Estudio de Amós 5:1‐27 J.L. Guedes 30 de agosto de 2015 Título: Búsquenme a mí, el Señor, y vivirán Introducción: En el capítulo 1 y los primeros 3 versos del capítulo 2, el profeta declara la palabra del justo juicio de Dios sobre las naciones vecinas y enemigos de Israel. A partir del verso 4 del capítulo 2 declara juicio sobre Judá e Israel. La idolatría a dioses falsos y la injusticia contra los más débiles son los principales pecados que se denuncian en contra del pueblo escogido de Dios. En los capítulos 3 y 4, Dios reprocha que su pueblo, a quien el escogió de todos los pueblos de la tierra, se ha apartado de su Dios y a pesar de las muchas advertencias y señales (calamidades) el pueblo no se arrepiente. Ahora en el capítulo 5, a pesar de ya Dios haber sentenciado y determinado un castigo a su pueblo, todavía les da esperanzas de recibir la gracia y compasión de Dios si se arrepienten y dejan sus malos caminos. Texto: NTV RVC Un llamado al arrepentimiento 1 ¡Escucha, pueblo de Israel! Oye este canto fúnebre que entono: 2 «¡La virgen Israel ha caído, nunca volverá a levantarse! Yace abandonada en el suelo y no hay quien la levante». 3 El Señor Soberano dice: «Cuando una ciudad mande a mil hombres a la guerra, solo volverán cien. Cuando un pueblo envíe a cien, solo diez regresarán vivos». 4 Ahora bien, esto es lo que el Señor dice a la familia de Israel: «¡Vuelvan a buscarme y vivan! 5 No adoren en los altares paganos en Betel; no vayan a los altares en Gilgal ni en Beerseba. Pues el pueblo de Gilgal será arrastrado al destierro y el pueblo de Betel será reducido a nada». 6 ¡Vuelvan a buscar al Señor y vivan! De lo contrario, él pasará por Israel como un fuego y los devorará completamente. Llamado al arrepentimiento 1 Ustedes, pueblo de Israel, oigan este canto fúnebre que elevo por ustedes. 2 La virginal Israel ha caído, y no volverá a levantarse. Se halla postrada, en el suelo, y no hay quien la levante. 3 Porque así ha dicho el Señor: «La ciudad que salga con mil soldados volverá con sólo cien, y la que salga con cien volverá con sólo diez. Así será en todo Israel.» 4 Pero también así ha dicho el Señor al pueblo de Israel: «Si ustedes me buscan, vivirán. 5 Pero no me busquen en Betel, ni vayan a Gilgal, ni pasen por Berseba. Porque los de Gilgal serán llevados al cautiverio, y los de Betel serán exterminados. 6 Búsquenme a mí, el Señor, y vivirán. De lo contrario, arremeteré como un fuego contra la tribu de José, y la consumiré y no habrá en Betel quien pueda apagar el fuego.» 1 Sus dioses en Betel no serán capaces de apagar las llamas. 7 Ustedes tuercen la justicia y la convierten en trago amargo para el oprimido. Tratan al justo como basura. 8 Es el Señor quien creó las estrellas, las Pléyades y el Orión. Él transforma la oscuridad en luz y el día en noche. Él levanta agua de los océanos y la vierte como lluvia sobre la tierra. ¡El Señor es su nombre! 9 Con poder y deslumbrante velocidad destruye a los poderosos y aplasta todas sus defensas. 10 ¡Cómo odian ustedes a los jueces honestos! ¡Cómo desprecian a los que dicen la verdad! 11 Pisotean a los pobres, robándoles el grano con impuestos y rentas injustas. Por lo tanto, aunque construyan hermosas casas de piedra, nunca vivirán en ellas. Aunque planten viñedos exuberantes, nunca beberán su vino. 12 Pues yo conozco la enorme cantidad de sus pecados y la profundidad de sus rebeliones. Ustedes oprimen a los buenos al aceptar sobornos y privan al pobre de la justicia en los tribunales. 