TEMA 1. Conceptos (deontología, ética y moral). Deontología y quehacer del detective privado. El cumplimiento del deber. Previo (otros conceptos: filosofía, fe, metafísica) La deontología pertenece al ámbito del pensamiento y de la actividad humana cuyo desarrollo tiene su origen en la Filosofía. La Filosofía proviene etimológicamente del griego “fileo” (que significa amor) y “sofia” (que significa sabiduría, conocimiento), con lo que la filosofía sería la ciencia que estudia el conocimiento de la esencia, propiedades, causas y efectos de las cosas. Su origen se produce cuando el hombre empieza a preguntarse por el porqué de las cosas y su finalidad (sabio, sofista) y comienza la búsqueda de la Verdad (que para los diferentes filósofos significaba cosas distintas o se hallaba en cosas diferentes). Sin el afán del conocimiento o descubrimiento la humanidad caería en la rutina, en la repetición de acciones y daría lugar a una vida intelectual muy limitada. Uno de los campos de la filosofía son las realidades espirituales (como el conocimiento de Dios, del alma, etc.), la fe (creencias de un individuo o grupo de personas) y por ello los filósofos cristianos no desligan el conocimiento adquirido por la fe (revelación divina) del conocimiento racional. Dirá Santo Tomás que la fe no destruye la razón sino que la supera. Algunos filósofos se amparan en estas creencias para fundar sus teorías sobre las cosas. La metafísica es la ciencia que se ocupa del estudio de todo lo que está más allá de la física, esto es de lo que se puede percibir por los sentidos (física de la naturaleza). Estudia al ente en su generalidad (desde lo puramente material hasta lo más abstracto: propiedades, principios y causas). Las áreas de la filosofía, además de la metafísica, serían: a) Filosofía del ser. Se divide en tres ramas: filosofía de la naturaleza, metafísica y teología natural. b) Filosofía del hombre. Se divide en antropología filosófica y ética. c) Filosofía del conocimiento – gnoseología - y de la ciencia. Estudia a través de la realidad sensible el conocimiento de la verdad. Se divide en Lógica y Filosofía del lenguaje (que estudian cómo actúa nuestra inteligencia para alcanzar la verdad a través de tres operaciones intelectuales: simple aprehensión – los objetos son captados por los sentidos y se representan internamente -, juicio – para entender lo que se percibe es preciso componer y dividir las diversas aprehensiones que se efectúan para poder captar realmente la esencia, propiedades y accidentes del objeto - y raciocinio – supone la unión o separación de diversos juicios, con dicha actividad el intelecto humano se perfecciona aumentando progresivamente su saber) DEFINICIONES DE ÉTICA, MORAL Y DEONTOLOGÍA i) Ética: viene del griego “ethos”, que significa costumbre y se puede definir como el estudio filosófico de la conducta buena y mala. El cual tiene dos significados uno de costumbre, hábito o uso y otro, como morada o residencia. No obstante se ha aceptado el término en el sentido de modo de ser o carácter (y en este sentido la ética invita a forjarse un buen carácter). La acepción ethos sería como el fundamento de la praxis, es decir la raíz de la que brotan los actos humanos. Lo ético comprende ante todo las disposiciones del hombre en la vida y naturalmente también en el aspecto moral. Conjunto de normas y hechos que conducen al hombre hacia la práctica de las buenas costumbres, la honestidad y el cumplimiento del deber. Es una parte de la filosofía práctica que se ocupa de los problemas filosóficos que surgen de la conducta humana. La ética estudia los actos humanos, que se realizan por voluntad y libertad de la persona. La ética no se preocupa por las teorías ni tampoco pretende describir la realidad. La ética pretende orientar las acciones. No es un catálogo de soluciones para afrontar los problemas ni mandamientos que hay que cumplir para ser felices, la ética orienta, guía, motiva para que cada individuo y cada comunidad descubran su bien. El ser humano es un viajero y la ética nos orienta en ese camino, sería la brújula o el mapa que le guía. La ética tampoco es un conjunto de prohibiciones sino que nos enseña a vivir bien haciendo el bien. La ética además pretende que actuemos racionalmente, utiliza argumentos racionales, no vale imponer o los argumentos de autoridad, nos enseña a tomar decisiones prudentes, deliberando y reflexionando para realizar la acción más adecuada. La ética no se refiere a acciones puntuales (no se trata de hacer la obra del mes sino de ser hombres o profesionales de bien, no se trata de dar limosna sino de ser caritativos) sino que afecta a toda la vida. Aristóteles decía que una golondrina no hace verano, no basta un acto para calificar a un hombre como bueno o mal. La ética nos invita a buscar los fines o metas de nuestra vida. El hombre busca, muchas veces fracasa, abandona o se distrae, lo importante es seguir teniendo otros fines y metas. (el problema es que hoy día los ciudadanos están desencantados con la realidad). Fines que deben ser posibles y estar al alcance de nuestras posibilidades para evitar la frustración. No deben ser muchos (como los niños que quieren todo, o como los jóvenes que creen todo posible) hay que centrarse en los que merezcan la pena. La ética no se puede reducir a cumplir reglas o normas, pues las reglas son meros medios para lograr los fines. La ética nos invita a buscar la felicidad que es el fin último a que todos tienden. El problema es que la felicidad se entiende de diferentes formas (placer –consumo, ocio- como logro – ser buen profesional -, como servicio a los otros – amor, solidaridad-) y se tarda un tiempo en alcanzar (no es cosa de un día). La ética no inventa la vida moral, reflexiona sobre ella. El ser humano es libre para actuar, surgen conflictos y la ética reflexiona para encauzar la praxis humana. En lenguaje común la ética se aplica a la conducta libre y responsable de una persona cuando esta es juzgada por los demás como adecuada a un ser humano, como digna de alabanza y merecedora de imitación y como deseable en todos los seres humanos. De este modo el lenguaje común refleja el sentido moral de las personas. Ahora bien, puede suceder que una determinada conducta que se considera adecuada, loable, imitable y deseable dependa de aspectos de la sociocultura de quienes lo emiten o de otros factores subjetivos, de forma que para personas de distinta culturas o con distinta formación esa manera de actuar no sea ni ética ni modélica. Así, se antoja preciso estudiar y reflexionar la conducta humana adecuada en un ser racional, que constituye el objeto y la tarea de una disciplina filosófica que también se denomina ética. Por consiguiente, ética se usa tanto para referirse a la conducta deseable y adecuada de una persona como a la disciplina filosófica que se ocupa de su estudio. En tanto que disciplina filosófica no se ocupa del estudio concreto de dilemas y problemas éticos concretos sino de proporcionar a las personas criterios o principios con los que estructurar un proceder habitual ético. P. ejemplo el respeto a la dignidad y derechos humanos es un criterio último e incuestionable para todo el procedimiento ético. O el principio de justicia (reconocer, dar o exigir a cada uno lo que le corresponda) aplicable a las relaciones familiares, a las relaciones personales en general, a las relaciones entre profesionales y clientes, entre trabajadores de una empresa, etc. La ética no solo estudia los comportamientos humanamente adecuados sino que además procura motivar a las personas para el seguimiento de esos comportamientos. La motivación puede hacerse razonando con ayuda del sentido común y de la experiencia por qué se deben seguir determinados comportamientos o utilizando otros recursos. P. ej. además de razonar la importancia teórica de respetar los derechos humanos puede reforzarse la motivación mostrando cómo el respeto a los derechos de los demás es algo que reclama la misma dignidad del que actúa. Así una persona que tortura sus actos son indignos, es un