.Ti..- ¿í’ * .-y. >5 -^-j4 .â iW ÿ -, .; í o o c .o o M '; ■ì : ■P* I'M h r ;- ' /- «ri- a?' ESTADO ACTUAL DE LA ESPAÑA. MURCIA: E a ^ a Imprenta del Exército» Año i8iq^ o A J 4 A U ■'I j a - ' J r-■ - f’Î Î ' ä « Ä : ß_ ADVERTENCIA DEL^ AUTOR. L a revolución a ctu a l nos v a condu ciendo insensiblem ente d g r a n d e s y muy im portantes m udanzas: ó la E spaña d ex a rd d e ex istir , o no sera n a d a d e lo que h a sido h a sta ahora. P u es que hem os v isto a rru in a rse enteram ente el a n tigu o edificio , p r ecis o es que sus ci' m ientos fu esen fa ls o s ó endebles, es d e c i r que el tiem po y la s 'vicisitudes hu m an a s los hubiesen d eteriora d o ó soca•vado en térm inos d e que y a se h i c i e sen inutiles. Todo ó c a s i todo debe ser fíue'vo s i buscam os lo bueno, lo ú t i l y lo sólid o, la dificu ltad esta en a cer ta r con ello. A sem ejante em presa la m as g lo rio sa p a r a el que la lo g r e , deben d ir ig ir se los conatos d e todo escritor. J a m a s la v ir tu d y la ilustración d e los p a rticu la res se ha hallado en el caso d e p o d er ser m as benejiciosa á la ca u sa píiblica. La lib erta d d e la im prenta a lla n a (odas la s dific-ultades p o r pa r^ t í d el g o h ern o . JEl que en esta s cir cu n sta n cia s calky ó ca rece d e talento 6 d e pa triotism o. H e creid o, p u es, que algu n as r e flex io n es sobre e l estado actual de la nación p o d ria n ser ú t ile s : coniñene co nocer los m ales p a r a cu rarlos. Se nece sita sa b er mucho y escrib ir fio p o co , p a r a m a n ifesta r com pletam ente el v e r d a d ero esta d o d e la nación: no es co sa ni d e quatro id ea s superjicialesy n i d e quatro b revisim a s lin ea s: hay ftitichos ram os d iferen tes en tre s í d e los que se debe t r a t a r , el m ilita r, e l político, e l c iv il, e l go b iern o , la s leyes &c. p id en hom bres profu n d os en ca d a uno d e ellos que los tra ten sep a ra d a m en te: y o solo doy id ea s gen era les, hablo fr a n ca m e n te p o r que p ien so con p u r e z a : p u ed o en ga ñ a rm e en la s ca u sa s ; p e r o los efecto s son públicos y m a n ifiesto s : m u eva se otro d ob serva r el m a l, ahonde la h erid a : trabajem os to dos , que alguno a c e r ta r á con la en fe r m e d a d y su cu ración: sá lv ese la pU' tr ia y sea quien sea el p rim ero á quien se d eb a su rem edio. E ST A D O ACTUAL DE la España. encimos en Baylen y esta victoria hubiera sido decisiva para nosotros, y para toda la E uropa, si hubiésemos sabido aprovecharnos de ella. N ada hici mos: sin duda creimos que Dupont era Bonaparte; que lui exército de 2o'3 hombres era el g r a n d e exereito del dés pota. Nos pareció que ya no habia franceses por que no los teniamos á la vista, sin considerar que aun no habían pasado los Pirineos, que estaban den tro de casa , que tenian las llaves, es decir las mejores fortalezas, que les entregara la traición y la perfidia. Nos abandonamos á una alegría indiscreta c intempestiva; quando de bimos redoblar el cuidado y la vigilan* cía nos adormecimos eu dañosa segu- ridad. En etiquetas y disputas de v a nidad é Ínteres, en fiestas y canciones, en estampas y papelillos fútiles casi todos, pasamos el tiempo que debíamos haber empleado perseguii^ al ene migo sin darle huelgo, en batirlo, en derrotarlo, en sacarlo de nuestro rei no , en tomar las fortalezas por arte, por fuerza, ó por sorpresa; en destruir tantas tropas que casi no igualasen á ellas las que el iÍ¡ano pudiese traer de nuevo ; en armarnos y disponernos en tales términos , con tal prontitud Y acierto que la Europa viese en no sotros á sus libertadores y acudiese á sostenernos en la Ud, segura y a del triunfo.■ )!: ¿ Como hubiera. podido resistir .el colósó; siendo acometido por tantos la dos? ¿sacaba tropa*? de la AlemaniaLel Enipe^-ador que y a le andaba amena zando, le echaba encima se;.su^ hlcbiiva -aquel p aís: si el ingles desembaí'caba en /iolpnda, también está antigua república. Aun no se habla veiiíkAdo la reunióíi de Brfurt y era posiblfi;jqiíe el Riiso sostübiese la/.caursa general.- La -experiencia ha.'ácnxtsr. trado quan blen[í:fimdadas: . sorrOcstas congeturas. 0 rri2¡n. En ftiñio :el ;eípa5ól..acaba dé.dás^ truir un -’tíxércitó rhvikado,- disperso, falto de tQd0 ,!;ericeti^ifc etttte montes^ en caver¡64s cómafisras. |Goiho fenderiájj»5 las -fortaleza^ s-itr£rapoy» 'Mtí los exércitos? acómatidias' tan reponti.*?: na y-, denodadamente t tailsrez3«e las-'hair iiaria'despeCKenidas'xií.Solveres-,-de. jn u “ nicioQé&,;d£:5gehte; h ’(^«'hubiese,-r ¿cóh que>;yíilor podría- rcsistm.á oinaumu-^ chedumbie orgullosa-iccsn-Ih vjtic«{ia¿ que vs^ •engrosaba á cada-instatrtft^’ -r4. quien la .resis£eaicii.\CBfiir«:ia:3t .Yicnaidos estoé obstadulos>v'iiivadi* d a la Francia* por^Ibi-iespa^les go J á insiirr¿cfí(m .!pgrfia^ r^ífcpde'r e a . eü¿, yi:«xtcn^«rse- rflpatíisimároenté: ¿comí> apagarlo.? Nouera^.asurito talía?¿jén-qiie ;un q iw so <fe; cotHredtoa á deicch'a ó iztjiiierda. decide dQ;.mia accix>h' y ;d¿‘Hm ii^^?riOí-refíi menest«r/ iutÍjar.oiCon. la .opjiwon y cQu-la epínicni aím ada*,-y'»stò és el f^nemigo mas temible dg'iíos . déspotas, V Castaños piídojier m i héroe. En el mismo instante de la victoria de Bayk n debió' seguir adelánte i no habla obstáculo alguno: hubiera llegado has ta las puertas M adrid. sin hallar un soldado-francés ! tt>da . la M anclia se hubiera alistado baxo sus vanderas; y lili esfército res'pstable', úna muche«Ixíliibre temible, en jSü furor, inundando W campos de /Madrid, dando nuevo áÍ36pto á:los.habjtailtes de aquella cor te que---aidian en sed de venganza, iiubieran dicho con su presencia cayó D u^ nt't ■no contéis con su brazo d e f i e r r o i ñ¿ eom 'a^ítííl.' terrib le cr ercito ^ue d fb ia a lla n a r kts .A n d a lu cid s , y ■ fpagar el f r e g o >de la g u e r r a ,' I Q ué hubiera srdo del R ey ’José de sü fantástica corte, de-isu-exéi>cito entorpecido en su marcha con üqiiel «nxsmbre de e^aííoles espurios, de passfinos franceses, de viejos, de mugeres y-de niños? ¡ Quan difícil retirada! p ó rp a ís '^enemigO', irritado,- -subieva’ áó : acosados! por los lados y por la es palda de un exército vencedor,, de