como escribir un libro curso.do

Creatividad: Cómo Escribir un Libro super rápido con Mapas Mentales.
Esta técnica nos permitirá escribir un libro, un informe o cualquier escrito de una forma muy veloz,
acortando los tiempos en más de diez veces.
El ejemplo de desarrollo lo realizaremos sobre la creación de un libro de novela que es lo más complejo.
Es fundamental no mezclar el funcionamiento de nuestros dos hemisferios cerebrales para que no se
inhiban mutuamente.
Tendremos que recordar entonces que nuestro hemisferio derecho es CREATIVO, en tanto que el
hemisferio izquierdo es LÓGICO.
Por lo tanto, si apenas tenemos una idea la analizamos caemos en un proceso de parálisis creativa.
Así que a la hora de realizar nuestros mapas tendremos una primera etapa de puras ideas y creatividad,
sin ningún análisis.
Y una segunda etapa, dónde puliremos el mapa usando nuestro análisis crítico.
Y luego podremos repetir el proceso la cantidad de veces que deseemos, siempre sin mezclar las
funciones cerebrales.
Pasos para Crear un Libro:
Tenga a mano papel y fibras de colores para desarrollar los mapas.
Trace el centro del mapa y escriba en él: Ideas generales del Libro. Use la Corriente de Imágenes y
enfoque su creatividad en ese punto. Desarrolle el mapa con total libertad, usando líneas, nodos,
colores, dibujos, símbolos. Anote TODO: títulos posibles, ideas generales de argumento, personajes,
líneas de acción, escenarios, etc. sin darle ninguna prioridad a nada, sólo dejando que fluyan las ideas y
anotándolas en el mapa. Este primer mapa va a ser como una "cantera" de la cual vamos a sacar
posteriormente puntos de partida para los otros mapas. Una vez finalizado lo analizamos y lo pulimos.
Tengamos en cuenta que no es un trabajo definitivo, sino que puede ser ampliado y modificado
permanentemente.
Realizamos de igual forma el mapa mental de "Personajes". Ubicamos ese título en el centro del
mapa y usamos la corriente de imágenes para crear nuestros personajes principales. También los
podemos tomar de películas, series, etc. sin copiarlos exactamente igual, sino captando su esencia. De
igual manera que el punto anterior, luego de pulirlo podemos ampliarlo y modificarlo la cantidad de
veces que sea necesario.
Aplicamos el procedimiento otra vez y hacemos el mapa mental de "Argumento" dónde iremos
desarrollando las grandes líneas narrativas primero y en los nodos siguientes haremos las líneas de
acción más detalladas. Tambien aquí podemos tomar las líneas básicas de películas, series, otras
novelas, etc. sin copiarlos tal cual, sólo los puntos básicos.
Nuestro mapa mental siguiente será el de "Escenarios" dónde anotaremos los lugares más
importantes y sus características en dónde se desarrollará la acción narrativa del mapa anterior.
Trabajamos sobre estos cuatro mapas mentales iniciales la cantidad de veces necesaria para pulirlos y
cuando estamos conformes seguimos con el proceso.
Ahora sí comienza un trabajo más ajustado. Hacemos el mapa mental de "Primer capítulo" y
anotamos allí la estructura básica, combinando las ideas que surgieron de los mapas anteriores.
De igual forma vamos trabajando todos los capítulos siguientes hasta terminar nuestra novela.
Este procedimiento evita la "parálisis de la hoja en blanco". Cuando la estructura de mapas está
terminada, plasmarla en palabras es sólo cuestión de minutos. Al no tener que concentrarnos en la
estructura básica, que ya está resuelta, entonces podemos abocarnos totalmente a elegir las palabras
más certeras para crear nuestra obra.
Si bien el ejemplo que vimos está aplicado a la creación de una novela, el mismo modelo puede
adaptarse a todo tipo de escritos: manuales, libros de texto, libros de autoayuda, informes, etc.
Como escribir un libro
¿Cómo escribir un Libro? 10 Consejos Prácticos
--Uno.
Los autores novatos no conocen cuál es el propósito de su libro.
Responda la siguiente pregunta, “¿Porque está usted escribiendo un libro?” ¿Busca usted fama y
fortuna? ¿Lo hace para afrontar un reto? ¿Desea posicionar la marca de su negocio y ganar dinero?
¿Desea entretener a su audiencia?
--Dos.
Los autores que recién comienzan desconocen lo que su audiencia preferida desea o quienes son ellos.
Los autores tienen una idea y comienzan a escribir como si oyeran una voz automática. Si escribe
ficción, ¿en dónde está su audiencia? ¿desea que ellos sean entretenidos? Si la obra trata de autoayuda,
¿cuáles beneficios obtendrán sus lectores luego de haber terminado de leer el libro? ¿En dónde está su
audiencia para usted poder anunciarles? (dése cuenta que sus lectores no se encuentran en las librerías;
ellos están en internet.)
Siempre es mejor escribir el libro que su audiencia desea y no escribir un libro y tener la esperanza que
la gente lo compre.
--Tres.
Los escritores novatos piensan que ellos necesitan escribir un libro impreso de 200 o más páginas y que
para publicarlo requieren de los servicios de un agente y un editor.
Actualmente las audiencias se encuentran en internet y ellos desean libros cortos y fáciles de leer. Los
lectores no necesitan muchas historias debido a que su tiempo para leer es limitado. Ellos necesitan
información rápida y fácil. Los miembros de su audiencia estarían dispuestos a comprar e imprimir un
libro electrónico pequeño que no tenga más de cien páginas. Mientras que el libro resuelva su
problema, a sus lectores no les importará quién es el editor.
escribir
--Cuatro.
Quienes comienzan escriben un capítulo introductorio acerca de SU historia.
Inicialmente, su audiencia desea conocer lo que usted puede hacer por ellos. Si usted narra su historia,
involucre a su cliente utilizando un formato para “USTED”. Es mejor colocar su historia personal en el
último capítulo o en las páginas finales de su libro.
--Cinco.
Los escritores no saben que ellos necesitan escribir primero el capítulo más fácil, no deben seguir
necesariamente el orden del 1 al 8.
Si los autores optan por escribir primero un capítulo difícil, se encontrarán atorados fácilmente y es
posible que renuncien o se queden enfrascados en una investigación eterna. Cuando los autores utilizan
"el Modelo de Escritura de Capítulos Rápidos" de la autora Judy Cullins, ellos escribirán un texto que
fluirá naturalmente, en forma de conversación.
libro
--Seis.
Los autores principiantes piensan que es necesario investigar mucho.
Realmente, lo que usted sabe ya está en usted con respecto un tema en particular. Realice una corta
lista de preguntas acerca de un tema para cada capítulo de su libro. Luego contéstelas. Ahora usted
tiene una parte de la mitad de su capítulo. Las investigaciones normalmente reflejan que sus lectores
desean estar comprometidos, no que les digan las cosas. A ellos les gusta descubrir, pero no que les
enseñen.
----Siete.
Tanto los autores profesionales como los novatos escriben continuamente sin dar un respiro a sus
lectores o sin darles una razón para continuar leyendo.
Permita que sus lectores volteen las páginas hasta el final. Coloque encabezados que enuncien
beneficios en los capítulos localizados en la mitad de su libro de no ficción. Utilice un “gancho” en el
encabezado o luego del encabezado para motivar a los lectores a terminar de leer el capítulo. Formule
una pregunta o dos que los incluya y que sea consistente con el lugar en que se encuentran ahora en
relación con el reto planteado.
--Ocho.
Los autores olvidan utilizar un gancho en el comienzo, a la mitad y al final de cada capítulo.
Los escritores se lanzan a hablar a sus lectores acerca de todo tipo de información que posiblemente
ellos ni siquiera desean.
Usted, el autor, debe motivar a su lector para que continúe leyendo hasta finalizar cada capítulo. Y de
esta manera todo el libro. Ahora, usted tendrá un fuerte equipo de ventas todas en las obras, todo el
día que darán una excelente recomendación de su libro a sus contactos.
----Nueve.
Los autores no saben que un gancho incluye algunas preguntas con relación a la ubicación actual de su
audiencia o algunos hechos que afectan a su lector.
Luego de utilizar el gancho, permita conocer a sus lectores cuál será el beneficio que recibirán al leer el
capítulo.
---Diez.
Los autores de no ficción olvidan colocar un cierre al final de cada capítulo.
Quizás los autores siguen una lista que contiene una serie de pasos de acción. Incluya siempre un último
párrafo que dé a los lectores una razón para continuar leyendo el siguiente capítulo. Recuerde, los
beneficios venden.
¿Que es una novela?
Una novela es una larga narracion literaria en prosa. El género tiene raíces históricas tanto en el ámbito
de la medieval y el romance moderno y en la tradición de la novela. Esta última suministra el término
genérico presente en el siglo XVIII.
¿Que diferencia hay entre una novela y un cuento?
La principal diferencia es su longitud. Aunque algunos cuentos son extensos, una novela tipo tiene mas
paginas. Otra diferencia es la cantidad de personajes que posee, en el cuento son uno o dos
protagonistas, en una novela los hay en mayor cantidad. Esas son las diferencias basicas entre un
genero y el otro.
¿Como escribo una novela?
Si bien no existe, ni va a existir nunca, un metodo para escribir una novela. Hay ciertos tips o ideas que
uno aprende a lo largo del tiempo que le facilitan la tarea. Convengamos que, como se dijo
anteriormente, una novela tiene muchos personajes y muchos conflictos, lo cual genera un trabajo
arduo en recordar, generar y resolver los conflictos de los personajes.
1) Tener una idea.
A muchos no les va a costar y a otros si. Lo principal que deben formularse es una idea, algo que decir,
algo que expresar. Puede ser tristeza, enojo, celos, felicidad, etc. Cada uno vuelca en una hoja (O un
documento Word) su mente y sus emociones. Yo quiero decir con idea, a una generación espontanea
en la mente de uno de un problema o un conflicto imaginario que podría ser volcado fácilmente en una
ficción. Recuerden eso, la novela es una FICCIÓN, es todo mentira, es una invención nuestra. Una vez
que tenemos una idea que puede ser (por poner ejemplos) Un hombre que lo maltratan en el trabajo,
un planeta lejano en el que habitan monstruos de cinco cabeza, un pirata amargado que vive su vida en
un bote de remos, etc. Todo va a salir de sus mentes y de lo que sientan.
2) Crear protagonistas.
Este es el segundo paso, los que van a actuar en nuestra novela son los personajes, son nuestras
invenciones. Algo MUY importante es que los actores de nuestra novela no deben ser iguales entre si.
Es decir, cada invención nuestra tiene que tener su propia personalidad y comportarse de modo
diferente a los otros personajes. Un modo muy practico de hacer esto es basar a nuestra invención en la
personalidad de una persona real.
Entonces cuando creemos un problema o haya un dialogo nos podríamos preguntar "¿Que diría fulanito
en una situación así?" y redactar una respuesta. Cabe aclarar que un personaje no debe ser una persona
siempre, puede ser un extraterrestre, una mesa, un perro, lo que se nos venga a la mente. Los actores
de nuestra novela se separan en tres grupos principales:
A) Personajes principales.
B) Personajes secundarios.
C) Personajes terciarios.
Los personajes principales son los protagonistas de nuestra obra, son aquellos personajes que al
sacarlos la novela no seria la misma. Pueden ser uno, dos, tres o cientos. Los que nosotros queramos.
Los personajes secundarios son aquellos que no son de vital importancia pero cumplen un rol
significativo en la novela. Algo que hace muy interesante a un relato de estas características es que los
personajes secundarios tengan una personalidad muy marcada, eso los hace confundirse con los
principales y generan un atrayente en el lector. Y por ultimo los personajes terciarios con aquellos que
en el cine serian los extras, no cumplen ningún rol importante en la novela, pero tienen que estar allí.
Construccion de un personaje.
Un personaje no se genera de la nada, es decir, el lector cuando lee no sabe el carácter ni nada del
personaje. Nosotros, que somos los escritores, si lo podemos saber. Para tener una guía practica a
mano de cada actor de nuestra novela, es conveniente, en una hoja aparte, hacer una lista de todos los
personajes que vamos agregando conforme avanza el relato. Antes de empezar a escribir debemos
saber, al menos, los personajes principales. Vamos a darle un nombre, una edad, una nacionalidad, una
historia y una personalidad. Aunque el lector no sepa nunca su nacionalidad, tiene que tener una.
Aunque el lector nunca sepa su edad, tiene que tener una. ¿Por que? Por que ayudan a darle una
personalidad, que es lo mas importante que tiene un personaje. Uno no debe decirle a lector todo del
personaje, uno debe dejar que su carácter fluya por la novela y vaya desenmascarándose poco a poco.
3) El ambiente
Cada novela transcurre en uno o varios lugares. Esos lugares varían de acuerdo a como nosotros
vayamos encaminando la historia. Pero en general, es conveniente tener dos o tres sitios donde los
personajes principales van a ir si o si. Tenemos infinadades de lugares a donde pueden arribar nuestros
personajes, pero debemos encargarnos de describirlos correctamente. La construccion de un lugar no
es dificil, ya que no esto no es una pelicula, podemos crear pasadizo secretos, escaleras, sillas, etc,
cuando nosotros queramos.
4) La trama
Esto, ademas de los personajes, es la parte mas importante de una novela. A nosotros nos enseñaron
en primaria que un cuento se compone de tres partes:
Introducción que es donde se conocen a los personajes, nudo que es donde se genera el conflicto y
desenlace que es cuando se resuelve dicho problema. Una novela dista mucho de esta base. Lo que
diferencia (entre otras cosas) a este genero de un cuento es la cantidad de problemas, la novela tiene
problemas constantemente, siempre hay problemas por resolver. El problema principal puede no existir
o aparecer al final de la misma. Una novela no necesariamente tiene un desenlace, por que puede
poseer un final abierto en el cual se abran miles de hipótesis sobre la conclusión del relato.
Tips para escribir una novela.
A) Escribir una sinopsis de la novela en una hoja o menos. Esto nos ayudara a seguir una linea en
nuestro relato, ideal para no irse por las ramas.
B) Conocer el final de la historia de antemano o tener algunos finales posibles. Esto es muy importante
por que nos permite guiarnos mejor en el plano literario y saber el destino de los personajes. Es ideal
tener muchos finales para poder darle un toque al descenlace de nuestra novela, por que da un toque
extra.
C) Al final no deben haber cabos sueltos. Todo, absolutamente todos los problemas deben resolverse a
lo largo del relato. Aquellos que no se resuelvan deben ser dejados deliberadamente por el autor para
una continuacion o secuela. Si dejamos cabos sueltos le quita prestigio a nuestra obra. Es poco
placentero leer una novela en la cual hay muchas cosas sueltas.
D) No abusar de la suerte ni de la habilidad de los personajes. Esto quiere decir que la suerte y las
habilidades son recursos no renovables, no debemos abusar mucho de estas dos cosas por que generan
una incredulidad en el lector. Si bien es una ficcion, una personaje con mucha suerte o con habilidades
extraordinarias e invencible, simplemente es aburrido.
E) Generar diálogos. Los diálogos son cruciales en las novelas. Por lo menos es mi estilo generar mucho
dialogo entre los personajes, ademas de eso se pueden generar mas conflictos. Pero tampoco hay que
abusar, mucho dialogo muy seguido suele perder al lector. Recordemos que el lector imagina, no ve
nada, no es una película.
F) Describir bien. Los adjetivos no se gastan ÚSENLOS, un relato con mucha descripción es mas ameno y
genera mas impacto imaginativo en el lector.
G) No intentar tramas muy complicadas. Si bien una trama complicada genera mas impacto en el lector,
no debe ser muy extensa. Es decir no debe ser confusa. Si tenemos en mente una trama complicada lo
mejor es hacer un cuadro o pequeñas sinospsis.
H) Dividir bien los capítulos. La novela tiene capítulos pero no debemos abusar de ellos. Tenemos la
opción de colocarle o no un titulo a una división del relato. En caso de colocárselo debe ser descriptivo
o generar intriga en el lector (Que es lo que lo hace seguir leyendo).
I) Ser atrapante en el relato. Esto no se puede explicar muy bien, a lo que me refiero es que debemos
intrigar al lector. Al generar dudas en la mente humana, esta automáticamente busca respuestas, si
tenemos un relato muy conciso, es decir muy cerrado al lector, despejaremos de dudas la mente del
que lee y eso no es bueno.
J) No pretender crear una obra maestra. Uno NUNCA va a estar satisfecho con su obra, agregarle
personajes, lugares y cientos de cosas a veces hacen que nuestra novela se torne aburrida. Debemos
seguir un esquema planteado de antemano y desviarnos lo mínimo posible del mismo. Recuerden que
podemos escribir todo lo que queramos que nadie nos cobra impuestos.
L) No irnos por las ramas. ¿Que quiero decir con esto? No generar dialogos o conflictos que no sirven o
que entorpecen la lectura. De nada sirve crear un dialogo en un bar que no tenga relacion con los
hechos de la novela, simplemente no sirve y ademas dificulta el entendimiento del lector.
M) Somos escritores y lectores. No tenemos que ponernos nada mas en la piel del escritor, por que
como tales conocemos cada detalle de la obra. El lector, en cambio, no lo hace. Solo conoce una parte
de la historia, y la imagina diferente a como nosotros lo hacemos.
N) Tener un cuaderno pequeño donde anotar ideas. Esto es muy importante por que las ideas no salen
cuando sentamos el culo en la silla. Las ideas surgen en cualquier momento del día. Nos pueden inspirar
muchísimas cosas de nuestra vida cotidiana, por lo tanto es bueno tener a mano un papel o lo que sea y
escribir aunque sea lo que se nos ocurre. Para plasmarlo luego en el papel.
O) Tomarse un tiempo. No somos escritores a sueldo, podemos tardar años o décadas en escribir una
novela, solo tenemos que dedicarle el tiempo que queramos. No conviene dejar pasar mucho tiempo
entre escritura y escritura, lo ideal serian al menos 5 minutos al dia, aunque solo sea para repasar la
obra.
P) Darle personalidades a los personajes. Insisto con esto por que es lo mas vistoso, a nuestros
personajes lo hacen ser lo que son sus personalidades ante los distintos problemas.
Q) Problemas problemas y problemas. Generar problemas es clave, lo que sea, pequeños, grandes,
problemas en fin. Son los que hacen el relato mas interesantes.
R) Definir un genero. Hay que definir de que tratara la novela, al saberlo ya sabemos su genero, una vez
que lo sepamos debemos investigar en internet sobre las obras de ese estilo e intentar leer fragmentos
o partes.
S) Usar todos los recursos posibles. La lengua española nos da miles de recursos para usar, innoven,
inventen, generen todo lo que les sea nescecario para hacer su obra. Nada les impide mezclar tipos de
relatos. Hagan historias paralelas, historias inversas, usen todas las palabras que puedan.
T) Lean. Lean lean y lean todas las novelas posibles, cuentos lo que sea, eso les abre mas abanicos de
posiblidades y les generan mas ideas a la hora de escribir. No sientan temor de tomar ideas de otros
relatos por que eso es lo que hacen los grandes escritores.
U) Denle a leer su novela a otros. Divulguenla entre sus amigos y pregunten que les parecio, no sientan
miedo en las malas criticas son las que ayudan a crecer como escritor.
V) Vuelquen sus emociones en la novela. La novela es un espejo de su vida, vuelquen todo lo que les
pase lo que sientan en forma de palabras. Es relajante y ademas, escribiendo de ese modo las palabras
salen mas facil.
W) Déjense llevar. Dejen que las palabras salgan solas, pero lean y relean cada cosa que escriben hasta
buscar su perfección absoluta. Es imposible hacerla, pero un buen paso es dejarse llevar y releer lo que
uno escribe.
¿Querés escribir una novela?
"Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando."
PICASSO, Pablo
Lo sé, Picasso era un pintor, pero esta frase en verdad puede aplicarse perfectamente a todas las artes y
muy especialmente a la literatura.
Quienes recién empiezan a transitar el camino de las letras, tienen muchas veces la equivocada idea de
que una novela se empieza escribiendo en una hoja "capitulo uno" y luego rompiéndonos la cabeza
para idear la primera oración de la obra.
Esto es nefasto para la tarea creativa; una obra se empieza escribiendo, no importa demasiado qué. Si
tu trabajo es serio y crítico pierde cuidado que deberás reescribir varias veces la obra, de tal forma que
en un principio no importa demasiado qué palabras utilices, o por donde empieces a escribir; comienza
por el final si quieres, de hecho puede ser una estrategia interesante. Tener un gran final preparado
para nuestra obra puede alentarnos a trabajar luego en su desarrollo con mas ahínco.
Lo más importante para alcanzar el éxito, y no hablo del éxito de ventas sino del de la satisfacción
personal de ver el trabajo terminado, es que consigas una mínima disciplina; escribir al menos un par de
hojas por día, y algo importantísimo, releer críticamente lo que has escrito. No te servirá de nada
escribir siete capítulos en una noche si luego jamás los relees y quedan archivados en un cajón o en la
memoria de tu PC.
Una vez que tengas la destreza para escribir mucho y la constancia para hacerlo todos los días, los
resultados llegarán solos. No olvides que el ser humano tiene la extraordinaria capacidad de adaptarse a
las actividades que se autoimpone, y de hacerlas cada día un poco mejor. Ocurre con los deportes, con
el trabajo y con el arte.
Si escribes todos los días, pasado un tiempo escribirás bien. Pero cuidado que escribir bien no significa
manejar buenas ideas, sino simplemente manejar un lenguaje mas o menos atractivo y ágil; Las ideas
son otra cuestión, ahí sí entra el juego el talento y eso es mas difícil de trabajar, aunque no imposible.
Al respecto diré que en principio te conviene no subestimar tus ideas, toma notas de todas, incluso las
que te aparecen en sueños a media noche, las que te sugieren, las que rescatas al leer otras obras. No
tengas miedo de utilizar ideas de otros, el plagio en literatura está acotado a la copia exacta de
argumentos y fragmentos mas o menos extensos de texto; las ideas literarias de fondo si bien son
muchas no son infinitas y con el tiempo advertirás que todos escribimos mas o menos sobre lo mismo:
el amor, la muerte, la soledad, el éxito, el fracaso.
Ahora les dejo unas consideraciones al respecto del trabajo de escribir que encontré por ahí y me
parecieron correctas:
1- A algunos escritores les gusta empezar con el mapa de su historia antes de tiempo. Otros, empiezan
de atrás hacia adelante. Recuerda: escribir no siempre es un proceso perfecto. Puede proceder
retrocediendo, de adentro hacia afuera, de arriba hacia abajo más frecuentemente que empezando
desde el principio. Sáltate los tres primeros pasos, o añade más pasos detallados por ti mismo. Como
escritor, es tu decisión.
2- Piensa sobre qué tratará tu historia. A esto se le llama trama. Para empezar, decide de qué trata la
novela. Podría ser sobre un capitán pirata que viaja por los siete mares o un caballlero que defiende su
fortaleza de crueles invasores o de un fugitivo de un campo de concentración. Una vez que tengas la
idea central, la desarrollarás en una trama hecha y derecha. Una trama necesita un inicio, un desarrollo
y un final.
También posee un conflicto y una resolución mantenida por una motivación que mantendrá tu escrito
estático.
Considera usar un software, herramienta de autor, si no sientes que puedes hacerlo por ti mismo.
Puede ser caro, pero puede ayudar tanto a los novatos como a profesionales en el desarrollo de
historias concretas.
3- Crea tus propios personajes. Usualmente hay un personaje principal bueno (protagonista) y otro
principal malo (antagonista).
Hay muchas maneras de hacer esto. Una manera puede ser haciendo bosquejos de ellos. Otra puede
ser respondiendo una lista de preguntas (¿nombre?, ¿edad?, ¿pasatiempos?, ¿fetiches?, ¿defectos?,
¿tentaciones?) para cada personaje. O simplemente empezar a escribir y tomarlos crudos. Asegúrate de
que estos personajes sean creíbles y naturales.
No pretendas que tu protagonista sea perfecto. Si tu protagonista es perfecto y sin defectos, tus
lectores no tendrán manera de conectarse con él o ella. Después de todo, nadie es perfecto. Para el
desarrollo del protagonista es muy importante. Son escenas que le cuentan al lector algo más sobre el
personaje. Esto ayudará a que los lectores sientan algo más fuerte por él o ella.
Lo mismo se aplica al antagonista, no debería ser completamente malo. Si no tiene cualidades buenas o
humanas, tus lectores no tendrán manera de conectarse a él o ella, y parecerá ser de piedra.
4- Crea otros personajes. No cometas el error de pensar que los personajes secundarios no son
importantes. Van a poblar el telón de fondo de la novela y deben ayudar a darle vida al espacio. Estos
personajes deberían ser explorados pero recuerda que ellos no deberían involucrarse en el camino del
protagonista.
5- Empieza a escribir. Hay varios acercamientos para comenzar:
Empieza con el final en tu mente. Esto significa, por supuesto, que te planteas el resultado d ela historia
en tu cabeza, y trabajas hacia este fin. Si sabes el final de la historia, esto puede ayudarte a formar el
tema, la trama, las características, los persoanjes, y te puede ayudar a progresar más facialmente hacia
ese final.
Enfoque al escenario. Intenta crear el mundo (las características generales y el ambiente), y luego
construye sobre él para crear tu novela. Crea la geografía, caminos, pueblos, ciudades, capitales,
cultura, facciones, gobiernos, etc.
Sumérgete en el enfoque. Tienes la lista de la idea, y comienzas escribiendo mientras todavía está
fresca en tu mente. Tómate unas cuantas pausas cortas mientras escribes con este método, para así no
olvidar lo que piensas. También estáte listo a que llegue a ti en cualquier momento: la inspiración no va
advertirte cuando va a golpear a tu puerta.
Empieza con los personajes. Crea tres o cuatro personajes y deja que la trama se construya a su
alrededor. De esta manera permitirás a los personajes estár más integrados a la trama.
6- Haz el compromiso. Tienes que entender lo que estás llevando a cabo. Muchos escritores
asombrosos no son notados o leídos porque sus escritorios están llenos de novelas inconclusas. Debes
decirte a ti mismo que si esta novela no se escribe entonces sólo te puedes culpar a ti. Trata de
plantearte pequeños objetivos. Esto te mantendrá motivado.
7- Házlo un hábito. "Somos criaturas de hábito", dicen, y es verdad. Haz lo siguiente para ayudarte a
hacer un hábito para escribir:
Oblígate a escribir todos los días, si es una oración, un capítulo o más, debes dedicarle tiempo
regularmente a tu novela. Deja una hora tranquila donde nadie te pueda molestar.
En la mañana o en la noche, no importa, aunque algunos escritores trabajan mejor a ciertas horas del
día. Sólo asegúrate de que escribas diariamente. O, una idea mejor incluso, ponte una hora límite para
cada día, es decir, unas cuantas horas, para que no te vuelvas loco tratado de terminar tu historia pero
tienes la motivación para hacer uso de tus horas antes de que el reloj suene.
