El Reino del fuego Lizeth Quiñones Hernández El Reino del Fuego Fuego contra hielo HESIODO Buenos Aires Título original: El Reino del fuego. Año de esta publicación: 2015. © HESÍODO, 2015 Primera Edición ISBN: 978-1-68086-061-0 Impreso en la Argentina Todos los derechos reservados. No está permitida la reproducción total, ni parcial, de este libro; ni la recopilación en un sistema informático ajeno a HESIODO; ni en otro sistema mecánico, fotocopias (u otros medios) sin la autorización previa del propietario del los derechos de autor. Índice Sinopsis……………………………………………………..Pág. 9 Prólogo………………………………………………………Pág. 10 Capítulo 1……………………………………………………Pág. 11 Capítulo 2……………………………………………………Pág. 17 Capítulo 3……………………………………………………Pág. 29 Capítulo 4……………………………………………………Pág. 41 Capítulo 5……………………………………………………Pág. 60 Capítulo 6……………………………………………………Pág. 78 Capítulo 7……………………………………………………Pág. 97 Capítulo 8……………………………………………………Pág. 118 Capítulo 9……………………………………………………Pág. 140 Capítulo 10……………………………………………….....Pág. 162 Capítulo 11………………………………………………….Pág. 187 Capítulo 12……………………………………………….....Pág. 222 Capítulo 13……………………………………………….…Pág. 275 Capítulo 14……………………………………………….…Pág. 299 Capítulo 15……………………………………………….…Pág. 324 Capítulo 16……………………………………………….…Pág. 372 Capítulo 17……………………………………………….…Pág. 401 Capítulo 18……………………………………………….…Pág. 422 Capítulo 19……………………………………………….…Pág. 448 Capítulo 20………………………………………………….Pág. 478 Epílogo………………………………………………………Pág. 515 Agradecimientos…….……………………………………..Pág. 519 Sinopsis. Un amor sincero. Un sentimiento pasional. Un destino trágico. Un romance imposible. Una emoción clandestina. El destino se empeña en separarlos, ¿Podrán desafiar lo que el destino les tiene preparado? Todo se puede cuando se ama, o al menos eso se dice. ―No sé cómo paso, simplemente me perdí en sus ojos rojos carmesí ― Kenya Murray. 9 10 Prólogo. Kenya Murray es una adolescente no muy normal, ella es la heredera al trono del Reino del Fuego, sin embargo, su vida es de lo más complicada. Con tan sólo dieciséis años de edad, Kenya conoce lo que es la soledad, pero eso cambia al ingresar al Instituto Colmena... allí conocerá el significado de la amistad y el amor. En un inicio ella se niega a enamorarse, pero cae fácilmente en las redes de Kevin, un apuesto vampiro... pero eso no es todo, también se encuentra William, es decir, el mal tercio. Por otro lado esta Karin, una chica bastante peculiar... ella es mi mejor amiga, aunque se empeñe en odiarme. En mi mundo las guerras son de lo más comunes, pero intentamos evitarlas... aunque algunas son inevitables, tal como la que está a punto de estallar. El conflicto bélico se ha desatado, ¿Quién ganará? ¿Fuego o Hielo? 11 12 Capítulo 1. Kenya Murray , una joven princesa de dieciséis años de edad que ha estado toda su vida encerrada en un castillo, ella solía estudiar con ayuda de profesores particulares, desde que era apenas una niña de tres años de edad; pero eso cambiará el día de hoy, un veintisiete de agosto. Kenya dejaría el castillo en el que estaba condenada a vivir para ingresar al prestigioso internado Colmena y así pulir sus habilidades... y conocer nuevas personas, claro está. 13 ―Rápido inútil, llegaremos tarde si no te mueves― se oye el grito de Julie. ―No tardo, Julie― responde Kenya. ―Espero y no tardes, de lo contrario te dejaremos― se limito a decir Julie. En el camino recordé esos extraños sueños que tengo últimamente, no es normal que sueñe con un chico mirándome fijamente para después de eso caer en una clase de abismo. Despejo mis pensamientos para caer en la cuenta de que finalmente conoceré a más personas, me encuentro un poco nerviosa ¿Qué tal si no les agrado a los demás? Por el momento es mejor relajarme, probablemente consiga un amigo en el instituto... sólo es cuestión de ser amable. Después de unas cuantas horas de viaje llegamos al Instituto Colmena, fue un viaje tedioso debido