13 Así que los que son listos permanecerán con la boca cerrada, porque es un tiempo malo. 14 ¡Hagan lo bueno y huyan del mal para que vivan! Entonces el Señor Dios de los Ejércitos Celestiales será su ayudador, así como ustedes han dicho. 15 Odien lo malo y amen lo bueno; conviertan sus tribunales en verdaderas cortes de justicia. Quizás el Señor Dios de los Ejércitos Celestiales todavía tenga compasión del remanente de su pueblo. 16 Por lo tanto, esto es lo que dice el Señor, el Señor Dios de los Ejércitos Celestiales: «Habrá llanto en todas las plazas públicas y lamentos en cada calle. Llamen a los campesinos para que lloren con ustedes y traigan a los que les pagan por lamentar. 17 Habrá gemidos en cada viñedo, porque yo los destruiré a todos», dice el Señor. Advertencia sobre el juicio que viene 18 Qué aflicción les espera a ustedes que dicen: «¡Si tan solo hoy fuera el día del Señor!». No tienen la menor idea de lo que desean. 7 Ustedes, los que convierten el juicio en amargura y arrojan por el suelo la justicia, 8 busquen al Creador de las Pléyades y el Orión, al que convierte en luz las tinieblas y hace que el día se oscurezca como la noche; al que llama a las aguas del mar y las derrama sobre la faz de la tierra. ¡Su nombre es el Señor! 9 El Señor despoja de su fuerza al violento, y trae la ruina sobre sus baluartes. 10 Pero ustedes aborrecen a quienes los reprenden en las puertas de la ciudad; detestan a los que hablan con rectitud. 11 Por lo tanto, y puesto que ustedes ultrajan a los pobres y le cobran impuestos por su trigo, jamás habitarán las casas de piedra labrada que han construido, ni beberán jamás el vino de las hermosas viñas que plantaron. 12 Yo sé muy bien que ustedes son muy rebeldes, y que cometen grandes pecados; sé también que oprimen a la gente honrada, que reciben soborno, y que en los tribunales impiden que los pobres ganen su pleito. 13 ¡Vivimos en tiempos tan corruptos, que la gente prudente prefiere callar! 14 Busquen lo bueno, y no lo malo, y vivirán. Así el Señor, el Dios de los ejércitos, estará con ustedes, como dicen que está. 15 Aborrezcan el mal; amen el bien. En los tribunales, impartan justicia. Tal vez entonces el Señor y Dios de los ejércitos tendrá piedad del remanente de José. 16 Por lo tanto, así ha dicho el Señor y Dios de los ejércitos: «En todas las plazas habrá llanto, y en todas las calles se quejarán. Al labrador lo llamarán a guardar luto, y a los que sepan cantar endechas, a endechar. 17 Cuando yo pase en medio de ustedes, en todas las viñas habrá llanto.» —Palabra del Señor. 18 ¡Ay de los que anhelan que llegue el día del Señor! ¿Para qué quieren que llegue el día del Señor? Será un día de tinieblas, y no de luz. 19 Será como cuando alguien huye de un león, y se topa con un oso. O como cuando alguien entra en su casa y, al apoyarse en la pared, una culebra le muerde la mano. 20 El día del Señor no será de luz, sino de tinieblas. ¡Será un día sombrío, sin resplandor alguno! 21 «Yo aborrezco sus fiestas solemnes. ¡No las soporto, ni me complacen sus reuniones! 22 Cuando me ofrezcan sus ofrendas y holocaustos, no los recibiré, ni miraré los animales engordados que me 2 Ese día no traerá luz sino oscuridad. 19 En ese día ustedes serán como un hombre que huye de un león, solo para encontrarse con un oso. Y, al escapar del oso, apoya su mano contra una pared en su casa y lo muerde una serpiente. 20 Así es, el día del Señor será oscuro y sin remedio, sin un rayo de alegría ni esperanza. 21 «Odio todos sus grandes alardes y pretensiones, la hipocresía de sus festivales religiosos y asambleas solemnes. 