una muchedumbre de paisanos enfurecidos: ¿como sostenerse en la larga travesia de 8o leguas? ¿En que estado hubie ran entrado aquellas tropas en Francia? <qué fuerzas hubieran podido dexar en las fortalezas? ¿qué seguridad h u bieran inspirado á la nación que trata ban y a solo de defender? C astalios, vuelvo á re p e tir, debió perseguir á- los'franceses sin detenerse ■un punto, sin dexar las armas de las manos hasta destruirlos. L a salud de da’ patria lo ex ígia: no h ay otra le y €n semejantes casos. ¿Q uál era la au toridad legítim a que entonces goberna* t a ? ' ¿á quien habia delegado Fernan do sus facultades? ¿quáles eran las de las Juntas? ¿quáles las de la de Se•viila? ¿quáles las del Consejo? ¿quien c i Soberano? ¿á quien debia obedecer u n general victorioso que tenia en su mano el acabar con el enemigo? quando esto huEiese hecho, con tanta ó mas razón que Scipion respondería á ios q ue Io quisiesen acusarle de no. haber obedecido, de haberse excedido en sus fa cultades: E spaña- triunfa', es lihrr. el orgu llo-fra n cés ha sido 'vencido, f i a mos á d a r 'gra cia s a l ultísim o y fid a im osle ñuevot triunfos. ;; ; ' Pero la Ju n ta de S ev illa afectaba cierto ayre ■de superioridad y cómo q,ue quería tamaríe un tonosde sóbeaaaía. Las de las demás pix>víiici4s disputar ban porrsu "indepeudenqia:. hicfeaban unas cóii fofias, y cási;-iios amenaza ban con tina guerra vtívál para com plemento de-nuestros m ilei«.Y en tan.^ to sus: individuos imitando' el orgiiUè de una jc o rtec u yas vanidades y- exr cesos debieron desaparecer, para siémip r e , se decoraban con'pomposos títu:.los, se -.engalanaban ; con runiformes y bandas como si pretendiceli rivalizar con los'satélites del tiraiio, se toma ban exórbitántes sueldos y caian en otros errores uo menos perjudiciales (a). ( a ) GVrío es qiu hicieron mucha bien las Ju n ta s, que algunas fu ero n in- II El Consejo publicaba manifiestos para ji^stificar una conducta, que por arre glada-que fuese no podia menos, aten dido lo delicado de las circunstancias, 'de ser algo cquíyoca. Unos á otros, se •acusaban. Cuesta disputaba con Valdés, con el C o n sejo co n Castaños; y estas desavenencias^ sobre poco decentes, eran m uy perjudiciales á la causa pybHca, -de la qual los que nos gobernaban pa•recian irse y a olvidando. 82 Se deseaba una reunión nacional: »muchos trabajaban para que se veri ficase, muchos mas para que no tuble•ífi efecto. ¡Q iwn buena ocasipn para cunas cortes! ¡quán útiles hubierjinjidoi L a mayor part«. de la Espáfia . fstaba rJibre de enemigo?, las el,eccjc^és se •hubieran podido-hacer con toda legar 4idad é igualdad. Xa representación -óacidnal.hubiera sido completa;-hubie^ -r ; --- Htgrai', p ero cáyetún otras en muy f o r •tales eussQS> Í ) tie s ta s en tcn d m cí ha^ ^*irr.y X2 ra reunido todas las facultades. Las Juntas fueron creadas en un instante de acaloramiento, las elecciones no pu dieron hacerse con la serenidad y madu rez que se requiere. Muchos fueron vocales solo por que se les antojó ser lo , ó por que se hallaron mas á ma no; y sin embargo de estas Ju n tas, y no del total de los ciudadanos, se sa caron los que componían la Central. Efecto natural de la propensión que to» dos los hombres tienen á perpetuarse en el mando, á hacerlo como una pro piedad. Esté siempre alerta el pueblo, no se duerma en quanto á sus intereses; porque al menor descuido el monar c a , los ministros, los empleados, los mismos diputados suyos, los que de qualqüier modo le representan, se ha rán sus perpetuos é indestructibles ti ranos. Empuña la Ju n ta las riendas del gobierno y siguiendo el mismo sistema de las particularesv se decora con títuios y honores j reúne en su mano to dos los poderes; se alexa del pueblo, aunque de él habia salido, aunque le debía su existencia y su soberanía, si es caso que le correspondía ; se encier ra en tenebrosos misterios; sigue en el fondo casi el mismo plan del gobier no antiguo j se coarta la libertad de la prensa , que nacía naturalmen te por los esfuerzos del pueblo; en fin el despotismo se convierte en aris tocracia ; á un soberano suceden treinta. Nuestros errores aprovechan mas al enemigo que sus propias fuerzas: no se duerme ni descuida, ni consulta, ni disputa, ni pierde el tiempo en combinar encontrados intereses. Tiene vistas con el emperador Alexandro, el único que podia contrariar sus planes; conviene con él en todo, porque nada piensa cum plir, y que solo quiere ga nar tiempo. Saca sus me ores tropas de la Alemania septentriona , las traslada rápidamente á nuestras fronteras > aun no se habian calmado nuestras intesti nas desavenencias, aun no se habían verificado las quiijtas en la provincia de Madrid y otras (a) ; y y a el francés como nn torrente impetuoso inundaba el A ragon, y las C astillas, y del Ebro ( a ) E scan d aliz a A oír que en les quatro m eses que M a d r id y su j}voxincia estubieron lib res y m hubo ba sta n te tiem po p a r a h a cer la s quintas. ¿ } íra esto traición ó descuido ? tra ició n es todo d eserv icio á ¡a p a tr ia . ¿ Tam poco hubo tiem po p a r a ev a cu a r ¡os im m ensos alm acenes d e la corte} ¿ p u r a que sirv iero n los donativos d e ¡os bue nos esp añoles "i p a r a enriquecer d ta n tos bribones que com ieron con todos ¡os a m o s , con M u ra t y con la Ju n ta . P a r a que los d efen sores d e la p a tr ia m u riesen d e ham bre y desn u d ez, y los fr a n c e s e s hallasen un buen rep u esto con que en ga la n a rse y rega la rse. \Infeliz, p u eb lo ! ¿ S erás siem pre v ictim a d e la a stu cia y d e la perfidia'i i s er á s siem p r e oprim ido, siem pre esclavizado^ ica n b a tirá s y no ca b rá s p o r que} i ser á s se denaniaha. hci&ta las orillas del Tajo; ni este ni las. áspeias gargantas de d esgra cia d o é ign o ra ra s Ja ca u sa d e tus d esgra cia s ^''i'üertcrás' tu sa n gre p o r la cw s e fx a m n d e 'los qué te g o biernan y no p o r la tu ya l i d a rá s h a sta la ultim a g o ta d e tu sudor y m sa b rá s nunca p a r a que, ni p o r qucy n i en que se in'vierte , ni como se in•vierte} TVo: y a te am aneció m as fe liz dia\ igu a les tuyos son los que te g o b ier ftan:'- ciudadanos fu ero n y ciudadanos