Liderazgo En LLamas

Liderazgo En LLamas - 3
Liderazgo En Llamas por Fernando Vena
Copyright © 2013 por Iglepastor
www.iglepastor.com
www.ablazeconferencia.com
www.viviloencarnepropia.com
Todos los derechos reservados
Esta publicación no podrá ser reproducida sin el permiso previo y escrito del autor o
los editores, excepto para breves citas en reseñas.
Todas las citas Bíblicas fueron tomadas de la Versión Reina Valera, revisión 1960.
Vena, Fernando
Liderazgo en llamas. - 1a ed. - Lomas de Zamora : Iglepastor, 2013.
72 p. : il. ; 17x14 cm.
ISBN 978-987-29653-0-3
1. Liderazgo. I. Título
CDD 262.1
Fecha de catalogación: 28/06/2013
Este libro fue impreso en julio de 2013 por Grancharoff impresores
Tapalqué 5868, Bueno Aires, Argentina
[email protected]
Tel. +5411 4684 1551
4 - Liderazgo En LLamas
PRÓLOGO
El presente material fue ideado, programado y escrito pensando en ti.
Amado Líder de jóvenes, en estos escritos encontrarás una gran ayuda para la
honrosa tarea que te toca llevar a cabo. En éste material, que fue compilado de
acuerdo a lo que el grupo de jóvenes de nuestra congregación recibió, aprendió
y puso en práctica, encontrarás las respuestas a muchas de tus inquietudes y
preguntas.
Los primeros años de servicio entre los jóvenes fue una etapa muy difícil,
demandó mucho esfuerzo, trabajo y búsqueda de Dios. Hubo que dedicarse por
entero a restaurar el grupo, debido a que muchos jóvenes ya no estaban con
nosotros. El pastor de jóvenes junto a sus colaboradores probaron diferentes
actividades, métodos y sistemas para ganar y contener a otros dentro de la
Iglesia sin tener resultados. Esto los llevó a recorrer un largo camino hasta
comenzar a ver cambios y contar con vidas comprometidas con el Señor.
Los años pasaron y el proceso fue intenso, pero seguro. Las experiencias fueron
muy positivas y dejaron grandes enseñanzas en cada uno de ellos. Aprendieron
a seleccionar lo mejor de lo bueno; a examinar sin contemplaciones las ventajas
y especialmente los errores para no seguir cometiéndolos.
No dudaron en dejar lo que era necesario, y dispusieron su corazón para aceptar
los desafíos adaptándose a una nueva manera de ver las cosas, a un cambio de
mente, y a dejarse enseñar y guiar por el Espíritu Santo.
Liderazgo En LLamas - 5
Uno de los pasos sorprendentes fue poner en acción la Palabra del Señor para
así, avanzar en fe. Esto los ayudó a no quedar atrapados en las experiencias del
pasado, desechando la filosofía de creerse una generación única y separatista
del resto de los miembros de la Iglesia, ya que esto genera divisiones y
aislamiento. También aprendieron a verse a sí mismo y a los demás como
Cristo los ve, como parte de un solo Cuerpo; esta experiencia aún hoy sigue
provocando grandes expectativas.
Los resultados hasta aquí, por obra y misericordia de Dios, son por demás
significativos. Todavía queda mucho por andar y aprender. Sabemos como
Iglesia que hay principios bíblicos, verdades espirituales y enseñanzas que nos
han cambiado la vida. Esto es lo que queremos compartir contigo.
Creemos que a través de este material el Señor te permitirá comenzar una
nueva etapa de trabajo y servicio al Señor. Por favor, no olvides compartir con
nosotros tus experiencias, para que juntos podamos ser de bendición a los
demás.
Como compañeros en la tarea, recibe nuestra bendición. Avanza en fe.
Comienza poniendo en práctica aquello que más te llega de este material.
Comparte con tus colaboradores lo que el Señor ya depositó en ti. La tarea no
podrás realizarla tú solo, es importante que otros se sumen a este desafío, para
que juntos alcancen la bendición.
Cuenta con nosotros. Estamos para acompañarte.
Dios te bendiga ricamente.
Rev. José Luis Vena
6 - Liderazgo En LLamas
AGRADECIMIENTOS
A Jesucristo. Él es el centro, adorarlo y servirlo es mi meta más alta.
A mi esposa Vanina, gracias por todo tu esfuerzo, paciencia, amor y entrega
durante todos estos años juntos, no tengo palabras para decirte cuanto te amo,
eres excelente.
A Thomas y Michelle, mis dos hijos que son un regalo para mi vida, por el amor
que me expresan todos los días.
A la congregación de la Iglesia El Buen Pastor de Lomas de Zamora, por creerle
al Señor durante todos estos años y ser fieles a Su Palabra.
A los Pastores José Luis y Rita Vena, por su fidelidad, entrega incondicional,
dedicación y servicio a la amada Iglesia de Jesús. Gracias José por alentarme y
empujarme a escribir cuando pensaba que esto era lo último que podría llegar
a hacer en la vida. Además de mi pastor, eres mi amigo, mentor y maestro.
Gracias por la oportunidad de servir juntos, en todo momento aprendo y soy
desafiado a más.
Al Cuerpo Ministerial por la amistad, servicio y trabajo que compartimos
durante años.
A todos los líderes y obreros de la Iglesia El Buen Pastor por la unidad y el
servicio que semana tras semana realizan en las diferentes áreas de la Iglesia
con amor y pasión.
Liderazgo En LLamas - 7
Al grupo de Jóvenes y Líderes por lo vivido, por su servicio y por avanzar en fe
frente a los grandes desafíos y locuras en las cuales Dios nos ha metido.
A todos los que trabajaron para armar este material, entre ellos: Valeria Aguirre,
David Vena, Gabriel Vega, Pablo Depaoli, Sabrina Depaoli, Romina López,
Moisés Andurillo, Fabian Passarelli, Ricardo Forbes, Luis Pereyra, Pamela Soria,
Ruth Ballestas y tantos otros que colaboraron con la corrección del material.
A Juan Vena por el diseño y diagramación.
A Rodrigo Lopez Cardozo por las fotos del material.
A Pedro Herrera y Nathan Grams, mis amigos y compañeros en esta tarea de
formar líderes. Gracias por siempre estar.
A Fernando y Pablo Grancharoff, dos grandes. El apoyo que nos dieron desde la
imprenta, la paciencia y el respaldo ha sido alentador y valioso.
Y a TODOS los que colaboraron aportando ideas, esfuerzo y recursos para que
este material hoy sea una realidad.
8 - Liderazgo En LLamas
INTRODUCCIÓN
El material que vamos a presentarte a continuación no es el resultado de un día
de trabajo ni el trabajo de una sola persona, sino el resultado de más de diez
años de servicio, búsqueda de respuestas de Dios para un mejor resultado y
mayor efectividad en el ministerio de jóvenes.
Con este material deseamos ser de bendición para tu vida y ministerio; queremos
compartir lo que a través de los años fuimos aprendiendo. Encontrarás muchas
experiencias personales y el trabajo en conjunto con los jóvenes. A medida
que avanzamos fuimos descubriendo secretos de parte de Dios para tener
una mayor efectividad en lo que hacíamos. No creemos saber todo ni haber
alcanzado todas las cosas, sentimos que esto recién comienza, pero estamos
dando pasos firmes y sabemos que lo mejor está por delante.
“No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto;
sino que prosigo, por ver si logro asir aquello
para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado;
pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás,
y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta,
al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”
Filipenses 3.12-14
Al finalizar cada capítulo encontrarás una guía práctica con los puntos más
sobresalientes que te ayudarán a avanzar en fe. Te animamos a seguir bajo
la guía de tu pastor, y que junto a tu equipo de trabajo pongas en práctica
este material. Esto permitirá que comiences a ver cambios y crecimiento en tu
ministerio.
Liderazgo En LLamas - 9
10 - Liderazgo En LLamas
ÍNDICE
CAPÍTULO 01 PREDICANDO LA PALABRA COMO CENTRO DE TODA ACTIVIDAD
CAPÍTULO 02 ENSEÑANDO LA SANA DOCTRINA
CAPÍTULO 03 AFIRMANDO LA VISIÓN
CAPÍTULO 04 MINISTRANDO EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO
CAPÍTULO 05 FORMANDO LÍDERES
CAPÍTULO 06 DESARROLLANDO MINISTERIOS
CAPÍTULO 07 HACIENDO EVANGELISMO
Liderazgo
Liderazgo En
En LLamas
LLamas -- 11
11
12 - Liderazgo En LLamas
CAPÍTULO UNO
PREDICANDO LA PALABRA COMO CENTRO
DE TODA ACTIVIDAD
“La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma;
El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.”
Salmos 19.7
COMIENZO DEL MINISTERIO
Con tan sólo diecinueve años y la mitad de mis estudios teológicos cursados, mi
Pastor me llamó para liderar el ministerio de jóvenes de la Iglesia. La tarea no
era muy alentadora, unos meses atrás habíamos sufrido un éxodo de jóvenes
y el grupo que permaneció era pequeño, alcanzaban los dedos de una mano
para contarlos. Ante esta situación muchas veces me pregunté si había sido
escogido porque el Pastor vio potencial en mí o porque realmente no había
otra persona en ese momento para ocupar el lugar que había quedado libre.
Gracias a Dios, con el tiempo el Señor respondió esa pregunta.
Con el llamado del Pastor y el respaldo de todo el Cuerpo Ministerial (grupo de
líderes de ministerios que trabajan junto al Pastor). Luego, de varias semanas
de no haber realizado actividades, se realizó la primer reunión de jóvenes para
dar la noticia de los cambios y el comienzo de un nuevo tiempo; recuerdo como
si fuera hoy que esa noche varios de ellos vinieron sin saber qué iba a pasar, y
para muchos fue su última visita a la Iglesia. Luego de la presentación, el Pastor
me dejó para que diera unas palabras a los jóvenes.
Liderazgo
LiderazgoEn
EnLLamas
LLamas--13
13
El sábado siguiente me apresuré para estar temprano y organizar la actividad.
Observando que llegaba la hora del comienzo de la reunión y que me encontraba
solo en el templo, comencé a preocuparme seriamente. No sólo era el líder
de jóvenes, sino también el encargado de sonido, de levantar la ofrenda y el
director de alabanza; como no sé tocar ningún instrumento, tenía que cantar
acompañado de un cassette.
Ante la desesperación y el temor de quedarme completamente solo, comencé
una carrera recurriendo a cientos de ideas y actividades con el fin de retener
a los pocos que quedaban, intentando llamar su atención para que vinieran a
la reunión de los sábados. La primera estrategia fue intentar sumar a aquellos
que habían quedado, prometiéndoles un lugar de liderazgo, cosa que no dio
buen resultado.
La segunda opción fue organizar un campamento para llamar la atención de
los jóvenes. Tenía como meta llevar la mayor cantidad de jóvenes, así que
con mucho esfuerzo logré juntar unos treinta jóvenes para realizar el primer
campamento en el interior del país. Ahí se fueron todos mis ahorros, aun los
que había juntado para mi cercano casamiento; no sólo pagué mis pasajes sino
también los de aquellos jóvenes que alenté, animé y hasta comprometí a viajar.
Me llenó de orgullo y emoción ver que el grupo se había duplicado, pero como
en toda actividad fuera de lo común, aparecen jóvenes de hasta debajo de las
piedras y así como aparecen, al finalizar la actividad también desaparecen.
A medida que pasaba el tiempo se fueron sumando una innumerable cantidad
de actividades como: confraternidades, recitales, fiesta del día del amigo, fiesta
de la primavera, cenas show, fiestas de cumpleaños (y no te podías olvidar el
cumpleaños de uno de ellos porque ahí perdías a un joven que no volvería
nunca más, no sólo eso, sino que se iría diciendo que “en la Iglesia no hay
amor”), fiestas de aniversario, fiesta de fin de año, navidad y pascuas; fiesta
de la pizza (nos hicimos especialistas amasando pizza), del espagueti, el canto
bar, la noche de talentos, juegos de todos los tipos, colores e ideas, torneos
de fútbol, vóley, tenis, ping-pong y hasta ajedrez; fiesta de acá, fiesta de allá
y fiesta de la fiesta, todo servía de excusa para atraer a un mayor número de
14 - Liderazgo En LLamas
jóvenes. Por supuesto, la palabra “gratis” era el gancho para atraparlos, esa
nunca fallaba; sólo que lo que era gratis para ellos, para mí o los pocos que me
ayudaban significaba una gran inversión de dinero, y mucho trabajo al finalizar
para limpiar todo que se había ensuciado y desordenado.
Por lo cual, la actividad principal para la mayoría era lo que se hacía después del
culto, colocábamos afiches anunciando la actividad, buscando generar mayores
expectativas porque todos esperaban algo mayor cada semana.
Las primeras grandes compras del ministerio, salieron de mi bolsillo. Invertí en
la mesa de ping-pong y un metegol, cosas que muchos amaron y hasta venían
solamente para luego poder pasar horas jugando en el comedor de la Iglesia. Al
poco tiempo el ping-pong y el metegol eran poca cosa y ya algunos hablaban de
lo bueno que sería tener una mesa de pool, que nunca llegó porque mi bolsillo
no alcanzaba hasta esos números. Creo que de haberla comprado, el siguiente
paso hubiese sido una pista de Bowling, patinaje sobre hielo o quién sabe qué.
