNG, el 5 de mayo de 2013, de la llamada Ley sobre la Exclusión Política aplicada a responsables del antiguo régimen, un instrumento ideal para “limpiar” el campo político de opositores abonándolo a unos sectores islamistas que jamás tuvieron contacto alguno con el régimen dada la hostilidad manifestada hacia los mismos por Gadaffi11. En realidad Faj Libia es un conglomerado de tribus y de milicias armadas de mayor o menor envergadura, y cuya fidelidad a un poder superior –el del Gobierno de Trípoli– no es plena. Buen ejemplo en términos de actualidad era el secuestro por la katiba o falange Al Madfayia Wal Sawarikh, formalmente aliada de Fajr Libia y de la milicia de Misrata, de 172 ciudadanos tunecinos con el fin de canjearlos por Walid El Klibi, jefe de dicha milicia capturado por la Policía tunecina el 14 de mayo en el Aeropuerto de Túnez-Cartago12. 10 11 12 Carlos Echeverría Jesús, La milicia de Misrata, Documento de Investigación del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), nº 03/2015, Colección Grupos Militantes de Ideología Radical y Carácter Violento, Área 2, Región MENA y Asia Central, mayo de 2015, pp. 1-14, en www.ieee.es. Mourad Sellami, “La Libye se dirige t-elle vers la partition? Les islamistes veulent ressusciter le Conseil national général”, El Watan, 25 de agosto de 2014. Túnez vive con preocupación dicha situación recordando el secuestro durante varios meses de dos de sus diplomáticos, en Trípoli en 2014, o el asesinato de dos periodistas tunecinos el pasado enero. Véase “Libye: 172 tunisiens pris en otages par une milice islamiste du groupe Fajr Libya”, Jeune Afrique, 18 de mayo de 2015. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 143 CUADERNOS de pensamiento político EL GOBIERNO DE AL BAIDA Y EL PARLAMENTO DE TOBRUK La violencia generada en la región de la Tripolitania en el verano de 2014 provocó la huida de los representantes populares elegidos en las elecciones de junio, que constituyen el Parlamento con sede en Tobruk y del que ha salido el Gobierno con sede en Al Baida13. Estos son los órganos Ejecutivo y Legislativo reconocidos por la comunidad internacional desde entonces y hasta hoy. El destino inicial de dicho Parlamento era Bengasi, pero los combates en dicha ciudad –que aún siguen casi un año después– lo impidieron, trasladándose en su lugar a un lujoso hotel en Tobruk. Un atentado suicida en el acceso al mismo, el pasado diciembre, llevó al Ejecutivo a instalarse en un barco en la base naval de la ciudad14. Incluso este Gobierno y este Parlamento no constituyen un todo coherente, sino que también aquí tenemos fisuras y contradicciones varias entre actores abundantes. Formalmente dichos órganos incluyen a liberales, a antiislamistas y a exgadaffistas, listado que ya da muestras de lo variado por contradictorio del “bando”. El frente armado de este supuesto “bando” oficialista lo componen actores varios que van desde otra milicia importante durante las revueltas y la guerra civil, como es la de Zintán, hasta el embrión de Ejército libio cuyo proyecto es dirigido por el general Khalifa Haftar. Este último, antiguo oficial gadaffista autoexiliado a los EE.UU. en la década de los ochenta, fue nombrado a principios de marzo jefe de Estado Mayor del Ejército libio –mejor sería hablar de “embrión de Ejército”–, pero no debe ser considerado de forma automática como aliado incondicional del Gobierno que le ha aupado a tal posición. En términos de apoyos exteriores, son los enemigos de la formación de los Hermanos Musulmanes –fundamentalmente Arabia Saudí, 13 14 La huida se produjo cuando en agosto de 2014 la coalición Amanecer Libio se hizo con el control de la capital. Véase Mourad Sellami, “Les enjeux de la bataille de l’aéroport de Tripoli”, El Watan, 22 de julio de 2014. Ayman Al Warfalli, “Libyan prime minister says survives assassination attempt”, Reuters, 27 de mayo de 2015. 144 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL DESMORONAMIENTO DEL ESTADO LIBIO / CARLOS ECHEVERRÍA JESÚS Egipto y Emiratos Árabes Unidos (EAU)– los que sostienen financiera y armamentísticamente a este “bando”. Por otro lado, y dada la complejidad descrita, algunos países árabes no pueden permitirse relacionarse claramente con un bando frente a otro, sino que cuestiones como la presencia de nacionales suyos en territorio libio y/o la proximidad geográfica les obligan a tratar con los dos: es el caso de Túnez, cuyo pragmatismo obligado le ha llevado a reabrir el Consulado en Trípoli, que había sido cerrado por el Gobierno anterior, del primer ministro Mehdi Jomaa. Este había privilegiado las relaciones con el Gobierno de Tobruk siguiendo la estela en términos de reconocimiento de la comunidad internacional y había llegado incluso a suspender la conexión aérea entre Túnez y Trípoli15. El intento de asesinato del primer ministro Al Thinni, en Tobruk, el 26 de mayo, es el mejor indicador de la gravedad de la situación y de la complejidad de la misma. Algunos analistas centran además tal intento de asesinato en oscuras disputas entre actores varios para controlar herramientas importantes del Estado libio como es la Libyan Investment Authority (LIA), que no solo se disputan uno y otro bando sino también diversos actores dentro de cada uno de ellos16. Recordemos, por otro lado, que el primer ministro Al Thinni ya había sufrido otra agresión en abril de 2014, y que su predecesor Alí Zeidán había llegado incluso a ser secuestrado durante algunos días por una milicia17. 15 16 17 Diversos secuestros e incluso asesinatos de ciudadanos tunecinos, y el hecho de que la mayoría de los inmigrantes tunecinos en suelo libio estén establecidos en la Tripolitania, justifican la actitud pragmática explicada por su ministro de Asuntos Exteriores, Taieb Baccouche, en visita oficial a España. Véase “Es difícil evitar la infiltración de yihadistas de Libia en Túnez”, El País, 27 de mayo de 2015, en http://internacional.elpais.com/internacional/ 2015/05/27/actualidad/1432741051_323496.html La LIA, junto con otros órganos como la National Oil Company (NOC) o el Banco Central son órganos en disputa entre ambos Ejecutivos. Véase Frédéric Bobin, “En Libye, le premier ministre du gouvernement de Tobrouk visé par un attentat”, Le Monde Afrique, 27 de mayo de 2015. “Le premier ministre libyen échappe à une tentative d’assassinat”, Le Monde Afrique, 26 de mayo de 2015 y “Gunmen attack Thinni’s car in Tobruk”, Libya Herald, 26 mayo de 2015 y “Libye: Abdallah Al Theni échappe à un attentat”, El Watan, 28 de mayo de 2015. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 145 CUADERNOS de pensamiento político CAOS CRECIENTE, EMERGENCIA DE ACTORES TERRORISTAS Y GRAN PASILLO PARA LA INMIGRACIÓN IRREGULAR MASIVA El caos aquí analizado allana el camino a dos tipos de actores que desafían la seguridad de Libia y de su entorno más o menos inmediato: la proliferación de grupos terroristas, con especial atención al EI, y el agravamiento de la situación de Libia en términos de zona de tránsito para los tráficos ilícitos, particularmente el de seres humanos. La consolidación de grupos armados de perfil yihadista, como las diversas antenas libias de Ansar Al Sharía (en Bengasi, Sirte y Dernah) y la irrupción de un EI que controla ya ciudades como Dernah (en su totalidad y tras absorber y/o imponerse a Ansar Al Sharía, y Sirte, en buena parte de sus barrios) y que incluso ha tenido la osadía de declarar tres provincias que abarcan la totalidad del territorio libio (Barqa o Cirenaica, Tripolitania y el suroccidental Fezzan), nos obliga a destacar en términos de presente y de futuro tales actores. A título de ejemplo, las fuerzas del general Haftar, que incluyen las únicas unidades aéreas existentes en el país, llevan meses tratando de desalojar a Ansar Al Sharía de Bengasi sin éxito hasta la fecha, pues el Consejo de la Shura de los Revolucionarios de Libia surgido en las revueltas sigue siendo el actor protagonista en la segunda ciudad de Libia e importante valedor de grupos yihadistas salafistas varios18. Desde que estallaran las revueltas y en menos de una semana estas se transformaran en una guerra civil, la violencia en Libia no ha hecho sino alimentar a actores también violentos en su entorno geográfico más o menos inmediato, tanto por la proliferación de armas liberadas de los bien nutridos arsenales libios, como por la irradiación de grupos yihadistas salafistas libios redinamizados; y tanto a todos los países vecinos (Argelia, Egipto, Níger y Túnez), como a destinos más lejanos pero igualmente importantes para el altar yihadista como es Siria, y ello sin olvidar los ataques terroristas a intereses diplomáticos en suelo libio19. 18 19 Ayman Amzien, “Libyan National Army takes more casualties in Leithi and Sabri”, Libya Herald, 24 de mayo de 2015. “Bomb explodes at Spanish embassy in Libyan capital”, Reuters, 21 de abril de 2015. 146 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 EL DESMORONAMIENTO DEL ESTADO LIBIO / CARLOS ECHEVERRÍA JESÚS De las consecuencias más inmediatas recordemos en primer lugar la desestabilización de Malí, a la que hay que sumar ataques lanzados desde suelo libio, como el de la planta de gas de Tiguentourine, cerca de In Amenas, en la región argelina de Illizli, en enero de 2013, o los dos atentados suicidas sufridos por Níger en mayo de ese año. Con respecto a Egipto destacaremos el ataque en su suelo que costó la vida a treinta y dos militares en el verano de 2014, cerca de la frontera común. Finalmente, recordemos también que los terroristas que atacaron el Museo Nacional de El Bardo, el pasado 18 de marzo en Túnez, provocando veintidós muertos (veintiún turistas extranjeros y un policía tunecino), habían sido entrenados en un campo terrorista libio20. En cuanto al desafío migratorio irregular de carácter masivo, los últimos meses han mostrado el agravamiento del problema, pues el caos libio ha sido y es aprovechado por unos traficantes que han convertido al país magrebí en una gran autopista de canalización de irregulares hacia las aguas del Mediterráneo para acceder a Europa21. A la gestión de la inmigración irregular masiva se dedican la multiplicidad de actores hostiles inventariados en suelo libio: de la trata de seres humanos acusan algunas fuentes a la milicia de Zintán, dominante en la región occidental de la Tripolitania, que es de donde parten la mayoría de los irregulares22. Pero en esto también es destacable el bloque contrario al de Tobruk –evocado al referirnos a la milicia de Zintán–, pues también las fuerzas de Amanecer Libio, que amparan al Gobierno de Trípoli, destacan en las últimas semanas por su colaboración en la lucha contra la inmigración irregular masiva, aunque lo hacen en el contexto de la planificación europea de operaciones militares para destruir las redes logísticas de los traficantes. Su actitud, ahora colaboradora, no debe engañar a nadie, pues con ella, y aparte de intentar arrogarse un reconocimiento internacional como actor, 20 21 22 Frédéric Bobin, “Le douloureux dilemma diplomatique de la Tunisie sur la Libye”, Le Monde Afrique, 18 de mayo de 2015. “EU must help stop all smuggling, not just human traffickiers: Wafa Bugaighis”, Libya Herald, 23 de mayo de 2015. Elena González, “Lo que Europa no quiere contar de la gestión de fronteras en África”, Eldiario.es, 21 de mayo de 2015. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 147 CUADERNOS de pensamiento político se demuestra que capacidades no faltaban para haber impedido ofensivas migratorias masivas desde la Tripolitania como las que se vienen produciendo desde enero23. A modo de conclusión, podemos destacar que la aparición de actores y de factores producida en Libia desde la primavera de 2011, unida a las características propias del país y a la influencia en el mismo y en la región de riesgos y amenazas de difícil gestión por su envergadura y gravedad, permiten prever que la inseguridad perdurará. PALABRAS CLAVE • • África Libia Seguridad internacional Instituciones democráticas • •Islamismo•Estado de Derecho RESUMEN ABSTRACT Libia sufre desde febrero de 2011, cuando comenzaron las revueltas, un acelerado proceso de deterioro de la seguridad reflejado en violencia generalizada, caos económico, incremento de los tráficos ilícitos y creciente amenaza de fraccionamiento del país. Nacido artificialmente a la independencia en 1951, es buen ejemplo de Estado endeble, una compleja sociedad tribal unida por el peculiar régimen establecido por Muammar El Gadaffi que, tras su desaparición, se ve cada vez más cuestionado. Libya is suffering, ever since the revolts started in February 2011, a rapid deterioration of security which can be seen in the country’s widespread violence, economic chaos, increase of illicit trafficking, and the growing threat of the country splitting up. Artificially born to independence in 1951, it stands as a good example of a weak State, a complex tribal society joined by the peculiar regime established by Muammar alGaddafi which, after disappearing, is increasingly questioned. 23 En dos semanas de mayo las fuerzas de Amanecer Libio habían evitado la salida desde la Tripolitania de un millar de irregulares, y en sus centros de detención o internamiento se estimaban en 7.000 los irregulares concentrados. Véase “Libya Dawn nabs 600 more migrants”, Libya Herald, 23 de mayo de 2015. 148 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 ANA BELÉN PERIANES BERMÚDEZ LA EXTENSIÓN DEL ESTADO ISLÁMICO POR EL NORTE DE ÁFRICA Y EL ÁFRICA SUBSAHARIANA Consecuencias para la seguridad europea INTRODUCCIÓN a estabilidad en el norte de África y el África Subsahariana (al igual que el Sahel) es un objetivo clave para Europa, ya que el nivel de seguridad interna de los países que forman estas regiones produce consecuencias tanto a nivel regional como global. L A la inseguridad estructural que plantea el Sahel para Europa al haberse constatado que su territorio es zona de retaguardia, de adiestramiento y campo de batalla de al-Qaeda en el Magreb Islámico en colaboración con las redes del crimen organizado transnacional, se ha de añadir el riesgo que supone la organización del Estado Islámico (también conocida como Daesh) para la estabilidad del norte de África y el África Subsahariana y, por ende, para la seguridad europea. El denominado Estado Islámico no solo supone una amenaza para los millones de habitantes a los que somete en la actualidad con su totalitaria y despiadada forma de dominio, sino que a traAna Belén Perianes Bermúdez. Experta en seguridad en el Mediterráneo, Próximo Oriente y Oriente Medio. Miembro de la Asociación de Diplomados Españoles en Seguridad y Defensa (ADESyD). JULIO / SEPTIEMBRE 2015 149 CUADERNOS de pensamiento político vés de su expansión por el norte de África y el África Subsahariana adquiere una dimensión global, acercándose cada vez más a Europa. Libia se convirtió en la punta de lanza de la expansión del Estado Islámico por el norte de África tras la fundación en octubre de 2014 en la ciudad oriental de Derna de la primera franquicia de la organización fuera de Siria e Irak, esto es, el conocido como Estado Islámico de Barqa. Desde la zona oriental libia, se propagó su presencia al Estado Islámico de Tripolitana y al Estado Islámico de Fezzan. Además, en su avance por el norte de África, también se produjo en Egipto el juramento de lealtad de Ansar Beit al Maqdis, así como el del grupo argelino Soldados del Califato. La situación de caos y deterioro de la seguridad que sufre Libia favorece la propagación de la violencia yihadista tanto en las fronteras internas del país como por los países de la región. Respecto a Túnez, cabe apuntar que junto al repunte de la actividad yihadista que venía sufriendo en la región de Kasserine, en la frontera oeste con Argelia, el atentado cometido en la capital del país el 18 de marzo de 2015 y reivindicado por la organización del Estado Islámico, sacudió la frágil transición política que vive el país. Las amenazas a la seguridad e inestabilidad que afectan tanto al propio país y a su vecina Libia como al resto de la región podrían detener los avances que ha realizado la transición política tunecina. Además, es probable que debido al elevado número de víctimas extranjeras que se produjo en el anteriormente referido atentado, se frene el turismo en el país y, con ello, uno de los pilares económicos fundamentales para el PIB tunecino. La organización del Estado Islámico extendió, además, su presencia hasta el África Subsahariana tras aceptar el juramento de lealtad mostrado por el líder de Boko Haram a principios de marzo de 2015. De este modo, el noroeste de Nigeria, el área en que la referida organización terrorista desarrolla sus operaciones, pasó a formar parte de las provincias del denominado Estado Islámico. Con la incorporación de esta provincia el EI busca legitimidad y demostrar que no tiene límites y, por su parte, Boko Haram quiere propaganda y una alternativa a la creciente ofensiva que recibe de las tropas de Nigeria, Níger, Chad y Camerún. 150 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 LA EXTENSIÓN DEL ESTADO ISLÁMICO POR EL NORTE DE ÁFRICA Y EL ÁFRICA SUBSAHARIANA / ANA BELÉN PERIANES Respecto a la amenaza que supone en el norte de África la organización del Estado Islámico, los varios miles de militantes que han logrado captar en la región se presentan como un riesgo y un motivo de preocupación a su vuelta de las zonas de conflicto iraquí y sirias. El Estado Islámico ha conseguido en Europa una movilización y captación yihadista sin precedentes que ha afectado a países europeos como Francia, Reino Unido, Alemania, Bélgica, Dinamarca, Países Bajos o Suecia, sin olvidarnos de España. El peligro de que los retornados de zonas de conflicto con experiencia en técnicas de combate puedan radicalizar a más individuos y cometer atentados en suelo europeo es una de las preocupaciones más serias de la agenda europea de seguridad. Además, el riesgo de que “lobos solitarios” radicalizados en internet u otros foros actúen de forma violenta, también es un hecho. La instauración de franquicias de la organización del Estado Islámico frente a las costas de Italia y Grecia, en un entorno muy próximo a la Europa del Mediterráneo (incluyendo a España), supone una gravísima amenaza terrorista a las puertas de Europa. Además, el pulso que mantienen entre sí al-Qaeda y el Estado Islámico en su búsqueda por catalizar y dirigir el movimiento de las redes militantes del yihadismo mundial es otro de los elementos que provocan una especial preocupación en la agenda de seguridad, tanto europea como internacional, debido a las imprevisibles consecuencias que pueda comportar. EL ESTADO ISLÁMICO DE IRAK Y LEVANTE (EIIL), PRECEDENTE DE LA ORGANIZACIÓN DEL ESTADO ISLÁMICO El EIIL hunde sus raíces en Irak en el año 2004 con el nombre de al-Qaeda en Irak y el liderazgo del jordano Abu Musad al Zarqawi, quien combatió junto a Osama bin Laden en el Afganistán ocupado por los soviéticos. Al Zarqawi fue eliminado en territorio iraquí en 2006 como consecuencia de un bombardeo selectivo estadounidense (Núñez, 2014, 110). En sus comienzos, al-Qaeda en Irak operaba muy activamente como un grupo de militancia yihadista con capacidad para llevar a cabo su actividad JULIO / SEPTIEMBRE 2015 151 CUADERNOS de pensamiento político terrorista en territorio tanto iraquí como jordano. Por aquel entonces, se dedicaba a cometer atentados puntuales contra árabes chiíes en general y personas o bienes vinculados a los regímenes políticos que buscaba deponer. La organización no disponía en aquel momento de capacidades que le permitiesen proponerse controlar de modo efectivo un territorio propio en la línea de sus pretensiones de instaurar un emirato (Núñez, 2014, 111). Tras el Surge estadounidense iniciado en 2007 con la cooperación de los Consejos del Despertar suníes, al-Qaeda en Irak se mantuvo bajo mínimos hasta su vuelta a escena en 2013 en Siria, influida y favorecida probablemente por el interés saudí en financiar a grupos suníes para hacer frente al régimen sirio y frenar así el incremento de la influencia iraní en la región. La nueva estrategia que implementó en Irak la Administración de George W. Bush, The New Way Forward (The Surge), fue la respuesta de Estados Unidos ante el incesante incremento de insurgencia, terrorismo, sectarismo y delincuencia, con un significativo aumento del número de fuerzas desplegadas en el país, sobre todo en Bagdad y la provincia de al-Anbar, que se encontraban fuera de control tanto del ejército norteamericano como del Gobierno iraquí (Arteaga y García, 2008, 1-8). El empuje de The Surge redujo notoriamente los indicadores de violencia, desplazando a los combatientes afines a al-Qaeda a la provincia de Diyala y al “triángulo de la muerte”. A ello también contribuyeron factores exógenos a The Surge, como la reducción del número de combatientes yihadistas extranjeros procedentes de Siria, debido al propósito sirio de recomponer sus relaciones con Estados Unidos y al continuo desplazamiento de civiles voluntario o forzado por la limpieza étnica desde las zonas mixtas a las seguras (Arteaga y García, 2008, 1-8). Al-Qaeda en Irak emergió en el escenario del conflicto bélico sirio bajo la denominación de Estado Islámico de Irak y Levante, pero no bajo las instrucciones dispuestas por Ayman al Zawahiri, sustituto de bin Laden al frente de al-Qaeda (Núñez, 2014, 111). El nuevo número uno de la organización, Al Bagdadi, hizo caso omiso de las órdenes de Al Zawahiri, quien 152 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 LA EXTENSIÓN DEL ESTADO ISLÁMICO POR EL NORTE DE ÁFRICA Y EL ÁFRICA SUBSAHARIANA / ANA BELÉN PERIANES le exigía que abandonara el territorio sirio a favor de la rama local de alQaeda, el Frente al-Nusra. El Estado Islámico de Irak y Levante extendió su campo de operaciones tanto a las provincias sirias del este como a Alepo, incluso realizando acciones esporádicas en la costa mediterránea. En sus acciones adoptó una elevada disciplina y capacidad operativa, y fue integrando en sus filas combatientes de diversos orígenes, incluyendo a ciudadanos occidentales radicalizados (Núñez, 2014, 111). Sin embargo, la derrota en sus feudos sirios a manos del Frente Islámico al-Nusra llevó al líder de al-Qaeda, Ayman al Zawahiri, en noviembre de 2013 a considerar al Frente al-Nusra como la única filial de al-Qaeda en Siria y a anular la actuación del EIIL en este país, que debería a partir de ese momento llevar a cabo su actividad terrorista únicamente en territorio iraquí (Arteaga, 2014, 9). A finales de 2013, la detención de Ahmed al Aluani, diputado crítico con el ex primer ministro iraquí Nuri al-Maliki y afín a las protestas suníes, produjo una serie de manifestaciones masivas de miles de suníes en diversas ciudades de Irak para exigir reformas en el proceso político y la liberación de los detenidos. Estas protestas derivaron en movilizaciones permanentes en las capitales de las provincias de mayoría suní, incluida Anbar. La tensión derivó en un estallido de violencia por parte del EIIL y grupos sunitas locales muy radicalizados contra las fuerzas de seguridad en Ramadi, en primer lugar, extendiéndose posteriormente a Faluya y a Bagdad (Arteaga, 2014, 10). Por vez primera en varios años, ni las fuerzas de seguridad ni las milicias Sahwa contrarias a los grupos insurgentes suníes pudieron hacer frente al avance de la violencia yihadista. Con la toma de Faluya en Irak y la ocupación de Raqqa en Siria, el EIIL hizo patente la recuperación de la capacidad de lucha de las redes yihadistas y el éxito de su nueva estrategia, consistente en aprovechar el caos regional para ocupar territorios y hacerse con el poder en los mismos. