No juguemos a la ruleta rusa con Puerto Rico

No juguemos a la ruleta rusa con Puerto Rico
Por José Alberto Álvarez Febles
La Estadidad para Puerto Rico, no solo es posible,
sino que a mediano o largo plazo es probable.
Precisamente por ello, es sumamente peligroso
jugar a la ruleta rusa...
-José Enrique Ayoroa Santaliz
¿Qué haríamos si hoy anunciaran que existe de un 5 o un 10 por ciento de
posibilidades de que mañana un tsunami arrasara el área donde vivimos?
¿Ignoraríamos lánguidamente esa “pequeña” posibilidad sin hacer nada por
proteger a nuestra familia? Solo si estuviéramos locos, ¿verdad?
Pues no hagamos con nuestra patria lo que no haríamos con nuestra familia. No
es asunto de miedos sino de cordura.
Desear o promover el triunfo de la estadidad en un plebiscito con la intención de
que Estados Unidos la rechace abriendo por carambola la puerta hacia la
independencia es jugar a la ruleta rusa con Puerto Rico. En la actualidad, más
que nunca antes, esa es una “estrategia” con más rotos que un colador. Nadie es
capaz de predecir los avatares de la política y geopolítica imperialista. Si los
puertorriqueños/as por primera vez en la historia pidiéramos la estadidad,
Estados Unidos podría preferir continuar con el ELA actual, dándole largas al
asunto, o encaminarnos hacia el territorio incorporado y/o la estadidad, pero
pensar que de esa olla imperial pudiera brotar la independencia sería como
poner no una sino cuatro bala en las seis recámaras de un revólver, darle vueltas
al tambor, ponerse el cañón en la sien, encomendarse a Dios o a la suerte y
halar el gatillo: o sea, jugar una versión mucho más peligrosa de la ruleta rusa.
Hay, sin lugar a dudas, una conspiración en marcha para atosigarle la estadidad
a Puerto Rico. Nos lo siguen diciendo los dirigentes del PNP y ya han tenido
logros importantísimos: quedarse con el Supremo y el Tribunal Federal, hundir
más la economía durante el cuatrienio de Fortuño, lograr un voto de rechazo al
ELA, y muchos más. Pierluisi aboga por un plebiscito estadidad sí o no mientras
Ricky Rosselló ha mencionado el Plan Tennessee. En realidad son procesos
complementarios: de ganar la estadidad el plebiscito, Pierluisi podría recurrir al
Plan Tennessee, y Rosselló probablemente necesitaría una victoria en el
plebiscito para instrumentar el Plan Tennessee. ¿Solo 5 o 10% de posibilidad de
éxito? Los por cientos son más altos porque el Plan Tennessee siempre ha
triunfado.
La estadidad sería peor que un gigantesco tsunami para nuestra patria. Un
acontecimiento devastador para nuestra cultura y desarrollo socioeconómico. Sin
embargo, muchos siguen tratando de tapar el cielo con la mano. La impotencia
psicológica ante el futuro es una de las características principales de los hombres
y mujeres colonizados. Es la impotencia de la dependencia.
Percibo que fuerzas importantes en Estados Unidos –ojalá me equivoque de
cuajo- han decidido darle paso al proceso hacia la estadidad. Tal vez la señal
más clara sea la negativa rotunda del gobierno y los “powers that be”
estadounidenses a participar constructivamente en la solución a la gran crisis
fiscal y económica que confrontamos. Actúan como si no tuviera que ver nada
con ellos, como si todo fuera la culpa de las víctimas de su política imperial. Sin
embargo, ellos son los causantes verdaderos de la crisis por mantenernos
consistentemente en un estado de indefensión: son los odiosos responsables de
la deuda odiosa.
Parecería que han tomado el rechazo al Estado Libre Asociado en el último
plebiscito como excusa para darle cauce al proceso anexionista. De ser así, es
posible que no sea necesario que los dirigentes anexionistas de aquí tengan que
recurrir al Plan Tennessee como herramienta de presión al Congreso. ¿Qué
haremos sobre esta creciente amenaza?
¿Seguiremos fantaseando con movimientos nacionales que nazcan del desastre
de hoy como por arte de magia? Seguiremos con la ilusión de que repitiendo lo
mismo echaremos hacia adelante. Como dijo Einstein, "We cannot solve our
problems with the same thinking we used when we created them". Hemos sumido
al independentismo, con la ayuda persistente del imperio, en una profunda crisis
de fragmentación organizativa e ideológica. Necesitamos ponernos de acuerdo
sobre lo más importante, que suele ser lo más difícil. Por ejemplo, no podemos
darnos el lujo de no comenzar a discutir desde ahora las próximas elecciones.
Dejemos atrás las utopías, típicas del pensamiento colonizado incapaz de
enfrentar la realidad, y desnudándonos de imágenes, como escribió Palés,
echémosle una mirada fresca y renovada a la REALIDAD que confrontamos
HOY, incluyendo sus peligros y sus posibilidades. De ahí podremos extraer la
unidad nacional que decimos desear, pero que en la práctica derrotamos. La
unidad nacional saldrá de unir la teoría a la práctica, rectificando la teoría a la luz
de la experiencia.
Las próximas elecciones son un enorme reto. El movimiento nacional
2
indispensable ahora debe ser en contra de los dirigentes anexionistas y su
principal instrumento, el PNP, y a favor de un proyecto de país que enfrente al
proyecto de estado que predomina en la actualidad. Solo podremos forjar un
proyecto de país si lográramos la convergencia entre autonomistas, soberanistas
e independentistas.
Para no recaer en la utopía no tenemos otra alternativa que incluir en ese
proyecto de país medidas políticas para atajar la crisis actual y comenzar a
construir desde HOY paso a paso una economía nacional, componente esencial
de la soberanía y la independencia. He aquí el gran reto: trabajar con la
REALIDAD ACTUAL. Solamente del estudio, el análisis, y la comprensión de esa
realidad de hoy en arroz y habichuelas podremos delinear un camino en arroz y
habichuelas hacia la soberanía y la independencia.
Las elecciones del 2016 serán particularmente importantes porque de ganarlas el
PNP podríamos acabar metidos en un túnel irreversible hacia la estadidad.
Espero que lleguemos a ellas con algún tipo de alianza electoral formal o informal
entre la mayoría de los autonomistas, soberanistas e independentistas y los
protagonistas electorales más cercanos, el PIP y el PPD, que pudiera derrotar al
PNP.
El voto unidad -votar por la independencia y por los candidatos no anexionistas
con posibilidad de triunfo- podría servir de embocadura al tema de las alianzas o
ser uno de los vehículos hacia una alianza electoral en el 2016.
[email protected]
3