Liderazgo En LLamas - 3 Liderazgo En Llamas por Fernando Vena Copyright © 2013 por Iglepastor www.iglepastor.com www.ablazeconferencia.com www.viviloencarnepropia.com Todos los derechos reservados Esta publicación no podrá ser reproducida sin el permiso previo y escrito del autor o los editores, excepto para breves citas en reseñas. Todas las citas Bíblicas fueron tomadas de la Versión Reina Valera, revisión 1960. Vena, Fernando Liderazgo en llamas. - 1a ed. - Lomas de Zamora : Iglepastor, 2013. 72 p. : il. ; 17x14 cm. ISBN 978-987-29653-0-3 1. Liderazgo. I. Título CDD 262.1 Fecha de catalogación: 28/06/2013 Este libro fue impreso en julio de 2013 por Grancharoff impresores Tapalqué 5868, Bueno Aires, Argentina [email protected] Tel. +5411 4684 1551 4 - Liderazgo En LLamas PRÓLOGO El presente material fue ideado, programado y escrito pensando en ti. Amado Líder de jóvenes, en estos escritos encontrarás una gran ayuda para la honrosa tarea que te toca llevar a cabo. En éste material, que fue compilado de acuerdo a lo que el grupo de jóvenes de nuestra congregación recibió, aprendió y puso en práctica, encontrarás las respuestas a muchas de tus inquietudes y preguntas. Los primeros años de servicio entre los jóvenes fue una etapa muy difícil, demandó mucho esfuerzo, trabajo y búsqueda de Dios. Hubo que dedicarse por entero a restaurar el grupo, debido a que muchos jóvenes ya no estaban con nosotros. El pastor de jóvenes junto a sus colaboradores probaron diferentes actividades, métodos y sistemas para ganar y contener a otros dentro de la Iglesia sin tener resultados. Esto los llevó a recorrer un largo camino hasta comenzar a ver cambios y contar con vidas comprometidas con el Señor. Los años pasaron y el proceso fue intenso, pero seguro. Las experiencias fueron muy positivas y dejaron grandes enseñanzas en cada uno de ellos. Aprendieron a seleccionar lo mejor de lo bueno; a examinar sin contemplaciones las ventajas y especialmente los errores para no seguir cometiéndolos. No dudaron en dejar lo que era necesario, y dispusieron su corazón para aceptar los desafíos adaptándose a una nueva manera de ver las cosas, a un cambio de mente, y a dejarse enseñar y guiar por el Espíritu Santo. Liderazgo En LLamas - 5 Uno de los pasos sorprendentes fue poner en acción la Palabra del Señor para así, avanzar en fe. Esto los ayudó a no quedar atrapados en las experiencias del pasado, desechando la filosofía de creerse una generación única y separatista del resto de los miembros de la Iglesia, ya que esto genera divisiones y aislamiento. También aprendieron a verse a sí mismo y a los demás como Cristo los ve, como parte de un solo Cuerpo; esta experiencia aún hoy sigue provocando grandes expectativas. Los resultados hasta aquí, por obra y misericordia de Dios, son por demás significativos. Todavía queda mucho por andar y aprender. Sabemos como Iglesia que hay principios bíblicos, verdades espirituales y enseñanzas que nos han cambiado la vida. Esto es lo que queremos compartir contigo. Creemos que a través de este material el Señor te permitirá comenzar una nueva etapa de trabajo y servicio al Señor. Por favor, no olvides compartir con nosotros tus experiencias, para que juntos podamos ser de bendición a los demás. Como compañeros en la tarea, recibe nuestra bendición. Avanza en fe. Comienza poniendo en práctica aquello que más te llega de este material. Comparte con tus colaboradores lo que el Señor ya depositó en ti. La tarea no podrás realizarla tú solo, es importante que otros se sumen a este desafío, para que juntos alcancen la bendición. Cuenta con nosotros. Estamos para acompañarte. Dios te bendiga ricamente. Rev. José Luis Vena 6 - Liderazgo En LLamas AGRADECIMIENTOS A Jesucristo. Él es el centro, adorarlo y servirlo es mi meta más alta. A mi esposa Vanina, gracias por todo tu esfuerzo, paciencia, amor y entrega durante todos estos años juntos, no tengo palabras para decirte cuanto te amo, eres excelente. A Thomas y Michelle, mis dos hijos que son un regalo para mi vida, por el amor que me expresan todos los días. A la congregación de la Iglesia El Buen Pastor de Lomas de Zamora, por creerle al Señor durante todos estos años y ser fieles a Su Palabra. A los Pastores José Luis y Rita Vena, por su fidelidad, entrega incondicional, dedicación y servicio a la amada Iglesia de Jesús. Gracias José por alentarme y empujarme a escribir cuando pensaba que esto era lo último que podría llegar a hacer en la vida. Además de mi pastor, eres mi amigo, mentor y maestro. Gracias por la oportunidad de servir juntos, en todo momento aprendo y soy desafiado a más. Al Cuerpo Ministerial por la amistad, servicio y trabajo que compartimos durante años. A todos los líderes y obreros de la Iglesia El Buen Pastor por la unidad y el servicio que semana tras semana realizan en las diferentes áreas de la Iglesia con amor y pasión. Liderazgo En LLamas - 7 Al grupo de Jóvenes y Líderes por lo vivido, por su servicio y por avanzar en fe frente a los grandes desafíos y locuras en las cuales Dios nos ha metido. A todos los que trabajaron para armar este material, entre ellos: Valeria Aguirre, David Vena, Gabriel Vega, Pablo Depaoli, Sabrina Depaoli, Romina López, Moisés Andurillo, Fabian Passarelli, Ricardo Forbes, Luis Pereyra, Pamela Soria, Ruth Ballestas y tantos otros que colaboraron con la corrección del material. A Juan Vena por el diseño y diagramación. A Rodrigo Lopez Cardozo por las fotos del material. A Pedro Herrera y Nathan Grams, mis amigos y compañeros en esta tarea de formar líderes. Gracias por siempre estar. A Fernando y Pablo Grancharoff, dos grandes. El apoyo que nos dieron desde la imprenta, la paciencia y el respaldo ha sido alentador y valioso. Y a TODOS los que colaboraron aportando ideas, esfuerzo y recursos para que este material hoy sea una realidad. 8 - Liderazgo En LLamas INTRODUCCIÓN El material que vamos a presentarte a continuación no es el resultado de un día de trabajo ni el trabajo de una sola persona, sino el resultado de más de diez años de servicio, búsqueda de respuestas de Dios para un mejor resultado y mayor efectividad en el ministerio de jóvenes. Con este material deseamos ser de bendición para tu vida y ministerio; queremos compartir lo que a través de los años fuimos aprendiendo. Encontrarás muchas experiencias personales y el trabajo en conjunto con los jóvenes. A medida que avanzamos fuimos descubriendo secretos de parte de Dios para tener una mayor efectividad en lo que hacíamos. No creemos saber todo ni haber alcanzado todas las cosas, sentimos que esto recién comienza, pero estamos dando pasos firmes y sabemos que lo mejor está por delante. “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” Filipenses 3.12-14 Al finalizar cada capítulo encontrarás una guía práctica con los puntos más sobresalientes que te ayudarán a avanzar en fe. Te animamos a seguir bajo la guía de tu pastor, y que junto a tu equipo de trabajo pongas en práctica este material. Esto permitirá que comiences a ver cambios y crecimiento en tu ministerio. Liderazgo En LLamas - 9 10 - Liderazgo En LLamas ÍNDICE CAPÍTULO 01 PREDICANDO LA PALABRA COMO CENTRO DE TODA ACTIVIDAD CAPÍTULO 02 ENSEÑANDO LA SANA DOCTRINA CAPÍTULO 03 AFIRMANDO LA VISIÓN CAPÍTULO 04 MINISTRANDO EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO CAPÍTULO 05 FORMANDO LÍDERES CAPÍTULO 06 DESARROLLANDO MINISTERIOS CAPÍTULO 07 HACIENDO EVANGELISMO Liderazgo Liderazgo En En LLamas LLamas -- 11 11 12 - Liderazgo En LLamas CAPÍTULO UNO PREDICANDO LA PALABRA COMO CENTRO DE TODA ACTIVIDAD “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.” Salmos 19.7 COMIENZO DEL MINISTERIO Con tan sólo diecinueve años y la mitad de mis estudios teológicos cursados, mi Pastor me llamó para liderar el ministerio de jóvenes de la Iglesia. La tarea no era muy alentadora, unos meses atrás habíamos sufrido un éxodo de jóvenes y el grupo que permaneció era pequeño, alcanzaban los dedos de una mano para contarlos. Ante esta situación muchas veces me pregunté si había sido escogido porque el Pastor vio potencial en mí o porque realmente no había otra persona en ese momento para ocupar el lugar que había quedado libre. Gracias a Dios, con el tiempo el Señor respondió esa pregunta. Con el llamado del Pastor y el respaldo de todo el Cuerpo Ministerial (grupo de líderes de ministerios que trabajan junto al Pastor). Luego, de varias semanas de no haber realizado actividades, se realizó la primer reunión de jóvenes para dar la noticia de los cambios y el comienzo de un nuevo tiempo; recuerdo como si fuera hoy que esa noche varios de ellos vinieron sin saber qué iba a pasar, y para muchos fue su última visita a la Iglesia. Luego de la presentación, el Pastor me dejó para que diera unas palabras a los jóvenes. Liderazgo LiderazgoEn EnLLamas LLamas--13 13 El sábado siguiente me apresuré para estar temprano y organizar la actividad. Observando que llegaba la hora del comienzo de la reunión y que me encontraba solo en el templo, comencé a preocuparme seriamente. No sólo era el líder de jóvenes, sino también el encargado de sonido, de levantar la ofrenda y el director de alabanza; como no sé tocar ningún instrumento, tenía que cantar acompañado de un cassette. Ante la desesperación y el temor de quedarme completamente solo, comencé una carrera recurriendo a cientos de ideas y actividades con el fin de retener a los pocos que quedaban, intentando llamar su atención para que vinieran a la reunión de los sábados. La primera estrategia fue intentar sumar a aquellos que habían quedado, prometiéndoles un lugar de liderazgo, cosa que no dio buen resultado. La segunda opción fue organizar un campamento para llamar la atención de los jóvenes. Tenía como meta llevar la mayor cantidad de jóvenes, así que con mucho esfuerzo logré juntar unos treinta jóvenes para realizar el primer campamento en el interior del país. Ahí se fueron todos mis ahorros, aun los que había juntado para mi cercano casamiento; no sólo pagué mis pasajes sino también los de aquellos jóvenes que alenté, animé y hasta comprometí a viajar. Me llenó de orgullo y emoción ver que el grupo se había duplicado, pero como en toda actividad fuera de lo común, aparecen jóvenes de hasta debajo de las piedras y así como aparecen, al finalizar la actividad también desaparecen. A medida que pasaba el tiempo se fueron sumando una innumerable cantidad de actividades como: confraternidades, recitales, fiesta del día del amigo, fiesta de la primavera, cenas show, fiestas de cumpleaños (y no te podías olvidar el cumpleaños de uno de ellos porque ahí perdías a un joven que no volvería nunca más, no sólo eso, sino que se iría diciendo que “en la Iglesia no hay amor”), fiestas de aniversario, fiesta de fin de año, navidad y pascuas; fiesta de la pizza (nos hicimos especialistas amasando pizza), del espagueti, el canto bar, la noche de talentos, juegos de todos los tipos, colores e ideas, torneos de fútbol, vóley, tenis, ping-pong y hasta ajedrez; fiesta de acá, fiesta de allá y fiesta de la fiesta, todo servía de excusa para atraer a un mayor número de 14 - Liderazgo En LLamas jóvenes. Por supuesto, la palabra “gratis” era el gancho para atraparlos, esa nunca fallaba; sólo que lo que era gratis para ellos, para mí o los pocos que me ayudaban significaba una gran inversión de dinero, y mucho trabajo al finalizar para limpiar todo que se había ensuciado y desordenado. Por lo cual, la actividad principal para la mayoría era lo que se hacía después del culto, colocábamos afiches anunciando la actividad, buscando generar mayores expectativas porque todos esperaban algo mayor cada semana. Las primeras grandes compras del ministerio, salieron de mi bolsillo. Invertí en la mesa de ping-pong y un metegol, cosas que muchos amaron y hasta venían solamente para luego poder pasar horas jugando en el comedor de la Iglesia. Al poco tiempo el ping-pong y el metegol eran poca cosa y ya algunos hablaban de lo bueno que sería tener una mesa de pool, que nunca llegó porque mi bolsillo no alcanzaba hasta esos números. Creo que de haberla comprado, el siguiente paso hubiese sido una pista de Bowling, patinaje sobre hielo o quién sabe qué. Una noche, luego de haber trabajado tanto para armar la actividad “importante” y no haber podido preparar bien la predicación, me encontré sentado en el primer banco de la Iglesia totalmente confundido y con mucha presión ante una reunión ya iniciada. En ese mismo momento el Señor me habló y me dijo muy claramente: “No te llamé para entretener a los jóvenes o para organizar fiestas. Yo te llamé para formar discípulos, hombres y mujeres que amen mi Palabra y me sirvan con todas sus fuerzas”, mientras