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William Soto Santiago
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William Soto Santiago
es distribuido completamente Gratis
“Y el Espíritu y la esposa dicen ven, y el que oye, diga:
ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del
agua de la vida gratuitamente.” Apoc. 22:17
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trompeta final, y siendo juntados en la Dispensación del Reino. Y así
siendo preparados para nuestra transformación.''
¿Quiénes serán los que serán transformados? Nosotros. Porque
somos los escogidos que estamos escuchando la trompeta final o gran
Voz de trompeta. Y a nosotros ha sido concedido conocer el gran
misterio de la Dispensación del Reino.
A vosotros ha sido revelado el misterio de la Dispensación del
Reino, el gran misterio que fue anunciado en parábolas, en sueños y en
visiones, y también por Palabra hablada. Pero encontramos que aunque
los profetas del Antiguo y del Nuevo Testamento hablaron de la
Segunda Venida del Señor, con todo y eso, quedaba en un misterio;
porque un misterio no puede ser entendido completamente hasta que no
se abre, hasta que no se cumple.
Por lo tanto lo que desearon ver los profetas, y justos, y
apóstoles, del Antiguo y del Nuevo Testamento, y de las siete etapas o
Edades de la Iglesia gentil, a nosotros ha sido concedido verlo,
entenderlo, oírlo. Por esa causa podemos decir nuevamente, acerca de
cada uno de ustedes, incluyéndome a mí: ``A vosotros...'' O sea ``A
nosotros ha sido concedido conocer los misterios del Reino de Dios en
y para la Dispensación del Reino.''
``El misterio de Dios revelado en la Dispensación del Reino.''
Que Dios nos continúe bendiciendo a todos, que Dios nos
guarde, muchas gracias por vuestra amable atención, y continúen
pasando una noche feliz, llena de las bendiciones de Dios.
Con nosotros nuevamente Miguel Bermúdez Marín. Será hasta
mañana, Dios mediante, en que estaré nuevamente con todos allá en la
actividad que hemos de tener en el auditorio, en la colonia ``Moisés
Sáenz'', ya ustedes saben dónde es. Así que allá nos veremos mañana,
Dios mediante.
``EL MISTERIO REVELADO DEL REINO DE DIOS.''
EL MISTERIO REVELADO DEL REINO DE DIOS
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Jesucristo, la Columna de fuego, se ha movido a la Dispensación del
Reino como León de la tribu de Judá, Rey de reyes y Señor de señores.
Y todo lo que fue hablado de la Venida de Cristo para el fin del
siglo, y del glorioso Reino milenial, todo lo que fue hablado en
parábolas, en sueños y visiones, dados por Dios a Sus santos profetas y
apóstoles, santos profetas del Antiguo Testamento y también del
Nuevo Testamento, se van convirtiendo en una realidad abierta, en
unos misterios abiertos al público, a los escogidos de Dios, para oir y
ver lo que desearon ver y lo que desearon oír los santos y justos y
profetas del Antiguo y del Nuevo Testamento.
El gran misterio revelado del Reino de Dios en la Dispensación
del Reino es el misterio que El abre en el fin del siglo, y así comienza
una nueva dispensación, con un nuevo Mensaje dispensacional, y un
nuevo mensajero dispensacional, dándonos a conocer los misterios del
Reino de Dios para la Dispensación del Reino, en donde encontramos
las grandes bendiciones de Dios para todos nosotros en el fin del siglo,
y también para el glorioso Reino milenial.
El misterio revelado del Reino de Dios en la Dispensación del
Reino. Misterio que estaba oculto en otras dispensaciones, y que
solamente a través de sueños, visiones y parábolas, fue anunciado, para
ser realizado en el fin del siglo.
