EDU01.qxd 31/03/2015 22:33 PÆgina 1 LAS DIVAS QUE ALFREDO ARIAS RESUCITA GOZAN DE BUENA SALUD SOY AÑO 8 N°368 2.4.15 MEMORIAS DE LA GUERRA EL SILENCIO DE LOS INOCENTES DIOS ES NEGRO, AMARGO Y VIENE CON SORPRESA La teóloga argentina Marcella Althaus-Reid (1952-2009), reconocida en el mundo y desconocida aquí, es la autora de La teología indecente, libro clave que inaugura en el mundo la rama queer de la teología y donde cuestiona entre otras cosas: ¿quién fue primero: dios o la gallina?, ¿por qué no un dios gay?, ¿por qué la religón vive obsesionada con la sexualidad? EDU02.qxd 31/03/2015 22:20 PÆgina 1 FOTO: BETO BROTA NI UNA MENOS El 26 de marzo tuvo lugar un maratón de lectura contra el femicidio. texto Gabriela Cabezón Cámara “Mañana/ me vestirán con cenizas al alba,/ me llenarán la boca de flores./ Aprenderé a dormir/en la memoria de un muro,/ en la respiración de un animal que sueña” se escuchó a Alejandra Pizarnik en la voz de Vivi Tellas en Ni una menos, el maratón de lectura contra el femicidio que se realizó el 26 de marzo en la plaza Spivacow. Había algo de familia, de encarnación de conciencia de madre e hija, de dolor de madre y padre por la hija perdida. Tellas leyó junto a su hija Rita como Hinde Pomeraniec con su hija Bianca y Ana Ojeda con su hijito sentado al lado. Adriana Belmonte, la mamá de Lola Chomnalez, leyó un texto de la nena: quería ser trapecista y psicoanalista. Jugaba a armarse un plan de vida. El papá de Wanda Taddei relató su duelo procesado en clave feminista y combativa. Y daban vueltas por ahí las familias queer: madre lesbiana con su hijito, otra con su bebé, otras dos con hija y nieto. Algo de familia que, creo, se extendió a las abuelas y a las tías; se armó linaje de tortas y putos combativos: estuvo Susana Thénon —”¿por qué grita esa mujer?/ ¿por FLOR MONFORT Y MARINA MARIASCH qué grita?/ ¿por qué grita esa mujer?/ andá a saber/ esa mujer ¿por qué grita?/ andá a saber/ mirá qué flores bonitas/ ¿por qué grita?/ jacintos margaritas/ ¿por qué?/ ¿por qué qué?/ ¿por qué grita esa mujer?”—. Estuvo también Néstor Perlongher, María Moreno leyó ese poema enorme, “Cadáveres”, y lo resignificó en el contexto de los femicidios. Y se siguió leyendo. Mucho. Propio y ajeno. Y en la elección cuidadosa, en el amor de ponerse a elegir la palabra justa para leer en una sucesión que tuvo algo de coral, se vio fuerza. Mucha. Las que hablaron de eso más directamente fueron Marta Dillon y Virginia Cano, que leyeron un poemamanifiesto de su autoría. Les dejo un fragmento: “Que la herida alimente nuestra rabia feminista, tortillera, trans, contestataria. Y que la rabia se haga palabra, arma y refugio frente a la hostilidad hetero-cis-normativa. Porque nosotras no queremos ni una menos. Nuestros cuerpos se tensan y cuentan, su historia y su memoria se tejen con otras. Que por acá no se pase más. No queremos ser ni temer ser una más en la lista de las que van a parar a la bolsa de desechos corporales del patriarcado”. G AGENDA FIESTAS RECITALES Fiesta Dorothy. Anfitrionxs: Lefrak, Diego Jazán y Chris Schweizer. Viernes a la medianoche, Alsina 940. Susy Shock. Sexta temporada del Poemario TransPirado junto a invitadxs. Viernes a las 21.30, Casa Brandon, Luis María Drago 236. Whip. Barra libre y dos pistas. Viernes a la medianoche, Amerika Disco, Gascón 1040. 2.SOY.2.4.15 [email protected] PintaBrandon. Música, clown, papel y color junto a Vanina Grossi, Amarella Amarella y Carlos Camacho. En vivo: Juanchi Franzo y los QUIAS. Jueves 9 a las 21.30, Casa Brandon, Luis María Drago 236. Post Overdose. Arte, feria vintage, comida y diseño independiente. En vivo Sathya Sasha, DJ So May. Domingo a las 14, Hipólito Yrigoyen 1388 4b. DANZA Despiertas en Noche Santa. En vivo: Fernanda Martínez, Valeria Cini y More. Viernes a las 21, Despierta Espacio, Av. Federico Lacroze 3578. Los Cuerpos. En la puesta coreográfica dirigida e interpretada por Ramiro Cortez y Federico Fontán dos cuerpos mutan, cambian, se revelan. Domingos de abril a las 19, Casa Nacional del Bicentenario, Riobamba 985. Ciclotilde 7. En vivo: Bife, Nico Canedo, Daiana Leonelli & Nico Núñez, Sol Fantín, Alejandro Berón Díaz. Miércoles a partir de las 21, Casa Brandon, Luis María Drago 236. CURSOS CINE Taller de Teoría Queer. Coordina: Moira Pérez. Empieza el 7 de abril y dura 8 encuentros semanales. Más info en www.tallerdeteoriaqueer.wordpress.com. Los días martes de 20 a 22, TAI, Bulnes y Corrientes. Mes de comedia almodovariana. CM Cinéfilo invita a la proyección de Entre tinieblas, film de 1983 con Marisa Paredes y Carmen Maura. Miércoles a las 21.30, Armenia 1744. Libercine. El Festival Internacional de Cine sobre Diversidad Sexual y Género de Argentina invita a enviar obras audiovisuales para su 7a edición. Hay tiempo hasta el 30 de mayo. Más info: [email protected] TERTULIAS ROSARIO La violencia de género en el derecho penal de CABA. Estará a cargo de la Dra. Claudia Hasanbegovic y se dicta en el marco del Programa Permanente en Género y Derecho, dirigido por las Dras. Diana Maffia y Sandra Fodor. Los días jueves 9, 16, 23 y 30 de abril a las 15.30, en Tacuarí 124 1º “A”. Más datos: www.cfj.gov.ar Ciclo TRAA! (tortas reposteras, arte y amor). Sexta edición del ciclo de arte con temática lésbica. Música y literatura en vivo, pinturas de Gabi Peperina y fotos de Eme Sofia. Sábado a las 23, Espacio Cultural DINAMO, Sarmiento 3096. Género, sexualidades disidentes y nuevos Derechos. Expositorxs: Dra. Dora Barrancos y equipo del Conicet. Lunes a las 14.30, Instituto de Estudios Judiciales, Calle 45 nº 894, e/ 12 y 13, La Plata. CONVOCATORIA Semana non sancta en Chavela. Ni ayunos, ni abstinencia. Jueves: hablemos de aborto. Viernes: Procesión de nuestra señora de la perpetua satisfacción. Sábado: lecturas, performances, muestras, peña y micrófono abierto. Desde las 18, Chavela Bar, Ayacucho 1498. 31/03/2015 20:15 PÆgina 1 LIBROS EDU03.qxd TURBIOS RECUERDOS DE PROVINCIA texto Daniel Gigena Con más de 200.000 ejemplares vendidos en menos de un año y traducido ya a varios idiomas, Para acabar con Eddy Bellegueule (Salamandra), la autobiografía novelada de Edouard Louis (Hallencourt, 1992) se convirtió en un acontecimiento que traspasó las fronteras del ambiente literario francés. Por varios motivos: fue publicada poco después de la para algunos sorpresiva ola homofóbica que levantó el debate de la ley de matrimonio igualitario en Francia; contó con el apoyo del filósofo y ensayista Didier Eribon (autor de Reflexiones sobre la cuestión gay y de un libro de memorias que se vincula con el de Louis, Retour à Reims, donde Eribon relata su infancia como hijo homosexual de una familia obrera), que acompañó a su autor en varias presentaciones públicas, y además porque Louis, un joven de apenas veintidós años, cuenta en ese libro el calvario que padeció por el simple hecho de ser un chico al que le gustaban los chicos en un pueblo del norte de Francia con “poco espacio para la diferencia” y dominado, como en una parábola kafkiana, por una fábrica. El registro de Louis, similar al de un etnógrafo o de un cronista que sufre en carne propia aquello que retrata (la violencia, el racismo, la injuria), mantiene con la literatura una distancia prudente, ya que en su autobiografía —cuyo pacto con la realidad es desde el comienzo alterado por la elección de un nombre ficticio, con resonancias semánticas de fábula popular— la escritura literaria representa casi el punto de llegada de una huida inevitable. “Empecé a leer, aprendí muchas cosas y entendí que un nombre no es sólo un puñado de letras. Un nombre es una historia y, para mí, Eddy Bellegueule significaba maricona, pobre. El cambio de nombre era como reinventarme”, comentó en una entrevista cuando su novela fue traducida al español (sobre este punto, una advertencia: como la escritura de Louis combina el clasicismo austero de un documentalista con la jerga de los habitantes del pueblo, la traducción quizás no puede evitar los “tíos duros”, “la pasma” y los “ándele a éste pártele la jeta”). Dividido en dos partes, Para acabar con Eddy Bellegueule retorna a episodios del pasado, “recuerdos que podrían haber sido insignificantes o triviales”, como se lee, y que con el paso del tiempo y el recurso de la narración adquieren sentido. Sin embargo, ¿son tan triviales el rechazo familiar de los modales femeninos de Eddy, la violencia alcoholizada del padre y del hermano, la justificación por parte de las mujeres del comportamiento masculino, el acoso en la escuela y el filoso efecto de los insultos? En esa toma de distancia del autor respecto de su propio dolor reside una de las claves del éxito de la novela, ya que parece actuar como un tranquilizante para víctimas y victimarios, a su vez víctimas de un difuso sistema social encarnado en la falta de dinero, en una educación deficiente, en