MENSAJE 20151110 - IMQV - Iglesia Más Que Vencedores

MENSAJE20151110
El Fruto del Espíritu
Lectura Gálatas 5: 16-25 “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 17 Porque el deseo de la
carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. 19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio,
fornicación, inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he
dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. 22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. 25 Si vivimos por el Espíritu, andemos
también por el Espíritu”.
Aprender Gálatas 5: 24-25
El Señor quiere que manifestemos o produzcamos el fruto del Espíritu, ya que es necesario para nuestro diario vivir. El fruto del
Espíritu nos ayudará con nuestro carácter, nuestra conducta, nuestras actitudes, nuestras emociones, y con nuestra vida
cristiana. El fruto del Espíritu solamente se producirá si mantenemos una relación con el Señor.
El deseo de la carne es contra el espíritu. Las obras de la carne son contrarias a los frutos del espíritu. Siempre la carne irá
en contra de lo que el espíritu dice, siempre estará en contra de la palabra, y en contra de la voluntad de Dios. Siempre la carne
se opondrá a que ores, a que vayas a la iglesia, a que leas la biblia, a que prediques la palabra a otros, se opone a que le sirvas
a Dios; y siempre se opondrá a todo lo que Dios dice.
El deseo del espíritu es contra la carne. El Espíritu se opone a los deseos de la carne; el espíritu siempre se opondrá al
pecado y a la maldad. El Espíritu se opone a que te desvíes, a que seas de doble ánimo, el Espíritu se opone a que te apartes
de Dios y de su palabra. No podemos permitir que la carne gobierne nuestra vida, no podemos darle rienda suelta a los deseos
de la carne, no podemos satisfacer estos deseos pecaminosos.
¿En quién se manifiestan las obras de la carne? Las obras de la carne se manifestarán en aquellos que siguen manteniendo
relación con el mundo, siguen escuchando música pagana, teniendo malas conversaciones; visitando lugares corruptos; los
que siguen teniendo relación con el mundo andan alimentando los deseos de los ojos, y siguen en los malos caminos. La palabra
de Dios dice que el que se hace amigo del mundo se constituye enemigo de Dios. La amistad con el mundo es enemistad contra
Dios. Aunque estén en una iglesia todos los días, pero siguen teniendo relación con el mundo, y siguen practicando las obras
de la carne, no podrán producir los frutos del Espíritu, porque en vez de tener relación con Dios, la tienen con el mundo.
Las obras de la carne y los frutos del espíritu se oponen entre sí. Gálatas 5: 17 “Porque el deseo de la carne es contra el
Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis”. Si queremos
agradar a Dios, debemos apartarnos de las obras de la carne, y no permitir que esos deseos gobiernen nuestra vida; debemos
dejarnos guiar por el Espíritu.
Los que practican las obras de la carne no heredaran el reino de Dios. Gálatas 5: 19-21 “Y manifiestas son las obras de la
carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas,
disensiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas; acerca de las cuales os
amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.”
Todo aquel que quiera heredar el reino de Dios, debe dejar de practicar las obras de la carne, y abandonar la vida pecaminosa.
Las obras de la carne son manifiestas, y son obvias, y están mencionadas en la palabra; otras no están mencionadas, pero dice
que cosas semejantes a éstas obras; acerca de todas las obras de la carne, de los malos deseos, se nos amonesta, que los
que las practican, se oponen a los frutos del Espíritu; por eso, están en contra de la palabra, y en contra de lo establecido por
Dios. “Los que practican tales cosas no heredaran el reino de Dios”.
Andad en el espíritu. Gálatas 5: 16-17 “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 17Porque el
deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo
que quisiereis”.
Para andar en el espíritu, yo necesito desarrollar, manifestar, y producir los frutos del Espíritu. Cuando tenemos una relación
con Dios, esto va hacer que se reproduzcan los nueve frutos del Espíritu; esto hará que tengamos un nuevo estilo de vida;
porque en vez de estar practicando las obras de la carne, estamos siendo guiados por el Espíritu. Hay que dejarse guiar por el
Espíritu, y permitir que él nos de la dirección a través de mantener una relación con él.
Mantener una relación con Dios es cuando estás oyendo, leyendo, estudiando, escudriñando y obedeciendo la palabra.
Mantener una relación con Dios es irte de rodillas, es postrarte en la presencia de Dios; anticiparte al alba para clamar a tu Dios;
es mantener una comunión con él en todo momento.
Mantener una relación con Dios es estar en sus atrios, entrar por sus puertas, adorarle en medio de la congragación, es amar
su casa, darle la importancia debida al congregarse en la iglesia.
Mantener una relación con Dios es servirle, es hablar a otros de Cristo, y es obedecer su palabra y hacer lo que él dice. Es
mantener contacto con Dios y todo lo que él ama.
Necesitamos producir el fruto del Espíritu. Gálatas 5: 22-23 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”.
Debemos desarrollar y manifestar todos los frutos del Espíritu, pero hay que dejar de satisfacer los deseos de la carne, y hay
que andar en el espíritu. Debemos mantener una relación con Dios, y de esta manera se producirán todos los frutos del Espíritu
en nuestra vida.
Gálatas 5: 24-25 “Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. 25 Si vivimos por el Espíritu,
andemos también por el Espíritu”.