aún escuchaba estas palabras, me vino una imagen en la que podía ver cómo sábado tras sábado estaba parado delante de los jóvenes como un payaso haciendo malabarismos para poder entretenerlos, y pensando dentro de mí: “hay que hacer lo que sea para que no se vayan al mundo”. Lo único que el Señor me estaba pidiendo era que invirtiera mi tiempo, de ahora en más, en lo que es el verdadero centro de toda actividad: “enseñar la Palabra y formar jóvenes”. Afirmar y priorizar la adoración, la enseñanza y la ministración de la Palabra de Dios. A partir de esa noche, los cultos pasaron a ser la única actividad. Dejé de organizar actividades para retener a los jóvenes, de invertir en juegos, de Liderazgo En LLamas - 15 festejar los cumpleaños como parte del ministerio, de organizar campamentos, confraternidades, campeonatos de fútbol o cualquier otra cosa que hasta el momento habían sido el eje de nuestro ministerio, esfuerzo y atención. Entendí y aprendí que la Palabra tiene poder en sí misma para hacer todas las cosas. Ella no depende de mi realidad, ni de lo que pienso que puede ser “bueno” para los jóvenes. Por tiempo había usado la Palabra de Dios para decir lo que pensaba, sentía y veía de los jóvenes. Pero ante la verdad de Dios entré en conflicto, porque Su realidad no tenía nada que ver con lo que yo veía, pensaba y oía. El pasaje de 1 Juan 2.14b revolucionó mi cabeza “…Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.” Comencé a preguntarme ¿Dónde están estos jóvenes? porque solamente tengo a mi lado jóvenes débiles, que ni siquiera traen la Biblia a los cultos, y si había una era todo un milagro. Mi visión de los jóvenes era muy distinta a la de Dios, los veía pasivos, perezosos, atrapados por el mundo, presa fácil de los vicios, sin rumbo ni sentido en la vida, difíciles de cambiar, viviendo más bien como esclavos del pecado. Esta forma errónea de ver a los jóvenes también me incluía a mí, al verme a través de mis ojos naturales, y solamente ver mis limitaciones y errores. Comprendí que el apóstol Juan cuando escribe a los jóvenes, no lo está haciendo a cualquier joven. Por eso en Isaías 40.30, 31 dice: “Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” Muchas veces pensamos que los jóvenes están en la plenitud de la vida, y aun ellos mismos se sienten fuertes, consideran que nada ni nadie los puede detener. La verdad de Dios nos muestra que no es así, que naturalmente son frágiles, pero existe otra realidad, la de los jóvenes que guardan la Palabra del Señor, aquellos que le creen a Dios y confían en Él; éstos son los fuertes, los que han vencido, porque viven de acuerdo a lo que Él dice, en consecuencia experimentan grandes cambios, y fortalecidos en el poder de Dios son guiados a vivir cosas mayores. Esta revelación de la verdad de Dios cambió mi vida y la visión que tenía respecto al ministerio. 16 - Liderazgo En LLamas La tendencia natural es olvidarnos de lo que dice el Señor. El error es apuntar a cambiar a los jóvenes usando otros medios. Los exhortamos a que cambien su conducta, sin entender que solamente la Palabra es la que puede generar dicho cambio. Por más amistad, juegos y actividades que les ofrecíamos, los jóvenes no cambiaban sus malos hábitos ni se definían por el Señor. “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra.” (Salmo 119.9). Aprendí que es necesario predicar la Palabra desde la perspectiva de Dios, desde Su verdad, y no desde mi punto de vista. Pude comprobar que Su Palabra no vuelve vacía, sino que produce cambios en aquellos que la reciben. “Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.” (Isaías 55.10, 11). Apuntaba a levantar jóvenes comprometidos que crecieran en la vida con Dios, pero lo buscaba por medios incorrectos. En 2 Timoteo 3.16, 17 dice “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” Solamente la Palabra puede producir esa clase de joven que avanza, crece, se compromete y está preparado para servir al Señor; cualquiera sea la necesidad o situación a la que se enfrente. EL FANTASMA DEL ABURRIMIENTO Durante mucho tiempo abocamos todas nuestras fuerzas en complacer a aquellos que se quejaban diciendo que la actividad era muy aburrida. A pesar del esfuerzo que poníamos nunca estaban conformes y lo que es peor, continuaban quejándose. Como líder uno desea que nadie quede fuera. Buscábamos la manera de integrar a los que no querían participar por medio del aliento o persuasión a fin de convencerlos, pero ningún esfuerzo era suficiente, no había cambios de actitud. La actividad había terminado, y no habíamos invertido tiempo en aquellos que sí querían participar. Liderazgo En LLamas - 17 Priorizar la predicación de la Palabra y la enseñanza iba en contra de todo razonamiento. Muchos con buenas intenciones me decían que los jóvenes se iban a aburrir, porque no soportarían más de veinte minutos de predicación, se distraerían, y vendrían si no había juegos, comida, recitales, confraternidades, etc. Es más, el cancelar toda otra actividad y solamente centrarme en la Palabra en los primeros años me llevó a creer que tenía el ministerio más raquítico, aburrido y el menos efectivo que podría existir; pensaba que mi liderazgo era un fracaso, que no tenía frutos y varias veces estuve a punto de abandonar el ministerio. Tomé nuevas decisiones, con el fin de centrarnos en la enseñanza y la predicación. Una de las primeras cosas que organicé fue lo que al tiempo denominamos “Pernoctada”, que consiste en una actividad de una noche. Al finalizar el culto del sábado, todos salimos hacia un lugar de retiro que tenemos como Iglesia. Pasamos la noche allí para poder comenzar bien temprano con un devocional privado de lectura de la Biblia y oración. Luego de un rico desayuno, comenzamos con plenarias donde dedicamos varias horas para enseñar la Palabra y ministrar. Después del almuerzo tenemos poco tiempo libre, que varias veces usamos para hacer grupos pequeños donde compartimos lo que se enseñó. Finalmente subimos al micro para volver a la Iglesia y participar del culto del domingo a la noche. La primera vez que realicé esta actividad, pensé por dentro que nadie volvería, y hasta que algunos me iban a reclamar el dinero porque no había mucho tiempo para juegos, ni deporte. Para mi sorpresa, no fue como yo había pensado, el grupo comenzó a crecer y para las siguientes oportunidades no solamente era mayor, sino que aun ellos traían y alentaban a otros a participar; había hambre de Dios en el grupo y eso provocó que el lugar de retiro nos quedara chico. A través de los años he visto jóvenes hacer esfuerzos enormes para asistir, dispuestos a dormir en el piso, en los autos, sentados, y hasta casi podría decir parados por el simple hecho de estar presentes y recibir de Dios. 18 - Liderazgo En LLamas Hace ya varios años que no realizo actividades recreativas. Las cuales antes eran comunes y constantes, pero no daban buenos resultados. Hoy, el culto se convirtió en la actividad principal de los jóvenes. El grupo no para de crecer y sabemos que lo que viene aún es mayor. PRIMEROS ÉNFASIS A partir de aquí, comenzamos a establecer metas y acciones concretas. Con el tiempo, fuimos descubriendo las bases fundamentales para levantar un ministerio de jóvenes. La enseñanza de la Palabra, el servicio en la Iglesia y el evangelismo fueron algunas de ellas. Sé que podríamos mencionar muchas otras que son necesarias e importantes, pero estos tres énfasis nos abrieron camino a mayores cosas, tirando por tierra varios pensamientos o creencias que habíamos aceptado como verdaderas hasta el momento. LA ENSEÑANZA DE LA PALABRA La Palabra produce cambios en los corazones. Introdujimos a todo el grupo de jóvenes y líderes en los estudios bíblicos que se dictan en la Iglesia. Contamos con un sistema de dos niveles, cada nivel dura un año. En el primer nivel se enseñan las bases doctrinales del evangelio y en el segundo nivel se dictan clases para la formación de obreros, con temas claves que el Señor nos ha ido dando a través de los años por medio del Pastor. Traer la Biblia es uno de los requisitos para poder participar de las actividades. Cada semana buscamos que se lea; y los líderes, más que nadie, deben conocerla bien y vivirla. Muchas veces, al salir para retiros o campamentos, pedimos Biblia en mano e inscripción para poder subir al micro. En los cultos siempre los alentamos a leerla, marcar los pasajes y tomar apuntes. Usamos una sola versión de la Biblia, la versión Reina Valera 1960, para que todos lean y hablen una misma cosa Liderazgo En LLamas - 19 Comencé a predicar con mayor énfasis la verdad de la Palabra en las reuniones de los sábados, y a tomarme todo el tiempo necesario para ese fin. No di lugar al qué dirán, al temor de que se aburran o no presten atención. Ahora la gran pregunta era ¿Qué predico? ¿Qué mensaje doy a los jóvenes? Empecé a tomar apuntes de lo que el Pastor predicaba el domingo, a esta Palabra la llamamos Rhema (denota aquello que es hablado, lo que es expresado de la palabra o por escrito. En la Biblia existen dos palabras griegas LOGOS y RHEMA que, al ser traducidas al castellano, significan palabra. Cuando se utiliza Logos se refiere a toda la Biblia, mientras que Rhema se refiere a una palabra que sale del Logos, pero es una Palabra que Dios habla en un momento determinado y para una situación específica). Esta es la Palabra que corre durante la semana en todas las actividades de la Iglesia. Sobre lo predicado el domingo busco algún punto fuerte, versículo importante o solamente teniendo bien en claro el espíritu del mensaje. Armo la predicación sin importar lo que yo sienta o piense, sin tener en cuenta la necesidad aparente de los jóvenes. Realmente comprobamos que Dios por medio de la Palabra responde a todas las inquietudes y necesidades de los jóvenes, y vimos que los resultados son muy grandes. Todo lo que necesito está en la Biblia. Al comienzo, busqué en libros y materiales para trabajar con los jóvenes, si bien tengo libros que han sido muy útiles, ninguno reemplaza la Palabra de Dios. “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;” (2 Pedro 1.19). Por eso, para enseñar en los grupos pequeños, comenzamos a usar el bosquejo de la Rhema que el Pastor utiliza para predicar el domingo. Aprendimos que la Palabra de Dios está por encima de todo y responde toda inquietud y pregunta. Comprobamos que no importa el problema o cuestión, la Palabra tiene respuesta a toda situación, dificultad o circunstancia. Una de las cosas que más nos sorprendió, fue que muchos padres comenzaron a acercarse para mencionar que sus hijos estaban tomando tiempo en la semana para leer la Biblia. Aun tenían que llamarles la atención porque a largas horas de la noche no se iban a dormir y estaban metidos en la Palabra. Comenzamos 20 - Liderazgo En LLamas a ver jóvenes que traían sus Biblias a las reuniones, y lo más interesante, sabían utilizarla. La Palabra tomó tal importancia dentro de nuestra congregación, que a diferencia de lo que Pablo les dice a los Corintios, los jóvenes hoy no quieren “leche”, sino vianda. Palabra sólida de parte de Dios para sus vidas (1 Corintios 3.1, 2). EL SERVICIO EN LA IGLESIA Nuestra segunda prioridad fue incluir a todos en algún área de servicio dentro de la Iglesia. Una de las cosas que les repetí hasta el cansancio: “te quiero ver, te quiero ver, te quiero ver”. Les comencé a hablar y alentar para que estén en todas las actividades, sea construcción, limpieza de la Iglesia, ministerio de niños, en la música, sonido, iluminación, atención de los nuevos, evangelismo, y cualquier otra tarea o actividad dentro de los ministerios. Aprendimos que servir al Señor demanda: tiempo, vida y dinero. Y las tres van de la mano, no alcanza con sólo dar una parte de nosotros. Los jóvenes saben que al hablar del servicio, hablamos de una entrega total, de acuerdo a la entrega y ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, sabiendo que todo lo recibimos de Dios con el fin de edificar Su Iglesia. Como está escrito en Efesios 4.11-16: “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.” La misma enseñanza de la Palabra impulsa a los jóvenes a querer involucrarse en el servicio de la Iglesia. Tienen claro que su tarea es para la edificación Liderazgo En LLamas - 21 del cuerpo de Cristo, sin importar el lugar. Muchos comenzaron a acercarse y preguntarme dónde podían ayudar o en qué área de servicio podían colaborar. De esta manera, la Iglesia comenzó a llenarse de jóvenes inquietos y dispuestos a trabajar en favor del cuerpo de Cristo. EL EVANGELISMO Al principio, el sólo pensar en evangelismo me ponía la piel de gallina y generaba un gran temor. Hacía tiempo que Dios nos venía pidiendo que salgamos a evangelizar en la ciudad, en las discotecas, bares y lugares donde los jóvenes se concentraban los fines de semana. Creía que dentro de la Iglesia estábamos protegidos y el diablo no nos podía tocar, pero salir afuera “al territorio enemigo”, ya era otro tema. No veía a los jóvenes preparados y mi temor era salir a evangelizar con el pequeño grupo que tenía y volver con la mitad. Tenía un gran problema de visión hacia mí y hacia los jóvenes, mis pensamientos no eran claros y afirmarme en lo que dice 1 Timoteo 4.12, sobre ser ejemplo de los creyentes, era algo muy difícil de asimilar. Pasó un buen tiempo hasta que le creímos al Señor. Nuestra visión fue cambiada y entendimos que la ciudad donde estamos había sido entregada a la Iglesia, en Hechos 18.9, 10 “Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad.” La Palabra nos libró del temor y fuimos movidos a salir, al comienzo con un pequeño grupo. Pero lo que Dios hizo fue tremendo, comenzamos a marcar la diferencia; predicábamos y orábamos en las largas colas de jóvenes que esperaban en medio de la noche para entrar a las discotecas. Cantidad de jóvenes aceptaban a Dios y aun se abrían a que oráramos por ellos. Esto además trajo definición, porque algunos de nuestros jóvenes al terminar la reunión del sábado salían para formar parte de esas filas; y al vernos, muchos de ellos fueron movidos al arrepentimiento y otros a buscar ayuda. 