Junio de 2015 - Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos

PÁGINAS LOCALES DEL ÁREA SUDAMÉRICA NOROESTE
MENSAJE DEL ÁREA
Al Servicio de los Demás
Élder Winsor Balderrama
M
ientras el Salvador ejerció su ministerio en la
tierra siempre estuvo enfocado en los necesitados. El “necesitado” es aquel que requiere algo
que por sí mismo no puede otorgarse, tal como el
perdón de sus pecados, el alivio a su sufrimiento, o
sencillamente la guía en cuanto a su manera de vivir.
Los registros nos muestran claramente que el
Salvador pasó el mayor tiempo entre los que padecían necesidades físicas y espirituales, y no entre
los que merecían de su presencia. Fue el mismo
Salvador quien declaró… los que están sanos no
necesitan de médico, sino los que están enfermos…
(Lucas 5:31). Sin embargo, esto no nos debe llevar
a pensar que vivir de manera justa y obediente, nos
distancia de la oportunidad de merecer el privilegio
de la presencia cercana y frecuente del Señor. Al
contrario, el hecho que vivamos con obediencia
y rectitud, es una manifestación de una mayor
independencia y madurez espiritual. Así mismo, se
convierte en una exigente necesidad de anhelar el
bienestar de nuestros semejantes (Mosiah 28:3).
Una de las enseñanzas más reiterativas del
Salvador se manifiesta en la parábola de la oveja
perdida (Lucas 15:4–7). En este pasaje, el pastor que
perdió una de cien ovejas, bien podría haber elegido
quedarse con las noventa y nueve que merecían su
presencia y atención, en vez de ir en busca de la que
se distrajo y por consecuencia se separó del rebaño.
Esto probablemente la descalificaba para merecer la
protección y alimentación de su pastor. Pero la enseñanza del Salvador enfatiza y realza que el pastor fue
en busca de aquel que estaba perdido, y que desesperadamente necesitaba su ayuda, aun cuando esto
representaba más trabajo y esfuerzo para sí mismo.
Es notorio que no pensó en lo que ya había
hecho, si no en lo que faltaba por hacer para el
beneficio de aquel que lo necesitaba. Por lo tanto,
este pastor caminó los caminos que Jesús caminó.
Así también, nosotros como líderes del Sacerdocio,
o de las organizaciones auxiliares, y más aún como
miembros de forma individual, sin necesariamente ser parte de un comité, ni de un grupo
de líderes, podemos interesarnos en bendecir
a los que nos necesitan.
Para esto “no necesitamos hacer actos de gran
trascendencia que no sepamos hacer”, sino actos
y gestos muy simples, tales como buscar ser un
amigo para aquellos que llegan o vuelven después
de una larga o corta inactividad. Como sabemos,
el llegar a la Iglesia como miembro nuevo presenta
varios desafíos. Esta transición puede ser más fácil
si, con nuestra ayuda. Tal vez, si nos acercamos a los
que se ven solos en nuestras reuniones o actividades, para ofrecerles nuestra calidez y amistad, y los
acompañamos hasta que lleguen a tener su propia
fortaleza, podemos marcar una gran diferencia. Algo
tan simple como esto puede ayudarnos a empezar a
caminar por los caminos que Jesús caminó.
En este proceso será muy importante considerar otro principio que el Salvador ilustró. En la
parábola del hijo pródigo, menciona al hijo que
había solicitado a su padre la parte de los bienes
que le correspondía (Lucas 15:11–32). Luego de
haberlos malgastado, aún hasta pasar necesidad,
volvió en sí y decidió regresar a su casa. Como
sabemos, el padre de la parábola se llenó de
misericordia y lo recibió como pocos lo harían,
echándose sobre su cuello y besándolo. Esto dio
a entender que era bienvenido a su casa, aunque
por sus hechos anteriores no lo merecía. Es más,
el padre propuso con resolución “… hagamos
fiesta…muerto era y ha revivido; se había perdido
y ha sido hallado…” Seguramente cada invitado
lo abrazó, dándole la bienvenida. Solo uno de los
familiares más cercanos no entendió dicha felicidad, su hermano mayor.