ser á n : ni su ca rg o d e rep resen ta n tes tuyos les h a sacad o d e la cia se d e tales: se ha d ecla ra d o el - derech o que siem p r e tubiste, y que e l despotism o te qui ta b a , d e d ecir librem ente tu opinión: hab larás con libertad^ escrib irá s con la m ism a , y sa b rá s quienes te gobiern an y como te g o b iern a n ; y p o r m as que el vicio quiera fo r ta lecer se tú le d errib a rá s, p o r m as que quiera enm ascararse^ tu sa b rá s hactrU ^ p a r fu d m toda su dfsnudfz* Sierra Morena hnbicrán sido un. d i que capaz de contener á Bonaparte si los ingleses por una diestra evolu ción no le hubiesen llamado por las espaldas y obligadole á retroceder. En tanto se animaron nuestros exércitos, se engrosaron y fortalecieron, ¿ y para que? Para que en la aciaga ba ta lla de M edellin fuésemos batidos, nuestras tropas bárbaramente degolla das por los franceses, la patria pues ta nuevamente en p eligro, amenaza da Sevilla. ¿ Quien fue culpado de esta desgracia ? Aun no se han hecho hivestigaciones sobre e lla , poco ó na da sabemos, quedó con otros sucesos en el secreto de la Ju n ta Volvemos á rehacernos, volvemos á tomar la ofensiva , y siempre au x i liados por los ingleses, pudimos h a char á ios enemigos de Portugal, de G a lic ia , de Extremadura , y obligar les á sostenerse en las orillas del Tajo. A llí también les acometimos, ganóse la batalla de T alayera; y como teniamos un exército ea Castilla, pareció que los franceses debían verse precisados á retroceder de nuevo hasta el Ebro; a silo creían ellos, sin duda, pues eva cuaban y a la corte. A l contrario los ingleses y Cuesta son los que retro ceden. Venegas estubo muchos días para do en la posicion de ./4ranjuez , mien tras todas las tropas francesas se agol paban ácía Talavera para resistir á el ímpetu de Cuesta y los ingleses • que marchaban sobre M adrid,: esta Corte se hallaba enteramente desguarnecida de tropas, y Venegas no hizo movi miento alguno para entraren e lla , lo que siempre nos hubiera traído grandes ventajas, ni corrió á sostener á C uesta en su retirada, ni se retiró e l mismo: aun no se sabe á qué vino allí aquel exército , ni qué hacia. ¿ Querría é l solo resistir á todo el ímpetu fran cés , quando el de Extremadura y los ingleses se retiraban vencedores ó ven cidos? ¿Quando no tenia apoyo algu no ? Así fué que los franceses no tardaion, en acometerle y aunque se sitiip b ventajosamente en Almonacid é hizo una gloriosa defensa, fué batido y hubo de retirarse á .sus antiguas posiciones de Sierra M orena.(a) (a ) N o intentam os aquí cr itica r la conducta d e V'enégas". m uchas v eces un g e n e r a l no p u ed e h a cer todo lo que quie r e ó p o r no tener am plias facultades^ 6 p o r esta r sugeto con órdenes superio r es : tam poco direm os s i aquellas ope raciones fu ero n bien ó m al ca lcu la d a s: nuda decidirem os sobre una m a teria en la que no tenem os ni inteligencia ni d a tos p a r a ju z ga r: sentim os como los d e m as ciudadanos el que saliesen iluso ria s la s tan bien fu n d a d a s esp era n z as d e la nacion\ el que debiendo retro ce d er los fr a n ce s e s h a sta el Ebro, retro cediésem os nosotros d nuestras antiguas posiciones. A ñadirem os m as y es, que s i ¡a s sesiones d e la Ju n ta hubiesen sido p u b lica s como lo son las d e las Cortes\ s i hubiese habido lib erta d d e hablar y d e escrib ir estaríam os m as ins- 2^0 hablemos de la desgraciada ac ción de Belchite, que impidió el que aquel exército contribuyese de un mo do casi decisivo á los buenos efectos de un movimiento general. A poco mas de tres meses volve mos por tercera vez á tomar la ofen siva: un numeroso exército proveído de quanto le es necesario baxa de las altu ras de Sierra Morena y llega hasta las orillas del Tajo, Este movimiento vo luntario de nuestra parte, quando los franceses se mantenían en la defensiva sin atreverse á acometernos en las gargantas de Sierra Morena; quando los ingleses no salían de sus posiciones ni fruidos sobre este y otros sucesos d e los que ha dependido y depende nuestra su erte ; y aun ta l v e z no hubieran sido desgra cia d os. M ien tra s todos los ciu d a danos, que tan in teresados son en su p r o p i a conservación^ no p u ed a n tom ar p a r te en los negocios pú b licos, sufrirem ot tsto í y aun m adores 7>iaks. coadyubaban á nuestros planes : manifes tava ó una grande seguridad en la victoria , ó un temerario arrojo que po dría acabar en un solo punto con la nación. Fuimos vencidos, la mitad del exército quedó prisionero, lo demás de bió su salud á la fuga. Todo se deshizo en un momento. D e un solo golpe vimos á la nación sumergida en los grandes males que ha llorado y aun llora: el paso de Sierra Morena que parecía impenetrable , lo executaron felizmente los franceses: se extendieron por toda la Andalucía, ociipando sus principales Ciudades casi sin resistencia alguna: la suerte de la España pareció decidida. Nos queda mos sin gobierno, sin excrcitos, sin g e nerales ¿quien nos salvó?: el pueblo, el que todo lo ha hecho desde el prin cipio de la revolución á pesar, las.mas veces, de los q.ue le han gobernado: el que todo lo hará, el que ccmpletará h grande obra de iiu«stra inde pendencia si logra la justa y . debida libertad que por tantas razones le cor- responde. La decidida voluntad qüe to* dos hemos maiiifcstado de .ser españoles y no franceses, independientes y libres; es la fuerza que aun no ha podido ven cer el enemigo á pesar de sus triunfos, de sus fingidos alagos por un lado, de su verdadero rigor por otro: el corazon del pueblo no le han conquistado ni le conquistaran; es la lucha dül poder con la opinion y el tiempo y la constancia la aseguraron siempre la victoria: la opinion gobierna á los hombres y aun á ios mismos que se arman contra cÍIí . quando se ha visto una opinion mas verdadera, mas general, mascón^ forme, mas firme y mas.constante? Des de el primer movimiento contra el infatne valido quisimos ser españoles li bres; lo mismo queremos ahorai P o r la Eipaña independiente combaten - y tra^ba/an los .que no. sufren el yúgo d'el enemigo; .por ella misma padecen., gi? men t suspiran los que.lo sufren: lu* cha el uno con las