a su localización, Colmena se sitúa entre los tres principales Reinos, se podría decir que es la capital del Reino de los muertos. En fin, apenas bajamos de la camioneta, mi hermanastra ―Julie― me abandona con el pretexto de buscar su dormitorio. Es mejor así, no es como si la necesitara para respirar. Estuve unos minutos observando el internado desde la entrada, el castillo perteneciente a Colmena está rodeado por un bosque frondoso, hace años que no salgo del castillo del Reino del Fuego y ahora que lo había hecho me sentía alucinada, simplemente amaba el exterior... adoraba la sensación de libertad que me otorgaba. El internado es muy grande, no tanto como el castillo en el que me veía forzada a vivir, pero por lo menos el internado se ve un poco más alegre. Luego de más de una hora de vagar por los pasillos 14 del castillo, logré encontrar mi dormitorio, me asignaron el número diecisiete... un lindo número, me fascina todo aquello que termine con siete. Entro a mi respectivo dormitorio y me dispongo a ordenar mis cosas, pero alguien me interrumpe en el proceso. ―Hola― saluda aquel hermoso chico. Dios es tan perfecto, sus ojos son rojos carmesí, su piel es casi tan blanca como la porcelana, mientras que su cabello es rubio cenizo, a simple vista se ve que posee un excelente cuerpo, tiene una figura escultural... se podría decir. ¡Rayos! ¿Qué me sucede?, ¿Qué le estoy viendo? Siento como el calor sube por mi rostro, él me está observando fijamente, ahora ¿Qué rayos hago?... ―Al parecer eres sorda y muda― el chico alza la voz para hacerse escuchar. ―Hola, lo siento estaba un poco distraída y no te escuche― me disculpo y volteo hacía otro lado para evadir su mirada. ―Lo he notado, ¿Así eres siempre? Por cierto mi nombre es Kevin― aprovecha para presentarse. ― ¿Así como? Mi nombre es Kenya― contesto algo nerviosa al sentir su mirada. Los dos nos miramos fijamente a los ojos, en ese momento una corriente eléctrica sacudió mi cuerpo, estaba muy nerviosa, no solía hablar con muchas personas, sólo con mi "familia" y algunos sirvientes. El miedo que me atormentaba de no agradarle a nadie se esfumó como si nada al ver a Kevin, él parecía diferente a los 15 demás y su aroma me indicaba que era un problema andante... no debía acercarme a él, de lo contrario sería víctima de un cliché romántico. ―Así de distraída, ― responde a mi pregunta― tienes un lindo nombre, al igual que tus ojos, Kenya― mencionó Kevin con una pequeña sonrisa asomándose en sus labios. ―No soy distraída, simplemente pensaba en otras cosas― afirme―... nada importante realmente―añadí. ―Claro, si tú lo dices...― habla en tono vago― dime, ¿Por qué estas en mi dormitorio?― me cuestiona. ―Lo mismo deseaba preguntarte, a mi me asignaron este dormitorio― mencioné. ―Me parece bien, tendré compañía femenina― su mirada es hosca―... ¿Te gusta dormir sola?― pregunta sonriendo de una manera coqueta. ―Sí, no estoy acostumbrada a compartir la cama con desconocidos... me es desagradable. Soy una mentirosa, no hay nada que me agrade más que dormir con alguien, aunque sólo sea mi perro... ¿Tan necesitada de cariño me encuentro? La soledad es la culpable de mis tristezas, pero el principal culpable es mi padre. ― ¿Así que soy un desconocido?― susurró en mi oreja. 16 No sé en qué momento se coloco detrás de mí, pero me agrada tenerlo así, tan cerca de mí. Sí que es algo raro, se movió velozmente ya que no me percate en qué momento lo hizo. ―Estoy algo cansada, dormiré si no te importa ―me excuse. ―Claro que me importa ―mencionó Kevin. ― ¿Y por qué te importaría?