200 ALMANAQUE 2008 EL URUGUAY QUE NO CONOCIMOS Pablo Toriño Andrea Corona DEPARTAMENTO DE EVOLUCIÓN DE CUENCAS, ÁREA DE GEOLOGÍA Y PALEONTOLOGÍA. FACULTAD DE CIENCIAS, UNIVERSIDAD DE LA REPÚBLICA. Lucas Kraglievich (1931). Huevo de dinosaurio Fue hallado en Durazno (diámetro: 17 cm, antigüedad aproximada: 70 millones de años). > La paleontología es una ciencia que se dedica al estudio de los organismos que vivieron en el pasado remoto. A través de sus restos, denominados «fósiles», podemos llegar a conocer qué aspecto tenían estos seres, cómo vivían y por qué desaparecieron. La palabra fósil significa «lo que se extrae excavando», un término muy adecuado, ya que los mismos se encuentran incluidos en rocas más o menos superficiales dispuestas en capas o estratos. Un fósil puede formarse a partir de las «partes duras» de un ser vivo, como un hueso, una cubierta protectora o un tronco; y rara vez por las «partes blandas», como los músculos y la piel. Pero también son fósiles aquellos restos producidos por las actividades realizadas en vida, como una huella, una cueva o un nido, que logran conservarse a través del tiempo. ALMANAQUE «Y pensar que alguien dijo no hace mucho que el Uruguay era tierra estéril para paleontólogos y que en ese sentido nada había que esperar...». 2008 Nuestros fósiles se encuentran dispersos por todo el territorio nacional y en su conjunto abarcan nada menos que los últimos 2.500 millones de años de la historia de nuestro planeta. Pese a que Uruguay no es un país con una gran extensión geográfica, en los últimos 50 años se han producido espectaculares y numerosos hallazgos paleontológicos en todo nuestro territorio. En Paysandú, por ejemplo, se han encontrado los huesos más completos de «titanosaurios» (grandes dinosaurios herbívoros de cuello largo), mientras que en las demás localidades también han aparecido huevos de estos espectaculares reptiles. 201 ALMANAQUE 2008 Un joven paleontólogo analiza una vértebra junto a la cola y otros huesos de un gran dinosaurio herbívoro hallado en Paysandú (antigüedad aproximada: 70 millones de años). 202 A pesar de lo que la mayoría de los uruguayos cree, en nuestro país contamos con un rico y diverso patrimonio fosilífero. No obstante, la paleontología en Uruguay es una ciencia relativamente joven si se tiene en cuenta que nuestros primeros paleontólogos surgen en la década del 40, mientras que entre nuestros hermanos brasileños y argentinos esta disciplina ha tenido una larga tradición, remontándose a más de 150 años de investigación en este último caso. Nuestros fósiles se encuentran dispersos por todo el territorio nacional y en su conjunto abarcan nada menos que los últimos 2.500 millones de años de la historia de nuestro planeta. A esta antigüedad corresponden ciertas rocas halladas en el departamento de Lavalleja, generadas por la actividad de bacterias primitivas. Pero el registro de la vida antigua en nuestro país no solo incluye estos y otros restos microscópicos (como algas, esporas y granos de polen), sino también fósiles de diversos animales como moluscos (caracoles, almejas y pulpos), artrópodos (cangrejos, avispas), equinodermos (como estrellas y erizos de mar), peces, anfibios, reptiles (incluyendo a los dinosaurios), aves y mamíferos. Asimismo, las plantas también se encuentran representadas ya sea a través de troncos petrificados o de improntas e impresiones de hojas. Bien por su tamaño, su antigüedad o por tratarse de los más conocidos por el común de la gente, varios de estos seres extintos revisten un interés particular. Este es el caso de los dinosaurios, cuyos restos se han encontrado principalmente en los departamentos de Paysandú, Río Negro, Soriano, Colonia, Flores, Durazno y Tacuarembó. Es en este último departamento en el que aparecen los más antiguos (con aproximadamente 150 millones de años). Se trata de pequeños dinosaurios carnívoros que vivieron en lo que por aquel entonces era un gran desierto que cubría buena parte de nuestro territorio. En este desierto también existían cuerpos de agua en los que habitaban cocodrilos, tortugas, peces de gruesas escamas, pequeños tiburones y moluscos. Entre estos últimos debemos destacar a Tacuaremboia, una «almeja gigante» de 30 cm de diámetro. Por otra parte, en Paysandú se han encontrado los huesos más completos de «titanosaurios» (grandes dinosaurios herbívoros de cuello largo), mientras que en las demás localidades también han aparecido huevos de estos espectaculares reptiles. Titanosaurio Dinosaurio herbívoro que vivió en Uruguay hace aproximadamente 70 millones de años. ALMANAQUE 2008 Diente de dinosaurio carnívoro de finales del Periodo Jurásico hallado en Tacuarembó (longitud del diente: 3 cm, antigüedad aproximada: 150 millones de años). 