Y el misterio de los escogidos de Dios que en el fin del siglo
serían llamados y juntados con la trompeta final o gran Voz de
trompeta, es un misterio revelado, abierto, a los escogidos, cuando han
escuchado la trompeta final, el Mensaje final. Ya entonces para los
escogidos la gran Voz de trompeta o trompeta final no es una trompeta
literal sino un Mensaje, el Mensaje final de Jesucristo.
El recogimiento de los escogidos no es otra cosa sino el llamado
de Dios a los escogidos para ser colocados en la Dispensación del
Reino. Y el misterio de quiénes serían los escogidos ha quedado
abierto ¿a quiénes? a vosotros; porque a vosotros es dado conocer los
misterios del Reino de Dios. No tienen los escogidos que estarse
preguntando en qué continente estarán los escogidos del fin del tiempo,
¿estarán en Africa? ¿estarán en la China? ¿estarán en el Japón? No.
Cuando se les pregunta: ``¿Y los escogidos del fin del siglo dónde
están?'' Los escogidos dicen: ``Aquí estamos nosotros escuchando la
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serían llamados y juntados con gran Voz de trompeta, bajo el
ministerio de los Angeles del Señor; tienen la promesa de escuchar la
gran Voz de trompeta, la trompeta final, que antecede a la
transformación de nuestros cuerpos, y que nos prepara para la
transformación de nuestros cuerpos.
La trompeta final es la Voz de Jesucristo con el Mensaje del
Evangelio del Reino, para dar a conocer los misterios del Reino de
Dios en la Dispensación del Reino, los cuales girarán alrededor del
misterio mayor, que es la Venida de Cristo como León de la tribu de
Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, la Venida del Señor
Jesucristo en gloria, la Venida del Señor como El prometió.
Encontramos que cuando Dios le apareció a Moisés, le dijo:
``Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.'' Y cuando Moisés
le preguntó por Su nombre, Dios le dijo: ``Yo soy el que soy. Y le dirás
al pueblo: ``YO SOY me ha enviado.''
Luego cuando le apareció a Saulo de Tarso en el camino a
Damasco, para llamarlo, y luego enviarlo a los gentiles, le dijo:
``Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces
contra el aguijón.'' Y Saulo sabiendo que aquella luz que le hablaba era
el YO SOY del Antiguo Testamento, el Dios de Abraham, de Isaac y
de Jacob, El era Elohim, le preguntó: ``Señor (que es Elohim), ¿quién
eres?'' Y aquella luz que le hablaba, el Dios de Abraham, de Isaac y de
Jacob, le dijo: ``Yo soy Jesús, a quien tú persigues.''
El YO SOY del Antiguo Testamento, en la Dispensación de la
Gracia tomó el nombre Jesús, y recorrió desde el oriente hasta el
occidente con ese nombre, y manifestándose en cada Edad, y así
revelando el misterio de cada Edad.
Y cuando han terminado las Edades, esa misma Columna de
fuego se mueve a una nueva dispensación, y se mueve a un nuevo
mensajero, un nuevo mensajero dispensacional. Sale de un mensajero
de una Edad y se va a un mensajero de una dispensación, al Mensajero
de la Dispensación del Reino, para abrir el misterio de esa
Dispensación del Reino, el misterio de la Venida de Jesucristo, esa
Columna de fuego, a una nueva dispensación, y a un nuevo pueblo, y
con un nuevo Mensaje, y a un nuevo mensajero.
Ese es el gran misterio de la Dispensación del Reino, en donde
EL MISTERIO REVELADO
DEL REINO DE DIOS
Por William Soto Santiago
11 de agosto de 1992
San Nicolás de los G.N.L., México
Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes, es
para mí un privilegio estar con ustedes en esta noche, y tener así la
oportunidad de saludarlos, y pedirle a Dios Sus bendiciones sobre cada
uno de ustedes: Que Dios en esta noche les bendiga a todos ustedes y a
mí también.