― le pregunte con algo de curiosidad. ―Porque yo si deseo dormir contigo y no pretendo ser un estorbo― replica con una gran sonrisa triunfante. ― ¿Qué carajo dices? Recién te conozco― exploto confundida por su repentina actitud. ―Podemos conocernos mejor, si tú lo deseas― susurró Kevin. ―Deja de molestar con tonterías, me iré a descansar― me sonroje a más no poder. Demonios, si que éste chico es atrevido, está demasiado cerca de mí... su ser rosa con mi trasero y espalda, estoy muy apenada, jamás había estado tan cerca de alguien... sólo de mi madre. ―Que agresiva eres, pequeña― pone sus manos en mi cabellos y los revuelve un poco―... si fuesen estupideces no tendrías tus mejillas tan rojas como tu cabello ó ¿me equivoco?―se mofa el rubio. ― ¿Pequeña? ¿Agresiva? ¿Por qué como mi cabello? Mi cabello es castaño. 17 ―Me agradan las agresivas como tú― comenta―... Kenya, por favor tu cabello es tan rojo como el mismísimo infierno― voltea los ojos en blanco. ― ¿Y eso es un halago? Yo siempre lo he visto café y no rojo ― hice un ligero puchero. ―Quizá tengas problemas con tu vista―añadió. ―No tengo problemas o al menos eso es lo que quiero creer― digo. ―Que descanses, saldré ―es lo último que dice Kevin antes de brincar por la ventana del dormitorio. Cuando corrí hacía la ventana para verificar que el chico no se hubiese muerto, él ya no estaba... acomodé mis cosas en la habitación correspondiente para después explorar el resto de las habitaciones y darme cuenta de que había tres habitaciones. ¿De quién será la otra?... *Colmena: Instituto/internado integrado por espectros, monstruos, demonios, etc. En dicho instituto se entrenan a sus respectivos alumnos para que usen correctamente sus poderes y les enseñan a ser pacíficos para que así puedan coexistir con diversas especies tales como los humanos. 18 Capítulo 2. Me coloqué el pijama para después ver el techo de mi habitación por un buen rato, son las cuatro de la madrugada y continuo sin dormir, me preocupa que Kevin no llegue ¿Qué pensará o hará? Sólo me queda esperar a su regreso. Debido a mi aburrimiento decido dar un paseo nocturno, de ese modo conoceré más mis alrededores, además ¿Qué me puede suceder?... dudo que me asesinen o algo así como en las historias de terror. Salgo de mi dormitorio y empiezo a pasear por los pasillos, pero un ruido del 19 bosque que rodea al instituto llamó mi atención, así que salí a investigar que era; me adentre en lo más profundo del bosque. Después me percate de que habían unas luces extrañas y active mi visión de demonio para ver mejor, pude divisar a varias personas, pero él no estaba ahí, Kevin no estaba. Desactive mi visión especial y mis ojos volvieron a su color natural―verde―... me dispongo a regresar a mi cama, pero choco con un cuerpo extraño. — ¿Qué haces aquí? —Nada que te importe o ¿Sí?— respondo fastidiada al muchacho de ojos púrpura, fácilmente me llevaba una cabeza de estatura. —No te enfades, me pareció extraño que una chica tan linda estuviese sola a estas horas. — ¿Linda? ¿No tienes otra cosa que hacer además de acechar a chicas? —Yo no acecho chicas, pero créeme que por ti si lo haría― muestra una sonrisa tóxica. —Seguro has de ser un violador pervertido que acecha chicas para así violarlas— le digo dando un paso hacia atrás. —No deberías pensar eso de mí, no soy un violador, pervertido quizá, pero no violador o ¿Parezco alguno?― su voz denota peligro, pero no logro comprender el porqué. —No lo sé, pero no deseo quedarme para averiguarlo así que me voy.... disfruta de tus victimas, violador —solté una risa cargada de nervios... ese chico me ponía los nervios de punta. 20 —No soy un violador, quizá lo parezca...