22 No aceptaré sus ofrendas quemadas ni sus ofrendas de grano. Ni siquiera prestaré atención a sus ofrendas selectas de paz. 23 ¡Fuera de aquí con sus ruidosos himnos de alabanza! No escucharé la música de sus arpas. 24 En cambio, quiero ver una tremenda inundación de justicia y un río inagotable de rectitud. 25 »Israel, ¿acaso era a mí a quien traías sacrificios y ofrendas durante los cuarenta años en el desierto? 26 No, servías a tus dioses paganos —Sacut, tu dios rey y Quiún, tu dios estrella—, las imágenes que hiciste para ti mismo. 27 Por lo tanto, te mandaré al destierro, a un país al oriente de Damasco», dice el Señor, cuyo nombre es el Dios de los Ejércitos Celestiales. presenten como ofrendas de paz. 23 Alejen de mí la multitud de sus cantos. No quiero escuchar las melodías de sus liras. 24 Prefiero que fluya la justicia como un río, y que el derecho mane como un impetuoso arroyo. 25 »¿Acaso en los cuarenta años en el desierto, ustedes los israelitas me ofrecieron sacrificios y ofrendas? 26 Al contrario, ¡llevaban en andas el tabernáculo de sus ídolos Moloc y Quiún, cuya estrella ustedes mismos se hicieron! 27 Por eso haré que a ustedes se los lleven más allá de Damasco.» —Palabra del Señor, cuyo nombre es el Dios de los ejércitos. NTV: Nueva Traducción Viviente y RVC: Reina Valera Contemporánea (2011) Leyenda Exhortación Pecado Sentencia Gracia y Compasión Estructura del Texto 1. 2. 3. 4. 5. 6. Exhortación a oír y Lamento del profeta (v.1‐2) Juicio y Gracia de Dios (v.3‐6) Reproche y Juicio contra la injusticia (v.7‐13) Exhortación al Arrepentimiento (v.14‐15) Sentencia de Dios ante un pueblo que se niega a arrepentirse (v.16) Argumentos contra Falsas Esperanzas (v.17‐26) a. Esperanzas en el día del Señor (v.18‐20) b. Esperanzas en la adoración/liturgia/religión (v.21‐24) c. Esperanzas en ser el pueblo escogido de Dios (v.25‐26) 7. Sentencia Final (v.27) 3 Análisis de Texto 1. Exhortación a oír y Lamento del profeta (v.1‐2) a. En el verso 1 el profeta exhorta al pueblo a escuchar. Es casi un clamor para que por favor escuchen porque Dios le ha revelado a el los sufrimientos y las tribulaciones que pasará el pueblo si no se arrepiente. El profeta sufre la angustia de conocer lo que le espera a sus compatriotas que se niegan a escuchar y por eso les ruega que lo hagan. b. En el verso 2, el profeta usa un lenguaje poético, un canto fúnebre, para expresar la tristeza por la desgracia de otros. i. Cuando una persona mayor muere o sufre una terrible enfermedad o accidente, produce una gran tristeza en las personas que están a su alrededor. Pero más triste y doloroso aun es cuando se trata de una persona joven, en la plenitud de sus días, y peor aún, cuando su tragedia se pudo haber evitado si hubiese escuchado el consejo de sus padres. ii. Aquí el profeta compara a Israel (el pueblo escogido de Dios) con una joven virgen que ha caído en gran desgracia. 2. Juicio y Gracia de Dios (v.3‐6) a. Ya en Amós 3:11 el Señor le había advertido a Israel que “De todos los rincones de la tierra vendrá un enemigo, y derribará tu fortaleza y saqueará tus palacios.” Y en el 4:2‐3 “Vienen días en que ustedes serán arrastradas con ganchos, y sus descendientes con anzuelos de pescador. Saldrán en fila por las brechas una tras otra, y serán expulsadas del palacio.” b. Ahora en el verso 3 el Señor le advierte al pueblo que no habrá poder militar capaz de detener a este enemigo a quien El mismo ha levantado en contra de su propio pueblo por causa de su pecado y negación a arrepentirse. c. Sin