atentado contra la dignidad tanto del torturado como suya. También se puede motivar sobre los comportamientos más adecuados para una convivencia ética mostrando que comportarse éticamente es lo mejor para todos. Así, todos entienden que es mejor una convivencia en la que todos se respetan entre sí que no una en la que se roban, lesionan, calumnian, etc. pues los débiles no encontrarían ayuda y serían oprimidos por los más fuertes. No siempre es fácil aplicar los principios de la ética por lo complejo de las situaciones. Así, el estudio sobre la conducta humana adecuada requiere un paso más: clarificar cuál es la conducta humana adecuada en cada momento, lo cuál puede suponer un dilema para algunas personas. Ello supone la expansión de la ética, primero por áreas de actividad humana dando lugar a las éticas particulares o regionales (p.ej. ética de la empresa en el área empresarial, ética médica en el área de la medicina, ética de las profesiones en general en el área de la profesión de que se trate). Y luego, por los sectores dentro de cada área, que se conoce como éticas aplicadas que es cuando la ética de las profesiones se concreta a una profesión concreta (ej. al ejercicio de la abogacía, de la educación, de la enfermería, etc.). Las éticas particulares o regionales deberán fundamentarse en los principios que establece la ética más básica (dignidad, deberes y derechos humanos, justicia, etc.) y aplicarlos a su área de actividad. Aunque también ocurre que cada área de actividad pueda dar lugar a proponer también algunos principios o criterios éticos propios o específicos (p.ej. centrándonos en la ética de las profesiones, se proponen como criterios específicos: el principio de beneficencia que supone que los conocimientos y destrezas, y en su caso, el poder que otorga la profesión han de utilizarse para lograr el bien objeto del ejercicio de esa profesión y no para fines distintos. El segundo momento de expansión de la ética es cuando los principios generales de la ética particular se concretan, aplican y desarrollan en un sector de actividad determinado. P.ej. cuando la ética de las profesiones se aplica y concreta en la abogacía, la educación, etc. Son las éticas aplicadas y recibe el nombre de la actividad concreta: ética profesional de los abogados, de los educadores, etc. Los contenidos de las éticas aplicadas se alimentan de dos fuentes: a) La ética de las profesiones, que aporta los principios éticos, tanto los más básicos como los específicos. b) La propia profesión, es decir, los criterios profesionales aportados por la ciencia que ha de aplicar el profesional o que los conoce por la experiencia sobre los usos correctos, incorrectos y abusos de los conocimientos profesionales. Ambas fuentes han de colaborar, aportando cada una su saber y sin invadir los campos de la otra. P.ej. de las obligaciones de la ética profesional de un educador (ética aplicada) unas estarán basadas en la ética general (p.ej. el respeto a la dignidad de los clientes) y otras en el propio ejercicio profesional correctamente realizado (p.ej. la obligación de formación continua). En caso de conflicto entre ambas ante un dilema, la última palabra la tiene la ética. Ej. en las investigaciones científicas sobre la vida humana, la bioética (una ética aplicada a este campo) puede poner límites a algunas experiencias científicas por el respeto a la dignidad de las personas. Las éticas profesionales aspiran a establecer criterios que sirvan de guía sobre la conducta a seguir por parte de los profesionales en su trabajo habitual y ante los diversos dilemas éticos que pueden presentársele. Es decir, aspiran a establecer normas éticas. Normas que la mayoría de colegios profesionales compendian en códigos. Son códigos éticos de la profesión. ¿Por qué entonces se les llama luego códigos deontológicos? Porque como luego veremos el término deontológico en este caso se utiliza en el sentido kantiano de código de deberes, deberes que el profesional asume, no porque se los imponga alguien (el colegio) sino que se los autoimpone. Pero los códigos deontológicos no excluyen los principios de la ética aplicada, sino que tienen su complemento en los principios éticos y en los criterios profesionales que el profesional se autoimpone porque representan la regulación racional de su conducta. La ética es el soporte de la profesión, una comunidad de profesionales incapaces será pobre y estará llena de injusticias, pero un pueblo de profesionales diestros y sin valores son un peligro para la humanidad. Es la disciplina que estudia los contenidos normativos de un colectivo profesional, por tanto su objeto de estudio es la deontología profesional. La ética general de las profesiones se plantea en términos de principios: a) Beneficencia. Significa hacer bien al otro. Este principio por tanto obliga a actuar en beneficio del cliente, por medio de una práctica, mediante la cual se realizan los bienes intrínsecos a la misma. El riesgo está en dar preferencia a los bienes externos (dinero, poder, prestigio, etc.) en perjuicio de los bienes intrínsecos. b) Autonomía. Se centra en el consentimiento informado, lo que quiere decir que hay que considerar al cliente-usuario como un interlocutor adulto que puede elegir el servicio que estima conveniente para sus intereses, que a la vez espera ser comprendido y aconsejado por el experto al que acude por que le conviene. El profesional y el cliente están en un mismo plano en relación con la decisión de realizar el acto profesional. El profesional puede rechazar un trabajo que pueda ocasionar un perjuicio grave al usuario o a la sociedad, y el usuario puede no utilizar los servicios del profesional por desconfianza o cualquier otra razón. Lo normal será que el profesional actúe siguiendo las directrices del usuario, una vez informado este de todos los aspectos que requiere su encargo, aunque en ocasiones no será así (ej. encargos contrarios a la moral o a la ley). c) Justicia. Generalmente los profesionales ejercen su función dentro de asociaciones, organizaciones, empresas, etc. El trabajo del investigador privado generalmente es autofinanciado, no repercute en las inversiones que la Administración hace en las instituciones públicas. No obstante cuando el trabajo se realiza dentro de una organización, debe establecerse la relación, preferencia, distribución, etc. de los bienes comunes en el uso individual de cada uno de los miembros, buscando eficacia común sin agraviar o perjudicar a ninguno de ellos. d) No maleficencia. Otros principios La probidad u honradez es una cualidad exigible a un profesional que debe ser una persona honesta. De modo que el cumplimiento de los deberes consigo mismo y con los demás sean las principales virtudes. El interés en la acción profesional es la necesidad de una efectiva prestación de los servicios profesionales, y que consiste en anteponer los intereses del cliente a los propios. La dignidad es un valor inherente a la persona humana que debe ser protegido y respetado. La proyección de este valor en el ejercicio profesional es lo que proporciona el decoro y la buena fama a la asociación o colegio al que se pertenezca. Por otra parte hay que reconocer y respetar la dignidad intrínseca de los usuarios. Dichos principios se conjugan con los tres niveles objeto de la acción: el profesional (el hombre moral), el cliente o usuario del servicio y la sociedad como último sujeto receptor del bien o servicio. El talante se interpreta como lo que se siente (pathos), un sentimiento fundamental, un modo de enfrentarnos emocionalmente con la realidad y es, en definitiva, donde el hombre fundamenta su vida moral. Sin embargo el modo ético o sea, la conducta humana, se produce libre, responsablemente, en cuanto que el hombre mediante sus actos y hábitos va labrando su propio carácter moral. Talante y carácter son los dos polos de la vida ética, el primero premoral y auténticamente moral el segundo. La ética no está relegada al ámbito individual, no trata de que tengamos un carácter bueno sino también de construir una