el árbol genealógico del maltrato (como se sabe, el que busca justificaciones siempre las encuentra). “Las palabras amanerado y afeminado eran como hojas de navaja que, cuando las oía, me seguían lacerando durante horas y días; las rumiaba y me las repetía a mí mismo. Me repetía que esas personas tenían razón. Tenía la esperanza de cambiar”, cuenta Eddy poco antes de que el deseo (¿o el cuerpo? En la novela pugnan silenciosamente ambas fuerzas cuando él intenta probar suerte con las chicas.) transforme ese afecto triste llamado esperanza en un plan de acción cuyo primer paso será fugarse de la familia, de la escuela, del pueblo y de la lengua del estigma. G 3.SOY.2.4.15 El joven francés Edouard Louis triunfa en el mundo con una autobiografía donde la violencia de género y la homofobia, distribuida en escenas elementales, son las verdaderas protagonistas. EDU04.qxd 31/03/2015 23:14 PÆgina 2 LA CRUZ INVERTIDA Desconocida en su tierra natal y amada en Escocia, donde incluso tras su muerte en 2009 se declaró luto nacional, la teóloga argentina Marcella Althaus-Reid releyó el cristianismo de forma delirante y transversal e inauguró la rama queer de la teología. Esta mirada desviada ha quedado plasmada en su libro más importante y controversial, La teología indecente (2000), que hoy sigue escandalizando en más de un continente. 4.SOY.2.4.15 Texto Dolores Curia Imaginaba un Dios en pollerapantalón y unas teólogas que se levantaran la falda para escribir y se tocaran pensando en EL. Reivindicaba un Cristo bi y una María carnal –no esa sustancia gaseosa, fantasmal–. Una Virgen de Guadalupe como la retratada por la pintora chicana Yolanda López, con piernas fibrosas, zapatillas de correr, que emerge de las viscosidades de una vulva gigante. Marcella Althaus-Reid bromeó, escribió y leyó a contrapelo de manera tal de “quitarle la bombacha a la teología heterosexual”. “Nuestros dioses son queer porque son lo que queremos que sean. No hay definiciones ni modelos finales sino sólo identidades maleables”, escribía. Y si bien fue prácticamente desconocida en éste, su país natal, fue una voz fundamental entre las teólogas feministas a las que les redobló la apuesta fundando la corriente queer. Están quienes se refieren a ella como una pornógrafa y quienes la consideran la Butler de la teología, en la senda de otros pensadores contranatura como Robert Goss –autor de Jesus acted up: A gay and lesbian manifiesto (1993)–, Mary Daly –lesbofeminista y teóloga estadounidense, famosa por proponer un Dios en femenino y por no dejar entrar varones a sus clases en la universidad– o Malcolm Edwards, unos de los pocos filósofos que han indagado en la homosexualización de Dios. La mujer que cayó del cielo Para muchos religiosos y filósofos de aquí, de allá, y sobre todo de la Iglesia Metodista a la que de joven perteneció, y del Instituto Superior Evangélico de Estudios Teológicos al que luego ingresó, Marcella era un escándalo. Sus acotaciones en clase, sus conversaciones de pasillo, lo dicho y lo no dicho de su vida privada. De sus libros (El teólogo sexual, Un Dios queer, Controversias en la teología del cuerpo, entre otros) se ha dicho: “¡pornografía encubierta!” De forma autodidacta Marcella aprendió griego, hebreo, inglés, francés y alemán. Incursionó en el orientalismo y llevó la lógica del desapego a su propio hogar, que, si ya era modesto –un departamento de un monoblock lindante con la Panamericana–, se volvió espartano: nada más que mate, algún paquete de cigarrillos y libros de pared a pared. Su casa fue un mitin permanente de amigos a los que Marcella alentaba a continuar con sus historias de amor, para entonces pecaminosas. En ese momento ella estaba en pareja o sólo convivía –nunca fue de dar explicaciones– con un joven gay. En sus palabras: “En la época de la dictadura yo era indecente, había decidido no casarme, vivir a mi aire y amar a un gay”. A mediados de los ’80, se fue a Europa del brazo de este chico, del que se despidió en España. Después, Marcella vivió en Londres y, más tarde, en Escocia. Ahí pasó un tiempo en una comunidad de monjes, trabajó cama adentro limpiando casas y empezó un pos- grado con un cheque que fue un préstamo de una de sus empleadoras. Entró a la Universidad de Edimburgo y se convirtió en la única mujer profesora de teología de una universidad escocesa y la primera mujer profesora de teología en los 160 años de historia de su universidad. Viajó por el mundo dando seminarios y vivió historias poliamorosas. Si le preguntaban, declaraba ser bisexual y queer, y terminó casándose con un varón hétero. Cuando Marcella murió, en 2009, a los cincuenta y siete años, en Escocia se declaró un luto nacional. En Argentina, casi nadie se enteró porque casi nadie sabía de su existencia. Parte de mi religión A finales de los ’90 Marcella empezó un ejercicio de escritura delirante. Y a esos manuscritos los puso a circular entre sus amigos, que fueron pidiendo más. Tan buena repercusión tuvo su modo irreverente de hablar de religión –humorística y culta, con citas que van de Audre Lorde y Adrienne Rich a manuales umbanda–, que lo que empezó como juego terminó en un libro, Indecent Theology, lanzado en Reino Unido en el año 2000. En 2005, la editorial española Bellaterra lo tradujo, pero nunca se editó en este país, ni en ningún otro de Latinoamérica. En ese libro fundacional hablaba de la necesidad de traer a primer plano aquello que la religión siempre ha mantenido en las sombras. Fue rastreando las metáforas sexuales que las santas escrituras disimulan detrás de una virgen, EDU04.qxd 31/03/2015 23:15 PÆgina 3 “Sospecho que una de las razones por las que María no pueda ser representada vestida como una mujer común es que semejante imagen nos confrontaría con su historia sexual, y la de los que la rodean.” una paloma o un ángel y reviviéndolas con toques de inventiva y humor. Puso a dialogar y a coquetear la teología de la liberación con la teoría queer. Para alcanzar una teología sin exclusiones, que no metiera lo raro y lo sexuado debajo de la alfombra: “Es interesante que un Dios eterno solo nos ofrezca un caso registrado de sexo procreador en la historia. ¿Debemos suponer que el resto de sus placenteras actividades solitarias no eran de ese carácter? ¿De dónde sacan las iglesias la idea de que el sexo es divinamente aprobado sólo cuando es con fines de procreación?”. El impacto de su teología llevó a que la American Academy of Religion, la mayor organización que reúne a estudiosos religiosos, formara en 2001 un panel para responder a su libro Indecent Theology. Hay seguidores suyos en casi todos los continentes. En el mundo asiático, Miak Siew, Yuen-Mei Wong, June-Hee Yoon. Han sido influidos por ella teólogos afrodescendientes como Kevin Ward, Kenneth Hamilton. En el mundo anglosajón, Lisa Isherwood, Robert Goss, Ken Stone. “Después de Marcella es casi imposible hacer teología sin tomar en cuenta la sexualidad. Su legado no fue intentar ‘legitimar’ la disidencia sexual, arrimar una silla más a una mesa manejada por estructuras de poder que antojadizamente le puedan dar o no un lugar a la diversidad, sino denunciar que toda experiencia religiosa está íntimamente relacionada con la sexualidad. Su influencia se ha extendido más allá del cristianismo, el Islam, el judaísmo, el budismo y el neopaganismo. En América latina estamos formando una red de teólogxs queer que nuclee a quienes están recogiendo su guante”, explica Hugo Córdova Quero, que fue su amigo, colega y ahora es profesor de la Universidad Graduate Theological Union, en Berkeley. Marcella vivió en Argentina durante la dictadura y la dialéctica –patriarcal, clerical, militarista– y entre lo decente y lo indecente marcó a su generación. En la casa, en la escuela y en el diario la decencia era un paquete de autorizaciones y censuras que lo regulaban todo: “Si todo eso es lo decente, yo no quiero incluirme ahí. Quiero quedarme en el margen reclamando un dios marginal. Soy indecente, gracias a Dios”. ¿Por qué necesitó Dios a una mujer para procrear? ¿Y qué si se hubiera dirigido a José para proponerle la cópula divina? ¿Y si Dios tuviera vagina? Ese tipo de cosas se preguntaba Marcella. “Son demasiadas las posiciones sexuales que hasta ahora la teología vainilla no ha considerado”, se quejaba. Concebía un Dios comodín, a imagen y semejanza de nadie en particular. “El Dios queer es un dios inacabado. En proceso, ambiguo, que nunca terminamos de conocer porque, cuando pretendemos abarcarlo, escapa, hay más. No quiero un Dios del centro hegemónico, un rey que te viene a ver a la villa, te da la mano y te dice: ‘Yo soy Dios, tengo un reino y soy tan bueno que te vengo a visitar’. Hablo de un Dios bi, que está en el medio, que ama la diferencia, que abre su armario y divierte a sus amigos con ocurrencias como: ‘Ahora soy Marlene