embargo, en el verso 4, el Señor en su maravillosa gracia deja una puerta abierta, pero condicionada, para el perdón. d. Si ustedes me buscan, vivirán. Esta es el mensaje principal de este texto. Dios nuevamente abre sus brazos de Padre en espera del regreso de su hijo pródigo. En espera de que regrese arrepentido y no a buscar más de la herencia. Este hijo no lo merece. Sin embargo, la gracia de Dios es tan grande y maravillosa, que a pesar de todos los pecados denunciados y comprobados durante los primeros capítulos, Dios ofrece una puerta de salvación que requiere una sola cosa, EL ARREPENTIMIENTO. De igual forma, la única ventana a la salvación de todos los pecadores es el Mesías, el Cristo, el Hijo de Dios, el Señor Jesucristo; pero para venir a Él se requiere ARREPENTIMIENTO. Sin arrepentimiento, no hay salvación. Y no hay arrepentimiento sin confesión y convencimiento de pecados. Y para que esto se dé, se requiere escuchar acerca de la justa ira de Dios y de la esperanza que solo Él puede ofrecer. Todo esto, es un regalo de Dios por gracia. Esto es el verdadero evangelio del cual el apóstol Pablo y ningún otro verdadero hijo y siervo de Dios se avergüenza. e. En el verso 5, el Señor les advierte “Pero no me busquen en Betel, ni vayan a Gilgal, ni pasen por Berseba.” 4 i. Muchos quieren buscar a Dios a su manera o como le enseñaron sus padres. Sin embargo, hay una sola forma de acercarse a Dios, y esta está revelada en su Palabra (La Biblia). ii. El Señor les advierte que estas formas de acercarse a Dios, inventadas por el hombre, conducen a la esclavitud y exterminio (v.5b). f. En el verso 6, repite la oferta “Búsquenme a mí, el Señor, y vivirán.” Pero a la vez advierte de las consecuencias de no hacerlo diciendo “De lo contrario, arremeteré como un fuego contra la tribu de José, y la consumiré y no habrá en Betel quien pueda apagar el fuego.” i. Aquí el Señor le está diciendo a su pueblo. Hay un único y verdadero Dios. El gran Yo Soy. No hay otro. Todo lo demás es una simple creación de la imaginación humana, ficticia por demás. Solo en Dios, a través de la fe en su Hijo Jesucristo, hay salvación y vida eterna. ii. Asimismo, ninguno de los dioses creados por el hombre, sea la diosa Asera, o Moloc y Quiún que se mencionan en el verso 26, o un líder político, o un santo declarado por el Vaticano, o el dios poder político, o el dinero, o la familia, o la santería, etc., podrá salvar al pecador el día de la justa ira de Dios. 3. Reproche y Juicio contra la injusticia (v.7‐13) a. Del verso 7 al 13, el Señor a través del profeta Amós le reprocha una lista de pecados a SU pueblo y los exhorta a hacer lo correcto. b. Los pecados mencionados son los siguientes: i. Convierten el juicio en amargura y arrojan por el suelo la justicia (v.7). No había justicia. El sistema legal y judicial se había corrompido. ii. Aborrecen a quienes los reprenden…; detestan a los que hablan con rectitud (v.10) esto se refiere hoy en día a los verdaderos profetas, pastores y maestros. iii. Ultrajan a los pobres y le cobran impuestos (v.11) iv. Son muy rebeldes, y que cometen grandes pecados (v.12) v. Oprimen a la gente honrada (v.12) vi. Reciben soborno (v.12) vii. Impiden que los pobres ganen su pleito en los tribunales (v.12) viii. ¡Vivimos en tiempos tan corruptos, que la gente prudente prefiere callar! (v.13) c. La exhortación es a buscar el verdadero Dios. Aquí Dios se revela como (v.7‐9): i. El Creador de todo el universo, las constelaciones y las estrellas ii. El que convierte en luz las tinieblas y hace que el día se oscurezca como la noche iii. El que llama a las aguas del mar y las derrama sobre la faz de la tierra (el que trae la lluvia y las bendiciones de frutos que están a su vez traen) iv. El que destruye a los poderosos y aplasta todas sus defensas (NTV). 