sociedad justa, de este modo se habla de una ética personal (cuyo objeto es la acción que ejerzo sobre mí mismo para establecer en mi estilo de vida un cierto orden en armonía con ciertos valores y principios) y de una ética social (cuyo objeto es la reflexión crítica de las estructuras sociales existentes y la acción colectiva encaminada a la reforma de tales estructuras). El fin de las instituciones sociales es proporcionar a la sociedad unos bienes y sino los aporta tiene derecho la sociedad a deslegitimarlas (a las instituciones). Los bienes se obtienen realizando actividades cooperativas. Cada institución debe producir los bienes que le son propios (inherentes), p.ej. la universidad educar, los hospitales curar, etc. Lo importante desde el punto de vista ético es que cada actividad tiene unos bienes internos que no pueden conseguirse con otra actividad (esto es, curar no se puede hacer por la universidad). Por otra parte, en cada actividad logro la excelencia de los resultados (ser un buen educador, un buen médico). Quienes no persiguen los bienes internos desvirtúan las instituciones y se produce la corrupción (p.ej. cuando la justicia está más preocupada en otros bienes que no sean juzgar, como la fama y el reconocimiento de los jueces estrella). No obstante las actividades de las instituciones también producen bienes externos como el prestigio, el poder, el dinero, etc. que pueden lograrse con cualquier actividad. Estos bienes son objeto de competencia (cuanto má tenga uno menos tiene el resto, el dinero es limitado, los premios solo los ganan unos pocos, etc.). Si en la sociedad prima la búsqueda de los bienes externos y no de los internos se hace competitiva y homogénea al perder poco a poco sus fines específicos de la actividad. ii) Moral: viene del latín “mos-‐‑ris”, significa costumbre, y se identifica con las normas de conductas personales o sociales que se refieren a la bondad o maldad de los actos de esa conducta. Podemos también definir la moral como la apreciación de la conducta de un individuo medida de acuerdo con las normas acerca de lo bueno y lo malo aceptadas por el grupo en que vive. Normas de conducta impuestas por la sociedad, se trasmiten de generación en generación, evolucionan a lo largo del tiempo y son diferentes con respecto a las normas de otra sociedad y época histórica. En este sentido sería un conjunto de principios, preceptos, mandatos, prohibiciones, valores e ideales de buena conducta que refleja una determinada forma de vida. El modo de vida no coincide con las convicciones de todos los miembros pero es un modelo ideal de buena conducta. La moral sería también un conjunto de convicciones que guían los actos de una persona a lo largo de su vida y estos modos de vida se concretan luego en tradiciones. La moral estudia las acciones humanas desde el punto de vista empírico, histórico, en la realidad de las diferentes culturas y teniendo en cuenta la diversidad de su idiosincrasia, para establecer juicios de valor adecuados a tales circunstancias. Una aproximación conceptual más estricta al tema que nos ocupa podemos hallarla en los tratados de Ética y Moral. Así, Adolfo Sánchez, en “Ética”, define moral como el “conjunto de normas, aceptadas libre y conscientemente, que regulan la conducta individual y social de los hombres”. Y, más extensamente, el mismo autor: La moral es un “sistema de normas, principios y valores, de acuerdo con el cual se regulan las relaciones mutuas entre los individuos, o entre ellos y la comunidad, de tal manera que dichas normas, que tienen un carácter histórico y social, se acaten libre y conscientemente, por una convicción íntima y no de un modo mecánico, exterior o impersonal”. Más sencillo, Fernando Sabater en “Ética para Amador”: Moral es el “conjunto de comportamientos y normas que tú, yo y algunos de quienes nos rodean solemos aceptar como válidos”. De forma intuitiva (pero muy ilustrativa) el mismo Fernando Sabater define ética, en contraposición a moral, como la “reflexión sobre por qué consideramos esos comportamiento y normas válidos y la comparación con otras “morales” que tienen personas diferentes”. En la actualidad se emplean indistintamente los vocablos de ética o moral. En ambientes educativos se tiende a emplear preferentemente el término moral, mientras que en ambientes filosóficos se prefiere el de ética. También en el campo de la actividad profesional se está imponiendo el uso del término ética. Responden a una realidad concreta, el “código moral” lo es de una sociedad concreta en un momento histórico determinado. “Código moral”: es la ordenación sistemática de costumbres o preceptos morales que se formulan para conseguir una mayor eficacia en la regulación social. Son un conjunto de reglas o principios generalmente conocidos y aceptados por la generalidad de los miembros de un grupo determinado. A través del control social se pretende que el individuo perteneciente al grupo interiorice esos principios bajo la amenaza de graves sanciones sociales. Normas morales, normas legales y normas técnicas. En la práctica totalidad de las profesiones convivirán tres tipos de normas: legales, técnicoprácticas y deontológicas. La coexistencia de las tres es consecuencia de que nacen de fuentes distintas y persiguen objetivos diferentes. Adela Cortina (“Etica”)1 señala que las tres coinciden, sustancialmente, en; • • • Prescriptividad, en el sentido de que persiguen preceptuar, ordenar o determinar algo. Orientan (se dirigen a orientar) actos libres, responsables e imputables. Tienen contenidos comunes. En cuanto a las diferencias: Norma moral Autoimpuestas (obligatoriedad • interna) • Instancia última (incondicionales) Universalidad: se dirigen a todo ser humano (y en materia de deontología profesional, a todo sujeto perteneciente a un grupo profesional determinado) Norma legal Obligatoriedad externa, impuesta bajo coacción del Estado. No es instancia última para orientar la acción. Universalidad parcial: aplicable sólo a aquellos sometidos al ordenamiento jurídico del estado concreto Norma técnica Apuntan a fines inmediatos: eficacia/eficiencia. Proporcionan habilidades concretas Diferencias entre ética y moral Mientras que la ética se apoya en la razón y depende de la filosofía, la moral se apoya en las costumbres y la conforman un conjunto de elementos normativos, que la sociedad acepta como válidos. La moral se refiere a las costumbres, hábitos, forma de ser. La ética es una moral pensada, esto es, supone pensar o reflexionar qué acciones son buenas para el hombre, que acciones son justas. La ética se dedica a reflexionar sobre la moral. De este modo la moral descubriría que en la sociedad la gente en ciertas circunstancias se plantea abortar, la ética reflexionaría si es bueno en ciertas circunstancias abortar. Ambas orientan nuestras acciones, pero mientras que la moral lo hace directamente, la ética no tiene porqué tener una incidencia inmediata en la vida cotidiana pues su objetivo es señalar qué concepción moral es más razonable. Moral Nace en el seno de una sociedad Actúa en la conducta desde el inconsciente Ejerce presión externa Ética Surge en el interior de una persona Influye en la conducta de una persona de manera consciente Destaca la presión del valor captado y apreciado internamente. Reitero que en la práctica ética y moral se suelen usar como sinónimos, hablamos de comportamiento poco ético cuando no se ajusta a la moral vigente. El problema es que no se pueden separar tanto la moral y la ética, lo vivido y lo reflexionado, pues reflexionamos en la vida, nuestras razones nacen de nuestra concreta moral y los bienes que buscamos son los bienes concretos de nuestra tradición. El mérito El mérito y el demérito, son cualidades, valorativas del acto moral, y constituyen respectivamente el castigo o la recompensa de la mala o la buena acción. Los viejos manuales distinguían entre mérito de condigno (se otorga la recompensa por razón de justicia) y de congruo ( se concede por razón de conveniencia o congruencia). Demérito o corrupción (actos de dudosa