Dietrich’.” ¿Cómo tan poca gente –se preguntaba Marcella– ha imaginado un dios gay, lesbiana, travesti? “Jesús prefería los discípulos, amados discípulos, y a un Lázaro tan próximo a él, al punto de que niega infantilmente su muerte. ¿Por qué no un Dios marica? El hecho de que no sepamos nada de la identidad sexual de los personajes de la Biblia los libera. Decir ‘Dios es marica’, es proclamar no sólo una identidad que ha sido marginada y ridiculizada, sino una epistemología diferente y apropiarse positivamente de una voz que ha sido usada para despreciar a los otros.” Lo curioso es que el dogma cristiano está saturado de funciones y tensiones corporales (“inseminación artificial y el nacimiento de Jesús-Dios, control de la sexualidad, tortura, hambre, retorno del muerto en la resurrección”). Pero el cuerpo es para el dogma una presencia ausente. Marcella proponía un cristianismo que incorporara las corporalidades concretas. “La teología es el arte incoherente de meterse en la cama con Dios aunque evitando el sexo pleno. Después de todo, es lo primero que la fe cristiana nos enseña: que el comienzo de la rela- 5.SOY.2.4.15 “Guadalupe caminando” (Yolanda López, 1978) EDU04.qxd 31/03/2015 23:15 PÆgina 4 Perpetua y Felicidad, una de las imágenes creadas por el franciscano Robert Letz, veneradas por algunxs desde adentro y afuera de la Iglesia como las santas patronas de las parejas del mismo sexo. ción entre Dios encarnado y la humanidad se encuentra en la metáfora de encamarse con él (por primera y única vez) y sin preservativo. Así fue la experiencia de María. Si la primera Eva era fetichista de las serpientes, la segunda optó por el sexo desprotegido con un dios-nube. Las metáforas sexuales religiosas son caóticas, imprevisibles, inmorales. Por eso nos gustan tanto.” 6.SOY.2.4.15 Indecentes antecedentes Como ancestros populares desde donde indecentizar el credo, Marcella señala en el árbol genealógico criollo a la Santa Librada, o Liberada, y La Difunta Correa. Librada es una Cristo mujer con larga melena rubia y un estilo símil Virgen María pero crucificada. Es “la divina figura travesti de los pobres”. A veces tiene tetas y tocado. Otras, parece más bien un duende andrógino o un Jesús con collares y cintura ceñida. Buscada por partida doble: es de las más demandadas en las santerías y es también la protectora de los fuera de la ley, de los pungas y de aquellos que escapan de la pobreza o de la policía. La biografía de La Difunta Correa tampoco es estática sino una convivencia de versiones contradictorias. La leyenda dice que fue amante de un hombre reclutado a la fuerza hacia 1840, durante las guerras entre unitarios y federales. El murió y ella se escondió en el monte con un bebé, al que milagrosamente siguió amamantando después de muerta. Sólo en el punto de la divina leche hay consenso. Luego, La Difunta Correa, patrona de los camioneros, los viajeros y los fluidos corpora- les, es lo que cada uno quiera que sea. Pero siempre es representada como una figura que lleva al aire sus tremendos pechos. En síntesis, dice Marcella: “Como no parece que hayamos presentado suficientes ideas de liberación en María, la gente indecente se las inventa”. dos. El cuerpo flagelante, además, queda tironeado según la pauta religiosa de la época: como práctica sublimadora para acercarse a EL o como vicio. “Tomemos la historia de la concepción virginal –escribía Marcella–. No aparecen órganos sexuales en la narración, sino más bien la cosificación de órganos sexuales en el Espíritu Santo que descendió sobre María. Pero no Curas en cueros En su niñez Marcella mamó en casa la épica sabemos sobre qué se produjo el descenreligiosa que borra el goce y reescribe dolor: so: ¿su vagina?, ¿su vientre?, ¿su cora“El dormitorio de mi abuela era oscuro, ilumi- zón? Entre esto y que alguien se haga un nado con velas a la Virgen María, cuyo cora- traje de cuero o botas altas con cordones zón estaba atravesado por siete espadas y, a para hacer de ellos guardianes de sus deseos no hay conceptualmente mucha su lado, la imagen crucificada de un Cristo diferencia. La epistemología fetichista es la que se desangraba. Leyendo historias de vidas de santos ensayaba de pequeña algu- misma.” Pero vale la aclaración: “Aun con estos puntos en común, que tal vez explinas formas de castigo corporal. En secreto quen por qué tanta gente de ferviente base evitaba ponerle azúcar al té, me privaba de mis juguetes y rechazaba ponerme un suéter cristiana se tiente alguna vez con la escena del cuero y el BDSM para conocer la por más frío que hiciera en la calle”. pasión y el sufrimiento de Cristo, el deseo “Una vez católico, siempre perv, se dice por ahí. Nada hay más parecido al hábito de una de azotes no es lo mismo que experimentar el látigo de Dios Padre. Hay demasiado monja que un atuendo felino de goma”, para desarrollar sobre sexo y castigo en la escribía Julia Collings en la revista BDSM teología dogmática que opera estrechaSkin Two llamando la atención, al igual que Marcella Althaus-Reid lo hizo en sus escritos, mente vinculado a ideologías políticas de sobre los puntos de contacto entre sadoma- sumisión económica”. soquismo e imaginería cristiana. Más que exclusión, entre religión y el BDSM Marcella Malaventuradas las mansas vio connivencia. Y para eso cita como defini- Para el dogma, escribe Marcella en La teoción de fetichismo la acción de “ver en un logía indecente, las mujeres que quieran objeto inanimado o una parte específica del adorar a la Virgen tendrán que pasar por cuerpo, fuera de los órganos sexuales, una “una clitoridectomía espiritual, mutilar su fuente de satisfacción sexual. El fetiche, algo sensualidad para identificarse con María y animado e inanimado al mismo tiempo”. Si el jamás cuestionar el orden político y social”. fetichismo es el reino de lo inanimado anima- La paradoja: “Las mujeres pobres son rarado, el cristianismo también se ajusta a esa mente vírgenes. En Latinoamérica las jóvedefinición: es un contario de relatos de muer- nes de mi generación alcanzamos la tos vivientes, resurrecciones y objetos sagra- pubertad tras hacernos expertas en evitar a PÆgina 5 “Es interesante que un Dios eterno solo nos ofrezca un caso de sexo procreador en la historia. ¿Debemos suponer que el resto de sus placenteras actividades solitarias no eran de ese carácter? ¿De dónde sacan las iglesias que el sexo es divinamente aprobado sólo cuando es para procrear?” Santa Librada o Santa Wilgefortis los hombres que se masturbaban y eyaculaban encima nuestro en el transporte público. Esquivando o padeciendo los ataques sexuales de los propios hombres cristianos de nuestras familias, ahí, muy cerca de la estampita de la Virgen, la tele y las flores de plástico. Indecentamiento de María: su virginidad es lo primero que debe descartarse. Sospecho que una de las razones por las que María no pueda ser representada vestida como una mujer común es que semejante imagen nos confrontaría con su historia sexual, y la de los que la rodean”. Las travas, las ruteras, las vendedoras ambulantes, las empleadas domésticas parecen ser para Marcella sus descamisadas, interlocutoras ideales, porque fue “una de ellas, una mujer pobre, cruzando por calle del barro de noche al volver del trabajo. Y soy lo suficientemente indecente para reflexionar con honradez teológica sobre la pugna económica, las imágenes de Dios y el fluir de los deseos sexuales”. Se formó en el liberacionismo pero para ponerlo en cuestión: “Los curas del Tercer Mundo fueron perseguidos y asesinados en tiempos dictatoriales. Estaban a la vanguardia de la resistencia. Pero seguía siendo un movimiento de un Dios Machista. De los pobres, sí. Antiimperialista, también. Pero machista y homofóbico”. La inversión de roles, jerarquías sexuales e identidades era demasiado también para curas de la liberación: “Si los barriobajeros marchan en procesión llevando una estatua de la Virgen María, es una opción para los pobres. Cuando esos mismos se montan para un carnaval centrado en un Cristo reinona y una María Magdalena que le lame las heri- das mientras le canta coplas de crítica política, ésa deja de ser una opción divina”. La realidad de las mujeres y la de la diversidad no estuvo en agenda de los teólogos. Tampoco en la de los de la liberación, que retrataban a los pobres “como en cualquier narración moralizante victoriana: asexuados y merecidamente pobres”. Y a las mujeres en particular a través del “discurso de ‘la pobre madre’, ‘pobre pero fuerte mujer cristiana’. Sin embargo, las mujeres pobres e ignorantes, como yo misma lo he sido, también abrigamos deseos”. Marcella Althaus-Reid era una teóloga a favor del derecho al aborto: “La Iglesia Católica tiene un problema con la definición de la vida: tiene que ver con el feto, pero no con las mujeres que mueren en camillas de