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 153 CUADERNOS de pensamiento político El Gobierno del ex primer ministro iraquí Nuri al-Maliki fue incapaz de controlar su territorio a través de las fuerzas de seguridad de Irak, formadas por combatientes suníes, combatientes (peshmerga) kurdos y combatientes chiíes. El embate de la insurgencia suní en Irak, formada por diversos grupos entre los que destacan las milicias yihadistas del EIIL, las milicias de autodefensa de los Consejos Locales, antiguos baasistas, cuadros y miembros del Ejército iraquí de Sadam y sectores escindidos de las milicias antiyihadistas (Hijos de Irak y Awakening), incrementaron muy notoriamente el nivel de descomposición y fragmentación del Estado de Irak tras la ocupación insurgente a principios y mediados de junio de 2014 de Mosul, la segunda ciudad más importante del país, y de otras ciudades y tras su acercamiento a Bagdad. La toma de Mosul por parte del EIIL tras la derrota del Ejército iraquí se erigió como un hito de primer orden en el cada vez más profundo conflicto entre suníes y chiíes al que asiste Oriente Medio. La ocupación de la ciudad se debió en buena medida a los errores cometidos por el Ejército iraquí al concentrar buena parte de sus fuerzas en los principales núcleos insurgentes en la provincia de Anbar, sobre todo en la ciudad de Faluya, reduciendo así considerablemente sus tropas en la segunda ciudad del país (Calvo, 2014). A estos hechos se unieron las ocupaciones de otras ciudades como Faluya, Ramadi y Samarra (Arteaga, 2014, 1). Estos acontecimientos han producido el desplazamiento masivo de civiles iraquíes, obligados a huir de la violencia derivada de la ocupación de ciudades por parte del EIIL (ONU, 2014). Naciones Unidas enumera noticias y pruebas de numerosas ejecuciones sumarias y extrajudiciales. La violación de los derechos humanos más fundamentales ha producido un grave deterioro de la situación humanitaria de cientos de miles de civiles tanto iraquíes como sirios, principalmente de minorías étnicas como las de los yazidíes y los cristianos, que se ven obligados a huir de zonas de conflicto y que sufren el rápido deterioro del acceso a los servicios básicos. 154 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 LA EXTENSIÓN DEL ESTADO ISLÁMICO POR EL NORTE DE ÁFRICA Y EL ÁFRICA SUBSAHARIANA / ANA BELÉN PERIANES Naciones Unidas elevó en agosto de 2014 la crisis humanitaria de Irak al nivel 3 de emergencia, el más alto para este tipo de crisis. Tras la oleada de ataques y violencia iniciada por el EIIL en junio de 2014, Irak cuenta con una de las poblaciones de desplazados más numerosas del mundo. La difícil situación que soporta Irak y que permitió un rápido avance del EIIL en las provincias suníes del norte deriva en buena medida de la incompetencia profesional de los mandos del Ejército iraquí (Fuente, 2014, 7); de la desmoralización de las fuerzas de seguridad iraquíes (Arteaga, 2014, 2), en su mayoría chiíes que defienden una tierra que no consideran como propia y conscientes de que se posicionan como el objetivo preferente de la insurgencia suní; de la hostilidad que sufren por parte de la población dependiendo de las zonas de afinidad étnica en las que se ubiquen; del continuo incremento de la polarización suní-chií y de una manifiesta desafección de buena parte de la población suní hacia las autoridades gubernamentales de Irak y de las dificultades que implican combatir a la insurgencia en las ciudades. Los aspectos anteriormente señalados han producido un constante aumento del número de deserciones e incorporación a las filas de la insurgencia suní de fuerzas de seguridad iraquíes. Los combatientes del EIIL, muchos de ellos voluntarios extranjeros, han ofrecido una moral de combate muy superior y una capacidad operativa mucho más eficiente que las fuerzas armadas iraquíes que, tal como se acaba de señalar, han presentado una débil oposición (Fuente, 2014, 7). A este respecto, actúan muy motivados y guiados por una ideología visionaria que les lleva a no poner reparos a asumir situaciones de riesgo que otros grupos no aceptarían (Núñez, 2014, 112). Además, el EIIL desarrolla unas tácticas militares más propias de un Ejército regular que de un grupo terrorista, comportándose como un grupo híbrido que emplea tanto métodos terroristas como tácticas militares avanzadas (Fuente, 2014, 7). De este modo es como se entiende que una fuerza de poco más de 1.000 combatientes del EIIL con armas y vehículos ligeros consiguiera hacer huir a 30.000 soldados del Ejército regular iraquí. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 155 CUADERNOS de pensamiento político En cuanto al Ejército iraquí, cabría destacar que cuenta con notables deficiencias en el plano organizativo y doctrinal que le restan eficiencia en el campo de batalla (Fuente, 2014, 8). Sus cuadros de mando carecen de adiestramiento y los puestos de mando más relevantes han sido ocupados por personas leales al ex primer ministro Nuri al-Maliki, no por personas que cumplan con criterios de profesionalidad y meritocracia. Los referidos acontecimientos demuestran que las condiciones que soporta el país hacen prácticamente inviable la existencia de un Ejército nacional iraquí y que el país conserve su unidad a pesar de las diferencias étnicas y religiosas de su población. La situación de caos y violencia que soporta Irak se vio notoriamente afectada y agravada por la intervención del principal líder espiritual de los chiíes de Irak, el gran ayatolá Ali Husein Sistani, que solicitó a través de su representante en Kerbala el 13 de junio de 2014 la entrada en combate de los ciudadanos iraquíes para detener la ofensiva de la insurgencia suní. La llamada del gran ayatolá Sistani se constituye como un hecho excepcional desde el inicio de la invasión estadounidense a Irak en 2003, ya que ha sido la primera vez que ha realizado una apelación semejante. Hasta junio de 2014, el gran ayatolá había predicado contención y moderación. En este sentido, no había admitido la actuación de las milicias chiíes que ejercían la violencia, como las de Muqtada el Sadr. Todo ello, junto con la defensa realizada por la Asociación de Ulemas, el equivalente suní de los ayatolás chiíes, del derecho de la insurgencia suní a avanzar sobre Bagdad para derrocar el régimen de Maliki, deriva en la ruptura total de las dos principales comunidades religiosas del país. CALIFATO De acuerdo a su ideario, centrado en la construcción de un santuario bajo su ideología salafista en Mesopotamia y regido por la sharia en su versión más rigorista y en la idea de proveerse de un Estado propio conforme a los usos y costumbres del siglo VII, el EIIL declaró el 29 de 156 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 LA EXTENSIÓN DEL ESTADO ISLÁMICO POR EL NORTE DE ÁFRICA Y EL ÁFRICA SUBSAHARIANA / ANA BELÉN PERIANES junio del año 2014 un Califato panislámico en un territorio sin fronteras habitado por unos ocho millones de personas que abarca el este de Siria y un amplio territorio del norte y oeste de Irak bajo el mando político y religioso de su líder, Al Bagdadi. Este último se autoproclamó bajo la formulación doctrinal clásica del Islam suní y una supuesta suprema legitimidad que deriva de la familia y de la tribu del Profeta, como máxima autoridad espiritual y política de los musulmanes, a quienes exigió lealtad (Rupérez, 2014). El a partir de ese momento autodenominado como Estado Islámico entendió que debía actuar como un Estado y emprendió una estrategia con objetivos concretos como dar cobertura y asistencia social a la población que vive en los territorios ocupados, impulsar la actividad económica y la difusión mediática (Barrancos, 2014, 4) comportándose como una auténtica administración con gestión profesional. El Califato permite a la organización del Estado Islámico contar con un territorio en el que entrenarse y ganar experiencia tanto para el campo de batalla como para extender a otros lugares su singular visión y actividad. El grupo posee una amplia experiencia de combate, sobre todo en escenarios de insurgencia y guerra asimétrica, que le posibilita llevar a cabo acciones puntuales de elevada intensidad concentrando fuerzas sobre un punto concreto para difuminarse posteriormente (Núñez, 2014, 112). Además, se beneficio del vacío de poder derivado de la inoperancia del Gobierno del ex primer ministro iraquí Nuri al-Maliki y del apoyo ofrecido por parte de los sectores críticos con el anterior. Así, ha sumado combatientes procedentes de diversas milicias suníes como Jamaat Ansar al-Sunnah, Jaish al Mujahideen y Naqshaban diyya Way (Núñez, 2014, 112). En su modus operandi combina la extrema violencia y brutalidad con métodos tan extremos o más que los que al-Qaeda utiliza en tiempos presentes (pero no por ética sino por oportunismo en el sentido de querer ganarse a las poblaciones musulmanas y mejorar su imagen global) con el uso audaz de las tecnologías de la información (Ruiz, 2014, 54). JULIO / SEPTIEMBRE 2015 157 CUADERNOS de pensamiento político La organización publicita su mensaje en las redes sociales y en medios de comunicación a través de la propaganda que realizan sus simpatizantes y militantes, muchos de los cuales se dedicaban con anterioridad al diseño gráfico y a la dirección cinematográfica de manera profesional (Barrancos, 2014, 7). El Estado Islámico utiliza las redes sociales a modo de community managers para expandir sus mensajes, adaptándose a los lenguajes particulares de Twitter, Facebook o Instagram y ajustando sus herramientas de comunicación social a sus objetivos estratégicos y operativos, conscientes del carácter esencial adquirido por la comunicación en línea en las sociedades debido al rápido incremento del uso de internet (Barrancos, 2014, 8). A través de la difusión de su propaganda online, la organización pretende atemorizar a los soldados de los Ejércitos de Irak y Siria; buscar apoyo a nivel mundial; captar a nuevos militantes para que se unan a su causa; radicalizar a jóvenes en los países occidentales y establecer nuevas alianzas con otras organizaciones terroristas (Barrancos, 2014, 8). El hábil y sagaz manejo de las redes sociales por parte de la organización del Estado Islámico exhibiendo su extrema crueldad le posibilita salir victorioso frente a sus enemigos con el mínimo de enfrentamientos. El impacto internacional de su propaganda y de sus métodos podría producir un efecto de imitación en otros grupos terroristas. La extrema violencia de los combatientes puede sugerir que forman parte de los sectores más radicalizados de la militancia yihadista internacional y, por lo tanto, de los individuos que más peligro pueden suponer para la seguridad internacional (Berenguer, 2014, 14). Cabe apuntar la vulnerabilidad a la que se enfrenta la organización del Estado Islámico al haberse fijado en el terreno y seguir los modos de un Ejército, con todas las reservas, convencional (Berenguer, 2014, 14). A este respecto, la zona que controla cuenta con una extensión lo suficientemente amplia como para poder exceder sus capacidades militares y mantener a medio o largo plazo el control del territorio que domina (Núñez, 2014, 113). 158 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 LA EXTENSIÓN DEL ESTADO ISLÁMICO POR EL NORTE DE ÁFRICA Y EL ÁFRICA SUBSAHARIANA / ANA BELÉN PERIANES Por ello, es más sensible a la actuación de las Fuerzas Armadas regulares de los países que forman parte de la coalición internacional liderada por Estados Unidos para combatir a la organización, al haberse establecido en un territorio concreto (Berenguer, 2014, 14). Además, los grupos suníes armados que coyunturalmente le ofrecieron su apoyo podrían no resultar fieles aliados de lucha, ya que su interés giraba en inicio en torno a su voluntad de derrocar al Gobierno del ex primer ministro iraquí Nuri al-Maliki y conseguir objetivos políticos o económicos exigidos al Gobierno iraquí. La posibilidad de tener que enfrentarse a un Estado iraquí más fuerte y a la coalición internacional surgida para luchar contra la organización del Estado Islámico podría alterar la política de alianzas de los primeros. Como afirma el profesor Echeverría (Echeverría, 2014, 15), el Estado Islámico ha sabido aprovechar el vacío de poder y los obstáculos políticos y de seguridad que existen en la región. El análisis de la situación induce a prever que el conflicto continuará afectando tanto a Irak como a Siria debido principalmente a su compleja cuestión tribal y confesional, a las profundas tensiones existentes entre suníes y chiíes y al redimensionamiento de la cuestión kurda. La coalición internacional liderada por Estados Unidos y gestada tras el Acuerdo de París de 15 de septiembre de 2014 (tras la Cumbre de la OTAN celebrada en Newport, Gales, a principios de septiembre del mismo año) está luchando contra las posiciones de la organización del Estado Islámico. En el mejor de los casos, podrá contener la expansión de la organización del Estado Islámico, pero no a corto plazo (Arteaga, 2014, 1). Tampoco existen garantías de que la coalición pueda acabar con él realmente. La amenaza es global y afecta directamente a Europa tras la internacionalización de su agenda con su expansión por el norte de África y el África Subsahariana. Como se explicará más adelante, existen grupos yihadistas que ejercen su actividad terrorista por el norte de África y el África Subsahariana que ya se han supeditado a la obediencia de la organización del Estado Islámico, configurándose como una seria amenaza para la seguridad europea. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 159 CUADERNOS de pensamiento político LA FINANCIACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN DEL ESTADO ISLÁMICO El Estado Islámico se ha convertido en la organización yihadista mejor financiada del mundo (Laborie, 2014). Utiliza los cuantiosos recursos económicos de los que dispone para retribuir a sus combatientes (a los que ofrece sueldos mucho más altos que otras organizaciones de ideología semejante), para adquirir armamento sofisticado y sobornar a los líderes tribales para que cooperen en su lucha contra los regímenes sirio e iraquí. Al igual que otras entidades yihadistas, la organización se ha nutrido de donaciones de origen turco, kuwaití, qatarí y de otros países del Golfo Pérsico. Sin embargo, esta fuente de financiación se ha reducido notablemente en los últimos meses debido al inicio por parte de los Gobiernos árabes de la imposición de controles más serios a los movimientos monetarios en la región. En la misma línea, se ha incrementado la presión occidental sobre personas y empresas bajo sospecha de colaboración con grupos yihadistas. La opacidad de las transacciones de los sistemas bancarios y comerciales de Oriente Medio proporciona tanto a la organización del Estado Islámico como a otras redes yihadistas una protección que respalda sus actividades y que complica a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de los Estados combatir las redes clandestinas internacionales que las sustentan (Laborie, 2014). La fuente principal de financiación para la organización del Estado Islámico procede de la venta de hidrocarburos en el mercado negro. Controla una serie de campos de petróleo y gas en las provincias sirias de Raqqa y Deir Ezzour, diversas refinerías en Siria e Irak y el oleoducto más importante que conecta Irak con Turquía. Se estima que consigue unos 25.000 barriles de crudo diarios en Irak, mientras que en Siria obtiene unos 50.000 barriles al día, país en el que controlan el 60% de sus instalaciones petrolíferas (Laborie, 2014). La organización yihadista vende petróleo y combustible diésel a través de una compleja red de contrabando. Ofrece el crudo de 25 a 60 dólares por 160 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 LA EXTENSIÓN DEL ESTADO ISLÁMICO POR EL NORTE DE ÁFRICA Y EL ÁFRICA SUBSAHARIANA / ANA BELÉN PERIANES barril, un precio sustancialmente reducido si se tiene en cuenta que su precio en el mercado legal ronda casi los 100 dólares. Mediante este negocio ilícito, percibiría entre dos y tres millones de dólares diarios. Por este motivo, desde los inicios de la campaña aérea estadounidense y de sus aliados contra posiciones de la organización del Estado Islámico, los complejos gasísticos y petrolíferos controlados por el grupo yihadista se han convertido en uno de sus objetivos primordiales. Respecto a los territorios que ocupa, instauró un sistema que alterna una forma islámica de tributación con actividades características del crimen organizado como son las extorsiones, la intimidación, los robos, los saqueos y el contrabando de mercancías y personas. Asimismo, el secuestro se constata como otro importante negocio para la organización (Laborie, 2014). LA FRANJA DEL SAHEL El Sahel es una vasta y volátil región natural en términos de seguridad, que conecta África Occidental con el cuerno de África, dos de las regiones más inestables políticamente del Continente. La franja también enlaza el norte de África con el África Subsahariana, y buena parte de sus problemas y retos se encuentran estrechamente conectados con países como Libia, Argelia y Marruecos (Echeverría, 2011, 213-214). Además de por la criminalidad, el terrorismo y la aridez de sus territorios, la región también se caracteriza por la primacía de las estructuras tribales sobre la de los propios Estados. La dificultad para controlar y ejecutar el monopolio de la violencia en el Sahel ha permitido a al-Qaeda en el Magreb Islámico su establecimiento en la región. Al tiempo, el Sahel multiplica su grado de inseguridad estructural al haberse constatado como zona de despliegue y campo de batalla del salafismo yihadista, y presenta unas circunstancias singulares que favorecen la actividad terrorista (Ruiz, 2011, 2): — La pobreza endémica de su población, que cuenta con uno de los índices de desarrollo humano más bajos del planeta. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 161 CUADERNOS de pensamiento político — El descontento de las poblaciones de zonas remotas con la escasez o ausencia de servicios ofrecidos por los Gobiernos estatales. — La extensión de una interpretación radical del islam. La llegada de combatientes extranjeros procedentes de Irak o Pakistán, así como nuevos predicadores financiados desde Arabia Saudí, está extendiendo la corriente wahabí y multiplicando el número de nuevos templos. — La presencia de enormes fronteras, que fueron artificialmente trazadas durante la época colonial y que los Estados no son capaces de controlar. — El impacto de conflictos externos a la región, como el israelo-palestino y la invasión estadounidense de Irak en 2003. — La inexistencia de una democracia real, la corrupción generalizada y la opresión a la población. — El vínculo esencial entre terrorismo y crimen organizado en actividades como el contrabando, el blanqueo de dinero y los secuestros. — La lucha por el control de los recursos naturales estratégicos, como el petróleo o el uranio, que ha desenterrado viejos conflictos latentes (Conde, 2011, 3-4). — La expansión regional de los conflictos, motivada en muchos casos por la injerencia de otros Estados en los asuntos internos de los países fronterizos. — La fragilidad de los Estados, debilitados por las luchas internas por el control del poder. — La limitada capacidad de las fuerzas armadas de los Estados sahelianos para dar seguridad y controlar todo el territorio, especialmente difícil en una zona de escasa tradición en el poder centralizado, donde habitualmente los Gobiernos tienen que apoyarse en milicias locales o fuerzas internacionales para garantizar el control de una zona. 162 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 LA EXTENSIÓN DEL ESTADO ISLÁMICO POR EL NORTE DE ÁFRICA Y EL ÁFRICA SUBSAHARIANA / ANA BELÉN PERIANES — Las fuerzas gubernamentales de los países sahelianos se caracterizan por su falta de profesionalidad, indisciplina, mala equipación, por sus estructuras de mando muy personalizadas, su marcado carácter étnico, desmotivación y un alto nivel de deserciones. Con frecuencia, llevan a cabo actividades ilícitas paralelas fomentadas en buena medida por el impago de los salarios. — La militarización de la población y el surgimiento de multitud de grupos rebeldes. Los Estados sahelianos carecen de unos adecuados programas de desarme, desmovilización y reintegración, por lo que la pertenencia a una milicia es la mejor forma de subsistencia para muchos antiguos combatientes. — El fácil acceso de la población a las armas pequeñas y ligeras y su proliferación facilita la permanencia de los conflictos en la zona. — Las economías de guerra y la aparición de los señores de la guerra, que alimentan las situaciones de conflicto en beneficio propio motivando además un incremento de actividades ilegales desarrolladas por grupos militares y bandas organizadas. La guerra inacabada que está teniendo lugar en Mali contra el terrorismo yihadista y la rebelión de las milicias tuaregs, la reciente caída del Gobierno de Burkina Faso, la guerra civil en la República Centroafricana, el conflicto de Sudán del Sur o las violentas acciones de Boko Haram en el norte de Nigeria y Camerún, entre otros elementos, se deben precisamente a los factores estructurales que se acaban de señalar y que llevaron al caos en Libia y a la proliferación de armas y combatientes por la región del Sahel (Argumosa, 2015, 2). AL-QAEDA EN EL MAGREB ISLÁMICO Al-Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) deriva de la insurgencia islamista que atentó contra Argelia durante los años noventa (Escobar, 2010). Su antecedente directo es el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate, creado en 1998 por Hasan Hattab con apoyo de Osama bin Laden. AQMI JULIO / SEPTIEMBRE 2015 163 CUADERNOS de pensamiento político se constituyó en el año 2007 cuando el GSPC argelino juró obediencia a bin Laden y comenzó a operar con dicha denominación. Los principales objetivos que presenta AQMI son los siguientes (Ruiz, 2011, 2): — Reemplazar al Estado en las zonas en las que este último no está presente. — Desencadenar la caída de los Gobiernos locales. — Hacer peligrar los intereses occidentales. — Crear un emirato en el norte de África, que actúe como Estado, y transformar el mensaje espiritual del islam en la región. También pretende extender el radicalismo islámico a las poblaciones musulmanas de Europa. La visión radical del islam en la región es reciente y no ha sido hasta los últimos años cuando se ha extendido la propagación del wahabismo a través de una red de imanes financiada por países del Golfo Pérsico y Pakistán, implantando el caldo de cultivo que fomenta la actividad terrorista. El rasgo fundamental que distingue a AQMI en relación a otras “franquicias” de al-Qaeda lo constituye su amplia interacción con la delincuencia organizada (en ámbitos como el tráfico de drogas, de armas ligeras, etc.). Una de las principales fuentes de ingresos de AQMI es el tráfico de drogas, que financia en gran medida las actividades terroristas de la organización en el Sahel y el reclutamiento de nuevos mercenarios entre las redes mafiosas que intervienen en la región (Alvarado, 2010, 51-74). La inestabilidad política, la delicada situación socioeconómica y la endémica corrupción han convertido a la región en una zona franca para todo tipo de tráficos y actividades ilícitas, no únicamente el de la droga, sino también de emigrantes, trata de seres humanos, recursos naturales y desechos tóxicos. 