En el Evangelio según San Lucas, capítulo 8, verso 10, dice el
Señor Jesucristo, luego de hablar de la parábola del sembrador
(encontramos que la gente no entendió aquella parábola del sembrador
sembrando la buena semilla, la Palabra, en cuatro lugares diferentes),
luego de eso los discípulos se acercaron a Jesús para hacerle una
pregunta; y Jesús les contestó. (Lucas 8:9-10) Dice así:
``Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Qué significa esta
parábola?
Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino
de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y
oyendo no entiendan.''
``EL MISTERIO REVELADO DEL REINO DE DIOS.''
La Escritura en los Salmos dice (Salmo 78:2): ``Abriré mi boca
en parábolas y declararé cosas ocultas desde la fundación.'' Así que a
través de las parábolas encontramos que Dios dio a conocer, a través de
Sus profetas, y bajo el ministerio de Jesús también fueron usadas las
parábolas, para declarar cosas ocultas desde la fundación, para declarar
misterios del Reino de Dios; pero dejando esos misterios colocados en
esa forma parabólica o simbólica.
Ahora, dice: ``Pero a los otros por parábolas, para que viendo
no vean, y oyendo no entiendan.''
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Una persona que escucha una parábola, si no sabe el significado
de esa parábola, él está viendo ese misterio del Reino de Dios ahí, pero
no lo entiende, no lo comprende, porque aunque lo ve, viendo no ve, no
ve lo que eso significa; y oyendo no entiende, aunque escuchó ese
misterio, pero lo escuchó en una forma simbólica. Dios utilizó a Sus
profetas dando a conocer Sus misterios en forma parabólica o
simbólica.
Ahora, cuando ha llegado el tiempo del cumplimiento de esos
misterios, ahí se abre ese misterio y se da a conocer el significado de
esa parábola, o de esos sueños, o de esas visiones.
Ahora, es necesario entender los sueños, las visiones, y las
parábolas que corresponden para una Edad o para una dispensación, en
el tiempo en que Dios está realizando el cumplimiento de esos sueños,
visiones, o parábolas; porque ahí es donde la persona obtiene la
bendición que trae el cumplimiento de esas promesas dadas en forma
de parábolas, de sueños, o de visiones.
Ahora, todos pueden escuchar con sus oídos, y pueden ver con
sus ojos, estas cosas que son dichas en esa forma; pero luego
encontramos que entender esas cosas es dado a un grupo especial de
personas.
Jesús dijo a Sus discípulos: ``Mas a vosotros es concedido
conocer los misterios del Reino de Dios, mas a ellos no es concedido.''
Ahora miren ustedes a quiénes fue concedido y a quiénes no fue
concedido.
El dijo también en San Mateo capítulo 13, verso 16 en adelante:
``Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos,
porque oyen.
Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon
ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.''
Ahora, Dios tiene a quién darle a conocer en cada Edad y en
cada dispensación los misterios del Reino de Dios para esa Edad o para
esa dispensación.
Cada Edad tiene un misterio. Ese misterio divino, ese misterio
de Dios, está sellado en el ángel mensajero de esa Edad; y cuando Dios
lo envía y él comienza a traer el Mensaje que Dios le da, se abre ese
misterio; y a ese misterio abierto en el ángel del Señor para esa Edad le
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conoces, Señor?'' Jesús le dijo: ``Cuando estabas debajo de la higuera,
te vi.'' ¿Qué hacía él? Orando a Dios. El dijo: ``Tú eres el Cristo, Tú
eres el Rey de Israel.''
Y así también otro de los discípulos, cuando lo vio, le dijo: ``Tú
eres el Rey de Israel, el Mesías, el Cristo.'' Y también cuando Jesús
preguntó: ``¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?''
Comenzaron a decir: ``Unos dicen que Tú eres Juan el Bautista que ha
resucitado. Otros dicen que Tú eres alguno de los profetas.''
``Y ustedes, ¿quién dicen ustedes que es el Hijo del Hombre?''
Pedro dijo: ``Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.''