aborto. Tiene un concepto de vida extraña y selectiva. Es misógino. La mujer es el enemigo, es la tentación de caer. La Iglesia dice que el aborto no se discute porque Dios lo dijo. ¿Dios dijo qué cosa? Dios no dijo nada. El debate del aborto no le incumbe a la Iglesia, tiene que darse en la esfera de los derechos humanos. Siempre estoy en contra de aquellos discursos que hablan de cómo la mujer tiene más sensibilidad, se preocupa más por otras personas. Yo no lo hago. ¡Seré un desastre, no me preocupo por nadie!” Sí se preocupó por estudiar. Tres años de insistencia le llevó ser admitida en el principal seminario teológico liberacionista de Buenos Aires y una vez adentro “amenazaban con expulsarme a menos que conviniera en leer sólo sobre algunos temas, no para una licenciatura, sino para ser ‘una mejor maestra dominical’”.G ¿ESTAMOS TENIENDO SEXO O NO? ¿Cómo distinguir entre lo que es sexo de lo que no lo es? La definición patriarcal se vincula con el sexo penetrativo, pero éste no está necesariamente unido con la idea de “tener una relación”. Sus combinaciones son múltiples y a veces alcanzan proporciones fantásticas. ¿Cuándo es lujurioso deseo y cuándo relación? ¿Fue amor devoto el encuentro sexual de María con Dios o lance de una noche con un desconocido? ¿Había alguien más en sus respectivas vidas en ese momento? ¿Le hizo ella a Dios una felación? ¿Es ésta una relación sexual o no? ¿Cuenta como amor una dedicada masturbación recíproca? El pensamiento heterosexual divide y subdivide lo que es sexo y sensualidad, y lo que es amor y dedicación, cuando en la realidad las cosas no cuadran fácilmente en estas categorías. En su ensayo Are we having sex now?, la autora atea norteamericana Greta Christina nos enfrenta con el problema de tener que determinar qué cuenta como sexo y qué no. Describe cuán fascinada se ha sentido desde su juventud el contar el número de personas con las que ha tenido sexo. Al principio encontró divertida la experiencia. Del uno al diez, ningún problema. Llegando al número diecisiete empezó a marearse. Luego, el recuento se hizo cada vez más difícil. Ya no era capaz de discernir con tanta claridad si el sexo debía constar como tal cuando, por ejemplo, no había penetración, o ella y su amante conservaban la ropa, o en juegos de prendas con restricción sexual (sin implicar a los genitales) y según fuera la persona con la que practicaba. ¿Una abuela heterosexual? ¿Una lesbiana y una travesti? Las combinaciones son múltiples y complejas. Podemos preguntarnos cómo contamos quién tiene sexo con quién en el Nuevo Testamento, aunque probablemente lleguemos a la conclusión de que el recuento es justamente parte de otra estrategia heterosexual. Fragmento de La teología indecente (Bellaterra, 2005) FOTO: SEBASTIAN FREIRE 23:15 TAPA: ALEJANDRO ROS 31/03/2015 7.SOY.2.4.15 EDU04.qxd EDU08.qxd 31/03/2015 20:18 PÆgina 1 SOY abierto a la ficción Aurora Venturini, autora, entre otras obras, de Las primas (ganadora del Premio Nueva Novela Páginal12 2007), envía un relato inédito escrito especialmente con su cabeza puesta en SOY EL FRUSTRO AMOR DE GENARO GENNARESI CON MARÍA AURELIA 8.SOY.2.4.15 E ra Genaro un napolitano millonario que vivía en un barrio privilegiado de La Plata, en una casona divina con varios camareros diligentes uniformados de maestranza pero muy elegantes. Hete aquí que el millonario casado con una milanesa estaba solo. La milanesa había viajado a Milán; él permanecía en cama, herido de amor... —No estoy enfermo, Aurora, estoy muerto de amor... —¿Quién fue la hereje? —La María Aurelia... Amo a esa mujer... La quiero para mí solo... A mi edad... 75, Aurora, casi 76. Mi esposa 65 y es bella, mas la pasión terminó y no hay fuego, hay costumbre. Los dos igual. A Silvana le alivia viajar sin mí y a mí me gusta estar solo. —Genaro, ¿por qué se frustró el aparente romance con María Aurelia? —¿Aparente?, ¡no en cuanto a mi sentir!, de ella no sé. Empezó a desgranar su historial dulce y amargo. Algo tremendo que había empezado en primavera napolitana. Genaro Gennaresi por naturaleza dadivosa fue mecenas de plásticos e instituyó un premio nada despreciable en dólares a la pintura y a la escultura sobresalientes cuyo autor optara. La cruel María Aurelia, pintora platense, optó. María Aurelia se presentaba en Buenos Aires en salones excéntricos de Barrio Norte y diarios importantes elogiaban sus cuadros, columnas, columnas los elogiaban; a ella la motejaron María Aurelia al Cotorrazo Limpio. Sin arredrarse ni protestar, guardaba en su enorme pecho odio sin par. Era monumental de casi dos metros fuerte y fornida, musculosa estilo boxeador (algunos másculos la prefieren así) care- cía de encanto femenil dulzón y quebradizo. Hija única. La mamá contó que nació con cinco kilos. Cómo le habrá quedado la acobardada cotorra a la doña. La doña muy delgada y petisita; don Aurelio, pater familias, el tipo de dueño infeliz y tenue a que la hija única dominó desde la cuna, mostraba decaimiento y fatiga. Significaban los dueños dos guiñapos y la hija una gigantona. Habitaban un caserón céntrico que con las lluvias, los vientos, los escandalosos solazos, se había arruinado hasta la desolación. La mamá, ama de casa, ayudada por dos mucamas a que les daba pieza de servicio y comida a cambio de trabajos y cocina, ofrecía jueves de reunión a la hora del té con otras damas de la sociedad. Durante los convites hablaban del servicio doméstico, de la muchacha (la sirvienta), frunciendo los labios en señal de distinción. El marido trabajaba en la administración como empleado del Jockey Club. María Aurelia cuando quería molestar a una amiga o conocida que llevara una pulsera, por ejemplo: —Qué bonita pulsera... La amiga o conocida: —Me la regaló mi madrina. María Aurelia: —¿Sabés dónde la compró?, porque desearía regalarle una igual a mi sirvienta. Advertida de esa continua manera de menospreciar a la amiga o a la conocida, siendo psicóloga, descubrí en la gigantona fijación por humillar a la gente. Averigüé la prosapia de los progenitores y supe, compensándome al cabo, que el papá era hijo de la sirvienta de una familia copetuda de Buenos Aires con el niño de cuarenta años, que lo reconoció aunque jamás se casaría con la muchacha de nivel embarrado. Los complejos así se comprueban. La mamá procedía de pseudorricachones y pseudoaristócratas. Volvamos al dormitorio divino del palacete de Genaro Gennaresi, él, cuyos ojos azules brillaban la lágrima de una mirada. Estaba seguro de amar a esa esquiva dama grandota. Le rogué que desembuchara para aliviarse. Lo hizo. Invitó a María Aurelia Gran Cotorra a Nápoles, en primera clase, a la Italia; ella, coqueteando su inmensidad, aceptó. Con apenada expresión el enamorado me confesó: durmió en el viaje... y roncaba. Ya en Surriento, decía el cuitado, fueron al hotel lujoso que lleva el nombre de la ciudad, sólo para acicalarse. Después irían a cenar. Arribaron a las 20 horas, 16 en nuestro país. El restaurante del centro capitolino pintoresco con personal refinado y cangrejos vivos en una lagunilla para que los clientes elijan el que despierte sus angurrias. El cocinero lo echará en agua hirviendo; en un plato lo adereza con ostras y otros frutos de mar y lo traerá a la mesa, y así como cangrejos hay caracoles, anguilas, pulpos y pulpitos, uvas arracimadas y vino Chianti Lacrima Christi. La vajilla imperiosamente regia. —Noté la sorpresa admirativa de ella y me sentí al principio ilusionado, ferviente imaginando otro banquete e intimidad. Ella comparó el servicio de mesa del hotel con las reuniones en casa de su familia. No contesté porque invitado por Don Aurelio cené en su casa pollo hervido con papas y Coca-Cola y el oferente aprovechó la situación solicitándome dinero, pues tenía un apriete bancario. Proseguía la confesión del enamorado: —Habíame sacado auto nuevo; es extraordinario como un transatlántico de lujo, es un palacio con ruedas. 