22 - Liderazgo En LLamas CONCLUSIÓN Predica la Palabra como centro de toda actividad. Como líderes estamos para dar lo que realmente los jóvenes necesitan, somos ministros de la Palabra por encima de cualquier otra cosa, nuestra función es formar discípulos, llevarlos a vivir y experimentar la vida de Dios al máximo. La enseñanza de la Palabra, el servicio en la Iglesia y el evangelismo nos ayudaron a dar pasos firmes y a crecer. Hoy seguimos fortaleciendo estos puntos y las demás cosas se van dando por sí solas. “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” (Mateo 6.33). El entretenimiento y el deporte nunca faltan, pero no como base fundamental o vital de la actividad. GUÍA PRÁCTICA / PUNTOS FUERTES PARA AVANZAR EN FE 01. Predica la Palabra como centro de toda actividad. 02. Proclama verdades bíblicas acerca de tu ministerio y de los jóvenes. 03. Establece prioridades en el ministerio. 04. Invierte tiempo, vida y dinero en la enseñanza de la Palabra, el servicio en la Iglesia y en el evangelismo. 05. Apunta a las verdades de Dios a la hora de armar la predicación. 06. Impulsa a los jóvenes a servir. 07. Motiva a los jóvenes a evangelizar. 08. Busca diferentes maneras para que recuerden la Palabra y que se manifieste en sus vidas. 09. Insiste en que los jóvenes traigan Biblia a los cultos, que lean la Biblia, que la marquen y tomen apuntes en las reuniones. 10. Elimina toda actividad que te demande tiempo y no cumpla con las prioridades de tu ministerio. Liderazgo En LLamas - 23 24 - Liderazgo En LLamas Liderazgo En LLamas - 25 CAPÍTULO DOS ENSEÑANDO LA SANA DOCTRINA “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” 2 Timoteo 3.16, 17 DOCTRINAS ENFRENTADAS El mundo tiene una manera de ver a los jóvenes, un estereotipo de lo que son y de lo que tienen que llegar a ser. Esto marca su forma de vida, generando internamente un modelo a seguir, y termina siendo “su verdad”. La cual se ha incorporado en ellos a través de un constante bombardeo de los medios de comunicación, y que aun aprendieron de sus padres. El peligro es permitir que esta manera de verlos se introduzca dentro de la Iglesia y la aceptemos como parte nuestra. Al ir avanzando fui descubriendo algunas falsas doctrinas. Por años afectaron la vida de los jóvenes, llevándolos a tomar una postura frente a diferentes situaciones. Estas falsas doctrinas marcaron en ellos una forma de pensar, que se manifestaba a través de la conducta, generando conflictos con otros jóvenes, con sus familiares, y autoridades dentro y fuera de la Iglesia. Nuestro error, por mucho tiempo, fue apuntar a modificar la conducta de 26 - Liderazgo En LLamas los jóvenes, sin cambiar aquellas doctrinas que estaban operando en ellos. Nuestras predicaciones y enseñanzas bien intencionadas no dieron el fruto deseado, al contrario, no los ayudó. Estuvimos exigiéndoles cambios, y sin darnos cuenta, poniendo un tremendo peso sobre sus vidas, que provocó grandes frustraciones al no poder conseguir o alcanzar aquellas cosas que se proponían. Querían seguir a Dios, pero por otro lado eran movidos a descuidar la salvación pensando que por sus continuos deslices o caídas no servían para ser cristianos y que no podían agradar a Dios. En consecuencia, perdían el entusiasmo por las cosas de Dios, y al no sentirse aptos abandonaban su lugar de servicio, dejaban de participar de las actividades de la Iglesia, y olvidando lo vivido, se entregaban a una vida de pecado. Comprender la doctrina de Dios es distinguir entre Su verdad y mi verdad. Aquellos que hoy no creen y no han recibido el Espíritu del Hijo, están viviendo y haciendo la voluntad de los pensamientos y deseos del mundo. Tienen el entendimiento entenebrecido (Efesios 4.18), son llevados por doquiera de todo viento de doctrina (Efesios 4.14), y viven presos del príncipe de la potestad del aire (Efesios 2.2). Estos jóvenes creen ser libres, “creen elegir” su forma de vivir, lo que hoy conocemos como tendencias, inclinaciones, modas, o lo tan mencionado en los últimos tiempos “las tribus urbanas”, que no son otra cosa que la manifestación del hombre natural sin Dios en búsqueda de una identidad o sentimiento de pertenencia. Muchos tratan de entender la conducta humana, le buscan explicación o razón de ser, pero Romanos 1 nos menciona que el hombre le dio la espalda a Dios y ha sido entregado a la inmundicia (vs.24), a pasiones vergonzosas (vs.26) y a una mente reprobada (vs.28). En la naturaleza del hombre no está el hacer el bien y es incapaz por sus propias fuerzas de lograrlo (Romanos 3.10-18). Aceptar lo que Dios nos dice, es ir en contra de nuestra propia naturaleza. Es hablar un idioma totalmente diferente al que el mundo utiliza, y hasta corremos el riesgo de ser tildados de locos o ilusos. Sabemos que para el mundo y para el hombre natural las cosas de Dios son incomprensibles, aunque quiera y se esfuerce en ellos, no las puede entender. Pero para nosotros los que creemos, es sabiduría de Dios, Romanos 1.16 dice: “Porque no me avergüenzo del Liderazgo En LLamas - 27 evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree…”; y en 1 Corintios 1.18 dice “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.” Dios nos llevó a vivir bajo Su verdad, y aunque ésta pareciera irracional, comenzamos a afirmar lo que Dios decía por encima de la realidad. Esto generó que muchos no lo entendieran y se molestaran, varios se fueron y hasta perdimos amigos, líderes y jóvenes que no comprendieron lo que Dios nos estaba diciendo. En su momento fue terrible, porque no queríamos perder a nadie, especialmente cuando el grupo es pequeño y la salida de alguno es muy notoria, pero la determinación a creerle al Señor fue lo que marcó un cambio y un gran crecimiento en los jóvenes. LA DOCTRINA DETERMINA LA CONDUCTA La doctrina no son conceptos, ideas o preceptos humanos que deban comprenderse a nivel intelectual, la doctrina tiene que ver con la persona de Jesús (Juan 1; 7.16). Jesús mismo, aun siendo el hijo de Dios no habló por su propia cuenta, no hizo lo que quiso, no buscó decir lo que le parecía o pensaba, Él estaba sujeto al Padre en todas las cosas. En el libro de San Juan 5.30, Jesús lo aclaró muy bien al decir: “No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.”, también dijo: “Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta. El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero, y no hay en él injusticia.” (Juan 7.16-18). En la primera carta a Timoteo, Pablo le insiste a que se ocupe e invierta tiempo en cuidar la doctrina, la cual lo salvará a él y a los que le oyeren (1 Timoteo 4.13-16); y en su segunda carta, entendiendo que muchos no van a querer sufrir la sana doctrina, sino que se levantarán maestros conforme al corazón del hombre y sus concupiscencias para apartar el oído de la verdad, lo exhorta a que predique y enseñe con toda paciencia y doctrina. La tarea de todo líder 28 - Liderazgo En LLamas es conocer el poder que hay en las Escrituras y proclamarla a tiempo y fuera de tiempo, cuando tenga ganas y cuando no las tenga, cuando vea a Dios obrar y cuando no vea ni sienta nada. Es vital entender que la Palabra tiene poder en sí misma para hacer todas las cosas (2 Timoteo 3.15-17; 4.1-6). Sólo a través de un cambio de doctrina, se cambia la conducta. En nuestro caso la conducta de los jóvenes no coincidía con la doctrina de Jesús, ni con lo que Dios dice. Entre los jóvenes era común los noviazgos desordenados, las salidas nocturnas donde no faltaban los excesos de alcohol, las fiestas donde no había ninguna diferencia con el mundo, y para muchos, ir a las discotecas era la segunda actividad de los días sábados. Las mentiras del mundo, la carne y el diablo comenzaron a ser cambiadas por la verdad de Dios. Sólo afirmando lo que Dios dice de los jóvenes es posible cambiar de idioma. Al comienzo surgieron grandes conflictos porque derribamos verdades que por años habían sido comunes entre los jóvenes. Esto es lo que Dios busca de nosotros, que hablemos conforme a Su verdad, que seamos como la boca de Dios. Que Él santifique nuestros labios para hablar verdad y hablar conforme a lo que hemos creído. “Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos.” (2 Corintios 4.13). FALSAS DOCTRINAS Las falsas doctrinas nos hacen hablar en contra de Dios mismo. Hay quienes viven quejándose y hablando conforme a su corazón que es engañoso en gran manera (Jeremías 17.9). Salomón mencionó el peligro de ir tras los caminos del corazón y la vista de los ojos, esto por más placentero que parezca, termina siendo camino de engaño y de muerte (Eclesiastés 11.9, Proverbios 14.12; 16.25), y nos conduce por caminos sinuosos, entre ellos, el peligro de ver lo que se ve y hablar en base a la realidad humana; el peligro de perdernos lo que Dios está queriendo hacer, que va por encima de la realidad o capacidades humanas; el peligro de desmayar y quedarnos a medio camino, de ceder frente a las tribulaciones que son momentáneas; el peligro de desgastarnos y no Liderazgo En LLamas - 29 experimentar una renovación diaria y gustar de un excelente y eterno peso de gloria; el peligro de no poder ver lo que no se ve, lo eterno, lo que Dios ha preparado para nosotros que creemos en Su nombre (2 Corintios 4.16-18). Jeremías como profeta pasó por diversas situaciones y peligros muy difíciles, sufrió afrenta por amor a Dios, por guardar y dar Su mensaje, pero era necesaria una transformación para que Dios pudiera obrar a través de su vida. “Por tanto, así dice Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos. Y te pondré en este pueblo por muro fortificado de bronce, y pelearán contra ti, pero no te vencerán, porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dice Jehová. Y te libraré de la mano de los malos, y te redimiré de la mano de los fuertes.” (Jeremías 15.15-21). La Palabra fue gozo y alegría a su corazón y halló respuesta de Dios y aliento para continuar haciendo su tarea. Durante mucho tiempo hubo frases que corrían en la Iglesia, afirmaciones que fueron utilizadas como armas por el diablo para robar a los pocos que estaban o a los únicos que entraban. Estas supuestas verdades se escuchaban comúnmente entre los jóvenes como “en la Iglesia no hay amor”, “se va a crecer solamente saliendo o yendo a otro lado”, “los líderes no me entienden”, y qué decir de aquellas frases que luego se convertían en el eje central de una predicación como: “los jóvenes no saben lo que quieren”, “el problema es que están adoleciendo”, “son débiles ante el pecado”, “no hay que esperar mucho de ellos porque son irresponsables”, “el problema es que son sentimentales y ciclotímicos”, “no saben lo que es el respeto a las autoridades”; y podría seguir agregando cosas como: “no tienen plata”, “no prestan atención”, “no evangelizan” y mucho menos pensar en ellos como ejemplo. Pero como líder entendí que no estoy para hablar o mostrar lo que son en la carne o no tienen; sino para enseñar y mostrar por medio de la Palabra lo que son, y lo que tienen en Jesús. Nuestro mayor énfasis fue consolidar el equipo de liderazgo con el fin de derribar las falsas doctrinas, ya que por algún tiempo el grupo de trabajo había participado y aceptado ciertos tipos de conducta y actividades que no eran 30 - Liderazgo En LLamas propias de un líder, ni siquiera de un creyente. Por eso invertí tiempo en ellos, nos pusimos de acuerdo, eliminamos el hablar las falsas doctrinas y afirmamos verdades que fueron claves para alcanzar lo que Dios tiene. Por medio de estudios y tiempos de oración, afirmamos la identidad del joven en Cristo. Esto generó una transformación en su interior, en la visión hacia sí mismos, hacia los demás y hacia el servicio en la Iglesia. El resultado fue ver cambios en la conducta, en la vida de los líderes y jóvenes. CONCLUSIÓN Enseña la sana doctrina. Como líderes es importante afirmar la verdad de Dios, derribar todo comentario y afirmación que va en contra de lo que Dios dice, y que sólo la Palabra de Vida corra entre los jóvenes. El poder del acuerdo, hablar todos una misma cosa y tener un mismo sentir es sinónimo de avanzar con firmeza, sólo esto produce cambios en el interior de los jóvenes y como consecuencia, en su manera de vivir. GUÍA PRÁCTICA / PUNTOS FUERTES PARA AVANZAR EN FE 01. Afirma las verdades de Dios por sobre todas las cosas. 