¿Quieres compartir tu vida con un perro o un gato? La primera pregunta que podrías hacerte es… ¿Por qué? La respuesta será un buen indicador para asegurarte que lo tienes claro y que tus motivaciones van más allá de una cuestión de impulso. ¿Quieres adoptar un perro o un gato sólo porque tus hijos insisten en tener uno? ¿Estás pensando en hacer una sorpresa a alguien regalándole un animal? ¿Quieres un perro como el que has visto en una película o que pertenece a algún personaje famoso? O ¿quieres un animal sólo porque es muy bonito o porque no te puedes resistir ante la mirada triste de un perro abandonado? Motivaciones como éstas pueden ser malas consejeras a la hora de tomar una decisión responsable que afectará a los próximos años de tu vida y la del perro o gato que has decidido incorporar a tu vida. La decisión Es momento de reunir a la familia. Hablad, discutid, compartid vuestros puntos de vista. Incorporar un perro o gato a vuestra vida requiere el máximo consenso. Y sobre todo pensad que actuar de forma impulsiva puede no tener buenos resultados. Cada miembro de la familia podría preparar su lista de pros y contras. Comparar las listas os ayudará a aclarar las dudas sobre la llegada de un nuevo miembro de la familia. También es un buen momento para hacer un listado de tareas relativas al cuidado del animal y para ponerse de acuerdo sobre cómo repartirlas. Recuerda que a la hora de tomar una decisión no hay que restar importancia a la presencia en la familia de personas con alergia a las mascotas, que tienen miedo o repulsión a los animales o que tienen necesidades especiales. Hoy en día tenemos acceso a gran cantidad de información sobre cómo convivir con un animal de compañía. Y también muchos propietarios de animales te querrán dar sus recomendaciones y consejos. Sin embargo, no toda la información que te llegue estará contrastada y será la más adecuada para tu animal en particular. Déjate aconsejar por los profesionales. Tu veterinario de confianza, etólogo o educador canino estará encantado de guiarte para que puedas tomar la decisión con la máxima información posible. Esta es una de las decisiones más a largo plazo que tomarás a lo largo de tu vida. Haz un esfuerzo por pensar cómo podría cambiar tu vida y tu estructura familiar en los próximos 12 o 15 años (esa es la vida media de un perro o un gato), porque ten en cuenta que tu compromiso con él debe ser para toda su vida. Si crees que hay cambios importantes en tu vida que te esperan a la vuelta de la esquina y que podrían poner en riesgo el vínculo con un perro o un gato (p.ej., irte a estudiar fuera, viajar durante una temporada, tener un hijo…), espera, reflexiona sobre las consecuencias de incorporar un animal de compañía en un momento de transición. Y si llegas a la conclusión de que igual no es el momento de tener un animal de compañía, piensa que existen otras opciones que podrían satisfacer tu deseo de disfrutar de la compañía de un perro o un gato hasta que estés listo para llevarte uno a casa: ¿Has pensado en ser voluntario en una protectora de animales o ser casa de acogida temporal para animales en adopción? Cuestión de compatibilidad ¿Tienes hobbies? ¿Te gusta viajar? Es importante que tengas en cuenta cómo serían tus actividades de ocio una vez tengas a tu perro o gato. Si buscas un compañero para salir a correr o hacer algún deporte, claramente necesitas a un perro. Pero no todos los perros te irán bien: habrá que buscar entre los de constitución atlética y que, por estructura física, no tengan tendencia a padecer problemas respiratorios. Si, en cambio, buscas uno que te acompañe en tus horas de relax en casa, ¿qué tal un gato o un perro poco activo que estará encantado de descansar a tu lado? Sin embargo, los gatos no son una opción si lo que quieres es llevarte a tu compañero a todas partes, ya que no son animales que les guste moverse de su territorio. Así que muchos animales podrían encajar en tu estilo de vida: sólo hay que tener claro lo que concuerde contigo. Requiere de tu tiempo Mantener a tu perro o gato comportará algunos gastos y es importante que hagas una estimación del coste para que no te lleves ninguna sorpresa. En general, habrá que tener en cuenta la alimentación, la visita anual de control veterinario, las vacunas, los tratamientos antiparasitarios