31/03/2015 20:18 PÆgina 2 Aclaró que lo dejaba en Nápoles, ya que acá usaba cualquiera de los tres que adquiriera por una ganga. Los amables y pacientes lectores imaginarán, y no se equivocan, que el interés de María Aurelia crecía desmedidamente como el fervor de Genaro. Finalizada la cena partieron en dirección al palacete propiedad de la familia Gennaresi. Un criado de librea abrió el portalón, entró el transatlántico, bajó el dueño y dio la mano a la dama inmensa. Cada cual cambió el atuendo de noche por el de reposo. Luego de somera inmersión refrescante el enamorado, su corpachón aún vigoroso, su pene inquieto, sus pies tratados en la mejor podología, calzó el piyama de seda china motivados con dibujos eróticos de un pintor chino. Ocupó el lado varonil del lecho de pura broncería antigua, sábana de seda italiana, música de Pergolesi. —La esperaba con fervor a ella que aún tardaba... Ah... le donne. Apareció en el marco artesanado del dormitorio, desnuda con la luna llena iluminándolo, quedé petrificado a la expectativa de poder estrecharla entre mis brazos hartos de soledad y angustia. Ella se recostó majestuosamente; advertí que portaba algo así como un sobre dorado. Genaro Gennaresi descansa. Lo veo agobiado. Corren cinco minutos de silencio. Llueve afuera en el paisaje urbano de esta zona céntrica platense. El reloj de péndulo suena las 21 horas. Genaro Gennaresi revive una escena terrible. —Terrible, Aurora, lo que sigue me causará la muerte; moriré por eso, fue demasiado... Yo amo a la María Aurelia a pesar de todo. —Le ruego se tranquilice y me cuente atendiendo, además de mi calidad de amiga, que soy psicóloga de la escuela de Lacan. Responde que antes necesita beber champagne y con la campanilla llama al camarero que acude y cumple. Yo acompaño con mi copa de champagne y el clima se acidula. —Ella ¡mamma mia! me acarició los párpados. “Cierre los ojitos”, dijo. Los cerré. Noté que corrió el cierre del sobre dorado y que accionaba... Aurora, ¡mamma mia! Se puso un cinturete con un pene rojo que se movía igual a los penes humanos; con voz de mando ordenó: “Date vuelta”. Puse los pies en el piso y huí... Tuve miedo. María Aurelia ya no era la dama hermosa que me enardeció sino un capitán de Carabinieri frente a la tropa. Le aconsejé que se tranquilizara, ya no tenía veinte años. Serví dos copas de champagne. Bebimos. Afuera la lluvia arreciaba. El napolitano aparentaba ser un navegante perdido en la bahía de Santa Lucia. El camarero entró portando una picada. Ofrecí brindar por olvido, olvido que fructificaría en recuerdo jocoso, anecdótico para relatar entre amigos. —Ya pasó, Genaro. Punto final al mal trago y a otra cosa. —Lo peor es que no puedo alejar a la María Aurelia de mi pensamiento... Vuelve... Vuelve... Insiste. —Usted insiste, ella es el ayer, lo ya vivido. Usted no debe estacionar en ese sitio napolitano. Surriento es una ciudad que merece ser recordada amablemente deseando regresar. —Yo amo cada minuto más a la María Aurelia. Me duele la testa, Aurora. Voy a morir de amor frustrado. En realidad la frustrada fue María Aurelia, que había regresado a La Plata temerosa de que Genaro cuente la aventura. La enorme dama-mole, dueña de la gran cotorra, por cierto no era prejuiciosa. Mas no aceptaba la decadencia y relataba sus conquistas. Con Gennaresi, fracasó. La inmensa mole visitaba a menudo la isla de Lesbos; preciosa ínsula greca frente a Turquía de donde le llegan sones de Eros y de Venus a cuyas finezas trata de corresponder la Gran Cotorra. Había entre las lesbias una vieja erótica musicóloga, que emparejaba con ella. Planeaban casarse igualitariamente pero la platense llevaba con lentitud la consumación del hecho por aquello del pene rojo que asustó a Genaro Gennaresi. Prefería los firuletes másculos a los féminos sáficos. Safo de Lesbos, en realidad, desempeñaba papel de institutriz de jóvenes casadas a las que iniciaba en poses y demás requerimientos para que el matrimonio resultara duradero y él cada noche sintiera curiosidad por lo novedoso que ella le ofreciera en el lecho de rosas. La fama en contra de Safo, difundida por los puritanos en el mundo entero, se debe a las prácticas del Instituto de Amor de la dama lésbica. En esas ocasiones ella tomaba dos personalidades: tanto la de él como la de ella. Dejé a mi doliente amigo asistido por su camarero, creo, menos desolado. Volví a verlo en la calle 7 y 50 una mañana invernal y me invitó a desayunar en La Paris. Estaba melancólico. Bebimos café con leche y medialunas. Evitó referirse al tema abrupto. Atribuí su angustia al olvido o al hecho de acceder a la proposición de María Aurelia y sufrir al sentarse con el traste hecho tiras. De pronto fijó en mí sus ojos diciendo: —Debí haber dado el primer premio de pintura a la María Aurelia y no hubiera pasado nada. Empezó a llover en la ciudad. La calle 7 y 49 brillaba bajo el agua. G 9.SOY.2.4.15 PAUL KOOIKER EDU08.qxd EDU10.qxd 31/03/2015 23:16 PÆgina 1 TEATRO X 2 Alfredo Arias vuelve a explorar, y esta vez por partida doble, el misterio que es el peronismo para argentinos y extranjeros. Y como siempre, lo aborda desde los tópicos de las diversidades sexuales y desde la perspectiva de género. Con su actriz fetiche, Alejandra Radano, estrena Deshonrada, sobre la diva del cine Fanny Navarro, proscripta tras la caída del peronismo, y Comedia Repostera, sobre la figura de Doña Petrona C. de Gandulfo, quien tanto nos dio de comer en tiempos de abundancia e ingredientes a gusto. COCINERA Y COCINADA 10.SOY.2.4.15 Texto Adrián Melo foto Sebastián Freire Como fenómeno histórico prevalente de los últimos setenta años y debido a su permanencia y reconocida complejidad, el peronismo tuvo el privilegio de ser objeto de múltiples y a menudo polémicas interpretaciones. A su vez, como una obsesión relacionada no sólo con la historia y la política argentina sino también con los sentires de la infancia y la adolescencia y las formas en que condicionó sus maneras de vivir su sexualidad, Alfredo Arias siempre ha vuelto a él desde que el 2 de marzo de 1970 estrenara en el teatro L’Epée de Bois Eva Perón, de Copi, y tuviera que sufrir las consecuencias de una obra escandalosa y mal comprendida, pero que sin duda expresaba ciertos imaginarios sociales que la época construía sobre Eva Perón. En ella Copi narraba los últimos días de Eva en su lecho de muerte y le hacía denunciar que su cáncer era fabricado, un ardid de Perón para quitarla del medio porque ella había llegado demasiado lejos. “Cuando iba a las villas miserias y distribuía fajos de billetes y dejaba todo, mis joyas y mi auto, y hasta mi vestido, y me volvía como una loca, desnuda, en taxi mostrando el culo por la ventanilla, me lo permitieron”, reprocha una Eva furiosa a la cual ahora pretenden alejar del poder político. Como se ha narrado innumerables veces, creyendo que la ficción teatral de Copi profanaba la figura de Evita, a mediados de marzo un grupo de enmascarados golpeó al actor Facundo Bó, que interpretaba a Eva Perón, y al resto de los actores, destrozó los decorados e hizo estallar una bomba en el teatro. Como si no hubiera escarmentado y redoblando la apuesta en un triple papel de dramaturgo, director y actor, en Tatuaje (2010) Arias narraba un encuentro imaginario entre Eva y el cantante español Miguel de Molina. Acá la Eva hada de los libros de lectura del peronismo –pero también la altanera que describieron los gorilas– le ofrece al exiliado Miguelito un País de Maravillas donde el artista pueda lucir sus trajes y vestidos, tener sus levantes callejeros y enamorarse sin que lo apaleen por ser homosexual. La obra mezclaba en un mismo escenario a Conchita Piquer interpretando “Tatuaje” (una canción que narra un encuentro amoroso fugaz entre una mujer y un marinero tatuado que fue apropiado por el mundo gay y por las travestis españolas), a Eva, a Miguel de Molina, a una burguesa encaprichada sexualmente con Molina, al mundo revisteril, a elementos autobiográficos del propio Alfredo y un universo kitsch en donde se confunden lo real y lo ficticio. Marcada en la frente Estos tópicos retornan resignificados en Deshonrada, en la única y febril escena de la obra: el interrogatorio policial llevado a cabo por el violento y paradójicamente llamado Capitán Gandhi (excelente interpre- tación de Marcos Montes), un militar de la autodenominada Revolución Libertadora encargado de investigar los delitos de la “tiranía” a Fanny Navarro, la actriz diva paradigmática del cine propagandístico peronista, amiga íntima de Eva Perón y amante de Juan Duarte. Según el brillante texto de Gonzalo Demaría, la mujer es arrancada de su cama a las tres de la mañana para declarar por un delito que no conoce. De ese encuentro entre el loco fanático de la “fusiladora” y la otrora estrella devenida ahora en ex actriz del Régimen, Fanny saldrá loca, deshonrada, marcada en la frente para ser escupida en la calle por el público y colegas muchos de los cuales antes solían adorarla. La prolongación de la pesadilla de Fanny puede ser leída sin duda como la gran pesadilla de un gay de la época: caer en la indagatoria policial debido a los amores prohibidos (el amor desmesurado que la Fanny de la obra tiene para con Juan Duarte) para ser convertido en un maldito de la sociedad. Pasión por el cine Arias amalgama en la figura de Fanny Navarro el amor que algunos gays y lesbianas sentimos por las divas y por el cine argentino, y homenajea el universo kitsch a la manera de Manuel Puig. Las respuestas de Fanny al capitán se confunden con los diálogos de los personajes que la actriz interpretaba en sus días de gloria. Nuevamente se confunde realidad con ficción desnudando el papel de la ficción en 23:17 PÆgina 2 la construcción de las vidas privadas y el