¿DESPEGA FINALMENTE LA RFID? Jaume Puigbò Consejero Delegado Sinel Systems SA Con el traspaso de responsabilidades del Auto-ID Center del MIT a la nueva organización EPCglobal, en la que participan UCC y EAN, y los anuncios de los requisitos de Wal*Mart, Tesco, Metro y el Departamento de Defensa, hemos pasado de la fase de estudio de la identificación universal por radiofrecuencia a la de implementación. En este artículo comentaremos las más recientes novedades, el porqué de la RFID y los retos pendientes. Pero antes, veamos un poco de historia. Historia La identificación por radiofrecuencia se desarrolló en la Segunda Guerra Mundial para distinguir los aviones amigos de los enemigos en los combates aéreos (“Friend from Foe”). Muchos somos los que en los últimos años hemos empezado a utilizar la RFID para entrar en nuestras oficinas, pagar el peaje de las autopistas o llenar el depósito de gasolina (en los EE.UU.). El proyecto actual de marcaje universal por RFID arranca en el MIT, es decir el Instituto Tecnológico de Massachussets. Según el profesor Brian Subirana del IESE, en este instituto se estaba trabajando en el reconocimiento visual por parte de los ordenadores, una tarea sumamente sencilla para el cerebro humano, pero extraordinariamente compleja para un ordenador. A alguien se le ocurrió que la forma sencilla de hacerlo era que el objeto transmitiera su DNI al ordenador. El ordenador, conectado a internet, podría entonces fácilmente identificar el objeto. Así nació la “Internet of Things”, es decir, la “Internet de las Cosas”. El sueño era que cada cosa tendría su dirección en internet y de esta forma se podría solucionar uno de los problemas centrales de la logística: ligar el flujo de las mercancías con el flujo de la información respecto a las mismas. Recuerdo que uno de los primeros artículos del MIT que leí en 1999 hablaba de cómo la RFID podía ayudar a controlar la “sobrereacción” que se produce en la cadena logística de aprovisionamiento de la cerveza el primer día de cada año que empieza a hacer calor y se consumen unas cervezas de más. Se trataba de ligar los bits con los átomos y, de esta forma, hacer más visibles los átomos. Novedades recientes Las más significativas han sido las reuniones del Wal*Mart y el DoD (Department of Defense) con sus proveedores. El DoD, por ejemplo, va a exigir que se ponga un tag de RFID en todas las paletas y cajas de embalaje que compre a partir del 1 de Octubre del 2004 y que se vayan a servir a partir del 1 .1.2005. Asimismo, Wal*Mart va exigir que a partir del 1.1.2005 sus 100 principales proveedores le envíen las paletas y las cajas de embalaje con tags de RFID. En Europa, Metro y Tesco no parecen quedarse atrás en estas exigencias. Gillete ha pasado un pedido de 500 millones de tags (a servir en varios plazos) a Alien Technology. Se da el caso de que una paleta de las maquinillas de Gillete vale tanto como un Lamborghini y es más fácil de robar y vender en el mercado negro. La visibilidad que da la RFID hace más fácil detectar el punto de robo y, por tanto, evitarlo. Se está trabajando en la nueva especificación de Clase 1 Generación 2 (o ahora llamada UHFG2), que es la que va a especificar Wal*Mart. De momento Wal*Mart acepta etiqueta RFID de Clase cero (con sólo número de serie de fábrica) o Clase 1 (para escribir una vez y leer muchas veces). Parece que los países pertenecientes a la OMC (Organización Mundial del Comercio) han de usar las normas ISO y se trataría de armonizar la ISO 18000 con los stándares EPC. El hecho de que las frecuencias usadas en EE.UU. (902-928 MHz) y en Europa (868870 MHz) sean ligeramente diferentes parece que no representará problemas para los lectores. ¿Por qué la RFID? Con la universalidad del código de barras, su fácil aplicación, su coste prácticamente cero en los envases de los productos, nos podemos preguntar, ¿cuáles son las ventajas que empresas de tanta envergadura como las ya citadas estén apostando tan fuertemente por la RFID?. En primer lugar, para leer un código de barras hay que apuntar a la etiqueta, es decir hay que hacer un mínimo esfuerzo, a veces casi automático (si la posición