y, posiblemente, los gastos de peluquería. Es difícil hacer una estimación que se aplique a todo los animales, pero, en cuanto a gastos de alimentación, podríamos estar hablando de 1 euro al día para mantener a un perro y de 0,5 euros para un gato. Y en cuanto a gastos sanitarios, podríamos estar hablando de un mínimo de 25€ mensuales. Claramente, el tamaño, la edad, las características físicas y la salud son todos factores que pueden influir sobre esta estimación. Además, el primer año suele haber algunos gastos más, entre el coste de adopción o compra, las primeras vacunas, la identificación mediante microchip, el censo, la esterilización y la compra de los accesorios (perros y gatos: comedero, bebedero, transportín, juguetes, cepillo, camita; perros: collar o arnés y correa, seguro de responsabilidad civil obligatorio para perros potencialmente peligrosos; gatos: rascador, árboles para gatos, bandeja). El espacio Tu animal necesita un espacio adecuado a sus necesidades. Sin embargo esto no quiere decir “animal grande = espacio grande” y “animal pequeño = espacio pequeño”. Hay muchos factores a tener en cuenta empezando por si quieres adoptar un perro o un gato. Si tu elección es un perro, lo más importante es si (y durante cuánto tiempo) tendrá acceso a los espacios compartidos con la familia y es que él querrá estar junto a ti la mayor parte del tiempo. Una vez satisfecha su necesidad de compañía, el tamaño del espacio cuenta menos y depende sobre todo de su nivel de actividad. Piensa que un perro grande y poco activo puede adaptarse sin problemas a vivir en un espacio pequeño, así como podría hacerlo un perro más activo al que le dejes hacer mucha actividad fuera de casa. Si tu elección es un gato, habrá que cambiar la manera de ver el espacio: a lo mejor tienes un espacio muy pequeño a disposición pero si hay bastantes escondites y superficies para subirse y se pueden crear zonas separadas para comer, descansar, jugar y hacer las necesidades, podría ser su lugar perfecto. Si estás pensando en tener más de un animal, mejor pedir la opinión de un profesional que puede ayudarte a valorar si el espacio es adecuado y aconsejarte sobre cómo gestionarlo para que haya armonía en casa. Pasar tiempo con amigos siempre es buena idea, ¿verdad?. Con tu perro o gato es lo mismo. Cuidar de él requiere dedicar parte de tu tiempo a jugar con él, hacerle mimos, educarle y también tiempo para mantenerle limpio y en buen estado de salud. No es cuestión de 5 minutos al día y, dependiendo de sus características, algunos animales necesitan incluso más cuidados que otros: hay quien necesita una sesión diaria de cepillado, quien requiere tiempo cada día para hacer actividad física intensa, etc. Recuerda que dedicarle tiempo para satisfacer sus necesidades ayudará a mantenerlo en buena salud física y mental y fortalecerá vuestro vínculo. ¿Salimos? A tu perro le encanta el aire libre y necesita salir a pasear. Aunque dispongáis de espacio en casa e incluso tengáis un jardín, los paseos se convierten en fuente de estimulación mental y de interacción social para el perro. Por eso son tan importantes para tener un perro feliz, equilibrado y con salud. Lo habitual es hacerlo dos o tres veces al día así que piensa si puedes ser tú quien salga a pasear con él siempre y en caso de que no puedas, quién lo haría en tu lugar. En general, un perro necesita un mínimo de 1 hora de paseo diaria. De todas formas, las necesidades del tiempo de ejercicio y paseo pueden variar según las características del perro (edad, morfología, temperamento). Si tienes dudas de lo que le conviene a tu perro, consulta con tu veterinario, que sabrá aconsejarte sobre las necesidades individuales de tu perro. En el caso del gato, sacarlos a pasear no es adecuado, ya que sería una fuente de estrés. De todas formas, el gato también necesita estimulación mental a través de lo que le ofrezca el entorno. Si tu gato tiene la opción de entrar y salir de casa, será muy enriquecedor para él, pero debes recordar que ha de estar bien identificado, para evitar que se extravíe. Si, en cambio, tu gato no tiene nunca acceso al exterior, debes intentar proporcionarle mucho entretenimiento y estimulación en casa para que pueda tener una buena calidad de vida. Su educación Sentirás que él te cuida a ti y tú