Crea un espacio de escritura. Busca un lugar acogedor donde te puedas relajar y no haya distracciones.
Consigue una buena silla para sentarte que no te provoque dolores de espalda después de horas y horas
de sentarte y escribir. No escribes un libro en una hora, toma meses, así que protege tu espalda.
Si eres de las personas que postergan, intenta unirte a NaNoWriMo: escribe 50,000 palabras en un mes
para tu completar tu novela. Los escritores tienden a escribir mejor cuando tienen un límite que
enfrentar. Más motivación.
8- Busca retroalimentación constructiva. Nunca muestres tus preciosos escritos a alguien en quien no
confíes completamente. Tus escritos están en su "fase de bebé" y necesita crianza y amor.
Necesitas alguien que te anime, pero que no tenga miedo de ser honesto y completamente franco
contigo. Recuerda, sólo toma las críticas de un amigo mientras sepas que están siendo sinceros contigo,
de otra manera es mejor tomar las críticas de un editor o un agente.
9- Reescribe. La historia es escrita verdaderamente en esta parte. Editar y reescribir es lo que hace a la
historia buena, porque siempre puedes completar. La fase de escritura es cuando plantes las ideas. La
parte de reescritura es el momento para hacerlo genial. Pero ten cuidado de no sobre-editar.
Es posible que arranques tu historia mientras fortaleces tu gramática. Revisa con dos o más "editores
personales" (amigos, familia, profesores, etc...) antes de hacer la edición masiva (aunque tu opinión es
la decisión final no siempre es la respuesta correcta). Siempre guarda el bosquejo en un lugar seguro. A
veces te puedes sobrepasar con la edición y terminar queriendo volver a tu primer bosquejo.
10- Sigue reescribiendo. Una buena historia nunca está verdaderamente terminada, y como amateur,
en realidad no tienes restricciones de tiempo. "Una historia nunca está terminada, sólo abandonada".
11- Publica tu trabajo. Esta es la conclusión que la mayoría de los escritores buscan. Si eliges una
editorial conocida, una publicación online, o una publicación propia, es tu decisión.
Cómo escribir los primeros párrafos de una novela
Pongámonos en situación: un lector acude a una librería y ve un libro que le llama la atención. Su
portada y/o su título le parecen interesantes y lo coge para hojearlo. Le echa un vistazo a la
contraportada, abre el libro y lee las primeras líneas.
cómo empezar un libro
Cuando lo tenga entre sus manos, el lector (y a veces también el editor) tardará unos diez segundos en
decidir si le interesa seguir leyendo el libro o no. Ese es el tiempo del que disponemos. Por eso es tan
importante la forma en la que arranquemos nuestra historia.
En esta entrada he querido reunir una lista con algunos consejos para lograr un arranque de novela
(algunos sirven también para arranques de cuentos) de los que enganchan:
1. Llama la atención del lector
Supongo que esto ha quedado claro: tenemos que captar la atención del lector desde la primera línea.
Para ello, lo mejor es que ocurra algo ya en el arranque y, por supuesto, que sea algo interesante.
Es decir, intentemos evitar un comienzo en el que suene un despertador y alguien se levante de la
cama, va al baño, hace el desayuno… Ya sabéis, algo rutinario que no nos importa demasiado. O, por
poner otro ejemplo, evitemos los inicios en los que el narrador se pone a hablar del tiempo que hace en
lugar de ir al grano (por cierto, sobre este tema de no comenzar hablando del tiempo escribimos hace
tiempo otra entrada en el blog: Disculpe, ¿es usted el hombre del tiempo?
En la primera página del libro ha de suceder algo y este algo tiene que causar interés en el lector. Por
ejemplo, Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago comienza en medio del caos del tráfico de una
ciudad, cuando un semáforo se pone en verde pero no todos los coches arrancan. Hay uno que se
queda parado y dentro hay un hombre que agita los brazos y grita algo. Los peatones, curiosos, se
acercan a ver qué sucede, hasta que por fin el hombre baja del coche y grita: “Estoy ciego”. A esas
alturas, a mí el libro ¡ya me tenía enganchada!
2. Pon algo en movimiento
Este consejo es del libro Suspense, de Patricia Highsmith. En él, la autora recomienda iniciar un texto
con algo que se mueva, puede ser un tren o alguien que corre… Concretamente, las palabras de
Highsmith son las siguientes: “Me gusta que la primera frase contenga algo que se mueva y dé
impresión de acción, en vez de ser una frase como, por ejemplo: «La luz de la luna yacía quieta y líquida,
sobre la pálida playa».”
Aunque no es necesario que el movimiento sea siempre tan evidente. A veces puede ser más sutil,
como la puerta que se cierra y el personaje que se recuesta en la pared, parpadeando, en el texto del
siguiente ejemplo:
Cinco horas con mario, de Miguel Delibes: “Después de cerrar la puerta, tras la última visita, Carmen
recuesta levemente la nuca en la pared hasta notar el contacto frío de su superficie y parpadea varias
veces como deslumbrada. Siente la mano derecha dolorida y los labios tumefactos de tanto besar.”
3. Párrafos cortos y frases directas
Otro consejo de Patricia Highsmith es no comenzar con un párrafo demasiado largo. “Entre una y seis
líneas”, nos dice la escritora, para no cansar al lector de arranque. Aunque yo me atrevería a subirlo
hasta ocho líneas… Pero bueno, el número no es tan importante como el concepto: comenzar de forma
directa y breve.
A modo de ejemplo, veamos el inicio de A pleno sol, de Patricia HihgSmith: “Tom echó una mirada por
encima del hombro y vio que el individuo salía del Green Cage y se dirigía hacia donde él estaba. Tom
apretó el paso. No había ninguna duda de que el hombre le estaba siguiendo. Había reparado en él
cinco minutos antes cuando el otro le estaba observando desde su mesa, con expresión de no estar
completamente seguro, aunque sí lo suficiente como para que Tom apurase su vaso y saliera
rápidamente del local.”
4. Sitúa al lector en el tiempo y el espacio
Por regla general, en la primera página o el primer capítulo de una novela debe quedar claro cuándo y
dónde sucede la narración. ¿Es en el presente? ¿Es el pasado? ¿Es el futuro? ¿Dónde nos encontramos?
1984, de George Orwell: “Era un día luminoso y frío de abril y los relojes daban las trece. Winston
Smith, con la barbilla clavada en el pecho en su esfuerzo por burlar el molestísimo viento, se deslizó
rápidamente por entre las puertas de cristal de las Casas de la Victoria, aunque no con la suficiente
rapidez para evitar que una ráfaga polvorienta se colara con él.”
Este es el primer párrafo de la novela y ya con este arranque el autor nos sitúa en un mundo que no
parece exactamente igual al nuestro. En los siguientes párrafos se habla ya de un ascensor, una
telepantalla (que en el momento en el que fue escrita la novela era más ciencia ficción de lo que es hoy)
y el Gran Hermano.
Por cierto, si os fijáis, en este primer párrafo del libro George Orwell habla del tiempo, pero lo hace para
mostrar cómo afecta al protagonista y crear un tono y una ambientación para la historia, que no es lo
mismo que comenzar el libro diciendo que el sol estaba en lo alto y brillaba con fuerza mientras la nieve
se acumulaba en las orillas del camino, bla, bla, bla…
5. Especifica las reglas
Toda obra de ficción es una propuesta para jugar. Cuando nos sentamos a leer un libro, desde las
primeras líneas el autor nos está proponiendo unas reglas para el universo de ficción en el que quiere
que nos sumerjamos.
Estas reglas deben quedar definidas cuanto antes. Si quieres contar una historia de magia, brujas y
pociones mágicas, empieza por un suceso mágico. Que quede claro desde el comienzo que la magia es
parte del juego o, si no lo haces, corres el riesgo de que el lector se sumerja en un relato de corte
realista y luego, cuando se encuentre la magia, no se la crea.
Además, el tono de la novela, el estilo y el género tienen que conocerse desde el comienzo, para que el
lector pueda saber si realmente le interesa o no. A modo de ejemplo, veamos el primer párrafo de la
primera de las novelas de la saga de Harry Potter:
Harry Potter y la piedra filosofal, de J.K.Rowling: “El señor y la señora Dursley, que vivían en el número 4
de Privet Drive, estaban orgullosos de decir que eran muy normales, afortunadamente. Eran las últimas
personas que se esperaría encontrar relacionadas con algo extraño o misterioso, porque no estaban
para tales tonterías.”.
6. Deja el backstory para luego
El backstory es el término inglés para definir el pasado de los personajes y de los acontecimientos.
Vamos, lo que sucedió antes de la historia que estás contando. Suele presentarse a modo de recuerdo
de un personaje o a través del narrador que nos explica lo que ocurrió en el pasado.
¿Por qué no hay que empezar por ahí? Porque al lector todavía no le interesa. Si empezamos contando
el backstory es probable que lo aburramos. Primero hay que intrigar al lector, introducirle en el mundo
de la historia, dejar que conozca a los personajes y sus conflictos. Cuando lo hayamos logrado, será el
momento de contarle todo lo que necesitemos que sepa del backstory, porque entonces ya estará
metido en la historia y querrá saberlo.
Ojo, no es lo mismo contar un backstory (el típico: “se acercó al tiovivo y recordó aquella tarde de su
infancia junto a sus padres…”) que comenzar la historia en una escena del pasado. Por ejemplo, que el
primer capítulo sea el niño que va con sus padres a la feria y le ocurre algo. Luego, en el segundo
capítulo, saltamos a muchos años después en el tiempo y vemos al niño de adulto.
7. Fíjate en los mejores
Si una de las principales reglas para mejorar la propia escritura es leer mucho, una de las reglas para
escribir buenos arranques de novelas también pasa por leer muchos arranques de novelas. Es decir,
fijarnos en los inicios que nos gustan, anotarlos y analizarlos. ¿Cómo están construidos? ¿Por qué
funcionan bien? ¿Cuáles son sus trucos?
A propósito de esto, encontraréis más inicios de novela en la sección Érase una vez del blog. Y, por si
queréis echarle un vistazo, en la revista Stylist publicaron un artículo con los 100 mejores inicios de
libros. Está en inglés, pero merece la pena verlo. Al pulsar sobre las portadas de los libros, se puede ver
la portada y las primeras líneas de la novela: The best 100 opening lines from books.
Cómo elegir el punto para empezar y terminar una historia
Estos días he estado leyendo el libro Cómo escribir ciencia-ficción y fantasía, de Orson Scott Card y me
he encontrado con una reflexión del autor sobre dónde empezar y terminar una historia que me
apetecía compartir con vosotros.
Por dónde empezar a contar una historia según Orson Scott Card
Por cierto, si no habéis leído el libro, os lo recomiendo aunque no sean estos los géneros que queráis
escribir. Hay capítulos o fragmentos más centrados en ellos, pero buena parte de los consejos del libro
sirven para la escritura en general, como es el caso de lo que os comentaré a continuación sobre la
estructura de una historia:
El cociente MIPA
Según nos explica el autor, todas las historias contienen cuatro pilares o elementos que influyen
directamente en su estructura: el medio, la idea, los personajes y los acontecimientos. Todos son
importantes para construir la historia, pero siempre hay uno que predomina sobre los otros.
Según Card, dependiendo del elemento que elijamos para que sea el más importante en nuestro relato,
tendremos un tipo de historia concreto:
1. Historia de medio
El medio o escenario es el lugar donde tiene lugar la historia, donde se ambienta. En las historias que
tienen como elemento primordial el medio lo más importante es el dónde y solemos descubrirlas a
través de los ojos de alguien ajeno al lugar —un visitante, un extranjero…— con el que nos
identificamos y que nos ayuda a ir descubriendo ese nuevo mundo a su ritmo.
Son, por ejemplo, los casos de Oz para las aventuras de Dorothy en el El mago de Oz; el país de las
Maravillas para Alicia o Japón en la novela Ni de Eva ni de Adán, de Amélie Nothomb.
Si queremos escribir una historia en la que el medio sea lo más importante, debemos comenzar a
contarla cuando el personaje parte hacia ese nuevo mundo y terminar con el regreso a casa. Lo
interesante es lo que sucede allí porque la historia no podría ocurrir en ningún otro lugar.
2. Historia de idea
Con «idea», Card se refiere a una cuestión, un dilema, un misterio, un dato… Cualquier tipo de
información que los personajes deben descubrir. Lo más importante de la historia en estos casos es
resolver el enigma.
Para estos casos, la historia comienza con una pregunta —por ejemplo: ¿quién es el asesino?— y
termina con la respuesta —el asesino es el mayordomo—. ¿Puede haber breves prólogos o epílogos a
esto? Sí, pero hay que tener en cuenta que el grueso de la historia, lo que mantiene la tensión, es lo que
sucede entre esa pregunta y su respuesta.
3. Historia de personaje
En todas las historias hay personajes y en muchísimas estos evolucionan. Lo que diferencia las historias
de personaje es que en ellas lo más importante es la evolución del protagonista o protagonistas, la
transformación del rol dentro de su mundo.
Las historias de personaje tienen en común que al menos uno de los personajes se siente insatisfecho,
molesto o enfadado con su situación inicial e inicia un proceso de cambio que puede ser consciente o
inconsciente; incluso externo a él.
La historia ha de comenzar cuando el personaje está a punto de iniciar el viaje que lo conducirá a su
transformación y termina cuando lo logra —felizmente o no—, o bien cuando abandona su lucha por
imposible y regresa a su antiguo rol.
4. Historia de acontecimientos
La última de las opciones es la historia de acontecimientos o hechos, donde lo más importante es lo que
sucede, por encima del «dónde» y el «a quién». Esto no significa que no pueda haber evolución de
personajes o que los escenarios no sean importantes en este tipo de historia, pero el pilar con mayor
peso será el de los acontecimientos.
El relato de acontecimientos comienza contándonos que algo va mal en la estructura del universo de la
historia. Por ejemplo, la aparición de un monstruo en Beowulf o el resurgimiento de un antiguo
enemigo al que se creía muerto en El señor de los anillos. Pero también es el caso de Emma, de Jane
Austen, donde la protagonista rechaza casarse, rompiendo el orden natural en el mundo en el que vive.
Por supuesto, los relatos de acontecimiento finalizan cuando el orden se reestablece o se instaura uno
nuevo.
Cómo ser un buen escritor
19 consejos para un aspirante a escritor
1 - Lo primero hes conozer vien la hortografia.
2 - Cuide la concordancia, el cual son necesaria para que Vd. no caigan en aquellos errores.
3 - Y nunca empiece por una conjunción.
4 - Evite las repeticiones, evitando así repetir y repetir lo que ya ha repetido repetidamente.
5 - Use; correctamente. Los signos: de, puntuación.
6 - Trate de ser claro; no use hieráticos, herméticos o errabundos gongorismos que puedan jibarizar las
mejores ideas.
7 - Imaginando, creando, planificando, un escritor no debe aparecer equivocándose, abusando de los
gerundios.
8 - -Correcto para ser en la construcción, caer evite en transposiciones.
9 - Tome el toro por las astas y no caiga en lugares comunes.
10 - Si Vd. parla y escribe en castellano, O.K.
11 - ¡Voto al chápiro!... creo a pies juntillas que deben evitarse las antiguallas.
12 - Si algún lugar es inadecuado en la frase para poner colgado un verbo, el final de un párrafo lo es.
13 - ¡Por amor del cielo!, no abuse de las exclamaciones.
14 - Pone cuidado en las conjugaciones cuando escribáis.
15 - No utilice nunca doble negación.
16 - Es importante usar los apóstrofo's correctamente.
17 - Procurar nunca los infinitivos separar demasiado.
18 - Relea siempre lo escrito, y vea si palabras.
19 - Con respecto a frases fragmentadas.
Consejos literarios
KING Sthephen
Acabo de leer el ensayo de Stephen King titulado "Mientras escribo" (On Writing), donde el famoso
autor norteamericano da consejos para los escritores noveles.
Reconozco que no me lo he leído entero, ya que la primera parte se dedica a la biografía del autor y a
mí me interesaban sólo sus consejos literarios. A continuación resumo esos consejos que se diseminan a
lo largo del libro.
CÓMO EMPEZAR
- Si quieres ser escritor, lee mucho y escribe mucho. Leyendo prosa mala se aprende a no cometer los
mismos errores. La buena literatura enseña estilo, agilidad narrativa, estructura argumental,
elaboración de personajes creíbles y sinceridad creativa. Al principio, quizás imites el estilo del escritor
que más admiras, y eso no es negativo. En cuanto a la lectura, el truco está en aprender a leer a tragos
cortos, no a largos. Si no te diviertes ni leyendo ni escribiendo, mejor que te dediques a otra cosa.
Stephen King propone dedicarle entre cuatro y seis horas diarias a leer y escribir durante toda la
semana.
- Cuando mejor se escribe es cuando el escritor lo vive como una especie de juego inspirado. King nos
dice que si empieza un proyecto ya no para, y sólo baja el ritmo si es imprescindible. De esta forma,
logras mantener la tensión y te centras en tu relato o novela hasta terminarlo. Su consejo es que la
redacción de un libro (aunque sea largo) no debería durar más de tres meses. En cuanto al ritmo de
escritura, a King le gusta hacer diez páginas al día, unos dos mil palabras. Para los novatos, King propone
unas mil palabras al día y un día de descanso semanal.
- Ambiente sereno y espacio propio. Para King, mantenerse en buenas condiciones físicas y tener un
matrimonio duradero han sido los dos secretos de su éxito. El espacio para escribir puede ser modesto y
sólo requiere que sea un lugar que te permita aislarte del mundo exterior ("una puerta a cerrar".
QUÉ ESCRIBIR Y CÓMO
- ¿De qué escribir? De lo que te dé la gana y te guste. El único requisito que pone Stephen King es la
sinceridad, contar la verdad. Considera erróneo renunciar a ciertos géneros si te gustan, pero también
sería un error dedicarse sólo a algún género con la creencia falsa de que nos proporcionará dinero.
Escribe de lo que quieras y aporta tu experiencia individual de la vida (amistad, amor, trabajo, etc). King
dice que a la gente le encanta leer sobre el trabajo. En todo caso, debe haber algo sobre lo que tú sepas
mucho más que los demás, y es eso lo que debe singularizar tus relatos.
- Estructura del relato o novela: narración, descripción y diálogo. La narración hace que se mueva la
historia, la descripción genera una realidad sensorial para el lector y el diálogo da voz a los personajes
para conferirles vida.
- Narración basada en situaciones. King no le da a la trama (o argumento) demasiada importancia, ya
que le restan espontaneidad a la creación. Por contra, nos dice que la narrativa sale sola, sin planificarla,
y que dentro de esa espontaneidad surge un "fósil", una reliquia. El método de King es crear
situaciones, poner a sus personajes en aprietos y observar cómo van transcurriendo los
acontecimientos sin forzar una salida.
Para él tiene preferencia la situación antes que el argumento. El desenlace puede ser el que se tuviera
previsto, pero en la mayoría de los casos es algo inesperado para el propio escritor. Casi todas las
situaciones interesantes pueden resumirse en una pregunta condicional: "¿y si los vampiros invadieran
un pueblecito de Nueva Inglaterra?", pone como ejemplo King de situación que dio origen a su obra "El
misterio de Salem's Lot".
- Aprender a describir, leyendo y escribiendo mucho. El primer paso de la descripción es visualizar lo
que tienes en tu cabeza y trasladarlo a la página para que el lector pueda visualizarlo también. Si quieres
ser buen escritor, estás obligado a poder describirlo. Pero es necesario buscar un equilibrio en la
descripción: ni dejar confundido al lector ni tampoco saturarle con descripciones innecesarias. Por
ejemplo, King prefiere no describir los rostros o la ropa de sus personajes con detalle, y dejar que sea el
lector quien se los ponga.
Es más importante el escenario y el ambiente en el que transcurre la historia. Una descripción correcta
será aquella compuesta por una serie de detalles bien escogidos que resuman el escenario, el ambiente
o el personaje, y en la mayoría de los casos serán los primeros detalles que se le ocurran al escritor.
En la descripción es más fácil pasarse que quedarse corto. No hagas descripciones demasiado detalladas
y largas porque aburrirás al lector. Tu prioridad es que la historia no pare, que tenga ritmo y
continuidad. La descripción puede ser directa o usando símiles y otros recursos de lenguaje figurado
(King tiene predilección por los símiles).
En resumen, para describir bien necesitas visualizar con claridad y escribirlo usando imágenes no
trilladas y un vocabulario sencillo. Puedes usar cualquier artificio que mejore la calidad de tu escritura,
pero sin que se interponga en la historia.
- Diálogo sincero para darle voz a tus personajes. En vez de narrar la personalidad de un personaje de tu
historia, es mejor utilizar el diálogo para ello. Este diálogo debe ser natural y tal como se desarrollaría
en la realidad, sin cohibirte por lo que puedan pensar ciertos lectores.
- Prestar atención a lo que hace la gente para crear tus personajes. Stephen King nos previene de usar
personas reales de nuestro entorno para trasladarlas a la historia, pero nos aconseja fijarnos en el
comportamiento de la gente. Las historias siempre acaban hablando de gente, más que de
acontecimientos. El objetivo es que el comportamiento de los personajes sean útiles para la historia y
creíbles.
- Simbolismo y tema, tras la revisión. Como hemos dicho antes, Stephen King no suele planificar lo que
escribe sino que comienza con una situación y la va narrando hasta obtener el núcleo de la historia (la
primera versión). Es en la revisión, una vez finalizada esa primera versión de la obra, cuando se fija en el
simbolismo que puede tener, para así adornar y enriquecer la historia. Sin embargo, el simbolismo no
debe crear una sensación artificial de profundidad. Durante esa segunda versión del texto, debes dejar
más claro cuál es el tema del que trata y añadir simbolismos si le vienen bien a la historia. Esto puede
exigir grandes cambios en la segunda y posteriores versiones de tu historia.
REGLAS DE ESTILO
- Lenguaje directo y cotidiano. Escribir bien significa prescindir del miedo y la afectación. Cuando
empiezas a escribir un relato o novela puedes pensar que necesitas usar palabras poco usadas o
complicadas, y King nos dice que es todo lo contrario. Lo mejor es usar la primera palabra que se te
haya ocurrido, sin forzar ni intentar impresionar. No debes asustarte de ser vulgar en ciertas
situaciones. King pone el ejemplo con la palabra "cagar". Esa palabra puede ser vulgar, pero
dependiendo de la situación, del personaje de tu relato o de quién sea el narrador, puede ser mucho
más adecuada que un eufemismo como "hacer de vientre", "defecar" o "excretar". Que no te cohíba el
decoro, sin que esto signifique recomendarte que seas vulgar cuando la situación no lo requiere.
- Seguir las reglas básicas de la gramática. Aunque los mejores escritores a veces se saltan las reglas
establecidas, ellos saben lo que están haciendo. Por lo tanto, a menos que tú también estés seguro, lo
mejor es que sigas las reglas básicas de la gramática. Pero no te preocupes pensando que debes ser un
experto en gramática. Probablemente ya sepas construir frases coherentes (nombre+verbo) sin
necesidad de volver a repasar lo básico en un libro de gramática.
- Evitar la voz pasiva. King le tiene fobia a la voz pasiva y considera que quienes la utilizan son escritores
temerosos. Ejemplo de frase pasiva: "la mujer se había pintado los labios." Mientras que en voz activa o
directa sería: "la mujer tiene los labios pintados." No significa que necesites eliminar del todo la voz
pasiva, pero úsala cuando se adecuado y no abuses.
- Desconfía de los adverbios y no abuses de ellos. Sí, esas palabras acabadas en -mente son los
adverbios y deberías evitarlos en lo posible en tus textos. En especial, King aconseja no usar adverbios
en los diálogos, como por ejemplo: "- ¡Estoy harto! -dijo Juan, acaloradamente." Sólo usa adverbios en
los diálogos en situaciones muy especiales y si no puedes evitarlo. En vez de usar adverbios, intenta que
la situación describa el tono del personaje.
- La mejor manera de atribuir diálogos es "dijo". El objetivo es que el relato esté tan bien narrado como
para que el lector sea capaz de deducir por sí mismo si lo que dice un personaje lo dice acaloradamente,
alegremente, enfadado, etc, sin necesidad de añadirlo. Usa "dijo" en la mayoría de los casos, si bien
también puedes usar "exclamó", "preguntó", "añadió", "respondió", etc, pero cuidado con usar
esferoides como sucede en las novelas baratas: "- ¡El váter está atascado! -espetó Marcos.", "- Me
gustas -jadeó Alicia",...
- No pensar demasiado dónde empieza y termina un párrafo. Es mejor escribir con fluidez y dejar que
los párrafos vayan tomando forma. "Hay que aprender a oír el ritmo", según King. Siempre puedes
cambiar lo que no te guste después en la revisión.
- El objetivo de la narrativa no es la corrección gramatical sino contar una historia. Hay que poner
cómodo al lector y hacerle olvidar en lo posible que está leyendo un relato de ficción.
DESPUÉS DE LA PRIMERA VERSIÓN
- Período de descanso después de la primera versión. King aconseja unos días de vacaciones, en los que
te dediques a una actividad diferente, y luego trabajar en otra cosa (como un relato más corto que no
tenga nada que ver con la historia anterior). El tiempo de reposo de la primera versión de tu historia no
debería bajar de seis semanas, y no te dejes llevar por la tentación de releerlo antes.
Tras ese período de reposo, cuando te parezca algo rarísimo, ya puedes volver a él e iniciar la segunda
versión. En esta segunda versión lo primero será corregir la ortografía y encontrar incoherencias en la
historia y en la motivación de los personajes, quitar pronombres cuyo antecedente no esté claro, añadir
expresiones que aclaren el sentido, eliminar los adverbios prescindibles, comprobar si hay elementos
recurrentes y si pueden enlazarse para darle un tema o un simbolismo a la historia, añadir escenas e
incidentes que refuerzen el sentido y borrar todo aquello que se disperse.
LO QUE LE GUSTA AL PÚBLICO
- La gente que compra libros no se guía por el mérito literario sino que quiere una historia entretenida.
Para King, un relato absorbente se logra cuando los lectores reconocen a los personajes y el relato le
proporciona ecos muy fuertes de lo que vive y piensa.
- Ritmo rápido pero no en exceso. Las novelas de mayor éxito comercial son aquellas que tienen un
ritmo rápido, aunque no hay que excederse en la velocidad porque puedes confundir o agotar al lector.
Para acelerar el ritmo, en la segunda versión puedes hacer recortes para acelerar el ritmo.
- Introducir los precedentes de los personajes lo antes posible. King dice que es importante no
retrasarse cuando se cuenta la historia previa de los personajes, aunque hay que hacerlo con elegancia.
Siempre hay que incluir algunos precedentes, pero no aconseja utilizar flashbacks a lo largo de la novela
ya que los considera aburridos y vulgares. En estos precedentes de los personajes sólo hay que ceñirse a
las partes que sean importantes para la historia, no hacerles una biografía completa.
