XXIII C ON G R E S O N A C I O N A L AMH DE H I D R Á U LI C A PUERTO VALLARTA, JALISCO, MÉXICO, OCTUBRE 2014 AMH EFECTO DE LA BERMA EN EL SISTEMA PLAYA-DUNA EN CONDICIONES DE TORMENTA Odériz Martínez Itxaso1, Mendoza Baldwin Edgar G.1, Martínez María Luisa1 y Silva Casarín Rodolfo2 1 Instituto de Ingeniería, Universidad Nacional Autónoma de México. Circuito Escolar S/N, Edificio 5, Ciudad Universitaria, Del. Coyoacán, México D.F., México. C.P. 04510 2 Instituto de Ecología A.C. Carretera Antigua a Coatepec No. 351, El Haya, Xalapa, Veracruz, México. C.P. 91073 [email protected], [email protected], [email protected], [email protected] Introducción El perfil playa-duna responde a distintas condiciones hidrodinámicas adaptándose para ser más eficiente en la disipación de energía del oleaje, esto aumenta su resiliencia dándoles capacidad de auto-regeneración. Uno de los papeles fundamentales de las dunas son la protección ante inundación por agua procedente del mar debida a huracanes, tormentas o maremotos. Dicha función queda ejemplificada por casos como el del tsunami que azotó las costas del sureste asiático en 2004, el cual provocó cotas de inundación mayores donde no había duna (Danielsen, y otros, 2005). Otro ejemplo significativo es Cancún, con el desarrollo turístico se eliminó la duna, que tuvo su primer gran evento natural por el huracán Gilberto y desde entonces la playa tiene una baja resiliencia con poca capacidad de auto-regeneración (Diez, Esteban, & Paz, 2009). Los modelos físicos son parte importante del entendimiento de los procesos a los que las respuestas de las playas están sometidas. En la literatura podemos encontrar varios modelos 1D en los que se estudia el comportamiento de la duna, entre ellos cabe destacar el trabajo de (Vellinga, 1986), Delft Hidraulics (1982a, 1982b, 1987, 2004, 2006, 2007) y (van Gent, van Thiel de Vries, Coeveld, de Vroeg, & van de Graaff, 2008). (van Thiel de Bries, van Gent, Walstra, & Reniers, 2008), y (Kraus & Smith, 1994) estudiaron el regímenes de colapso. (Overton, Pratikto, Lu, & Fisher, 1994) estudió las fuerzas inducidas por el swash dependiendo del tamaño de grano y de la densidad de la duna. (Kobayashi, Tega, & Hancock, Wave reflection and overwash of dunes, 1996) estudió la reflexión overttoping y overwash de las dunas y compararon sus resultados con las expresiones que se utilizan para diseño de estructuras. Por otro lado (Kobayashi, Buck, Payo, & Johnson, 2009) evaluaron los efectos de la geometría de la berma en la variación temporal de la berma y la duna por erosión. Tomasicchio et al. (2011) presentaron ensayos realizados para 3 modos de erosión descritos por (Sallenger, 2000). De los modelos físicos de interacción playa-duna se obtienen datos valiosos, tanto para la comprensión de la interacción de estos sistemas con las oscilaciones del mar, como para validar modelos morfológicos que ofrezcan una rápida respuesta en la planeación de actuaciones a corto, medio y largo plazo. Por tanto, se diseñó y probó un modelo experimental que aporta datos morfodinámicos del funcionamiento perfil playa-duna. Se realizó una campaña de experimentos en el canal de oleaje en el laboratorio del Grupo de Ingeniería de Costas y Puertos del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (II-UNAM), analizando 2 perfiles iniciales, con berma y sin berma, y se estudió la respuesta hidrodinámica y morfológica; también se presenta una relación de las modos de erosión en la duna observados, con las clasificaciones que hacen (Sallenger, 2000). Descripción del modelo físico y programa de pruebas Los ensayos fueron realizados en el II-UNAM, en un canal de 0.80 m de ancho, 1.20 m de alto y una longitud de 37.0 m, de la cual se utilizaron 29.10 m. El modelo, de escala 1:20, fue dividido en los últimos 8.0 m con acrílico y así se simularon dos perfiles simultáneamente. En una parte se construyó un modelo de playa con berma, identificado como A, y en la otra uno sin berma, referido como B. El perfil A, Ilustración 1, está constituido por una duna de 0.219 m de altura y una anchura en la base de 0.77 m, la pendiente en la cara expuesta es de 26° y la cara protegida de 32°. Tiene una berma horizontal de 0.35 m longitud, desde ahí