Jesús le dijo: ``Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás,
porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en el
cielo.'' Porque aquello no lo enseñaban las religiones de aquel tiempo.
El Sumo Sacerdote y los doctores de la Ley no enseñaban que Jesús era
el Cristo, el Mesías. Solamente lo estaba dando a conocer Jesús; y Juan
el Bautista había dicho que Aquel era el Cristo, el Cordero de Dios que
quitaba el pecado del mundo.
Ahora, Pedro tenía esa revelación del cielo. No una revelación
de alguna religión, sino una revelación del cielo. Pedro tuvo la
revelación del misterio de Dios para esa Dispensación de la Gracia;
porque todos los demás misterios de la Dispensación de la Gracia giran
alrededor del misterio mayor, que era la Primera Venida de Cristo
como Cordero de Dios en Su obra de redención con Su Sangre en la
Cruz del Calvario.
Luego, pasada ya la segunda dispensación, ¿qué misterio hay
para el pueblo de Dios, para ser dado a conocer al pueblo de Dios,
luego que ha pasado la Dispensación de la Ley y la Dispensación de la
Gracia? El gran misterio para el fin del siglo, o fin del tiempo. Ese
misterio corresponde a una nueva dispensación, y es el gran misterio de
la Venida del Señor como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes
y Señor de señores, en Su obra de reclamo. Y todas las demás cosas
misteriosas correspondientes al fin del siglo en la obra de Dios giran
alrededor de ese gran misterio del Señor Jesucristo como León de la
tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, para ser revelado
en la Dispensación del Reino a todos los hijos de Dios.
Los hijos de Dios en el fin del siglo tienen la promesa que
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Reino de Dios, todo estaba sellado en Jesús de Nazaret; toda la obra
que Dios llevaría a cabo en la Primera Venida de Cristo estaba sellado
en Jesucristo.
Cuando El dijo: ``Bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y
vuestros oídos, porque oyen'' ¿qué estaban viendo ellos, y qué estaban
escuchando? Ellos estaban viendo lo que los profetas y justos desearon
ver. ¿Qué? La Primera Venida de Cristo, la Primera Venida del Mesías.
Y ellos la estaban viendo allí en carne humana. ¿Y qué estaban
escuchando ellos? Lo que los profetas y justos desearon escuchar: al
Mesías predicando el Mensaje para esa nueva dispensación.
Así que las visiones y los sueños y parábolas correspondientes a
la Primera Venida del Mesías estaban allí siendo cumplidos, y estaban
siendo vistos estos sueños, visiones y parábolas relacionadas a la
Primera Venida de Cristo, las estaban viendo Sus discípulos en
Jesucristo siendo reveladas.
Así que ellos habían recibido la bendición de conocer, de
entender, los misterios del Reino de los cielos. Y a los demás, al Sumo
Pontífice, a los doctores de la Ley, y a todos estos doctores en
divinidad y teología, no había sido concedido conocer esos misterios.
Principalmente el misterio más grande, el misterio de la Primera
Venida del Mesías; porque no es del que quiere, ni del que corre, no es
por sabiduría humana, no es por esfuerzo humano, sino de Dios que
tiene misericordia y se revela a quien El quiere revelarse.
Vean ustedes, el pueblo hebreo estaba esperando la Primera
Venida de Cristo, el Sumo Sacerdote de cada año anunciaba que Cristo,
el Mesías, vendría; pero cuando vino no lo reconocieron. Y sin
embargo Pedro, Jacobo, Juan, y todas estas personas sencillas y
humildes, pescadores y personas del campo, sí lo reconocieron, lo
entendieron.
En una ocasión uno de los discípulos fue a buscar a otra
persona, y le dijo: ``Mira, hemos hallado a aquel del cual habló Moisés,
hemos hallado al Cristo.'' Y Natanael comenzó a preguntar: ``¿Y de
dónde es?'' Felipe le dijo: ``De Nazaret.'' Y Natanael dijo: ``¿De
Nazaret podrá salir algo de bueno?'' Y Felipe dijo: ``Ven y ve.''