Una noche, luego de haber trabajado tanto para armar la actividad “importante”
y no haber podido preparar bien la predicación, me encontré sentado en el
primer banco de la Iglesia totalmente confundido y con mucha presión ante
una reunión ya iniciada. En ese mismo momento el Señor me habló y me dijo
muy claramente: “No te llamé para entretener a los jóvenes o para organizar
fiestas. Yo te llamé para formar discípulos, hombres y mujeres que amen mi
Palabra y me sirvan con todas sus fuerzas”, mientras aún escuchaba estas
palabras, me vino una imagen en la que podía ver cómo sábado tras sábado
estaba parado delante de los jóvenes como un payaso haciendo malabarismos
para poder entretenerlos, y pensando dentro de mí: “hay que hacer lo que sea
para que no se vayan al mundo”. Lo único que el Señor me estaba pidiendo era
que invirtiera mi tiempo, de ahora en más, en lo que es el verdadero centro de
toda actividad: “enseñar la Palabra y formar jóvenes”.
Afirmar y priorizar la adoración, la enseñanza y la ministración de la Palabra
de Dios. A partir de esa noche, los cultos pasaron a ser la única actividad. Dejé
de organizar actividades para retener a los jóvenes, de invertir en juegos, de
Liderazgo En LLamas - 15
festejar los cumpleaños como parte del ministerio, de organizar campamentos,
confraternidades, campeonatos de fútbol o cualquier otra cosa que hasta el
momento habían sido el eje de nuestro ministerio, esfuerzo y atención.
Entendí y aprendí que la Palabra tiene poder en sí misma para hacer todas
las cosas. Ella no depende de mi realidad, ni de lo que pienso que puede ser
“bueno” para los jóvenes. Por tiempo había usado la Palabra de Dios para
decir lo que pensaba, sentía y veía de los jóvenes. Pero ante la verdad de Dios
entré en conflicto, porque Su realidad no tenía nada que ver con lo que yo
veía, pensaba y oía. El pasaje de 1 Juan 2.14b revolucionó mi cabeza “…Os he
escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece
en vosotros, y habéis vencido al maligno.” Comencé a preguntarme ¿Dónde
están estos jóvenes? porque solamente tengo a mi lado jóvenes débiles, que
ni siquiera traen la Biblia a los cultos, y si había una era todo un milagro. Mi
visión de los jóvenes era muy distinta a la de Dios, los veía pasivos, perezosos,
atrapados por el mundo, presa fácil de los vicios, sin rumbo ni sentido en la
vida, difíciles de cambiar, viviendo más bien como esclavos del pecado. Esta
forma errónea de ver a los jóvenes también me incluía a mí, al verme a través
de mis ojos naturales, y solamente ver mis limitaciones y errores.
Comprendí que el apóstol Juan cuando escribe a los jóvenes, no lo está haciendo
a cualquier joven. Por eso en Isaías 40.30, 31 dice: “Los muchachos se fatigan y
se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán
nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán;
caminarán, y no se fatigarán.” Muchas veces pensamos que los jóvenes están
en la plenitud de la vida, y aun ellos mismos se sienten fuertes, consideran que
nada ni nadie los puede detener. La verdad de Dios nos muestra que no es así,
que naturalmente son frágiles, pero existe otra realidad, la de los jóvenes que
guardan la Palabra del Señor, aquellos que le creen a Dios y confían en Él; éstos
son los fuertes, los que han vencido, porque viven de acuerdo a lo que Él dice,
en consecuencia experimentan grandes cambios, y fortalecidos en el poder de
Dios son guiados a vivir cosas mayores. Esta revelación de la verdad de Dios
cambió mi vida y la visión que tenía respecto al ministerio.
16 - Liderazgo En LLamas
La tendencia natural es olvidarnos de lo que dice el Señor. El error es apuntar a
cambiar a los jóvenes usando otros medios. Los exhortamos a que cambien su
conducta, sin entender que solamente la Palabra es la que puede generar dicho
cambio. Por más amistad, juegos y actividades que les ofrecíamos, los jóvenes
no cambiaban sus malos hábitos ni se definían por el Señor. “¿Con qué limpiará
el joven su camino? Con guardar tu palabra.” (Salmo 119.9).
Aprendí que es necesario predicar la Palabra desde la perspectiva de Dios,
desde Su verdad, y no desde mi punto de vista. Pude comprobar que Su Palabra
no vuelve vacía, sino que produce cambios en aquellos que la reciben. “Porque
como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega
la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que
come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que
hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.” (Isaías
55.10, 11).
Apuntaba a levantar jóvenes comprometidos que crecieran en la vida con Dios,
pero lo buscaba por medios incorrectos. En 2 Timoteo 3.16, 17 dice “Toda
la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena obra.” Solamente la Palabra puede
producir esa clase de joven que avanza, crece, se compromete y está preparado
para servir al Señor; cualquiera sea la necesidad o situación a la que se enfrente.
EL FANTASMA DEL ABURRIMIENTO
Durante mucho tiempo abocamos todas nuestras fuerzas en complacer a
aquellos que se quejaban diciendo que la actividad era muy aburrida. A pesar del
esfuerzo que poníamos nunca estaban conformes y lo que es peor, continuaban
quejándose. Como líder uno desea que nadie quede fuera. Buscábamos la
manera de integrar a los que no querían participar por medio del aliento o
persuasión a fin de convencerlos, pero ningún esfuerzo era suficiente, no había
cambios de actitud. La actividad había terminado, y no habíamos invertido
tiempo en aquellos que sí querían participar.
Liderazgo En LLamas - 17
Priorizar la predicación de la Palabra y la enseñanza iba en contra de todo
razonamiento. Muchos con buenas intenciones me decían que los jóvenes se
iban a aburrir, porque no soportarían más de veinte minutos de predicación, se
distraerían, y vendrían si no había juegos, comida, recitales, confraternidades,
etc. Es más, el cancelar toda otra actividad y solamente centrarme en la Palabra
en los primeros años me llevó a creer que tenía el ministerio más raquítico,
aburrido y el menos efectivo que podría existir; pensaba que mi liderazgo era
un fracaso, que no tenía frutos y varias veces estuve a punto de abandonar el
ministerio.
Tomé nuevas decisiones, con el fin de centrarnos en la enseñanza y la
predicación. Una de las primeras cosas que organicé fue lo que al tiempo
denominamos “Pernoctada”, que consiste en una actividad de una noche. Al
finalizar el culto del sábado, todos salimos hacia un lugar de retiro que tenemos
como Iglesia. Pasamos la noche allí para poder comenzar bien temprano con un
devocional privado de lectura de la Biblia y oración. Luego de un rico desayuno,
comenzamos con plenarias donde dedicamos varias horas para enseñar la
Palabra y ministrar. Después del almuerzo tenemos poco tiempo libre, que
varias veces usamos para hacer grupos pequeños donde compartimos lo que
se enseñó. Finalmente subimos al micro para volver a la Iglesia y participar del
culto del domingo a la noche.
La primera vez que realicé esta actividad, pensé por dentro que nadie volvería, y
hasta que algunos me iban a reclamar el dinero porque no había mucho tiempo
para juegos, ni deporte. Para mi sorpresa, no fue como yo había pensado, el
grupo comenzó a crecer y para las siguientes oportunidades no solamente era
mayor, sino que aun ellos traían y alentaban a otros a participar; había hambre
de Dios en el grupo y eso provocó que el lugar de retiro nos quedara chico.
A través de los años he visto jóvenes hacer esfuerzos enormes para asistir,
dispuestos a dormir en el piso, en los autos, sentados, y hasta casi podría decir
parados por el simple hecho de estar presentes y recibir de Dios.
18 - Liderazgo En LLamas
Hace ya varios años que no realizo actividades recreativas. Las cuales antes
eran comunes y constantes, pero no daban buenos resultados. Hoy, el culto se
convirtió en la actividad principal de los jóvenes. El grupo no para de crecer y
sabemos que lo que viene aún es mayor.
PRIMEROS ÉNFASIS
A partir de aquí, comenzamos a establecer metas y acciones concretas. Con
el tiempo, fuimos descubriendo las bases fundamentales para levantar un
ministerio de jóvenes. La enseñanza de la Palabra, el servicio en la Iglesia y
el evangelismo fueron algunas de ellas. Sé que podríamos mencionar muchas
otras que son necesarias e importantes, pero estos tres énfasis nos abrieron
camino a mayores cosas, tirando por tierra varios pensamientos o creencias
que habíamos aceptado como verdaderas hasta el momento.
LA ENSEÑANZA DE LA PALABRA
La Palabra produce cambios en los corazones. Introdujimos a todo el grupo de
jóvenes y líderes en los estudios bíblicos que se dictan en la Iglesia. Contamos
con un sistema de dos niveles, cada nivel dura un año. En el primer nivel se
enseñan las bases doctrinales del evangelio y en el segundo nivel se dictan
clases para la formación de obreros, con temas claves que el Señor nos ha ido
dando a través de los años por medio del Pastor.
Traer la Biblia es uno de los requisitos para poder participar de las actividades.
Cada semana buscamos que se lea; y los líderes, más que nadie, deben
conocerla bien y vivirla. Muchas veces, al salir para retiros o campamentos,
pedimos Biblia en mano e inscripción para poder subir al micro. En los cultos
siempre los alentamos a leerla, marcar los pasajes y tomar apuntes. Usamos
una sola versión de la Biblia, la versión Reina Valera 1960, para que todos lean
y hablen una misma cosa
Liderazgo En LLamas - 19
Comencé a predicar con mayor énfasis la verdad de la Palabra en las reuniones
de los sábados, y a tomarme todo el tiempo necesario para ese fin. No di lugar
al qué dirán, al temor de que se aburran o no presten atención. Ahora la gran
pregunta era ¿Qué predico? ¿Qué mensaje doy a los jóvenes? Empecé a tomar
apuntes de lo que el Pastor predicaba el domingo, a esta Palabra la llamamos
Rhema (denota aquello que es hablado, lo que es expresado de la palabra o
por escrito. En la Biblia existen dos palabras griegas LOGOS y RHEMA que, al ser
traducidas al castellano, significan palabra. Cuando se utiliza Logos se refiere a
toda la Biblia, mientras que Rhema se refiere a una palabra que sale del Logos,
pero es una Palabra que Dios habla en un momento determinado y para una
situación específica). Esta es la Palabra que corre durante la semana en todas
las actividades de la Iglesia. Sobre lo predicado el domingo busco algún punto
fuerte, versículo importante o solamente teniendo bien en claro el espíritu del
mensaje. Armo la predicación sin importar lo que yo sienta o piense, sin tener
en cuenta la necesidad aparente de los jóvenes. Realmente comprobamos que
Dios por medio de la Palabra responde a todas las inquietudes y necesidades
de los jóvenes, y vimos que los resultados son muy grandes.
Todo lo que necesito está en la Biblia. Al comienzo, busqué en libros y materiales
para trabajar con los jóvenes, si bien tengo libros que han sido muy útiles,
ninguno reemplaza la Palabra de Dios. “Tenemos también la palabra profética
más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que
alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana
salga en vuestros corazones;” (2 Pedro 1.19). Por eso, para enseñar en los
grupos pequeños, comenzamos a usar el bosquejo de la Rhema que el Pastor
utiliza para predicar el domingo. Aprendimos que la Palabra de Dios está por
encima de todo y responde toda inquietud y pregunta. Comprobamos que no
importa el problema o cuestión, la Palabra tiene respuesta a toda situación,
dificultad o circunstancia.
Una de las cosas que más nos sorprendió, fue que muchos padres comenzaron a
acercarse para mencionar que sus hijos estaban tomando tiempo en la semana
para leer la Biblia. Aun tenían que llamarles la atención porque a largas horas
de la noche no se iban a dormir y estaban metidos en la Palabra. Comenzamos
20 - Liderazgo En LLamas
a ver jóvenes que traían sus Biblias a las reuniones, y lo más interesante, sabían
utilizarla. La Palabra tomó tal importancia dentro de nuestra congregación, que
a diferencia de lo que Pablo les dice a los Corintios, los jóvenes hoy no quieren
“leche”, sino vianda. Palabra sólida de parte de Dios para sus vidas (1 Corintios
3.1, 2).
EL SERVICIO EN LA IGLESIA
Nuestra segunda prioridad fue incluir a todos en algún área de servicio dentro
de la Iglesia. Una de las cosas que les repetí hasta el cansancio: “te quiero ver,
te quiero ver, te quiero ver”. Les comencé a hablar y alentar para que estén
en todas las actividades, sea construcción, limpieza de la Iglesia, ministerio de
niños, en la música, sonido, iluminación, atención de los nuevos, evangelismo,
y cualquier otra tarea o actividad dentro de los ministerios.
Aprendimos que servir al Señor demanda: tiempo, vida y dinero. Y las tres
van de la mano, no alcanza con sólo dar una parte de nosotros. Los jóvenes
saben que al hablar del servicio, hablamos de una entrega total, de acuerdo a la
entrega y ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, sabiendo que todo lo recibimos
de Dios con el fin de edificar Su Iglesia. Como está escrito en Efesios 4.11-16: “Y
él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas;
a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del
ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos
a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a
la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños
fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema
de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino
que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza,
esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por
todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de
cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.”
La misma enseñanza de la Palabra impulsa a los jóvenes a querer involucrarse
en el servicio de la Iglesia. Tienen claro que su tarea es para la edificación
Liderazgo En LLamas - 21
del cuerpo de Cristo, sin importar el lugar. Muchos comenzaron a acercarse y
preguntarme dónde podían ayudar o en qué área de servicio podían colaborar.
De esta manera, la Iglesia comenzó a llenarse de jóvenes inquietos y dispuestos
a trabajar en favor del cuerpo de Cristo.