― admite― no puedo dejarte ir― su mirada se endurece. En ese momento me sentía arrinconada, me acerco a un árbol de ese bosque como si deseará acorralarme, seriamente pensé en gritar, pero ¿Quién oiría mis gritos en medio del bosque? Lo mejor sería golpearlo muy fuerte en sus partes intimas y así poder salir corriendo. Me encontraba hundida en mis pensamientos de si golpearlo y salir corriendo u simplemente arañarle el rostro de galán patético que posee, pero algo me saco de mis pensamientos, él me dio un amable beso en la nariz, vaya tipo más raro; seguramente le ha de gustar jugar con su presa antes de tirársela. — ¿Tienes frío cierto? Tu nariz esta helada y no tienes un abrigo— roza su nariz con la mía para después recorrerme con su mirada. —Eso es algo que no te importa, ahora si no te molesta ¿Me podrías dejar ir?... —No— dice secamente. Estaba a punto de gritarle mil y un groserías, pero al sentir su chamarra en mis hombros me inundo la calidez. Fue una estupidez de mi parte el salirme en pijama... sin abrigo alguno. Cuando iba a darle las gracias, él me tomo por las piernas y me subió en su espalda como si se tratara de un niño pequeño, él sujetaba mis piernas y yo lo abrace por el cuello para no caerme. Vaya que estaba teniendo suerte, jamás había socializado con nadie que no fuera de mi familia o los sirvientes de esta, pero con los pocos que lo había hecho hoy me habían tratado muy bien, aunque este chico me seguía dando desconfianza... Tiene cara de acechador sexual, un muy guapo acechador sexual, ¿Qué diablos estoy pensando? Debería golpearlo y correr, si eso haré. 21 —No te puedo dejar sola en pleno bosque, te llevaré a tu dormitorio― él muestra que sus intenciones no son malas―... no quiero que nada te pase— dice sin dejar de avanzar el misterioso chico. —Gracias, pero puedo caminar, no es necesario que me cargues. —Ya has caminado demasiado, además mañana o mejor dicho en unas horas, empezarán las clases e irás muy cansada si caminas más— dice sujetándome más firmemente las piernas. —Oh, muchas gracias, pero no quiero molestar a nadie— digo algo avergonzada por el roce de sus manos con mis piernas. Me estaba comportando como una mujer de la calle, no es bueno que cualquier muchacho me tome de las piernas... es vergonzoso. —Para mí no es una molestia, sino un placer... disfruto de tu hermosa compañía. ¿Hermosa compañía? Que acosador. —Aun así gracias, espero y no pienses que soy una floja que no desea caminar— dejo salir una risita. —Lo hago porque no quiero que una linda señorita se canse, ¿Cuál es tu nombre?— aprovecha para iniciar una amena conversación. —Si insistes, mi nombre es Kenya y ¿El tuyo cuál es?— le interrogo con algo de curiosidad, llevaba un buen rato con él y aun no conocía su nombre. 22 —Lindo nombre para una linda chica, mi nombre es William, pero puedes decirme Will...―hace una ligera pausa― ¿Eres nueva en Colmena?— pregunta. —Sí, es mi primer año— conteste ya con algo de sueño. ¿Cómo no iba a tener sueño? Si ya casi amanece... dentro de unas horas luciré como un muerto viviente carente de maquillaje. —Me alegro, nunca había visto una chica tan linda en Colmena y ¿De dónde provienes? —Provengo del Reino del fuego, creo que se me nota por el cabello— hice referencia a mis pelirrojos rizos. Kevin estaba en lo cierto, era una pelirroja... en mi Reino es de lo más común, un noventa por ciento es de cabello rojizo. —Los de tu especie son bastante fuertes, si hubieses querido me pudiste haber decapitado— se ríe un poco de mí. —Los de mi especie, mas no yo, solo soy una debilucha — mi autoestima da un bajón―... apuesto que tu eres aun más peligroso que yo, tus músculos indican que has llevado un buen entrenamiento― le comento con voz apenas audible. — ¿Débil? Luces más fuerte que un titán― bromea para sacarme una sonrisa―... estas en lo correcto, soy peligroso y más si estoy a solas en medio de la nada con una señorita— dice aun riendo. ― ¿Titán? Prefiero ser una debilucha...― incluso morir se me hacía más atractivo que ser un titán― Sabía, eres un violador ― mencioné a carcajadas y continúe― ¿Qué eres?― pregunte. 