Cuando Natanael vino, Jesús dijo: ``He aquí un verdadero
israelita, en el cual no hay engaño.'' Natanael dijo: ``¿De dónde me
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acompañan un sinnúmero de cosas, de eventos, de cosas que eran
misteriosas antes de realizarse esa Edad y abrirse ese misterio en y a
través del ángel de esa Edad (ángel, o sea mensajero de esa Edad).
El misterio de una Edad no puede ser abierto a menos que el
ángel no lo abra; porque está sellado en el ángel. Y Dios es el que abre
en el ángel ese misterio, y lo usa para darlo a conocer al pueblo. Y así
se cumple el misterio correspondiente del Reino de Dios para cada
Edad, el misterio del Reino de los cielos de esa Edad. Y son llamados
los hijos de Dios, los escogidos de ese tiempo, son llamados a esa
Edad, son llamados por el misterio revelado en esa Edad. Y ese
misterio revelado es la Palabra, el Mensaje, que corresponde para ese
tiempo, que da a conocer el programa de Dios para ese tiempo. En ese
Mensaje está revelado el contenido de ese misterio, la obra de Dios
para esa Edad a través del mensajero. Encontramos que así también es
para cada dispensación.
Ahora, miren bien, cada Edad tiene un mensajero, también tiene
la gente que va a escuchar a ese mensajero, y tiene el territorio donde
han de aparecer esa gente, ese mensajero; y tiene también el Mensaje
para ese tiempo revelando el misterio de Dios para esa Edad.
Hemos visto cómo esto se ha llevado a cabo desde el oriente
hasta el occidente. Y la gente humanamente no tiene una explicación
de porqué el Mensaje del Evangelio de la Gracia ha recorrido desde
oriente hasta el occidente; y porqué se han llevado a cabo
despertamientos, avivamientos, en diferentes naciones y en diferentes
tiempos.
Pero después que se ha llevado a cabo en esa área, no ha vuelto.
Cada Edad tiene su misterio, su mensajero, su Mensaje, y su gente; y
luego que termina Dios esa Edad con ese mensajero y esa gente,
comienza otra Edad con otro mensajero y en el territorio
correspondiente.
En Europa tuvo cinco etapas, cinco Edades, en donde
encontramos que hubo alemanes en una etapa, ingleses en otra etapa, y
así por el estilo. Luego Norteamérica tuvo otra etapa del programa
divino, y se abrió en Norteamérica el misterio de la séptima Edad de la
Iglesia gentil, y también el misterio de precursar la Segunda Venida de
Cristo: Misterios que ya son conocidos por todos los hijos de Dios.
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Pero luego que estos misterios de las siete Edades ya han sido
abiertos, ¿qué queda para ser abierto al pueblo? Recuerden que les dije
que las siete Edades ya fueron abiertas, los misterios de esas Edades
fueron abiertos, pero fueron en Edades.
Ahora, veamos lo que es el misterio de una dispensación;
porque así como en cada Edad hay un misterio que es abierto, y está
sellado en el ángel, también en cada dispensación hay un misterio, el
misterio de Dios para esa dispensación, el cual está sellado en el Angel
mensajero de esa dispensación, y es abierto al mensajero, y el
mensajero lo abre al pueblo. Y viene así el Mensaje para esa
dispensación, y es conocido Dios en esa dispensación, en la obra que
El llevó a cabo en el Angel de esa dispensación.
