Praxis Freudiana Av. Corrientes 1309 8º "24" (C1043ABA) Capital Federal, Argentina Tel/Fax: +54 (11) 4371-2719 e-mail: [email protected] web: http://www.praxisfreudiana.com.ar El acting y el dispositivo analítico Amelia Haydée Imbriano El dispositivo analítico puede dar cabida a distintas vicisitudes en tanto el analista no retroceda de su posición. El deseo del analista permitirá producir un lugar que albergue las mismas en tanto espacio donde se desplegará la articulación de una determinada relación al Otro. Desde esta hipótesis se puede plantear “lo que no se sabe” en el dispositivo y producir un ámbito para que se ponga en trabajo. En un psicoanálisis de lo que se trata es siempre, en el uno por uno, de volver a inventar el psicoanálisis. Si bien el dispositivo analítico demanda lo simbólico, nos proponemos relanzar la cuestión de que no necesariamente rechaza la acción, sino que al sostener su alojamiento podrá producir como efecto una puesta en tratamiento del sujeto en tanto que tachado, en el sentido de la puesta en trabajo de su escisión fundamental. Considerando la clínica psicoanalítica como la clínica de lo imposible de decir, nos surge la pregunta al respecto del lugar del acting entre aquello que, en una cura, cesa de no decirsecontingencia- y lo que permanece imposible de decir. El acting plantea la cuestión de la producción de un giro entre una verdad que se dice sin sujeto y un sujeto que se diga como inconsciente. La consistencia de la dirección de la cura es hacer aplicar al sujeto la regla fundamental. Esta implica la coerción que resulta de ponerse a decir de modo tal que pueda decir lo inconsciente. Como tal, efectuación de la ética del Psicoanálisis. Al respecto del trabajo de una paciente en entrevistas realizaré un recorte a propósito de enmarcar la lógica del acting como punto de articulación y viraje de la relación al Otro. La intención es poner en relieve el lugar que ocasionalmente puede ocupar el acting como propiciatorio al trabajo analítico. Puntuaré el trabajo de estas entrevistas bajo 3 tiempos lógicos. I.- Pedido de consulta: La paciente inicia su consulta dando cuenta con su queja de un malestar que define como “estar enterrada en vida” al cual está acomodada a través de la aplicación de un esquema lógico suficientemente consistente. Durante un tiempo la mayor parte de las El acting y el dispositivo analítico – A. H. Imbriano entrevistas trabaja al respecto de formulaciones que se presentaban bajo la forma de teoremas que logran desarrollos muy compactos respecto de su historia, planteados desde su información psicoanalítica, y en donde cada nueva situación viene a funcionar como la perfecta ocasión de una demostración y verificación. Todos ellos convergen en uno básico que sostiene a la muerte como significante amo. Esto ocupa el lugar de una verdad que se le antepone a cualquier interrogación respecto de su ser sexuado. Su hipótesis central se basaba en la consideración de que ella “estaba aferrada a las palabras de su padre que había muerto”, haciendo alusión a que esa adhesión era “producto de su culpa por haberse quedado dormida mientras el padre en su agonía muere”. Las palabras del padre tienen el peso de un imperativo: “seguí mi camino, salvá la empresa, protegé la familia”. Palabras que encuentran soporte en dos dichos que organizan una construcción mítica sobre su origen: “arréglatelas con tu padre, si te tuve fue porque él no quiso el aborto” (madre), “Me quedé por vos, valés por varios machos” (padre), y que encuentran síntesis en su presentación; “soy un tipo personaje H.D.P.” II.- Del acting a la angustia Progresivamente, lo cual no significa rápidamente, su discurso la fue sorprendiendo por la producción de algunas inexactitudes en la correlación de las ecuaciones de sus teoremas, frente a lo cual exige insistentemente explicaciones que la analista no otorga. Después de una entrevista en la cual abundaban comentarios sobre “la enfermedad de la madre” que llegan a lo nauseabundo, la analista decide abruptamente cortar la entrevista, para acotar la obscenidad. Ella dice a modo de refutación: “Ud. siempre tiene el mismo tono”. En ese marco se producen una serie de actuaciones, armados de escenas, efectos de demostración de sufrimiento y de provocación al analista, acompañados con un ánimo de exaltación y grave enojo. Recortamos la siguiente secuencia: 1.- “Qué barbaridad!, Anoche cuando llegué a casa toqué bocina para que abran la puerta del garage pero no esperé y me llevé el portón por delante. Ud. dirá, cómo me explica esto, yo no sé lo que hice, qué me dice?; 2.- “Estaba hablando por teléfono, me enoje y lo tiré, yo no sé qué me pasa, ¿me puede explicar de qué se trata?, Ud. es la psicoanalista, ¿para qué le pago?”; 3.