EL EVANGELISMO
Al principio, el sólo pensar en evangelismo me ponía la piel de gallina y generaba
un gran temor. Hacía tiempo que Dios nos venía pidiendo que salgamos a
evangelizar en la ciudad, en las discotecas, bares y lugares donde los jóvenes
se concentraban los fines de semana. Creía que dentro de la Iglesia estábamos
protegidos y el diablo no nos podía tocar, pero salir afuera “al territorio
enemigo”, ya era otro tema. No veía a los jóvenes preparados y mi temor era
salir a evangelizar con el pequeño grupo que tenía y volver con la mitad. Tenía
un gran problema de visión hacia mí y hacia los jóvenes, mis pensamientos no
eran claros y afirmarme en lo que dice 1 Timoteo 4.12, sobre ser ejemplo de los
creyentes, era algo muy difícil de asimilar.
Pasó un buen tiempo hasta que le creímos al Señor. Nuestra visión fue
cambiada y entendimos que la ciudad donde estamos había sido entregada a la
Iglesia, en Hechos 18.9, 10 “Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche:
No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá
sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta
ciudad.” La Palabra nos libró del temor y fuimos movidos a salir, al comienzo
con un pequeño grupo. Pero lo que Dios hizo fue tremendo, comenzamos a
marcar la diferencia; predicábamos y orábamos en las largas colas de jóvenes
que esperaban en medio de la noche para entrar a las discotecas. Cantidad
de jóvenes aceptaban a Dios y aun se abrían a que oráramos por ellos. Esto
además trajo definición, porque algunos de nuestros jóvenes al terminar la
reunión del sábado salían para formar parte de esas filas; y al vernos, muchos
de ellos fueron movidos al arrepentimiento y otros a buscar ayuda.
22 - Liderazgo En LLamas
CONCLUSIÓN
Predica la Palabra como centro de toda actividad. Como líderes estamos para
dar lo que realmente los jóvenes necesitan, somos ministros de la Palabra por
encima de cualquier otra cosa, nuestra función es formar discípulos, llevarlos
a vivir y experimentar la vida de Dios al máximo. La enseñanza de la Palabra,
el servicio en la Iglesia y el evangelismo nos ayudaron a dar pasos firmes y
a crecer. Hoy seguimos fortaleciendo estos puntos y las demás cosas se van
dando por sí solas. “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia,
y todas estas cosas os serán añadidas.” (Mateo 6.33). El entretenimiento y el
deporte nunca faltan, pero no como base fundamental o vital de la actividad.
GUÍA PRÁCTICA / PUNTOS FUERTES PARA AVANZAR EN FE
01. Predica la Palabra como centro de toda actividad.
02. Proclama verdades bíblicas acerca de tu ministerio y de los jóvenes.
03. Establece prioridades en el ministerio.
04. Invierte tiempo, vida y dinero en la enseñanza de la Palabra, el servicio en
la Iglesia y en el evangelismo.
05. Apunta a las verdades de Dios a la hora de armar la predicación.
06. Impulsa a los jóvenes a servir.
07. Motiva a los jóvenes a evangelizar.
08. Busca diferentes maneras para que recuerden la Palabra y que se manifieste
en sus vidas.
09. Insiste en que los jóvenes traigan Biblia a los cultos, que lean la Biblia, que
la marquen y tomen apuntes en las reuniones.
10. Elimina toda actividad que te demande tiempo y no cumpla con las
prioridades de tu ministerio.
Liderazgo En LLamas - 23
24 - Liderazgo En LLamas
Liderazgo En LLamas - 25
CAPÍTULO DOS
ENSEÑANDO LA SANA DOCTRINA
“Toda la Escritura es inspirada por Dios,
y útil para enseñar, para redargüir,
para corregir, para instruir en justicia,
a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena obra.”
2 Timoteo 3.16, 17
DOCTRINAS ENFRENTADAS
El mundo tiene una manera de ver a los jóvenes, un estereotipo de lo que son
y de lo que tienen que llegar a ser. Esto marca su forma de vida, generando
internamente un modelo a seguir, y termina siendo “su verdad”. La cual se ha
incorporado en ellos a través de un constante bombardeo de los medios de
comunicación, y que aun aprendieron de sus padres. El peligro es permitir que
esta manera de verlos se introduzca dentro de la Iglesia y la aceptemos como
parte nuestra.
Al ir avanzando fui descubriendo algunas falsas doctrinas. Por años afectaron
la vida de los jóvenes, llevándolos a tomar una postura frente a diferentes
situaciones. Estas falsas doctrinas marcaron en ellos una forma de pensar, que
se manifestaba a través de la conducta, generando conflictos con otros jóvenes,
con sus familiares, y autoridades dentro y fuera de la Iglesia.
Nuestro error, por mucho tiempo, fue apuntar a modificar la conducta de
26 - Liderazgo En LLamas
los jóvenes, sin cambiar aquellas doctrinas que estaban operando en ellos.
Nuestras predicaciones y enseñanzas bien intencionadas no dieron el fruto
deseado, al contrario, no los ayudó. Estuvimos exigiéndoles cambios, y sin
darnos cuenta, poniendo un tremendo peso sobre sus vidas, que provocó
grandes frustraciones al no poder conseguir o alcanzar aquellas cosas que se
proponían. Querían seguir a Dios, pero por otro lado eran movidos a descuidar
la salvación pensando que por sus continuos deslices o caídas no servían para
ser cristianos y que no podían agradar a Dios. En consecuencia, perdían el
entusiasmo por las cosas de Dios, y al no sentirse aptos abandonaban su lugar
de servicio, dejaban de participar de las actividades de la Iglesia, y olvidando lo
vivido, se entregaban a una vida de pecado.
Comprender la doctrina de Dios es distinguir entre Su verdad y mi verdad.
Aquellos que hoy no creen y no han recibido el Espíritu del Hijo, están viviendo
y haciendo la voluntad de los pensamientos y deseos del mundo. Tienen el
entendimiento entenebrecido (Efesios 4.18), son llevados por doquiera de todo
viento de doctrina (Efesios 4.14), y viven presos del príncipe de la potestad
del aire (Efesios 2.2). Estos jóvenes creen ser libres, “creen elegir” su forma de
vivir, lo que hoy conocemos como tendencias, inclinaciones, modas, o lo tan
mencionado en los últimos tiempos “las tribus urbanas”, que no son otra cosa
que la manifestación del hombre natural sin Dios en búsqueda de una identidad
o sentimiento de pertenencia. Muchos tratan de entender la conducta humana,
le buscan explicación o razón de ser, pero Romanos 1 nos menciona que el
hombre le dio la espalda a Dios y ha sido entregado a la inmundicia (vs.24), a
pasiones vergonzosas (vs.26) y a una mente reprobada (vs.28). En la naturaleza
del hombre no está el hacer el bien y es incapaz por sus propias fuerzas de
lograrlo (Romanos 3.10-18).
Aceptar lo que Dios nos dice, es ir en contra de nuestra propia naturaleza. Es
hablar un idioma totalmente diferente al que el mundo utiliza, y hasta corremos
el riesgo de ser tildados de locos o ilusos. Sabemos que para el mundo y para
el hombre natural las cosas de Dios son incomprensibles, aunque quiera y se
esfuerce en ellos, no las puede entender. Pero para nosotros los que creemos,
es sabiduría de Dios, Romanos 1.16 dice: “Porque no me avergüenzo del
Liderazgo En LLamas - 27
evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree…”;
y en 1 Corintios 1.18 dice “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se
pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.”
Dios nos llevó a vivir bajo Su verdad, y aunque ésta pareciera irracional,
comenzamos a afirmar lo que Dios decía por encima de la realidad. Esto
generó que muchos no lo entendieran y se molestaran, varios se fueron y hasta
perdimos amigos, líderes y jóvenes que no comprendieron lo que Dios nos
estaba diciendo. En su momento fue terrible, porque no queríamos perder a
nadie, especialmente cuando el grupo es pequeño y la salida de alguno es muy
notoria, pero la determinación a creerle al Señor fue lo que marcó un cambio y
un gran crecimiento en los jóvenes.
LA DOCTRINA DETERMINA LA CONDUCTA
La doctrina no son conceptos, ideas o preceptos humanos que deban
comprenderse a nivel intelectual, la doctrina tiene que ver con la persona de
Jesús (Juan 1; 7.16). Jesús mismo, aun siendo el hijo de Dios no habló por su
propia cuenta, no hizo lo que quiso, no buscó decir lo que le parecía o pensaba,
Él estaba sujeto al Padre en todas las cosas. En el libro de San Juan 5.30, Jesús
lo aclaró muy bien al decir: “No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo,
así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad
del que me envió, la del Padre.”, también dijo: “Mi doctrina no es mía, sino
de aquel que me envió. El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si
la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta. El que habla por su
propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le
envió, éste es verdadero, y no hay en él injusticia.” (Juan 7.16-18).
En la primera carta a Timoteo, Pablo le insiste a que se ocupe e invierta tiempo
en cuidar la doctrina, la cual lo salvará a él y a los que le oyeren (1 Timoteo
4.13-16); y en su segunda carta, entendiendo que muchos no van a querer
sufrir la sana doctrina, sino que se levantarán maestros conforme al corazón
del hombre y sus concupiscencias para apartar el oído de la verdad, lo exhorta
a que predique y enseñe con toda paciencia y doctrina. La tarea de todo líder
28 - Liderazgo En LLamas
es conocer el poder que hay en las Escrituras y proclamarla a tiempo y fuera de
tiempo, cuando tenga ganas y cuando no las tenga, cuando vea a Dios obrar y
cuando no vea ni sienta nada. Es vital entender que la Palabra tiene poder en sí
misma para hacer todas las cosas (2 Timoteo 3.15-17; 4.1-6).
Sólo a través de un cambio de doctrina, se cambia la conducta. En nuestro
caso la conducta de los jóvenes no coincidía con la doctrina de Jesús, ni con
lo que Dios dice. Entre los jóvenes era común los noviazgos desordenados, las
salidas nocturnas donde no faltaban los excesos de alcohol, las fiestas donde
no había ninguna diferencia con el mundo, y para muchos, ir a las discotecas
era la segunda actividad de los días sábados.
Las mentiras del mundo, la carne y el diablo comenzaron a ser cambiadas
por la verdad de Dios. Sólo afirmando lo que Dios dice de los jóvenes es
posible cambiar de idioma. Al comienzo surgieron grandes conflictos porque
derribamos verdades que por años habían sido comunes entre los jóvenes.
Esto es lo que Dios busca de nosotros, que hablemos conforme a Su verdad,
que seamos como la boca de Dios. Que Él santifique nuestros labios para hablar
verdad y hablar conforme a lo que hemos creído. “Pero teniendo el mismo
espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros
también creemos, por lo cual también hablamos.” (2 Corintios 4.13).
FALSAS DOCTRINAS
Las falsas doctrinas nos hacen hablar en contra de Dios mismo. Hay quienes
viven quejándose y hablando conforme a su corazón que es engañoso en gran
manera (Jeremías 17.9). Salomón mencionó el peligro de ir tras los caminos
del corazón y la vista de los ojos, esto por más placentero que parezca, termina
siendo camino de engaño y de muerte (Eclesiastés 11.9, Proverbios 14.12;
16.25), y nos conduce por caminos sinuosos, entre ellos, el peligro de ver lo
que se ve y hablar en base a la realidad humana; el peligro de perdernos lo
que Dios está queriendo hacer, que va por encima de la realidad o capacidades
humanas; el peligro de desmayar y quedarnos a medio camino, de ceder frente
a las tribulaciones que son momentáneas; el peligro de desgastarnos y no
Liderazgo En LLamas - 29
experimentar una renovación diaria y gustar de un excelente y eterno peso
de gloria; el peligro de no poder ver lo que no se ve, lo eterno, lo que Dios
ha preparado para nosotros que creemos en Su nombre (2 Corintios 4.16-18).
Jeremías como profeta pasó por diversas situaciones y peligros muy difíciles,
sufrió afrenta por amor a Dios, por guardar y dar Su mensaje, pero era necesaria
una transformación para que Dios pudiera obrar a través de su vida. “Por tanto,
así dice Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si
entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti,
y tú no te conviertas a ellos. Y te pondré en este pueblo por muro fortificado de
bronce, y pelearán contra ti, pero no te vencerán, porque yo estoy contigo para
guardarte y para defenderte, dice Jehová. Y te libraré de la mano de los malos,
y te redimiré de la mano de los fuertes.” (Jeremías 15.15-21). La Palabra fue
gozo y alegría a su corazón y halló respuesta de Dios y aliento para continuar
haciendo su tarea.
Durante mucho tiempo hubo frases que corrían en la Iglesia, afirmaciones
que fueron utilizadas como armas por el diablo para robar a los pocos que
estaban o a los únicos que entraban. Estas supuestas verdades se escuchaban
comúnmente entre los jóvenes como “en la Iglesia no hay amor”, “se va a
crecer solamente saliendo o yendo a otro lado”, “los líderes no me entienden”,
y qué decir de aquellas frases que luego se convertían en el eje central de una
predicación como: “los jóvenes no saben lo que quieren”, “el problema es que
están adoleciendo”, “son débiles ante el pecado”, “no hay que esperar mucho
de ellos porque son irresponsables”, “el problema es que son sentimentales
y ciclotímicos”, “no saben lo que es el respeto a las autoridades”; y podría
seguir agregando cosas como: “no tienen plata”, “no prestan atención”, “no
evangelizan” y mucho menos pensar en ellos como ejemplo. Pero como líder
entendí que no estoy para hablar o mostrar lo que son en la carne o no tienen;
sino para enseñar y mostrar por medio de la Palabra lo que son, y lo que tienen
en Jesús.
