IGLESIA BAUTISTA ISRAEL SAMBORONDÓN Entre Ríos – Av. Principal – Edf. SURYA Piso 1 – Ofc. 1E Fono 2837882 – 0985 985377 / Casilla 7248 Web: www.israelsamborondon.com Email: [email protected] Facebook: Iglesia Israel Samborondón ¡LAS FUNCIONES DE LA IGLESIA - 1! Pst. Dr. David Campos C. Texto Bíblico: 1° Timoteo 3:14-15 [email protected] Samborondón, Mayo 31 del 2015 Uno de los temas más sobresalientes en el Nuevo Testamento es La Iglesia. ¿Qué es la Iglesia? ¿Quiénes la integran? ¿Cuáles son las funciones de la iglesia? La iglesia se presenta tan importante que el SEÑOR JESUCRISTO dio su vida por ella. Efesios 5:25 nos dice que “CRISTO amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella.” Cinco son las funciones primordiales de la Iglesia de JESUCRISTO en la tierra: Proclamación, Adoración, Comunión, Servicio y Enseñanza. Cualquiera que ha asistido a nuestra congregación sabe muy bien que aquí se cumplen esas cinco funciones. Pero antes de conocer detalladamente esas funciones, el Apóstol San Pablo enfatiza que la iglesia es la “Casa de DIOS.” En una casa hay una familia y los que asistimos a la casa de DIOS somos como familia y debemos trabajar en función de ella. Luego la iglesia es una asamblea porque la palabra iglesia en griego quiere decir “ASAMBLEA”, es decir la comunidad de personas llamadas por DIOS. ÉL llama a personas de carne y hueso. Todos los que aceptan el llamado forman parte de la Asamblea o Congregación, pero actúan en sentido de familia. Después, la iglesia es una “COLUMNA.” Cuando Pablo escribió este versículo, él sabía que los ciudadanos de Éfeso tenían un enorme templo. Ese templo tenía 127 columnas y cada una de ellas era un regalo de un rey. Eran de mármol fino e incrustado en oro. Eran muy hermosas. Ellas sostenían el Templo. La iglesia sostiene a la verdad y la verdad sostiene a la iglesia. Por último, la iglesia es un “BALUARTE.” Es una bandera, es una señal de triunfo. La iglesia sostiene la bandera de la verdad para que todos la vean. Ahora veamos las cinco funciones de la iglesia: 1. LA PROCLAMACIÓN O KERIGMA. Mateo 28:19-20 El imperativo de la proclamación que CRISTO dejó a su iglesia, y que generalmente se conoce como la Gran Comisión se concentra en dos pasajes bíblicos: Mateo 28:19-20 y Marcos 16:15. Estos dos versículos engloban al mundo de todos los tiempos. La predicación sería de todo tipo, usando todos los medios, formas y situaciones. En el tiempo de JESUCRISTO no habían medios masivos por lo tanto no se usaban. Pero ahora sí los hay, por lo tanto hay que usarlos. En tiempos de JESÚS no existía el micrófono, o sea que no se podía hablar a congregaciones gigantescas como las campañas de ahora. Los medios de transporte eran escasos y de mala calidad, por ese motivo tomaba mucho tiempo ir de un lugar a otro. Todo lo contrario de hoy día. Hay creyentes que piensan que no se deben hacer campañas evangelísticas, pero JESÚS sí hizo campañas. Lógicamente que ÉL no necesitaba lo que necesitan los predicadores modernos. La diferencia entre JESÚS y cualquier predicador es insalvable, pero la BIBLIA nos dice que “grandes multitudes le seguían” ¿Para qué le seguían? Para escucharlo, para ser sanados. La gente tiene hambre y busca comida. Es en ese medio que la iglesia hoy día proclama. Pero como todo no iba a ser color de rosas para la iglesia, entonces llegó la persecución. Así la iglesia se comienza a dispersar. Hechos 8:3-4 nos muestra el primer caso. Fue el ataque contra la iglesia en Jerusalén cuando Pablo estuvo en Corinto se desató una terrible persecución (Hechos 18:8-11). El SEÑOR sin embargo le habló en visión para asegurarle su ministerio de proclamación. A Pedro y Juan después de salir de la cárcel se les intimidó para que de ninguna forma hablasen de CRISTO. Sin embargo ellos no hicieron caso a tal intimidación. Ellos siguieron adelante (Hechos 4:18-20) la iglesia proclamaba el Evangelio. 2. LA ADORACIÓN O LATRIA. Lucas 24:52-53 La segunda función después de la predicación del evangelio es la adoración. En las cartas de los apóstoles hay pasajes llamados “DOXOLOGÍAS” que significan “dar gloria, honra y majestad.” Esos pasajes son un fuerte testimonio del ESPÍRITU de adoración en la iglesia primitiva. Observemos que después de la ascensión del SEÑOR el culto cristiano se compuso de adoración, alabanza y bendición. Aquí en nuestra iglesia cada domingo cantamos himnos que son de adoración. Lo mismo ha sido con la alabanza, con el testimonio. DIOS nos ha bendecido muy ricamente porque le hemos obedecido. Pero usted debe entender claramente qué quiere decir esto. Los apóstoles nos enseñaron cómo se adora. Leamos Romanos 11:36 donde nos dice: “Porque de ÉL, y por ÉL, y para ÉL, son todas las cosas. A ÉL sea la gloria por los siglos. Amén.” Esta es una doxología. Había una reunión de hombres muy importantes. Entonces uno de ellos preguntó: ¿Qué haríamos si Isaac Newton apareciera entre nosotros? Todos respondieron “le daríamos el asiento principal y de honor.” Volvió la misma persona a preguntar ¿Y qué sucedería si William Shakespeare entrara por esa puerta? Entonces todos dijeron: “Nos quitaríamos el sombrero, lo saludaríamos y dejaríamos hablar solamente a él.” Pero el hombre insistió: ¿Y qué sucedería si JESUCRISTO entra en este cuarto? Entonces todos a una sola voz dijeron “Pues sencillamente, caeríamos todos de rodillas.” Eso es adoración. Ahora vamos a ver varias doxologías en la BIBLIA: Romanos 16:17; Gálatas 1:5; 1° Timoteo 1:17; Efesios 3:21; Judas 25. 