Isaías 5. Parabola de la Viña.

Isaías 5: Parábola de la viña
Isaías 5:1 Ahora cantaré por mi amado el cantar de mí amado a su viña. Tenía mi
amado una viña en una ladera fértil. [b]
Este bello «cántico de la viña» es un ejemplo del sublime estilo poético de Isaías,
altamente apreciado por la literatura mundial. En esta alegoría, mi amado
representa a Jehová, y la viña a Israel y a Judá.
La lección de la viña muestra que la nación escogida por Dios debía dar fruto para
llevar a cabo su obra, para defender la justicia. Produjo fruto, pero este fue ácido y
malo. Este pasaje utiliza un juego de palabras: las palabras hebreas que se traducen
juicio y vileza suenan muy parecidas, así como las empleadas para justicia y clamor.
Jesús dijo: «Por sus frutos los conoceréis». ¿Ha examinado últimamente su propio
«fruto»? ¿Es dulce o ácido?
Isaías 5:2 La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había
edificado en medio de ella una torre y había hecho también en ella un lagar; y
esperaba que diera uvas buenas, pero dio uvas silvestres.
Vides escogidas: Dios esperaba que Israel y Judá fuesen un pueblo obediente,
santo y dispuesto a dar testimonio de su fe.
Isaías 5:3 Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad[c] entre mí
y mi viña.
Uvas silvestres: La gente produjo frutos de engaño, injusticia e idolatría, en lugar de
dar testimonio a las naciones vecinas; y ello a pesar del amor y las bendiciones
recibidas de Dios.
Isaías 5:4 ¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella?
¿Cómo, esperando yo que diera uvas buenas, ha dado uvas silvestres?
Isaías 5:5 Os mostraré, pues, ahora lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado
y será consumida; derribaré su cerca y será pisoteada. Y será hollada: El juicio de
Dios permitirá a los invasores paganos hollar la fértil tierra prometida a su pueblo.
Israel cayó ante Asiria en el 721 a.C.; Judá cayó ante Babilonia en el 586 a.C.
Isaías 5:6 Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo
y los espinos; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella.
Isaías 5:7 Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los
hombres de Judá, planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y hubo vileza; justicia, y
hubo clamor. [d]
Juicio. . . vileza. . . justicia. . . clamor: Este es un juego de palabras en hebreo que
riman entre sí.
Isaías 5:8
Ayes sobre los malvados[e]
¡Ay de los que juntan casa a casa y añaden hacienda a hacienda hasta ocuparlo
todo! [f] ¿Habitaréis vosotros solos en medio de la tierra?
En estos versículos la interjección ¡Ay! se pronuncia seis veces, con un tono
fúnebre, en relación con Israel y Judá. Se especifican sus pecados: codicia y auto
indulgencia;
embriaguez
agresiva;
vanidad
desafiante;
perversión
moral;
presunción; perversión de la justicia. Como resultado de estas cosas, Dios llamará
a un país vecino que invadirá, devastará y llevará al pueblo cautivo.
En esta sección, Dios condena seis pecados:
(1) explotar a otros
(2) embriaguez
(3) pecar con orgullo y sarcasmo
(4) confundir las normas morales
(5) presunción y
(6) pervertir la justicia.
Debido a estos pecados, Dios castigó a Israel con destrucción mediante Asiria. Un
destino similar le esperaba a Judá si no se volvía de sus pecados.
Isaías 5:9 Ha llegado a mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos, que las
muchas casas han de quedar soladas, sin morador las grandes y hermosas.
Isaías 5:10 Y diez yugadas de viña producirán un bato, y un homer de semilla
producirá un efa.
Isaías 5:11 ¡Ay de los que se levantan de mañana para correr tras el licor, y así
siguen hasta la noche, [g] hasta que el vino los enciende!
Estos hombres pasaban muchas horas bebiendo y festejando, pero Isaías predijo
que muchos a la larga morirían de hambre y de sed. Es irónico, pero nuestros
placeres, si no tienen la bendición de Dios, pueden destruirnos a la larga. Dejar a
Dios fuera de nuestras vidas permite que el pecado entre en ellas. Dios quiere que
disfrutemos de la vida (1Ti_6:17), pero que evitemos esas actividades que nos
pueden apartar de Él.
Isaías 5:12 En sus banquetes hay arpas, vihuelas, tamboriles, flautas y vino, pero
no miran la obra de Jehová, ni consideran la obra de sus manos.
Isaías 5:13 Por tanto, mi pueblo es llevado cautivo, porque no tiene conocimiento,
sus nobles se mueren de hambre y la multitud está seca de sed.
Los héroes de la nación, «su gloria», sufrirían la misma humillación que la gente
común. ¿Por qué? Porque vivieron de acuerdo a sus propios valores y no según los
de Dios. A muchos de los héroes actuales de los medios de comunicación y
deportivos los idolatran debido a su capacidad para vivir según les place. ¿Son sus
héroes los que desafían a Dios o los que desafían al mundo para servir a Dios?