moralidad o ética) Son innumerables los supuestos de corrupción tanto en nuestro país como fuera de nuestras fronteras, ejemplos de actuaciones poco o nada éticas de personajes públicos. Ej. caso Mario Conde en Banesto, Jesús Gil en Marbella, Respecto de tales actuaciones el problema es la imagen que trasladan a la sociedad que, como decía Neruda: “La sensación es que los delitos de cuello blanco casi nunca se persiguen, si se llegan a perseguir raramente se juzgan y si se juzgan, raramente se condenan y si se condenan, gozan de beneficios poco usuales” (ej. es preferible robar 1.000 millones que 1000 euros). La injusticia y la corrupción parecen estar en todas partes: empresa, familia, universidades, administración, política, etc. Es difícil encontrar ámbitos no corruptos. Los códigos morales tradicionales han muerto, reina en casi todos los rincones el hedonismo competitivo y el individualismo. La ética es mera retórica excepto para unas cuantas comunidades ecológicas, religiosas, solidarias que viven con eficacia y rigor. Así, las viviendas pueden ocuparse por la fuerza y en caso de alquiler, es lícito no pagar hasta el desahucio, los contratos no se cumplen, no es reprochable simular enfermedades a costa de la empresa y de la Ssocial, es elogiosa el fraude al fisco, mientras que el esfuerzo laboral es propio de ingenuos. Estamos llamados a la convivencia y abocados al conflicto. Estamos hechos para cooperar y expuestos a la destrucción mutua. Hay una íntima vinculación entre el mal infringido y el mal padecido que hace unir el mal moral, la victima y el verdugo. Como dice Kant: somos nosotros los que en cada caso hacemos el mal, pero el mal está ya ahí desde siempre. La cuestión es ¿qué podemos hacer contra el mal, contra la corrupción? Actuar en una doble dirección: exigir pena o castigo para los autores del mal y evitar que el sufrimiento se repita. De este modo, la acción responde a la pregunta central de la ética ¿porqué hacer el bien y no el mal? Las normas morales Moral y derecho Santo Tomás diferencia tres clases de leyes que son: la ley eterna (la misma Razón Divina que gobierna el mundo); la ley natural (cognoscible mediante la razón); y la ley humana (creada por los hombres). A esta última se la define como "la ordenación de la razón al bien común, promulgada por quien tiene el cuidado de la comunidad.". Bajo este concepto, la ley humana (ley positiva, ley escrita), está fundamentada en la ley natural, que la explica y la concreta, o sea la moral está por encima del derecho. Por ello cualquier ley humana que pueda ir en contra de la ley natural se la considera injusta, y no es obligado su cumplimiento. Desde la pérdida de la influencia de la Iglesia sobre el Poder político, la nueva organización social resultante, intentó establecer un sistema jurídico en el que la moral y el derecho, no confundan sus respectivos ámbitos de influencia. En base a esta idea se clasifica el obrar humano en tres especies: La ética, cuyo principio de es la honestidad (hazte a ti mismo lo que querrías que los demás se hicieran a sí mismos). La política, cuyo principio es el decoro y la utilidad (haz a los demás lo que querrías que te hicieran a ti). El derecho, cuyo principio es la justicia (no hagas a los demás lo que no querrías que te hicieran a ti). En este pensamiento de equilibrio y separación entre la moral y el derecho surge la distinción entre el imperativo categórico dictado por la conciencia y el imperativo hipotético dictado por el legislador, ya que la moral se basa en una "legislación interna" y el derecho dicta una “legislación externa”. En la sociedad contemporánea el derecho adquiere primacía sobre la moral. La legitimidad del derecho se fundamenta no en la ley natural, sino en la soberanía popular encarnada en el Estado. La función de las leyes es orientar las conductas imperando, prohibiendo y sancionando negativamente las infracciones. La ley positiva tiene un carácter coactivo pues se hace cumplir por la fuerza, diferente a la ley moral que es finalista. El derecho crea normas exógenas (nacen fuera de la persona y obligan a un cumplimiento externo, sin que el derecho tenga en cuenta las intenciones del individuo), mientras que en la moral las normas son autónomas o endógenas, pues son convicciones que afectan a la conciencia personal. Contenido de la ley natural El primer principio es el siguiente: "hay que hacer el bien y evitar el mal". Los demás principios se derivan de aquel: - Tendencia a conservar y fomentar la vida (deber natural de procurar lo necesario para conservar la propia vida y evitar daño a la ajena). - Tendencia a la conservación de la especie (supera el concepto anterior de conservación del individuo y obliga a la procreación y educación de los descendientes). - Tendencia perfección social (el hombre no se perfecciona individualmente, sino que se obliga a la perfección de la sociedad en que vive). Conocimiento de la ley natural En la antigüedad se concibió que los principios de la ley natural se basaban en ideas innatas. Es decir que el hombre cuando nace tiene incorporados conceptos y juicios, lo que se demostró era falso. La ley natural se obtiene con la maduración de la persona. El hombre al poseer una capacidad racional va elaborando conclusiones o deducciones sobre su propia naturaleza y el mundo que le rodea. La naturaleza humana está dotada con capacidad para formar juicio morales, en función de las ideas adquiridas, para aplicarlos en cada situación. Sindéresis Es la realización y aplicación frecuente de los principios morales primeros al realizar juicios morales. La palabra sindéresis puede traducirse como "evidencia moral". Algunos autores prefieren darle el concepto o idea de sentido moral, porque dicta lo que, en general, se debe hacer u omitir (socorrer al necesitado es bueno y matar es malo). También se ha entendido como una facultad innata para distinguir el bien del mal. Santo Tomás entendió que la sindéresis constituye la primera concreción de la regla suprema de la moralidad (hacer y perseguir la consecución del bien y la de evitar el mal). Todo ello se concreta en el significado actual de sindéresis: "la capacidad de pensar, juzgar y obrar rectamente y con prudencia". La conciencia moral El término significa: darse cuenta de algo, adquirir el conocimiento de algo en su conjunto. La conciencia moral es el juicio próximo y práctico, que emite la razón sobre la moralidad (orden y bondad), de las propias acciones del hombre. Este juicio implica la realización de dos tareas: la de testificar (denotar o percibir con seguridad y verdad algo físico o moral, sería contrastar el acto respecto al fin y los medios) y la de enjuiciar (analizar y verificar la bondad de los efectos producidos). De aquí, las posiciones fundamentales de la conciencia: - orientar sobre lo que se debe hacer (conciencia antecedente), - testificar, aportación de conocimientos sobre el fin y el acto que se está realizando (conciencia acompañante o concomitante), y - enjuiciar los actos una vez realizados (conciencia consecuente), que otorga la conclusión de satisfacción o remordimiento. El origen de la conciencia moral, engloba dos concepciones: la innata (todo hombre, por el hecho de existir como persona posee unos principios morales innatos), y adquirida (consecuencia de la educación, evolución natural, relaciones sociales, etc.). El innatismo comprende las teorías teónomas (del griego theos, Dios y nomos, ley ). Significa que la ley moral tiene su raíz última en lo Absoluto, llámese Tao en China o Dios en las religiones cristianas. La ética queda asumida por la religión y por ello Dios es el fundamento de los valores morales y la conciencia moral es una forma de actividad espiritual que contiene ciertos principios, conforme a los cuales cada persona organiza y rige su vida. Se la ha calificado como: instinto divino, inmortal voz, juez del bien y del mal, entre otras. La hipótesis de que la conciencia moral es adquirida la defienden las teorías del empirismo, la sociología, el evolucionismo biologicista, y el