4. Exhortación al Arrepentimiento (v.14‐15) a. En el verso 14, es la tercera vez en todo el capítulo que el Señor invita al arrepentimiento. Esto es una muestra del amor de Dios Padre por sus hijos escogidos. b. Si se arrepienten, no es Moloc ni Quiún ni ninguno otro dios falso quien guardará al pueblo de Dios, sino Jehová Sebaot, el Señor, el Dios de los ejércitos. c. La exhortación es a: 5 i. Buscar lo bueno, y no lo malo. ii. A aborrecer el mal; y amar el bien. d. Si esto sucediera (v.15), tal vez, quizás, a lo mejor, probablemente, el Señor tendrá piedad del remanente. i. Dios es Padre que desea más sanar y perdonar que castigar. Por eso cuando el rey David pecó levantando un censo de su ejército, y vino el profeta Gad a decirle que Dios le había dado a escoger entre tres castigos (tres años de hambre en toda la tierra, tres meses huyendo de sus enemigos, o tres días de una terrible plaga), el rey David, reconoció su pecado, se arrepintió y aceptó las consecuencias. Sin embargo, dijo, “Permíteme caer en las manos del Señor, pues su misericordia es grande en extremo. ¡No me dejes caer en las manos de ningún hombre!»” 2 Sam. 24:14 ii. Dios tiene un remanente en cada lugar del mundo y en cada generación. Ese remanente goza de la esperanza de la vida eterna para pasar la eternidad en la presencia de Dios y su Hijo Jesucristo, para adorarles y alabarles por siempre y para siempre. 5. Sentencia de Dios ante un pueblo que se niega a arrepentirse (v.16) a. En este verso, pareciera que ya Dios conoce lo obstinado de este pueblo y que no se arrepentiría, por lo que sentencia: “En todas las plazas habrá llanto, y en todas las calles se quejarán. Al labrador lo llamarán a guardar luto, y a los que sepan cantar endechas, a endechar. 17 Cuando yo pase en medio de ustedes, en todas las viñas habrá llanto.” 6. Argumentos contra Falsas Esperanzas (v.17‐27) Luego Dios, a través del profeta, aborda el tema de las falsas esperanzas que tenía el pueblo y provee argumentos que derrumban dichas esperanzas. a. Esperanzas en el día del Señor (v.18‐20) i. El texto evidencia que en ese tiempo, al igual que hoy, hay quienes desean la venida del Mesías para que se terminen todos sus problemas. ii. A estos el Señor les dice: Uds. no saben lo que están pidiendo y orando. Ese día será de tinieblas y no de luz. Será tan terrible como quien huye de un león para encontrarse con un oso, y al librarse de este lo muerde una culebra. Es decir, ese día no habrá escapatoria para los pecadores que no se hayan arrepentido. iii. El Señor Jesucristo dijo en Mt.24:21, hablándole a sus discípulos acerca del fin del mundo, “porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.” b. Esperanzas en la adoración/liturgia/religión (v.21‐24) i. Había otros, al igual que hoy, que piensan que con su adoración, liturgia y/o religión van a agradar a Dios y van a salvarse de su justa ira venidera. Esto hace referencia a vanas ceremonias que no solo se alejaban de la manera que Dios había prescrito en el AT acerca de cómo era la forma que Él quería/debía ser 6 adorado, sino que carecía de un verdadero sentido de humillación y arrepentimiento al acercarse al Dios Todopoderoso. ii. A estas celebraciones religiosas, el Señor les dice: “Yo aborrezco sus fiestas solemnes. ¡No las soporto, ni me complacen sus reuniones! 