Esto se podría calificar como algo justificable
en los ojos de aquel que nunca había “hecho
algo que defraudara a su padre”, no habiéndolo
desobedecido jamás. El hijo mayor sintió que a
Élder Joaquín
Esteban Costa
J u n i o d e 2 0 1 5 P1
Invitamos a aquellos interesados a enviarnos sus artículos
sobre su lectura del Libro de Mormón y sobre sus experiencias
con “la obra de salvación”.
pesar de su obediencia constante, no había sido
reconocido como lo era su hermano que acababa
de regresar, y que merecía por lo menos un cabrito
para compartirlo con los amigos. Sin embargo, no se
había dado cuenta que él mismo también necesitaba
de la misericordia de su tierno padre. Su reacción
ante el regreso del hermano menor había decepcionado a su padre, y el hijo que nunca había desobedecido, ahora necesitaba de misericordia.
Todos requerimos la ayuda del Señor, y es preciso que seamos instrumento en sus manos para
proveer esa ayuda a quienes lo necesitan. Es hora
de actuar de manera más desinteresada y productiva a favor de los que necesitan fortalecerse.
Las oportunidades de servicio en la Iglesia ayudan a fortalecernos. Los llamamientos y las asignaciones tales como oraciones o discursos pueden
ser una fuente de fortaleza para aquellos que
regresan, y una oportunidad para servir a otros.
Hace pocos días atrás, mi esposa y yo estábamos
sentados uno al lado del otro con nuestro bebé de
seis meses para hacer un trámite migratorio, en una
oficina en la que había mucha gente con la misma
necesidad. La atención por cada persona duraba
aproximadamente quince minutos. Nuestro turno
asignado era el 151.
En medio de la espera se acercó un señor al
que no conocíamos. Amablemente nos ofreció su
ticket, el número 141. Su comentario fue simple
“…ustedes lo necesitan porque su bebé que se ve
muy inquieto por la espera…” Aparentemente nos
había observado mucho antes. Su gesto denotó que
pensó en nuestra necesidad y decidió actuar para
ayudar a suplirla.
Al terminar nuestro trámite ese día, antes de salir
de esta oficina, mi esposa hizo de manera natural
exactamente lo mismo. Buscó a alguien que se veía
en la necesidad de ser atendido anticipadamente,
que en este caso también era una mujer con un
bebé pequeño. Mi esposa le ofreció el ticket 151
en vez del 203 que esta madre había recibido. El
sencillo acto de este buen hombre ese día me hizo
sentir atendido y entendido en mis circunstancias.
Aprendí que el al servir a los que los necesitan nos
otorga la oportunidad de crecer y servir a nuestros
semejantes. En el nombre de Jesucristo, Amén. ◼
P2 L i a h o n a
Presidencia de Área:
Élder Juan A. Uceda,
Presidente
Élder W. Christopher Waddell,
Primer Consejero
Élder Carlos A. Godoy,
Segundo Consejero
Editora: Lucy Torres
Responsable de Edición:
Paulo Sánchez
Envíenos noticias o eventos a
[email protected]
Las fotos, favor de enviarlas
en archivo “jpg” de buena
resolución y tamaño.
Fortaleciendo el Testimonio
a Través de la Historia Familiar
Oswaldo Cruz Cornejo, Estaca Quevedo Sur, Quevedo, Ecuador
L
os líderes del Barrio PrimaveraEstaca Quevedo Sur-Ecuador
aceptaron el reto espiritual de
conocer más sobre sus antepasados e iniciar la genealogía de sus
seres queridos. Esto sucedió tras
recibir el Taller de Historia Familiar
que impartió el Élder Yong,
misionero de servicio de nuestra
Iglesia.
Para el Obispo Fabricio Granja,
el enseñar primero a los líderes la
importancia de la Historia Familiar
es el pilar fundamental para que
se fortalezcan sus testimonios
y posteriormente fortificar esta
grandiosa obra entre los demás
miembros de su Barrio.