- Documentarse, pero no en exceso. Si es necesario, puede investigarse sobre algún aspecto del relato
que requiera información precisa o documentación, pero es importante no saturar al lector con
demasiados detalles innecesarios. Lo más importante es la historia.
SOBRE EL ENVÍO DE OBRAS.
Si envías un relato, pon unas cuantas líneas iniciales explicando dónde has publicado otras obras, y una
o dos diciendo de qué va la obra que envías. Es importante despedirse dando las gracias por la lectura.
En la esquina superior izquierda de la primera página pon tu dirección y número de teléfono. En la
esquina de la derecha pon la cantidad aproximada de palabras. El envío hay que realizarlo en papel
blanco de buena calidad, a doble espacio.
Escritores metodos
Muchos escritores se sentaron alguna vez a dejar unas sugerencias para pulir el arte de escribir, sin
talento no hay escritor pero sin técnicas tampoco, acá se las dejo, ojala les sirva y puedan mostrar los
resultados en un próximo post.
Maestro tireme un consejito .
Osvaldo Soriano
“Tratá de no meter todo en tu primer libro. El primer libro es eso, el primero. Después tiene que seguir
otro. Y otro. Este oficio consiste en trabajo, paciencia y no aflojar”.
- No es saludable que con un primer libro te vaya ni muy bien ni muy mal. Si te va fenómeno, después te
va a costar el doble que el primero llegar al segundo. Si te ignoran o te aplastan, se necesita mucha
fuerza para levantarse después”. . “Cuando te ganás lectores, tenés una responsabilidad. Los lectores te
pueden perdonar un tropiezo, dos. Pero así como te siguieron, si les mentís se dan cuenta. Y te
abandonan.
- No sé qué es el estilo. Quizá no conviene que un autor lo sepa. Pero los que sí lo saben son los
lectores.
- Hay cosas que los argentinos, y en particular los intelectuales, no perdonan. Que te vaya bien. Hay
ejemplos.
- Nadie escribe para no publicar. Es mentira que a uno no le importan ni la crítica ni la opinión de los
lectores.
- Hay escritores que no se traban nunca, que no tienen problemas con la página en blanco. Por lo
general, son los más prolíficos, los más petulantes y, por supuesto, también los más mediocres. Cuando
te trabás, ahí es donde hay que retomar el impulso, insistir.
- No hay que mostrar mucho lo que uno anda escribiendo. Con unos pocos buenos amigos, que sean
también buenos lectores y no perdonavidas, es suficiente. La crítica de un amigo suele ser más justa que
el elogio de un crítico.
- No hay que confiar nunca en los editores. Sí, hay editores honestos, pero sobran los dedos de una
mano para contarlos. Mientras un escritor tiene tres, cuatro, a lo sumo una docena de libros para
escribir en toda una vida, un editor tiene cientos de miles, para vender. El autor se envanece con la
posibilidad de dar conocer su obra. El editor, en cambio, se conforma con hacer un buen negocio a
costo de otro. Se supone que un escritor es valiente. Sin embargo, cada vez que se discuten estas
cuestiones de los derechos de autor, somos siempre los mismos dos o tres desconocidos de siempre los
que puteamos. Y nos toman por borrachos.
- Los perdedores son siempre más interesantes que los ganadores. A los ganadores no se les cree. Por lo
general, se agrandan y mienten. Por eso los perdedores resultan más atractivos, más humanos. Los
perdedores todavía ignoran cómo se hace para ganar, prueban, lo intentan y fracasan, vuelven a
intentarlo y vuelven a fracasar. Además se mantienen fieles a sí mismos en esa lucha.
-----------------------------------------
maestros de la literatura
Mario Vargas Llosa
Carta a un joven novelista
1. Sólo quien entra en literatura como se entra en religión, dispuesto a dedicar a esa vocación su
tiempo, su energía, su esfuerzo, está en condiciones de llegar a ser verdaderamente un escritor y
escribir una obra que lo trascienda.
2. No hay novelistas precoces. Todos los grandes, los admirables novelistas, fueron, al principio,
escribidores aprendices cuyo talento se fue gestando a base de constancia y convicción.
3. La literatura es lo mejor que se ha inventado para defenderse contra el infortunio.
4. En toda ficción, aun en la de la imaginación más libérrima, es posible rastrear un punto de partida,
una semilla íntima, visceralmente ligado a una suma de vivencias de quien la fraguó. Me atrevo a
sostener que no hay excepciones a esta regla y que, por lo tanto, la invención químicamente pura no
existe en el dominio literario.
5. La ficción es, por definición, una impostura -una realidad que no es y sin embargo finge serlo- y toda
novela es una mentira que se hace pasar por verdad, una creación cuyo poder de persuasión depende
exclusivamente del empleo eficaz de unas técnicas de ilusionismo y prestidigitación semejantes a las de
los magos de los circos o teatros.
6. En esto consiste la autenticidad o sinceridad del novelista: en aceptar sus propios demonios y en
servirlos a la medida de sus fuerzas.
7. El novelista que no escribe sobre aquello que en su fuero recóndito lo estimula y exige, y fríamente
escoge asuntos o temas de una manera racional, porque piensa que de este modo alcanzará mejor el
éxito, es inauténtico y lo más probable es que, por ello, sea también un mal novelista (aunque alcance
el éxito: las listas de bestsellers están llenas de muy malos novelistas).
8. La mala novela que carece de poder de persuasión, o lo tiene muy débil, no nos convence de la
verdad de la mentira que nos cuenta.
9. La historia que cuenta una novela puede ser incoherente, pero el lenguaje que la plasma debe ser
coherente para que aquella incoherencia finja exitosamente ser genuina y vivir.
10. La sinceridad o insinceridad no es, en literatura, un asunto ético sino estético.
11. La literatura es puro artificio, pero la gran literatura consigue disimularlo y la mediocre lo delata.
12. Para contar por escrito una historia, todo novelista inventa a un narrador, su representante o
plenipotenciario en la ficción, él mismo una ficción, pues, como los otros personajes a los que va a
contar, está hecho de palabras y sólo vive por y para esa novela.
13. El de las novelas es un tiempo construido a partir del tiempo psicológico, no del cronológico, un
tiempo subjetivo al que la artesanía del novelista da apariencia de objetividad, consiguiendo de este
modo que su novela tome distancia y diferencie del mundo real.
14. Lo importante es saber que en toda novela hay un punto de vista espacial, otro temporal y otro de
nivel de realidad, y que, aunque muchas veces no sea muy notorio, los tres son esencialmente
autónomos, diferentes uno de otro, y que de la manera como ellos se armonizan y combinan resulta
aquella coherencia interna que es el poder de persuasión de una novela.
15. Si un novelista, a la hora de contar una historia, no se impone ciertos límites (es decir, si no se
resigna a esconder ciertos datos), la historia que cuenta no tendría principio ni fin.
--------------------------------------------------
bukowski
El tiempo me ha enseñado algunas astucias:
* Eludir los sinónimos, que tienen la desventaja de sugerir diferencias imaginarias.
* Eludir hispanismos, argentinismos, arcaísmos y neologismos.
* Preferir las palabras habituales a las palabras asombrosas.
* Intercalar en un relato rasgos circunstanciales, exigidos ahora por el lector.
* Simular pequeñas incertidumbres, ya que si la realidad es precisa la memoria no lo es.
* Narrar los hechos (esto lo aprendí en Kipling y en las sagas de Islandia) como si no los entendiera del
todo.
* Recordar que las normas anteriores no son obligaciones y que el tiempo se encargará de abolirlas.
-------------------------------------------------
vargas llosa
1. Lo que importa más es la vida: el estilo debe vivir.
2. El estilo debe ser apropiado a tu persona, en función de una persona determinada a la que quieres
comunicar tu pensamiento.
3. Antes de tomar la pluma, hay que saber exactamente como se expresaría de viva voz lo que se tiene
que decir. Escribir debe ser solo una imitación.
4. El escritor está lejos de poseer todos los medios del orador. Debe, pues, inspirarse en una forma de
discurso muy expresiva. Su reflejo escrito parecerá de todos modos mucho más apagado que su
modelo.
5. La riqueza de la vida se traduce por la riqueza de los gestos. Hay que aprender a considerar todo
como un gesto: la longitud y la cesura de las frases, la puntuación, las respiraciones; También la elección
de las palabras, y la sucesión de los argumentos.
6. Cuidado con el período. Solo tienen derecho a el aquellos que tienen la respiración muy larga
hablando. Para la mayor parte, el período es tan solo una afectación.
7. El estilo debe mostrar que uno cree en sus pensamientos, no solo que los piensa, sino que los siente.
8. Cuanto más abstracta es la verdad que se quiere enseñar, más importante es hacer converger hacia
ella todos los sentidos del lector.
9. El tacto del buen prosista en la elección de sus medios consiste en aproximarse a la poesía hasta
rozarla, pero sin franquear jamás el límite que la separa.
10. No es sensato ni hábil privar al lector de sus refutaciones más fáciles; es muy sensato y muy hábil,
por el contrario, dejarle el cuidado de formular el mismo la última palabra de nuestra sabiduría.
-------------------------------------Charles Bukowski
Tienes que cojerte a muchas mujeres
bellas mujeres,
y escribir unos pocos poemas de amor decentes
y no te preocupes por la edad
y los nuevos talentos.
Solo toma más cerveza, más y más cerveza.
Anda al hipódromo por lo menos una vez
a la semana
y gana
si es posible.
aprender a ganar es difícil,
cualquier pendejo puede ser un buen perdedor.
y no olvides tu Brahms,
tu Bach y tu
cerveza.
no te exijas.
duerme hasta el mediodía.
evita las tarjetas de crédito
o pagar cualquier cosa en termino.
acuérdate de que no hay un pedazo de culo
en este mundo que valga más de 50 dolares
(en 1977).
y si tienes capacidad de amar
ámate a ti mismo primero
pero siempre se consciente de la posibilidad de
la total derrota
ya sea por buenas o malas razones.
un sabor temprano de la muerte no es necesariamente
una mala cosa.
quedate afuera de las iglesias y los bares y los museos
y como las arañas, se
paciente,
el tiempo es la cruz de todos.
más
el exilio
la derrota
la traición
toda esa basura.
quedate con la cerveza,
la cerveza es continua sangre.
una amante continua.
agarra una buena máquina de escribir
y mientras los pasos van y vienen
más allá de tu ventana
dale duro a esa cosa,
dale duro.
haz de eso una pelea de peso pesado.
haz como el toro en la primer embestida.
y recuerda a los perros viejos,
que pelearon tan bien:
Hemingway, Celine, Dostoievski, Hamsun.
si crees que no se volvieron locos en habitaciones minúsculas
como te está pasando a ti ahora,
sin mujeres
sin comida
sin esperanza...
entonces no estás listo
toma más cerveza.
hay tiempo.
y si no hay,
está bien
igual.
---------------------------------------
Diez maestros de la literatura te enseñan a escribir
Augusto Monterroso
El Decálogo del Escritor
Primero.
Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre.
Segundo.
No escribas nunca para tus contemporáneos, ni mucho menos, como hacen tantos, para tus
antepasados. Hazlo para la posteridad, en la cual sin duda serás famoso, pues es bien sabido que la
posteridad siempre hace justicia.
Tercero.
En ninguna circunstancia olvides el célebre díctum: "En literatura no hay nada escrito".
Cuarto.
Lo que puedas decir con cien palabras dilo con cien palabras; lo que con una, con una. No emplees
nunca el término medio; así, jamás escribas nada con cincuenta palabras.
Quinto.
Aunque no lo parezca, escribir es un arte; ser escritor es ser un artista, como el artista del trapecio, o el
luchador por antonomasia, que es el que lucha con el lenguaje; para esta lucha ejercítate de día y de
noche.
Sexto.
Aprovecha todas las desventajas, como el insomnio, la prisión, o la pobreza; el primero hizo a
Baudelaire, la segunda a Pellico y la tercera a todos tus amigos escritores; evita pues, dormir como
Homero, la vida tranquila de un Byron, o ganar tanto como Bloy.
Séptimo.
No persigas el éxito. El éxito acabó con Cervantes, tan buen novelista hasta el Quijote. Aunque el éxito
es siempre inevitable, procúrate un buen fracaso de vez en cuando para que tus amigos se entristezcan.
Octavo.
Fórmate un público inteligente, que se consigue más entre los ricos y los poderosos. De esta manera no
te faltarán ni la comprensión ni el estímulo, que emana de estas dos únicas fuentes.
Noveno.
Cree en ti, pero no tanto; duda de ti, pero no tanto. Cuando sientas duda, cree; cuando creas, duda. En
esto estriba la única verdadera sabiduría que puede acompañar a un escritor.
Décimo.
Trata de decir las cosas de manera que el lector sienta siempre que en el fondo es tanto o más
inteligente que tú. De vez en cuando procura que efectivamente lo sea; pero para lograr eso tendrás
que ser más inteligente que él.
Undécimo.
No olvides los sentimientos de los lectores. Por lo general es lo mejor que tienen; no como tú, que
careces de ellos, pues de otro modo no intentarías meterte en este oficio.
Duodécimo.
Otra vez el lector. Entre mejor escribas más lectores tendrás; mientras les des obras cada vez más
refinadas, un número cada vez mayor apetecerá tus creaciones; si escribes cosas para el montón nunca
serás popular y nadie tratará de tocarte el saco en la calle, ni te señalará con el dedo en el
supermercado.
( El autor da la opción al escritor de descartar dos de estos enunciados, y quedarse con los restantes
diez. )
-------------------------------------------------
Bierce
Decálogo del perfecto cuentista
I
Cree en un maestro -Poe, Maupassant, Kipling, Chejov- como en Dios mismo.
II
Cree que su arte es una cima inaccesible. No sueñes en domarla. Cuando puedas hacerlo, lo conseguirás
sin saberlo tu mismo.
III
Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que ninguna otra
cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia.
IV
Ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas. Ama a tu arte como a
tu novia, dándole todo tu corazón.
V
No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adonde vas. En un cuento bien logrado, las
tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas.
VI
Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: "Desde el río soplaba el viento frío", no hay en
lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarla. Una vez dueño de tus palabras, no te
preocupes de observar si son entre sí consonantes o asonantes.
VII
No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil. Si hallas
el que es preciso, el solo tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo.
VIII
Toma a tus personajes de la mano y llevalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino
que les trazaste. No te distraigas viendo t? lo que ellos pueden o no les importa ver. No abuses del
lector. Un cuento es una novela depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta, aunque no lo
sea.
IX
No escribas bajo el imperio de la emoción. Dejala morir, y continúa luego. Si eres capaz entonces de
revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino.
X
No pienses en tus amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si tu relato no
tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido
uno. No de otro modo se obtiene la vida del cuento.
------------
Gabriel García Márquez
Advertencias de un escritor
1. Una cosa es una historia larga, y otra, una historia alargada.
2. El final de un reportaje hay que escribirlo cuando vas por la mitad.
3. El autor recuerda más como termina un artículo que como empieza.
4. Es más fácil atrapar un conejo que un lector.
5. Hay que empezar con la voluntad de que aquello que escribimos va a ser lo mejor que se ha escrito
nunca, porque luego siempre queda algo de esa voluntad.
6. Cuando uno se aburre escribiendo el lector se aburre leyendo.
7. No debemos obligar al lector a leer una frase de nuevo.
--------------------------------------------------Ernest Hemingway
Consejos para escribir sin miedo
1. Escribe frases breves. Comienza siempre con una oración corta. Utiliza un inglés vigoroso. Sé positivo,
no negativo.
2. La jerga que adoptes debe ser reciente, de lo contrario no sirve.
3. Evita el uso de adjetivos, especialmente los extravagantes como “espléndido, grande, magnífico,
suntuoso”.
4. Nadie que tenga un cierto ingenio, que sienta y escriba con sinceridad acerca de las cosas que desea
decir, puede escribir mal si se atiene a estas reglas.
5. Para escribir me retrotraigo a la antigua desolación del cuarto de hotel en el que empecé a escribir.
Dile a todo el mundo que vives en un hotel y hospédate en otro. Cuando te localicen, múdate al campo.
Cuando te localicen en el campo, múdate a otra parte. Trabaja todo el día hasta que estés tan agotado
que todo el ejercicio que puedas enfrentar sea leer los diarios. Entonces come, juega tenis, nada, o
realiza alguna labor que te atonte sólo para mantener tu intestino en movimiento, y al día siguiente
vuelve a escribir.
6. Los escritores deberían trabajar solos. Deberían verse sólo una vez terminadas sus obras, y aun
entonces, no con demasiada frecuencia. Si no, se vuelven como los escritores de Nueva York. Como
lombrices de tierra dentro de una botella, tratando de nutrirse a partir del contacto entre ellos y de la
botella. A veces la botella tiene forma artística, a veces económica, a veces económico-religiosa. Pero
una vez que están en la botella, se quedan allí. Se sienten solos afuera de la botella. No quieren sentirse
solos. Les da miedo estar solos en sus creencias…
7. A veces, cuando me resulta difícil escribir, leo mis propios libros para levantarme el ánimo, y después
recuerdo que siempre me resultó difícil y a veces casi imposible escribirlos
8. Un escritor, si sirve para algo, no describe. Inventa o construye a partir del conocimiento personal o
impersonal.
------------------------------------------------
Diez Consejos de Hemingway para escribir algo importante en la vida
1. Enamorarse.
2. Creer en uno mismo cuando se escribe.
3. Mirar el mundo.
4. Frecuentar a los escritores del barrio.
5. No perder el tiempo.
6. Escuchar música y mirar pintura.
7. Leer sin parar.
8. No buscar explicarse a uno mismo.
9. Seguir aquello que te da placer.
10. Callarse la boca
------------------------------------------bukowski
- No intentes ser original ni llamar la atención. Para conseguir eso no hace falta escribir cuentos o
novelas, basta con salir desnudo a la calle.
- En general cuesta tanto trabajo escribir una gran novela como una novela idiota. El esfuerzo, la pasión,
el dolor, no garantizan nada. Es desagradable pero es así. No abandones la cama sin meditar en esto.
- No cualquier cosa, por el mero hecho de haberte sucedido, es interesante para otro. Esto vale tanto
para escribir como para conversar.
- Los sueños ajenos son invariablemente aburridos. Nunca olvides que tus propios sueños, para el otro,
son ajenos.
- No olviden nunca esta historia:
Alguien le llevó un manuscrito a Antón Chéjov y le preguntó:
-¿Que hago maestro? ¿Lo publico o lo tiro a la basura?
- Publíquelo - dijo Chéjov - de tirarlo a la basura ya se encargaran los lectores.
- No creas en las máximas de los escritores. Tampoco en estas. Lo que cautiva de una máxima es su
brevedad; es decir, lo único que no tiene nada que ver con la verdad de una idea.
Observación. Para escribir hay que contemplar la realidad desde muchos ángulos, lanzarse a concebir
las cosas desde un punto de vista diferente. Los personajes nacen así. Están en la calle, viajan en el
metro y pasean con nosotros. Hay que observarlos y saber qué coger de cada uno. Por ejemplo, en
Guerra y Paz, Tolstói tomó rasgos de su abuela y de su cuñada para el personaje de Natasha.
Lecturas. Un escritor debe acompañarse de buenas historias durante toda su vida. Primero se lee por
curiosidad, luego por conocimiento y, ya más adelante, como escritor, analizando y descubriendo los
entresijos del libro que se tiene entre manos. Hay autores inimitables como Valle Inclán a los que no se
puede copiar pero a los que no se debe dejar de leer.
Selección de ideas. Virginia Woolf decía que las ideas están en el aire. Hay algunas que mueren pronto,
pero son las menos. Las ideas fuertes salen por sí solas adelante. Le persiguen a uno y, al final, no hay
más remedio que escribirlas, aunque luego no se publiquen.
Enfrentarse a la página en blanco. Aunque el mismo acto de escribir ayuda a redactar mejor, el escritor
debe empezar su trabajo siempre fuera de la mesa, en la calle, paseando, en el autobús... Así no sentirá
ese miedo a la página en blanco. Cuando se enfrente a ella, ya tendrá una idea aproximada de qué va a
escribir, porque lo habrá meditado durante todo el día.
Autenticidad. Hay que ser espontáneo, original, escribir ajeno a las modas. Cada uno tiene su propia
voz. Ante la Puerta del Sol, por ejemplo, cada autor ha expresado la suya propia: Baroja, Azorín, Valle
Inclán... Esa visión es única. Además, tal y como decía Pla, no hay que escribir bonito, sino eficaz.
Un cuaderno de notas. Es muy importante un lugar donde apuntar nombres, apellidos u oficios y luego
consultarlo a la hora de escribir. Igual que el pintor tiene ya preparados sus pinceles y no se dedica a
hacer las mezclas cuando va a pintar, el escritor también debe tener su terreno preparado. Stravinski, a
veces, componía, en los aviones pidiendo a las azafatas una servilleta donde anotar fragmentos de una
sinfonía. Luego, las pegaba como si fueran piezas de un puzzle.
Soledad. Un escritor es un ser solitario y tiene que acostumbrarse al silencio, un silencio de
concentración y de pensamiento. Debe aprender a llevar la soledad cómodamente y evitar escribir en
medio del barullo. En esos momentos de alboroto se puede pensar pero no crear.
Toma de perspectiva. Volviendo al ejemplo de la pintura, si un pintor da pasos hacia atrás para
contemplar su obra, el escritor también debe dar esos pasos, que pueden ser cinco horas o cinco días.
Por eso no hay que corregir en caliente, porque se corrigen errores que, en realidad, no existen. Para
retocar el texto hay que leerlo con frialdad. Lo ideal sería que, al final, el escritor al releerlo al cabo del
tiempo pensase: ¿quién habrá escrito esto?
Guardar todo. Escribir implica un trabajo, y ese trabajo no se puede tirar a la basura porque ha costado
esfuerzo, tiempo y, a veces, disgustos. Es mejor conservarlo y, meses después, el texto hablará por sí
solo. Se puede corregir o rectificar, pero nunca tirarlo. Si Tomhas Mann se hubiera desprendido de las
ideas que guardó en un cajón durante 18 años, jamás habría escrito una novela como Doctor Faustus.
Paciencia. El escritor no debe impacientarse por publicar. Su trabajo no tiene que llegar a ser un best
seller. Los textos, al igual que las plantas, crecen solos pero necesitan tiempo. Lo mismo ocurre con los
cuadros. Miró muchas veces bajaba a su estudio de Mallorca, daba unos cuantos trazos y se retiraba. No
hay que escribir tenso. El tiempo es el gran aliado del escritor.
Tutorial Nº1:
COMO ESCRIBIR UNA NOVELA EN UN MES
Cuando nos imaginamos a un escritor trabajando en una novela viene a la imaginación una persona
solitaria encerrada durante meses, a veces incluso años, para producir lo que luego llamamos una
novela. Pensamos que es una tarea que requiere una cantidad tan enorme de tiempo que nosotros,
pobres mortales con un empleo de ocho horas -con suerte-, no podemos permitirnos.
Pero, en realidad, escribir una novela es sólo cuestión de decisión. De iniciativa. De dedicarle unas horas
cada día. Ya sea al amanecer, cuando todos los habitantes de la casa aún siguen en el sueño de los
justos o bien antes de acostarnos, cuando todo es silencio; son los momentos más propicios para la
tarea solitaria del escritor. Busca tiempo para escribir tu novela.
Este sencillo plan nos ayudará a ponernos en marcha y a tener finalizada la novela antes de lo que
esperamos.
Día 1:
Cómprate algunas carpetas de anillas, cada una con su número de capítulo. 90.000 palabras (Medida
aproximada de una novela de hoy) pueden parecerte una gran cantidad, pero conseguir pequeños
segmentos de 3.000 palabras, es un objetivo más realista. Redacta un pequeño resumen para cada
capítulo y pégalo en la carpeta correspondiente. Usa Post-it's, puede que tengas que cambiarlos de
lugar. Dibuja un mapa con la línea argumental de tu novela y pégalo en la pared delante de tu escritorio.
Día 2:
Crea los perfiles de tus personajes con tanta profundidad como puedas. Diviértete. Sé creativo con los
rasgos peculiares que los caracterizan. Invéntate un pasado para ellos, incluyendo familia y amigos. Lee
nuestros artículos acerca de los personajes. Busca fotografías que te recuerden a ese personaje y
pégalas cerca de tu lugar de trabajo. Te puede ayudar nuestro dossier sobre personajes.
Día 3:
Añade las acciones que quieren realizar tus personajes en los pequeños resúmenes que habías pegado a
las carpetas. Comprueba que el argumento aún funciona. Empieza a pensar en los pequeños detalles
escénicos que darán vida a tu mundo de ficción.
Días 4 – 29:
- Mantén el rumbo de tu novela. Acalla al corrector que llevas dentro y limítate a encontrar tiempo para
escribir.
- Siéntate y rellena los detalles de esos pequeños resúmenes que ya tienes escritos.
- Olvídate de las expresiones, de la gramática y de los detalles escénicos. Sólo escribe.
- Escribe el esqueleto de la escena que te llevará de un capítulo al siguiente. Si te marcas el objetivo de
escribir 3.000 palabras al día, en 26 días tendrás el primer borrador de una novela completa.
Día 30:
Celébralo tomándote el día entero libre.
Bien, somos los primeros en admitir que al escribir de esta manera, tu libro no será un best seller
instantáneo. Lo que tendrás al final de este mes de trabajo es un borrador completo de una novela que
necesitará mucha revisión.
Necesitarás volver a tu manuscrito muchas veces y añadir detalles, describir y corregir los escenarios y
abrir los personajes de nuevo para darles profundidad y crear empatía con el lector. Corregir los errores
gramaticales y expandir las escenas para clarificar los detalles son pasos necesarios... pero son pasos
necesarios e ineludibles.
Aún así, la revisión no es lo mismo que la escritura creativa. Revisar un manuscrito completo te dará
una enorme sensación de orgullo, de haber conseguido algo, y es, también, una gran herramienta para
motivarte. No puedes revisar sin haber acabado la historia.
Dividiendo una tarea enorme, como la de escribir una novela, en pequeñas tareas más manejables,
podrás realmente escribir una novela en un mes.
Es la revisión y la corrección lo que lleva su tiempo
tutoriales y guias para escribir una novela o un libro
Tutorial Nº2:
Muchas personas tienen el sueño oculto de escribir una novela; tienen ideas que quisiera poner en
papel, pero se detienen al pensar que no tienen tiempo y simplemente no saben cómo comenzar.
Solo se requieren dos elementos para poder escribir una buena novela: talento y decisión. Si crees que
tienes el talento o quieres experimentar en esta área, hay algunos consejos que puedes seguir para
poder llevar a cabo tu sueño de ser escritor o escritora de novelas.
Una novela promedio cuenta con 90.000 palabras, y aunque suena a muchas palabras, realmente es
una cantidad que se puede escribir si se divide en metas más pequeñas diarias.