papel de la ficción en la política (los mecanismos de la política como teatro, como puesta en escena que desnudara Karl Marx en El 18 Brumario de Luis Bonaparte). La intertextualidad, el diálogo permanente que la obra establece con el cine argentino de los años cuarenta y cincuenta aparecen ya desde el título, que alude a Deshonra (Daniel Tinayre, 1952), no quizá casualmente una de las primeras películas que pone en escena amores lésbicos, aunque éstos, mal no sea, se sucedan en la cárcel. A su vez, el lenguaje melodramático del cine, los boleros y los tangos (interpretados magnífica y emotivamente por Alejandra Radano en una actuación que no se puede calificar de menos que extraordinaria) que impregnan la obra teatral se confunden con el lenguaje de los discursos peronistas más emotivos que sin duda abrevan en el mundo de la radiofonía, la cinematografía y la música y la cultura popular. Radano logra captar la dicción y la estética de las divas del teléfono blanco y transmitir una emoción cinematográfica en sus canciones. “Vi por supuesto todas las películas de Fanny –declara Radano–, pero no me gustaron particularmente, salvo Deshonra, porque me encanta Daniel Tinayre. Y no por el tinte propagandístico presente en sus películas, como Marihuana (Klimovsky, 1950), sino porque prefiero a otras divas y otras películas que me resultan más bellas. Entonces lo compuse a través de Fanny, pero también a través de Eva Perón, de Zully Moreno, de otras divas y de un cine y también de un lenguaje político lleno de preciosismo. Lo que rescato principalmente de los discursos políticos de la época es la belleza de las palabras. Yo no creo en el hombre político, pero sí me interesa el aspecto estético del peronismo y del cine de la época. Igual la obra me obligó a leer sobre el peronismo, una materia pendiente y por supuesto fue esencial pasar por la detallada y documentada biografía de César Maranghello y Andrés Insaurralde, Fanny Navarro o un melodrama argentino”. Una vida de película La vida de Fanny fue sin duda melodramática, con el brillante apogeo y la brutal caída de su carrera y sus amores hasta su muerte miserable a los 51 años, entre humillaciones, pastillas y frecuentes intentos de suicidio. La vida de Eva tiene ribetes melodramáticos desde sus orígenes humildes hasta el cenit del poder político, su amor alocado por el General y el cáncer que la consume en la plenitud de su vida. Es quizá por eso que es rescatado en la obra el violento y melodramático discurso que Eva Perón pronunció en su agonía: “Yo saldré con el pueblo trabajador, yo saldré con las mujeres del pueblo, yo saldré con los descamisados de la patria, viva o muerta, para no dejar en pie ningún ladrillo que no sea peronista”. Si el melodrama se caracteriza por postular un conjunto de sentimientos puros enhebrados con las figuras de la pobreza, la caída, la redención y la venganza, difícilmente podremos encontrar un ejemplo más paradigmático para ilustrarlo. “Sí, claro que es melodrama. Todo en la vida de los humildes es melodrama... Melodrama cursi, barato y ridículo... Para los hombres mediocres y egoístas. ¡Porque los pobres no inventan el dolor, ellos lo aguantan!”, escribió Eva Perón en La razón de mi vida. Porque en definitiva el peronismo mismo puede leerse en la obra como hecho melodramático, el gran melodrama argentino. Y el melodrama a su vez ha sido el género que frecuentemente mejor ha caracterizado los amores desesperados y prohibidos de gays, lesbianas, trans y travestis. Porque, en definitiva, la Fanny de la obra de Arias es una diva en decadencia que será perseguida hasta su muerte. Pero también es Eva. Pero también Fanny es una loca, una mujer macho, un puto. G Comedia Repostera, con Alejandra Radano y Alfredo Arias Desde el 10 de abril. Martes, viernes y domingos a las 20.30. Sala AB, El Cultural San Martín, Sarmiento 1551. Deshonrada, con Alejandra Radano y Marcos Montes, dirección de A. Arias y autoría de Gonzalo Demaria Desde el 8 de abril. Miércoles, jueves y sábados a las 20.30. Sala AB, El Cultural San Martín, Sarmiento 1551. GRACIAS BOMBONERIA GODIVA: JUNCAL 1738 31/03/2015 11.SOY.2.4.15 EDU10.qxd EDU10.qxd 31/03/2015 23:17 PÆgina 3 ENTREVISTA LAS MUSAS DE ALFREDO ARIAS 12.SOY.2.4.15 L eyenda viva del teatro, siempre con un pie en París, a donde se fue en 1969, y un ojo puesto en las tablas argentinas, cada vez que Alfredo Arias hace algo todos quieren saber de qué se trata. Arias rima con cascarrabias, pero también contiene un sentido musical sin perder nunca el séptimo sentido, el del humor. Ha dado vida propia a actrices tremendas como Marilú Marini, Adriana Aizenberg, Mirta Busnelli, entre otras y recreó la vida de Eva Perón, entre otros sueños de Copi. ¿Por qué Fanny Navarro? –Porque con Deshonrada, en cierta forma, volví al mito de Eva Perón. Porque Fanny aparece como el otro yo, el doble de Eva, como su muñeca también. Fanny imitó en su dicción, en su oratoria, como presidenta del Ateneo Cultural, a Eva Perón hasta su muerte. Hay una especie de mímesis resultante de la adoración de Fanny por Eva. Y creo que el brutal encarnizamiento y la obsesiva persecución de los funcionarios del golpe de Estado para con Fanny fueron en cierta forma porque quisieron hacer con ella lo que no podían hacer con Eva, porque ya estaba muerta. Por ello Gandhi en un momento asume la figura de un cirujano de autopsias. Quiere diseccionar el cuerpo de Fanny como si estuviera muerta, quiere diseccionar el cuerpo de Eva, como si pudiera desentrañar en su cuerpo el misterio del cuerpo enfermo de la Nación. Deshonrada se presenta como un texto radicalmente político y que puede ser leído en clave actual. –Y sí, la historia cobra especial actualidad casi sin quererlo. Muchas veces el teatro absorbe el aire de los tiempos que corren. Tenemos a una especie de fiscal frente a una mujer. Y sobre todo tenemos fanatismos enfrentados, casi como arquetipos del ser nacional en permanente dicotomía. Mi idea de la obra era que no se puede enfrentar a un fanatismo con otro fanatismo. Es una obra muy intensa, un diálogo muy intenso, ¿pero de qué otra manera se podía contar algo de las intensidades de la historia y la política argentina? La obra incluye el rescate de la voz y de los discursos más emotivos del peronismo. ¿A qué obedece el anacronismo de que en la década del cincuenta se oye un discurso de Perón de 1974 (“Llevo en mis oídos la más maravillosa música, que es la palabra del pueblo argentino”)? –A pensar en cierta forma el peronismo como mito, como atemporal, como algo que sobrevuela siempre los sentimientos de la sociedad argentina. También por ello incluimos una versión electrónica de la marcha peronista. Como se señala en la gacetilla de la obra, no importa saber quién fue Fanny Navarro o quién el Capitán Gandhi, ni siquiera quiénes fueron Perón y Evita o la Libertadora. Aquí se trata de personajes casi arquetípicos de nuestra mitología nacional. Como en toda mi obra, creo que en estos intersticios entre el mito, la ficción y la autobiografía es posible que se filtre algo de la realidad y poder vislumbrar algunos aspectos del peronismo. Realidad y ficción siempre se entrecruzan. Para Eva fue muy importante haber sido actriz para luego ser oradora. María Félix siempre decía que ella hubiera querido triunfar en política como Evita y a Evita, triunfar en el cine como ella. –Meses antes de que muriera Juan Duarte, Fanny estaba interpretando Antígona Vélez, de Leopoldo Marechal. Y según las crónicas históricas, el capitán Gandhi le mostró la cabeza de su amante Juan Duarte dentro de una bolsa. Digno de tragedia griega, otro género para narrar la historia argentina. Es interesante el constante juego entre realidad y ficción. Fanny canta el Himno Nacional Argentino recreando al personaje de Mariquita Sánchez en la película El grito sagrado. A su vez, el 22 de mayo de 1810 es representado en la película como si fuera el 17 de octubre de 1945. –Sin olvidar que el momento cumbre del antagonismo entre los personajes es ese momento en que los dos, Fanny y el Capitán Gandhi, interpretan juntos el Himno Nacional Argentino. Es un momento de gran violencia en donde se manifiesta parti- cularmente la agresividad de ambos. Se gritan, se persiguen, se hacen frente mutuamente. Para cada uno de ellos el Himno significa y remite a dos cosas diferentes. La libertad, la justicia y todos esos símbolos y valores grandilocuentes ligados a la Nación y a la Patria significan cosas diferentes. ¿Y por qué Doña Petrona? –Fue otra manera de contar el peronismo. Hay algo en Doña Petrona que refleja los sentires, las formas de ser o de aspirar a ser de las mujeres de su época, las amas de casa de clase media. Y hay algo en la grandilocuencia de sus recetas que también nos dicen algo del aire de sus tiempos. Aparecían torta barco, calesita, misal, capilla, choclo, bandera