“Las promesas que nos hacen las
Escrituras y los sentimientos (Gálatas
5:22) que podemos recibir al ser
parte de la Historia Familiar, son un
eslabón de esa gran cadena que
debemos fortalecer como miembros de la Iglesia. Esto nos ayudará
a estar juntos por la eternidad con
nuestros seres queridos que han
partido de este mundo. Son grandes las bendiciones y las promesas
que nuestro Salvador nos ha dejado
si lo hacemos con un espíritu de
amor”, explicó el Elder Yong. ◼
Involucrados. Como líderes debemos dar el ejemplo al hacer la Obra
genealógica por nuestros antepasados. Capacitarnos es el inicio de
esta gran obra de amor.
¿Ha leído hoy?
Un recorrido por el Libro de Mormón
Sariah Sasha Cáceres Pacheco, Barrio Buenos Aires, Estaca Zamacola, Arequipa, Perú
E
n marzo de este año, terminé de
leer el Libro de Mormón. Siempre
me pareció una tarea difícil, y nunca se
me cruzó por la cabeza que lo acabaría.
Pero el primer domingo de abril del año
pasado —por medio de mi papá (quien
me diseñó un marcador por cada libro)
y el obispo de mi barrio—, me enteré
de la meta que nos propuso el Área. Mi
papá me dijo que si terminaba de leer,
recibiría bendiciones, y una carta de
felicitaciones del Área, y eso me emocionó y comencé con la lectura.
Primero vino 1 y 2 de Nefi, sus palabras fueron variadas y complicadas
para mí, pero sentía cómo mi espíritu
se alimentaba, como cuando tienes
hambre y empiezas a comer algo delicioso. Fue algo grato.
Luego vinieron: Libro de Mormón
(Eliminar), Jacob, Enós, Jarom, Omni,
Palabras de Mormón. Estos libros fueron cortos, pero me contaron sobre las
promesas del Señor y lo piadoso que
puede ser.
Después de leer estos libros pequeños, llegaron los grandes Mosiah
y Alma. Cada vez que pensaba en
esos dos libros, me imaginaba un gran
desierto que pareciera no tener fin. Al
comienzo pensé que nunca lo acabaría, pero cuando menos lo imaginé,
terminé Mosiah y Alma.
A continuación, llegué a Helaman y
tercero de Nefi. En esta parte del Libro
de Mormón, nos hablan sobre las profecías respecto a la venida de Cristo y
sobre uno de mis profetas preferidos,
Samuel el Lamanita. Él es símbolo de
valor y confianza en el Señor, ya que
aunque le tiraran flechas y piedras,
siguió en la muralla predicando la
verdad de Dios, sin temor alguno.
También leí sobre la maravillosa
visita del Salvador a las Américas. Fue
tan grande el gozo para los que lo
vieron, que no podían con palabras
describir lo que vieron y sintieron.
4 Nefi y Mormón, son los libros,
—en mi opinión— donde empieza
la incredulidad del pueblo del Señor
y cómo ese orgullo y esa necesidad
de poder los lleva a la ruina total y la
pérdida espiritual.
Éter a diferencia de estos últimos,
nos cuenta todo antes de Nefi y cómo
mediante su fe, el hermano de Jared
pudo ver el dedo del Señor como
iluminaba las piedras con luz propia, y luego al mismo Salvador. De él
aprendí que aunque estés rodeado de
gente inicua y donde el mal esté por
todas partes, tú decides vivir como
ellos o no.
Y por último, está Moroni. Este
libro está lleno de cortos capítulo
con promesas y enseñanzas para ésta
época. Él estaba solo, incluso cuando
murió, pero si lo pienso bien, estuvo
acompañado. Estaba rodeado de miles
de ángeles de Dios, enviados para
hacerle compañía. El me enseñó que
no importa que tan solos estemos,
Dios siempre estará con nosotros, en
las buenas y en las malas.
Yo sé que el Libro de Mormón es
verdadero y que los profetas de la antigüedad existieron y que escribieron
estas palabras y enseñanzas que vienen del Señor a través de ellos. Sé que
las promesas del Señor se cumplirán y
que Jesucristo vendrá por segunda vez.
Este es mi testimonio y se lo comparto
en el nombre de Jesucristo. Amén. ◼
¿Leerá mañana?
FSY una bendición para jóvenes peruanos
D
el 5 de enero al 14 de febrero se llevaron a cabo
seis sesiones del programa FSY
en Perú, en las que participaron
jóvenes de las estacas de Lima
y provincias.
