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Remarks by:
Most Reverend Joseph V. Brennan
Auxiliary Bishop-Elect of Los Angeles
July 21, 2015
Overwhelmed and even a bit perplexed by this appointment, I am humbled and deeply
indebted to Pope Francis and Archbishop Jose Gomez.
This moment has somehow led me to reminisce about many things, including my seminary
days. The first ‘seminary’ I attended, however, was not St. John’s Seminary in Camarillo but
the family home in Van Nuys. My ‘professors’ were incredible. Mom and Dad had
‘Doctorates’ in the school of love, devotion and ‘hard knocks’. My Uncle, Msgr. John L.
Brennan (“Fr. John”), merits special mention here too as a model of sanctity and service,
incredible priest and loving shepherd of the flock. Like you, I have had some great teachers
and whether those among them who have died are smiling or wondering about this turn of
events, I know that I am on the receiving end of their loving care from heaven. For that I am
beyond grateful. Their prayers, care and support will sustain me. I’m counting on it. I’m
counting on yours too!
We are certainly in this together. As St. John Paul wrote in chapter 5 of his Apostolic
Exhortation entitled, “Pastores Dabo Vobis” (I Will Give You Shepherds), “The spiritual life
is, indeed, an interior life, a life of intimacy with God, a life of prayer and contemplation, but
this very meeting with God and with his fatherly love for everyone, brings us face to face
with the need to meet our neighbor, to give ourselves to others, to serve in a humble and
disinterested fashion, following the example which Jesus has proposed to everyone as a
program of life when he washed the feet of the Apostles.”
God bless you, always and all ways.
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Monseñor Joseph V. Brennan
Obispo Auxiliar Electo de Los Ángeles
21 de julio de 2015
Sobrepasado e incluso un poco perplejo por este nombramiento, me siento honrado y
profundamente endeudado con el Papa Francisco y el Arzobispo Gomez.
Este momento me ha hecho recordar muchas cosas, entre ellas mis días en el seminario. Sin
embargo, el primer 'seminario' en que estuve no fue el Seminario de St. John en Camarillo,
pero la casa donde vivía mi familia en Van Nuys. Mis "profesores" fueron increíbles. Mi
padre y mi madre tenían 'Doctorados' en la escuela del amor, de la devoción y de la
disciplina. También tengo que mencionar de manera especial a mi tío, Monseñor John L.
Brennan (el Padre John), como modelo de santidad y servicio, un sacerdote excepcional y un
amoroso pastor de su rebaño. Como ustedes, he tenido muchos buenos profesores, y aunque
no puedo saber si los que ya fallecieron están sonriendo o más bien un poco sorprendidos con
lo que acaba de pasar, sé que estoy recibiendo su cariño amoroso desde el cielo. Y por esto,
estoy infinitamente agradecido. Sé que sus oraciones, cuidado y apoyo me mantendrán firme.
Y cuento con el apoyo, el cuidado y las oraciones de cada uno de ustedes también.
Estamos en esto juntos. Como Juan Pablo II escribió en el capitulo 5 de su Exhortación
Apostólica “Pastores dabo vobis” (Les daré pastores), “La vida espiritual, es vida interior,
vida de intimidad con Dios, vida de oración y contemplación. Pero del encuentro con Dios y
con su amor de Padre de todos, nace precisamente la exigencia indeclinable del encuentro
con el prójimo, de la propia entrega a los demás, en el servicio humilde y desinteresado que
Jesús ha propuesto a todos como programa de vida en el lavatorio de los pies a los apóstoles.”
Que Dios los bendiga siempre y de muchas maneras.
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