Para empezar a escribir una novela es una muy buena idea tener un tema bien definido y una línea
argumental bien estructurada. También puedes escribir un resumen de cada capítulo para mantenerte
acorde con tu línea argumental.
Es muy importante definir a los personajes que vas a utilizar como protagonistas de tu novela; debes
crearlos con tanto detalle como sea posible, con características físicas y emociones. Te puede ayudar
buscar fotografías de alguna persona que se parezca a tu personaje, busca en tu historia y en la de otras
personas un personaje que se acople bien con las características de tu novela.
Luego puedes añadir las acciones de cada personaje en los resúmenes de la novela, y probar si la línea
argumental todavía funciona. Una vez descrito el escenario en donde quieres que se reproduzca tu
historia, estás listo para empezar a rellenar los detalles de la novela. Solo tienes que divertir escribiendo
y contar con un poco de disciplina para dedicarle tiempo a escribir todos los días.
No importa si tienes errores ortográficos y algunas fallas en los detalles técnicos; al final podrás repasar
la historia y acomodar los detalles. La idea es no perder el impulso y volverse creativo para incluir
muchos detalles y una buena línea argumental.
Guias
Tutorial Nº3:
He oído que la Reina Ellery sentado en su porche en la Florida y escribió su novela con la mano en un
bloc de notas. Fuera de él fue a la editorial. He oído que Earl Stanley Gardner simplemente dictados de
su novela, y eso fue todo. Y luego hubo que Hemingway fue después de una perfecta página cada día y
no le importaba cuántas veces había que volver a escribir la página.
Usted puede sentarse y grind en una novela sin hacer un análisis preliminar acerca de su historia, los
personajes, el tiempo en que la acción tiene lugar, la ubicación o el lugar donde la acción parece, y los
artículos o cosas que son importantes en la historia (como una espada, un buque, un caballo, etc.)
Usted puede simplemente decidir sobre el número de capítulos, por lo general, 20 capítulos de una
novela de género (detective, el oeste, romance, etc) que desee y escribir una sinopsis de cada capítulo
antes de empezar.
O bien, puede simplemente comenzar a escribir.
En esta serie de artículos que no desea cortar su corto-nativo creatividad, pero creo que si usted decide
dónde, cuándo, quién, qué, que, etc, tal y antes de empezar, escribir su novela se moverá más
fácilmente. Si no, puede acabar con gran parte de edición y reescritura.
La primera vez que obtener el error de escribir una novela, es probable que pensar en personajes,
tiempo y lugar. Eso es bueno. Hasta estos elementos se definen, los acontecimientos no puede tener
lugar. Pero vamos a permanecer fuera de problemas por hacer una cosa a la vez. Vamos a centrarse en
el carácter en primer lugar.
1. Dele a su personaje un nombre. No utilice nombres de personas famosas. Piensa en un nombre que
se adapte a tu personaje. No llame a un vaquero Francis o un modelo de Mildred.
2. Estado la función de la naturaleza.
-El personaje se llama el protagonista. Él o ella es el héroe.
-El villano o antihéroe es llamado el antagonista.
-El protagonista de amigos ayudan a lograr el héroe de sus objetivos.
-El antagonista del esbirro hace lo mismo para el villano.
-Otros caracteres de llenar los espacios en blanco en la escena, al igual que el chico que brilla de
arranque para ambos héroe y villano.
3. Describir la apariencia física de tu personaje. ¿Puede dibujar tu personaje? Si no puedes en torno a
raíz de una imagen de tal naturaleza que puede colgar en la pared? Esa es una manera de empezar.
¿Qué pelo, ojos, color de la piel no tiene tu personaje? ¿Cuántos años tiene él? ¿Cómo de alto es ella?
¿Está sobrepeso? Tatuajes o cualquier otro signo distintivo? Pecas? Marcas de viruela? Bigote? Gafas?
Siga! ¿Cómo caminar? ¿Cómo caminar? Torpe? Feo? Bonita? Ágil? Minusválidos? Ágil?
4. Describa su carácter le gusta la / y no le gusta carácter general. Un niño podría ser demasiado jóvenes
como para las niñas, pero le gusta ranas y perros, y le gusta persigue a las vacas. Una niña podría ser
demasiado jóvenes como para los niños, le gustan las flores y las nubes, persigue mariposas. ¿Tiene tu
personaje tiene alguna tabúes? ¿Es él o ella tienen miedo de su sombra? ¿Te la idea?
5. Describir el tipo de personalidad de tu personaje.¿Está siempre feliz? ¿Es o reclusive saliente? ¿Está
mudo tipo de? ¿Es muy agresivo? Cuando se ejecuta en este personaje, ¿quieres permanecer y hablar o
hacer que desea ejecutar?
6. Escribir una corta o larga descripción o historia de tu personaje. Una breve descripción es suficiente
para un papel secundario jugador. Los principales personajes merecen más atención.
La impresionante modelo es la anti-heroína-el antagonista. Es alto, delgado, vivaz, de oro y una
excavadora. Su madre era una casa de mala reputación y su padre era un usurero. Ella misma yesos con
perfume y lleva joyas falsas a menos que ella puede conseguir la verdadera cosas. Ella es una tienda
Elevador a pesar de que gana buen dinero. Ella camina a menudo con prendas de vestir que ella debería
dejar en el modelado de trabajo.
Los hombres su amor, su odio mujeres, incluso su abuela odia a ella. Ella lleva una pistola en su bolso.
En la calle, ella es conocida como la Looker Hooker aunque shuns los hombres en general.
¿Puede decirnos de los dos últimos cuando las descripciones de estos dos personajes viven? Puede ser
ahora o cien años atrás, ¿verdad?
Lo anterior es preliminar a la escritura de su novela. Usted debe hacer bocetos por escrito (mejor que
los de arriba) antes de escribir la novela. El más preliminar de este trabajo que hacer, más fácil será para
escribir su novela.
7. Revela tus personajes a través de la acción y el diálogo.Nunca use las descripciones como los
anteriores en su novela. Sus lectores mosey fuera a la televisión. En lugar de ello, pienso que esta
información lentamente, a menudo mediante el diálogo:
Madge impulsado una línea de cabello rubio de sus ojos y dijo: "Chad, pasar la leche".
"Puede llegar a él. Yo no soy tu esclavo". Volvió a pulir las botas.
8. Ver estereotipadas de caracteres.Aquí hay una definición que debemos recordar. Estereotipo: una
persona o cosa que se ajusta a una idea fija o el tipo o atributo a lo largo de-preconcebidas
generalizadas y las características de alguien o algo.
No utilice película de héroes o heroínas como modelos para usted caracteres. Utilice personas reales
desarrollados en su mente. Una pantalla escritor puede conseguir acabar con ciertas cosas que usted no
será capaz de salir como un escritor de ficción. ¿Alguna vez se reunió un auténtico vaquero que las
conversaciones como John Wayne o Clint Eastwood hizo en sus papeles de cine? ¿Qué? Ha!
paso a paso
Tutorial Nº4:
Recetas magistrales para escribir best sellers, encontradas en internet.
Obviamente, por el bien de la Humanidad no recomendamos seguir estas pautas.
Lo increíble es que haya gente que confía en ellas.
1) Piense un argumento y detállelo en cuatro palabras. Luego, amplíe la historia con personajes. En el
paso siguiente divida la acción en capítulos, aunque solamente sean los títulos de éstos. Luego escriba
un argumento resumido, y por último, escriba la historia dando vida a los personajes, describiéndolos y
contando al lector algo sobre ellos. A los lectores les gusta saber detalles sobre las personas que leen y
de sus vidas pasadas, incluyendo a sus parientes más cercanos.
2) El problema es que hay escritores famosos que declaran que nunca saben cómo va a terminar su
novela, sencillamente la empiezan y dejan que sean los personajes los que decidan qué camino va a
seguir. En ese caso no es conveniente seguir los pasos anteriormente descriptos.
3) En caso de las novelas policíacas, sin duda se debe saber muy bien qué va a ocurrir en todo
momento, y tomar apuntes antes de empezar a escribir la primera línea.
4) Anota los nombres y apellidos de todos los personajes, descríbelos en un borrador y tenlo delante
mientras escribes la novela.
5) Compra un libro de apuntes. Escribe en él todo lo que te pueda ser útil: descripciones de personajes,
de paisajes, de edificios o calles.
6) Yo tengo una libretita en la que apunto los nombres y apellidos de personajes de diversos países. Los
saco de los periódicos, de equipos de fútbol, por ejemplo. Hago lo mismo con nombres de árboles,
animales, peces, alimañas, ropa de la edad media, en fin, todo lo que pueda hacerme falta para la clase
de libros que escribo.
7) Hace poco estuve escribiendo una colección de conquistadores del siglo XVI, y he recopilado una
serie de exclamaciones de la época: ¡Por los clavos/sangre/llagas de Cristo! ¡Por las barbas del
Profeta/Judas! ¡Vuestra merced se porta como un bellaco! ¿Lo ha oído vuestra paternidad? A fe mía
qué gran verdad es. A mí me aplaca una higa. Erráis, domine. ¡Cuartel para mi compañero! Lo miró de
hito en hito. Se acarició la perilla. ¡Pardiez! ¡Maldita sea mi estampa! Voto a Dios/al diablo/a
Belcebú/Satanás/a tal. ¡Cuerpo de Dios! ¡Dios del cielo! ¡Doy fe! ¡A fe mía! Yerra vuestra merced. Su
paternidad. Esta noche no me acomoda. Hideputa. Os portáis como un bellaco. Vuecencia, etc., etc.
8) También tengo una recopilación de sustitutos de "dijo", por ejemplo: comentó, suspiró, repuso,
exclamó, reprochó, asintió, reconoció, declaró, agregó, le recordó, afirmó, puntualizó, aprobó, sugirió,
bramó, gruñó, le corrigió, le advirtió, declaró, vaticinó, se enfureció, sentenció, rechinó, masculló, rugió,
cedió, concedió, se sorprendió, refunfuñó, indagó, apuntó, aventuró, se lamentó, ironizó, balbuceó,
temporizó, matizó, filosofó, terció, conminó, agregó, previno, castañeteó, despotricó, musitó, farfulló,
cuchicheó, le espetó, recriminó, exhaló, arguyó, hipó, barbotó, objetó, ordenó, accedió, babeó.
9) Viene bien también, tener los equivalentes de pesos y medidas antiguos, por ejemplo: un dedo, una
pulgada, una palma, un pie, un codo, una vara, un estado, un brazo, una legua.
10) Las monedas antiguas eran el maravedí o el ducado. Es interesante saber que un marinero ganaba
once mil maravedís al año; un piloto treinta y cinco mil y el gobernador de una colonia trescientos
sesenta y cinco mil. Hay que tener en cuenta que una camisa corriente valía ciento sesenta maravedíes,
un jabón seiscientos cincuenta y un esclavo negro doce mil.
11) Es muy interesante saber qué productos vienen de América para no meter la pata: por ejemplo
decir que los protagonistas comieron un puchero de carne con patatas cocidas en una fonda de Sevilla,
en una novela que se desarrolla en al año mil cuatrocientos.
12) Los productos que vinieron del Nuevo Mundo en los años siguientes al 1500 fueron: ayote, piña,
papaya, zapayo, marañón, chile, tabaco, cacao, frijol, guanábana, maíz, guayabas, patata, maracullá,
coca, naranjillas, granadillas, aguacate, nuez del Brasil, tunas, girasoles, yuca, vainilla, camote.
13) Por el contrario las que se llevaron de aquí para allá fueron: uva, trigo, lechuga, banana, zanahoria,
tamarindo, berenjena, limón, pepino, ajo, melón, mango, caña de azúcar, olivos, cebolla, especias, fruta
del pan, higos, cítricos, arroz, palma aceitera, pera, manzana, sandía, cereza, ciruela, café, melocotón,
garbanzos.
14) Cuidado con la longitud de los párrafos, y de las frases. He leído párrafos de diez líneas en los que no
había un solo punto. El lector se puede quedar sin aliento en un párrafo semejante, con peligro de
asfixiarse... Como regla general, una frase completa no debería ser más larga de dos líneas.
15) No repitas una y otra vez los nombres, varía un poco, por ejemplo: fue a Sevilla, vivía en la capital
andaluza... Si hablas de Cristóbal Colón, alterna: exclamó Colón; ironizó el genovés; dijo el Almirante.
16) Los diálogos sirven para avanzar en la narración, no para rellenar páginas. A través de los que
hablan, el lector debe enterarse de cosas que han sucedido o que van a suceder.
17) Indicad lo que está haciendo el personaje cuando habla, por ejemplo: dijo Pedro atusándose el
bigote/bebiendo un trago/estirándose ruidosamente.
18) Da un hábito a los personajes. De vez en cuando el personaje debería hacer algo típico en él:
morder una ramita, escupir entre dientes.
19) Menciona algún defecto que tenga: una cicatriz, una cojera, un tic nervioso.
20) La historia se puede empezar por el principio, por el medio o por el fin. Algunos autores empiezan
por el final, cuando el protagonista está muriéndose y recuerda su vida pasada. Esto tiene el
inconveniente que el lector ya sabe lo que le espera al protagonista y quizá le desilusione.
Otros empiezan por el principio. Este sistema puede ser válido, según qué historia contamos.
A mí me gusta empezar por un curso medio, en caso de una biografía novelada y dar pinceladas hacia
atrás, recordando la juventud. Aprovecho para describir a su familia más cercana, a qué se dedican, etc.
Al lector le gusta saber algo sobre lo que rodeaba al protagonista cuando era joven.
21) No uses palabras difíciles. Nadie te va a admirar más por eso.
22) No abuses del sexo. Si describes una escena de amor, hazlo de manera que no resulte chabacano.
23) Algunos autores escriben en presente. Yo particularmente, prefiero el pasado.
24) Compra un libro de sinónimos. No repitas una palabra en el mismo párrafo, usa sinónimos: barco,
nave, embarcación, navío.
25) Usa diálogos siempre que sea posible. Al lector le gusta más leer un diálogo que una página sólida
de información. Ten en cuenta que un personaje puede contar a otro algo sobre un tercero.
26) Si un personaje está hablando mucho tiempo, usa párrafos con comillas. Cierra las comillas en el
párrafo final. No le tengas a alguien hablando durante dos páginas sólidas.
27) Ten muy en cuenta que las dos primeras líneas de una novela son las que van a atraer al lector.
Procura que tengan garra y que el lector quiera seguir leyendo para ver qué pasa ahora.
Edgar Allan Poe - Metodo de Composicion
En una nota que en estos momentos tengo a la vista, Charles Dickens dice lo siguiente, refiriéndose a un
análisis que efectué del mecanismo de Barnaby Rudge: "¿Saben, dicho sea de paso, que Godwin escribió
su Caleb Williams al revés? Comenzó enmarañando la materia del segundo libro y luego, para componer
el primero, pensó en los medios de justificar todo lo que había hecho".
Se me hace difícil creer que fuera ése precisamente el modo de composición de Godwin; por otra parte,
lo que él mismo confiesa no está de acuerdo en manera alguna con la idea de Dickens. Pero el autor de
Caleb Williams era un autor demasiado entendido para no percatarse de las ventajas que se pueden
lograr con algún procedimiento semejante.
Si algo hay evidente es que un plan cualquiera que sea digno de este nombre ha de haber sido trazado
con vistas al desenlace antes que la pluma ataque el papel. Sólo si se tiene continuamente presente la
idea del desenlace podemos conferir a un plan su indispensable apariencia de lógica y de causalidad,
procurando que todas las incidencias y en especial el tono general tienda a desarrollar la intención
establecida.
Creo que existe un radical error en el método que se emplea por lo general para construir un cuento.
Algunas veces, la historia nos proporciona una tesis; otras veces, el escritor se inspira en un caso
contemporáneo o bien, en el mejor de los casos, se las arregla para combinar los hechos sorprendentes
que han de tratar simplemente la base de su narración, proponiéndose introducir las descripciones, el
diálogo o bien su comentario personal donde quiera que un resquicio en el tejido de la acción brinde la
ocasión de hacerlo.
A mi modo de ver, la primera de todas las consideraciones debe ser la de un efecto que se pretende
causar. Teniendo siempre a la vista la originalidad (porque se traiciona a sí mismo quien se atreve a
prescindir de un medio de interés tan evidente), yo me digo, ante todo: entre los innumerables efectos
o impresiones que es capaz de recibir el corazón, la inteligencia o, hablando en términos más generales,
el alma, ¿cuál será el único que yo deba elegir en el caso presente?
Habiendo ya elegido un tema novelesco y, a continuación, un vigoroso efecto que producir, indago si
vale más evidenciarlo mediante los incidentes o bien el tono o bien por los incidentes vulgares y un
tono particular o bien por una singularidad equivalente de tono y de incidentes; luego, busco a mi
alrededor, o acaso mejor en mí mismo, las combinaciones de acontecimientos o de tomos que pueden
ser más adecuados para crear el efecto en cuestión.
He pensado a menudo cuán interesante sería un artículo escrito por un autor que quisiera y que pudiera
describir, paso a paso, la marcha progresiva seguida en cualquiera de sus obras hasta llegar al término
definitivo de su realización.
Me sería imposible explicar por qué no se ha ofrecido nunca al público un trabajo semejante; pero quizá
la vanidad de los autores haya sido la causa más poderosa que justifique esa laguna literaria. Muchos
escritores, especialmente los poetas, prefieren dejar creer a la gente que escriben gracias a una especie
de sutil frenesí o de intuición extática; experimentarían verdaderos escalofríos si tuvieran que permitir
al público echar una ojeada tras el telón, para contemplar los trabajosos y vacilantes embriones de
pensamientos. La verdadera decisión se adopta en el último momento, ¡a tanta idea entrevista!, a veces
sólo como en un relámpago y que durante tanto tiempo se resiste a mostrarse a plena luz, el
pensamiento plenamente maduro pero desechado por ser de índole inabordable, la elección prudente y
los arrepentimientos, las dolorosas raspaduras y las interpolación. Es, en suma, los rodamientos y las
cadenas, los artificios para los cambios de decoración, las escaleras y los escotillones, las plumas de
gallo, el colorete, los lunares y todos los aceites que en el noventa y nueve por ciento de los casos son
lo peculiar del histrión literario.
Por lo demás, no se me escapa que no es frecuente el caso en que un autor se halle en buena
disposición para reemprender el camino por donde llegó a su desenlace.
Generalmente, las ideas surgieron mezcladas; luego fueron seguidas y finalmente olvidadas de la misma
manera.
En cuanto a mí, no comparto la repugnancia de que acabo de hablar, ni encuentro la menor dificultad
en recordar la marcha progresiva de todas mis composiciones. Puesto que el interés de este análisis o
reconstrucción, que se ha considerado como un desiderátum en literatura, es enteramente
independiente de cualquier supuesto ideal en lo analizado, no se me podrá censurar que salte a las
conveniencias si revelo aquí el modus operandi con que logré construir una de mis obras. Escojo para
ello El cuervo debido a que es la más conocida de todas. Consiste mi propósito en demostrar que
ningún punto de la composición puede atribuirse a la intuición ni al azar; y que aquélla avanzó hacia su
terminación, paso a paso, con la misma exactitud y la lógica rigurosa propias de un problema
matemático.
Puesto que no responde directamente a la cuestión poética, prescindamos de la circunstancia, si lo
prefieren, la necesidad, de que nació la intención de escribir un poema tal que satisficiera al propio
tiempo el gusto popular y el gusto crítico.
Mi análisis comienza, por tanto, a partir de esa intención.
La consideración primordial fue ésta: la dimensión. Si una obra literaria es demasiado extensa para ser
leída en una sola sesión, debemos resignarnos a quedar privados del efecto, soberanamente decisivo,
de la unidad de impresión; porque cuando son necesarias dos sesiones se interponen entre ellas los
asuntos del mundo, y todo lo que denominamos el conjunto o la totalidad queda destruido
automáticamente. Pero, habida cuenta de que coeteris paribus, ningún poeta puede renunciar a todo lo
que contribuye a servir su propósito, queda examinar si acaso hallaremos en la extensión alguna
ventaja, cual fuere, que compense la pérdida de unidad aludida. Por el momento, respondo
negativamente. Lo que solemos considerar un poema extenso en realidad no es más que una sucesión
de poemas cortos, es decir, de efectos poéticos breves. Es inútil sostener que un poema no es tal sino
en cuanto eleva el alma y te reporta una excitación intensa: por una necesidad psíquica, todas las
excitaciones intensas son de corta duración. Por eso, al menos la mitad del "Paraíso perdido" no es más
que pura prosa: hay en él una serie de excitaciones poéticas salpicadas inevitablemente de depresiones.
En conjunto, la obra toda, a causa de su extensión excesiva, carece de aquel elemento artístico tan
decisivamente importante: totalidad o unidad de efecto.
En lo que se refiere a las dimensiones hay, evidentemente, un límite positivo para todas las obras
literarias: el límite de una sola sesión. Ciertamente, en ciertos géneros de prosa, como Robinson Crusoe,
no se exige la unidad, por lo que aquel límite puede ser traspasado: sin embargo, nunca será
conveniente traspasarlo en un poema. En el mismo límite, la extensión de un poema debe hallarse en
relación matemática con el mérito del mismo, esto es, con la elevación o la excitación que comporta;
dicho de otro modo, con la cantidad de auténtico efecto poético con que pueda impresionar las almas.
Esta regla sólo tiene una condición restrictiva, a saber: que una relativa duración es absolutamente
indispensable para causar un efecto, cualquiera que fuere.
Teniendo muy presentes en mí ánimo estas consideraciones, así como aquel grado de excitación que
nos situaba por encima del gusto popular y por debajo del gusto crítico, concebí ante todo una idea
sobre la extensión idónea para el poema proyectado: unos cien versos aproximadamente. En realidad
cuenta exactamente ciento ocho.
Mi pensamiento se fijó seguidamente en la elevación de una impresión o de un efecto que causar. Aquí
creo que conviene observar que, a través de este trabajo de construcción, tuve siempre presente la
voluntad de lograr una obra universalmente apreciable.
Me alejaría demasiado de mi objeto inmediato presente si me entretuviese en demostrar un punto en
que he insistido muchas veces: que lo bello es el único ámbito legítimo de la poesía. Con todo, diré unas
palabras para presentar mi verdadero pensamiento, que algunos amigos míos se han apresurado
demasiado a disimular. El placer a la vez más intenso, más elevado y más puro no se encuentra —según
creo— más que en la contemplación de lo bello. Cuando los hombres hablan de belleza no entienden
precisamente una cualidad, como se supone, sino una impresión: en suma, tienen presente la violenta y
pura elevación del alma —no del intelecto ni del corazón— que ya he descrito y que resulta de la
contemplación de lo bello. Ahora bien, yo considero la belleza como el ámbito de la poesía, porque es
una regla evidente del arte que los efectos deben brotar necesariamente de causas directas, que los
objetos deben ser alcanzados con los medios más apropiados para ello —ya que ningún hombre ha sido
aún bastante necio para negar que la elevación singular de que estoy tratando se halle más fácilmente
al alcance de la poesía.
En cambio, el objeto verdad, o satisfacción del intelecto, y el objeto pasión, o excitación del corazón,
son mucho más fáciles de alcanzar por medio de la prosa aunque, en cierta medida, queden también al
alcance de la poesía.
En resumen, la verdad requiere una precisión, y la pasión una familiaridad (los hombres
verdaderamente apasionados me comprenderán) radicalmente contrarias a aquella belleza, que no es
sino la excitación -debo repetirlo- o el embriagador arrobamiento del alma.
De todo lo dicho hasta el presente no puede en modo alguno deducirse que la pasión ni la verdad no
puedan ser introducidas en un poema, incluso con beneficio para éste; ya que pueden servir para
aclarar o para potenciar el efecto global, como las disonancias por contraste.
Pero el auténtico artista se esforzará siempre en reducirlas a un papel propicio al objeto principal que se
pretenda, y además en rodearlas, tanto como pueda, de la nube de belleza que es atmósfera y esencia
de la poesía. En consecuencia, considerando lo bello como mi terreno propio, me pregunté entonces:
¿cuál es el tono para su manifestación más alta? Éste había de ser el tema de mi siguiente meditación.
Ahora bien, toda la experiencia humana coincide en que ese tono es el de la tristeza.
Cualquiera que sea su parentesco, la belleza, en su desarrollo supremo, induce a las lágrimas,
inevitablemente, a las almas sensibles. Así, pues, la melancolía es el más idóneo de los tonos poéticos.
Una vez determinados así la dimensión, el terreno y el tono de mi trabajo, me dediqué a la busca de
alguna curiosidad artística e incitante, que pudiera actuar como clave en la construcción del poema: de
algún eje sobre el que toda la máquina hubiera de girar; empleando para ello el sistema de la
introducción ordinaria. Reflexionando detenidamente sobre todos los efectos de arte conocidos o, más
propiamente, sobre todo los medios de efecto —entendiendo este término en su sentido escénico—,
no podía escapárseme que ninguno había sido empleado con tanta frecuencia como el estribillo. La
universalidad de éste bastaba para convencerme acerca de su intrínseco valor, evitándome la necesidad
de someterlo a un análisis. En cualquier caso, yo no lo consideraba sino en cuanto susceptible de
perfeccionamiento; y pronto advertí que se encontraba aún en un estado primitivo. Tal como
habitualmente se emplea, el estribillo no sólo queda limitado a las composiciones líricas, sino que la
fuerza de la impresión que debe causar depende del vigor de la monotonía en el sonido y en la idea.
Solamente se logra el placer mediante la sensación de identidad o de repetición. Entonces yo resolví
variar el efecto, con el fin de acrecentarlo, permaneciendo en general fiel a la monotonía del sonido,
pero alterando continuamente el de la idea: es decir, me propuse causar una serie continua de efectos
nuevos con una serie de variadas aplicaciones del estribillo, dejando que éste fuese casi siempre
parecido.
Habiendo ya fijado estos puntos, me preocupé por la naturaleza de mi estribillo: puesto que su
aplicación tenía que ser variada con frecuencia, era evidente que el estribillo en cuestión había de ser
breve, pues hubiera sido una dificultad insuperable variar frecuentemente las aplicaciones de una frase
un poco extensa. Por supuesto, la facilidad de variación estaría proporcionada a la brevedad de una
frase. Ello me condujo seguidamente a adoptar como estribillo ideal una única palabra. Entonces me
absorbió la cuestión sobre el carácter de aquella palabra. Habiendo decidido que habría un estribillo, la
división del poema en estancias resultaba un corolario necesario, pues el estribillo constituye la
conclusión de cada estrofa. No admitía duda para mí que semejante conclusión o término, para poseer
fuerza, debía ser necesariamente sonora y susceptible de un énfasis prolongado: aquellas
consideraciones me condujeron inevitablemente a la o larga, que es la vocal más sonora, asociada a la r,
porque ésta es la consonante más vigorosa.