Estas son las impresiones y
testimonios de algunos jóvenes
que participaron en este maravilloso programa:
“Recuerdo que al principio
no tenía muchos deseos de
ir, pero al pasar de los días
mi deseo de participar crecía
más. Es increíble lo mucho que
puedes aprender en tan poco
tiempo. El FSY me abrió los
ojos acerca de tantas cosas que
estaba haciendo mal en mi vida.
Sinceramente es un programa
maravilloso. Pude recibir un testimonio del evangelio, y darme
cuenta de todo lo que Jesucristo
P4 L i a h o n a
hizo por nosotros. Además conocí a muchas personas…¡fue
perfecto!” (Valeria Torres).
“El FSY fue lo mejor que me
ha podido pasar. Pude sentir el
Espíritu Santo y el amor de Dios
como nunca antes. Hice amistades eternas y aprendí mucho
más del evangelio. Para resumirlo, fue la mejor semana de
mi vida. Sé que el FSY es inspirado por Dios y que somos sus
hijos amados. En el nombre de
Jesucristo, Amén.” (Diego Cano).
“En el FSY sentí el amor del
Padre, y su compañía cada día
más. Entendí con mis compañeros el propósito del Plan de
Felicidad.” (Katy Mercado).
“‘FSY cambia vidas’, es una
frase que se repite mucho. Hay
personas que creen que los cambios son difíciles, y me incluyo en
ese grupo. Creo ahora que FSY
fue inspirado desde los cielos,
para hacer que jóvenes como yo
en todo el mundo, efectuemos
ese cambio de mente y corazón para poder testificar que
el Evangelio es verdadero. FSY
cambió mi vida.” (Renato Paulino).
“El FSY me enseñó a perseverar hasta el fin y a jamás
rendirme a pesar de las pruebas
o desafíos que pueda tener.
Nuestro Padre Celestial jamás
nos dejará. Pude sentir el amor
puro de Cristo y estoy tan agradecida a mi Padre por esta gran
experiencia que me ha dado.
Ahora sí puedo decir que el FSY
cambia vidas.” (Salma Vargas).
“Bueno, el FSY me cambió
y me mejoró muchísimo. He
podido acercarme a Dios un
montón, saber más sobre el
evangelio. Son 5 días y medio
que tienes para salir del mundo
cotidiano y acercarte a Jesucristo.
Le doy gracias a mis padres, en
especial a toda mi familia por
apoyarme, a mi obispo Milton
Aldea que me ayudó hasta el
último momento. Gracias a
esos amigos que jamás olvidaré
compartiendo el evangelio. Solo
basta 5 días y medio para hacer
una familia, y una familia como
cualquiera necesita. Unos padres que jamás olvidaré, Fabio
y Karina Moscoso, fueron mis
padres por esos días y hasta
ahora les tengo un cariño tremendo. Gracias a la Iglesia y
en especial a Dios por haber
creado este programa para los
jóvenes como si fuera una minimisión dándonos la oportunidad
de vivir con compañeros que se
volvieron súper amigos.” (Richard
Poblete).
“El FSY es una experiencia
muy buena donde se puede
sentir el Espíritu. Compartes
tu tiempo con personas de tu
propias creencias. Es un lugar
donde no te sientes diferente del
resto del mundo. Es hermoso,
completamente hermoso todo
lo que haces… ¡es lo máximo!
Son los 5 días más espirituales y
los 5 mejores días de tu vida. Así
nos lo dijo el obispo Moscoso,
director de la sesión 1, y tuvo
razón… es una familia.” (Eduardo
Gutiérrez)
“Para mí FSY fue una experiencia inigualable. Jamás pensé
que podría cambiar de parecer
o aclarar las dudas que tenía,
pero en FSY pude ver cómo
con cosas tan simples como
leer las escrituras y orar a diario
pueden cambiarte el corazón.