3. LA COMUNIÓN O KOINONÍA. Hechos 4:34 La iglesia es una gran familia, nos duele cuando alguien se aparta, se nos va, se aleja. Esa es la razón por la cual en el cristianismo nos llamamos hermanos. ¿Cómo se evidencia el espíritu de comunión? Se evidencia por las cosas prácticas. Para ellos la oración era algo supremo. El testimonio también lo era, pero la culminación es la calidad y el amor de compartir de lo que se tiene. Hechos 2:43-47 es un relato vívido de la comunión. Comían, oraban, adoraban y velaban juntos y mutuamente se apoyaban. Tenían un intenso sentido de responsabilidad social y de compasión por el hermano y eso despertó en ellos un verdadero deseo de compartir de lo que tenían. Hechos 4:52 nos dice que “eran de un corazón y un alma.” Ninguno de los miembros era obligado a entregar sus bienes, pero lo hacían en respuesta voluntaria a la gracia de DIOS. A medida que la iglesia crecía aumentaban los problemas de organización. Eso sucede en toda familia viva y que crece. En la iglesia hay los que tienen más y los que tienen menos. También había los que eran incapacitados. A ellos la iglesia acudía, los cristianos tenían una “canasta de amor” que la recogían y la llevaban a los que estaban pasando necesidades apremiantes. Cuando surgieron los problemas muy humanos de la iglesia, no es que los apóstoles eran flojos o que no sabían doctrina o que se hacían para un lado y para otro. No, lo normal es que ellos estaban dedicados a “la oración y al ministerio de la PALABRA” y por eso se eligió un grupo de hermanos a quienes se les llama diáconos que quiere decir “servidores” y ellos acudían en ayuda de los necesitados y por eso la iglesia crecía y crecía. La primera preocupación de la iglesia primitiva fue poner en práctica el cristianismo. 4. SERVICIO O DIAKONÍA. Romanos 12:7 Cuando el ESPÍRITU SANTO da o reparte sus dones, uno de esos dones es el de servicio. En 1° Corintios 12:28 se lo conoce con el “don de ayuda” que es el mismo don del servicio. En realidad cada uno de nosotros los cristianos somos “diáconos” en el gran sentido de la palabra. Hay los servidores que predican, los servidores que ayuda, los servidores que hacen misericordia, los servidores que reparten, tal vez usted nunca tenga el privilegio de pararse delante de un público a proclamar el evangelio, pero no hay nadie que no pueda cada día de su vida mostrar su amor por CRISTO en actos de servicio a sus semejantes. En 2° Timoteo 1:15-18 el apóstol San Pablo nombra a tres personas: Figelo, Hermógenes y Onesíforo. Dos traidores y un verdadero amigo. En esos tiempos de angustia que vivió Pablo, cuando todo se le venía encima por la obra de DIOS, Figelo y Hermógenes lo abandonaron en la lucha, pero Onesíforo lo confortó, no se avergonzó, lo buscó, lo halló y lo ayudó. Es muy interesante que use la palabra “DIAKONEO” para referirse a la obra de este hermano. La función de la iglesia en cuanto al diaconado no se circunscribe a un grupo de hermanos elegidos para ese honroso cargo, sino que es para toda la congregación. 5. ENSEÑANZA O DIDASKALIA. 1° Timoteo 4:6 Este pasaje no sólo le da consejos a Timoteo, sino a cualquier maestro o siervo de la iglesia a quien se le asigna un cargo. La palabra “ENSEÑAR” en griego tiene dos formas: “DIDASKO” y “DIDASKALIAS.” Ambas aparecen en este versículo “HUPOTITHESTAI” es enseñar y doctrina es “DIDASKALIAS.” ¿Pero qué es lo correcto? “Enseñar” aquí no es “dar órdenes” sino aconsejar, asesorar, señalar, sugerir. Es una palabra humilde, amable y modesta. Significa que el líder o maestro no debe establecer una ley dogmática y belicosa. No debe dar instrucciones de dogmatismo de dictador o arrogancia. Bien se ha dicho que usted puede aprender mucho y dar poco o nada. La Iglesia al cantar, enseña; cuando adora, enseña; cuando se reúne, enseña; cuando sirve, enseña. La doctrina de la Iglesia no va más allá de lo sencillo. Buscar puntitos pequeñitos para sobre ellos fundar doctrinas básicas no es enseñanza. La enseñanza bíblica no confunde, ni asusta, ni desmorona la fe. No es sospechosa, no es ponzoñosa. La enseñanza bíblica es pública, veraz, da alegría, se siente gozo y produce libertad. La enseñanza bíblica no causa cisma, pero en cambio une. Estos cinco puntos básicos se enseñaron, se enseñan, y se enseñarán siempre en esta iglesia, por eso es que nunca nuestra iglesia se cerrará ni se partirá, porque como dice el himno: Amén. e “Tronos y coronas pueden aparecer; De JESÚS la Iglesia siempre habrá de ser; Nada en contra suya prevalecerá, Porque la promesa nunca faltará.”
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