Ya tenía bien determinado el sonido del estribillo. A continuación era preciso elegir una palabra que lo
contuviese y, al propio tiempo, estuviese en el acuerdo más armonioso posible con la melancolía que yo
había adoptado como tono general del poema. En una búsqueda semejante, hubiera sido imposible no
dar con la palabra nevermore (nunca más). En realidad, fue la primera que se me ocurrió.
El siguiente fue éste: ¿cual será el pretexto útil para emplear continuamente la palabra nevermore? Al
advertir la dificultad que se me planteaba para hallar una razón válida de esa repetición continua, no
dejé de observar que surgía tan sólo de que dicha palabra, repetida tan cerca y monótonamente, había
de ser proferida por un ser humano: en resumen, la dificultad consistía en conciliar la monotonía
aludida con el ejercicio de la razón en la criatura llamada a repetir la palabra. Surgió entonces la
posibilidad de una criatura no razonable y, sin embargo, dotada de palabra: como lógico, lo primero que
pensé fue un loro; sin embargo, éste fue reemplazado al punto por un cuervo, que también está dotado
de palabra y además resulta infinitamente más acorde con el tono deseado en el poema.
Así, pues, había llegado por fin a la concepción de un cuervo. ¡El cuervo, ave de mal agüero!, repitiendo
obstinadamente la palabra nevermore al final de cada estancia en un poema de tono melancólico y una
extensión de unos cien versos aproximadamente. Entonces, sin perder de vista el superlativo o la
perfección en todos los puntos, me pregunté: entre todos los temas melancólicos, ¿cuál lo es más,
según lo entiende universalmente la humanidad? Respuesta inevitable: ¡la muerte! Y, ¿cuándo ese
asunto, el más triste de todos, resulta ser también el más poético? Según lo ya explicado con bastante
amplitud, la respuesta puede colegirse fácilmente: cuando se alíe íntimamente con la belleza. Luego la
muerte de una mujer hermosa es, sin disputa de ninguna clase, el tema más poético del mundo; y
queda igualmente fuera de duda que la boca más apta para desarrollar el tema es precisamente la del
amante privado de su tesoro.
Tenía que combinar entonces aquellas dos ideas: un amante que llora a su amada perdida. Y un cuervo
que repite continuamente la palabra nevermore. No sólo tenía que combinarlas, sino además variar
cada vez la aplicación de la palabra que se repetía: pero el único medio posible para semejante
combinación consistía en imaginar un cuervo que aplicase la palabra para responder a las preguntas del
amante. Entonces me percaté de la facilidad que se me ofrecía para el efecto de que mi poema había de
depender: es decir, el efecto que debía producirse mediante la variedad en la aplicación del estribillo.
Comprendí que podía hacer formular la primera pregunta por el amante, a la que respondería el cuervo:
nevermore; que de esta primera pregunta podía hacer una especie de lugar común, de la segunda algo
menos común, de la tercera algo menos común todavía, y así sucesivamente, hasta que por último el
amante, arrancado de su indolencia por la índole melancólica de la palabra, su frecuente repetición y la
fama siniestra del pájaro, se encontrase presa de una agitación supersticiosa y lanzase locamente
preguntas del todo diversas, pero apasionadamente interesantes para su corazón: unas preguntas
donde se diesen a medias la superstición y la singular desesperación que halla un placer en su propia
tortura, no sólo por creer el amante en la índole profética o diabólica del ave (que, según le demuestra
la razón, no hace más que repetir algo aprendido mecánicamente), sino por experimentar un placer
inusitado al formularlas de aquel modo, recibiendo en el nevermore siempre esperado una herida
reincidente, tanto más deliciosa por insoportable.
Viendo semejante facilidad que se me ofrecía o, mejor dicho, que se me imponía en el transcurso de mi
trabajo, decidí primero la pregunta final, la pregunta definitiva, para la que el nevermore sería la última
respuesta, a su vez: la más desesperada, llena de dolor y de horror que concebirse pueda.
Aquí puedo afirmar que mi poema había encontrado su comienzo por el fin, como debieran comenzar
todas las obras de arte: entonces, precisamente en este punto de mis meditaciones, tomé por vez
primera la pluma, para componer la siguiente estancia:
¡Profeta! Aire, ¡ente de mal agüero! ¡Ave o demonio, pero profeta siempre!
Por ese cielo tendido sobre nuestras cabezas, por ese Dios que ambos adoramos,
di a esta alma cargada de dolor si en el Paraíso lejano
podrá besar a una joven santa que los ángeles llaman Leonor,
besar a una preciosa y radiante joven que los ángeles llaman Leonor.
El cuervo dijo: “¡Nunca más!”
Sólo entonces escribí esta estancia: primero, para fijar el grado supremo y poder de este modo, más
fácilmente, variar y graduar, según su gravedad y su importancia, las preguntas anteriores del amante; y
en segundo término, para decidir definitivamente el ritmo, el metro, la extensión y la disposición
general de la estrofa, así como graduar las que debieran anteceder, de modo que ninguna aventajase a
ésta en su efecto rítmico. Si, en el trabajo de composición que debía subseguir, yo hubiera sido tan
imprudente como para escribir estancias más vigorosas, me hubiera dedicado a debilitarlas,
conscientemente y sin ninguna vacilación, de modo que no contrarrestasen el efecto de crescendo.
Podría decir también aquí algo sobre la versificación. Mi primer objeto era, como siempre, la
originalidad. Una de las cosas que me resultan más inexplicables del mundo es cómo ha sido descuidada
la originalidad en la versificación. Aun reconociendo que en el ritmo puro exista poca posibilidad de
variación, es evidente que las variedades en materia de metro y estancia son infinitas: sin embargo,
durante siglos, ningún hombre hizo nunca en versificación nada original, ni siquiera ha parecido
desearlo.
Lo cierto es que la originalidad -exceptuando los espíritus de una fuerza insólita- no es en manera
alguna, como suponen muchos, cuestión de instinto o de intuición. Por lo general, para encontrarla hay
que buscarla trabajosamente; y aunque sea un positivo mérito de la más alta categoría, el espíritu de
invención no participa tanto como el de negación para aportarnos los medios idóneos de alcanzarla.
Ni qué decir tiene que yo no pretendo haber sido original en el ritmo o en el metro de El cuervo. El
primero es troqueo; el otro se compone de un verso octómetro acataléctico, alternando con un
heptámetro cataléctico que, al repetirse, se convierte en estribillo en el quinto verso, y finaliza con un
tetrámetro cataléctico. Para expresarme sin pedantería, los pies empleados, que son troqueos,
consisten en una sílaba larga seguida de una breve; el primer verso de la estancia se compone de ocho
pies de esa índole; el segundo, de siete y medio; el tercero, de ocho; el cuarto, de siete y medio; el
quinto, también de siete y medio; el sexto, de tres y medio.
Ahora bien, si se consideran aisladamente cada uno de esos versos habían sido ya empleados, de
manera que la originalidad de El cuervo consiste en haberlos combinado en la misma estancia: hasta el
presente no se había intentado nada que pudiera parecerse, ni siquiera de lejos, a semejante
combinación. El efecto de esa combinación original se potencia mediante algunos otros efectos
inusitados y absolutamente nuevos, obtenidos por una aplicación más amplia de la rima y de la
aliteración.
El punto siguiente que considerar era el modo de establecer la comunicación entre el amante y el
cuervo: el primer grado de la cuestión consistía, naturalmente, en el lugar. Pudiera parecer que debiese
brotar espontáneamente la idea de una selva o de una llanura; pero siempre he estimado que para el
efecto de un suceso aislado es absolutamente necesario un espacio estrecho: le presta el vigor que un
marco añade a la pintura.
Además, ofrece la ventaja moral indudable de concentrar la atención en un pequeño ámbito; ni que
decir tiene que esta ventaja no debe confundirse con la que se obtenga de la mera unidad de lugar.
En consecuencia, decidí situar al amante en su habitación, en una habitación que había santificado con
los recuerdos de la que había vivido allí. La habitación se describiría como ricamente amueblada: con
objeto de satisfacer las ideas que ya expuse acerca de la belleza, en cuanto única tesis verdadera de la
poesía.
Habiendo determinado así el lugar, era preciso introducir entonces el ave: la idea de que ésta penetrase
por la ventana resultaba inevitable. Que al amante supusiera, en el primer momento, que el aleteo del
pájaro contra el postigo fuese una llamada a su puerta era una idea brotada de mi deseo de aumentar la
curiosidad del lector, obligándole a aguardar; pero también del deseo de colocar el efecto incidental de
la puerta abierta de par en par por el amante, que no halla más que oscuridad, y que por ello puede
adoptar en parte la ilusión de que el espíritu de su amada ha venido a llamar... Hice que la noche fuera
tempestuosa, primero para explicar que el cuervo buscase la hospitalidad; también para crear el
contraste con la serenidad material reinante en el interior de la habitación.
Así, también, hice posarse el ave sobre el busto de Palas para establecer el contraste entre su plumaje y
el mármol. Se comprende que la idea del busto ha sido suscitada únicamente por el ave; que fuese
precisamente un busto de Palas se debió en primer lugar a la relación íntima con la erudición del
amante y en segundo término a causa de la propia sonoridad del nombre de Palas.
Hacia mediados del poema, exploté igualmente la fuerza del contraste con el objeto de profundizar la
que sería la impresión final. Por eso, conferí a la entrada del cuervo un matiz fantástico, casi lindante
con lo cómico, al menos hasta donde mi asunto lo permitía. El cuervo penetra con un tumultuoso
aleteo.
No hizo ni la menor reverencia, no se detuvo, no vaciló ni un minuto;
pero con el aire de un señor o de una dama, colgóse sobre la puerta de mi habitación.
En las dos estancias siguientes, el propósito se manifiesta aun más:
Entonces aquel pájaro de ébano, que por la gravedad de su postura y la severidad
de su fisonomía inducía a mi triste imaginación a sonreír:
"Aunque tu cabeza", le dije, "no lleve ni capote ni cimera,
ciertamente no eres un cobarde, lúgubre y antiguo cuervo partido de las riberas de la noche.
¡Dime cuál es tu nombre señorial en las riberas de la noche plutónica!
El cuervo dijo: “¡Nunca más!”.
Me maravilló que aquel desgraciado volátil entendiera tan fácilmente la palabra,
si bien su respuesta no tuvo mucho sentido y no me sirvió de mucho;
porque hemos de convenir en que nunca más fue dado a un hombre vivo
el ver a un ave encima de la puerta de su habitación,
a un ave o una bestia sobre un busto esculpido encima de la puerta de su habitación,
llamarse un nombre tal como “¡Nunca más!”.
Preparado así el efecto del desenlace, me apresuro a abandonar el tono fingido y adoptar el serio, más
profundo: este cambio de tono se inicia en el primer verso de la estancia que sigue a la que acabo de
citar:
Mas el cuervo, posado solitariamente en el busto plácido, no profirió..., etc.
A partir de este momento, el amante ya no bromea; ya no ve nada ficticio en el comportamiento del
ave. Habla de ella en los términos de una triste, desgraciada, siniestra, enjuta y augural ave de los
tiempos antiguos y siente los ojos ardientes que le abrasan hasta el fondo del corazón. Esa transición de
su pensamiento y esa imaginación del amante tienen como finalidad predisponer al lector a otras
análogas, conduciendo el espíritu hacia una posición propicia para el desenlace, que sobrevendrá tan
rápida y directamente como sea posible. Con el desenlace propiamente dicho, expresado en el jamás
del cuervo en respuesta a la última pregunta del amante —¿encontrará a su amada en el otro
mundo?—, puede considerarse concluido el poema en su fase más clara y natural, la de simple
narración. Hasta el presente, todo se ha mantenido en los límites de lo explicable y lo real.
Un cuervo ha aprendido mecánicamente la única palabra jamás; habiendo huido de su propietario, la
furia de la tempestad le obliga, a medianoche, a pedir refugio en una ventana donde aún brilla una luz:
la ventana de un estudiante que, divertido por el incidente, le pregunta en broma su nombre, sin
esperar respuesta. Pero el cuervo, al ser interrogado, responde con su palabra habitual, nunca más:
palabra que inmediatamente suscita un eco melancólico en el corazón del estudiante; y éste,
expresando en voz alta los pensamientos que aquella circunstancia le sugiere, se emociona ante la
repetición del jamás. El estudiante se entrega a las suposiciones que el caso le inspira; mas el ardor del
corazón humano no tarda en inclinarle a martirizarse, así mismo y también por una especie de
superstición a formularle preguntas que la respuesta inevitable, el intolerable “nunca más”, le
proporcione la más horrible secuela de sufrimiento, en cuanto amante solitario. La narración en lo que
he designado como su primera fase o fase natural, halla su conclusión precisamente en esa tendencia
del corazón a la tortura, llevada hasta el último extremo: hasta aquí, no se ha mostrado nada que pase
los límites de la realidad.
Pero, en los temas manejados de esta manera, por mucha que sea la habilidad del artista y mucho el
lujo de incidentes con que se adornen, siempre quedan cierta rudeza y cierta desnudez que dañan la
mirada de la persona sensible. Dos elementos se exigen eternamente: por una parte, cierta suma de
complejidad, dicho con mayor propiedad, de combinación; por otra cierta cantidad de espíritu
sugestivo, algo así como una vena subterránea de pensamiento, invisible e indefinido. Esta última
cualidad es la que le confiere a la obra de arte el aire opulento que a menudo cometemos la estupidez
de confundir con el ideal. Lo que transmuta en prosa —y prosa de la más baja estofa—, la pretendida
poesía de los que se denominan trascendentalistas, es justamente el exceso en la expresión del sentido
que sólo debe quedar insinuado, la manía de convertir la corriente subterránea de una obra en la otra
corriente, visible en la superficie.
Convencido de ello, añadí las dos estancias que concluyen el poema, porque su calidad sugestiva había
de penetrar en toda la narración antecedente. La corriente subterránea del pensamiento se muestra
por primera vez en estos versos:
Arranca tu pico de mi corazón y precipita tu espectro lejos de mi puerta.
El cuervo dijo: “Nunca más”.
Quiero subrayar que la expresión “de mi corazón” encierra la primera expresión poética. Estas palabras,
con la correspondiente respuesta, jamás, disponen el espíritu a buscar un sentido moral en toda la
narración que se ha desarrollado anteriormente.
Entonces el lector comienza a considerar el cuervo como un ser emblemático pero sólo en el último
verso de la última estancia puede ver con nitidez la intención de hacer del cuervo el símbolo del
recuerdo fúnebre y eterno.
Y el cuervo, inmutable, sigue instalado, siempre instalado
sobre el busto plácido de Palas, justo encima de la puerta de mi habitación;
y sus ojos parecen los ojos de un demonio que medita;
y la luz de la lámpara, que le chorrea encima, proyecta su sombra en el suelo;
y mi alma, fuera del círculo de aquella sombra que yace flotando en el suelo,
no podrá elevarse ya más, ¡nunca más!
Cómo escribir diálogos: 10 claves para escribir diálogos eficaces
Después de las entradas sobre las diferentes formas de diálogo y las funciones que tienen en la historia,
por fin la tercera entrega de este tema para hablar de las claves para escribir un buen diálogo.
Si escuchamos una conversación real e intentamos llevarla al papel, en seguida nos damos cuenta de
que ese diálogo no funciona a nivel narrativo. Las conversaciones reales están llenas de interrupciones,
frases sin terminar e incoherencias. La clave está en mantener esa verosimilitud de una conversación
real, aunque sin tantos tropiezos. Pero, ¿cómo lo hacemos?
1. Conoce a tu personaje
Es fundamental para ponerle voz a un personaje saber todo lo posible sobre él. Su personalidad,
procedencia, edad, educación, profesión, época en la que vive… Son datos que nos darán las pistas
necesarias para entender cómo ha de hablar.
Eso sí, ojo con los dialectos o defectos en la dicción de los personajes, porque puede cansar al lector
encontrarse páginas llenas de frases mal escritas o difíciles de descifrar.
2. Interpreta su papel
Cuando tengas que dialogar, intenta ponerte en la piel de los personajes, interpretar su actuación. Hazlo
en voz alta, no te cortes (ése es el motivo por el que, desde hace años, sólo puedo escribir en la
intimidad).
Si te conviertes en el actor de tus propias obras y las interpretas mientras escribes, no sólo te resultará
más sencillo crear diálogos que funcionan, sino que incluso descubrirás los gestos y las acciones que el
diálogo te está pidiendo.
3. Dinamismo
Utiliza, en general, frases cortas, omite los verbos en algún caso, sé conciso, dinámico, no pierdas el
ritmo y el diálogo fluirá mejor. Esto no quiere decir que no puedas añadir intervenciones de diálogo más
largas o complejas, pero mejor que no sea la tónica habitual.
Tomemos como ejemplo un fragmento del diálogo que os puse en el post anterior sobre los diálogos.
—No se asuste.
—¡No estoy asustado!
—Sí, lo estás.
—Muy bien, estoy asustado, ¿qué otra cosa puedo hacer?
—Nada más que venir conmigo y pasarlo bien. La Galaxia es un sitio muy divertido. Necesitarás este pez
en la oreja.
4. No expliques, avanza
No uses los diálogos para explicar lo que debería haberse entendido con la acción. El malo que expone
su plan diabólico al héroe punto por punto sólo funciona en las parodias. Si tienes que explicar toda la
historia a un lector al final para que se entienda, puede que tengas que revisarlo.
Tampoco uses el diálogo para decir cosas que todos los personajes del diálogo ya conocen o que nadie
ha preguntado. Plantéate siempre si la frase que se pronuncia en cada diálogo tiene sentido, si alguien
podría realmente pronunciarla.
Como ejemplo, tomando un fragmento del diálogo de Douglas Adams, está claro que no es lo mismo
esto…:
—Lamentablemente, me he quedado en la tierra por mucho más tiempo del que pretendía —dijo
Ford—. Fui por una semana y me quedé quince años. Hasta allí me llevó un pesado, uno de esos niños
ricos sin nada que hacer y que van por ahí, buscando planetas que aún no hayan hecho contacto
interestelar para anunciarles su llegada. Primero buscan un lugar aislado donde no haya mucha gente,
aterrizan junto a algún pobrecillo inocente a quien nadie va a creer jamás, y luego se pavonean delante
de él llevando unas estúpidas antenas en la cabeza y haciendo ¡bip!, ¡bip!, ¡bip! Realmente es algo muy
infantil.
… que esto otro:
—Lamentablemente, me he quedado en la tierra por mucho más tiempo del que pretendía —dijo
Ford—. Fui por una semana y me quedé quince años.
—Pero, ¿cómo fuiste a parar allí?
—Fácil, me llevó un pesado.
—¿Un pesado?
—Sí.
—¿Y qué es…?
—¿Un pesado? Los pesados suelen ser niños ricos sin nada que hacer. Van por ahí, buscando planetas
que aún no hayan hecho contacto interestelar y les anuncian su llegada.
—¿Les anuncian su llegada? —Arthur empezó a sospechar que Ford disfrutaba haciéndole la vida
imposible.
—Sí —contestó Ford—, les anuncian su llegada—. Buscan un lugar aislado donde no haya mucha gente,
aterrizan junto a algún pobrecillo inocente a quien nadie va a creer jamás, y luego se pavonean delante
de él llevando unas estúpidas antenas en la cabeza y haciendo ¡bip!, ¡bip!, ¡bip! Realmente es algo muy
infantil.
5. Interrumpe de vez en cuando
También tomando como ejemplo el diálogo anterior, una buena forma de hacer verosímil el diálogo y
darle ritmo es a través de las interrupciones. Añade cortes, preguntas y comentarios para hacer la
conversación más fluida.
6. Enfádalos, hazlos dudar
Los personajes tienen que vivir a través del diálogo, mostrar sus estados de ánimo, cambiar de opinión,
estar alegres, dudar, enfadarse o mosquearse. De nuevo, interpreta y fíjate en cómo ha de decirlo, en
cómo se siente el personaje cuando pronuncia esa frase. Así descubrirás qué palabras debe emplear y
cómo las dirá.
7. Haz que importe
Como cualquier otro elemento de la narrativa, cuando hay un diálogo debería ser porque es la mejor
forma de contar ese fragmento, porque tiene que haberlo. Así que, si escribes un diálogo, intenta que
sea por algo, porque haga evolucionar la historia, porque al menos uno de los personajes cambie de
estado de ánimo, porque pasarán cosas mientras hablan.
En el diálogo de Douglas Adams del ejemplo del post anterior, Arthur pasa por distintos estados de
ánimo. Primero está en shock, no acaba de asimilar que la Tierra haya desaparecido. Se enfada luego, se
asusta y, finalmente, se resigna.
8. Rómpelo con acción
No olvides que, mientras hablamos, no solemos estarnos quietos. Mientras hablamos, también pasan
cosas y detener en ocasiones el diálogo para explicar lo que ocurre también aporta realismo a la escena,
además de que nos ayuda a hacerla avanzar.
9. No te pases con los “dijo”
Este tipo de acotaciones han de hacerse notar lo menos posible. Sobre este punto escribí hace tiempo
un post llamado el narrador en los diálogos, donde explico más detalladamente cómo usar las
acotaciones mientras hablan los personajes.
10. Lee
Como en todas las técnicas narrativas, la mejor forma de aprender es escribiendo y leyendo. Fijarse en
como lo hacen los maestros es fundamental para mejorar nuestra escritura.
Cuando leas una novela o un relato y encuentres un diálogo que funcione bien, subráyalo, fotocópialo,
anótalo o márcalo de alguna manera. Luego vuelve sobre él y desmenúzalo hasta que entiendas su
mecanismo. Pocas cosas te ayudarán más que ésta.
Cómo escribir diálogos: 10 claves para escribir diálogos eficaces
Después de las entradas sobre las diferentes formas de diálogo y las funciones que tienen en la historia,
por fin la tercera entrega de este tema para hablar de las claves para escribir un buen diálogo.
Si escuchamos una conversación real e intentamos llevarla al papel, en seguida nos damos cuenta de
que ese diálogo no funciona a nivel narrativo. Las conversaciones reales están llenas de interrupciones,
frases sin terminar e incoherencias. La clave está en mantener esa verosimilitud de una conversación
real, aunque sin tantos tropiezos. Pero, ¿cómo lo hacemos?
1. Conoce a tu personaje
Es fundamental para ponerle voz a un personaje saber todo lo posible sobre él. Su personalidad,
procedencia, edad, educación, profesión, época en la que vive… Son datos que nos darán las pistas
necesarias para entender cómo ha de hablar.
Eso sí, ojo con los dialectos o defectos en la dicción de los personajes, porque puede cansar al lector
encontrarse páginas llenas de frases mal escritas o difíciles de descifrar.
2. Interpreta su papel
Cuando tengas que dialogar, intenta ponerte en la piel de los personajes, interpretar su actuación. Hazlo
en voz alta, no te cortes (ése es el motivo por el que, desde hace años, sólo puedo escribir en la
intimidad).
Si te conviertes en el actor de tus propias obras y las interpretas mientras escribes, no sólo te resultará
más sencillo crear diálogos que funcionan, sino que incluso descubrirás los gestos y las acciones que el
diálogo te está pidiendo.
3. Dinamismo
Utiliza, en general, frases cortas, omite los verbos en algún caso, sé conciso, dinámico, no pierdas el
ritmo y el diálogo fluirá mejor. Esto no quiere decir que no puedas añadir intervenciones de diálogo más
largas o complejas, pero mejor que no sea la tónica habitual.
Tomemos como ejemplo un fragmento del diálogo que os puse en el post anterior sobre los diálogos.
—No se asuste.
—¡No estoy asustado!
—Sí, lo estás.
—Muy bien, estoy asustado, ¿qué otra cosa puedo hacer?
—Nada más que venir conmigo y pasarlo bien. La Galaxia es un sitio muy divertido. Necesitarás este pez
en la oreja.
4. No expliques, avanza
No uses los diálogos para explicar lo que debería haberse entendido con la acción. El malo que expone
su plan diabólico al héroe punto por punto sólo funciona en las parodias. Si tienes que explicar toda la
historia a un lector al final para que se entienda, puede que tengas que revisarlo.
Tampoco uses el diálogo para decir cosas que todos los personajes del diálogo ya conocen o que nadie
ha preguntado. Plantéate siempre si la frase que se pronuncia en cada diálogo tiene sentido, si alguien
podría realmente pronunciarla.
Como ejemplo, tomando un fragmento del diálogo de Douglas Adams, está claro que no es lo mismo
esto…:
—Lamentablemente, me he quedado en la tierra por mucho más tiempo del que pretendía —dijo
Ford—. Fui por una semana y me quedé quince años. Hasta allí me llevó un pesado, uno de esos niños
ricos sin nada que hacer y que van por ahí, buscando planetas que aún no hayan hecho contacto
interestelar para anunciarles su llegada. Primero buscan un lugar aislado donde no haya mucha gente,
aterrizan junto a algún pobrecillo inocente a quien nadie va a creer jamás, y luego se pavonean delante
de él llevando unas estúpidas antenas en la cabeza y haciendo ¡bip!, ¡bip!, ¡bip! Realmente es algo muy
infantil.
… que esto otro:
—Lamentablemente, me he quedado en la tierra por mucho más tiempo del que pretendía —dijo
Ford—. Fui por una semana y me quedé quince años.
—Pero, ¿cómo fuiste a parar allí?
—Fácil, me llevó un pesado.
—¿Un pesado?
—Sí.
—¿Y qué es…?
—¿Un pesado? Los pesados suelen ser niños ricos sin nada que hacer. Van por ahí, buscando planetas
que aún no hayan hecho contacto interestelar y les anuncian su llegada.
—¿Les anuncian su llegada? —Arthur empezó a sospechar que Ford disfrutaba haciéndole la vida
imposible.
—Sí —contestó Ford—, les anuncian su llegada—. Buscan un lugar aislado donde no haya mucha gente,
aterrizan junto a algún pobrecillo inocente a quien nadie va a creer jamás, y luego se pavonean delante
de él llevando unas estúpidas antenas en la cabeza y haciendo ¡bip!, ¡bip!, ¡bip! Realmente es algo muy
infantil.
5. Interrumpe de vez en cuando
También tomando como ejemplo el diálogo anterior, una buena forma de hacer verosímil el diálogo y
darle ritmo es a través de las interrupciones. Añade cortes, preguntas y comentarios para hacer la
conversación más fluida.
6. Enfádalos, hazlos dudar
Los personajes tienen que vivir a través del diálogo, mostrar sus estados de ánimo, cambiar de opinión,
estar alegres, dudar, enfadarse o mosquearse. De nuevo, interpreta y fíjate en cómo ha de decirlo, en
cómo se siente el personaje cuando pronuncia esa frase. Así descubrirás qué palabras debe emplear y
cómo las dirá.
7. Haz que importe
Como cualquier otro elemento de la narrativa, cuando hay un diálogo debería ser porque es la mejor
forma de contar ese fragmento, porque tiene que haberlo. Así que, si escribes un diálogo, intenta que
sea por algo, porque haga evolucionar la historia, porque al menos uno de los personajes cambie de
estado de ánimo, porque pasarán cosas mientras hablan.