23 —Soy el Dios de la muerte― su respuesta fue petulante. Seguramente proviene del Reino de los muertos, aunque sólo conozco a una familia donde hay semidioses... él tenía que llevar el apellido Evans. — ¿Y qué más quieres? Eres un Dios, perteneces a la dinastía del Reino de los muertos... ha de ser fantástico. — ¿Perteneces a alguna dinastía? Tienes apariencia de Diosa. Vaya cumplido, pero sé que no soy tan bonita... mi belleza es promedio, ni muy hermosa, ni muy fea. Soy aceptable de mirar, no rompo espejos con mi fealdad... excepto cuando me llega la regla, en esas ocasiones me vuelvo un ogro. —Genial, aparte de guapo eres un interesado ¿Qué más puedo pedir? —Bueno, al menos piensas que soy guapo— dice sonrientemente. —Quizá sí― admito que es todo un ángel, pero no pienso caer ante sus encantos baratos. —Eso es un sí, pero sigues sin responder mi pregunta ¿Perteneces a una dinastía?― volvió a preguntar. —Hmmm― muerdo un poco mi labio inferior―... pertenezco a la dinastía del fuego eterno― le contesto. — ¿Y qué puesto ocupas en ella? Has de ser la Princesa, tu belleza te delata. 24 ¿Mi belleza? Que broma tan cruel... Julie es más linda que yo, pero su carácter es el de un titán furioso. —Ninguno importante— replico mecánicamente. — Entiendo, ¿Qué edad tienes?— cuestionó. ―Dieciséis ¿Y tú? ―Dieciocho ― contestó. ― Okay―digo mientras nos acercamos al dormitorio, ya se podía ver entre los árboles. Por fin éramos libres de aquel inmenso bosque, llegué a pensar que no había salida... cuando me vea en la necesidad de explorarlo tendré que llevar compañía, sino deseo perderme. ― ¿Por qué estabas tan noche en el bosque?— me pregunta. ― Buscaba a un amigo— me limite a decirle. ― ¿Qué amigo? ―Kevin. ― ¿Greene?― cuestionó. ―Supongo― digo. ―Mierda, aun no entramos a clases y ya lo conoces― bufa Will. 25 ―Lo conozco porque es mi compañero de dormitorio, se ve que es un buen chico. ― ¿Ya lo hicieron? ― ¿Hacer qué? ―Sus cositas, tú sabes... cosas cuando papá y mamá se quieren mucho― un ligero rubor delata su pena. ― ¿Tener relaciones?― pregunto, Will incluso es peor que yo en el tema de la sexualidad, aunque sea tengo una idea de cómo se hace... ya he leído sobre el proceso de reproducción, sé lo básico. ―Sí― asiente con la cabeza. Qué extraño, siempre pensé que los hombres eran más atrevidos o inteligentes en ese aspecto... ―Muy apenas se que es la reproducción y no está en mis planes ponerla en práctica, ni con Kevin. ―Me alegra― suspira aliviado― ¿Y solo lo buscabas por qué es tu “amigo”?― enmarca demasiado la palabra “amigo” al terminar de formular su pregunta. ―Sí, es mi único amigo para ser exactos― respondo mientras me bajo de su espalda para comenzar a caminar por los pasillos de los dormitorios. ―Deberías mantener tu distancia con él― me aconseja. ― ¿Por qué?― quise saber. 26 ―Él sólo busca a las chicas para pasar un momento placentero y no deseo que te perjudique... cuando una mujer pierde su virginidad es muy penado si no es con su esposo, conoces las leyes que hay en las dinastías, aun son muy medievales― su rostro se ve serio, él dice la verdad. ―Está bien― digo para evitar que siga hablando del tema que ya bastante conozco. Mi padre solía repetirme con frecuencia que mi destino sería casarme con un noble para así poder obtener el trono. ― ¿Seremos amigos? ―Por supuesto, nos vemos mañana― contesté mientras le cerraba la puerta en la cara. Después de cerrar la puerta, note que realmente estaba agotada a pesar de no haber caminado hasta mi dormitorio gracias a que Will me llevo todo el tiempo en su espalda. Me encuentro algo nerviosa, en una hora o menos comienzan las clases, sin mencionar lo que me dijo Will de Kevin... Kevin es lo que llaman un fácil, que va de flor en flor; no tengo más opción que dormir, Kevin no debe robarme el sueño... es muy su vida, es su decisión lo que hace con su sexualidad. Me quedo viendo mi cama para notar la ausencia del rubio causante de mi insomnio... ¿Qué le sucede? ¿Acaso no le importa asistir a clases? Me despierto con algo de sueño y la alarma sigue sonando, son las 6:20 am... ¡¡¡¡RAYOS!!! En 10 minutos comienzan las clases, no conseguiré llegar a tiempo... empiezo a buscar ropa y me comienzo 