argentina, costurero o almohadón colombiano. También los platos salados sufrían transformaciones o mutaciones hacia objetos tales como abanicos o relojes, entre otros. Los platos eran creados con recetas exigentes y ambiguas que requerían a veces sólo para un bizcochuelo alrededor de treinta huevos. Hoy esas tortas, esos platos son imposibles de hacer, casi una utopía, como sueños imposibles de la época. ¿Cómo se te ocurrió meterte con Petrona? –La dramaturgia en este caso está basada en mis recuerdos personales. Me veo a mí escuchando las recetas, la calidez del hogar, la emotividad y la nostalgia que eso me produce a la distancia. Por ello también actúo. ¿Sabías que Juanita vivió junto a Doña Petrona hasta el final? Juanita rechazó dos novios, declaró a una revista que al primero “lo dejó porque probablemente tenía mal aliento”. Murió una, murió la otra: dicen que nunca superó la amargura de que las ollas, las sartenes que usaba la popular cocinera fueran subastadas. –No lo sabía. ¿Serían lesbianas? No lo creo. Pero son interesantes esas intensidades de amor entre mujeres. Como también la intensidad del amor de Fanny por Eva. G EDU13.qxd 31/03/2015 22:34 PÆgina 1 FOTO: NATAL CINE CONSULTORIO BDSM Cuero y sadomasoquismo texto Adrián Melo —¿Qué harías si muero hoy? —le cuestiona el adolescente Hupert a su madre. —Me muero mañana—le contesta ella. El problema del diálogo es que no es diálogo. Cuando Hupert increpa a su madre está desbordado, a punto de ser internado en un colegio y alejado de su novio porque su madre no puede con él. Y cuando su madre susurra la respuesta él ya se ha ido. El guión pertenece a la primera película de Xavier Dolan Yo maté a mi madre (2009), escrita, dirigida y actuada por la beldad canadiense a los tiernos diecinueve años. Y Mommy, su última película, puede ser considerada su reverso. Situada en una Canadá ficticia donde eventualmente existen instituciones de encierro destinadas a adolescentes insalvables, el film nos presenta a Steve (Antoine Olivier Pilon), con un diagnóstico de hiperactivo y tendencia agresiva en pésima relación con una madre épica llamada Diane (Anne Dorval), pero a quién le dicen Die —drástica metáfora de la madre como vientre de vida y fosa mortuoria— dispuesta a contenerlo afectivamente y a “salvarlo” mediante la fuerza del cariño y por encima de las instituciones. Pero para Dolan las madres salvadoras pueden resultar tan mortíferas como las indolentes. Como en Yo maté a mi madre, en Mommy la comunicación nunca llega. Las mal queridas El bello Xavier se sitúa en una tradición gay que arremete contra las madres. Desde Arthur Rimbaud —con quien frecuentemente se lo compara por ser adolescente prodigio, de rizos y ojos profundos— que huyó de su despótica madre a los diecisiete hasta que sólo sin piernas pudieron hacer que regresara a su hogar, pasando por la frase de André Gide (“Familia, yo te odio”) hasta el sensual y escandaloso Hervé Guibert, que en su novela Mes parents (1987) traza un despiadado retrato de sus padres y en una escena se deja dar por el culo por su amante mientras habla por teléfono con su madre. Porque la consigna es que “hay que matarlos por el amor, no por el odio”. Hermosos y malditos Dolan ha dedicado toda su cinematografía a los tópicos de las diversidades sexuales. Ahora, si bien Steve no se presenta como abiertamente gay, el film permite leer en clave de diversidad sexual: por un lado, el actor Antoine Olivier Pilon es el mismo que interpretó al estudiante gay acosado, golpeado y crucificado por sus compañeros de colegio en el corto que Dolan realizó para Indochina contra la homofobia. Por el otro, se alude al gusto musical camp del protagonista que incluye a Celine Dion, Oasis, Dido y Andrea Bocelli. Y por último y principalmente sucede que, en algunas escenas fugaces el propio Dolan reemplaza a Antoine. Porque si el Hupert de Yo maté... era doscientos cincuenta por ciento autobiográfico, Steve es el lado oscuro de la historia de Hubert, lo que habría ocurrido si un Dolan marginal no se hubiera podido escapar a un reino de su propia creación. Filmada en 35 mm en formato televisivo para tornar la atmósfera más asfixiante, la pantalla se expande sólo en dos momentos claves: cuando la comunidad triangular amorosa formada por madre, hijo y vecina tartamuda parece funcionar y cuando la madre sueña un destino venturoso y hollywoodense para su hijo. Como todos los jóvenes de sueños inabarcables, aquellos que aman y odian demasiado, temidos y rechazados por la sociedad pero nunca integrados o domados (excepto, como diría Foucault, haciendo que los maten en la guerra), Steve quiere ir más allá de los límites y por ello busca permanentemente expandir la pantalla y las posibilidades de vida y en el oscuro, triste y a la vez esperanzador final tan sólo parece cumplir el sino de los jóvenes rebeldes y malditos. G compre ropa de cuero?” No es la primera vez que me consultan sobre el tema. Es frecuente la asociación de cuero y SM. Incluso a mí, cuando empecé a participar de los clubes leather en Buenos Aires, la respuesta me parecía obvia: el cuero es fundamental, pensaba. En los clubes Fierro Leather y el BALC (Buenos Aires Leather Club) el código de vestimenta era bastante estricto: no se permitía la entrada a quienes no usaran como mínimo botas o borceguíes, y a quien no cumplía con ese mínimo requisito, se le permitía entrar desnudo o en ropa interior (si no era rosa flúo, claro). Pero hay que tener en cuenta que se trataba de clubes específicos leather, sólo para hombres, además de que dejaron de existir, aunque todavía siga rodando por ahí alguna bandera que quién sabe si en algún momento volverá a ver la luz. Es muy probable que precisamente los clubes leather en Buenos Aires se hayan extinguido por el estricto código de vestimenta. “El cuero es caro”, comentaba un amigo cuando hablábamos en una reunión sobre la desaparición de los clubes. En la charla también coincidimos en que a la sigla BDSM le faltaría una F de fetichismo, “y ya que estamos de fist fucking”, agregó mi amigo, fanático de esta práctica, que según algunos autores como el francés Erik Rémès no entra en ninguna de las categorías del BDSM (ver BDSM ilustrado del 19/9/14). Repasemos: B de bondage, D de disciplina y dominación, S de sadismo y de sumisión, M de masoquismo. Volviendo a la cuestión fetichista, en el sadomasoquismo en general, la restricción de la vestimenta no existe. Si pensás que el cuero es fundamental para calentarte es porque sos leather, si no, no lo sos. Podés ser sadomasoquista y no sentir ninguna atracción por el cuero o viceversa, podés tener el fetiche del cuero y no ser sadomasoquista. Y aunque muchos en el ambiente BDSM consideramos el fetichismo importantísimo, la sigla BDSM no lo contempla. Lo importante es que para un encuentro o sesión SM podés vestirte como se te dé la gana o jugar completamente desvestido. La ropa y los accesorios pueden formar parte del juego o no. Lo importante es descubrir si tenés algún fetiche en particular: puede ser por los trajes, la lencería, la ropa de trabajo, los uniformes, el látex, la lycra, las zapatillas sucias o nuevas, la ropa deportiva o lo que se te ocurra y lo más importante es que encuentres con quien compartir ese fetiche. Para conocer a alguien afín podés probar la app de Recon (perfiles fetichistas para hombres gay), y la comunidad BDSM Mazmorra (Mazmorra.net). Si lo que te gusta es el cuero, lo principal es el calzado, pueden ser borceguíes o botas de cualquier tipo: motoqueras, militares, tejanas, etc. Si bien es cierto que el cuero es caro, cuando el fetiche se impone el instinto nos ayuda a encontrar lo necesario. Para empezar, la feria americana o la compraventa de usados por Internet son una buena opción. G 13.SOY.2.4.15 TIRAR A MAMÁ DEL TREN “ Me gustaría probar con el texto sadomasoquismo —me escriPablo Pérez be Luciano—. ¿Hace falta que me vv vv En Mommy, Xavier Dolan cumple por segunda vez el sueño de todo enfant terrible y gay: matar a mamá EDU14.qxd 31/03/2015 22:22 PÆgina 1 2 DE ABRIL. DÍA DEL VETERANO Y DE LOS CAÍDOS EN LA GUERRA DE MALVINAS TRAS SU MANTO DE NEBLINAS Ezeiza, abril de 1982. “Cuando nos juntaban a la mañana, nos contaban y nos hacían numerar. Decías en voz alta el número que te había tocado. En la cuadrilla se notaba que uno tenía un tono afeminado y era todos los días escuchar que lo maltrataban, lo hacían que repitiera y se reían. No sé si lo trasladaron o qué le pasó, pero de un día para el otro no estaba más”, dijo a SOY Pablo Castro, a quien le tocó hacer el Servicio Militar Obligatorio en el momento que por radio y TV salía el primer comunicado de guerra en rotativo, cada 30 minutos, un 2 de abril: “La Junta Militar como órgano supremo del Estado comunica al pueblo de la Nación Argentina que hoy, la República, por