En el diálogo de Douglas Adams del ejemplo del post anterior, Arthur pasa por distintos estados de
ánimo. Primero está en shock, no acaba de asimilar que la Tierra haya desaparecido. Se enfada luego, se
asusta y, finalmente, se resigna.
8. Rómpelo con acción
No olvides que, mientras hablamos, no solemos estarnos quietos. Mientras hablamos, también pasan
cosas y detener en ocasiones el diálogo para explicar lo que ocurre también aporta realismo a la escena,
además de que nos ayuda a hacerla avanzar.
9. No te pases con los “dijo”
Este tipo de acotaciones han de hacerse notar lo menos posible. Sobre este punto escribí hace tiempo
un post llamado el narrador en los diálogos, donde explico más detalladamente cómo usar las
acotaciones mientras hablan los personajes.
10. Lee
Como en todas las técnicas narrativas, la mejor forma de aprender es escribiendo y leyendo. Fijarse en
como lo hacen los maestros es fundamental para mejorar nuestra escritura.
Cuando leas una novela o un relato y encuentres un diálogo que funcione bien, subráyalo, fotocópialo,
anótalo o márcalo de alguna manera. Luego vuelve sobre él y desmenúzalo hasta que entiendas su
mecanismo. Pocas cosas te ayudarán más que ésta.
Decálogo para escritores de Jane Fitch
Aquí os dejo las diez reglas para escritores de Janet Fitch, autora de los libros “White Oleander” y “Paint
it Black”, y profesora de escritura en la Universidad de Carolina del Sur. Espero que los disfrutéis y ¡feliz
lunes a todos!
1. Escribe la frase, no sólo la historia
Hace tiempo el editor de Santa Mónica Review, Jum Krusoe, rechazó uno de mis trabajos con una nota
que decía: “Una historia bastante buena pero, ¿qué hay de único en tus frases?”. Ése fue el mejor
consejo de escritura que me han dado jamás. Aprende a mirar a tus frases, juega con ellas, asegúrate de
que son musicales, de que tienen montones de curvas y esquinas sonoras.
Lee tu trabajo en voz alta. Lee poesía en voz alta y trata de aumentar en todos los sentidos tu
sensibilidad al sonido, el ritmo y la forma de las frases. La música de las palabras. Me gusta Ballad of the
Long-Legged Bait, de Dylan Thomas para esto. También me gustan Sexton, Eliot y Brodsky como poetas
y Durrel o Les Plesko como prosistas. Un ejercicio magnífico es coger el párrafo de algún autor con un
estilo muy fuerte y usar su estructura, sustituirlo tus propias palabras por las suyas y ver cómo alcanzan
sus efectos.
2. Elige un verbo mejor
La mayor parte de la gente usa veinte verbos para describir todo, desde una carrera en las medias hasta
la explosión de la bomba atómica. Ya sabes a qué verbos me refiero: fue, hizo, tuvo, miró… La talla
única no funciona aquí. Hazte a ti mismo un traje a medida. Elige verbos mejores. Desafía a todos esos
verbos a que realmente encajen contigo.
3. Acaba con el cliché
Cuando estás escribiendo, cualquier cosa que hayas visto u oído antes es un cliché. Puede tratarse de
una combinación de palabras, como sudor frío o un camión de bomberos rojo; frases como de la misma
manera, en igualdad de condiciones; o metáforas del tipo grande como una casa o tan silencioso que
podía oírse caer un alfiler.
A veces las cosas en sí mismas son clichés: un flamenco rosa adornando el jardín, un cabello largo y
rubio… Pregúntate a ti mismo, “Con honestidad, ¿he visto esto antes?” Incluso si Shakespeare o Virginia
Woolf lo escribieron puede ser un cliché. Tú eres un escritor y tí tienes que inventarlo, por ti mismo. Eso
es por lo que escribir requiere un montón de trabajo y una honestidad inquebrantable.
4. La clave es la variedad
La mayor parte de la gente escribe la misma frase una y otra vez. El mismo número de palabras por
frase, 8-10, o 10-12. Intenta ser más elástico. Si generalmente escribes 8 palabras, introduce una frase
de 10 en medio y varias más cortas de 3. Si generalmente eres un escritor de 20 palabras, asegúrate de
introducir en medio algunas de tres, cinco y siete, para evitar que el lector se vuelva bizco.
5. Usa oraciones subordinadas
Las oraciones subordinadas te ayudan a explorar tu historia moviéndote más profundamente en la
frase. Te permite parar y pensar en serio sobre lo que has escrito ya. Cpn frecuencia, la historia que
buscas está dentro de la frase. La oración subordinada te ayuda a descubrirla.
6. Usa el paisaje
Dinos siempre dónde estamos. Y no se trata solamente de decirnos dónde está algo, sino de usar la
descripción del paisaje para ayudarte a establecer el tono emocional de la escena. Toma notas de cómo
otros autores establecen el estado de ánimo y anticipan eventos describiendo el mundo alrededor del
personaje. Mira los comienzos de historia de Fitzgerald y Graham Greene, ellos son geniales en esto.
7. Haz a tu protagonista más listo
Tu protagonista es el portal del lector a la historia. Cuanto más observador sea él o ella, más vívido será
el mundo que estás creando. Esto no significa que tengan que ser super-educados, basta con que sean
activos mentalmente. Que miren, piensen, se pregunten cosas, recuerden.
8. Aprende a escribir diálogos
Esto requiere más de lo que puedo extenderme aquí, pero hazlo. Lee a los grandes escritores de
diálogos en prosa, como Robert Stone y Joan Didion. La comprensión diciendo lo menos posible,
haciendo que todo esconda mucho más de lo que en realidad se dice. Conflicto. El diálogo es parte de
un mundo en movimiento, no sólo voces en una habitación oscura. Nunca digas lo obvio. Sáltate las
presentaciones y saludos.
9. Escribe en escenas
¿Qué es una escena? a) Una escena empieza y termina en el mismo lugar y el mismo tiempo (las
unidades aristotélicas de tiempo y lugar, esto viene de muuuuuuuuyyyyyy atrás en el tiempo). b) Una
escena empieza en un lugar emocional y termina en otro. Empieza enfadado, termina avergonzado.
Inicia enfermo de amor, termina disgustado. c) Algo ocurre en una escena que lleva al personaje a la
imposibilidad de volver atrás, a cómo eran las cosas antes. Asegúrate de que terminas una escena antes
de comenzar la siguiente. Haz que ocurra algo.
10. Tortura a tu protagonista
El escritor es al mismo tiempo un sádico y un masoquista. Creamos gente que amamos y luego la
torturamos. Cuanto más los queremos y más hábilmente los torturamos a lo largo de las líneas a través
de sus mayores vulnerabilidades y miedos, mejor es la historia. A veces intentamos protegerlos de
monstruos demasiado granes. No lo hagas. Es tu protagonista, no tu hijo.
Cómo escribir un cuento corto
Estos días tenemos en marcha otra de las escenas del taller de escritura, y por eso quiero aprovechar
para publicar una entrada hablando de algunas de las claves para escribir un cuento, un relato corto o
un microcuento como los del taller.
Cómo se escribe un relato corto
Como sabéis, uno de los requisitos para participar en el taller es que los textos que nos enviáis no
pueden tener más de 750 palabras. La pregunta es: ¿se puede realmente contar una historia con 750
palabras? ¡Por supuesto que sí! Y con muchas menos. Solo hay que tener en cuenta que los mecanismos
para contar no funcionan igual que los de la novela.
Veamos cuáles son algunos de esos mecanismos a través de este decálogo para escribir cuentos cortos:
1. Céntrate en la acción
Que no en la anécdota. El cuento no es solo una anécdota, ya que cuenta una historia, pero la narración
ha de estar más condensada que en la novela y centrarse en lo que sucede, sin tiempo ni espacio para
otras disertaciones.
En el cuento no hay lugar para largas descripciones o extensas divagaciones morales o psicológicas. Esto
no quiere decir que el cuento tenga que ser simple y carecer de estos elementos. Pueden estar, pero en
forma de subtexto, escondidas entre líneas o dichas directamente con las palabras justas. ¡Es todo
cuestión de espacio!
Hace tiempo leí una frase que se me quedó grabada: una novela de ciencia ficción describe un mundo
de ciencia ficción; un cuento de ciencia ficción narra hechos de ciencia ficción. Sin embargo, ambos
subgéneros narrativos pueden hacernos reflexionar al leerlos.
2. No quieras abarcarlo todo
A veces pecamos de querer contar historias muy ambiciosas que no tienen cabida en un relato corto.
Recuerda que el cuento, por lo general, debe ocurrir en un espacio de tiempo breve, tener pocos
personajes principales (2 o 3 como mucho) y una localización principal. Si no logras adaptar tu historia a
estas premisas, puede que estés ante una novela corta y no de un cuento corto.
3. Busca una idea y simplifícala
Toda idea puede simplificarse siempre, sólo hay que darle una vuelta. Por ejemplo, queremos contar la
historia de un hombre que, tras pasarse muchos años dedicado a su trabajo, logró alcanzar el éxito
profesional. Fue un tipo importante, ambicioso y que llegó a lo más alto, pero a costa de arriesgar su
vida personal. Con el tiempo, cometió una serie de errores y se arruinó, dándose cuenta de lo que
realmente era importante.
¿Se puede contar una historia así en apenas 750 palabras?
Sí, pero solo si la simplificamos. Para ello, busquemos el instante con mayor fuerza, el momento de
impacto de la historia, así sabremos dónde hay que centrarse. Yo creo que el punto álgido lo
encontramos cuando se da cuenta de que se equivocó, por ello creo que deberíamos contar la historia
cuando ya lo ha perdido todo.
Por ejemplo, Fulanito es un mendigo que cada mañana pide en una esquina del centro de la ciudad, en
una zona de oficinas cerca de donde él trabajaba tiempo atrás. Los mismos ejecutivos entre los que él
se incluía antes, son ahora los que le ignoran y pasan por su esquina sin mirarle.
Recuerda, cuando tengas tu idea, simplifícala: busca el impacto, el instante.
4. No lo cuentes, muéstralo
Este debe de ser el consejo en el que más se insiste en cualquier libro o artículo sobre escritura,
¿verdad? Pero es que resulta fundamental y muchas veces se nos olvida, sobre todo a la hora de
escribir cuentos.
Un cuento no es un resumen de una historia, sino una historia en sí. Tomando el mismo ejemplo del
punto anterior, podríamos decir que Fulanito es un mendigo que cada mañana pide en una esquina
cerca de donde antes trabajaba. Entonces tenía mucho éxito, aunque se acababa de divorciar y no tenía
mucho tiempo para sus hijos porque solo le importaba su trabajo, etcétera… ¿Qué es esto? ¿Es una
historia o el resumen de una historia? En realidad es lo segundo.
Para narrar la historia tenemos que centrarnos en el instante, en la acción: Fulanito cuenta las monedas
de su caja y se da cuenta de que no ha sido una buena mañana. Duda si le alcanzará para tomarse algo
caliente… Mostremos lo que ocurre, demos imágenes, enseñemos la historia a través de la acción.
5. Mantén la estructura
Aún siendo un relato muy corto, todo cuento ha de tener una introducción, un nudo y un desenlace. Por
ejemplo: “el mendigo contando las monedas en su esquina y los ejecutivos pasando ante él envueltos
en su abrigo” sería la introducción. Es lo que nos sitúa en la historia, en el qué, quién, dónde y cuándo.
El nudo podría ser “el mendigo está preocupado porque necesita tomarse algo caliente pero no le llega
el dinero. Sigue pidiendo pero los ejecutivos lo ignoran.” El desenlace sería el final que le demos. Por
ejemplo: “alguien se apiada de él y le da el dinero para que se tome el café”.
6. No lo des todo, sugiérelo
En el cuento es tan importante lo que se dice como lo que se calla. Como decíamos antes, no hay lugar
para disertaciones, así que olvídate de explicar que el mendigo se siente mal por su situación o que se
arrepiente de haber perdido a su familia. Eso ha de quedar implícito en la acción. Deja que el lector lo
deduzca.
Por ejemplo, en lugar de explicar que el mendigo tenía familia y la perdió junto con su trabajo, podemos
hacer que entre los ejecutivos que cruzan ante él, el mendigo reconoce a su hijo e intenta decirle algo.
El hijo se vuelve hacia él con cara de fastidio y, sin reconocer a su padre, le da una moneda,
solucionando el problema de tomar algo caliente esa mañana. Pero, obviamente, al mendigo ya no le
importa el café.
7. Cada frase cuenta
Del principio al final, cada frase del cuento tiene que estar ahí con una función. Si tienes poco espacio,
pocas palabras, aprovéchalas bien. Esto no es necesario hacerlo en la primera escritura, pero sí en la
revisión. Desmenúzalo, analiza cada frase, cada elemento, y piensa qué función cumple en la historia.
¿Es imprescindible? Si la esencia del texto se comprende sin esa frase, elimínala.
8. Mantén el suspense
No des toda la información al inicio. Dosifícala y lleva al lector hasta la última palabra. Si contamos de
partida que el mendigo era antes un ejecutivo y que acaba de encontrarse con su hijo, luego nos
quedamos sin dinamita.
Siempre que puedas, intenta que al final del texto haya un giro, un golpe de efecto, una sorpresa. Que
esté justificada, claro, pero que dé un nuevo sentido al texto.
Es mejor empezar por el mendigo con frío que ha de conseguir dinero para algo caliente. Así creamos
un buen punto de partida. Luego podemos contar ya que él antes era uno de esos ejecutivos que ahora
le ignoran, porque esto nos produce más curiosidad sobre el personaje. De pronto, reconoce a alguien
entre la multitud y llama su atención (más intriga). Esta persona no le reconoce, pero le da dinero,
aunque al mendigo ya no le importa el dinero, porque el ejecutivo era su hijo (dejamos el golpe de
efecto para el final).
9. Impacto posterior
Una de las cosas más difíciles pero también de las más importantes es lograr que el cuento deje huella
en el lector. Una vez haya terminado, el texto ha de dejar un eco en su interior, una reflexión, un
sentimiento.
Para ello, la última frase es fundamental. Si logramos que contenga un giro o una imagen impactante
que arroje luz sobre el resto de la narración, estaremos en el buen camino.
Volviendo al caso del ejemplo, lo ideal es llegar al final sin saber quién es el ejecutivo al que el mendigo
ha reconocido y que acaba de darle el dinero. En esa última frase (que además debería ser corta,
sencilla y directa para causar mayor impacto) revelaremos que se trata de su hijo (un buen giro final) y
dejaremos entrever que el mendigo ya no está preocupado por el dinero (ni lo mira), sino que observa
cómo su hijo se aleja sin poder hacer nada para evitar que cometa los mismos errores que él cometió
en el pasado.
10. Ambienta con poco
No tienes espacio para descripciones largas ni disertaciones, pero el cuento también ha de tener
ambientación para envolver al lector. Para ambientar en un texto muy corto, usa el tono, el narrador, el
lenguaje y selecciona las palabras adecuadas. No es lo mismo decir “ciénaga” que decir “pantano”;
tampoco es igual “bruma” que “niebla”. Cada palabra te ayuda a construir la atmósfera. Elígelas con
cuidado.
Por ejemplo, para la historia del mendigo, nos encontramos en una ciudad, una mañana de invierno en
la que hace mucho frío, pero no es necesario decir todo esto. Podemos ver el frío en el vaho que sale de
la boca del personaje o haciendo que se frote las manos envueltas en guantes antes de contar el dinero.
Incluso, mejor aún, podemos verlo todo a través de los ejecutivos que entran en sus oficinas envueltos
en gruesos abrigos mientras ignoran al mendigo. En esta imagen sabemos que es una ciudad, que es por
la mañana, es invierno y hace frío.
11. La importancia del título
Tenemos muy poco espacio para desarrollar nuestra historia y ya hemos dejado claro que cada palabra
cuenta, ¿verdad? Pues tengamos algo de picardía y aprovechémoslas bien todas. El título es un espacio
extra que puede resultar muy útil. Lo ideal: que sugiera, intrigue y arroje una nueva luz sobre el texto
una vez se haya terminado su lectura.
¿Se os ocurre algún título para el relato del mendigo que cumpla estas características?
12. Una regla extra para escritores de cuento
Por último, nos queda un consejo fundamental para cualquier escritor que quiera dedicarse a escribir
cuentos, aunque no tenga que ver con la escritura en sí: tenemos que leer cuentos. Si queremos
entender cómo funcionan y cómo se escriben, es fundamental que los conozcamos. Hay que leer a
Chéjov, a Horacio Quiroga, a Cortázar, a García Márquez, a Poe, a Borges, a Saki, a Ray Bradbury, a Bioy
Casares, a Benedetti, a Monterroso… Tantos cuentos como se pueda.
Y hasta aquí las reglas fundamentales para escribir un relato corto. ¿Qué os han parecido? ¿Alguna más
que añadiríais a la lista? Y, ¿qué me decís de los cuentos? ¿Soléis leer muchos? ¿Algún cuento o
cuentista que os parezca imprescindible?
¡Feliz escritura!
44 consejos para jóvenes escritores
Anónimo
Copiar en fichas todos los finales que se nos ocurran para un relato así como sus inicios, probar todas
las combinaciones posibles y elegir la más eficaz.
Contemplar la vida, los hechos, los sentimientos, las cosas, las palabras... con actitud de asombro, de
extrañeza, y escribir a partir de las nuevas percepciones que así tengamos de todo ello.
Inventar nuevas formas de enfocar nuestros actos cotidianos y escribir sobre ellos.
Mirar los objetos de nuestra casa como si pertenecieran a otro mundo y escribir sobre la nueva forma
de percibirlos.
Inventar un mundo en el que las personas hablen con las cosas y las cosas hablen entre sí.
De entre todas las ideas que se agolpan en nuestra mente, apuntar una; la más simple, la más
atractiva o la primera que podamos atrapar, sin preocuparnos por perder las restantes en el camino.
Es bueno relajarse unos minutos antes de comenzar a escribir, concentrarse en la respiración, para
dejar fluir los pensamientos; coger al vuelo palabras que pasen por la mente y llevarlas a la página.
Se puede trabajar con listas existentes, tales como las del listín telefónico, la carta de un restaurante
o la cartelera de los cines.
Plantearse la mayor cantidad posible de formas de soledad existentes para desarrollar en un texto la
que más nos conmueva.
Observar lugares bucólicos y describirlos. Extraer noticias truculentas de periódicos sensacionalistas y
ambientar los sucesos en dichos lugares.
Estar alerta cuando nos sentimos angustiados para rescatar aquellas imágenes que dan forma a la
angustia.
Escribir sin estar pendientes del calendario, del reloj ni de lo que consigamos; simplemente, hacerlo.
Escribir sobre un tema, elegido a conciencia, que nos produzca la más intensa e íntima liberación.
Imaginar varias situaciones que ocurren en distintos lugares a la misma hora como método para
contar algo desde distintos puntos de vista.
Repetir un mismo itinerario mental en distintas ocasiones para comparar resultados y recoger la
mayor cantidad posible de material vivencial.
Imaginar un viaje de afuera hacia adentro y otro de adentro hacia fuera de uno mismo y escribir
"durante" el viaje.
Planificar un viaje interior por el territorio que sea más propicio para las representaciones
imaginarias.
Practicar el aislamiento durante un período programado de tiempo que puede ir desde un día
completo hasta una semana, un mes... y anotar lo que experimentamos en ese lapso.
Escribir un texto a partir de la comparación de dos realidades: recuerdos, sueños, experiencias
vividas, sonidos, perfumes...
Escribir un texto a partir de semejanzas y diferencias que resulten de compararse uno mismo con otra
persona.
Encontrar las palabras que más placer nos produzcan o más significaciones nos provoquen para
constituirlas en componentes de una imagen.
Apelar a nuestros sentidos diferenciando aromas, sabores, sonidos, observaciones y sensaciones
táctiles de todo tipo para incluir en nuestra lista para constituir imágenes.
Dividir un objeto en el mayor número posible de piezas que lo componen para jugar con ellas en un
texto, llamando al objeto por el nombre de algunas de esas piezas o partes.
Inventar situaciones, personajes, conceptos que nos permitan transgredir las funciones del lenguaje.
Reunir todo tipo de géneros y discursos y a partir del contraste entre dos de ellos, para constituir una
narración: noticias periodísticas, telegramas, poemas, diálogos escuchados al pasar, etcétera.
Analizar todo tipo de palabras buscando la mayor cantidad de explicaciones posibles que en torno a
ellas nos aporta material para un texto o nos permite, directamente, constituir el texto.
Inventar imágenes inexistentes, con mecanismos similares a los productores de frases hechas, y
desplegarlas literalmente en un texto.
Tomar una idea conocida y asombrarse frente a ella como si nos resultara desconocida como método
para conseguir material literario.
Coleccionar refranes de distintas procedencias para trabajar con ellos en un texto.
Inventar refranes y jugar con su sentido literal.
Prestar atención a los episodios cotidianos, y convertir cada mínimo movimiento ocurrido en un
espacio común -un bar, el metro, un edificio, la playa- en un episodio capaz de desencadenar otros
muchos.
Elegir momentos a distintas horas del día y describir todo lo que sentimos y lo que sucede a nuestro
alrededor, más cerca y más lejos.
Inventariar palabras a partir del alfabeto y crear entre ellas un itinerario, el esqueleto de una historia.
Tomar todo tipo de secretos: un "secreto de familia", un "secreto de confesión", "el secreto de
estado", "el secreto profesional", como motores de un texto.
Hurgar en nuestro mundo interior, rescatar de él algún aspecto que no nos atrevemos a expresar y
ponerlo en boca de un personaje.
Confeccionar una lista de afirmaciones y otra de negaciones como posible material para un texto en
el que se omita algo específico.
Invertir el mecanismo lógico: secreto/confesión, es una manera de enfrentar la ficción. En
consecuencia, partir de una confesión para luego inventar el secreto.
Emborronar folios durante diez minutos exactos cada día. Al cabo de cada mes (y por ninguna razón
antes) leer lo apuntado. Dicha lectura constituirá una grata sorpresa para su autor. Dado que escribió
asociando libremente, el material acopiado será heterogéneo y muy aprovechable para ser
transformado en texto literario.
Contar lo diferente y no lo obvio de cada día.
Trazarse un boceto de escritura "en ruta" y atrapar las ideas susceptibles de ser incorporadas a
nuestra futura obra.
Recopilar anécdotas ajenas y apropiarse de algún detalle de cada una o de su totalidad.
Del intercambio de textos con otros escritores pueden surgir propuestas y comentarios reveladores.
Imitar una página del texto de un escritor consagrado y comprobar el ensamblaje de las palabras.
Rescatar la espontaneidad del niño. Jugar y crear con todo lo que se tiene a mano.
22 Consejos Para Escribir
1. No te plantees escribir. Escribe. Sólo escribiendo, y no soñando con hacerlo, podemos desarrollar un
estilo propio.
2. Si tienes una buena idea para una historia, no asumas que debe de ser necesariamente una narración
en prosa. Puede que funcione mejor como obra de teatro, como guión de cine o como poema. Sé
flexible.
Hilary Mantel
3. La ficción que no es una aventura personal del autor hacia lo desconocido o lo aterrador no merece la
pena ser escrita a no ser que sea únicamente por dinero.
Jonathan Franzen
4. Ten más de una idea en marcha a la vez. Si tengo que elegir entre escribir un libro o no hacer nada,
siempre elegiré esto último. Sólo cuando tengo ideas para dos libros soy capaz de elegir entre escribir
uno u otro. Siempre siento la necesidad de tener la sensación de que estoy haciendo algo en oposición.
Geoff Dyer
5. Olvida el viejo dicho de que hay que escribir sobre lo que se conoce. En vez de eso, elige un área
desconocida pero reconocible que contribuya a ampliar tu comprensión del mundo y escribe sobre eso.
En cualquier caso, recuerda que la semilla de la que se alimenta tu imaginación hunde sus raíces en las
particularidades de tu vida. Así que no la malgastes escribiendo autobiografía.
Rose Tremain
6. Lo más probable es que necesites un diccionario, una gramática y tener los pies en la tierra. ¿Qué
quiero decir con esto último? Que aquí nadie regala nada. Escribir es un trabajo. También es apostar.
No viene con un plan de pensiones. Habrá ciertas personas que puedan echarte una mano, pero en
esencia te las tendrás que apañar solo. Nadie te obliga a escribir. Si escribes es porque has elegido
hacerlo, así que no te quejes.
Margaret Atwood
7. No añadas un falso romanticismo a tu "vocación". O eres capaz de escribir o no. No hay un "estilo de
vida del escritor". Lo único que importa es lo que dejas sobre la página.
Zadie Smith
8. Cambia de parecer. Las buenas ideas a menudo acaban siendo eliminadas por otras mejores. Yo
estaba escribiendo una novela sobre un grupo llamado The Partitions. Hasta que se me ocurrió
llamarles The Commitments.
Roddy Doyle
9. Respeta el modo en el que pueden cambiar los personajes en sus primeras 50 páginas de vida. Revisa
tus planes y comprueba si debes alterarlos de alguna manera para que se amolden a esos cambios.Rose
Tremain10. Finaliza la jornada mientras aún tengas ganas de seguir escribiendo.
Helen Dunmore
11. Recuerda: cuando alguien te dice que algo no encaja o que no lo ha entendido, casi siempre tiene
razón. Cuando te dice exactamente lo que le parece que está mal y el modo en el que deberías
arreglarlo, casi siempre se equivoca.
Neil Gaiman
12. El estilo es el arte de quitarte a ti mismo de en medio, no el de inmiscuirte en el texto.
David Hare
13. Lee. Lee todo aquello a lo que puedas echarle las manos encima. Siempre le recomiendo a aquellas
personas que quieren escribir una obra de fantasía o de ciencia ficción que dejen de leer por completo
esos géneros y que empiecen a leer todo lo demás, desde Bunyan a Byatt.
Michael Moorcock
14. No intentes escribir para un "lector ideal". Puede que exista, pero está leyendo el libro de otro.
Joyce Carol Oates
15. No eches la vista atrás hasta que hayas terminado un borrador entero. Limítate a comenzar cada día
a partir de la última frase que escribiste el día anterior. Es una manera de evitar el espanto a la vez que
te asegura una obra en la que poder volcar el auténtico trabajo, que es la corrección.
Will Self
16. Protege el tiempo y el espacio en los que escribes. No dejes que nadie se inmiscuya en ellos, ni
siquiera a las personas más importantes de tu vida.
Zadie Smith
17. No te preocupes nunca por las posibilidades comerciales de un proyecto. Si alguien tiene que
preocuparse de eso son los agentes y los editores. O no. Conversación con mi editor norteamericano.
Yo: "Estoy escribiendo un libro tan aburrido, de un atractivo comercial tan reducido, que si lo publicas
probablemente pierdas tu puesto de trabajo". Mi editor: "Ese es precisamente el motivo de que quiera
un trabajo como este".