la pendiente media de la playa es de 8° hasta el metro 23.10, donde la pendiente media es de 1° hasta llegar al fondo del canal. El área de playa y duna a partir del nivel medio de agua es de 0.104 m2. La duna del perfil B, Ilustración 1, tiene una altura de 0.2 m con una anchura en la base de 1.23 m, la pendiente de lado expuesto de la duna es de 9° y la de la cara protegida es de 20°. La pendiente de la playa es de 5° desde el pie de la duna hasta el metro 23.0, de ahí hasta tocar el fondo del canal la pendiente media es de 1°. El área de playa y duna a partir del nivel medio de agua es de 0.169 m 2. Ambos perfiles se prolongan, desde el pie de la cara protegida de la duna, hacia “tierra” con una superficie plana de medio metro aproximadamente, terminada en una pared impermeable, como se aprecia en las imágenes del modelo 1. XXIII C ON G R E S O N A C I O N A L AMH DE H I D R Á U LI C A PUERTO VALLARTA, JALISCO, MÉXICO, OCTUBRE 2014 AMH Ilustración 1. Esquema del modelo físico y la posición de los sensores UVP y WG. Perfil A (arriba) y Perfil B (abajo). Los ensayos se realizaron con oleaje irregular de espectro JONSWAP con g= 3.3, se utilizó el sistema de absorción activa para absorber las ondas reflejadas por el modelo experimental en la pala generadora del oleaje. El nivel medio de agua fue de 0.45 m que se aumentó hasta 0.5 m para simular sobre-elevación por marea de tormenta. En lo que respecta a la arena utilizada en los ensayos, tiene un D50 de 0.142 mm, con porcentaje de finos de 6.035 y con un coeficiente de uniformidad de 1.422. Se realizaron 6 ensayos resultado de la combinación de 3 tormentas, en 2 perfiles iniciales (con berma y sin berma). En la Tabla 1 se presenta el programa de ensayos. De ahora en adelante se referirá a los ensayos con la siguiente nomenclatura, la primera letra se refiere al perfil (A, B) las siguientes hacen referencia a las condiciones hidrodinámicas de las 3 tormentas (T1, T2, T3). Tabla 1. Casos simulados. Caso Perfil [ [ ] ] AT1 A AT2 (con berma) AT3 H T [ ] [ ] [ ] [ ] 1.118 900 0.3728 1.5652 900 0.4767 2.012 240 0.5158 1.118 900 0.3136 1.5652 900 0.4009 2.012 240 0.5009 0.5 0.1 0.15 BT1 B BT2 (sin berma) BT3 h 0.1 0.15 t (espectro JONSWAP) de Tp=1.0 s y Hs=0.05 m. La parte modificada del perfil se volvió a construir. En los ensayos se midió superficie libre con 11 sensores de nivel (WG), velocidades de perfiles con 6 sensores UVP-DUO (Ultrasound Velocity Profiler), perfiles finales con estación topográfica total (ETT) y filmaciones de video con cámara de alta velocidad y cámara de fotografía fija convencional. Los sensores, UVP 4, UVP 5, WG3, WG5, WG7, WG9, WG11, se utilizaron en el perfil A y los sensores UVP 2, UVP 3, UVP 6, WG2, WG4, WG6, WG8, WG10 en el perfil B, Ilustración 1. El sensor WG1 se colocó de testigo de oleaje incidente, los sensores WG3, WG5 y WG7 se colocaron para medir la reflexión en el perfil A al igual que los sensores WG2, WG4 y WG6 en el perfil B. Los sensores WG9 y WG8 se colocaron para medir la superficie libre antes de la zona de rompientes y los WG10 y WG11 para medir la lámina de agua en la zona de swash, respecto a los sensores de velocidad se colocaron para medir perfiles de velocidades en aguas profundas, intermedias y antes de la zona de rompientes. Análisis morfológico: Perfiles finales La construcción del modelo se realizó con la siguiente metodología: se construyó la duna con arena seca, antes de cada ensayo se saturó la arena con 3 min de oleaje irregular En la Ilustración 2 se presentan los perfiles finales obtenidos para cada caso, perfiles A y B. A continuación se expone una breve descripción del comportamiento de cada perfil. El modo de erosión en el perfil A (con berma) es colapso, se produce un escarpe en la cara expuesta de la duna y parte del sedimento se deposita a pie de ésta. La berma desaparece y se forma una pendiente homogénea entre la duna y la playa, en la playa sumergida se forma una barra. El transporte de sedimentos se produce de la duna a la playa y de la berma a la playa sumergida. En el caso AT3 se produce en primer lugar modo de erosión por colapso y finalmente overwash; es en AMH XXIII C ON G R E S O N A C I O N A L DE H I D R Á U LI C A PUERTO