02. Ponte de acuerdo con el grupo de liderazgo. 03. Proclama la doctrina a los jóvenes en todo momento y lugar. 04. Fortalece la identidad del joven en Cristo. 05. Rechaza todo comentario o afirmación que vayan en contra de lo que Dios dice de los jóvenes. 06. Derriba todas aquellas doctrinas o supuestas verdades que van en contra de lo que Dios afirma. 07. Enseña e invierte tiempo en la sana doctrina. 08. Habla una misma cosa con el grupo de liderazgo. 09. Trabaja para que haya en todos un mismo sentir. 10. Enfócate en afirmar la doctrina en tus enseñanzas y predicaciones. Liderazgo En LLamas - 31 32 - Liderazgo En LLamas CAPÍTULO TRES AFIRMANDO LA VISIÓN “Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial.” Hechos 26.19 APROPIARSE DE LA VISIÓN En una Iglesia sana hay una sola visión, cuando hay dos visiones significa que habrá di-visión. Hay una única visión y es la que Dios da a la Iglesia, la cual es necesaria para saber hacia dónde vamos, cómo invertir nuestras fuerzas y qué dirección dar a los jóvenes; sin una clara visión hay pérdida de rumbo. Sobre la base de esta visión es importantísimo ponerse de acuerdo para poder caminar juntos, como ministerio. “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” (Amós 3.3). Al comenzar a liderar a los jóvenes, una de las primeras cosas que le pedí a Dios fue recibir una visión para saber hacia dónde ir. Aproximadamente por un año realicé esta misma oración sin encontrar respuesta de Dios, porque la visión que esperaba recibir, Dios ya la había dado a la Iglesia. Al continuar insistiendo con lo mismo, el Señor en Su misericordia me respondió: “No me pidas más lo que yo ya di”. Aunque no lo sabía y no la veía, la visión ya estaba. Esta respuesta, además de dejar de buscar y pedir dirección, me llevó a conocer cuál era la visión que la Iglesia, el Pastor y la congregación ya tenían, y que yo todavía no había tomado como propia y mucho menos los jóvenes. Por tiempo observé que los jóvenes se movían en forma diferente a la vida de Liderazgo En LLamas - 33 la Iglesia. Cada uno buscaba tener su actividad, lugar, y hasta su propia visión. Esto generó grandes problemas en la unidad del Cuerpo, los jóvenes no tenían afinidad con la Iglesia, su participación era poca y a veces ninguna. Por tiempo creíamos que la actividad de los jóvenes era algo aparte de la Iglesia. La Iglesia local ya tenía una visión de parte de Dios. Esta no dependía ni depende de la persona que actualmente es el Pastor de la Iglesia. La visión que abrazamos fue recibida por el primer Pastor de la Iglesia en los años sesenta. Pasaron más de seis pastores hasta el actual, pero la visión sigue siendo la misma. Fue ahí donde comprendimos lo que Dios se había propuesto hacer con nosotros y en especial con la Iglesia en nuestra ciudad. Yo no tenía esta visión y muchos de los que me precedieron, hoy ya no están en la Iglesia porque tuvieron problemas con la visión y salieron en busca de la propia. Yo tenía mis propias ideas y pensamientos, pero fue necesario morir a lo mío para poder tomar lo que Dios ya había dado y comprender que la visión no es personal; por eso adopté la visión y la hice propia. Esto me llevó a aprenderla, memorizarla y enseñarla a todos como si fuera mía. Hoy sabemos muy bien lo que queremos y hacia dónde vamos como Iglesia y como jóvenes. Esta visión de Dios nos trajo claridad, nos dio certeza, saber por qué hacemos lo que hacemos. Nos llevó a tomar decisiones fuertes en el ministerio, pero también nos hizo ver más claro que nunca lo que no queremos, y así desechar todas aquellas cosas que parecían insignificantes o de poca importancia, pero que podían ser altamente peligrosas y hacernos perder el rumbo de lo que Dios se había propuesto hacer con la Iglesia. A partir de aquí comenzamos a afirmar aquello que Dios quería con los jóvenes, y así alcanzar el propósito de Dios aunque esto nos demandó morir a la visión personal, comprender lo que Dios quiere y no quiere, y captar el riesgo que se corre por no tener una visión clara. MORIR A LA VISIÓN PERSONAL Hay una sola visión que es de Dios y Él la da a la Iglesia. Por eso, lo primero que entendimos es que no existe tal cosa como una visión personal o muchas 34 - Liderazgo En LLamas visiones dentro de una Iglesia. También comprendimos que los dones y ministerios son dados por Dios, y no son para beneficio propio, ni para crear grandes ministerios alrededor de una persona o lograr alcanzar el “sueño” personal; sino que son dados por Dios con el fin de edificar la Iglesia (Efesios 4.11-16). Mi Pastor una vez dijo algo que marcó mi vida: “no hay Iglesia para que yo sea Pastor, sino que yo soy Pastor porque hay una Iglesia”. Cuando Dios levanta a alguien es por causa de la Iglesia y para bendecir a Su pueblo. Esto es lo que operó en la vida de Pablo (Hechos 18.9, 10) y lo aprendió al punto de no estar pendiente de sus cosas o buscando atención, ni de recibir algo a cambio, sino que estuvo dispuesto a gastarse todo por amor a las almas, y a darse por completo por el bien de los hermanos (2 Corintios 12.15). Todo aquel que quiera tener la visión de Dios, primeramente tendrá que morir a su propia visión y a sus fuerzas para poder alcanzarla. Es vital no ser rebelde a la visión de Dios y permitir que Su sentir esté ahora en nosotros. “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” (Filipenses 2.58). Seguir a Jesús demanda tomar la cruz cada día, ser obedientes, morir a nuestros sueños personales, a nuestras metas, ilusiones, deseos e intenciones. Es negarnos a nosotros mismos por amor a Él, con el fin de pastorear y cuidar a Sus ovejas (Juan 21.15-17, Filipenses 1.21). Jesús tuvo una visión bien clara de las cosas, no así sus discípulos. Él vio a la multitud como ovejas que no tenían pastor (Marcos 6.34). Aunque sus discípulos buscaron que Jesús despidiera a la multitud porque ya era muy avanzada la hora, Jesús se tomó el tiempo para enseñarles y darles una clase práctica, a través de un milagro tremendo que marcó sus vidas para siempre. Jesús enseñó a los suyos dónde poner toda su atención, en la verdadera necesidad de la multitud, la cual era apacentarlos. Aunque muchos buscaron a Jesús solamente por los panes y por los peces, o solamente por sus milagros, Él no se detuvo en este detalle, porque sabía muy bien para qué había venido. Jesús sabía que su Liderazgo En LLamas - 35 verdadera tarea era enseñar y predicar la Palabra (Marcos 1.38). Dios fue muy claro al llamar a Moisés (Éxodo 3.10). Él aprendió su lección de vida, que lo llevó a ser el hombre más manso sobre la tierra (Números 12.3). Fue tratado en el desierto para llegar a ser el hombre que Dios usaría para llevar a cabo la visión, conforme a Su plan y propósito. Hay una sola forma de hacer lo que Dios quiere, cuando nos despojamos de toda soberbia y nos vestimos de humildad. Cuando nos ponemos bajo su poderosa mano (1 Pedro 5.5, 6) y cuando nos entregamos para que sea a la manera de Dios y no a la nuestra, sólo así Él puede usar nuestras vidas. Sólo en Sus manos nos convertimos en “instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.” (2 Timoteo 2.21). SABER LO QUE SE QUIERE Tener bien claro por qué hacemos lo que hacemos, por qué ministramos a los jóvenes y qué queremos lograr, trae claridad y certeza de lo que tenemos que hacer y enfatizar. Tener una mayor claridad del Reino de Dios y poner todas nuestras decisiones bajo el control y poder del Reino nos conduce al propósito divino. Poner la visión de la Iglesia en primer lugar, nos llevó a hacernos las siguientes preguntas en cada área de trabajo y servicio: ¿Es conforme al Reino? ¿Es conforme a la visión de la Iglesia? ¿Hay Reino en lo que hacemos? Recuerdo una de las preguntas que el Pastor me hizo cuando fui a hablar con él por el deseo de casarme, no recibí la pregunta esperada, no fue un: ¿Estás seguro? ¿Realmente la amas? ¿Tienen con qué sostenerse o en dónde vivir? sino que fue: ¿Hay Reino en que te cases? Esto quemó mi cerebro y me inquietó por mucho tiempo, pero al descubrir cuál era el propósito de Dios con la Iglesia, todas las decisiones a tomar, incluso la de casarme, comenzaron a girar alrededor de la visión. Hoy puedo decir que mi matrimonio es acorde al propósito de Dios y que hay reino en todo lo que hacemos juntos. Esta es la misma pregunta que hago a los jóvenes cuando vienen a mí con sus inquietudes: ¿Hay Reino en que estudies? ¿Hay Reino en ese trabajo? ¿Hay Reino en esa relación que 36 - Liderazgo En LLamas estás encarando o en esa amistad? Saber lo que Dios quiere para la Iglesia se ha hecho tan claro que hoy es fácil hallar las respuestas correctas para todas nuestras decisiones o preguntas. La visión llevó a los jóvenes a buscar trabajos y carreras por causa de la Iglesia. Muchos de los jóvenes comenzaron a estudiar en la universidad o estudios terciarios, comprendiendo que eso sería útil para poder servir a Jesús y edificar los diferentes ministerios. Varios comenzaron a escoger sus trabajos buscando que no los sacara de las actividades de la Iglesia, otros renunciaron a importantes sueldos porque aceptarlos les iba a impedir asistir a la Iglesia y a los cultos. Comenzaron a ser fieles en los diezmos y ofrendas porque comprendieron que era conforme al Reino. Por otro lado, nosotros aprendimos a enseñarles la verdad y a levantar en ellos ministros con visión de Reino (Mateo 6.33). La visión, el propósito y la claridad del Reino de Dios confirman cada paso que damos. No depende de cuánto tenemos o de hasta cuánto somos capaces, sino de saber solamente que es conforme al propósito y avanzar en fe como viendo al Invisible. A medida que avanzamos vemos como Dios nos respalda y no somos avergonzados (Romanos 10.11). El Reino es lo que da sentido a todo lo que hacemos y a cómo nos movemos. SABER LO QUE NO SE QUIERE Saber lo que quiero, o mejor dicho lo que el Señor quiere, fue lo que nos hizo ver claramente y marcó bien lo que no se quiere y lo que no hay que hacer. Muchos no lo entendieron y aún hoy no lo entienden, hasta nos tildaron de duros, malos o legalistas, pero saber lo que Dios quiere fue lo que marcó nuestra conducta y vida. Hay cosas que dejamos de realizar o practicar y comenzamos a enseñar solamente aquellas cosas que iban de la mano con la visión y con el propósito de Dios. Llevamos a los jóvenes a un compromiso mayor con el Señor y con la Iglesia, entendiendo a la Iglesia como el cuerpo de Cristo, la Amada de Jesús y no como una organización humana o reunión de amigos (Efesios 1.17-23). Liderazgo En LLamas - 37 Aprendimos a marcar bien lo que ya no queríamos y a enseñar inclusive sobre sexualidad y santidad en la vida de los jóvenes, lo que Dios quiere para ellos y en común acuerdo decidimos enseñar a esperar hasta los dieciocho años para iniciar un noviazgo, decisión que con el tiempo los mismos jóvenes llamaron “la regla de oro”. También como jóvenes nos pusimos de acuerdo en no tomar alcohol en los cumpleaños, ni en las salidas, ni en ninguna actividad o reunión en las casas, tampoco a dar lugar al baile, al descontrol de las fiestas y a la música secular. Los cultos de jóvenes no se suspenden por nada, ellos mismos son los que organizan su agenda y hasta adelantan horas en sus trabajos para poder asistir a las actividades, cambian sus vacaciones, buscan otro día para festejar su cumpleaños y hasta cambian la fecha de su casamiento para no afectar los cultos o actividades anuales. Hoy, evitamos toda actividad que no apunte a lo que se quiere lograr en el ministerio de jóvenes y sea conforme a la visión de la Iglesia. Hemos rechazado propuestas o actividades muy importantes