Nuestro mayor énfasis fue consolidar el equipo de liderazgo con el fin de
derribar las falsas doctrinas, ya que por algún tiempo el grupo de trabajo había
participado y aceptado ciertos tipos de conducta y actividades que no eran
30 - Liderazgo En LLamas
propias de un líder, ni siquiera de un creyente. Por eso invertí tiempo en ellos,
nos pusimos de acuerdo, eliminamos el hablar las falsas doctrinas y afirmamos
verdades que fueron claves para alcanzar lo que Dios tiene. Por medio de
estudios y tiempos de oración, afirmamos la identidad del joven en Cristo. Esto
generó una transformación en su interior, en la visión hacia sí mismos, hacia
los demás y hacia el servicio en la Iglesia. El resultado fue ver cambios en la
conducta, en la vida de los líderes y jóvenes.
CONCLUSIÓN
Enseña la sana doctrina. Como líderes es importante afirmar la verdad de Dios,
derribar todo comentario y afirmación que va en contra de lo que Dios dice,
y que sólo la Palabra de Vida corra entre los jóvenes. El poder del acuerdo,
hablar todos una misma cosa y tener un mismo sentir es sinónimo de avanzar
con firmeza, sólo esto produce cambios en el interior de los jóvenes y como
consecuencia, en su manera de vivir.
GUÍA PRÁCTICA / PUNTOS FUERTES PARA AVANZAR EN FE
01. Afirma las verdades de Dios por sobre todas las cosas.
02. Ponte de acuerdo con el grupo de liderazgo.
03. Proclama la doctrina a los jóvenes en todo momento y lugar.
04. Fortalece la identidad del joven en Cristo.
05. Rechaza todo comentario o afirmación que vayan en contra de lo que Dios
dice de los jóvenes.
06. Derriba todas aquellas doctrinas o supuestas verdades que van en contra
de lo que Dios afirma.
07. Enseña e invierte tiempo en la sana doctrina.
08. Habla una misma cosa con el grupo de liderazgo.
09. Trabaja para que haya en todos un mismo sentir.
10. Enfócate en afirmar la doctrina en tus enseñanzas y predicaciones.
Liderazgo En LLamas - 31
32 - Liderazgo En LLamas
CAPÍTULO TRES
AFIRMANDO LA VISIÓN
“Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial.”
Hechos 26.19
APROPIARSE DE LA VISIÓN
En una Iglesia sana hay una sola visión, cuando hay dos visiones significa que
habrá di-visión. Hay una única visión y es la que Dios da a la Iglesia, la cual es
necesaria para saber hacia dónde vamos, cómo invertir nuestras fuerzas y qué
dirección dar a los jóvenes; sin una clara visión hay pérdida de rumbo. Sobre la
base de esta visión es importantísimo ponerse de acuerdo para poder caminar
juntos, como ministerio. “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?”
(Amós 3.3).
Al comenzar a liderar a los jóvenes, una de las primeras cosas que le pedí a
Dios fue recibir una visión para saber hacia dónde ir. Aproximadamente por
un año realicé esta misma oración sin encontrar respuesta de Dios, porque
la visión que esperaba recibir, Dios ya la había dado a la Iglesia. Al continuar
insistiendo con lo mismo, el Señor en Su misericordia me respondió: “No me
pidas más lo que yo ya di”. Aunque no lo sabía y no la veía, la visión ya estaba.
Esta respuesta, además de dejar de buscar y pedir dirección, me llevó a conocer
cuál era la visión que la Iglesia, el Pastor y la congregación ya tenían, y que yo
todavía no había tomado como propia y mucho menos los jóvenes.
Por tiempo observé que los jóvenes se movían en forma diferente a la vida de
Liderazgo En LLamas - 33
la Iglesia. Cada uno buscaba tener su actividad, lugar, y hasta su propia visión.
Esto generó grandes problemas en la unidad del Cuerpo, los jóvenes no tenían
afinidad con la Iglesia, su participación era poca y a veces ninguna. Por tiempo
creíamos que la actividad de los jóvenes era algo aparte de la Iglesia.
La Iglesia local ya tenía una visión de parte de Dios. Esta no dependía ni
depende de la persona que actualmente es el Pastor de la Iglesia. La visión que
abrazamos fue recibida por el primer Pastor de la Iglesia en los años sesenta.
Pasaron más de seis pastores hasta el actual, pero la visión sigue siendo la
misma. Fue ahí donde comprendimos lo que Dios se había propuesto hacer con
nosotros y en especial con la Iglesia en nuestra ciudad. Yo no tenía esta visión
y muchos de los que me precedieron, hoy ya no están en la Iglesia porque
tuvieron problemas con la visión y salieron en busca de la propia. Yo tenía mis
propias ideas y pensamientos, pero fue necesario morir a lo mío para poder
tomar lo que Dios ya había dado y comprender que la visión no es personal; por
eso adopté la visión y la hice propia. Esto me llevó a aprenderla, memorizarla y
enseñarla a todos como si fuera mía.
Hoy sabemos muy bien lo que queremos y hacia dónde vamos como Iglesia
y como jóvenes. Esta visión de Dios nos trajo claridad, nos dio certeza, saber
por qué hacemos lo que hacemos. Nos llevó a tomar decisiones fuertes en el
ministerio, pero también nos hizo ver más claro que nunca lo que no queremos,
y así desechar todas aquellas cosas que parecían insignificantes o de poca
importancia, pero que podían ser altamente peligrosas y hacernos perder el
rumbo de lo que Dios se había propuesto hacer con la Iglesia. A partir de aquí
comenzamos a afirmar aquello que Dios quería con los jóvenes, y así alcanzar
el propósito de Dios aunque esto nos demandó morir a la visión personal,
comprender lo que Dios quiere y no quiere, y captar el riesgo que se corre por
no tener una visión clara.
MORIR A LA VISIÓN PERSONAL
Hay una sola visión que es de Dios y Él la da a la Iglesia. Por eso, lo primero
que entendimos es que no existe tal cosa como una visión personal o muchas
34 - Liderazgo En LLamas
visiones dentro de una Iglesia. También comprendimos que los dones y
ministerios son dados por Dios, y no son para beneficio propio, ni para crear
grandes ministerios alrededor de una persona o lograr alcanzar el “sueño”
personal; sino que son dados por Dios con el fin de edificar la Iglesia (Efesios
4.11-16). Mi Pastor una vez dijo algo que marcó mi vida: “no hay Iglesia para
que yo sea Pastor, sino que yo soy Pastor porque hay una Iglesia”. Cuando Dios
levanta a alguien es por causa de la Iglesia y para bendecir a Su pueblo. Esto es
lo que operó en la vida de Pablo (Hechos 18.9, 10) y lo aprendió al punto de no
estar pendiente de sus cosas o buscando atención, ni de recibir algo a cambio,
sino que estuvo dispuesto a gastarse todo por amor a las almas, y a darse por
completo por el bien de los hermanos (2 Corintios 12.15).
Todo aquel que quiera tener la visión de Dios, primeramente tendrá que morir
a su propia visión y a sus fuerzas para poder alcanzarla. Es vital no ser rebelde
a la visión de Dios y permitir que Su sentir esté ahora en nosotros. “Haya,
pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo
en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante
a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” (Filipenses 2.58). Seguir a Jesús demanda tomar la cruz cada día, ser obedientes, morir a
nuestros sueños personales, a nuestras metas, ilusiones, deseos e intenciones.
Es negarnos a nosotros mismos por amor a Él, con el fin de pastorear y cuidar a
Sus ovejas (Juan 21.15-17, Filipenses 1.21).
Jesús tuvo una visión bien clara de las cosas, no así sus discípulos. Él vio a la
multitud como ovejas que no tenían pastor (Marcos 6.34). Aunque sus discípulos
buscaron que Jesús despidiera a la multitud porque ya era muy avanzada la
hora, Jesús se tomó el tiempo para enseñarles y darles una clase práctica, a
través de un milagro tremendo que marcó sus vidas para siempre. Jesús enseñó
a los suyos dónde poner toda su atención, en la verdadera necesidad de la
multitud, la cual era apacentarlos. Aunque muchos buscaron a Jesús solamente
por los panes y por los peces, o solamente por sus milagros, Él no se detuvo en
este detalle, porque sabía muy bien para qué había venido. Jesús sabía que su
Liderazgo En LLamas - 35
verdadera tarea era enseñar y predicar la Palabra (Marcos 1.38).
Dios fue muy claro al llamar a Moisés (Éxodo 3.10). Él aprendió su lección de
vida, que lo llevó a ser el hombre más manso sobre la tierra (Números 12.3).
Fue tratado en el desierto para llegar a ser el hombre que Dios usaría para llevar
a cabo la visión, conforme a Su plan y propósito. Hay una sola forma de hacer
lo que Dios quiere, cuando nos despojamos de toda soberbia y nos vestimos
de humildad. Cuando nos ponemos bajo su poderosa mano (1 Pedro 5.5, 6) y
cuando nos entregamos para que sea a la manera de Dios y no a la nuestra,
sólo así Él puede usar nuestras vidas. Sólo en Sus manos nos convertimos en
“instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena
obra.” (2 Timoteo 2.21).
SABER LO QUE SE QUIERE
Tener bien claro por qué hacemos lo que hacemos, por qué ministramos a los
jóvenes y qué queremos lograr, trae claridad y certeza de lo que tenemos que
hacer y enfatizar. Tener una mayor claridad del Reino de Dios y poner todas
nuestras decisiones bajo el control y poder del Reino nos conduce al propósito
divino.
Poner la visión de la Iglesia en primer lugar, nos llevó a hacernos las siguientes
preguntas en cada área de trabajo y servicio: ¿Es conforme al Reino? ¿Es
conforme a la visión de la Iglesia? ¿Hay Reino en lo que hacemos? Recuerdo
una de las preguntas que el Pastor me hizo cuando fui a hablar con él por el
deseo de casarme, no recibí la pregunta esperada, no fue un: ¿Estás seguro?
¿Realmente la amas? ¿Tienen con qué sostenerse o en dónde vivir? sino que fue:
¿Hay Reino en que te cases? Esto quemó mi cerebro y me inquietó por mucho
tiempo, pero al descubrir cuál era el propósito de Dios con la Iglesia, todas las
decisiones a tomar, incluso la de casarme, comenzaron a girar alrededor de
la visión. Hoy puedo decir que mi matrimonio es acorde al propósito de Dios
y que hay reino en todo lo que hacemos juntos. Esta es la misma pregunta
que hago a los jóvenes cuando vienen a mí con sus inquietudes: ¿Hay Reino
en que estudies? ¿Hay Reino en ese trabajo? ¿Hay Reino en esa relación que
36 - Liderazgo En LLamas
estás encarando o en esa amistad? Saber lo que Dios quiere para la Iglesia se
ha hecho tan claro que hoy es fácil hallar las respuestas correctas para todas
nuestras decisiones o preguntas.
La visión llevó a los jóvenes a buscar trabajos y carreras por causa de la Iglesia.
Muchos de los jóvenes comenzaron a estudiar en la universidad o estudios
terciarios, comprendiendo que eso sería útil para poder servir a Jesús y edificar
los diferentes ministerios. Varios comenzaron a escoger sus trabajos buscando
que no los sacara de las actividades de la Iglesia, otros renunciaron a importantes
sueldos porque aceptarlos les iba a impedir asistir a la Iglesia y a los cultos.
Comenzaron a ser fieles en los diezmos y ofrendas porque comprendieron que
era conforme al Reino. Por otro lado, nosotros aprendimos a enseñarles la
verdad y a levantar en ellos ministros con visión de Reino (Mateo 6.33).
La visión, el propósito y la claridad del Reino de Dios confirman cada paso que
damos. No depende de cuánto tenemos o de hasta cuánto somos capaces,
sino de saber solamente que es conforme al propósito y avanzar en fe como
viendo al Invisible. A medida que avanzamos vemos como Dios nos respalda y
no somos avergonzados (Romanos 10.11). El Reino es lo que da sentido a todo
lo que hacemos y a cómo nos movemos.
SABER LO QUE NO SE QUIERE
Saber lo que quiero, o mejor dicho lo que el Señor quiere, fue lo que nos hizo ver
claramente y marcó bien lo que no se quiere y lo que no hay que hacer. Muchos
no lo entendieron y aún hoy no lo entienden, hasta nos tildaron de duros, malos
o legalistas, pero saber lo que Dios quiere fue lo que marcó nuestra conducta
y vida. Hay cosas que dejamos de realizar o practicar y comenzamos a enseñar
solamente aquellas cosas que iban de la mano con la visión y con el propósito
de Dios. Llevamos a los jóvenes a un compromiso mayor con el Señor y con la
Iglesia, entendiendo a la Iglesia como el cuerpo de Cristo, la Amada de Jesús y
no como una organización humana o reunión de amigos (Efesios 1.17-23).
Liderazgo En LLamas - 37
Aprendimos a marcar bien lo que ya no queríamos y a enseñar inclusive sobre
sexualidad y santidad en la vida de los jóvenes, lo que Dios quiere para ellos y
en común acuerdo decidimos enseñar a esperar hasta los dieciocho años para
iniciar un noviazgo, decisión que con el tiempo los mismos jóvenes llamaron
“la regla de oro”. También como jóvenes nos pusimos de acuerdo en no tomar
alcohol en los cumpleaños, ni en las salidas, ni en ninguna actividad o reunión
en las casas, tampoco a dar lugar al baile, al descontrol de las fiestas y a la
música secular. Los cultos de jóvenes no se suspenden por nada, ellos mismos
son los que organizan su agenda y hasta adelantan horas en sus trabajos para
poder asistir a las actividades, cambian sus vacaciones, buscan otro día para
festejar su cumpleaños y hasta cambian la fecha de su casamiento para no
afectar los cultos o actividades anuales.
Hoy, evitamos toda actividad que no apunte a lo que se quiere lograr en
el ministerio de jóvenes y sea conforme a la visión de la Iglesia. Hemos
rechazado propuestas o actividades muy importantes que se superponían
con nuestra actividad. Con los años pudimos entender que no todas las cosas
son de edificación, no todo lo que hacíamos nos ayudaba a alcanzar lo que
buscábamos, aunque eran cosas que normalmente hacíamos y con las que
habíamos crecido. Tuvimos que aprender a decir “NO”. Una visión clara nos
ayuda a discernir lo excelente de lo bueno.
