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ARMAS DE FUEGO DE ORIGEN CASERO
En la Argentina el hallazgo de armas de origen casero, merece un amplio
estudio para su identificación e individualización, que permita comprender su
funcionamiento, la diversidad de modelos, la ilegalidad y en el mejor de los casos
establecer las razones por las que dieron origen.
Las armas que fueron localizadas por primera vez, en el año 1974 en el Penal
de Sierra Chica – Olavarría – Provincia de Buenos Aires, de allí su vulgar
denominación “armas tumberas”. En su momento, el alojamiento en un penal, el
interno lo denominaba hallarse en la “tumba”, dado que se lo asociaba a la
oscuridad. El aislamiento de la sociedad era comparado con los días vacíos de
contenido social, por ende “oscuros” que también eran comparables a las
condiciones reales de alojamiento: Las estructuras edilicias de las unidades de
detención, en su mayoría, por razones de seguridad carecían de aberturas amplias
que permitieran el ingreso de la luz solar a las celdas. Si bien en la actualidad las
condiciones de alojamiento han evolucionado tendientes a ofrecer al penado una
mejor calidad de vida, en el pasado el hecho de recibir una hora de luz natural era
comparable con recuperar un fragmento de libertad, era formar parte de lo básico,
mezclarse con la naturaleza y así lograr formar parte de la vida misma.
Si bien su origen real es incierto, las primeras armas de uso y fabricación
casera fueron halladas en un penal, las que habrían con caños de pequeño
diámetro. En el siglo XX las instituciones como hospitales, hogares escuelas,
institutos policiales, militares, penales entre otros, era común el uso camas de hierro
en la que sus respaldos o sostenes de los elásticos, se hallaban constituídas de
caño
hueco
de
diferentes
diámetros.
Los
caños
huecos
con
pequeñas
transformaciones se convirtieron en un elemento propicio para dar origen a un arma
de fuego, que en estos días se conoce como “tumbera”.
Con el paso de tiempo, los hallazgos de ese tipo armas se fue incrementando
hasta nuestros días, advirtiéndose que existe la elaboración de una gran variedad
que va desde las mas primarias u obsoletas, carentes de mecanismos y
componentes que permiten su uso,
hasta las mas avanzadas que poseen
características similares a las factory, con martillo percutor, cola disparadora o
gatillo, arco guardamontes, alza-guión entre otros elementos habituales en armas
legales.
Arma de fabricación casera, elaborada con parte de un manubrio de bicicleta,
que disparó cartucho calibre 36
Pistolón de fabricación casero calibre .44 40 – 36
Se advierten los elementos comunes en las armas factory
Como guión, cola disparadora, arco guardamontes, empuñadura
En la totalidad de las armas de fabricación casera, se deduce que presentan
nula seguridad, ya que no contiene las premisas básicas establecidas para su
elaboración, más aún, teniendo en cuenta la legislación argentina que prohibe la
fabricación no autorizada. No obstante ello, es una realidad presente en la Argentina
y muchos países con población de origen latina, observándose que en su gran
mayoría existen de diferentes calibres, tamaños y formas.
El proceso de fabricación de un arma tradicional, es a partir del cartucho, el
que obtenido, como paso siguiente se da forma al arma en si, es decir:
1) elaboración del cartucho, con determinadas características, calibre, formas,
performance, etc.
2) Elaboración del arma, teniendo en cuenta las características del cartucho,
que determinaría las formas como longitud del cañón, mecanismos y demás
partes.
3) En muchos de los casos, reformas adaptativas.
En la fabricación de las armas caseras, el orden es similar, ya que desde un
determinado cartucho se lo adaptará un caño para su funcionamiento. El material
utilizado por lo general, se trata de recortes de caño de construcción galvanizado
(utilizado para las redes domiciliarias de agua) o caños de hierro revestidos con
pintura epoxi (habitualmente utilizados para instalaciones domiciliarias de gas).
Existen diversos calibres, por lo general calibres de escopetas, ya que las
ánimas de los cañones no contienen el rayado o estrías. Teniendo en cuenta la
nomenclatura para cartuchos de escopetas, los calibres mas frecuentes son los
siguientes:
12/70 – con postas o esferas de 0,88 mm o perdigones
24 – con perdigones
28 – con perdigones
36 – con perdigones
En cuanto a las formas de su construcción, puede ser también un arma
disimulada, como se ilustra a continuación:
En este caso, se trata de un arma calibre 12/70 disimulada, ya que necesita
de un análisis profundo para determinar que se trata de un arma de fuego, siendo
casi imposible confirmar en forma inmediata que se trata de un arma, dado que se
puede inducir a que se trata de recortes de caños de una construcción.
En cuanto a las armas disimuladas, también es para considerar una muy
conocida, como por ejemplo la lapicera.
Se trata de un arma con características similares a una lapicera metálica,
siendo en realidad un arma atípica disimulada calibre 5,56x11/16 o .22 de acuerdo a
la nomenclatura que se utilice para su denominación. Por tratarse de un cartucho de
fuego anular, a diferencia de la tumbera fabricada con tubos amarillos de gas, el
elemento percutor no se halla en el centro, sinó que desplazado hacia los extremos
tal que permita golpear en los laterales del cartucho donde se halla el fulminante.
La diversidad de armas de fuego de fabricación casera, es amplia con
abundante variedad de modelos, con formas, mecanismos, calibres, materiales y
performance.
Sub Tte. Alberto Suarez
Policía Científica de Junín. Pcia. de BA. Argentina