164 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 LA EXTENSIÓN DEL ESTADO ISLÁMICO POR EL NORTE DE ÁFRICA Y EL ÁFRICA SUBSAHARIANA / ANA BELÉN PERIANES La ineficiencia respecto al control y la falta de cooperación entre los Estados sahelianos han favorecido la actuación de AQMI como una red mafiosa y criminal más que participa en una diversidad de tráficos y actividades ilícitas, en las que ha hallado financiación de sus actividades desestabilizadoras y terroristas. El negocio de los secuestros, especialmente de ciudadanos occidentales, se ha convertido para AQMI en otra de las vías para obtener ingresos económicos que financien sus actividades criminales y para promocionar su mensaje. El secuestro de turistas occidentales ha sido utilizado por AQMI para amedrentar a Occidente, amenazando con actuar de la misma forma con todos los “infieles” que se atrevan a pisar tierras del islam (Alvarado, 2010, 51-74). El 16 de enero de 2013 se produjo el secuestro probablemente de mayor envergadura en la historia de Argelia, cuando terroristas pertenecientes a la katiba fundada en diciembre de 2012 por el argelino Mojtar Belmojtar secuestraron a cerca de 800 personas en el complejo gasístico de Tiguentourine en In Amenas. Tal como señaló el primer ministro argelino, Abdelmalek Sellal, el referido ataque terrorista no pretendía en un inicio tomar la planta gasística, sino secuestrar a los empleados extranjeros que cada miércoles recorrían en autobús el trayecto de 50 kilómetros que existe entre Tiguentourine y el aeropuerto de la ciudad de Amenas para tomar sus aviones rumbo a Europa. Sin embargo, al ser repelidos por la escolta que custodiaba el autobús, los terroristas optaron por otro blanco: la planta gasística Tiguentourine. Tras la intervención de las fuerzas especiales del Ejército argelino, el secuestro del complejo finalizó con un resultado de 38 civiles de ocho nacionalidades y 29 terroristas fallecidos. Respecto al ideario de AQMI, Francia y España se encuentran entre sus principales enemigos extranjeros (Laborie, 2010, 2). Así, Francia ha constituido tradicionalmente objetivo de la red terrorista debido a su colaboración con los Gobiernos de la zona, con los que mantiene importantes nexos económicos, por su participación en las operaciones de la OTAN en Afganistán y por su ley que prohíbe la utilización del burka en los espacios públicos. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 165 CUADERNOS de pensamiento político En cuanto a España, AQMI se ha referido recurrentemente a su disposición a luchar contra la “ocupación de Ceuta y Melilla por los cruzados” y a la “obligación de recuperar Al-Ándalus” para el islam. Los efectos de la guerra de Libia y de las revueltas árabes produjeron una expansión de AQMI por el norte desértico de Mali, Mauritania y Níger. Además, en marzo de 2012 se produjo la fractura total de Mali cuando grupos rebeldes tuareg declararon su independencia bajo la denominación del Estado de Azawad. Poco más tarde, en enero de 2013, se hizo precisa la operación militar francesa Serval para detener el avance y despliegue de los yihadistas desde el norte de Mali hasta la capital, Bamako. LA EXTENSIÓN DE LA ORGANIZACIÓN DEL ESTADO ISLÁMICO POR EL NORTE DE ÁFRICA Y ÁFRICA SUBSAHARIANA África es en la actualidad una de las principales preocupaciones en materia de seguridad para la Unión Europea, ya que la violencia yihadista se está extendiendo seriamente por varias de sus regiones. Libia, Mali, Nigeria y Somalia albergan los principales focos de terrorismo yihadista en el continente africano (Díez, 2015, 1). El terrorismo yihadista amenaza en África con minar y debilitar los avances logrados en el ámbito económico, político, social y de seguridad en las regiones en que operan tanto los grupos alineados con la organización del Estado Islámico como las franquicias de al-Qaeda y, además, su repercusión en la Unión Europea puede producir graves consecuencias y efectos desestabilizadores debido, en parte, a su proximidad geográfica al continente africano. Desde mediados de 2014, el movimiento yihadista mantiene una pugna interna que enfrenta a al-Qaeda (centrado en Pakistán y Afganistán y cada vez más débil) con el Estado Islámico, que se sustenta en el objetivo de ambas organizaciones de alcanzar el poder y el liderazgo de la yihad global más que en diferencias en cuanto a la ideología salafista. Esta rivalidad ya ha producido resultados tanto en el norte de África como en el África Subsahariana, donde se ha originado una fragmentación del liderazgo de la 166 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 LA EXTENSIÓN DEL ESTADO ISLÁMICO POR EL NORTE DE ÁFRICA Y EL ÁFRICA SUBSAHARIANA / ANA BELÉN PERIANES yihad mundial (Díez, 2015, 3). De este modo, mientras en Egipto, Libia, Túnez, Argelia y Nigeria han surgido milicias yihadistas que han jurado lealtad a Al Baghdadi, líder de la organización del Estado Islámico, al-Qaeda en el Magreb Islámico solicita cesar sus divergencias. Aunque la incidencia del terrorismo yihadista sigue siendo notoriamente superior en Oriente Medio, África es la región del mundo donde ha proliferado a mayor velocidad el salafismo yihadista tanto en número, como por sus zonas de acción (Díez, 2015, 3), como por constituirse como el mayor núcleo proveedor mundial de militantes yihadistas que viajan a Siria y a Irak para combatir. Los puntos que concentran los principales escenarios en la región en cuanto a la gravedad de la amenaza yihadista (proveniente tanto de franquicias locales de al-Qaeda como de organizaciones adheridas a la organización del Estado Islámico), esto es, Libia, Mali, Nigeria y Somalia, destacan tanto por el notorio incremento de víctimas mortales en 2014 como por la voluntad de los grupos que allí ejercen la violencia de propagar sus ataques más allá de sus fronteras nacionales. El caos y la inestabilidad presente en el norte de África, el Sahel y el África Subsahariana posibilitan la acción de los grupos yihadistas. Desde su autoproclamación en junio de 2014, la organización del Estado Islámico optó por mantener y expandir los territorios que ocupa en Siria e Irak. Pero también por ampliar su presencia territorial no contigua donde hubiese oportunidad, aceptando los juramentos de lealtad de las organizaciones yihadistas que operan en zonas como el norte de África y el África Subsahariana. Con ello, aprovechó la oportunidad para expandir el Califato fuera de Oriente Medio (Reinares, 2015) buscando la oportunidad de centralizar su mensaje y propaganda en lo que a su pretendido papel de líder de la yihad global se refiere, en clara pugna con al-Qaeda y sus franquicias regionales. Así, buscaría el efecto llamada de los combatientes yihadistas de la región para unirse a sus filas. Además, su presencia en el norte de África le acerca a las costas del sur de Europa y, con ello, a los territorios de la Península Ibérica, que forman parte dentro de su ideario de su reivindicada Al-Ándalus, y a los países euJULIO / SEPTIEMBRE 2015 167 CUADERNOS de pensamiento político ropeos que han apoyado la coalición internacional liderada por Estados Unidos para combatir los enclaves de la organización del Estado Islámico en Siria e Irak. La proximidad geográfica de la organización del Estado Islámico supone en sí una seria amenaza estratégica para Europa. Como se verá más adelante, su líder amenazó directamente a los países que forman parte de la coalición internacional, tanto a los que participan directamente en los bombardeos como a los que facilitan tareas logísticas. En cuanto a Libia, cabría apuntar que desde el final del régimen de Gadafi en 2011 a consecuencia del proceso desencadenado a partir de las denominadas revueltas árabes, el país se encontraba en situación de guerra civil, de Estado fallido y violencia generalizada, circunstancia que creaba las bases de cultivo idóneas para la expansión de la organización del Estado Islámico. La fundación en la ciudad oriental de Derna de la primera agrupación territorial fuera de las fronteras de Siria e Irak en octubre de 2014 evidenció la voluntad de la organización yihadista de expandir su agenda internacional. El Consejo Consultivo de la Juventud Islámica declaró que tanto Derna como su entorno pasaban a formar parte del autoproclamado Califato del Estado Islámico como provincia de Wilayat Barqa, correspondiente a parte de la Cirenaica (Reinares, 2015). Al mes siguiente se crearon los Muyahidin de Libia, que anunciaron en noviembre de 2014 su juramento de obediencia a la organización del Estado Islámico y el establecimiento de una demarcación del Califato en territorio libio más amplia y compuesta por tres provincias. Además de la ya indicada de Barqa, los Muyahidin de Libia autoproclamaron la fundación de otras dos provincias más, una en Fezzan y otra en torno a Trípoli. Mientras tanto, los militantes libios de la organización del Estado Islámico se desplazaron hacia el oeste y comenzaron a operar en Bengasi, Naufiliya y Sirte (Reinares, 2015). A pesar de que la mayoría de los militantes que ejercen su actividad en Libia son nacionales del país, destaca el número de extranjeros de países de la región que han acudido allí, en parte debido a la llamada que se realizó sobre todo en las redes sociales a los jóvenes musulmanes de origen magrebí o europeo para trasladarse al territorio libio del Califato, del 168 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 LA EXTENSIÓN DEL ESTADO ISLÁMICO POR EL NORTE DE ÁFRICA Y EL ÁFRICA SUBSAHARIANA / ANA BELÉN PERIANES mismo modo que hasta entonces se les instaba a viajar a Siria e Irak. La porosidad de las fronteras libias facilita notoriamente el trasvase de combatientes yihadistas, armas y otros tráficos ilícitos desde otros países de la región hacia Libia. En febrero de 2015 se difundió un sobrecogedor vídeo bajo el título “Un mensaje firmado con sangre”, en el que miembros de la organización decapitaban a 21 cristianos coptos secuestrados en Sirte, la mayoría egipcios. El mensaje iba dirigido a “la nación de la Cruz” precisando que la organización del Estado Islámico se encontraba “al sur de Roma”, con claras referencias a los cristianos de Europa. A este respecto, el número 4 de la revista Dabiq (la publicación de cabecera que edita y que difunde en internet) reflejaba en su portada el estandarte negro de la organización ondeando sobre la plaza de San Pedro en el Vaticano. Respecto a Libia, no es descartable el riesgo de que los combatientes yihadistas del Estado Islámico, bien sean árabes, norteafricanos o europeos, puedan regresar al país para ampliar el califato que hayan establecido en el Levante o intentarlo de nuevo si fracasan en Siria e Irak (Arteaga, 2015). En lo que a Túnez se refiere, afronta un serio problema debido a que a pesar de que cuenta con una población de poco más de diez millones de habitantes, es el país que más combatientes ha enviado al conflicto abierto en Irak y Siria (Altuna, 2015, 18). Según datos cruzados de servicios de inteligencia europeos y árabes, en estos tres últimos años han viajado a territorio iraquí y sirio unos 3.000 tunecinos para sumarse a las filas del Estado Islámico (Martín, 2015, 108). Además, la región de Kasserine, limítrofe con Argelia, padece desde hace meses enfrentamientos entre las fuerzas armadas tunecinas y grupos yihadistas compuestos por nativos de la zona, pero también por nacionales del norte de África, el Sahel y el África Subsahariana (Martín, 2015, 109). El Gobierno tunecino deberá gestionar el posible regreso a su país de origen de este elevado número de combatientes con experiencia en armas y técnicas de lucha, con todos los riesgos que implica para la seguridad nacional, regional y europea. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 169 CUADERNOS de pensamiento político Túnez también debe resolver, junto con su transición política y sus debilidades estructurales e institucionales, los riesgos que para su estabilidad supone la proximidad geográfica al agujero negro en términos de seguridad en que está inmersa Libia. El escenario regional de riesgos y amenazas yihadistas se complica con la presencia de los Soldados del Califato (una escisión de al-Qaeda en el Magreb Islámico) en Argelia y con el establecimiento de Ansar Bayt alMaqdis en Egipto. En el África Subsahariana, Nigeria afronta la violencia descontrolada de Boko Haram, la milicia más sanguinaria de África y que juró lealtad en marzo de 2015 al líder de la organización del Estado Islámico, en busca de propaganda y de “legitimidad” para sus acciones terroristas. Boko Haram se ha convertido también en la milicia islamista más numerosa del continente africano, pues puede llegar a superar los 10.000 efectivos. Bajo el liderazgo de Abubacar Shekau, la organización se ha reforzado debido a su capacidad de captación, reclutamiento y radicalización de adeptos. Desde julio de 2014, la estrategia de Boko Haram se centra en la ocupación fáctica de territorios y en los ataques frontales a las fuerzas militares. Además, ha extendido sus acciones terroristas y militares a las fronteras nigerianas atentando también en Camerún, Níger y Chad (Díez, 2015, 14-16). La posible y no descartable conexión de los simpatizantes de la organización del Estado Islámico con los militantes de Ansar al-Sharia en Túnez, los Soldados del Califato u otras milicias yihadistas afines o no a al-Qaeda en el Magreb Islámico, podría complicar aún más la situación regional del norte de África y el África Subsahariana. Cabría destacar que la relación de los grupos extremistas africanos con sus correligionarios de la organización del Estado Islámico en Oriente Medio es esencialmente de lealtad, interés y compromiso ideológico. Comparten el objetivo maximalista de imponer la sharia o ley islámica, pero no de jerarquía ni de dependencia, ya que el yihadismo global no cuenta con una estructura centralizada (Díez, 2015, 4). La presencia del Estado Islá170 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 LA EXTENSIÓN DEL ESTADO ISLÁMICO POR EL NORTE DE ÁFRICA Y EL ÁFRICA SUBSAHARIANA / ANA BELÉN PERIANES mico en diferentes escenarios le otorga flexibilidad en las potenciales acciones a llevar a cabo (Sánchez, 2015, 10). CONSECUENCIAS PARA LA SEGURIDAD EUROPEA DE LA EXTENSIÓN DEL ESTADO ISLÁMICO La amenaza que suscita el terrorismo yihadista para Europa viene marcada por el conflicto sirio-iraquí, con la pugna de la organización del Estado Islámico y al-Qaeda con sus franquicias para obtener el liderazgo de la yihad global, y por el posible retorno de combatientes extranjeros de origen europeo a sus países. La lucha contra el terrorismo yihadista volvió con fuerza a las agendas políticas en materia de seguridad de las autoridades europeas, fundamentalmente tras la aparición del Estado Islámico y su extensión a las puertas de Europa, en el norte de África y el África Subsahariana, tras el crecimiento del fenómeno de los combatientes extranjeros y la sucesión de atentados yihadistas en territorio europeo. Los atentados perpetrados por tres militantes yihadistas, que tuvieron lugar en París la segunda semana de enero de 2015, ocasionaron 17 muertos tras la irrupción violenta en las oficinas del semanario satírico francés Charlie Hebdo y en un supermercado especializado en productos para la comunidad judía. Al-Qaeda en la Península Arábiga se apresuró a reivindicar la autoría del atentado, pero está demostrado que el autor de la matanza en el supermercado judío se unió a la organización del Estado Islámico y prestó juramento al líder en un vídeo póstumo (Filiu, 2015, 17). Estos atentados generaron una ola de rechazo. La organización del Estado Islámico amenazó explícitamente en su revista Dabiq a los imanes que condenaron los atentados en París, sabedores de la importancia y trascendencia que supone la deslegitimación de sus actividades violentas por parte de los líderes religiosos musulmanes y la comunidad musulmana en general con el objetivo de prevenir la radicalización de individuos. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 171 CUADERNOS de pensamiento político La Unión Europea también fue testigo a mediados de febrero de 2015 de otro atentado yihadista, esta vez perpetrado en Copenhague, en el que probablemente un lobo solitario acabó con la vida de dos personas tras su asalto a un café donde se debatía sobre la libertad de expresión, y su posterior ataque a una sinagoga judía. A mediados de 2015, un atentando de inspiración salafista yihadista perpetrado en Túnez por un grupo afín a al-Qaeda en el Magreb Islámico acabó con la vida de 22 turistas en el Museo del Bardo. Entre las víctimas se encontraban ciudadanos de cuatro nacionalidades europeas. Este episodio violento evidencia los riesgos y amenazas que enfrenta la Unión Europea en materia de seguridad, en este caso en lo que a sus intereses en el extranjero se refiere. La posible vuelta a sus países de origen de los militantes yihadistas que combaten en zonas de conflicto como Irak y Siria, o en las autoproclamadas provincias de la organización del Estado Islámico en el norte de África y el África Subsahariana, es una de las amenazas más serias a las que ha de hacer frente tanto la Unión Europea como la comunidad internacional en general. La mayoría de los combatientes extranjeros de origen europeo que viajan a Irak y Siria, con el riesgo de que retornen a sus países, se unen a la organización del Estado Islámico. El Consejo de Justicia y Asuntos de Interior ya debatió sobre este asunto durante los días 5 y 6 de junio de 2014 (Consejo de la Unión Europea, 2014). Los nueve países europeos que se consideran a sí mismos los más afectados por la violencia yihadista (Francia, Bélgica, Alemania, Suecia, Dinamarca, Gran Bretaña, Holanda, Irlanda y España) aprobaron el 5 de junio de 2014 planes para intensificar el intercambio de inteligencia y trabajar en la lucha contra los sitios web radicales con el objetivo de detener a los ciudadanos europeos que busquen viajar a zonas de conflicto para combatir y, a su vuelta, importar a Europa la violencia y las tácticas terroristas aprendidas o trabajar en la radicalización de individuos (Guardia Civil, 2014, 6). Estas medidas giran en torno al uso de datos de pasajeros de aerolíneas para rastrear a las personas que regresan de Siria, el intercambio de información y seguimiento de dichas personas, su inclusión en una base de datos 172 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 LA EXTENSIÓN DEL ESTADO ISLÁMICO POR EL NORTE DE ÁFRICA Y EL ÁFRICA SUBSAHARIANA / ANA BELÉN PERIANES de la Unión Europea utilizada por las fuerzas de seguridad de fronteras y el envío de la información a la Oficina Europea de Policía (EUROPOL) (Ministerio del Interior de Francia, 2014). Tras las resoluciones 2170 y 2178 que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptó en 2014, la Unión Europea aprobó el 20 de octubre del mismo año la Estrategia de lucha contra el terrorismo y los combatientes extranjeros de la UE. Desde entonces, se han ido incrementando las medidas dirigidas a prevenir el desplazamiento de los militantes yihadistas a zonas de conflicto, facilitar su seguimiento a su vuelta y trabajar en su desradicalización una vez retornados. En zonas de conflicto, las organizaciones yihadistas pueden seleccionar a combatientes occidentales y darles entrenamiento para perpetrar atentados en su país de origen. El incremento de la violencia que se vive a consecuencia del embate de la organización del Estado Islámico tanto en Siria e Irak como en el norte de África y el África Subsahariana, que se suma al ya de por si deteriorado escenario que vivían estas regiones, ha provocado una crisis de refugiados y desplazados sin precedente desde la Segunda Guerra Mundial, casi la mitad de ellos provenientes de África y Oriente Medio (González, 2015). En consecuencia, un sustancial número de personas se ven obligadas a huir de su país por razones de seguridad con destino a Europa, unidas al tradicional flujo de migración económica procedente tanto del norte de África como del África Subsahariana. La Unión Europea ha establecido diferentes mecanismos para abordar el flujo de los refugiados y el de los inmigrantes económicos irregulares, pero resulta complicado distinguirlos, sobre todo cuando proceden de África. A este respecto, la pobreza estructural de los países del norte de África y el África Subsahariana puede llevar a que los inmigrantes presenten motivos tanto económicos como de seguridad personal (González, 2015). Las masivas oleadas de inmigración irregular proveniente tanto del norte de África como del África Subsahariana producen la muerte de JULIO / SEPTIEMBRE 2015 173 CUADERNOS de pensamiento político cientos y hasta miles de personas en sus travesías por el Mediterráneo, guiadas por el crimen organizado. El drama humanitario de las personas que sufren en sus zonas el caos, la violencia, la pobreza y la falta de perspectivas de futuro les lleva a ponerse en manos de las mafias a cualquier precio. Sin embargo, los movimientos migratorios y de refugiados de las zonas en conflicto han levantado un clima de sospecha sobre el riesgo de que pueda importarse a los países europeos la violencia de impronta religiosa o su caldo de cultivo que, a su vez, puede generar episodios de islamofobia en Europa. El nivel de amenaza se ha incrementado notoriamente desde la intervención de países europeos en la coalición internacional liderada por Estados Unidos para combatir a la organización yihadista en Siria e Irak. El líder del Estado Islámico, Al