Encontramos que el misterio para la Dispensación de la Ley
estaba sellado en Moisés: La liberación del pueblo hebreo, todo ese
misterio, estaba sellado en Moisés. Cuando Dios le apareció a Moisés y
le dijo: ``He descendido porque he visto la aflicción de mi pueblo
Israel, por tanto yo te envío, ve.'' Ahí Dios se le reveló a Moisés
claramente y le hizo saber que él era el profeta mensajero, el Angel
mensajero enviado de Dios para el cumplimiento de esas promesas
para el pueblo hebreo. Y aunque Moisés sí sentía eso dentro de sí, fue
confirmado con la aparición del ángel de Dios en el monte Sinaí.
Ahora, Moisés fue enviado, él fue con la Palabra, el Mensaje,
en su boca, y la habló al pueblo; y luego encontramos que se llevó a
cabo la liberación del pueblo hebreo; y luego pasaron al monte Sinaí,
en donde Moisés recibió la Ley para el pueblo hebreo.
Vean que todo el misterio divino de la Dispensación de la Ley
estaba sellado en Moisés. Y a través de Moisés encontramos que se
abrió todo ese misterio para el pueblo hebreo.
Por esa causa el Mensaje para la Dispensación de la Ley lo trajo
Dios a través de Moisés. Y fue dicho que no le podían ni quitar, ni le
podían añadir; porque cuando Dios envía un Mensaje para una
dispensación, lo envía completo, y lo da a través del mensajero de esa
dispensación.
Luego los demás profetas que vinieron después de Moisés,
solamente lo que hicieron de parte de Dios fue dar más Luz del
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Mensaje y al Mensaje de Moisés. Cuando los profetas del Antiguo
Testamento hablaron acerca de la Venida del Mesías, no estaban
diciendo otra cosa diferente a Moisés; más bien estaban colocando lo
que Moisés dijo, pero en una forma más cerca, más clara. Vino más
Luz acerca de lo que Dios dijo a través de Moisés.
Pues Moisés dijo: ``Profeta como yo os levantará el Señor
vuestro Dios.'' ¿Ahí estaba hablando de quién? Del Mesías. Estaba
hablando de la Primera Venida de Cristo y de la Segunda Venida.
Cuando el profeta Isaías dijo que la virgen concebiría y daría a
luz un hijo, y su nombre sería Emmanuel, ¿qué está haciendo? Dios
trayendo, a través del profeta Isaías, más Luz acerca de lo que fue
dicho por Moisés. En forma condensada Moisés dijo lo que después los
demás profetas dirían amplificando lo que Dios dijo a través de
Moisés.
Ahora, luego encontramos que después, al final de la
Dispensación de la Ley, apareció Juan el Bautista. Y dice la Escritura:
``los profetas hasta Juan profetizaron.'' La Ley, los profetas, llegaron
hasta Juan, la Dispensación de la Ley llegó hasta Juan. Y esto no lo
sabía el Sumo Sacerdote, ni lo sabían los demás sacerdotes del pueblo
hebreo, no lo sabían los doctores de la Ley, los escribas, los fariseos,
esas personas no sabían eso; pero la Ley y los profetas hasta Juan
profetizaron.
Por lo tanto el último profeta de la Ley fue Juan el Bautista, y
precursó a un nuevo profeta. Pero Juan siendo el último, ¿cómo iba a
precursar a otro profeta? No estaba precursando otro profeta para la
Ley, porque Juan era el último. Juan estaba precursando un nuevo
mensajero para una nueva dispensación, en el cual estaba sellado el
misterio de Dios para la Dispensación de la Gracia.
Y el Espíritu de Dios estuvo en y sobre Jesús. Y cuando El se
dio a conocer al pueblo, dijo: ``El Espíritu del Señor está sobre mí, por
cuanto me ha ungido...'' y comenzó a enumerar las cosas para las cuales
había sido ungido, y luego dijo: ``Hoy se ha cumplido esta Escritura en
vuestros oídos.'' Allí se estaba identificando como el Ungido, el Cristo
de Dios, para aquella nueva dispensación que había comenzado con el
bautismo de Jesús en agua por Juan el Bautista.
Ahora, vean ustedes todo el misterio divino, todo el misterio del