Isaías 5:14 Por eso ensanchó su interior el seol y sin medida extendió su boca; y
allá descenderá la gloria de ellos y su multitud, su fausto y el que en él se regocijaba.
Isaías 5:15 El hombre será humillado, el varón será abatido, y humillados serán los
ojos de los altivos.
Isaías 5:16 Pero Jehová de los ejércitos será exaltado en juicio; el Dios Santo será
santificado con justicia.
Isaías 5:17 Los corderos serán apacentados[h] según su costumbre, y los
extranjeros devorarán los campos desolados de los ricos. [i]
Isaías 5:18 ¡Ay de los que traen la iniquidad con cuerdas de vanidad y el pecado
como con coyundas de carreta!,
Los gobernantes de Israel y Judá estaban tan identificados con el pecado, que lo
arrastraban consigo a donde quiera que iban.
Hay personas que arrastran sus pecados junto con ellas. Algunas lo hacen con
orgullo, pero para otras sus pecados se han vuelto una carga que los aplasta. ¿Está
usted arrastrando pecados a montones que se niega a abandonar? Antes de que
se vea acabado e inútil, vuélvase al Único que promete quitarle la carga de pecado
y reemplazarla con un propósito para la vida que es un gozo cumplir.
Isaías 5:19 los cuales dicen: «¡Venga ya, apresúrese su obra y veamos! ¡Acérquese
y venga el consejo del Santo de Israel, para que lo sepamos!».
Isaías 5:20 ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno y a lo bueno malo; que hacen de
la luz tinieblas y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce y lo dulce por
amargo!
Cuando la gente no observa con cuidado la distinción entre el bien y el mal, pronto
sobreviene la destrucción. Es muy fácil decir: «Nadie puede decidir por otro lo que
es bueno o malo». Pueden pensar que emborracharse no es dañino, que las
relaciones extramaritales no son malas o que el dinero no los controla de verdad.
Pero cuando damos excusas por nuestras acciones, quebrantamos la diferencia
entre el bien y el mal. Si no tomamos la Palabra de Dios, la Biblia, como nuestra
regla, pronto todas las alternativas morales de la vida parecerán confusas. Sin Dios,
vamos directo al fracaso y a mucho sufrimiento.
Isaías 5:21 ¡Ay de los que son sabios ante sus propios ojos, de los que son
prudentes delante de sí mismos!
Isaías 5:22 ¡Ay de los que son valientes para beber vino y hombres fuertes para
mezclar bebidas;
Isaías 5:23 los que por soborno declaran justo al culpable, y al justo le quitan su
derecho! [j]
Isaías 5:24 Por tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo y la llama devora
la paja, así será su raíz como podredumbre y su flor se desvanecerá como polvo,
porque desecharon la ley de Jehová de los ejércitos y abominaron la palabra del
Santo de Israel.
El pueblo sufrió debido a que rechazó la ley de Dios. Es muy triste ver que tanta
gente en la actualidad anda en busca de significado en la vida mientras que echan
a un lado la Palabra de Dios. Podemos evitar cometer el error de Israel y de Judá al
hacer que la lectura de la Biblia ocupe un alto lugar en nuestra vida.
Isaías 5:25 Por esta causa se encendió el furor de Jehová contra su pueblo, y
extendió contra él su mano y lo hirió; y se estremecieron los montes y sus cadáveres
fueron arrojados en medio de las calles. Con todo esto no ha cesado su furor, sino
que todavía su mano está extendida. [k]
Isaías 5:26 Alzará pendón a naciones lejanas[l] y silbará al que está en el extremo
de la tierra; y he aquí que vendrá pronto, a toda prisa.
Este pasaje describe lo que Dios haría si el pueblo lo desobedeciera. Asiria
comenzó a atormentar a Israel durante el reinado de Acaz (735-715 a.C). Este fuerte
agresor destruyó el reino del norte en 722 a.C. y dispersó al pueblo en todo su
imperio. El pecado tiene sus consecuencias. Si a lo mejor no son inmediatas,
vendrán de todas maneras.
Isaías 5:27 No habrá entre ellos nadie cansado, ni quien tropiece; ninguno se
dormirá ni dormitará; a ninguno se le desatará el cinturón de su cintura, ni se le
romperá la correa de sus sandalias.
Isaías 5:28 Sus saetas estarán afiladas y todos sus arcos entesados; los cascos de
sus caballos serán como de pedernal, y las ruedas de sus carros, como un
torbellino.
Isaías 5:29 Su rugido será como de león; rugirá a manera de leoncillo, crujirá los
dientes y arrebatará la presa; se la llevará con seguridad y nadie se la quitará.
Isaías 5:30 Y bramará sobre él en aquel día como bramido del mar; entonces mirará
hacia la tierra, y he aquí tinieblas de tribulación, y en sus cielos se oscurecerá la luz.