que se superponían con nuestra actividad. Con los años pudimos entender que no todas las cosas son de edificación, no todo lo que hacíamos nos ayudaba a alcanzar lo que buscábamos, aunque eran cosas que normalmente hacíamos y con las que habíamos crecido. Tuvimos que aprender a decir “NO”. Una visión clara nos ayuda a discernir lo excelente de lo bueno. EL PELIGRO DE NO TENER UNA CLARA VISIÓN No se puede enseñar a otros lo que uno no tiene claro, esto nos hace peligrar en el ministerio. No poder enseñar la visión implica que vas a trabajar o avanzar solo. Nadie te va a seguir si no sabe hacia dónde va; y si alguien te sigue, tarde o temprano se va a cansar, porque todo lo que hagas no los llevará a ningún lado. Entonces, es importante que todo líder de jóvenes tenga bien clara la visión, la escriba, aprenda de memoria, marque su vida, y avance hacia lo que Dios quiere. Algunos tienen grandes temores frente a la visión de Dios, porque siempre Su visión será mayor a la nuestra. “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que 38 - Liderazgo En LLamas vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” (Isaías 55.8, 9). Algunos líderes no se atreven a enseñar la visión por temor a que los tilden de locos o fanáticos, a que no los sigan y a que no les crean. Cuando la visión se hizo carne en mí, se hizo propia, cambió mi manera de liderar y me llevó a enseñarla. Al mismo tiempo, oraba para que mis ojos espirituales se abrieran para verla claramente, así como oró Eliseo por su siervo para que pudiera ver lo que naturalmente no podía ver (2 Reyes 6.15-17). Un sábado al finalizar la reunión de jóvenes, no éramos más de diez. Dios hizo el milagro, abrió mis ojos y comencé a ver como Dios iba a llenar la Iglesia de jóvenes. Veía todos los bancos, pasillos, rincones y aun en las puertas cantidad de jóvenes que estaban apretados porque no cabían, la capacidad del lugar estaba completa. Por supuesto, decir eso cuando aún no completábamos dos bancos y predicábamos sentados porque el templo nos quedaba enorme, era una locura. Hablar de multitudes, es soñar alto. Tal vez hasta te señalen como “el soñador”, como fue nombrado José por sus hermanos (Génesis 37.19). Comprendamos bien que cuando hablo de visión no estoy hablando de un sueño personal o deseos de grandeza, sino de algo que Dios ha prometido y confirmado, Su plan y propósito con la Iglesia. Dios tiene muy claro lo que quiere hacer y eso no le provoca temor. Dios no tiene temor frente a las multitudes, no se desespera. Tal vez sus discípulos sí lo hicieron, al ver que eran muchos y no había nada para darles de comer (Marcos 6.34-44). Pero Jesús los preparó y abrió sus ojos para lo que ellos más tarde iban a tener que hacer cuando Él fuera llevado al Padre; como ocurrió en Pentecostés frente a una multitud que pedía respuestas (Hechos 2). Pedro junto a los once, lleno del Espíritu Santo y luego de haber dado un mensaje tremendo, dio clara dirección de lo que tenían que hacer. Hoy, como Iglesia de Jesús, tenemos respuesta para las multitudes, tenemos respuesta para los jóvenes, tenemos respuesta para la ciudad, para nuestra provincia y para nuestro país. Liderazgo En LLamas - 39 No tener clara la visión puede hacernos perder lo que tenemos. Podemos tener algo muy grande en nuestras manos, pero no darnos cuenta y venderla o regalarla por un plato de lentejas. Esaú no vio lo que sí vio Jacob, y eso hizo que Jacob recibiera la doble porción porque tuvo claridad, peleó y luchó por obtener la bendición, Jacob valoró y recibió lo que Esaú menospreció, quien luego lloró amargamente al no recibirla (Hebreos 12.16, 17). La falta de visión no fue solamente un problema para Esaú, sino también para el pueblo de Israel que murió en el desierto, tan cerca de la tierra prometida, pero tan lejos en sus corazones por no creer. 40 - Liderazgo En LLamas CONCLUSIÓN Toma la visión y hazla propia. Como líderes tenemos que afirmar la visión y tomar tiempo para enseñarla a los jóvenes. Estamos para hablar sobre el propósito de Dios y marcar hacia dónde vamos ayudando a los jóvenes a tomar sabias decisiones. No les decimos lo que tienen que hacer, pero nuestros consejos son siempre en base a la Palabra y a la visión que Dios nos ha dado para que ellos puedan decidir conforme a la voluntad de Dios para la Iglesia y para sus vidas. GUÍA PRÁCTICA / PUNTOS FUERTES PARA AVANZAR EN FE 01. Conoce que visión hay en la Iglesia o tiene tu pastor. 02. Haz propia la visión que Dios entregó a la iglesia y a tu pastor. 03. Muere a tu visión personal. 04. Deja que la visión tome control de tus decisiones. 05. Insiste a que los jóvenes estudien, trabajen y tomen sus decisiones por causa de la Iglesia. 06. No suspendas por ningún motivo las actividades fijas de los jóvenes. 07. Di no a aquellas cosas que te distraen o quitan de la visión. 08. Establece, según la visión, qué es lo que Dios quiere y lo qué no quiere para los jóvenes. 09. Avanza sin temor porque Él es fiel en cumplir lo que ha prometido. 10. Insiste con la enseñanza de la visión a todos los jóvenes y valora lo que tienes. Liderazgo En LLamas - 41 42 - Liderazgo En LLamas CAPÍTULO CUATRO MINISTRANDO EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” Hechos 1.8 NUEVOS DESAFÍOS El grupo de jóvenes venía creciendo. El evangelismo ya era parte de nuestras actividades, a las pernoctadas ya asistía un grupo grande y parecía que todo era perfecto. Nos propusimos organizar un nuevo retiro anual, una actividad de verano que había pasado a ser clave para la edificación de los jóvenes. A días de comenzar el retiro mi Pastor me llamó y me dijo: “quiero que enseñes sobre el Bautismo del Espíritu Santo y ores por los jóvenes para que sean llenos”. Por dentro pensé varias maneras de responderle, estuve a punto de decirle que no y que era mejor que viniera él a dar ese tema, pero no me dio opción a responder. Por varias noches no pude dormir, sabía que Dios nos estaba llevando a otro nivel, pero me daba mucho temor porque gran parte de la responsabilidad recaía en mí. Uno siempre sueña y anhela que Dios haga grandes cosas, que se conviertan muchos y vengan corriendo a nuestra Iglesia, pero esperamos que Liderazgo En LLamas - 43 Dios lo haga por medio de otros, que venga un evangelista a la ciudad y miles acepten a Cristo, que venga un predicador con don de sanidades y sucedan grandes milagros para que toda la gente crea. Si bien esto es bueno, y hay grandes ministerios que son de bendición para la Iglesia, siempre queremos que sean otros quienes tengan la responsabilidad. No nos sentimos aptos y hasta dudamos de que Dios haga milagros por medio nuestro. Una cosa tenía bien en claro: “yo no puedo hacer que alguien reciba el Bautismo del Espíritu Santo”. Puedo armar una muy linda y buena predicación, tener preparadas muy buenas canciones relacionadas al tema, hasta orar con fuerza y autoridad, pero si el Espíritu Santo no bautiza, aunque intente saltar sobre su cabeza, baile alrededor de la persona, le haga repetir “gloria” a toda velocidad hasta que se le trabe la lengua o aun le escupa en la boca, si Dios no interviene, no hay nada que yo pueda hacer. Aunque había temor al fracaso, temor a quedar mal parado delante de los jóvenes o a que sean defraudados al no pasar nada y como consecuencia entren en cuestionamientos y hasta algunos duden del poder de Dios, obedecí a lo que me había enviado mi Pastor. Luego de batallar bastante en mi interior, y después de haber orado mucho, pero mucho, prediqué e hice el llamado para recibir el Bautismo. Realmente esperaba que no pase nadie y fin del problema, pero para mi desgracia pasó un grupo grande. Muchas veces por temor no dejamos al Señor obrar, mejor quedarnos como estamos a que algo salga mal, pero en estos momentos es cuando aprendemos, porque somos probados por Dios y desafiados a mayor fe. Comencé a orar por los jóvenes y casi sin abrir los ojos escuché risas, llantos y muchos comenzaron a hablar en nuevas lenguas. No sabía si llorar, reír o tirarme al piso para dar gracias. Esta experiencia me llevó a creer y descubrir el poder de Dios operando en la Iglesia, y a entender cuanta bendición hay en sujetarnos y obedecer al pastor. Dios es quien está interesado en bautizarnos con el Espíritu Santo. Es un regalo para todos los que creen. “Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le 44 - Liderazgo En LLamas dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lucas 11.9-13). Hoy vaya donde vaya, el Señor siempre me mueve a orar por el Bautismo del Espíritu Santo. No me siento dueño de esto, tonto sería si pensara sólo por un momento que es gracias a mí, o si mirase mis manos como si tuviera algún poder. Este desafío me llevó a ver cuánto Dios ama a los jóvenes y el interés del Espíritu Santo de obrar en nuestras vidas y a través de ellas. VIDAS TRANSFORMADAS El Bautismo del Espíritu Santo marcó un antes y un después en la vida de los jóvenes. No sólo en ellos sino que continuó derramándose sobre toda la Iglesia y aun en los niños. Todos hablaban nuevas lenguas como dicen las Escrituras en Hechos 2 y conforme a lo que está escrito en Jeremías 31.34 “Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.” Esto trajo una revolución tremenda sobre todos. Por años siempre fue necesario estar alentándolos a que canten, se sienten en los primeros bancos, vengan a las diferentes actividades, sirvan y ni que hablar de los diezmos y ofrendas. Los jóvenes comenzaron a ocupar los primeros lugares, hasta el lugar donde me senté por años ahora estaba ocupado por ellos. Se involucraron en los ministerios y tomaron un lugar de importancia en las distintas áreas de la Iglesia. Era impresionante ver a los jóvenes corriendo de acá para allá, sirviendo al Señor, participando de los cultos, llevando adelante el evangelismo. Hoy son ellos los que cantan y hasta mueven a que los músicos sigan ministrando, convirtiendo el culto en una verdadera fiesta. No importa cuán larga sea la reunión, ellos siempre están dispuestos a más. Liderazgo En LLamas - 45 Por mucho tiempo, los padres no sabían cómo hacer para que sus hijos vengan a la Iglesia. Luchaban con ellos, pero no había ningún interés por asistir. Otros venían obligados para no perder salidas con sus amigos. Estos mismos jóvenes que antes no querían venir, al ser transformados y llenos del Espíritu Santo, comenzaron a invertir tiempo y pasar sus días sirviendo en la Iglesia. La obra del Espíritu fue tan fuerte que muchos comenzaron a confesar sus pecados, y a tirar cosas que tenían guardadas en sus casas sin que nadie se los pidiera. Otros terminaron con amistades, noviazgos y adicciones que los estaban alejando de Dios y que habían mantenido oculto por mucho tiempo. Dios comenzó a despertar los corazones y a producir hambre por la Palabra como dice en Amós 8.11 “He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová.” Esta obra dio frutos en la vida de los jóvenes, no fue emocional ni de un momento, sino que a través de los años ha ido en aumento y haciéndose más fuerte. FRUTOS DEL ESPÍRITU Los ministerios comenzaron a surgir entre los jóvenes. El número de líderes se multiplicó y muchos jóvenes comenzaron a encontrar su lugar para servir dentro de la Iglesia. Cosas por las que habíamos luchado por años, en pocos días se daban o se resolvían. Dios comenzó a darnos jóvenes con talentos y dones que sobresalían, no por sus capacidades naturales, sino por el poder de Dios y la llenura del Espíritu Santo operando en ellos. Jóvenes que en su naturaleza uno los conocía como tímidos o vergonzosos, que tal vez humanamente nunca los hubiera considerado para liderar o poner en sus manos una responsabilidad. Ellos fueron los que comenzaron a dejarnos sin palabras por cómo se desenvolvían y bendecían a otros. El amor y el cuidado de unos con otros marcaron un tiempo nuevo. Anteriormente los jóvenes mayores de diecinueve años no querían saber nada ni mucho menos compartir las actividades con los adolescentes de doce a dieciocho años. Existían entre ellos una situación de rivalidad y división. 