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La alimentación está influenciada por factores socioeconómicos y culturales. Es evidente que la
disponibilidad, el coste y la caducidad de los alimentos han contribuido sobre los hábitos dietéticos
de la población, y la elección final determinará el perfil de cada dieta.
Una alimentación saludable requiere, en muchos casos, de una educación nutricional que debe
promoverse desde la infancia, en el núcleo familiar ya que los hábitos adquiridos en esa etapa son
fundamentales para una correcta alimentación en la adolescencia.
Estos factores evolucionan a lo largo de los años y constituyen la respuesta a los nuevos estilos de
vida, a los nuevos productos a consumir, etc. relacionados muy directamente con el aumento de
los recursos y con el contacto entre personass de culturas alimentarias distintas.
La formación de buenos hábitos alimentarios es
un excelente instrumento para prevenir
enfermedades y promover la salud en la
población. La mejor manera de alcanzar un
estado nutricional adecuado es incorporar una
amplia variedad de alimentos a nuestra dieta
diaria y semanal en las proporciones adecuadas y
en las cantidades necesarias.
CONSEJOS
v En la dieta deben predominar alimentos energéticos como los cereales, pan, tortillas,
azúcares, arroz arroz, pastas, papa, pero bajo en grasa.
v Proteínas en cantidades moderadas: limitar las raciones de carne a 150-200g. Intenta
comer menestras junto con cereales como plato fuerte combinaciones casi tan altas en
proteínas como la carne, pero bajas en grasa.
v Comer por lo menos 5 raciones entre frutas y verduras al día.
v Consumir más fibra: frutas, verduras crudas y de color verde, así como, cereales integrales.
v Ingerir abundantes líquidos, de 8 a 12 vasos al día.
v Reducir el consumo de grasas mediante: consumo de carnes bajas en grasa (res, pollo,
pescado o quesos), cocinar con menos aceite, reducir el consumo de frituras.
v Evitar los alimentos muy procesados como: Harinas blancas, azúcares refinados, enlatados,
pues están acompañados de un alto contenido de grasas, conservantes y aditivos.
v Evitar el consumo de bebidas gaseosas y alcohólicas muy seguido.
v Revisa las etiquetas y la información nutrimental de los productos que ingerimos.
ASPECTO FAMILIAR
La familia influye en los niños de forma decisiva. Éstos
aprenden imitando a sus mayores en todo. Así
adquieren los buenos y los malos hábitos en todos los
órdenes de la vida, incluida la alimentación.
En la mesa es necesario tener en cuenta que son los
adultos los encargados de seleccionar la comida de los
más pequeños pero no por ello las deben convertir en
aburridas y monótonas. Tampoco hay que olvidar que
"la hora de comer" debe ser lo más agradable y
distendida posible. Es importante que la familia se junte
para comer.
EN LA MESA
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La higiene tanto personal como del lugar en que comemos es importante.
El tiempo: no se debe comer con prisas, hay que masticar y comer con calma, aunque tampoco
excesivamente.
Los horarios: se deben cumplir al menos cinco comidas diarias (desayuno, media mañana, almuerzo, tarde y
cena) y con unos horarios establecidos.
Para los niños en edad escolar se recomienda el siguiente número de raciones diarias
LAS RACIONES MÁS ADECUADAS
Lácteos
3 raciones diarias
Farináceos (pan, arroz, papa,
legumbres)
6 raciones diarias
Verduras
3 raciones
Frutas
3 raciones
Cárnicos
2 raciones
Grasa
40 g (aceite oliva)