VALLARTA, JALISCO, MÉXICO, OCTUBRE 2014 este momento cuando se produce transporte de sedimentos hacia la parte trasera de la duna y se inicia la destrucción de la duna. En el perfil B (sin berma) el modo de erosión es swash, se produce erosión en la zona de lavado y en la cara expuesta de la duna. Parte del sedimento es transportado a la playa sumergida la playa de la duna y parte transportado fuera de la profundidad de cierre. En BT3 el modo de erosión empieza en swash con rebase y termina en overwash, se produce transporte de sedimentos detrás de la duna. En esta dirección para el caso BT3 el transporte de sedimentos es menor que en el perfil A, en consecuencia también el rebase. En BT3 la cara expuesta de la duna se erosiona menos que en las tormentas BT1 y BT2, lo que puede ser debido a que en este caso la lámina de agua con una pendiente homogénea disipa menos energía favoreciendo el rebase. AMH manera simplificada cuál ha sido la respuesta morfológica del perfil ante un evento climatológico. Con dichos parámetros no se puede evaluar la resiliencia de un perfil, mas sí la repercusión social, ambiental y económica. Los ya citados valores se representan en la Ilustración 3 frente al número de Iribarren, para cada caso. El número de Iribarren, ecuación 1, es un valor adimensional que relaciona las características hidrodinámicas del tren de ondas con la pendiente de la playa. (1) Donde m es la pendiente que resulta de unir los puntos con cotas iguales a la altura de ola significante por encima y por debajo del nivel del agua., Hs (m) es la altura de ola significante y Lp (m) la longitud de onda para el periodo pico. Ilustración 2. a) Perfiles finales de PA y PB. Tanto en el perfil A como en el perfil B tienden al mismo perfil final, se genera una pendiente aproximadamente de 9° y desparece el cambio de pendiente entre la playa y la duna, esto confirma lo que dice (van Gent, van Thiel de Vries, Coeveld, de Vroeg, & van de Graaff, 2008).y (Vellinga, 1986), el perfil final es independiente del inicial, siempre y cuando la tormenta dure el tiempo suficente. Respecto a la pendiente en el nivel de agua (van Gent, van Thiel de Vries, Coeveld, de Vroeg, & van de Graaff, 2008) dice que se suaviza cuando aumenta el periodo, pero esto no se ha apreciado en estos ensayos, prácticamente no ha habido variación en las pendientes para los distintos periodos. Detalladamente se presenta en la Ilustración 3, datos obtenidos de los perfiles finales (a) desplazamiento de la línea de costa, b) del pie de duna y c) erosión en la cara expuesta de la duna). Estos parámetros morfológicos nos permiten evaluar de Ilustración 3. a) Desplazamiento de la línea de costa, b) desplazamiento de la línea del pie de duna, c) área erosionada de la zona I. En la Ilustración 3, los símbolos en rojo hacen referencia al perfil A y los símbolos en azul al perfil B. En el caso del perfil A se gana playa seca salvo en AT3, y en el perfil B siempre hay retroceso de la línea de costa. En lo que respecta al pie de duna en el perfil A siempre hay avance, crece la base de la duna, sin embargo el pie de duna del perfil B siempre retrocede. AMH XXIII C ON G R E S O N A C I O N A L DE H I D R Á U LI C A PUERTO VALLARTA, JALISCO, MÉXICO, OCTUBRE 2014 En la cara expuesta de la duna para todos los casos hay erosión. Cabe destacar que en el perfil A la erosión es mayor conforme aumentan los números de Iribarren, a diferencia del perfil B donde el área erosionada va disminuyendo conforme aumenta el número de Iribarren. AMH casos AT1, BT1, AT3 y BT3 se corresponden a la onda corta. En cambio en los caso AT2 y BT2 (Ilustración 5b) los espectros son anchos y no presenta pico. Respecto a la altura de duna solo se modifica en los casos AT3 y BT3, siendo mayor la reducción en el perfil A que en el B. Como conclusión del comportamiento del perfil en lo que a los 3 parámetros morfológicos (retroceso de línea de costa, pie de duna y área de la cara expuesta) se produce erosión en la playa seca en el perfil B y acreción en el A, en cambio la erosión producida en la duna es mayor en el perfil A que en el B. Reflexión A continuación se presentan los coeficientes de reflexión que fueron calculados con el método (Mansard & Funke, 1980) modificado