marxismo. Se basan en que la conciencia moral nace como una sencilla interiorización de las reglas impuestas desde fuera, en las que las cosas buenas son refuerzos positivos y las malas negativos. Tipos de conciencia moral -Conciencia antecedente (precede a la acción) -Conciencia concomitante (acompaña a la acción.) -Conciencia consiguiente (posterior a la acción) -Conciencia recta o auténtica (cuando se obra con honradez) -Conciencia viciosa (se obra con malicia) -Conciencia errónea (se obra sin ajustarse a la verdad objetiva, se juzga como bueno lo que no lo es) -Conciencia dudosa o vacilante (se obra sin certeza en lo que se pretende hacer) -Conciencia cierta (enjuicia la bondad o malicia de la acción con firmeza) -Conciencia laxa (se obra de forma permisiva) -Conciencia perpleja (no se tiene claridad ante las normas a elegir) -Conciencia farisaica (se obra de forma hipócrita o sólo por las apariencias) -Conciencia rigorista (juzga las acciones propias y ajenas de forma severa) -Conciencia escrupulosa (modo de obrar indeciso que produce desasosiego y angustia). Conclusión, igual que se educa la inteligencia para que progrese la capacidad de razonamiento, se puede y debe educar la conciencia moral. A través del aprendizaje y de las experiencias sucesivas así como de las acciones consciente y responsablemente realizadas, la persona construye su conciencia moral. Los conceptos de responsabilidad y obligatoriedad van íntimamente ligados al de conciencia moral. Obrar en conciencia es asumir, responsablemente, la acción que se realiza y las consecuencias derivadas, aún en las acciones erróneas, pues en ello reside el último y decisivo criterio de la moralidad. En consecuencia: - no hay oposición objetiva entre el dictamen de la conciencia y la ley moral, - hay que respetar la libertad de la conciencia (nadie debe ser obligado a actuar, ni se le puede impedir que obre en relación con su conciencia), - cada persona es responsable de sus actos. Fuentes de la moralidad Los actos humanos (hechos con conocimiento y voluntad), libremente realizados tras un juicio de conciencia, son moralmente calificados como buenos o malos. El hombre, como ser racional, obra por un fin inmediato y con un fin último, que es el de la perfección. Los actos serán buenos o malos si se ordenan (se dirigen), o no a este fin último. La moralidad de los actos humanos depende de: el objeto elegido, el fin perseguido y de las circunstancias concurrentes. El objeto otorga a la acción su bondad intrínseca y es la materia del acto humano lo que " específica moralmente, si está conforme o no al bien verdadero". El fin es la causa final, es aquello por lo cual se hace algo y explica la razón de una acción moral. El fin califica a la acción en su bondad o maldad (hablar de alguien – es el objeto-, en principio, no tiene cualidad moral pero si el fin es alabar o desprestigiar, se convierte en una acción buena o mala). El fin o intención también puede ordenar (encadenar o englobar), varias acciones hacia un mismo objetivo. Las circunstancias son las situaciones que se presentan durante la ejecución del acto. Santo Tomás las enumeró así: 1.-Quién realiza la acción. 2.-Qué es lo que se le realiza ( cosa, cualidad, cantidad, etc.). 3.-Dónde (lo que se hace puede ser bueno en privado y malo en público, o viceversa). 4.-Con qué medios (los medios utilizados deben ser buenos, lo que invalida la noción de que el fin justifica los medios). 5.-Cómo se realizó el acto. 6.-Cuándo se realizó en el acto. Corrientes éticas Sofistas: Identifican la moral con lo convencional (con las tradiciones, costumbres), y sus fines son políticos. Sus medios son la persuasión y la retórica. Sócrates: Se preocupa de la búsqueda continua de la verdad, a la que sólo se llega a la verdad mediante la introspección (la verdad, habita en el fondo del ser) y el diálogo (medio para salir de la ignorancia). La verdad es provisional y revisable. Una vez que se conoce el verdadero bien, no se justifica el obrar mal, salvo que sea por ignorancia pues nadie se equivoca voluntariamente. Identifica la felicidad con la virtud, frente a los hedonistas que la sitúan en el placer y los escolásticos en la fruición de Dios. Platón: La moral rige la vida del individuo, de la comunidad, el alma y la polis (ciudad). Sólo podemos ser felices en una polis bien organizada. Lo bueno y justo para el individuo también lo será para la comunidad, por eso hay una correlación entre las diferentes partes del alma (racional, irascible y concupiscible), las diferentes virtudes (prudencia, justicia, fortaleza y templanza) y la organización social, formando todo, un conjunto perfectamente organizado. La bondad y la justicia, consisten en compartir una forma de vida para alcanzar unos fines. Así, el hombre justo no existiría fuera de un Estado justo que es el que educa a sus ciudadanos en la justicia. Aristóteles: Lo bueno es aquello "hacia lo que tienden naturalmente todas las cosas". Todas las cosas tienden hacia algún bien que deseamos conseguir. La ética se mueve alrededor de naturaleza y teleología (fin o meta). Lo bueno es seguir la tendencia o finalidad de la naturaleza, actuar conforme a ella pues la tendencia a la felicidad, a lo bueno, está inscrita en la naturaleza (lo natural y lo sano es lo justo y lo innatural e injusto es lo enfermo o malo). Para Aristóteles, la naturaleza (physis), está ordenada, es cosmos y no caos. La felicidad es la perfección del bien que el hombre persigue para no desear nada más, y al que se subordinan los demás bienes. El fin del hombre es la felicidad y la moralidad es la adquisición de virtudes (que es el término medio entre dos extremos) que conducen a la felicidad (por eso se habla de teoría eudaimonista). Ser feliz requiere buena naturaleza (no puede ser bueno cualquiera sino el que tiene cierta naturaleza; y ello supone tener una buena biología – primera naturaleza- y una buena educación y práctica –segunda naturalezay virtudes. La naturaleza del hombre es la razón y por ello lo natural es que los hombres deliberen sobre los medios más adecuados (virtudes) para ser felices. La felicidad es el bien perfecto que se persigue en sí mismo y no como medios para buscar o lograr otras cosas. Se trata de buscar en cada momento mediante el intelecto los medios más adecuados para lograr los fines, la vida feliz. En la teleología aristotélica el valor moral, positivo o negativo, lo tienen las acciones por el fin (causa última). La bondad está en la acción misma sin mirar los premios o consecuencias que pueden suponer (escribir por el propio placer de escribir y no para lograr reconocimiento o premios literarios, p.ej.). La obligación (el deber a la norma), queda minimizada, el deseo es el que mueve a la acción, aunque regulado por la razón. En nuestro trabajo profesional nos tendremos que preguntar cuál es la finalidad de la profesión y que se pretende lograr y aportar a la sociedad. Sólo así se podrá realizar un buen trabajo y ser un buen profesional. Tomás de Aquino.-Continúa la tradición eudemonista (felicidad), trasladando el fin último a la Idea de Bien o de Dios. La felicidad perfecta sólo se halla en la presencia de Dios, en otra vida futura. Todo lo que la naturaleza ha puesto en nosotros procede de la ley divina. El objeto de la ética es que, ”las leyes positivas elaboradas por los hombres se ajusten al orden y ley natural". Los actos son buenos si respetan el orden de la naturaleza en la que lo individual está supeditado a lo comunitario (el bien del pueblo es más excelente que el bien de un solo hombre, además el que busca el bien común busca el bien particular suyo). Críticas: no soluciona todos los problemas. Lo natural no es un concepto preciso (de la naturaleza se han derivado interpretaciones opuestas, p.ej. la esclavitud y la libertad de los hombres, la libertad religiosa y la persecución de los herejes, etc.), además es cambiante (según las épocas: medieval, ilustración, actual), no sirve para los problemas de la era tecnológica (clonación, alimentos transgénicos, etc.) como dicen los orientales lo bueno es conjugar naturaleza y técnica (no se puede dejar a la naturaleza crecer salvajemente, hay que cuidarla como se hace en los jardines japoneses o con los bonsáis); lo natural no siempre es armónico (en la naturaleza también hay conflictos, catástrofes y tan natural es una puesta de sol como un terremoto); no se puede derivar de que algo natural es algo bueno sin más (la enfermedad, la muerte, el dolor, las catástrofes son naturales y nadie diría que son buenas). Hedonismo (Epicuro).