46 - Liderazgo En LLamas Cuando un joven pasaba la edad de adolescente no quería saber nada con los jóvenes adultos y por este motivo llegamos a perder a muchos en esos tiempos. Hoy es interesante ver como interactúan sin importar la edad, cómo trabajan juntos jóvenes desde los doce a treinta años; se alientan y animan entre sí. Ya no podemos hacer actividades por edades, ya que todos quieren estar juntos. Se sienten parte el uno del otro y al que llega, lo integran rápidamente al grupo sin importar la edad, el aspecto o clase social de dónde provenga. Jóvenes que antes solamente pensaban en ellos mismos, fueron movidos a dar y bendecir a otros. He podido ver a varios vender sus cosas personales y valiosas, como equipos de sonido, juegos de video, celulares, muebles y pertenencias que pedían a sus padres. Otros trabajaban horas extras o daban todos sus ahorros con el único motivo de juntar dinero para pagar su inscripción o la de algún joven nuevo a un encuentro, retiro, pernoctada, viaje misionero o por el simple hecho de invertirlo en la Iglesia para la compra de materiales y equipos. Los jóvenes desde los doce años en adelante comenzaron a marcar las diferencias en sus barrios, colegios, trabajos y amistades. Se podía ver cómo semana tras semana ellos se encendían más, predicando hasta largas horas en las calles, destinando sus tiempos libres o sus vacaciones para servir al Señor. Vimos grandes cambios en el carácter de muchos. El enojo y las peleas han cambiado por una actitud madura y de servicio. Aprendieron a depender del Espíritu Santo en todas las áreas de sus vidas. Cuidan sus cuerpos a pesar de vivir en un tiempo donde el mundo enseña a hacer lo que se quiera y ser objeto de modas y tendencias como los piercing, tatuajes, implantes y otras cosas. Ellos han puesto sus cuerpos al servicio del Señor, y no para el pecado. Se mantienen en santidad hasta el matrimonio, saben que son templo del Espíritu Santo e instrumento en las manos de Dios (1 Corintios 3.16; 2 Timoteo 2.21). Liderazgo En LLamas - 47 CONCLUSIÓN Ministra la presencia del Espíritu Santo. Como líderes anhelemos Su llenura y Su presencia en nuestras vidas y en la de los jóvenes. Toma todo el tiempo necesario para orar por ellos, las veces que esto lo requiera. He visto jóvenes pasar más de cinco veces para que oren por ellos y no recibir el bautismo. Finalmente, cuando menos lo esperábamos fueron llenos, de tal manera, que no quedaron dudas de que el poder de Dios estaba sobre ellos. GUÍA PRÁCTICA / PUNTOS FUERTES PARA AVANZAR EN FE 01. Anímate a orar por los jóvenes. 02. Ministra el Bautismo del Espíritu Santo. 03. Descubre el poder de Dios operando en la Iglesia. 04. Cree, avanza y no limites Su poder. 05. Obedece por encima de tu lógica humana. 06. Enfrenta nuevos desafíos. 07. Deja que el Espíritu haga la obra. 08. Integra a todos en una misma actividad. 09. Invierte dinero, trabajo y servicio sin temor. 10. Desafía a los jóvenes a mayor fe. 48 - Liderazgo En LLamas Liderazgo En LLamas - 49 CAPÍTULO CINCO FORMANDO LÍDERES “Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.” 2 Timoteo 2.1, 2 NUNCA SOLO En los primeros años, el grupo era muy pequeño y la mayoría eran menores de dieciocho años. No tenía un grupo de trabajo, y mucho menos, líderes que me ayuden; a medida que avanzamos se fueron sumando varios que comenzaron a ayudarme en diferentes tareas. Gracias a Dios en esos primeros tiempos he contado con personas que me alentaron muchísimo, pero no contaba con predicadores ni maestros, así que me veía obligado a recurrir muy seguido al Pastor y Cuerpo Ministerial para que prediquen en los diferentes cultos, retiros y actividades. A medida que el grupo comenzó a crecer las tareas fueron sumándose. Apuntábamos a multiplicarnos, pero sabía que solo no iba a poder lograrlo. Comencé a llamar a jóvenes con el propósito de formar un grupo de colaboradores, con la visión de poder trabajar con ellos y levantar futuros líderes. Algunos de ellos, cuando fueron llamados, sólo tenían entre catorce y quince años, no contaban con ninguna experiencia y tampoco con aptitud 50 50 -- Liderazgo Liderazgo En En LLamas LLamas Liderazgo En LLamas - 51 de líder. No tenían ni idea por qué los había llamado; varios me preguntaron con asombro qué había visto en ellos, porque no presentaban ninguna cualidad sobresaliente como para tenerlos en cuenta. Para mí también esa era una muy buena pregunta, pero sé que varios fueron llamados porque el Señor me movió a hacerlo, aun cuando yo mismo dudaba de esto. Fijé un día de reunión con el grupo que llamé para organizar las diferentes actividades. Era un tiempo para poder ministrarles la Palabra que habíamos recibido el domingo y aplicarla al ministerio de jóvenes, tomar tiempos para orar, compartirles la visión de la Iglesia, marcar bien lo que queríamos y hacia dónde apuntábamos con el ministerio. Organicé retiros de líderes para poder tocar temas especiales, ya que pasar tiempo juntos era la clave para poder conocernos y ponernos de acuerdo para caminar juntos. Todas las direcciones y enseñanzas que recibía o aprendía del Pastor, se lo trasmitía al grupo. Además, invertía en ellos regalándoles libros de doctrina y liderazgo, los cuales pedía que lean para poder comentarlos juntos y charlar sobre lo que habían podido apreciar de cada uno de ellos. En el mundo se enseña en parte, sin dar todo lo que se sabe. Se reservan cosas y se busca generar dependencia por temor a perder el lugar y que otro sepa más. Nosotros estamos aprendiendo a dar todo lo que tenemos y a compartir abiertamente las cosas. Si queremos afectar a un gran número de jóvenes es necesario formar líderes. Dándoles todo el consejo y la preparación que esté a nuestro alcance (Hechos 20.27), delegándoles autoridad para hacer las cosas, sin temor a que se equivoquen. El querer hacer todo por nosotros mismos por temor a que no salga bien si uno no está, limita el crecimiento en la formación y surgimiento de nuevos líderes. Al mirar hacia atrás, puedo ver como otros confiaron en mí al ponerme en el ministerio y me dieron lugar para servir. El hacer las cosas me llevó a aprender, aun de mis errores. Lo mismo tiene que pasar con nuestros jóvenes, si no lo hacen nunca aprenderán; o por temor a equivocarse, nunca harán nada. 52 - Liderazgo En LLamas Actualmente, seguimos trabajando con un grupo de líderes que ha crecido. He aprendido a no hacer nada solo, siempre estoy acompañado por ellos. El pastoreo y cuidado de los jóvenes no recae solamente sobre mí, tenemos un gran equipo de trabajo que se encarga de que todo funcione. Hemos puesto prioridades y cada uno tiene su tarea específica. Ellos mismos velan y hacen funcionar todas las áreas de servicio dentro y fuera de la Iglesia sin la necesidad de que esté yo presente. Lograr esto llevó años, no se forma fácilmente un equipo, pero los resultados son tremendos. Hoy trabajamos en unidad, y hemos descubierto que no hay nada más hermoso y divertido que servir a Jesús. TRABAJO EN EQUIPO Muchos de los que levanté en los primeros años, son los que hoy siguen siendo parte del liderazgo de jóvenes y los que ahora levantan a otros. En la actualidad trabajo con un grupo de líderes que están a cargo de los ministerios. Ellos, a su vez, forman a otros líderes que velan por todos los jóvenes. A través de estos años hemos crecido y contamos con un grupo muy grande de líderes de jóvenes, esto nunca hubiese sido posible si no hubiésemos aprendido a trabajar en equipo. Trabajar en equipo no significa que todos pensamos lo mismo o que una idea nadie la discute. Muchas veces no hemos coincidido con un punto de vista frente a diferentes temas. Hemos pasado horas y hasta días hablando de una misma cosa. Muchas veces, algunos hasta se han enojado porque sus ideas tal vez no fueron escuchadas. Pero, hemos aprendido que al trabajar juntos podemos disentir en cosas, pero una vez tomada la decisión, todos hablamos lo mismo, y eso es lo que damos a conocer a los jóvenes. Entendimos que un mismo sentir no es sólo repetir lo que otro dijo, tampoco es hacer lo que me dicen aunque no esté de acuerdo, sino que es hacer propia la decisión que hemos tomado todos en común acuerdo. Obediencia es cumplir con la dirección que se me ha dado y someter bajo la autoridad de otro mi propia opinión o voluntad. En estos años, Dios nos ha llevado a tomar muchas decisiones. Acordamos hablar, enseñar, priorizar, y servir todos con un mismo sentir. El mensaje al Liderazgo En LLamas - 53 resto de los jóvenes llega bien claro. Es una sola voz la que se escucha al buscar dirección en cualquiera de los líderes. Esto nos ha librado de perder tiempo y dar vueltas en círculo. MARCANDO VIDAS Si queremos que nuestro trabajo y ministerio sea efectivo, necesitamos no sólo que sea impactante, sino trascendental. Que al pasar los años siga teniendo efecto. Para esto necesitamos proyectarnos en la nueva generación, poder reproducirnos, y que ellos continúen haciendo con mayor gracia lo que hasta aquí hicimos nosotros. No seamos egoístas pensando solamente en el hoy. Algún día vamos a pasar a hacer otra cosa y hasta nos echarán de los jóvenes por “viejos”, pero el ministerio seguirá, jóvenes siempre habrá para ganar y formar. Por eso, es importante levantar líderes, marcarlos para que tengan la carga que hay en nosotros y ellos sean los que continúen dejando buenos fundamentos. En 2 Timoteo 2.2 se nos habla de la necesidad de formar a hombres fieles, para que éstos a su vez, puedan formar también a otros. No estamos para criar o formar hijos en la carne, que como pichones esperen a que siempre les demos la comida masticada en la boca. Debemos formarlos para que ellos el día de mañana sean líderes. Algunos sólo necesitan que los echemos del nido, sólo así podrán levantar alas y ver que también pueden volar por sí mismos. Esto es el principio de crecimiento y de multiplicación. Si queremos llegar a muchos, será más fácil si muchos hacen lo que el líder hace. Por eso la tarea de un líder es ser ejemplo y buscar que lo imiten. Hay quienes tienen problema porque todo lo que sea copiar les suena a mala palabra, falso o aun despreciable. Pero, si queremos formar personas vamos a tener que pedir que nos imiten y no tener temor a ponernos por ejemplo de ellos. Pablo dice: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.” (1 Corintios 11.1). Por años, escuché a algunas personas pensar de Pablo que era un creído o egocéntrico. Pablo sabía que su tiempo se terminaba y debía dejar el legado a otros. Él se puso por ejemplo para ser imitado (2 Tesalonicenses 3.9) y esto 54 - Liderazgo En LLamas mismo pidió de aquellos a quienes él puso como encargados de la obra (1 Timoteo 4.12; Tito 2.7). Me gusta ver a líderes que he formado estos últimos años que hablan, predican y hasta se visten igual a mí. Sé que esto puede sonar muy pedante, pero es la realidad, si como líderes nos atrevemos a marcar la vida de otros. Al pasar el tiempo he visto que esto mismo está pasando con aquellos que los líderes han ganado. Por eso, me tomo la libertad de exhortarlos, para que a su vez, ellos sean ejemplo para los nuevos que están entrando a la Iglesia. CORRER CON LOS QUE CORREN Armar un grupo de trabajo no es fácil. Demanda mucho tiempo y dedicación, y hasta surgirá que algunos no querrán avanzar en la misma dirección. A lo largo de estos años he tenido que vivir situaciones que jamás hubiera deseado, como perder líderes que aun consideraba amigos, que en su momento compartieron la visión y trabajaron a mi lado. Esta situación llegó a generar un conflicto en mí. Llegué a preguntarme si había algún problema conmigo. Este tipo de auto evaluación es muy bueno porque muestra dónde uno está parado, pero muchas veces puede ser un arma de doble filo, porque lo lleva a dudar y a bajar los brazos. Por tiempo traté de ver donde estaba el error, y descubrí que el problema estaba por encima de mi persona. Comprendí que lo que estaba abrazando, ni siquiera era mío. Era la visión de Dios hacia la Iglesia, lo que Dios quería y nos estaba pidiendo. Jesús dijo en Juan 15.18 que vamos a ser aborrecidos por causa de Su nombre. Por eso, no te sorprendas si al tomar el lugar de liderazgo, pasas a ser una persona cuestionada por otros. Hay quienes no van a querer avanzar, pero por el lugar que uno ocupa, no puede darse el lujo de quedarse a meditar o llorar por el que se aparta. Como líder, es necesario seguir adelante y correr con aquellos que quieren correr. Como mencioné antes, muchas veces somos demorados por aquellos que no quieren avanzar, en vez de atender a los que realmente están ardiendo y hambrientos por las cosas de Dios. Es necesario prestarles mayor atención a estos últimos y avanzar juntos. Liderazgo En LLamas - 55 Descubrí con el tiempo que no existen los pasivos, solo hay activos negativos y activos positivos. Encontré jóvenes que parecían pasivos, que no estaban interesados en las cosas de Dios, que sus carnes parecían “quinceañeras caprichosas” pretendiendo demandar toda la atención, comencé a ver que estos jóvenes, al estar aparentemente pasivos, se convirtieron en activos negativos que solo entorpecieron y demoraron a otros. No estamos para atender a la carne, sino para formar líderes. Correr con aquellos que quieren estar en primer lugar y ser testigos del poder de Dios. HAZ LO QUE TIENES QUE HACER Tenemos una responsabilidad de la cual no podemos huir. Esto es algo que debemos tener bien en cuenta, desde el día que aceptamos el desafío de servirlo. Nadie me obligó a estar donde estoy, a dar lo que he dado, a perder vacaciones, fines de semana, feriados, cumpleaños y demás. El día que le dije sí al Señor, ese día sabía que estaba dando todo. Hace tiempo atrás, comencé a notar que si yo no corría, los jóvenes me iban a pasar por arriba. Esto me hizo entender que mi lugar es al frente, tenía que seguir preparándome, tomar más tiempo para la Palabra, mayor comunión con el Señor y mayor inversión en el ministerio. No es suficiente con dos horas semanales para organizar todo, muchas veces tenemos hasta cuatro horas de reunión solamente con los líderes de los diferentes ministerios. Si fuiste llamado al ministerio vas a tener que trabajar, servir y entregarte por completo. No hay tiempo para llorar o buscar consuelo. Puede que muchos no valoren tu esfuerzo o trabajo. Acude al Señor para recibir fuerzas, pero vive de acuerdo a lo que eres en Cristo. Habla conforme a Su verdad y ministra conforme a Su poder (1 Pedro 4.11; Colosenses 1.25-29). Somos ministros competentes del nuevo pacto (2 Corintios 3.4-6). Esta verdad nos asegura, y nos da confianza para servir y ministrar a Jesús sin temor. Entendiendo que Él ya lo hizo por nosotros, no es algo para alcanzar o lograr por mérito propio, sino por la fe en Su nombre, para que avancemos 56 - Liderazgo En LLamas sin tropiezos y con seguridad sabiendo que “…Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Romanos 8.31b). Experimenta fuerzas de Dios para hacer aún más de lo que podrías en tus fuerzas, comprobando que el Señor ya nos dio todas las cosas (Filipenses 4.13). Como líder y siervo de Jesús “…cumple tu ministerio.” (2 Timoteo 4.5b). CONCLUSIÓN Forma a tus jóvenes. Como líder no estás para hacer las cosas solo. Un buen líder tiene que poder ver los dones y cualidades de cada joven para poder ayudarlo a desarrollarse y canalizar esa capacidad o potencial para servir y ministrar a otros. Avanza ayudando a otros a hacerlo, pero no te detengas a mirar atrás. Tu función es bien clara, ser ejemplo e ir adelante para que otros te sigan. GUÍA PRÁCTICA / PUNTOS FUERTES PARA AVANZAR EN FE 01. No trabajes solo. 02. Llama a jóvenes para formarlos. 03. Arma con ellos un equipo de trabajo. 04. Delega autoridad, responsabilidad y tareas. 05. Pasa tiempo con ellos y enséñales. 06. Sé ejemplo. 07. Marca la vida de jóvenes con tu persona. 08. Haz que todos hablen una sola cosa. 09. Avanza con aquellos que quieren. 10. Ministra conforme al poder de Dios y a lo que Él dice que eres. Liderazgo En LLamas - 57 58 - Liderazgo En LLamas Liderazgo En LLamas - 59 CAPÍTULO SEIS DESARROLLANDO MINISTERIOS “Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.” 2 Timoteo 4.5 HACER QUE LAS COSAS PASEN A través de los años hemos descubierto que hay tres tipos de creyentes: “los que llegan siempre tarde y se la pasan preguntando qué pasó, los que ven pasar las cosas y preguntan qué está pasando, y los que hacen que las cosas pasen”. Aprendimos a trabajar bajo autoridad. La cobertura del Pastor sobre mi vida fue siempre clave para moverme con libertad y saber que estoy avanzando correctamente. El Rey David fue un hombre que supo reconocer la investidura que había sobre Saúl, aun sabiendo que él estaba en error y pecado. David no se atrevió a tocarlo y menos a hablar mal de la autoridad (1 Samuel 24; 26; 2 Samuel 1). Bajo este mismo orden cabeza-cuerpo es que hemos aprendido a servir dentro de la Iglesia. Si hay ministerio de jóvenes es porque mi Pastor lo ha habilitado, y por eso nos movemos bajo su autoridad y trabajamos juntos. Nunca vamos a ningún lugar o realizamos alguna actividad si no tenemos el respaldo del Pastor y Cuerpo Ministerial de la Iglesia. Recuerdo que en una reunión de trabajo mi Pastor me habló de la necesidad de formar ministerios dentro de los jóvenes. Nunca en mi más remota imaginación habría pensado que dentro del ministerio de jóvenes podrían 60 - Liderazgo En LLamas surgir otros ministerios. Por años, solamente habíamos tenido evangelismo dentro de jóvenes, y supuse que ese podría ser uno y tal vez el otro sería teatro; en ese momento mi visión o comprensión de las cosas era un poco, por no decir bastante, corta y escasa. Era necesario que mi visión fuera mayor, que se ampliara para que los ministerios empezaran a surgir, porque el líder es quien habilita los ministerios. Esto no quiere decir que tiene que hacerlo todo, pero si el líder no abre camino para que nazcan los nuevos ministerios y éstos se desarrollen, será muy difícil que así ocurra. En mi experiencia, sé que como líder he sido punta de lanza para el nacimiento e impulso de nuevos ministerios. Dios me llevó a meterme en áreas donde realmente no tenía gran capacidad o influencia, donde tuve que tomar decisiones y avanzar hasta que surgieron aquellos que tenían los dones o el llamado para ocupar esos lugares. Así comenzaron a surgir ministerios como evangelismo, el ministerio a los colegios, a la universidad, multimedia (que es todo lo concerniente a sonido, video, diseño gráfico y Web), voluntarios (es el grupo de servicio, se encargan de recibir y atender a las jóvenes durante las reuniones y organizar todas las actividades) y otros ministerios que hoy están funcionando y dando muchos frutos. Es preciso hacer uso de la fe y ponerla en acción, una fe violenta y agresiva (Mateo 11.12; Santiago 2.14-26). Mientras otros esperan que pasen las cosas, Dios nos ha metido en terrenos nuevos para llevar a los jóvenes a experimentar a un Dios que piensa en grande. Donde nuestra fe tendrá que ir respaldada por obras, de lo contrario, será una fe muerta. PIDIENDO DE ACUERDO AL REINO Aprendimos a pedir bien. Hay quienes se enojan con Dios porque no reciben respuestas a sus oraciones, se quejan y piensan que Dios tiene preferencias entre sus hijos. Por otro lado, están los que nunca reciben nada porque no piden, aunque saben cuáles son sus necesidades, no las presentan delante de Dios. Liderazgo En LLamas - 61 El verdadero problema no está en que Dios no quiera responder nuestras oraciones. La Palabra nos dice claramente que todo lo que pidamos al Padre en Su nombre, Él nos lo dará, y aun Él nos alienta a que pidamos (Juan 15.16). El problema es que muchas veces pedimos mal, porque pedimos con egoísmo, para suplir nuestros gustos y necesidades personales, y no conforme a Su propósito y a la visión que Él ha dado a la Iglesia. “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?” (Santiago 4.3-5). Por tiempo, queríamos lograr cosas o nos comparábamos con Iglesias grandes deseando lo que ellos habían alcanzado, pero sin entender el para qué. Comprendimos que lo que Dios da, no es para nuestra satisfacción terrenal, sino para levantar ministerios con el solo fin de edificar Su Iglesia, bendecir a muchos y extender Su Reino. El pedir conforme al Reino, a la visión y al propósito de Dios fue lo que nos permitió ver la respuesta de Dios a un nivel sobrenatural. Dejamos de pedir para nosotros y empezamos a pedir fuerza, capacidad y sabiduría por causa de los jóvenes para levantar ministerios, y para bendecir a muchos (2 Crónicas 1.10-12; Santiago 1.5). Dios nos fue dando los medios y recursos para llevar a cabo las tareas, y pudimos comprobar que para Dios no hay imposibles. “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.” (1 Juan 5.14, 15). CREER PARA VER Muchos cometen el error de querer ver para poder creer. Le piden señales a Dios y hasta le exigen que haga las cosas, pensando que de esta manera podrán creer más. Pero el Señor no opera como nosotros esperamos que lo haga, sino 62 - Liderazgo En LLamas que busca que nosotros le creamos a Él por sobre todas las cosas, aun sin ver. Un dicho popular dice: “no se sabe lo que se tiene hasta que se pierde”. Suena como verdad, es más, hemos tal vez pasado por experiencias donde perdimos cosas y llegamos a pensar que este dicho es correcto. Pero con el transcurso del tiempo me he dado cuenta que no es tan así, porque observe a muchos que perdieron cosas, que menospreciaron lo que tenían, que no valoraron lo recibido, hasta abandonaron a Dios por las cosas de este mundo y nunca se dieron cuenta realmente lo que perdieron, y hasta el día de hoy no lo saben. Jóvenes en los que podía ver grandes dones, talentos y ministerios, aun con mayores capacidades que las mías y hoy ya no están. No se sabe lo que se tiene hasta que se usa. Cuando comenzamos a creerle al Señor y hacer uso de Sus dones y Su poder, se comienza a descubrir lo que Él ha puesto en nosotros, ese tesoro y ese poder que opera por medio de Su Espíritu a través nuestro sin importar nuestras debilidades. Esa fuerza y sabiduría de Dios nos capacita para un servicio sobrenatural, para ser hallados diez veces mejores que aquellos que nos rodean. Créele al Señor en lo que te ha dicho, no te muevas de esa posición en Jesús. No importa lo que se levante o lo que acontezca. (Marcos 9.23; Juan 11.40). LUCHAR POR EL PRIMER LUGAR En el servicio aprendimos a trabajar buscando la excelencia en todo. Nos llevó a eliminar algo que por tiempo habíamos aceptado: la mediocridad (que no es otra cosa que conformarse con lo de baja calidad), lo vulgar, lo corriente, lo regular, insignificante e imperfecto. Hay un cambio de mentalidad, y no tiene que ver con el contexto donde nos desenvolvimos, el trasfondo social o cultural, ni tampoco con la capacidad o recursos con los que contamos. Hablamos de tomar una determinación para experimentar lo que Dios quiere, cueste lo que cueste. Además de saber pedir, hemos aprendido a dar, a dar con excelencia, comprendiendo que nada de lo que hagamos para Dios, sea grande o pequeño, Liderazgo En LLamas - 63 pasa desapercibido a Sus ojos, ni es en vano lo que entregamos por amor a Él (1 Corintios 15.58). Fuimos libres de querer agradar a los ojos humanos, aprendimos a hacer todas las cosas como para Él (Efesios 6.6; Colosenses 3.22), con excelencia y perfección, comprendiendo que Dios es galardonador de los que le buscan, y eso habla de premio, pago o recompensa (Hebreos 11.6). No hay cosa mejor que servirlo a Él, Dios es quien mejor paga y mejor recompensa. No nos conformamos con el segundo lugar o con solo haber llegado. Queremos lo mejor en todo. Como líderes queremos que nuestros jóvenes sean bendecidos, como padres queremos lo mejor para nuestros hijos, y estamos dispuestos a sacrificar lo que sea por ellos y a darles todo lo que tenemos. Mi deseo es que Dios siga obrando y que los que vengan detrás reciban el doble de lo que Dios nos ha dado, pero hay algo que no pienso compartir o dar a otro, lo que Dios preparó para mi vida, de lo cual tendré que dar cuenta. Para que entiendas bien, lo que Dios preparó para mí, son las obras que Él preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (Efesios 2.10). Yo las quiero sí o sí. No me gustaría que el Señor me diga el día de mañana: “mira todo lo que tenía preparado para ti y no te lo pude dar porque no me creíste”. Hay quienes anhelan grandes cosas de parte de Dios, pero tienen dificultades para lograrlo por temor a fracasar, no están dispuestos a hacer sacrificios o dejar lo que uno quiere por el Señor. Si no estamos alcanzando cosas mayores o viviendo lo sobrenatural de Dios en nuestras vidas es porque no estamos arriesgando nada, no estamos usando la fe y menos, poniéndola a prueba para meternos en desafíos mayores. “¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.” (1 Corintios 9.24-27). 64 - Liderazgo En LLamas CONCLUSIÓN Desarrolla ministerios. Como líder tienes que ver antes que los demás lo que hay que hacer. Por más que no sea tu área o tu fuerte, el líder es quién abre la oportunidad para que se desarrollen y surjan nuevas ideas. Todo lo que hagas, hazlo bajo autoridad, y descubre la cobertura de Dios. GUÍA PRÁCTICA / PUNTOS FUERTES PARA AVANZAR EN FE 01. Haz que las cosas pasen y no esperes que otro haga lo que te toca a ti. 02. Forma ministerios donde los jóvenes puedan servir. 03. Mete a todos a realizar algo. 04. Enseña el amor por Jesús y la Iglesia. 05. Pide conforme al propósito. 06. Arriésgate a cosas mayores. 07. Haz las cosas con excelencia. 08. Créele al Señor. 09. Toma decisiones fuertes para lograr un mayor resultado. 