EL PELIGRO DE NO TENER UNA CLARA VISIÓN
No se puede enseñar a otros lo que uno no tiene claro, esto nos hace peligrar
en el ministerio. No poder enseñar la visión implica que vas a trabajar o avanzar
solo. Nadie te va a seguir si no sabe hacia dónde va; y si alguien te sigue, tarde
o temprano se va a cansar, porque todo lo que hagas no los llevará a ningún
lado. Entonces, es importante que todo líder de jóvenes tenga bien clara la
visión, la escriba, aprenda de memoria, marque su vida, y avance hacia lo
que Dios quiere. Algunos tienen grandes temores frente a la visión de Dios,
porque siempre Su visión será mayor a la nuestra. “Porque mis pensamientos
no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que
38 - Liderazgo En LLamas
vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” (Isaías
55.8, 9). Algunos líderes no se atreven a enseñar la visión por temor a que los
tilden de locos o fanáticos, a que no los sigan y a que no les crean.
Cuando la visión se hizo carne en mí, se hizo propia, cambió mi manera de
liderar y me llevó a enseñarla. Al mismo tiempo, oraba para que mis ojos
espirituales se abrieran para verla claramente, así como oró Eliseo por su siervo
para que pudiera ver lo que naturalmente no podía ver (2 Reyes 6.15-17).
Un sábado al finalizar la reunión de jóvenes, no éramos más de diez. Dios hizo
el milagro, abrió mis ojos y comencé a ver como Dios iba a llenar la Iglesia de
jóvenes. Veía todos los bancos, pasillos, rincones y aun en las puertas cantidad
de jóvenes que estaban apretados porque no cabían, la capacidad del lugar
estaba completa. Por supuesto, decir eso cuando aún no completábamos dos
bancos y predicábamos sentados porque el templo nos quedaba enorme, era
una locura.
Hablar de multitudes, es soñar alto. Tal vez hasta te señalen como “el soñador”,
como fue nombrado José por sus hermanos (Génesis 37.19). Comprendamos
bien que cuando hablo de visión no estoy hablando de un sueño personal o
deseos de grandeza, sino de algo que Dios ha prometido y confirmado, Su plan
y propósito con la Iglesia. Dios tiene muy claro lo que quiere hacer y eso no le
provoca temor. Dios no tiene temor frente a las multitudes, no se desespera.
Tal vez sus discípulos sí lo hicieron, al ver que eran muchos y no había nada
para darles de comer (Marcos 6.34-44). Pero Jesús los preparó y abrió sus ojos
para lo que ellos más tarde iban a tener que hacer cuando Él fuera llevado al
Padre; como ocurrió en Pentecostés frente a una multitud que pedía respuestas
(Hechos 2). Pedro junto a los once, lleno del Espíritu Santo y luego de haber
dado un mensaje tremendo, dio clara dirección de lo que tenían que hacer.
Hoy, como Iglesia de Jesús, tenemos respuesta para las multitudes, tenemos
respuesta para los jóvenes, tenemos respuesta para la ciudad, para nuestra
provincia y para nuestro país.
Liderazgo En LLamas - 39
No tener clara la visión puede hacernos perder lo que tenemos. Podemos
tener algo muy grande en nuestras manos, pero no darnos cuenta y venderla
o regalarla por un plato de lentejas. Esaú no vio lo que sí vio Jacob, y eso hizo
que Jacob recibiera la doble porción porque tuvo claridad, peleó y luchó por
obtener la bendición, Jacob valoró y recibió lo que Esaú menospreció, quien
luego lloró amargamente al no recibirla (Hebreos 12.16, 17). La falta de visión
no fue solamente un problema para Esaú, sino también para el pueblo de Israel
que murió en el desierto, tan cerca de la tierra prometida, pero tan lejos en sus
corazones por no creer.
40 - Liderazgo En LLamas
CONCLUSIÓN
Toma la visión y hazla propia. Como líderes tenemos que afirmar la visión y tomar
tiempo para enseñarla a los jóvenes. Estamos para hablar sobre el propósito
de Dios y marcar hacia dónde vamos ayudando a los jóvenes a tomar sabias
decisiones. No les decimos lo que tienen que hacer, pero nuestros consejos son
siempre en base a la Palabra y a la visión que Dios nos ha dado para que ellos
puedan decidir conforme a la voluntad de Dios para la Iglesia y para sus vidas.
GUÍA PRÁCTICA / PUNTOS FUERTES PARA AVANZAR EN FE
01. Conoce que visión hay en la Iglesia o tiene tu pastor.
02. Haz propia la visión que Dios entregó a la iglesia y a tu pastor.
03. Muere a tu visión personal.
04. Deja que la visión tome control de tus decisiones.
05. Insiste a que los jóvenes estudien, trabajen y tomen sus decisiones por
causa de la Iglesia.
06. No suspendas por ningún motivo las actividades fijas de los jóvenes.
07. Di no a aquellas cosas que te distraen o quitan de la visión.
08. Establece, según la visión, qué es lo que Dios quiere y lo qué no quiere para
los jóvenes.
09. Avanza sin temor porque Él es fiel en cumplir lo que ha prometido.
10. Insiste con la enseñanza de la visión a todos los jóvenes y valora lo que
tienes.
Liderazgo En LLamas - 41
42 - Liderazgo En LLamas
CAPÍTULO CUATRO
MINISTRANDO EL BAUTISMO
EN EL ESPÍRITU SANTO
“Pero recibiréis poder,
cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo,
y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea,
en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”
Hechos 1.8
NUEVOS DESAFÍOS
El grupo de jóvenes venía creciendo. El evangelismo ya era parte de nuestras
actividades, a las pernoctadas ya asistía un grupo grande y parecía que todo
era perfecto. Nos propusimos organizar un nuevo retiro anual, una actividad de
verano que había pasado a ser clave para la edificación de los jóvenes. A días
de comenzar el retiro mi Pastor me llamó y me dijo: “quiero que enseñes sobre
el Bautismo del Espíritu Santo y ores por los jóvenes para que sean llenos”.
Por dentro pensé varias maneras de responderle, estuve a punto de decirle
que no y que era mejor que viniera él a dar ese tema, pero no me dio opción
a responder.
Por varias noches no pude dormir, sabía que Dios nos estaba llevando a otro
nivel, pero me daba mucho temor porque gran parte de la responsabilidad
recaía en mí. Uno siempre sueña y anhela que Dios haga grandes cosas, que se
conviertan muchos y vengan corriendo a nuestra Iglesia, pero esperamos que
Liderazgo En LLamas - 43
Dios lo haga por medio de otros, que venga un evangelista a la ciudad y miles
acepten a Cristo, que venga un predicador con don de sanidades y sucedan
grandes milagros para que toda la gente crea. Si bien esto es bueno, y hay
grandes ministerios que son de bendición para la Iglesia, siempre queremos
que sean otros quienes tengan la responsabilidad. No nos sentimos aptos y
hasta dudamos de que Dios haga milagros por medio nuestro.
Una cosa tenía bien en claro: “yo no puedo hacer que alguien reciba el
Bautismo del Espíritu Santo”. Puedo armar una muy linda y buena predicación,
tener preparadas muy buenas canciones relacionadas al tema, hasta orar con
fuerza y autoridad, pero si el Espíritu Santo no bautiza, aunque intente saltar
sobre su cabeza, baile alrededor de la persona, le haga repetir “gloria” a toda
velocidad hasta que se le trabe la lengua o aun le escupa en la boca, si Dios no
interviene, no hay nada que yo pueda hacer. Aunque había temor al fracaso,
temor a quedar mal parado delante de los jóvenes o a que sean defraudados
al no pasar nada y como consecuencia entren en cuestionamientos y hasta
algunos duden del poder de Dios, obedecí a lo que me había enviado mi Pastor.
Luego de batallar bastante en mi interior, y después de haber orado mucho,
pero mucho, prediqué e hice el llamado para recibir el Bautismo. Realmente
esperaba que no pase nadie y fin del problema, pero para mi desgracia pasó
un grupo grande. Muchas veces por temor no dejamos al Señor obrar, mejor
quedarnos como estamos a que algo salga mal, pero en estos momentos es
cuando aprendemos, porque somos probados por Dios y desafiados a mayor
fe. Comencé a orar por los jóvenes y casi sin abrir los ojos escuché risas, llantos
y muchos comenzaron a hablar en nuevas lenguas. No sabía si llorar, reír o
tirarme al piso para dar gracias. Esta experiencia me llevó a creer y descubrir
el poder de Dios operando en la Iglesia, y a entender cuanta bendición hay en
sujetarnos y obedecer al pastor.
Dios es quien está interesado en bautizarnos con el Espíritu Santo. Es un regalo
para todos los que creen. “Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis;
llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla;
y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le
44 - Liderazgo En LLamas
dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O
si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis
dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará
el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lucas 11.9-13).
Hoy vaya donde vaya, el Señor siempre me mueve a orar por el Bautismo del
Espíritu Santo. No me siento dueño de esto, tonto sería si pensara sólo por
un momento que es gracias a mí, o si mirase mis manos como si tuviera algún
poder. Este desafío me llevó a ver cuánto Dios ama a los jóvenes y el interés del
Espíritu Santo de obrar en nuestras vidas y a través de ellas.
VIDAS TRANSFORMADAS
El Bautismo del Espíritu Santo marcó un antes y un después en la vida de los
jóvenes. No sólo en ellos sino que continuó derramándose sobre toda la Iglesia
y aun en los niños. Todos hablaban nuevas lenguas como dicen las Escrituras
en Hechos 2 y conforme a lo que está escrito en Jeremías 31.34 “Y no enseñará
más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová;
porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más
grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré
más de su pecado.”
Esto trajo una revolución tremenda sobre todos. Por años siempre fue
necesario estar alentándolos a que canten, se sienten en los primeros bancos,
vengan a las diferentes actividades, sirvan y ni que hablar de los diezmos y
ofrendas. Los jóvenes comenzaron a ocupar los primeros lugares, hasta el lugar
donde me senté por años ahora estaba ocupado por ellos. Se involucraron en
los ministerios y tomaron un lugar de importancia en las distintas áreas de la
Iglesia. Era impresionante ver a los jóvenes corriendo de acá para allá, sirviendo
al Señor, participando de los cultos, llevando adelante el evangelismo. Hoy
son ellos los que cantan y hasta mueven a que los músicos sigan ministrando,
convirtiendo el culto en una verdadera fiesta. No importa cuán larga sea la
reunión, ellos siempre están dispuestos a más.
Liderazgo En LLamas - 45
Por mucho tiempo, los padres no sabían cómo hacer para que sus hijos vengan
a la Iglesia. Luchaban con ellos, pero no había ningún interés por asistir. Otros
venían obligados para no perder salidas con sus amigos. Estos mismos jóvenes
que antes no querían venir, al ser transformados y llenos del Espíritu Santo,
comenzaron a invertir tiempo y pasar sus días sirviendo en la Iglesia.
La obra del Espíritu fue tan fuerte que muchos comenzaron a confesar sus
pecados, y a tirar cosas que tenían guardadas en sus casas sin que nadie se
los pidiera. Otros terminaron con amistades, noviazgos y adicciones que los
estaban alejando de Dios y que habían mantenido oculto por mucho tiempo.
Dios comenzó a despertar los corazones y a producir hambre por la Palabra
como dice en Amós 8.11 “He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los
cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de
oír la palabra de Jehová.” Esta obra dio frutos en la vida de los jóvenes, no fue
emocional ni de un momento, sino que a través de los años ha ido en aumento
y haciéndose más fuerte.
FRUTOS DEL ESPÍRITU
Los ministerios comenzaron a surgir entre los jóvenes. El número de líderes se
multiplicó y muchos jóvenes comenzaron a encontrar su lugar para servir dentro
de la Iglesia. Cosas por las que habíamos luchado por años, en pocos días se
daban o se resolvían. Dios comenzó a darnos jóvenes con talentos y dones que
sobresalían, no por sus capacidades naturales, sino por el poder de Dios y la
llenura del Espíritu Santo operando en ellos. Jóvenes que en su naturaleza uno
los conocía como tímidos o vergonzosos, que tal vez humanamente nunca los
hubiera considerado para liderar o poner en sus manos una responsabilidad.
Ellos fueron los que comenzaron a dejarnos sin palabras por cómo se
desenvolvían y bendecían a otros.
El amor y el cuidado de unos con otros marcaron un tiempo nuevo.
Anteriormente los jóvenes mayores de diecinueve años no querían saber
nada ni mucho menos compartir las actividades con los adolescentes de doce
a dieciocho años. Existían entre ellos una situación de rivalidad y división.
46 - Liderazgo En LLamas
Cuando un joven pasaba la edad de adolescente no quería saber nada con los
jóvenes adultos y por este motivo llegamos a perder a muchos en esos tiempos.
Hoy es interesante ver como interactúan sin importar la edad, cómo trabajan
juntos jóvenes desde los doce a treinta años; se alientan y animan entre sí. Ya
no podemos hacer actividades por edades, ya que todos quieren estar juntos.
Se sienten parte el uno del otro y al que llega, lo integran rápidamente al grupo
sin importar la edad, el aspecto o clase social de dónde provenga.