por (Baquerizo, 1995), para los cuales se utilizaron las mediciones de los sensores WG3, WG5, WG7 (Ilustración 1a) para el perfil A, y los sensores WG2, WG4, WG6 (Ilustración 1) para el perfil B. En la Ilustración 4 se representan los coeficientes de reflexión –eje y- frente al número de Iribarren –eje x- de cada caso. En el perfil B hay un aumento de coeficientes de reflexión conforme aumento los números de Iribarren, coincidiendo con otros trabajos como (Kobayashi, Tega, & Hancock, Wave reflection and overwash of dunes, 1996). Sin embargo, en el perfil A la tendencia presenta un punto de inflexión: para el caso AT3 se produce una disminución de Cr, lo cual tiene relación con la morfología, pues el perfil A sufre un gran cambio. Además de que parte de la energía es transmitida debido al rebase y overwash, cuando se produce overwash la energía que no es disipada se reparte entre transmisión y reflexión. Ilustración 4. Coeficientes de reflexión. A continuación se presentan los espectros de energía reflejada para cada caso, igualmente el color azul hacer referencia al perfil B y el rojo al A. En lo que respecta a la forma del espectro, ambos perfiles para las T1 (Ilustración 5a) y T3 (Ilustración 5c) presentan un pico en la frecuencia correspondiente a la frecuencia pico del tren de ondas incidente, 0.9-1.1 Hz en el perfil A y 0.5 Hz en el perfil B. Esto quiere decir que la energía reflejada en los Ilustración 5. Espectros de energía reflejada. En la Tabla 2 se presentan el momento de orden 0, ecuación 2, de cada espectro que representa la varianza de oscilación de la superficie libre, es una magnitud XXIII C ON G R E S O N A C I O N A L AMH DE H I D R Á U LI C A PUERTO VALLARTA, JALISCO, MÉXICO, OCTUBRE 2014 AMH proporcional a la energía por unidad de área del estado de mar. (2) Exactamente no coinciden con los coeficientes de reflexión, ya que estos se calculan con la frecuencia pico y m0 es el área de todo el espectro (todas las frecuencias). En el caso AT2 el C r es mayor que para el BT2, pero el total de de energía reflejada es mayor en AT2. Ese espectro es bastante ancho no siendo la energía correspondiente a la frecuencia pico el más representativo. Las condiciones hidrodinámicas de incidencia de AT2 son mayores que en AT1, pero no la energía reflejada, en T2 se refleja menos energía porque hay más disipación debido al cambio morfológico producido. Tabla 2. Momento de orden 0 de los espectros de energía reflejada. Tormenta Perfil A m0 Perfil B m0 ] T1 3.0813 2.2795 T2 3.0342 2.7093 T3 11.5841 14.4289 Perfiles de velocidades En este apartado se presentan los perfiles de velocidad obtenidos con sensores de UVP-DUO (Ultrasound Velocity Profiler), los sensores emiten rayos de luz láser que al chocar con las partículas de arena, el sistema de medición asume que la velocidad de las partículas es la del flujo. La profundidad máxima a la que se midió fue 298.96 mm cada 16 ms durante el tiempo correspondiente a 10 olas de periodo pico incidente. En la Ilustración 6 se presentan los perfiles de velocidad cuadrática media para cada sensor UVP, de izquierda a derecha el perfil A y B. Todos los perfiles presentan irregularidades debido a que es oleaje irregular. En ambos perfiles, A y B, se observa una evolución de los perfiles de velocidad en función de la posición de los sensores, características de aguas someras, intermedias y profundas. El perfil A en el sensor UVP1 presenta un punto de inflexión a una profundidad aproximada de 0.08, lo que significa un gradiente de presiones nulo y hay un flujo inverso al sentido de avance de la ola. El mismo comportamiento tiene en el sensor UVP4. El registro del sensor UVP6, correspondiente al perfil B, define que el flujo lleva el sentido de propagación en la dirección de la onda. En cambio el sensor UVP2 presenta flujos inversos para los casos BT2 y BT3, cabe remarcar que la profundidad medida es menor puesto que en esta parte es donde se formaba una barra. Ilustración 6. Perfiles de velocidades media cuadrática. En el siguiente gráfico (Ilustración 7) se presenta la velocidad media horizontal en el fondo medida con cada sensor del perfil frente al número de Iribarren, en el orden de los sensores UVP (3-4; 5-1; 6-2). La