Realmente sé que Dios me ama,
y que nos ama a todos. El sabía
que yo necesitaba ir al FSY. Me
hizo conocer amigos increíbles
y ver que había chicos que
creían lo mismo que yo. Sé
que la escrituras son verdaderas
y que leerlas a diario puede
ayudarte a enfrentar cualquier
cosa. Sé que es posible comunicarte con el Padre y hablar con
él. Sé que esta Iglesia es verdadera, ahora realmente lo sé.”
(Danna Oré).
“El FSY cambia vidas. Ahora
puedo testificar que esa frase
es verdad. Durante esa semana
puedes sentir el Espíritu presente
en cada actividad. Fue una experiencia única, totalmente inspirada para los jóvenes de esta
época. Es un programa inspirado
desde los cielos. Me ayudó a
reafirmar mi testimonio acerca
del evangelio. FSY me hizo sentir
muy feliz y agradecido por tener
el evangelio en mi vida. Ahora
puedo decir con más firmeza
que esta es la Iglesia verdadera
y que Nuestro Padre Celestial
nos ama infinitamente, en el
nombre de Jesucristo, Amen.”
(Taylor Godoy Jr.). ◼
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Los Consejos de Barrios son la clave para apresurar
la Obra de Salvación en la Estaca ILO Perú
Por Renzo Chama, Estaca Ilo Perú
Testifico de la realidad y existencia de Nuestro Padre Celestial y Su hijo amado, Nuestro
Señor Jesucristo. Si somos humildes y obedientes a sus siervos autorizados, empezaremos a ver milagros y cambios en las vidas de las personas. El trabajo en equipo junto a
los líderes misionales y los misioneros de regla en los consejos de barrio, trae consigo
estas bendiciones. Y este es sólo el inicio de grandes cosas para la Estaca ILO en el
departamento de Moquegua, sur de Perú.
C
uando se recibió la instrucción de
parte de nuestro amado Profeta
Thomas S. Monson de apresurar la
Obra de Salvación, fue algo nuevo:
aprender a trabajar de manera diferente
a través de los consejos de barrio. En la
Estaca Ilo, intentamos y nos esforzamos
por varios meses por ser obedientes
a todas las instrucciones recibidas
de nuestras Autoridades Generales
y líderes locales. Finalmente el jueves
23 de octubre 2014, ILO recibe la visita
de un siervo autorizado del Señor
Jesucristo, el Élder Juan Uceda.
Ese histórico día recibimos una
inyección final de ánimo e inspiración
para ejecutar y avanzar con eficacia
en la Obra. Continuamos trabajando
el tema de la Obra Misional junto a
los misioneros de regla, los misioneros de barrio y contando en cada
unidad con un líder misional maduro,
capaz y digno. Seguimos reforzando
los consejos de barrio eficaces con
capacitaciones directas en barrios
y ramas, obteniendo finalmente
progreso y crecimiento en nuestra
Estaca Ilo.
La única Rama en Ilo,la Rama
Primavera, tenía una asistencia de 60
miembros en la reunión Sacramental.
Este unidad ahora pasó a tener una
asistencia promedio de 120 personas
a la reunión Sacramental. El Barrio
Liberación tenía una asistencia de 90
y ahora tiene 110 y el Barrio Olivar
que tenía una asistencia entre 70–80
personas en promedio ahora tiene
140 personas asistencia en promedio
cada domingo. ◼
Sabias que…
Tiempo previo a la reunión sacramental
Manual 2: Administración de la Iglesia 18.2.2
L
os líderes dan ejemplo de reverencia
durante el tiempo previo a la reunión
sacramental. El obispado y los oradores
deben estar en sus asientos por lo menos
cinco minutos antes de que comience la
reunión. No es un tiempo para conversaciones ni para transmitir mensajes. El
dar un ejemplo de reverencia anima a
P6 L i a h o n a
la congregación a estar espiritualmente
preparada para una experiencia de
adoración.
Se debe enseñar a los miembros a
hacer que el tiempo previo a la reunión
sacramental sea un período de ferviente
meditación a medida que se preparan
espiritualmente para la Santa Cena.
El obispado anima a las familias a llegar
a tiempo y a sentarse juntas. ◼
Los diezmos, muestra
de amor y fe
Renzo Baquerizo A.