27 a vestir con lo primero que encuentro, me coloco un pantalón de mezclilla, una blusa negra con la manga hasta mi codo y unos tennis blancos― la digna vestimenta de toda Princesa, aunque cabe mencionar que es más cómoda que los molestos vestidos que suelo usar―. Me peino, si es que a eso se le puede decir a una coleta mal hecha, tomo mi mochila e inicio a correr por los pasillos para buscar mi salón; en el transcurso que corría hacia mi salón recordé que Kevin no llego a dormir, pero como siempre Shaitán interrumpió mis pensamientos. ―Apúrate y no digas nada sobre mí, sabes que está prohibido hablar de los secretos de familia― sentenció Shaitán. ―No tienes que recordármelo, Shaitán... no necesito que te empieces a comportar como Magnus― mi amado/odiado padre―... limítate a guardar silencio― añado. ―Está bien...― gruñe en señal de respuesta― son las 6:40 am y tu entrada se supone que es a las 6:30 am― comenta Shaitán con algo de sorna. ―Rayos, ¿Ahora qué diré para que me dejen entrar?― pensé para esperar una respuesta de Shaitán. ―Di que tenias diarrea, eso suele funcionar―dice Shaitán. ―Que gracioso eres, Shaitán ¿Qué tal si mejor les digo que un tonto demonio tenia diarrea y exceso de gases?― le regreso la humillación. ―Mejor di que te quedaste dormida― dice. 28 ¿Por qué tenía que llevar a Shaitán sellado en mi interior? No hace nada más que burlarse de mí. No puedo cambiar mi destino, yo debo utilizar la fuerza de mi demonio interior por el bienestar de mis semejantes. Entro al salón, el cual ya estaba lleno, y la maestra me mira con una mirada reprobatoria. —Señorita, tome un asiento y no vuelva a llegar tarde, lo pasare por alto porque es el primer día ―informa la Profesora mientras todos me miran como si fuese un fenómeno u algo similar. —Gracias. Observaba todos los asientos y absolutamente todos estaban ocupados o al menos eso era lo que yo quería creer. En un lado de una de las muchas ventanas del aula había una mesa con dos asientos, pero no había otra persona, seguí viendo los asientos y note uno vacio a lado de una chica de cabellos magenta. Rápidamente me dirigí hacia el asiento. ― ¿Me podría sentar aquí? Si no está ocupado, claro. ―No, piérdete imbécil― la chica de cabellos magenta me dirigió una mirada despreciable. ―Lo siento― fue lo único que mi boca logró articular antes de irme a sentar a la mesa que estaba abandonada. Lo que no deseaba era estar sola ―como ahora me encontraba―. Cada profesor nos hacia presentarnos y ponía dinámicas para que nos conociéramos mejor, pero no funcionó de nada o al menos para mí. Estuve sentada en mi asiento por un buen rato, esperando a que 29 la actual clase acabara, pasaron unos cuantos minutos y sonó el timbre indicando el final de la clase; todos empezaron a salir así que supuse que era hora del descanso. Me alegra haber leído el libro que me dio mi antiguo profesor, en el venia de todo, por ejemplo: sobre cómo comportarse en una escuela, ¿Qué hacen en una escuela?, ¿Qué debes hacer cuando toque el timbre?, etc. Regreso al dormitorio en busca de Kevin, él es mi amigo y me podría estar con él para no pasarla en soledad. Lo busco unos momentos y me percato de que el dormitorio está vacío, que sorpresa. No he visto a casi nadie de mi especie en la escuela, a excepción de mi hermana y dos compañeros de salón. En veces desearía pertenecer a otra especie, un humano quizá... ellos lucen felices en todos los libros que he leído. Salgo del dormitorio para conseguir algo de alimento y en ese momento fue donde todo empezó a decaer. *Shaitán: Como nombre significa "travieso" y como adjetivo, "el que se enfrenta", "el que se opone" o "diablo". En esta historia es un demonio que fue sellado en Kenya desde su nacimiento para asegurar el poder de su dinastía, Shaitán puede comunicarse con Kenya a través de sus pensamientos. 30
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