Ayudar a los niños en las tareas escolares tiene poco impacto en su

LA VANGUARDIA
Lunes, 16 de marzo de 2015
Familia
Ayudar a los niños en las tareas escolares
tiene poco impacto en su rendimiento
El debate sobre los deberes escolares no tiene fin. En
diciembre era la OCDE, a través de los datos del informe
Pisa, quien aseguraba que dedicar más de cuatro horas
semanales a estas tareas es ineficaz y apenas tiene
frutos positivos en los resultados finales. Además,
argumentaba la organización, agranda la brecha entre los
alumnos más desfavorecidos y los que menos.
Ahora, otro análisis sobre la participación de los padres
en la vida escolar da otra vuelta de tuerca a la cuestión:
ayudar a los hijos a hacer los deberes presenta un
impacto más bien bajo en el rendimiento académico en
comparación con otros factores. En cambio, leer
habitualmente con ellos, tener altas expectativas sobre
sus posibilidades y, en general, interesarse por lo que
hacen en la escuela está relacionado con mejores
resultados.
El estudio Participación familiar y rendimiento académico
(Educational Research Review), elaborado por
investigadores de la Universidad Complutense de Madrid,
del País Vasco, Internacional de La Rioja y la UNED, ha
analizado 37 trabajos publicados sobre esta cuestión
entre el 2000 y el 2013 y ha cuantificado el efecto de la
implicación de los padres en las notas y el éxito
académico de los hijos.
Primera conclusión: un mayor apoyo en las tareas
escolares no implica que los niños saquen mejores notas.
"Son los estudiantes con mayores dificultades educativas
los que necesitan este refuerzo por parte de sus padres,
pero no los demás", afirma Enrique Navarro, uno de los
autores del estudio e investigador del grupo
Neuropsicología Aplicada a la Educación.
"Ayudar a hacer las tareas escolares es positivo cuando el
alumno tiene grandes dificultades en la escuela, entonces
sí requiere apoyo, ya sea de sus padres o de un profesor",
continúa María Castro, autora principal de la
investigación. "Pero para el estudiante medio no se ha
visto una relación causa-efecto significativa, no es
necesario pasarse toda la tarde al lado del niño
supervisando sus deberes".
Esta idea plantea la cuestión de qué tipo de tareas
encargan los maestros a los niños: ¿Ejercicios
repetitivos? ¿Problemas tan difíciles de resolver que
requieren la atención de un adulto? Si están planteados
para fomentar la autonomía del alumno, ¿no deberían ser
capaces de hacerlos por sí mismos?
El estudio sí señala otras cuestiones con más impacto
sobre los resultados. El primero, la lectura habitual con
los hijos. Contribuye a desarrollar el gusto por los libros y
a ampliar el vocabulario y la compresión lectora.
Segundo, las expectativas que se ponen sobre ellos. No
en el sentido de creer que son mejores que los demás,
sino que pueden lograr lo que se propongan. Y tercero,
mostrar interés por lo que hacen en la escuela o el
instituto, cómo se encuentran en clase, qué estudian,
quiénes son sus amigos, qué les gusta y qué no. El efecto
de la implicación familiar aumenta con la edad de los
hijos: en secundaria, más importante.