“El Vicioso Cabaret” por Jennifer McNamara I: La Visión. Viendo las

“El Vicioso Cabaret” por Jennifer McNamara I: La Visión. Viendo las vicisitudes que representa valorizar una novela gráfica un tanto vanidosa, y el vestigio de la misma en una vil representación cinematográfica, la voluntad de esta crítica es vindicar las virtudes y defectos de cada obra e incluir la valía del discurso político en V. Para ello, la verborrea que el lector tiene en sus manos se divide en cinco partes, incluyendo, no en vano, el presente prólogo. En la segunda parte se dirán las verdades de la novela, en la tercera se comparará la obra original con la película – con todo y sus violaciones al primer discurso -­‐‑, en la cuarta se evidenciará la obra revivida pero venenosa del filme y por último, se vencerán barreras para captar el verbo político en las dos obras y volatizar esas venas de poder para ver cómo las voces de V se insertaron en su tiempo. II: Viñetas V for Vendetta es originalmente una novela gráfica publicada en 1982 bajo el sello Vertigo, perteneciente a DC Comics. El guión es obra de Alan Moore, cuyos trabajos han sido llevados más de una vez a las salas de cine, tales como Watchmen. The League of Extraordinary Gentlemen y Constantine. David Lloyd fue el dibujante a cargo del proyecto. Mc Namara i Ambos crearon una historia distópica que toma lugar en los años noventa, en una Inglaterra fascista. La historia principal es la de un anarquista, “V”, quien usa una máscara de Guy Fawkes y un traje negro con sombrero cónico. V es producto de un experimento genético del gobierno, por ello es que desea vengarse del partido que lo torturó. Uno de los logros de la novela es haber insertado un discurso político tajante Sus ideales políticos se ven claramente definidos en un diálogo imaginario que sostiene con la estatua en Old Bailey, la “Señora Justicia”. V le reclama contonearse frente a hombres de uniforme. En cambio, él se vanagloria de haber conocido a una mujer que le enseñó que la Justicia sin Libertad no es nada, una mujer llamada Anarquía. Mientras V se empeña en volar edificios, aparece en escena Evey Hammond, una adolescente que desea prostituirse para ganar algo de dinero. Acaba viviendo un buen tiempo con V, hasta que éste la echa de su casa. Es salvada por un ex convicto y sufre episodios en donde se imagina que él es su padre, por lo que resulta traumático acostarse con él. Más tarde, V la tortura con el propósito de que ella sufra una transformación y lleve a cabo el último atentado contra el número 10 de Downing Street. Mc Namara ii Eric Finch, el inspector a cargo del caso V, se empeña en perseguir al y logra asesinarlo. En la novela es serio y comprometido con el partido. Completamente distinto al Finch del filme. El ambiente gráfico es tenso. Los dibujos no brillan por la acción sino por diálogos bien definidos que demuestran los intereses personales de cada personaje. Éste es también uno de sus puntos débiles. Debido a la gran cantidad de rostros e historias alternas que aparecen sin explicación previa, resulta fácil perderse en las tramas que se desprenden de la principal. Hay que admirar, sin lugar a dudas, la atmósfera cuasi-­‐‑surrealista de la novela. Alan Moore entreteje episodios con trama propia entre la política: Prothero, general del partido, tiene una obsesión por las muñecas (en la película, éste tiene muñecas en el baño) que acaba desembocando en crímenes de violación; la relación entre el líder y su computadora “Destino” incluye cierto dejo a ciencia-­‐‑ficción que repercute en las redadas para buscar a V. III: Versus. Lo que se perdió y ganó V for Vendetta (la película) tiene un discurso completamente diferente al de la novela. El ideal político en el filme es mucho más democrático, rayando incluso en la oclocracia y la demagogia. V encanta al pueblo con sus palabras, la muchedumbre se alza contra su gobierno… ¿y luego qué?: el discurso en la película, al no ser completamente anárquico se desvirtúa al final, a diferencia de la novela, cuyo caos por Mc Namara iii la falta de Estado es una de las fases por las que V declara que tiene que pasar todo pueblo para conseguir la libertad perfecta. En este sentido, no es casualidad que la novela haya sido publicada durante el thatcherismo, como tampoco lo es el que la película se estrenara a medio gobierno de George W. Bush, dos años después de su relección. El cambio de discurso y la fecha de lanzamiento fueron una manera de pasar -­‐‑-­‐‑ hasta cierto punto – desapercibidos, ya que la cinta es descaradamente liberalista. Se perdió la atmósfera densa y