Bagdadi, ha amenazado directa y explícitamente tanto en su revista de cabeza, Dabiq, como en vídeos difundidos a través de las redes sociales, a los países que participan en la coalición internacional, como objetivos prioritarios principales. A través de sus comunicaciones, Al Bagdadi instó a los simpatizantes de su organización a hacer la yihad en sus países de origen, ya que de este modo serían igual de buenos musulmanes que los que podían desplazarse a Siria a combatir. Con ello, podría incrementarse la posibilidad de que estructuras operativas actúen en los países europeos que participan en la coalición internacional y el número de individuos radicalizados. Esta amenaza, según el líder de la organización, puede ser implementada de cualquier manera (no es preciso disponer de explosivos) y contra cualquier objetivo europeo, tanto en nuestro territorio como en los intereses de Europa en el extranjero (delegaciones diplomáticas u otro tipo de activos como ciudadanos o empresas). Este hecho resulta difícil y complejo de controlar porque la seguridad absoluta no existe. En teoría, sufrirían un mayor riesgo y amenaza los países europeos que participan en los bombardeos, como Francia y Reino Unido, pero la ame174 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 LA EXTENSIÓN DEL ESTADO ISLÁMICO POR EL NORTE DE ÁFRICA Y EL ÁFRICA SUBSAHARIANA / ANA BELÉN PERIANES naza es explícita para todos los países que participan en la coalición internacional. En cuanto a España, nuestro país no participa en los bombardeos pero presta bases a países que sí lo hacen. Otro elemento a tener en cuenta por parte de las autoridades europeas sería que la organización del Estado Islámico ha generalizado el reclutamiento de niños y adolescentes para labores relacionadas con el combate (Palacián, 2015, 1). Además del drama que supone la instrumentalización de la infancia con fines bélicos, la preparación de niños y adolescentes para combatir y utilizar explosivos supone un potencial riesgo para Occidente, ya que es una amenaza difícil de detectar y un latente y eventual riesgo a largo plazo. La materialización de las tesis del terrorista sirio de nacionalidad española Mustafá Setmarian Nasar es otro de los riesgos que afectan a la seguridad europea. La peligrosidad de las tesis de Setmarian radica en la apología que realizó sobre un terrorismo universal, descentralizado y al que todo joven musulmán se debe. En este sentido, proclamó que cada terrorista puede actuar de forma independiente, sin la pertenencia a células y sin líderes directos. El riesgo radica en que personas que aparentemente están integradas en la sociedad puedan cometer atentados o radicalizar individuos. En su obra La llamada a la resistencia islámica global hizo un llamamiento a la necesidad de alimentar el frente de la yihad a través de musulmanes radicalizados aislados e independientes, ya que la ausencia de organización en sus actividades de inspiración yihadista dificulta las labores contraterroristas de los Estados. (Lorenzo-Penalva, 2013, 7). Elementos como el regreso de individuos que hayan combatido la yihad con experiencia en tácticas y uso de armas en zonas de conflicto; el honor que el martirio de los militantes yihadistas supone a su familia; la radicalización que se expande en diversas redes sociales, en algunas mezquitas y en una serie de organizaciones; la propaganda que se realiza de las actividades de inspiración yihadista como acciones dignificantes; el establecimiento de unas bases ideológicas que trasladan a las personas JULIO / SEPTIEMBRE 2015 175 CUADERNOS de pensamiento político que quieran considerarse buenos musulmanes la necesidad de convertirse en combatientes, etc., favorecen y posibilitan la materialización de las tesis de Setmarian. Respecto a España, nuestro pasado histórico nos sitúa como uno de los objetivos simbólicos más relevantes del imaginario colectivo de la militancia de la yihad internacional. España es así referencia recurrente en la propaganda, incluyendo la publicación en las redes sociales de fotografías de destacados lugares o monumentos españoles en las que también se visualiza la bandera del EI realizadas in situ por simpatizantes de la organización (Berenguer, 2014, 10). La campaña de visualización de estandartes negros también ha llegado a otros monumentos o lugares relevantes europeos. A pesar de los elementos anteriormente expuestos, Occidente no es el principal teatro de operaciones del terrorismo yihadista, y la actividad preventiva e investigativa permite neutralizar planes para cometer atentados en diversos países, así como episodios de captación y radicalización de simpatizantes. De hecho, los medios de comunicación occidentales y la percepción de la opinión pública al respecto difuminan los atentados cometidos contra víctimas, en su gran mayoría musulmanas, por organizaciones yihadistas en otros escenarios del planeta (Reinares, 2013, 5). CONCLUSIONES La estabilidad del norte de África, el Sahel y el África Subsahariana, así como la de las zonas de conflicto en Irak y Siria, es un objetivo clave para Europa, ya que la estabilidad interna de los países de estas regiones se relaciona con la seguridad tanto a nivel global como regional. De este modo, los conflictos importados de zonas como Siria e Irak o el norte del África y el África Subsahariana a territorio europeo son una de las principales preocupaciones en materia de seguridad para Europa. Esto lleva a plantearnos algunas preguntas cuyas respuestas influirán sin lugar a dudas en el panorama de seguridad europea. Debemos preguntar176 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 LA EXTENSIÓN DEL ESTADO ISLÁMICO POR EL NORTE DE ÁFRICA Y EL ÁFRICA SUBSAHARIANA / ANA BELÉN PERIANES nos si Europa seguirá a salvo de atentados masivos, cómo evolucionará la pugna entre la organización del Estado Islámico y al-Qaeda por el liderazgo mundial de la yihad, cómo progresarán los frentes de conflicto abiertos en Irak y Siria con el autoproclamado Califato y cómo actuarán los combatientes extranjeros que vuelvan a sus países de origen. La atomización y competición existente entre la organización del Estado Islámico y al-Qaeda y sus franquicias regionales por alcanzar el liderazgo de la yihad global puede llevar a Europa a un riesgo de atentados en su territorio, pero quizás en niveles inferiores de los que sufren otras regiones. También se plantea el riesgo de que la presión yihadista desestabilice aún más los Estados africanos más próximos a Europa y que su consolidación favorezca la ejecución de atentados terroristas en suelo europeo. Además, cabría la posibilidad de que las organizaciones yihadistas presentes en las regiones del Sahel, el África Subsahariana y el norte de África pudieran declarar algunas de esas zonas como tierra de yihad por diversos motivos, como la presencia prolongada de soldados occidentales en la región, si es que se diese el caso, y por el desarrollo de acontecimientos geopolíticos internacionales y regionales. La expansión africana del terrorismo yihadista podría debilitar y acabar con los avances que se han ido alcanzando en el ámbito económico, político, social y de seguridad en muchos países y regiones del Continente. La amenaza explícita del líder del denominado Estado Islámico a los países que colaboran con la coalición internacional liderada por Estados Unidos, se configura como uno de los retos más graves a los que se enfrenta la agenda de seguridad de la Unión Europea. La presencia en suelo europeo de militantes yihadistas con experiencia en armas y técnicas de combate puede suponer el riesgo de que decidan cometer atentados o reclutar y radicalizar a otras personas. La petición explícita de la organización del Estado Islámico para que simpatizantes y militantes yihadistas hagan la yihad en su país de origen sin necesidad de desplazarse a zonas de conflicto la agrava aún más. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 177 CUADERNOS de pensamiento político Las medidas europeas de prevención de la radicalización son imprescindibles para combatir el caldo de cultivo de la captación de simpatizantes (también de ciudadanos europeos conversos) y el reclutamiento de combatientes yihadistas. Para ello, debe darse la atención que merece a las políticas presupuestarias para la prevención de la radicalización y otros asuntos como la desradicalización de simpatizantes y excombatientes. El clima de crisis económica que impera en Europa puede dificultar que la opinión pública europea comprenda la necesitar de destinar importantes recursos económicos a políticas y programas de seguridad y defensa. La escasa cultura de seguridad europea hace preciso trabajar en la comunicación estratégica de cara a que la ciudadanía se sensibilice acerca del riesgo que supone la amenaza yihadista para Europa, ya que este fenómeno requiere a veces adoptar medidas costosas, tanto en el ámbito económico como social. Las causas profundas que favorecen la propagación del terrorismo yihadista merecen una especial atención y un enfoque integral con medidas de prevención y desradicalización, y no únicamente de seguridad en forma de medidas represivas. Los países y las organizaciones regionales africanas precisan cooperar firmemente con el objetivo de mejorar la gobernabilidad, la seguridad y el desarrollo de sus Estados, fomentando políticas socioeconómicas que reduzcan la desigualdad y mejoren la calidad de vida de sus ciudadanos. La pobreza extrema se ha constatado como un caldo de cultivo para la propagación del fundamentalismo islámico y el crimen organizado transnacional. La inestabilidad y el caos que impera en países del norte de África, el África Subsahariana y el Sahel han incrementado notoriamente los flujos irregulares de inmigración que soporta Europa. En este sentido, los inmigrantes irregulares, además de padecer terribles condiciones de vida, son susceptibles de caer en las redes del crimen organizado transnacional, que vulneran los derechos humanos y, a su vez, colaboran con las redes de los grupos yihadistas en sus actividades ilícitas. 178 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 LA EXTENSIÓN DEL ESTADO ISLÁMICO POR EL NORTE DE ÁFRICA Y EL ÁFRICA SUBSAHARIANA / ANA BELÉN PERIANES La colaboración y cooperación bilateral y regional con las fuerzas de seguridad y defensa de los Estados del norte de África, el Sahel y el África Subsahariana con el objetivo de proteger sus fronteras y mejorar sus capacidades es el mejor modo de proteger tanto su seguridad regional como la europea frente al salafismo yihadista y el crimen organizado. PALABRAS CLAVE • • • • • África Estado Islámico Califato Europa Salafismo yihadista Yihadismo RESUMEN ABSTRACT La ampliación de la agenda internacional del denominado Estado Islámico tras su extensión por el norte de África y el África Subsahariana, en un entorno muy próximo a la Europa del Mediterráneo (incluyendo a España), supone una gravísima amenaza para la seguridad europea. Con ello, la amenaza explícita a los países que participan en la coalición internacional liderada por Estados Unidos para combatir enclaves de la organización del Estado Islámico en Siria e Irak y el posible retorno de combatientes extranjeros a sus países de origen, ocuparán la agenda de seguridad europea tanto en el medio como en el corto plazo. The extension of the international agenda of the so-called Islamic State after its expansion over the north of Africa and SubSaharan Africa, very close to Mediterranean Europe (including Spain), is an extremely serious threat to European security. Given this situation, the explicit threat to countries participating in the international coalition led by the United States to fight the Islamic State’s positions in Syria and Iraq and the possible return of foreign soldiers to their countries of origin will occupy the agenda of European security both in the medium and in the short term. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 179 CUADERNOS de pensamiento político BIBLIOGRAFÍA Altuna, S. (2015): “¿Hacia dónde se dirige el terrorismo yihadista en Túnez? La realidad del terrorismo yihadista en Túnez tras la ilegalización de Ansar Al-Sharia”, 31 de marzo de 2015. http://www.ieee.es/ Galerias/fichero/docs_opinion/2015/DIEEEO27-2015_TerrorismoYihadista_Tunez_SergioAltuna.pdf Consultado el 7/4/2015. Alvarado, D. (2010): La Yihad a nuestras puertas. La amenaza de Al Qaeda en el Magreb Islámico, Madrid: Akal. 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JUAN TOVAR RUIZ La política exterior de la Administración Obama hacia Asia Oriental ¿GIRO HACIA EL PACÍFICO? n julio de 2010, en el marco de la Cumbre Anual del ASEAN, organización internacional de integración que abarca la mayor parte de los Estados del Sudeste Asiático, y después de la intervención de la entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton, defendiendo la libertad de navegación en el Mar del Sur de China, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Yang Jiechi, afirmó que “China es un país grande y otros países son países pequeños y eso es simplemente un hecho”1. Este discurso venía a reafirmar la sospecha de numerosos miembros de la Administración Obama y de diferentes analistas de la política internacional de la región, que veían una creciente asertividad de una potencia emergente como China, cada vez más consciente del estatus de gran potencia que le acompaña. E Esta situación de Asia Oriental, cuyas disputas territoriales y situación de equilibrios de poder regional han hecho que se susciten comparaciones con la Europa previa a la I Guerra Mundial, fue uno de los detonantes que llevaron a establecer la estrategia del famoso giro o “pívot”, cuya existenJuan Tovar Ruiz es profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Burgos y en la Universidad Autónoma de Madrid. 1 “U.S. takes a tougher tone with China”, The Washington Post, 30 de julio de 2010. http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/ar ticle/2010/07/29/AR20100 72906416.html. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 183 CUADERNOS de pensamiento político cia, sin embargo, ha sido crecientemente cuestionada a medida que otros escenarios regionales, como es el caso del Próximo Oriente tras la fallida “Primavera Árabe” o la crisis ucraniana en relación a Rusia, han ido adquiriendo protagonismo. De hecho, en su reciente discurso ante el Congreso de los Estados Unidos2, el primer ministro japonés Shinzo Abe, reclamaba que uno de los principales proyectos de la Administración Obama como es el de la Asociación Transpacífica fuera culminado. ¿Qué nos dice todo esto de la política exterior de una Administración que originalmente había convertido en su principal prioridad esta región emergente y en la que el propio presidente Obama se había autoproclamado “el primer presidente del Pacífico”? Este va a ser el objeto de estudio del presente artículo, a través del discurso y de los hechos de la citada Administración, y teniendo en cuenta aspectos clave como son los principales organismos del proceso de toma de decisiones, los principales actores del mismo y sus preferencias ideológicas o visiones del mundo en relación a la política exterior estadounidense. EL GIRO HACIA EL PACÍFICO DE LA ADMINISTRACIÓN OBAMA Las referencias de Obama hacia la región de Asia-Pacífico se remontan prácticamente hasta el inicio de su campaña presidencial en el año 2008 e incluso antes. Ya en el libro publicado con título La audacia de la esperanza, el candidato presidencial Obama planteaba que su experiencia vital en Asia-Pacífico y, concretamente en Indonesia, donde había pasado su infancia, había permeado su visión de la política internacional. En los famosos artículos que los candidatos para las primarias estadounidenses suelen publicar en Foreign Affairs, Obama destacaba y ponía en pie de igualdad a los aliados europeos y asiáticos, llegando a proponer el establecimiento de una Asociación Transpacífica que pudiese operar de manera similar a lo 2 “Japan Prime Minister Shinzo Abe argues for a Trade Deal in speech to Congress”, The Wall Street Journal, 29 de abril de 2015. http://www.wsj.com/articles/shinzo-abe-calls-for-closer-us-japan-ties-sealed-by-trade-pact-1430320692. 184 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 ¿GIRO HACIA EL PACÍFICO? / JUAN TOVAR RUIZ que sucedía con la relación transatlántica en el caso de los aliados europeos de Estados Unidos3. Una vez llegado al poder, el presidente estadounidense siguió remarcando la citada centralidad en numerosos discursos y documentos de carácter estratégico hechos públicos por la citada Administración. Uno de los casos más destacados sería el discurso que formuló en Tokio en 2009, proclamándose el “primer presidente del Pacífico”4, en contraposición a una política europea que le llevaba a declinar su asistencia a la Cumbre de Relaciones Transatlánticas de Madrid en 2010 o dedicar únicamente dos horas a los líderes de la UE tras la Cumbre de Relaciones Transatlánticas en Lisboa después de dos semanas de gira por Asia. De igual manera, y en una de sus primeras visitas a la India, el presidente Obama planteó la alianza de Estados Unidos con la India como “una de las asociaciones definitorias del siglo XXI”, remarcando la idea presente entre las élites estadounidenses de dicha potencia como “la democracia más grande del mundo”5. De igual forma, la secretaria de Estado Hillary Clinton, en su visita a China en 2009, llegó a plantear la idea, en un notable giro de los fundamentos de la política exterior estadounidense, de que asuntos como los derechos humanos no debían interferir en el diálogo en cuestiones clave como el cambio climático o las relaciones económicas y comerciales, si bien sostiene que no dejarían de presionar en la materia y, en sus memorias, que su afirmación fue malinterpretada6. Este posicionamiento sería modificado en el discurso de la Administración en posteriores ocasiones a la luz de las críticas producidas contra la política en esta materia, quedando ejemplificada en la visita realizada por el, en aquel entonces, presidente 3 4 5 6 Obama, B. (2008), La audacia de la esperanza, Ed. Península, Barcelona pp. 287-342. Obama, B. (2007), “Renewing American Leadership”, Foreign Affairs, vol. 86, nº 4, julio/agosto. Véase http://www.whitehouse.gov/the-press-office/remarks-president-barack-obama-suntoryhall. http://www.whitehouse.gov/the-press-office/2010/11/08/remarks-president-joint-session-indian-parliament-new-delhi-india. “Clinton: chinese human rights cant interfere with other crises”, CNN, 22 de febrero de 2009. http://edition.cnn.com/2009/POLITICS/02/21/clinton.china.asia/. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 185 CUADERNOS de pensamiento político chino Hu Jintao en 2011 y las referencias realizadas hacia la política china de derechos humanos tanto por parte del presidente estadounidense como por el presidente chino7. La propia secretaria de Estado proclamaría la centralidad de Asia Oriental para la política exterior estadounidense en una destacada publicación realizada para la revista Foreign Policy, en octubre de 2011, con el revelador título de America´s Pacific Century. En dicha publicación, la secretaria de Estado defiende, frente a la situación de retirada de tropas que la Administración estaba llevando a cabo en Afganistán o Irak, que sería Asia-Pacífico la región que marcaría el futuro de la política internacional en el siglo XXI y que, por lo tanto, Estados Unidos debería estar en el centro de la acción. Este artículo es profundamente revelador respecto de lo que el famoso “giro” supone para la política exterior de la Administración. De hecho, es uno de los primeros discursos en los que la palabra “pívot” es utilizada. En el discurso de la secretaria de Estado, que entroncaría con la estrategia dirigida por el propio presidente estadounidense, se declara que lo que se quiere realizar en Asia-Pacifico es algo similar a lo realizado en el espacio transatlántico, revitalizando alianzas estadounidenses tradicionales como las que han llegado a tener con Japón, Corea del Sur, Tailandia o Australia, y establecer nuevas asociaciones con otros Estados, además de una relación más estrecha con China, que permitiese afrontar los desafíos de índole tanto económica como política o de seguridad –se menciona el plan nuclear de Corea del Norte– y evitar las profundas desconfianzas que de manera expresa afectan a sus relaciones. Asimismo, defiende conceptos de gran relevancia como el de libertad de los mares, amenazado por los conflictos territoriales del Mar del Sur de China, expone abiertamente el apoyo a los derechos humanos y la democracia, y el apoyo a los procesos de integración regional, enmarcados en organizaciones como el ASEAN y la APEC o Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico, además de otros famosos proyectos de la Administración, como la Asociación Transpacífica. Dicho artículo, por tanto, plantea la centralidad vital de la región y la ne7 Véase http://www.whitehouse.gov/the-press-office/2011/01/19/press-conference-presidentobama-and-president-hu-peoples-republic-china. 186 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 ¿GIRO HACIA EL PACÍFICO? / JUAN TOVAR RUIZ cesidad de invertir en la misma en un momento de recursos escasos, al estar en el interés político y económico de Estados Unidos como “potencia del Pacífico”8. Igualmente relevante es la presencia de Asia-Pacífico en los documentos estratégicos centrales de la política exterior y de seguridad estadounidense. Esta presencia se encuentra recogida tanto en las Estrategias de Seguridad Nacional hechas públicas por la citada Administración en 2010 y 2014, como en las famosas revisiones cuatrienales de la política de defensa estadounidense o en las guías estratégicas sobre la materia que ofrece la Casa Blanca. Es en estos documentos donde el famoso “giro” parece implementarse, desarrollando las estrategias a seguir hacia Asia Oriental en el ámbito de la seguridad. Al igual que sucede en el artículo de Clinton y en algunos de los tempranos discursos del presidente Obama, la Estrategia de 2010 iguala a los Estados europeos y a los asiáticos como aliados de Estados Unidos en diferentes temas, que van desde la seguridad hasta los valores. Entre los aliados se menciona nuevamente a Estados como Japón, Corea del Sur, Australia o Tailandia y se cita de manera destacada la amenaza que supone la cuestión nuclear de Corea del Norte, además del apoyo a determinadas organizaciones regionales como el ASEAN. Asimismo, centra las relaciones entre Estados Unidos y Asia en cuestiones de carácter económico como el comercio y las relaciones bilaterales que mantiene con China o con la India, mencionando la relación con la primera como método de reconducir algunas diferencias como las que abiertamente sostienen en relación a Taiwán9. La Strategic Defense Guidance, documento que establece las directrices estratégicas del presidente estadounidense al Departamento de Defensa, trata la cuestión del “giro” o reequilibrio hacia Asia. En este documento se expresan de manera menos políticamente correcta algunos de los desafíos que dicha región plantea y ante los cuales se defiende el compromiso estadounidense con la paz, la estabilidad y la prosperidad de la misma. 