RESOLUCIÓN Nº 15: REPÚBLICA POPULAR DEMOCRÁNICA DE COREA (Corea del Norte). La Asamblea de Delegados de PEN Internacional, reunión de su 80 Congreso Mundial en Biskek, Kirguistán del 29 de septiembre al 2 de octubre de 2014 La República Popular Democrática de Corea (Corea del Norte) es la sociedad más cerrada del mundo. En los últimos años, se han revelado informes horríficos del tratamiento brutal e inhumano de cientos de miles de personas que se atrevieron a decir tan sólo una palabra contra el punto de vista oficial recibido. En marzo de 2014, un informe realizado por una Comisión de Investigación de la ONU asignada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en marzo de 2013 recomendó que el Consejo de Seguridad de la ONU remitiera la situación en Corea del Norte al Corte Penal Internacional y que el Alto Comisario de los Derechos Humanos de la ONU llevara a cabo las investigaciones. El informe mostraba que los crímenes contra la humanidad se realizaron en Corea del Norte a lo largo de un periodo de décadas múltiples “de conformidad con las políticas establecidas en el nivel más alto del Estado.” Los crímenes alegados incluían “exterminación, asesinato, esclavización, tortura, encarcelamiento, violación, abortos forzados y otras violencias sexuales, persecución en el terreno político, religioso, racial y de género, traslado forzoso de personas, desaparición forzada de personas y el acto inhumano de causar conscientemente hambruna”. Con respecto a la libertad de expresión, el informe afirmaba que el “estado intensivo de adoctrinamiento ocurre en un ambiente en el que el ejercicio del derecho de expresar hechos y opiniones críticas del estado o de su ideología oficial no se tolera…” Un testigo comunicó a la Comisión como, desde joven, había sido desalentado por sus padres de aspirar a ser un escritor debido a que nadie podía escribir libremente. Asimismo, afirmó que en Corea del Norte a un escritor sólo se le permite escribir sobre asuntos que pongan bajo buena imagen a Kim II-Sung, Kim Jong-II y el Partido de los Trabajadores de Corea. Los escritores que se desvían de estas instrucciones pueden ser arrestados o tratados como criminales políticos. Los medios de comunicación y la información relacionada están controlados por el Estado: es ilegal escuchar o ver radios, televisión o videos extranjeros. La policía local asegura que las radios que se ponen a la venta están previamente sintonizadas con las estaciones del gobierno y selladas para que no se escuchen otras diferentes antes de venderlas. Los medios de comunicación están fuertemente controlados y censurados y “forman el eje central de una enorme máquina de propaganda.” Leer libros de la República de Corea (Corea del Sur) se penaliza como un crimen de espionaje. Los libros chinos también están prohibidos. Muchas veces se pinchan los teléfonos. Sólo la élite puede tener ordenadores y utilizar internet, este permiso se ha concedido recientemente para turistas extranjeros siguiendo una visita de Google, pero aún está prohibido para la inmensa mayoría de ciudadanos de Corea del Norte. Equipos de seguridad de inspectores irrumpen en los hogares (especialmente en pueblos y ciudades cercanas a las fronteras) para ver si las familias están viendo o escuchando películas, radio o emisiones televisivas extranjeras. La gente que es descubierta escuchando emisiones extranjeras es detenida y sentenciada a largos periodos en prisión. El Artículo 8 del Derecho de Prensa otorga el poder al Estado para criminalizar cualquier estado, publicación, noticia o artículo que sea crítico con el Estado o sus órganos. El Artículo 103 del Código Penal estipula que cualquiera que perturbe seriamente el orden social debe ser penalizado con hasta 5 años de Trabajo Correccional y, en casos serios, sus líderes deben ser penalizados con hasta 10 años de Trabajo Correccional. Crímenes de este tipo incluyen simplemente escuchar emisiones de la República de Corea, circular documentos impresos de la República de Corea, y difundir rumores injustificados. Pero incluso peor es que una vez que la gente está en prisión y en campos de trabajo, desaparecen completamente y a menudo mueren allí. Sólo un número reducido ha sido liberado y ha escapado para contar su historia. La Asamblea de Delegados de PEN Internacional insta al gobierno de la República Popular Democrática de Corea a: · · · · Implementar las recomendaciones del informe de la Comisión de Investigación de la ONU, y del informe del Secretario General de la ONU y del Relator Especial para la República Popular Democrática de Corea cuyo objetivo es mejorar la situación de la libertad de expresión en el país; Conservar el derecho de las personas en la República Popular Democrática de Corea para ejercer pacíficamente su derecho a la libertad de expresión; Liberar inmediatamente e incondicionalmente a todos los individuos apresados únicamente por ejercer pacíficamente dicho derecho; Terminar con el uso de campos de trabajo forzado y clarificar el destino de todos los individuos enviados a éstos; · Promover la alfabetización y la escritura creativa como parte fundamental e indivisible del derecho a la libertad de expresión. También insta a la comunidad internacional a: · · · Respetar el principio de no devolución y no retorno de nadie a la República Popular Democrática de Corea que haya podido estar bajo riesgo de graves violaciones de los derechos humanos , incluidos crímenes contra la humanidad; Remitir la situación de la República Popular Democrática de Corea a la Corte Penal Internacional; Implementar todas las recomendaciones a la comunidad internacional contenidas en el informe de la Comisión de Investigación de la ONU, así como en informes del Secretario General de la ONU y del Relator Especial para la República Popular Democrática de Corea, con el objetivo de mejorar la situación de la libertad de expresión en el país.
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