Tras la gloriosa visión de una nueva manifestación de la nube de fuego y llamarada
del Éxodo sobre Sion, Isaías vuelve a la realidad, la amarga realidad presente, con
la cual se confronta a diario por el hecho de vivir en medio de su pueblo. Descubre
a Israel mediante la parábola de la viña, a la cual introduce llamándola canción, lo
que nos sugiere que pueda tratarse de alguna paráfrasis libre hecha por él de una
canción en boga en su tiempo.
La parábola canción es muy semejante a la de los labradores malvados en Mateo
21:33, Marcos 12:1 y Lucas 20:9, puesto que en todos estos casos la viña simboliza
al pueblo de Israel. Bien podemos decir que la parábola en los Evangelios se inspira
en la de Isaías. En Isaías, es la viña la que decepcionó; en los Evangelios fueron
los labradores malvados, los dirigentes del pueblo. Inclusive la pregunta retórica de
Isaías 5:3-4, y su respuesta en el versículo 5 es similar a la de Mateo 21:40, Marcos
12:9 y Lucas 20:15. Pero a diferencia de la parábola en los Evangelios, el final en
Isaías, el triste final, es el abandono de la viña por parte de Jehová y su consiguiente
destrucción.
Isaías termina esta sección dándonos la interpretación de la parábola: Ciertamente
la viña de Jehová de los Ejércitos es la casa de Israel… Y las uvas silvestres, es
decir, malas, que dio la viña, son los frutos de vileza y de clamor que produjo, en
lugar del derecho y la justicia que Dios esperaba de su pueblo.
¿Cómo aplicamos la parábola de la viña del Señor a la vida de la iglesia
contemporánea?
En el pensamiento del profeta es el pueblo de Israel; en el pensamiento neo
testamentario es la iglesia; y así como Dios esperaba de su pueblo derecho, justicia
y amor, de la misma manera el Señor espera que su pueblo se comporte como tal,
como pueblo preferido.
Ayes de angustia
1. La avaricia
2. La adición
3. Las dudas
4. La falta de discernimiento moral
5. El orgullo
6. La injusticia (versículos 22, 23)
Ayes contra los explotadores
Esta sección es una ampliación homilética de la sección anterior, y mediante una
serie de seis párrafos que empiezan con la palabra “Ay” describe las acciones de
vileza y de clamor que el profeta ve en su pueblo. Y hay algunos investigadores que
creen que también hay un séptimo “Ay”, que se halla en 10:1-4, fuera de su lugar,
que estaría aquí después del versículo 23. De ser así, los siete ayes de Jesús en
Mateo 23:13-29 también estarían inspirados en las diatribas del profeta Isaías.
Estos ayes confrontan a los ricos acaparadores que echan mano al recurso de la
confiscación de casas y campos; a los dirigentes indolentes y disolutos que no
quieren percatarse de que es Jehová realmente quien dirige la historia humana ni
del juicio del cautiverio que está a punto de venir; a los ateos temerarios y llenos de
vanidad filosófica y escepticismo, los cuales atraen hacia sí la iniquidad y el juicio
que conlleva, y retóricamente retan a Dios; a los moralistas que corrompen la moral;
a los que son sabios ante sus propios ojos (alude a los consejeros políticos; ver
versículo 21; compare con 28:9); y por último, a los poderosos dados a la
borrachera, que por soborno (sobre todo licor) pervierten la justicia.
Biografía del rey Uzías
Dos veces menciona Isaías el nombre del rey Uzías. La historia hebrea menciona a
este rey con el nombre de Azarías. Reinó entre los años 767-739 a. de J.C. y su
reinado marca una época de esplendor. Según la descripción bíblica el rey sufrió de
la enfermedad de la lepra, por castigo directo de Dios por penetrar en el Santuario
a quemar incienso en el altar de los perfumes. Quedando impuro legalmente tuvo
que confinarse en una cámara aislada. Su hijo Jotam gobernó como regente. Fue
el décimo rey de Judá, después del cisma y uno de los mejores que se sentaron en
el trono de David.
Dios castiga por medio del invasor
Algunos investigadores opinan que esta sección constituye el final de la sección 9:810:4. Hay tres razones para suponer esto:
(1) Las palabras A pesar de esto no ha cesado su furor y su mano todavía está
extendida lo identifican con el contenido de la sección indicada.
(2) La palabra hebrea lajén, con que empieza el versículo 24, y que introduce una
sentencia final tras una invectiva.
(3) La descripción detallada del ejército de la nación lejana que aparece en los
versículos 26-30, sirve como clímax a toda la sección que gradualmente apunta al
castigo final del reino de Israel.
Esto podría ser así, pero donde están, en el capítulo 5, también tienen perfecto
sentido. Empiezan con la palabra lajén, “por tanto”, que es típica de los profetas
para introducir la sentencia divina contra su pueblo pecador. Y justamente las
causales de la sentencia divina han sido expuestas en la sección anterior, en los
ayes.
En la presente sección se indica de una manera algo más clara en qué consistirá el
castigo de Dios contra su pueblo, porque han rechazado la ley de Jehová de los
Ejércitos y han despreciado la palabra del Santo de Israel.