Jóvenes que antes solamente pensaban en ellos mismos, fueron movidos a
dar y bendecir a otros. He podido ver a varios vender sus cosas personales
y valiosas, como equipos de sonido, juegos de video, celulares, muebles y
pertenencias que pedían a sus padres. Otros trabajaban horas extras o daban
todos sus ahorros con el único motivo de juntar dinero para pagar su inscripción
o la de algún joven nuevo a un encuentro, retiro, pernoctada, viaje misionero
o por el simple hecho de invertirlo en la Iglesia para la compra de materiales
y equipos. Los jóvenes desde los doce años en adelante comenzaron a marcar
las diferencias en sus barrios, colegios, trabajos y amistades. Se podía ver cómo
semana tras semana ellos se encendían más, predicando hasta largas horas en
las calles, destinando sus tiempos libres o sus vacaciones para servir al Señor.
Vimos grandes cambios en el carácter de muchos. El enojo y las peleas han
cambiado por una actitud madura y de servicio. Aprendieron a depender del
Espíritu Santo en todas las áreas de sus vidas. Cuidan sus cuerpos a pesar de
vivir en un tiempo donde el mundo enseña a hacer lo que se quiera y ser objeto
de modas y tendencias como los piercing, tatuajes, implantes y otras cosas.
Ellos han puesto sus cuerpos al servicio del Señor, y no para el pecado. Se
mantienen en santidad hasta el matrimonio, saben que son templo del Espíritu
Santo e instrumento en las manos de Dios (1 Corintios 3.16; 2 Timoteo 2.21).
Liderazgo En LLamas - 47
CONCLUSIÓN
Ministra la presencia del Espíritu Santo. Como líderes anhelemos Su llenura
y Su presencia en nuestras vidas y en la de los jóvenes. Toma todo el tiempo
necesario para orar por ellos, las veces que esto lo requiera. He visto jóvenes
pasar más de cinco veces para que oren por ellos y no recibir el bautismo.
Finalmente, cuando menos lo esperábamos fueron llenos, de tal manera, que
no quedaron dudas de que el poder de Dios estaba sobre ellos.
GUÍA PRÁCTICA / PUNTOS FUERTES PARA AVANZAR EN FE
01. Anímate a orar por los jóvenes.
02. Ministra el Bautismo del Espíritu Santo.
03. Descubre el poder de Dios operando en la Iglesia.
04. Cree, avanza y no limites Su poder.
05. Obedece por encima de tu lógica humana.
06. Enfrenta nuevos desafíos.
07. Deja que el Espíritu haga la obra.
08. Integra a todos en una misma actividad.
09. Invierte dinero, trabajo y servicio sin temor.
10. Desafía a los jóvenes a mayor fe.
48 - Liderazgo En LLamas
Liderazgo En LLamas - 49
CAPÍTULO CINCO
FORMANDO LÍDERES
“Tú, pues, hijo mío,
esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.
Lo que has oído de mí ante muchos testigos,
esto encarga a hombres fieles
que sean idóneos para enseñar también a otros.”
2 Timoteo 2.1, 2
NUNCA SOLO
En los primeros años, el grupo era muy pequeño y la mayoría eran menores de
dieciocho años. No tenía un grupo de trabajo, y mucho menos, líderes que me
ayuden; a medida que avanzamos se fueron sumando varios que comenzaron
a ayudarme en diferentes tareas. Gracias a Dios en esos primeros tiempos
he contado con personas que me alentaron muchísimo, pero no contaba con
predicadores ni maestros, así que me veía obligado a recurrir muy seguido al
Pastor y Cuerpo Ministerial para que prediquen en los diferentes cultos, retiros
y actividades.
A medida que el grupo comenzó a crecer las tareas fueron sumándose.
Apuntábamos a multiplicarnos, pero sabía que solo no iba a poder lograrlo.
Comencé a llamar a jóvenes con el propósito de formar un grupo de
colaboradores, con la visión de poder trabajar con ellos y levantar futuros
líderes. Algunos de ellos, cuando fueron llamados, sólo tenían entre catorce
y quince años, no contaban con ninguna experiencia y tampoco con aptitud
50
50 -- Liderazgo
Liderazgo En
En LLamas
LLamas
Liderazgo En LLamas - 51
de líder. No tenían ni idea por qué los había llamado; varios me preguntaron
con asombro qué había visto en ellos, porque no presentaban ninguna cualidad
sobresaliente como para tenerlos en cuenta. Para mí también esa era una muy
buena pregunta, pero sé que varios fueron llamados porque el Señor me movió
a hacerlo, aun cuando yo mismo dudaba de esto.
Fijé un día de reunión con el grupo que llamé para organizar las diferentes
actividades. Era un tiempo para poder ministrarles la Palabra que habíamos
recibido el domingo y aplicarla al ministerio de jóvenes, tomar tiempos para
orar, compartirles la visión de la Iglesia, marcar bien lo que queríamos y hacia
dónde apuntábamos con el ministerio. Organicé retiros de líderes para poder
tocar temas especiales, ya que pasar tiempo juntos era la clave para poder
conocernos y ponernos de acuerdo para caminar juntos. Todas las direcciones y
enseñanzas que recibía o aprendía del Pastor, se lo trasmitía al grupo. Además,
invertía en ellos regalándoles libros de doctrina y liderazgo, los cuales pedía
que lean para poder comentarlos juntos y charlar sobre lo que habían podido
apreciar de cada uno de ellos.
En el mundo se enseña en parte, sin dar todo lo que se sabe. Se reservan cosas
y se busca generar dependencia por temor a perder el lugar y que otro sepa
más. Nosotros estamos aprendiendo a dar todo lo que tenemos y a compartir
abiertamente las cosas.
Si queremos afectar a un gran número de jóvenes es necesario formar líderes.
Dándoles todo el consejo y la preparación que esté a nuestro alcance (Hechos
20.27), delegándoles autoridad para hacer las cosas, sin temor a que se
equivoquen. El querer hacer todo por nosotros mismos por temor a que no
salga bien si uno no está, limita el crecimiento en la formación y surgimiento
de nuevos líderes. Al mirar hacia atrás, puedo ver como otros confiaron en mí
al ponerme en el ministerio y me dieron lugar para servir. El hacer las cosas me
llevó a aprender, aun de mis errores. Lo mismo tiene que pasar con nuestros
jóvenes, si no lo hacen nunca aprenderán; o por temor a equivocarse, nunca
harán nada.
52 - Liderazgo En LLamas
Actualmente, seguimos trabajando con un grupo de líderes que ha crecido.
He aprendido a no hacer nada solo, siempre estoy acompañado por ellos. El
pastoreo y cuidado de los jóvenes no recae solamente sobre mí, tenemos un
gran equipo de trabajo que se encarga de que todo funcione. Hemos puesto
prioridades y cada uno tiene su tarea específica. Ellos mismos velan y hacen
funcionar todas las áreas de servicio dentro y fuera de la Iglesia sin la necesidad
de que esté yo presente. Lograr esto llevó años, no se forma fácilmente un
equipo, pero los resultados son tremendos. Hoy trabajamos en unidad, y hemos
descubierto que no hay nada más hermoso y divertido que servir a Jesús.
TRABAJO EN EQUIPO
Muchos de los que levanté en los primeros años, son los que hoy siguen siendo
parte del liderazgo de jóvenes y los que ahora levantan a otros. En la actualidad
trabajo con un grupo de líderes que están a cargo de los ministerios. Ellos, a
su vez, forman a otros líderes que velan por todos los jóvenes. A través de
estos años hemos crecido y contamos con un grupo muy grande de líderes
de jóvenes, esto nunca hubiese sido posible si no hubiésemos aprendido a
trabajar en equipo.
Trabajar en equipo no significa que todos pensamos lo mismo o que una idea
nadie la discute. Muchas veces no hemos coincidido con un punto de vista frente
a diferentes temas. Hemos pasado horas y hasta días hablando de una misma
cosa. Muchas veces, algunos hasta se han enojado porque sus ideas tal vez
no fueron escuchadas. Pero, hemos aprendido que al trabajar juntos podemos
disentir en cosas, pero una vez tomada la decisión, todos hablamos lo mismo, y
eso es lo que damos a conocer a los jóvenes. Entendimos que un mismo sentir
no es sólo repetir lo que otro dijo, tampoco es hacer lo que me dicen aunque no
esté de acuerdo, sino que es hacer propia la decisión que hemos tomado todos
en común acuerdo. Obediencia es cumplir con la dirección que se me ha dado
y someter bajo la autoridad de otro mi propia opinión o voluntad.
En estos años, Dios nos ha llevado a tomar muchas decisiones. Acordamos
hablar, enseñar, priorizar, y servir todos con un mismo sentir. El mensaje al
Liderazgo En LLamas - 53
resto de los jóvenes llega bien claro. Es una sola voz la que se escucha al buscar
dirección en cualquiera de los líderes. Esto nos ha librado de perder tiempo y
dar vueltas en círculo.
MARCANDO VIDAS
Si queremos que nuestro trabajo y ministerio sea efectivo, necesitamos no sólo
que sea impactante, sino trascendental. Que al pasar los años siga teniendo
efecto. Para esto necesitamos proyectarnos en la nueva generación, poder
reproducirnos, y que ellos continúen haciendo con mayor gracia lo que hasta
aquí hicimos nosotros. No seamos egoístas pensando solamente en el hoy.
Algún día vamos a pasar a hacer otra cosa y hasta nos echarán de los jóvenes
por “viejos”, pero el ministerio seguirá, jóvenes siempre habrá para ganar y
formar. Por eso, es importante levantar líderes, marcarlos para que tengan
la carga que hay en nosotros y ellos sean los que continúen dejando buenos
fundamentos.
En 2 Timoteo 2.2 se nos habla de la necesidad de formar a hombres fieles, para
que éstos a su vez, puedan formar también a otros. No estamos para criar o
formar hijos en la carne, que como pichones esperen a que siempre les demos
la comida masticada en la boca. Debemos formarlos para que ellos el día de
mañana sean líderes. Algunos sólo necesitan que los echemos del nido, sólo así
podrán levantar alas y ver que también pueden volar por sí mismos. Esto es el
principio de crecimiento y de multiplicación. Si queremos llegar a muchos, será
más fácil si muchos hacen lo que el líder hace. Por eso la tarea de un líder es
ser ejemplo y buscar que lo imiten. Hay quienes tienen problema porque todo
lo que sea copiar les suena a mala palabra, falso o aun despreciable. Pero, si
queremos formar personas vamos a tener que pedir que nos imiten y no tener
temor a ponernos por ejemplo de ellos.
Pablo dice: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.” (1 Corintios 11.1).
Por años, escuché a algunas personas pensar de Pablo que era un creído o
egocéntrico. Pablo sabía que su tiempo se terminaba y debía dejar el legado
a otros. Él se puso por ejemplo para ser imitado (2 Tesalonicenses 3.9) y esto
54 - Liderazgo En LLamas
mismo pidió de aquellos a quienes él puso como encargados de la obra (1
Timoteo 4.12; Tito 2.7). Me gusta ver a líderes que he formado estos últimos
años que hablan, predican y hasta se visten igual a mí. Sé que esto puede sonar
muy pedante, pero es la realidad, si como líderes nos atrevemos a marcar la vida
de otros. Al pasar el tiempo he visto que esto mismo está pasando con aquellos
que los líderes han ganado. Por eso, me tomo la libertad de exhortarlos, para
que a su vez, ellos sean ejemplo para los nuevos que están entrando a la Iglesia.
CORRER CON LOS QUE CORREN
Armar un grupo de trabajo no es fácil. Demanda mucho tiempo y dedicación, y
hasta surgirá que algunos no querrán avanzar en la misma dirección. A lo largo
de estos años he tenido que vivir situaciones que jamás hubiera deseado, como
perder líderes que aun consideraba amigos, que en su momento compartieron
la visión y trabajaron a mi lado.
Esta situación llegó a generar un conflicto en mí. Llegué a preguntarme si había
algún problema conmigo. Este tipo de auto evaluación es muy bueno porque
muestra dónde uno está parado, pero muchas veces puede ser un arma de
doble filo, porque lo lleva a dudar y a bajar los brazos. Por tiempo traté de ver
donde estaba el error, y descubrí que el problema estaba por encima de mi
persona. Comprendí que lo que estaba abrazando, ni siquiera era mío. Era la
visión de Dios hacia la Iglesia, lo que Dios quería y nos estaba pidiendo. Jesús
dijo en Juan 15.18 que vamos a ser aborrecidos por causa de Su nombre. Por
eso, no te sorprendas si al tomar el lugar de liderazgo, pasas a ser una persona
cuestionada por otros.
Hay quienes no van a querer avanzar, pero por el lugar que uno ocupa, no puede
darse el lujo de quedarse a meditar o llorar por el que se aparta. Como líder,
es necesario seguir adelante y correr con aquellos que quieren correr. Como
mencioné antes, muchas veces somos demorados por aquellos que no quieren
avanzar, en vez de atender a los que realmente están ardiendo y hambrientos
por las cosas de Dios. Es necesario prestarles mayor atención a estos últimos y
avanzar juntos.
Liderazgo En LLamas - 55
Descubrí con el tiempo que no existen los pasivos, solo hay activos negativos
y activos positivos. Encontré jóvenes que parecían pasivos, que no estaban
interesados en las cosas de Dios, que sus carnes parecían “quinceañeras
caprichosas” pretendiendo demandar toda la atención, comencé a ver que
estos jóvenes, al estar aparentemente pasivos, se convirtieron en activos
negativos que solo entorpecieron y demoraron a otros. No estamos para
atender a la carne, sino para formar líderes. Correr con aquellos que quieren
estar en primer lugar y ser testigos del poder de Dios.
HAZ LO QUE TIENES QUE HACER
Tenemos una responsabilidad de la cual no podemos huir. Esto es algo que
debemos tener bien en cuenta, desde el día que aceptamos el desafío de
servirlo. Nadie me obligó a estar donde estoy, a dar lo que he dado, a perder
vacaciones, fines de semana, feriados, cumpleaños y demás. El día que le dije sí
al Señor, ese día sabía que estaba dando todo.