armas; .e l otro consu invariable opinion, con .silá discur sos, con SU- libertad de ' hcihlax.,. que mantiene en medio de los mayores pe ligros, con quíintos arbitrios halla. Si en C ádiz, si en V alencia, si en Murcia, si en la Coruna, si en las demás ciuda-* des, no conquistadas, se habla á favor de la España, se arma por e lla , se ha cen grandes sacrificios, se espera y con fia; lo mismo, y aun mas, sucede en M adrid, en Zaragoza, en los pueblos esclavizados. Jamás se ha podido notar mejor que ahora que las voluntades son libres: esta opinion del pueblo es una le y mucho mas fuerte que todas las que promulga la tiranía; aquella se sostiene por si misma y se hace obede cer, á esta no pueden hacerla firme ni las amenazas ni los grandes castigos: de todo se burla el verdadero patriota. Esta opinion es la que hace que un buen español, que hizo grandes servi cios á la Pàtria, sea honrado, alabado y ensalzado en el pueblo mismo donde reside el Monarca intruso, en su Corte, casi en su propia presencia; que parez ca orgiilioso en las calles y plazas; que suba intrépido al cadaijo diciendo. £ s- p a ñ o l soy y d e los buenos. {Y" por que causci, aquel que por el oro, por el te mor, ó qualquiera v il pasión, abando nó su patria ó la vendió; se esconde, tem e, se avergüenza y confunde?: por la fuerza de una opinion que la mas pura y sólida razón sostiene. Esa opi nion es el único consuelo, la única es peranza, el único apoyo del infeliz prisionero, que en Zaragoza, en G e rona, en Ciudad Rodrigo, expuso su vida y derramó su sangre por esa pa tria á quien adora, á quien todo lo ha sacrificado y sacrifica, por la que tanto sufre, á la que invoca al exalar el ú l timo suspiro. l Y perderemos tantos y tan heroicos sacrificios? ¿no gozaremos e l fruto de tantos trabajos? *, 6 Dios eterno! Dios de íusticia y misericordia! T u providencia, ante la que nos pros ternamos, h. la que adoramos ein atre vernos á escudriñar, con patentes y extraordinarios milagros, nos sacó de la opresiojj de un gobierno tiránico, derrocó al soberbio y al malvado, nos sostubo en tan desigual lid j a y a nos conservas y mantienes, aun permites haya una parte de la península libre <le la tiranía, donde se refugien los buenos españoles. Confiemos, tengamos firmeza y constancia. Za mano pode rosa que levanta y abate los imperios, que crea y destruye, nos dará la victo ria : entonces alabaremos sus ocultos fi nes que quiso que fuese grande y sin ig u a l el sufrimiento, para que fuese grande y sin igual el triunfo. Todo ha ido en esta guerra fuera de los cálculos humanos, aunque según ramente m uy conforme à los altos fines de la providencia. Por eso se han en gañado los ca lcu lista s que la niegan abiertamente, y creen que los sucesos dependen de las probabilidades y de lo que ellos llaman prudencia hum a na y buena combinación. Según ella no debió haber revolución en Aranyuez; y la hubo : no pudo sublevarse M a drid porqueestaba cercado de exércitos; y se sublevó • no pudieron seguir su cxemplo las provincias, por que ya las riendas del gobierno estaban cogidas por M urat y casi todas las autoridades le obedecían; y á pesar de todo le si guieron y algunas hicieron mucho mas. A los quince dias todo debió que dar apaciguado, y llevamos ya tres años y estamos m uy lexos de esta tan dañosa pacificación. Ni- la resistencia de V alencia, al la de Zaragoza, ni la victoria de Baylén estaba en el cálculo de las probabilidadcf, y sucedió. ¿ Era probable la segunda defensa de Zaragoza y que durase tanto? ¿ Era de creer que en España se hallasen plazas de tercer orden que resistiesen mucho mas que en otras partes las de primero? Nada de quanto ha sucedido debió suceder: todo va fuera de cálculo: todo es extraordinario: todo manifiiesta que es incalculable la fuerza de la opinion publica. Por este tiempo habíamos perdido y a el año anterior la batalla de Ocaña: los franceses hablan penetrado en Andalucía, y dado vista á las colum nas de H ercules: t^l ve« la scuprc- sa ó la traición pudiera haberles he cho dueños de C ád iz , como les hizo de otros puestos fortificados; ¿quál e« el sabio calculista que dixese que un año despues los franceses en lugar de haber adelantado habrian atrasado? ¿que con tantos refuerzos como les han en trado, nada ó m uy poco harian? ¿que Cádiz y la Isla serian inexpugnables? ¿que se burlarían de sus amenazas? ¿que un exército formidable pasaría todo un año en mirar desde la orilla á esas dos fortalezas sin poderlas hacer daño a l guno, por mas que contra ellas redo blase sus fuerzas, sus ardides y to das sus destructoras artes? ¿en finque fuese tan seguro aquel parage , tan acomodado, que á vista de los satélites de la tiranía, se reuniesen los defen sores de la libertad, aquellos que sobre bases sólidas la levantarían en benefi cio del pueblo español? ¿Como era de creer que Murcia, que V alencia, que Galicia permane ciesen aun libres? ¿que estas provin cias tubiesen exércitos que las defen diesen ? ¿que se lograsen victoriaj en Cataluña ? ? que se guerrease en Aragón, en las dos C astillas, en. Asturias, en Extremadura , en Andalu cía , hasta en las mlsír.as puertas de Madrid? ¿que no hubiese parte al guna donde no se viesen españoles ar mados por su libertad? ¿Que progre sos son estos, que conquista , que n u íva especie de guerra? Si ponemos la vista en la C ata lu ña admiraremos un pueblo de heroés: ¿donde mayor tesón y constancia, ni donde mayores peligros? fué el primer país que la tiaicion entregó al enemi go; es aquel que menos puede llamar suyo, y le tiene á la puerta de su casa: es el que mas se le resiste, el que mas sangre le cuesta, el que mas cuidado le d á , donde halla los mas fuertes, aunque no los mas numerosos exércitos, que conocen y frecuentan y a el camino de la victoria. .Cataluña ha mantenido constantemente la guerra en su seno durante tres años , 6 o d enemigos la invadieron, 6 o 0 han pe recido: no hay un parage en ella que no haya sufrido todos los horrores de la guerra, ninguno que no se haya hecho célebre con alguna batalla ó acción importante. Mientras haya Es paña se celebrará la heroica resistencia de Gerona y la valerosa de //ostalrich. Los exércitos franceses y españoles