Geoff Dyer
18. Mantiene un luminoso y esperanzado espíritu. Pero espera lo peor.
Joyce Carol Oates
19. Se honesto contigo mismo. Si no eres bueno, aceptalo. Si el trabajo que estás haciendo no es bueno,
acéptalo.
Jeanette Winterson
20. Se ambicioso con el trabajo y no por la recompensa.
Jeanette Winterson
21. Confía en tu creatividad
Jeanette Winterson
Consejos de escritores consgrados
La trayectoria de cada escritor y su talento han hecho de cada uno de ellos personas excepcionales, de
los cuales podemos recuperar 20 grandes consejos para los futuros escritores de novelas.
Los 20 Mejores Consejos de Escritores consagrados
1.- Julio Cortázar: "En literatura no hay temas buenos ni temas malos, hay tan sólo temas bien o mal
tratados".
2.- Isaac Asimov: "Debes seguir enviando tu trabajo; nunca debes dejar un manuscrito guardado en un
cajón y cogiendo polvo. Manda ese trabajo una y otra vez mientras trabajas en el siguiente. Si tienes
talento, alcanzarás algún tipo de éxito. Pero sólo si persistes".
3.- Ray Bradbury: "La cantidad produce calidad. Si escribes poco, estás sentenciado".
4.- Marguerite Duras: "Escribir pese a todo, pese a la desesperación".
5.- Carlos Fuentes: "No me clasifiquen, léanme. Soy un escritor, no un género".
6.- Charles Baxter: "Cuando todos los detalles parecen encajar a la perfección, lo más probable es que
haya algún problema con la trama".
7.- Jorge Luis Borges: "Un escritor debería pensar que todo lo que le sucede, sea lo que sea, es un
recurso que poder utilizar".
8.- Charles Dickens: "Cuando lo hayas encontrado, anótalo".
9.- Albert Camus: "El trabajo de un escritor es impedir que la civilización se destruya a sí misma".
10.- Truman Capote: "Para mí, el mayor placer de la escritura no es el tema que se trate, sino la música
que hacen las palabras".
11.- Pío Baroja: "Yo creo que para ser escritor basta con tener algo que decir, ya sea en frases propias o
ajenas".
12.- Walt Whitman: "Se curioso y no juzgues nunca".
13.- Italo Calvino: "Las cosas que una novela no dice son siempre muchas más que las que dice. Es ese
aura mágica que rodea todo texto escrito la que produce la ilusión de que todo está ahí".
14.- Camilo José Cela: "La más noble función de un escritor es dar testimonio, como acta notarial y
como fiel cronista, del tiempo que le ha tocado vivir".
15.- William Faulkner: "Si una historia vive dentro de ti, tienes la obligación de hacerla salir".
16.- Gustave Flaubert: "En mi pobre vida, tan vulgar y tranquila, las frases son aventuras y no recojo
otras flores que las metáforas".
17.- Gabriel García Márquez: "La ficción se inventó el día en que Jonás llegó a casa y le explicó a su
mujer que llegaba tres días tarde porque lo había engullido una ballena".
18.- Isabel Allende: "Escribir es para mi como hacer ganchillo, siempre temo que se me vaya a escapar
un punto".
19.- Juan Benet: "La calidad literaria suele ser inversamente proporcional al número de lectores".
20.- Raymon Carver: "Lo mejor es usar un poco de autobiografía y un montón de imaginación".
Mas Info: http://tops10.loquenosabias.com/los-20- mejores-consejos-de-escritoresconsagrados#ixzz2y7iFHzIx
Diez tips de escritores
El de escribir es un oficio difícil. Por suerte, tenemos el consejo de los escritores que han recorrido el
camino antes que nosotros. Escuchemos lo que diez de ellos tienen que decirnos.
1. Tener algo que decir
La primera regla, sin duda, para dar a luz un buen texto es que el escritor tenga algo que decir. De
hecho, podría decirse que eso es todo lo que se necesita.
(Arthur Schopenhauer, Parerga Paralipomena)
2. Escribir como si se hablara
Concibe con claridad aquello que quieres contar y luego escríbelo de la forma más sencilla en que las
palabras lo permiten, como si se lo estuvieras contando a un amigo.
(Frederic Harrison, On Style in English Prose)
3. No esperar a la inspiración
Si yo hubiera mencionado a alguien alrededor de 1795 que planeaba escribir, cualquier persona con un
poco de sentido me hubiera dicho que escribiera durante dos horas cada día, con o sin inspiración. Su
consejo me hubiera permitido aprovechar los diez años de mi vida que he pasado esperando a la
inspiración.
(Stendhal, Recuerdos de egotismo)
4. Ser sencillo
Usa un lenguaje claro y simple, palabras cortas y frases breves. Esta es la forma de escribir —es el estilo
moderna y el mejor estilo. Adhiérete a él. No permitas que la verborrea florida lo eche a perder todo.
(Mark Twain en una carta a D. W. Bowser)
5. Mezclar
Hay ocasiones en las que pocas palabras sencillas superan en fuerza a la riqueza de la amplificación
retórica. El mejor ejemplo, desde los días de Longino a los nuestros, es el pasaje «Y dijo Dios: Hágase la
luz; y la luz se hizo.» Esa concepción del poder tan calma y simple precisa para ser presentada de apenas
unas pocas palabras. Aunque esta frase del Génesis es sublime en su sencillez, no se puede concluir que
las oraciones sencillas son siempre mejor. El placer de los lectores no se debe olvidar y este no puede
sentirse satisfecho con un estilo que no fluye. Un estilo duro, abrupto y desarticulado irrita y confunde
al lector por sus bruscos bandazos. Es más fácil escribir frases cortas que leerlas. Las frases cortas,
intolerables cuando son abundantes, resultan perfectas cuando se usan con moderación.
(George Henry Lewes, Principios del éxito en literatura)
6. Cortar leña
Aprende, por lo menos, a partir leña… Un trabajo manual —que exija atención— es también, sin duda,
el mejor método de eliminación de la palabrería y el sentimentalismo del estilo, tanto hablado como
escrito. A menudo nos impresiona la fuerza y la precisión del estilo de los hombres que trabajan duro,
inexpertos en la escritura; como si la claridad, el vigor y la sinceridad, adornos del estilo, se aprendieran
mejor en la granja y en el taller que en las escuelas.
(Henry David Thoreau, A Week on the Concord and Merrimack Rivers)
7. Leer en voz alta
Quien quiera saber si ha escrito lo que quiere decir, y como debe decirse, debe leerse en voz alta,
escuchándose como lo haría un oyente. O hacer como el astuto Moliere, que leía sus obras a su
cocinero. Lee para cualquiera que pueda escucharte. Si no hay nadie a mano (lee a cualquiera que
quiera escucharte, no importa quién sea) al leer en voz alta te darás cuenta de las redundancias,
omisiones, cosas irrelevantes e inconsistencias que de otra forma tu sagacidad nunca descubriría.
Incluso tener a un tonto como oyente mejorará tu estilo.
(George Jacob Holyoake, Public Speaking and Debate: A Manual for Advocates and Agitators)
8. Escuchar
Siempre empiezo mi tarea con la lectura del trabajo del día anterior, una operación que me lleva media
hora y consiste principalmente en sopesar en mi oído el sonido de las palabras y frases. Recomiendo
encarecidamente esta práctica a todos los escritores. Leyendo lo último que escribió antes de reanudar
su tarea, el escritor encuentra el tono y el espíritu de lo que decía antes, y evita el fallo de parecer
diferente a sí mismo.
(Anthony Trollope, An Autobiography)
9. Reducir la velocidad y reescribir
Debe tratar de contrarrestar en privado el trabajo hecho de manera rápida propio del periodista, así
como los métodos para acabar rápido y a lo que conducen, escribiendo con lentitud y prestando mayor
atención a las formas más ambiciosas. Y cuando hablo de escribir, me refiero fundamentalmente a
reescribir.
(Robert Louis Steveson, carta a Richard Harding Davis)
10. Cortar
En las composiciones, como regla general, se debe ejecutar la pluma a través de cada palabra escrita.
No tienes ni idea del vigor que eso le da a tu estilo.
(Sydney Smith, citado por Saba Holanda, Una memoria del reverendo Sydney Smith)
“Escribir bien ya no es una tarea pendiente” es el lema con el que se presentan las clases magistrales
sobre Escritura eficaz para profesionales que ofrece la UNIR (Universidad Internacional de la Rioja).
Impartidas por Miguel Janer, periodista, escritor, presentador de televisión y colaborador en la UNED,
las sesiones son en línea y fundamentalmente prácticas. En nueve clases Janer explica el método que
cada uno debe aplicar para aprender a escribir mejor. El Confidencial ha hablado con Janer, quien ha
explicado cuáles son las claves para depurar nuestro estilo, ahondando en los objetivos y las prácticas
de las clases que imparte.
El aprendizaje
Se trata, como cuenta Janer, de clases prácticas. Tras una sesión inicial de una hora, durante el resto del
curso los alumnos aportan sus textos, sobre los que se trabaja con correcciones y apuntes. El curso se
basa en un método que los alumnos adquieren durante las nueve sesiones. Son “claves muy fáciles de
entender y aplicar por tu cuenta: eso es un método. Si una persona aprovecha esas nueve horas, en tres
meses escribe bien”, afirma Janer. El curso ofrece, pues, las herramientas y enseña a utilizarlas, para
que el alumno pueda ponerlas en práctica posteriormente.
Escribe claro para que te entiendan y corto para que te lean
El periodista recuerda que sus clases van dirigidas a profesionales, no se trata de aprender a escribir
literatura. De hecho, los primeros cursos los dio en empresas. “Hay muchas personas que no se dan
cuenta de que son escritores a tiempo parcial”, afirma Janer, y se refiere a una serie de profesiones —la
docencia, la medicina, la ingeniería…— en que es necesario escribir o redactar informes, ensayos,
ejercicios… En muchos de estos casos, para los profesionales supone un gran problema escribir con
corrección, y es precisamente ese obstáculo el que Janer pretende derribar. Para ello, recuerda una
máxima que él considera fundamental: “Escribe claro para que te entiendan y corto para que te lean”.
Las siete llaves de la escritura
El método de Janer consiste en siete llaves que el alumno debe ir aplicando sobre tu texto,
reescribiéndolo para dar con el idóneo resultado final. ¿Cuáles son las siete llaves que aconseja seguir el
periodista para mejorar en nuestra redacción? En palabras del autor del método, son las siguientes:
1. Hacer una lectura del texto en clave de comunicación: a quién va dirigido, qué busca el receptor,
cuánto tiempo le va a dedicar, etc.
2. Revisar la estructura: ¿se trata de una descripción, una argumentación, una enumeración…?
3. Corregir la sintaxis, estructurando las frases de manera coherente.
4. Hacer hincapié en los verbos. Janer se sorprende de lo mal que se utilizan los verbos en español, y
aconseja revisarlos detenidamente.
5. Regla de Ockham: si puedes decir una cosa con dos palabras, no la digas con cuatro.
6. Revisar la precisión de vocabulario: tecnicismos, sinónimos, conectores, etc.
7. Estilo personal: habría que revisar, finalmente, el propio estilo en el texto, para homogeneizarlo.
¿Se puede aprender a escribir bien siguiendo estas siete claves, sin previos conocimientos, por ejemplo,
de gramática? Janer considera que sí. “Escribir forma parte de la capacidad genética del hombre para la
comunicación. Escribir es previo a la gramática”, afirma, y pone como ejemplo que “uno puede portarse
bien sin conocer las reglas morales”. Considera, además, que “la gramática a pelo no sirve para nada”, y
que ese es uno de los principales problemas en España: se enseña gramática de modo teórico pero no
se enseña a aplicarla en una redacción. Janer ensalza el modelo anglosajón, donde primero se aprende
a escribir y luego viene la gramática.
Forma y contenido
Janer da por supuesto que la forma y el contenido son cosas distintas: forma es el lenguaje y el
contenido es lo que queremos comunicar. En base a este presupuesto, el periodista cree que el objetivo
a alcanzar es que el lenguaje sea invisible, en pos de que el contenido brille y se entienda. Hay que ser
claro, conciso, directo.
'No hay que centrarse en el lenguaje'
“La primera función del lenguaje es comunicar; el lenguaje comunica cuando transmite los contenidos”,
afirma, concluyendo tajante que “en el mundo profesional el lenguaje no importa, lo que importa son
los contenidos”.
Así, el ideal sería la búsqueda de un “estilo neutro profesional comunicativo”. “En el 90% de nuestra
vida cotidiana el lenguaje es neutro”, dice Janer, que considera que “no hay que centrarse en el
lenguaje”. Se trata de un estilo basal, primero.
“España es un país donde no hay grandes narradores, no se escribe bien de base”, dice el periodista,
que cree que “si no hay un estilo básico, el estilo narrativo-poético no llega. Yo enseño la base con las
siete llaves, la literatura es la fase siguiente”.
Escritura profesional y literatura
Para llegar a escribir con éxito en el mundo profesional la literatura no es de gran ayuda, considera
Janer. “Para escribir bien hay que leer. Sin embargo, el que lea y no aplique un método seguirá
escribiendo mal. Hay gente que lee mucho y escribe mal” dice el periodista, para quien es falaz la
creencia popular de que si lees mucho escribirás bien.
'El español cuando escribe bien escribe muy barroco'
Además, Janer apunta que hay que leer autores buenos. “Leer mucha traducción del inglés no sirve de
nada, las traducciones están mal hechas”, afirma, y prosigue diciendo que “la mayoría de la literatura
que se consume es de acción y no te fijas en el estilo, sino en la trama. Si te fijas en el contenido no te
fijas en el continente”, concluye el periodista, subrayando de nuevo la idea de que forma y contenido
son cosas diferentes.
Además, Janer opina que “el español cuando escribe bien escribe muy barroco”, y cree que no hay
grandes narradores en español que puedan ser un referente a la hora de alcanzar ese estilo neutro del
que él habla. Sí sirven, sin embargo, británicos como Graham Greene o, en español aunque cubano,
Leonardo Padura (Herejes), autor que Janer considera la quintaesencia de la escritura. Menciona que
hay escritores, como Pérez Reverte, que en su faceta de articulistas escriben muy bien.
COMO ESCRIBIR UN LIBRO
**********************************
INDICE
Introducción
Advertencia
Defina Que Quiere Escribir
Tenga Siempre a mano una libretita y una pluma
Tenga su propio espacio para escribir y todos los implementos necesarios.
Los personajes de Su obra
Definición de la Época
Donde se desarrollara la obra.
Sucesos fundamentales de la Obra.
Los sentimientos de los personajes
La resolución de la obra
Una vez terminada su obra.
IntroduccióN
Muchos de nosotros, en algún momento de nuestra existencia, hemos sido asaltados por la inquietud
de saber que siente una celebridad cuando es reconocida su obra.
Ya sea un actor, un pintor o un escritor; se trata de personalidades que dan al publico parte de si
mismos a través de su trabajo.
Para aquel que tiene la inquietud de expresarse a través de la palabra escrita, ponemos en sus manos ¡
Como Escribir Un Libro! , una breve guía de entrenamiento que le ayudara a encontrar el camino que
puede ser su vocación: la literatura.
ADVERTENCIA
Usted vera que a lo largo de esta obra aparecen varios textos entrecomillados ("..."; esto significa que
no son originales del autor de este manual.
Es muy común que cuando uno comienza a escribir se vea influido por sus autores favoritos. Esto se
llama plagio y no es correcto. El delito de plagio esta penado, pues la ley del derecho de Autor se
encarga de proteger la obra intelectual de todo genero, a favor de su productor.
A usted no le gustaría que alguien a quien mostró su trabajo, lo publicara bajo su propio nombre. Por
ello , la OMPI trabaja en beneficio de los autores de obras literarias o de otro tipo de trabajos de las
diferentes formas de artes e invenciones.
Defina Que Quiere Escribir
Dicen que una persona se realiza totalmente después de tener un hijo, sembrar un árbol y escribir un
libro.
Cuando uno tiene la inquietud de ser escritor, por manifestar lo que le nace en lo mas intimo de su ser.
¿Cuál es el tema que mas le llama la atención´?
Encontramos dos grandes campos que comprenden toda la literatura: la realidad y la ficción. En este
ultimo campo se encuentran cosas de humor, poesía, novelas... La novelística comprende asuntos de
terror, misterio, romance, espionaje, ciencia ficción o futuristica; en fin, los géneros de la creatividad
personal son muchísimos. Dentro de la no ficción están temas de historia, de medicina, de ciencia en
general, textos didácticos.
Hay quien asegura que los libros que mas se venden son los que hablan de la vida y milagros de las
personas, principalmente de los artistas; es decir biografías . Y pueden ser de su artista favorito, del
personaje mas importante de este siglo, del deportista que mas ha destacado en su
especialidad.....políticos, escritores, científicos; hombres y mujeres que han dejado su huella en la
historia de la humanidad y se les conoce desde los mas diversos aspectos, y...nos olvidábamos del
personaje principal que mas nos llama la atención: uno mismo.
¿Un libro sobre mi vida?, se preguntara, ¡ pero quien puede interesarse en un libro así? Pues usted, para
empezar. Y sus familiares y amigos.
No se trata de conquistar premios literarios con lo primero que salga de la pluma(o de la computadora
ahora que estamos en plena era cibernética), pero por que no?
Lo primero que uno debe de tomar en cuenta al comenzar a escribir es la ocupación propia. Uno puede
comenzar escribiendo un diario.
Si , no se asombre la ocupación propia, plasmar en papel las experiencias del día es el primer paso para
quien quiere escribir. Y también es valido anotar los sueños.
Así como la televisión y el cine presentan historias que aparecen arrancadas a la vida cotidiana, donde
ocurre algo que transforma la vida de los protagonistas, puede suceder lo mismo con nuestros textos.
Usted ha visto libros que parecen intrascendentes: La mejor colección de chistes para despedidas de
solteros. ¡ A quien le puede importar un texto así?, se preguntara.
Pues al editor, quien publica el libro, para comenzar. Sabe que, efectivamente , el contenido de 250
cuentos breves y graciosos para esos eventos, las despedidas de solteros, tienen un mercado constante:
todos los días aparecen en los diarios noticias de la pareja-muchas parejas- que acaban de contraer
matrimonio. Y por lo menos la noche anterior alguien organizo una despedida de soltero para el novio y
allí se contaron muchos chistes de todos colores y sabores. Ese es su mercado. Y como la gente se casa
a diario, sus compradores serán permanentes.
Ya escogió el tema , necesitamos desarrollar el argumento: ya sabemos que, ahora nos falta el como.
Si en algún momento creemos que podemos redactar una historia como las telenovelas actuales, donde
hay una gran cantidad de personajes, pues lo único que debemos hacer- y eso solo lo da la practica es
tener muchas historias particulares que converjan en un determinado momento para darle razón de ser
a existencia de todos ellos en la historia principal. Esto sucede ya que en la vida uno juega muchos
papeles a la vez: en la familia, en la escuela, en el trabajo, con las amistades ,etc.
Lo que necesitamos para construir una historia, para desarrollarla, es darle una estructura. Para escribir
textos breves, cuentos, por ejemplo, que son la base de los relatos largos, debemos manejar una
presentación , un nudo o conflicto y un desenlace. Esa es la estructura de todo cuento.
La extensión no debe de preocuparnos, pues lo mismo comprende unas cuantas líneas hasta varias
hojas, antes de trasformarse en novela corta. Tal vez unas treinta paginas seria una dimensión adecuada
para seguir considerándolo un cuento.
Dicen los expertos que el cuento mas breve del mundo es el debido a la fértil e ingeniosa imaginación
de Tito Monterroso:
" Y cuando abrió los ojos, el dinosaurio todavía estaba allí."
Se trata de una obra completa, no de una línea sacada de otro texto mayor. Contiene los elementos de
estructura mencionados y corresponde al lector sacar sus conclusiones de lo que ocurrió antes y de lo
que pudo haber pasado después de abrir los ojos el(o la) protagonista y enfrentarse al dinosaurio.
Pero tocamos una palabra que no habíamos mencionado antes : relato.¡Que es un Relato?
Para escribir una historia empleamos dos técnicas conocidas como narración y descripción. El empleo
de estas dos , adecuadamente, hará que nuestro relato (acción de relatar o referir dice el diccionario)
sea ameno y de interés para el lector.
Uno de los detalles mas importantes que se deben observar cuando se escribe, es tener un lenguaje
amplio, diverso, florido, para poder jugar con las palabras, en lugar que tener que devanarse los sesos
tratando de encontrar esa palabra que nos hace falta para decir precisamente lo que tenemos en
mente.
La posesión de un lenguaje abundante se logra mediante la aplicación de dos técnicas muy sencillas
lectura y escritura.
El complemento de la lectura es la redacción. El ejercicio constante nos permitirá lo que se llama hacer
oficio; escribir todos los días aunque sea una hoja, nos dará la soltura necesaria para que , al sentarnos
a la maquina de escribir o con el block de notas, pongamos con firmeza las ideas que nos lleguen a la
mente.
Todo esto es la base preparatoria para el que desee escribir un libro. Pero de lo que se trata es que uno
se divierta con lo que hace.
Ejercicio.
Usted puede empezar a escribir con estos dos sencillos ejercicios de lo que son la descripción y la
narración:
1.-Describa como es su recamara en no menos de 100 palabras.
2.- Narre lo que hizo este fin de semana en su casa, en una cuartilla.
TENGA SIEMPRE A MANO UNA LIBRETITA Y UNA PLUMA
Mucho se ha escrito acerca de la inventiva y de la creatividad.
Hay quienes afirman que es algo con lo que ya se nace junto con el talento y que solo aquellos dotados
con la inclinación especial para escribir son quienes pueden desarrollar la placentera actividad de crear
historias, textos, o libros.
Creemos que hay personas, que efectivamente ya nacen con la inclinación o el don especial de hacer de
la palabra su instrumento de expresión, y son reconocidos por el mundo como grandes autores.
Pero es nuestro deseo de hacernos un espacio en el mundo de la literatura, para demostrarnos a
nosotros mismos que también podemos crear paginas, a veces bellas, muchas veces interesantes, que
nos den la satisfacción de expresar lo que queremos y, además , hacerlo bien.
Dice la duda popular que" el escritor nace o se hace".
Debemos reconocer que nace, pero también podemos demostrar que se hace. Lo que se necesita
principalmente, es "el oficio"; es decir la practica para convertirse en maestro .Esto se logra
efectivamente, escribiendo. Y la pregunta que surge de inmediato es donde va a sacar ideas para
escribir y desarrollar los temas.
Como este es un asunto que requiere mucho de inspiración, esta puede llegar en el momento menos
esperado. Por lo que es muy importante que no nos sorprenda desprevenidos, y cuando tengamos una
buena idea, no sepamos que hacer con ella.
La técnica para conservar las ideas, es tan simple como tener siempre a la mano, en la bolsa de la
camisa, en el bolso de mano, una pequeña libreta de notas y un buen lápiz, para que las ideas no se nos
vallan de la mente.
La idea que puede ser la base de nuestra historia, el personaje que estábamos buscando para completar
el elenco de la misma; la situación clave para dar solución al misterio que estamos desarrollando, puede
venir en el momento menos pensado. Lo mismo se aparecerá en el teatro que cuando estamos
departiendo en el café con las amistades o en los lugares mas insólitos.
Durante el transcurso del día, cuando vamos al trabajo, en el trasporte publico, en el auto, escuchando
la radio o viendo la televisión, un comentario, una noticia, pueden hacer que surja la idea que
afanosamente perseguimos. Mas aun si nuestro trabajo es de investigación, al encontrar un dato
importante, siempre es necesario tener donde apuntar esa información imprevista.
Un popular escritor de historias policíacas reconstruye sus cuentos basándose en las noticias de este
genero que aparecen en los diarios. Sus personajes son gente de carne y hueso que ha llegado a ocupar
los encabezados de los periódicos en un hecho de sangre o por lo menos violento, y el autor no
necesariamente requiere de conocer la historia completa de los protagonistas de los hechos para crear
sus cuentos.
El utiliza una técnica prácticamente detectivesca; es decir, al resultado le construye una historia al revés
. Ya sabe lo que paso, ahora, como un buen investigador, tiene que reconstruir en su ficción, los hechos
anteriores que condujeron al desenlace que produjo la noticia violenta; naturalmente, cambia el
nombre a los personajes, ubicando los hechos en otros contextos, inclusive cambiando el sexo a los
personajes de la noticia, y de alguna manera tiene una historia nueva y diferente.
Conviene ejercitarse en la anotación de ideas, muchas ideas, que nos conduzcan al redondeo de la
historia que estamos creando. Recuerde la anécdota de aquel señor que en su afán de convertirse en
escritor, se había despertado varias en la noche, cuando a mitad del sueño lo asaltaban esas ideas
geniales. Adopto la disciplina de anotar todo cuanto llegaba a su mente y acabo por poner su libreta de
notas sobre la mesita de noche para evitar que las ocurrencias se le escaparan. Una mañana , al abrir los
ojos, recordó que se había despertado a media noche para anotar algo; y efectivamente, en su libreta
de notas estaba escrito con prisas: " Anótalo, Anótalo".
Ejercicio:
Lleve en su bolsa una libreta de notas, desde temprano en la mañana. Anote durante el día las ideas que
le broten en la mente y que pueden ser temas a desarrollar.
Cuente cuantas ideas anoto al regresar a su casa por la tarde.
Desarrolle las que considere mas interesantes en una cuartilla.
TENGA SU PROPIO ESPACIO PARA ESCRIBIR Y TODOS LOS IMPLEMENTOS NECESARIOS
Es apropiado tener un espacio para desarrollar para desarrollar nuestra labor creadora que nos hemos
encomendado, a la vez que evitaremos distracciones que nos interrumpan la misma y caigamos
constantemente en perdidas de atención , lo cual puede provocar que la inspiración y las ganas de
trabajar se pierdan por lo continuos contratiempos que nos impiden seguir adelante en nuestro
proyecto.
Por lo tanto es conveniente disponer en la casa de un lugar que se va a convertir en nuestro santuario;
un sitio al que solo nosotros tendremos acceso para tener nuestras cosas, que al fin de cuentas, se trata
de un asunto de expresión personal, y cuando lo considere pertinente, usted mismo dará a conocer a
los demás lo que esta haciendo.
No se trata de tener un sitio inaccesible a los demás durante sus ausencias, pero si de un lugar donde
usted pueda estar tranquilo, donde no padezca interrupciones constantes y pueda trabajar a gusto.
Aquí tendrá la oportunidad de concentrarse y dejar volar la imaginación para inspirarse y poder escribir
a sus anchas. Resumiendo se trata de un lugar donde pueda estar con la privacidad suficiente para ir
hilando sus ideas y de este modo redactarlas de un tirón.
Muchas veces nos encontramos con que precisamente el espacio es el limitante principal para disponer
de un sitio donde escribir. No importa, lo mismo aquel que posee un estudio para trabajar aislado que
quien habita un sencillo departamento, en un rincón de la estancia puede acondicionar su lugar.