8 9 Clinton, H. (2011), “America´s Pacific Century”, Foreign Policy, 11 de octubre. http://foreignpolicy.com/2011/10/11/americas-pacific-century/. Véase la citada estrategia en http://www.whitehouse.gov/sites/default/files/rss_viewer/national_security_strategy.pdf. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 187 CUADERNOS de pensamiento político Así, el citado documento, sin olvidar los desafíos en Europa o el Próximo Oriente, marca la política como una prioridad para su Administración y para el Departamento de Defensa ante los desafíos existentes, entre los que cabe remarcar el ascenso chino, la paz en la península de Corea, la necesidad de reforzar la cooperación con los principales aliados y de establecer una relación más estrecha con la India. Es interesante destacar cómo relaciona la gran variedad de formas en las que el ascenso de China puede afectar a la seguridad y la economía estadounidense, y cómo se vincula de manera estrecha el mantenimiento de la paz, la estabilidad o la prosperidad con el de un equilibrio fundamentado en unas capacidades y presencia militar en la región. Si bien las revisiones cuatrienales de 2010 y 2014 también hacen referencia a la cuestión del “giro”, especialmente relevante en relación al desarrollo de capacidades militares o a la dimensión genérica planteada en las Estrategias de Seguridad Nacional, es en este documento donde la estrategia se plantea de una forma más clara y directa10. En el caso de la Estrategia de Seguridad Nacional de 2014, probablemente la última que se hará pública durante la presidencia de Obama, se plantea la cuestión del reequilibrio de una forma más clara que en la versión de 2010. Se apuesta directamente por el apoyo a un rol mayor para la India, tanto en las instituciones regionales como en la política regional, viendo cercanía con la estrategia estadounidense hacia la región y por el reforzamiento de las alianzas. Se menciona de nuevo el desafío de Corea del Norte y el apoyo a Birmania en su “transición democrática” y reconciliación nacional. Se expone nuevamente el respaldo a los proyectos de integración regional mencionados, como el ASEAN o el Foro de Cooperación Asia-Pacífico y la famosa Asociación Transpacífica. Asimismo, y si bien se recogen los avances materializados con el acuerdo con China en emisiones de CO2 frente al cambio climático, se exponen los principales problemas en la relación bilateral con China marcados por las reclamaciones territoriales, la ciberseguridad, el creciente gasto en defensa que la propia estrategia se encarga de exponer que monitorizarán de manera estrecha, o la necesidad de que China asuma sus responsabilidades interna10 Tal y como se recoge en http://www.defense.gov/news/Defense_Strategic_Guidance.pdf. 188 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 ¿GIRO HACIA EL PACÍFICO? / JUAN TOVAR RUIZ cionales, desde la seguridad marítima hasta los derechos humanos, aunque da la bienvenida a una China estable, pacífica y próspera11. Viendo cómo se ha recogido en el discurso y en los documentos estratégicos de seguridad y política exterior la centralidad de Asia-Pacífico, parece necesario observar si los hechos de la política exterior estadounidense o los debates políticos e ideológicos que ha protagonizado respaldan las afirmaciones de sus líderes. Ya con anterioridad a la publicación de esta nueva Estrategia de Seguridad Nacional numerosos autores habían comenzado a poner en cuestión la plasmación de la misma en la realidad. LA POLÍTICA EXTERIOR DE OBAMA Y EL GIRO HACIA ASIA Para entender la política exterior de la Administración Obama hacia Asia Oriental y una vez vistos los principales discursos y estrategias sobre los cuales se asienta la política exterior estadounidense, hemos de recurrir también a los hechos a efectos de ver no solo lo que se dice sino también lo que se hace. En este sentido, es necesario mencionar como fuente primaria del desarrollo de la estrategia del “giro” los planteamientos defendidos por la propia Hillary Clinton en sus memorias, que entroncan con algunos de los documentos ya mencionados. La exsecretaria de Estado reivindica como proyecto propio –si bien con el apoyo decidido del presidente estadounidense y de su consejero de Seguridad Nacional, Tom Donilon– la idea del giro en una región en la que, frente al Próximo Oriente, la inversión de atención y recursos había sido mucho menor, según afirma este último12. En este sentido, establece la idea de que su primer viaje –de muchos– realizado a la citada región se fundamentaba en la idea de la necesidad de priorizarla, al considerar que en la misma se marcaría la política internacional del siglo 11 12 Véase http://www.whitehouse.gov/sites/default/files/docs/2015_national_security_strategy.pdf. “Foreign Affairs Focus: Donilon on U.S. Asia Policy”, Foreign Affairs, 6 de febrero de 2014. http://www.whitehouse.gov/the-press-office/2013/03/11/remarks-tom-donilon-national-security-advisory-president-united-states-a. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 189 CUADERNOS de pensamiento político XXI. A este respecto, y como razones justificativas, destacan las implicaciones del crecimiento de China para la región, los tratados establecidos con algunos de sus principales aliados en la zona, como Japón o Corea del Sur, y la necesidad de generar instituciones y normas de carácter regional similares a las existentes en el espacio transatlántico para evitar que las desconfianzas, fricciones y tensiones territoriales existentes, particularmente en el Mar del Sur y Este de China, conduzcan a un empeoramiento de la situación, si bien descartando a priori una política de contención hacia China. A esto se añade el desarrollo de una política internacional cada vez más asertiva o cuestiones relacionadas con valores e ideales como los derechos humanos y la democracia. En este sentido, el objetivo era conjugar la defensa de los intereses vitales estadounidenses sobre la base del reconocimiento de la libertad de navegación y sus implicaciones de carácter comercial y energético, con la idea de “dar la bienvenida” a una China que asumiese sus responsabilidades a nivel internacional y en ascenso. Clinton destacaba la figura de Kurt Campbell como figura clave en el desarrollo de la estrategia, nombrado de acuerdo con su segundo, Jim Steinberg, como encargado de llevar la política regional dentro del Departamento de Estado13. Las preocupaciones suscitadas por Clinton no fueron exclusivas del ámbito político. Destacados autores, particularmente neorrealistas, como es el caso del profesor de la Universidad de Chicago, John J. Mearsheimer, en el contexto de una competición cada vez más descarnada por la supervivencia y la hegemonía regional, planteó en 2001 la posibilidad de que China se convirtiese en un rival estadounidense con mayor potencial aún que la Unión Soviética, a la vista de sus datos de poder duro tanto a nivel económico como militar o demográfico. Planteamiento interesante, pues en tanto que los neorrealistas han sido los grandes críticos de las intervenciones humanitarias e ideológicas producidas a partir de los años 90, se han convertido en los mayores defensores de una política de contención enérgica frente a China14. 13 14 Clinton, H. (2014), Hard Choices, Ed. Simon & Schuster, Nueva York, pp. 39-82. Mearsheimer, John J. (2001), The Tragedy of Great Power Politics, Ed. Norton & Co., Nueva York, 2001, pp. 361-402. 190 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 ¿GIRO HACIA EL PACÍFICO? / JUAN TOVAR RUIZ A pesar de sus prometedores inicios y de un apoyo político al “giro” difícil de rebajar, los resultados no han estado a la altura de la retórica y el giro hacia el Pacífico ha pasado a un segundo plano dentro de las prioridades de la Administración estadounidense, especialmente en el segundo mandato. En realidad este abandono de la centralidad de dicha estrategia se debe a una pluralidad de razones que responden a diferentes elementos de la política exterior estadounidense: 1) El cambio en las prioridades estratégicas de la Administración Obama. 2) Los cambios personales producidos en el seno de los procesos de toma de decisiones. 3) Las razones expuestas en el debate interno sobre la conveniencia de realizar este giro al Pacífico. En primer lugar, parece claro que Hillary Clinton fue una de las principales impulsoras de un proyecto que tuvo una extraordinaria relevancia en el primer mandato de Obama. Sin embargo, tras su salida del Departamento de Estado las prioridades estratégicas empezaron a cambiar. Por un lado, el conflicto de Siria empeoraba y estuvo a punto de conducir a una nueva intervención militar en otro Estado del Próximo Oriente con consecuencias presumiblemente malas. A pesar de que la intervención se evitó en el último momento gracias a la mediación rusa, este conflicto quedó muy pronto opacado por los acontecimientos producidos en Irak con el surgimiento del Estado Islámico. A esto cabe añadir la cuestión ucraniana tras la anexión de Crimea por Rusia y la inestabilidad en el este del país. Finalmente, dos escenarios clave para el legado de Obama –el del restablecimiento de relaciones con Cuba y el de las negociaciones nucleares con Irán– dejaron la política asiática en un cuarto o quinto lugar entre las prioridades de la Administración. A pesar de la relevancia identitaria y de los discursos del propio presidente estadounidense, parece que estos elementos no han sido suficientes para mantener el famoso giro dentro de las prioridades de la Administración15. 15 Pei, M. (2014), “The America´s Pivot Paradox: Ukraine, Syria and Beyond”, The National Interest, 24 de abril. http://nationalinterest.org/feature/americas-pivot-paradox-ukraine-syria-beyond-10306. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 191 CUADERNOS de pensamiento político A esto cabe añadir como segundo factor el cambio producido en el entramado del proceso de toma de decisiones con diferentes hitos, como fueron el de la salida del sucesor de Gates y Panetta, Chuck Hagel, y, especialmente, la incorporación de un nuevo secretario de Estado que no parecía compartir las prioridades estratégicas de Clinton hacia Asia Oriental: John Kerry. Este último decisor ha dedicado una mayor parte del esfuerzo y energía a tratar las cuestiones del Próximo Oriente, como el proceso de paz entre israelíes y palestinos, el conflicto sirio o el plan nuclear iraní, y a reconducir la situación ucraniana antes que a la estrategia del “pívot”. De igual forma, en el Consejo de Seguridad Nacional, Susan Rice, mayor conocedora del Próximo Oriente como región frente al caso de Asia, sustituyó a otro defensor del giro como era Donilon16. Finalmente, a la vista de los desafíos que se afrontan en regiones esencialmente vitales para la política exterior estadounidense, como Europa y el Próximo Oriente, a la postre, en el debate entre grupos ideológicos y en los círculos políticos de Washington parece que, cuando menos temporalmente, perdieron los partidarios del giro frente a aquella parte del establishment que sigue centrando las prioridades estratégicas en Europa o el Próximo Oriente. Tiende a considerarse que los autores realistas han sido los principales defensores del giro, frente a neoconservadores y liberales intervencionistas. En este sentido, los posicionamientos de autores como Richard Haass o John Mearsheimer así lo sostendrían, como resultado del enorme desafío que el ascenso de China supone para el orden internacional establecido después de la Guerra Fría, y como rival por la hegemonía regional y la supervivencia. Sin embargo, esto es cierto solo parcialmente17. 16 17 Ibíd., “What happened to the Asia Pivot in 2013?”, Council on Foreign Relations, 20 de diciembre de 2013. http://www.cfr.org/china/happened-asia-pivot-2013/p32108 “Obama aims to reinvigorate Asia Strategy”, The Washington Post, 16 de abril de 2014. http://www.washingtonpost.com/politics/obama-aims-to-reinvigorate-asia-strategy/2014/04/16/4a46ed5e-c4bf11e3-bcec-b71ee10e9bc3_story.html. Véase también a este respecto el discurso de Donilon defendiendo el giro en un discurso ante la Sociedad de Asia en Nueva York el 11 de marzo de 2013. http://www.whitehouse.gov/the-press-office/2013/03/11/remarks-tom-donilon-national-security-advisory-president-united-states-a. Cabe destacar la existencia de un debate en la materia en importantes publicaciones estadounidenses, como Foreign Policy o The National Interest. Entre otras un ejemplo puede ser Indyk, M. (2012), “The Re-Pivot”, Foreign Policy, 20 de noviembre. Schaki, K. (2014), “The Pivot to Nothing”, Foreign Policy, 13 de abril. http://foreignpolicy.com/2014/04/23/the-pivot- 192 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 ¿GIRO HACIA EL PACÍFICO? / JUAN TOVAR RUIZ Stephen Walt, otro de los autores realistas más destacados, llegó a plantear que Estados Unidos debería hacer el giro en solitario, pues los líderes europeos no le acompañarían en el mismo. Tras la crisis ucraniana, el propio Richard Haass defendió la idea de girar hacia Europa contraponiendo la visión que había defendido en 2011 en el contexto de la intervención en Libia. De igual forma, también contribuyó la existencia de una parte relevante del establishment en política exterior que defendería la idea de la primacía europea en la política internacional estadounidense. Esto es fácilmente visible en la afirmación de Leslie Gelb en The National Interest, al sostener que Asia nunca reemplazará a Europa como principal socio en temas económicos o de seguridad, aunque reconoce que Obama no parece verlo así18. Pese a las últimas reformas realizadas en la Constitución y en la legislación japonesa –para que sus fuerzas de autodefensa puedan participar en misiones en el exterior, modificar su procesos de toma de decisiones e incrementar su gasto en defensa–, parece confirmarse, viendo las ultimas crisis, que la potencia norteamericana tiene que seguir apoyándose en los tradicionales aliados europeos para dar, cuando menos, una cierta imagen de multilateralismo en el exterior19. Por supuesto estas no son las únicas razones de la pérdida de relevancia del giro. Los problemas internos estadounidenses, como el famoso “secuestro” (el drástico paquete de recortes en sanidad, educación y defensa) y la falta de una estrategia clara para el giro, también son cuestiones de carácter central. Un último argumento puede añadirse: el de la falta de resultados de esta política. A pesar de los argumentos de sus defensores, el acercamiento a las diferentes potencias asiáticas ha tenido resultados limitados. Por un lado, los intentos de cortejar a la India, a pesar de la rivalidad estratégica que sostiene con China, no han bastado para modificar de to-nothing/ o Mazza, M. (2014), Can Obama Save his Mighty Pivot to Asia?, The National Interest, 18 de abril. http://nationalinterest.org/feature/can-obama-save-his-mighty-pivot-asia-10282. Haass, R. (2011), “Why Europe no longer matters”, The Washington Post, 17 de junio. http://www.washingtonpost.com/opinions/why-europe-no-longermatters/2011/06/15 /AG7eCCZH_story.html. Sobre Mearsheimer ver nota 13. 18 Walt, S. (2014), “There is no partnership in pivot”, Foreign Policy, 7 de agosto. http://foreignpolicy.com/2014/07/08/theres-no-partnership-in-pivot/ Gelb, L. (2012), “The Elusive Obama Doctrine”, The National Interest, nº 121, septiembre/octubre, p. 26. 19 “Japón aprueba las normas para ampliar el papel de su ejército”, El País, 14 de mayo de 2015. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 193 CUADERNOS de pensamiento político manera clara su política exterior, que únicamente de manera puntual coincide con la agenda estadounidense. Corea del Sur, más allá de confirmar la alianza estratégica previa y la común preocupación por el comportamiento y la actitud de Corea del Norte, no parece haberse convertido en un socio global –de hecho, a la hora de aplicar sanciones a Rusia como otros aliados hicieron previamente, se negaron–. Finalmente, el más interesado de los Estados asiáticos en el giro, Japón, se ha quejado de manera reiterada del incumplimiento de los compromisos estadounidenses de culminar la Asociación Transpacífica, entre las críticas de los senadores y representantes demócratas que, bajo el liderazgo de la senadora Elizabeth Warren, están bloqueando el proyecto del presidente Obama en el Congreso estadounidense. Ni siquiera en aspectos como el de la gobernanza económica mundial dicha estrategia tuvo demasiado éxito, a la vista de las discrepancias surgidas –también con sus aliados europeos– en torno al Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras y la primacía conseguida por el plan chino para establecer una zona de libre comercio frente al Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP) estadounidense20. CONCLUSIONES Los desafíos que justificaron la aparición de la estrategia del “giro” hacia el Pacífico se mantienen. China sigue sosteniendo una posición asertiva en los conflictos territoriales sobre los Mares del Sur y Este de China que dificulta la libre navegación, acompañada de un discurso nacionalista que eleva las tensiones con sus vecinos. Su crecimiento económico regional y su gasto en defensa –que ya ha superado al europeo–, junto con un sistema de equilibrios de poder que recuerda al previo a la I Guerra Mundial y el potencial desafío que puede suponer, añaden argumentos a favor de dicha estrategia. 20 Warren, E. (2015), “The Trans-pacific Partnership clause everyone should oppose”, The Washington Post, 27 de enero. http://www.washingtonpost.com/opinions/kill-the-dispute-settlementlanguage-in-the-trans-pacific-partnership/2015/02/25/ec7705a2-bd1e-11e4-b274-e5209a3b c9a9_story.html. “US Anger at Britain joining Chinese-led investment Bank AIIB”, The Guardian, 13 de marzo de 2015. Sobre Japón ver la noticia recogida en nota 1. 194 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 ¿GIRO HACIA EL PACÍFICO? / JUAN TOVAR RUIZ Pero a pesar de tener tantos argumentos favorables hay que responder una serie de preguntas sobre esta estrategia. ¿Es necesaria una política de defensa a gran escala para una región que plantea enormes desafíos para el orden mundial del siglo XXI, pero cuya naturaleza vital para la potencia estadounidense es discutible más allá de la cuestión china? ¿Es la estrategia adecuada para contener dicho ascenso o ayudar a modificar el comportamiento de China, en un momento de recursos escasos y a la vista de los elementos estructurales que operan en el ámbito de la política exterior estadounidense? La respuesta a ambas preguntas posiblemente sea negativa. Ya en décadas pasadas se vio un ejemplo principal de los malos resultados producidos en una zona discutiblemente vital materializados en el conflicto de Vietnam. En la actualidad, se han mostrado enormes dudas tanto sobre la solidez como la posibilidad real de que dicha estrategia pueda ser llevada a cabo. La estrategia de giro hacia el Pacífico fue criticada ya con anterioridad a su implementación, y en el segundo mandato del presidente estadounidense su centralidad parece haber pasado a un segundo plano como consecuencia de las causas mencionadas. A pesar de todo, los muy importantes problemas que dicha situación regional genera no solo no han desaparecido sino que se mantienen, y si bien tratar de afrontarlos mediante una estrategia en exceso ambiciosa no parece resultar la solución cuando otros escenarios demandan soluciones urgentes, esto no quiere decir que no sea preciso adoptar otro tipo de políticas más adecuadas. Una política de contención, similar a la que se utilizó frente a la URSS, no parece demasiado aconsejable, a la vista de la mutua interacción que en el ámbito político o económico existe en la relación entre China y Estados Unidos, tal y como reconoció en la entrevista para Foreign Affairs ya citada el exconsejero de Seguridad Nacional, Tom Donilon. Una opción menos costosa pero no menos decidida podría suponer un avance que permitiría afrontar los desafíos regionales de manera más efectiva. Debe tenerse en cuenta que, ante la modificación acelerada del escenario estratégico en Asia Oriental, cualquier posible cisne negro –que puede ir desde la ya patente desaceleración económica china JULIO / SEPTIEMBRE 2015 195 CUADERNOS de pensamiento político hasta un escándalo de corrupción, salud o medioambiental– podría cambiar el escenario regional a gran velocidad y por ello es necesario actuar con la máxima prudencia. Esta estrategia pasaría por apoyarse en mucha mayor medida en los vecinos de China temerosos de su expansión, antes que en una acción directa estadounidense. Ayudar a los aliados y no combatir por ellos se convirtió en una máxima utilizada por la Administración Nixon para evitar los malos resultados producidos por conflictos como el de Vietnam. En este caso, su necesidad y la oportunidad que plantean las antipatías regionales a las demandas territoriales de China no son menores. Deben ser los Estados que se sienten amenazados por el creciente poder chino y no Estados Unidos –máxime en una época de recursos escasos– los que asuman los mayores costes de su propia seguridad, aun con apoyo estadounidense, combinando dicha estrategia con la extensión de aquellas instituciones multilaterales o regionales que los citados Estados han defendido como necesarias. Únicamente en caso de amenaza directa debería recurrirse a otras opciones más enérgicas que pudiesen llevar a consecuencias no deseadas. De igual forma y como opción más importante, parece necesario corregir algunos de los principales errores cometidos por Estados Unidos al enfangarse en escenarios que perjudican las verdaderas prioridades de su política exterior; por ejemplo, en un proceso de construcción estatal como algunos de los desarrollados en Próximo Oriente o el producido como consecuencia de la crisis ucraniana, arrojando a un actor clave como es Rusia a los brazos de China, precisamente cuando a futuro podría ser necesaria para cooperar en otros escenarios estratégicos de mutuo interés como podría ser el caso chino. Finalmente, deberían potenciarse los aspectos más positivos de dicha relación cuando esté en el interés mutuo, tal y como se materializó en el reciente acuerdo para reducir las emisiones de gases que producen el cambio climático. El futuro en Asia-Pacífico no está fijado. De las decisiones a tomar por los líderes de ambas potencias dependerá el escenario que encontraremos a medio plazo y que muchos analistas creen que marcarán el siglo XXI. 196 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 ¿GIRO HACIA EL PACÍFICO? / JUAN TOVAR RUIZ PALABRAS CLAVE • •Asia Oriental•Estrategia Política exterior Estados Unidos Seguridad internacional • RESUMEN ABSTRACT Este artículo pretende analizar, mediante un análisis de los discursos, documentos estratégicos y hechos de la política exterior estadounidense, la actualidad y relevancia de la estrategia de giro hacia el Pacífico formulada por la Administración Obama en su primer mandato. This article seeks to analyse, by studying the speeches, strategic documents and facts of the American foreign affairs, the current state and relevance of the strategy to pivot to the Pacific stated by the Obama Administration in his first term in office. BIBLIOGRAFÍA Clinton, H. (2011): “America´s Pacific Century”, Foreign Policy, 11 de octubre. Obama, B. (2008): La audacia de la esperanza, Ed. Península, Barcelona. Clinton, H. (2014): Hard Choices, Ed. Simon & Schuster, Nueva York. Obama, B. (2007): “Renewing American Leadership”, Foreign Affairs, vol. 86, nº 4, julio/agosto. Gelb, L. (2012): “The Elusive Obama Doctrine”, The National Interest, nº 121, septiembre/octubre, pp. 18-28. Pei, M. (2014): “The America´s Pivot Paradox: Ukraine, Syria and Beyond”, The National Interest, 24 de abril. Mearsheimer, John J. (2001): The Tragedy of Great Power Politics, Ed. Norton & Co., Nueva York. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 197 CUADERNOS de pensamiento político El acuerdo del seny Superar el nacionalismo desde la libertad JUAN MILIÁN QUEROL Union Editorial S.A., 2014. 300 páginas. Pues bien, aplicar seny a la cuestión catalana es precisamente lo que propone Juan Milián, diputado del PP en el Parlamento de Cataluña, en su último libro El acuerdo del seny: Superar el nacionalismo desde la libertad (Unión Editorial, 2014), una defensa sin complejos del liberalismo frente al nacionalismo. Con estilo ágil y tono conciliador, que no condescendiente, el autor avisa sobre los costes de todo tipo que acarrea el nacionalismo, una ideología excluyente por definición que Milián propone superar por elevación y desde la li- bertad. Contra el nacionalismo, liberalismo. Su propuesta se desarrolla sobre tres ejes de actuación fundamentales: la sociedad civil, el reformismo institucional y el proyecto sugestivo de vida en común que vincule la idea de España con valores como la libertad, el pluralismo y la prosperidad. Así pues, el libro de Milián resulta de gran interés para comprender la situación catalana, pero sobre todo para ir perfilando soluciones de concordia entre españoles con vistas al periodo inmediatamente posterior a la espiral de elecciones municipales, autonómicas y generales en la que estamos inmersos. Su condición de diputado en el Parlamento catalán, unido a su formidable dominio de los autores liberales clásicos y contemporáneos, permite a Milián analizar el problema desde una perspectiva privilegiada y hacer una radiografía bastante exacta de lo que ocurre en Cataluña. Su análisis desde la lógica liberal ayuda a desmontar la tramoya unanimista que el nacionalismo catalán pretende desplegar para forzar la ruptura con el resto de España. Milián reclama más liberalismo y más derechos y libertades individuales, y menos “voluntad del pueblo” e irredentismo nacional. Se rebela contra el determinismo historicista de quienes presentan la secesión como JULIO / SEPTIEMBRE 2015 199 RESEÑAS La palabra seny no tiene traducción unívoca al castellano, de ahí que sea una de las palabras en catalán más utilizadas cuando se habla en castellano, sobre todo cuando se trata de ponderar las virtudes de los catalanes. Juicio, sentido común o cordura son algunos de los términos que se emplean para traducir el famoso seny, pero el vocablo ha hecho fortuna en versión original. Seny es precisamente lo que necesita Cataluña para evitar que siga adelante el desafío soberanista emprendido al calor de la crisis económica por Artur Mas, un político que en fecha tan reciente como diciembre del 2011 todavía rechazaba públicamente la secesión como “un planteamiento a corto plazo que, además de todos los problemas que tenemos en Cataluña, nos parta, nos divida el país”. CUADERNOS de pensamiento político RESEÑAS una suerte de destino manifiesto de Cataluña, inexorable. La secesión como destino manifiesto “Ahora la historia nos convoca”, decía la propaganda institucional de la Generalitat con motivo del Tricentenario de 1714, celebrado por todo lo alto el año pasado con el objetivo de difundir entre la ciudadanía catalana la idea preconcebida de que los catalanes llevamos trescientos años –desde el final de la Guerra de Sucesión– sojuzgados por un poder extranjero, y que ha llegado el momento de expulsarlo. “Vivir libres”, rezaba la correspondiente campaña del ayuntamiento de Barcelona, que inundó la ciudad de carteles que contraponían fotografías de barceloneses del año pasado (2014) con retratos pictóricos más o menos fieles de barceloneses de hace tres siglos (1714). La mera insinuación de que los barceloneses de hoy, ciudadanos de un Estado social y democrático de Derecho, o bien no vivimos libres, o bien tenemos algo que envidiar en materia de derechos y libertades individuales a nuestros antepasados anteriores a 1714, súbditos de una monarquía señorial anclada en el feudalismo, no solo supone un falseamiento torticero de la historia sino que además contamina nuestro debate público, en aras de la causa secesionista. Y todo ello, a expensas del sufrido contribuyente. Resulta descorazonador para un catalán que aspira a un conocimiento riguroso de la historia asistir a la desacomplejada consagración institucional de esa interpretación espuria de los hechos inaugurada por la Generalitat en diciembre del 2013, en puertas del Tricentenario, con el simposio “España contra Cataluña”. Un disparate, por decirlo en palabras de John H. Elliott. El hispanista británico, gran conocedor de la realidad catalana, lamenta la “deformación histórica” y advierte: “Ya hay una nueva generación en la España oriental que corre el peligro de alcan- 200 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 zar la madurez bajo la impresión de que la historia de su territorio natal se detiene en las orillas del Ebro”. Para Elliott, “con tal enfoque inevitablemente se retrocede a la historia nacionalista estrecha y cerrada que historiadores de la talla de Vicens Vives se propusieron ante todo desacreditar”. Poco les importa a los autores de esa deformación histórica el hecho de que Jaume Vicens Vives, el historiador catalán por excelencia en el siglo XX, explique en su Notícia de Catalunya que el objetivo de las clases dirigentes catalanas en la Guerra de Sucesión no era otro que “adquirir, a través de la victoria del Archiduque (Carlos de Austria), un lugar preeminente en la política española”. Es más: “La voluntad (de los catalanes) de intervenir en las cosas de España se inaugura en tono mayor durante la Guerra de Sucesión”. Por otra parte, Vicens Vives sostiene que los Decretos de Nueva Planta coincidieron con el despertar de la economía catalana y la transformación de la agricultura, en la medida en que “hicieron del campesinado un elemento social exclusivamente productivo, no necesariamente ligado a las vicisitudes históricas colectivas”. Vicens Vives, que siempre fue muy crítico con la interpretación romántica de buena parte de la historiografía catalana ochocentista, empeñada en idealizar la época de la monarquía Habsburgo en España, reivindica los efectos beneficiosos que sobre la economía catalana tuvo la nueva planta financiera del Principado que se fue desarrollando a lo largo del siglo XVIII y que culminó con el decreto que establecía la libertad de comercio con América para el conjunto de los territorios de la monarquía hispánica, acabando así con el secular monopolio de los puertos de Sevilla y Cádiz. “Territorialmente, hubo regiones más beneficiadas que otras por esta medida. En España, por ejemplo, Cataluña resultó extraordinariamente favorecida”, concluye Vicens Vives. El acuerdo del seny que propone Milián pone en valor las enseñanzas CUADERNOS de pensamiento político flexibilidad, sino la culminación de sus planteamientos. El invento del “derecho a decidir” Poco les importa a los autores de esa deformación histórica de la que habla Elliott que el argumento de los trescientos años de sometimiento forzado al Estado español no resista ningún tipo de análisis riguroso. Da igual. Les vale mientras favorezca la causa de la confrontación, en la medida en que fomenta en la sociedad catalana la idea de que Cataluña lleva demasiado tiempo sin regir su propio destino, sin ejercer en definitiva su derecho a la autodeterminación, oculto tras el eufemismo del “derecho a decidir”. Como si los catalanes no hubieran participado de forma decisiva en la elaboración y posterior aprobación de la Constitución española de 1978 y no ejercieran periódicamente, al igual que el resto de los españoles, su derecho a decidir en elecciones municipales, autonómicas y generales. Milián pone de relieve la inconsistencia del llamado derecho a decidir, cuyos partidarios se empeñan en identificarlo con un supuesto principio universal de radicalidad democrática que al parecer consiste paradójicamente en establecer que el pueblo catalán tiene derecho a autodeterminarse de manera unilateral e independiente de lo que digan la Constitución y las leyes. En teoría, un principio es una norma o idea fundamental que rige el pensamiento o la conducta, es decir, una pauta general. Sin embargo, la originalidad del principio de radicalidad democrática al que apelan los nacionalistas catalanes es que es un principio de caso único, porque solo es aplicable al pueblo catalán y, además, se limita a una única cuestión: ¿continuidad en España o secesión? Sobre la invención del derecho a decidir, Milián advierte que “la intención inconfesable de los inventores de dicho concepto no es otra que presentar a los contrarios a la secesión como antidemócratas”. Ni que decir tiene que a nadie le gusta aparecer como un antidemócrata. De ahí que el autor reclame “claridad en el lenguaje y precisión en las palabras”, y que exija a los secesionistas que abandonen los “disfraces pseudodemocráticos” y expliquen que lo que realmente proponen es “usurpar el derecho a decidir sobre las fronteras de España al resto de los españoles”. No reclaman el derecho a decidir, sino el derecho a la secesión unilateral sobre la inexistente base de que Cataluña es un sujeto político y jurídico soberano, esto es, independiente de facto. No es que el derecho a decidir “conduzca” a la independencia, sino que el derecho a decidir “es” la independencia. Ni más ni menos. No es un término medio que los nacionalistas consientan en prenda de su De hecho, Milián apunta que “si existiera el susodicho derecho a la separación de las minorías, la separación produciría nuevas minorías a las que por reciprocidad se les debería reconocer también el derecho a separarse de la nueva mayoría o a permanecer unida a la mayoría anterior”, y así sucesivamente. Es lo que en ciencia política se denomina “teoría de la infinita divisibilidad”. Tribalismo posmoderno. En efecto, el derecho a decidir que plantean los nacionalistas catalanes es de una arbitrariedad sin parangón. Porque, a pesar de la retórica universalista de sus voceros, queda claro que se trata de una magnitud cuya única unidad de medida es la Comunidad Autónoma de Cataluña. La arbitrariedad del artefacto, empero, no se acaba en esa discutible delimitación del ámbito geográfico y del cuerpo electoral del derecho a decidir, sino que, al mismo tiempo que intenta socavar sin más ni más el principio constitucional de la “indisoluble unidad de la nación española” sobre la base de que no se trata de un problema jurídico sino de “voluntad po- JULIO / SEPTIEMBRE 2015 201 RESEÑAS de Vicens Vives que la propaganda nacionalista intenta desacreditar. CUADERNOS de pensamiento político RESEÑAS lítica”, pretende blindar la indivisibilidad de Cataluña. Es decir, que, por mucho que diga la Constitución votada por amplísima mayoría del pueblo español y por más del 90% de los catalanes, eso de la indivisibilidad de España es una antigualla jurídica. Sin embargo, de la posibilidad de que en un hipotético referéndum de autodeterminación en Cataluña los barceloneses o los tarraconenses, por ejemplo, optasen en el ejercicio de su correspondiente derecho a decidir por seguir formando parte de España, ni hablar ni parlar. Derecho a decidir a la carta. Para Milián, “la democracia directa no es un paso hacia delante respecto a la democracia representativa, sino un paso hacia atrás”, por lo que, siguiendo a Dahrendorf, defiende la necesidad de rehuir el “romanticismo” de la democracia referendaria. liberados de la tensión de la responsabilidad individual que procura reemplazar por la responsabilidad colectiva o de grupo”. Pues bien, Milián propone en su ensayo que todos y cada uno de los catalanes nos aferremos a nuestra responsabilidad individual y asumamos desde un principio las implicaciones de nuestros propósitos, con conocimiento de causa. Nos recuerda que no podemos permitir que esa espectral responsabilidad colectiva, esa “voluntad del pueblo” a la que apelaba Mas en las últimas elecciones autonómicas catalanas (2012), difumine el hecho de que la secesión de Cataluña supondría, además de la anulación de la convivencia entre catalanes, una injustificable deslealtad hacia el resto de los españoles.“Frente a la tentación populista, necesitamos pluralismo y responsabilidad”, concluye el autor. Divinizar lo colectivo Los secesionistas han aprovechado esta época de inquietudes y ansiedades individuales derivadas de la crisis para generar en torno a su proyecto divisivo grandes expectativas colectivas que, por otra parte, no resisten ningún análisis sensato y riguroso. En su libro Milián contribuye a debilitar el mito del “expolio fiscal”; desmonta la quimera de la ampliación interna de la Unión Europa para adaptarse a una hipotética escisión de Cataluña; y cuestiona la viabilidad de la continuidad en el euro de una Cataluña independiente, entre otras cosas por la imposibilidad de acudir al Banco Central Europeo en busca de financiación. Luego, se pregunta: “¿Vamos a seguir ciegamente a quien propone la ruptura como solución mágica a todos nuestros problemas? ¿Vamos a estrellar nuestra nave contra las rocas por la soberbia de un líder desatado y encandilado por los cantos de sirena?”. Ortega avisaba sobre los peligros de divinizar lo colectivo. La gente, la sociedad –dice Ortega– tiende cada vez más a aplastar a los individuos, y el día que pase esto habrá matado la gallina de los huevos de oro. El acuerdo del seny bebe de Ortega. En este sentido, Milián señala que “las promesas de libertad colectiva solo pueden realizarse a través de la eliminación de libertades individuales, así como las promesas de sociedades igualitarias se acaban implementando con nuevos estamentos de privilegiados, los apparatchiki”. Y añade que hoy, en Cataluña, son los nacionalistas los que nos ofrecen el espejismo de la libertad colectiva; un concepto que, como el propio Milián indica, desenmascaró Hayek en Camino de servidumbre al apuntar que esta “no es la libertad de los miembros de la sociedad, sino la libertad ilimitada del planificador para hacer con la sociedad lo que se le antoje. Es la confusión de la libertad con el poder”. Decía Popper en su obra La sociedad abierta y sus enemigos que “el nacionalismo halaga nuestros instintos tribales, nuestras pasiones y prejuicios, y nuestro nostálgico deseo de vernos No en vano los nacionalistas personifican la nación atribuyéndole una voluntad, una conciencia, una memoria y, en definitiva, una identidad única como si de un individuo se 202 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 CUADERNOS de pensamiento político tratara, olvidando que si ya de por sí resulta bastante complicado atribuir una identidad homogénea a una persona, atribuírsela a una nación entera resulta sencillamente quimérico. En paralelo a esa ominosa humanización de la nación, los nacionalistas tienden a deshumanizar a los individuos que la conforman, apelando de continuo a la “voluntad del pueblo”, a la “conciencia colectiva”, etcétera. Así, la tan traída y llevada autodeterminación deviene en predeterminación, pues las fuerzas impersonales de la “comunidad imaginada” –en expresión de Benedict Anderson– se anteponen a la voluntad libre de sus ciudadanos. De ahí que los nacionalistas recurran de continuo a metáforas tan simplistas como la del divorcio entre Cataluña y España (sic) para dar cobertura a su proyecto divisivo, como si cada una de ellas fuera una única persona sin matices ni contradicciones. Soslayan los secesionistas que la sociedad que dicen querer emancipar es mucho más “Un referéndum independentista es un trauma para la sociedad”, advierte el quebequés Stéphane Dion, exministro de Canadá y padre intelectual de la célebre Ley de Claridad. Los nacionalistas, sin embargo, se empeñan en presentarlo como una fiesta de la democracia, y acusan a quienes en Cataluña y en el resto de España opinan como Dion de practicar el “discurso del miedo”. Resulta insólito que se atrevan a atribuir el “discurso del miedo” a quienes se limitan a advertir de los riesgos que conllevarían el referéndum y la posible secesión. Y que lo hagan, precisamente, aquellos que se empeñan en presentar la mejor etapa de la historia de Cataluña en términos objetivos de bienestar social, crecimiento económico y autogobierno –los casi treinta y siete años que van desde la aprobación de la Constitución de 1978 hasta nuestros días– como un periodo oscuro de privaciones y sinsabores que los catalanes debemos superar si no queremos que “la catalanidad desaparezca” (Jordi Pujol dixit). Paradójicamente, son los propios independentistas quienes a diario dan fe, aunque de manera involuntaria, de las bondades de formar parte de España JULIO / SEPTIEMBRE 2015 203 RESEÑAS Superar el nacionalismo desde la libertad El acuerdo del seny pasa por Vicens Vives y por Gaziel; por Ortega y por Cambó; pero también por Hayek, Popper, Berlin, Sen, Ignatieff, Dahrendorf, Zakaria, Maalouf, etcétera. Autores todos ellos que sin duda Milián conoce bien, porque los cita con propiedad y rigor en un ensayo cargado de argumentos e ideas, entreverado de citas elevadas pero que para nada resultan pretenciosas. No hay intercalaciones inútiles o impertinentes en su libro. Se nota que no es un ensayo escrito a vuelapluma, sino el resultado de años de observación de la realidad catalana, de una larga y profunda reflexión que, tras sedimentar, ve la luz precisamente cuando el autor experimenta con mayor intensidad la obligación moral de denunciar el discurso divisivo y excluyente que prevalece en el debate público catalán. Tras el relato del independentismo, explica el autor, late una imposición: no puedes sentirte español y catalán a la vez. compleja y diversa de lo que ellos pretenden, y se empeñan en presentar su ansiado referéndum como la solución mágica que arrancará de raíz el problema de Cataluña porque así los catalanes seremos por fin dueños de nuestro destino, como si hasta ahora no lo hubiéramos sido. ¿Afrontarán algún día los secesionistas el hecho de que su anhelada secesión no solo les separa del resto de los españoles, sino sobre todo de muchos catalanes que preferimos seguir siendo plurales y diversos en nuestra propia identidad? ¿Dejarán por fin de confundir la libertad con el poder? Quizá entonces se den cuenta de que, en lugar de solucionar un problema, su maniquea aventura nos ha sumido en otro mucho más severo, insoportable y difícil de remediar. CUADERNOS de pensamiento político cuando afirman que Cataluña es uno de los motores económicos de Europa, una de las regiones más dinámicas del sur de Europa con un PIB similar al de Finlandia o Dinamarca, además de ser la avanzadilla cultural de España. ¿Pero no habíamos quedado en que somos un pueblo secularmente oprimido y expoliado? Pues bien, parece que para ellos no supone un contrasentido el hecho de defender algo y su contrario al mismo tiempo, lo cual me parece perfectamente coherente con su determinación de alcanzar la secesión a todo trance, sin reparar en riesgos. IGNACIO MARTÍN BLANCO RESEÑAS La obra de Milián es importante, primero, porque invita a reparar en los costes del nacionalismo, en un contexto de omnímodo monopolio ideológico y mediático del discurso nacionalista. Segundo, por su defensa de la libertad y de la sociedad catalana como una sociedad abierta y plural cuyo destino no está escrito. Y sobre todo, tercero, porque no se limita a refutar la interpretación, estrecha y cerrada, de la realidad que los nacionalistas pretenden imponer, sino que aboga por revigorizar la idea de un patriotismo liberal que garantice las libertades individuales de todos y cada uno de los españoles. En palabras del autor, el acuerdo del seny es, entre otras cosas, “un acuerdo tácito entre españoles para fomentar la autocrítica en lugar de la confrontación”, “un contrato social para que actitudes individuales diferentes generen incentivos políticos diferentes, a favor de la reforma, de la mejora institucional continua y, en definitiva, del debate democrático maduro”. Agujeros del sistema Más de 300 asesinatos de ETA sin resolver JUANFER F. CALDERÍN Vitoria, Ikusager, 2014, 382 páginas. “Otra victimización adicional”. Así titula Carlos Fernández de Casadevante el epílogo con el que este catedrático de Derecho Internacional Público de la Universidad Rey Juan Carlos ha contribuido al exhaustivo estudio de Juanfer Calderín Agujeros del sistema. Más de 300 asesinatos de ETA sin 204 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 resolver. Casadevante se refería así a las terribles consecuencias que sobre las víctimas del terrorismo ha tenido el deficiente funcionamiento del sistema de justicia durante la campaña de violencia perpetrada por la organización terrorista nacionalista. En su opinión, es “francamente escanda- CUADERNOS de pensamiento político loso” que, tal y como analiza pormenorizadamente Calderín, más de 300 asesinatos perpetrados por ETA hayan quedado sin resolver1. La gravedad y contundencia de semejantes conclusiones ponen de relieve la pertinencia y la relevancia de un volumen impulsado por el Colectivo de Víctimas del Terrorismo, COVITE, para el que trabaja el propio autor. La lectura de la meticulosa in- 1 2 3 Como ha escrito Enrique Echeburúa, catedrático de Psicología de la Universidad del País Vasco, “la justicia cura, en cambio, la impunidad aviva el dolor de las víctimas”3. Esa justicia imprescindible a la que la víctima debe resignarse tras sufrir pérdidas irreparables no se ha satisfecho en un alarmante porcentaje de crímenes terroristas. Sin embargo, se subestima la magnitud del escándalo moral, político y social que ello supone. De ahí la necesidad y el valor de un libro que obliga a cuestionar el triunfalismo de una élite política que proclama con cierta incoherencia la victoria del Estado de Derecho sobre el terrorismo. ¿Puede realmente reivindicarse la auténtica derrota del terrorismo mientras tantos asesinatos quedan impunes? ¿Es compatible la victoria sobre el terrorismo con una impunidad penal, histórica e incluso política como la que emerge de la lectura de este libro? “Expertos animan a llevar los crímenes sin resolver de ETA a Estrasburgo”, El Correo, 10 de marzo de 2015. “Casadevante anima a acudir a Europa para esclarecer crímenes sin resolver”, El País, Edición País Vasco, 9 de marzo de 2015. Enrique Echeburúa, “Modulación emocional de la memoria: de las vivencias traumáticas a los recuerdos biográficos”, p. 176, Eguzkilore, número 8, San Sebastián, 2014, pp. 169-176. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 205 RESEÑAS Las causas de tan elevado nivel de impunidad son dispares, si bien la mayoría de esos casos están directamente relacionados con la incompetencia o la ausencia de determinación por parte del propio Estado español. Añade Casadevante que “no cabe invocar el contexto para justificar el incumplimiento” de las obligaciones del Estado para con las víctimas. De ahí que concluya que la investigación periodística realizada por Calderín podría servir de sustento para presentar “sendas demandas de las víctimas del terrorismo concernidas contra España ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por la violación de las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos”. Así ocurre porque, como señaló Casadevante en su comparecencia ante la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco en marzo de 2015, el trabajo de Calderín constata que el Estado “no ha actuado con diligencia y ha conculcado derechos de las víctimas a la verdad, la justicia, la tutela judicial efectiva y la reparación”2. vestigación realizada por Calderín resulta, en efecto, desoladora. Evidencia que la democracia española, a la que la violencia política de una banda terrorista como ETA ha desafiado durante los últimos cuarenta años, no ha logrado impedir una considerable impunidad penal como la que las páginas reseñadas revelan. La pérdida de expedientes, la destrucción de sumarios, el sobreseimiento de casos en pocos días, y numerosas negligencias y errores en investigaciones policiales y judiciales han permitido que un significativo número de víctimas del terrorismo no vean satisfechas sus fundamentales necesidades de justicia. RESEÑAS CUADERNOS de pensamiento político Desgraciadamente, algunos de los interrogantes que este volumen suscita no son nada alentadores para la sociedad víctima del terrorismo y para las víctimas directas de la violencia etarra. Así emerge del trabajo reseñado, en el que se muestra cómo tras el asesinato el 19 de julio de 1984 del guardia civil Antonio Torrón Santamaría, el juez dictó el auto de sobreseimiento provisional el 13 de diciembre de ese mismo año y el archivo cinco días después, sin que desde entonces se instruyera ninguna diligencia que reavivase el caso y evitase su prescripción. Como escribe Calderín, ni siquiera después de que el Ministerio del Interior tuviese constancia, en la década de los noventa, de quién fue uno de los asesinos del agente.También se muestra cómo el asesinato de Manuel Benito José en 1983 fue investigado durante dos escasos meses antes de su sobreseimiento ese mismo año. Otro asesinato, el de Basilio Altuna Fernández de Arroyabe, asesinado el 6 de septiembre de 1980, se cerró en diciembre de ese mismo año dado que, según el sumario, “se habían practicado cuantas diligencias se han estimado oportunas y necesarias”.También se recoge el testimonio de Ana María Vidal-Abarca, viuda de Jesús Velasco Zuazola, asesinado por ETA en 1980. Incoherencias y errores ortográficos en el procedimiento judicial provocaron la prescripción de este crimen impidiendo el enjuiciamiento de uno de los terroristas que participó en el mismo, José Lorenzo Ayestarán Legorburu, tal y como reconocieron otros dos etarras. También conocemos a través de este libro casos en los que los informes policiales incriminatorios de los etarras implicados en los crímenes no llegaron a manos de la justicia para conseguir su procesamiento. O el indulto para colaboradores de ETA que ocultaron la verdad a la Justicia y otras muchas deficiencias de la Administración sorprendentes, decepcionantes e inquietantes. Además, el volumen incorpora oportunamente las entrevistas que dos víctimas del terrorismo, Consuelo Ordoñez y Miguel 206 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 Ángel Madariaga, mantuvieron con presos de ETA supuestamente inmersos en procesos de reinserción. El deseo de las víctimas de entrevistarse con los terroristas expuso que a ninguno de estos se le exigió el cumplimiento de uno de los requisitos imprescindibles para acreditar su separación del terrorismo: la colaboración con la Justicia. El encuentro entre víctimas y verdugos relatado en las páginas reseñadas revela la politización e instrumentalización de un sistema penitenciario en el que se han presentado como modélicos casos de reinserción incompletos procesos de distanciamiento del terrorismo. Fue una de esa víctimas, Miguel Ángel Madariaga, envejecido por el cansancio de largos años reclamando justicia y verdad, quien logró que uno de esos internos etarras etiquetado como “disidente” de ETA, confesara en 2014 la autoría de un crimen perpetrado en 1980 y ya prescrito. Destaca Calderín la ineficacia de la Administración frente a la persistencia y el tesón de una víctima en su búsqueda por alguna forma de justicia: “Fue Miguel Ángel Madariaga, una víctima del terrorismo, quien arrancó la confesión de Pikabea. Fue Miguel Ángel quien se trasladó desde Zaragoza hasta Álava, hasta una cárcel repleta de criminales, para llevar verdad a quienes no tuvieron justicia. Fue la víctima de un brutal atentado la que se sentó delante del verdugo para lograr que, al menos, la familia de Carlos García supiese quien disparó”. El encuentro que en 2012 mantuvo con el etarra Valentín Lasarte la hermana de Gregorio Ordoñez, el dirigente del Partido Popular asesinado por ETA en 1995, expuso también una peligrosa manipulación del sistema penitenciario, como concluye Calderín: “Manifestó que desconocía la obligación legal de colaborar con las autoridades para CUADERNOS de pensamiento político acceder al tercer grado. Y más grave aún, en el cara a cara con Lasarte no solo reconoció a Ordoñez que había mentido en los juicios de asesinato una y otra vez, sino que dejó claro que ocultaba información y que obstaculizaba a sabiendas la labor de jueces y fiscales en la resolución de asesinatos de ETA. Todo, a pesar de que el recluso se encontraba en un programa penitenciario que podía derivar en el tercer grado, en la libertad condicional”. La publicación de este volumen coincide con el anuncio gubernamental de la creación de un centro memorial para las víctimas del terrorismo. De la lectura de este volumen se desprende que un verdadero y eficaz homenaje a las víctimas resulta imposible mientras permanezcan y nada se 4 5 6 7 Las reflexiones de la autora francesa son también apropiadas para enmarcar correctamente los desafíos que el terrorismo etarra todavía plantea y que, como la investigación reseñada demuestra, son considerables: “Rechazaremos las placas y los monumentos porque eso equivale a enterrar a los muertos. El único homenaje posible consiste en levantar la bandera de la lucha y continuar el camino”7. Las placas y los monumentos en recuerdo de las víctimas del terrorismo etarra son necesarios, pero insuficientes para garantizar sus fundamentales reclamaciones de justicia, e incluso contraproducentes si con esas placas y monumentos se pretende tan solo “embellecer la impunidad”. ROGELIO ALONSO Florencio Domínguez, “Adiós, Nanclares”, La Vanguardia, 27 de abril de 2012. Domínguez repitió este mismo argumento en una entrevista personal en el medio Periodista Digital el 30 de abril de 2012. Véase, http://www.periodistadigital.com/politica/justicia/2012/04/30/florencio-dominguez-eta-farc-agonia-fin-derrota-terrorismo-victi mas.shtml Jaime González, “Centro memorial para un país sin memoria”, Abc, 25 de marzo de 2015. Sandrine Le Franc, Políticas del perdón. Madrid: Frónesis/Cátedra UPV, 2004, p. 154. Ibíd., p. 110. JULIO / SEPTIEMBRE 2015 207 RESEÑAS El libro complementa su denuncia con una coherente crítica de la “deriva del planteamiento antiterrorista del PP” y de un Gobierno que en 2012 aprobó un “Plan de reinserción integral” que, siguiendo el ejemplo del PSOE al que tanto había criticado el Partido Popular, admitía la posibilidad de acercar a los presos etarra al País Vasco flexibilizando las exigencias para esos beneficios. El polémico Plan prescindía además de un requisito mínimo como el “arrepentimiento” para iniciar el proceso de reinserción. Como el periodista Florencio Domínguez señaló entonces, se había rebajado el listón para autorizar los traslados a cárceles del País Vasco4. haga por reparar las graves deficiencias que el libro expone. En palabras del periodista Jaime González, “no es con retórica ni con centros memoriales como lograremos evitar que los terroristas se adueñen del relato”5. En un contexto como el que este libro analiza, en el que además los representantes políticos de ETA han sido legalizados sin la más mínima condena de la sistemática violación de los Derechos Humanos perpetrada por la banda durante décadas, los homenajes a las víctimas corren el peligro de convertirse en actos que, parafraseando a Sandrine Le Franc, permitan “embellecer una política de impunidad”6. CUADERNOS de pensamiento político La razón conservadora Gonzalo Fernández de la Mora, una biografía político-intelectual PEDRO CARLOS GONZÁLEZ CUEVAS RESEÑAS Madrid, Biblioteca Nueva, 2015, 470 páginas. Gonzalo Fernández la Mora (1924-2002) –“el último de Franco”, como le denominó Arcadi Espada en su nota necrológica en El País–, no es un personaje popular, ni siquiera medianamente conocido. A lo sumo, se le recuerda como autor de El crepúsculo de las ideologías (1965), un libro que se interpreta generalmente como un intento de legitimar “el Estado de obras” franquista de los años sesenta. Sin embargo, y no solo por este libro –que no es, en absoluto, un panfleto–, Fernández de la Mora fue un hombre importante en el mundo intelectual y político español de la segunda mitad del siglo XX: diplomático, crítico de obras de pensamiento, ensayista –autor de dieciséis libros, además de su Memorias–, miembro del Consejo Privado del conde de Barcelona, ministro de Obras Públicas, uno de los fundadores de Alianza Popular y, quizás, el crítico más radical e inteligente de la Constitución de 1978 y del sistema político que se sustenta en ella. Por eso, el primero de los méritos de la biografía escrita por González Cuevas es traer a la palestra a un hombre a quien incluso sus enemigos consideraban culto y con talento y, al hilo de ello, ofrecer una interpretación a contracorriente, respecto a la historiografía predominante en la actualidad, del mundo en que aquel vivió. Pedro Carlos González Cuevas –profesor Titular de Historia de las Ideas Políticas, en la Uni- 208 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 versidad Nacional de Educación a Distancia–, es un reconocido especialista en la historia de las derechas (un plural que él mismo ha contribuido a consolidar) en España. En especial, ha estudiado Acción Española –una revista y un grupo surgido en 1930, monárquico y defensor de la tradición de acuerdo con la interpretación católica de Menéndez Pelayo–, y ha escrito una excelente biografía de su fundador y miembro más destacado, Ramiro de Maeztu. No es extraño, por tanto, su interés por un personaje, Fernández de la Mora, que fue llamado en los años cincuenta “el delfín de Acción Española”, y que habría de fundar una revista, Razón Española, que se ha considerado continuadora del ideario de aquel grupo. La biografía sigue un orden cronológico. Se van exponiendo los distintos episodios de la vida del biografiado y el contenido de sus conferencias y escritos. El autor demuestra su competencia tanto en los aspectos políticos como intelectuales, para interpretar el significado de unos y otros. Comienza por el origen familiar de Fernández de la Mora y continúa analizando las principales etapas de su vida, que podrían resumirse en cuatro: 1ª, el periodo de formación en la posguerra hasta su ingreso en la Escuela diplomática y su primer destino en el consulado de Frankfurt, que le CUADERNOS de pensamiento político sirvió para establecer contactos con importantes intelectuales alemanes; 2ª, la vuelta a España, en 1951, de la mano de Rafael Calvo Serer, y su integración en el grupo tradicionalista y monárquico de la revista Arbor –estrechamente vinculado con el Opus Dei, aunque Fernández de la Mora nunca perteneció a esta organización–, etapa que duró unos quince años en los que desarrolló un amplia actividad cultural; 3ª, la dedicación preferente a la política, a lo largo de poco más de una década, en el gobierno durante la última etapa del franquismo –próximo en estos años al grupo de Carrero Blanco–, y en la oposición durante la transición a la democracia; y 4ª, el retorno a la actividad intelectual, aunque con una profunda dimensión política, desde 1979 hasta su muerte en 2002. El estudio de la primera labor intelectual y del ejercicio de la crítica de obras de pensamiento efectuada por Fernández de la Mora en ABC entre 1963 y 1969 –cuyo contenido fue recopilado en siete volúmenes con el título de Pensamiento Español–, le lleva a González Cuevas a negar la caracterización de la España de mediados del siglo XX como un “erial” cultural. Además de dedicar una nota demoledora al autor de la expresión (Gregorio Morán) (p. 12), argumenta su tesis –que, por otra parte, no es nueva sino que ha sido defendida por otros muchos autores– de forma convincente exponiendo el contenido del debate intelectual de la época, y de libros de Fernández de la Mora como Ortega y el 98 (1961) o El crepúsculo de las ideologías (1965). En este tema, como en los demás, el autor se toma la historia en serio, cuenta lo que hay, trata de explicarlo en las circunstancias en que se produjo, en lugar de despreciarlo o reírse de ello porque no coincide con nuestro actual sistema de valores. En este sentido, su libro contrasta con la visión simplista y esperpéntica del franquismo que hoy es de curso normal. Según González Cuevas, Fernández de la Mora fue siempre mucho más un intelectual que un político. Sin embargo, no es extraño que un hombre que tan brillantemente defendía la legitimidad del régimen del 18 de julio por sus resultados más que por su origen, se viera llamado a la acción política directa. Partidario del nombramiento de Juan Carlos de Borbón como heredero del régimen de Franco, su carrera se vinculó entonces a los promotores de esta operación, Carrero Blanco y López Rodó. Fue un distinguido “tecnócrata”. Su crítica de las ideologías le alejaba de los falangistas y su antiliberalismo de los partidarios de don Juan de Borbón. Ocupó la Subsecretaría de JULIO / SEPTIEMBRE 2015 209 RESEÑAS Fernández la Mora pertenecía a una familia de clase alta, monárquica y católica, con raíces en Asturias, Galicia y Castilla, entre cuyos antecesores, por vía materna, estaban el político moderado Alejandro Mon y el neocatólico Alejandro Pidal. Nuestro personaje escribió una semblanza muy positiva de Alejandro Mon, y valoró extraordinariamente al político isabelino Juan Bravo Murillo (con quien se sentía profundamente identificado), pero, en general, expresó una opinión totalmente negativa del régimen liberal español. Consideraba que la Restauración con su sistema de representación individualista, la teórica división de poderes –que, en el fondo, significaba el predominio de los partidos políticos–, y un monarca despojado del ejercicio efectivo del poder, era igual de mala que la II República. Pensaba que Cánovas estaba sobrevalorado por la historiografía –era “casi un tabú” (p. 403)– y le tachó de ambiguo y oportunista durante el sexenio que siguió a 1868. Resulta paradójico que alguien tan crítico con el regeneracionismo de los hombres de 1898 fuera, en este aspecto –muy influido por Joaquín Costa–, tan semejante a ellos. Desde luego, si hay una constante en el pensamiento de Fernández de la Mora es su profundo antiliberalismo y el rechazo frontal del sistema liberal democrático. CUADERNOS de pensamiento político RESEÑAS Asuntos Exteriores en 1969, con López Bravo de ministro, y fue ministro de Obras Públicas de 1970 a 1973, desplegando una actividad con la que trataba de emular a su admirado Bravo Murillo. Tras el asesinato de Carrero, Arias Navarro no contó con él, aunque fue nombrado director de la Escuela Diplomática. En los estertores del franquismo, en un nuevo ambiente social e intelectual caracterizado por el descontento, Fernández de la Mora siguió pregonando los éxitos económicos del régimen, cuya continuidad creía asegurada en manos del rey Juan Carlos. Este fue, según confesó en sus Memorias, el gran error de su vida. En la transición figuró al frente de la Unión Nacional Española –un grupo de tendencia monárquico-tradicional–, que en octubre de 1976 se sumó al partido Alianza Popular promovido por Manuel Fraga, siendo uno de los llamados “Siete Magníficos”. Pero ni esta ni otras iniciativas –que son detalladamente expuestas en el libro– fueron suficientes para resistir la operación de cambio liderada por Adolfo Suárez. Fernández de la Mora expresó la crítica más radical al proyecto de Constitución y, ante la libertad de voto acordada por Alianza Popular, su voto fue uno de los seis contrarios al texto fundamental que se emitieron en el Congreso de los Diputados. Apartado de la política pero presente en la vida intelectual del país, la actividad de Fernández de la Mora –disminuida tras sufrir un infarto en 1988–, se volcó en la revista Razón Española, fundada por él en 1983, cuyo principal fruto fue la formulación de una filosofía llamada “razonalista” (de acuerdo con el término acuñado por el escritor vanguardista Ernesto Giménez Caballero), que supone la 210 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 culminación del esfuerzo racionalizador en que se empeñó durante toda su vida. Participó ampliamente en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, y publicó sus Memorias y diversos ensayos sobre la condición humana. A lo largo del libro, González Cuevas se manifiesta casi constantemente neutral respecto a su biografiado; sencillamente expone sus avatares, ideas y planteamientos, sin permitirse comentarios o conclusiones que no dejarían de estar justificados. Solo en una ocasión, al referirse al abandono por este del primer plano de la política, escribe que “la sociedad española perdió un gestor eficaz y un político honesto y culto; pero ganó un pensador, cuyo interés iba a centrarse en establecer los fundamentos de un nuevo conservadurismo a la altura de los tiempos” (p. 372). Lo que sí hace el autor es preguntarse por la posible influencia de ese conservadurismo en la nueva derecha española, y defender el caudal de ideas y estímulos contenido en la obra de Fernández de la Mora, compatibles –dice– con “el pensar inteligente de las nuevas generaciones, sean de ‘derechas’ o de ‘izquierdas’” (p. 436). Si, como escribió Isaiah Berlin, es conveniente leer a quienes no piensan como nosotros porque nos ayudan a conocer los puntos débiles de nuestros sistemas (porque ninguno es perfecto), esta excelente biografía, será, sin duda, de enorme utilidad tanto para los críticos como para los partidarios del liberalismo democrático, además de una valiosa fuente de conocimiento sobre los últimos cincuenta años de la historia de España. CARLOS DARDÉ CUADERNOS de pensamiento político ISIS: el retorno de la yihad PATRICK COCKBURN Editorial Ariel, 2015, 132 páginas. Asimismo, en cuanto a Siria, el autor deseaba destacar que la oposición armada está dominada por movimientos yihadistas; oposición que las potencias occidentales habían calificado como moderada y cuyos diversos grupos recibieron apoyo logístico, capacitación, armamento y hasta el “visto bueno” para encabezar la alternativa al Gobierno de Al Asad. Para Patrick Cockburn –corresponsal en Oriente Próximo del The Independent y de Financial Times, y autor de numerosas obras sobre la historia reciente de Iraq, así como de otros libros y memorias–, lo que parecía un movimiento marginal se ha convertido en un califato que abarca ya la frontera sirio-iraquí. De hecho, las principales conclusiones del libro parecen haberse confirmado con la posterior sucesión de acontecimientos. La fecha clave de todo ello es el 10 de junio de 2014, día de la toma de la ciudad de Mosul por el Estado Islámico. Y su principal tesis es el auge de la corriente suní en territorio iraquí, cuyo fin es dominar Oriente Medio y llegar a liderar el máximo espacio posible del islam (conviene recordar que el título original de su libro es The Jihadis Return: ISIS and the New Sunni Uprising). Como señala el autor, muchos actores de dentro y fuera de Iraq están ya involucrados en el conflicto y, ciertamente, el país tiene la capacidad de producir sucesos inesperados y sorpresas desagradables. Estamos ante un ensayo breve, redactado en forma de análisis, por quien conoce terreno, cultura, historia y personajes. En mi opinión, es un brillante ejercicio para comprender los potenciadores de riesgos en Oriente Medio, las claves de las rivalidades entre los diferentes actores enfrentados, los efectos de las intervenciones de Estados Unidos y las potencias occidentales (Inglaterra y Francia, principalmente), y las razones por las cuales han fracasado las “primaveras árabes”. Y la razón de fondo, el conflicto entre las comunidades suníes y chiíes. ¿A qué responde entonces el retorno de la yihad? Para Cockburn, este auge yihadista JULIO / SEPTIEMBRE 2015 211 RESEÑAS Esta obra se concibió inicialmente como una descripción del poder creciente de los movimientos yihadistas similares a Al Qaeda en el norte de Siria e Iraq, cuya importancia –al autor le pareció– habían pasado por alto los políticos, los medios de comunicación y el público en Occidente. En concreto, deseaba analizar el veloz surgimiento del ISIS (Estado Islámico en español), la situación de la comunidad sunita en Iraq y la incapacidad hasta la fecha del Gobierno iraquí para combatir una nueva y poderosa insurgencia que hoy en día mantiene en jaque toda esa región. RESEÑAS CUADERNOS de pensamiento político responde a la extensión de las corrientes wahabistas apoyadas, financiadas y exportadas internacionalmente por las monarquías suníes de Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, a las que habría que sumar el apoyo de Turquía y de Paquistán. Frente a esta corriente mayoritaria suní se encuentran las zonas chiíes, representadas principalmente por