a él. Compartir tu vida con un perro o gato implica una responsabilidad con él pero también con el resto de ciudadanos: el civismo es la clave de la buena convivencia. La tenencia responsable asegura una buena calidad de vida para tu animal de compañía y una aceptación de la presencia de animales en la comunidad. La responsabilidad con respecto al animal de compañía significa: · Educarlo para que se comporte adecuadamente con las personas y en sociedad. · Identificarlo para evitar que se extravíe. · Mantenerlo en perfecto estado de vacunación y desparasitación. · Recoger sus excrementos siempre. · Esterilizarlo para evitar la reproducción no deseada e incontrolada y ciertos comportamientos que pueden ser molestos, como el marcaje en gatos. Recuerda que la responsabilidad es a largo plazo, es decir, tu animal de compañía pasará toda su vida contigo y hablamos de un compromiso de más de 10 años, en los cuales deberás asumir las responsabilidades asociadas a su tenencia. Como pasa con los niños, la educación es clave. Aprovecha el momento en que se incorpore a tu vida (tanto si es cachorro como si ya es adulto) para hacer una buena adaptación en la que se establezcan los hábitos y reglas del juego. Una buena educación fortalecerá vuestro vínculo, mejorará su comportamiento y prevendrá futuros problemas de conducta y/o de convivencia. Tanto perros como gatos son capaces de aprender desde cachorros. Por eso, cuanto antes empecéis con su educación, mucho mejor. Igualmente, se puede educar a cualquier animal de cualquier edad, sólo hay que tener paciencia y utilizar la estrategia más adecuada. Hay que tener en cuenta que se ha demostrado que la manera más eficiente de educar a un animal de compañía es premiando por lo que haga bien y no castigándolo. Otro punto importante que hay que recordar en cuanto a la educación de un perro o gato es que debemos ser consistentes con lo que le enseñamos, es decir, que todos debemos actuar de la misma manera y toda la familia ha de haber consensuado las normas en casa. Por ejemplo, si decidimos que el animal no debe subir al sofá, nadie de la familia debe permitirlo, porque entonces confundiríamos al animal. En compañía A los perros y gatos los llamamos animales de compañía, porque somos nosotros los que nos beneficiamos de su presencia. Socializar a nuestro animal con personas es esencial para su correcto desarrollo y para asegurar una adecuada futura convivencia en familia. Pero hay que tener en cuenta que los perros también necesitan de nuestra compañía y de la de otros perros. El perro es un animal social y para él es fundamental interactuar con otros individuos, sean de su misma especie o no. Por ello, debes tener en cuenta que un perro no puede pasar muchas horas solo. A veces tener más de un perro puede ser la solución para que no les falte compañía, pero entonces hay que buscar el compañero ideal que sea compatible. Los gatos, en cambio, son más independientes y no requieren tanta compañía. Pueden estar solos más tiempo que los perros, aunque sí es cierto que nuestra presencia les supone una fuente de entretenimiento y estimulación. Si nuestro gato va a estar mucho tiempo solo, hay que recordar que debemos dejarle algo para que se entretenga. Hay que recordar que los gatos, al ser animales más solitarios, no siempre se adaptan bien a la incorporación de otro gato en casa. Por ello, es aconsejable consultar a un profesional que nos ayude a la introducción de más de un gato en casa. Tu perro o gato se convertirá en tu mejor amigo pero ten en cuenta que es un animal y que no siempre actuará como te esperas… Vas a compartir muchas experiencias durante un largo período de tu vida con tu animal de compañía. En ese tiempo muchos cambios pueden darse en tu vida y, por tanto, en la suya. Y también puede ocurrir algo que le afecte especialmente, como una enfermedad o un trauma. Por tanto, piensa en que él necesitará su tiempo de adaptación siempre que surja algún acontecimiento en su vida, como la llegada de un bebé a casa o un cambio de domicilio. Ten paciencia y piensa que cuanto más tiempo paséis juntos más fuerte será vuestro vínculo. Y si después de todo tienes problemas con su comportamiento, hay profesionales como los veterinarios, los etólogos o los educadores caninos que te podrán ayudar.
© Copyright 2024