Hace tiempo atrás, comencé a notar que si yo no corría, los jóvenes me iban
a pasar por arriba. Esto me hizo entender que mi lugar es al frente, tenía que
seguir preparándome, tomar más tiempo para la Palabra, mayor comunión
con el Señor y mayor inversión en el ministerio. No es suficiente con dos horas
semanales para organizar todo, muchas veces tenemos hasta cuatro horas de
reunión solamente con los líderes de los diferentes ministerios.
Si fuiste llamado al ministerio vas a tener que trabajar, servir y entregarte por
completo. No hay tiempo para llorar o buscar consuelo. Puede que muchos no
valoren tu esfuerzo o trabajo. Acude al Señor para recibir fuerzas, pero vive
de acuerdo a lo que eres en Cristo. Habla conforme a Su verdad y ministra
conforme a Su poder (1 Pedro 4.11; Colosenses 1.25-29).
Somos ministros competentes del nuevo pacto (2 Corintios 3.4-6). Esta
verdad nos asegura, y nos da confianza para servir y ministrar a Jesús sin
temor. Entendiendo que Él ya lo hizo por nosotros, no es algo para alcanzar
o lograr por mérito propio, sino por la fe en Su nombre, para que avancemos
56 - Liderazgo En LLamas
sin tropiezos y con seguridad sabiendo que “…Si Dios es por nosotros, ¿quién
contra nosotros?” (Romanos 8.31b). Experimenta fuerzas de Dios para hacer
aún más de lo que podrías en tus fuerzas, comprobando que el Señor ya nos
dio todas las cosas (Filipenses 4.13). Como líder y siervo de Jesús “…cumple tu
ministerio.” (2 Timoteo 4.5b).
CONCLUSIÓN
Forma a tus jóvenes. Como líder no estás para hacer las cosas solo. Un buen líder
tiene que poder ver los dones y cualidades de cada joven para poder ayudarlo
a desarrollarse y canalizar esa capacidad o potencial para servir y ministrar a
otros. Avanza ayudando a otros a hacerlo, pero no te detengas a mirar atrás. Tu
función es bien clara, ser ejemplo e ir adelante para que otros te sigan.
GUÍA PRÁCTICA / PUNTOS FUERTES PARA AVANZAR EN FE
01. No trabajes solo.
02. Llama a jóvenes para formarlos.
03. Arma con ellos un equipo de trabajo.
04. Delega autoridad, responsabilidad y tareas.
05. Pasa tiempo con ellos y enséñales.
06. Sé ejemplo.
07. Marca la vida de jóvenes con tu persona.
08. Haz que todos hablen una sola cosa.
09. Avanza con aquellos que quieren.
10. Ministra conforme al poder de Dios y a lo que Él dice que eres.
Liderazgo En LLamas - 57
58 - Liderazgo En LLamas
Liderazgo En LLamas - 59
CAPÍTULO SEIS
DESARROLLANDO MINISTERIOS
“Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones,
haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.”
2 Timoteo 4.5
HACER QUE LAS COSAS PASEN
A través de los años hemos descubierto que hay tres tipos de creyentes: “los
que llegan siempre tarde y se la pasan preguntando qué pasó, los que ven pasar
las cosas y preguntan qué está pasando, y los que hacen que las cosas pasen”.
Aprendimos a trabajar bajo autoridad. La cobertura del Pastor sobre mi vida
fue siempre clave para moverme con libertad y saber que estoy avanzando
correctamente. El Rey David fue un hombre que supo reconocer la investidura
que había sobre Saúl, aun sabiendo que él estaba en error y pecado. David no
se atrevió a tocarlo y menos a hablar mal de la autoridad (1 Samuel 24; 26; 2
Samuel 1). Bajo este mismo orden cabeza-cuerpo es que hemos aprendido a
servir dentro de la Iglesia. Si hay ministerio de jóvenes es porque mi Pastor lo
ha habilitado, y por eso nos movemos bajo su autoridad y trabajamos juntos.
Nunca vamos a ningún lugar o realizamos alguna actividad si no tenemos el
respaldo del Pastor y Cuerpo Ministerial de la Iglesia.
Recuerdo que en una reunión de trabajo mi Pastor me habló de la necesidad
de formar ministerios dentro de los jóvenes. Nunca en mi más remota
imaginación habría pensado que dentro del ministerio de jóvenes podrían
60 - Liderazgo En LLamas
surgir otros ministerios. Por años, solamente habíamos tenido evangelismo
dentro de jóvenes, y supuse que ese podría ser uno y tal vez el otro sería teatro;
en ese momento mi visión o comprensión de las cosas era un poco, por no
decir bastante, corta y escasa. Era necesario que mi visión fuera mayor, que se
ampliara para que los ministerios empezaran a surgir, porque el líder es quien
habilita los ministerios. Esto no quiere decir que tiene que hacerlo todo, pero
si el líder no abre camino para que nazcan los nuevos ministerios y éstos se
desarrollen, será muy difícil que así ocurra.
En mi experiencia, sé que como líder he sido punta de lanza para el nacimiento
e impulso de nuevos ministerios. Dios me llevó a meterme en áreas donde
realmente no tenía gran capacidad o influencia, donde tuve que tomar
decisiones y avanzar hasta que surgieron aquellos que tenían los dones o el
llamado para ocupar esos lugares. Así comenzaron a surgir ministerios como
evangelismo, el ministerio a los colegios, a la universidad, multimedia (que es
todo lo concerniente a sonido, video, diseño gráfico y Web), voluntarios (es el
grupo de servicio, se encargan de recibir y atender a las jóvenes durante las
reuniones y organizar todas las actividades) y otros ministerios que hoy están
funcionando y dando muchos frutos.
Es preciso hacer uso de la fe y ponerla en acción, una fe violenta y agresiva
(Mateo 11.12; Santiago 2.14-26). Mientras otros esperan que pasen las cosas,
Dios nos ha metido en terrenos nuevos para llevar a los jóvenes a experimentar
a un Dios que piensa en grande. Donde nuestra fe tendrá que ir respaldada por
obras, de lo contrario, será una fe muerta.
PIDIENDO DE ACUERDO AL REINO
Aprendimos a pedir bien. Hay quienes se enojan con Dios porque no reciben
respuestas a sus oraciones, se quejan y piensan que Dios tiene preferencias
entre sus hijos. Por otro lado, están los que nunca reciben nada porque no
piden, aunque saben cuáles son sus necesidades, no las presentan delante de
Dios.
Liderazgo En LLamas - 61
El verdadero problema no está en que Dios no quiera responder nuestras
oraciones. La Palabra nos dice claramente que todo lo que pidamos al Padre
en Su nombre, Él nos lo dará, y aun Él nos alienta a que pidamos (Juan 15.16).
El problema es que muchas veces pedimos mal, porque pedimos con egoísmo,
para suplir nuestros gustos y necesidades personales, y no conforme a Su
propósito y a la visión que Él ha dado a la Iglesia. “Pedís, y no recibís, porque
pedís mal, para gastar en vuestros deleites. ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis
que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que
quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. ¿O pensáis que la
Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela
celosamente?” (Santiago 4.3-5).
Por tiempo, queríamos lograr cosas o nos comparábamos con Iglesias grandes
deseando lo que ellos habían alcanzado, pero sin entender el para qué.
Comprendimos que lo que Dios da, no es para nuestra satisfacción terrenal,
sino para levantar ministerios con el solo fin de edificar Su Iglesia, bendecir a
muchos y extender Su Reino.
El pedir conforme al Reino, a la visión y al propósito de Dios fue lo que nos
permitió ver la respuesta de Dios a un nivel sobrenatural. Dejamos de pedir
para nosotros y empezamos a pedir fuerza, capacidad y sabiduría por causa
de los jóvenes para levantar ministerios, y para bendecir a muchos (2 Crónicas
1.10-12; Santiago 1.5). Dios nos fue dando los medios y recursos para llevar
a cabo las tareas, y pudimos comprobar que para Dios no hay imposibles. “Y
esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme
a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que
pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.” (1 Juan
5.14, 15).
CREER PARA VER
Muchos cometen el error de querer ver para poder creer. Le piden señales a
Dios y hasta le exigen que haga las cosas, pensando que de esta manera podrán
creer más. Pero el Señor no opera como nosotros esperamos que lo haga, sino
62 - Liderazgo En LLamas
que busca que nosotros le creamos a Él por sobre todas las cosas, aun sin ver.
Un dicho popular dice: “no se sabe lo que se tiene hasta que se pierde”. Suena
como verdad, es más, hemos tal vez pasado por experiencias donde perdimos
cosas y llegamos a pensar que este dicho es correcto. Pero con el transcurso
del tiempo me he dado cuenta que no es tan así, porque observe a muchos
que perdieron cosas, que menospreciaron lo que tenían, que no valoraron lo
recibido, hasta abandonaron a Dios por las cosas de este mundo y nunca se
dieron cuenta realmente lo que perdieron, y hasta el día de hoy no lo saben.
Jóvenes en los que podía ver grandes dones, talentos y ministerios, aun con
mayores capacidades que las mías y hoy ya no están.
No se sabe lo que se tiene hasta que se usa. Cuando comenzamos a creerle al
Señor y hacer uso de Sus dones y Su poder, se comienza a descubrir lo que Él ha
puesto en nosotros, ese tesoro y ese poder que opera por medio de Su Espíritu
a través nuestro sin importar nuestras debilidades. Esa fuerza y sabiduría de
Dios nos capacita para un servicio sobrenatural, para ser hallados diez veces
mejores que aquellos que nos rodean. Créele al Señor en lo que te ha dicho,
no te muevas de esa posición en Jesús. No importa lo que se levante o lo que
acontezca. (Marcos 9.23; Juan 11.40).
LUCHAR POR EL PRIMER LUGAR
En el servicio aprendimos a trabajar buscando la excelencia en todo. Nos llevó
a eliminar algo que por tiempo habíamos aceptado: la mediocridad (que no
es otra cosa que conformarse con lo de baja calidad), lo vulgar, lo corriente, lo
regular, insignificante e imperfecto.
Hay un cambio de mentalidad, y no tiene que ver con el contexto donde nos
desenvolvimos, el trasfondo social o cultural, ni tampoco con la capacidad o
recursos con los que contamos. Hablamos de tomar una determinación para
experimentar lo que Dios quiere, cueste lo que cueste.
Además de saber pedir, hemos aprendido a dar, a dar con excelencia,
comprendiendo que nada de lo que hagamos para Dios, sea grande o pequeño,
Liderazgo En LLamas - 63
pasa desapercibido a Sus ojos, ni es en vano lo que entregamos por amor a
Él (1 Corintios 15.58). Fuimos libres de querer agradar a los ojos humanos,
aprendimos a hacer todas las cosas como para Él (Efesios 6.6; Colosenses 3.22),
con excelencia y perfección, comprendiendo que Dios es galardonador de los
que le buscan, y eso habla de premio, pago o recompensa (Hebreos 11.6). No
hay cosa mejor que servirlo a Él, Dios es quien mejor paga y mejor recompensa.
No nos conformamos con el segundo lugar o con solo haber llegado. Queremos
lo mejor en todo. Como líderes queremos que nuestros jóvenes sean
bendecidos, como padres queremos lo mejor para nuestros hijos, y estamos
dispuestos a sacrificar lo que sea por ellos y a darles todo lo que tenemos. Mi
deseo es que Dios siga obrando y que los que vengan detrás reciban el doble
de lo que Dios nos ha dado, pero hay algo que no pienso compartir o dar a otro,
lo que Dios preparó para mi vida, de lo cual tendré que dar cuenta. Para que
entiendas bien, lo que Dios preparó para mí, son las obras que Él preparó de
antemano para que anduviésemos en ellas (Efesios 2.10). Yo las quiero sí o sí.
No me gustaría que el Señor me diga el día de mañana: “mira todo lo que tenía
preparado para ti y no te lo pude dar porque no me creíste”.
Hay quienes anhelan grandes cosas de parte de Dios, pero tienen dificultades
para lograrlo por temor a fracasar, no están dispuestos a hacer sacrificios o
dejar lo que uno quiere por el Señor. Si no estamos alcanzando cosas mayores
o viviendo lo sobrenatural de Dios en nuestras vidas es porque no estamos
arriesgando nada, no estamos usando la fe y menos, poniéndola a prueba para
meternos en desafíos mayores.
“¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero
uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel
que lucha, de todo se abstiene; a la verdad, para recibir una corona corruptible,
pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a
la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo
mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para
otros, yo mismo venga a ser eliminado.” (1 Corintios 9.24-27).
64 - Liderazgo En LLamas
CONCLUSIÓN
Desarrolla ministerios. Como líder tienes que ver antes que los demás lo que
hay que hacer. Por más que no sea tu área o tu fuerte, el líder es quién abre la
oportunidad para que se desarrollen y surjan nuevas ideas. Todo lo que hagas,
hazlo bajo autoridad, y descubre la cobertura de Dios.
GUÍA PRÁCTICA / PUNTOS FUERTES PARA AVANZAR EN FE
01. Haz que las cosas pasen y no esperes que otro haga lo que te toca a ti.
02. Forma ministerios donde los jóvenes puedan servir.
03. Mete a todos a realizar algo.
04. Enseña el amor por Jesús y la Iglesia.
05. Pide conforme al propósito.
06. Arriésgate a cosas mayores.
07. Haz las cosas con excelencia.
08. Créele al Señor.
09. Toma decisiones fuertes para lograr un mayor resultado.
10. Trabaja para ver los frutos.
Liderazgo En LLamas - 65
66 - Liderazgo En LLamas
CAPÍTULO SIETE
HACIENDO EVANGELISMO
“Habiendo reunido a sus doce discípulos,
les dio poder y autoridad sobre todos los demonios,
y para sanar enfermedades.
