Páginas 33-36 de Abriendo puertas: ampliando perspectivas La vida de Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades, «Prólogo» AN ÓNIM O que le faltaron al hacerlo, para completar la historia que relata Lázaro. Poseedor de los detalles del relato que ya ha leído, este lector encontrará en el «Prólogo» los datos que busca para poder entender a carta cabal una novela y un protagonista con los que se ha encariñado ya. Hay muchas cosas que hacen único, entre cuantos prólogos ha habido, el «Prólogo» de La vida de Lazarillo de Tormes; pero una de las fundamentales es que es partícipe esencial de la perfección del anonimato de la novela. La voz que escuchamos no es la del verdadero autor—anónimo acérrimo y figura tan velada como la de «Vuestra Merced»—sino la voz de su creación novelesca: el propio «autobiógrafo» Lázaro de Tormes. El recatado autor anónimo del Lazarillo nos ha dejado en buenas manos durante casi cinco siglos. ¡Cuán verosímilmente nos cuenta Lázaro sus propias verdades! Antes de leer Dos opciones se ofrecen al lector de nuestro siglo para apreciar al máximo el «Prólogo» de este prototipo del género picaresco español, La vida de Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades. La primera es empezar, como parece haberlo hecho su «autor» Lázaro, con el «Prólogo». Así el lector leerá lo que brinda, pero bajo una limitación: la de desconocer de antemano a esta vívida e incomparable figura literaria, verdaderamente sui géneris, Lázaro de Tormes, y sus móviles al relatar su vida «muy por extenso» y «del principio». La segunda opción—dejar el «Prólogo» para más tarde—será tal vez la más factible y recomendable para el lector de hoy, acostumbrado como está a la forma de la novela. Si la novela que leemos es buena—y ésta es buenísima—, en nuestros tiempos confiamos que podremos esperar ver en ella verdades profundas, muchas veces comunicadas de mejor modo que en un relato no ficticio. Sin embargo, recuérdese que la novela, o «patraña», va reinventándose en las páginas mismas del Lazarillo. Aquí tenemos delante, en este momento, la primerísima creación novelesca que finge ser verdad. Los lectores del siglo XVI no tenían ni la costumbre ni la facilidad nuestra de creer en las «patrañas» de una novela. Sencillamente no estaban acostumbrados. El lector de nuestra era llega fácilmente al Lazarillo. Sabe que el camino más directo a la verdad de la vida de Lázaro de Tormes es conocer primero al niño, recrearse con sus mañas, y vivir con él sus desventuras. Hoy, si el lector opta por empezar saltando por ahora el «Prólogo», sin lugar a dudas se apresurará después a buscar en el «Prólogo» los datos Abriendo puertas Recursos en línea Vocabulario deleitar—agradar; complacer. perjuicio—daño. alabar—elogiar. aborrecido—odiado predicar—hacer un sermón. ánima—alma. ruinmente—de mala manera. nonada—cosa de poco valor. ahondar—profundizar. suplicar—rogar; pedir encarecidamente. loar—alabar; elogiar; celebrar. Al leer Consúltese la Guía de estudio como herramienta para comprender mejor esta obra. 2 © Houghton Mifflin Harcourt Publishing Company Los estudiantes no sólo podrán darse cuenta del peligro personal que corre Lázaro al escribir a «Vuestra Merced» y relatarle «el caso muy por extenso»—otra adversidad más en la larga serie de adversidades que ha sido la vida de Lázaro—sino también de las múltiples ironías que implica el «caso»: entre ellas, el hecho de ser amenazado Lázaro con intercambiar papeles con los delincuentes cuyos delitos él, en su oficio, declara a voces. Su propia descripción del oficio de pregonero: «acompañar los que padecen persecuciones por justicia y declarar a voces sus delitos» (pág. xx). Otra: ante la posibilidad de terminar remando en las galeras del emperador Carlos V, a las que se refiere en un ingeniosísimo giro verbal al fin del «Prólogo»; la expresión, figurada o no, de Lázaro, protagonista de una constante «Fortuna contraria», cierra con su deseo de salir «a buen puerto»—es decir, a salvo—, «con fuerza y maña remando». Ningún lector del Lazarillo de Tormes negará que a Lázaro le sobra fuerza y maña para sobrevivir. Después de leer Conviene saber que la palabra «caso» es la más decisiva no sólo del «Prólogo» sino también de la novela Lazarillo de Tormes. Para comenzar, «caso», en su sentido más amplio, significa cosa que ocurre, o también asunto, pregunta o problema. Lázaro se refiere al «caso» aquí, en su «Prólogo», y no lo vuelve a mencionar sino hasta el tratado séptimo, inmediatamente después de declararse seguro de la bondad de su mujer, y de declarar a los protagonistas del «caso»—él, su mujer y el Arcipreste—, «todos tres bien conformes». (pág. xx) Aunque es cierto que el vocablo «caso» ocurre en otros contextos un par de veces en otros tratados del Lazarillo de Tormes, su referente ahí es claramente otro. El «caso» que viene al caso aquí, el «caso» del que el lector no debe hacer caso omiso, es el «caso» expuesto en el último tratado: la cosa que ocurre en casa de Lázaro y que anda en boca de todos: que Lázaro se ha hecho marido no sólo cornudo sino conforme. Conviene saber que por lo menos un crítico ha visto en el Lazarillo un incipiente capitalismo en el mundo renacentista español, capitalismo en el que la vida económica depende, no del individuo que se