10. Trabaja para ver los frutos. Liderazgo En LLamas - 65 66 - Liderazgo En LLamas CAPÍTULO SIETE HACIENDO EVANGELISMO “Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades. Y los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos.” Lucas 9.1, 2 EL EVANGELISMO COMO PARTE DE LA VIDA DIARIA El evangelismo es parte vital de la vida de los jóvenes. Es la puesta en práctica de todo lo recibido. Si el evangelismo no está presente en el ministerio de jóvenes, es muy seguro que algo está faltando y finalmente se perderá el sentido de todas las cosas. Por años me dediqué a predicar y enseñar, y eso era muy bueno. Veíamos crecimiento, pero una vez que salimos a predicar a la calle el crecimiento se vio duplicado en la vida de cada joven. Al principio, salíamos con temor. Solamente entregábamos un folleto sin decir palabra alguna. Pero cuanto más salían los jóvenes, más se animaban a hablar, orar, predicar en voz alta, subirse arriba de un poste, y aun hablar a los gritos para poder ser escuchados. Por años, me daba temor preguntar si había alguien nuevo en la reunión. Al ser tan pocos no era necesario hacerlo, ya que los conocía a todos y era fácil saber quién estaba y quién no estaba. Con el correr de los años esto fue Liderazgo En LLamas - 67 cambiando, todos los sábados nos vemos obligados a preguntar y recibir a los nuevos porque no han parado de venir jóvenes. En una oportunidad, uno de los líderes se acercó muy preocupado y me dijo: “hace dos sábados que no tenemos jóvenes nuevos en los cultos ¿Qué podemos hacer?”, de inmediato lo trasmití a todos los jóvenes y nos pusimos a orar. Al siguiente sábado, había nuevamente manos que se levantaban para ser recibidos con una bienvenida. Cada sábado hacemos evangelismo en el centro de la ciudad. Tenemos también varios grupos de jóvenes desparramados por los barrios de la ciudad que realizan una tarea de evangelismo, discipulado y enseñanza. Una vez terminada esta tarea, cada grupo alquila y paga el micro para traer a los jóvenes al culto. Otra de las actividades fuertes que realizamos cada tres meses es un “Culto Evangelístico”, donde invitamos jóvenes y damos un mensaje bien claro de salvación. En cada culto tenemos muchos jóvenes que aceptan a Jesús por primera vez. Son traídos por nuestros jóvenes que realizan un trabajo previo de evangelismo en las calles, colegios, en la Universidad y en toda la ciudad. Una de las pautas que tenemos es que no predicamos, ni invitamos a ninguna de nuestras actividades, a jóvenes de otras Iglesias. Si vienen de visita, todos saben muy bien que tienen que darles la bienvenida, bendecirlos y alentarlos a que sirvan en sus propias Iglesias, crezcan y ganen jóvenes donde Dios los ha sembrado. Algunos se han ofendido al no permitirles asistir a nuestras actividades, diciendo que en sus Iglesias no tienen actividades para jóvenes. Con más razón, los alentamos a que vuelvan y trabajen para levantar el ministerio de jóvenes junto a los líderes y al Pastor de su Iglesia. LA IMPORTANCIA DE PERMANECER Un error común es querer ver resultados instantáneos. Por años sentíamos una gran frustración al salir a predicar y ver que no se convertía ni siquiera uno, o mejor dicho, que no se congregara ni siquiera uno de todos los que hacían la oración de fe. Por esta causa se tiende a abandonar la tarea o hacerla esporádicamente. 68 - Liderazgo En LLamas Hoy, seguimos con el evangelismo y vemos el fruto de lo mucho que hemos sembrado. Vemos jóvenes que son evangelizados y vienen rápido a las reuniones. Cada semana hay testimonios de lo que Dios está haciendo y comprendemos que la clave está en ser perseverantes y no aflojar. Aunque parezca que no pasa nada, la Palabra nunca vuelve vacía. Aprendimos a predicar bajo toda circunstancia. El evangelismo no se suspende por lluvia, ni porque juegue la selección de fútbol, ni por ningún otro factor. Hemos visto a los jóvenes predicar con barro hasta las orejas, debajo de la lluvia, en barrios donde ni la policía entra; a altas horas de la noche o muy temprano en la mañana; correr tras los jóvenes para alcanzarlos; meterse dentro de casas muy humildes y sentarse en las esquinas con los drogadictos y con ladrones, entre tantas otras cosas; pero nada de esto ha detenido o puede detener que la Palabra siga corriendo (Isaías 62.1). NUESTRA ACTIVIDAD ANUAL Hace unos años, comenzamos a realizar una actividad anual la cual hemos denominado “Pateando el avispero”. Esta actividad consiste en tres meses de puro evangelismo donde apuntamos a tocar toda la ciudad, colegios, universidad, centro comercial, discotecas, estadios de fútbol, y todo lugar donde se concentren jóvenes, para terminar con una reunión de evangelismo. La primera vez que lo hicimos, entramos a más de ocho colegios, predicamos en la universidad, tocamos más de ocho barrios de nuestra ciudad y llenamos toda la ciudad con afiches y folletos. En la semana teníamos varios días y horarios para evangelismo, donde cada grupo se organizaba para cubrir las diferentes áreas de la ciudad, movilizando micros llenos de jóvenes a cada barrio. Se predicó sin parar durante tres meses y concluimos con un culto donde tuvimos una asistencia récord donde muchos aceptaron a Jesús como su Salvador. Esta actividad la terminamos con una reunión que es toda una fiesta, donde la Iglesia se llena de personas nuevas y de jóvenes que llegan por invitación o por medio de la publicidad. Invertimos mucho dinero en los micros, folletos, Liderazgo En LLamas - 69 afiches, y en la decoración de la Iglesia para ese día. Todo el dinero sale del bolsillo de los jóvenes para no generar gastos a la administración de la Iglesia. Cada año anhelamos alcanzar a muchos más jóvenes, y poder así impactar toda la ciudad hasta que todos conozcan que Jesucristo es el Señor y que hay una Iglesia viva, llena de jóvenes determinados a vivir por Jesús. VISIÓN DE NUESTRA CIUDAD Durante años pensábamos que nuestra ciudad era dura, que la gente era muy cerrada, y que no iban a creer. Lo llamativo es saber que hay líderes de otras Iglesias, en diferentes lugares del país, que hacen la misma descripción de sus ciudades. Muchos piensan que es más fácil predicar en otros lugares que en sus propios pueblos o ciudades. En los últimos años, hemos tenido la oportunidad de viajar mucho al interior del país, y en varias ocasiones a la misma ciudad. La impresión que nosotros traíamos era que en el interior la gente es más amable, que te escuchan y aun reciben con más aceptación el evangelio. A diferencia de nuestra ciudad, donde la gente no tiene tiempo para oírte. Pero no es así, descubrí que siempre hay una excusa para no predicar. Los del interior dicen y piensan lo mismo que nosotros pensábamos, pero en algo nos poníamos de acuerdo, en que no es fácil en el lugar donde uno está. Dios quiere cambiar la visión de nuestra ciudad. Él dice que es buena tierra, que los campos están blancos, y que no temamos porque hay mucho pueblo (Juan 4.35; Hechos 18.9, 10). Tenemos que predicar con o sin excusas. Comprendimos que si no pasa nada es porque no estamos haciendo nada, porque cuando nos movemos las cosas cambian, siempre hay resultados cuando predicamos la Palabra. No podemos quedarnos quietos, Pablo le dijo a Timoteo, “Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.” (2 Timoteo 4.1, 2). Aprendimos a predicar en todo tiempo y ser obedientes al 70 - Liderazgo En LLamas Señor, sea que tengamos ganas o nuestro ánimo esté por el piso. Antes el clima era una excusa, porque hacía mucho calor en los meses de verano o porque en invierno hacía mucho frío. Sea que haya buen tiempo o esté lloviendo tremendamente, salimos durante todo el año porque el mensaje hay que darlo para transformar vidas. Muchos jóvenes han sido ganados por medio del evangelismo en los barrios, en la plaza, en el centro, en los colegios, en la universidad, en los colectivos, en los trenes y hasta por medio del Messenger o Facebook. Algunos de nuestros líderes han ganado a más de treinta jóvenes ellos solos, y muchos de los que trajeron, ya son líderes y están ganando a otros. No hay tierra, ni pueblo, ni ciudad dura para nuestro Dios. Contamos con un Dios que todo lo puede y que lo difícil lo hace fácil. “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.” (Marcos 9.23). VIAJES MISIONEROS Hace unos años surgió una invitación para realizar un viaje misionero al interior del país, para apoyar a una Iglesia en el evangelismo y trabajar con jóvenes y niños. Nosotros jamás habíamos hecho algo por el estilo ni lo habíamos buscado. No teníamos ningún tipo de experiencia, ni un equipo preparado para tal fin. Realmente nuestro Pastor se arriesgó al enviarnos. Fue una experiencia tremenda. Fueron semanas de preparación, de juntar ropa, comida, donaciones, y dinero para poder pagar los pasajes. Vivimos una experiencia que cambió nuestras vidas y el futuro de los siguientes años. Dejamos de lado el deseo de armar grandes campamentos, porque la demanda de invitaciones a diferentes lugares comenzó a surgir. Nunca hicimos propaganda ni tampoco armamos un viaje misionero pensando a dónde queríamos ir. Siempre surgieron las invitaciones, algunas sin saber cómo surgieron y otras por recomendación de los mismos pastores donde habíamos estado. Pasaron varios años desde que realizamos nuestro primer viaje y no hemos parado de viajar por el interior de nuestro país y países limítrofes. Liderazgo En LLamas - 71 Con respecto a los viajes, sabemos que no estamos para hacer a nadie dependiente de nosotros y menos de un ministerio. Estamos para compartir lo que Dios nos ha dado, por pura gracia, para enseñar y alentar a vivir lo que Dios tiene y descubrir que ellos cuentan con lo mismo para dar a otros. Es una alegría saber que las diferentes Iglesias donde hemos estado, están viendo frutos porque han aceptado la verdad de Dios, hoy están siendo movilizados a ganar jóvenes, a predicar en la ciudad, en los colegios y a levantar un liderazgo fuerte donde antes no lo había. UN MENSAJE BIEN CLARO Tenemos un mensaje que es único. El mensaje es Jesús, no es tu nombre, ni la Iglesia, ni la denominación, ni otra cosa. Si de algo espero que la gente se acuerde al haber hablado conmigo, no es de mi cara, ni de mi testimonio, ni de qué religión soy, sino de que Jesús murió por ellos y entregó Su vida para perdón de pecados y para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3.16). Un error muy común es hacer hincapié en un montón de cosas que nada tienen que ver con la verdad de Dios. Pensamos que hablar un mismo idioma o decir lo que la gente quiere escuchar puede llegar a captar su atención. Buscamos por medio del razonamiento llegar a las personas. Otro error, es convertirse a ellos para que crean. El ser iguales a ellos, escuchar la misma música, tener el mismo corte de pelo, la misma ropa o tendencia, no produce cambios. Ellos se tienen que convertir a nosotros y no nosotros a ellos (Jeremías 15.19b). Nuestras formas o métodos no son los que Dios usa para llegar a las personas, nuestro mensaje tiene que ser Cristo-céntrico, donde demos a conocer Su verdad aunque pensemos que no nos van a entender. Por tiempo, me di cuenta que dábamos un mensaje encubierto. El evangelismo era invitarlo a una: “fiesta de jóvenes”, “reunión de amigos”, “actividad para jóvenes que se realiza en una Iglesia”, “concierto”, o hasta afirmar que “todos sus problemas se iban a solucionar”, y podría seguir enumerando muchas cosas más. Esto no es más que “venderles un evangelio color de rosa”, para 72 - Liderazgo En LLamas luego observar que esas personas se sienten engañadas y que por lo tanto, son pocas las que quedan firmes en la Iglesia. Nos conformamos con llenar la Iglesia una noche, pero nuestra tarea es formarlos como discípulos para que vivan, caminen y sirvan a Jesús toda su vida. “Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado.” (1 Corintios 2.1, 2). CONCLUSIÓN Sal a evangelizar. Saca a los jóvenes a predicar. Arma un proyecto anual, mensual, semanal para que todos los jóvenes sean parte y trabajen en conjunto con el fin de llegar a muchos con el mensaje de Jesús. Invierte en folletos, afiches, publicidad, y lo que fuere que llegue a tu mano para que el mensaje llegue a todos, pero por sobre todo, moviliza a tu gente. GUÍA PRÁCTICA / PUNTOS FUERTES PARA AVANZAR EN FE 01. Haz del evangelismo una tarea normal y no especial. 02. Arma actividades fijas para llegar a otros. 03. Organiza grupos de trabajo por los barrios. 04. Persevera en el evangelismo aunque no veas frutos, y no lo suspendas por nada. 05. Invierte en evangelismo armando actividades y haciendo folletería propia. 06. Usa todos los medios a tu alcance para llegar a otros. 07. Alcanza a tu ciudad con un mensaje bien claro. 08. Comparte con todos los jóvenes la visión de Dios acerca de tu ciudad y declárala bien fuerte. 09. Enseña a los jóvenes a presentar a Jesús. 10. Da un mensaje claro y no te canses de predicar. Liderazgo En LLamas - 73
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