recorren indistintamente la provincia: qualquiera punto sirVe á estos de apoyo; ' 6 mantienen constantemente la campaña; y les pone tan poco mie do el que las principales plazas y fortalezas estén en poder del enemi go, que vienen a desafiarlo hast^a al pie de sus casi inexpugnables mura llas ; y le desprecian en tales térmi nos , que tomando decididamente la ofensiva, penetran en Francia y hacen sufrir á la N u don parte de los malés que sus feroces exércitos nos causan. Todas las noticias que recibimos de esta proviñciu hace mucho tiempo que solo nos anuncian victorias y triunfos de sus exercitos, y partidas sueltas, qtie han sido celebrados con jubiló'ca toda España , reanimando las esperan zas de los buenos ciudadanos. Mucho se debe al carácter esfor zado y tenáz de los catalanes, á su antiguo odio á los franceses; pero no es menor la gloria que resulta al sabio y valiente general que los man da, pues que es cierto que si un buen exército es el diestro instrumento de la victoria, quien realmente la alcanza es el experimentado general con sus acertadas disposiciones. Diez y seis he ridas ha recibido 0-D onell en defensa de la- causa del pueblo español : tim bre es este superior á quantas decora ciones pudo concederle la vanidad ó el capricho de la antigua corte. Aspi ren á tan alto honor quantos geiierales quieren ser amados de los españoles, y tener un nombre ilustre en la his toria de nuestra revolución. Si la traición ha entregado la im portante plaza de Tortosa,' que debió resistir largo tiempo y dar lugar á que los excrcitos combinados de Aragón, Cataluña y Valencia acudiesen á su socorro, escamientando el orgiilio del enemigo, ufano con los refuerzos que acababa de recibir , esta desgracia lexos de desalentar á aquellos heioícoi pechos los ha inflamado mucho mas y hará que saquen nuevos recursos de sus nuevas desgracias, no mayores, em pero, que aquellas á que ya lian sabi do resistir. Se reunirán las fuerzas; todos los caudales, todos los brazos serán de la patria: cada montaña será un ba luarte , un abrigo contra la tiranía; los extraordinarios peligros traerán extraor dinarios, recursos; y una provincia tan extendida, tan poblada, tan industrio sa , tan amante da la independencia y de la libertad, tan enemiga de los fran ceses y de su odiosa dominación , redo blará su natural energia, su valor, su heroismo, y ocupará uno de los pri meros lugares en los gloriosos fastos de nuestra revolución. Si el exército de Valencia ha pa decido algunos desastres, la Junta-Con greso de aquel reyno ayudada y sos tenida por el patriotismo del mayor número de ciudadanos, sabrá acallar los gritos del egoismo, de la cobardía, de la v il traición; reunirá en uno las fuerzas de todos los buenos patriotas; aprovechará igualmente los inmensos re cursos que un reyno tan floreciente, una ciudad tan rica, una costa tan exten dida la presentan: y pues que hasta ahora ha sido aquel reyno uno de los que mas bien han sabido libertarse del furor del enemigo; será también de los que me¡or sepan defenderse con tra sus ataqiies directos. Aunque la provincia de Aragón haya padecido tanto, y que por ha llarse una de las mas mediterráneas ten ga menos medios de combatir contra el enemigo que otras; sin embargo es tal el valor y lealtad de sus na turales que venciendo obstáculos que parecían insuperables, ha llegado á formarse una Junta superior, la qual cumple tan bien con su obgeto de hos tilizar al enemigo , que ha excitado todo el odio del sanguinario Suchet hasta los téiminos de que expida u » atroz decreto de proscripción contra sus individuos. Reside esta Ju n ta en M an zanera , y publica ’j a gazeta de Ara gón , que sostiene é inliama el patrio tismo de toda aquella provincia y de parte de Castilla. Igualmente se pu blica, con no menos utilidad, otra ga zeta en la provincia de Soria, no obs tante lo cercada de enemigos que por todas partes está. En esta Provincia se toman por su Ju n ta las mas enérgicas providencias para formar partidas de guerrillas, que llamando la atención del enemigo por varios puntos dividan, debiliten y dis minuyan sus tropas, cuya fueria prin cipal consiste en las grandes reuniones ó masas, en la superioridad de su táctica , y en su exacta disciplina; ventajas que pierde en los combates particulares de las guerrillas, las que han llegado á adquirir una superiori dad casi general sobre él. ¡ Quanto no se ha distinguido en esta parte el esIbrzado V illacam pa! j quantos progre sos lio ha hecho en el arte militar él y toda su tropa que forma ya una división considerable que logra triun far muchas veces del enemigo y siem pre imponerle respeto con sus valerosas y acertadas maniobras. No pasaremos en silencio á la he roica Junta de Guadalaxara que sos tiene con su zelo la ardiente llama del patriotismo , la legitimidad de nuestro gobierno y los preciosos restos de la independencia en una provincia cerca da por todas partes de enemigos, inva dida y ocupada por ellos hace mas de dos años. Pues gracias á esta Junta resuenan los gritos de la independen cia y de la libertad en las cercanías de Madrid , y hasta en sus mis mas puertas; se comunican las órde nes de la autoridad legitim a para que el malvado tiemble , y no alegue ig norancia, y los buenos se fortifiquen en su noble propósito y confien; se exeíutan esas mismas ordenes á pesar de los esfuerzos del enemigo en los pueblos que el cree dominar. Grande es el servicio que esta Jun ta hace á d ]a causa nacional con la publicación de su gazeta la que hace penetren las noticias que alientan à los patiiotas has ta el corazon mismo de la tirania. N i tampoco, me olvidaré del esfor zado D. Ju an Martin, mas conocido por el apodo del E mpecinado, que sus haza ñas y las de los demás gu errillero s han hecho honorífico, como tpdos los que por desprecio ó vilipendio ha dado la ti ranía álo& infelices oprimidos quando s$ han at;"evido á luchar contra ella. Mas de un año hace que se sostiene en la provincia de G uadalaxara, es decir en el centro mísmo de los exércitos enemígos. ¡Quanto daño no les ha cau sado! ! Quanta gente no les ha muerto y aprisionado! ¡Q uanta no se ha ocu pado y ocupa en su persecución sir viendo solo á aumentar sus triunfos