VISION20151110
El Gozo
Cada fruto del Espíritu tiene un gran significado; y podemos producirlos en nuestra vida si mantenemos una
comunión con el Señor, obedecemos a su palabra, y le sirvamos a él. Veamos hoy la importancia de tener el gozo
del Señor en nuestra vida.
El gozo del Señor es nuestra fuerza. Nehemías 8: 10 “Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce,
y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro Señor; no os entristezcáis,
porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.” Cuando se agoten las fuerzas, cuando la tristeza quiera venir,
recuerda que tenemos el gozo de su salvación, y el gozo del Señor es nuestra fuerza.
Plenitud de gozo. Salmos 16: 11 “Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo;
Delicias a tu diestra para siempre.”
En la presencia de Dios hay plenitud de gozo. Cuando buscas a Dios, cuando te acercas a él en oración, cuando
andas en obediencia, atraerás su presencia, y experimentaras el gozo, porque en su presencia hay plenitud de
gozo. Dios nos muestra la senda de la vida; nos enseña a caminar de acuerdo a su palabra, nos enseña a
conducirnos en medio de este mundo. En su presencia hay plenitud de gozo; estar en la presencia de Dios es
alcanzar el máximo gozo; no hay nada que pueda compararse a ése pleno gozo que hay en la presencia de Dios.
Él nos enseña que hay delicias a su diestra para siempre; delicias que tienen que ver con gozo, deleite, y dicha;
y esto lo vas a encontrar a su diestra para siempre.
Vuélveme el gozo de tu salvación. Salmos 51: 12 “Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me
sustente.” El salmista había pecado, y estaba angustiado porque no sentía el gozo de la salvación. El salmista
reconoce que el pecado aparta del gozo de la salvación. Pero cuando él se arrepiente de su pecado, le pide a
Dios que le vuelva el gozo de la salvación. Debemos abandonar y apartarnos de todo pecado, para que
disfrutemos siempre del gozo de la salvación.
El gozo de mi corazón. Salmos 119: 111 “Por heredad he tomado tus testimonios para siempre, Porque son el
gozo de mi corazón.” La palabra de Dios trae gozo al corazón. El salmista describe en este verso, que ha tomado
la palabra de Dios por heredad para siempre. En otras palabras, él está declarando que su herencia eterna son
los mandatos del Señor, porque son el gozo de su corazón. Si quieres tener gozo y alegría en tu corazón, solo
tienes que tomar por herencia la palabra de Dios y sus testimonios, y que ellos sean los que dirijan tus pasos y
gobiernen tu vida.
El gozo del Señor trae grandes bendiciones. Isaías 51: 11 “Ciertamente volverán los redimidos de Jehová;
volverán a Sion cantando, y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas; tendrán gozo y alegría, y el dolor y el gemido
huirán.” Si tienes dolor, gemido, por alguna situación que vivas, o por alguna prueba que estés atravesando, el
gozo de Dios que está sobre tu cabeza hará que huyan de ti esas cosas que te perturban. El Señor nos da gozo
y alegría, y esto produce que volvamos cantando, que siempre haya cántico nuevo en nuestra boca y en nuestro
corazón.
Óleo de gozo. Isaías 61: 3 “a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de
gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia,
plantío de Jehová, para gloria suya.” Dios quiere que el gozo de él sea perpetuo en nosotros. Que en vez de
angustia, haya cantos de alabanza, que haya óleo de gozo; que en vez de desesperación, haya perfume de
alegría, y aceite de gozo.
Servir al Señor traerá gozo a tu vida. Lucas 10: 17 “Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los
demonios se nos sujetan en tu nombre.” Cuando los setenta fueron enviados por Jesús a predicar, a sanar, a
liberar a los cautivos, a echar fuera demonios, ellos volvieron con gozo. Servir a Dios es motivo de gran gozo. Ver
a una persona aceptar a Jesús, llenará tu vida de gozo. Orar por un enfermo, traerá gozo; dar una palabra de
aliento, o hablar a otros de Cristo, llenará de gozo el corazón. Es por eso que cuando los setenta volvieron de
predicar, de sanar enfermos, de limpiar leprosos, de echar fuera demonios, ellos volvieron con gozo. Es lo que
Dios hará contigo, cuando le sirves a Dios y haces lo que él te manda.
Gran gozo. Lucas 24:50-52 “Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo. 51Y aconteció
que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo. 52Ellos, después de haberle adorado,
volvieron a Jerusalén con gran gozo; 53y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén.”
Después de haber estado con Jesús, cuando Jesús ascendió al cielo, los discípulos le adoraron. Ellos entendían
el resultado de la adoración; la actitud de ellos cuando Jesús fue llevado al cielo, fue la de adorar; no se
entristecieron, no se afligieron, sino que adoraron; “y después de haberle adorado, volvieron con gran gozo.”
Siempre que alguien adore al Señor, volverá con gozo, porque adorar a Dios traerá gozo y alegría al corazón.
Cuando adoras a Dios, irás a tu trabajo, a tu casa, a tu escuela, con gran gozo. Cuando hay gozo, siempre
anhelarás estar en la casa del Señor para alabarle.
Juan 15: 11 “Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.” El
deseo de Dios es que su gozo esté en nosotros, y que nuestro gozo sea cumplido o esté completo. Esto quiere
decir que el gozo de Dios debe estar en nosotros siempre.