El aeródromo de Sariñena

84 San Lorenzo
Diario del AltoAragón - Lunes, 10 de agosto de 2015
Cultura
El aeródromo de Sariñena:
Un proyecto histórico de futuro
Salvador TRALLERO
Pastelero, escritor y editor
UEDA ya lejano
aquel primero de
agosto de 1936,
cuando en una avioneta De Havilland
DH 87 “Hornet Moth”, el piloto
Pérez Mur con sus pasajeros sobrevolaba Sariñena buscando un
lugar para ubicar el que sería el
aeródromo avanzado de las fuerzas aéreas republicanas en el
frente de Aragón. Si escuchamos
los ecos de la historia, todavía
parece que podemos oír el suave
y lento runruneo sobre nuestras
cabezas del aparato en el que iba
el que sería futuro jefe del campo, el comandante Reyes, que
eligió una ancha faja de terreno
muy despejada, al borde de la carretera, a cuatro kilómetros de
Sariñena y uno de Albalatillo: “...
Aterricé y exploramos en todas
las direcciones; a mi pasajero el
comandante Reyes le pareció
buen lugar. Creo que podrá ser
utilizado por nuestros aviones”,
dijo. El día 2 de agosto llegaban
los primeros cazas de combate,
dos Nieuport-52 a los mandos de
Jaime Buyé y de Jesús García
Herguido conocido éste como “el
Diablo rojo” por las atrevidas
acrobacias que solía hacer con
su avión. La infraestructura del
aeródromo fue creciendo, llegando a ser una pequeña ciudad
con sus barracones, comedores,
cocina, almacenes, granja, cuerpo de bomberos, talleres, cocheras, barbería, banda de música o
el periódico Alas Rojas; por supuesto la parte militar: nidos de
ametralladoras,
alambradas,
polvorines, trincheras, refugios
o la pista de aterrizaje. Llegó a tener el campo más de cuatrocientos soldados y pilotos, nombres
míticos en la historia aeronáutica como Pérez Mur, Maluquer,
Salueña, Cabré, Robles, Sánchez, Aguilera, Picañol, Camarasa... que pilotaron la veintena de
aviones de combate que había
en el campo, los Breguet,
Nieuport, Dragon Rapide, Vickers, Hispano Suiza o Latecoere... así como alguna de las
varias avionetas de enlace o los
aviones civiles transformados en
bombarderos como el Fokker FVII de la LAPE, las Líneas Aeropostales Españolas que fue el
avión que en la noche del 3 de
agosto de 1936 bombardeó la basílica del Pilar, ataque que la propaganda franquista convertiría
en uno de los “milagros” que a
todos nos enseñaron de niños. El
aeródromo tuvo un impacto total
en aquella España rural de los
años 30 de Sariñena y Los Monegros, como cuenta la memoria
histórica: ...críos, mayores y viejos fuimos a ver los aviones al llegar, al ver a los pilotos con
aquellos gorros, las gafas y los
trajes, decíamos: “parecen dia-
El comandante Alfonso de los Reyes González Cárdenas, jefe del aeródromo
blos”. ¡No habíamos visto nunca
un avión en el suelo! En pleno
avance de la Columna Durruti
más allá de Bujaraloz, aparecieron dos Breguet XIX franquistas
que la ametrallaron, ocasionando algunos muertos y varios heridos, causando una gran
desbandada entre los milicianos;
a partir de ese momento éstos
disparaban a cualquier avión
que los sobrevolaba, por lo que
los aviadores de Sariñena decidieron pintar unas franjas rojas
en el fuselaje y en las alas de los
aviones, para que fueran identificados claramente; de ahí, la escuadrilla de Sariñena tomó el
nombre de “Alas Rojas”, denominación que posteriormente se
extendería a toda la Aviación Republicana. El aeródromo fue el
más importante del frente de
Aragón, lugar donde los jefes de
las columnas milicianas se reunieron en numerosas ocasiones
para tener el apoyo de la aviación
en sus ataques. El campo de aviación de Sariñena fue el único lugar del frente de Aragón donde la
bandera republicana se izaba y
arriaba diariamente; bandera
que tantos anhelos despertó, que
tantas historias guarda tras de sí,
historias de valentía y también
de sufrimiento, de sueños y esperanzas, pues fueron miles los
que la defendieron de un alzamiento ilegítimo en contra de un
gobierno democrático elegido
por los ciudadanos; la guerra es
la peor situación a la que puede
llegar la especie humana, aunque lamentablemente la paz es el
sueño de los hombres, la guerra
su historia. Y son los hilos de la
vida los que se entrecruzan, pues
mi libro Alas Rojas Sariñena que
recibió el Premio al mejor libro
editado en Aragón en el año 2006
El aeródromo fue el más
importante del frente de Aragón,
lugar donde los jefes de las
columnas milicianas se reunieron en
numerosas ocasiones para tener el
apoyo de la aviación en sus ataques
Salvador Trallero en el acto de la donación de la bandera de Alas Rojas al Museo de Sariñena
El piloto Rodolfo Robles con las chicas de Albalatillo Elena Lafita (izquierda) y Vitorina Abadías
otorgado por el Gobierno de Aragón, llevó al director zaragozano
Miguel Lobera a rodar el documental Alas Rojas espíritus del
viento, y fue allí donde descubrí,
que la bandera que había fotografiado para el libro, y que estaba en un cajón plegada y medio
olvidada, cambió de ubicación
tras la promoción que supuso dicho libro, y que en estos momentos y como nos muestra el
documental, está en uno de los
lugares preferentes de la Sala de
Laureados del Museo del Aire de
Cuatro Vientos de Madrid, en
una vitrina donde se expone en
todo su esplendor por su importancia histórica y documental.
Pensé que la bandera de la escuadrilla tenía que estar también en
casa, en Sariñena, y puse en marcha el proyecto “La bandera de
Alas Rojas vuelve a casa” para
reproducir la bandera de la es-