y su gloria! Un general y una división entera estén encargados mas bien de observar que de hostilizar al terrible E m pecinado , título, repito, honorífico, conocido y celebrado, no ya solo en España sino en toda la Europa i om.i- noso á los mas feroces enemigos que creyendose seguros del triunfo en las grandes acciones de guerra, tiemblan en estas expediciones parciales, en Ig? que compran m uy pequeña gloria- á costa de m uy gran peligro. ¿Quien sabe si no se está formando en é l , ó en otro de estos esforzados partidarios, un nue vo V iriato , que al trente ya no de pastores, de vandidos, de gente pobre, miserable y colecticia, que el enemi go suele despreciar por ignorante de la m ilicia; sino de numerosos, aguerri dos y formidables exércitos, haga tem blar al nuevo imperio de Napoleon, y aun le acarree su ru in a, si.la trai ción y la perfidia no corta vil^nente la brillante carrera de sus triu n íp ¿.,'j Este genero de guerra ha rfiaeittp digámoslo asi de si mhma : no fue ima ginado por los que gob’ernaban,. ocupa dos en crear y mantehfer grandes exw* citos; sino por et pueblo-á quiiyi.tantas cosas excelentes’ se han dtíbído.-.y deben. La desesperadon, el fyi:ot>.¡a necesidad puso ias armaá tn . U'.n^dno á los que bramaban rabiosos al ver al enemigo derrotar numerosos exércitos, invadir provincias, conquistar ciudades, acobardarlas y oprimirlas: á los que vie ron brutalmente violadas sus mugeres, barbaramente asesinados sus padres, sus hermanos y sus hijos : á los que per dieron sus bienes, su honor, quanto amaban en el mundo : á los que no les quedaba mas esperanza, mas con suelo, mas placer, en fin, que el de una venganza que solo la muerte po día extinguir. Quisieron estos morir matando, acometer al enemigo donle encontrasen: siempre combatiendo, siempre vengándose : ni dar ni recibir quartel ; ni guardar derecho alguno con quien con ellos no le guardaba. Y pues que Bonaparte no reconoce mas razón que la fuerza, y tiene por lícito todo lo que quiere y puede hacer : los f/ecinadosy también con mucho mas motivo que él, pues sbn excitados, pro vocados ^ hostigados deben llevar su razón á la punta de su trabuco, de su espada ó de su -lanza. Asi tuvo principio este atroz g é nero de guerra que si llega á durar algunos años no habrá exércitos que puedan sostenerla, ni naciones que resistan á los guerreros que en ella se formen. Por que la guerra alimenta y sostiene á la guerra ; y unos hombres tan feroces, tan valerosos, tan deno dados , tan endurecidos en las fatigas m arciales, tan acostumbrados á los pe ligros, á la sangre, á la m uerte; no necesitan mucha táctica , mucho estu dio , para llegar á ser buenos solda dos, hábiles oficiales, y sabios genera les. El valor es la primera ciencia del soldado : el talento natural, la sereni dad en los peligros, las felices dispo siciones y combinaciones, el hallar re cursos prontos en los lances mas apu rados , la de un general. El arte m ili tar me parece mas práctico que teóri co , y entiendo que la parte que tie ne de t a l , es decir la táctica no se necesita ni mucho tiempo ni mucho estudio para adquirirla. Las mismas tro pas fran,cesas que se nos presentan co- mo modelos en el arte áe la guerra, lograron esta decidida superioridad so bre las dem ás, bien á los principios de Ja revolución: en pocos años los abo gados, los artistas, los artesanos, y aun los hombres mas rústicos y groseros, se convirtieron en excelentes generales que vencieron á los mas antiguos y experimentados de la Europa; y lo que es mas, por una consequencia pre cisa de su nuevo modo de guerrear, que en verdad no era m uy científico, antes bien m uy parecido al de los Em p ecin a d os, han mudado enteramente la tiktica militar y obligado á los que se tenian por maestros á que la apren diesen de los que despreciaban como discípulos ó soldados bisoñes. Por que Ja me¡or táctica es la que dá la vic toria, y á ella ha de acudir el que quiera defenderse ü ofender. Los mis mos gtisrrilleros han obligado y a á los nuevos^ maestros á mudar de táctica; á dividirse en pequeños de-^tacamentos que llaman columnas m oT Ítlesy á sost>¿ner combatcs particulares-idé'honibre á hombre, en que todo lo decide la fuerza, y el valor personal, y en que la disciplina y la pericia son casi inú tiles. Sígase asi, multipliqúense las guer rillas, inúndese de ellas el suelo espa ñol ; sean todos los gefes como el Em p ecin a d o , el M édico, M in a is-c. es de cir cumplan con su obligación, dañen solo al enemigo y á este siempre, sin dexarle sosiego alguno , sorprendiéndo le , acosandole á cada instante ; sean los amigos y defensores de los pueblos; y vereis á esos grandes exércitos desha- * cerse en columnas movibles'» á los ma riscales del imperio que desprecian ó tienen en menos á los mejores generales de Europa , obligados, á batirse con e l E m pecinado y á su modo., es decir con desventaja, de los mismos maestri« del arte ; y para mayor ignominia se rán vencidos y aprisionados por aque llos á quienes quisieron abatir con e l extraño titulo de bergantes. ¿Y quien se atreverá á, calcular el éxito de este nuevo geiiero dc; guerra?* Las partidas de guerrillas se han ido engrosando y multiplicando en ta les términos que dán el mayor cuidado á el enemigo: cada dia se organizan, disciplinan y adiestran, las hay en to das las provincias y en gran numero; y llegará dia en que formen exércitos res petables y en que sus caudillos sean contados entre nuestros mejores gene rales. Interceptan los correos ; interrum pen las comunicaciones ; aíslan, cercan y contienen á los exércitos; trastornan los mejores planes, porque rompen el enlase, la relación entre los diferentes cuerpos; inutilizan vi obligan á estar en inacción, siempre sobre la defensiva y alerta á grandes exércitos, divididos en cortos destacamentos ; precisan á que cada pueblo tenga una competente guarnición, y que esta se sostenga ha ciendo tantas fortalezas quantas son las guarniciones ; mantiene una guerra abierta, continua , interminable; hace que ninguna provincia pueda conside rarse verdaderamente conquistada y sug eta; que el ftiego de la guerra íenas- , . , 4 1 ca á cada instante y de donde parecía mas apagado. Las mismas precauciones que el ene migo toma y sus órdenes, prueban m¿^or que todas las razones, el daño que le causa este género de guerra, las in quietudes en que le hace vivir. Quan do entró en España; quando la resis tencia de los pueblos podía seíle da ñosa, decia'^: los habitantes permanescah tranquilos, que el soldado luche con el soldado, y decída la fuerza dé‘ la razón de la guerra ; quedad siempre sugetos al vencedor. Pero ahora que no tiene seguridad ni en los caminos, ni en los campamentos, ni en 'las'gu ar niciones; que temé ser Sorprendido, aco metido, vencido; quando comiènza á conocer su inferioridad -y su debilidad; dice á los pueblos: acogedme ; amparad, m e, defendedme : armaíos á nif fuvóí y en contra ¿© ■ ’fue^wa ''pÁrh ; sed traí dores ‘.