intermedio de sus Fuerzas Armadas, mediante la concreción exitosa de una operación conjunta, ha recuperado la islas Malvinas para el patrimonio nacional”. ras las palmas de la mano antes del apto. Nosotros no teníamos idea para qué lo de las manos, hay muchos mitos. Me contaron que a los homosexuales y a los judíos los marcaban en la palma con un fibrón”. En el DNI, según Pablo, “te ponían siglas. ‘Apto A’ era cuando no tenías ninguna enfermedad ni impedimento. ‘Apto B’ cuando tenías algún problema menor que no te eximía, ‘DAF’ era deficiencia de aptitud física y justificación para que no hagas el servicio. También me dijeron, cosa que nunca vi, que te marcaban con ‘OAD’: orificio anal dilatado. Eso circulaba todo el tiempo y era una forma más de insulto, ‘eh vos OAD’. En el ámbito militar se usaba cualquier cosa para hostigar y maltratar. Las palabras homosexual o judío las usaban como un insulto en sí. ‘Zaina de mierda’ o ‘carabina recortada’ eran insultos reservados para los judíos”. La revisión médica Uno de los primeros capítulos de Iluminados por el fuego. Confesiones de un soldado que combatió en las Malvinas, está dedicado al cabo Dumas, y menciona que era abiertamente homosexual. El ex combatiente y periodista Edgardo Esteban escribió el libro con la colaboración de Gustavo Romero Borri, y la historia llegó al cine con la dirección de Tristán Bauer. “La sociedad era muy prejuiciosa en el momento de la guerra, aunque en este último tiempo se trabajó mucho en igualdad de género para que cada cual haga su vida como quiera. Son deudas que de a poco se logran resarcir, no sólo con el género. Los propios ex combatientes, que hoy somos parte de la sociedad, por mucho tiempo fuimos discriminados: te discriminaban por ser negro, judío, homosexual o por lo que sea; era una época muy violenta y cruel”, dijo a SOY Edgardo. 14.SOY.2.4.15 texto Matías Máximo Pablo tenía 19 años (clase 63) y por un año de diferencia no tuvo que ir a Malvinas, sino quedarse “bajo bandera” en un cuartel de las Fuerzas Aéreas. Eso implicaba que si llamaban tenía que ir. Algunas noches le tocaba quedarse despierto en el monte en “escuadrones fantasmas”, porque los oficiales decían que se esperaba un bombardeo al aeropuerto. A los 18, Pablo tuvo que hacerse la revisión médica: “Me tocó en el Regimiento de Patricios. Te ponían en bolas y tenías que ir pasando de puerta en puerta a que los médicos te revisaran e hicieran preguntas, como enfermedades preexistentes y esas cosas. En uno de los puntos te hacían inclinar y te revisaban la cola a ver en qué estado estaba. Después tenías que bajar corriendo unas escalinatas y debajo había dos oficiales que te pedían que les mostra- Iluminados por el fuego En el libro aparecen algunos nombres cambiados para preservar las identidades. “Era el cabo del rancho, así que en sus manos estaba la comida. Tenía ese poder sobre nosotros, pobres soldados hambrientos y congelados, capaces de dar cualquier cosa por un jarro de mate cocido humeante. Lo conocí en Malvinas y a poco de llegar me di cuenta de sus maneras afeminadas. Tiempo después el cabo Dumas había empezado a tener adeptos entre la tropa y no pasaba noche en que no se llevara un soldado a su pozo de zorro. Tenía una forma muy cariñosa de tratarnos y sus conversaciones siempre terminaban en la misma cuestión: el sexo”, dice el capítulo dedicado al cabo Dumas y también asegura que cuando tocó ponerse en armas, el cabo fue uno de los más valientes. Esteban cuenta que, como les pasa a muchos autores, después de 20 años no volvió a leer su libro y no sabe si volvería a escribir lo mismo de igual forma. Pero recuerda que en su momento las visiones diferentes que contó generaron violencia. Correrse de cierto relato épico y hablar de vejámenes y bajezas propias de la guerra todavía molesta a algunxs. “En la colimba eran violentos y el maltrato era permanente. Es como que me transporto en el tiempo y siento que por suerte al ver a mis hijos las cosas cambiaron, porque había una forma muy perversa y cruel, no había piedad. Está el caso del soldado Silvio Katz, al que por ser judío le tiraban la comida en el excremento para que comiera de ahí. Y tantas historias de abusos de poder”, dice Edgardo. Los nepaleses El 2 de abril de 1983 Gabriel García Márquez escribió para el diario El Espectador varios datos espeluznantes: “Con motivo de la visita del Papa a la Solicitada en Clarín, 4 de mayo de 1982 Con más de 120 denuncias de torturas, violaciones y tratos inhumanos, la causa por violaciones a los derechos humanos contra los soldados que combatieron en la guerra de 1982 se inició en 2007. Todavía falta mucho por esclarecer. Tanto la humillación por homosexual como el abuso sexual siguen protegidos por la vergüenza y el tabú. EDU14.qxd 31/03/2015 22:22 PÆgina 2 ENTRE EL MITO, LAS HABLADURÍAS, LA LITERATURA Y EL TABÚ, EL FACTOR HOMOSEXUAL SE CUENTA ENTRE UNA HERENCIA DOLOROSA Y TAMBIÉN HEROICA DE LOS DÍAS DE LA GUERRA Solicitada en Clarín, 4 de mayo de 1982 ‘tíos’ o ‘soplanucas’, como les llaman a esos tipos que te dan casa y todos los placeres a cambio de una relación sexual. Yo digo que hay que tener mucho estómago, pero ante ciertas situaciones te olvidás del estómago (Marcos García, clase 62)”, escribió Perlongher. Argentina, los ingleses devolvieron mil prisioneros. Cincuenta de ellos tuvieron que ser operados de las desgarraduras anales que les causaron las violaciones de los ingleses que los capturaron en la localidad de Darwin. La totalidad debió ser internada en hospitales especiales de rehabilitación, para que sus padres no se enteraran del estado en que llegaron: su peso promedio era de 40 o 50 kilos, muchos padecían de anemia, otros tenían brazos y piernas cuyo único remedio era la amputación, y un grupo se quedó internado con trastornos psíquicos graves”. La versión de los anos desagarrados no figura en ningún otro documento histórico ni la afirman historiadores ni combatientes. El cultor del realismo mágico también habla de una cuadrilla de nepaleses: “El recuerdo más terrible que conservan los sobrevivientes argentinos es el salvajismo del batallón de ‘gurkhas’, los legendarios y feroces decapitadores nepaleses que precedieron las tropas inglesas en la batalla de Puerto Argentino. ‘Avanzaban gritando y degollando’, ha escrito un testigo de aquella carnicería despiadada. ‘La velocidad con que decapitaban a nuestros pobres chicos con sus cimitarras de asesinos era de uno cada siete segundos. Por una rara costumbre, la cabeza cortada la sostenían por los pelos y le cortaban las orejas’”. El capítulo de Historia de la homosexualidad en la Argentina donde Osvaldo Bazán habla de Malvinas, cita a Perlongher, donde aparece otra vez el tema de los nepaleses, con detalles maricas. El ensayo se publicó en mayo de 1984 en la revista El Porteño, se llama “El sexo de las locas”, y Perlongher cita un reportaje hecho en 1983. “Un compañero mío me habló de los gurkhas, llevaban una perla en la oreja izquierda o en la derecha, y la ubicación representaba al homosexual pasivo o activo” (Pablo Macharowsky, clase 63). En el mismo reportaje otro conscripto da a entender que los soldados tenían, de antemano, cierto training: “Cuando yo estuve en Córdoba, antes de ir a las Malvinas, y nos daban franco porque no había qué darnos de comer, aparecían los “En la guerra hay otros códigos, podés matar, y de ahí para abajo podés todo. Pero una cosa es el código militar y la disciplina, que está en cualquier ejército del mundo, y otra el ensañamiento. Ya sea por la sexualidad o la religión, no hay derecho al abuso. ¿Qué es lo que le pasa a la gente cuando va a una guerra? Una persona que tiene un nombre, una familia y sus recuerdos cuando vuelve está modificada por un montón de situaciones. Un chico de 18 quiere vivir, no quiere morir. Y por eso está el reclamo, como colectivo de denunciantes de muchas provincias, de que se entienda que hubo violaciones a ciertos derechos fundamentales”, dijo Edgardo. La causa por violaciones a los derechos humanos contra los soldados que combatieron en la guerra de 1982 se inició en 2007. La presidenta Cristina Kirchner, en su discurso a la Asamblea Legislativa en la apertura de 2015, arengó a concurrir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, después de que la Corte Suprema argentina desestimara sus pedidos. El Centro de Ex Combatientes (Cecim) de La Plata, que forma parte del colectivo que reclama que los vejámenes sean investigados como de “lesa humanidad”, dijo que se presentará en el “menor tiempo posible” ante la CIDH: “No descansaremos hasta que se investigue a todas y cada una de las personas sospechadas de haber cometido graves violaciones a los derechos humanos”. G 15.SOY.2.4.15 A la Corte Interamericana EDU14.qxd 31/03/2015 22:24 PÆgina 3
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