22 Cuando me ofrezcan sus ofrendas y holocaustos, no los recibiré, ni miraré los animales engordados que me presenten como ofrendas de paz. 23 Alejen de mí la multitud de sus cantos. No quiero escuchar las melodías de sus liras.” iii. De igual forma, Dios aborrece los cantos, las alabanzas y las ofrendas de una iglesia llena de pecado e idolatría. iv. Dios prefiere que fluya la justicia y la rectitud. Lo mismo que el profeta Samuel le dijo al rey Saúl “¿Y crees que al Señor le gustan tus holocaustos y ofrendas más que la obediencia a sus palabras? Entiende que obedecer al Señor es mejor que ofrecerle sacrificios, y que escucharlo con atención es mejor que ofrecerle la grasa de los carneros.” 1 Sam.15:22 c. Esperanzas en ser el pueblo escogido de Dios (v.25‐26) i. Finalmente, algunos aparentemente confiaban en su linaje. Pensaban, nosotros somos el pueblo escogido de Dios y no somos como nuestros antepasados que murieron en el desierto sin entrar a la tierra prometida, nosotros somos el cumplimiento de la promesa porque ya estamos en la tierra prometida. ii. A estos, Dios les hace recordar que su linaje es vergonzoso. Dios les recordó que ellos al igual que sus padres son unos idolatras porque sus padres adoraron al dios Moloc y al dios Quiún, pero ellos adoran a dos becerros de oro creados por Jeroboam I y colocados en Dan y en Bet‐el. iii. De igual forma, hoy en día hay quienes vienen a la iglesia por una tradición de sus padres y creen que la fidelidad de sus padres los exime de sus pecados y del justo castigo de Dios. 7. Sentencia Final a. Lamentablemente, al final, en el verso 27, Jehová Sebaot, el Señor, el Dios de los ejércitos celestiales, emite una sentencia y la firma: “Por eso haré que a ustedes se los lleven más allá de Damasco (al exilio).» —Palabra del Señor, cuyo nombre es el Dios de los ejércitos.” b. Rom.3:23 “por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” Todos los pecadores viven en el exilio, alejados de la gloria de Dios y fuera de su maravillosa gracia. c. La fe en el único Salvador dado a los hombres por Dios, es la única reconciliación de miserables criaturas pecadoras con su Creador. Romanos 5:8‐9 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Así que, mucho más, habiendo sido ya justificados en su sangre, seremos salvos de la ira por medio de él. d. La justa ira de Dios está sobre Venezuela. Muchos han salido al exilio y otros los seguirán. Otros, por el contrario, no podrán salir y vivirán tiempos muy difíciles. Esto se debe al pecado de una nación idólatra, vanidosa, injusta y corrupta. Como dice el verso 13 “¡Vivimos en tiempos tan corruptos, que la gente prudente prefiere callar!” Dios tiene un 7 remanente (prudentes que callan y profetas que exhortan al arrepentimiento) en medio de los que salen y de los que se quedan. A estos, solo a estos, Dios los guardará. e. De igual forma, en el día final, cuando el Señor Jesucristo venga por segunda y última vez, ya no como Salvador, sino como Juez, solo ese remanente escogido por Dios verá su gloria y se deleitará en su presencia por los siglos de los siglos. “Señor, ten misericordia de mí y hazme parte de tu remanente. Sé que no lo merezco, pero por tu gracia, te lo suplico en el nombre de tu Hijo Amado Jesucristo.” Amen. Bibliografía 1. Santa Biblia versión Reina‐Valera Contemporánea 2011 2. Santa Biblia versión Nueva Traducción Viviente 2010 3. Diccionario Bíblico en Línea www.biblehub.com 8
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