Irán, Iraq y el Hezbolá libanés (de los 57 países musulmanes, solo cuatro tienen una mayoría chií). De esa forma, el fenómeno ISIS hay que entenderlo como la expresión organizada y renovada de toda esa compleja realidad suní, potenciada además por el conflicto armado iraquí que dura ya más de diez años. camino de convertirse en un Estado fallido y las razones por las que sus fuerzas armadas no son capaces de hacer frente al Estado Islámico a pesar del enorme apoyo en financiación, capacidades, material y entrenamiento que reciben de las potencias occidentales. Y por último, las razones para comprender el conflicto de Siria, desde el auge de Al Assad hasta el desarrollo y la formación de pandillas rebeldes que alternan entre el saqueo, el vandalismo, la ley y el orden. Con razón se puede afirmar que Damasco es el epicentro de un conflicto geopolítico de difícil solución que involucra a Moscú y a las principales potencias occidentales. Con una visión y un planteamiento mucho más ambicioso, este nuevo yihadismo supera en capacidades a Al Qaeda –que era una organización terrorista trasnacional– y se configura como un auténtico Estado con vocación expansionista que rompe el statu quo de las actuales fronteras. Por esa razón, chiítas, alauitas, kurdos o cristianos figuran en su lista de comunidades a eliminar mediante una metodología del terror que consiste en el aprovechamiento eficaz de la propaganda que facilitan las nuevas tecnologías y en lograr la atención de la opinión pública a escala mundial. Por ello, la involucración de las monarquías árabes suníes en las operaciones armadas aéreas de la coalición internacional contra el Estado Islámico hay que entenderla solo desde una perspectiva: el intento de controlar al monstruo que ellas mismas han creado y que ahora amenaza seriamente el equilibrio de la región. Cockburn, corresponsal extranjero en conflictos armados, esboza una sugerente reflexión de obligada lectura sobre el trabajo que realizan los periodistas y los fallos de la opinión pública a la hora de enfocar los temas planteados (Capítulo 8, “Si sangra, manda”). Así, una poderosa ingenuidad, unida a las simplificaciones de buenos y malos, incapacita para elaborar análisis rigurosos de los hechos que permitan ayudar a comprender los escenarios y plantear opciones. Otros temas que se abordan con un acertadísimo enfoque son, entre otros, los siguientes. En primer lugar, el planteamiento y las consecuencias de la guerra contra el terror desarrollada por Estados Unidos en los teatros de Iraq y Afganistán, y la importancia de Paquistán y Arabia Saudí en la región. En segundo lugar, las causas por las cuales Iraq va 212 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 En resumen, sus opiniones convierten este ensayo en una obra de referencia para la comunidad académica, analistas e investigadores. Atendiendo a sus conclusiones, la configuración de Oriente Medio dependerá del realismo con que los poderes externos moderen sus propios objetivos de largo plazo. Las cuatro guerras libradas –Afganistán, Iraq, Libia y Siria– a lo largo de los pasados doce años han implicado la intervención extranjera abierta o encubierta en países profundamente divididos. Pero no hay que olvidar, a pesar de los aparentes éxitos militares, que en ninguno de estos casos la oposición local y sus promotores han logrado aún consolidar el poder o instituir Estados estables. Gabriel CORTINA CUADERNOS de pensamiento político Mi tierra prometida. El triunfo y la tragedia de Israel ARI SHAVIT Traducción: José Francisco Varela Fuentes Debate, Barcelona, 2014, 440 páginas. Los diecisiete capítulos de los que consta Mi tierra prometida. El triunfo y la tragedia de Israel se inician con el dedicado al súbdito bri- tánico y bisabuelo de Ari Shavit, Herbert Bentwich, un hombre religioso, romántico sionista, leal a la Corona británica y a su vocación judía. Junto a otros pioneros, en 1897 Herbert Bentwich desembarcó en el puerto de Jaffa para iniciar un viaje por la entonces llamada Palestina y ver la posibilidad de establecer un lugar de refugio para los judíos. Ciertamente no había nada parecido a una identidad nacional palestina en ese momento, pero los pueblecitos y las aldeas palestinas estaban habitadas por gentes afectadas “por la pobreza y las enfermedades”, que resultaron invisibles para Herbert Bentwich que, en cambio, supo ver en esa tierra un espacio para los supervivientes judíos de la Europa antisemita: “La Gran Palestina puede ser el hogar de judíos y árabes”, escribió. El escritor sionista Israel Zangwitt, que formaba parte de la misma expedición, sí vio “las ciudades palestinas de Jaffa, Lod y Ramla, los poblados palestinos de Abu Kabir, Sarafand, Haditta y Abu Shusha”, y siete años después del viaje, en un emblemático discurso en Nueva York, se alzó en contra del proyecto y anunció que, de llevarse a cabo, se tendría que usar la fuerza, “sacar a punta de espada a las tribus que ahora están en posesión de la tierra”, algo que fue visto como una herejía por el mo- JULIO / SEPTIEMBRE 2015 213 RESEÑAS No engaña a nadie. Para empezar, el escritor y periodista Ari Shavit (Rejovot, Israel) introduce el título con un posesivo en primera persona que anuncia su visión personal del Israel contemporáneo, sionista, para más precisión, y tamizada por una experiencia vital de miedo: “Desde que tengo memoria, estaba presente el miedo. Un miedo existencial”. Una visión de la historia de esa “tierra prometida” llena de muchas luces y algunas sombras que, según el autor, debería adentrarse en el futuro con el reconocimiento de los dos Estados, Israel y Palestina, y la salida de los territorios ocupados. Y lo hace con una prosa magistral, que se aprecia más allá de los errores y modismos locales de la traducción, nutrida por la evocación de la experiencia personal y familiar, por entrevistas a protagonistas de los hechos que relata, por referencias históricas y por su trayectoria como periodista de Haaretz y comentarista de televisión. Sin esconder un posicionamiento ideológico que se ha ido deslizando desde la izquierda laborista y el compromiso con Shalom Ajshav (Paz Ahora) hasta un centrismo puente entre el laborismo y el Likud nacionalista de Netanyahu. CUADERNOS de pensamiento político vimiento sionista, que acabó por expulsarlo de su seno. RESEÑAS Una parecida ceguera idealista afectó allá por los años veinte a los setenta y cuatro pioneros que fundaron Ein Harod, el kibutz mitológico que simboliza el Origen del Israel contemporáneo, creado gracias a que los colonos no vieron como obstáculo las ciénagas y las circunstancias históricas desfavorables, pero que tampoco vieron a los árabes desplazados. Y en 1936 a los líderes de la colonia de Rejovot, lugar de nacimiento de Ari Shavit, un lugar áspero convertido en un oasis de naranjos cuyos frutos se exportarían a todo el mundo, el necesario refugio para los judíos después del ascenso de Hitler en Alemania, “amenazado por las grandes fuerzas que azotan a la judería europea y que están transformando a la Palestina árabe”. Como se relata en el capítulo Masada, 1942, entre 1935 y 1936 los árabes empiezan a hacerse visibles a través de la violencia en la carretera Tul Karem y en las ciudades de Tel Aviv, en donde en tres días se sepultó a dieciséis víctimas judías, y Jerusalén, en el valle de Harod, en donde fueron incendiados cientos de naranjos, y en el kibutz de Kfar Menajem. Horrorizados, a los 350.000 judíos que vivían en Palestina en 1936 no les quedó más remedio que reconocer la realidad de su entorno y ver que se enfrentaban a “un movimiento de liberación árabe que deseaba que los judíos se fueran de las costas donde se habían establecido”. Después de aquel verano de 1936, que se zanjó con ochenta muertos y cuatrocientos heridos, la idea de “transferir” –retirar a la población árabe– empieza a cuajar como asunto central en el pensamiento sionista. A pesar de que líderes sionistas como Siegfried Lehmann creían que el sionismo no debía “establecer una colonia cerrada y despectiva en Palestina que ignorara a su entorno 214 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 y a sus vecinos nativos”, la ceguera adquirirá tintes trágicos en 1948. Después de que la Asamblea de la ONU respaldara el plan del establecimiento de un Estado judío y un Estado árabe, la Liga Árabe y los árabes de Palestina rechazaron la resolución 181 e hicieron estallar la violencia atacando convoyes de civiles en camino a Ben Shemen, cerca de la ciudad de Lod, en donde Lehmann había fundado una escuela de capacitación y de acogida de muchachos huérfanos. A los judíos les queda claro “que deben defenderse solos, porque nadie más vendrá a rescatarlos”. Después de serle presentado el plan a David Ben Gurion, las columnas del Tercer Regimiento se apresuraron a llegar a la ciudad de Lod y finalmente “el sionismo hizo una masacre en la ciudad de Lod” y además sus habitantes árabes fueron expulsados. La acción es vista por Ari Shavid como la “caja negra” del sionismo porque dejó de tenerse en cuenta el hecho de que miles de seres humanos pierdan sus hogares. El Estado sionista avanza gracias también a la ceguera con respecto a sectores de la propia población judía. Al silencio sobre los sobrevivientes de los campos de concentración, porque Israel es una país joven que se empeña en mirar hacia el futuro y “la continuidad israelí rechaza el trauma, la derrota, el dolor y los recuerdos desgarradores”. Y al silenciamiento de los llamados judíos orientales o sefardíes, procedentes de los países árabes de los que fueron expulsados, que empezarán a ser visibles gracias al partido Shas que, impulsado por el rabino Ovadiah Yosef y otros rabinos sefarditas menos conocidos, tendrá presencia política a finales del siglo XX con el liderazgo de Aryeh Deri que, según la periodista judía oriental Gal Gabai, “abordó el complejo de inferioridad de los judíos orientales y su sensación de nostalgia”. Y pasa como con algodones por sobre los ultraortodoxos, a la espera de que en un futuro, encuentren su lugar dentro del Estado, más allá CUADERNOS de pensamiento político de las yeshivot (centros de estudios del Talmud y la Torá). El libro de Avi Sharit, escrito originalmente en inglés, está destinado a los judíos norteamericanos que ven a su autor como un intelectual próximo a sus posiciones mayoritariamente demócratas. No obstante, a Mi tierra prometida. El triunfo y la tragedia de Is- La mirada de Ari Shavit es lúcida y penetrante y hace gala de una gran sabiduría narrativa, no esquiva los temas espinosos y dificultosos, aunque tampoco dé respuesta al problema con los palestinos, más allá de los buenos deseos del fin de la ocupación. Al modo israelí, no se conforma con palabras reconfortantes o justificativas ni con un automasaje de paños calientes. Su mirada no esquiva las lanzas y el fuego con que se sembró el camino exitoso, al día de hoy, de una sociedad, una nación que, como el ave fénix, resurgió de las cenizas de seis millones de cadáveres judíos europeos. LEAH BONNÍN JULIO / SEPTIEMBRE 2015 215 RESEÑAS Además de temas históricos y personales, Mi tierra prometida. El triunfo y la tragedia de Israel aborda aspectos políticos del Israel contemporáneo desde una posición un tanto desencantada del laborismo. Temas como el de la central nuclear israelí y de cómo se llevó a cabo su construcción y, sobre todo, la defensa de la posesión responsable de la que han hecho gala los distintos gobiernos israelíes que hasta la fecha ni siquiera la han utilizado como argumento o como amenaza frente a los países o grupos terroristas que lo han atacado. O el del peligro encapsulado en la voluntad de Irán de construir su propia central nuclear, del que Ari Shavit lleva unos cuantos años advirtiendo a través de sus colaboraciones en Haaretz, y sobre el que coincide con Benjamín Netanyahu, aunque le critique el modo en que se ha acercado a la administración de Obama: “Netanyahu no construyó dentro de Israel ni fuera de Israel la legitimidad necesaria para la drástica operación”. rael no le han faltado críticos. Ni en Estados Unidos ni en Israel. En Estados Unidos, de la mano de Norman Finkelstein, por ejemplo, conocido crítico de la política israelí, que le ha dedicado hasta un pequeño panfleto titulado Old Wine, Broken Bottle. Avi Sharit’s Promised Land, que considera el libro de Sharit como una actualización propagandística del sionismo. Por su parte, el israelí Noam Sheifat, a través del magazine online +972Magazine le critica su visión parcial de varón sionista askenazi, pues solo entrevista a un par de judíos orientales y a una mujer y, lo que es peor, su intelectualización de la violencia y su deslizamiento desde posiciones pacifistas justificativas de campañas militares defensivas. CUADERNOS de pensamiento político ¡Crear o morir! La esperanza de América Latina y las cinco claves de la innovación ANDRÉS OPPENHEIMER RESEÑAS Vintage Español de Random House LLC, EE.UU, 2014. 330 páginas. En ¡Crear o morir! La esperanza de América Latina y las cinco claves de la innovación, el analista político Andrés Oppenheimer nos vuelve a ofrecer una didáctica investigación en la que, combinando inteligencia con una buena dosis de optimismo, revela no solo las razones de por qué América Latina no destaca en materia de innovación sino también cuáles serían las claves necesarias para poder promoverla y así poder estimular el talento en nuestras sociedades. Como siempre, dispuesto a enfrentarse a las modas de los debates políticos de actualidad, el autor escoge y trabaja uno de los temas prioritarios para el desarrollo de las naciones latinoamericanas. Quizá, la característica más reveladora que apunta el autor como gran obstáculo para generar “ecosistemas” de innovación que representen un entorno favorable para los emprendedores sea que América Latina se encuentra en un entorno cultural, social y legal que castiga los fracasos. El autor señala que los grandes creadores fracasan muchas veces antes de triunfar y, en entornos severos contra el primer fracaso, triunfadores como Steve Jobs, por ejemplo, hubieran caído en desgracia siendo estigmatizados por la comunidad empresarial ante el primer traspié. 216 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 Conviene recordar que América Latina es un continente joven, con un gran potencial demográfico y que en las últimas décadas ha vivido una auténtica revolución en materia educativa. Hoy, dos de cada tres estudiantes son primera generación de estudiantes universitarios. Al mismo tiempo, mientras que en 1950 los estudiantes matriculados en centros de educación superior no alcanzaban los 300.000, hoy superan los 15 millones. Sin embargo y a pesar de estos logros, la región se enfrenta a un déficit en el desempeño productivo, producto del pobre manejo en materia de innovación. Por ejemplo, en materia de patentes internacionales de nuevos inventos, Estados Unidos registró 57.000 patentes ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) de las Naciones Unidas el año pasado, y Corea del Sur –un pequeño país que hace solo cinco décadas era más pobre que la mayoría de los países latinoamericanos– registró 12.400 patentes. En comparación, todos los países de América Latina y el Caribe juntos registraron cerca de 1.200 patentes, o sea, menos del 10% que las que registró Corea del Sur ante esa organización (Brasil registró 660, México 230, Chile 140, Colombia 80, Argentina 26, Panamá 18, Perú 13, Cuba 9 y Venezuela 1). CUADERNOS de pensamiento político Asimismo, de todos los recursos del mundo que se invierten en investigación y desarrollo de nuevos productos, solo el 2,4% se invierte en América Latina. Mientras que el 37,5% de la investigación mundial se invierte en los Estados Unidos y Canadá, el 32,1% en la Unión Europea, y el 25,4% en Asia. Además, las empresas privadas de América Latina lanzan al mercado un 20% menos de nuevos productos por año que las compañías en otras regiones emergentes del mundo. Es ilustrativo de este fenómeno un reciente estudio del Banco Mundial que señala que mientras que el 90% de las empresas en Polonia informó haber lanzado un nuevo producto en el último año, solo el 40% de las empresas en México hizo lo mismo ese año. De hecho, para abordar su investigación, Andrés Oppenheimer emprende un fascinante viaje, en él recorre y se detiene en aquellos casos de rutilante éxito en materia de innovación protagonizados por hispanos. Se trata de casos como el del peruano Gastón Acurio, que es propietario de una cadena de cuarenta restaurantes peruanos en once países y que popularizó la gastronomía de su país en todo el mundo; el del mexicano Jordi Muñoz, el CEO de 3D Robotics, una de las principales empresas de drones comerciales; Rafael Yuste, el científico español que revoluciona la neurociencia diseñando un mapa que nos podrá mostrar la actividad cerebral. Además, incluye en el relato invenciones con un fuerte compo- En su viaje también se detiene en el fascinante mundo de las impresoras 3D. No se trata de una digresión, pues Oppenheimer sugiere que nos encontramos ante las puertas de un nuevo paradigma que, aunque de forma gradual, exigirá a las economías repensar toda su estructura económica y productiva. Para finalizar el libro, el autor detalla cinco claves para mejorar la innovación en América Latina que, considerablemente sintetizadas, pueden enunciarse de la siguiente manera: Impulsar una cultura de innovación en la que se glorifique y venere a los creadores, como se hace, por ejemplo, con los deportistas, para estimular las habilidades y virtudes de los talentosos. Porque, en definitiva, cada emprendedor que se frustra es una fuente de riqueza y desarrollo que perdemos todos. Si estamos de acuerdo en que la clave de la prosperidad está en el empuje de personas excepcionales, hallarlas y cultivarlas debería ser una prioridad del Estado. Fomentar la educación para la innovación. En la era Google no es necesario que las escuelas enseñen información, la clave está en que enseñen a procesarla y fomenten la crea-tividad. Derogar las leyes que matan la innovación. Derribar las normativas que asfixian a los emprendedores es clave. En la mayoría de los paí- JULIO / SEPTIEMBRE 2015 217 RESEÑAS Con optimismo, Andrés Oppenheimer asegura que el problema no radica en que América Latina cuente con pocas personas creativas o emprendedoras. Por el contrario, el autor destaca que durante los cuatro años en que realizó la investigación para ¡Crear o Morir!: La esperanza de América Latina y las cinco claves de la innovación, se encontró con algunos innovadores exitosos de los más diversos sectores que están dejando una huella a nivel global. nente social como las del chileno Alfredo Zolezzi, que ha inventado un novedoso sistema de purificación de agua o las del guatemalteco Luis Von Ahn, fundador de Duolingo, un modelo de enseñanza de idiomas del que ya se benefician medio centenar de millones de personas en el mundo. Oppenheimer también cita a Salman Khan, que causa furor en YouTube, creador del sitio web Khan Academy donde propone las “escuelas al revés”, en las que los niños reciben el conocimiento en casa y van a la escuela a hacer sus tareas. CUADERNOS de pensamiento político ses de América Latina las trabas burocráticas asfixian a los emprendedores. RESEÑAS Estimular la inversión en innovación. Es vital invertir en Investigación y Desarrollo y en fomentar el capital riesgo. Mientras que Israel dedica a I+D el 4,3% de su PIB, Finlandia el 4%, Japón el 3,3% o EE.UU. el 3%; Brasil, que es el país de la región que más recursos destina a este rubro, solo lo hace con el 1,2% de su PIB. Asimismo, los recursos deberían provenir mayoritariamente de las empresas privadas, que son las que mejor conocen el mercado. Sin embargo, en América Latina no solo se gasta poco en comparación con el mundo desarrollado, sino que los fondos provienen fundamentalmente del Estado. Es decir, se gasta poco y mal. En esta recomendación Oppenheimer destaca el papel importantísimo que deben cobrar las universidades. Globalizar la innovación. Impulsar la internacionalización de la innovación incluye la posibilidad de permitir a los jóvenes estudiar en las universidades del mundo desarrollado. Por ejemplo, Corea del Sur, con apenas 50 millones de habitantes, tiene 71.000 estudiantes en EE.UU., la mayor parte en carreras de ciencias, mientras toda América Latina no alcanza ni la mitad de esa cifra. Con respecto al viejo discurso de la fuga de cerebros, el autor, en cambio, introduce en el relato la importancia de aceptar la circulación del talento como un fenómeno enriquecedor.A menudo algunos gobiernos se preocupan porque una parte de los recursos invertidos en talento puedan terminar siendo aprovechados fuera de su país. Sin embargo, y como afirma Oppenheimer, esto forma parte del proceso de inserción en el mundo actual. Este supuesto “coste” deben asumirlo sabiendo que se trata de un fenómeno de carácter bidireccional si se estimulan políticas destinadas a atraer talento. De hecho, si bien es cierto que los Estados tienen 218 JULIO / SEPTIEMBRE 2015 que entender el hecho de que ineludiblemente “perderán” parte del talento por el que han apostado, no es menos cierto que si aplican las políticas idóneas, también se beneficiaran de la inversión en talento fomentada por otros agentes económicos y en otras naciones. Andres Oppenheimer también subraya que la emigración y el movimiento de personas va a continuar, les guste o no a los países exportadores de cerebros. De manera que América Latina debería empezar a sacarles provecho porque los países ya no competirán por territorios, sino que lo harán por talentos. En la nueva economía global, la “circulación de talento” puede ser una ganancia para todos. Este enfoque moderno y abierto, que apunta también a un desarrollo del talento que va mucho más allá de la educación formal, al incluir la capacitación a lo largo de toda la vida de la persona, es muy bienvenido. Pues solo a través del estímulo de las capacidades individuales y con esta visión integral, podrán las naciones lograr un auténtico crecimiento y una mayor innovación tecnológica, con sostenibilidad y bienestar social. A lo largo de este texto, Oppenheimer no pierde la oportunidad de asombrarnos con “un mundo del futuro” que ya ha llegado, realizando una exaltación del desarrollo tecnológico como factor esencial del progreso, describiendo y recreándose en ciertos avances tecnológicos como, por ejemplo, el internet de las cosas, los drones destinados al uso comercial, los coches que se conducen solos o los avances de la robótica. Una vez más, el autor de Cuentos Chinos y Basta de historias, con su característica prosa incisiva y perspicaz, nos ofrece un texto de referencia que, con una visión moderna, contiene recomendaciones prácticas y viables para estimular el potencial creativo latente de América Latina. GUILLERMO HIRSCHFELD
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