Palabras del Arq. Luis Antonio Chiu Miranda

Palabras del Arq. Luis Antonio Chiu Miranda (Arquitectura, gen. ´89),
Medallista Generación Anáhuac 2015
17 de noviembre de 2015
Auditorio de Rectoría
Quiero dar las gracias.
En primer lugar a Dios que me ha permitido llegar hasta este momento,
Al Rector y al Consejo de la Universidad por este reconocimiento,
A mi Padre por su esfuerzo y haberme dado la oportunidad de estudiar,
A mi Madre por su amor y disciplina,
A la Familia por estar siempre,
A mis amigos por su ayuda e impulso,
A mi esposa por su paciencia y sus consejos,
A mis hijas por su amor incondicional,
A todos ustedes que están presentes en este momento tan especial de mi vida.
Recibo con mucha ilusión este reconocimiento, por su significado, muchas
gracias.
Ustedes perdonarán pero no estoy acostumbrado a hacer esto.
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Quisiera platicarles un poco de historia, hace más de 30 años comenzó el
sueño de un muchacho pueblerino, yo, que venía a estudiar a esta gran
Universidad en México. Se imaginan la gran ilusión que era venir a México a
estudiar, y que como algunos de ustedes empezaba esta gran aventura
becado, decidí estudiar Arquitectura, las clases se daban en los gallineros en
ese entonces, para llegar a la Escuela tomaba tres camiones, el primero a las 5
de la mañana, y así fue durante toda la carrera.
Saben, esa beca sólo duro un año, uf, reprobé una materia, a esa edad no
aprecié la gran oportunidad que se me había dado, tenía dos opciones: pasar
la vergüenza ante mis padres de decirles que había perdido la beca o ponerme
a trabajar para pagarme la escuela, escogí lo segundo, eso me llevó a estudiar
y trabajar al mismo tiempo, sin embargo, jamás olvide que fue la oportunidad
de estudiar becado lo que me trajo a esta Universidad.
El estar becado es una gran responsabilidad con la Universidad, con la familia,
pero sobre todo con uno mismo, y es esa responsabilidad y oportunidad la que
nos trae aquí este día, yo soy el ejemplo de una oportunidad al iniciar becado
mi carrera universitaria, de que el inicio de la vida profesional se da desde el
momento mismo que entramos a la Universidad, y son nuestras decisiones las
que nos van formando, nos forman en lo profesional y en lo personal, y es ahí
donde debemos de entender que debemos ser solidarios con los que no tienen
la oportunidad y los recursos para estudiar en esta gran casa de estudios.
Les quiero decir algo, saben, siempre se piensa que para donar se tiene que
hacer en grandes cantidades, no, estamos equivocados, pensamos qué van a
decir si dono tan poco, no importa, debemos despertar en nosotros ese
espíritu, esa solidaridad, podemos hacerlo con cualquier cantidad, la que sea,
vean a los americanos, los chavos, donan uno, cinco, veinte dólares y no les da
pena ¿por qué? porque ellos tiene ese espíritu, esa cultura, y eso es lo que
debe cambiar en nosotros, la cultura de la donación, al empezar con lo que sea
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nos daremos cuenta con el tiempo que cada vez daremos más y nos pesará
menos, eso es lo que tenemos que hacer.
Es nuestro deber como personas y ciudadanos, desde donde estemos, no
importa el rango ni lo poco o mucho que tengamos, siempre tenemos algo que
dar a los demás. Debemos compartir y ser generosos con todos y, en especial,
con quienes lo necesitan.
La solidaridad es algo que debe generar en nosotros un compromiso.
Quisiera terminar con una frase de Séneca que decía “es tan grande el placer
que se experimenta al encontrar un hombre agradecido que vale la pena
arriesgarse a no ser un ingrato”.
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