Presidente de la Estaca Quito, Ecuador
T
uve la bendición de unirme a la Iglesia a los
doce años. Desde entonces, aprendí lo que
son las leyes del diezmo, el ayuno y las ofrendas
de ayuno. Durante mi juventud en seminarios e
institutos así como en la misión logré saber sin
lugar a dudas que eran principios verdaderos.
Cuando tuve mi primer trabajo y recibí mi primer
sueldo, entonces sin dudarlo empecé a aplicarlos.
Fue allí que llegué a tener un convencimiento y un
testimonio personal de la veracidad de estos principios. Ahora sí lo sabía porque los estaba viviendo.
Desde ese día, en todos estos años al vivir estos
sagrados principios, hemos podido ver la mano misericordiosa del Señor cumpliendo generosamente
sus promesas. No hemos tenido riquezas, pero sí
hemos recibido todo lo que Él ha creído necesario
para nosotros, especialmente Su guía he inspiración para saber cuidar a nuestra familia y administrar los recursos que amorosamente nos da.
Cada mes al ayunar y dar nuestra ofrenda de
ayuno, como familia nos sentimos agradecidos
por la oportunidad que el Señor nos da de mostrarle nuestro amor.
He podido ver claramente que vivir la ley de los
diezmos, el ayuno y las ofrendas de ayuno es un
acto de caridad, esperanza y fe. El cumplimiento
de estas leyes no tiene nada que ver con cuánto
gano o con cuánto dinero tengo. Realmente solo
tiene que ver con cuánto lo amo a Él, cuánto confío en Él, cuán comprometido estoy con Su obra
y cuán dispuesto estoy a seguirlo. Sé que cuando
cumplimos con estos principios todo lo demás se
ve más claro y es más llevadero.
En realidad el vivir fielmente estos principios
es una fuente de fortaleza, seguridad y paz para
nuestras vidas ya que sentimos que estamos en Sus
manos y Él hace que nuestros hijos estén creciendo
con este valor como parte esencial de sus vidas. ◼
Cerca de 900 participan de la
Convención regional JAS 2015
Santa Cruz, Bolivia
L
a verdes colinas del centro
turístico Achira Eco Resort,
—asentado a unos 112 kilómetros de la ciudad de Santa
Cruz de la Sierra—, fueron el
escenario natural en el que 890
jóvenes mayores solteros de 30
años y sus líderes compartieron
una Convención Regional JAS.
Este evento se llevó a cabo del
14 al 17 de febrero, lejos de los
peligros físicos y espirituales
de las tradicionales fiestas del
carnaval boliviano.
Participaron jóvenes de las
misiones, Bolivia Santa Cruz y
Bolivia Santa Cruz Norte. Ellos
compartieron los cuatro días
de la actividad que incluyó:
reuniones dominicales, charlas
fogoneras y una serie de actividades lúdicas. Se constituyó
en una oportunidad para que
los jóvenes solteros interactúen, se conozcan y hermanen,
cumpliendo con el propósito
de la Obra de Salvación, que
implicaba la activación de dos
jóvenes por cada una de las
unidades participantes.
Como parte de las multitudinarias reuniones dominicales, se
escucharon los testimonios de
12 futuros misioneros. Durante
la Escuela dominical, se organizaron espacios para las clases de
futuros élderes, nuevos conversos y las clases de la Sociedad
de Socorro.
Los días lunes y martes, el
detonante de la emoción y algarabía fueron los juegos que se organizaron entre diez grupos para
competir en un ambiente sano
de recreación y hermanamiento.
El lunes por la noche, fue muy
especial debido a la celebración
de la “Fiesta de Blanco” que
tuvo lugar bajo el característico
cielo estrellado del campo. Este
escenario sirvió para la emotiva
declaración y propuesta de matrimonio de uno de los jóvenes,
que arrodillado frente a su novia,
recibió el sí delante de toda la
concurrencia.
Presidió la actividad el
Élder Windsor Balderrama.