á ella por «guardar fidelidad á quien ao la »g u a r^ '¿on ■vosotros, á vuestros tiranos y opresores, ( a ) Pero estas precauciones se convier ten y convertirán aún mas en daño del n^ismo enemigo. Les combates parcia les forman a nuestras guerrillas y las enseñan en una escuela viva, el arte de la guerra: si los franceses se encierran y fortifican en las guarniciones queda el campo por los nuestros; se impiden asi mismos el favorecerse unos á otros; y sobre todo obligan á nuestros guer rilleros a que í^rendan á sitiar y tomar ( a ) E n tn los v a rio s decretos que se han publicado p a r a ob liga r d los pueblos á que tomen p a rtid o en esta g u e r r a en co n tra d e sus in tereses y d e seo s, m erece cita rs e »1 último d e da N o'viemhre d e l ario. a n terior i en é l S9 p r escr ib e que s e fo rm en lista s d e todos los hom bres que p u ed a n a rm a rse p a r a ía d efen sa d e los pueblos-, s e les m anda lo h a g a n ; d la s ju sticia s que circun~'válen y tapien la s ca lles; y se am ena z a con rigu rosa s p en a s d los que no hi~ los puntos fortificados, les adiestran en pequeño eft todos los lances de la guérríí en grande. Pero lo que mas puede favorecernos son los rigurosos decretos en que se quiere obligar á los pueblos á que tomen parte en esta guerra pues HecisadoS á combatir, ó en contra de a patria ó á su favor, no pueden me nos de declararse por esta; y asi cada «no de estos decretos aumenta conside rablemente el número de defensores, y aun llegará el caso, y ya se va veri ficando y p articularmente en la provin-^ cia de Soria» de la qufe veniamos hablan* do, que apuradas las gentes por las vio lencias , rigores, é injustíciasy atrocidades de los franceses abandonen sus casas, se reftigieií á los montes, se armen y combatan como hostigadas fieras has ta perecer ó acabar con el enemigo; y sean todos perseguidores del francés por Conservar, sus vidas/ ciestn resisten cia d la s g u e r r illa s qué intentasen p e n etr a r en la poblaeion. Pero siguiendo en nuestro propósito del qiial el interés de la materia' nos ha distraído en parte, si distracción pue de llamarse el decir algo de las guer rillas que tan interesantes se han hecho en el plan de defensa nacional; vere mos que aunque la Navarra y la V iz caya sean lífs provincias tal vez mas oprimidas, por los enemigos; de las que no han salido desde la primera vez que pusieron los pies en' España, siendo las que tienen mas á mano y 'q u e cuen tan coma suyas: sin embargo el cáracter lime y valeroso de sus naturales y su innato amor á la libertad, es causa de que estos países esten inundados de guerrillas, sobresaliendo entre ellas la de D. Francisco Espoz y M ina, cu yas hazañas le han hecho tem ible'á el enemigo y célebre entre los patriotas, mereciendo que la Regencia le haya honrado con el grado de coronel. £ 1 guipuzcoano Tolin ha adquirido grande Hombradía por atreverse á sostener sus guerrillas entre Tolosa é Irun sin que le arredre el continuo paso de las tro- pas enemigas, y quando encuentra oca siones favorables lleba sus correrías y estragos casi hasta las puertas de Bayona. Cosa es por cierto que pasma, y que dá im cáracter particular á esta g u e rra, que quando Sevilla gime báxo' el yugo enemigo, los patriotas españo-les extiendan el poder de sus armas hasta á la misma Francia; ¿ y que cre dito daráh entonces los habitantes de aquellos pueblos á las patrañas de ios díariós de París que quieren pintarlesla España como enteramente conquista- ' da y sumisa? asómense un poco os se ñores diaristas parisinos, por el áspero Pirineo; y verán casi sublevado aquel país aunque rayano y contado y a . tal vez en sus gazetas cómo formando par te del g r a n d e im perh'. verán llegar renwsas de armas y municiones con que aquellos sumisos habitantes se disponen' á obsequiar ú las tropas que transiten por su territorio; verán que los demás están' tan sumisos que no levantan for midables exércitos de 40 y aun de 60 mil hombres ; porque no hay armas su ficientes para tantos sumisos patriotas. Si vamos siguiendo la occidental eos-* tavefeniosá PorlÍ?r y Renovales amena zar todos los puntos j hacer continuos desembarcos y arremetidas, incomodan do y dañando al enem jgo, disminu yendo considerablemente sus fuerzas: en Asturias al brigadier Castañon y al coronel Escandon al frente de cortos destacamentos batirle en acciones parti culares; y por último a la Ju n ta del prihcipaíÍQ reunida en Castropol sosteper y aumentar el patriotismo, crear y mantener partidas y divisiones de tro pa y aun exércitos, contribuyendo con zelo á el honor de la provincia, y á que sea contada entre las que con ma yor anhelo trabajan p9i^ la causa putlica- Deben ser considerables las fuer zas del principado pues que t\ gobier no ha nombrado para mandarlas al T e niente general D, Nicolas M ahy. L a Galicia se mantiene aun libre de enemigos, gracias al heroico valor ^on que sus habitantes supieron lanzar los de su suelo el año anterior, cau sándoles tal vez la mayor perdida que han padecido en las demás pro-vineras. ¡Q ue beneficios no pueden sacarse de sus excelentes puertos? ¿quanto daño no ha causado su exército al de Masena en su entrada en Porfugal ? ¿quan to no ocupa al que guarnece la Cas tilla penetrando en esta provincia , y vendendole en algunos combate«;; man teniendo viva la preciosa llama del •pa triotismo que tan permanentemente-ar de en el pecho de los nobles y hon rados castellanos? Todas