- La ética hedonista busca la felicidad y el placer, la ausencia de dolor. El hombre debe hacer lo que más le gusta y le agrada. La razón moral es una razón calculadora, que pondera los distintos placeres y dolores, con el fin de obtener el máximo placer. Epicuro afirma que el placer no está en el goce sensual permanente, sino en el sobrio calculo que investiga las causas de toda elección o rechazo. La felicidad es el goce moderado y sereno de los placeres. Estoicismo.- Destacan Zenón, Epicteto, Marco Aurelio y Séneca. Los estoicos creen que el dinamismo de los seres tiene su fundamento en una razón cósmica (fatalismo) que hace de ley universal, por la que todo sucede fatalmente, y se impone sobre la voluntad de los hombres y de los dioses. La felicidad consiste en una paz interior en un dominio del sufrimiento, desprecio de los bienes externos. Hume.- Vincula la aprobación o no de las acciones al sentimiento. La ética no reside en principios racionales, sino en los sentimientos. La razón no puede decir dónde está el bien o el mal, puesto que la base de la aprobación o desaprobación de ésta, reside en el sentimiento de agrado o desagrado (una acción es buena si nos agrada). Estos criterios emotivos no permiten definir lo bueno de forma estable, porque lo que puede ser placentero para unos puede no serlo para otros, por ello Hume establece como sentimiento universal la simpatía-compasión (motivación altruista),como fundamento de la moral. Teoriza sobre que si se llega a acuerdos en lo moral es porque existe un sentimiento común de humanidad y simpatía Kant.- Es el representante de la moral ilustrada. Establece que la moral no se sitúa en el ámbito del deseo o la felicidad sino en el del deber (deontología). La ética no parte de lo que se desea o apetece racionalmente, sino del deber que se reconoce a través de la razón. El deber se cumple no por sentimientos sino por el convencimiento de la necesidad de obrar correctamente. (dar limosna para sentirse bien uno mismo no es moral, lo moral es dar limosna porque se está convencido que eso es obrar correctamente) El deber moral obliga por sí mismo no por el placer de su realización o por el temor a las consecuencias. La moral kantiana podría sintetizarse en las diferentes versiones del imperativo categórico, que nos muestra como se debe actuar siempre, absolutamente, sin ningún otro condicionante (siempre hay que decir la verdad, cumplir las promesas, etc.) Mientras que el imperativo hipotético es el medio para conseguir un fin. Los conceptos fundamentales de esta moral son: la universalidad (actúa sólo según la máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se convierta en ley universal), la humanidad (actúa de modo que trates la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin y no como un medio), la autonomía (pueden regirse por sus propias leyes) y la dignidad de la persona (los hombres son los únicos seres que tienen el derecho de ser respetados, no pueden ser tratados como mercancías, las personas no tienen precio sino dignidad). La moral kantiana tiene las siguientes características: - formal (no establece ningún contenido ético, sino que indica la forma y las condiciones formales de la moralidad), - independiente de la experiencia (actuar moralmente significa hacerlo por el puro respeto al deber, no por motivos empíricos), - autónoma (proviene de la propia conciencia del hombre no de instancias externas), - universal (sirve para toda la humanidad y en cualquier ocasión) y - unívoca (cualquier ser racional debe llegar a las mismas conclusiones respecto a qué normas o actos son morales). Críticas: Es una moral abstracta, independiente de la experiencia y el ser humano no es angelical, no es sencillo separar moralidad y felicidad; es discutible la existencia de normas morales universales (aplicables a todos los casos); es excesivamente rigorista, no importan las consecuencias aunque sepamos que la acción sea injusta (p.ej. delatar a una persona inocente que ha sido indebidamente condenado); lo importante es la forma no el contenido ni los fines con lo que es una ética que no dice lo que hay que hacer sino cómo actuar; no es adecuada cuando varios derechos entran en conflicto (ej. libertad de expresión y derecho al honor, como los principios son incondicionales es difícil decidir si prima dar descanso a los vecinos o el derecho de asociación de unos músicos a primera hora de la mañana); es difícil saber si uno está utilizando a los demás si los está tratando como un fin (p.ej. pagar el minimo a los trabajadores es respetarles ya que siempre pueden irse a otro sitio ¿explotación o respeto?); no es universalizable (el delincuente no siempre quiere ser castigado, a veces querría ser la excepción). Utilitarismo.- El primero que la formula fue Bentham. Concibe la razón como una facultad que trabaja a partir de los datos de la experiencia (no de ideas innatas como Descartes). La razón no busca fines sino medios para alcanzar determinados fines. La función de la razón es calcular las consecuencias placenteras y dolorosas de los actos. La maximización y universalidad del placer es el objetivo de la acción del hombre. Se identifica lo bueno con la cantidad de placer que se obtiene por una acción. El criterio de bondad es la mayor felicidad para el mayor número. Para Bentham, no existe la ley natural sino un conjunto de inclinaciones y sentimientos hacia la felicidad, que hay que armonizar según el principio de utilidad y de la mayor felicidad para el mayor número. Hay unos criterios para medir el placer y el dolor: intensidad, duración, certidumbre, proximidad y alcance (número de afectados). Los actuales modelos de utilitarismo se fundamentan en cuatro elementos: - Conmensurables (todos los objetos valiosos son mensurables en una sola escala y las diferencias sólo son cuantitativas), - Acumulables (el resultado final se obtiene en la adición de los datos a partir de las vidas individuales), - Máximos (la racionalidad está dirigida a obtener la mayor cantidad de algo, sean riquezas, preferencias, deseos de placer o utilidad) y - Las preferencias o fines de las personas son exógenos (los intereses son la materia prima de la opción personal o social). Un ejemplo de razonamiento utilitarista sería que la guerra es justa porque los bienes conseguidos serían más valiosos que los males que se causan con ella. Críticas: hay cosas que no pueden hacerse por muy útiles que sean (ej. sacrificar a un niño para conseguir la felicidad de toda la raza; apedrear a la adultera para satisfacción de todos los vecinos, el marido y su familia); difícil medir la utilidad a veces (es más útil un paseo o una comida); marginación de las minorías en beneficio del bienestar de la mayoría (ej. en un grupo de 10 personas 9 pueden ponerse de acuerdo en que la décima sea su esclava); difícil medir las consecuencias de las acciones (hasta dónde se miden las consecuencias, ej. un aborto, un golpe de estado, etc.); no todo en la vida es utilidad o placer (ej. el niño que le gusta leer cuentos aprende que no todo en la vida tiene una utilidad); no tiene en cuenta los conflictos entre intereses y placeres; La ética material de los valores.-Surge por oposición al formalismo kantiano al dar contenido a la moral. Esta teoría se centra en que la estima moral de los valores no se hace por lo que son, sino por lo que valen. Los valores son cualidades dotadas de contenido independiente de la subjetividad (precisan de un sujeto dotado de intuición que las capte pero no es dicho sujeto el que crea el valor ni el valor depende del objeto, las cosas tienen valor independientemente de que yo los reconozca o perciba). Scheler afirma en tres principios que: 1.