de la etiqueta es la adecuada o si tenemos diversos lectores orientados de forma diferente), pero no siempre. Pensemos en lo que ocurre en un supermercado. Hay que distinguir entre la tienda y la trastienda. Leyendo el código de barras de lo que entra en la trastienda, conociendo en un momento dado en inventario y sabiendo lo que sale por las cajas, también dotadas de lectores de código de barras, parece que lo tenemos todo controlado de forma fácil. ¿No? Pues, no. Por varias razones: -Si la paleta que entra no es homogénea, deberemos leer cada caja de producto para hacer una buena entrada en el almacén. Tenemos robos, tenemos mercancía que está en los carritos de los clientes, pero que aún no ha salido del supermercado, cuando reaprovisionamos los lineales de mercancía que está en la trastienda dejamos de saber lo que hay en las dos partes diferenciadas, tienda y trastienda. La razón es que no tenemos tiempo de leer una a una las cajas de los artículos que sacamos de la trastienda. Algunas de estas cosas se podrán solucionar cuando se implemente la RFID a nivel de caja, otras cuando se implemente a nivel de producto, lo cual no se producirá antes de cinco años, por los costes que ello supone. Por tanto ni los consumidores se han de preocupar por las amenazas a su intimidad exageradas por grupos como CASPIAN (tengamos en cuenta que el radio de acción de las etiquetas de UHF será de aproximadamente 2 metros) ni hay que prometérselas felices porque las colas van a desaparecer de las cajas en un futuro inmediato. Está claro que la lectura simultánea de cientos de objetos sin que haya de existir una línea de visión con el lector es una de las ventajas clave de la RFID. En segundo lugar, el código EAN sólo identifica una categoría de productos, pero no su lote, su fecha de fabricación, etc. El uno de enero del 2005 entra en vigor una nueva directiva de la Unión Europea con nuevas exigencias sobre la trazabilidad de los alimentos. El standard EPC, con sus 96 bits de capacidad incorpora el número de serie del producto, lo cual facilita la trazabilidad. También es importante para hacer una buena gestión de las reclamaciones y evitar el fraude sobre las mismas. Hay consumidores, por ejemplo, que compran una prenda idéntica a la que compraron hace un año y devuelven la vieja. Esta es la segunda ventaja clave de la RFID. Algunos retos pendientes Para que la tecnología sea lo más eficiente posible se necesita estar muy cerca del 100% de lecturas. Con los sistemas actuales aún no se ha conseguido esta cifra. Hay problemas con los metales y con los líquidos. Hay que armonizar las frecuencias. Los standáres EPC e ISO han de converger. Hay que preparar los sistemas informáticos y las redes para manejar, y sacar provecho, de la ingente cantidad de datos que van a circular por ellos. Hay que implementar la RFID en una masa crítica de empresas. Hay que reingeniar el negocio para sacar el máximo provecho de la tecnología, de lo contrario no saldrán los números. Hay que explicar al consumidor qué ventajas le reportará la tecnología y afrontar sus preocupaciones sobre la privacidad. Hay que conseguir unos precios más económicos de los tags y lectores, lo cual, sin duda, se hará con nuevas tecnologías como la “Fluidic Self-Assembly” y las economías de escala. Alguien ya ha vaticinado que en el 2020 uno de los hombres más ricos del planeta habrá hecho su fortuna con la RFID. Conclusión Como en toda nueva tecnología, también en la RFID hay algunos problemas técnicos y políticos (privacidad, frecuencias), que hay que resolver. Pero la apuesta es tan alta que no hay duda de que se resolverán. Entretanto, queda un amplio margen para aplicaciones internas. Uno de nuestros clientes franceses, por ejemplo, tiene el proyecto de poner un chip de RFID en sus cartuchos de tinta para evitar que sus impresoras de inkjet puedan usar productos compatibles de baja calidad. Como dice en unas recientes declaraciones en la revista Label and Narrow Web nuestro cliente californiano Fred Elhami: “No hay límite para las aplicaciones. Sólo depende de la imaginación” SINEL SYSTEMS SA Jaume Puigbò Consejero Delegado
© Copyright 2024