Lo que verdaderamente importa es que allí, escribirá a gusto, debe tener una serie de instrumentos de
apoyo para desarrollar mejor sus actividades.
Siempre es conveniente tener otros apoyos para mejorar la redacción; es decir usted puede hacerse de
un buen diccionario, si es posible uno etimológico ya que debe acostumbrarse a consultarlo con
frecuencia, también es aconsejable un diccionario de sinónimos, pues nos sirven para expresar nuestras
ideas de forma variada, y se evita la monotonía de usar las mismas palabras siempre.
Su área de trabajo debe ser un lugar con muy buena ventilación y con una muy buena iluminación. Lo
recomendado es un lugar cerca de una ventana que permita el libre paso del aire, y que la luz venga de
la parte posterior y del lado izquierdo de esta forma no se hace sombra con la propia mano ni hay
deslumbramiento si se recibe la luz de frente, a la vez que se hace menos esfuerzo con la vista.
Muchas personas consideran que es mas tranquilizante escribir por la noche. Hay mas silencio mas
quietud, y la mente se dispone mejor a la creación . Por ello se recomienda que la luz artificial venga de
una fuente clara, del lado superior izquierdo por encima del hombro, con el propósito de facilitar la
escritura y la lectura.
La música es un buen acompañamiento para muchas personas. Cuando se trata de poner en practica la
creación de ideas, también puede ser provechoso que uno disponga de un aparato de sonido, ya se
trate de radio , casetes , o discos pero a un volumen bajo, que evite las distracciones. También se
recomienda seleccionar música relajante, de preferencia clásica , no melodías estridentes ni muy
conocidas, precisamente con el propósito de no romper la concentración del redactor.
Ejercicio:
Una vez que disponga el tiempo que desee escribir en una sola sesión, divídalo a la mitad; al cumplir la
primera , a un lado de su escritorio, donde tendrá su maquina , papel y demás implementos para
realizar su labor creativa de cada día , haga cinco minutos de gimnasia para desentumecerse, moviendo
las piernas, los brazos y la cintura, sin fatigarse. Vuelva a sentarse para escribir.
LOS PERSONAJES DE SU OBRA
En la clave # 1 se menciono que hay dos maneras de abordar un tema : a partir de la ficción o recreando
la realidad. Es decir, se hará una novela o tal vez una obra histórica.
Como lo normal es que se trate de obras de acción, no lucubraciones filosóficas , alguien debe llevarla a
cabo; o sea, tiene que haber uno o varios personajes. En otras palabras, el primer paso de nuestra clave
cuatro es determinar los personajes que tendrá nuestro trabajo.
Si hemos elegido escribir una biografía histórica, ya estará definido el personaje principal: Napoleón,
Hipócrates , etc..Después de determinar las características fundamentales de nuestro personaje
elegido, debemos determinar otros personajes importantes que además fueron determinantes en la
evolución de su existencia .
Cuando se trata de un trabajo de rigor histórico; es decir, apegarse a los hechos de modo indispensable,
como es el caso de una biografía, es necesario investigar en muchas fuentes documentales, o si nuestro
personaje es contemporáneo, entrevistarse con aquellas personas que lo conozcan, para tener
información de primera mano.
Esto quiere decir que no necesariamente nuestro biografiado tiene que haber pasado a mejor vida para
ser objeto de nuestro estudio.
Por otra parte , si hemos decidido escribir una novela, nuestro horizonte se amplia muchísimo en
cuanto a la determinación del numero de personajes y sus características. Puede tratarse de uno solo o
de una cantidad alta de personajes.
Si durante el desarrollo de su obra , trátese de ficción o de realismo considera que falto alguien, no se
preocupe ; siempre habrá tiempo de introducirlos a la trama. Inclusive, si en algún momento se
encuentra atrapado y no sabe como solucionar las cosas, puede inventar a alguien que sepa toda la
verdad, o que de repente recupere la memoria.
Es increíble la infinidad de posibilidades que existen para escribir; por ejemplo, una obra de ficción ,
desde un cuento a una gran novela, se pueden crear personajes que gracias a la inventiva del autor,
cada uno es dueño de su propia historia y por lo tanto la trama puede tomar los mas diversos
derroteros.
En lo relacionado con la creación de caracteres, es punto fundamental determinar su identidad y otros
aspectos interesantes de la vida, desde quienes son los miembros de su familia, la manera como
trascurrió su infancia, si goza de buena salud o padece alguna enfermedad física o mental ( los
personajes con lacras mentales siempre han sido recurso de autores de obras dramáticas o de acción) ;
Debe señalarse el lugar de residencia, su nivel social y económico, ya que no siempre van ligados uno
con el otro, y hasta su muerte y la manera como ocurrió.
Si encontramos dificultad en crear personajes, podemos recurrir a las personas que conocemos.
Amigos, familiares, maestros, compañeros de trabajo, vecinos. Todos ellos pueden servir de modelos
para uno de nuestros personajes de nuestra historia.
También se puede dotar de "armas" al personaje para que se desenvuelva mejor, sobre todo si se trata
de una obra de suspenso; alguno de ellos puede ser poseedor "de el secreto" que resolverá la trama ;
otro mas puede desenvolverse a base de mentiras, para hacer mas complicada la historia, lo que ayuda
a crear confusión entre los demás.
Pero cambiemos de temática . No todos nos inclinamos por escribir historias de suspenso. ¡ Acaso los
niños no tienen derecho a leer?. Para ellos puede uno inspirarse en Esopo, el esclavo nubio que paso a
la historia gracias a sus fábulas, lo mismo que el francés Lafontaine y el español Samaniego, que daban
personalidad a los objetos y animales.
Después de leer estas recomendaciones, seguramente nunca se habrá sentido con tanta libertad para
crear historias y personajes que revolotean en su imaginación y solo están esperando la oportunidad
para brotar de ella y tomar cuerpo en las paginas que esta a punto de redactar.
Adelante, pues.
Ejercicio:
De acuerdo con el siguiente formato, trace sus personajes. Recuerde que no necesariamente deben
llenarse todas sus características ni que todos los personajes deben ser tan abundantes en ellas. Pero es
una buena manera de comenzar a definir a los mismos.
Sexo Edad Nombre Determinar sus estudios, en caso de que los tenga. Señalar su trabajo, si lo tiene,
tipo y razones. Hijo (a) de familia Cabeza de familia. Sin familia. Sin dinero, con medios para subsistir,
rico o millonario. Ascendencia noble, títulos. Descendiente de delincuentes, etc. Clase social baja,
media, alta. Salud física buena o mala. Características físicas, media filiación: ojos, cabello, complexión,
estatura, señas particulares, etcétera.
DEFINICIÓN DE LA EPOCA
Una vez que hayamos definido las características de nuestros personajes, debemos ubicar la época en la
cual se van a mover. Es decir, en que momento histórico vamos a situarlos, porque se trata también de
un factor que influye poderosamente en la acción del argumento.
Lo mas normal es que cuando uno se inicie en los desconocidos terrenos de la literatura de ficción
ubique su historia en la época contemporánea, el momento que estamos viviendo. Esto sucede por la
sencilla razón de que es la época que uno conoce mejor. Esto de ninguna manera es algo malo. Al
contrario es un buen comienzo para el autor novel.
¡ Que va a suceder cuando se le ocurra a uno escribir un cuento futurista, de los llamados de" Ciencia
Ficción ", ahora que las computadoras, los vuelos espaciales y los instrumentos mas sofisticados son
cosa de todos los días , y con los cuales los autores de la posguerra de 1945- la época de oro de la
fantaciencia- soñaban todavía como algo irrealizable?.
Esta situación nos lleva a un aspecto que no podemos ni debemos descuidar, el del lenguaje, pues para
ser congruentes con la situación , el modo de expresión es muy importante.
Si somos abundosos en la manera de detallar la ropa de los personajes, debemos investigar las
características de la moda de entonces.
Ejercicio:
Escoja una época de la historia de la humanidad, la que mas le atraiga. Intente definir las características
del momento, en cuanto a la forma de ser de las personas, forma de sociedad, régimen político ,
maneras de vestir y lo que comían . Auxíliese con textos especializados.
DONDE SE DESARROLLARA LA OBRA
Dentro de nuestro trabajo de redacción de una pieza literaria, conforme hemos establecido los
personajes y sus características físicas y anímicas o psicológicas, si ya hemos definido también el
momento histórico y la época en la cual se desarrollara la acción, el siguiente paso, la clave numero 6,
consiste en ubicar el lugar donde desenvolveremos nuestra historia.
No hay que olvidar que, según el tipo de trabajo que realicemos, habrá que adoptar cierto rigor
científico; en otras palabras, darle credibilidad o autenticidad, para dar validez a nuestras
argumentaciones. Ya se trate de una obra histórica o de ficción, es muy importante definir el sitio de las
acciones.
Si ponemos en claro el lugar de las acciones, habremos dado un importante paso en nuestro trabajo. Si
se trata de un asunto histórico; una biografía, por ejemplo, es de vital cariz señalar que los lugares que
se citen, necesariamente, tienen que ser aquellos donde ocurrió el acontecimiento histórico sobre el
cual estamos haciendo la crónica o reseña, para no caer en argucias.
De ahí la importancia de nuestras fuentes de investigación, bien se trate d documentales; libros,
revistas, o periódicos, inclusive correspondencia cruzada entre el protagonista de nuestro trabajo y
algunos personajes que también pudieran ser importantes para dar mayor autenticidad a la obra.
En caso de un trabajo histórico contemporáneo, como señalamos en alguna clave anterior, las
entrevistas o investigación social, así como la llamada investigación de campo, o sea , acudir al lugar de
los hechos para hacer observaciones directas sobre determinados sucesos que nos interesan, son
técnicas que nos permitirán enriquecer nuestro trabajo de gabinete: la investigación documental y la
redacción. Por ejemplo puede usted ir a la cantina. La opera para verificar la presencia de los agujeros
de las balas que Pancho Villa disparo cuando visito ese lugar en 1915.
Uno puede escoger, en la literatura de creación, el sitio para desarrollar su trama, con toda libertad.
Cualquier rincón del mundo nos dará el escenario propicio, si sabemos reconocer el hábitat para los
personajes, ya que hasta el clima puede afectar en gran forma su conducta y sus reacciones, ya que
constituye el ambiente natural y cultural en que se desenvuelven.
No puede reaccionar de igual manera un hombre que vive en la ciudad, con todos los lujos y
comodidades que le otorga habitar en un condominio de zona residencial, que estar en medio de la
selva donde simplemente se desconoce lo que es la luz eléctrica y la preocupación máxima es la llegada
de una beneficiosa temporada de lluvias, no muy abundante por cierto, para que no afecte
perniciosamente las cosechas, o la dotación de petróleo para los quinqués que iluminan las tinieblas de
sus noches.
Entre las muchas posibilidades que ofrecen estas claves, el lugar a simple vista podría parecer ser lo de
menos. Lo importante es que el escritor novel sepa aprovechar su inventiva es cogiendo uno adecuado
para su historia, pero siempre intentando describirlo lo mas realmente posible para convencer al lector
de su autenticidad.
Ejercicio:
Describa como puede ser la superficie del planeta Venus que, como siempre esta envuelto en nubes de
vapor , debe contener mucho agua.
SUCESOS FUNDAMENTALES DE LA OBRA
La definición de los acontecimientos que uno desea consignar en su obra es uno de los puntos
fundamentales, a la vez que constituyen el ejercicio principal de nuestro trabajo.
En las claves anteriores hemos ido acumulando una serie de elementos que nos ayudan a conformar las
características del tipo de trabajo que deseamos elaborar. Y trátese de una obra de materia histórica o
bien de una de contenido ficticio, debemos encarar el reto de desarrollar el argumento.
Ya vimos en la clave 6 en que consiste un argumento desde el punto de vista etimológico; es decir,
poner las cosas en claro. Esto no significa mas que , una vez que se ha elegido el tema, para poner las
cosas en claro, al respecto, debemos desarrollar el contenido del mismo.
Todo lo que queremos decir al propósito , lo que nos inquieta , lo que sabemos, aquello que podemos
averiguar a través de la investigación , para llegar a una meta, a una conclusión .
Debemos partir del enfoque particular que queremos darle a la obra, sea una novela o un trabajo
histórico, una biografía. Si tomamos por ejemplo, a Napoleón, y no se trata de hacer un trabajo
exhaustivo, se puede particularizar el enfoque de su biografía: un ensayo acerca de la trascendencia del
Napoleón estratega; o la vida amorosa del Gran Corso. Un enfoque acerca de las circunstancias que
llevaron a Bonaparte a la creación de su famoso Código, que encierra valores aun vigentes, después de
casi 200 años de existencia.
Si la política llevada a la literatura ha dado en la ficción asunto tan importantes como las intrigas de Mac
Beth de Shakespeare, en la realidad el sonado caso Dreyfuss hizo que Emilio Zola echara su cuarto a
espaldas para descubrir la corrupción del régimen de la Francia de 1900. Y mas recientemente, la labor
de investigación periodística de dos reporteros norteamericanos que llevo a la caída del jefe de la
nación mas poderosa del mundo, hace apenas 27 años, como se leyó en Todos los hombres del
presidente.
Asuntos de todo los días nos dan ejemplos de temas desarrollados inteligentemente que conducen a
obras interesantes.
Si a alguien le puede parecer árida la sección financiera del periódico, será buen ejercicio construir un
cuento corto sobre las vicisitudes que enfrente un grupo de empresarios ante la hipotética caída de la
bolsa de Hong Kong. ¡ Que repercusiones tendría en cada país?, ¡ Cual de los protagonistas, involucrado
hasta los huesos en actos ilícitos, se quitara la vida, como ocurrió en muchas partes del mundo en el
famoso crack del 29?.
Y no olvidemos una sección que tiene una gran cantidad de lectores; la deportiva. Las aspiraciones que
tienen los atletas en ciernes, de cumplir con el lema olímpico: mas rápido, mas alto, mas fuerte. Esa es
la divisa de muchos que dedican buena parte de su vida a la practica de alguna disciplina atlética.
Mas allá de la mente sana en cuerpo sano, las actividades deportivas comprenden un mundo que solo
quien se interioriza en el puede darse cuenta de los problemas con los que se enfrenta tanto el
deportista propiamente dicho como los llamados "deportistas de pantalón largo", los que manejan
hombres y recursos, envueltos en circunstancias que el escritor que adopta este tema, puede hacer mas
o menos oscuro, mas o menos dramático, lleno de aspiraciones para los practicantes o bien, inclusive
una historia sentimental distinta, en medio de las circunstancias que rodean a los atletas en ciertos
momentos.
Desde la creación de los mas antiguos mitos hasta los temas actuales que exploran los insondables
laberintos de la mente, han hecho obras literarias gigantescas que perduran.
¿ En que consiste la fantasía ?
Afirmamos que es esa capacidad creadora de cosas imposibles.Aunque muchos niegan tenerla, puede
estar escondida en algún recoveco de la mente y solo necesita ejercitarse para que brote incontenible.
Como en todos los casos, es necesario poner en practica los órganos para que no se atrofien, y aunque
el cerebro no es un músculo, hay que ejercitarlo para que produzca los sueños mas disparatados que
uno pudiera tener.
La literatura es la puerta de las manifestaciones humanas mas intimas, que un autor se permite poner
por escrito para que sean leídas por los demás.
Es aquí donde afloran los sentimientos y las inquietudes, muchas veces se anotan los temores, sean
propios o ajenos, cuando la creatividad permite tomar esas experiencias de otros y han impresionado al
escritor para llevar al papel tales expectativas.
Este tipo de textos donde imperan los temores, reviste un aspecto muy especial, ya que da lugar a
manejo de historias plenas de suspenso, de dramatismo, de angustia ante lo desconocido o por la
certidumbre opresiva del porvenir. Y a partir de entonces puede uno expresar pensamientos como los
que hicieron de Edgar Allan Poe el maestro de los cuentos de terror.
La suma de todos los temas que se pueden desarrollar, nos darán la guía para definir los
acontecimientos importantes que formaran el meollo de nuestra historia.
Ejercicio:
• Describa el color azul. Que despierta en su imaginación, como pasión, como objeto, como símbolo.
• Haga una sinopsis de una cuartilla acerca de los sucesos mas destacados de la historia que desea
escribir, a partir de un tema dado.
LOS SENTIMIENTOS DE LOS PERSONAJES
El novelista es un manejador de caracteres. Como es el creador de sus personajes, los conoce
íntimamente a la perfección conoce cuales deben ser sus reacciones ante cualquier situación
determinada.Ademas de ser dueño de una gran inventiva, el escritor, hace las veces de titiritero. En
consecuencia, el autor debe conocer, penetrar la personalidad del personaje. No es fácil adoptarla ,
como se señalo en la clave 3, pero es importante, en esta clave es determinar el tipo de sentimientos,
capacidades e inquietudes que van a experimentar cada uno de los que intervienen en la historia,
aunque vale recordar, siendo caracteres de una pieza, que pueden cambiarse sus sentimientos de amor
, de odio, de desprecio.
La ira y la sed de venganza pueden marchar juntas y a lo largo de un argumento pueden hacer cambiar
de conducta a un personaje que en un principio fue dulce, amable, tímido.
Sentimientos, pasiones, emociones... características que hacen que en la vida real el destino de una
persona varié de un instante a otro. Estos son los instrumentos de que el escritor se valdrá para hacer
que su historia tenga una acción insospechada si sabe dosificar paso a paso sus ingredientes, para
obtener un resultado muchas veces sorprendente.
La importancia de que los caracteres de los personajes estén bien delineados radica en que permitirán
al autor llevarlas a las situaciones mas adecuadas para que su historia se desarrolle de tal manera que
no se le vaya de las manos el control de todas las situaciones.
Muchos de nosotros cuando comenzamos a escribir debemos saber dosificar las reacciones en
situaciones determinadas donde puede surgir una nota de desprecio. En una historia actual, de todos
los días, que se da en cualquier familia, casi en cualquier situación, una interpretación así podemos
reconocerla , bien sea porque la hayamos vivido como protagonistas de la misma o por haberla
atestiguado, cosa también muy común , y que nos permite inspirarnos en ciertas personas conocidas
para convertirla en autores de nuestros argumentos.
El manejo de la conducta y de las reacciones de nuestros personajes como en un vaivén, están
determinadas por los escenarios en donde vayamos ubicando la acción según el desarrollo de nuestra
trama. Si el personaje central es, digamos por caso , un detective, el héroe deberá ser un tipo rudo,
violento; es poco probable que una profesión que en un cierto momento requiera de acciones
violentas, en la vida real sea una persona afable, tímido, apocado. En determinadas circunstancias, el
factor valor debe anteponerse al factor miedo para salir adelante. Pero, ¡ acaso un ser humano, por
muy valiente que sea, no tiene derecho a sentir miedo?.
Los personajes que se han elaborado siguiendo los ejercicios de claves anteriores tienen un físico y unas
características psicológicas que son verdaderos retratos de personas fácilmente identificables y
cobraran vida según el papel que tengan que representar en nuestra historia.
Cuando se hablo de personajes de una pieza , se hacia referencia a que su conducta y sus reacciones
son siempre lineales, sin dobleces, que los hagan aparecer de dudosa apreciación, por los demás
personajes y por los lectores mismos, todo esto es para ayudar a orientarnos acerca de la necesidad de
practicar mucho, ya que nuestros personajes al igual que los de carne y hueso, tienen derecho a
combinar dos o mas elementos que pueden dar resultados increíbles: odio y astucia, amor e
inteligencia, miedo y rencor..Las posibilidades son infinitas. Todo reside en la capacidad creativa del
autor.
Ejercicio.
Desarrolle en una cuartilla, un texto donde el protagonista sea un tímido profesor de escuela que se
enfrenta a un grupo de adolescentes iracundos.
¿Dónde?
¡Por que?
¿Cuál será su reacción primaria?
¿ Que siente íntimamente?
¿Como solucionara el problema ?
LA RESOLUCIÓN DE LA OBRA
A lo largo de las ocho claves anteriores nos hemos preocupado por el origen, el desarrollo y las
características de nuestra historia y sus personajes.
Cuando se aproxima el final de la trama, debemos darle una conclusión.
Hemos tratado las características las características del cuento, que a fin de cuentas y para nuestros
intereses, es igual que una novela; su única diferencia es la extensión, y nos referimos a los pasos de
presentación, nudo y desenlace.
Hay varias formas de llegar al desenlace de una historia, según nuestras preferencias. Puede haber un
final feliz, donde los protagonistas alcanzan las metas deseadas y quedan todos muy contentos; siendo
una historia sentimental, la pareja de enamorados será muy feliz y se terminaría prácticamente como el
clásico final de cuento "se casaron y vivieron felices". Aunque hay otras formas de ser felices sin
necesidad de casarse, de acuerdo con las necesidades de nuestro argumento.
También puede darse el caso de que el desenlace no contenga los elementos de felicidad que el lector
desea. El autor, con los hilos de la trama en la mano, podría manejar entonces un final trágico donde los
protagonistas no logran la felicidad anhelada.
Otra forma como puede llegarse al clímax de la obra es donde campee la justicia y todo mundo quede
en su lugar, aunque no necesariamente todos satisfechos. Y también puede presentarse un final que sea
precisamente lo contrario, sin necesidad de llegar a la tragedia; la conclusión puede ser injusta para los
protagonistas en algunos aspectos y puede aplicarse al proverbio " no hay mal que por bien no venga"
Asimismo, podemos rematar nuestra historia en cualquiera de las formas señaladas, pero además tratar
de dejar un mensaje; es decir, como en el caso de las fábulas, mencionar la clásica moraleja del cuento,
para que se tome como lección la historia que se acaba de leer; y entonces tendrá caracteres didácticos.
En consecuencia , para poder llegar al final que deseamos y se tome como apropiado, dadas las
características de nuestros personajes, así como el ambiente donde se desenvuelven , es necesario
considerar tres aspectos; la idea general básica de la obra: que tipo de narración pretendemos elaborar.
El planteamiento del tema o argumento. Finalmente, el desenlace que se le quiere dar, conforme a los
conceptos de genero literario que indicamos anteriormente.
Se propone entonces la elaboración de una sinopsis, un resumen de los puntos sobresalientes de
nuestra historia, los cuales servirán de pauta para ir trazando la línea argumental. Ya conocido el tema y
la evolución que sufrirá, será necesario pensar como se hará la narración de la obra, destacando lo
básico, frente a lo que será meramente episódico: los hechos fundamentales ante los adicionales, que
ayudaran a "vestirla" mejor. Aunque hay relatos que no contienen dialogo, sino únicamente narración,
aun cuando sean escritos exclusivamente en primera persona.
Si deseamos manejar una terminación de nuestro relato de manera dramática, es en la acción,
principalmente, donde debemos acentuar nuestra atención.
En el final trágico son los protagonistas quienes mueren, al estilo de Romeo y Julieta, por propia mano,
ante la imposibilidad de su amor.
Ejercicio:
Escriba una sinopsis con las características que se señalan, máximo una cuartilla: personajes principales,
situaciones, tema definido. Ensaye tres finales distintos: uno trágico, uno humorístico y uno con m
UNA VEZ TERMINADA SU OBRA...
Descanse:
Aunque no lo parezca, el esfuerzo realizado para redactar una obra literaria, por pequeña que sea,
merece un descanso.
Pero no de usted sino de la obra.
En otras palabras, tiene que dejarla reposar para que se enfrié un poco el animo y pueda usted revisarla
con calma y entusiasmo al mismo tiempo, para hacer los ajustes y correcciones que considere
pertinentes; sobre todo aquellos relacionados con aspectos estrictamente gramaticales, en especial los
de ortografía.
Con el espíritu satisfecho por haber terminado su obra, por haberle puesto punto final a un trabajo que
posiblemente tenga varias cuartillas de extensión, es importante ver las cosas serenamente .
Esta es la razón fundamental del descanso merecido de nuestra obra.
Una vez que hemos revisado nuestro cuento o novela y le damos el toque que consideremos final para
decir que ya esta dispuesta para presentarse al publico masivo, pasaremos a la segunda fase del trabajo
del trabajo del escritor y que consiste en llevar a cabo lo que es realmente la clave numero 10: el
registro de la obra.
El numero de ejemplares de la primera edición. Puede variar de mil a tres mil la primera vez, aunque
hay excepciones. El numero de ediciones que pretenden hacer de su obra. La calidad del papel en que
se va a imprimir.
Esto va en relación directa con el precio al que se venderá al publico. Si será una edición económica ,
libro de bolsillo, edición de lujo o de línea, pues las editoriales cubren los diversos mercados y tienen
líneas especiales para cada uno.
Asimismo, la portada o carátula, llevara letras únicamente o letras y alguna ilustración, o bien letras y
una llamativa fotografía. La calidad de la encuadernación es importante.
Sin duda alguna, habrá tenido en sus manos libros que por la simple hojeada, las paginas comienzan a
desprenderse. Es conveniente que se garantice una encuadernación de buena calidad, porque de lo
contrario va en detrimento de la venta de su libro. La distribución. El lanzamiento.
Es necesario tener una idea de todo lo anterior con el propósito de que el autor neófito tenga la
seguridad de que los editores manejaran la obra con gusto y propiedad.
La escritura y el mundo empresarial
No es Miguel Janer el único que se ha preocupado de dar consejos para escribir mejor a nivel
profesional, lo que sin duda indica que es un problema muy extendido. David Ogilvy, icónico hombre de
negocios británicos y uno de los nombres más conocidos en el mundo publicitario, envió en septiembre
de 1982 una carta a todos los empleados de su agencia titulada “Cómo escribir”. Según consideraba el
afamado publicista, cuanto mejor escribes más lejos llegas en Ogilvy & Mather. Además, la gente que
piensa bien, escribe bien. Por el contrario, la gente de mente confusa escribe notas confusas, cartas
confusas y discursos confusos.
Según opinaba Ogilvy, escribir bien no es un don natural, es algo que debe aprenderse. Sus diez
consejos principales aparecen, entre otras muchas cosas, en el libro The Unpublished David Ogilvy: A
Selection of His Writings from the Files of His Partners (The Ogilvy Group, 1986). Aquí van:
1. Lee el libro sobre escritura de Roman y Raphaelson. Léelo tres veces.
2. Escribe como hablas. Naturalmente.
3. Usa palabras cortas, frases cortas y párrafos cortos.
4. No uses lenguaje especializado. Son marcas de un tonto pretencioso.
5. Nunca escribas más de dos páginas sobre nada.
6. Revisa las citas.
7. Nunca envíes una carta o una nota el día que la escribes. Léela en voz alta a la mañana siguiente y,
entonces, edítala.
8. Si es algo importante, dásela a un compañero para que la mejore.
9. Antes de enviar tu carta o tu informe, asegúrate de que está claro como el agua lo que debe hacer el
destinatario.
10. Si quieres ACCIÓN, no escribas. Ve y dile al tipo lo que quieres que haga.