- “Yo siempre elijo secretarias que vistan bien y entonces las encargo de mi ropa porque yo no tengo tiempo. Le pedí a una que me comprara una blusa igual a la suya y me trajo una en un `tonito´ diferente, no quiso entender que era un poco diferente, le pegué una bofetada, después no supe qué hacer y resolví su traslado a otra empresa con una buena indemnización, ¿me estoy volviendo loca o histérica?. Ud. debe explicarme!, no me puedo bancar estas cosas!”. Con este estilo la provocación llega a su punto máximo donde la escena avanza hasta el insulto a la analista: “Ud. es un http://www.praxisfreudiana.com.ar 2/4 El acting y el dispositivo analítico – A. H. Imbriano H.D.P”, frente a lo cual se decide tomar la actuación en la transfenrencia, con el corte de la entrevista, diciendo “yo soy A.I.”. La letra muda, el llamado, un efecto: Se trata de un llamado telefónico: “ Qué horror, salí pensando que Ud. tiene letra muda, no puedo pensar, estoy enterrada en mi casa, es un cementerio, está lleno de objetos de arte, de monumentos que yo compré pero yo no sé, es como si no los conociera”. Se le indica que concurra a una entrevista. Hace referencia de su angustia al respecto de notar que en las iniciales de la analista hay una letra muda: H. Luego surgen comentarios aparentemente deshilvanados: “lo que mi novio me pide y no me hace falta”, “mi amante me dijo `pedís poco´”, “quizás mi padre me engañó, a mí me pasa algo como mujer”. III.- La emergencia de las formaciones del inconsciente: Serán las preguntas y los enfáticos pedidos de explicación los que darán consistencia a la apertura del tiempo de demanda. Las consideramos como apertura al inconsciente, como una demanda al Otro saber, en tanto la producción del trabajo nos pone frente a la evidencia de las formaciones del inconsciente que se manifiestan: a. Hablando de temas filosóficos dice: “paráfora de la caverna”, lo cual es señalado; ella replica: “No sé lo que digo, quise decir metáfora, no me di cuenta, yo ya no sé hablar”; b. “Yo paso las cuentas con el automático... no, qué dije, quiero decir que pago las cuentas con el cajero... bueno, mejor no hablo más”; c. “Hoy me pasó algo, me mandé un viaje, me despedí, pensé que era Domingo y me fui al vivero a buscar plantas, cuando lo vi cerrado me di cuenta que era Lunes y no sé que pasó en cambio de ir a la oficina fui al vivero”; d. “Soñé que estaba mirando la cabina de un avión en donde iban mi novio y mi amante, volaban, piloteaban a mi novio”. Asocia con ello que el amante le comentó que quiere hacer un curso de aviación, y dice: “Pero, entonces, yo no sé, quién pilotea en el sueño?” El acting como llamado al deseo En la producción de esta paciente encontramos al acting como aquella vedad que anómalamente habla, posibilitando la articulación de un viraje: de la posición del sujeto destinado a transformar al Otro en consistente, a la emergencia del sujeto en su indeterminación. En forma tragicómica darán cuenta de la caída de las aserciones del sujeto, dejando un lugar para la intervención de enigma sobre el deseo. El acting toma una dimensión significante, en tanto aquello que la sobrepasa y no tiene nombre; al mismo tiempo, marcan el punto de imposible de aquello a lo que no se le puede dar correlato significante. Allí donde los actings la sometieron a la dimensión de una cara http://www.praxisfreudiana.com.ar 3/4 El acting y el dispositivo analítico – A. H. Imbriano de la imposibilidad, algo de la organización del deseo se anuncia. Permiten un primer momento de desplazamiento de la queja inicial, sostenida por teoremas profesorales, a la captación del sujeto de que está comprometido en “otra cosa” –“no me di cuenta/me di cuenta”-. Escuchar al sujeto, allí donde algo ha sido actuado, puede tener el valor de dar lugar a lo que se va a construir como síntoma. En esta paciente ha producido un efecto de encuentro, que no es poco, un efecto de sideración que es un índice para poner en marcha las cosas. El alojamiento del acting en el dispositivo, toma su valor en su enmarcación como un no saber algo que habita en ella y que la ubica del lado del sujeto inconsciente. La paciente asumía esa solución del deseo que se denomina erudicción. La emergencia del acting precipita un cambio de la posición subjetiva. La ética del dispositivo habilitará un espacio en donde el acting se aloje- en su fracasocausando como efecto la histerización del discurso. En este sentido, el acting puede ser pensando como el despliegue del sujeto en su división, en forma salvaje. Ella no sabe lo que pide, queda confrontada al desconocimiento en su forma radical. De aquí en más ese saber es ante todo un saber que concierne al Otro y precisamente concierne a la separación de él. Será el inicio de la posibilidad de que lo real en tanto imposible de decir, entre en danza, sea puesto en trabajo, comenzando sus piruetas, operando un metabolismo que, en una primer vueltereta, y en un primer tiempo de trabajo de entrevistas, va del acting a las formaciones del inconsciente. http://www.praxisfreudiana.com.ar 4/4
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