203 2008 ALMANAQUE 204 Con la desaparición de los dinosaurios al final de la Era Mesozoica (hace unos 65 millones de años) comienza la llamada «Era de los Mamíferos», sobre la cual nuestro país ha dado mucho que hablar. Dentro del Período Terciario de esta Era, a finales de la Época conocida como Mioceno (hace unos 10 millones de años), el Sur de Uruguay estuvo parcialmente sumergido bajo las aguas del océano Atlántico. Es por este motivo que en las barrancas costeras de departamentos como Colonia y San José se encuentran restos de una fauna marina que incluye diversos invertebrados, tiburones, chuchos, delfines y ballenas. En estratos más superiores –y por tanto más recientes– de esas mismas barrancas también se han encontrado restos de enormes aves corredoras llamadas «fororracos», conocidas como «las aves del terror» debido a sus hábitos carnívoros y rapaces y que, según se estima, superaban los 3 metros de altura y los 300 kg de peso. Igualmente sorprendentes resultan ciertos roedores llamados «dinómidos», cuyas dimensiones superaban por lejos las de un carpincho actual. Un poco más adelante en el tiempo, ya en el Período Cuaternario, existió en nuestro país toda una vasta gama de mamíferos que formaban parte de la «megafauna» sudamericana, denominada así por el gran tamaño y el peso mayor a una tonelada que muchos de sus integrantes debieron haber ostentado. Nuestro paisaje por aquel entonces seguramente era muy distinto del actual, más Reconstrucciones ARRIBA: posible aspecto de algunos de los dinosaurios que habitaban en el departamento de Tacuarembó. ABAJO: «fororraco», ave corredora de gran tamaño que vivió en nuestro país durante el Período Terciario. parecido quizás a lo que hoy es la sabana africana. Pero hace aproximadamente 10.000 años la mayoría de esta megafauna se extinguió, en un tiempo relativamente corto, marcando con su desaparición el comienzo de nuestra Época actual. Mucho se ha discutido sobre las causas de esta extinción. Se ha hablado de cambios climáticos y consecuente falta de recursos alimenticios para muchos de estos animales, e incluso de la existencia de 1 2 3 4 6 5 8 10 1. Macrauchenia (sin parientes actuales), 2. Stegomastodon («mastodonte», emparentado con los elefantes), 3. Pampatherium (emparentado con los armadillos), 4. Glyptodon y 5. Panochthus («gliptodontes», lejanamente emparentados con los armadillos), 6. Megatherium y 7. Lestodon (emparentados con los perezosos actuales, pero de mayor tamaño), 8. Smilodon (el «tigre dientes de sable»), 9. Palaeolama (emparentada con las llamas actuales) y 10. Toxodon (sin parientes actuales). ALMANAQUE Algunos representantes de la «megafauna» sudamericana 2008 7 9 205 ALMANAQUE 2008 Cráneo de león actual (izquierda) comparado con el de un «tigre dientes de sable» (derecha). 206 algún vínculo con la llegada de los primeros indígenas cazadores a América. Pese a que Uruguay no es un país con una gran extensión geográfica, en los últimos 50 años se han producido espectaculares y numerosos hallazgos en todo nuestro territorio. Las principales instituciones que realizan estudios sobre paleontología son el Museo Nacional de Historia Natural de Montevideo y la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República; en ellos se encuentran los investigadores y técnicos capacitados en la colecta, preparación y mantenimiento de fósiles. Asimismo, ambos centros tienen sus puertas abiertas tanto a aquellas personas que deseen conocer más sobre estos temas, como a quienes decidan notificar y compartir sus hallazgos. Reconocemos que la información que maneja la población sobre estas cuestiones es muy escasa, lo que ha llevado a mucha gente a creer que las mismas no son motivo de estudio en nuestro medio. Tal vez esto se deba a la falta de un diálogo más continuo entre los científicos y los medios de comunicación. Es por eso que, como parte de las nuevas generaciones de jóvenes investigadores, queremos manifestar aquí nuestra intención de darle a esta ciencia la importancia y la difusión que merece. Aunque esta, por cierto, no es solamente una tarea de los profesionales, sino de todos los uruguayos. • Agradecimientos Deseamos agradecer a las personas que han colaborado con nosotros en la preparación de este artículo, muy especialmente al paleoartista Gustavo Lecuona por haber cedido las excelentes ilustraciones y algunas de las fotografías que acompañan el texto. También a Andrés Rinderknecht por su invaluable ayuda en la preparación del material fotográfico. Y finalmente a todos nuestros docentes y compañeros del Departamento de Evolución de Cuencas (Facultad de Ciencias), por su apoyo incondicional. 2008 El paleoartista uruguayo Gustavo Lecuona junto a una de sus más grandes creaciones: la reconstrucción en yeso del esqueleto del Lestodon, un perezoso extinto hace 10.000 años. ALMANAQUE Lestodon 207
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