las noticias, y aun las de los mismos enemigos, nos manifiestan que fue grande la pérdida de Masena en la célebre batalla de Busaco, y que su exército se ha disminuido considerable mente por el hambre, la deserción v las pérdidas que ha t#nido en los di ferentes combates; lo que según las mas positivas y recientes noticias le ha obli gado á retirarse, con no menor pérdi da , haciéndonos esperar de un instante á otro su total derrota. ¿Y como podríamos pasar en silen cio á uno de los exércitos que mas lian merecido de la Patria? todos cono cen ya que estoy hablando del de la iz quierda, compuesto de valerosas y bien disciplinadas tropas, mandadas por in trépidos , inteligentes y hábiles gene rales. Exército siempre ocupado, siem pre en acción, siempre frente del ene m igo, siempre luchando con é l: do minando la Extremadura, penetrando en las Andalucías, avanzando hasta Se v illa y amenazando á los que oprimen y asuelan la mas rica, hermosa y ex tendida provincia del territorio español. Las formidables fortificaciones de Cádiz y de la Isla obligan á uno de los mayores exércitos franceses á man tenerse en larga y perniciosa inacción,desaciendose sin pelear, situado de un modo que con -.razón puede dudarse si siria ó es sitiado, si ofende ó si está solo á la defensiva. Y en tanto los satélites de Bona parte, esos veleidosos franceses, que antes con furor inaudito pelearon por tina suma libertad y ahora con bar barie atroz pelean por im extremado' despotismo: exagerados en todo, in justos en sus extremos: los exércitos franceses digo, presencian atónitos la augusta asamblea de nuestras Cortes; ven levantarse en nn rincón de la pe. nínsula, á el que sus armas que á to do el universo subyugarán, no pue-“ den tocar , el magestuoso y sólido edi ficio de la libertad española; la qual evitando los dos temibles escollos de la tiranía y de la licencia popular, dará á la Europa el cxemplo de una sabia constitución monárquica, qual convie ne á nuestras costumbres, á nuestra si tuación y á el carácter mismo de la nación, enemiga de perjudiciales inno vaciones, amiga de sus antiguos usos; grave, constante, y sensata; obediente á los que la gobiernan, sin la vil sumi sión de lós esclavos; firme y tenáz en defender su independencia y libertad sin propasai-se á ios extremos de la anarquía. Si tenemos la fortuna de que estas ideas se realíz'en ; de que partidos am biciosos y malvados uo prevalezcan sobre el de los buenos patriotas ; que con opiniones extravagentes no se aho gue eí sano y recto juicio del pueblo; que el verdadero carácter nacional bri lle en todo su explendor: ¡que exemplo tan sublime no daremos á la Eulopa esclavizada, á la misma Francia que con toda su ilustración no ha sabi do mas que pasar de extremo á extre mo, de males á males j siempre bus cando ui> buen gobierno y siempre alexandose mas y mas de él ! ¡ que influen cia no tendrá nuestra heroica conducta, nuestra modeiacion, nuestro juicio, y los aciertos de nuestras Cortes en la pú blica opinion de todo el continente; en la de nuestros propios enemigos, que no pondrán menos algunas v eces, can sados de su furor, horrorizados de sus propias atrocidades, arrepentidos de sus injusticias; de acordarse que ellos tam bién juraron en o.tra vez vencer ó mo rir; y que tubieron que llegar á los mayores extremos para defender su in- dependencia amenazada por toda la' E u ropa, conjurada en su ruina! ¿ Y pódria llegar el caso de que nosotros fíiesemos el principio de la li bertad Europea? ¿de que hiciésemos ver con nuestro exemplo que la libertad de los pueblos modernos no es una quimera ? ¿ de que bien pueden redu cirse á la práctica las sabias teorías de una buena forma de gobierno? ¿de que el tirano no es invencible ? ¿ de que no es necesario que un pueblo sea el mas sabio para ser el mas feliz? Si llegará, si el pueblo atento siempre á lo que le interesa, procura confiar el mando ó sostener en é l á las personas mas virtuosas, mas patriotas y mas ilustra das. No olvidemos nunca que la suer te de todo un pueblo depende á v e ces de un hombre solo; y lo que es mas, que un hombre solo ha sido m u chas quien ha fundado, sostenido, ó restab ecido la libertad de su Patria. No esclavizemos la libertad, que con tantos sacrificios vamos conquistan do, á los caprichos y à la arbitrarie- dad, siempre injusta, de un hombre solo, sea este quien se fuese; pero estime mos, protejamos, honremos y ensalzemos, en quanto sea compatible con nuestra seguridad, à los hombres de talento, de carácter y de probidad: la naturaleza, siempre avara, no los pro diga aun en los mas felices siglos ; po cos sen los hombres grandes, los liber tadores, los conservadores de su patria ¿ y querremos que sean comunes en estos tan calamitosos tiempos; quando la continuada esclavitud ha destruido, roto ó doblegado los íinimos mas va lientes; quando los vicios generales han corrompido las mas bellas disposiciones nauiraies; quando ía'ignorancia, las preocapaciones, mucho mas perjudiciales aun qua la ignorancia misma, han in utili zado , perturbado ó hecho dañosos losmejores talentos? ¡ O españoles í si quereis ser libres, si queréis ser felices, si quereis tener una cortstitucion sabia y duradera j sa lid del letargo en que la tiranía os tenia sumidos ; mudad de camino, has- ta nqui todos han sido malos pues que lodos os han aiTastiado al precipicio: distinguid al malvado y al ignorante, del virtuoso y del sabio; conocedlos bien á estos; y entonces poneos en sus ma nos y* ellos os salvarán, ellos seíán la g lo r ia de la patria. E l Redactor de la Gazcta d^ Murcia. Esta obra con otras del mismo au tor se hallan de venta en el despacho dfi la G azeta, casa de Don Antonio Tornelj calle de la Trapería. A los libreros que quisiesen comprar surtido por docenas se les hará la gracia cor respondiente, escriviendo derechamente al Redactor. ♦ f. ¥ , f * ♦9» * , ^ ' * <-' • I > .tf. ■ * » if ♦. fc ,J Í' . - .t S ''- .V •• . .» ^'• * ■« > • r*- '/. 'i«. '• \- i ' •¿..'.•.C • «• ^ - '* • > TV. * 5,^ v - • • r* ÿ r;jç a :■r- - -•l. ■'>.V •'»f i : Yfi- ." '• . . . » I ■■ W. ¥'•_ -i;/ .1 • •=^’ • . • -V ' ■ ’> V•%t -S *»‘*5 ->r. Ât Il-:-'
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