-Los valores son negativos o positivos (polaridad) 2.-Los valores están jerarquizados (por la libertad en la elección o por orden) 3.-Valor y deber están unidos (captar un valor implica el deber de conseguirlo celebren. Éticas socialistas y marxistas.- Estas éticas dan el máximo valor a la justicia igualitaria para ayudar a salir de la miseria a un gran número de personas, y tienen sus raíces en las utopías renacentistas de Tomás Moro, Francis Bacon, Campanella y J. J. Rousseau. El socialismo utópico del siglo XIX propone reformas profundas en economía política y educación, aprovechando los avances de la técnica, para eliminar las desigualdades económicas y los abusos a la clase obrera a través de una educación cuidadosa y no por la rebelión violenta. El anarquismo, propone un cambio profundo de las personas y las estructuras sociales, desterrando todo tipo de opresión (el sometimiento al gobierno impide a los hombres ser dueños de sus vidas) y de explotación (apropiación por el capitalista de los beneficios), y defienden una sociedad solidario, autogestionado que solo podrá hacerse realidad con la lucha organizada por los propios trabajadores. Marx describe la moral, como un producto de la estructura social, como desarrollo de los fuerzas productivas, dependiendo de la clase a la que cada uno pertenezca. Esto implica que la verdad, la moral, está en la praxis, en la lucha por una sociedad sin clases. Las clases dominantes defienden sus intereses de clase mientras que los trabajadores que no tienen nada que perder mantienen una moral que defiende los intereses de la especie humana. Esto implica que la verdad se realiza en la lucha por una búsqueda de una sociedad sin clases donde exista libertad, fraternidad e igualdad. iii) Deontología viene del griego deon=deber y logos=tratado, significa ciencia o tratado que determina los deberes de aquellos que ejercen una profesión. Por tanto se refiere a lo que debe ser no a lo que ya es. El objeto de estudio son los fundamentos del deber y las normas morales. No es una ciencia normativa pura. Sino una ciencia empírica que se ocupa de la determinación de deberes dentro de las circunstancias sociales y de los deberes que deben cumplir los profesionales si se quiere alcanzar el ideal a la hora de ejercer una determinada profesión. La deontología, fluctuando entre la ética y la moral y basándose en las conclusiones de ambas, se propone establecer las normas concretas que deben regir la conducta en situaciones determinadas en el ejercicio de una profesión. Origen del concepto. El término fue acuñado por Jeremias Bentham en su obra “Deontología o ciencia de la moral”. Dicho autor consideraba que la deontología se aplicaba fundamentalmente al ámbito de la moral, esto es, a aquellas conductas del hombre que no forman parte de las normas del derecho vigente, a las acciones que no están sometidas al control de la legislación pública. Dicho autor consideraba que el valor ético de la acción no se medía por el resultado de la misma sino por cómo se ha realizado. Es un tratado del deber, deber cuya fuerza no proviene de la propia persona (del sentimiento del deber) sino del cálculo utilitarista de las ventajas de tal o cual manera de obrar: algo se debe hacer porque tiene más ventajas. Con lo que la deontología sería una disciplina científica que estudiando las ventajas de los comportamientos determina los deberes. Una acción es ética, por lo general, si se ajusta a la norma de lo que está en los códigos legales o reglamentos profesionales. El sistema ético de Kant define como acto deontológico el que está de acuerdo con el deber, predominando sobre el respeto a la ley moral o a cualquier sentimiento. Para Kant el hombre es libre y moral. La ley moral nace del mismo hombre, es el deber que no está sometido a nada externo al hombre (p.ej. a las ventajas de Bentham). El deber sólo se somete a la ley racional autoimpuesta por el hombre. Sin embargo para creyentes religiosos su ley moral puede entrar en conflicto con lo establecido en los códigos legales, surgiendo la objeción de conciencia. OBJETO: LA ÉTICA, LA MORAL Y LA DEONTOLOGÍA TIENEN UN MISMO OBJETO LA VALORACIÓN DE LO BUENO Y LO MALO EN LA CONDUCTA HUMANA. Deontología y ética. Emmanuel Derieux sostuvo que gracias a la deontología, la ética profesional adquiere un reconocimiento público, pues la moral individual se hace trascendente en el campo de la profesión. La deontología se ocupa de concretar normas en el ámbito profesional para alcanzar unos fines. Deontología profesional Ciencia que estudia los fundamentos del deber y las normas morales, es conocida también como Teoría del deber. Estamos frente a la forma correcta y adecuada de cómo debemos actuar y cumplir con nuestra profesión. Es la dignidad de cada persona que debe ser admitida y garantizada jurídicamente y defendida políticamente. La dignidad es el núcleo de toda ética y deontología profesional pues. Son principios y reglas éticas que regulan y guían una actividad profesional. Dichas normas determinan los deberes mínimamente exigibles a los profesionales en el desempeño de su actividad. Suele ser el propio gremio o grupo profesional quien determina dichas normas y las plasma y recoge en los códigos deontológicos. La ética del trabajo profesional debe reconocer , el valor y la utilidad moral y social del mismo y defender el derecho de trabajar a cambio de una remuneración suficiente en razón de su esfuerzo personal, riesgo, dedicación, formación, etc. La ética promociona la imagen y el status profesional, por lo que es necesario, que los servicios profesionales sean revisados (autocrítica), con el objeto de verificar deficiencias y negligencias. La práctica de la profesión es una forma de maduración del individuo, un medio de realización personal que hecho con responsabilidad, crea ilusión por la vida, y contribuye a la perfección social y por tanto, no debe ser solamente una ocupación que procure los medios para la obtención de bienes. Pensamiento final “ La profesión puede sentirse como una realización personal ilusionada o como un medio inevitable para la subsistencia ”. (ej. puedo estudiar criminología para ser detective o investigador privado que es mi ilusión y acabar trabajando, con todos los respectos, de auxiliar administrativo de una aseguradora que me encarga el archivo y documentación de los expedientes ¿realización personal o medio de subsistencia?). Diferencias ETICA PROFESIONAL Orientada al bien, a lo bueno No normativa No exigible Propone motivaciones Conciencia individual predominantemente Amplitud: se preocupa por los máximos Parte de la ética aplicada DEONTOLOGÍA Orientada al deber (el deber debe estar en contacto con lo bueno) Normas y códigos Exigible a los profesionales Exige actuaciones Aprobada por un colectivo de profesionales Mínimos obligatorios establecidos Se ubica entre la moral y el derecho. REFLEXIONES DOBLE MORAL La humanidad tiene una moral doble: una que predica y no practica, y otra que practica y no predica. (Bertrand Russell) Maquiavelo representó un ejemplo extremo de la doctrina de un doble patrón de moralidad: "es distinta la moral para el gobernante y para el ciudadano privado. Se juzga el primero por el éxito conseguido en el mantenimiento y aumento de su poder, el segundo por el vigor que su conducta da al grupo social." Debate sobre los distintos supuestos de doble moral existentes en el ejercicio de la profesión y en la vida cotidiana. Tenemos una doble moral. Nos escandalizamos de las imágenes que nos llegan de Siria, donde los cadáveres se cuentan por miles tras dos años de guerra civil y no pensamos ni por un momento que esas armas, químicas o no, se las hemos vendido nosotros o sea Occidente. La venta de armas es un negocio muy lucrativo para muchos países. Sólo España exporta armas por valor de más de 2.430 millones de euros. Obviamente, el empleo de esas armas provoca muertos. No sólo las armas químicas, también