Y los envió a predicar el reino de Dios,
y a sanar a los enfermos.”
Lucas 9.1, 2
EL EVANGELISMO COMO PARTE DE LA VIDA DIARIA
El evangelismo es parte vital de la vida de los jóvenes. Es la puesta en práctica
de todo lo recibido. Si el evangelismo no está presente en el ministerio de
jóvenes, es muy seguro que algo está faltando y finalmente se perderá el
sentido de todas las cosas. Por años me dediqué a predicar y enseñar, y eso era
muy bueno. Veíamos crecimiento, pero una vez que salimos a predicar a la calle
el crecimiento se vio duplicado en la vida de cada joven.
Al principio, salíamos con temor. Solamente entregábamos un folleto sin decir
palabra alguna. Pero cuanto más salían los jóvenes, más se animaban a hablar,
orar, predicar en voz alta, subirse arriba de un poste, y aun hablar a los gritos
para poder ser escuchados.
Por años, me daba temor preguntar si había alguien nuevo en la reunión.
Al ser tan pocos no era necesario hacerlo, ya que los conocía a todos y era
fácil saber quién estaba y quién no estaba. Con el correr de los años esto fue
Liderazgo En LLamas - 67
cambiando, todos los sábados nos vemos obligados a preguntar y recibir a los
nuevos porque no han parado de venir jóvenes. En una oportunidad, uno de
los líderes se acercó muy preocupado y me dijo: “hace dos sábados que no
tenemos jóvenes nuevos en los cultos ¿Qué podemos hacer?”, de inmediato
lo trasmití a todos los jóvenes y nos pusimos a orar. Al siguiente sábado, había
nuevamente manos que se levantaban para ser recibidos con una bienvenida.
Cada sábado hacemos evangelismo en el centro de la ciudad. Tenemos también
varios grupos de jóvenes desparramados por los barrios de la ciudad que
realizan una tarea de evangelismo, discipulado y enseñanza. Una vez terminada
esta tarea, cada grupo alquila y paga el micro para traer a los jóvenes al culto.
Otra de las actividades fuertes que realizamos cada tres meses es un “Culto
Evangelístico”, donde invitamos jóvenes y damos un mensaje bien claro de
salvación. En cada culto tenemos muchos jóvenes que aceptan a Jesús por
primera vez. Son traídos por nuestros jóvenes que realizan un trabajo previo
de evangelismo en las calles, colegios, en la Universidad y en toda la ciudad.
Una de las pautas que tenemos es que no predicamos, ni invitamos a ninguna
de nuestras actividades, a jóvenes de otras Iglesias. Si vienen de visita, todos
saben muy bien que tienen que darles la bienvenida, bendecirlos y alentarlos
a que sirvan en sus propias Iglesias, crezcan y ganen jóvenes donde Dios los
ha sembrado. Algunos se han ofendido al no permitirles asistir a nuestras
actividades, diciendo que en sus Iglesias no tienen actividades para jóvenes.
Con más razón, los alentamos a que vuelvan y trabajen para levantar el
ministerio de jóvenes junto a los líderes y al Pastor de su Iglesia.
LA IMPORTANCIA DE PERMANECER
Un error común es querer ver resultados instantáneos. Por años sentíamos
una gran frustración al salir a predicar y ver que no se convertía ni siquiera
uno, o mejor dicho, que no se congregara ni siquiera uno de todos los que
hacían la oración de fe. Por esta causa se tiende a abandonar la tarea o hacerla
esporádicamente.
68 - Liderazgo En LLamas
Hoy, seguimos con el evangelismo y vemos el fruto de lo mucho que hemos
sembrado. Vemos jóvenes que son evangelizados y vienen rápido a las
reuniones. Cada semana hay testimonios de lo que Dios está haciendo y
comprendemos que la clave está en ser perseverantes y no aflojar. Aunque
parezca que no pasa nada, la Palabra nunca vuelve vacía.
Aprendimos a predicar bajo toda circunstancia. El evangelismo no se suspende
por lluvia, ni porque juegue la selección de fútbol, ni por ningún otro factor.
Hemos visto a los jóvenes predicar con barro hasta las orejas, debajo de la
lluvia, en barrios donde ni la policía entra; a altas horas de la noche o muy
temprano en la mañana; correr tras los jóvenes para alcanzarlos; meterse
dentro de casas muy humildes y sentarse en las esquinas con los drogadictos y
con ladrones, entre tantas otras cosas; pero nada de esto ha detenido o puede
detener que la Palabra siga corriendo (Isaías 62.1).
NUESTRA ACTIVIDAD ANUAL
Hace unos años, comenzamos a realizar una actividad anual la cual hemos
denominado “Pateando el avispero”. Esta actividad consiste en tres meses
de puro evangelismo donde apuntamos a tocar toda la ciudad, colegios,
universidad, centro comercial, discotecas, estadios de fútbol, y todo lugar
donde se concentren jóvenes, para terminar con una reunión de evangelismo.
La primera vez que lo hicimos, entramos a más de ocho colegios, predicamos en
la universidad, tocamos más de ocho barrios de nuestra ciudad y llenamos toda
la ciudad con afiches y folletos. En la semana teníamos varios días y horarios
para evangelismo, donde cada grupo se organizaba para cubrir las diferentes
áreas de la ciudad, movilizando micros llenos de jóvenes a cada barrio. Se
predicó sin parar durante tres meses y concluimos con un culto donde tuvimos
una asistencia récord donde muchos aceptaron a Jesús como su Salvador.
Esta actividad la terminamos con una reunión que es toda una fiesta, donde
la Iglesia se llena de personas nuevas y de jóvenes que llegan por invitación o
por medio de la publicidad. Invertimos mucho dinero en los micros, folletos,
Liderazgo En LLamas - 69
afiches, y en la decoración de la Iglesia para ese día. Todo el dinero sale del
bolsillo de los jóvenes para no generar gastos a la administración de la Iglesia.
Cada año anhelamos alcanzar a muchos más jóvenes, y poder así impactar toda
la ciudad hasta que todos conozcan que Jesucristo es el Señor y que hay una
Iglesia viva, llena de jóvenes determinados a vivir por Jesús.
VISIÓN DE NUESTRA CIUDAD
Durante años pensábamos que nuestra ciudad era dura, que la gente era muy
cerrada, y que no iban a creer. Lo llamativo es saber que hay líderes de otras
Iglesias, en diferentes lugares del país, que hacen la misma descripción de sus
ciudades. Muchos piensan que es más fácil predicar en otros lugares que en sus
propios pueblos o ciudades.
En los últimos años, hemos tenido la oportunidad de viajar mucho al interior
del país, y en varias ocasiones a la misma ciudad. La impresión que nosotros
traíamos era que en el interior la gente es más amable, que te escuchan y aun
reciben con más aceptación el evangelio. A diferencia de nuestra ciudad, donde
la gente no tiene tiempo para oírte. Pero no es así, descubrí que siempre hay
una excusa para no predicar. Los del interior dicen y piensan lo mismo que
nosotros pensábamos, pero en algo nos poníamos de acuerdo, en que no es
fácil en el lugar donde uno está. Dios quiere cambiar la visión de nuestra ciudad.
Él dice que es buena tierra, que los campos están blancos, y que no temamos
porque hay mucho pueblo (Juan 4.35; Hechos 18.9, 10). Tenemos que predicar
con o sin excusas. Comprendimos que si no pasa nada es porque no estamos
haciendo nada, porque cuando nos movemos las cosas cambian, siempre hay
resultados cuando predicamos la Palabra.
No podemos quedarnos quietos, Pablo le dijo a Timoteo, “Te encarezco delante
de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su
manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y
fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.”
(2 Timoteo 4.1, 2). Aprendimos a predicar en todo tiempo y ser obedientes al
70 - Liderazgo En LLamas
Señor, sea que tengamos ganas o nuestro ánimo esté por el piso. Antes el clima
era una excusa, porque hacía mucho calor en los meses de verano o porque
en invierno hacía mucho frío. Sea que haya buen tiempo o esté lloviendo
tremendamente, salimos durante todo el año porque el mensaje hay que darlo
para transformar vidas.
Muchos jóvenes han sido ganados por medio del evangelismo en los barrios,
en la plaza, en el centro, en los colegios, en la universidad, en los colectivos, en
los trenes y hasta por medio del Messenger o Facebook. Algunos de nuestros
líderes han ganado a más de treinta jóvenes ellos solos, y muchos de los que
trajeron, ya son líderes y están ganando a otros. No hay tierra, ni pueblo, ni
ciudad dura para nuestro Dios. Contamos con un Dios que todo lo puede y
que lo difícil lo hace fácil. “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es
posible.” (Marcos 9.23).
VIAJES MISIONEROS
Hace unos años surgió una invitación para realizar un viaje misionero al interior
del país, para apoyar a una Iglesia en el evangelismo y trabajar con jóvenes
y niños. Nosotros jamás habíamos hecho algo por el estilo ni lo habíamos
buscado. No teníamos ningún tipo de experiencia, ni un equipo preparado para
tal fin.
Realmente nuestro Pastor se arriesgó al enviarnos. Fue una experiencia
tremenda. Fueron semanas de preparación, de juntar ropa, comida, donaciones,
y dinero para poder pagar los pasajes. Vivimos una experiencia que cambió
nuestras vidas y el futuro de los siguientes años. Dejamos de lado el deseo de
armar grandes campamentos, porque la demanda de invitaciones a diferentes
lugares comenzó a surgir. Nunca hicimos propaganda ni tampoco armamos
un viaje misionero pensando a dónde queríamos ir. Siempre surgieron las
invitaciones, algunas sin saber cómo surgieron y otras por recomendación de
los mismos pastores donde habíamos estado. Pasaron varios años desde que
realizamos nuestro primer viaje y no hemos parado de viajar por el interior de
nuestro país y países limítrofes.
Liderazgo En LLamas - 71
Con respecto a los viajes, sabemos que no estamos para hacer a nadie
dependiente de nosotros y menos de un ministerio. Estamos para compartir
lo que Dios nos ha dado, por pura gracia, para enseñar y alentar a vivir lo que
Dios tiene y descubrir que ellos cuentan con lo mismo para dar a otros. Es una
alegría saber que las diferentes Iglesias donde hemos estado, están viendo
frutos porque han aceptado la verdad de Dios, hoy están siendo movilizados a
ganar jóvenes, a predicar en la ciudad, en los colegios y a levantar un liderazgo
fuerte donde antes no lo había.
UN MENSAJE BIEN CLARO
Tenemos un mensaje que es único. El mensaje es Jesús, no es tu nombre, ni
la Iglesia, ni la denominación, ni otra cosa. Si de algo espero que la gente se
acuerde al haber hablado conmigo, no es de mi cara, ni de mi testimonio, ni
de qué religión soy, sino de que Jesús murió por ellos y entregó Su vida para
perdón de pecados y para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna (Juan 3.16).
Un error muy común es hacer hincapié en un montón de cosas que nada tienen
que ver con la verdad de Dios. Pensamos que hablar un mismo idioma o decir
lo que la gente quiere escuchar puede llegar a captar su atención. Buscamos
por medio del razonamiento llegar a las personas. Otro error, es convertirse a
ellos para que crean. El ser iguales a ellos, escuchar la misma música, tener el
mismo corte de pelo, la misma ropa o tendencia, no produce cambios. Ellos
se tienen que convertir a nosotros y no nosotros a ellos (Jeremías 15.19b).
Nuestras formas o métodos no son los que Dios usa para llegar a las personas,
nuestro mensaje tiene que ser Cristo-céntrico, donde demos a conocer Su
verdad aunque pensemos que no nos van a entender.
Por tiempo, me di cuenta que dábamos un mensaje encubierto. El evangelismo
era invitarlo a una: “fiesta de jóvenes”, “reunión de amigos”, “actividad para
jóvenes que se realiza en una Iglesia”, “concierto”, o hasta afirmar que “todos
sus problemas se iban a solucionar”, y podría seguir enumerando muchas
cosas más. Esto no es más que “venderles un evangelio color de rosa”, para
72 - Liderazgo En LLamas
luego observar que esas personas se sienten engañadas y que por lo tanto,
son pocas las que quedan firmes en la Iglesia. Nos conformamos con llenar
la Iglesia una noche, pero nuestra tarea es formarlos como discípulos para
que vivan, caminen y sirvan a Jesús toda su vida. “Así que, hermanos, cuando
fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de
palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna
sino a Jesucristo, y a este crucificado.” (1 Corintios 2.1, 2).
CONCLUSIÓN
Sal a evangelizar. Saca a los jóvenes a predicar. Arma un proyecto anual, mensual,
semanal para que todos los jóvenes sean parte y trabajen en conjunto con el
fin de llegar a muchos con el mensaje de Jesús. Invierte en folletos, afiches,
publicidad, y lo que fuere que llegue a tu mano para que el mensaje llegue a
todos, pero por sobre todo, moviliza a tu gente.
GUÍA PRÁCTICA / PUNTOS FUERTES PARA AVANZAR EN FE
01. Haz del evangelismo una tarea normal y no especial.
02. Arma actividades fijas para llegar a otros.
03. Organiza grupos de trabajo por los barrios.
04. Persevera en el evangelismo aunque no veas frutos, y no lo suspendas por
nada.
05. Invierte en evangelismo armando actividades y haciendo folletería propia.
06. Usa todos los medios a tu alcance para llegar a otros.
07. Alcanza a tu ciudad con un mensaje bien claro.
08. Comparte con todos los jóvenes la visión de Dios acerca de tu ciudad y
declárala bien fuerte.
09. Enseña a los jóvenes a presentar a Jesús.
10. Da un mensaje claro y no te canses de predicar.
Liderazgo En LLamas - 73