velocidad en las proximidades de la playa, sensores UVP (3-4) aumenta conforme aumenta los números de Iribarren y se producen velocidades mayores para el perfil A. Para T3, en el sensor la velocidad en el fondo es menor que en T2, como ya se ha dicho hay overwash y rebase, y esto favorece que el flujo de la corriente de resaca sea menor. Además, si la ola rompe antes de esto puede provocar que la velocidad sea menor. En lo sensores UVP (1-6). Las velocidades son mayores para el perfil B, lo cual justificaría que parte del sedimento queda fuera de la profundidad de cierre. XXIII C ON G R E S O N A C I O N A L AMH DE H I D R Á U LI C A PUERTO VALLARTA, JALISCO, MÉXICO, OCTUBRE 2014 AMH que, en caso de que la berma tenga unas dimensiones óptimas, será un buen protector, en cambio, sin dichas dimensiones puede ser más agresivo tener berma, igual que en el diseño de diques con berma. En este trabajo se quería analizar la erosión en la duna de manera que se eligieron las dimensiones de la berma para que esto ocurriera. Los modos de erosión son colapso, swash, y overwash. El modo colapso erosiona más la duna que el swash, pero este último erosiona más la playa. Esto habrá que tenerlo en cuenta en el diseño de playas, dependiendo del uso que tenga la playa, como zona recreativa o como protección de infraestructuras. En lo que respecta al transporte de sedimentos, el perfil B es menos eficiente, puesto que parte del material queda fuera de la profundidad de cierre. Esto implica que oleaje en régimen medio no va a ser capaz de transportar este material de vuelta a la playa, se pierde material, haciendo del perfil B un perfil menos resiliente. En el perfil A se produce mayor erosión en la duna y hay acreción en la playa seca. En el perfil B se produce erosión en la playa seca y es menor la erosión en la duna. En relación al volumen erosionado en la cara expuesta de la duna, con las condiciones hidrodinámicas es mayor cuanto mayor es el periodo en los casos del perfil A, donde se produce erosión en colapso de acuerdo con (van Gent, et al., 2008). No siendo así en el perfil B, donde el modo de erosión es swash. La interacción de la playa y duna se produjo con la desaparición del cambio de pendiente entre la playa y la duna quedando una pendiente homogénea. Los perfiles finales de A y B son muy similares presentando pendientes iguales en la zoan de swash, esto coincide con lo que dice (van Gent, et al., 2008) y (Vellinga, 1986), el perfil final es independietne del inicial, siempre y cuando la tormenta dure el tiempo suficente. El modo swash refleja más energía que el colapso principalmente porque este último disipa mayor energía debido a los cambios morfológicos. El rebase y overwash reducen la reflexión. Ilustración 7. Velocidad media horizontal en el fondo. Las velocidades en el fondo en el sensor UVP (5-2) aumentan conforme aumentan el número de Iribarren, como era de esperar. Conclusiones Lo que se ha presentado son los resultados de perfiles finales, coeficientes de reflexión, espectros de energía reflejada, perfiles de velocidades y velocidades en el fondo. Con ellos se puede analizar de manera comparativa el comportamiento de ambos perfiles, con y sin berma. Es importante recalcar que los perfiles iniciales tienen distinto volumen de arena (siendo mayor el perfil B) en lo que se considera la playa y la duna, esto impide realizar un análisis comparativo cuantitativo, pero si podemos hacer un análisis cualitativo. Cabe destacar que en el perfil A, antes de elegir el perfil definitivo, se hicieron ensayos prueba con bermas más largas y con distintas elevaciones, en los que se observó que se producía transporte de sedimento de la berma a pie de duna sin llegar a producir erosión, sino acreción. Demostrándose En lo que respecta a las velocidades en el fondo tienden a aumentar conforme aumenta el número de Iribarren, siendo mayores en el perfil B en la mayoría de los casos. Referencias BAQUERIZO, A. Reflexión del Oleaje en Playas. Métodos de Evaluación y de Predicción. Tesis Doctoral. Universidad de Cantabria, Santander,1995, 180 pp. DANIELSEN, F., SORENSEN, M., OLWIN, M., SELVAM, V., PARISH, F., BURGESS, N., Y OTROS. (2005). 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