las convencionales. Los mismos muertos que vemos en televisión sentados en el sofá y nos echamos las manos a la cabeza al verlas. Dejémonos de hipocresías y de esa doble moral que nos hace lamentar los crímenes cuando los vemos, pero que a la hora de la verdad no hacemos nada para evitarlos. Lejos de decretar un bloqueo de armas a nivel internacional a los países que están en conflicto como Siria o Egipto, cada vez son más y más sofisticadas las armas que llegan a estos países y muchos lo hacen en nombre de la libertad. En la política El presidente, Rodríguez Zapatero/Rajoy/Aznar, queda en evidencia. Tenemos al alcance la doble moral de un personaje siniestro en su actitud y en su credo; un personaje que lo mismo negocia con ETA mientras firma el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo que hace lo contrario de lo que afirma. En el aborto vs derecho a la vida Caso de una joven que padece de lupus, que está embarazada, que su bebé no tiene cerebro y, por lo tanto, no hay posibilidad de que sobreviva una vez fuera del vientre. Además de eso, continuar con el embarazo implica para la mujer un grave riesgo para su vida, pero los médicos no le practican el aborto terapéutico porque la ley penal salvadoreña considera esta práctica un delito. Y entonces otra vez surge el tema de la despenalización del aborto. Organizaciones feministas solicitan a las autoridades que se deje de considerar delito la interrupción del embarazo y es ahí donde nuevamente la doble moral, de la que está infectada nuestra sociedad, se deja ver. “Se trata de una vida y matar es pecado”; pero en este caso en concreto se trata de un ser que es incapaz de sobrevivir por su cuenta, es decir, una vez fuera del vientre está inevitablemente condenado a fallecer. En cambio, la joven necesita interrumpir el embarazo porque este pone en alto riesgo su vida. ¿Y la vida de la madre no merece ser protegida? ¿Quién vela por los intereses de la mujer en estos casos? ¿Es que acaso las mujeres no tenemos derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo? Los toros Resulta muy curioso que muchos alcen la voz contra las corridas de toros donde las personas que se enfrentan al morlaco sí son profesionales, se preparan todo el año, y sin embargo, dirán que mis palabras sobre las fiestas populares son exageradas. No hay persona que ame más a un toro que un torero. Tal vez deberíamos pensar si no estamos ejerciendo una doble moral prohibiendo festejos taurinos en lugares como Barcelona y no haciendo lo mismo con celebraciones donde se le colocan bolas de fuego en los cuernos o se tiran a los animales al mar. Seguramente sin corridas de toros el toro de lidia sería un animal hoy extinto. En la economía y estructuras políticas Con seis millones de parados tenemos que empezar a pensar si nos hacen falta las diputaciones o las 4.000 empresas públicas… Las empresas privadas ya han hecho ese proceso de “limpieza”. En la sanidad Defender la privatización de la sanidad alabando sus virtudes y, sin embargo, operarse en un hospital público. CRISIS DE VALORES ¿Cuáles son los ingredientes de la vida que merecemos? Necesitamos cumplir los tres niveles de motivación que tenemos las personas. Primero, la escala básica, la material. Si no comes, bebes, tienes una casa y una seguridad no puede hablar de determinadas cosas. Una vez cubierto lo mínimo ya empieza a tener mucha importancia la creatividad, la diversión. Y cuando tienes eso, llega la motivación trascendente: hacer cosas para los demás. Las personas felices han completado los tres niveles de motivación. ¿Realmente vale todo hoy día? ¿el fin justifica los medios? (ej. que para salir de la crisis económica se suban los impuestos y con ello se destruya el tejido empresarial de las pymes y autónomos que no pueden afrontar tales subidas; que se multiplique el IVA para los productos culturales y con ello se elimine o restrinja el acceso a la cultura, etc.). DIFERENCIAS ENTRE ARGUMENTACIÓN MORAL Y JURÍDICA. El razonamiento jurídico que hace un juez cuando dicta una sentencia y toma una decisión no arbitraria tiene que justificarla racionalmente. Se hace mostrando que han ocurrido unos hechos y que existía previamente una norma jurídica aplicable a esos hechos (norma válida, no derogada). Por eso en las sentencias hay dos partes, una de hechos y otra de fundamentos de derecho. El problema se suscita cuando hay lagunas jurídicas (no hay norma aplicable al caso), en tales supuestos el esquema automático (hecho, ley, consecuencia jurídica) se rompe. Esto hace que ante supuestos dudosos haya jueces que dicten sentencias contradictorias o que emitan votos particulares. Ello puede ser por aplicar diferentes normas jurídicas o por una diferente valoración de las pruebas. Hay que distinguir entre fundamentar (dar razones que justifiquen el curso de una acción) y explicar (que es indicar los motivos, los antecedentes causales de una acción). Una acción puede estar motivada (explicada) pero nunca injustificada. Cuando se dice que una sentencia tiene que estar más motivada lo que significa es que hay que fundamentarlas mejor. Hay tres contextos de argumentación jurídica: el de la producción de las normas jurídicas; el de la aplicación de las normas jurídicas a la resolución de los casos y la dogmática jurídica que supone plantear casos genéricos. Ante un caso difícil hay que analizar cuál es el problema a resolver. Problema que puede ser de relevancia (cuál es la norma aplicable), de interpretación (cómo aplicar la norma), de prueba (dudas sobre si el hecho ha tenido lugar), de calificación (si el hecho cae o no bajo el ámbito de aplicación de una determinada norma). Hay 4 clases de argumentos: 1. Universalidad (el criterio debe aplicarse a todas las situaciones y no sólo en un caso concreto; 2. Consecuencias (ve las consecuencias de la decisión no se centra en el resultado) 3. Argumento de coherencia (encajar bien en el ordenamiento jurídico); 4. Argumento de la corrección (aplicación correcta). El razonamiento moral. La ética se basa en razonamientos no en persuasiones, aunque no por ello es puro razonamiento pues incorpora también dimensiones no racionales. Lo racional debe primar siempre sobre los emotivo. Sin razonamiento moral no hay convicción, no hay conciencia, no hay diálogo. No todas las razones son igualmente racionales: en un premio literario un miembro del jurado puede descalificar a un candidato por se una persona desagradable para él, otro por su raza o por ser ateo, otro por no haber rellenado bien el formulario, otro por haber plagiado la obra, etc. Los dos primeros motivos de descalificación serían arbitrarios, el tercero procedimental y el cuarto sí es racional por tener relación con la aptitud literaria que pretende premiar el concurso literario. Propuesta metodológica para analizar un caso moral: 1. ¿qué? Identificar la situación, el conflicto, la alternativa (ver el problema a resolver, uno o varios, etc.) 2. ¿dónde y cuándo? Comprobar los hechos, datos y circunstancias. Encuadrar el problema dentro de su contexto. Buscar las certidumbres y los datos claros. 3. Aislar los puntos relevantes. 4. ¿por qué? Ver los valores que hay en juego. Observar como juegan los principios de autonomía, beneficencia y justicia. También la importancia del conflicto bien individual del caso-bien común. 5. ¿quién? Ver cómo me sitúo yo ante cada opción (razones, sentimientos, consecuencias, experiencias particulares, etc.) 6. ¿cómo? Tomar una primera decisión deliberando y sopesando las razones de acuerdo con los siguientes criterios: pros-contras, daños o consecuencias negativas, publicidad, bien común, independencia (mantendría esa solución si fuera yo uno de los perjudicados?), opinión de personas con autoridad, criterios de urgencia, necesidad, finalidad, etc. 7. Revisar el problema (si se ha solucionado, si se han valorado correctamente los datos y circunstancias, si hay alternativas no consideradas, si se han utilizado las razones encontradas o razones e intereses poco éticos.
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