surrealista. Sin embargo, la trama se volvió mucho más dinámica sin tantas historias alternas, dándole un toque más “Sci-­‐‑Fi” a la dirección de arte. Se ganaron personajes más representativos y fáciles de seguir en el filme. En específico, Gordon Deitrich enfatiza la represión marcial, es un conductor de televisión homosexual coleccionista de objetos ofensivos para el gobierno; en la película, en cambio, es un ex criminal cuyo mayor logro es acostarse con Evey. V cambia su personalidad. La película respetó el no darle una identidad definida y exaltó su afán por insertarse en cada miembro del pueblo, pero de un ser excéntrico, se nos presentó a un ser humano. Un ser humano con una idea, pero hombre al fin y al cabo. Se pierde la personalidad austera de Finch. El filme nos trae a un inspector más humano y sensible, que acaba estando de acuerdo con los ideales de V. Situación que hubiese sido imposible imaginar en la novela. Mc Namara iv IV: Versión en video. Título: V for Vendetta Director: James McTeigue Productor: Joel Silver, Larry y Andy Wachowski Guión: Andy y Larry Wachowski Reparto: Natalie Portman, Hugo Weaving, Stephen Rea El nuevo guión es bastante bueno –sería espantoso si lo comparáramos con base en el discurso original-­‐‑: las citas literarias son tan numerosas como en la novela gráfica. Además, los juegos de palabras lo convierten en algo disfrutable La banda sonora, obra de Dario Marianelli (Expiación, Orgullo y Prejuicio), es un buen acompañante a este nuevo discurso, en donde vemos a un V más romántico y refinado, menos excéntrico. Un V con preferencia por la Bossa Nova. Es lamentable que no haya sido explotada la partitura de la segunda parte de la “El Vicioso Cabaret”. Cabe señalar que David J, el bajista del grupo de rock Bauhaus, quiso incluir su versión en el filme, moción que se le denegó. Una lástima. La actuación de Natalie Portman pasa sin pena ni gloria. A excepción de la secuencia de tortura, no vemos una actitud interesante por parte de Evey. En cambio, Hugo Weaving no decepciona, quien logró crear un V vivo a través de la presencia escénica. Los efectos especiales fueron acordes con cada escena; exceptuando el slowmotion de la pelea final de V contra los hombres de Creedy que, francamente, sobra. Parece una versión emulada de Matrix y resulta pesaroso observar pintura roja digital desperdigada por todas partes en cámara lenta. Mc Namara v La película tiene una vertiente policíaca que complace al espectador que no ha leído la novela y cuyos tintes políticos dejan un buen sabor de boca. La utopía Hollywoodense llega a ser, inclusive, algo enervante. A más de un asistente en la sala de cine le debieron dar ganas de ponerse una máscara y alzarse contra su gobierno ¿por qué? Quién sabe, pero ganas, le dieron. V: El Veredicto. Política en V. Alan Moore no pudo ser más claro al referir que la película es sólo una lucha entre “el neoconservadurismo estadounidense contra el liberalismo estadounidense”. Son claras las referencias al gobierno de George W. Bush de parte de la dictadura en la película: en una de las secuencias de televisión en el filme aparece el video de una de las manifestaciones contra la invasión a Irak. El código amarillo en el que Londres se encuentra por la presencia de V, es el mismo que se usa en Estados Unidos por amenaza terrorista. A pesar de que en la cinta se plantea superficialmente el problema ético de la violencia para conseguir fines, prácticamente Evey no se muestra tan escandalizada como en la novela, en donde está convencida de no querer asesinar a nadie. Al fin y al cabo, en la película triunfa la utopía de un pueblo unido pacífico contra el gobierno represor. Gandhi con máscara de Guy Fawkes: un insulto para la intención novelística original. Mc Namara vi El cambio de discurso se ajusta al público al que se dirige cada obra. Es creíble que los hermanos Wachowski hayan usado a V for Vendetta para manifestarse a favor del liberalismo. Fueron proféticos, pues el actual presidente de los Estados Unidos uso buena parte del discurso democrático liberalista – con tintes oclocráticos – para hacerse del poder. Habría que preguntar cuáles son los ideales de los tüiteros que son presuntos fieles del grupo activista Anonymus y que se vuelven locos cuando “V for Vendetta” es trending topic. Posiblemente se sientan rebeldes publicando cualquier cosa en 140 caracteres, bajo la bandera del pacifismo, contra las instituciones políticas. Pero nunca serían capaces de verdaderamente luchar por algo, porque no creen en nada: menos en la anarquía. Están perdidos en el Vicioso Cabaret.