dedica a producir para llevar su producto al mercado, sino de una novedad en las relaciones de trabajo entre el pudiente y el pobre, en las que todo se reduce a amos, por un lado, y servidores, por otro. El estado de Lázaro al final de la novela no es únicamente deshonroso. Es personalmente peligroso. Una ley de la época declaraba que a un marido que consintiera, a cambio de un beneficio económico, que su mujer fuera amante de otro hombre, se lo condenaba, la primera vez, a vergüenza pública—ser llevado por la ciudad en carreta, pregonando su delito el pregonero—más diez años de remar en las galeras del rey; la segunda vez, la condena, además de cien azotes, lo mandaba a remar en galeras perpetuas, es decir, por el resto de sus días.1 (Para un estudio más amplio de este asunto, véase el artículo «Hacia una mejor comprensión del Lazarillo» en el AP Spanish Literature & Culture Home Page.) Este argumento se basa en un punto de vista que divisa en la literatura del siglo XV solamente al noble, al rico y al cura partícipe del poder de la Iglesia; y mantiene que al pobre, si existía, no se le veía. Esta perspectiva rechaza del todo el concepto del estado deshonroso de Lázaro, y declara a éste ganador en su guerra personal por la supervivencia, porque ha conseguido al fin vivir a expensas de un rico. Ve en su estado al fin de la novela una burla practicada por Lázaro al Arcipreste.2 1 Woods, M.J., «Pitfalls for the Moralizer in Lazarillo de Tormes», MLR 74 (1979), citado en Parr, James A., «Rhetoric and Referentiality: Historical Allusiveness and Artful Innuendo», Crítica Hispánica, Vol. 19, Nos. 1 & 2. Pittsburgh: Duquesne University, 1997. Abriendo puertas Recursos en línea 2 Rodríguez Gómez, Juan Carlos, La literatura del pobre. Granada: Editorial Comares, 1994. 3 © Houghton Mifflin Harcourt Publishing Company en todos sus aspectos, y en particular, en el momento culminante de la novela, ¿qué opinas? ¿Cuál puede ser el referente de la palabra caso? ¿Qué contenido tiene en el contexto de la historia? Si no conoces los tratados, vuelve a esta pregunta cuando los hayas leído. Preguntas 1. Típicamente, los novelistas escriben los prólogos de sus novelas en su propia voz, y no en la voz de sus protagonistas. Al parecer, ¿quién habla en este prólogo? ¿De quién es la voz que se dirige a Vuestra Merced? Reflexiona en lo que sabes de este personaje al momento de crear su «Prólogo»—al contrario de los momentos que va a recordar en su historia. ¿Cuántos años crees que tiene? ¿Crees que sabe leer y escribir? Defiende tus conclusiones al respecto, con pruebas extraídas del texto. 5. ¿Qué impresión tienes del tipo de documento que pretende ser Lazarillo de Tormes? ¿Se presenta como sencilla novela? ¿Pretende ser una carta? O, ¿pretende ser alguna otra cosa? Defiende tu juicio con evidencia del texto, ya sea del «Prólogo», o de los tratados del Lazarillo. 2. Mucho se habla de la perfección del Lazarillo de Bibliografía Tormes en múltiples sentidos. El perfecto anonimato de la novela es uno de los principales. Es tan insondable hoy como lo fue en el siglo XVI. Sin embargo, sus páginas, particularmente las del «Prólogo», delatan aspectos y cualidades de su autor anónimo. Vuelve sobre el «Prólogo», de comienzo a fin, en busca de las huellas del autor: pensamientos o referencias, usos o maneras de presentarse a través de sus palabras. ¿Cuánto puedes llegar a saber de él a base de estas investigaciones textuales? Detalla tus descubrimientos, citando del «Prólogo». ¡Ojo!, no te olvides de que tu punto de referencia aquí es el autor anónimo, y no Lázaro. Bataillon, Marcel. Pícaros y picaresca. Madrid: Taurus Ediciones, S.A., 1969. del Monte, Alberto. Itinerario de la novela picaresca española. Barcelona: Editorial Lumen, 1971. Fernán-Gómez, Fernando. Historias de la picaresca. Barcelona: Editorial Planeta, S.A., 1989. Lázaro Carreter, Fernando. La vida de Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades. «El genero picaresco» (págs. 7-17); «Cuadro cronológico», págs. 21-24; y «Estudio preliminar», págs. 25-40. Tarragona: Ediciones Tarraco, 1976. Parr, James A. «Rhetoric and Referentiality: Historical Allusiveness and Artful Innuendo», Crítica Hispánica, Vol. 19, Nos. 1 & 2. Pittsburgh: Duquesne University, 1997. Rico, Francisco. La novela picaresca y el punto de vista. Barcelona: Editorial Seix Barral, S.A., 1969. Rico, Francisco. La vida de Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades, «Introducción», págs. IX-LXXXI. Barcelona: Editorial Planeta, S.A., 1980. Rodríguez Gómez, Juan Carlos. La literatura del pobre. Granada: Editorial Comares, 1994. 3. Como si hicieras una traducción de otro idioma, expresa en tus propias palabras, comprensibles para cualquier lector de hoy, el sentido de la última frase del «Prólogo», la que comienza «Y pues Vuestra Merced…». Al hacerlo, no dejes de tratar el significado que puede tener la palabra caso en el contexto de esta frase. 4. Si has leído ya los tratados del Lazarillo (págs. xx – xx), compara tus impresiones de la presencia de la palabra caso aquí con su presencia en el Tratado séptimo (pág. xx). Pensando en la vida de Lázaro Abriendo puertas Recursos en línea 4 © Houghton Mifflin Harcourt Publishing Company
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