Además participaron los
presidentes: Randol Salazar
(Estaca Piraí); Marco Quezada
(Estaca Paraíso); Róger Rojas
(Estaca Cañoto); Franz Moya
(Consejero estaca Equipetrol);
Yadil Bautista (Consejero de
Estaca Bajío); Pdte. Poma
(Consejero Estaca La Merced);
Rolando Mamani (Consejero de
Estaca Piraí); Edson Cárdenas
(Consejero Estaca Montero);
David Rocha (Consejero Estaca
Paraíso); Ricardo Olórtegui
(Consejero Estaca La Pampa) y
cada uno de los líderes de JAS
de las estacas y parejas asignadas JAS, entre otros líderes que
estuvieron pendientes del éxito
de la convención.
J u n i o d e 2 0 1 5 P7
Voces de los participantes
“Fortalecí mi testimonio y mis
ánimos de servir al Señor”
“Asistir a la convención me
ayudó a hacer buenos amigos
y fortalecer tanto mi testimonio
como mis ánimos de servir al
Señor. En ocasiones algunos de
estos amigos nuevos compartieron conmigo sus testimonios sobre la misión. También entendí
lo que es sentir amor al prójimo
al acercarme a otros jóvenes y
conversar con ellos, pese a no
conocerlos. Además, el verlos
ayudando desinteresadamente,
sólo con el objetivo de hacer
que la actividad salga bien, me
llenó de agradecimiento por ser
miembro de esta iglesia donde
puedo estar rodeado de esta
calidad de personas.” (Cristian
Zárate. Barrio Monterrey Estaca Bajío)
“Crecieron los lazos de amistad que
ya tenía y establecí otros nuevos”
Hace casi tres años que no
participaba de una convención de
JAS en mi ciudad. Debo confesar
que ha sido gratificante el estar en
compañía de jóvenes que muchas
veces tienen desafíos, metas y
expectativas similares a las mías
y que a la vez profesan y viven los
mismos principios que yo.
Al recordar los momentos
vividos en la convención vienen
a mi mente las palabras del profeta José Smith, que “la amistad
es uno de los grandes principios
fundamentales del mormonismo”.
Los lazos de amistad que ya tenía
con mis amigos y amigas se han
fortalecido. He podido conocer y
establecer nuevas amistades que
pueden convertirse en eternas,
gracias al magnífico plan de nuestro Padre Celestial. Puedo decir,
sin temor a equivocarme, que el
asistir a la Convención ha sido
una decisión muy acertada y una
bendición en mi vida. (Juan Carlos
recordar principios básicos. Me
ayudó a no perder la visión que
nos brinda el evangelio y que
el mundo trata de difuminar en
nuestras mentes y corazones.
Sentí la comunicación directa
del Señor respondiendo aquellas preguntas del alma que
solo Él conoce en mí. Me dio
el coraje de hacer lo correcto y
de saber que aquellos planes
que tengo ahora que volví de la
misión son los correctos. Entrar
al templo, mantenerme digna,
honrar nuestros convenios es lo
más importante en esta tierra.
También fortaleció mi relación,
primero con Jesucristo, mi familia
y mi futuro esposo. (Rebeca García,
Barrio Campo Rosa. Estaca Bajío).
Gutiérrez, Barrio Monterrey).
“Pude acercarme más al Salvador y
poner metas importantes en mi vida”
“Incrementé mi fe y recordé
principios básicos”
La convención fue una gran
bendición y oportunidad para mí,
porque pude conocer bastantes
jóvenes y entablar nuevas amistades, vivir momentos de mucha
diversión y alegría. También viví
momentos donde sentí bastante
el Espíritu, como durante las charlas fogoneras con nuestros líderes. Viví experiencias espirituales
donde también pude acercarme
más al Salvador y poner metas
importantes en mi vida que serán
transcendentales, tales como el
asistir al sistema educativo de la
iglesia y encontrar una compañera eterna, una buena mujer
virtuosa que engalane mis pensamientos. Fue una actividad muy
edificante que trajo buenos resultados para mí en este tiempo.
Estar en la convención me hizo
recordar al Centro de Capacitación
Misional, por el ambiente que se
vivía. El estar reunida con Santos
de los Ùltimos Días por tres días
fortaleció mi fe y me ayudó a
(Héctor Flores, Barrio Las Misiones
Estaca Piray). ◼
P8 L i a h o n a
Compartiendo
sentimientos.
Las actividades
espirituales
fortalecieron
el testimonio
de los jóvenes.