“Ellídernotieneincentivospara nombraraalguienmejorqueél”

JUEVES, 11 JUNIO 2015
LA CONTRA
Roger B. Myerson, premio Nobel de Economía 2007; investiga juegos cooperativos
“El líder no tiene incentivos para
nombrar a alguien mejor que él”
Fieles y mediocres
P
or qué le dieron el Nobel?
Porque formé parte del grupo
que revolucionó la investigación económica entre 1970 y
1985. Antes se creía que la escasez de recursos era la que
determinaba sus precios...
La vieja ley de la oferta y la demanda.
...Pero nosotros empezamos a estudiar transacciones en las que lo decisivo era la escasez de información, porque una parte tenía
más que la otra, pero ésta, a su vez, no confiaba en la que tenía más.
Como cuando un comprador escamado
regatea al vendedor de coches usados.
Lo que demostramos es que la información
tiene un papel determinante en los precios
y la economía; tanto como los incentivos.
Los incentivos logran que, por ejemplo, alguien trabaje cuando nadie le mira.
Y suelen faltar en los países pobres.
Tras nuestras investigaciones, todos entendieron lo esencial de determinar quién tiene
más información en una transacción y el papel de los incentivos al analizar decisiones
económicas. Antes, Keynes, por ejemplo, sabía qué era un banco, pero no era capaz de
darle una expresión exacta.
ROSER VILALLONGA
¿El banquero lo es porque sabe más?
Los bancos existen porque el banquero tiene más información que el cliente –hay asimetría de información en su trato– sobre
los mercados financieros y porque el cliente confía en ellos. Y suelen arruinarse cuando el banquero o no tiene suficientes incentivos para ser honesto o tiene demasiados
para ser deshonesto y el cliente desconfía
de ellos.
Usted también ha aplicado la teoría de
juegos a la política.
Porque las elecciones también son transacciones, pero con votos. Y al analizar las decisiones políticas, los incentivos son primordiales: debemos considerar los que tienen o
no los políticos para ser honestos o no.
¿Qué ha descubierto?
El diseño de mecanismos demuestra que si
cambias las reglas de juego, esto es, las del
mercado, las de la política o las de las elecciones, también cambias sus incentivos y,
por tanto, la conducta de los actores.
Ergo, debemos diseñar instituciones
con normas y controles que desincentiven
los malos instintos.
Por eso analizamos por qué determinadas
leyes y normas incentivan o desincentivan la
Si aún cree que el líder
de un partido acierta
más que unas primarias
al elaborar listas, el Nobel Myerson le demostrará aquí –y puede hacerlo con fórmulas– que
cualquier dirigente tiene
más incentivos para elegir a mediocres (que no
compitan con él, le sean
fieles y le estén agradecidos) que los electores,
cuyo único interés es
escoger a los mejores.
Los votantes pueden
equivocarse, por supuesto, pero carecen de incentivos para preferir
sistemáticamente a los
menos competentes.
Esos incentivos perversos explicarían en parte
por qué en nuestra política, donde las primarias
han sido un exotismo,
abundan los leales ineptos. Y parece que nos
hemos dado cuenta.
LLUÍS AMIGUET
honestidad, el esfuerzo, la dedicación o el
acceso de los más competentes a los puestos
relevantes donde se toman las decisiones...
¿Algún hallazgo?
Todo poder, para ser democrático, requiere
control y contrapoder (check and balance) y
debe ser dividido en tres niveles: local, regional y nacional: cada uno con financiación
propia y con dirigentes elegidos directamente por los ciudadanos.
¿Eso evitaría los abusos?
Eso resta incentivos al abuso de poder, porque aumenta los controles mutuos y proporciona a los políticos incentivos para ser virtuosos: si lo hacen bien con un presupuesto y
un poder local, podrán aspirar a ser elegidos
para un poder territorial mayor.
¿Por ejemplo?
El mal ejemplo es Ucrania. Muchos de sus
problemas hoy se deben a que, pese a ser una
democracia formal, ha centralizado poderes
en el presidente, que nombra a alcaldes y líderes provinciales siempre subordinados.
¿Tan malo es centralizar ese poder?
Fatal, porque los líderes nacionales no tienen ningún incentivo para nombrar líderes
provinciales y locales honestos y eficientes
que les hagan la competencia y, en cambio,
tienen todos los incentivos para nombrarlos
simplemente mediocres y fieles.
Eso no pasa sólo en la política.
Por eso le decía que investigamos diseños de
mecanismos que se puedan aplicar a empresas, gobiernos e instituciones de todo tipo.
¿Un país pequeño se gobierna mejor?
Un país pequeño muy centralizado es de tan
mal gobierno como uno grande muy centralizado. El tamaño no es lo decisivo.
¿Buenos ejemplos?
Austria –o Suiza, pionera del federalismo–
son pequeñas, bien gobernadas y muy descentralizadas; Bulgaria sólo es pequeña.
Veo que las primarias son mejores que
un líder central nombrando a dedo.
Por supuesto, porque ese líder no nombrará
a los mejores, sino sólo a los mejores para él.
¿Puedo decirle algo de las primarias?
¡Aquí están de actualidad rabiosa!
Los historiadores y el público suelen dar importancia a las virtudes de los padres de la
Constitución de EE.UU.: Washington, Jefferson, Madison... Pero no tanta a lo realmente decisivo en nuestra historia...
Pues es un texto magnífico.
Antes de la Constitución y de nuestra independencia ya había democracias locales en
las colonias, que funcionaron bien y votaron
y administraron presupuestos de las comunidades bajo el dominio sólo formal del imperio británico... ¡Durante un siglo!
¿Tan decisivas fueron?
Evitaron que los padres de la Constitución
cayeran en la tentación de fundar una democracia muy centralizada territorialmente
que hubiera fracasado.
LLUÍS AMIGUET
CUPÓN
Edad... ¿64 años? No debe importarme mucho si tengo que calcularlo cada vez que lo digo. Nací
enBoston,vivo enChicago ymeavergüenzanuestrapolíticaenIraq.Tengodoshijosy,cosainsólita en EE.UU., no viven lejos de mí. Colaboro con la Barcelona Graduate School of Economics
IMA SANCHÍS
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VÍCTOR-M. AMELA